La península ibérica en la Edad Media: los reinos cristianos

Post on 10-Jan-2017

986 views 1 download

Transcript of La península ibérica en la Edad Media: los reinos cristianos

1. Los primeros núcleos de resistencia.

Reino de Asturias

En el año 722 Pelayo, jefe de las tribus asturianas, derrotó a las tropas islámicas en la mítica batalla de Covadonga.

Alfonso I, aún en el siglo VIII, fue el primer jefe asturiano que se proclamó rey y situó la corte en Cangas de Onís.

Durante el reinado de Alfonso II, en el siglo IX, se descubrió en el reino la supuesta tumba del apóstol Santiago.

También Alfonso II trasladó la capital de Asturias a Oviedo, donde Ramiro I edificó el palacio de Santa María del Naranco.

A finales del siglo IX Alfonso III expandió el reino de Asturias hasta el río Duero y trasladó su capital a León.

Alfonso III dividió el reino entre sus hijos: García I (León), Ordoño II (Galicia) y Fruela II (Asturias).

Reinos de León, Galicia y Castilla

Desde finales del siglo IX el reino de Asturias se convierte en reino de León.

Durante el siglo X el reino de León sufrió luchas internas, como la acaecida entre Alfonso IV (León) y Sancho Ordoñez (Galicia). También aparecen los primeros reyes de Galicia.

En las tierras orientales de la cuenca del Duero diversos condados dieron lugar a Castilla, dependiente de León.

Fernán González unificó en el siglo X los condados de Castilla, considerándose como el “padre de la patria castellana”.

En el siglo X el reino de León tuvo que hacer frente a las aceifas del califato de Córdoba, que sólo fue derrotado en Simancas por las tropas de Ramiro II (939).

Fernando I, hijo del rey pamplonés Sancho III y la condesa castellana Munia se convirtió en el primer rey de Castilla, haciéndose también con el reino de León tras derrotar a su cuñado Bermudo III.

Reino de Pamplona

En el siglo VII el ejército franco-carolingio mantuvo las tierras del sur de los Pirineos como marca fronteriza. Pero los vascones derrotaron a los carolingios en Roncesvalles (778).

En el siglo IX aparecieron diversos núcleos encabezados por la aristocracia vascona, destacando el de Pamplona que tuvo en Íñigo Arista su primer rey.

En el siglo X el reino de Pamplona se expandió con Sancho Garcés I (alto Ebro) y posteriormente con García Sánchez II (Aragón).

En el siglo XI Sancho III el Mayor aprovechó la crisis del califato e incluyó Sobrarbe, Ribagorza y el condado de Castilla.

Condado de Aragón

El condado de Aragón nació bajo la tutela de los reyes francos-carolingios. Su primer conde fue Aznar Galíndez (siglo IX).

El territorio original de Aragón comprendía varios valles montañosos pirenaicos, extendiéndose hasta Jaca.

A mediados del siglo X el condado de Aragón se incorporó al reino de Pamplona.

Condado de Barcelona

En el siglo VIII los reyes franco-carolingios dominaron los primeros condados catalanes y conquistaron a los musulmanes Girona y Barcelona.

En el siglo IX el conde Wifredo logró unificar varios condados en torno a la Plana de Vic, encabezado por Barcelona.

En el siglo X el condado de Barcelona encabezado por Borrel II dejó de prestar vasallaje a los reyes francos consiguiendo la independencia política.

2. Principales etapas de la Reconquista.

El término Reconquista usado por los cristianos en su lucha frente a Al-Ándalus tiene una componete religiosa, de cruzada contra los infieles.

También el término Reconquista buscaba presentar a los reinos cristianos como continuadores del reino visigodo de Hispania.

La primera etapa de la Reconquista se desarrolló entre los siglos VIII y X, estando caracterizada por un limitado avance cristiano frente a un potente Califato. Se centró en territorios casi despoblados (valle del Duero, Vic,...).

La segunda etapa de la Reconquista entre los siglos XI y XIII se caracteriza por un gran avance cristiano ante la división de Al-Ándalus. En el siglo XI dominaron la Extremadura con comunidades de villa y tierra.

En el año 1085 Alfonso VI conquistó Toledo y se proclamó “emperador de toda España”. Poco después fue derrotado por los almorávides.

Durante esta etapa destacó la figura casi mítica de Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador), que se hizo con el reino de Valencia.

Aragón, separado como reino tras la muerte de Sancho III, tuvo en Ramiro I a su primer rey. A finales del siglo XI Pedro I conquistó Huesca y Barbastro.

Los condes de Barcelona en el siglo XI se extendieron al sur del río Llobregat, destacando la conquista de Tarragona por Ramón Berenguer II.

A principios del siglo XII Alfonso I de Aragón, conocido como “el Batallador”, conquistó Zaragoza (1118) y otras ciudades del medio valle del Ebro.

Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, se convirtió en rey de Aragón al casarse con Petronila, la heredera de Aragón. Así surgió la corona de Aragón incorporando el bajo valle del Ebro y Lleida.

A partir de la segunda mitad del siglo XII, aprovechando la crisis almorávide, se impulsó el avance militar cristiano apareciendo las primeras órdenes militares hispánicas.

Alfonso I Enríquez, independizó Portugal como reino frente a León y conquistó Lisboa (1147) y Évora (1166).

Durante la segunda mitad del siglo XII, a pesar del avance almohade, Fernando II de León conquistó Alcántara, Alfonso VIII de Castilla Cuenca, y Alfonso II de Aragón Teruel.

También esta época se inició la firma de tratados de reparto de los territorios que se esperaba conquistar en el futuro (Tratados de Tudillén y Cazorla, revisado por el de Almizra).

El siglo XIII se inició con la gran victoria cristiana de las Navas de Tolosa (1212) frente a las tropas almohades, lo que facilitó el acceso al valle del Guadalquivir.

Jaime I “el conquistador” ocupó las islas Baleares (1229) y el reino de Valencia tras un largo asedio (1238).

En León, Alfonso IX, aprovechando la derrota almohade, conquistó Cáceres, Mérida y Badajoz.

Fernando III, que consiguió unir de forma definitiva los reinos de León y Castilla, integró el valle del Guadalquivir a sus reinos, tomando Córdoba (1236) y Sevilla (1248). Además, Murcia se incorporó al reino.

Los conflictos internos en la Corona de Castilla en los siglos XIV y XV facilitaron la supervivencia del reino de Granada hasta que los Reyes Católicos en 1492 consiguieron tomarla.

Alfonso X “el Sabio” incorporó la ciudad de Cádiz, limitando el reino de Granada a las provincias actuales de Granda, Málaga y Almería.

3. Las formas de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y

organización social.

Presura (aprisio): ocupación de tierras sin dueño por personas libres, auqnue en muchos casos dieron lugar a señoríos.

Concejil: Núcleos de población fronterizos con amplio alfoz que reciben derechos y privilegios de los reyes (cartas puebla, fueros, cartas de franquicia).

Encomiendas: Territorios, inmuebles, rentas o beneficios pertenecientes a una orden militar a cuyo frente se encontraba un caballero, denominado comendador, que era nombrado por el maestre de la orden.

Capitulaciones: Acuerdos con las poblaciones sometidas por las que se respetaban sus leyes, religión, parte de las propiedades,....

Repartimentos: Reparto de los bienes de la conquista entre los participantes en la misma efectuado por el rey. El lote repartío se denomina donadío. Dio lugar a grandes latifundios.

La sociedad de la España cristiana se dividió en tres estamentos, dos privilegiados (nobleza y clero) y otro no privilegiado (tercer estado).

4. Diversidad cultural: cristianos, musulmanes y judíos.

La cultura de los reinos cristianos estuvo monopolizada por los eclesiásticos católicos y sus fines religiosos. En este sentido destaca como en el siglo VIII se impuso la crítica de Beato de Liébana a la teoría adopcionista adoptada por el arzobispo de Toledo Elipando, que intentó acercarse al Islam.

En los monasterios se desarrolló una importante labor de copia de textos bíblicos y de santos, destacando la ilustración con miniaturas de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana.

Los principales monasterios de la época fueron: San Millán de la Cogolla, Santo Domingo de Silos y Santa María de Ripoll.

En algunos monasterios se llegaron a copiar manuscritos de científicos y filósofos procedentes de Al-Ándalus, sirviendo de puente entre la cultura de Oriente y la de Occidente.

Los textos se escribían en latín, pero en San Millán de la Cogolla y después en Santo Domingo de Silos destacan la aparición a inicios del siglo XI de los primeros textos escritos en castellano (glosas o apuntes de términos en latín).

Las principales influencias culturales que recibieron los reinos cristianos procedieron de Al-Ándalus (mozárabes) y el Imperio Carolingio (en los condados catalanes), pero sobre todo a través del camino de Santiago, camino de peregrinación consolidado entre los siglos XI y XIII.

El Camino de Santiago fue potenciado por los reyes concediendo fueros a ciudades como Logroño, Burgos, León,.... Además impulsó la adopción del rito romano cristiano (siglo XI), la expansión de la regla de San Benito y la llegada de la reforma de Cluny, y con ella del arte románico.

El latín, aunque siguió siendo el idioma culto fue dando paso al uso de las lenguas romances peninsulares: el castellano (con los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo o El Cantar del Mío Cid), el gallego-portugués (con las Cantigas de Santa María de Alfonso X) y el catalán (con el Livre del gentil de Ramón Llull o la Crónica de Ramón Muntaner).

Al avanzar la Edad Media, en el siglo XII, junto a los monasterios se desarrollaron las escuelas catedralicias y en Toledo se creó una Escuela de Traductores, que impulsó la traducción al latín y al castellano de obras árabes, griegas y orientales de autores como Aristóteles o Averroes. También en Tarazona se creó otra Escuela. En ambas participaron judíos, cristianos y musulmanes.

A partir del siglo XIII se empezaron a fundar Estudios Generales, con apoyo de la Iglesia y las Cortes, que dieron lugar a las primeras Universidades en Palencia, Valladolid, Salamanca, Lleida,...

5. Los reinos cristianos en la Edad Media:

manifestaciones artísticas.

El arte de los reinos cristianos peninsulares en la Edad Media fue fundamentalmente religioso por su función y finalidad de transmitir la doctrina católica.

La peculiaridad histórica de los reinos favoreció la aparición de estilos propios (arte asturiano, mozárabe y mudéjar), aunque también se desarrollaron los estilos europeos románico y gótico.

Arte asturiano (prerrománico): Se desarrolló entre los siglos VIII y IX. Usó arcos de medio punto y bóvedas de cañón. Destacan las iglesias de San Miguel de Lillo, San Julián de los Prados y Santa Cristina de Pola de Lena, además del palacio de Santa María del Naranco.

Arte mozárabe (prerrománico): Se desarrolló en el siglo X. Usó el arco de herradura y plantas diversas. Destacan las iglesias de San Miguel de la Escalada, San Cebrián de Mazote o San Baudelio de Berlanga.

Arte románico: Se desarrolló entre los siglo XI y XII. Sus construcciones son de aspecto macizo y escasos vanos, empleando el arco de medio punto y la bóveda de cañón. La decoración escultórica (relieves) y pictórica (frescos) está al servicio de la arquitectura y es pedagógica.

En el arte románico destaca el monasterio de Santa María de Ripoll, San Clemente de Tahaull, San Martín de Frómista, el monasterio de Santo Domingo de Silos, San Isidoro de León y la catedral de Santiago de Compostela.

Arte gótico: Se desarrolló entre los siglo XIII y XV. Sus construcciones son elevadas y luminosas, destacando el uso del arco ojival, la bóveda de crucería y las vidrieras. La escultura y la pintura ganan independencia y se hacen más naturalistas.

En la arquitectura gótica destacan las catedrales de Toledo, Burgos, León y Barcelona, además de edificios civiles como la Lonja de Valencia. En escultura destaca la Virgen Blanca de Toledo y el sepulcro del Doncel de Sigüenza y en pintura el catalán Ferrer Basa y el castellano Bartolomé Bermejo.

Arte mudéjar: Se desarrolló entre los siglo XII y XV. Mezcla influencias cristianas (románico y gótico) con materiales (ladrillo, yeso,...) y decoraciones propias de los musulmanes. Destaca la iglesia de San Tirso en Sahagún, la puerta del Sol de Toledo o la catedral de Teruel.