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LA GEOMETRÍA DE LAS IDENTIDADES POLÍTICAS EN MÉXICO
Julia Isabel Flores
Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM
La ubicación política e ideológica de la población
Los cambios en los contenidos, la conceptualización y el ejercicio de la política en
los últimos tiempos, han dejado muchos de los conceptos fundamentales
utilizados hasta hace poco, vacíos de contenido. Hoy distinciones como las de
conservador, liberal, revolucionario y progresista, tienden a perder sus antiguos
significados, y su utilización para explicar nuevas situaciones presenta dificultades.
Frente al vaciamiento de contenido de estos términos, se erigen los conceptos de
cambio y democracia como categorías fundamentales: se piensan como algo que
se tiene que efectuar urgentemente, pero las opiniones varían en torno a la
velocidad, dirección y profundidad de las transformaciones. Dicho sea de paso, la
idea de la necesidad del cambio, puede producir también, la idea contraria.
Los criterios acerca de la velocidad y profundidad del cambio no resultan
meramente formales, pues no se trata de llegar a lo mismo en diferentes ritmos
históricos, sino que los procedimientos están esencialmente vinculados con los
contenidos y los fines: se está de acuerdo con trascender la situación actual, pero
en desacuerdo con las situaciones a las que se tiene que arribar, no hay acuerdo
con respecto a los procedimientos y fines. Las coincidencias se agotan en la
negación de la sociedad y los regímenes tradicionales.
Hoy más que nunca, se aprecian más semejanzas que diferencias entre los
actores políticos como los partidos, principalmente entre los que llamamos
conservadores y liberales. Tienen una misma composición social, representan en
lo económico al capital, en lo social a las antiguas clases dirigentes, en lo político,
necesariamente la defensa del régimen económico liberal capitalista. Hoy los
partidos están divididos, no por diferencias en la manera de apreciar los principios
de la democracia: -todos se adhieren a la democracia representativa, a la
responsabilidad de dar cuenta de sus actos ante el pueblo y a la alternancia de
poder-; sino por la manera en como esos principios han de ponerse en práctica, la
diferenciación se establece en torno a una mayor o menor velocidad en las
transformaciones.
Lo anterior ha favorecido la tendencia, originada desde hace algunos años,
a matizar los principios, en aras de ganar votos, y a colocarse en el centro del
espectro político. Ello contribuye a dificultar a la población el establecimiento de
distinciones, fijar posiciones en torno a ellos, y a la vez, construir sus propias
posiciones políticas, en las que la identificación con un partido era hasta hace
algunas décadas un elemento esencial.
Las condiciones actuales de producción del espacio público han contribuido
a ello. Si en la democracia antigua la política se definía por el debate, en nuestra
cultura la actividad política condensa tres aspectos: 1. Se amplía, además del
debate público, a las orientaciones y las elecciones que conciernen a la sociedad
entera, en donde se enfrentan los profesionales de la política y sus partidos
respectivos; 2. Aparece la política como administración de una colectividad – y el
político como moderno empresario público; y 3. La política como expresión y
comunicación – en donde el político se convierte en hombre de los medios.
Estos tres aspectos en conjunto, constituyen hoy la actividad política en toda su
complejidad. Las transformaciones del espacio público contribuyen a crear un
cierto tipo de discurso y de imágenes que contrastan con los modos tradicionales
de abordar el debate político.
Sofisticación política
El esfuerzo de comprender a la ideología como un código político (Klingemann
¿año?) relativo a la definición de situaciones sociales y políticas llevó a acuñar el
concepto de sofisticación política. La sofisticación política es una categoría de
análisis de la opinión pública teóricamente importante y difícil de estudiar
empíricamente. En los estudios contemporáneos del comportamiento político
existen dos concepciones distintas, pero interrelacionadas, de sofisticación
política: Por una parte, se entiende como el nivel de abstracción del pensamiento
2
político o niveles de conceptualización (Campbell: 1960), por la otra, como el
grado de interrelación de las ideas políticas que lleva a la constricción de las
actitudes (Converse: 1964).
La sofisticación política como todos los conceptos abstractos no puede ser
percibida directamente, sino que tiene que ser inferida a través de indicadores
menos abstractos, pero directamente mensurables1. Uno de ellos, quizás el más
utilizado con frecuencia es el de la distinción izquierda-derecha.
La sofisticación política está relacionada con el manejo del pensamiento
político abstracto, a través de la educación, o bien, a través del involucramiento y
la experiencia en actividades políticas. Es el pensamiento político abstracto
obtenido a través de la educación, la experiencia, y el intercambio con juicios de
otros y de los medios de comunicación masiva; es decir, se adquiere a través de
un proceso de socialización en la política, y por lo tanto, no se relaciona con una
habilidad innata.
Estas presunciones llevaron a pensar que la sofisticación política es
relativamente estable, aunque bajo ciertas condiciones se esperaría que cambie;
así , por ejemplo, los niveles de sofisticación política tienden a aumentar con la
edad, a pesar de que esta variable se correlaciona en forma negativa con la
escolaridad. Los cambios en los niveles de conceptualización política no se
relacionan necesariamente con cambios en los niveles de involucramiento en
política.
Se piensa que las personas que poseen mayores niveles de
conceptualización, organizan sus creencias políticas y opiniones en varios temas,
utilizando principios abstractos, como por ejemplo, liberalismo o conservadurismo,
y sus actitudes se desarrollan acorde con las ideologías compartidas. La
organización de las actitudes propias en términos de ideologías reconocidas, que
puede funcionar como un elemento constrictor para los sistemas de creencias
individuales, no es necesaria cuando los individuos tratan de orientarse
1 Campbell et.al. desarrollaron una medida de sofisticación política los “índices de socialización política” que incluían cuatro categorías en su construcción: ideología, beneficios del grupo, naturaleza de los tiempos y otros. Desde entonces se han desarrollado formas novedosas para analizar la sofisticación política, no obstante, estas incluyen siempre la distinción izquierda-derecha en la categoría ideología (véase: Campbell. 1960).
3
políticamente con la ayuda de etiquetas ideológicas como las de izquierda y
derecha, etiquetas que por lo general se atribuyen a los partidos políticos.
El uso de estas etiquetas funciona como hatajo heurístico, como mecanismo
orientador, un compás para simplificar la complejidad el universo político y hacerlo
más comprensible, esta distinción provee una orientación a los individuos y juega
funciones de comunicación en el sistema político.
La literatura sobre el tema tiende a ver un componente ideológico y otro
partidista incluido en el continuum derecha-izquierda (Inglehart), esto sugiere que
al preguntar por la ubicación ideológica de los individuos, los resultados podrían
estar sesgados por sus orientaciones partidistas. La importancia que se asigne a
esta distinción dependerá del contenido ideológico que se dé a la derecha y a la
izquierda.
Así, la percepción que tienen los votantes de los partidos políticos, se
caracteriza por su ubicación en la dimensión ideológica, con frecuencia en relación
con la economía Downs: 1957), pero existen también otros factores cuya
significación pragmática e ideológica varía con el tiempo. No obstante, existe una
idea muy vaga de cómo esa dimensión ideológica (en donde la política se debate
y se decide) se relaciona sistemáticamente con las múltiples dimensiones que se
concretizan en las políticas públicas (de las cuales se preocupan los votantes).
En general la colocación izquierda-derecha ha tenido un significado
autónomo y un contenido político de las actitudes, incluyendo las orientaciones
con respecto a la aceptación del régimen. Estas actitudes pueden estar asociadas
a él, pero no son equivalentes a lealtades partidistas específicas.
En las sociedades contemporáneas se revelan bajos índices de sofisticación
política, lo que llevó a pensar en principio, que los resultados de las elecciones
eran generalmente, de naturaleza no ideológica (Campbell), al no encontrar
evidencias de sofisticación política entre los votantes. No obstante, los mayores o
menores niveles de sofisticación e involucramiento en la política cambian de
acuerdo con el contexto y la temporalidad de los acontecimientos políticos.
El conocimiento de las ideologías como códigos políticos (Klingemann) relativos a
la definición de situaciones sociales y políticas es una tarea compleja. La
4
reconstrucción de las posiciones políticas e ideológicas de la población y el
conocimiento de los grados de sofisticación política en México, no han sido tarea
fácil.
Hasta hoy, los académicos se han encontrado con problemas para ubicar a
la población en términos de sus posiciones políticas de acuerdo a los conceptos
generalizados de izquierda, derecha y centro. La tarea se dificulta, no sólo porque
los contenidos de estos conceptos en México no arraigan en una tradición
histórica o política, sino que la identificación de la posición ideológica en México
ha pasado por el uso de varios términos según la época: federalistas y
centralistas, conservadores y liberales, revolucionarios y porfiristas, progresistas y
reaccionarios; (éstos últimos definidos desde el PRI) revolucionarios y
progresistas, o revolucionarios y reformistas, izquierda y derecha, etc. definiciones
que se han recogido principalmente entre las élites ilustradas de los centros
urbanos del país. Así, por ejemplo, en una investigación sobre la cultura política de
los estudiantes de la UNAM, (Durand:1997) se observa que los estudiantes
entrevistados se colocan con facilidad en su gran mayoría en el eje ideológico
izquierda-derecha, independientemente de variables como el sexo y el ingreso,
que en cambio, juegan un papel importante para la adopción de estas definiciones
entre la gran mayoría de la población.
La oposición entre los conceptos “liberal” y “conservador” que proviene de
las distinciones políticas establecidas a lo largo del Siglo XIX, y las de izquierda,
derecha y centro, son las que hasta hoy han perdurado.
Las metáforas políticas representan una visión de la realidad que subyace
al cuerpo entero de pensamiento político y constituyen herramientas útiles para
iluminar tensiones en los sistemas de pensamiento, de allí que posibilite entender
la estructura profunda de pensamiento dentro de cualquier modelo de política. Las
oposiciones binarias son temas en el nivel más básico, las fuentes fundamentales
o términos de referencia hacia los cuales se mueve el cuerpo de la interpretación,
de tal manera, que por lo general, tendrán una referencia corporal. Hacer del
cuerpo el centro del campo simbólico, es una imagen de la fuerza que subyuga
otros significados.
5
El uso asignado tradicionalmente en la política de los términos izquierda,
derecha y centro, contrasta con los contenidos que les son asociados en el léxico
popular mexicano, ello constituye una dificultad que se plantea, de entrada, al
solicitar a las personas que definan sus posiciones ideológicas en función de
estos términos.
La palabra “derecha” en México, tiene una connotación muy positiva, ya
que se asocia con la palabra “derecho”, que aparece asociada con términos como
ser honesto, apegarse a las normas o a las leyes, cumplir con la palabra dada, o ir
directamente al tratamiento de un asunto sin rodeos. Se asocia además, con el
uso de las manos, convertirse en “la mano derecha de alguien” significa ocupar un
lugar prominente. En contraste, la palabra “izquierda” se asocia con lo “chueco o
torcido” cuyos significados en su mayoría negativos, expresan lo incorrecto,
deshonestidad, no apegarse a las normas o las leyes y no cumplir con la palabra
dada. Un significado positivo del término izquierda, relacionado con el uso de las
manos, aparece vinculado al manejo de las relaciones entre las personas que
“cuando son manejadas con la mano izquierda” se asocian con la paciencia, el
cuidado y el uso de la diplomacia, en un símil con la manera en la que se maneja
a un caballo cuando se le monta. El lado izquierdo, se asocia además con el lado
“débil”, en alusión al uso de la mano izquierda. El concepto de “centro” tiene
connotaciones positivas. El “centro” generalmente se asocia con alguna persona,
objeto o cuestión que se constituye en el punto de atención o de decisión, con
ocupar un lugar prominente, o bien, con la neutralidad frente al compromiso.
Los bajos niveles de información y de interés en la política generalizados
en la población, en adición a los largos años de predominio de un partido en el
gobierno, hacen que sólo entre las élites políticas, intelectuales y una minoría
urbana y altamente escolarizada se utilicen estas oposiciones conceptuales para
referirse a determinadas posiciones políticas. A ello se agrega el hecho de que los
propios gobiernos del PRI, se definieron como de “izquierda” durante un largo
tiempo2. La Constitución Política de 1917 emanada de la revolución mexicana,
2. El presidente Adolfo López Mateos (1957-1963) definió a su gobierno como “de izquierda”. Frente al surgimiento de la revolución cubana de 1958, corrigió su declaración señalando “mi gobierno es de izquierda, pero dentro de la revolución” en alusión a la revolución mexicana.
6
constituyó el principal marco de referencia frente al cual se evaluaban posiciones,
actores y gobiernos. Así, a medida que un gobierno se alejaba más de la
constitución era calificado como “conservador” o como “gobierno de derecha”,
mientras que un acercamiento al marco constitucional haría que los actores lo
califiquen como de “izquierda”. Actualmente, la palabra “revolucionario”, se ha
desgastado, al perder referentes y contenidos, su uso ya no implica más una
connotación positiva como la tuvo hasta los años setenta y se discute la reforma
al texto constitucional.
Hoy que los contenidos y los referentes tradicionales de los términos
izquierda, derecha y centro han cambiado, el uso de estos términos se torna, de
por sí, más problemático. Para conocer como se ubica en términos de posición
política e ideológica la población en relación con el uso de dichos términos, a fines
del siglo, se presentan algunos resultados de una encuesta realizada con
posterioridad a las elecciones federales de 19973. En este trabajo se planteó la
siguiente batería de preguntas, que se inicia con la siguiente: Hay gente que
define su posición política como más cercana a la izquierda, al centro o a la
derecha, ¿Usted define su posición política usando estas palabras? La mayoría
de los entrevistados (68%) señaló que no define su posición usando esas
palabras, sólo 27% afirmó que las utiliza y el restante 5% no contestó.
Para 27% de quienes respondieron que Si se ubican en esos términos, se
planteó la siguiente pregunta abierta: ¿Usted se considera más cercano a la
izquierda, al centro, o a la derecha? 27% señaló que se considera más cercano a
la izquierda, 23% opinó que se considera más cercano al centro y 44% de los
entrevistados se consideró de derecha. Estas respuestas reflejan, no tanto la
posición política de los entrevistados, sino más bien la valoración positiva del
término.
Posteriormente, a quienes dijeron considerarse de izquierda se les preguntó en
forma abierta: ¿En sus propias palabras, dígame que quiere decir izquierda? Las
respuestas de las personas se agruparon en torno a los siguientes contenidos:
oposición, estar en contra del gobierno del PRI, partido opuesto, oposición a la
3. Varios Autores: Encuesta nacional de actitudes hacia la política. Aplicación del módulo: Comparative Study of Electoral Systems. México, CIDE, 1997.
7
forma de gobierno. El concepto de izquierda se vincula con el concepto oposición,
en formas que resultan paradójicas: Así, por ejemplo, según esta concepción, las
personas que votaron por el partido de Vicente Fox, Acción Nacional,
tradicionalmente considerado como conservador y de derecha, se ubicarían a si
mismas, a la izquierda.
De igual manera, a quienes se ubicaron en la derecha, se les planteó la
pregunta: ¿En sus propias palabras, dígame que quiere decir derecha? Las
respuestas de los entrevistados se agruparon principalmente en torno a las
palabras y frases: progresar, estar mejor, que apoyan a su partido, todo tiene que
ser limpio, estar con el PRI, estar con el gobierno, democracia, el gobierno. El
término derecha se asocia con mejoría y con apoyo al gobierno, lo que también
arroja resultados paradójicos ya que, por ejemplo, quienes otorgaron su voto para
gobernar la capital de la república, al Partido de la Revolución Democrática, que
se define a si mismo como un gobierno de izquierda, se autoubicarían en la
derecha, dado que dicho partido gobierna la capital desde 1996.
Posteriormente, dentro del módulo de CECS se replicaron dos preguntas
dirigidas a medir, mediante el uso de una escala, la ubicación política de los
entrevistados. Los resultados muestran que la mayoría de las personas prefieren
ubicarse en la derecha y en el centro, antes que en la izquierda (Véase Cuadro 1).
Cuadro 1
En política la gente habla a menudo de la izquierda y la derecha, en una
escala de 0 a 10, en la que cero significa izquierda y 10 es derecha, ¿En
dónde se ubica usted?
(porcentajes)
Calificación %
0 8
1 1.4
2 2.2
3 2.8
4 2.4
8
5 18.3
6 4.1
7 3
8 6.5
9 2.7
10 25.1
No sabe 21.6
No
contestó
2
Esta misma escala se utilizó para ubicar las posiciones de los tres principales
partidos políticos en el país. Los resultados muestran que las concepciones más
cercanas a la percepción general de los partidos en la sociedad mexicana tienden
a ubicar al PRD como un partido de izquierda, colocan al PRI en una posición de
derecha y con respecto al PAN no existe una percepción definida (Véase Cuadro
2).
Cuadro 2
Y usando la misma escala, ¿ donde ubicaría usted al partido...?
(porcentajes)
Calificació
n
PAN PRI PRD
0 12.6 12.1 14
1 2.6 2.8 3.9
2 4.5 3.5 2.9
3 4.8 3.1 7.3
4 5.3 4.1 6.4
5 12.1 9.6 10.6
6 5.1 6.1 4.4
7 5.3 4 5.6
8 8.6 7.4 6.4
9 3.9 4.2 3.5
9
10 12.7 21.9 9.8
No sabe 20.7 19.1 22.8
No
contestó
1.8 2.1 2.5
La ausencia de una percepción definida del PAN, se confirma en los resultados
obtenidos en los índices de disponibilidad léxica para los partidos políticos que se
presenta más adelante en este estudio.
Al sumar los porcentajes, clasificando de la siguiente manera: Izquierda
rango del 0 al 3; Centro: rango del 4 al 7; Derecha: rango del 8 al 10. Resulta que
se consideraría de Izquierda 14.4%, de Centro 27.8% y de Derechal 34.3%.Aún
si se moviera la escala para la Izquierda de 0 a 4 y para el Centro de 5 a 7,
dejando la Derecha de 8 a 10, los resultados no cambian significativamente:
16.8% para la izquierda, 25.4% para el centro y 34.3% para la derecha. Si con los
anteriores criterios clasificamos a los partidos políticos veremos que la percepción
de las posiciones ideológicas de los partidos
Cuadro 3
Clasificación de los partidos políticos según percepciones de
sus posiciones ideológicas
(porcentajes)
PAN PRI PRD
Izquierda 24.5 21.5 28.1
Derecha 27.8 23.8 27
Centro 25.2 33.5 19.7
No sabe 20.7 19.1 22.8
No contestó 1.8 2.1 2.5
De lo anterior se desprende, que no existe necesariamente una correlación entre
la definición política personal y la adjudicada a un partido; el sentido de los
10
términos izquierda y derecha, aplicados a los partidos, se refiere más bien a
posiciones políticas concretas o de políticas públicas, que no necesariamente
corresponden al uso de dichos términos en el plano individual, que asume
contenidos valorativos en un juego entre las identidades, las ideologías, y los
intereses.
El descolocamiento de los jóvenes del eje ideológico izquierda-derecha,
refleja en buena medida estos cambios. En los noventa se ha desgastado la
relación de los jóvenes con la ideología, que en modo débil y ambiguo
caracterizaba a la generación precedente. El alto nivel de compromiso público de
los jóvenes de hoy, difiere del nivel de compromiso público de las generaciones
precedentes, en especial de la generación del 68, tanto por su neutralidad
ideológica, como por la independencia de su colocación política sobre el eje
derecha-izquierda.
El desvanecimiento del eje derecha-izquierda no deja un vacío, pero si
conduce a una suerte de diferenciación entre la dimensión política y la dimensión
cultural. Más moderados que sus padres, sobre todo en el plano político, estos
jóvenes manifiestan orientaciones radicales en el plano cultural, en donde se
expresa una singular y contradictoria configuración de universalismo y solidarismo
del grupo, aceptación del marco institucional y crítico de su funcionamiento
concreto, orientaciones que combinan autorealización y sentido de la comunidad;
y crítica de los aspectos más destructivos de la sociedad moderna, pero una fuerte
negativa a la participación política.
Hoy, la política ya no es más para esta generación una fuente de identidad
colectiva: si los jóvenes de los 70 trataban todavía de caracterizar sus formas de
acción, como actividad política, aunque en una tradición ajena a la dimensión
pública, los jóvenes de los 80, por el contrario, rechazan definirse como políticos.
Si por una parte en esta generación se rompe la continuidad con la generación del
68, por la otra, la memoria de este evento está presente en la sociedad como
límite y marca para la acción del Estado, sugiriendo el inicio de un nuevo tipo de
relación política con los jóvenes.
11
La apertura de los regímenes con sistemas políticos tradicionales
sustentados en el poder de las corporaciones, está siendo desplazada por la
tendencia global a la apertura y a la participación social ampliada y diferenciada,
de carácter individual y ciudadanizada, las corporaciones dejan de ser funcionales
a la nueva organización y tienden a disolverse. Con su disolución se termina
también un estilo tradicional de socialización política y pierden vigencia
determinados valores.
En los noventa, el término “ciudadano” y todo aquello que se derive o remita
a él, es cada vez más valorado por los jóvenes, no obstante, su manera de
entender a la ciudadanía es particular y se caracteriza por una adhesión a los
valores de la democracia, a la vez que se desarrollan, en general, mayores niveles
de tolerancia. En México es notoria la gran fractura social que existe entre los
jóvenes de los diversos estratos sociales, no obstante, los unen la despolitización
y la apatía política, la desconfianza del Estado, de los partidos y de la política.
¿Se puede decir que las características anteriormente descritas indican la
emergencia de una nueva configuración de la identidad y de nuevas formas de
configuración de la acción social en las jóvenes generaciones mexicanas? ¿O
estaríamos hablando para las jóvenes generaciones de una Imposibilidad de la
política?
La respuesta parece apuntar hacia la constitución, todavía con perfiles
difusos, de nuevas configuraciones de la identidad y de las acciones sociales y
políticas de los jóvenes.
Es posible observar entre los jóvenes mayores niveles de movilización
cognitiva y de movilización social, al mismo tiempo que se caracterizan por bajos
niveles de movilización política. Ello nos indica que cuentan con una mejor
escolaridad y con redes sociales de tipo horizontal, pero que se involucran y
participan menos en política.
Hasta hoy, existe poca investigación que relacione las nuevas formas
cognitivas presentes en los jóvenes y los patrones de movilización, no está claro
todavía, por ejemplo, si la movilización cognitiva lleva a altos niveles de
movilización política asociados con las viejas formas, como los partidos, o bien
12
con las más nuevas como las organizaciones sociales. Tampoco se sabe todavía,
si esta nueva movilización conduce a una declinación de la conciencia política.
La situación de pertenencia a una cultura planetaria y a un imaginario
global, plantea a las nuevas generaciones de jóvenes, de manera simultánea, las
cuestiones de lo nacional, lo regional, lo local y lo individual, en donde lo global
no significa el fin de las diferencias culturales. Hoy, el peso creciente de lo
simbólico y de las identidades incide de manera determinante en los sentidos de la
acción política, al mismo tiempo, las instituciones y con ellas las formas de
socialización tradicionales, están siendo crecientemente rebasadas y
resignificadas por la homogeneización de los nuevos contenidos valorativos y
simbólicos producidos por los medios de comunicación.
Esta nueva cultura planetaria, mediada de manera creciente por las formas
de comunicación electrónica, ha producido nuevas sensibilidades y valoraciones.
El tiempo se reduce al presente, y éste, a lo inmediato, al aquí y al ahora, como
eje de la conducta social y política. La incapacidad de crear horizontes de sentido
de los diversos actores e instituciones políticos y sociales acrecientan,
particularmente entre los jóvenes, los procesos de desconfianza, falta de
credibilidad y obligan a la búsqueda de nuevas formas de sociabilidad,
organización y legitimidad, a nuevas formas de construcción de las identidades
políticas.
La construcción de las identidades políticas
En el proceso de formación de las identidades políticas en México la afirmación de
identidad se hace frente al otro, Un Otro que está constituido por varios referentes,
entre los que destacan el Estado, percibido para la mayoría de la población como el
gobierno, “la autoridad”, las formas que adopta su actividad la política y aquellos que
se ocupan de ésta.
Una de las varias formas en las que se constituye la identidad política es a
través de la identificación con un partido político. Al preguntar a los entrevistados
en forma directa ¿Con cuál partido político se identifica usted más? 38.1%
señaló identificarse con el PRI, pero en segundo lugar apareció en forma
13
espontánea la respuesta: Con Ninguno (24.8%), el PAN apareció con 19%, el
PRD con 12% y el porcentaje restante se distribuyó entre los demás partidos.
2.8% no supo o no contestó. Por otra parte, la mayoría de los entrevistados
(66.1%) considera que los partidos no se han hecho responsables de las
demandas de sus votantes, contra sólo 27.2% que cree que si lo han hecho.
¿Qué explicación podemos brindar al hecho de que en segundo lugar de
importancia en las respuestas acerca de la identificación partidista, aparezca que
los entrevistados no se identifican con ningún partido?. ¿De qué manera y a partir
de qué elementos es que la población entrevistada percibe a los partidos
políticos? ¿Qué imágenes se tienen de los partidos, en qué ámbitos y con qué
factores se vinculan? Para brindar una respuesta a lo anterior, se procedió a
estudiar y comparar los patrones de comunicación y los sistemas semánticos de
los entrevistados acerca de los partidos políticos mencionados, mediante el
análisis de su léxico disponible, ya que es a través del lenguaje como podemos
conocer las distintas asociaciones, relaciones y valoraciones que hacen de los
sujetos y acontecimientos.
¿Cuál era la percepción de la población sobre los partidos políticos antes
de las elecciones presidenciales del año 2000? Es importante especificar que
sobre estas percepciones influyó en buena medida la exposición a los medios de
la población desarrollada durante las campañas políticas. No obstante, los
diccionarios léxicos obtenidos y su distribución para los diferentes partidos,
guardan semejanzas muy altas con los recogidos en investigaciones anteriores a
ésta4, lo que podría indicar que dichas percepciones se encuentran arraigadas en
la población.
Léxico disponible para los partidos políticos
Con el propósito de conocer el léxico disponible en relación con los partidos
políticos se solicitó a los entrevistados mencionar tres palabras que asociaran
con cada uno de los tres principales partidos políticos. Las respuestas fueron
4 . Véase: Flores, Julia y Pliego, Fernando: Percepciones de liderazgo de las organizaciones sociales de la Ciudad de México. Actitudes, valores y opiniones sobre política. Encuesta levantada en junio de 1999. México, IISUNAM.
14
ordenadas por su importancia, tomando en cuenta no sólo la frecuencia con que
fueron seleccionadas, sino también la posición en que ocurrieron las menciones.5
Se presentan aquí las listas con las doce principales asociaciones agrupadas.
Palabras asociadas con el PRI
En el caso de los tres partidos políticos, la mayoría de las asociaciones fueron de
carácter negativo, pero especialmente en relación con PRI. Las asociaciones con
este partido aparecen fuertemente concentradas en torno a una palabra:
corrupción, a la que siguen asociaciones relacionadas con valoraciones
negativas como: robo, rateros, engaño, fraude, deshonestidad y mentira. Los
elementos positivos aparecen en la palabra experiencia, y ayuda, mientras que
poder tiene una carga neutra, aunque estos elementos constituyen una minoría
dentro de las asociaciones. La palabra gobierno alcanza hoy una valoración
negativa, y asociada con las demás palabras expresa una fuerte crítica a las
modalidades vigentes del ejercicio del poder, ya que la corrupción, el robo, el
engaño, la mentira y el fraude podrían ser vistas como resultado de la gestión
de ese partido en el gobierno.
Cuadro 4
5 .Se calcularon los índices de disponibilidad léxica, mediante la agrupación y normalización de las respuestas. y se aplicó la fórmula de López Chávez y Strassburger, para obtener un “índice de disponibilidad” que, en principio, puede variar entre 0 y 1.Véase de estos autores: “Otro cálculo del índice de disponibilidad léxica”, ponencia presentada en el coloquio Lingüística computacional organizado por la Asociación Mexicana de Lingüística Aplicada y el Colegio de México,1987.
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Palabras asociadas con PRI
ordenadas de acuerdo con su disponibilidad
Corrupción 0.98319702
Robo 0.16883960
Poder 0.14984299
Experiencia 0.08200597
Rateros 0.07118708
Engaño 0.06868100
Fraude 0.06350946
Deshonestidad 0.06335085
Mentira 0.05968438
Gobierno 0.05733532
El descontento de la ciudadanía hacia ese partido se expresa básicamente en
torno a un tema: la corrupción, sugiere además la demanda por un cambio.
Este último elemento podría constituirse en uno de los elementos fundamentales
en la estructuración de un nuevo discurso político, al igual que las asociaciones
positivas y neutras como experiencia y poder, como factores que pueden crear
sentido en ciertos sectores de la población. Ello se confirma más adelante, al
analizar las razones de la simpatía por los partidos políticos, en donde entre las
que se mencionan para el PRI encontramos, además de otras, la experiencia y
el poder.
Palabras asociadas con el PRD
Las asociaciones relacionadas con el PRD muestran también una mayoría de
valoraciones negativas y la presencia de sólo dos valoraciones positivas:
democracia y cambio; pero a diferencia de la palabra PRI, dichas valoraciones
positivas aparecen en los primeros lugares, mientras que los índices para las
valoraciones negativas no se concentran en una sola asociación. Ello nos permite
16
apuntar la existencia de un descontento disperso, que no se expresa en torno a
un solo tema, como en el caso del PRI, sino a varios.
Cuadro 5
Palabras asociadas con PRD
ordenadas de acuerdo con su disponibilidad
Democracia 0.38118866
Partido 0.19266547
Cambio 0.15836459
Desorden 0.13517234
Manifestación 0.12050169
Corrupción 0.11833871
Falta de
conocimiento
0.10134647
Mentira 0.09535762
Cárdenas 0.09517154
Incapacidad 0.07150507
El PRD es un partido que también se asocia con la personalidad de su líder,
Cárdenas, mientras que en el caso de los demás partidos no aparecen
visiblemente las personalidades. El PRD se asocia con el desorden, concepto
que podría estar muy vinculado a un tipo de prácticas como las enunciadas con
la palabra manifestación.
La imagen positiva que podría tener este partido se matiza con la aparición de
elementos negativos como son la incapacidad y falta de conocimiento,
indicando valoraciones que contrastan con la experiencia asociada con el PRI.
Sin embargo, ambos partidos comparten una desconfianza semejante de parte
de los entrevistados, pues en este caso también aparecen las palabras
corrupción, mentira y partido con connotaciones altamente negativas. Más
aún, corrupción y mentira, así como la aparición en los últimos lugares de la
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palabra PRI indican una vinculación en el imaginario entre el PRD y el PRI. En
este caso, al igual que en los casos de los otros partidos, las asociaciones
positivas cambio y democracia se repiten en las razones de la simpatía por un
partido.
Palabras asociadas con el PAN
En el caso del PAN aparece una valoración difusa en torno a distintos temas. No
se observa una valoración claramente negativa o positiva, ya que la mayoría de
las asociaciones son neutras, como es el caso de los términos conservador,
capitalismo, empresarios, derecha. Términos que se prestan a una
interpretación distinta, dependiendo de la posición ideológica. Una buena parte
de las asociaciones con la palabra PAN se refieren, más que al partido en si, a
las características de sus militantes: elitistas, empresarios, ricos, así como a
instituciones a las que se le asocia como en el caso de la iglesia y la palabra
religión, que son positivas en el léxico de la población. Aparecen también
valoraciones positivas como la palabra cambio, y es muy importante señalar que,
al contrario de los otros partidos, no aparece asociada la palabra corrupción.
Entre las razones para la simpatía por ese partido, encontramos por ejemplo,
asociaciones como la honestidad, esperanza y buen gobierno.
En conclusión, podríamos mencionar que del PAN no se tiene una imagen
clara y fuertemente definida, en contraste con el PRD y el PRI, ya que los
términos asociados, si bien en un primer momento nos podrían brindan la
impresión de una valoración difusa, tienen índices de disponibilidad muy bajos,
dispersos y frecuentemente se refieren a atributos neutros o de personas, más
que de naturaleza colectiva. Situación que podría estar relacionada con las
valoraciones que se obtuvieron con la escala de credibilidad, donde
encontraremos que el PAN obtuvo la segunda valoración más alta entre todos los
partidos.
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Cuadro 6
Palabras asociadas con PAN
ordenadas de acuerdo con su disponibilidad
Elitistas 0.19667662
Empresarios 0.17150507
Conservador 0.13849731
Partido 0.11316637
Ricos 0.10833791
Religión 0.09968359
Derecha 0.09633274
Iglesia 0.06733532
Cambio 0.06517154
Capitalismo 0.06050169
Las percepciones de los partidos políticos han cambiado con el tiempo: en el caso
del PRD, se han acentuado las valoraciones negativas, para el PAN se mantienen
más o menos estables una combinación de elementos negativos y positivos, con
predominio de estos últimos; y para el PRI se han mantenido las valoraciones
negativas.
La identificación con los partidos políticos es muy baja. Si durante años, un
sector importante de la población se identificó con un partido el PRI, hoy dicha
identificación ha cambiado. No existen identidades fuertes partidistas. La mayoría
de la población vota por determinados candidatos, pero se niega a militar en un
partido. La adscripción partidista puede cambiar de una elección a otra.
Los problemas que ello plantea a la representación política son serios. Al
preguntar: ¿Quién de los siguientes actores cree usted que representa más sus
intereses en política? La mayoría de los entrevistados (33.9%) señaló al
presidente de la república, mientras que los partidos políticos y los diputados en
la cámara, obtuvieron 11.7% y 13.2% respectivamente. Las demás respuestas
se distribuyeron entre los gobernantes locales.
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Se puede señalar que en México aparece una crisis de la representación
política tradicional y a una recomposición de los espacios públicos. La
rutinización de los aparatos de representación que tienden a expresar sus
propios intereses en tanto que aparatos, en vez de los de aquellos a quienes
dicen representar, explican en parte el desarrollo de nuevas formas de expresión
que se dan, al margen o en contra, de estos aparatos tradicionales.
Es importante tener en mente que uno de los bienes simbólicos más
preciados que las instituciones sociales como los partidos brindan a sus
agremiados, es la creación de una identidad. Tendrían por ello que recuperar, tanto
en el discurso, como en la práctica, la capacidad que han perdido para crear o
asegurar las identidades colectivas, en particular las de los jóvenes, las mujeres y
las diversas minorías sociales.
Los partidos como elementos importantes para lograr la consolidación de los
valores y las prácticas que contribuyan a la construcción de una democracia, han
dejado de constituirse en factores sociales de cohesión, han sido incapaces de
construir opciones de futuro, al carecer hasta ahora, de un discurso y unas
prácticas que provean elementos de identificación para los diferentes sectores,
en los que todos puedan ser capaces de reconocerse y con los que todos puedan
identificarse.
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