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CORA AGUSTINAFilosofía política
Trabajo práctico – Evaluación segundo cuatrimestre
PLATONLA REPUBLICA
LIBRO VIII
En el presente trabajo expondremos lo analizado por Platón en el libro VIII
de su obra La República en el cual analiza las formas injustas de gobierno.
Mediante la investigación de estas, Platón persigue demostrar que es más feliz el
hombre justo que el injusto.
Platón, a diferencia de Aristóteles, parte de lo que considera el Estado ideal,
que es la Aristocracia, para luego describir las formas de gobierno que degenera
de dicho Estado Ideal. Analizando cómo se constituyen dichos estados injustos y
luego como se caracterizan los individuos propios de cada régimen, brindándonos
un estudio psicológico del hombre.
El libro VIII de la Republica comienza cuando Glaucón repasa las
conclusiones sobre el Estado ideal a las que, anteriormente en el libro IV, había
llegado Sócrates. En dicha conclusión se establecía que el mejor Estado era la
aristocracia de reyes filosóficos caracterizada por: comunidad de mujeres, hijos,
de la educación entera, las ocupaciones de la paz y la guerra; reyes que se
destaquen y sean los mejores de la filosofía y la milicia; guardianes que no tengan
nada privado sino todo común y que reciban del pueblo la alimentación necesaria
a modo de salario. Antes de llegar a la conclusión, describe la ciudad que
consideraba buena y al hombre semejante a ella. También dialogan sobre la
existencia d cuatro especies de formas de gobierno, teniendo en cuenta la
necesidad de contemplar sus defectos y a los hombres semejantes a cada una de
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ellas; así, contemplado esto, se podría llegar a cuál es el mejor y cual el peor de
estas formas de gobierno.
Antes de comenzar a hablar sobre dichas formas de gobierno, Platón aclara
que si las ciudades son cinco también serán cinco las almas individuales.
Afirmando así, que los gobiernos no nacen de una piedra, sino más bien de los
caracteres que se dan en las ciudades que arrastran en una dirección a todos lo
demás. Todo esto con miras a resolver la cuestión que se ha planteado
previamente: la relativa felicidad del hombre justo o del injusto. Y es importante
aquí aclarar, que las formas injustas de gobierno son realmente una degeneración
del modo de gobierno ideal (Aristocrático).
Glaucón pregunta entonces a Sócrates cuáles son esas desviaciones y qué
modelo de hombre le corresponde. Estas constituciones imperfectas serán, la
timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía.
Como dijimos, estas formas de gobierno deficientes derivan del modelo de
gobierno ideal Aristocrático. Ahora bien, ¿cómo degenera la forma de gobierno
prefecta en timocracia y en los demás sistemas políticos corruptos? ¿Por dónde
comenzaran a estar en desacuerdo los auxiliares con los gobernantes y los de
cada una de estas clases con sus propios compañeros? Para explicar esto, el
filósofo utiliza, como lo hace a lo largo de su obra, un mito para responder.
Conocido como “discurso de las Musas”. Afirma que todo lo que nace está sujeto a
corrupción y que “los gobernantes, por muy sabios que sean, no podrían acertar
con los momentos de fecundidad por lo que engendrarían hijos cuando no
deberían hacerlo” (546d). Existe un número perfecto que señala la fecha en que
los movimientos circulares de los astros son más propicios para la reproducción de
la especie humana. Al principio los gobernantes respetarán este número pero lo
irán olvidando con el tiempo y “casarán a las doncellas con mancebos en
momentos no propicios, y nacerán niños no favorecidos por la naturaleza ni por la
fortuna.” (546d) Estos gobernantes menos capacitados empezarán por descuidar
a las Musas en la educación y luego a la gimnasia. De esta manera, la educación
deficiente impedirá a los guardianes reconocer las diferencias entre las razas y
comenzará la mezcla que es el origen del caos social.
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Dicho esto, va a caracterizar el primer régimen derivado de la forma de
gobierno ideal: la Timocracia. Esta forma de gobierno, representa el término
medio entre la aristocracia y la oligarquía ya que en ella conviven elementos de
ambos regímenes. Existen elementos aristocráticos tales como el respeto a los
gobernantes, la vida en común, el régimen de los guerreros, la importancia de la
gimnasia en la educación) y elementos característicos del régimen oligárquico
tales como la codicia, las riquezas y los vicios. Hay carencia de gobernantes
sabios que pasan a ser sustituidos por otros más “simples” y “fogosos”, llevando a
la inclinación hacia las riquezas y los placeres en lugar de la música y la filosofía.
Luego, describe al hombre timocrático y cómo este se forma: un padre excelente
que vive en un Estado enfermo (timocrático), el padre decide alejarse de los
honores y los cargos ya que aún conserva los ideales de la raza de oro, esto lleva
a que la madre en su ambición lo critique constantemente, el joven se ve
fortalecido por la parte racional del padre y estimulado por la ambición, la
irascibilidad y sus deseos. Finalmente, el joven reniega los ideales del padre y se
convierte en un individuo ambicioso, aunque horrado y entregado a servir los
ideales de la Polis.
Cuando la ambición y ansia de honores de los individuos timocráticos se
convierte en amor al dinero y a las riquezas, se produce el tránsito de la
Timocracia a la Oligarquía. Se señala que no es lógico que quién deba gobernar
la ciudad sean aquellos que tienen mucho dinero. Se rompe la unidad de la Polis
ya que es un estado dividido en dos (pobres-ricos) y se vive con el temor de que la
plebe se levante en armas para defender la ciudad y el miedo de los ricos a
contribuir económicamente a los gastos de la ciudad. Existe, además, una
diferenciación de oficios dentro de la Polis, lo que lo aleja del ideal de los
estamentos. Como todo puede venderse y comprarse, aparecen los zánganos;
estos pueden ser mendigos (sin aguijón) o ladrones, asesinos (con aguijón). Estos
zánganos serán la peor enfermedad de la Oligarquía.
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En cuanto al individuo oligárquico, según el estudio psicológico de este,
Platón llega a la conclusión de que es hijo de un padre timocrático (audaz y
ambicioso de honores, entregado de lleno a la defensa de la ciudad) que se verá
enfrentado a los tribunales y resultara injustamente condenado llevándolo a perder
su fortuna. De esta manera, su hijo se dará cuenta que para mantener la posición
social, el honor es menos efectivo que el dinero. Va consiguiendo riquezas
ponderando la avaricia y dejando de lado lo irascible y lo racional. Según Platón,
tiene las dos características del zángano, está dividido en dos aspectos
contradictorios: es trabajador, ahorrativo y eficaz pero lleva la experiencia de la
pobreza, zanganería y humillación. Pero, debemos aclarar que estas
características se mantienen ocultas, por lo que es un maestro de la apariencia.
Su alma es la representación de la desarmonía, se aprovecha de los débiles y
goza de una reputación justa.
Terminado el estudio de la forma de gobierno oligárquica y el individuo
propio de esta, va a comenzar el análisis de la derivación decadente de la
Oligarquía: la Democracia, aborrecido por Platón. La oligarquía ha llevado a una
sociedad donde existen unos pocos ricos y una gran masa de pobres sin
educación ni recursos, esto acabara por llevar al enfrentamiento y la revolución
democrática que produce la expulsión, el destierro e, incluso, el asesinato de los
principales oligarcas. Poco a poco, los pobres van tomando el lugar que
anteriormente ocupaban los oligarcas en el gobierno, otorgando las magistraturas
por sorteo. He aquí una de las cuestiones por lo cual Platón aborrece dicho
régimen, cuestionándose cómo es posible adjudicar el gobierno a quienes no son
seleccionados como los mejores. Entre las características propias de este
gobierno podemos mencionar el libertinaje, el individualismo y relativismo en los
puntos de vista, igualdad y tolerancia mal entendida.
Seguidamente, Platón nos hablara acerca de las diferencias entre el
hombre timocrático, oligárquico y democrático. Para esto, va a diferenciar entre los
deseos necesarios, innecesarios e ilícitos. El individuo oligárquico cede a los
primeros, el demócrata a los primeros y segundos y el tirano a los terceros. El
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sujeto oligárquico y el democrático con el producto del triunfo de la parte
impulsiva-concupiscible del alma. La diferencia aquí radica en que los oligárquicos
buscan los apetitos necesarios ya que no producen pérdidas. En sus hijos se
librará una batalla entre los necesarios e innecesarios en la que, en ocasiones
saldrán triunfantes los más perjudiciales. De esta manera, el sujeto democrático es
el prototipo de la insatisfacción, poniendo todos los placeres en pie de igualdad y
teniendo el deseo de probar todo. Así se constituye un sujeto múltiple.
Por último, se dedicará al estudio de la Tiranía como forma de gobierno.
Este análisis consiste en el estudio de los síntomas de la tiranía ya presentes en el
régimen democrático, y en el análisis de la enfermedad en sí. Platón pensaba que
en el gobierno democrático ya existían gérmenes de tiranía. En esta forma de
gobierno existen tres clases sociales: los demagogos (zumban sobre las masas
diciéndoles lo que desean escuchar), los ricos (de los cuales sacan los zánganos
su miel, “pasto de los zánganos”) y la masa o el pueblo. El pueblo es la clase más
poderosa en una democracia pero rara vez se consagra a no ser que le
proporcione algo de riqueza. Si sus líderes se enfrentan a los ricos para lograr una
distribución de la riqueza, suele participar. Pero es habitual que los ricos se
defiendan e intenten restaurar una oligarquía, por lo que el pueblo reacciona y
elige al más sanguinario como líder.
A través del mito del hombre lobo, Platón comparará al tirano con el lobo
que come carne humana y destruye a sus adversarios, pero disfrazado de cordero
prometiendo repartir tierras y bajar los impuestos. Los ricos, ante esto, se
defienden, por lo que el tirano solicitará al pueblo una custodia personal y
comienza la depuración de los ricos, los cuales huirán. En busca de hacerse
indispensable como caudillo, el tirano inicia algunas guerras de conquista. Esto le
permitirá aumentar los impuestos a los ricos haciéndose más popular. Las guerras
comienzan y si las batallas no marchan bien comienzan los problemas y las
críticas. En respuesta a esto, el tirano comienza a eliminar también a los que los
apoyaron y el pueblo se dará cuenta de cómo obró y de qué clase de criatura
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engendró. El tirano comenzará a formar una guardia personal de mercenarios y el
pueblo será quien deba costear los gastos de este ejército.
Con la explicación de la forma de gobierno tiránica concluye el capítulo VIII de la República.
Bibliografía
Platón (2008) “La República”. Edición de Rosa.M Mariño Sánchez Elvira, Salvador Mas Torres y Fernando García Romero. Ediciones Akal.
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