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LA DINÁMICA DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA NACIONAL: DE SU ESTRUCTURA PRODUCTIVA A SU HUELLA ECOLÓGICA; EL PAPEL DE SUS ACTORES
SOCIALES Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. EL CASO DE LOS
INGENIOS DEL ESTADO DE PUEBLA
TESIS
QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE DOCTOR EN
ECONOMÍA
Presenta:
José Rubén Pérez Cruz
Asesor:
Dr. Alejandro Álvarez Béjar
.
H. Puebla de Zaragoza Julio de 2015.
En memoria de mi madre y mi abuela,
por su esfuerzo y su amor
A Toñita, Rubén, Manuel y Pablo: mi familia nuclear
A mis hermanos y sobrinos.
A mis amigos y compañeros
A Guillermo Campos Ríos y Hugo Zemelman Merino,
como un recuerdo imperecedero
I
Agradecimientos:
Al iniciar esta página, lo primero que acude a mi mente es mi más profunda gratitud a la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, institución que es parte de mi vida desde
hace 40 años, y con quien siempre estaré en deuda: en sus aulas he logrado mi formación
humana y profesional, además de tener el privilegio de formar parte de su planta docente.
Va también mi más profundo agradecimiento a mi amada Facultad de Economía, he sido
muy afortunado de haber obtenido los tres grados académicos que ofrece.
Mi reconocimiento al Doctorado de Economía Política del Desarrollo del Centro de
Estudios del Desarrollo Económico y Social (CEDES), espero que los resultados de la
presente tesis, estén en congruencia con sus objetivos, entre otros: el contribuir a las teorías
del desarrollo, generar propuestas alternativas que impacten las estrategias gubernamentales
y los paradigmas que le sirven de sustento.
Agradezco al CONACYT, por la beca otorgada para cursar mis estudios de Doctorado en
Economía Política del Desarrollo, que me permitió dedicarme a estudiar de tiempo
completo durante 4 años.
Agradezco al Programa del CEDES, por su apoyo económico para realizar mi trabajo de
campo en las 2 zonas cañeras del Estado de Puebla, e igualmente por el recurso económico
aportado para que asistiera como ponente al Seminario Internacional de Economía Pública
y local organizado por la Universidad Autónoma de Quintana Roo en Noviembre de 2013;
expreso también mi reconocimiento por sus gestiones realizadas para ser beneficiario del
apoyo PIFIE para asistir al Congreso Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo,
realizado en la ciudad de la Habana Cuba, en Julio de 2013, en el que presenté una
ponencia a partir de los avances de mi investigación. En el mismo sentido agradezco la
beca de titulación, proporcionada por la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de
Posgrado BUAP.
Mi agradecimiento al Dr. Alejandro Álvarez Béjar, quien dirigió la presente investigación;
a la Doctora Susana Rappo Miguez y al Dr. Germán Sánchez Daza. Tuve el privilegio de
II
que integraran mi comité tutorial, sus comentarios, sugerencias y cuestionamientos fueron
un apoyo invaluable para avanzar y concluir esta tesis. Igualmente agradezco a los doctores
Pedro García Caudillo, Alfredo García Güemes y José Luis Castro Villalpando, lectores de
esta tesis, por sus comentarios que hicieron a mi trabajo, ideas que me motivan para
desarrollarlas en artículos futuros.
Mi reconocimiento a toda la planta docente del Doctorado, en particular a los doctores
Jaime Estay, Jesús Rivera, Jaime Ornelas, Germán Sánchez Daza, Alejandro Álvarez Béjar
y Eudoxio Morales, que tuvieron a su cargo los seminarios de Economía Política del
Desarrollo I y II, las lecturas proporcionadas y los debates con los compañeros fueron
fundamentales para comprender la dialéctica de la problemática del desarrollo-
subdesarrollo e incorporar dichos aportes a nuestros trabajos de tesis.
Igualmente mi reconocimiento a la Dra. María Eugenia Martínez de Ita y al siempre
recordado Dr. Guillermo Campos Ríos, que en el seminario de Investigación Epistemología
del Desarrollo I, nos proporcionaron las herramientas en el terreno teórico epistemológico
esenciales para armar nuestros protocolos de investigación
Especial agradecimiento para las doctoras Rosalía Vázquez Toríz y Susana Rappo que
coordinaron el Área 3 ―Territorio y disputa por el desarrollo: Actores locales y la
construcción de proyectos‖, y que también fueron nuestras profesoras de los Seminarios de
Temas Selectos del Desarrollo contemporáneo I y II e Investigación Epistemología del
Desarrollo II, III y IV, junto a la Dra. Liza Aceves. A partir de sus lecturas seleccionadas
avanzamos en nuestras investigaciones y retomamos los conceptos teóricos que dieron
sustento a nuestros temas de investigación.
A mis compañeros y amigos del doctorado que estuvieron cotidianamente en el estudio, en
el trabajo y el debate, tanto en las instalaciones del CEDES como en los Coloquios que se
realizaron, que nos permitió conocernos, identificarnos y compartir nuestros proyectos de
investigación, así como asistir a otros foros a presentar nuestras ponencias.
Agradezco al Lic. Ricardo Janeiro que me permitió ingresar al Ingenio de Calipam, Puebla,
en una visita guiada para poder observar su proceso productivo.
III
Mi más sincero agradecimiento a los protagonistas de esta investigación de los cuales
aprendí mucho, desde el cultivo de la caña de azúcar, hasta el proceso productivo del
azúcar: a los productores cañeros que me brindaron información, y compartieron su
problemática, sus angustias, sus luchas. Guardo muchas horas de grabadación de las
entrevistas, referentes a la temática política y cultural, que no se incluyeron en la tesis, pero
que darían suficiente material para otras variantes de investigación.
El trabajo de campo me permitió poner en práctica una cualidad fundamental en el trabajo
del investigador: la observación, coincidiendo plenamente con el cantautor argentino:
…las cosas se cuentan solas, sólo hay que saber mirar …
Además de que logré recopilar información, que bien podrían fundamentar otras temáticas
de investigación, me permito concluir, que si bien se ha ido perdiendo la capacidad de
asombro, la capacidad de indignarse no debe perderse nunca.
IV
Resumen:
Esta investigación constituye un ejercicio descriptivo y exploratorio; pretende contribuir al
estudio de la problemática ambiental de la industria nacional y su relación con las políticas
ambientales, apoyándose en el enfoque teórico de la economía ecológica.
Delimitando nuestro objeto de estudio en el análisis de la agroindustria azucarera nacional;
ubicándonos temporalmente en el contexto histórico de la aplicación de las políticas
públicas neoliberales en nuestro país.
El eje transversal de nuestra investigación es el concepto de regulación: se analizan las
modalidades de ésta acción gubernamental, tanto en el terreno de la actividad económica de
la agroindustria azucarera, como en el terreno social y ambiental.
Se analiza la agroindustria, desde una perspectiva dinámica, desde sus procesos
productivos, su cadena productiva y su cadena de generación y transferencia de valor, de lo
que se deriva el análisis de las modificaciones que ha sufrido el pacto social entre Estado,
cañeros y dueños de ingenios.
Una delimitación fundamental de nuestra investigación fue analizar el estudio de caso de
los ingenios del Estado de Puebla, a partir de su heterogeneidad productiva; concluyendo
con el análisis de la huella ecológica de la zona cañera de Puebla.
PALABRAS CLAVE: agroindustria, política ambiental, regulación, huella ecológica,
heterogeneidad productiva, cadena productiva y cadena de valor.
V
ÍNDICE
IIN
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1
CAPÍTULO I. JUSTIFICACIÓN EPISTEMOLÓGICA Y METODOLÓGICA .................. 4
1.1 La problematización del objeto de estudio, perspectiva epistemológica.......................... 4
1.2 Los alcances en el terreno epistemológico ..................................................................... 14
1.3 El diseño metodológico de la investigación ................................................................... 16
CAPÍTULO II. ABORDAJE DE LOS ASPECTOS TEÓRICOS ....................................... 18
2.1 Acercamiento al objeto de estudio desde un plano general: crisis ambiental y actividad
industrial aproximación al estado del arte ............................................................................ 18
2.1.1 La crisis ambiental como expresión de la crisis civilizatoria. ..................................... 18
2.1.2 Algunas propuestas teóricas para el análisis de la sustentabilidad .............................. 21
2.2 Categorías y conceptos de análisis ambiental ................................................................ 22
2.2.1 El concepto de huella ecológica, alcances, relevancia para el análisis ambiental ....... 22
2.2.2 ¿Externalidades ambientales o distribución ecológica? .............................................. 26
2.3 ¿Es viable el desarrollo sustentable? El conflicto entre el desarrollo económico y la
viabilidad ecológica .............................................................................................................. 27
2.4 Las teorías fundamentales en relación al análisis del medio ambiente .......................... 33
2.4.1 Postulados teóricos de la economía ambiental. ........................................................... 33
2.4.2 Fundamentos teóricos de las políticas públicas propuestos por la economía ambiental.
.............................................................................................................................................. 36
2.4.3 Crítica a los postulados del equilibrio general de la economía ambiental................... 42
2.4.4 Los postulados de la economía ecológica................................................................... 44
2.5 El papel del estado en relación a la problemática ambiental, aspectos teóricos. ........... 48
2.5.1 La problemática de la intervención estatal desde la perspectiva marxista .................. 48
2.5.2 La postura del pensamiento neoclásico con respecto al Estado. ................................. 50
VI
2.6 ¿Regulación ambiental, desregulación o autorregulación ambiental?: un debate
fundamental .......................................................................................................................... 51
CAPÍTULO III. LA POLÍTICA AMBIENTAL MEXICANA HACIA LA INDUSTRIA
NACIONAL ......................................................................................................................... 56
3.1 La política ambiental hacia la industria en la etapa desarrollista. ................................. 56
3.2 Las políticas ambientales en México a partir de la aplicación del modelo neoliberal ... 59
3.2.1 El contexto neoliberal .................................................................................................. 59
3.2.2 La política industrial Nacional .................................................................................... 60
3.2.3 Transformaciones en la Estructura de la Industria Nacional a partir de la
implementación del neoliberalismo. ..................................................................................... 62
3.3 El TLCAN y las políticas ambientales en la industria nacional ..................................... 63
3.3.1 Heterogeneidad de la industria nacional en lo referente el cumplimiento ambiental. . 65
3.3.2 Algunas explicaciones en torno a la heterogeneidad relativa al cumplimiento de la
normatividad ambiental de las empresas nacionales ............................................................ 65
3.4 El compromiso de la empresa con el cuidado ambiental desde la perspectiva de la
Política ambiental neoliberal (La ecoeficiencia) ................................................................. 68
3.4.1 Regulación y ecoeficiencia .......................................................................................... 69
3.4.2 La importancia de la Innovación tecnológica de la empresa para mejorar su
ecoeficiencia ......................................................................................................................... 70
3.4.3 El factor tecnológico en los países semiindustrializados, ........................................... 71
3.5 Las modalidades de las Políticas ambientales hacia la Industria nacional en el periodo
neoliberal .............................................................................................................................. 72
3.5.1 Diseño e instrumentación de la Política ambiental en México. ................................... 73
3.6 Regulación o desregulación un debate fundamental de la política ambiental mexicana 77
3.7 La instrumentación de la política ambiental en México. ................................................ 80
3.7.1 Normas oficiales mexicanas ........................................................................................ 80
3.7.2 El nuevo marco regulatorio ......................................................................................... 85
VII
3.7.3 El esquema de regulación de la política ambiental mexicana ..................................... 86
3.7.4 Instrumentos coercitivos .............................................................................................. 87
3.7.5 Instrumentos voluntarios y basados en el mercado ..................................................... 88
3.7.6 Otros instrumentos fiscales .......................................................................................... 91
CAPÍTULO IV. LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICA DE LA AGROINDUSTRIA
AZUCARERA NACIONAL. DESARROLLO HISTÓRICO, (CONTEXTO
NEOLIBERAL), LA REGIÓN PUEBLA ............................................................................ 93
4.1 El concepto de agroindustria .......................................................................................... 93
4.2 La cadena productiva de la caña de azúcar..................................................................... 94
4.2.1 La producción en Campo. Sector Primario ................................................................ 95
4.2.2 La cadena productiva en la producción de Azúcar. ................................................... 100
4.3 Evolución histórica de la agroindustria azucarera mexicana....................................... 105
4.3.1 Etapa desarrollista (Del periodo posrevolucionario a mediados de los años ochenta);
Participación privada con políticas públicas proteccionistas. ............................................ 108
4.3.2 Etapa neoliberal (De 1988 a 2012). Evolución de la agroindustria azucarera mexicana
ante los cambios en la regulación estatal ............................................................................ 112
4.3.3 El contexto neoliberal en el campo mexicano ........................................................... 112
4.3.4 El impacto de las políticas neoliberales en la agroindustria azucarera. ................... 115
4.3.5 Impacto de la política comercial en la agroindustria azucarera nacional .................. 118
4.3.6 La Estatización de un importante sector de los ingenios azucareros. ........................ 123
4.4 Comportamiento económico reciente de la agroindustria azucarera nacional ............. 126
4.4.1 La agroindustria azucarera en el contexto global. ..................................................... 126
4.4.2 Comportamiento del mercado azucarero nacional .................................................... 129
4.4.3 La coyuntura actual. .................................................................................................. 138
4.5 Importancia de la Región Puebla en la agroindustria azucarera nacional. ................... 141
4.5.1 Heterogeneidad productiva de la Región Puebla ...................................................... 142
VIII
CAPÍTULO V. LAS TRANSFORMACIONES DE LAS SUBJETIVIDADES DE LOS
ACTORES SOCIALES DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA EN EL CONTEXTO
NEOLIBERAL. .................................................................................................................. 150
5.1 Los conceptos de sujeto, subjetividad colectiva e identidad ........................................ 151
5.2 La participación de los actores sociales en la agroindustria Azucarera Nacional, breve
descripción histórica ........................................................................................................... 153
5.2.1 La matriz sociopolítica nacional ................................................................................ 153
5.2.2 Desmantelamiento de la matriz sociopolítica nacional. Los actores sociales de la
agroindustria azucarera en el modelo neoliberal ................................................................ 156
5.3 La conformación de la Cadena de valor de la agroindustria azucarera ........................ 161
5.3.1 Transferencias de valor de los productores cañeros a otros actores .......................... 162
5.3.2 Empresarios industriales, el sujeto dominante en la cadena de valor de la agroindustria
azucarera. Etapa neoliberal ................................................................................................. 164
5.3.4 Los jornaleros agrícolas ............................................................................................. 165
5.4 Hacia la conformación de opciones de resistencia de los sujetos sociales que participan
en la agroindustria azucarera. ............................................................................................. 168
5.4.1 Expresiones de identidad. Las organizaciones cañeras ............................................. 169
5.4.2 Otras expresiones de identidad en las luchas cañeras. .............................................. 173
CAPÍTULO VI. EN BUSCA DE LA HUELLA ECOLÓGICA. ESTUDIO DE LA
AGROINDUSTRIA AZUCARERA. EN LA REGIÓN DE PUEBLA. ............................ 177
6.1 Patrón de producción, e impacto ambiental de la agroindustria azucarera. ................. 177
6.2 La huella ecológica en el cultivo de la caña de Azúcar ................................................ 179
6.2.1 Deterioro del suelo en la producción de caña ............................................................ 180
6.2.2 La importancia del agua en el cultivo de la caña de azúcar ...................................... 182
6.2.3 La producción de Azúcar orgánica en Calipam......................................................... 188
6.2.4 La huella ecológica en la zafra en Puebla.................................................................. 189
6.2.5 Problemática ambiental traslado de la caña al ingenio .............................................. 194
IX
6.3 La huella ecológica en los ingenios poblanos .............................................................. 195
6.3.1 El problema del Agua en los ingenios mexicanos. .................................................... 195
6.3.2 Consumo energético .................................................................................................. 209
6.3.3 El problema de la contaminación del aire de los ingenios de la Región Puebla ....... 215
6.3.4 Descarga de residuos sólidos en los ingenios de la región Puebla ............................ 218
6.4 Políticas ambientales en la agroindustria azucarera ..................................................... 219
CONCLUSIONES Y PROPUESTAS ................................................................................ 225
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 242
X
Índice de Cuadros Estadísticos.
Cuadro 3.1. Normas Oficiales Mexicanas 82
Cuadro 3.2. Distribución de las NOM ecológicas para la industria manufacturera,
según el tema del medio natural o elemento contaminante (cantidad de normas) 83
Cuadro 4.1. Superficie Industrializada y producción de caña de Azúcar en
México 2006-2013 131
Cuadro 4.2. Agroindustria Azucarera Mexicana (2003-2013) (toneladas) 133
Cuadro 4.3. Producción Nacional de Azúcar de Caña (promedio anual
zafra 2010 -2014) 142
Cuadro 4.4. Comparativo entre los ingenios de Puebla, México.
(Promedio anual zafra 2010 -2014) 144
Cuadro 4.5. Tipología de ingenios mexicanos y zonas de abasto con base
en su eficiencia de fábrica y campo 145
Cuadro 4.6. Indicadores ambientales de la zafra de los Ingenios de Puebla
(zafra 2011/2012) 146
Cuadro 6.1. Manejo global de agua en la Industria Azucarera mexicana (1974) 197
Cuadro 6.2. Consumo de agua en el proceso de elaboración de azúcar 198
Cuadro 6.3. Principales fuentes de agua residual en la elaboración de azúcar 200
Cuadro 6.4. NOM-001-SEMARNAT-1996 Calendario gradual de cumplimiento 201
Cuadro 6.5. Aprovechamiento de agua Ingenio Atencingo 206
Cuadro 6.6. Descarga de aguas residuales a cuerpos receptores Ingenio Atencingo 208
CUADRO 6.7. Ingenio de Calipam. Consumo energético 2000-2014 211
CUADRO 6.8. Ingenio de Calipam. Consumo energético 2000-2014 213
Cuadro 6.9. Hallazgos encontrados en de la Auditoría Ambiental a la FIA. 2014 222
XI
Índice de Gráficas.
Gráfica 4.1. Comportamiento del mercado azucarero internacional
(2005 – 2014 Producción, consumo y precios) 128
Gráfica 4.2. Exportaciones de azúcar (toneladas) 130
Gráfica 4.3. Producción de caña de azúcar (toneladas) Ciclos 2006/07 a 2012/13 131
Gráfica 4.4. Rendimiento caña de azúcar. Nacional 2006-2013)
(Producción de caña de azúcar/Superficie cultivada. Toneladas) 132
Gráfica 4.5. Producción nacional de azúcar 134
Gráfica 4.6. Producción nacional y consumo nacional aparente
(miles de toneladas de azúcar) 136
Gráfica 4.7. Participación de los edulcorantes en el consumo nacional 136
Gráfrica 4.8. Particpación de los edulcorantes en el mercado nacional 137
Gráfica 4.9. Comportamiento del precio del azúcar en el mercado nacional 138
Gráfica 6.1. Tipos de industria que no cumplen con la NOM 001-SEMARNAT
1996 EN 2000 201
Gráfica 6.2. Ingenio de Atencingo Aprovechamiento de agua industrial 207
Gráfica 6.3. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Calipam 2004-2014 212
Gráfica 6.4. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo.
Ingenio de Calipam 212
Gráfica 6.5. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Atencingo 2004-2014 214
Gráfica 6.6. Petróleo consumido en Fábrica por tonelada de caña (litros).
Ingenio de Atencingo 2004-2014 214
Gráfica 6.7. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo.
Ingenio de Atencingo 215
1
9
INTRODUCCIÓN
El contexto global: Los alcances de la crisis ambiental
Con el surgimiento de la crisis ambiental mundial, la concepción utilitarista de la naturaleza
como vía para arribar al desarrollo fue severamente cuestionada; la preocupación por el
cuidado del ambiente ha dejado de ser tema de análisis exclusivo de las ciencias naturales.
Este tema ocupa hoy uno de los más amplios debates en el ámbito de las ciencias sociales,
incorporándose a los trabajos que se desarrollan en otras disciplinas científicas, presentando
con ello una notoria multidisciplinariedad, con nuevas perspectivas en la búsqueda de un
desarrollo que vaya acompañado de medidas de rescate del entorno natural y de respeto de
la biodiversidad.
La publicación de Los límites de crecimiento de Deanis Meadows en 1972 propició durante
algunos años un debate en torno a la enorme presión que la actividad económica ejercía
sobre los recursos naturales a nivel mundial, se alertaba que el daño al ambiente y la
biodiversidad que la actividad económica generaba, agotaría los recursos naturales, lo que
agudizaría las contradicciones capitalistas y el conflicto social. En 1987, los trabajos de la
Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que culminaron con el documento
Nuestro Futuro Común, (conocido también como Informe Brundtland), representaron un
intento por encontrar un punto de equilibrio entre las exigencias económicas, sociales y
ambientales de las generaciones presentes y futuras, utilizando por primera vez el concepto
de Desarrollo Sustentable.
La Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro en 1992, aprobó la adopción de la
Agenda 21, en la que se impulsó la aplicación de una legislación ambiental complementada
con el uso de medidas de regulación directa o correctiva, se acordó que los países
designaran a las autoridades públicas encargadas de la gestión ambiental y se incorporó la
evaluación del impacto ambiental como uno de los instrumentos de gestión ambiental.
En nuestro país, comenzaron a surgir estudios sobre la problemática ambiental nacional, en
un principio siendo materia de análisis exclusiva de los científicos naturales;
posteriormente el tema ambiental se fue incorporando como prioridad de análisis en las
2
investigaciones de los científicos sociales. En los años 90 se iniciaron los trabajos relativos
al impacto ambiental de las empresas mexicanas. Un elemento importante es señalar que en
la mayoría de ellos, su enfoque teórico se ha basado en los postulados de la economía
ambiental; no se han encontrado muchas investigaciones con un enfoque diferente: la
economía ecológica, en estudios de caso o referentes a la problemática ambiental de las
empresas. Esta investigación se ha propuesto contribuir al estudio de la problemática
ambiental y las políticas ambientales al respecto, apoyándose en el enfoque teórico de la
economía ecológica.
La adopción por el gobierno de México de la Agenda 21, durante la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro 1992, implicó que
la temática del ambiente se incorporara en las políticas públicas, surgiendo de esta manera
las políticas ambientales, las cuales intentarán enfrentar a partir de la normatividad,
instrumentos e instituciones, la problemática del ambiente en el terreno del desarrollo
económico y social.
El empeoramiento de los indicadores ambientales y la preocupación por encontrar
soluciones por parte de los investigadores coincidieron con los dramáticos años de la crisis
económica en Latinoamérica y la adopción del modelo neoliberal, con la consecuente
aplicación de las reformas estructurales, que conllevan al abandono de las políticas
proteccionistas, a la apertura comercial, a la desincorporación de las empresas, etc. Este
nuevo paradigma de desarrollo, ha influido determinantemente en el diseño de las políticas
ambientales
La adopción disciplinada y dogmática por parte de las autoridades mexicanas de los
postulados del llamado ―Consenso de Washington‖, implicó el retiro del Estado de sus
actividades económicas directas, para no interferir en el funcionamiento del mercado,
dejando paulatinamente la regulación de éste a las libres fuerzas de la oferta y la demanda,
a este proceso se le ha llamado: ―desregulación‖.
Con la aceptación de los postulados neoliberales, surgieron dos posturas encontradas en
torno al papel que jugarían las políticas públicas en la solución de los problemas
ambientales: la primera consistía en determinar si la acción gubernamental debería tener
3
como objetivo fundamental ―regular‖ la acción contaminadora de las empresas y agentes
económicos a través de la normatividad y los instrumentos económicos a su alcance; en
contraposición, una segunda postura planteaba que las políticas públicas debían limitarse a
otorgar mecanismos voluntarios de autorregulación ambiental de las empresas. Este último
enfoque, es el que actualmente ha logrado prevalecer en lo referente al diseño y aplicación
de las políticas públicas de la mayoría de países; imponiéndose de esta manera como la
política ambiental dominante a nivel global. A grosso modo, ambas posturas
ideológicamente encontradas se han ido agrupando y constituyendo en dos grandes cuerpos
de teoría que a lo largo del tiempo se han consolidado. A través de las ellas se han
conformado explicaciones a la problemática ambiental y de esta manera, sustentar las
decisiones y acciones de los actores sociales.
4
CAPÍTULO I. JUSTIFICACIÓN EPISTEMOLÓGICA Y METODOLÓGICA
1.1 La problematización del objeto de estudio, perspectiva epistemológica.
En el primer protocolo de ésta tesis, se planteó entre otras las siguientes preguntas: ¿Cómo
valorizar los recursos naturales?, es decir ¿cómo determinar el valor del hábitat natural si a
éste, en el sentido de la teoría objetiva, no se la ha incorporado ninguna cantidad de trabajo,
aunado a que la biodiversidad no se presenta como propiedad privada?
La propuesta de valorizar la naturaleza, no se originó desde el ámbito de la economía
política, la economía clásica no asignó al entorno natural ningún valor: el aire, el agua, eran
considerados como bienes públicos, abundantes y gratuitos, ya que nadie había gastado un
centavo ni un minuto de trabajo en producirlos. Ha sido la economía ambiental y sus
partidarios los que recientemente han señalado la necesidad de encontrar alguna medida de
valor de la naturaleza, argumentando que solamente si existe un referente en términos de su
precio, se pueden compensar los daños provocados por algún agente externo en su actividad
productiva.
La pretensión de que los daños al entorno natural pudieran tener una compensación
monetaria de acuerdo al principio de que ―el que contamina paga‖ y que de esta manera los
agentes resarcieran su acción contaminadora a través de multas, impuestos ambientales, o
una compensación en dinero a los individuos afectados, parece tener mucho sentido de
justicia; sin embargo algunos de sus adherentes de buena fe, no parecieron tomarse en
cuenta el riesgo ideológico de aceptar con ello, de que la naturaleza pudiera tener un valor o
su correspondiente expresión monetaria (precio) y de esta manera aceptar de que puede
incorporarse a la lógica del mercado.
Este debate se ha ido ampliando y ha llegado a los niveles de la economía política. El
pensamiento marxista ha sido cuestionado por no incluir en su propuesta teórica a la
naturaleza y más aún, se ha etiquetado a Marx como un ―desarrollista‖, admirador del
progreso vertiginoso de las fuerzas productivas capitalistas y por no haber cuestionado
abiertamente, en un texto ex profeso, los riesgos al ambiente provocados por la
acumulación capitalista. Se nos ha hecho ver de manera injusta (desde mi punto de vista) a
un Marx anti ecológico.
5
A la presente investigación se incorporaron algunas lecturas necesarias, (proporcionadas
por nuestros profesores del Seminario de Economía Política del Desarrollo II), buscando
con ellas, rescatar algunas de las propuesta ecológicas que Marx planteó de manera
implícita en su obra; una de ellas es la idea de concebir a la actividad productiva humana y
su necesaria relación con la naturaleza como un metabolismo social, la otra, es su propia
teoría del valor, en la que se determina que el trabajo humano es la única fuente generadora
del valor.
En este sentido, la propuesta de ―valorizar‖ a la naturaleza, o de manera más precisa
asignarle un precio, tal como lo ha sugerido la economía ambiental, implica una postura
consecuente con la mercantilización de la naturaleza y abona la idea de que ésta debe
integrarse al mercado, aunque la justificación, que mixtifica la anterior, se presenta al
afirmar que de esta manera se corregirían ―los fallos del mercado‖ que las ―externalidades
ambientales‖ generan.
Contribuyendo a la problematización del objeto de estudio, los cuestionamientos se
readecuaron a los siguientes: ¿qué se esconde detrás de la propuesta de valorizar los
recursos naturales?; esta interrogación permitió profundizar la problematización de la
realidad desde una perspectiva ideológica, política, valoral, etc.
Otro objetivo central de análisis propuesto al inicio de la presente investigación, se refería a
las modalidades de la intervención del Estado en materia ambiental.
Las preguntas planteadas eran las siguientes: si se acepta que es necesario que el Estado
intervenga, entonces ¿de qué manera debe hacerlo?, ¿en la búsqueda de qué objetivos?;
¿Solo intervenir para que los particulares resuelvan sus daños ambientales entre sí, a través
de un mercado ambiental?, o por el contrario ¿debe intervenir para que los agentes tengan
presentes las medidas directas e instrumentos económicos del Estado, que puede utilizar
para proteger el ambiente? Lo anterior permitió cuestionar el diseño de la política ambiental
llevada a cabo por el gobierno mexicano en nuestro caso y los alcances y modalidades de su
regulación y en su desarrollo.
Otro bloque de preguntas, se hicieron en referencia al cambio tecnológico; como alternativa
para mitigar el impacto ambiental de las actividades productivas de las empresas: ¿La
6
innovación tecnológica, permitirá procesos productivos más limpios?, ¿existen otras
opciones, que no necesariamente tienen que ser procesos muy complejos y de alto
contenido tecnológico, aunque sí, acordes a la realidad nacional, que tomen en cuenta el
respeto al entorno, que consuman menos combustibles fósiles, se reutilice el agua, se
controlen los desechos y las descargas residuales a la atmosfera y a los cuerpos de agua,
etc.? ¿Qué papel puede jugar la regulación ambiental ante las dificultades de
implementación de nuevas tecnologías en los procesos productivos favorables al ambiente?
Con el análisis de los principales cuerpos de teoría que exponen en esta tesis, se pudo
plantear otro cuestionamiento importante: ¿Existen al respecto experiencias de
implantación de tecnologías limpias adoptadas por el sector industrial basadas en el
enfoque de la economía ecológica ?, si bien esta corriente ha contribuido a tener un enfoque
diferente de análisis con respecto a la economía ambiental que basa su análisis en los
postulados neoclásicos, en la presente investigación, no logramos encontrar un modelo de
sustentabilidad fuerte en los sectores productivos, como experiencia concreta de desarrollo;
aun dirigiendo nuestra mirada hacia otros ámbitos de experiencias de los gobiernos
progresistas en América Latina.
Es posible replantearse estas lecciones para la realidad mexicana, dado que no conocemos
otro tipo de políticas que tengan la experiencia de aplicarse, más que las basadas en la
ortodoxia neoliberal, cuyo principal exponente es la economía ambiental. Es cierto que
existen algunas experiencias a retomar, pero sin duda, las Políticas Ambientales inspiradas
en la teoría neoclásica han ganado terreno y se han impuesto en los círculos académicos y
de poder del país.
Con el desarrollo de la presente investigación se confirma que la implantación de nuevas
tecnologías en la industria nacional, en caso de hacerse, buscaría elevar la productividad
para obtener una mayor ganancia, que mejorar el ambiente. Las entrevistas de campo que
se realizaron, permiten afirmar que se ha avanzado muy poco en la aplicación de
innovaciones tecnológicas que incidan en proceso productivos más limpios, ni existe un
nivel de compromiso con el entorno natural o algo que se pueda llamar conciencia
ambiental por parte de los empresarios, el estudio de la agroindustria azucarera de la
Región de Puebla, permite reafirmar dicha conclusión
7
Este trabajo se apoya en los postulados de la economía ecológica , que a pesar de tener un
impresionante cuerpo de teoría, no es fácil percibir un modelo metodológico, sistematizado
y ordenado, característica que si posee la economía ambiental en particular y el modelo
neoclásico en general, que representa para éstos una de sus principales fortalezas. Uno de
los principales triunfos culturales del neoliberalismo y la teoría neoclásica en que se
sustenta, es la simplicidad con que explica una realidad compleja a través de modelos, que
al menos en la exposición, la simplifican y que han logrado incorporar cualquier tipo de
problemática a la lógica del mercado. Baste ver que para casi todos los aspectos del mundo
económico y de la sociedad, el enfoque neoclásico tiene una explicación racional muy
sencilla, la mayor de las veces fundamentada en el lenguaje matemático.
Se trabajó, con los esfuerzos que esto implicó, en abordar la problemática al analizar desde
una posición de crítica con respecto a la teoría neoclásica y su variante: la economía
ambiental, que han sustentado el diseño y la implementación de las políticas ambientales en
nuestro país. Sin embargo, a lo largo de la presente investigación, queda claro que no hay
que apoyarse en una sola visión teórica, sino en una visión plural y multidisciplinaria: los
postulados de la sustentabilidad y las perspectivas de los actores sociales, en una visión
epistemológica crítica.
Se consideró necesario retomar de una manera crítica los postulados, dispersos pero muy
profundos de la economía ecológica y de otros enfoques teóricos críticos al pensamiento
neoclásico, como el ecologismo popular o ecologismo de los pobres, que plantea, Martínez
Alier, uno de sus principales exponentes, el luchar por reivindicar una distribución
ecológica justa; es decir se manifiesta en contra de las asimetrías y desigualdades sociales y
temporales en el uso de los recursos y servicios ambientales. Además, luchar también por
una distribución justa de la propiedad, para impedir la privatización de aquellos recursos
que se consideran de la propiedad comunal.
El corte espacial: La relevancia de estudiar la agroindustria azucarera mexicana
Con respecto al corte espacial, un problema epistemológico inicial al que se enfrentó esta
investigación, se encontraba en la delimitación del tema de estudio, y poder así, arribar a
niveles de concreción de la realidad en términos de precisión, sin fragmentarla dado lo
8
amplio y heterogéneo de la industria nacional y su relación con la aplicación de las políticas
ambientales al respecto.
Se buscó reconstruir la realidad desde una visión integradora y dinámica de los procesos
históricos sociales que conlleva; se consideró necesario escoger una rama o sector
industrial, que pudiera ser considerado como típico o muy representativo de la problemática
social - ambiental del Estado de Puebla. De esta manera se eligió como tema de estudio a
la agro industria azucarera (AIA), las razones para hacerlo fueron las siguientes: 1) Se
consideró de gran relevancia analizar los impactos al ambiente que se generan a lo largo de
la cadena productiva de la agroindustria azucarera en sus distintas fases, que van desde el
cultivo de caña en el campo, la zafra o cosecha y el posterior traslado de la caña al ingenio,
hasta su transformación en azúcar en la planta. Estos encadenamientos implican la
utilización de agroquímicos para el cultivo de caña, el uso intensivo de agua, tanto en
campo como en planta, las consiguientes descargas de aguas residuales que se arrojan a los
ríos y afluentes de agua (que son de las más grandes en volumen en el sector industrial
nacional), aunado a la emisión de gases, y desechos sólidos al ambiente que se generan
tanto en las actividades agrícolas como industriales. 2) El aspecto económico también tuvo
un gran peso a la hora de la elección porque la agroindustria azucarera tiene una gran
importancia en el Estado de Puebla, los dos territorios cañeros de la entidad, que junto con
Morelos forman parte de la región azucarera nacional de más alta productividad.
La agroindustria Azucarera mexicana, es una industria emblemática en más de un sentido:
por ser de las más antiguas del país, por su importancia económica y por su impacto
regional, esto ha permitido tener influencias muy relevantes en el terreno social. Asimismo
es una industria que podemos llamar ―tradicional‖ y por lo mismo enraizada en la cultura
nacional y a su vez es determinante en la vida económica de las diferentes regiones del país
donde se localiza el cultivo. En términos cuantitativos, México se encuentra entre los
primeros 10 países productores y consumidores de azúcar, genera aproximadamente
300,000 empleos de manera directa en quince estados de la república, donde se ubican los
cerca de 60 ingenios azucareros que la conforman, agrupados en once grupos
empresariales, aunado a ello, este sector presenta innumerables encadenamientos, hacia
atrás y hacia adelante, con múltiples actividades primarias, industriales, comerciales y de
9
servicios, con lo cual aparece un efecto multiplicador del empleo en cerca de tres millones
de personas (Hernández, Barajas 2000:21).
También es necesario señalar las dificultades que han persistido en la AIA nacional desde
hace décadas, que han configurado lo que se puede llamar una crisis de carácter
estructural1, donde las facetas que adopta esta crisis son diversas: desde su carácter
financiero y de descapitalización, de competitividad a nivel internacional (dado que la
agroindustria azucarera nacional, es altamente vulnerable a los efectos negativos del
mercado internacional), de productividad, de rezago tecnológico y de una alto impacto
ambiental.
La heterogeneidad productiva, es un elemento a considerar en el estudio de la agroindustria
azucarera mexicana, donde coexisten ingenios con una productividad muy alta junto a otros
con una productividad menor a la media internacional; su análisis proporciona elementos
para explicar los problemas de competitividad internacional de la agroindustria, y para
reflexionar acerca de su situación técnica y financiera, que repercute a su vez en problemas
como despidos de trabajadores, incumplimiento en los pagos a productores cañeros,
problemas de financiamiento, diferenciales de rentabilidad etc.
En lo referente al aspecto industrial, se observa que muchos subproductos de la caña, que
podrían generar un nuevo proceso de industrialización terminan como desechos industriales
y en el peor de los casos arrojados al ambiente, ocasionándole severos daños, tal es el caso
del bagazo y de la cachaza.
Por lo anterior, se propone la hipótesis en el sentido de que la crisis ambiental de la AIA
tiene una gran relación con su crisis de productividad, provocada por el rezago en el
desarrollo de innovaciones importantes en sus procesos productivos. La insuficiente
reinversión en las instalaciones fabriles, que permitieran la incorporación de procesos
1 Este concepto de ―crisis‖ de la Agroindustria Azucarera mexicana, puede ser motivo de una discusión más
amplia, ya que su evolución sin duda tiene un carácter cíclico, en los que históricamente podemos ubicar las
distintas fases: momentos de crecimiento, de estancamiento, con sus respectivas especificidades y sus
influencias internas y externas. sin embargo, los alcances de sus procesos de acumulación son limitados y
enfrentan grandes problemas, por lo que se puede hablar de ese concepto de ―crisis‖ estructural dado el
carácter subordinado y dependiente del patrón de acumulación de la industria mexicana en general. Véase
Rappo [2002]; Arguello [2009] , Hernández, Barajas [2000], García Chávez [1997]
10
técnicos limpios, ha implicado seguir con pautas de producción obsoletas en la mayoría de
los ingenios, en los que aún se utiliza un alto consumo de energía a partir de combustibles
fósiles, un uso devastador del agua, de emisiones contaminantes, vertido de desechos a la
atmósfera y descargas de residuos a los ríos, lo anterior ha venido deteriorando el hábitat,
los suelos (por el uso intensivo de agroquímicos) e igualmente, ha empeorado las
condiciones laborales y de salud de los trabajadores del campo cañero y del ingenio.
Las dificultades que presenta la AIA nacional pueden sintetizarse en
El mercado internacional del azúcar, está sobreprotegido y dominado por los Estados
Unidos, que permite incidir en los bajos precios internacionales del azúcar, esto a nivel
interno ha desestimulado las exportaciones mexicanas del dulce y alentado el aumento
en su consumo nacional, ante la ausencia de inversiones en la agroindustria que mejoren
su productividad e incorporen procesos técnicos modernos, más limpios y sustentables.
Los patrones de consumo de la población mexicana, inciden en la demanda nacional del
azúcar y sus derivados: la información estadística, que se presenta en la Unidad 4 de
esta investigación permiten ver que a los aumentos en la producción le corresponden
aumentos en su consumo. La creciente demanda del endulzante, junto a los procesos de
apertura comercial explican los aumentos de las importaciones de azúcar y de sus
sustitutos, en especial el jarabe de maíz de alta fructosa, (JMAF) que en los últimos
años ha tenido un crecimiento exponencial, con una tendencia a incrementarse.
Competitividad productiva de los Ingenios mexicanos. El tema de la productividad, es
un referente obligado desde un comparativo en el horizonte internacional de las nuevas
tendencias mundiales de la agroindustria azucarera. En los años recientes hemos visto el
ascenso de países como Brasil, India y China que encabezan el ranking mundial, tanto
en volumen de la producción como de exportaciones, gracias en gran medida a que han
incorporado tecnologías que elevan su productividad e inciden en el mejoramiento
ambiental y en un menor uso de los recursos naturales. En el caso de México,
encontramos una gran heterogeneidad en los niveles de productividad de la AIA.
(Aguilar, 2011)
11
El corte temporal. El contexto neoliberal.
Esta investigación se ubica temporalmente en el periodo que ha trascurrido a partir de la
aplicación del modelo neoliberal, que sustituyó al periodo que se ha denominado como
desarrollista que se caracterizaba por un marcado proteccionismo y una gran injerencia del
Estado. En sus primeros años, la transición al neoliberalismo, fue brutal y de un muy alto
costo social, durante esos años se implementaron en nuestro país los cambios estructurales,
que configuraron un nuevo modelo de desarrollo industrial en México, orientado ahora al
mercado internacional y a las exportaciones.
La intervención directa del Estado hacia el mercado en este nuevo patrón, es excluida
paulatinamente hasta casi borrarla. La estatización en 2001 de una buena parte de ingenios
mexicanos, es una excepción a esta tendencia, lo cual demuestra la gravedad financiera por
la que atravesaban los ingenios intervenidos, que obligó al gobierno mexicano a
administrarlos directamente para evitar su escandalosa quiebra.
La aplicación del modelo neoliberal, en nuestro país, ha implicó profundas modificaciones
en la economía nacional, en las que se destaca la apertura comercial, el endurecimiento de
la política fiscal, la eliminación de los subsidios, la privatización de las empresas públicas;
la flexibilización de la reglamentación de la inversión extranjera directa y en cartera; todas
éstas modificaciones inspiradas por una política económica de contención salarial y de
abandono del ―estado de bienestar‖ que se ha inspirado en el llamado ―Consenso de
Washington‖.
Coincidiendo con los años en que comenzaron a aplicarse las medidas neoliberales se
agudizaron las manifestaciones de la crisis ambiental global y nacional, ambos momentos
(y su análisis) se cruzan en ésta investigación, se consideró necesario partir del estudio de la
implementación de las políticas neoliberales y sus efectos en la estructura productiva y su
espacio social, para comprender las modalidades y alcances de las políticas públicas
destinadas a enfrentar la problemática ambiental.
Tras décadas de cambio estructural, tanto el espacio productivo como el ambiental se han
constreñido a la lógica del neoliberalismo, estamos ante una sociedad en la que la cultura
del mercado se ha consolidado. En la esfera ambiental, la mercantilización de la naturaleza
12
avanza a grandes pasos, los ―bienes públicos‖ gratuitos y al alcance de todos se han
convertido en ―servicios ambientales‖ administrados por empresas privadas; en el campo de
las políticas ambientales se ha impuesto la autorregulación del desempeño ambiental de las
empresas.
La importancia del análisis de los actores sociales que participan en la AIA
La implementación del modelo neoliberal en el campo nacional ha implicado profundas
modificaciones en su estructura social, principalmente en lo referente al papel que juegan
los sujetos sociales que intervienen en la cadena productiva y en las relaciones de poder que
se dan en este contexto.
La intervención de nuestro problema de investigación a partir de la delimitación temporal y
espacial, evidenció que la AIA manifiesta un gran espacio de conflicto en el que participan
actores sociales con intereses distintos y en el que están presentes proyectos en el terreno
social, económico y ecológico, que no necesariamente están en armonía; se consideró
relevante indagar y analizar, el desenvolvimiento de los actores sociales que participan en
los encadenamientos productivos y que asumen de manera distinta cada uno de ellos el
impacto al ambiente de las actividades productivas, la normatividad ambiental y las
políticas públicas al respecto.
La presente investigación presenta un recuento de las modificaciones en la legislación
relativa al campo nacional durante el modelo neoliberal, que afectaron el pacto social
existente y conformaron nuevos roles en los actores sociales. Se estudian las
particularidades de la aplicación de la política neoliberal en la agroindustria azucarera,
tanto en el terreno productivo, como en el pacto social existente, a partir de los decretos
cañeros de 1991, 1993 y la Ley de Desarrollo Sustentable de la caña de Azúcar que
rompieron con los esquemas de apoyo comercial y fiscal de Estado mexicano a la AIA que
caracterizaron al periodo desarrollista o de ―matriz sociopolítica nacional‖. El nuevo orden
neoliberal rompió con las políticas de los precios de garantía, desmanteló las instituciones
de apoyo financiero y productivo a los productores cañeros y los dejó a merced de las
fuerzas del mercado; los decretos cañeros que se han hecho referencia, los forzó a cobrar su
caña vendida al ingenio, de acuerdo a la cantidad de azúcar recuperable por tonelada de
13
caña: se implantó el indicador KARBE (kilos de azúcar recuperable base estándar), que a
su vez era determinado de acuerdo al precio que el mercado nacional fijara al endulzante.
Partir de indagar las partes de la cadena productiva de la AIA en las que se crea y distribuye
el valor, fue un punto de partida ineludible en ésta investigación, ya que permitió ubicar el
conflicto social derivado de la distribución de la riqueza generada y la posición de los
actores sociales ante esta situación; se consideró importante vincular las distintas fases de la
cadena productiva con los procesos de creación y transferencias de valor y en consecuencia
la modificación que en el terreno social han tenido los actores sociales que participan.
El análisis de los actores y los movimientos sociales que históricamente han ocurrido en
torno a la AIA fue uno de los principales ejes a desarrollar. En las primeras etapas de
estudio se planteaba ajustarse a investigar las respuestas de los actores sociales ante los
daños al ambiente generados por la actividad productiva de la agroindustria, pero conforme
se avanzó y se incorporaron como objetos de investigación las cadenas productivas y de
valor, se pudo determinar que los conflictos sociales más relevantes que se han presentado
en torno a la AIA, han sido en respuesta al despojo y expoliación contra los productores
cañeros y trabajadores, que caracterizan dichas cadenas.. Las luchas y movilizaciones
cañeras de los últimos 3 años han sido buscando recuperar los ingresos perdidos por la
caída del precio de la caña.
La defensa del territorio y su biodiversidad, así como la reivindicación de sus recursos
naturales por las comunidades, también se ha presentado una de las variantes relevantes del
conflicto social, tal el caso de la disputa por los derechos y uso del agua entre ejido e
ingenio de Calipam, como se pudo percibir en las visitas de campo y en las indagaciones
hemerográficas que consultamos.
En la AIA, se presentan algunos ejercicios de autonomía y de resistencia social ante las
transformaciones neoliberales, hacer una breve descripción de estas, sirvió de referencia
para proponer alternativas diferentes, que en nuestro país, constituyan lo que Zibechi ha
denominado ―un nuevo mundo posible‖.
En el protocolo inicial de investigación, se planteó utilizar epistemológicamente la
categoría de distribución ecológica, retomar su conceptualización en la intervención de
14
nuestro tema permitió recoger las opiniones y las demandas de los sectores excluidos, que a
pesar de no conocer la normatividad ambiental, conocen y sufren muy bien sus efectos, y
que sin duda han construido en su imaginario colectivo sus propios indicadores de
sustentabilidad, y que lo determinan por la calidad del agua que consumen, en la erosión de
su tierra, en la disponibilidad de sus recursos naturales, etc. En el trascurso de esta
investigación se consideró más adecuado utilizar la categoría huella ecológica, que
conceptualiza el consumo humano personal, territorial o por país, tomándolo como el
indicador es el más apropiado para medir el impacto ecológico y también la desigualdad
entre regiones, países, y actores sociales que se benefician con un consumo mayor tanto en
cantidad como en derroche energético, de biomasa etc.
Otra estrategia metodológica que se planteó, para avanzar en el análisis del impacto
ecológico de la AIA, fue seguirla como continuación de la cadena productiva y de valor,
equiparándola con una ―cadena ecológica‖, sin embargo se prefirió utilizar la categoría
huella ecológica, dada la relevancia que este indicador ha adquirido en la comunidad
científica y en los movimientos sociales ecologistas.
1.2 Los alcances en el terreno epistemológico
Nuestra primera tarea en el terreno epistemológico, fue plantear la reconstrucción de
nuestro objeto de estudio a partir de preguntas, cuyo abordaje permitieron la posterior
delimitación del tema de estudio y la aparición de nuevos temas a analizar. Algunas de
estas preguntas se presentan en los apartados anteriores. Algunas de ellas se fueron
descartando, otras nuevas se fueron incorporando.
Las discusiones con profesores y alumnos del doctorado, durante la presentación de
nuestros avances de investigación tanto en los Seminarios de Metodología Epistemología
del Desarrollo como en los Coloquios del Doctorado, fueron experiencias que permitieron
aclarar y destrabar muchos aspectos en el terreno epistemológico.
De las discusiones se planteó la necesidad de realizar en el tema de investigación un corte
espacial y temporal, cuya realización permitiría arribar a niveles de mayor concretización
de mi realidad a intervenir y poder así, y dilucidar qué aspectos de ésta se constituían en un
problema de investigación.
15
Otro reto, fue que el diseño epistemológico me requería situar como sujeto cognoscente,
con toda la historicidad que disponía, que permitiera cuestionar, qué aspectos del problema
podía ver. Fue de esta manera que se alcanzó un progreso en el aspecto teórico, que se
inició retomando algunas definiciones tanto de la economía ecológica como de la
economía ambiental que en ese momento disponía.
Reconociendo que la economía ambiental, se ha consolidado como la visión dominante en
el análisis de la problemática relativa al entorno natural, aunque apoyadas en una visión que
Quijano denomina la Colonialidad del saber o Zemelman desde la perspectiva
gnoseológica conceptualiza como Episteme Institucional, se han convertido en el
paradigma dominante, y han generado una abundante producción de trabajos apoyados en
instrumentales de análisis cuantitativo y modelos económicos.
Se puede reconocer ahora, la ligereza de refugiarme al inicio de la investigación en
conceptos teóricos de uso corriente del paradigma de la economía ambiental, en vez de
realizar un esfuerzo de abstracción y construir herramientas epistemológicas propias, este
riesgo permitió, sin embargo, de acuerdo con Zemelman (2010) poder ―distanciarse de los
constructos en función del pensar epistémico‖ agregando que la construcción del
conocimiento se debe a que ―la razón humana ha podido pensar en contra de la razón‖,
porque el hombre ha sido capaz de pensar en contra de sus propias verdades, porque ha
podido pensar en contra de sus certezas.
Investigar sobre la agroindustria Azucarera (AIA), intentando utilizar un enfoque crítico,
impulsó a incorporar nuevos conceptos, necesariamente algunos de ellos retomados
directamente de las propuestas teóricas existentes, como son los conceptos de cadena
productiva, procesos de producción en campo e ingenio, que epistemológicamente
permitieron la reconstrucción de la realidad; el conocerlos y familiarizarme en su uso, fue
una condición ineludible para que las entrevistas de campo fueran fructíferas y permitieran
incorporar conocimientos nuevos y comprobar los existentes.
Epistemológicamente, se consideró necesario partir de la descripción de la cadena
productiva analizando las distintas fases que la producción de azúcar implica, desde el
cultivo de la caña en el campo hasta la producción del azúcar en los ingenios. En cada uno
16
de estos procesos productivos, se ubicaron las fases que constituyen la cadena productiva y
cadena de valor y pero también lo que se podría llamar como ―cadena ecológica‖.
En los momentos de inicio de la presente investigación, se consideró el gran esfuerzo que
este análisis implicaría, dada la escasa disponibilidad de recursos bibliohemerográficos con
que se contaba, por lo que las visitas de campo eran una condición imprescindible para
avanzar, de manera que la investigación fue avanzando y consolidándose gracias al acopio
y revisión de los estudios existentes, la información estadística disponible y la información
obtenida del trabajo de campo.
1.3 El diseño metodológico de la investigación
Para alcanzar los propósitos de esta investigación: la evaluación de las políticas ambientales
a partir de las conductas y desempeños de las empresas y actores sociales en su quehacer
productivo, social y ecológico, nos basamos tanto en la investigación documental, técnicas
estadísticas, aplicación de entrevistas para observar la participación de los diferentes tipos
de actores que participan en el contexto de la actividad industrial.
Se buscaron lineamientos generales que permitieran analizar las trayectorias que ha seguido
la regulación ambiental de los ingenios de la Región Puebla, a través del uso de técnicas
cuantitativas y cualitativas.
En lo referente a las técnicas cuantitativas, se construyeron estadísticas a partir del análisis
y procesamiento de la información que se recolectó de fuentes de información estadística
oficial como la secretaría de agricultura, ganadería, desarrollo rural, pesca y alimentación
(SAGARPA), la Secretaría de medio ambiente y recursos naturales (SEMARNAT) el
Comité nacional para el desarrollo sustentable de la caña de azúcar CONADESUCA); de
las organizaciones cañeras Confederación Nacional Campesina (CNC), Confederación
Nacional de Productores Rurales (CNPR) y la obtenida de las entrevistas a productores
cañeros y administradores de los ingenios.
En el trabajo de Campo, logramos obtener información referente al impacto ambiental de la
cadena productiva de la AIA, la construcción de estadística, su análisis y presentación a
partir de la información que brindaron los actores sociales inmiscuidos, como son las
organizaciones cañeras existentes: CNC, CNP, CNOCI, Comisariados ejidales, gerentes de
17
los 2 ingenios asentados en la entidad, a partir de entrevistas abiertas. No estructuradas o
semiestructuradas.
Para allegarnos de información en trabajo de campo se utilizó la entrevista cualitativa,
basada en preguntas abiertas que permite a los sujetos adoptar su identidad en plena
libertad, ya que se considera la técnica fundamental para el conocimiento de los hechos
sociales y para el estudio de los sucesos presentes en la formación de identidades. Las
entrevistas realizadas permitieron reconstruir la historia de las subjetividades cañeras, su
participación, sus aspiraciones y propuestas en relación a su entorno ambiental y social.
Antes de acudir a campo, fue pertinente avanzar en la descripción a detalle de la cadena
productiva, para superar el desconocimiento inicial del que se partió y realizar una vista de
observación en las zonas cañeras de los 2 ingenios asentados en la entidad poblana
En lo referente a los ingenios ubicados en el estado de Puebla, se entrevistó a los gerentes y
a un superintendente de campo, se consideró importante tener un cuestionario básico y
amplio que permitiera una combinación de entrevista estructurada y abierta. Salvo contados
casos las entrevistas fueron concedidas sin restricción y en un clima de respeto y confianza
y se permitieron grabar, salvo en el caso del gerente de Atencingo, que mostró desconfianza
debido al proceso de desincorporación que el ingenio de Atencingo atraviesa. En el ingenio
de Calipam se nos autorizó realizar una visita guiada a sus instalaciones, lo que permitió
observar las fases del proceso productivo y el comportamiento de los actores sociales que
participan en la producción.
18
CAPÍTULO II. ABORDAJE DE LOS ASPECTOS TEÓRICOS
2.1 Acercamiento al objeto de estudio desde un plano general: crisis ambiental y
actividad industrial aproximación al estado del arte
2.1.1 La crisis ambiental como expresión de la crisis civilizatoria.
La crisis ambiental global se inscribe en el contexto de una crisis generalizada del sistema
capitalista mundial, que se conjuga con una crisis de valorización en sus múltiples
modalidades como son la financiera y la energética.
A la crisis del sistema capitalista, se le ha definido de muchas maneras, como crisis de
sobreproducción, estructural, financiera, sistémica o de fin de ciclo largo, etc.; lo real es
que se trata de una severa crisis estructural, cuya evidencia más notable es la caída
generalizada de la tasa de ganancia y la imposibilidad de recomponer un ciclo de
valorización de largo plazo, a pesar del crecimiento económico sin precedente en la historia
de la humanidad, -apoyado en las revoluciones tecnológicas y los impresionantes flujos
mundiales de capitales y mercancías- la acumulación de capital se enfrenta a barreras cada
vez más infranqueables.
Un aspecto que caracteriza la crisis actual del capitalismo, la encontramos en la
exacerbación de la explotación del trabajo asalariado por el capital, -que también se ha
llamado sobrexplotación de trabajo- como una vía para elevar la tasa de ganancia del
capital. Dicha situación se explica por la presencia de una sobre oferta de fuerza de trabajo
a disposición del mercado laboral, producto del despojo, la destrucción de medios de
producción de sus antiguos propietarios y el consiguiente desempleo que ha conllevado la
aplicación del neoliberalismo.
Todo lo anterior, ha llevado a una mayor precarización del trabajo, la nueva aparición de
modalidades de explotación laboral como la esclavitud, el trabajo infantil en gran escala,
que aunado a la ofensiva de las políticas neoliberales que ha conculcado las conquistas
laborales de la clase trabajadora y ha degradado su nivel de vida, todo este despojo contra
la clase trabajadora, ha permitido recomponer la tasa de ganancia global durante las últimas
décadas, el volumen físico de la producción industrial en el mundo ha crecido
19
aceleradamente, lo que ha llevado al consumo de recursos naturales sin precedentes en
toda la historia de la humanidad con el consiguiente resultado de una enorme destrucción
de la naturaleza sobre el ambiente. Este elemento y el haber llevado niveles extremos de
explotación de la fuerza laboral, hacer ver que este ritmo, la acumulación de capital llegará
inexorablemente a límites físicos y sociales, que aunado a la feroz competencia entre los
capitalistas ahondará la crisis capitalista global.
Sin embargo, el panorama es aún más desolador, si contemplamos que esta crisis es mucho
más amplia que la relativa al aspecto económico y social; comparto la idea de Márquez
(2009), de que se trata de una crisis civilizatoria que pone en riesgo, no solamente la
valorización del capital, sino la organización de la sociedad contemporánea y la existencia
de la vida humana en diversos ámbitos del planeta.
El análisis de la crisis actual del capitalismo, no debe verse en los argumentos de la
economía o de las explicaciones financistas, es necesario encontrar otras explicaciones
alternativas sobre la crisis.
Desde nuestra perspectiva, la presente crisis es una crisis general del sistema capitalista
neoliberal, que se expresa como una severa depresión económica mundial, que a su vez
significa una declinación de la estrategia de reestructuración y expansión neoliberal basada
en la superexplotación del trabajo, la depredación ambiental y la financiarización de la
economía mundial; pero que, asimismo, se trata de una compleja crisis civilizatoria con
rostro multidimensional que expone los límites de la valorización mundial de capital por
cuanto atenta en contra de los fundamentos de la riqueza: el ser humano y la naturaleza, y
porque pone en predicamento el sistema de vida en la Tierra, es decir, el metabolismo
social. En tal sentido, el capitalismo neoliberal se erige como una poderosa maquinaria
destructora de capital, empleo, población, infraestructura, conocimiento y cultura. Su
criterio central, la maximización de ganancia, está en las antípodas de la reproducción
social y las condiciones biológicas para la producción. Márquez (2009:208),
Desde la perspectiva ecológica, la preocupación central de esta crisis civilizatoria, es el
Cambio Climático Global, que se agudizará en los próximos años. Este fenómeno consiste
en el aumento de la temperatura del planeta, que ha acelerado el derretimiento de los polos,
originando lluvias más abundantes y elevado el nivel del mar, amenazando la vida terrestre
20
en los litorales costeros. Se han determinado entre las principales causas del cambio
climático a la concentración de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el
metano, los óxidos nitrosos y los gases clorofluorocarbonados que se liberan a la atmosfera
como resultado de actividades industriales y a los asentamientos; estos elementos
amenazan la viabilidad de la vida en el planeta. El cambio climático no puede verse como
un asunto de interés para los expertos de las ciencias naturales, por lo que su estudio y
propuestas de solución requieren de un análisis multidisciplinario.
Desde la perspectiva de las ciencias sociales, conviene tener presente que el capitalismo
percibió durante siglos a la naturaleza de una manera utilitarista, ya sea como abastecedora
de materias primas baratas o sin costo; o como una superficie de producción al que se le
puede introducir cultivos que no son propios de su hábitat al que se incorporan productos
químicos como fertilizantes, herbicidas, pesticidas, cultivos que empobrecen los suelos,
tienen un impacto en el entorno, o como un espacio en el que se pueden arrojar los
desechos de las industrias o de los humanos; y más recientemente se vislumbra a la
naturaleza como un objeto que puede ser mercantilizado y en consecuencia se pueden
―valorizar‖ (en dinero) los daños a la naturaleza (irreparables y sin ninguna medida
monetaria de comparación).
La devastación del medio ambiente, proviene de la incesante y descontrolada competencia
por maximizar las ganancias capitalistas, que conduce a la destrucción de la base natural del
metabolismo social, el medio ambiente y la insustentabilidad social expresada como
desempleo, subempleo y migración. Los recursos naturales que se extraen de la litosfera y
crecientemente de la biosfera se explotan como elementos aislados y no como componentes
de un ecosistema; además, los costos de producción de los recursos naturales se consideran
sólo como costos de extracción, lo cual desprecia la reproducción a largo plazo de la
naturaleza. En suma, se registra un preocupante proceso de deterioro ambiental, pérdida de
biodiversidad y fenómenos alarmantes como el calentamiento global, todos como
expresiones directas e indirectas de la deificación del mercado como agente del desarrollo y
la privatización de los recursos como cemento de la sociedad capitalista. Márquez (2009:
205)
La crisis civilizatoria, alerta que de mantenerse los enormes ritmos de producción y
consumo de mercancías y servicios implicaría un límite insalvable, ante la enorme presión
21
que se ejerce sobre los recursos naturales a nivel mundial y un incremento potencial de los
problemas ambientales que amenazan gravemente los ecosistemas y la biodiversidad del
planeta y del hecho comprobado de que los recursos naturales fundamentales para la
reproducción capitalista, en especial los combustibles fósiles están cada vez más próximos
a su agotamiento, sin que se cuente a la mano con una alternativa real de suministro de
energía que compense el desmesurado consumo energético actual.
Otros recursos naturales, muy abundantes y vitales para la vida, como el agua potable,
pronto serán insuficientes ante la demanda y el consumo humano e industrial, debido a la
acelerada contaminación y acaparamiento de sus reservas. El agotamiento de estos recursos
naturales y el daño al ambiente y la biodiversidad que la actividad económica generan, se
encuentran cada vez más próximos a un punto de ruptura, que agudizará las contradicciones
capitalistas y el conflicto social.
2.1.2 Algunas propuestas teóricas para el análisis de la sustentabilidad
Para Martínez Alier (1998) el estado de sustentabilidad de una economía debe ser estimado
a través de indicadores biofísicos, que incorporen consideraciones acerca de la distribución
ecológica, y señala a la huella ecológica; como la capacidad de sustentación absorbida o el
espacio ecológico que permite la apropiación humana de la producción primaria neta de
biomasa, por encima o por debajo de lo que las distintas regiones del mundo generan, que
debe poder ser cuantificable, tanto en el bien útil de la que el hombre se apropia (no crea)
de la naturaleza, como en los desechos y en los daños que se generan al entorno. Además
de la evidencia física y cuantificable, que muy aproximadamente, obtengamos de la huella
ecológica, esta categoría permite analizar las relaciones sociales y humanas que se dan a
partir de esta relación del hombre con la naturaleza.
Para Toledo (2008) todo acto productivo, al ser un metabolismo del hombre con la
naturaleza implica un ―modo de apropiación‖, visto como ―el proceso por medio del cual
los miembros de toda sociedad se apropian y transforman ecosistemas para satisfacer sus
necesidades y deseos‖, refiriéndose al momento, concreto en el que los seres humanos se
articulan materialmente a la naturaleza a través del proceso del trabajo.
22
La ―apropiación‖, de acuerdo a Toledo, califica entonces el acto por el cual el sujeto social
hace suya una "cosa" material, y se aplica en este caso a la acción por la cual los seres
humanos extraen un ―fragmento de naturaleza‖ para volverlo un componente social, se trata
del acto por el cual los seres humanos hacen transitar una cierta cantidad de materia o
energía desde el espacio natural hasta el espacio social. En tal sentido, la apropiación de la
naturaleza es un acto de internalización o asimilación de elementos naturales al
"organismo" social.
Esta acción que determina a, y es determinada por las fuerzas naturales, es al mismo tiempo
un acto que determina y es determinado por el resto de los procesos que conforman el
metabolismo general: la circulación, la transformación, el consumo y la excreción. (Toledo
2008).
Coincidiendo con Toledo, el concepto de Huella Ecológica ha ido ganando terreno en los
ámbitos académicos y en la lucha en defensa de la biodiversidad.
2.2 Categorías y conceptos de análisis ambiental
2.2.1 El concepto de huella ecológica, alcances, relevancia para el análisis ambiental
La huella ecológica2 (HE) es un indicador de sustentabilidad, altamente aceptado y
difundido por la comunidad científica y los movimientos sociales ecologistas a nivel global,
propuesta por W. Rees y M. Wackernagel en los años 90, para conocer el grado de impacto
que ejerce cierta comunidad humana, persona, organización, país, región o ciudad sobre el
ambiente.
En palabras de los autores, la huella ecológica ―es un sistema de contabilidad ecológica que
muestra las consecuencias de acciones y actividades en el planeta. Es una herramienta para
determinar cuánto espacio terrestre y marino se necesita para producir todos los recursos y
2 SEMARNAT, menciona la existencia de otros instrumentos de análisis ambiental, ―como las huellas hídrica,
de carbono, de energía. Por ejemplo, la huella hídrica es un indicador para calcular la cantidad de agua que
utilizamos, de dónde viene y a dónde va a parar, mientras que la huella de carbono es un indicador para
conocer la cantidad de carbono generada a partir de la quema de combustibles fósiles‖. [SEMARNAT 2012:
5 Nota 2]
23
bienes que se consumen, así como la superficie para absorber todos los desechos que se
generan, usando la tecnología actual. (SEMARNAT, 2012: 5)
De esta manera, la HE es la superficie productiva indispensable para mantener el consumo
de recursos de una población y simultáneamente absorber esos desechos.
El análisis de la huella ecológica implica el estudio de las siguientes cuestiones:
1. Establecer el área, sea de tierra productiva o de ecosistemas acuáticos requeridos para
generar los recursos usados y asimilar los desperdicios producidos, por una cierta población
para un específico estándar material de vida. (PNUD, 2007).
Para SEMARNAT el cálculo de la HE debe tomar en cuenta entre otros aspectos:
La población total que habita un espacio (localidad, región, ciudad, país, planeta), en un
periodo determinado, al tiempo que estima las superficies productivas dedicadas [al cultivo,
pastoreo, bosques, mar y superficie construida)
La huella ecológica se expresa en hectáreas globales, es decir, en hectáreas con una
productividad igual a la media mundial, que representan la superficie necesaria del planeta
para asimilar el impacto de las actividades de un modo de vida determinado (SEMARNAT,
2012: 6)
Aunque para Martínez-Alier, (2004) dicha área corresponderá a la
―necesaria por persona para proporcionar la energía de la alimentación (…), más el área que
proporciona biomasa en la forma madera para papel y otros usos, más el área pavimentada,
más el área de bosque necesaria para la absorción del dióxido de carbono producido (o,
alternativamente, el área que sería necesaria para producir la biomasa que sustituya a las
energías no renovables)‖. (Martínez-Alier, J, 2004: 25)
2. Determinar el consumo humano, en lo individual o a nivel comunidad, región o país. La
huella Ecológica, se centra principalmente en el consumo, de manera que atribuye a los
países consumidores, y no a los productores, la responsabilidad primordial del impacto de
la importación de recursos naturales.
[…] la huella ecológica muestra que el mundo está superando con creces su capacidad de
generar recursos y absorber desechos. Si todos los habitantes del mundo tuvieran el mismo
24
patrón de consumo de quienes viven en los países con IDH muy alto, y el nivel tecnológico
actual, necesitaríamos más de tres planetas Tierra para soportar la presión que se ejerce
sobre el medioambiente […] la huella ecológica revela que los patrones de consumo y
producción son insostenibles a nivel mundial, además de desequilibrados entre las regiones,
la situación va empeorando, especialmente en los países con IDH muy alto.
No obstante, este indicador ignora otros aspectos ambientales clave, como la diversidad
biológica y la calidad del agua. (PNUD, 2011:27)
Aunque de acuerdo a M. Alier (2004), la huella ecológica examina básicamente el consumo
humano de varias formas de energía, por lo que este indicador es redundante con las
estadísticas al respecto (de alimentos, biomasa y combustibles fósiles), pero en vez de usar
kilocalorías u otras unidades de energía, la HE las traduce en una representación en
términos de espacio más fácil de visualizar.
3. El comparativo entre países de la correlación entre el valor de la huella ecológica y el
volumen de las emisiones de dióxido de carbono resultantes del consumo energético de la
actividad humana, permite ver una profundización de la desigualdad en la Huella Ecológica
entre países, regiones territorios, como lo advierte Martínez-Alier al señalar que un país
―puede tener una huella ecológica diez o veinte veces mayor que su territorio, o que otro
país (como seguramente el Uruguay por ejemplo) exporta huella ecológica‖. (Martínez-
Alier, J. 2004: 25); aunque, sin embargo éste país no recibe una compensación ni
pecuniaria ni ecológica por contribuir de alguna manera a que la huella ecológica promedio
a nivel planetario no sea aún mayor.
La huella ecológica, muestra datos interesantes sobre las grandes desigualdades entre los
países del mundo, De acuerdo a (SEMARNAT, 2012), en 2008 la huella ecológica de un
estadounidense fue de 7.2 hectáreas, de un mexicano 3.3 y de un haitiano 0.6.
Si bien es cierto que las poblaciones numerosas generan una enorme presión ambiental, en
el comparativo de las huellas ambientales entre países no necesariamente los países más
poblados del planeta tienen las huellas ecológicas per cápita más altas, como es el caso de
China e India con una huella ecológica de 2.2 has. per cápita y 0.9 has. per cápita
respectivamente, (PNUD, 2011: 165 y 166) debido a que la variación en el tamaño de la
25
huella ecológica depende no de su población, ―sino de la superficie disponible para
absorber sus desechos y de sus niveles de consumo, que son mayores en los países ricos, en
las clases sociales con más ingresos económicos y en quienes viven en las ciudades‖.
(SEMARNAT, 2012: 9-10)
El déficit ecológico, de acuerdo a SEMARNAT (2012), ―es la diferencia entre el área
disponible (capacidad de carga o biocapacidad) y el área consumida (huella ecológica) en
un lugar determinado. Eso se debe inicialmente a la sobreexplotación del capital natural y/o
a la incapacidad de regeneración global y/o local‖ Así, en la actualidad el planeta tiene un
déficit ecológico dado que necesitamos ―1.8 hectáreas para satisfacer nuestros consumos y
absorber todos nuestros desechos […], sin embargo, nuestra huella ecológica es de 2.7
―Para el año 1961, se estimaba que la huella ecológica mundial equivalía al 70 por ciento de
la capacidad de regeneración de la Tierra. En la década de los ochentas llegó al 100 por
ciento y en la década siguiente excedió la disponibilidad planetaria […] el problema
consiste en que usamos recursos más rápido de lo que pueden regenerarse y producimos
desechos más rápido de lo que pueden ser absorbidos. […]A esto hay que añadir el
incremento exponencial de la población mundial y de la esperanza de vida (promedio de
años de vida)‖. (SEMARNAT, 2012:7-8)
Asimismo, cabe destacar que los países desarrollados tienen también los más altos índices
de desarrollo humano, expresados en educación, salud, ingreso y estándares de vida. Por lo
que el comparativo entre su índices de desarrollo humano y su huella ecológica muestra que
a nivel global se ha profundizado la desigualdad, ya que los países más pobres con su
déficit ecológico contribuyen a sostener el alto consumo y un elevado ingreso per cápita de
los países desarrollados.
En el caso de México, de acuerdo a SEMARNAT, (2012), nuestro país ocupa el lugar 49
entre los países con mayor déficit ecológico, las actividades que más han incidido en esta
situación son la quema de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería; su huella
ecológica pasó de 1.9 a 3.4 hectáreas per cápita entre 1961 y 2006.
26
2.2.2 ¿Externalidades ambientales o distribución ecológica?
La distribución ecológica, es un concepto propuesto por la economía ecológica, como una
categoría alternativa al concepto de ―externalidades ambientales‖, (que presentaremos más
ampliamente en la parte correspondiente al análisis de la economía ambiental) ya que
retoma el razonamiento de que la acción humana implica efectos en perjuicio de otro agente
o a la comunidad y que estos daños no se resuelve con que sean resarcidos por intercambios
mercantiles a través del mercado como lo propone la economía ambiental en su propuesta
de externalidad ambiental, por el contrario la economía ecológica incorpora el conflicto
social que esta genera, y los movimientos sociales que emergen de
―conflictos distributivos‖; es decir, para dar cuenta de la carga desigual de los costos
ecológicos a nivel social, incluye los movimientos de resistencia al neoliberalismo, de
compensación por daños ecológicos y de justicia ambiental. La distribución ecológica
designa ―las asimetrías o desigualdades sociales, espaciales, temporales en el uso que hacen
los humanos de los recursos y servicios ambientales, comercializados o no, es decir, la
disminución de los recursos naturales (incluyendo la pérdida de biodiversidad) y las cargas
de la contaminación‖ (Martínez Alier, 1997).
La movilización de los actores sociales, se da por intereses materiales y simbólicos (de
supervivencia, identidad, autonomía y calidad de vida), más allá de las demandas
estrictamente económicas de propiedad de los medios de producción, de empleo, de
distribución del ingreso y de desarrollo.
Retomando una idea sustancial descrita por Hugo Zemelman en el sentido de que la
ideología del poder tiene una gran facilidad de apropiarse de los conceptos que en su
contenido encierran valores universales, para utilizarlos en su marco conceptual y de esta
manera mistificar sus acciones, propias de su racionalidad capitalista. Valores universales
tales como justicia, democracia, defensa del ambiente son usurpados por el capital, con la
finalidad de tener una imagen más favorable ante el mercado o convertirlos en ―nichos de
oportunidad‖ para volverlos mercancías. Así el llamado a una ―racionalidad ecológica‖ que
los científicos y los movimientos sociales ecologistas han hecho por la defensa del
ambiente ha sido retomado por la ideología capitalista, aunque dentro de los límites de su
racionalidad económica.
27
Intentamos que la categoría de distribución ecológica, se pudiera llenar de mayor contenido
o modificarse en el trascurso de nuestra investigación, al recoger las opiniones y las
demandas de los sectores excluidos, que a pesar de no conocer la normatividad ambiental,
conocen y sufren muy bien sus efectos, y que sin duda han construido en su imaginario
colectivo sus propios indicadores de sustentabilidad, y que lo determinan por la calidad del
agua que consumen, en la erosión de su tierra, en la disponibilidad de sus recursos
naturales, etc.
2.3 ¿Es viable el desarrollo sustentable? El conflicto entre el desarrollo económico y la
viabilidad ecológica
La presencia de la crisis civilizatoria, implica una reflexión en torno al debate iniciado hace
más de 40 años con la publicación de Los límites de crecimiento,(1972) donde se subrayaba
la evidente inviabilidad del crecimiento permanente de la población y sus consumos; que
continuó con Nuestro Futuro Común, conocido también como Informe Brundtland
resultado de los trabajos de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en
donde se utilizó por primera vez el concepto de desarrollo sustentable; posteriormente en
La Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro en 1992, se resolvió como primer
objetivo encontrar un punto de equilibrio entre las exigencias económicas, sociales y
ambientales de las generaciones presentes y futuras, además de la adopción de la Agenda
21 que compromete a los países a aplicar una legislación ambiental complementada con el
uso de medidas de regulación directa o preventiva, la definición de las autoridades públicas
encargadas de la gestión ambiental y la incorporación de la evaluación del impacto
ambiental como uno de los instrumentos de gestión ambiental y finalmente, la Conferencia
de Kyoto de 1997 sobre el cambio climático, que fue un acontecimiento excepcional porque
por primera vez los países industrializados aprobaron objetivos concretos de reducción de
emisiones de carbono que fueran jurídicamente vinculantes y adoptar medidas concretas
para abordar el cambio climático3, aún a pesar de la negativa de Estados Unidos, India y
China (los países que más emisiones de CO2 arrojan a la atmósfera).
3 En las recientes conferencias sobre el cambio climático, se ha ido imponiendo la propuesta de Estados
Unidos y otros países emergentes como India, de que el control de las emisiones de carbono deje de ser
vinculante y se convierta en voluntario, lo cual significaría un fracaso y retroceso de los acuerdos del
28
Nuevas dudas en torno a la viabilidad ecológica del planeta, surgieron al analizar los
resultados y ver que la catástrofe ya se estaba presentando y que los acuerdos, los avances
alcanzados en las comisiones y en las cumbres han tenido serios retrocesos al dejar de ser
vinculantes, para convertirse en voluntarios, además de que la idea de hacer un mercado de
bonos de carbono, se ha venido imponiendo, a pesar de que implica el derecho de las
potencias a contaminar y continuar destruyendo la naturaleza y la biodiversidad.
Naredo (2007) señala que a pesar del aumento masivo de técnicos, de publicaciones y de
departamentos en torno a la sustentabilidad, no se ha conseguido, hasta el momento,
enderezar la situación global: la extracción de recursos y la emisión de residuos per cápita
sigue aumentando a escala planetaria ofreciendo de hecho un horizonte de deterioro
ecológico bastante más sombrío del que se vislumbraba hace cuarenta años en que se
publicaron los Limites de Meadows
―la incompatibilidad de las tendencias actuales con la salud del medio ambiente planetario,
parecen suficientes para pensar si los planteamientos y los medios utilizados apuntan de
verdad a cambiar dichas tendencias o, por el contrario, están ayudando a apuntalarlas… Lo
cual plantea un conflicto cada vez más acusado entre la creciente sensibilidad de la
población hacia los daños ecológico-ambientales que origina la actual civilización y la falta
de planteamientos y acuerdos capaces de ponerles coto‖ (Naredo, 2007: 33).
En un recuento histórico, las primeras señales de alerta de la crisis ambiental global
marcaron el inició de un fuerte conflicto entre los partidarios del desarrollo y del
conservacionismo. El pensamiento económico latinoamericano fue también arena de dicha
disputa, las estructuras productivas existentes se encontraba condicionadas y subordinadas
por la expansión del capitalismo en la región.
Al añejo debate en torno al estilo de desarrollo en América Latina4 se agregó la discusión
de la viabilidad de su sustentabilidad. De acuerdo a Nicolo Gligo (2007) las características
Protocolo de Kyoto, imponiéndose en los hechos la visión en contra de la regulación ambiental, a pesar de
que la amenaza de catástrofe ambiental crece permanentemente.
4 Para Gligo el debate en torno a las características que debía adoptar el desarrollo en la región, lo denomina
como estilo de desarrollo, desde luego que esta discusión es más amplia, tanto en el tiempo ocurrido como en
lo referente a los postulados de las escuelas del pensamiento económico.
29
del estilo de acumulación dominante en la región en los periodos previos a la discusión en
torno a la sustentabilidad se sintetizan en:
[una destacada presencia de] la inversión externa, su proceso de internalización de la
producción industrial, la tecnología importada predeterminada por el patrón de consumo, el
incremento de los costos sociales, el proceso de homogeneización cultural como reflejo de
las necesidades de que las corporaciones transnacionales reorientaran la cultura local de
acuerdo a su expansión industrial, y las contradicciones importantes de índole económica,
social y ambiental.
En manejo del término de estilo de desarrollo, debería entenderse que la dimensión
ambiental es intrínseca a su definición. Pero en la práctica, por ser esta dimensión
totalmente ajena a la gran mayoría de los autores que definieron el término, la dimensión
ambiental siempre fue marginal y no se le consideró en su real dimensión, [a pesar de que
dicho estilo de desarrollo implicaba una] especialización productiva, de demanda adicional
de recursos, en especial, energéticos, y de alta producción de desperdicios. (Gligo, 2007:
15)
Agrega Gligo (2007) que el concepto de estilo de desarrollo, no se definió claramente ni se
crearon las categorías de análisis que pudieran diferenciar el estilo ascendente y
normalmente dominante, de los otros estilos nacionales, confundiéndose con la etapa de
desarrollo capitalista de expansión transnacional de los decenios de los setenta y ochenta.
La incorporación plena de la dimensión ambiental en la concreción del concepto de estilo
podría haber significado un avance importante. Sin embargo, la falta de interdisciplinaridad
entre economistas y sociólogos por una parte, y científicos naturalistas, por la otra,
impidieron conceptualizar formas propias de los estilos nacionales, que se veían amagadas
por la penetración del estilo ascendente. (Gligo, 2007:16)
Continuando con Gligo, este autor plantea que el uso del concepto desarrollo sustentable o
sostenible (los presenta como sinónimos) conduce a trampas semánticas que confunden y
poco aportan a los estudios y a las propuestas relacionadas con la problemática ambiental;
apremia a una necesaria recapitulación en torno a las discusiones que se dieron en el torno a
la validez del concepto ―desarrollo‖, al que Oswaldo Sunkel, lo definió a inicios de los
ochenta a como ―un estilo internacional ascendente‖, haciendo mención al alto precio
30
ambiental que se pagaba en el necesario proceso o evolución al que tenían que pasar las
economías latinoamericanas para alcanzarlo; ponía un manto de duda al hablar más de
―crecimiento‖ que de ―desarrollo‖. Con mucha razón se afirmaba que:
[…] la introducción de la perspectiva ambiental, significa reconocer que ese proceso de
crecimiento está condicionado por el medio biofísico, local, nacional y global, tanto porque
este último afecta de diversas maneras el crecimiento económico, como porque es
sustancialmente afectado por él, y cada vez más mientras más avanza el proceso de
desarrollo. La introducción de la perspectiva ambiental pone en duda una serie de creencias
derivadas de la ideología del crecimiento económico que han prevalecido en los últimos
decenios. (Gligo, 2007:16).
Planteando que el concepto ―desarrollo‖ se tradujo en las economías de la región como un
concepto teórico abstracto, sin dimensión espacio– temporal, en el que se escondían juicios
de valor de lo que es bueno y por ende, deseable y deseado; y que transitó posteriormente a
inspirador de políticas públicas y privadas, presuponiendo que los países subdesarrollados
para lograr el estatus de ―desarrollados‖, deberían transitar por los mismos caminos de los
países industrializados, como Estados Unidos o los países europeos más poderosos.
La consiguiente crítica es que esa visión, en boga desde mediados del siglo pasado y que
sigue vigente, es asigna a los países latinoamericanos como objetivo fatal el arribar a los
niveles alcanzados de los países desarrollados, aunque para conseguirlo se agoten y
deterioren los recursos. La causación circular desarrollo–degradación pareciera ser la única
vía transitable. (Gligo, 2007: 17)
Estos argumentos de Gligo, explican de alguna manera las críticas que se han vertido al
―desarrollismo‖ como objetivo de política económica, que con la variante neoliberal se
mantiene hasta la fecha. En este contexto continuar con el paradigma del desarrollismo,
ahora matizado con el discurso de respeto al medio ambiente resulta al paradójico, si no es
que falaz, toda vez que el ‗desarrollo‘, figura como causa de la degradación del medio
humano. De acuerdo a Gligo, esta contradicción no se ha hecho patente debido a las
confusiones conceptuales y a las trampas semánticas:
―Los discursos de los gobernantes, las estrategias de crecimiento económico y de
incremento del bienestar social, los planteamientos de las organizaciones internacionales,
31
no han podido superarlas, pues, significaría de partida un cuestionamiento al sistema
imperante, un rechazo a los vínculos de dependencia, sin, a su vez, una clara definición
sobre alternativas y tránsitos. Estas contradicciones, vigentes ya hace un cuarto de siglo, no
han perdido vigencia […]
[…] es corriente constatar, en los países de la región el planteamiento que no se pueden
adoptar los parámetros ambientales de los países desarrollados, sino que se hace necesario
―ser prácticos‖ en el sentido de sacrificar el medio ambiente para bajar los niveles de
hambre y suplir las necesidades básicas de la población, amén de contribuir al despegue
económico. Es la búsqueda del mentado equilibrio, dentro de la modalidad de desarrollo
adoptada, marcada por la inequidad, la injusticia, la desigualdad. Mirado desde este
enfoque, el medio ambiente no es una dimensión que potencie y enriquezca la concepción
del desarrollo, sino que constituye un reservorio de recursos a los que hay que echar mano
para cumplir con las metas del crecimiento económico (Gligo, 2007: 22).
Después de más de 2 décadas de la euforia que provocó la divulgación en los círculos
académicos de los conceptos ―desarrollo sustentable‖ y ―sustentabilidad‖, que fundamentan
los documentos Nuestro Futuro Común y la Agenda 21 y ante la agudización de la
catástrofe ambiental, las críticas a ambos conceptos -planteadas casi simultáneamente- han
adquirido una mayor connotación.
Estos años permiten evidenciar, de acuerdo con Naredo, la idea falsa que tiene que ver con
el crecimiento económico, de hacer ver al continuo aumento de los bienes y servicios
obtenidos y consumidos (acompañado de una creciente extracción de recursos y emisión de
residuos) como la salvación de la humanidad, que oculta el verdadero fin de este
irrefrenable proceso, que es la búsqueda del dinero y la utilidad, soslayando los daños
sociales y ambientales a gran escala que origina.
[…] el cambio de tono que acusó en el discurso ―ambientalista‖ durante los años ochenta y
noventa. […] el abaratamiento del petróleo y las materias primas en general hicieron que,
junto al oportuno lavado de imagen, se olvidaran las anteriores advertencias tildadas de
―catastrofistas‖ y se abrazara de nuevo la fe en la salvación por el crecimiento económico,
envolviéndolo, eso sí, con el término más ambiguo ―desarrollo‖ y aderezándolo con el
adjetivo ―sostenible‖. El aumento de la renta y del requerimiento total per cápita de
materiales, de energía y de residuos prosiguió en los países ricos, ampliando sus diferencias
32
con el resto del mundo, acentuadas por la crisis del antiguo bloque del Este, con la
diferencia de que la proliferación antes mencionada de especialistas, organizaciones y
declaraciones ecológico-ambientales, cerraban los ojos hacia tal estado de cosas: no se
promovían ni las estadísticas ni los estudios necesarios para establecer el seguimiento de
estos temas. A la vez, se producía una inflación de textos sobre la aplicación de
―instrumentos económicos‖ a la gestión de residuos ―el principal problema de los países
ricos―, a los estudios de impacto y a la valoración de ―externalidades‖, orientada facilitar
el tratamiento de los temas ambientales desde el enfoque económico ordinario, y a las
numerosas invocaciones al ―desarrollo sostenible […]Se plantea, así, la paradójica
pretensión de incidir sobre los resultados últimos sin modificar sus causas más primarias,
empeño coherente con el carácter cada vez más ceremonial de las instituciones y foros
oficiales relacionados con el medio ambiente‖ (Naredo, 2007: 41).
Concluyendo, con Naredo (2007), que la adopción del término desarrollo sustentable,
permitió una conciliación entre ―desarrollistas‖ y ―conservacionistas‖, que al menos en el
discurso, lograron superar la contradicción de lograr la meta del crecimiento (económico)
con viabilidad (ecológica).
―Esta capacidad supuso un buen regalo para políticos y empresarios, que lo enarbolaron
profusamente como término de consenso a costa de vaciarlo de contenido y de ocasionar así
su inoperancia práctica‖. (Naredo, 2007: 42):
Abonando la discusión R. Guimaraes cuestiona al concepto desarrollo sustentable en el
sentido de si es una propuesta alternativa o sólo retórica neoliberal, recalcando que a pesar
de lo difuso del término,
―es en verdad impresionante, para no decir contradictorio desde el punto de vista
sociológico, la unanimidad respecto a las propuestas a favor de la sustentabilidad‖. (citado
por Gligo, 2007: 18)
Coincidiendo con el comentarios anterior, Gligo (2007) señala que el discurso dominante
sobre el medio ambiente resulta paradójico, ya que el ―desarrollo‖ implica de un
crecimiento económico con la consiguiente industrialización, urbanización y la explotación
de recursos naturales que son las causa fundamental de la degradación del medio, se trata
33
ahora de ―reorientar‖ el desarrollo manteniendo e incluso intensificando ese crecimiento, lo
cual semánticamente es un absurdo per se.
Continúa Gligo, que el discurso del medio ambiente consigue formular los términos de un
círculo vicioso: expandir la economía, pero minimizando los efectos degradatorios que esta
misma expansión provoca. Para continuar en este círculo es necesario no romperlo, lo que
se logra, a través del control tecnocrático del crecimiento y en particular, de los procesos
ambientales, es fundamental evitar el cuestionamiento del proceso para no dejar paso al
análisis cualitativo que busque las causas estructurales y las contradicciones ambientales de
esta modalidad de crecimiento. (Gligo, 2007: 19)
De tal manera, se puede concluir que son cada vez más voces que cuestionan el concepto de
desarrollo sustentable, se critica a que quienes hacen las propuestas de sostenibilidad no
consideran la problemática ambiental o las realizan de manera marginal, ya que la mayoría
de trabajos publicados son realizados en centros de investigación económica, en donde el
análisis económico se ubica por encima de lo ecológico.
En muchas de las publicaciones que abordan la temática del ―desarrollo sustentable‖ antes
de tratar los aspectos ambientales del mismo, es frecuente leer antecedentes relativos al
crecimiento económico y al mejoramiento social, sin hacer un análisis de la coherencia de
estos antecedentes con el medio ambiente. Es una especie de veneración previa a la
economía para legitimar el medio ambiente. Lo paradójico es que, casi sin excepción, dada
la modalidad de desarrollo prevaleciente en América Latina, la gran mayoría de los avances
económicos, e incluso de bienestar social, han debido pagar un costo ambiental muy alto.
(Gligo, 2007:21)
2.4 Las teorías fundamentales en relación al análisis del medio ambiente
2.4.1 Postulados teóricos de la economía ambiental.
Se ha llamado economía ambiental, al enfoque que estudia el medio ambiente, los recursos
naturales, la biodiversidad y la consiguiente problemática ambiental derivada de las
actividades económicas basándose, fundamentándose en los postulados de la corriente
neoclásica; consiguientemente centra su análisis a partir del funcionamiento del mercado;
34
desde este enfoque. La competencia perfecta será la condición fundamental, que se
reflejará en nivel general de precios.
De acuerdo a Saldívar (1998) se pueden sintetizar en cuatro los postulados más relevantes
de esta corriente del pensamiento:
1. El estudio de la economía ambiental se realiza en el contexto de la economía del
bienestar; trata de evaluar lo que sería una configuración óptima de la economía en
términos de precios y cantidades de productos demandados y ofrecidos. En el caso de
los problemas ambientales, estos son tratados como problemas de la determinación no
óptima de los precios.
2. El deterioro de la calidad de los recursos naturales es visto como un ―fallo de mercado‖,
debido a que no se hace el mejor uso posible de la provisión de éstos, lo que implicará
un cambio en la determinación de los precios.
Desde esta lógica, mientras más se fomente la asignación de recursos a través de los
mercados y estos progresen en su grado de competitividad, mejores serán los resultados
para las sociedades humanas y para la preservación del medio ambiente.
3. Los recursos naturales no se venden en el mercado, por lo tanto su precio es cero; sin
embargo, la falla en la asignación óptima es resultado de la divergencia entre el precio
de mercado y los precios que deberían de existir para alcanzar un óptimo. De esta
manera, el análisis económico referente a los recursos naturales, se reduce a la fijación
de precios que aseguren que la oferta y la demanda serán compatibles para de todos los
agentes del sistema; a medida que se avance, el sistema logrará resultados cada vez más
cercanos al óptimo en el sentido de Pareto.
4. La fuente básica de la falla del mercado, referida a los recursos naturales, es resultado
de la ausencia de derechos de propiedad adscritos de manera individual.
Con respecto al último postulado, esta corriente del pensamiento afirma que el deterioro de
la calidad de los recursos naturales es resultado del fracaso del mercado, que no se hace lo
conducente para la provisión de éstos, por lo tanto, este fallo necesariamente implicará un
cambio en la determinación de los precios, toda vez que la competencia perfecta debe ser
una condición inicial, que se reflejará en el nivel general de precios. De esta manera, la
35
economía ambiental propone que ―el libre mercado se constituya en el pilar de la
sustentabilidad‖ (Noriega, 2000: 120).
Desde esta lógica, mientras más se fomente la asignación de recursos a través de los
mercados y estos progresen en su grado de competitividad, mejores serán los resultados
para las sociedades humanas y para la preservación del medio ambiente. En este sistema de
precios, deberán incluirse todos los recursos naturales en la medida en que su propiedad sea
privada y por tanto, sujeta exclusivamente a la conducta racional de productores y
consumidores.
La economía neoclásica, desarrolla dos postulados básicos en la lógica del diseño de las
políticas públicas relacionadas con el ambiente: La idea de los bienes públicos y la idea de
las externalidades
Se dice que un bien público, es aquel que produce efectos sobre quienes no han participado
en la transacción. Es decir, aquellos bienes que se producen para todos o no se producen
puesto que no se puede excluir a otros. Dada la abundancia de estos bienes, o que sus
costos de producción son muy bajos o nulos y por lo tanto están al alcance de toda la
población. Otra característica que disponen es la de no-rivalidad, lo cual significa que el
bien no disminuye, por el hecho de que lo consuma un número mayor de personas.
En los años recientes, la economía ambiental, ha ignorado los postulados teóricos referentes
a la gestión y/o provisión de los bienes públicos; los gobiernos al promover y permitir su
escasez o el deterioro de su calidad (en muchos casos artificial), han contribuido al
paulatino proceso de incorporación de éstos bienes al mercado, su privatización, o que éstos
sean administrados y gestionados por empresas privadas, obteniendo con ello una utilidad
pecuniaria; tales son los ejemplos de las playas, de la distribución del agua potable, o la
propuesta de cobrar por la utilización del sol en celdas fotovoltaicas.
El concepto de externalidades ambientales, ampliamente utilizado, es una propuesta
fundamental de la economía ambiental y se refiere a los efectos que provoca la acción de un
individuo o empresa en perjuicio a otro agente o a la comunidad. Para este enfoque teórico,
las externalidades presentan dificultades para ser compensadas, dado que éstas surgen en
los casos donde que no existen derechos de propiedad sobre una gran cantidad de bienes
36
ambientales y no se genera un mercado alrededor de ellos; produciéndose entonces efectos
externos al mercado que no son compensados por intercambios mercantiles. (Beamol y
Oates, 1982).
Lo anterior se fundamenta con base a que los recursos naturales no se venden en el
mercado, por lo tanto su precio es cero (o indeterminado), concluyendo que la fuente básica
de la falla del mercado es resultado de que en los recursos naturales no hay derechos de
propiedad adscritos de manera individual, entonces muchos servicios ambientales se tratan
como si fuesen gratuitos.
2.4.2 Fundamentos teóricos de las políticas públicas propuestos por la economía
ambiental.
Nivel Óptimo de Contaminación
Desde la perspectiva de la economía ambiental, se parte de que es posible encontrar un
nivel en el cual la contaminación producida por un agente generador sobre otro agente que
sufre la contaminación o externalidad sea tolerable y que éste último acepte los costos que
implica para él dicha situación.
La figura 2.1 permite observar que conforme el agente que contamina va incrementando su
producción, el agente económico que la sufre, experimenta un costo marginal externo CmE
creciente, en tanto que la empresa contaminante producirá hasta que su beneficio marginal,
representado por la curva descendente Bmp llegue a un nivel de 0 costo marginal, (q en
nuestra gráfica), lo que equivale al óptimo privado para el agente contaminante, mientras
que el origen de coordenadas, o punto de nula actividad económica, representa el óptimo
para el agente que sufre la contaminación.
37
Figura 2.1. Nivel óptimo de contaminación
Elaboración propia
Cabe preguntarse ¿cuál es el nivel de producción para el cual el beneficio social, o
beneficio conjunto, sea el máximo? El óptimo social se producirá cuando el beneficio
marginal de la empresa que contamina coincida con el costo marginal externo de la
empresa que sufre la contaminación. Es decir, el óptimo social corresponde al nivel de
actividad económica q*, es decir la intersección de las curvas de costo marginal del agente
afectado y la curva de beneficio marginal del agente contaminante.
¿Cómo lograr ese nivel óptimo?
Una vez determinado el nivel socialmente óptimo de contaminación, se presentan los
métodos que permitan alcanzar dicho óptimo, sugeridos por la economía ambiental
Resulta obvio, que si no se realiza ningún tipo de intervención o de negociación entre las
partes, el agente contaminante elevará su nivel de producción hasta el punto q, en el que su
beneficio marginal se hace cero. El problema consiste en conseguir que el agente
contaminante reduzca su actividad productiva del óptimo privado al óptimo social q*.
38
Para superar estos fallos del mercado, (recordemos que la contaminación ambiental, es
caracterizada como externalidad negativa por la economía ambiental), uno de sus
representantes más conspicuos: Cecil Pigou, propuso la utilización de los impuestos
ambientales por parte de la autoridad para gravar la actividad contaminante del agente y de
este modo poder compensar las externalidades sin afectar el funcionamiento del mercado en
equilibrio general y alcanzar el Óptimo de Pareto. Este método, es cronológicamente el
primero propuesto por la economía ambiental, se la han denominado impuestos pigouvianos
a aquellos que buscan que el agente contaminador pague un costo fiscal equivalente a la
deseconomia externa que este genera.
El impuesto de Pigou
Esta propuesta, que los partidarios de la economía ambiental, descartan aplicar y que
definen como un ―método intervencionista‖ se ha popularizado recientemente, en
congruencia con la idea general del ―principio de quien contamina paga‖ (el PPP: Polluter
Pays Principle).
De manera simplificada, la figura 2.2 indica de qué, aplicando un impuesto T, -con el
supuesto de que es constante, toda vez no depende del volumen de producción- la
condición de equilibrio marginal del agente contaminante se modificará.
Si se aplica dicho impuesto a cada unidad del nivel de actividad que incremente la
contaminación, se puede ver que tal gravamen, haría que la curva BMP se desplazara hacia
la izquierda (nuevo BMP). De forma muy sencilla, T se tiene que pagar en cada nivel de
actividad, de tal modo que el beneficio marginal neto se reduce en T. El contaminador
aspirará ahora a maximizar los beneficios privados netos, sujetos al impuesto, y esto tiene
lugar en q*. Por tanto, el impuesto T es un impuesto óptimo, ya que logra el óptimo social
en q*.
39
Figura 2.2. Reparación de la externalidad negativa a partir del impuesto pigouviano
Elaboración propia
Soluciones de mercado: El Enfoque de Coase
Un enfoque alternativo al de Pigou ,para alcanzar el óptimo social o externalidad óptima es
el enfoque de Coase propuesto en 1960, la idea básica del autor consiste en demostrar que,
si se cumplen determinadas condiciones no resulta necesario, ni tal vez conveniente, ningún
tipo de intervención para alcanzar la externalidad óptima. Basta una correcta definición de
los derechos de propiedad o derechos de uso del recurso ambiental para que la libre
negociación entre el agente que genera la contaminación y el agente que la sufre conduzca
al óptimo social. Este va en el sentido de que tratándose de dos empresas, una causante de
la externalidad negativa u otra afectada por ésta, es posible una negociación entre ambas, de
manera que a partir de ésta, se llevara a una internalización de la externalidad.
Las condiciones de Coase son las siguientes: a) Ambos agentes, tanto el que genera la
contaminación como el que la sufre, tienen perfectamente definidos sus derechos de
propiedad o derechos de uso; es decir, está perfectamente estipulado el derecho a
contaminar o no el ambiente. b) La estructura de mercado, para los productos que obtiene la
empresa contaminante es competitiva.
40
La figura 2.3 permite visualizar, si se supone que el derecho de uso del ambiente lo posee el
agente contaminante, este agente elevará su producción hasta el óptimo privado q. Ahora
bien, cabe preguntarse si un descenso del volumen de producción de q hasta, por ejemplo,
el punto A de la Figura 3, supone necesariamente un empeoramiento de los intereses del
agente contaminante.
En principio, parece que sí, pues dicho descenso hace disminuir el beneficio total del agente
contaminante en una cantidad igual al área ABq. Ahora bien, dicha reducción en el
volumen de producción hace, por otra parte, disminuir el costo total externo o valor
monetario de la externalidad en una cantidad igual al área ACZq. Por otra parte, como la
segunda área es claramente superior a la primera, en una cantidad igual a la dada por el área
BCZq, entonces en un proceso negociador las ganancias experimentadas por quien sufre
por la externalidad son más que suficientes para compensar al generador de la misma.
Dicho con otras palabras, el descenso del volumen de producción de q a A es eficiente de
acuerdo con la teoría de Pareto, pues las dos partes involucradas en la negociación pueden
mejorar sus beneficios con respecto a los que obtenían en la situación inicial.
Si se consideran ahora los efectos de un nuevo descenso de la producción, por ejemplo, del
punto A al punto D, la conclusión será la misma. En efecto, el nuevo descenso de la
producción genera una ganancia potencial que repartir vía negociación igual al área EFCB.
Este hecho sucede hasta que el volumen de producción desciende al nivel X*, que
corresponde al óptimo social. Un descenso adicional generaría una pérdida conjunta, por lo
que racionalmente no se producirá.
41
Figura 2.3. Reparación de la externalidad negativa a través de la negociación coasiana
Elaboración propia
En el caso opuesto de que el derecho a usar el ambiente lo posea el agente que sufre la
externalidad, es simétrico. En efecto, en esta situación el punto de partida sería el origen de
coordenadas, es decir, una producción nula que implica la inexistencia de externalidades.
En este contexto, un incremento de la producción de 0 a A‘ implica una ganancia potencial
neta igual al área 0Z‘C‘B‘, por lo que dicho desplazamiento es eficiente según la teoría de
Pareto. El incremento de beneficio privado (áreas 0Z‘C‘A‘) es más que suficiente para
reparar la externalidad dada por el área 0B‘A‘. Cualquier incremento adicional del volumen
de producción, por ejemplo de A‘ a D‘, tiene los mismos efectos. Este hecho sucede
nuevamente hasta que el volumen de producción alcanza el que corresponde al óptimo
social.
La idea fundamental del argumento de Coase es que, independientemente de quién posea
los derechos de propiedad o de uso del ambiente, existe una especie de tendencia autónoma
que lleva el volumen de producción de una manera automática al óptimo social. Con base a
ello, tanto Coase como sus seguidores sostienen que no es necesario ningún tipo de
42
intervención estatal para regular o reparar la externalidad; los mecanismos de mercado se
encargarán de realizar esta tarea de una manera automática.
A este resultado se le ha denominado el ―Teorema de Coase‖ (Martínez Alier; 1995), en
éste se afirma que al ser propietarios tanto el agente contaminante como el agente que sufre
la contaminación, de la porción del medio ambiente en que están ubicados, se reconocerían
un cierto derecho a contaminar en determinada magnitud, de manera que el segundo
aceptará cierto nivel de contaminación en la medida en que el primero le pague la
descontaminación.
Es necesario señalar que esta propuesta de la economía ambiental es uno de los
fundamentos en los que actualmente se apoya la propuesta de desarrollar los llamados
mercados de emisiones, ya que la lógica de la que se parte es: si dos empresas logran
negociar sus activos/pasivos ambientales, ¿por qué no generalizar dicha negociación a un
mercado en el que se negocien no solo dichos derechos de contaminar de una empresa sino
de todas las empresas que quieran hacerlo? Dicha propuesta ha recibido serias críticas de la
economía ambiental.
De todo lo anterior la economía ambiental, se plantea un problema de urgente solución:
¿cómo valorizar la naturaleza?: Motivada por la necesidad de incorporar a la naturaleza al
mercado y a la justa asignación de los precios por parte de este, la economía ambiental ha
llevado recientemente este cuestionamiento al debate, que justo es delimitar que no se
origina desde la perspectiva de la economía política, sino desde la perspectiva de un
sistema de precios que visualiza al medio ambiente como ―capital natural‖, incorporado a la
lógica del mercado que le puede asignar valor a la naturaleza, además de fijar el monto de
las compensaciones para el pago de las externalidades, o incorporar a la naturaleza al
mercado como una mercancía digna de intercambiarse, determinar los precios de los bonos
en un posible mercado de emisiones de carbono, etc.
2.4.3 Crítica a los postulados del equilibrio general de la economía ambiental
Gligo (2007) critica a los economistas ortodoxos (neoclásicos), que se empecinan en buscar
los ―equilibrios‖ a partir de la variables crecimiento o producción por un lado y ―costos
ambientales‖ por el otro, que en vez de simplificar el análisis de la sustentabilidad la
43
complejizan; la teoría económica, desde este enfoque, no incorpora los límites sobre la
reversibilidad de los procesos ecológicos, ni definen las magnitudes de los costos
ecológicos. Las indefiniciones e inexactitudes predominan, en este discurso, siendo
fundamental la confusión que se provoca al proponer la internalización de las
externalidades ambientales: el discurso del equilibrio, se basa en la necesidad de pagar
determinado costo ecológico -en términos monetarios, crematísticos, no de reparación de
los daños a la naturaleza,- en función del indispensable crecimiento económico. Esta idea
fundamenta toda la producción teórica que se ha derivado de la necesidad de ―valorizar‖ la
naturaleza‖ e incorporarla al mercado a partir de los derechos de propiedad de la misma,
otra de las trampas semánticas.
[…] fijar la meta del equilibrio, es el precio que habría que pagar para seguir por ―este
desarrollo‖, bueno, deseable y deseado. La semántica de esta forma vuelve a jugar otra mala
pasada, pues el término equilibrio, contribuye a una percepción de que no hay conflictos,
que todo corre por un camino sin tropiezos, que todo está equilibrado. En otras palabras,
para algunos, que desafortunadamente son muchos en la región, lograr este equilibrio,
facilita incorporarse de lleno al desarrollo sustentable.
Por ello que es muy importante aclarar que el equilibrio tal cual se plantea, no existe. Lo
que existe, normalmente son estrategias, políticas, líneas de acción, proyectos, que tienen
un mayor o menor costo ecológico, y que se adoptan en función de racionalidades que
tienen que ver con decisiones económicas, sociales, étnicas, antropológicas, y que en
muchas ocasiones, la racionalidad ambiental es marginal o no está presente.
Una visión desde esta otra perspectiva permitiría ver mucho más claro el panorama de la
gestión del desarrollo con relación al medio ambiente. Permitiría no enceguecerse con
falsos planteamientos que, en la mayoría de los casos, ocultan la falta de voluntad política
para incorporar la dimensión ambiental, y en otros casos, posibilitaría tener una real y
concreta apreciación de determinados costos ecológicos que se toman frente a apremiantes
desafíos de la supervivencia.
Algunas corrientes del pensamiento ambiental, más inteligentemente, han definido al
desarrollo sustentable, como un camino o tránsito hacia una concepción ideal en donde la
dimensión ambiental es intrínseca a la modalidad del desarrollo. Y tal como se le define
teóricamente, exige de cambios paradigmático, ético y político. Obviamente que, para esta
44
concepción, el fin de la sociedad es satisfacer las necesidades humanas fundamentales. Si se
produjeran cambios estructurales fundamentales y tomara fuerza una nueva modalidad de
desarrollo, habría que analizar esta situación en forma multi e interdimensional, lo que
indudablemente no sucede en la actualidad. Pero para avanzar por esta línea del
pensamiento, se requiere profundizar los conceptos de sustentabilidad. (Gligo, 2007:22)
La participación consciente de la población en el proceso de toma de decisiones aseguraría
que los estándares ambientales reflejen realmente los niveles sociales deseados. Esta
participación consciente será posible a partir de una intensa campaña de educación y
percepción ambiental que le permita a la población entender el marco global de la relación
sociedad humana-naturaleza por un lado, y por otro mediante la creación de los canales de
participación democrática que le permitan convertirse efectivamente en la expresión de la
comunidad organizada‖. Esta participación implica que la problemática ambiental se
inmiscuya en otros planos de análisis científico y de participación política.
2.4.4 Los postulados de la economía ecológica
De acuerdo a Martínez Alier, una de las características del mundo económico actual es el
uso exosomático de energía que está en una relación directa con la riqueza de los
individuos y las sociedades. Los diferentes procesos de industrialización y las revoluciones
tecnológicas se han caracterizado por el aprovechamiento de distintas y nuevas fuentes de
energía, que proceden de épocas geológicamente remotas, que se extraen y se consumen a
un ritmo mucho más rápido que el de su producción geológica.
Todo lo anterior permite visualizar una de las diferencias esenciales que la economía
ecológica tiene con respecto los postulados de la economía neoclásica o ambiental: el hecho
de que los recursos naturales sean propiedad privada contradice el principio de la ecología
como estudio de la casa común.
La economía ecológica5, representa una alternativa de análisis de la problemática
ambiental, considera que la gestión de la naturaleza debe partir del reconocimiento de que
los procesos económicos y sus consecuencias están determinados por los límites biofísicos
5 Hemos consultado a Martínez Alier [1998 ] y a Naredo [ 2007 ]como referentes para describir los postulados
de esta corriente del pensamiento económico
45
del planeta y que ante la pretensión de extender el análisis económico a la valoración de la
naturaleza deben abandonarse los principios, clasificaciones y conceptos que estructuran la
abstracción del sistema económico neoclásico. Para lograrlo, propone investigar la
naturaleza, analizando los papeles que desempeñan las funciones y las características
intrínsecas de los ecosistemas en el mantenimiento de la biosfera y la vida humana.
La economía ecológica incorpora aspectos que no visualiza la economía neoclásica o
ambiental; incorpora la reutilización y absorción de los recursos materiales y la óptima
utilización de la energía. Con lo que sugiere un sistema más amplio en el que no solamente
la economía se dedique a la producción distribución y consumo de los bienes y
satisfactores, sino que también se combine con una correcta utilización de la energía y los
recursos materiales. El funcionamiento adecuado de la economía exige un suministro
adecuado de energía y materiales (incluido el mantenimiento de la biodiversidad), y
también exige poder disponer de los residuos para evitar que contaminen el entorno.
Cuestiona el fundamento de la economía ambiental que propone, al mercado -ideado como
un espacio en el que las cantidades de productos ofrecidos y demandados se equilibran a
través de los precios- como el único referente para medir y compensar los impactos
ambientales de la actividad económica.
De acuerdo a Naredo (2007) se observa en la economía ambiental , ―la eclosión de una
amplísima literatura sobre procedimientos para imputar valores monetarios a las
‗externalidades‘ o sobre ‗instrumentos‘ económicos como impuestos, tasas o derechos
ligados al uso de servicios o bienes ambientales‖. Naredo (2007: 47)
Cuando la economía ambiental utiliza el razonamiento monetario como referente a todos
los aspectos de la vida humana, incluyendo su entorno natural, se resalta la dimensión del
valor o utilidad, pero se ignoran, los deterioros sociales o ambientales que dicha gestión
origina.
―la noción de ―medio ambiente‖, al circunscribir su reflexión al universo de los valores
monetarios, origina un medio ambiente inestudiado compuesto por recursos naturales, antes
de ser valorados, y por residuos artificiales, que también carecen de valor. Así, el
instrumental teórico al uso gobierna la gestión sin procesar de modo sistemático la
46
información sobre los deterioros que dicha gestión ocasiona sobre el medio natural; este
instrumental registra solo el coste de extracción y de manejo de los recursos naturales, pero
no el de reposición, favoreciendo así dichos deterioros, a la vez que privilegia las
desigualdades sociales y territoriales a través de esa abstracción social que es el dinero y sus
ramificaciones financieras‖ (Naredo, 2007: 47).
Martínez Alier por otra parte, para contraponerse a esta visión crematística de la
naturaleza, señala la necesidad de construir estadísticas sobre uso de energía, uso de
materiales, etc. (Indicadores Biofísicos de Sustentabilidad), como parámetros alternativos
en las decisiones para reparar el deterioro del hábitat.
A diferencia de la economía ambiental que analiza al ambiente ―a partir de los precios (es
pues una crematística) y tiene una concepción metafísica de la realidad económica que
funciona como un perpetuum mobile lubricado por el dinero‖, (Martínez Alier, 1995) la
economía ecológica ve el planeta Tierra como un sistema abierto a la entradas de energía y
materiales.
Con respecto a la efectividad de los instrumentos desarrollados por la economía ambiental
para compensar las externalidades negativas, la economía ecológica sistematiza las
siguientes críticas:
Se acepta que el razonamiento de Coase funciona bien cuando se trata de externalidades
mutuas entre empresas, o de una empresa hacia otra, y si esas empresas son capaces de
atribuirles a las externalidades un valor monetario actual, a pesar de que los recursos
naturales no tiene un comparativo en dinero; igualmente funcionaría dicho razonamiento si
se tratara de externalidades entre consumidores (mi consumo de música fuerte produce
molestias a los vecinos), o entre empresas y consumidores, siempre que podamos
identificar a todos los afectados y que éstos adjudiquen valores monetarios a las
externalidades. Lo que en la realidad sucede es que las compensaciones se darían entre los
ciudadanos que tendrían ese derecho de propiedad sobre el ambiente, dejando excluidos a
aquellos que no lo tienen, a pesar de que sean víctimas de los daños al ambiente,
igualmente se excluiría a las generaciones futuras imposibilitadas de participar ahora en las
negociaciones.
47
[…] Pensamos que, en el mejor de los casos, los agentes económicos actuales valoran de
manera arbitraria los efectos irreversibles e inciertos de nuestras acciones de hoy sobre las
generaciones futuras. Sin embargo, que dudemos de la posibilidad de internalización
convincente de las externalidades, […] que sostengamos que necesariamente la economía
está imbricada en la sociedad y en la política, no significa que debamos estar en contra, en
un plano práctico, de los impuestos sobre el uso de energías no renovables, o de los
mercados de licencias de contaminación por SO2, como instrumentos que lleven a reducir
los impactos negativos de la economía sobre la ecología.
Las reglas e instituciones ahorran tiempo, uso de recursos y dispersión del conocimiento, y permiten
que concentremos nuestra capacidad de reflexión allí donde importa más. [Aunque] deben poder ser
evaluadas críticamente, pues a veces incorporan sensatos criterios prácticos pero otras veces
simplemente sirven a grupos poderosos o son dañinas para el ambiente. […] el mercado puede ser
también una institución para coordinar todo el conocimiento disperso, aunque no sea, al contrario de
la tesis de Hayek, la única institución. Si el mercado tiene consecuencias negativas para el ambiente,
entonces hay que ponerle coto, o más radicalmente, hay que cambiarlo por otro conjunto de
instituciones. (Martínez Alier 1998, 79)
Concluye Naredo
[…] la economía ambiental se ha convertido en el bastión ideológico, revestido de ciencia,
del capitalismo hoy dominante en el mundo. Su principal flaqueza reside en que esta
función, a la vez mistificadora y laudatoria, degrada obligadamente su capacidad de
interpretación y predicción de los problemas, socavando con ello su propio estatuto
científico. El modo de tratar los problemas ecológico-ambientales está siendo un punto de
fricción importante entre los enfoques y disciplinas que tratan de ayudar a convivir con
ellos mediante prácticas dilatorias, ocultistas o conformistas y aquellos otros que pretenden
paliarlos o resolverlos recurriendo a análisis más profundos y a medidas más radicales. […]
este conflicto traslada así al campo de las discusiones científicas puntos de vista distintos
sobre la sociedad y las disciplinas que ligan, sin decirlo, la crisis ambiental con la crisis del
actual modelo de civilización. […] el deterioro ambiental y la polarización social amenazan
con socavar la fe en el progreso indefinido que nos había prometido la civilización
industrial El éxito del proyecto de modernidad civilizatoria que estriba en su capacidad en
apoyar sus fundamentos en valores que se suponen universales vinculándolos después, con
visos de racionalidad científica, a evidencias empíricas domesticadas que dan puntual
cuenta del progreso prometido, a la vez que soslayan las consecuencias regresivas, no
48
deseadas, que los acompañan. La ciencia económica ha desempeñado un papel fundamental
en este juego reduccionista al aportar el núcleo duro de racionalidad llamado a orientar los
planteamientos socio-políticos que configuran el actual pensamiento dominante. Una vez
sometido el mundo al yugo de ese pensamiento dominante, guiado por una racionalidad
económica servil al universalismo capitalista en vigor, se ha podido postular a bombo y
platillo la ―muerte de las (otras) ideologías‖ y el ―fin de la historia‖. La falta de pudor
intelectual que subyace al manejo acrítico y desenfadado de tales afirmaciones, en un
mundo que se supone informado, da cuenta de la impunidad con la que se desenvuelve el
reduccionismo imperante. (Naredo, 2007: 46).
2.5 El papel del estado en relación a la problemática ambiental, aspectos teóricos.
2.5.1 La problemática de la intervención estatal desde la perspectiva marxista
La década de los 80 marca el inicio de la crisis y el cuestionamiento del ―Estado del
bienestar‖, en particular en lo referente a las modalidades que adoptaron las políticas
públicas que lo caracterizaron. La injerencia y la regulación estatal de las actividades
económicas fueron objeto de un fuerte debate.
La perspectiva marxista, plantea que las características y los límites de la intervención
estatal están determinados por las contradicciones que el propio proceso de acumulación
capitalista genera, que amenazan la existencia de toda la sociedad, (como es la destrucción
de los recursos naturales), o la imposibilidad de que los capitalistas participen en espacios
donde la producción de las unidades de capital no es rentable. De esta manera, de acuerdo a
Alvater:
―el capital necesita como soporte, de una institución especial que no esté sometida a sus
propias limitaciones en cuanto capital; que no esté determinada por las exigencias de la
producción de plusvalía; que sea una institución especial situada ―al margen y por encima
de la sociedad civil‖ y que al mismo tiempo satisfaga, dentro del marco del capital y sin
cuestionarlo, las necesidades inmanentes que este ignora. […] la sociedad burguesa
desarrolla una forma específica que expresa los intereses generales del capital: El Estado‖.
(Alvater, 1979: 39)
De esta manera, desde la perspectiva marxista, no se puede concebir al Estado ni como
mero instrumento político ni como una institución creada por el capital, sino más bien
49
como una forma especial de la realización de la existencia social del capital, paralelo a -y
además de- la competencia capitalista y como un instrumento esencial en el proceso social
del capital.
Pero, aunque el Estado expresa el interés general del capital, no lo hace libre de
contradicciones, no se puede decir que el Estado sea un capitalista real, material, cumple
con las funciones necesarias para salvaguardar a la sociedad capitalista, y puede hacerlo
precisamente porque no está sometido a las exigencias de producir plusvalía, como lo están
las unidades de capital, cualquiera que sea su magnitud.
Para este enfoque, las áreas económicas en las cuales el Estado es particularmente activo
son:
1. La creación de condiciones materiales generales de la producción (la
infraestructura)
2. La determinación y protección del sistema legal general en el que tienen lugar las
relaciones de los sujetos legales de la sociedad capitalista.
En lo que respecta al primer aspecto, no todos los capitalistas privados producen los bienes
necesarios como prerrequisitos para la producción de mercancías, esto debido a que estas
actividades como construir obras de comunicación, de seguridad social etc. en los espacios
donde no es rentable para los capitalistas independientes. Por lo que estas actividades
quedan ignoradas por el capital, lo que se manifiesta como un ―vacío‖ que el Estado debe
suplir necesariamente porque, a diferencia de las unidades de capital no está sometido a la
exigencia de crear valor; aquellos sectores de la producción social de valor que son
ocupados por el Estado dejan de ser capital. Por esta razón, las funciones estatales de este
tipo se financian siempre con un fondo de capital social determinado, limitando con ello la
acumulación de las unidades de capital privado. Este es un límite real al intervencionismo
estatal: no puede ampliarse de tal forma que por su causa se anule la acumulación privada
de capital.
Es necesario señalar que esta modalidad también está sujeta a las condiciones históricas que
la determina, así, el Estado invade ―esferas de acumulación de capital para rescatar al
50
capital ante la imposibilidad de este, de recuperar su tasa de ganancia o en tanto se dan las
condiciones para la libre competencia, que incluyan la eliminación de las fricciones por
medio de la creación de relaciones legales generales y de la implantación de su
cumplimiento (segunda condición, señalada anteriormente)
Al respecto Elmar Alvater señala los siguientes rasgos de las posibilidades y limitaciones
del intervencionismo estatal presentes en la sociedad capitalista:
El estado capitalista no tiene las intenciones de participar en la competencia e
interferir con ello en el funcionamiento del mercado, sino que interviene para
contribuir en la creación de determinadas condiciones para la producción de
mercancías, en esferas donde dicha actividades no son rentables para los capitalistas
individuales,
Interviene cuando la solución material de un sinnúmero de necesidades que el
capital requiere para funcionar en determinadas condiciones es excesivo, como para
ser abarcado por las propias unidades de capital con sus limitados intereses
particulares.
Con respecto al aspecto ecológico, se ha dicho que el pensamiento marxista no tuvo como
objeto de análisis la denuncia y las propuestas con respecto al deterioro ambiental que las
actividades productivas conllevan, aunque, a partir del debate surgido a partir de la crisis
ambiental se ha rescatado algunas de sus ideas relativas a la relación que el hombre
establece con la naturaleza en su actividad productiva, Marx conceptualizó a dicha acción
humana como un metabolismo social, aunado a que en sus escritos, señalaba al capitalismo
como un depredador que atentaba contra el equilibrio de la naturaleza (Foster, 2000)
2.5.2 La postura del pensamiento neoclásico con respecto al Estado.
La economía neoclásica basa su análisis económico en el desarrollo de la teoría del
intercambio, su análisis se centra en el ámbito de los mercados. Concibe al ser humano
como un ser racional de comportamiento egoísta, plenamente capacitado para analizar la
eficacia comparativa de los medios para alcanzar sus fines, y dispuesto siempre a acrecentar
su satisfacción personal.
51
Su modelo descansa en el supuesto básico de una economía ―libre‖ o de ―mercado no
interferido‖, en el que ninguna fuerza de índole institucional lo perturbará en nada. Se
admite que el gobierno, estará presto a amparar la buena marcha del intercambio,
absteniéndose de actuaciones que puedan desarticularlo, de manera que se garantice que
ningún agente ajeno al mismo interfiera en el nivel de los precios, los salarios, los tipos de
interés, etc.
El Estado debe adoptar como norma al principio de neutralidad en todas sus intervenciones,
limitándose solamente a garantizar la operatividad del mercado y a restablecer, en su caso,
la propia dinámica competitiva, junto al desempeño de las funciones de seguridad y garante
de los derechos humanos.
No se autoriza, por lo tanto, ningún otro tipo de interferencia gubernamental en las
condiciones ―naturales‖ en las que operarían tanto los consumidores como los empresarios,
al entenderse que el mercado es el medio más eficaz que posibilita la cooperación
voluntaria de todos los individuos.
2.6 ¿Regulación ambiental, desregulación o autorregulación ambiental?: un debate
fundamental
Entendiendo por regulación ambiental las modalidades que los agentes económicos, -el
estado fundamentalmente- realizan a través de normas, acciones y utilización de
instrumentos económicos, para garantizar que las actividades productivas mantengan en un
nivel mínimo los daños al ambiente, preservando el hábitat y la salud pública.
Un elemento a destacar es la negativa por parte de los partidarios de la desregulación
ambiental a la aplicación de impuestos ambientales, (que son considerados dentro de los
instrumentos económicos e inclusive fueron teóricamente fundamentados por uno de los
principales exponentes del pensamiento neoclásico: C. Pigou).
Aquí se puede plantear como una pregunta generadora de nuevos temas de discusión:
¿Cómo reaccionaría la gran mayoría del empresariado frente a una reforma tributaria que
propusiera gravámenes para la reparación del deterioro de los recursos naturales y del
entorno natural?
52
Al respecto existen algunas propuestas, entre otras las de Enrique Provencio (1997), para la
aplicación de impuestos ambientales que se publicaron justo en años posteriores a la
Conferencia de Río.
Con respecto a la categoría regulación ambiental, el debate actual es intenso, la economía
ambiental ha ganado ampliamente terreno e inspira a las políticas ambientales aplicadas
actualmente en la mayoría de los países, donde domina la idea de un abandono de la
regulación estatal. Existen serios cuestionamientos a ésta idea que a continuación se
presentan:
―Hoy en día, desde las instancias de poder económico y político se emite el mensaje, de
forma insistente y monocorde, de que nos dirigimos irremediablemente hacia una economía
globalizada y desregulada, y de que esto constituye una señal inequívoca de progreso, ya
que el mercado se va liberando de las ataduras del pasado, lo que le permite desarrollar sus
potencialidades: eficiencia, prosperidad y libertad […] se refieren a la desregulación tanto
dentro de los estados como a nivel internacional, el libre mercado constituye una ideología
[…] que la oligarquía dominante, con la ayuda de sus ideólogos orgánicos, utiliza como
justificación para promover la fuerte desregulación en marcha‖. (Bermejo, 1998: 2).
Como variante de la desregulación ambiental, vista como el alejamiento del estado en las
decisiones relativas al control directo de los impactos ambientales, ha ganado terreno la
postura de la autorregulación de los efectos al ambiente por parte de los particulares y
empresas.
Desde una perspectiva crítica debe verse a la autorregulación ambiental como el resultado
de una ideología neoliberal de hacer a un lado al Estado, acompañada de la usurpación por
parte de la burguesía industrial de las demandas a favor del ambiente de los movimientos
sociales ecologistas. La adopción de una conciencia ambiental basada en la ―racionalidad
capitalista‖ busca mejorar su imagen y a la vez obtener mayores ganancias; el respeto al
entorno implica sobre todo adoptar una cuestión ética, en el fondo la ―autorregulación‖
implica la mercantilización de los valores. Hay un rechazo a la imposición del llamado
―command and control‖ (ordeno y mando) que caracterizaron a los instrumentos de política
ambiental basados en la regulación directa por parte del Estado. La economía ambiental
pugna por la autorregulación, como una decisión alentada por la empresa y aceptada por el
53
Estado de buscar nuevos mecanismos de regulación en los que no esté presente la
Autoridad Ambiental, (dentro de la lógica neoliberal); destaca también que el cumplimiento
de los estándares de calidad ambiental es una decisión voluntaria de la empresa que quiere
con esto en primera instancia mejorar su imagen ante los consumidores redituándole con
ello un beneficio económico al realizarlo.
Se ha impulsado la idea de la autorregulación ambiental de la industria, de manera que
muchas de las tareas de inspección y vigilancia de los procesos productivos dentro de los
limites ambientales permitidos son voluntarios, tal es el caso de las auditorías ambientales y
las certificación ISO 14001, por ejemplo.
La autorregulación implica también la reducción y estandarización de las normas oficiales
de desempeño ambiental, con la finalidad de flexibilizar la política ambiental del Estado y
hacer accesible a las empresas cumplir con sus compromisos descartando su obligatoriedad.
Sin embargo existen cuestionamientos, uno de ellos es que los estándares definidos no
corresponden a las diversas realidades, tanto en países, como en diferentes actividades
económicas de un país; otro es de alerta, ante la propuesta de los mercados de carbono en el
cual se contemplan obligaciones de cada país van en función de las emisiones per cápita de
cada país; de esta manera, se contemplan reducciones para algunos países y al mismo
tiempo aumentos para los que menos emiten; finalmente, un tercer cuestionamiento, es que
la uniformización de las políticas medioambientales ,obliga también a eliminar la capacidad
tradicional, existente en muchos casos, de gobiernos regionales y locales para establecer
políticas ambientales adaptadas a las características de sus problemas ya que existen
gobiernos municipales que han conservado un grado importante de autonomía ante la
ofensiva de la desregulación ambiental neoliberal.
Esta autonomía ha sido utilizada frecuentemente, entre otras cosas, para desarrollar
iniciativas conservacionistas más avanzadas que las existentes a nivel estatal. Aparte de sus
efectos beneficiosos para la naturaleza local, estas iniciativas han venido funcionando como
experiencias piloto, dando lugar a una rica colaboración entre estas entidades —como
ocurre en Estados Unidos con los estados federados— y en algunos casos a su
generalización por todo el país, una vez demostrado su éxito. Por el contrario, los tratados
de libre comercio más importantes y recientes, como el NAFTA o el Acta Final de la Ronda
54
de Uruguay, establecen que los estados tienen la obligación de acabar con las prácticas
autónomas, y lo están cumpliendo (Bermejo 1998: 15).
La economía ambiental señala algunos argumentes a favor de la desregulación ambiental:
Se argumenta que los costes de protección ambiental sufren una escalada exponencial al
profundizar en la política regulatoria. Si bien los costes son bajos en las primeras etapas de
la protección, a medida que se avanza éstos se disparan.
Se corre el riesgo de que la autoridad ambiental no elija el instrumento de política
ambiental adecuado, la razón es que, una vez agotadas las posibilidades más obvias y
baratas de mejora del medio ambiente, los costes de otras nuevas aumentarán
considerablemente.
Algunos defensores de la economía ambiental (ideas que retoma la Agenda 21) defienden
escalonar la implantación de una política ambiental con el objeto de diluir en el tiempo los
costes de la misma.
―W.E. Oates, uno de los economistas ambientales más importantes, considera que […] los
problemas ambientales planetarios más preocupantes (tales como el calentamiento mundial)
no sólo sugieren daños potenciales de enorme magnitud sino que implican la adopción de
medidas preventivas o correctivas de coste enorme Ante este elevado coste, opina que es
razonable no actuar hasta que se conozcan mejor las consecuencias del cambio climático‖
(Bermejo 1998: 9).
Otra crítica a la desregulación se encuentra en la contradicción que presentan en su teoría
de la internalización de las externalidades (que constituye un instrumento central de la
integración del problema ecológico dentro de ese paradigma), ya que invalida su dogma de
retirar a toda costa al estado de las actividades económicas, ante su negativa rotunda, a la
propuesta de aplicar los impuestos ambientales a las empresas contaminantes, a pesar de
haber sido una propuesta teórica elaborado por un distinguido exponente de la teoría
neoclásica: Cecil Pigou , No han podido eliminar de su cuerpo de teoría dicho postulado, ni
han hecho una propuesta al principio ―quien contamina paga‖ (ni aun medido en términos
monetarios).
55
En lo personal, reivindico que la regulación es una tarea que debe corresponder a una
instancia que se preocupe no por el beneficio económico de los particulares, sino por el
bien común y el respeto a la naturaleza. El Estado tiene una gran responsabilidad ante la
necesidad de una regulación ambiental que promueva una mejor conducta por parte de las
empresas, así como promover políticas que impulsen la innovación, la investigación y el
desarrollo en beneficio del entorno. Pero la regulación ambiental también debe ser asunto
de todos, la participación de la sociedad civil es un elemento muy importante en el logro de
estos objetivos, la incorporación de un mayor número de actores sociales es imperiosa, así
como retomar en esta regulación las políticas ancestrales de los pueblos originales
respetando sus mecanismos de consenso comunitario.
56
CAPÍTULO III. LA POLÍTICA AMBIENTAL MEXICANA HACIA LA
INDUSTRIA NACIONAL
3.1 La política ambiental hacia la industria en la etapa desarrollista.
Durante muchos años, en la etapa que se ha caracterizado como desarrollista6, la sociedad
y los sectores productivos no poseían, lo que ahora se ha dado a llamarse ―conciencia
ambiental‖. El paradigma ambiental dominante se fundamentaba en el antropocentrismo, a
partir del cual la naturaleza se concebía como fuente inagotable de riqueza y capaz de
absorber todos los impactos y desechos generados por la actividad humana. Más aún, en las
economías subdesarrolladas, caracterizadas por una profunda heterogeneidad estructural en
sus empresas y productores, el ambiente y la abundancia de recursos naturales eran vistos
incluso como una ―ventaja comparativa‖ a utilizar en el objetivo de avanzar por el camino
iniciado por el mundo capitalista desarrollado.
Así, la industria en México se desplegó territorialmente en los asentamientos urbanos, en
concordancia con el patrón latinoamericano, sin tener preocupación por las limitaciones de
recursos naturales; para fines de ubicación sólo se analizó la disposición de mano de obra y
acceso a mercados. Este modelo implicó enormes presiones sobre la naturaleza, en
6 Durante muchos años, las estrategias de desarrollo para América Latina se centraron en la
búsqueda del crecimiento material, el cual era visto como el generador del progreso social. El
origen del desarrollismo se remonta a los escritos de la CEPAL; sus principales exponentes
sostenían que el subdesarrollo y el desarrollo, si bien son fenómenos distintos, están signados por el
antagonismo y la complementariedad, y determinados por el mismo proceso histórico de desarrollo
mundial. La CEPAL sostuvo que el deterioro de los términos de intercambio en el comercio
internacional, con un esquema centro industrial-periferia agrícola, reproducía el subdesarrollo y
ampliaba la brecha entre países desarrollados y países subdesarrollados. Como consecuencia de ese
diagnóstico se pugnaba por la existencia de Estados activos en países no desarrollados que
desplegaran políticas económicas para impulsar la industrialización, como la vía primordial para
alcanzar una situación de desarrollo autónomo. Bajo el supuesto de que la región contaba con una
enorme disponibilidad de recursos para lograr su crecimiento, el cuidado a la naturaleza fue
ignorada o vista de forma utilitarista, es decir, como proveedora de recursos y sumidero de
residuos, que haría posible dicho progreso. La naturaleza era el marco que hacía posible esos
sueños; se invocaban las riquezas naturales de cada uno de los países, los espacios vacíos a ocupar y
la calidad de la población. Dos visiones críticas del desarrollismo se encuentran en Marini (1994)
desde la perspectiva del debate sobre la teoría del desarrollo y en Gudynas (2002), desde la
perspectiva ecológica.
57
particular sobre el agua, el aire y el subsuelo. Además, implicó la reducción significativa de
otros recursos (madereros, hídricos, etcétera).
Durante décadas, las políticas industriales se caracterizaron por un proteccionismo
exagerado a favor de los empresarios, en forma de subsidios, exenciones de impuestos,
salarios bajos, entre otros. En este contexto, el cuidado del hábitat natural y el
conservacionismo estaban subordinados al crecimiento de las industrias: la actividad
productiva no utilizaba racionalmente los recursos naturales. La política industrial de apoyo
deliberado a la acumulación de capital implicó que las sanciones ambientales, cuando
existían, no fuesen aplicadas generalizadamente, a pesar del carácter ecológicamente
depredador del modelo de desarrollo.
En esa etapa de prosperidad económica y de movilidad social dinámica, se exacerbaron los
daños ecológicos en diversos entornos y regiones del país. Aunque nunca se planteó en
estos términos, podría decirse que el balance existente entre los beneficios económicos y
sociales de la industrialización y los elevados costos ambientales de la misma nunca hizo
dudar a nadie sobre las ventajas de convertir a la actividad manufacturera como el eje de
crecimiento de la economía mexicana.7 Los empresarios nacionales y los sectores medios
de la población no criticaban la impresionante deforestación, la degradación de las cuencas
hidrológicas ni el incremento gradual de la contaminación por ruido, gases y desechos en
ciudades y zonas metropolitanas; varios miembros de esos sectores sociales se enfocaban,
cada vez más vigorosamente, en la ausencia de espacios de participación ciudadana o de
representación política no corporativa, a elogiar y aprovecharse de los frutos de la
prolongada prosperidad económica.
Hasta principios de los años ochenta, las iniciativas del Estado mexicano para enfrentar la
problemática ambiental eran limitadas, mostrándose más preocupado por aplicar políticas
públicas de apoyo al despegue industrial y un decidido proteccionismo a favor de los
empresarios industriales nacionales que a la conformación de instrumentos políticos a favor
7 A escala internacional ya se alzaban voces de especialistas que llamaban la atención acerca de los costos del
desarrollo económico, específicamente de los costos ambientales: Hotelling (1931); Coase (1960); Boulding
(1966); Ridker (1967); Hardin (1968); Dales (1968); Mishan (1969).
58
del ambiente. Vega (2000) señala que a pesar de los impresionantes ritmos de expansión
industrial:
la degradación ecológica, el agotamiento de recursos naturales y la contaminación
ambiental están presentes, en diferentes magnitudes y proporciones, […] la cancelación de
la movilidad social y la acumulación de pasivos ambientales de larga duración constituyen
la base explicativa de la insustentabilidad del desenvolvimiento económico y social del país
[…] Al iniciar este periodo, todavía aproximadamente el 60% del territorio del país estaba
cubierto por bosques templados y tropicales […] En contraste, la conversión de suelos
forestales en agropecuarios y urbanos, o de zonas áridas en tierras de cultivo y de extracción
de minerales, se tradujo en enormes e irreversibles costos ambientales (Vega, 2000: 83 –
84).
El sector empresarial estaba muy lejos de internalizar los costos de los daños ambientales.
Visualizaba a la naturaleza y sus recursos de manera utilitaria, como objetos susceptibles de
explotación. El tema de las políticas de regulación ambiental era inexistente o irrelevante;
la sociedad aceptaba, sin objeción, que era un asunto gubernamental que debía abordarse a
través de normas y sanciones, cuando la actividad productiva afectara la salud pública.
En esa época, los postulados del informe Los Límites del Crecimiento, asesorado por
Dennis L. Meadows, -que alertaba sobre la insostenibilidad en el futuro si continuaban las
pautas de producción mundial, tanto por la finitud de los recursos naturales cuanto por su
capacidad de amortiguar los impactos ambientales–, generó una gran polémica en los
círculos intelectuales y de la función pública de América Latina, quienes consideraban a
estas proposiciones como un ataque a las bases sobre las que descansaba el desarrollo
económico de la región.
A pesar de esta respuesta inicial y ante la gravedad de la contaminación, el tema ambiental,
que siempre se mantuvo fuera de la temática del desarrollo, empieza a tomar parte en su
discusión. Sin embargo, de manera similar al resto de Latinoamérica, la respuesta inicial del
gobierno mexicano fue mantener el modelo desarrollista, que consideraba a los recursos
naturales como ilimitados y al deterioro ambiental circunscrito específicamente a sectores y
regiones.
59
Desde la segunda mitad de los años setenta y hasta 1984, ante la magnitud de la polución en
los centros urbanos, se comenzó a considerar a la problemática ambiental como un
problema de salud pública, soslayando en su debate el terreno del desarrollo económico y
sus consecuentes decisiones de política ambiental.
En México, las políticas públicas para enfrentar la contaminación, se asignaron a la
entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia, especialmente vigilar y hacer cumplir la
Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental, promulgada en 1971.
Como puede verse, la agenda ambiental nace en nuestro país atendiendo a preocupaciones
de salud pública.
Sin embargo, poco más tarde, en 1976, el aspecto ambiental se ligó a los problemas urbanos
y territoriales, a partir de la formación de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras
Públicas (SAHOP), una entidad a la que se adscribió la primera Dirección General de
Ecología Urbana.
En 1982, al aprobarse la Ley Federal de Protección al Ambiente (1982) y sus reglamentos,
se asignó a la Secretaría de Salubridad y Asistencia como la autoridad encargada de
prevenir y controlar los problemas de salud derivados de la emisión de contaminantes, en
referencia a las normas técnicas que señalaban entre sus disposiciones, los límites
permisibles de contaminación, (SEMARNAP, 2000).
3.2 Las políticas ambientales en México a partir de la aplicación del modelo neoliberal
3.2.1 El contexto neoliberal
En 1982 se inició en nuestro país una feroz ofensiva contra las reservas monetarias del
Banco de México, aunque la especulación financiera comenzó desde meses atrás, lo que
provocó que el peso mexicano se devaluara en un 75% frente al dólar en el mes de febrero
y a un nivel del 450 % al final del año, en tanto que el índice nacional del precios al
consumidor registró niveles cercanos al 100%, agudizando la pobreza y la frustración social
en nuestro país.
Tras la debacle financiera de 1982, el gobierno de Miguel de la Madrid inició su gestión
acudiendo al Fondo Monetario Internacional para negociar un paquete financiero de ajuste
60
macroeconómico que, de facto, implicó poner en ejecución un severo programa de
austeridad. Desde entonces, términos como ―reformas‖ o ―cambios estructurales‖ (a los que
se ha ido acostumbrando la población) se han dirigido en sentido contrario a las
transformaciones precedentes inspiradas en políticas de corte keynesiano.
Las autoridades económicas del país consideraron este momento como crucial para
proclamar el agotamiento del patrón de desarrollo vía sustitución de importaciones. La
necesidad imperiosa de cambiar radicalmente la política económica y empujar a los actores
institucionales a realizar los ―ajustes estructurales necesarios‖, fue la condición ineludible,
planteada desde la óptica neoliberal, para sentar las bases, que permitirían al aparato
productivo nacional entrar nuevamente a la senda virtuosa de la estabilidad y el
crecimiento.
Esta etapa de cuestionamiento y modificación de la intervención estatal, que se ha
denominado ―neoliberal‖, coincide cronológicamente con los años dramáticos de la crisis
ambiental.
La aplicación del modelo neoliberal, en nuestro país, conllevó a modificaciones profundas
en la economía y la sociedad mexicana en la que destacan la apertura comercial, (a partir de
la cual se pretendía fomentar una industrialización orientada al mercado externo); el
endurecimiento de la política fiscal y la consecuente eliminación de los subsidios, la
desregulación de algunos servicios y la privatización de las empresas públicas; la
flexibilización de la reglamentación de la inversión extranjera directa y en cartera; y la
transferencia de tecnología, etc.
3.2.2 La política industrial Nacional
Para Molina y Zarate (2009), los cambios estructurales dieron origen a un nuevo modelo de
desarrollo industrial en México, la industrialización orientada a la exportación (IOE), que
afirma una relación positiva entre comercio y desarrollo. ―De acuerdo con ello, la
combinación de tres elementos clave permitirá alcanzar la senda del crecimiento en el largo
plazo: primero por una especialización de las naciones según ventajas comparativas en
costos; segundo y relacionado con lo anterior, por la necesidad de industrialización que
61
debe ir orientada hacia el sector manufacturero exportador y por último, por la separación
entre el mecanismo de mercado y el papel del Estado‖ (Molina y Zarate, 2009: 36).
En este modelo, de acuerdo a los autores, el buen funcionamiento derivado de los cambios
en las empresas, será alentado por políticas macroeconómicas neutrales, que incentiven la
liberalización de la economía, el fomento a las exportaciones que permitirá en crecimiento
económico continuo, la presencia de innovaciones tecnológicas que es asumido como
respuesta a la competencia exterior, incrementando el ahorro y el más eficiente uso de los
factores.
La estrategia gubernamental para alcanzar una industrialización orientada a la exportación,
se funda en la ejecución de un proceso de liberalización comercial, en sus inicios, de
manera gradual (de 1982 a 1987) y posteriormente, de manera acelerada, a partir de 1988.
Este proceso de liberalización comercial se inició con la incorporación al Acuerdo General
sobre Aranceles y Comercio (GATT) y el posterior fortalecimiento de las relaciones
bilaterales con los vecinos territoriales de México y principales socios comerciales, EE.UU.
y Canadá, cristalizado mediante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN).
Con la firma del TLCAN se consolidó el proceso de liberalización comercial entre los tres
países. Comenzó de manera gradual, en sus primeros años, y culminó con una apertura casi
total en los siguientes años. Por una parte, su firma y ejecución modificó la estructura
arancelaria, con tendencia a una disminución radical en su tasa impositiva; también se
eliminaron o redujeron los subsidios directos y las restricciones impuestas a las
exportaciones. Por otra parte, se llevaron a cabo reformas a la legislación sobre la inversión
extranjera: específicamente, la posibilidad de invertir hasta el 100% en actividades
anteriormente restringidas y consideradas exclusivas del Estado o de los actores nacionales.
Todo lo anterior implicó una modificación muy importante en la estructura del sector
industrial mexicano, en su orientación, en sus procesos de producción, en el factor
tecnológico y en sus conductas ambientales.
Los cambios implicaron un proceso de transición del modelo de industrialización por
sustitución de importaciones al patrón industrial orientado a la exportación. Los procesos
62
de apertura comercial y de liberalización económica y financiera son los determinantes de
contexto en el que se desenvuelve la política industrial mexicana.
3.2.3 Transformaciones en la Estructura de la Industria Nacional a partir de la
implementación del neoliberalismo.
El proceso de industrialización orientado al mercado externo ha tenido un carácter
altamente selectivo. Incluye un núcleo fuerte de transnacionales, que puntea la estructura
productiva, acompañado de un sector industrial de propiedad nacional que modificó sus
estrategias competitivas para insertarse en el mercado internacional directa o
indirectamente. En lo referente a los procesos productivos, se pueden identifican varios
aspectos que van desde la introducción de tecnología basada en la electrónica, el empleo de
la informática en la administración y en la producción, el establecimiento de nuevas
relaciones con los proveedores a fin de que éstos se comprometan a cumplir un conjunto de
requerimientos de calidad y tiempos de entrega (justo a tiempo), hasta una serie de
innovaciones de tipo organizacional.
De acuerdo a Molina y Zárate (2009), la economía mexicana basa su dinamismo en las
exportaciones manufactureras, aunque esta actividad no ha sido del todo capaz de incidir
sobre el comportamiento del empleo y del producto. Se puede notar que las exportaciones
ya no dependen tanto del sector petrolero y extractivo, ni de los bienes primarios. El sector
servicios se muestra con gran dinamismo, los autores muestran que las variables señaladas
reflejan un alejamiento de la dinámica externa respecto a la interna, pudiendo tener una
fuerte incidencia en el modelo de desarrollo, a largo plazo.
De la misma manera en que se presentó una reconfiguración en el aparato productivo
nacional desde la segunda mitad de los años ochenta, el sector industrial experimentó un
cambio estructural significativo encabezado por las ramas exportadoras más dinámicas.
Los autores, proponen la siguiente clasificación de la industria nacional en 4 grupos, la
industria azucarera se ubicaría en el tercero. Consideran tanto el dinamismo productivo
como exportador y el perfil tecnológico determinado por la intensidad tecnológica de cada
actividad manufacturera:
63
Grupo I. Ramas de alto dinamismo exportador y elevado desempeño productivo:
constituido por actividades cuyas tasas de crecimiento promedio anual (TCA) de las
exportaciones y de la productividad es más elevada que la media manufacturera; con
actividades de alta intensidad tecnológica (AT) media alta intensidad tecnológica (MAT).
Grupo II. Ramas de alto dinamismo exportador y bajo desempeño productivo: considera las
actividades que presentan una TCA de exportación superior a la media nacional, pero con
un crecimiento de la productividad inferior al promedio manufacturero; las ramas de este
grupo se encuentran definidas como de baja intensidad tecnológica (BT)
Grupo III. Ramas de bajo dinamismo exportador y alto desempeño productivo: integrado
por las industrias que presentaron una TCA de exportación más baja que el promedio
nacional, pero con un mayor crecimiento de la productividad laboral respecto al mismo
parámetro; aunque este grupo está constituido por actividades de BT como de MAT, son las
ramas de media baja intensidad tecnológica (MBT) las que concentran más del 40% de la
producción del grupo.
Grupo IV. Ramas de bajo dinamismo exportador y desempeño productivo: lo constituyen
las actividades cuya TCA de las exportaciones y de la productividad es más baja que la
media manufacturera nacional. Está integrado en su mayoría por actividades de BT, aunque
en el periodo reciente la participación de industrias de MAT ha crecido considerablemente
(Molina y Zárate 2009: 48).
3.3 El TLCAN y las políticas ambientales en la industria nacional
La apertura comercial y la puesta en marcha del TLCAN han tenido otros efectos en la
industria, entre los cuales se ubica las modificaciones en las políticas ambientales hacia el
sector. Lilia Domínguez (2009), menciona cómo el impacto ambiental del TLCAN se hizo
sentir desde las negociaciones, en las que se enfatizó el tema en las relaciones comerciales,
considerando las marcadas diferencias en la reglamentación ambiental y fiscalización de los
países negociadores. Además, el proceso coincidió con la creciente participación de los
grupos ambientalistas, quienes como señala Domínguez, tienen detrás de ellos a sindicatos
y grupos del sector privado interesados en mantener sus niveles de protección.
El tema del medio ambiente está presente desde el preámbulo del TLCAN en donde se
expone que uno de los principales propósitos de éste es "aumentar la competitividad de las
64
empresas mexicanas, canadienses y estadounidenses en forma congruente con la protección
del medio ambiente" y se reitera el compromiso de los países firmantes de promover el
desarrollo sostenible. Se establece el derecho de cada país a determinar el nivel de
protección con base en principios científicos y evaluaciones del riesgo, siempre que ello no
se traduzca en discriminación injustificada o restricciones de comercio. Ningún país deberá
relajar sus normas de salud, seguridad o del medio ambiente con el propósito de atraer
inversión (Domínguez 2006: 57).
Acompañando al texto principal, el medio ambiente fue tema de uno de los acuerdos
complementarios. Este Acuerdo Ambiental Complementario se orienta, fundamentalmente,
a garantizar la integridad de las legislaciones ambientales, los asuntos del derecho
ambiental que pueden influir en el comercio internacional, las inversiones y el aumento de
la participación pública.
Coincidente con la negociación, firma y aplicación del TLCAN, México participó en la
Cumbre de Rio de 1992, del cual se desprendió la Agenda 21, que aceleró el desarrollo del
marco regulador ambiental y el cambio institucional requerido para el rediseño y la
aplicación de la política ambiental, (quedó subordinado a una política económica general
promotora de un modelo de industrialización orientado al mercado internacional),
modificándose los criterios de regulación ambiental en lo referente a la normatividad, la
incorporación de instrumentos voluntarios y una mayor simplificación, entendido como
―estandarización de las normas ambientales‖.
Domínguez señala que
―uno de los beneficios del TLCAN fue apoyar el esfuerzo público por modernizar y
perfeccionar el marco regulador ambiental nacional, [aunado a que] el cumplimiento del
acuerdo regional elevó los estándares ambientales, dado que nuestro país se asocia a países
que tenían estándares más altos que el nuestro‖ (Domínguez 2006: 58).
Otro elemento a considerar es la creciente notoriedad de los movimientos sociales
ecologistas desarrollados en Estados Unidos, Canadá y en menor proporción México, que
lograron, de alguna manera, crear presión sobre las entidades gubernamentales para forzar a
que las empresas cumplieran con la normatividad en algunas comunidades afectadas,
aunque sin llegar al ecologismo popular planteado por M. Alier.
65
3.3.1 Heterogeneidad de la industria nacional en lo referente el cumplimiento
ambiental.
Un elemento adicional a considerar en la firma del TLCAN es que incorporó el tema
ambiental entre sus cláusulas, lo que implicó poner los aspectos de respeto al entorno en la
lista de prioridades del desarrollo nacional, con la consiguiente aplicación de una serie de
medidas de política ambiental hacia las actividades económicas y a la industria en
particular.
El nuevo modelo de industrialización nacional implicó que se acentuara la heterogeneidad
que caracteriza la industria mexicana, tanto en el aspecto de la productividad y
competitividad (véase la clasificación de Molina y Zarate), como en lo referente al
cumplimiento de la normatividad ambiental. Con el ingreso al TLCAN, de acuerdo a
Domínguez, las empresas mexicanas, especialmente las que contaban con nexos en el
mercado exterior, se vieron apremiadas a modificar sus decisiones, tanto en materia de
eficiencia y calidad de sus productos, como en el cumplimiento de las exigencias del
mercado internacional de contar con un estatus ambiental satisfactorio.
Todo lo anterior explica en buena medida, que en nuestro país, las nuevas modalidades de
regulación gubernamental a las empresas -dirigidas a alentarlas a seguir nuevos patrones de
prevención del impacto ambiental de sus actividades-, fueron motivadas más que por una
iniciativa de los actores nacionales, por las exigencias de los mercados internacionales,
plasmados en los acuerdos vinculantes del TLCAN.
Sin embargo, estos avances requieren considerarse en el contexto de la heterogeneidad
tecnológica que caracteriza la industria mexicana que también tiene como punto de
referencia el cumplimiento de la normatividad ambiental existente en el país.
3.3.2 Algunas explicaciones en torno a la heterogeneidad relativa al cumplimiento de
la normatividad ambiental de las empresas nacionales
Es necesario recalcar un elemento muy importante. Las consideraciones ambientales del
TLCAN generaron presiones de cumplimiento con la normatividad a las empresas
vinculadas con el sector externo:
66
Estas presiones se combinaron con un grado de exigencia claramente enfocado hacia las
empresas grandes, muchas de las cuales son exportadoras, todo lo cual alentó el cambio
progresivo en sus estrategias empresariales en materia ambiental. […] Las empresas que
comercian con el exterior se vieron presionadas para mejorar su eficiencia a fin de cumplir
con las normas ambientales; así, sus actividades tecnológicas se orientaron a buscar
soluciones que favorecieran una mayor eficiencia, compatible con menores emisiones o
descargas.
Agrega Domínguez que
[…] frente a este segmento de la industria que es el eje del proceso de modernización,
existe un vasto número de establecimientos que no cumplen con la normatividad ambiental.
Los índices de cumplimiento reportados por la Procuraduría Federal de Protección al Medio
Ambiente (PROFEPA) distan de ser satisfactorios para el conjunto de la industria y son
definitivamente más bajos en la microempresa. Ante este hecho los factores más
mencionados son: 1) un contexto en el que, en la práctica, es menor la exigencia para que
las empresas de menor tamaño cumplan la regulación ambiental; 2) la insuficiencia de
recursos financieros y el acceso limitado al crédito de las empresas micro y pequeñas; 3)
escasa transmisión hacia las pequeñas empresas de los incentivos de mercado provenientes
del mercado internacional y que inciden en el comportamiento exportador de las grandes
empresas o sus proveedoras‖ (Domínguez, 2006: 12).
Sin embargo, la gran parte de la planta productiva mexicana, dentro de la cual se
encuentran las empresas pequeñas y micro, se caracteriza por rezagos tecnológicos y
capacidades tecnológicas y de innovación muy desiguales, aspectos que pueden
influir en la calidad de sus soluciones para controlar o prevenir la contaminación y
en el cumplimiento de la normatividad ambiental.
Desde la perspectiva del rezago tecnológico, Domínguez (2006) señala las siguientes
causas principales de generación industrial de contaminantes: malas prácticas operativas;
falta de tecnología; procesos obsoletos; ausencia de programas de mantenimiento,
capacitación y compromiso con la normatividad; también el tipo de tecnología. De esta
manera, puede decirse que las barreras tecnológicas tienen una influencia importante en la
ausencia y difusión de innovaciones ambientales entre las empresas de menor tamaño.
67
Agrega que ―la respuesta de las empresas al medio ambiente depende de múltiples factores
como la presión de la regulación y las comunidades, de los instrumentos de la política
ambiental y los incentivos de mercado que estimulen a las empresas a cumplir con la
normatividad. […] La política ambiental tendrá un menor alcance en tanto no se entienda
que detrás del escaso y desigual desarrollo en la calidad de la respuesta empresarial
respecto al medio ambiente hay un factor importante que debe atenderse: la heterogeneidad
de las capacidades tecnológicas en la industria‖ (Domínguez, 2006: 12).
Se han sugerido algunas tipologías de las empresas mexicanas a partir de las respuestas que
adoptan en relación al mejoramiento del ambiente, Mercado (2002) propone dos tipos. El
primero, se caracteriza por adoptar una mejor conducta, progresando en el abatimiento de la
contaminación, la reparación de daños ecológicos o el impulso de la mayor calidad
ambiental. Es decir, la empresa alcanza una mayor "ecoeficiencia". El segundo, porque la
conducta ambiental no mejora, implicando costos externos que no declinan, en detrimento
del ambiente y los recursos naturales.
Por su parte, el Instituto Nacional de Ecología, (2006) presenta una tipología de las
empresas en México de acuerdo a su nivel de cumplimiento de la normativa ambiental.
Ubica cinco grupos: 1) grandes empresas, principalmente aquellas que participan en el
mercado internacional (trasnacionales y exportadoras), que son las que cumplen mejor la
normatividad ambiental, incluso más allá de lo que se les exige (sobre todo porque su meta
es cumplir con la normatividad ambiental de Estados Unidos y de la Unión Europea); 2)
grandes empresas orientadas al mercado nacional; 3) medianas empresas altamente
exportadoras, a quienes interesa obtener la aprobación oficial como requisito para competir
en los mercados internacionales; 4) grandes y medianas empresas dedicadas al mercado
nacional, indispuestas a invertir en mejoras ambientales; 5) empresas que no tienen ningún
interés o recursos para afrontar el problema ambiental, dentro de éste se encuentran gran
parte de las pequeñas empresas y microempresas, aunque también existen grandes y
medianas.
68
3.4 El compromiso de la empresa con el cuidado ambiental desde la perspectiva de la
Política ambiental neoliberal (La ecoeficiencia)
El paradigma neoliberal destaca que la regulación ambiental, es un conjunto de acciones,
formuladas por el Estado y aceptadas por la Empresa, orientadas a encontrar nuevos
mecanismos para mejorar las conductas de las industrias en relación al ambiente. En el
diseño de este nuevo tipo de políticas públicas, la autoridad ambiental (el Estado) estará
presente en sus funciones de regulación directa en una cada vez menor proporción. Desde
la lógica neoliberal, el argumento principal es el carácter poco eficiente de las medidas
coercitivas de control ambiental hacia las unidades productivas impuestas por las
autoridades ambientales, porque éstas medidas, atendían la contaminación al final del
proceso productivo, impidiendo la mejora de la conducta ambiental empresarial desde las
etapas iniciales del proceso. Como alternativa a esta situación, las políticas ambientales
alientan la utilización de medidas preventivas a nivel tecnológico y administrativo por parte
de las empresas industriales, que les permitan mejorar su impacto ambiental desde el inicio
de la producción
En el diseño de este nuevo tipo de medidas se destaca que el cumplimiento de los
estándares de calidad ambiental es una decisión voluntaria de la empresas, las cuales
buscan mejorar sus indicadores de desempeño ambiental, entre otras cosas, el mejoramiento
de su imagen frente a los consumidores (especialmente de los mercados extranjeros) para
de esta manera incrementar sus beneficios económicos. Esto se puede observar, para el caso
mexicano, con las empresas exportadoras, que han mostrado tener el mejor desempeño
ambiental. La política ambiental hacia la industria nacional ha buscado, como una
preocupación esencial, que el cumplimiento de la normatividad no afecte los márgenes de
beneficios de las empresas; más aún, que la inclusión del tema ambiental signifique una
mejora sustancial en los niveles de rentabilidad empresarial.
Las políticas ambientales hacia las empresas promueven su ecoeficiencia. Azqueta (2007)
define a este concepto como ―el objetivo que debe tener una empresa al adoptar algún tipo
de medida para mejorar su desempeño o conducta ambiental; producir más con menos
deterioro ambiental‖. Las llamadas ―tecnologías limpias‖ pueden derivar en algún tipo de
beneficio económico para las unidades productivas, en forma de ahorros en el consumo de
69
energía o materias primas, mayor control de calidad de los productos o disminución de
riesgos de incurrir en responsabilidad civil por accidentes ambientales. (Azqueta, 2007:
335)
En consecuencia, la política ambiental dominante promueve que las empresas
complementen a sus objetivos de aumentar su productividad y rentabilidad con el
abatimiento voluntario de la contaminación, la reparación de daños ecológicos que su
actividad genera, lo que redundaría en una mayor calidad ambiental de sus operaciones.
La autorregulación implica también la reducción y estandarización de las normas oficiales,
con la finalidad de flexibilizar la política ambiental y hacer accesible a las empresas el
cumplimiento de sus compromisos, descartando su obligatoriedad. Hay un rechazo a la
imposición del llamado ―command and control‖ (ordeno y mando) que caracterizaron a los
instrumentos de política ambiental basados en la regulación directa del Estado. Posterior a
la adopción de este tipo de medidas se multiplicaron los escritos para fundamentar su
aplicación en México, destacan los trabajos de Lilia Domínguez (2006), Alfonso
Mercado(2002) y Graciela Carrillo (2002), cuya tesis central es visualizar la conformación
de un mercado ambiental como la solución para la problemática ecológica del país.
3.4.1 Regulación y ecoeficiencia
La necesidad de regular la acción contaminadora de las empresas es considerada un asunto
fundamental para cumplir con los acuerdos adoptados por el gobierno mexicano a nivel
internacional. Sin embargo, la mayoría de los textos consultados no riñen con la necesidad
de una adecuada combinación de regulación por parte de la autoridad ambiental y una
adecuada ecoeficiencia por parte de las empresas. Esta última, se afirma, es alentada por
una ―adecuada‖ regulación. Apoyada en Porter, Lilia Domínguez (2006) señala que en la
comparación regulación - ecoeficiencia, ambos elementos no están en disputa, se
complementan:
[…] una regulación bien formulada puede alentar la ecoeficiencia, porque hay aprendizaje
para ambas partes, esto es, la parte industrial pero también los reguladores. La regulación,
es un elemento fundamental del entorno institucional que influye en las decisiones sobre el
medio ambiente. Las características del entorno regulador, su nivel de exigencia y la
70
capacidad de las entidades del gobierno para hacerlas cumplir pueden influir en el grado y
la velocidad con que las empresas atienden los problemas de la contaminación (Domínguez,
2006: 7).
3.4.2 La importancia de la Innovación tecnológica de la empresa para mejorar su
ecoeficiencia
En el trabajo de Domínguez, la innovación tecnológica juega un papel central para elevar la
ecoeficiencia de las empresas. Sin embargo, señala que no debe verse de manera simplista,
como la adquisición de una tecnología de control puesta a disposición del empresario. Es
necesario involucrar a las empresas en procesos de aprendizaje tecnológico; en decisiones
técnico-ambientales preventivas, de cambios en la forma de utilización de la energía, del
agua y las materias primas; en la modificación de los procesos productivos y los insumos o
bien el diseño de nuevos productos; en la contratación de personal especializado e invertir
en investigación y desarrollo enfocada al medio ambiente, y/o en vincularse con
universidades, centros tecnológicos o instituciones de consultoría técnico-ambiental.
Domínguez, enfatiza otro aspecto, referente a la necesidad de un cambio cultural de los
empresarios que ven en la innovación ambiental como un costo adicional: el reto es que las
empresas, que tienen como objetivo la creación de valor que se convierte en utilidades,
acepten que el cuidado del medio ambiente es su responsabilidad.
El asunto es saber si es posible encontrar soluciones a la contaminación que sean
compatibles con una mayor eficiencia, de tal forma que contrarresten el incremento de
costos (Domínguez, 2006: 19).
Domínguez, señala dos posiciones en relación a la eficacia de la regulación ambiental sobre
la estimulación de la innovación ambiental de las empresas y el mejoramiento de su
ecoeficiencia. La primera postura, señala que la regulación tiene un efecto negativo en la
productividad, debido a que se obliga a las empresas a internalizar los costos ambientales
de su actividad sin tener una contra parte productiva, porque incorpora los gastos ligados al
cumplimiento de la regulación ambiental. Una segunda posición, avanza en sentido
contrario, plantea que las empresas, ante una regulación exigente, emprendan cambios
técnicos que pueden considerarse innovaciones ambientales o "verdes"; la cuestión es
encontrar posibles soluciones a la contaminación que sean compatibles con una mayor
71
eficiencia, de tal forma que éstas contrarresten el incremento de costos que para la empresa
implica la interiorización de los costos sociales. La innovación tecnología aplicada en
lograr procesos productivos más limpios es una solución, además de que elevaría la
productividad y la competitividad de las empresas y, por ende, se argumenta que los costos
serán absorbidos y hasta se convertirían en utilidades. Esta segunda posición se fundamenta
en los postulados de Porter de ―ganar – ganar‖.
Estas innovaciones compensatorias no sólo pueden bajar los costos netos de respetar las
regulaciones ambientales, sino que aún pueden implicar ventajas competitivas en países
lejanos no sujetos a estas regulaciones. En corto, las empresas pueden beneficiarse de
regulaciones propiamente armadas que son más exigentes que a las que se enfrentan sus
competidores en otros países. Al estimular las innovaciones, las regulaciones estrictas
pueden promover la competitividad [toda vez que crean] la presión que motiva el progreso
en una forma similar a como lo hacen los competidores o las alzas de precios […] De lo
anterior se deriva que la normatividad rigurosa puede generar más innovación que la laxa.
Este último tipo alienta respuestas no innovadoras de control, a menudo "al final del tubo".
(Domínguez, 2006: 24 -25).
3.4.3 El factor tecnológico en los países semiindustrializados,
Domínguez, (2006) al referirse a las circunstancias de la región señala un aspecto crucial
del modelo de industrialización del país:
En el caso de países semiindustrializados, las consideraciones respecto de la tecnología
heredada deben tomar en cuenta el grado de obsolescencia que presenta un elevado
porcentaje de su parque productivo en relación con la tecnología que prevalece en los países
altamente industrializados. Éstos heredaron su tecnología de la sustitución de importaciones
[…] La compra de tecnología extranjera sigue vigente y el acento en la reestructuración
industrial ha tenido lugar en el ámbito de las capacidades de la función técnica de
producción con limitados esfuerzos de ID (investigación y desarrollo). La trayectoria de
estos cambios es esencial para entender las soluciones de las empresas ante la regulación
ambiental y las presiones del marco ambiental en escala internacional (Domínguez, 2006:
35).
La autora, Plantea como solución desarrollar el sistema nacional de innovación en
México, porque está insuficientemente desarrollada. En países con capacidad innovadora,
72
hay sistemas educativos, universidades e instituciones de investigación muy desarrolladas,
que interactúan con las empresas y les permiten generar flujos de conocimiento para apoyar
la innovación. En cambio, nuestro país no está suficientemente desarrollado y cuenta con
pocas articulaciones. Propone que al sistema nacional de innovación se le debe incorporar
un subsistema sectorial de innovación ambiental que incremente las capacidades de las
empresas innovadoras ligadas a tecnologías más limpias, además permite la vinculación
con universidades y centros de investigación y desarrollo de las empresas y dependencias
oficiales. Una legislación más rigurosa puede generar más innovación que una laxa, pero
implica una utilización adecuada de los instrumentos de política ambiental.
3.5 Las modalidades de las Políticas ambientales hacia la Industria nacional en el
periodo neoliberal
Con la crisis económica de 1982, y tras un periodo de intenso cuestionamiento de la
eficacia del aparato estatal, se inició en nuestro país el proceso de desregulación, que se
puede conceptualizar como el retiro del Estado como promotor del desarrollo y arbitro ante
el conflicto social. Dicho proceso, empezó acotando lo que debían hacer o no los poderes
públicos, determinando qué fines públicos debían y podían cumplirse, y qué instrumentos y
opciones de acción debían utilizarse. También se redefinieron los límites del ámbito
público, sin realizar el mismo ejercicio para el privado, libre en sus capacidades de acción,
se fortaleció al mercado como el espacio de interacción entre los particulares libres,
mientras el Estado quedaba acotado a sus esferas tradicionales de acción, como son la
administración y la gestión de los bienes públicos,8 la solución de externalidades y la
corrección de las asimetrías de información.
Sintetizando, la intervención estatal quedó limitada a los puntos donde se
presentaran fallas del mercado en la asignación eficiente de los recursos. La adopción del
8 Recientemente hemos visto como los bienes públicos, que por definición se refieren a aquellos que son
fundamentales para la supervivencia humana, pero que son abundantes y por consiguiente sin valor y a
disposición sin costo para los seres vivos (como el agua, el aire, el sol), ante el crecimiento demográfico y el
agudizamiento de la contaminación, se han deteriorado, generando una paulatina escasez, alejándolos de la
disponibilidad de la gente. Esta situación ha presionado a su privatización y a su despojo; de la misma manera
en que históricamente a los pueblos originarios se les despojaron de sus riquezas naturales y recursos. La
incorporación al llamado mercado ambiental de los bienes públicos es un aspecto crucial en el proceso de
desregulación.
73
modelo neoliberal implicó que la economía nacional tuviera que enfrentarse al abandono
de las políticas proteccionistas, a la apertura comercial, al proceso de desincorporación de
las empresas, etc. Todo lo anterior conformó un nuevo paradigma de desarrollo, que
también influyó en el diseño de las políticas ambientales.
3.5.1 Diseño e instrumentación de la Política ambiental en México.
A partir de los acuerdos de Río de 1992, el gobierno mexicano adoptó la Agenda 21,
incorporando la temática ambiental a las políticas públicas. Se estableció que la autoridad
ambiental debía ampliar los instrumentos tradicionales de regulación directa dirigidos a
combatir la acción contaminadora de las empresas industriales y los agentes económicos,
con nuevos mecanismos voluntarios de autorregulación. Este tipo de normatividad se aplica
en la mayoría de países, imponiéndose la desregulación como cultura dominante.
La orientación de la política ambiental pretende racionalizar el uso de instrumentos,
estandarizándolos y reduciendo su número. La autoridad ambiental en México promueve la
utilización de instrumentos de política ambiental de tipo voluntario, con la finalidad de
promover las acciones de autorregulación de las empresas. Ejemplos de ello son los
convenios de concertación entre la industria – autoridad, las auditorías ambientales y la
certificación ISO 14001, que son voluntarios y los propietarios asumen los costos
financieros.
La implantación de los postulados neoliberales, ha implicado un cambio en la orientación
de las políticas públicas en relación al ambiente. Así, estas acciones son vías para fomentar
la presencia del capital privado con miras a la conformación de un mercado ambiental y la
participación de los empresarios en temas como agua potable, agencias ambientales, de
auditoría, etc. Julia Carabias, científica proveniente de los círculos académicos en que se
ejercía la crítica a las políticas públicas en materia ecológica, dejó claro, al tomar posesión
como titular de la SEMARNAP, la orientación de la política ambiental oficial:
Es importante continuar las tareas en pos de la producción limpia en el sector industrial; el
cuidado ambiental no está reñido con la competitividad. Seguiremos fortaleciendo la
regulación ambiental que brinde certidumbre a largo plazo a la inversión, abra nuevos
cauces de desarrollo tecnológico y fomente nuevos mercados (Micheli, 2000: 94).
74
Otro elemento central en este nuevo paradigma de desregulación ambiental, es la
implementación de modificaciones a la reglamentación ambiental. Señala Jordy Micheli
(2000: 91) las siguientes modificaciones en la legislación mexicana:
La inclusión del tema ecológico en el Plan Nacional de Desarrollo, como factor
explícito en el desarrollo social y económico del país.
La aprobación de reformas a la Constitución que estipulaban el compromiso de los
agentes productivos de cuidar la conservación de los recursos naturales y la
obligación de la Nación de dictar las medidas necesarias para ayudar a mantener el
equilibrio ecológico y la incorporación del deber del Estado de preservar y restaurar
el equilibrio ecológico.
La promulgación en 1988 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección
al Ambiente, LGEEPA: sus aspectos básicos fueron establecer disposiciones para la
protección de las áreas naturales, prevención, control de la contaminación y las
sanciones para quienes violaran la ley. En dicho documento se define, como asunto
de alcance general en la nación o de interés de la Federación, la expedición de
Normas Técnicas Ecológicas (NTE), las define como instrumento de la política
ecológica que tienen por objeto establecer ―el conjunto de reglas científicas o
tecnológicas que establece requisitos, especificaciones, condiciones,
procedimientos, parámetros y límites permisibles que deben observarse en el
desarrollo de actividades o uso y destino de bienes que puedan causar desequilibrio
ecológico o daño al ambiente y, además, que uniforme principios, criterios, políticas
y estrategias ...‖
En 1992 se crea la Secretaría de Desarrollo Social (SEDUE) con dos organismos
desconcentrados: el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal
de Protección al Ambiente (PROFEPA); el primero, encargado de generar normas y
definir políticas; la segunda, responsable de vigilar y fiscalizar el cumplimiento de
las normas y leyes. La SEDUE se dio a la tarea de expedir las Normas Técnicas
Ecológicas. Durante el periodo de 1988 a 1991 se publicaron en el Diario Oficial de
la Federación 58 Normas Técnicas Ecológicas; a partir de 1992, con las
75
modificaciones de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, estas normas
empezaron a denominarse Normas Oficiales Mexicanas.
En 1994, nace la Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca
(SEMARNAP) que sustituye a la SEDUE, para formar en conjunto con la
PROFEPA y el INE un cuerpo de instituciones dedicadas a atender, por primera
vez, de manera integral la agenda ambiental.
De acuerdo con Carabias y Tudela (1999:332), la SEMARNAP identificaba su misión a
partir de tres estrategias:
1) Contención del deterioro ambiental y de los recursos naturales, que se manifiesta,
entre otros aspectos, en la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la erosión de
los suelos, el agotamiento o degradación de los recursos renovables y la
contaminación del agua, el aire y los suelos.
2) Fomento de la producción sustentable, señalando la viabilidad de tener un
crecimiento económico manteniendo la eficiencia, la competitividad con el cuidado
del ambiente.
3) La contribución, desde la gestión de los recursos naturales, al mejoramiento del
bienestar social y a la mitigación de la pobreza, sobre todo en el medio rural. ―El
combate contra la pobreza, que en el grado de indigencia podría estar afectando a
cerca de la cuarta parte de la población del país, es el mayor desafío al que se
enfrenta la nación‖.
A finales del 2000, las funciones relativas a la pesca se transfieren a la Secretaría de
Agricultura y Ganadería, y la SEMARNAP se convierte en la Secretaría del Medio
Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
El INE fue creado con la encomienda de instrumentar una estrategia ambiental para la
economía nacional, que elevara la competitividad y al mismo tiempo protegiera el empleo y
la salud. Sus funciones son la planeación ecológica; la normatividad ambiental; el
aprovechamiento ecológico de los recursos naturales; la investigación y desarrollo
76
tecnológico con fines ambientales; tareas regulatorias, normativas y de gestión ambiental
que lo convierten en una entidad prioritaria.
Por su parte, PROFEPA tuvo asignadas las actividades de inspección, vigilancia en el uso,
protección y aprovechamiento de los recursos naturales y ordenamiento ecológico de
competencia federal. Además, se le confirieron las facultades de control y de atención
ciudadana, como vigilar y evaluar el cumplimiento de la normatividad aplicable, también
dispone de disposiciones jurídicas aplicables a la prevención y control de la contaminación
ambiental. Por último, en materia de impacto ambiental y descargas de aguas residuales a
cuerpos de aguas nacionales, tiene la tarea de imponer las medidas de seguridad y
sanciones que resulten procedentes, la atención de emergencias y contingencias
ambientales, la denuncia y coadyuvancia penal, así como la acción ante tribunales por
daños a la vida silvestre y su hábitat.
En lo que respecta a las acciones de la PROFEPA en el ámbito industrial, se aplica un
programa dirigido a las empresas que representan riesgos al medio ambiente, ya sea por sus
procesos de producción como por el sector de actividad en que se encuentran, representan
riesgos al medio ambiente. Una característica fundamental es que las empresas también lo
adoptan de manera voluntaria y a iniciativa propia, sin estar obligadas de algún modo.
La aplicación del modelo neoliberal ha generado un debate en torno al diseño de la política
ambiental a implementarse en México, se ha impuesto la cultura de la aplicación de
políticas públicas basadas en la desregulación y en la estimulación de mercados
ambientales (Provencio 2007).
77
Figura. 3.1. Políticas Ambientales en México
Primera Etapa Segunda etapa Tercera etapa
Orientacion
dominante
Sanitarismo
Salud
Industril
Urbano
Consevacion
Integración
Sustentabilidad
Enfoques
de Política
Intervención
“clasica”
Intervención
“regulada”
Regulacion
Mercados
Corresponsabilidad
Enfasis de
Gestión
Comando y control Comando y control Diversificación
Autoregulación
Integración
Decada de los
setenta, políticas
incipientes de baja
intensidad
subordinadas al
Desarrollismo
1982 -1991. Contexto
de la crisis,
fortalecimiento de las
instituciones,
legislación.
Emergencia del
desarrollo sustentable.
Mayor intervencion
estatal a corriente del
debilitamiento estatal
1994 -2006. Integración de
medidas económico
ambiental. Reformas legales y
programas. Insufieciente
diversificación de las
PA.Incipiente integración con
la economía y actividades
sectoriales. El debate entre
crecimiento y sustentabilidad
sigue abierto.
Tomado de Provencio (2007: 96)
3.6 Regulación o desregulación un debate fundamental de la política ambiental
mexicana
Durante el llamado ―periodo desarrollista‖ las políticas públicas relacionadas con la
regulación ambiental estaban basadas casi en su totalidad en el control casi exclusivo y
directo de las autoridades sobre el resultado final. La autoridad utilizaba los instrumentos
básicos con que disponía, tales como leyes, normas técnicas y capacidad de medición. Los
críticos han denominado a esta modalidad de política ambiental como “comando y control‖
(una traducción literal del idioma inglés del concepto command and control);
visualizándola como una variedad de política ambiental basada en la promulgación de
78
normas y en receta coerción-sanción como la forma tradicional de hacer cumplir la
legislación y la normatividad por parte de los actores productivos.
Se ha cuestionado al ―comando y control‖ porque, al imponer reglamentaciones y sanciones
a los procesos contaminantes, atacaba este fenómeno al final del proceso productivo o ―al
final del tubo‖, (otra tradición literal y acrítica del termino end of pipe empleada en los
trabajos en ingles al respecto). Este tipo de regulación atacaba de manera los resultados
finales de proceso productivo, manifestados en determinada cantidad de polución, es decir
las evaluaciones de impacto ambiental se enfocaban al final del proceso o de la cadena
productiva, soslayando el control ambiental en las fases iniciales e intermedias de la
actividad manufacturera, soslayando con ello las posibilidades de innovaciones
tecnológicas y organizacionales que tendría el diseño de políticas orientada a estimular la
prevención y no la remediación de las conductas ambientales nocivas al ambiente.
La cultura neoliberal que domina en la actualidad ha colocado el concepto de desregulación
como una pieza fundamental en el diseño de las políticas ambientales. Impera la percepción
de que la eliminación de las restricciones gubernamentales a la actividad económica,
permite una mayor competitividad de los agentes particulares, como condición fundamental
para el desarrollo económico y social de largo plazo. El pensamiento neoliberal ha
establecido como políticas complementarias a la desregulación, la privatización y la
liberalización de los mercados.
Un aspecto fundamental que se desprende del debate que se ha dado en torno a la
desregulación, es el surgimiento de posturas encontradas en torno a las medidas a tomar por
los actores sociales: empresarios, Estado, sociedad civil, gobiernos locales, etc. para
avanzar en la solución de los problemas ambientales y que tocan el papel de las políticas
públicas al respecto. La primera, consiste en determinar si la acción gubernamental debería
tener como objetivo fundamental ―regular‖ la acción contaminadora de las empresas y
agentes económicos a través de la normatividad y los instrumentos económicos a su alcance
(el llamado ―comando y control‖). En oposición, la segunda postura plantea que las
políticas públicas deben poner a disposición de las empresas un conjunto de instrumentos
económicos de autorregulación ambiental, de corte voluntario. Esta última postura es la que
ha predominado en lo referente al diseño y aplicación de las políticas públicas ambientales
79
en la mayoría de países. La pugna entre estas dos posiciones ha dificultando concretar los
acuerdos tomados a nivel global, imponiéndose la postura partidaria de la desregulación
como la política ambiental dominante en la mayoría de países.
En la conferencia de Río de 1992, sobre medio ambiente y desarrollo, se derivó la adopción
de una serie de recomendaciones centrales plasmadas en la llamada Agenda 21, que
concluyó con la recomendación explicita a todos los países participantes de ―hacer uso
efectivo de instrumentos económicos y de mercado y otros incentivos‖ como complemento
de las medidas regulatorias, puestas en vigor o en vías de aplicarse, para facilitar que las
fuerzas del mercado se convirtieran en las principales propiciadoras del cumplimiento de
las metas ambientales de la sociedad. En los siguientes aspectos, concretamente:
Establecer combinaciones efectivas de enfoques económicos, regulatorios y voluntarios
(autorregulatorios);
Reforzar o rediseñar estructuras de incentivos económicos y fiscales para hacer frente a
objetivos ambientales y de desarrollo;
Deberá hacerse un esfuerzo particular para desarrollar aplicaciones del usos de instrumentos
económicos y los mecanismos de mercado orientados a las necesidades específicas de los países
en vías de desarrollo y de las economías de transición, con la cooperación de las organizaciones
económicas regionales e internacionales, y según convenga, los institutos de investigación no
gubernamentales (Agenda 21, 1992).
A partir de la Cumbre de Río 92 se publicaron muchos trabajos en contra de las políticas
ambientales basadas en instrumentos y medidas de regulación directa y obligatoria,
conocido como ―comando y control‖, se les cuestionó por priorizar la utilización de
instrumentos correctivos (normatividad - sanción) para resolver los problemas ambientales,
argumentando que éstos no promovía la prevención de la contaminación y la consecuente
adopción de tecnologías al respecto. Se consideraba que mediante la utilización de
instrumentos económicos, se lograría estimular procesos productivos basados en cambios
tecnológicos, que lograrían reducir la presión sobre el uso de los recursos naturales y que
implicaría, a su vez, una menor intensidad de contaminación por unidad de producto.
Además, se lograría la incorporación de variables ambientales dentro de la administración
80
de las empresas, mejorando su imagen y su competitividad, particularmente en aquellas
orientadas al mercado internacional.
3.7 La instrumentación de la política ambiental en México.
Los instrumentos de regulación ambiental utilizados por las empresas mexicanas son las
auditorías ambientales, que se realizan de manera voluntaria y por iniciativa de las mismas.
Así, las empresas aceptan que la PROFEPA revise sus procesos productivos, las
condiciones de contaminación y riesgo con que operan, así como las instalaciones. A partir
de ahí, se determina el grado de cumplimiento de la normatividad ambiental, de los
estándares internacionales y de buenas prácticas de operación e ingenierías aplicables. Por
último, Empresa y PROFEPA plantean las medidas preventivas y correctivas (Plan de
Acción) para proteger el medio ambiente. Sin embargo, los resultados de las auditorías
ambientales no son públicos.
Las auditorías ambientales se han aplicado principalmente a las grandes empresas privadas,
las paraestatales de gran tamaño y en una pequeña proporción a las empresas de menor
tamaño. Mediante éstas, la Procuraduría verifica el grado de cumplimiento de las diversas
normas en el conjunto de las operaciones de la empresa, tales como prevención y control de
la contaminación ambiental, riesgo e higiene industrial, así como medidas de seguridad en
el establecimiento industrial. Una vez detectadas las deficiencias se dictan medidas
preventivas que son monitoreadas por la PROFEPA a través de la firma del plan de acción
con la empresa que ha sido auditada. Es importante señalar que la inmensa mayoría de las
empresas (medianas, pequeñas y micro) no participan en el programa de auditorías
ambientales.
En lo que respecta a la verificación normativa, ésta se ejerce mediante visitas de inspección
que dan lugar a sanciones administrativas o medidas técnicas para la corrección de
problemas detectados.
3.7.1 Normas oficiales mexicanas
Un elemento central de la nueva política ambiental, acorde con la orientación neoliberal de
abordar los problemas ambientales, fue el rediseño de la normatividad en relación a los
81
límites oficiales permitidos de contaminantes generados por la actividad industrial al
ambiente.
El antecedente de las normas oficiales mexicanas, (NOM), se encuentra en las ―normas
técnicas ecológicas‖ expedidas en 1988 con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente (LGEEPA); que las define como instrumento de la política
ecológica que tienen por objeto establecer “el conjunto de reglas científicas o tecnológicas
que establecen requisitos, especificaciones, condiciones, procedimientos, parámetros y
límites permisibles que deben observarse en el desarrollo de actividades o uso y destino de
bienes que puedan causar desequilibrio ecológico o daño al ambiente y, además que
uniformen principios, criterios, políticas y estrategias‖ (SEMARNAP 2000).
La ex Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) se dio a la tarea de expedir las
Normas Técnicas Ecológicas. Emitió un total de 58, de las cuales 33 fueron en materia de
aguas residuales, 18 relacionadas con atmósfera y monitoreo, y 7 relativas a residuos
peligrosos.
―Las normas expedidas durante este periodo estuvieron dirigidas a las actividades
del sector industrial más contaminante y se basaron en regulaciones internacionales,
principalmente de los Estados Unidos de América. De hecho, muchas de las normas
técnicas fueron traducciones del Código Federal de Regulaciones de la Agencia para
la Protección Ambiental. Ello originó que el enfoque normativo estuviera orientado
hacia el control de final de tubo, tomando como base la mejor tecnología de control
disponible y en consecuencia a la elaboración de normatividad específica para cada
proceso productivo‖ (SEMARNAP 2000: 25).
Las "normas técnicas ecológicas", fueron sustituidas por las ―Normas Oficiales
Mexicanas Ecológicas‖ (NOM-ECOL), al aprobarse la Ley Federal sobre Metrología y
Normalización.
La autoridad ambiental buscó orientarlas de manera más explícita hacia el logro de
objetivos ambientales precisos, con un número menor de normas aplicables a todos los
agentes regulados. Así, en lugar de establecer, como se hacía con anterioridad, límites
diferenciables en función de las características tecnológicas de los medios receptores y
82
atender a las tecnologías particulares, determinó avanzar en la estandarización de las
mismas, buscando simplificar la normatividad, facilitando la información y cumplimiento
(Carrillo, 2002; Mercado, 2002; Azqueta, 2007).
Cuadro 3.1. Normas Oficiales Mexicanas
NOM Definición
NOM – 002 – ECOL – 1993 Se establecen los límites máximos permisibles de contaminantes
en las descargas de aguas residuales a cuerpos receptores,
provenientes de la industria
NOM-085-ECOL-1994 Establece los niveles máximos permisibles de emisiones a la
atmósfera de humos, partículas suspendidas totales (PST),
bióxido de azufre y óxido de nitrógeno para fuentes fijas, que
utilizan combustibles fósiles, sólidos, líquidos o gaseosos o
cualquiera de sus combinaciones
NOM-024-SSAI-1993 Establece el valor máximo permisible para la concentración de
PST en el aire ambiente.
NOM-001-ECOL-1996 Se establecen los límites permisibles de contaminantes en las
descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales.
NMX-AA-118-SCFI-2001 Indica las técnicas para el registro de emisiones y de
transferencia de contaminantes y contiene una lista de sustancias
e informe.
Fuente: http://www.semarnat.gob.mx/leyesynormas/Pages/normasoficialesmexicanasviges.aspx
El número de normas oficiales mexicanas (NOM) se modificó sustantivamente, por
ejemplo, en lo referente al sector industrial, las 37 NOM de 1994 se redujeron a 23. Del
total de normas para el sector, la mayoría (15 normas, casi dos terceras partes del total)
concierne a la protección del aire. En resumen, varias de las NOM-ECOL deben ser
replanteadas y falta incorporar temáticas ausentes que atañen a la contaminación industrial.
El factor decisivo de esta reducción que es reflejo del cambio de enfoque en la
normatividad; En el caso de las aguas residuales, las 43 normas que estaban en vigor en
1995 fueron sustituidas por 2, ―que cubren a la totalidad de las descargas sobre bienes
nacionales y el alcantarillado municipal (exceptuando la infiltración y la inyección al
subsuelo), y donde los límites de descarga están fijados en función del tipo de cuerpo
receptor y su uso. Para algunos cuerpos de agua se controlan parámetros que en otros se
dejan libres, ya que hay un impacto diferencial sustantivo en uno y otro caso. Asimismo, se
83
planteó que los plazos de cumplimiento deberían ser lo más cortos posible para grandes
descargas (tanto por su afectación al medio como porque este sector estaba comprometido
de antemano a llevar a cabo planes de acción), y se establecieron ocho y quince años para
descargas medianas y pequeñas con el fin de inducir transformaciones tecnológicas en
procesos y minimizar el volumen de descarga‖. (SEMARNAP, 2000: 28)
Cuadro 3.2. Distribución de las NOM ecológicas para la industria manufacturera, según el
tema del medio natural o elemento contaminante (cantidad de normas)
Tema Cantidad de normas
Agua 2
Residuos peligrosos 3
Aire 15
Ruido 3
Total 23
Fuente: Mercado y Blanco 2003: 103
El objetivo de esta nueva normatividad era buscar:
―por un lado la modernización del esquema regulatorio (acorde a la legislación al respecto
de otros países) y por el otro, en un nuevo esquema de regulación directa centrado en el
desarrollo de un Sistema Integrado de Regulación y Gestión Ambiental de la Industria
(SIRG)‖ (SEMARNAP 2000: 22).
En su Informe 1995 -2000, la autoridad ambiental justificaba:
Se ha transformado de manera significativa el sistema de normalización, impulsando la
vinculación de éste con otros instrumentos de regulación directa e instrumentos económicos
[… ] Si bien de manera desigual según el medio a normalizar (agua, suelo o atmósfera), se
ha avanzado hacia normas que establecen condiciones idénticas para todos los agentes
regulados en lugar de atender a sus particularidades tecnológicas y a establecer diferencias
en los límites en función de las características de los medios receptores de la
contaminación. […] Este enfoque, radicalmente diferente al basado en la mejor tecnología
de control disponible y económicamente factible, hace que las emisiones contaminantes de
las industrias tengan necesidad de mayor control si son más dañinas al medio ambiente y de
84
esa manera hace patente el impacto diferencial de las emisiones de cada empresa haciendo
mayores los costos de control asociados para quien más contamina, lo que no ocurre cuando
se impone tecnología de control […] Por otro lado, se ha procurado dar tiempos
diferenciales de cumplimiento para permitir que las soluciones tecnológicas sean lo más
variadas posibles e incluyan la posibilidad de adecuar procesos y modernizarlos en lugar de
tener que optar necesariamente por tecnología de control, que es igualmente eficaz pero más
costosa. No obstante lo anterior, en aquellos casos críticos en que hay riesgo de una
afectación severa a la salud humana o al ambiente, se ha procurado que la solución sea lo
más eficaz y oportuna posible (SEMARNAP, 2000:26).
Adicionalmente, la autoridad ambiental, señalaba dos problemas centrales en la regulación
de la industria manufacturera mexicana: a) Que normatividad resultaba inaplicable para las
plantas industriales de tamaños micro, pequeño y mediano, debido a los costos
administrativos y de inversión necesarios para su cumplimiento; b) no existía un marco
regulatorio propio para los residuos no peligrosos de origen industrial ni para el tratamiento
adecuado de los sitios contaminados por residuos peligrosos.
En dicho informe, la SEMARNAP señalaba que el problema central del agua por causa
industrial en México ocurría en términos de la contaminación del recurso, más que por la
cantidad consumida, ya que la industria manufacturera consumía en menor proporción
respecto a otros sectores, especialmente el agrícola. Más bien, la industria contribuía, sobre
todo, a la contaminación de la mayoría de cuerpos de agua y acuíferos. Las descargas de
aguas residuales industriales impactaban por su composición, no por su volumen. En
respuesta a esta problemática, las dos normas vigentes para este sector se concentraron en
la composición de las descargas de aguas residuales. Aunque se avanzó en la
simplificación, algunos asuntos de contaminación del agua que quedaron por normar. Entre
estos asuntos se encontraban las condiciones de descarga a través de inyección e
infiltración, lo cual demostró un afán de estandarizar las normas ambientales, irreflexivo y
preocupado más por cumplir con la normatividad que indican los mercados internacionales
que las necesidades de cuidado ecológico del país (SEMARNAP, 2000).
85
3.7.2 El nuevo marco regulatorio
Un aspecto crucial en el diseño de la política ambiental actual consiste en las modalidades
en que se vigilará la conducta contaminadora de las empresas y los agentes económicos a
través de la regulación directa utilizado la normatividad, (como se vio a partir de la
simplificación y estandarización de las normas), y otros tipos de instrumentos como
complemento a la regulación voluntaria de las empresas; esta propuesta provino de los
acuerdos de la Agenda 21.
En un diagnóstico de la situación ambiental de la industria Nacional de aquellos años,
Víctor L. Urquidi (2002), preocupado por el agudizamiento del deterioro ambiental,
señalaba:
―los residuos industriales y municipales sólidos, […] cuyo volumen no ha podido
cuantificarse adecuadamente, se concentran todavía en muy pequeña proporción en
confinamientos y rellenos sanitarios; la mayor parte tiene por destino tiraderos no
controlados, o se dejan diseminados a la intemperie, o se vierten en ríos y lagunas, o en el
mar, sin tratamiento alguno. […] todas las principales cuencas hídricas están, además,
contaminadas por residuos líquidos peligrosos.
Debe advertirse que la estadística sobre residuos sólidos es absolutamente inadecuada, más
aún, falsa e inventada, ya que tiene por base una encuesta llevada a cabo en una población
pequeña en 1993 que se ha extrapolado territorialmente a todo el país y en el tiempo sin
mayor crítica. La estadística sobre las emisiones de residuos peligrosos es inexistente, sólo
se dispone de estimaciones parciales. Sobre las emisiones de líquidos y las atmosféricas, no
existe estadística sistemática alguna (Urquidi 2002: 218).
Urquidi aludía a la carencia de una cultura proambiental en la mayor parte de la
población mexicana, que alcanzaba a los ciudadanos comunes y corrientes, que se podía
percibir en el desperdicio del agua y de la energía, en el vertido de toda clase de desechos y
desperdicios, […] que atribuía entre otras causas a la desidia de las autoridades, y la no
poca indiferencia de los sectores empresariales. Aludía que el Estado no podría realizar por
sí mismo la tarea de protección ambiental y las conducentes al desarrollo sustentable, sino
que requeriría de la cooperación de los sectores empresariales y de sus organizaciones, de
86
la ciudadanía a todos los niveles, incluso los comunitarios. Proponiendo que el sector
público adoptara:
Una política congruente para mejorar la situación ambiental, en la que no se descanse
exclusivamente en un número limitado de normas, con sus castigos por incumplimiento,
sino en la adopción de incentivos fiscales y financieros para inducir a los actores
empresariales, en particular la miríada de PYMES, a asumir mayor ecoeficiencia y en
particular mayor conciencia y capacidad de la importancia esencial de desempeñarse de
manera favorable al ambiente (Urquidi 2002: 219).
Urquidi planteaba que en México, no existían incentivos económicos y se presentaba una
escasa eficiencia de las medidas regulatorias, lo que llevó a la autoridad ambiental a
considerar la conveniencia de adoptar dichos instrumentos de política ambiental y
promover las acciones de autorregulación de las empresas, que tienen la característica de
ser voluntarias y sus costos financiados por los propietarios.
Sin embargo advertía que estos:
―Deben ser complementarios de la aplicación de la normatividad. En esto están de acuerdo
los autores internacionales y los documentos de la OCDE consultados. Sin embargo se
detecta una nueva línea de pensamiento, entre los que abogan por el funcionamiento de los
mecanismos de mercado, […] en el sentido de que la normatividad pudiera ser sustituida
por mecanismos de mercado pero concebidos estos principalmente como permisos
comerciables [,,,] es además de una tesitura que pudiera reputarse más bien como de
carácter ideológico y de repudio a todo lo que huela a reglamentación Sin embargo, es
evidente que los permisos comerciables requieren también de reglamentación‖ (Urquidi
2002: 219).
Al parecer las sugerencias de Urquidi no han sido escuchadas.
3.7.3 El esquema de regulación de la política ambiental mexicana
La política ambiental a partir de los cambios institucionales y las nuevas modalidades del
enfoque de la normatividad ambiental, confeccionó un nuevo esquema de regulación
directa para el sector manufacturero, al que denominó Sistema Integrado de Regulación y
87
Gestión Ambiental de la Industria (SIRG), pregonando la modernización del esquema
regulatorio anterior.
Con el SIRG se propuso promover ―instrumentos tendientes al fomento de la
protección ambiental más allá del piso mínimo de cumplimiento general fijado por la
normatividad; ello mediante opciones voluntarias de autorregulación que den cabida y
estimulen acciones continuas por parte de las empresas hacia una producción industrial
cada vez más limpia‖. (SEMARNAP, 2000:30). Es decir se orienta a las empresas que
quieren reducir voluntariamente sus niveles de impacto ambiental, a niveles menores de los
que marcan los límites mínimos permitidos por las NOM.
En la figura 3.2 se presentan los distintos instrumentos que conforman el SIRG, para su
posterior descripción:
Figura 3.2. Instrumentos de política ambiental dirigía a la industria mexicana
Fuente: SEMARNAP, ( 2000:32)
3.7.4 Instrumentos coercitivos
La Licencia Ambiental Única. Representa la herramienta más importante del SIRG. Es un
instrumento de regulación directa y de carácter obligatorio para los establecimientos
industriales de jurisdicción federal. Su tramitación es de carácter obligatorio únicamente
para los nuevos establecimientos, para empresas que cambien de giro o de ubicación, así
88
como aquellos que requieren de regularización por no contar con Licencia de
Funcionamiento. A través de la licencia ambiental única, los establecimientos industriales
podrán presentar su manifestación de impacto ambiental, estudios de riesgo y permisos para
descarga de aguas residuales, antes de la fase constructiva, y los permisos de residuos
peligrosos, atmósfera y agua, en fases posteriores.
La Cédula de Operación Anual. Se constituye en el instrumento de seguimiento,
actualización e información por establecimiento industrial en materia de emisiones y
transferencias de contaminantes. Mediante la misma se busca favorecer, por una parte, el
control progresivo de la contaminación y, por la otra, actualizar las bases de licenciamiento.
La cédula proporciona información sobre el desempeño del establecimiento industrial, lo
que permite generar anualmente un inventario de Emisiones y Transferencias de
Contaminantes y alimentar bases de datos especializadas capaces de dar solidez a la toma
de decisiones por parte de la autoridad responsable (SEMARNAP, 2000: 37).
3.7.5 Instrumentos voluntarios y basados en el mercado
La autoridad ambiental en México promueve acciones de autorregulación de las empresas a
partir del manejo de dos grupos de instrumentos voluntarios de política ambiental; por un
lado, los convenios de concertación entre la industria y la autoridad, las normas voluntarias,
la auditoría ambiental y la autorregulación; por otro lado, el uso de los instrumentos
económico, argumentando las siguientes razones:
Desde la lógica de los costos derivados del cumplimiento de la normatividad ambiental
[…] se busca fomentar iniciativas de protección ambiental, bajo el supuesto de que
dichas acciones serán rentables para las empresas que las realizan.
Buscando nuevas alternativas a los instrumentos de comando y control, con el fin de
eliminar su carácter coercitivo, no persigue reemplazarlos sino de optimizar su
aplicación, a partir de esquemas de cooperación entre el gobierno y agentes privados.
Parten de la idea de que la regulación directa implica grandes costos para la verificación
de la normatividad ambiental; al tiempo en que se limita la innovación de las empresas
al cumplir solamente con las disposiciones reglamentarias.
89
De acuerdo a la autoridad ambiental los instrumentos voluntarios se justifican ―por la
necesidad de adoptar una política de gestión ambiental congruente con los criterios de
subsidiariedad estatal y corresponsabilidad social. Con ello, se buscaba la posibilidad de
que las empresas u organizaciones empresariales desarrollaran procesos voluntarios de
autorregulación ambiental para mejorar su desempeño, comprometiéndose a superar
los niveles establecidos en materia ambiental mediante normas voluntarias o
especificaciones técnicas más estrictas que las oficiales‖ (SEMARNAP, 2000: 43).
A continuación, se describen los más relevantes:
Auditoría Ambiental. La Auditoría Ambiental, a cargo de la PROFEPA se orienta a
empresas privadas y públicas de jurisdicción federal, que por su sistema de producción,
manejo o explotación de materiales representan una fuente de contaminación o de riesgo
para el medio ambiente. Inicialmente, este programa se orientaba hacia las grandes
empresas, públicas y privadas; a partir de 1996, su campo de acción se amplió hacia
empresas de menor tamaño. Mediante las auditorías, la PROFEPA verifica el grado de
cumplimiento de las diversas normas en el conjunto de las operaciones de la empresa.
Nuestro país se destaca por el carácter voluntario de las empresas para aceptar o no la
realización de una auditoría ambiental. La empresa toma la iniciativa de revisar todos sus
procesos productivos para conocer las condiciones de contaminación y riesgo con que
opera.
En una auditoría ambiental se examinan los procesos de producción y las instalaciones para
reconocer la contaminación y el riesgo que producen las industrias; se observa el grado de
cumplimiento de la normatividad ambiental, de los estándares internacionales y de buenas
prácticas de operación e ingenierías aplicables, a partir de esto se definen medidas
preventivas y correctivas (Plan de Acción) para proteger el medio ambiente.
De acuerdo con Carrillo (2000) y Micheli (2000), la PROFEPA puede imponer, como
consecuencia de su verificación física, multas e inclusive el cierre temporal; pero, sobre
todo, genera en las empresas una obligación de realizar las modificaciones, que suelen ser
del tipo end of pipe (final del tubo), en un plazo determinado. Durante ese plazo, la empresa
vive una etapa ―de protección‖ ambiental. En lo referente a los beneficios de la aplicación
90
de las auditorías ambientales, el Programa de Medio Ambiente 1995 – 2000 señalaba que
con las auditorías ambientales:
Se perfecciona el cumplimiento de la ley; se mejora la imagen pública de la empresa; se
protege a los trabajadores, a la población y a los ecosistemas; se definen y reducen riesgos
existentes o potenciales; se obtienen ahorros substanciales, a través de un mejor manejo de
materias primas y productos terminados; y se tiene una mejor competitividad nacional e
internacional. Al mismo tiempo, la industria se vuelve más eficiente en sus procesos,
aprovecha mejor sus materias primas, y evita desperdicios, fugas y accidentes que en el
pasado, le representaban una carga económica considerable (SEMARNAP 2000:114)
Sistemas de gestión ambiental: certificación ISO 14001
Otro mecanismo de autorregulación que se ha venido estableciendo a partir de la década
pasada, son los sistemas de gestión ambiental, que si bien, su implantación es una acción
voluntaria que realizan las empresas con el fin de alcanzar alguna certificación que les
otorgue mayor competitividad comercial, contribuye significativamente (de acuerdo a la
autoridad ambiental mexicana) a mejorar el desempeño ambiental de las empresas, por lo
que lo considera como otro de los instrumentos voluntarios que merece ser señalado, a
pesar de no formar parte de la política pública ambiental.
Estos sistemas de administración ambiental se ha ido consolidado en la forma de normas
ambientales de tipo local o la serie de normas voluntarias internacionales ISO 14000. La
norma ISO 14001 puede contemplarse como un conjunto de componentes, que
voluntariamente pueden adoptar las empresas. Establece los elementos de un Sistema de
Administración Ambiental, entendido éste como la parte del sistema de administración de
una empresa que incluye la estructura organizativa, actividades de planeación,
responsabilidades, prácticas, procedimientos, procesos y recursos para desarrollar,
implantar, alcanzar, revisar y mantener una política ambiental.
En lo referente a la implantación de un Sistema de Gestión Ambiental en la empresa, la
norma ISO 14001, es un elemento continuo de control y mejora del desempeño ambiental.
Es un instrumento voluntario, no tiene fuerza de ley e incluso los objetivos que la empresa
fija en el campo de sus relaciones con el medio ambiente son voluntarios.
91
En México, respecto a la Normas Voluntarias Internacionales de la serie ISO 14000, se
trabaja en dos líneas: por una parte, en la promoción y establecimiento de la ISO 14001 que
trata del establecimiento de Sistemas de Administración Ambiental dentro de la estructura
organizativa de la empresa para que cuente con sus propia planeación, prácticas, procesos y
suficientes recursos para establecer y llevar a cabo su política ambiental; y por otra parte,
en el desarrollo de las mismas y su homologación con las Normas Oficiales Mexicanas.
(SEMARNAP, 2000: 116)
Instrumentos Económicos
Incentivos fiscales vigentes para la industria
Actualmente están vigentes dos incentivos fiscales que tienen como objetivo principal
apoyar la instalación de infraestructura que se traduzca en un beneficio ambiental. Estos
son:
Depreciación acelerada. A los empresarios que adquieran como inversión nueva, equipo
para prevenir y controlar la contaminación ambiental dispone de la posibilidad de una
deducción fiscal del 100% en un solo año; este estímulo puede ser por la adquisición de
nuevo activos o por su puesta en operación. Aplica a todo tipo de industrias y opera a través
de las declaraciones de impuestos que la empresa interesada lleva a cabo.
Arancel cero. Las empresas podrán realizar importaciones de equipo de monitoreo,
control, o prevención de la contaminación sin pago de aranceles, al amparo de una fracción
arancelaria creada ex profeso. Este instrumento significa un ahorro de entre el 15 y 20%
para el importador. El arancel cero se otorga a la importación de equipo cuya inversión,
ajustándose a los lineamientos establecidos por SECOFI y SEMARNAP, reporte un
beneficio ambiental y no se produzca en México un equipo similar.
3.7.6 Otros instrumentos fiscales
El cobro de derechos por las descargas de aguas residuales fue uno de los primeros
instrumentos de protección ambiental basados en incentivos económicos que se utilizó en
México y que se regía por el principio de que ―el que contamina paga‖. Sin embargo, por
diversos factores económicos, institucionales y aún culturales, la respuesta por parte de los
92
gobiernos municipales y las empresas ha sido extremadamente limitada. De acuerdo a
SEMARNAP la aplicación de los derechos convirtió a un instrumento que en principio
debería haber estimulado la creación de infraestructura de tratamiento en una sobrecarga
financiera para los agentes que incumplían, obstaculizando así la concreción de los
beneficios ambientales buscados. (SEMARNAP 2000: 126)
93
CAPÍTULO IV. LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICA DE LA
AGROINDUSTRIA AZUCARERA NACIONAL. DESARROLLO HISTÓRICO,
(CONTEXTO NEOLIBERAL), LA REGIÓN PUEBLA
Iniciamos con una breve justificación de porque es adecuado analizar a la agroindustria
azucarera como una actividad fundamental que no solamente incide en la actividad
industrial, ya que involucra otras actividades formando integraciónes horizontales y
verticales de sectores y ramas económicas, que conforman una gran cadena productiva y de
generación de valor. También implica un gran espacio de conflicto en el que participan
actores sociales con intereses distintos y en el que están presentes proyectos sociales,
económicos, ecológicos, que no necesariamente están en armonía y que es necesario
indagar y analizar.
4.1 El concepto de agroindustria
Aguilar (2011) presenta algunas definiciones del concepto agroindustria: señalando que el
origen del término puede localizarse en la tradición harvardiana del Agribusiness que
imprime la lógica industrial al agro, aplicando la teoría y concepción de sistemas, dándole
prioridad a la interdependencia y naturaleza interrelacionada de aspectos muy disímiles
como: la oferta agropecuaria, el acopio, el almacenamiento, el procesamiento, la
distribución y el consumo; además, de incluir las instituciones y acuerdos comerciales que
afectan y coordinan las sucesivas etapas del flujo de un bien
El término Agribusiness, es incorporado en América Latina con el nombre de agroindustria.
Este modelo va de la mano de una expectativa de producción masiva de alimentos y de
generación abundante de divisas por exportaciones (derivada de la mono producción y la
mono exportación por especialización productiva) con una inserción internacional
dependiente y vulnerable basada en la dependencia en insumos, en bienes de capital y en
tecnología de productos y servicios importados.
Aguilar señala también, que el principal objetivo de la agroindustria radica en contribuir al
fortalecimiento de las economías a través de procesos de transformación de la materia
prima agrícola. La agroindustria aparece como un elemento unificador, integrador entre
estos dos sectores conflictivos: el sector agrícola y el sector industrial, lo que permite, de
94
acuerdo a Aguilar, aumentar el ingreso de los productores, crear empleos, fortalecer la
organización de productores, mejorar el valor nutritivo de los productos, disminuir las
pérdidas de post-cosecha, crear capacidades empresariales para los campesinos, factibilizar
económicamente la actividad de transformación, preservar el medio ambiente, utilizar
subproductos y diversificar la producción agrícola (Aguilar 2011:45).
Otra definición es la siguiente:
El análisis de la agroindustria es complejo debido a que esta juega dentro de las cadenas o
sistemas agroalimentarios un papel de bisagra entre la agricultura y el resto de la industria y
de la economía; además, está ligada a los servicios de comercialización, transporte e
innovación tecnológica y depende de políticas estatales de precios, crédito, infraestructura y
el sistema agroalimentario mundial.
La agroindustria es un proceso de producción social que acondiciona, conserva y/o
transforma las materias primas […], la forma de concebir y abordar la agroindustria está
influida por la práctica de los individuos grupos de investigación, instituciones y
organizaciones, la problemática, las contradicciones y conflictos sociales.
Los elementos fundamentales para definirla como rama industrial son:
1. La función que desempeña en la producción social
2. La procedencia y características de las materias primas
3. El destino y uso de sus productos (Aguilar 2011: 45).
4.2 La cadena productiva de la caña de azúcar
En este apartado se reconstruye el proceso productivo de la elaboración del azúcar, desde
campo, hasta fábrica (ingenio). En este apartado se describe brevemente el proceso
productivo a partir de fuentes bibliográficas, de las entrevistas realizadas en trabajo de
campo y de las visitas realizadas al ingenio de Calipam.
La indagación del proceso productivo, fue uno de los primeros temas que cronológicamente
se inició la presente investigación; elaborar la descripción de las diferentes fases de la
cadena productiva de la AIA era imprescindible antes de realizar el trabajo de campo, dada
la imperiosa necesidad de conocer la labor productiva de los actores que nos proponíamos
95
entrevistar, los términos comunes en su lenguaje cotidiano, su primera descripción fue
utilizando las fuentes bibliográficas que se lograron reunir. Los testimonios de los actores
que entrevistamos y el poder observar de manera presencial el proceso productivo, gracias a
la autorización de visitar las instalaciones del ingenio de Calipam, nos permitieron ampliar
nuestra visión al respecto.
Se intenta abordar este ejercicio en el plano técnico, pero sin quedarnos en una visión
―ingenieril‖, para apoyarnos en la descripción las dificultades productivas, financieras y
ecológicas que los actores tienen a lo largo de una larga cadena de producción y de valor
que se da en la agroindustria, dadas las relaciones sociales que existen en este sector
económico y ante la complejidad que implica analizar la problemática de la AIA mexicana.
La Cadena Productiva, definición conceptual
Para Yoguel y Kantis (1990) el concepto de eslabonamiento productivo y cadenas
productivas, parten de la evidencia empírica obtenida de las matrices insumo-producto, en
las que aparecen distintos niveles de agregación de las relaciones de compra-venta
intersectoriales e interindustriales para a partir de dicha información analizar su creciente
complejización y sus relaciones de interdependencia, que se manifiestan en los flujos de
materiales, recursos financieros, organización y políticas públicas.
"Más precisamente se entiende por cadena de producción al conjunto de agentes
económicos que participan directamente en la producción, después en la transformación y
en el traslado hasta el mercado de realización de un mismo producto agropecuario".
4.2.1 La producción en Campo. Sector Primario
Por siglos, la caña de azúcar9 ha sido la materia prima fundamental para la producción de
azúcar, piloncillo o alcohol, aunque también algunos subproductos de la caña han sido
utilizados como fruta, forraje y abono orgánico.La caña de azúcar es una gramínea tropical;
su cultivo requiere de condiciones climáticas favorables para desarrollarse, como son
temperatura, humedad y luminosidad que le permiten acumular sacarosa en sus tallos
gracias a la energía que el sol le proporciona.
9 Este apartado se redactó a partir de Colpos ( 2003) y Guía de Protección Ambiental
96
El agua en abundancia es un recurso fundamental que le permite a la caña la absorción,
transporte y asimilación de los nutrientes durante su desarrollo, el tipo de suelo debe ser
rico en fosfatos y en los demás nutrientes que se requiere.
La caña de azúcar se produce en diversos climas, suelos y condiciones culturales en 14
regiones en 15 entidades federativas del país.
Siembra y cultivo
La caña de azúcar es un cultivo perenne, que se puede usufructuar por varios ciclos, tras la
primera siembra de caña, el tallo crecerá permitiendo un primer corte, posteriormente la
planta crecerá por si sola hasta lograr un segundo corte que se llama soca, y a los siguientes
cortes se les llama resoca, se recomiendan tres cultivos de resoca, aunque hay evidencias de
cosechas de más de diez ciclos sin pérdidas considerables en la calidad de la gramínea.
A la primera siembra de la caña, se le llama plantilla, se realiza a partir de trozos de tallos
frescos, sanos y vigorosos, llamados ―esquejes‖ o ―semillas‖, éstos deben ser genéticamente
puros, libres de plagas y enfermedades. Los tallos se entierran en el suelo, esta operación se
puede realizar manualmente o utilizando azadón. En la siembra de plantilla, es necesario
limpiar, preparar, barbechar, rastrar y surcar el terreno. Estas faenas, de acuerdo a las
condiciones de cada productor y la topografía del terreno se realizan con maquinaria, o con
arado movido por tracción animal.
Igualmente es necesario durante el crecimiento de la caña realizar labores de deshierbe, ya
que las hierbas le quitan el agua y los nutrientes (Colpos, 2003: 42).
El cultivo de caña necesita de agua en abundancia, los campos están cerca de ríos o de
pozos con abundante liquido necesario para el desarrollo de la gramínea, en los primeros
días del ciclo agrícola los campos deben quedar inundados.
En la mayoría de los campos se utilizan fertilizantes químicos, para aportar nutrientes al
terreno y poder incrementar su rendimiento, aunque de acuerdo al Colpos (2003), éstos
deben aplicarse en la cantidad y la variedad adecuada; en el país, no existe generación y
transferencia de tecnología para establecer los tratamientos que consideren las necesidades
97
específicas del cultivo, ciclo y suelo, que permitiría aprovechar de mayor forma el potencial
agroecológico que poseen las regiones cañeras del país10
.
El trabajo de campo nos permitió ampliar nuestro conocimiento acerca del cultivo de la
caña, el Ing. Lara, sugiere que para lograr que la gramínea alcance mayor peso y tamaño se
debe combinar
―[…] un programa de volteo año con año, se trata de ir renovando las plantaciones por un
bajo rendimiento, por debajo ya no es redituable […] también cuando en un mismo campo
están ya muy mezcladas las variedades, [tempranas, intermedias y tardías, de acuerdo al
tiempo que tarda en madurar la caña], eso es para la zafra, las tempranas se van a cosechar
en el primer tercio de la zafra, las intermedias en el segundo y las tardías en el tercero, [lo
que va a dar por resultado] un alto rendimiento de azúcar en ingenio, toda vez que si las
dejan mezcladas, podemos estar cosechando caña cuando su concentración de azúcar no ha
llegado al óptimo, porque la caña nos las pagan por los kilos de azúcar que lleva, no tanto
por el peso sino por los kilos que lleva ―por el KARBE (kilogramos de azúcar recuperable
base estándar) por tonelada de caña molida, se desprende que es fundamental en el cultivo,
buscar el punto óptimo para obtener un mayor beneficio, de manera que se cosechen
primero las variedades tempranas, y luego las variedades intermedias y posteriormente las
tardías‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4
de junio de 2013)
10
Un aspecto importante a tomar en cuenta es que dentro con las ―reformas estructurales‖
neoliberales, se encuentra la desincorporación y desaparición de dependencias federales entre ellas
los institutos de investigaciones agrícolas encargadas de analizar las características y condiciones de
los cultivos de acuerdo a las especificidades de los suelos, entre otras cosas. El destinar menores
recursos públicos en apoyar la Investigación y desarrollo explica porque el tema del impacto
ambiental de la Agroindustria es uno de los aspectos escasamente desarrollados en los estudios
consultados.
98
La cosecha mejor conocida como zafra.
La zafra o cosecha consiste en el corte de la caña, procurando cortarla lo más al ras del
suelo posible, ya que la mayor cantidad de sacarosa (sustancia de donde se obtiene el
azúcar) se encuentra en la base de los tallos.
La zafra es una actividad que coordina el ingenio, conjuntamente con los productores,
buscando con ello, garantizar que la caña que llegue a la fábrica se encuentre en las mejores
condiciones. En el caso de los Ingenios de Puebla, en entrevista de campo se informó que
―la programación de los campos que se van a cortar, es coordinado con ingenios y
organizaciones de productores cañeros, […] dependiendo de la madurez y la cantidad de
sacarosa que va teniendo, se va haciendo la lista, de mayor a menor, la caña del productor
que tenga mayor contenido de sacarosa se corta en primer lugar y así sucesivamente‖
(Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de
Marzo de 2014 ).
Previo al corte de la caña, los productores cañeros queman la plantación, a esta operación
se le denomina ―quema‖, posteriormente se eliminan las hojas y la punta, ya que los
ingenios la reciben limpia En México, la caña la cortan jornaleros utilizando machetes.
Durante el trabajo de campo, descubrimos que son muy pocas las plantaciones en la región
cañera de Puebla que cortan la caña ―en verde‖, es decir sin quemar y a base de máquinas
cortadoras.
La quema, facilita la realización del corte, aumenta la visibilidad del cortador, reduce los
accidentes por picaduras de víboras o alacranes, aunque otros efectos de la misma son:
disminución de la humedad del suelo, incidencia de malezas, descenso de la materia
orgánica original del suelo, perdida de nitrógeno, incremento de la erosión, dado que se
disminuye la población de microorganismos y el material orgánico del suelo, perdida de
cepas, deterioro de la fertilidad, contaminación ambiental, deterioro de la caña y
disminución de la calidad de la caña que ingresa al ingenio, destrucción de biodiversidad,
flora y fauna (Colpos,2003).
Se procura que la caña cortada no permanezca en campo más de 24 horas, para no perder
peso y calidad industrial debe llegar lo más fresca posible al ingenio; dado que desde la
99
quema y corte de la caña se inicia un proceso de degradación que disminuye el contenido
de sacarosa.
En el trabajo de campo, el Ing. Lara (2013) informó que ―la caña se quema normalmente al
amanecer y el corte debe ser de inmediato, no se acaba de quemar cuando entran los
cortadores, de tal suerte que para las 9 o 10 de la mañana, ya haya viajes para que empiecen
a acarrear‖.
El elemento que es determinante, que impone el ritmo y las pautas de la zafra: es que la
caña debe llegar lo más fresca posible al ingenio; dado que desde la quema y corte, se inicia
un proceso de degradación que disminuye el contenido de sacarosa. La ―frescura de la
caña‖ en términos técnicos se entiende como el tiempo transcurrido desde que la caña se
quema, antes del corte, hasta su entrada a las bandas transportadoras de los ingenios para su
procesamiento. Este tiempo se mide en horas y un objetivo prioritario es reducirlo para
evitar la pérdida del contenido de sacarosa. (Palacios et al, 2011)
Una vez cortada la caña se apila a lo largo del campo, de donde se recoge a mano o a con
ayuda de máquinas cargadoras para subirla a los camiones para su transporte al Ingenio, se
procura que la caña cortada no permanezca en campo más de 24 horas, sí ello ocurre la
caña pierde peso y calidad y en el peor de los casos se descompone (Colpos; 2003).
Traslado de la caña desde las parcelas al ingenio
Tomando en cuenta que el tiempo trascurrido en el traslado de la caña al ingenio, afecta la
frescura de la caña, por lo que es importante que los camiones se encuentren en buenas
condiciones mecánicas para evitar desperfectos o accidentes que la afectaran. Sin embargo,
de acuerdo a Palacios (2011) en nuestro país, el traslado se hace en transportes que tienen
una antigüedad media de 31.2 años.
Al arribar al ingenio los camiones deben esperar que el ingenio autorice el pase al patio o
batey y su posterior descarga, Este tiempo de espera de los camiones para descargar el
producto significa un elemento importante para reducir la frescura de la caña, lo que afecta
el ingreso de los productores cañeros rurales de azúcar, dada la legislación mexicana que
liga el precio de la caña a la cantidad de la sacarosa que contiene. Los camiones realizan en
100
promedio 1 viaje diario, cantidad muy baja originada por los llamados ―tiempos muertos o
de espera‖ que se pierden hasta llegar a descargar la caña en el ingenio. Esta situación se
traduce en un insuficiente ingreso para los transportistas, que no compensan sus costos
creciente (gasolinas, refacciones, mantenimiento etc.).
4.2.2 La cadena productiva en la producción de Azúcar.
El ingenio es un complejo agroindustrial en el que de acuerdo a Aguilar et at (2010), se
elabora un producto principal, coproductos, subproductos o residuos, que se clasifican de la
siguiente manera:
Producto principal:
El Azúcar de caña, es en la actualidad un alimento habitual en la dieta de todos los países,
constituye uno de los principales aportes energéticos para el organismo humano.
Coproductos:
Alcoholes: Además de azúcar, en un elevado número de ingenios nacionales se producen:
El etanol, también llamado alcohol etílico o alcohol de caña, es un líquido incoloro e
inflamable con punto de ebullición de 78º C; las melazas de caña o mieles incristalizables:
son los licores madre resultantes de la cristalización final del azúcar, del cual no puede
extraerse más sacarosa; es un líquido viscoso, denso, rico en azúcares reductores, tiene un
considerable precio en el mercado internacional; es la materia prima en la producción de
licores de caña.
Subproductos o residuos:
El bagazo de la caña es el principal residuo del proceso industrial de fabricación del azúcar,
siendo el remanente de los tallos de caña después de ser extraído el jugo azucarado; es un
material fibroso potencial para la producción de derivados, se encuentra disponible en
grandes cantidades y presenta una composición química muy similar a madera, sin
embargo, los ingenios lo utilizan como combustible para la producción de vapor mediante
su combustión en las calderas. El resto, es factible de emplearse en otras aplicaciones.
101
La cachaza, es otro residuo muy importante que se genera en los ingenios, se obtiene
durante la clarificación que se hace al jugo de caña, es un material esponjoso, amorfo, de
color oscuro; se obtiene de 30 a 50 kg por tonelada de materia prima procesada, lo cual
representa entre 3 y 5 % de la caña molida; absorbe grandes cantidades de agua, es rica en
fósforo, calcio y nitrógeno, y pobre en potasio; por la elevada cantidad de materia orgánica
que presenta este residuo constituye un excelente abono, usado por los mismos cañeros en
el siguiente ciclo. Su precio bajo la hace atractiva frente a otros productos orgánicos, sin
embargo, representa un gran problema en lo referente al almacenamiento, transporte y
manejo para los ingenios dado su alto contenido de humedad, su olor desagradable y por ser
fuente de plagas, por ello, no es totalmente aprovechada y se presentan dificultades para su
eliminación. Se ha desaprovechado la oportunidad de procesarlo industrialmente como
excelente abono.
Vinazas de destilería. Las mieles de cañas fermentadas – y posteriormente destiladas en
alcohol – producen un residuo industrial en forma de aguas residuales aprovechable
llamado vinaza, con un alto contenido de materia orgánica. La vinaza es un líquido
brillante, de color pardo oscuro, naturaleza ácida; en términos del volumen producido se
estima que, por cada litro de alcohol obtenido a partir de mosto de melaza, se generan
alrededor de 10 a 13 litros de vinaza. Pueden utilizarse para producir combustible; el
residuo sólido sería utilizado como fertilizante o para alimentación animal, también es
posible su recirculación en el proceso para ahorrar parte del agua empleada en el proceso.
Descripción del proceso productivo en el Ingenio.
A continuación se describe de manera muy somera las distintas fases por las que se pasa en
la elaboración de la de azúcar de caña, sus derivados y subproductos11
.
11
Este apartado se redactó a partir de García (2011) CENICAÑA
102
Figura 4.1. Proceso de Elaboración de Azúcar de Caña
FUENTE: http://www.cenicaña.org:83/web2/index.php/template/k2/k2-categories/videos/item/332-
proceso-de-obtencion-de-azúcar. Consultado 25 de Marzo de 2015
Patio Una vez que los ingenios son abastecidos de la caña, ésta se concentra en los patios,
donde se pesa, posteriormente será descargada por una enorme grúa a las mesas
transportadoras que la hacen llegar a las picadoras, que son unos ejes accionados por
turbinas, provistos de cuchillas giratorias que cortan la caña y posteriormente a una
desfibradora donde la convierten en pequeños trozos, dándoles un tamaño uniforme para
facilitar así la extracción del jugo en los molinos.
Molinos. Los conductores llevan la caña preparada a los molinos, donde inicia la
elaboración de azúcar, macerando los tallos con poderosos rodillos estriados de hierro para
103
extraerles el jugo rico en sacarosa (cerca del 90%), llamado ―guarapo‖. Para recuperar la
mayor cantidad de sacarosa de la caña, al jugo que sale de cada molino se le adiciona agua
caliente o el jugo diluido que proviene del obtenido en los anteriores molinos. Para su
ahorro, se agrega agua únicamente en los molinos inicial y último. Los molinos están
equipados con turbinas de alta presión, accionados por motores eléctricos y variadores de
velocidad.
Generación de vapor y energía eléctrica. Una vez extraído el jugo se tamiza para
eliminar el bagazo y el bagacillo, los cuales se conducen a un depósito para que se sequen.
El bagazo obtenido (en la mayoría de los ingenios), es utilizado como combustible, que se
quema en las calderas para producir el vapor de alta presión que se emplea como fuente
alternativa de generación de energía de algunas máquinas del ingenio (turbinas de los
molinos, desfibradoras y turbogeneradores que producen la energía eléctrica que requieren
la fábrica y los pozos profundos). El bagazo también puede procesarse industrialmente
como materia prima para la producción de papel, de aglutinado para la elaboración de
muebles etc.
Calentamiento y Clarificación. El jugo obtenido en la etapa de molienda se envía a los
calentadores, con el fin de elevar la temperatura y enviarlo a un tanque donde se le agrega
cal que permite elevar su pH, neutralizando la acidez natural del guarapo, de esta manera se
minimizan las posibles pérdidas de sacarosa; también ayuda a precipitar impurezas
orgánicas o inorgánicas que vienen en el jugo y para aumentar o acelerar su poder
coagulante, se envía a un segundo calentador, para acelerar la separación de los sólidos no
azucares. A este jugo caliente se le adiciona floculante y se envía a los clarificadores, donde
se logra la separación de los sólidos disueltos, el jugo claro queda en la parte superior del
clarificador, es limpio y brillante, se le conoce como jugo clarificado y se envía a los
evaporadores; los sólidos no azúcares se precipitan al fondo del clarificador formando un
lodo que se conoce como cachaza.
Evaporación. El jugo clarificado posee un contenido alto de agua (85% aprox.), que es
indispensable retirar, esto se logra en evaporadores de vacío de múltiple efecto; con esta
operación el jugo se convierte en jarabe o meladura. El vapor producido en el primer
evaporador es utilizado para calentar el segundo y así, sucesivamente, hasta llegar al quinto
104
efecto que entrega sus vapores al condensador barométrico, que es enfriado por agua fría,
con la finalidad de que los vapores regresen a su estado de agua líquida que se acumula en
un tanque de condensación, que se puede reutilizar; en tanto que la meladura por ser más
pesada sale de la parte inferior de los evaporadores
Clarificación de meladura. De la meladura se separan los sólidos de los líquidos, para
obtener un material más claro y brillante, esto se logra añadiendo al jarabe ácido fosfórico,
cal y floculante, para luego ser enviada al clarificador de meladura, donde se le inyecta aire
en pequeñas partículas que hacen flotar los sólidos en forma de espuma, ésta se retira y se
mezcla con la cachaza que sale de los clarificadores.
Cristalización.
La cristalización se realiza en los tachos, que son aparatos donde continúa la evaporación
de agua a baja temperatura que permiten la cristalización del azúcar. Los tachos trabajan
con vacío para efectuar la evaporación a baja temperatura y evitar de esta manera la
caramelización del azúcar.
El material resultante que contiene líquido (miel) y cristales (azúcar) se denomina masa
cocida. Esta mezcla se conduce a un cristalizador, que es un tanque de agitación horizontal
equipado con serpentines de enfriamiento. Aquí se deposita más sacarosa sobre los cristales
ya formados, y se completa la cristalización.
Centrifugación.
La masa cocida obtenida de los tachos es una mezcla de miel y cristales de azúcar; estos
elementos se separan en las centrífugas, que son tambores cilíndricos suspendidos de un eje
con paredes laterales con revestimientos de malla de minúsculas perforaciones que retienen
los cristales de azúcar, la miel pasa a través del revestimiento debido a la fuerza centrífuga
ejercida; obteniéndose de ésta manera azúcar cruda o mascabado por un lado, y por el otro
miel de segunda o sacarosa líquida y una purga de segunda o melaza. El azúcar moscabado
debe su color café claro al contenido de sacarosa que aún tiene.
Con el fin de obtener azúcar más blanco, dentro de la centrifuga se aplica agua caliente para
eliminar los residuos de miel en los cristales de azúcar. La miel ―A‖ se envía a unos tanques
105
de almacenamiento, posteriormente se envía nuevamente a los siguientes tachos para
utilizarse en otros dos procesos de cristalización y centrifugación, donde se obtiene azúcar
B y la miel B, (melaza) materia prima para la producción de alcohol.
Secado. El azúcar húmedo se coloca en bandas y pasa a las secadoras, que son elevadores
rotatorios donde el azúcar queda en contacto con el aire caliente que entra en
contracorriente. El azúcar debe tener baja humedad, aproximadamente 0.05 %, para evitar
los terrones.
Enfriamiento. El azúcar se seca con temperatura cercana a 60º C, se pasa por los
enfriadores rotatorios inclinados que llevan el aire frío en contracorriente, en donde se
disminuye su temperatura hasta aproximadamente 40-45º C para conducir al envase.
Envase. El azúcar seca y fría se empaca en sacos de diferentes pesos y presentaciones
dependiendo del mercado y se despacha a la bodega de producto terminado para su
posterior venta y comercio.
4.3 Evolución histórica de la agroindustria azucarera mexicana.
Podemos sintetizar la evolución histórica de la agroindustria azucarera en 2 grandes etapas:
la primera caracterizada por una casi total participación privada en la propiedad de los
ingenios y fuerte presencia estatal en terrenos de la regulación de precios, en las
instituciones oficiales de apoyo al sector azucarera y por una problemática ambiental
ignorada y subestimada; la segunda etapa determinada por la aplicación de las políticas
neoliberales en la agroindustria azucarera en un marco de apertura comercial; se aprecian
drásticos cambios en la regulación estatal, inspiradas en la ortodoxia neoliberal y la
existencia creciente de una preocupación ambiental por parte de diversos actores sociales.
El “Ingenio” como modelo de unidad productiva en México.
En esta breve descripción histórica, es necesario partir de una definición del modelo de
unidad productiva que ha persistido en la agroindustria azucarera mexicana desde la etapa
colonial: el concepto de ―Ingenio‖ ha implicado un proceso de concentración y
centralización del capital, ya que la expansión de los cañaverales surgió mediante el
―despojo de tierras, aguas y bosques‖, lo que además garantizaba el abastecimiento de
106
fuerza de trabajo que permitieron alcanzar altos niveles de producción con menores costos.
(Banko, 2005).
De tal manera que el proceso de conformación de lo que será la agroindustria azucarera se
asentó originalmente en un sistema de plantaciones, que quedaban subordinadas a las
decisiones de la factoría, o establecimiento en las que se asentaban las labores de molienda
de la caña en azúcar, de cuyo dueño dependían. En la inmensa mayoría de las veces tanto la
factoría como las tierras cultivadas pertenecían al mismo propietario, De manera que la
unidad productiva que en su conjunto recibió el nombre de ―ingenio‖, no solamente
comprendía la planta que producía el azúcar sino igualmente las plantaciones de la caña de
azúcar que constituye la materia prima fundamental. Campo y planta quedaban desde este
momento vinculados como una sola unidad12
. El ―ingenio‖ mexicano, comprendía en
aquella época, la fábrica y los campos bajo el modelo de ―plantación‖
Los grandes propietarios extendieron los cultivos de caña de azúcar e incorporaron mejoras
técnicas en los ingenios, con lo que esta actividad se convirtió en una de las más lucrativas,
dado que permitió el acceso al mercado externo; los cañaverales se extendieron sobre los
terrenos de temporal dedicados a otros cultivos, consolidando la propiedad territorial de las
haciendas.
Las grandes haciendas azucareras manifestaron un gran interés en asegurar el
abastecimiento de la materia prima principal; la caña de azúcar, mediante la expansión de
los cultivos en las tierras que la rodeaban o eran parte de ellas, constituyendo lo que será la
característica principal de lo que se ha denominado como sistema del ―ingenio‖ que está
representado por una ―matriz del modelo de plantación, en el sentido de que cada ingenio
12
Se ha denominado como ―central azucarera‖ a otro modelo de unidad productiva distinto al ―ingenio‖. El
termino de central, que al parecer proviene de Cuba, (que llegó a ser la gran potencia azucarera mundial)
aunque otros países de la región lo han adoptado, se refiere al gran establecimiento azucarero de fines del
siglo XIX, que fue primeramente fue conocido como ―ingenio central‖ y luego con su versión simplificada
como ―central‖
Dicho concepto se asociaba a la existencia de una factoría que ―centralizaba‖ la producción de azúcar a partir
de la caña proveniente de las diversas plantaciones ubicadas en sus alrededores, constituyendo un sistema en
el que los hacendados propietarios de los cañaverales se encargarían de suministrar la materia prima a una
gran factoría para elaborar azúcar. A diferencia del modelo ―ingenio‖ se separa el campo de la factoría, éstos
no forman una unidad indisoluble, (Banko, 2005)
107
operaba sobre la base de sus propias posibilidades de producir la materia prima
fundamental para el proceso, variable dependiente de la disponibilidad de tierras que cada
uno poseía‖ (Banko, 2005). Este modelo de producción de azúcar en México no varió
sustancialmente en el trascurso de los siguientes años: campo y fábrica siguieron
constituyendo una unidad, en donde el mando o la dirección provenía del dueño de la
factoría, subordinando de esta manera a los productores cañeros del insumo principal.
La revolución de 1910 y el posterior reparto agrario, provocó el surgimiento de numerosos
minifundios provenientes de muchas de las haciendas cañeras, por lo que el ―modelo del
Ingenio‖ devino en una contradicción, en el sentido de que la fábrica había perdido el
control directo de los cultivos.
Del Villar, al hablar de los controles sobre el mercado de la tierra, señala que, mantener el
modelo del ―Ingenio‖ en la etapa posterior a la Revolución, implicaba el poder disponer y
acceder a vastas extensiones de tierra para el cultivo de caña bajo el control y predominio
por parte de la fábrica, lo que estaba en contradicción con la legislación agraria promotora
del reparto agrario y del minifundio no enajenable.
Para subsanar las limitaciones que al ingenio le imponía la reforma agraria, el Estado
postrevolucionario intervino implantando mecanismos de regulación agraria, como el
establecer "zonas de abastecimiento" de los ingenios. A los ejidatarios y pequeños
propietarios se les quitó la facultad de sembrar otros cultivos que no fuesen la caña de
azúcar,13
lo que aunado al sistema de financiamiento para la producción de la caña,
establecido en torno a los ingenios, (sistema que con algunas modificaciones hasta le fecha
persiste) permitía a éstos controlar y organizar la producción y zafra de la caña.
Las organizaciones gremiales también apoyaron en este objetivo, al llegar a acuerdos con
gobierno y dueños de ingenios para permitir que la agricultura extensiva persistiese, tal
como lo refiere del Villar, con respecto al ejido de Atencingo, en el cual las tierras se
mantuvieron en manos de los ejidatarios, con la condición ineludible de que las destinaran
13
Nos referimos al Decreto del 22 de septiembre de 1943 que establece un plan de Intensificación de la
Producción Azucarera, que fue abrogado por el Decreto del 24 de octubre de 1975 por el que se declara de
interés público la siembra, el cultivo, la cosecha y la industrialización de la caña de azúcar.
108
al cultivo de la caña, con lo que se dieron también las condiciones para garantizar el flujo
de fuerza de trabajo para ambas actividades: campo y fábrica (del Villar 1976: 538-539).
En el mismo sentido abunda Singelmann (2003) que ―los decretos presidenciales
empezaron a regular las relaciones entre los ingenios azucareros y los productores de caña,
cuya gran mayoría se había formado con la distribución de las tierras de las haciendas
azucareras a campesinos de las comunidades ejidales que emergieron bajo la reforma
agraria‖.14
4.3.1 Etapa desarrollista (Del periodo posrevolucionario a mediados de los años
ochenta); Participación privada con políticas públicas proteccionistas.
De alguna manera los decretos cañeros de los gobiernos posteriores al conflicto armado de
1910, consumaron las características de una política agraria e industrial, que permitió la
conformación de un pacto social entre agricultores, trabajadores cañeros e industriales.
En este contexto, la gran mayoría de los productores cañeros asumió perspectivas que
daban prioridad a un enfoque productivo centrado en las mínimas garantías, riesgos e
inversiones personales exiguas y a la responsabilidad de los ingenios tanto por el éxito
como por el fracaso en el cultivo de la tierra; lo anterior en el contexto de una política
agrícola caracterizada por grandes gastos públicos de fomento a la producción a través de
subsidios que apoyaban la industrialización nacional, al mantener bajos los precios de los
insumos agrícolas y de las materias primas empleadas por el sector manufacturero del país.
Otros aspectos de la política agraria del Estado mexicano fueron la utilización de diversos
mecanismos para reducir el costo del crédito rural a través de las instituciones financieras
14
De acuerdo a Aguilar (2011) la situación reciente del campo cañero se caracteriza porque el 75 % de los
productores posee una unidad productiva entre 0.5 y 5 ha con un promedio nacional de 3.97 ha, el 61 % es de
temporal y con el 72.26 % de cultivo de resocas y el 68.5 % industrializable en la producción de azúcar con
una distribución varietal de 36.50% tempranas, 48.67% medias y 14.83% tardías con la presencia mayoritaria
de pocas variedades con un rendimiento promedio de 71 Ton/ha. Desde su punto de vista, el minifundio
cañero, como consecuencia de la historia político-social reduce la capacidad de la agroindustria para la
aplicación de sistemas que abaten costos de producción y facilitan acciones diversificadoras como las que se
están considerando en la agroindustria azucarera de otros países. No está por demás comentar que Aguilar no
explora otros modelos de Agroindustria que no sean los basados en la competitividad orientada al mercado y
en la concentración del capital, dejando a un lado experiencias de cooperativistas, de autogestión, que para
otros autores y en mi opinión personal, serían una salida a considerar.
109
de desarrollo, así como realizando obras de infraestructura y de riego, igualmente la
fijación de un precio de garantía que garantizaba al campesino la recuperación mínima de
sus costos de producción y mantener congelados los precios de los bienes de la canasta
básica.
La etapa que comprende la década de los años 40, hasta principios de la década de los años
80 coincide con el llamado ―desarrollismo‖, en el que a nivel general, la economía
mexicana tuvo elevadas tasas de crecimiento; la agroindustria azucarera mexicana fue
favorecida por una serie de circunstancias, que a decir de del Villar (1976) fueron: 1) la
política de precios oficiales del azúcar (congelados durante décadas) que a su vez
determinaba el precio del insumo principal: la caña. 2) La cancelación de la cuota que tenía
Cuba en el protegido y lucrativo mercado norteamericano que permitió un extraordinario
incremento de la cuota de México en ese mercado; 3) las inversiones que hizo la industria
azucarera tanto pública como privada, con el objeto de ampliar la capacidad productiva y 4)
finalmente el financiamiento avalado por las dependencias gubernamentales, para apoyar a
los industriales azucareros.
Esa etapa se caracteriza también por el amplio proteccionismo estatal hacia la agroindustria
que de acuerdo a del Villar (1976) se puede sintetizar en:
Intervención Estatal: a nivel indirecto, regulando la comercialización a través de
organismos públicos como Azúcar, S. A. y mixtos, expresados en la Unión Nacional de
Productores de Azúcar, S. A. (UNPASA) o mediante la producción directa en los años
setenta a través de la creación de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera
(CNIA).
Control estatal de los precios internos, regulando con ello, el nivel de ingresos de la
industria, su nivel de utilidades y la posibilidad de cubrir sus costos de producción. La
contrapartida al control de precios sobre el azúcar evidentemente tenía que ser un
control de precios sobre su materia prima: la caña15
. Éste se estableció por decreto
15
De acuerdo con David Ronfeld, en su historia del Ejido de Atencingo, el dueño del ingenio William
Jenkins, el gobernador de Puebla, Maximino Ávila Camacho y el líder de la CTM, Vicente Lombardo
Toledano, hicieron un acuerdo que fue determinante en la orientación del decreto presidencial dotatorio,
110
desde 1944 en forma de una proporción del precio al que UNPASA liquida el azúcar a
los ingenios.
Acceso al Crédito de la Banca de desarrollo: lo que combinado a la política de precios
de garantía del azúcar que no permitía mantener las tasas tradicionales de utilidades, se
generó un poderoso aliciente para que se descapitalizase la industria, mediante ―la
distracción a otras actividades de los recursos financieros recibidos por inversionistas
privados, que deberían aplicarse para su expansión."
Intervención Estatal directa: el ejercicio de los controles indirectos fue ampliándose
gradualmente con adquisición gubernamental de la propiedad y el control directo
sobre la industria. A los ingenios que había constituido directamente el Estado se
fueron adicionando los privados que no cubrían sus pasivos con el gobierno.
A pesar de que el gobierno federal subsidió a la agroindustria, su relación entre costos e
ingresos eliminó los incentivos para invertir y creo incertidumbre en torno a las
perspectivas de pago por las inversiones realizadas.
Sin dejar de señalar un elemento relevante: los altos niveles de corrupción en la
agroindustria y el desvió de esos financiamientos a otras actividades (turismo, bienes
inmuebles, etc.)16
(Del Villar, 1976: 534-535).
A pesar de las condiciones favorables que se presentaron para la agroindustria, a inicios de
los años setenta los resultados eran desfavorables, del Villar señala como causa de éstos el
precio congelado del azúcar, el declive de la productividad de la industria y el aumento
paulatino de los costos de operación y de producción. A esta situación el Estado mexicano
acuerdo por el que: "las partes convinieron en que la integridad del complejo agrícola e industrial de
Atencingo debería conservarse en beneficio de las economías nacional y estatal. Más aún, convinieron en qué
aspectos principales el sistema existente de la agricultura extensiva debería mantenerse. Por consiguiente, las
tierras deberían ir a los peones y trabajadores, y la agricultura de la caña debería ser obligatoria. Todo el
trabajo debería hacerse colectivamente, ya que este sistema era el más económico, las tierras ejidales no
deberían convertirse en parcelas individuales aún si los campesinos la prefirieran‖ [Del Villar, 1976: 538]
16 Luis Echeverría, declaró: "testimonio de buen negocio que ha sido (la producción de azúcar) son algunos
edificios de muchos pisos en el Paseo de la Reforma. Muchas fortunas han salido de la industria azucarera".
También era ilustrativo, que uno de los "objetivos de mayor importancia" (señalados por un estudio acerca de
la industria azucarera encargado por el gobierno ) consistía en "...eliminar el lastre financiero que causan en la
economía los actuales subsidios indirectos y créditos mal garantizados". [Del Villar, 1976: 549 ]
111
respondió interviniendo cada vez más en el sector, conduciendo a lo que el autor señala
como ―un proceso gradual de nacionalización por inercia‖ que se presentó en la industria
azucarera ante su crisis financiera, que se podía percibir dado el monto de su deuda con el
gobierno, la incapacidad para pagarla por parte de los ingenios privados y la imposibilidad
de realizar nuevas inversiones.
Otro elemento que explicó esa crisis de la agroindustria azucarera mexicana fue el
crecimiento más dinámico del consumo interno de azúcar en relación con su producción,
que fue registrando crecimientos menores al de los años anteriores, lo que trajo como
resultado la paulatina caída de las exportaciones a partir de 1970, año en que se logró
exportar la mayor cantidad de azúcar, terminando con ello la etapa expansiva de la
agroindustria mexicana.
A partir de este periodo y hasta 1988, de acuerdo a Castillo y Aguirre (2004) el Estado
mexicano respondió ante esta crisis de la Industria con un conjunto de acciones orientadas
a revertir las tendencias negativas de la producción cañero- azucarera iniciadas a finales de
la década de los sesenta. La primera fue el descongelamiento del precio oficial del azúcar,
con la finalidad de estimular la producción y desestimular el comportamiento de la
demanda del endulzante, además de fijar un nuevo precio de garantía tanto para la caña de
azúcar como para los diferentes tipos de azúcar, la segunda, el control total del comercio
interno y externo de este edulcorante, así como en la distribución y venta de los otros
subproductos de la caña de azúcar, la tercera fue una intervención cada vez más directa
administrando los ingenios que se declaraban en quiebra. El gobierno federal, además, era
el responsable de la investigación y el desarrollo tecnológico de la agroindustria azucarera.
Durante este periodo de gran intervención estatal, puede apreciarse que ―la superficie
cosechada de caña de azúcar se incrementó en un 35 % y el número de productores de este
cultivo aumentó en 56 %; además, la cantidad de caña cosechada por hectárea, se
incrementó un 8 % en promedio, y la cantidad de azúcar obtenida por hectárea creció en un
15 %. Asimismo, durante esos años se logró una mejoría en la capacidad instalada de la
molienda de caña y el rendimiento en fábrica creció modestamente‖. (Castillo y Aguirre,
2004: 82-83)
112
De igual manera, los productores de caña de azúcar y el personal que trabajaban en los
ingenios tuvieron una mejoría en sus ingresos. Incluso a partir de 1985 la producción
nacional de azúcar superó la demanda interna e incluso una parte de esta pudo venderse en
el mercado internacional; aunque esta circunstancia debe verse como una ilusión: no
olvidemos el desplome del consumo general de la población mexicana en esta etapa, debido
a la dramática caída de los ingresos de los hogares mexicanos y el impacto de la apertura
mexicana, que transformó drásticamente a la economía mexicana que dejó de ser de las más
―cerradas‖ del mundo.
4.3.2 Etapa neoliberal (De 1988 a 2012). Evolución de la agroindustria azucarera
mexicana ante los cambios en la regulación estatal
En esta etapa podemos apreciar drásticos cambios en la regulación estatal hacia la
agroindustria, inspiradas en la ortodoxia neoliberal; éstos pasan por tres momentos
aparentemente contradictorios y a contrapelo de los postulados económicos del gobierno
mexicano: El primero inicia con la licitación de los ingenios de propiedad estatal, el
segundo con los drásticos cambios en la política comercial del gobierno mexicano que
implicó la firma del TLC y la consiguiente liberalización del mercado del azúcar que
permitió el ingreso al país de grandes volúmenes de jarabe de maíz de alto contenido de
fructosa (JMAF), sustituto del azúcar; y el tercero con la vuelta a la estatización de una
buena parte de las empresas azucareras nacionales ante su inminente quiebra.
4.3.3 El contexto neoliberal en el campo mexicano
La ofensiva neoliberal en el campo nacional se inició con la creación de un marco legal
aplicable por igual tanto para el capital nacional como para el capital extranjero, en este
contexto, las políticas públicas ―neutrales‖ sientan las bases para que compitan los
desiguales, sin protección alguna, ya que la normatividad desprotege a los competidores
más débiles, beneficiando a los más fuertes.
Estas reglas de juego determinadas por las recomendaciones de los organismos
multilaterales, partidarios de los postulados neoliberales, que de acuerdo a Kay (2002) se
ubican en cinco áreas principales: 1) gestión fiscal, 2) privatizaciones, 3) mercado de
trabajo, 4) comercio y 5) mercados financieros.
113
El primer aspecto, implicó la eliminación de los subsidios al campo y la eliminación de los
precios de garantía, en tanto que el segundo, se justifica con los argumentos de la mayor
eficiencia privada comparada con la estatal y con las ventajas económicas de mejorar la
competencia y evitar los monopolios. En nuestro país bajo estos argumentos, se vendieron
muchas empresas ligadas a la producción agrícola como FERTIMEX y los ingenios de
propiedad estatal, además de la desincorporaron de las filiales de CONASUPO.
La tercera línea de acción neoliberal, ―se encauza a las reestructuraciones de los mercados
laborales, se introducen nuevos sistemas de negociación del salario y el empleo, etc. No se
ha logrado crear un mercado de trabajo más transparente y competitivo, se ha otorgado más
poder a los patrones al reducir el ya débil poder adquisitivo de los trabajadores‖ (Kay,
2002). El abandono de las políticas públicas a favor del campo, ha permitido que se
incremente la migración del campo a la ciudad, presionando a los empleos y la
precarización del mercado laboral mexicano, lo que ha derivado en la incorporación de
nuevas actividades al ingreso de las familias campesinas, estimulando a que la importancia
de la producción del sector agrícola sea menor en relación a otras labores remuneradoras y
que los campesinos cada vez complementen su ingreso con un conjunto de actividades muy
diversas: agricultura, artesanía, pequeña y mediana industria, comercio, servicios
migración, tal como lo señala Gramount (2010).
Lo anterior puede verse de manera nítida en las actividades de la agroindustria azucarera,
que a partir de las transformaciones impulsadas por la aplicación del modelo neoliberal,
tanto en labores de campo como de ingenio, se mueve un flujo de empleos precarios y
temporales (peones agrícolas, cortadores de caña, cargadores, macheteros de transporte,
etc.).
En lo que respecta al cuarto aspecto, la liberalización del comercio externo se impulsó con
el objetivo de estimular y reforzar la competitividad. En esencia, las reformas comerciales
se perseguían incentivar las exportaciones y fomentar una mayor competitividad de las
empresas privadas; en el sector agropecuario se planteó la necesidad de cambiar el patrón
de cultivos para producir bienes que se pudieran comercializar en condiciones más
favorables para los productores y aprovechar las ventajas comparativas; en las zonas que
114
climática y agrícolamente fuera posible, debería abandonarse el cultivo de productos
básicos y pasar a la horticultura, la floricultura o la silvicultura de exportación.
Se argumentó que con las divisas que originara la exportación de los productos en los que
la agricultura nacional disponía de condiciones más favorables, se podría financiar la
importación de los alimentos necesarios que no se producían en el campo nacional. Para
los partidarios de la aplicación del modelo neoliberal en el campo, la consigna fue tratar de
aprovechar al máximo las ventajas comparativas, justificándose con la teoría ricardiana;
aunque para los críticos a este nuevo modelo de desarrollo, sin embargo, la apertura
comercial ha implicado la penetración de bienes agrícolas del extranjero, en detrimento de
los productores nacionales, lo que se traduce en una grave pérdida de la soberanía
alimentaria del país. (Kay 2002).
En lo referente al aspecto financiero, la implementación del modelo neoliberal en el campo
nacional ha implicado la desaparición de la banca de desarrollo en el sector, como el Banco
Nacional de Crédito rural (Banrural), lo que trajo graves consecuencias a los productores
campesinos, que los orilló a la descapitalización y a ser discriminados en el acceso al
financiamiento. Con el propósito de paliar el retiro del Banrural, el gobierno de Salinas de
Gortari creó el PRONASOL, que entre otras cosas concedía pequeños créditos sin intereses
a los campesinos productores, y cuya recuperación se utilizaba para financiar obras de
beneficio social a las comunidades donde residían los beneficiarios de estos créditos. Sin
embargo estos programas se desviaban al consumo más que a la producción, aunado al
usufructo proselitista con el que se ejercitó (Kay 2002).
El modelo neoliberal en el campo tiene como un objetivo fundamental la incorporación de
las tierras al mercado, un paso inicial se dio al reformar el artículo 27 constitucional, al
promulgar la nueva Ley Agraria, con tres propósitos básicos: a) dar por terminado el
reparto agrario b) otorgar a los ejidos, las comunidades y sus integrantes plenas libertades
para que tomaran decisiones por sí mismos, dejando abierta la posibilidad de que los
ejidatarios y comuneros pudieran enajenar sus parcelas, y esta manera dar los primeros
pasos en la conformación un ―mercado de tierras‖, más flexible y activo, que permitiera la
gran explotación agrícola y la modernización del campo desde la perspectiva neoliberal c)
llevar a cabo un proceso de ordenamiento de la propiedad rural, delimitando en primer
115
término la superficie de cada ejido y comunidad, así como las parcelas de cada ejidatario,
las tierras de uso común y los solares de las aéreas de asentamiento (Zorrilla, 2003).
4.3.4 El impacto de las políticas neoliberales en la agroindustria azucarera.
Durante muchos años la actividad azucarera estuvo regulada por el Estado (bajo el modelo
Desarrollista). Con la crisis económica de 1982, comenzó un proceso de desregulación de
la economía mexicana, consistente en la aplicación de políticas de corte neoliberal. Bajo
este modelo el Estado declina su participación como regulador económico y promotor del
desarrollo y promover deliberadamente su desplazamiento por el mercado.
La implementación del modelo neoliberal implicó para la agroindustria azucarera, cambios
drásticos, que incluyeron la privatización de los ingenios de propiedad estatal y de
cooperativas a partir de 1988, la redefinición de las relaciones entre cañeros e industriales
bajo una revisión del Decreto Cañero en 1991, y la liberalización del mercado azucarero
nacional mediante la disolución de las intervenciones estatales tradicionales
Es necesario señalar que la nueva política del Estado en el contexto del neoliberalismo con
la finalidad de regular las relaciones entre industriales y productores cañeros no ha estado
exenta de disputas y desacuerdos tal como lo señala Singelmann, ejemplo de ello son:
La disputa sobre el precio de la caña que de acuerdo al decreto de 1991, se centra en el
porcentaje del azúcar recuperable por tonelada de caña.
El calendario de pago para la caña: los cañeros insisten en que su liquidación final
quede situada al término de los seis meses de la zafra en mayo/junio, mientras que los
industriales demandan que ese calendario sea durante los doce meses del año, cuando
empieza la siguiente zafra en noviembre/diciembre.
Las ventajas y desventajas del alza y transporte en términos de caña más limpia
quedando los productores de caña como responsables de su corte, transporte y de
entregar una caña limpia. (Singelmann, 2003: 121).
116
El proceso de privatización de la industria azucarera
A pesar de que en el periodo con fuerte intervención estatal se presentaron incrementos en
la producción, el funcionamiento de la industria azucarera fue acompañado de graves
irregularidades. Una de las más importantes fue el incremento constante en los gastos
administrativos de los ingenios bajo el control del gobierno federal, dado el aumentó al
apoyo crediticio y los subsidios del Estado; ésas anomalías justificaron para la decisión del
gobierno mexicano en enero de 1988 de vender una parte de los ingenios administrados por
Azúcar, S.A. (instancia que aglutinaba las acciones del gobierno en relación con la industria
azucarera); lo que se concretó a lo largo de ese año y hasta 1991.
Los ingenios se licitaron en paquetes o grupos, siendo beneficiadas las compañías que
utilizaban el azúcar como uno de sus insumos principales como las empresas productoras
de refrescos o de alimentos, en tanto que a los productores de caña y a los obreros de la
industria azucarera, que a través de sus organizaciones solicitaron participar en las
licitaciones les endurecieron las condiciones de compra, como pagar el enganche en
efectivo, equivalente al valor del 15 % de cada factoría (Castillo y Aguirre, 2004).
Hernández y Barajas (2000) señalan que la privatización dio como resultado la integración
vertical directa de las actividades agrícolas tradicionales a productoras y comercializadoras
multinacionales de la industria alimentaria, particularmente de la agroindustria refresquera.
Los ingenios azucareros fueron adquiridos por grupos empresariales vinculados, en su
mayoría, a empresas que emplean el azúcar y subproductos como materia prima, lo que les
permitió avanzar en dicha integración vertical entre la industria refresquera y el sector
azucarero al tener una participación accionaria en 26 ingenios, quedando 6 grandes
consorcios:
El Consorcio Azucarero Escorpión (CAZE) agrupaba a nueve ingenios de alta
productividad y fue conformado por el Grupo Embotellador de México (Gemex),
propietario de la mayor franquicia de Pepsi Co. en México;
El Grupo Azucarero México, accionista del Grupo de Embotelladoras Unidas
(Geupec), la segunda franquicia de Pepsi Co;
117
PIASA, filial del Grupo Contal y socio de Embotelladoras Coca Cola administraban
dos ingenios;
Consorcio AGA, en su división ingenios, y propietario de dos fábricas azucareras;
El Grupo Santos, dueño y administrador de seis ingenios integrado al grupo
GAMESA;
Grupo Beta San Miguel, integrado al Grupo Industrial Bimbo (2000:8).
Castillo y Aguirre, (2004) destacan otros pasos claves que se complementaron para
privatizar totalmente la industria azucarera: la liquidación y restructuración de diversas
instituciones de servicios para esta agroindustria, al igual que la mayoría de fideicomisos de
apoyo a los productores de caña de azúcar.
En concordancia con la privatización de las factorías azucareras, el Estado mexicano
también fue abandonando su injerencia en la comercialización de los productos derivados
de la caña de azúcar, en 1993, fue liquidada Azúcar, S.A., entidad mediante la cual el
gobierno federal controlaba la mayor parte de la producción de azúcar y el monopolio en la
comercialización de los productos derivados de la caña de azúcar.
A partir de mediados de la década de los noventa y hasta el 2000, la producción azucarera
nacional volvió a repuntar, con excedentes por encima del consumo nacional, que pasaron
de 400 000 toneladas a casi un millón de toneladas de azúcar; este incremento se asocia a la
en mayor medida a la liberación del precio del azúcar y al incremento de tierras dedicadas a
esta actividad, estimulada por el aumento de los precios, tanto del azúcar, como de la caña,
que a la innovación, ya que de acuerdo a Castillo y Aguirre, la agroindustria ha carecido de
un verdadero cambio tecnológico. Lo que deja ver claramente, que ni aún en las épocas de
bonanza, ha habido una política deliberada de innovación en la AIA en nuestro país. Otra
razón de los buenos resultados de este periodo, se ubica el apoyo por parte del gobierno
federal a los deudores de la banca, que permitió que los empresarios azucareros
reestructuraran sus adeudos con Financiera Nacional Azucarera (FINASA) en unidades de
inversión (UDIs), a plazos largos y una tasa de interés muy blanda, con lo que pudieron
realizar cierta mejoría de sus sistemas productivos; dicho apoyo financiero, sin embargo fue
suficiente para reestructurar sus pasivos, pero no para resolverlos (Castillo y Aguirre, 2004:
88-89).
118
Lo anterior provocó que a pesar de que, uno de los objetivos planteados por el gobierno
federal al privatizar los ingenios, era el de terminar con los subsidios, éstos
paradójicamente se intensificaron a partir de que el endeudamiento de los ingenios
particulares se disparara. No se dieron los resultados que anunciaron se iban a tener.
La restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país a partir de 1991 también
redefinió el papel del gobierno. Éste continuó su función como regulador del mercado
nacional, pero ya no mediante subsidios y la fijación de precios sino mediante aranceles
sobre la importación de azúcar y de jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), un sustituto del
azúcar, cuyo consumo y producción a nivel internacional se elevaron a partir de los años
noventa; aunque también ante las crisis financiera y de productividad de la agroindustria
azucarera, en 2001 se presentó una nueva intervención directa como propietario de los
ingenios, estatizando aquellos que atravesaban grandes problemas de insolvencia y de esta
manera evitar su inminente quiebra, manteniendo de esta manera su función de ser el
regulador de última instancia del mercado azucarero nacional y de la cadena productiva que
se genera.
4.3.5 Impacto de la política comercial en la agroindustria azucarera nacional
Para Salinas De Gortari, la firma del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica
(TLCAN), constituía ―la gran oportunidad de México‖ para alcanzar la eficiencia y la
competitividad en todos sus ámbitos. En el caso particular de las empresas azucareras, las
negociaciones avaladas por el gobierno mexicano prometían nuevas oportunidades para
exportar azúcar a los Estados Unidos.
El tema del azúcar fue uno de los más delicados durante las negociaciones del TLCAN, que
implicaba la apertura indiscriminada del mercado nacional, debido a la protección y el
subsidio a esta industria en ambos países. Señala Benquet que Estados Unidos:
―impuso a los negociadores mexicanos –quienes dieron muestra de su incompetencia y no
consultaron a los interesados— una desgravación muy prudente de sus barreras
arancelarias: el acceso a sólo 25,000 toneladas de azúcar mexicana (sobre importaciones
totales de más de 2 millones de toneladas otorgadas a otros países) los primeros seis años; el
séptimo año (2001) se liberaría la importación de 150,000 toneladas y en años subsiguientes
hasta el decimoquinto, cuando se abra totalmente el mercado, se incrementarían 10%
119
anualmente y, si México fuera excedentario dos años consecutivos, abría acceso libre a
todos sus excedentes. Sin embargo, ante la presión de los poderosos azucareros americanos,
tradicionalmente ultra protegidos por su gobierno, fueron impuestas cláusulas derogatorias
al gobierno mexicano. (: Benquet, 2000: 47)
Y también señala que el gobierno mexicano,
― en aras de obtener la rápida aprobación del TLC por el Congreso norteamericano, firmó las
―Cartas Paralelas‖, que liberan el comercio de sustitutos del azúcar, especialmente el jarabe de maíz
de alta fructosa, entre los dos países y restablecen topes de exportación de México a Estados Unidos
a partir del séptimo año, cambiando los criterios para calcular el excedente de México y excluyendo
el efecto de las importaciones de fructosa del cálculo del excedente de azúcar, lo que hace más difícil
para México cumplir la condición de excedentario para poder exportar sin límites. En compensación,
se aumentó la cuota autorizada a México a 250,000 toneladas a partir del séptimo año. El senado
mexicano que ratificó el TLC no tuvo conocimiento de estas cartas, por lo que se asume que no
tienen validez para México, pero el gobierno americano las considera válidas y esta diferencia de
interpretación es el principal punto del conflicto actual. A partir del 2001, México debería poder
exportar cantidades crecientes, ya que dispone de 600,000 t de excedentes‖. (Benquet, 2000: 48)
La liberalización de este producto fue negociada en el TLC como un proceso paulatino e
implicaba también liberalizar el precio del azúcar en el mercado interno.
La entrada del jarabe de maíz de alta fructosa al mercado nacional
Uno de los rasgos de la globalización es el desarrollo por parte de las empresas
trasnacionales de nuevas tecnologías y la innovación de procesos y productos;
concretamente las aplicaciones de la biotecnología que ha registrado importantes avances
tanto en mejoramientos de los cultivos y aprovechamientos de subproductos; aunque
también han servido para crear sustitutos del azúcar, como son los jarabes de maíz de alta
fructosa y edulcorantes sintéticos, que fueron ganando terreno al mercado del azúcar, dado
que su precio en el mercado internacional es más bajo dado sus menores costos de
producción, con graves efectos para los países azucareros. Un factor muy importante en el
abatimiento de los costos se debe a los grandes subsidios que los productores de maíz de
Estados Unidos reciben por parte de su gobierno.
Con la firma del TCAN la agroindustria, tuvo que afrontar los permisos a la importación de
JMAF, que desde mediados de la década de los noventa ha tenido una presencia creciente
120
en el mercado nacional, como sustituto del azúcar, dadas sus características y atributos que
lo hacen muy atractivo para la industria que utiliza los edulcorantes como materia prima17
.
La importación del jarabe de maíz de alta fructosa a finales de los años noventa, según
Castillo y Aguirre (2004:96) fue de 1,3 millones de toneladas, en comparación con las 116
mil toneladas de azúcar que se exportaron a Estados Unidos, de 1995 a 1998 el consumo de
JMAF en México se incrementó de 54 mil toneladas a aproximadamente 500 mil toneladas,
es decir un incremento de 800 %. (aproximadamente la mitad fueron producidas en el país
y la otra mitad importadas desde Estados Unidos), por lo que el intercambio comercial de
edulcorantes fue desfavorable a México en dos sentidos: por una parte se redujo el consumo
interno de azúcar, (al aumentar la demanda de su sustituto, el JMAF) generando excedentes
y presionando a la baja los precios de este edulcorante en el mercado nacional y por la otra,
los industriales mexicanos se vieron forzados a exportar una parte de su producción en el
llamado mercado libre internacional, (cuyo precio es menor que en el mercado
estadounidense de cuotas a precios preferenciales) lo que la mayoría de las veces no
permitió recuperar sus costos de producción. Esta situación implicó que la agroindustria, se
descapitalizara y transfiera sus recursos al exterior, agravando su situación financiera a
pesar de tener una sobreproducción.
Esta sobreproducción de azúcar nacional que tiene entre una de sus causas el aumento de
las importaciones de jarabe de maíz de alta fructuosa, trajo otras implicaciones a la
agroindustria en el terreno social, Benquet (2000) señala, que bajo la amenaza de la
principal organización gremial cañera (CNC) de impulsar una campaña entre industriales,
productores de caña y obreros contra las refresqueras, éstas aceptaron en 1997 un acuerdo
17
17
Rappo señala con respecto a las ―bondades‖ del sustituto: ―durante la última década el azúcar de caña y
de remolacha han tenido que hacerle frente a este nuevo competidor. Estados Unidos es el principal productor
mundial de JMAF, concentrando alrededor del 75 por ciento de la producción mundial […]. Por sus
características —alto poder edulcorante, alta fermentación, gran poder humectante, color blanco transparente,
gusto que no cubre todos los sabores, viscosidad apropiada— es un serio competidor de la sacarosa. Además,
su estado líquido facilita el uso de sistemas automatizados, en las industrias lácteas y de refrescos y en la
industria elaboradora de pan. […] En México, a partir de los procesos de liberalización comercial y la firma
del TLC, el JMAF cobra mayor importancia, debido al incremento de las importaciones y del establecimiento
de dos plantas en el territorio nacional, lo cual vino a trastocar la forma en que se desempeñaba la industria
azucarera en el país. Estados Unidos dispone de la materia prima básica ya que es el principal productor de
maíz a nivel mundial, grano del cual se extrae el JMAF y cuenta con la tecnología para su procesamiento;
tiene el más eficiente sistema de transportación y almacenaje en granos‖. [Rappo, 2002: 119-120 ]
121
de limitar sus compras del sustituto a 350,000 toneladas cada año, a cambio de un
descuento de 20% otorgado por los ingenios en sus compras de azúcar; a su vez el gobierno
mexicano reaccionó e impuso aranceles más altos a las importaciones del JMAF,
arguyendo ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que éstas fueron
introducidas a precios de dumping, a lo que las transnacionales norteamericanas
respondieron contra demandando a México por el dumping acordado entre azucareros y
refresqueras.
Como resultado de estas acciones, se logró detener el avance de la importación del JMAF,
aunque no detuvieron su producción interna a base de maíz amarillo importado de Estados
Unidos a precios subsidiados, además de un acuerdo celebrado en el verano de 1997 entre
la industria refresquera y la productora de azúcar para limitar el consumo del sustituto;
también se habló de persuasión del gobierno federal con las empresas que nacionalmente
elaboran el jarabe para no incrementar sus volúmenes de producción‖ (CEFP, 2005: 3-4).
A su vez, bajo la presión del sector azucarero, el gobierno mexicano buscó renegociar el
punto ―azúcar‖ del TLC para anular las ―Cartas Paralelas‖, llevó el caso de la falta de
acuerdo sobre el incremento de la cuotas de ingreso de azúcar mexicana a territorio
estadounidense y de la entrada de fructosa a las instancias de resolución de controversias de
la OMC.
La OMC reconoció que México tenía la facultad de iniciar la investigación por prácticas
desleales de comercio en contra de la fructosa; sin embargo, en 2001, falló en el sentido de
que las cuotas compensatorias que México impuso a las importaciones de fructosa
proveniente de Estados Unidos son violatorias de los acuerdos internacionales de comercio;
A pesar de que la resolución de dicho organismo internacional afectaba a nuestro país las
autoridades comerciales mexicanas no apelaron tal resolución.
Dicho fallo y ―la falta de acuerdo sobre el incrementar la cuotas de ingreso de azúcar
mexicana a territorio estadounidense, hacen que una parte del azúcar producida no
encuentre colocación y los conflictos tiendan a agudizarse. Como sabemos lo pactado en el
Tratado de Libre Comercio dificulta la libre exportación de azúcar a Estados Unidos al
122
mismo tiempo que facilita el aumento de las importaciones y la producción en territorio
nacional [de jarabes de maíz de alta fructosa]‖ (Rappo, 2002: 114).
A nivel legislativo se dio otra batalla contra la entrada de jarabe de maíz de alta fructosa.
En una investigación del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. (2005) se señala que:
El 18 de septiembre de 2001 la Cámara de Diputados presentó una Iniciativa de Ley con
carácter de Decreto que prohibía la importación de jarabe de maíz de alta fructosa y de maíz
destinado a la elaboración de la misma, Iniciativa que quedó pendiente. [también] se
aprobó, un impuesto especial de 20 por ciento a los refrescos elaborados con otro
endulzante que no fuera azúcar, concentrados o jarabes, esencia o extractos de sabores que
utilicen fructosa, lo que alentó el consumo de azúcar que fue sustituyendo paulatinamente la
elaboración de refrescos con jarabe de maíz de alta fructosa […] se elevó el arancel para la
fructosa […] Al mantenerse vigente el impuesto al jarabe de maíz de alta fructosa continúa
la disputa entre México y Estados Unidos, país que interpuso nuevamente una demanda
ante la OMC en 2004. En un reporte preliminar emitido el pasado 27 de junio de 2005, la
OMC favoreció a Estados Unidos concluyendo que el impuesto no es congruente con la
obligación de México de otorgar trato nacional a las importaciones de fructosa de Estados
Unidos, que el impuesto favorece el producto nacional y le quita oportunidades de competir
al producto importado (CEFP, 2005: 16).
Sin embargo, la adopción de medidas de tipo comercial no resolvió el problema de
autosuficiencia del mercado azucarero nacional, ya que tras la aplicación de impuestos a la
importación de JMAF, el mercado azucarero en México enfrentó a partir de 2003
problemas de escasez, debido a que el consumo nacional continuó incrementándose,
aunado a la mayor demanda de azúcar por parte de la industria refresquera, de tal manera
que en 2004 las importaciones totales de azúcar se incrementaron 107.3 por ciento respecto
al año previo, desde 1996 no se efectuaban importaciones tan elevadas (CEFP, 2005).
En conclusión, la adopción de la liberalización comercial no trajo consigo un mejoramiento
de la productividad en la agroindustria, por el contrario, a pocos meses de su privatización
y apertura, el sector azucarero, recayó nuevamente en una severa crisis. La conjunción de
los malos cálculos de la oferta, junto a la entrada de grandes volúmenes de azúcar del
extranjero, propició un excedente del endulzante, para el cual no se tenía la suficiente
123
infraestructura de almacenamiento ni de distribución, con ello, los precios del azúcar se
hundieron, lo que se acompañó de un incremento en los costos de producción, Esto provocó
que a mediados de la década de los noventa, más de una tercera parte de los ingenios del
país presentaran dificultades financieras, provocando cierres y retraso en los pagos de sus
créditos con Financiera Nacional Azucarera (FINASA), el incumplimiento con buena parte
de sus compromisos con las organizaciones gremiales de obreros (pago de prestaciones de
ley, cuotas sindicales, y seguridad social) y el no poder cubrir sus deudas con los
productores de caña de azúcar al finalizar la zafra; gestándose de esa manera, según varios
autores una nueva crisis18
.
4.3.6 La Estatización de un importante sector de los ingenios azucareros.
Al Iniciar la Administración de Vicente Fox, la situación financiera de la agroindustria
azucarera, ante las crecientes deudas de las empresas, era insostenible. Blenquet (2000)
menciona, que los dueños de los ingenios buscaban ―presionar al gobierno para tomar
cartas en el asunto de manera decidida, ya sea mediante la condonación de la deuda de la
industria y la creación de un Fobaproa (rescate financiero) para el azúcar, en el caso de los
industriales o ya sea mediante una nueva estatización del sector‖.
Cuando el gobierno Federal expropió por ―causa de utilidad pública‖ 27 ingenios, que
habían sido privatizados durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, no hubo sorpresas,
era el corolario de una persistente crisis de la agroindustria azucarera.
[...] la idea que priva entre amplios sectores sociales es que la medida responde a un nuevo
rescate financiero a grupos empresariales que se vieron beneficiados cuando la
privatización de los ingenios y hoy, por la expropiación, ante una industria en crisis. Como
los anteriores rescates el costo finalmente lo absorbe la sociedad mientras que los dueños
del país salen airosos con tales medidas (Rappo, 2002: 108).
Los ingenios expropiados eran básicamente propiedad de seis grupos de los cuales el más
importante era el Consorcio Azucarero Escorpión S.A. de C.V, (CAZE), con 9 ingenios
intervenidos, otros grupos afectados fueron el Grupo Fomento Azucarero del Golfo, (Grupo
18
Rappo[2002]; Hernández y Barajas [2000]; Castillo y Aguirre [2004]
124
Machado) con 4 ingenios expropiados, Grupo Azucarero México, con 6 Ingenios, Grupo
Santos con 6, FIDELIQ con 2 ingenios que pasaron a propiedad del gobierno.
De acuerdo a Rappo,
―atendiendo al número de ingenios, la superficie cultivada, como la producción de caña y
azúcar. Según puede apreciarse, la expropiación afectó el 54.1 por ciento de la superficie
industrializada y, el 51.5 por ciento tanto de la producción de caña como de azúcar. Por su
parte, CAZE, según datos de la zafra 1999-2000, industrializaba la caña del 19.9 por ciento
de la superficie cañera nacional, el 22.1 por ciento de la producción de caña y producía el
22.4 por ciento del azúcar nacional‖ (Rappo 2002: 108).
Lo característico de la medida fue la heterogeneidad de las empresas y de los grupos
expropiados, tanto empresas con graves problemas de producción como consorcios sin
problemas de mantener la producción, como el Grupo Escorpión, vinculado a la producción
de alimentos y refrescos.
Los empresarios, a pesar de haber sido beneficiados con la medida, ya que la expropiación
implicaba el saneamiento de sus pasivos y su cargo al erario público y una compensación,
acudieron a los tribunales mexicanos, amparándose de esta acción gubernamental.
Arturo Hervís Reyes, dirigente cañero de Veracruz y diputado federal, señalaba en 2002,
que los dueños de los ingenios expropiados buscaban revertir las medidas de expropiación e
incluso reveló que el consorcio azucarero GAM cabildeó en EE UU, para que el gobierno
de Vicente Fox ―de manera poco clara y seria no concurriera, dentro de los términos
legales, a presentar los informes justificados de su decreto de expropiación ante el Poder
Judicial‖, lo que facilitó que un buen número de consorcios azucareros obtuvieran años
más tarde un fallo favorable de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.. subrayaba, que
el costo de la expropiación ―es muy alto‖, ya que al dinero invertido por el gobierno federal
a partir de la expropiación, habría que sumarle las cuantiosas sumas de indemnización a los
ingenios, en caso de que el gobierno federal perdiera los amparos, como sucedió años más
tarde (revista Proceso, 2012).
Howard (2013) informa que hasta 2014, de los 27 ingenios expropiados en 2001, 14
ingenios regresaron a sus propietarios originales, esto como consecuencia de la solicitud de
125
amparo que los propietarios de los ingenios tramitaron ante la Suprema Corte de Justicia de
la Nación quien falló a su favor, sin embargo, los ingenios devueltos ―no fueron saneados
completamente, no mejoró su producción ni tuvieron mejoras en su infraestructura‖.
Agrega que 4 de los ingenios expropiados fueron vendidos entre 2005 y 2011 y 9 que se
encuentran en espera de una resolución judicial. Estos últimos pertenecientes al Consorcio
Azucarero Escorpión CAZE (Howard; 2013).
Antes de su expropiación, los dueños de los 27 ingenios tenían adeudos con Hacienda,
IMSS, Financiera Nacional Azucarera, Bancomext, FIRA (del Banco de México), Banrural,
con la banca comercial, Conagua, así como adeudos con productores y jornaleros, que en
total se evaluaba en aproximadamente 3 000 millones de dólares que venían cargando los
dueños de los ingenios beneficiados en los tiempos salinistas.
―La privatización de 27 ingenios que decretó Fox y mantuvo Calderón, tuvo un costo fiscal
para el país de 19 mil millones de pesos, advierte la Auditoría Superior de la Federación‖
(Howard; 2013)
Por lo que el episodio de la Estatización de los Ingenios efectuada por el gobierno de
Vicente Fox se parece más a un Fobaproa Azucarero que a una expropiación que buscara la
reestructuración de la industria, no se transparentaron los adeudos que los grupos
involucrados tenían y la industria sigue en crisis permanente a pesar del alto costo fiscal
que ha implicado.
La medida expropiatoria y los siguientes años en los que se volvió a presentar una amplia
intervención estatal en la agroindustria azucarera, no se complementó con otras acciones
que permitieran su diversificación y modernización.
126
4.4 Comportamiento económico reciente de la agroindustria azucarera nacional
A continuación se presenta de manera somera el comportamiento de la agroindustria
azucarera en el periodo reciente. La información estadística que trabajamos en este capítulo
coincide con los ciclos de zafra en México.19
4.4.1 La agroindustria azucarera en el contexto global.
El mercado internación del azúcar, se caracteriza porque la producción y consumo de
endulzante se concentra en un pequeño número de países, (menos de 10), que según
Hernández y Barajas (2000) se caracteriza por tener una estructura ―dual‖ que se configura
de la siguiente manera: a) un primer mercado altamente protegido y determinado por
―cuotas de exportación‖, fijadas por el gobierno estadounidense: a cada país exportador se
le asigna el volumen máximo de la cantidad de azúcar que puede vender a un precio
elevado que se fija a través de acuerdos negociados; b) Un segundo mercado libre, con
precios muy inferiores al mercado de cuotas, pero sin límites a la cantidad de exportación.
Cabe mencionar que el precio de mercado libre es siempre menor a su precio en el mercado
interno y del de cuota, debido a las políticas gubernamentales de protección a sus
productores cañeros, ingenios y comercializadoras.
El mercado azucarero mundial actualmente se caracteriza por una creciente oferta que
tiende a ser mayor a la demanda, también creciente, en donde se encuentran por un lado,
países con tecnología moderna y ventajas considerables ya que pueden diversificar el uso y
destino de sus materias primas o aún prescindir de ellas; y por otro lado, existen países
donde sus ventajas comparativas, derivadas del clima, la mano de obra barata o la
diversidad biológica, se desvanecen al competir con países que han adoptado nuevas
tecnologías e innovaciones importantes no solamente en el ámbito de la producción de
19
En México el periodo de zafra va de noviembre a julio, tiempo que coincide con la madurez y la cosecha
de la caña, en el cual todos los ingenios en México se concentran en la producción de azúcar que servirá para
satisfacer la demanda nacional e internacional. De acuerdo a la Real Academia española, se entiende como
zafra al tiempo que dura el proceso a través del cual se cosecha la caña y fábrica el azúcar. Atraviesa por
varias etapas, todas de gran importancia y entrelazadas, lo cual permite aumentar (o en su defecto disminuir)
la calidad del azúcar al final del proceso.
127
azúcar de caña, sino también en la producción de sustitutos como el JMAF, gracias al
desarrollo de la biotecnología. (CEFN, 2005).
Durante los años trascurridos del presente siglo el mercado azucarero internacional se ha
caracterizado por oscilaciones, que pasan por periodos en los que se ha presentado una
relativa escasez del producto, a periodos caracterizados por una sobreoferta del producto.
Se presenta a continuación un breve análisis de coyuntura, a partir de los datos obtenidos de
los ciclos de cosecha de caña 2005/2006 al 2013/2014. Los ciclos corresponden al periodo
de zafra, en México inicia aproximadamente en el mes de Noviembre y termina en Junio
del siguiente año, dependiendo de la capacidad de molienda de cada ingenio.
La gráfica 4.1 presenta el comportamiento de la producción y el consumo mundial de los
últimos 9 ciclos, medidos en millones de toneladas, comparados con el comportamiento del
precio del azúcar en los mercados internacionales, valuado en centavos de dólar por libra;
se puede visualizar que a la situación de crecimiento en los niveles de producción, consumo
y precios que se presentó en el mercado internacional a partir del ciclo 2005/06, se mantuvo
hasta el ciclo 2008/09, año en el que caen los niveles de producción, aunque en este mismo
ciclo, el consumo siguió su tendencia creciente, motivado por la caída precio del azúcar
ocurrida en ciclos anteriores; a partir de este momento, se inició una fase ascendente en los
niveles de producción y consumo que duró hasta el ciclo 2012/13. Gráficamente pude
visualizarse que en el ciclo 2010/11, el mercado azucarero mundial llegó a un nivel cercano
al equilibrio entre la oferta y la demanda, iniciándose a partir de ese momento una caída en
el precio del azúcar, que sin embargo no se reflejó de inmediato en la reducción de la
producción mundial del endulzante, toda vez que la reducción de su precio, mantuvo la
demanda de producto, que estimuló a la vez a la oferta que mantuvo su tendencia
ascendente a un ritmo mayor que la demanda, hasta perder ambas variable su dinamismo en
el ciclo 2013/2014.
128
Gráfica 4.1. Comportamiento del mercado azucarero internacional
(2005 – 2014 Producción, consumo y precios)
Fuente: (Maluenda, 2014);
ISA: International sugar Agreement: (Convenio internacional del azúcar)
ISO: International sugar Organization: (Organización internacional del azúcar)
El comportamiento del mercado azucarero mundial ha provocado oscilaciones en demanda
que se explican por: a) los altos precios alcanzados en el periodo anterior que incidieron en
la baja en consumo, b) La presencia cada vez más fuerte en el mercado, de sustitutos del
azúcar, en especial los jarabes de maíz de alta fructosa (JMAF), utilizados en la producción
de bebidas embotelladas que remplazan al azúcar como materia prima c) La diversificación
en los principales países productores de caña de azúcar, orientada a la fabricación a gran
escala de biocombustibles, (etanol). d) Cambio en los hábitos y en la dieta alimenticia de un
sector cada vez más importante de la población.
De acuerdo a la Organización Internacional del Azúcar (ISO por sus siglas en inglés)20
, la
recuperación del mercado azucarero que se presentó partir de la segunda mitad de la década
pasada se explicó tanto por el ascenso en los niveles del consumo mundial del endulzante,
como por los déficit del producto en EE.UU. que permitieron un alto y sostenido ascenso
en los precios del azúcar; que estimularon los aumentos constantes de la demanda del
20
Citado por SAGARPA (2014)
129
endulzante y los consiguientes incrementos en la producción a nivel
internacional.(SAGARPA, 2014).
La evolución del precio del azúcar a nivel mundial, es un indicador importante, de acuerdo
a Vergara y Díaz, (2010) los precios:
―aumentaron de 180 a 384 dólares por tonelada entre 2000 y 2009, lo que significó una tasa
de crecimiento media anual de 8.8%, mientras que tan sólo en 2009 el aumento fue de
31.5%, [originada por] la menor producción mundial (8.5%) en 2008/2009, debido a efectos
climáticos adversos en Brasil y la India (las potencias mundiales de la producción de
azúcar) y el incremento de la demanda en el mundo (1.8%), ambos factores provocaron un
déficit de 11.3 millones de toneladas y una reducción en las reservas mundiales de 9.0
millones de toneladas, estos acontecimientos presionaron el precio del producto, el cual al
finalizar la década alcanzó su nivel más alto" (Vergara y Díaz, 2010: 14).
4.4.2 Comportamiento del mercado azucarero nacional
En los años recientes, México se ha consolidado como el sexto productor de azúcar (con el
4.0% de la producción mundial en ciclo 2012/13), elevando considerablemente su cuota de
exportaciones en el complicado mercado azucarero mundial. Estados Unidos no obstante
ser el quinto productor de azúcar (4.5%), cubre parte de los déficit de su consumo interno
con importaciones de México.
De acuerdo al TLCAN, México tiene una posición preferente en la asignación de cuotas de
importación en el mercado preferente de EU: De acuerdo a SAGARPA (2014):
―en este clima favorable, en el ciclo azucarero 2012/13, la producción de azúcar se
incrementó en nuestro país, a consecuencia de los altos precios del azúcar observados en
periodos anteriores, que incentivaron la siembra de caña en superficies adicionales y las
condiciones climáticas favorables, por lo que las exportaciones de México alcanzaron la
cifra histórica de 2.2 millones de toneladas, de las que 1.9 millones fueron en el marco del
TLCAN y 151 mil a otros destinos‖ (SAGARPA, 2014:12).
130
Gráfica 4.2. Exportaciones de azúcar (toneladas). Ciclos 2008/09 a 2012/13
Fuente ((SAGARPA, 2014))
La participación del azúcar mexicana en el contexto global se da en un entorno complejo de
gran intervención gubernamental en la mayoría de los países productores de azúcar,
incluyendo Estados Unidos, que utilizaron subsidios para sostener bajos los costos de
producción y permitir el ingreso de sus productores en los mercados internacionales
Apoyos de diversa índole existen también en la Unión Europea, India, China y Brasil, entre
otros de los principales países productores de azúcar.
Superficie industrializada y producción de Caña de Azúcar.
En los años que se analizan en este apartado, la superficie industrializada, entendida como
la cantidad de hectareas que se destina para la siembra de caña y su posterior
transformación en azúcar en los ingenios nacionales, se ha incrementado de manera
sostenida, como puede verse en el cuadro 4.1 y en la gráfica 4.3.
131
Cuadro 4.1. Superficie Industrializada y producción de caña de Azúcar en México 2006-2013
Zafra Superficie Industrializada
(Has)
Producción de caña de Azúcar
(ton)
Rendimiento:
(ton/Ha)
2006/07 675415 49025605 72.6
2007/08 683008 48304648 70.7
2008/09 663057 42516838 64.1
2009/10 647427 43370288 66.9
2010/11 673480 44131329 65.5
2011/12 703761 46231229 65.7
2012/13 780254 61438539 78.7
Fuente: (SAGARPA, 2014)
Gráfica 4.3. Producción de caña de azucar (toneladas)
Ciclos 2006/07 a 2012/13
Fuente: (SAGARPA, 2014)
De acuerdo a la información de SAGARPA (2014), el campo cañero mexicano se ha
comportado en los años recientes de la siguiente manera:
132
―La superficie industrializada de caña de azúcar en nuestro país, pasó de 675.4 mil
hectáreas promedio en el periodo 2007 -2012 a 780.3 mil hectáreas en el ciclo 2012/13
superficie 10.9% superior a la industrializada en el ciclo anterior, (2011/12), [dicho
incremento fue] ―motivado por el incremento en los precios del azúcar registrado en el
periodo 2009-2011, pero generando un excedente de caña en el momento en que el mercado
regional, TLCAN y global también tenían un superávit.
[…] La producción de caña de azúcaren el ciclo 2012/13 fue 61.4 millones de toneladas,
que representa una incremento de 32.9% con respecto al ciclo precedente (2011/12) y
35.1% a la producción promedio del periodo 2007-2012, [que fue motivado] por el aumento
de la superficie sembrada y el incremento del rendimiento en el campo.
El rendimiento en el campo que se obtiene al dividir la producción nacional de caña entre el
total de la superficie cosechada fue de 67.6 toneladas por hectárea para el periodo 2007-
2012, Para el ciclo azucarero 2012/13, el campo nacional arrojó un rendimiento de 78.7
toneladas de caña por hectárea, el más alto que se tenga registro. Este hecho se explica por
las excelentes condiciones climáticas que se presentaron en dicho ciclo. (SAGARPA, 2014:
12).
Gráfica 4.4. Rendimiento caña de azúcar. Nacional 2006-2013)
(Producción de caña de azúcar/Superficie cultivada. Toneladas)
Elaboración propia, datos de SAGARPA )2014)
133
Producción de azúcar.
Los buenos resultados de las zafras que se señalaron anteriormente permitieron abastecer a
los 55 ingenios del país, que mostraron en los años recientes un comportamiento dinámico,
a pesar de la obsolescencia tecnológica de la mayoría de éstos y de las dificultades
financieras de los productores cañeros, que fueron afectados en su rentabilidad por la
inestabilidad de los mercados, tanto nacional como internacional.
Como puede verse en el cuadro 4.2, la producción de azúcar de los ingenios mexicanos,
durante el periodo 2003 – 2012, mantuvo un ritmo de crecimiento en promedio superior a
los 5 millones 200 mil toneladas por ciclo agrícola.
Cuadro 4.2.Agroindustria Azucarera Mexicana (2003-2013) (toneladas)
Ciclo (zafra) 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 2011/12 2012/13 2013/14
Producción
nacional azúcar 5040134 5814881 5298788 5332263 5537811 4977342 4824517 5199985 5066346 7000267
6039473
precio azúcar*
($/ton) 5383.15 5759.97 5932.77 6356.45 5996.13 6579.21 10222.26 10368.58 10617.72 6697.06 7099.83
Consumo Nacional
Aparente 5138348 5285888 5688760 5380262 5341323 5671491 5771256 5583825 5918292 5854086 5761102
Azúcar 4897274 4822959 5032048 4672213 4567558 4992976 4353546 3949983 4183097 4286887 4268961
% en el CNA 95.3 91.24 88.46 86.83 85.51 88.03 75.43 70.73 70.68 73.33
Alta Fructosa
(JMRF) 241074 462929 656712 708049 773765 678515 1417710 1633842 1735095 1567199 1492141
% en el total CNA 4.7 8.76 11.54 13.17 14.49 11.97 24.67 29.27 29.32 26.77
Precio de referencia del azúcar para pago de caña a los productores rurales.
Elaboración propia con datos de (Unión Nacional de Cañeros, 2013); ((SAGARPA, 2014))
CONADESUCA (2015)
Es importante observar que en la zafra 2012/13, la producción de azúcar en los ingenios
mexicanos fue de un poco más de 7 millones de toneladas, cifra 38.2% superior a la
obtenida en la zafra anterior; esta cifra representa una marca sin precedentes en la
agroindustria azucarera nacional, obtenida a pesar de la obsolescencia tecnológica de la
mayoría de los ingenios y a pesar de las dificultades financieras que pasaron a inicios de la
década pasada y que conllevaron a la intervención del Estado en una buena parte de ellos.
134
Sin embargo, dicha expansión sin precedentes de los ingenios nacionales presentada en el
ciclo 2012/2013 será difícil sostenerla en los siguientes ciclos, ya que todo indica que se ha
caído en una sobreoferta del producto.
Gráfica 4.5. Producción nacional de azúcar
Elaboración propia con datos de (Unión Nacional de Cañeros, 2013); ((SAGARPA, 2014))
La versión oficial (SAGARPA, 2014), señala que dicho incremento en la producción y en
la productividad de la agroindustria azucarera fue motivado:
―por el aumento poco planificado de la producción de caña de azúcar; pero generando un
exceso de oferta de azúcar que afectó al precio, tanto del azúcar como el de la caña, lo cual
afectó al ingreso de una gran cadena agroindustrial en la que participan muchas personas
del campo‖. Sin embargo dicha versión oficial deliberadamente soslaya que la sobreoferta
del azúcar tiene otra causa esencial: la política comercial mexicana de permitir
importaciones masivas de sustitutos del azúcar (JMAF), que han invadido el mercado
nacional y contribuido a que los precios del endulzante en México se desplomaran a partir
de 2013. En este mismo sentido se puede mencionar a la ausencia de una alternativa de las
135
autoridades mexicanas para enfrentar la inminente posibilidad de una crisis del sector ante
la caída de los precios internacionales del dulce que se habían presentado desde 2 ciclos
anteriores. (SAGARPA, 2014: 8).
Consumo de azúcar en México
Para estimar el nivel de consumo del azúcar en México se utiliza el concepto de Consumo
Nacional Aparente (CNA) que es un indicador de la disponibilidad de ese producto para el
consumo nacional, el cual se obtiene a partir de la suma de la producción nacional y de las
importaciones menos las exportaciones, (Vergara y Díaz, 2010).
La gráfica 4.6 nos permite visualizar que durante el periodo 2000-2004 el CNA de azúcar
en México fue similar a la producción de azúcar y en ocasiones creció en una proporción
mayor a la oferta; lo que se traduce en la ausencia de excedentes del producto para
exportar. De 2005 a 2007, la producción superó discretamente el nivel del CNA y a partir
de 2008 se representaron diferencias cada vez mayores entre la producción y consumo del
azúcar nacional, lo que ha permitió un balance superavitario para el país en el comercio
exterior de azúcar. Para el ciclo azucarero 2012/13, la producción de azúcar fue de mayor a
los 7 millones de toneladas, y el consumo nacional aparente fue de 4.3 millones de
toneladas, obteniendo un superávit sin precedente de 2.7 millones de toneladas. Ante esto,
actualmente el nivel de producción asegura el consumo nacional. De acuerdo a SAGARPA,
(2014) las exportaciones de azúcar hacia Estados Unidos en ese periodo casi se duplicaron.
Sin embargo, este comportamiento a pesar de ser favorable no refleja el real deterioro de la
agroindustria azucarera, ya que no incluye el consumo nacional de productos sustitutos
como el jarabe de maíz de alta fructuosa (JMAF), que ha desplazado una buena proporción
del consumo de azúcar en una proporción cercana al 30%, y se ha constituido como el
principal insumo de la industria refresquera mexicana, tal como se puede ver en las
siguientes gráficas:
136
Gráfica 4.6. Producción nacional y consumo nacional aparente
(miles de toneladas de azúcar)
Elaboración propia con datos de (Unión Nacional de Cañeros, 2013); ((SAGARPA, 2014))
Gráfica 4.7. Participación de los edulcorantes en el consumo nacional
Elaboración propia con datos de (SAGARPA, 2014)
137
Gráfica 4.8. Particpación de los edulcorantes en el mercado nacional
Elaboración propia con datos de (SAGARPA, 2014).
Comportamiento del precio del azúcar en el mercado nacional.
Durante el periodo comprendido en los ciclos 2003/04- 2011/12, los permanentes aumentos
de la demanda tanto nacional como internacional se tradujeron en aumentos del precio del
azúcar en el mercado nacional como puede ver en la gráfica 4.9; sin embargo dicha
tendencia se rompe de manera abrupta en el ciclo 21012/13 con la caída del precio del
endulzante.
138
Gráfica 4.9. Comportamiento del precio del azúcar en el mercado nacional
Elaboración propia con datos de (SAGARPA, 2014)
4.4.3 La coyuntura actual.
Nos referiremos ahora a la situación actual, caracterizada por una crisis, cuya expresión
más virulenta, se presenta en el desplome de los precios del azúcar en México, que se dio
partir del ciclo 2012/ 2013, (periodo que coincidió con nuestra investigación en campo) y
que ha implicado profundas consecuencias en el proceso productivo y fundamentalmente
en las relaciones sociales de la agroindustria azucarera.
Como se desprende de la estadística presentada en el apartado anterior, el ciclo 2011/2012
marca el final de una fase expansiva de la agroindustria azucarera nacional, presentándose a
partir de ese momento dificultades para mantener los ritmos de crecimiento en campo e
ingenio que se presentaron en los años anteriores. A lo que se suma la falta de previsión de
empresarios industriales y autoridades agrarias que desestimaron los descensos de los
precios internacionales del endulzante que se habían presentado desde la zafra anterior.
139
En las entrevistas realizadas a productores cañeros21
y administradores de los ingenios del
Estado de Puebla, fue pregunta obligada su opinión acerca de la coyuntura económica por
la que atravesaba la agroindustria, determinada por la caída del precio del azúcar.
Al respecto, Roberto Lara dirigente de la Confederación Nacional de Productores rurales
(CNPR) del Ingenio de Atencingo en Mayo de 2013, nos informó:
―que a pesar de que los productores cañeros esperaban que en de 2013 el precio del azúcar
subiera, pues no, empezó a bajar, a bajar, el 23 de Enero decidimos tomar las bodegas y en
Febrero cerró a 430 pesos el bulto, pues ahí va, […] el ingenio empezó a preliquidar, dando
un adelanto de 550, pesos por tonelada de caña entregada, esperando liquidar otros 120
pesos más en Agosto, (bueno el sistema de pagos del ingenio consiste en que a los 30 días
de la entrega de la caña, por ley se paga una preliquidación equivalente al 80 por ciento del
valor y el restante se liquida en Agosto), sin embargo, horita la situación es de que nos
preliquidación a 550, y el precio real de la tonelada, ya haciendo un balance del mercado
nacional e internacional, nosotros pensamos que va a quedar en 515 en este año o 520 pesos
o sea del 20 por ciento que aún no nos pagan, nos van a descontar todavía 35 pesos, ya no
nos van a pagar la diferencia, entonces así esta de critica la situación que estamos pasando‖
(Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio
de 2013).
El Sr. Lara pronosticaba que en el ciclo 2012/13
―la producción andaría por 6 millones 300 mil toneladas, lo que aunado a una caída
del consumo nación a 4 millones 300 mil toneladas: Estamos hablando ahorita de 2
millones de toneladas que van a tener excedentes, […] les decimos al gobierno
límpienos el mercado, expórtelas, estamos hablando que el precio internacional que
paga Estados Unidos es un poquito más alto de lo que es el mercado mundial, a
donde sea sácalas, tu metiste azúcar, tu sácala, que te cueste a ti, […] lo que
21
En las entrevistas abiertas que se realizaron durante el trabajo de campo tanto a productores cañeros como a
los gerentes de los 2 ingenios ubicados en el estado de Puebla, coincidieron en que el comportamiento del
precio del dulce es fundamental en su toma de decisiones, marcada por la caída de la rentabilidad y la
consiguiente absorción de los costos de producción que no declinan, que son referencia en otros apartados de
la presente investigación como puede verse. Sin embargo en este apartado se cita a un representante de los
productores agrícolas, dado que nos informó de datos concretos de la evolución de los precios del dulce en la
coyuntura actual, que es el tema de dicho apartado.
140
queremos, que el año que entra entremos a un mercado sano, en el que tenga como
reserva, la reserva propia que deba tener el país, para hacerle frente a las
necesidades‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de
Atencingo, 4 de junio de 2013).
En una entrevista, por separado el Sr José Benitez S. representante de la Coordinadora
Nacional de organizaciones cañeras independientes al respecto señalaba:
―mire, los compañeros aquellos de la CNC y de la CNPR dicen ―es que tuvimos una zafra
record: que 240 mil toneladas de azúcar‖, [en Atencingo] que no se hagan […].y porque no
nos dicen el precio como está y […] que una zafra record va combinada con la alta
productividad y con buenas utilidades para los cañeros, porque en realidad no hay utilidades
para un cañero ahorita, y como puede ser posible, si en la zafra anterior, nos pagaron a 805
pesos ,ahora nos van a pagar a 515‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI
del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
El desplome de los ingresos de los productores cañeros que la crisis de 2013 provocó y que
como respuesta los impulsó a realizar movilizaciones y acciones tales como la toma de las
bodegas de los ingenios, en la mayoría de las regiones cañeras del país, presionó a que el
gobierno federal a través de SAGARPA otorgara a los productores cañeros del país una
ayuda equivalente a 1900 pesos por hectárea durante los ciclos agrícolas 2012/13 y
2013/14.
Este apoyo del gobierno mexicano provocó una respuesta en Octubre de 2014 de la
American Sugar Alliance, (organización de productores y procesadores de azúcar
estadounidenses), protestando porque las importaciones de azúcar mexicana subsidiada
inundaba el mercado de Estados Unidos y presionando al gobierno norteamericano a tomar
medidas arancelarias y de cuotas compensatorias al endulzante mexicano, y de esta manera
obligar al gobierno mexicano a no otorgar subsidios a sus productores cañeros (El
Financiero 21 de octubre 2014)
Como se ha visto, el precio del azúcar ha condicionado determinantemente los ascensos o
descensos de los niveles de producción de la agroindustria, desde luego que a nivel
141
microeconómico, también los actores que participan en la agroindustria toman decisiones a
partir de este indicador.
Las relaciones sociales entre productores cañeros e ingenio desde la puesta en marcha de
las reformas neoliberales en el campo, quedaron condicionadas al precio que el azúcar
alcanza en el mercado que determina a su vez, lo que el ingenio les paga a aquellos por su
cosecha de caña. Esto es las relaciones sociales en la agroindustria azucarera nacional
también están condicionadas por las fluctuaciones del precio del dulce mercado tanto
nacional como internacional, lo que constituye una de las fuentes más importantes del
conflicto social.
La idea de integrar a los campesinos cañeros en la lógica neoliberal, los ha arrojado
también a un ambiente dominado por la incertidumbre o peor aún a un ambiente marcado
por un mercado complejo dominado por EE.UU.
4.5 Importancia de la Región Puebla en la agroindustria azucarera nacional.
Históricamente la región cañera del Estado de Puebla, México ha tenido una gran
importancia económica tanto a nivel local, como nacional por ser una las zonas más
productivas del país; colindante con el Estado de Morelos conforma un territorio de enorme
potencial agroecológico, para el cultivo sustentable de la caña de azúcar y su
transformación industrial en azúcar y sus derivados.
En el cuadro 4.3 se puede ver que la contribución de Puebla, en la agroindustria azucarera
nacional es notable, a pesar de que solamente participa con el 2.28 % de la superficie
industrializada, contribuye con el 3.7 % de la caña producida para los ingenios nacionales y
con el 4.2 % de la producción nacional de azúcar, lo cual refleja que sus rendimientos de
caña por hectárea y de azúcar por hectárea son 149% y 154%, porcentajes superiores a la
media nacional y de los más elevados del país.
142
Cuadro 4.3. Producción Nacional de Azúcar de Caña
(promedio anual zafra 2010 -2014)
Nacional Puebla participación
a nivel nacional
Superficie
Industrializada:
758165.3 Has 17 308 Has 2.28 %
Caña Molida Bruta: 53.9 millones de ton 2.01 millones de
ton
3.7 %
Azúcar Producida: 6.03 millones de ton 254,612 ton 4.2%
Caña por hectárea: 71.03 ton. 105. 57 ton +149%
Azúcar por hectárea: 7.93 ton. 12.25 ton +154%
Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2014)
4.5.1 Heterogeneidad productiva de la Región Puebla
Puebla representa un ejemplo muy claro de la heterogeneidad de los ingenios nacionales, ya
que aunque operan únicamente dos (Atencingo y Calipam) estos son marcadamente
diferentes.
Se ha propuesto analizar la heterogeneidad de los ingenios mexicanos a través de algunas
tipologías, una de ellas propone compararlos a partir de los datos absolutos de la superficie
industrializada, caña cosechada y de la cantidad de azúcar producida; sin embargo ésta
metodología soslaya aspectos fundamentales como los rendimientos productivos, la
modernización y la sustentabilidad, además de que se corre el riesgo de que se ubique en
los primeros lugares a ingenios que elaboran altos volúmenes de azúcar a pesar de tener
bajos rendimientos en campo o en ingenio. Este tipo de tipología también puede provocar
que no se clasifique adecuadamente al ingenio, al contabilizar una mala cosecha o una
caída en la producción de azúcar, debido a la problemática financiera, de baja de demanda
por la caída de los precios, etc.
Aguilar (2011) esboza una tipología más amplia, propone catalogar a la agroindustria
azucarera mexicana a partir de comparativos referentes a la competitividad en relación a los
mercados nacional e internacional, así como a alternativas de diversificación a partir de la
elaboración de coproductos y subproductos; por lo que dicha metodología debe incluir
factores como costos de producción, innovación tecnológica, sustentabilidad energética,
diversificación, etc. Sin embargo, el autor únicamente bosqueja dicha tipología, no la
143
desarrolla, sin embargo marca la pauta de lo fructífero que resultaría desarrollarla
incluyendo las variables señaladas, lo que arrojaría resultados de gran utilidad y por ende
una visión más cercana a la problemática real que enfrenta la agroindustria.
La tipología más utilizada (Arguello, 2009; Aguilar 2011) es la que se establece a partir de
la comparación de los rendimientos combinados de campo y planta vistas a partir de los
indicadores: toneladas de caña cosechadas/ azúcar producida por hectárea. En México,
encontramos ingenios con altos rendimientos de campo que coexisten con unidades con
rendimientos menores a la media nacional; que manifiesta una marcada heterogeneidad
productiva, lo que sin duda es un elemento fundamental a considerar en el estudio de la
agroindustria y proporciona elementos para explicar sus problemas de competitividad
internacional, que igualmente determina su situación técnica y financiera, repercutiendo
también en problemas de escasa ocupación, incumplimiento en los pagos a los productores
cañeros, problemas de financiamiento, diferenciales de rentabilidad, entre otros.
Siguiendo dicha metodología, se elaboró el cuadro 4.4 en el que pude verse la
heterogeneidad que presentan los 2 ingenios poblanos en superficie industrializada, cosecha
de caña y azúcar producida, lo que nos deja ver el tamaño físico muy diferente en cada uno;
en lo que respecta a los indicadores de rendimiento, (producción de caña por hectárea y
producción de azúcar por hectárea) podemos visualizar que ambos ingenios se ubican por
encima de la media nacional, aunque Atencingo supera a Calipam, en cada uno de estos
aspectos en 31.05 % y 72.82% respectivamente.
144
Cuadro 4.4. Comparativo entre los ingenios de Puebla, México.
(Promedio anual zafra 2010 -2014)
Nacional Atencingo Calipam
Superficie
Industrializada
758165.333 has. 15,247 Has 2,060 Has
Caña Molida Bruta: 53.9 millones de ton 1.825 millones de
ton
185,777 ton
Azúcar Producida: 6.03 millones de ton 236, 392 ton 18 219 ton
Caña por hectárea: 71.03 ton. 119,769 ton 91.39 ton
Azúcar por hectárea: 7.93 ton. 15.52 ton 8.98 ton
Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)
Por otra parte Juvenal et al (2014) elaboran otra tipología para ubicar la heterogeneidad de
la agroindustria azucarera mexicana, ―donde existen ingenios y campos cañeros que
producen con muy variados estándares de calidad, que se ha traducido en la subsistencia de
ingenios azucareros y campos cañeros operando con altos costos y bajos niveles de
competitividad‖. En esta tipología comparan el desempeño competitivo de la agroindustria
de la caña de azúcar, utilizando los siguientes indicadores: rendimiento de campo,
rendimiento de fábrica y el rendimiento agroindustrial. ―Las variables (parámetros)
seleccionadas para el subsector fábrica fueron: KARBE (kg de azúcar recuperable base
estándar) por tonelada de caña neta (kg), consumo de petróleo en molienda (L) e índice de
sustentabilidad de fábrica; en tanto que para el subsector campo, se seleccionaron el
rendimiento en campo (t/ha), el costo de producción por tonelada ($/t) y el índice de
sustentabilidad de campo‖ (Juvenal, et al 2014: 16).
El estudio de Juvenal et al, concluye con el cuadro 4.5, donde se ubica a Atencingo en los
ingenios que combinan una eficiencia alta en Campo y una eficiencia alta en fábrica, en
tanto que Calipam se ubica en eficiencia media en campo, con eficiencia en baja fábrica, lo
que nos deja una idea muy cercana de la heterogeneidad que priva en los 2 ingenios
ubicados en el Estado de Puebla.
145
Cuadro 4.5. Tipología de ingenios mexicanos y zonas de abasto con base en su eficiencia de
fábrica y campo
Tomado de Juvenal (2014)
Por otra parte, los datos proporcionados por la Unión Nacional de Cañeros, (CNPR), que se
condensan en el cuadro 4.6, permiten profundizar en un análisis comparativo de indicadores
de sustentabilidad que presentan los 2 ingenios poblanos.
De esta manera es posible ubicar que Atencingo ha avanzado en cosechar la caña
mecánicamente en 9.22% de la caña que procesa, que le ha permitido abandonar en esa
proporción la quema de la caña en la zafra; en tanto que Calipam no ha tenido ningún
avance al respecto. El tiempo perdido en fábrica (que se imputa a fallas en maquinaria y
equipo durante la molienda de la caña), en Atencingo equivale al 6.8%, en tanto que en
Calipam representa el 25.13 %, lo que refleja un mayor nivel de obsolescencia del equipo y
146
problemas técnicos derivados de la escasez de agua que obliga a paros forzosos22
. En lo
referente al consumo energético, Calipam consume cerca de un millón 400 mil litros de
petróleo, cantidad mayor que Atencingo a pesar de que éste último ingenio produce azúcar
en una proporción 12 veces mayor; en lo referente a la generación de energía eléctrica por
parte del ingenio, Atencingo genera más de 29 millones de KWH, que le permite consumir
electricidad generada por la Comisión Federal de Electricidad en una proporción casi 3.5
veces menor que Calipam, (lo que ha disminuido sus costos de producción). Los anteriores
datos permiten asegurar que las asimetrías entre los dos ingenios ubicados en el territorio
poblano, se dan tanto en lo referente a la producción, capacidad instalada, como en su
consumo energético.
Cuadro 4.6. Indicadores ambientales de la zafra de los Ingenios de Puebla
(zafra 2011/2012)
Nacional Atencingo Calipam
Caña cosechada mecánicamente 18.02 % 9.22% 0.0%
Caña alzada mecánicamente 81.02% 100% 100%
Tiempo perdido en Fábrica 7.96% 6.87% 25.137%
Petróleo consumido en Fábrica 78 033 334 lts. 1 073 491 lts 1 390 252 lts
Generación de energía eléctrica 795 293 031 KWH 29 224 400 KWH 1 537 200 KWH
Consumo de energía eléctrica
CFE
126 000 KWH 126 000 KWH 453 100 KWH
Consumo de energía eléctrica por
Ton de caña
18.25 KWH/TON 17.02 KWH/TON 11.95 KWH/TON
Fuente: Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)
Esta información permite también constatar la presencia de diferentes realidades de
productividad y de solvencia económicas en ambos ingenios, la información
22 En el trabajo de campo el gerente de Calipam nos reveló: ―Aquí, tenemos una problemática muy fuerte, los
ingenios para tener resultados no deben parar, y yo tengo que estar parando cada 8 días, por lo menos 24
horas para hacer limpieza a todos los tubos, meladoras, a los tachos y a los evaporadores porque el ingenio no
tiene un doble sistema de evaporación, que permitiría darle mantenimiento a uno en tanto el otro sigue
trabajando,[…] en otros ingenios la zafra dura un promedio de 6 meses, aquí no, duramos 3 o 4 meses
nadamás, porque se nos acaba el agua‖ (Entrevista con el gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de
Marzo de 2014).
147
bibliohemerográfica que consultamos, permitió evidenciar que Calipam, enfrenta serios
problemas de índole financiera que no le permitieron solventar las liquidaciones a sus
cañeros, razón por la que muchos de ellos, llevaron su caña a otros ingenios ubicados a
mayor distancia, con la consiguiente pérdida de una buena parte de sus ingresos, lo que ha
empeorado la situación productiva de la región cañera de Calipam, que a pesar de contar
con la ventaja competitiva de producir azúcar orgánica, no se refleja en sus indicadores de
rendimiento en fábrica ni en la mejora económica a los productores cañeros, ni como se vio
anteriormente en mejorar la calidad de su consumo energético.
A las dificultades financieras – productivas se le puede agregar la problemática ambiental,
ya que de acuerdo a un estudio, y a nuestras entrevistas en trabajo de campo, este ingenio
no ha modernizado su equipo y la región ya tiene serios problemas de abastecimiento de
agua, por lo que se han realizado reuniones entre cañeros y autoridades del ingenio para
compartir y racionalizar su uso (Milenio Diario, 2013).
Una situación muy diferente priva en Atencingo, que de acuerdo a SAGARPA vive un
momento de inversión y modernización; que le ha permitido la reducción en sus costos
unitarios, la expansión de su capacidad instalada, una modernización campo y por ende un
menor impacto ambiental, además de avanzar en la mecanización de la cosecha, menor
tiempo perdido en fábrica, reducción en el consumo de petróleo en fábrica y menor
consumo de energía eléctrica (dado que utiliza el bagazo como combustible).
―se ha aplicado recientemente una tecnología de mejoramiento de variedades, combate de
plagas y uso adecuado de agua, así como una estrategia coordinada entre productores para
realizar la zafra, en 2010-2011…mediante la incorporación de tecnología, variedades
mejoradas, sistemas de riego por goteo …gerentes del Ingenio informaron que tienen en
marcha un Plan Estratégico para la zafra 2015-2016 que les permitirá obtener una
producción de 1.7 millones de toneladas de caña, superior a la actual de alrededor de 1.5
millones. …se realiza un uso eficiente del agua mediante la incorporación de sistemas de
riego tecnificado y prácticas de manejo, como trabajos de revestimiento o entubamiento de
canales, multicompuertas, surco alterno, aspersión y pivote central y riego por goteo.
…Además, labores de fertilización dirigida, que comprende la realización del análisis de
suelo y puesta en práctica de recomendaciones de aplicación de abonos químicos y
orgánicos a nivel parcelario. Con estas acciones, en el sector se avanza hacia la agricultura
148
de precisión y sustentabilidad, destacaron. Otro factor es el mejoramiento de la fertilidad
del suelo por medio de la producción de composta, lombricomposta e incorporación de
residuos de cosecha para incrementar el contenido de la materia orgánica, lo cual permite
conservar la humedad y mejorar la estructura de la tierra fértil‖. SAGARPA, (2013:23)
Atencingo y los ingenios de Morelos conforman la zona más productiva del país, a decir de
un representante de las organizaciones cañeras, que informa al respecto:
―optimizando los recursos, los costos siguen siendo más o menos los mismos pero de hace
unos 5 años para acá, vamos a cosechar con mayor orden las variedades, hemos visto cómo
el KARBE desde un principio es alto y se mantiene, normalmente tiene una curva
ascendente y luego se estabiliza, y luego cae. Este año (zafra 2012/13) por primera vez en
la historia cerramos prácticamente con el KARBE de manera ascendente, eso da como
resultado, que si es efectivo llevar un control de las variedades. […] todo esto aunado con el
alto rendimiento que se tiene en la zona, como un dato tenemos que en la zafra pasada
tuvimos un rendimiento récord de 112 toneladas de caña […] la meta siempre era un millón
y medio pero no llegábamos [a esa cifra], el año pasado se hizo mucha fiesta porque
llegamos a un millón setecientos veinte mil toneladas […] y la producción de azúcar arribita
de doscientas cuarenta mil toneladas […] también en los precios que se paga acá por
tonelada de caña, cada ingenio tiene su precio de caña que se maneja a partir del KARBE
promedio, por ejemplo el año pasado cuando aquí se pagó a 805 la tonelada cuando hubo
ingenios que lo pagaban a 650 pesos, Atencingo, solamente es superado por Zacatepec que
anda un poquito más arriba‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del
Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Pero Atencingo no está exento de problemas el Ing. Lara agrega:
―pero en cuanto a producción de azúcar nacional si es el más alto, pero eso hace que se
equilibre un poquito el grave problema que tenemos acá, que es el minifundismo aquí, al
hablar de productores de caña se está hablando de hectárea y media, que comparado por
ejemplo con Veracruz que cualquiera le habla de 50, 60 hectáreas, acá es un verdadero reto
que la gente con hectárea y media saque sus gastos […] lo vemos por el número de
productores, acá zaframos alrededor de 14,000 fracción de hectáreas y son cómo 9000
productores cañeros ‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de
Atencingo, 4 de junio de 2013).
149
En el mismo sentido, un productor afiliado a la Confederación Nacional de Organizaciones
cañeras independientes CNOCI, coincide que uno de los problemas mayores a los que se
enfrenta la producción de caña en Atencingo es ―la tenencia de la tierra, la mayoría es
ejidatario, minifundista, aquí el que menos tiene es media hectáreas y el que más tiene es de
dos y media a tres hectáreas […] la pequeña propiedad es igual, no llega a 5 hectáreas, para
que una familia viva es difícil‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI del
Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
150
CAPÍTULO V. LAS TRANSFORMACIONES DE LAS SUBJETIVIDADES DE
LOS ACTORES SOCIALES DE LA AGROINDUSTRIA AZUCARERA EN EL
CONTEXTO NEOLIBERAL.
En este capítulo se pretende analizar la formación de las subjetividades colectivas a partir
de los roles que desempeñan los sujetos sociales en una estructura productiva, tanto en su
relación a partir de una actividad transformadora y apropiadora del medio, como de las
interacciones que se dan entre los sujetos vinculados entre sí por sentimientos de
pertenencia, lo que implica de acuerdo a Giménez:
―compartir un núcleo de símbolos y representaciones sociales y, por lo mismo, una
orientación común a la acción. [comportarse] como verdaderos actores colectivos capaces
de pensar, hablar y operar a través de sus miembros o de sus representantes según el
conocido mecanismo de la delegación (real o supuesta) que les permitan la construcción de
identidades alternativas al pensamiento hegemónico neoliberal‖ Giménez (2004:13).
La implementación del modelo neoliberal en el campo nacional ha implicado la
conformación de una estructura económica con rasgos esencialmente distintos a la de la
etapa desarrollista. La agroindustria azucarera registró profundas modificaciones en su
estructura y en consecuencia en el papel que juegan los sujetos sociales que participan en la
cadena productiva y en las relaciones de poder que se dan en este contexto.
Aunque de la Garza (1992) señala que es posible avanzar de una escala de sujetos y
proyectos del subordinado a lo autónomo. Respecto al concepto de hegemonía de un sujeto,
esta no puede derivarse solamente de situaciones estructurales, porque las identidades
autónomas no dependen solo de ellas, sino que se construyen. La capacidad de hegemonía
es la de influir en la reconfiguración de las identidades de los otros.
En la agroindustria azucarera, se presentan algunos ejercicios de autonomía y de resistencia
que dada las circunstancias de fracaso y frustración social que las transformaciones
neoliberales han motivado, pueden servir de referencia a alternativas diferentes que
constituyan lo que Zibechi ha denominado ―un nuevo mundo posible‖.
151
5.1 Los conceptos de sujeto, subjetividad colectiva e identidad
De acuerdo a Torres, en las ciencias sociales, durante mucho tiempo, se soslayaron la
subjetividad y la acción colectiva de los actores; dichos análisis daban énfasis a las
explicaciones basadas en la estructura social o en las condiciones objetivas de existencia de
los sujetos. ―El polo de la objetividad y de la racionalidad explicativa‖ orientó los grandes
relatos producidos por enfoques y teorías sociales como fueron las distintas versiones del
estructuralismo, el funcionalismo y los marxismos de corte determinista que ―dieron
prioridad a los factores objetivos de los procesos sociales, en detrimento de la dimensión
subjetiva y de los actores sociales‖. En los años recientes, con el surgimiento de nuevos
enfoques y nuevas rutas epistemológicas se ha reivindicado ―el polo subjetivo de los
procesos sociales y de la acción colectiva‖, destacando el papel activo de la subjetividad y
de los sujetos tanto en los procesos de construcción de conocimiento, como en la dinámica
histórica‖ (Torres, 2009).
Garretón se refiere al concepto de actor sujeto, como a
―los portadores, con base material o cultural, de acción individual o colectiva que apelan a
principios de estructuración, conservación o cambio de la sociedad, que tienen una cierta
densidad histórica, que se definen en términos de identidad, alteridad y contexto, que se
involucran en los proyectos y contraproyectos, y en los que hay una tensión nunca resuelta
entre el sujeto o principio constitutivo y trascendente de una determinada acción histórica y
la particularidad y materialidad del actor que lo invoca. No todo lo que se mueve o actúa en
una sociedad es un actor en el sentido sociológico del término, podríamos llamarlo
simplemente agente. Tampoco todo lo que llamamos actor es siempre portador de una alta
densidad histórica‖ (Garretón, 2002:9).
Agrega Zemelman (1992) que para avanzar en la dirección de una formación más amplia
del sujeto, que permita el distanciamiento de su contexto:
―se requiere colocar en la base del proceso de construcción del conocimiento (y de la
formación del sujeto) una subjetividad que se considere en su naturaleza constituyente. Ella
es la que permitiría, en última instancia, cuestionar los límites de lo cognitivo desde una
pluralidad de lenguajes que son los exigidos para distanciarse de los constructos. En este
sentido, el rescate de un juego de lenguajes para dar cuenta de una necesidad gnoseológica
152
más amplia, exigida por lo indeterminado, se corresponde con la exigencia de un
protagonismo del sujeto que no es sino el reflejo de que la realidad socio-histórica se
construye‖ (Zemelman, 1992:48).
Por su parte, la Nueva Sociología, pone énfasis en la explicación de dualidad: condiciones
objetivas de existencia y procesos subjetivos, poniendo énfasis en la subjetividad; Güel
(2001: 2) la define:
―como aquella trama de percepciones, aspiraciones, memorias, saberes y sentimientos que
nos impulsa y nos da una orientación para actuar en el mundo. Subjetividad social es esa
misma trama compartida por un colectivo. Ella le permite construir sus relaciones,
percibirse como un ‗nosotros‘ y actuar colectivamente. La subjetividad es parte de la
cultura, pero es aquella parte que es inseparable de las personas concretas. Por lo mismo
es la parte más cambiante y frágil de ella‖ (Güel, 2001: 3).
Profundizando Güel en las subjetividades colectivas, señala que
―la disposición de las personas a participar y a confiar en los escenarios institucionales y
estratégicos […] parece depender cada vez más de una condición muy básica: del grado de
seguridad, certidumbre, pertenencia y sentido que las personas obtienen de ellos para sus
vidas cotidianas. Y eso no se refiere tanto a los bienes materiales que consiguen, sino al
reconocimiento que reciben de su valía y esfuerzos, a los vínculos de confianza y
cooperación que promueven y al sentido de colectividad que instalan‖ (Güel, 2001: 3).
En relación a la identidad, Giménez la define a partir de los elementos centrales que la
componen:
―la capacidad de distinguirse y ser distinguido de otros grupos, de definir los propios
límites, de generar símbolos y representaciones sociales específicos y distintivos, de
configurar y reconfigurar el pasado del grupo como una memoria colectiva compartida por
sus miembros (paralela a la memoria biográfica constitutiva de las identidades individuales)
e incluso de reconocer ciertos atributos como propios y característicos ; también pueden
aplicarse perfectamente al sujeto-grupo o, si se prefiere, al sujeto-actor colectivo‖
153
Agrega:
―La identidad no es más que la representación que tienen los agentes (individuos o grupos)
de su posición (distintiva) en el espacio social, y de su relación con otros agentes
(individuos o grupos) que ocupan la misma posición o posiciones diferenciadas en el mismo
espacio. […] nunca desborda o transgrede los límites de compatibilidad definidos por el
lugar que ocupa en el espacio social‖. (Giménez, 2004: 11 -12 y 18.).
De esta manera, Giménez señala que la identidad de un grupo campesino tradicional
siempre será congruente con su posición subalterna en el campo de las clases sociales, el,
―no ser pretensioso‖, ni igualados‖, es una de las características. Eso se puede ver con
claridad en el caso de los campesinos, peones agrícolas, cortadores de cortadores de caña y
demás trabajadores de la agroindustria azucarera que a pesar de la explotación tan
descarnada, han soportado: condiciones precarias, bajos salarios, sufrimientos, despojos,
etc.
5.2 La participación de los actores sociales en la agroindustria Azucarera Nacional,
breve descripción histórica
5.2.1 La matriz sociopolítica nacional
La implementación del modelo neoliberal en el campo nacional y en la realidad concreta
del cultivo de la caña de azúcar ha implicado una recomposición en las relaciones sociales
que se dan a partir de dichas actividades. Este cambio en los actores sociales se da a partir
de la alteración de lo que Garretón denomina ―matriz sociopolítica latinoamericana‖ que
coincide temporalmente con lo que se ha denominado ―modelo desarrollista‖ y constituida
por la fusión de diferentes procesos históricos: desarrollo, modernización, integración
social y autonomía nacional. (Garretón, 2002):
Dicha matriz sociopolítica prevaleció desde la década de los treinta hasta los ochenta, de
acuerdo a las variaciones en los períodos de los países y cuyas principales características
fueron las siguientes
la fusión entre sus componentes, es decir, el Estado, los partidos políticos y los actores
sociales.
154
El Estado desempeñaba un rol referencial para todas las acciones colectivas.
Era un Estado con débil autonomía de la sociedad y sobre el que pesaban todas las
presiones y demandas tanto internas como externas.
En la matriz sociopolítica nacional, de acuerdo a Garretón, existía un actor social central
que define como el ―movimiento nacional popular‖, que abarcaba los diferentes
movimientos sociales, a pesar de sus particularidades
―era orientado hacia el cambio social y se identificaba como parte del ‗pueblo‘. Este último
era considerado como el único sujeto de la historia‖. El movimiento nacional popular se
caracterizaba ―en primer lugar ser la combinación de una dimensión simbólica muy fuerte
orientada al cambio social global con una dimensión de demandas muy concretas. Esto
significa la asunción implícita o explícita de la orientación revolucionaria aun cuando los
movimientos concretos fueran muy ―reformistas‖. En segundo lugar, la referencia al Estado
como el interlocutor de las demandas sociales y como el locus de poder sobre la sociedad‖.
(Garretón, 2002: 10)
Cañeros e industriales en el periodo desarrollista.
La etapa del llamado Desarrollismo se caracterizó por las elevadas tasas de crecimiento que
presentó la economía mexicana; estimuladas entre otros factores por la política oficial de
mantener congelados los precios de los principales productos agrícolas que componían la
canasta básica, con la finalidad de garantizar el consumo nacional y deprimir los salarios
urbanos industriales. El azúcar fue considerado como un producto fundamental en la
canasta de los bienes de subsistencia popular; la política de mantener durante muchos años
sin variación su precio, determinaba a su vez el precio de su insumo principal: la caña.
El azúcar fue incluida en la canasta básica oficial quedando su precio regulado de acuerdo a
los ―criterios sociales‖.
―La naturaleza popular del pan dulce, las bebidas embotelladas y otros alimentos populares
también sirvieron de excusa para establecer el control en los precios de la caña y sus
derivados destinados a tales industrias secundarias, los cambios en las demandas populares
y la constelación de políticas cambiantes repercutieron en la fijación de los precios fijados
por el gobierno y los subsidios públicos en los rendimientos reales tanto de los ingenios
155
como de los cañeros. Entre 1940 y principios de los años 70, los bajos precios de la caña
fijados por el gobierno de acuerdo con los criterios políticos persistieron como un factor
constante que daba por sentado en la determinación de los rendimientos de los cañeros,
durante este periodo la desventaja de los bajos precios de la caña fue compensada para los
cañeros en alguna medida por el hecho de que tales precios estaban garantizados por el
gobierno y no quedaban sujetos a las impredecibles fluctuaciones mercantiles‖. (Otero,
Singelmann 1996: 184).
El desarrollismo coincide cronológicamente con el periodo de vigencia de lo que Garretón
llama la matriz sociopolítica nacional. En la agroindustria azucarera en México, se presentó
una:
―armonía de intereses entre los funcionarios del gobierno y los dueños de los ingenios
azucareros, [la agroindustria] quedo cada vez más sujeta al financiamiento, la distribución y
los precios controlados por el gobierno, dicha intervención estatal, junto con los subsidios,
la regulación a la importación y las ganancias ocasionales de la exportación de azúcar
establecieron los parámetros para el rendimiento tanto de los cañeros como de los
ingenios‖ (Otero, Singelmann, 1996:186).
Tanto los agricultores como los industriales operaron bajo restricciones de precios oficiales,
balanceados por los subsidios públicos a los precios de garantía y las políticas comerciales
proteccionistas; ambos grupos siguieron estrategias propias de los campesinos pobres:
producir para obtener rendimientos bajos pero seguros. Las bancas de desarrollo operaron
como un contrapeso ante las eventualidades financieras provocadas por los accidentes
naturales y plagas que los campesinos pudieran tener en sus plantaciones.
Esta etapa se caracterizó por un amplio proteccionismo del Estado a los ingenios
nacionales, que de acuerdo a del Villar se concretaba en el control oficial de los precios
tanto del azúcar como de la caña de azúcar, esta regulación se estableció desde el decreto
cañero de 1944 en forma de una proporción del precio al que UNPASA liquidaba el azúcar
a los ingenios, con los precios de garantía que el ingenio les pagaba a los productores
cañeros.
156
Esta intervención estatal, regulaba en forma ineludible los niveles de ingresos que la
industria obtenía por sus ventas y en consecuencia delimitaba la posibilidad de cubrir los
costos de producción.
A pesar de las condiciones favorables que se presentaron para la agroindustria durante este
periodo, del Villar concluye que:
―la política de regulación oficial de los precios del azúcar y la caña, contribuyeron
determinantemente al declive de la productividad de la industria y el aumento paulatino de
los costos de operación y de producción del que conllevaron a una crisis persistente de la
agroindustria en los siguientes lustros, en los que los precios y los costos se incrementaron,
junto con las deudas, la caída de la producción y una intervención directa del Estado en el
sector (del Villar, 1976: 534-535).
5.2.2 Desmantelamiento de la matriz sociopolítica nacional. Los actores sociales de la
agroindustria azucarera en el modelo neoliberal
La reinserción de las economías nacionales en el proceso de globalización significó para
Garretón:
―una mayor autonomía de la economía respecto de la política en relación al modelo de
desarrollo hacia adentro, pero [dejando] a la sociedad enteramente a merced de los poderes
económicos nacionales y, sobre todo, transnacionales. El modo predominante como se hizo
tal transformación fue mediante el ajuste o las reformas estructurales de tipo neoliberal.
Pero las modalidades neoliberales han significado sólo la inserción parcial y una nueva
dependencia de ciertos sectores, con lo que se vuelve a configurar un tipo de sociedad dual
y queda planteada la cuestión de un modelo alternativo de desarrollo. Dicho de otra
manera, el modelo neoliberal operó sólo como ruptura y mostró su total fracaso para
transformarse en un desarrollo estable y autosustentable (Garretón, 2002:17-18).
El autor señala también que estos cambios implicaron ―un cambio fundamental del tipo
societal predominante. Este puede resumirse en el fenómeno de amalgamación entre el tipo
societal básico que actuó como referencia desde el siglo XIX, la sociedad industrial de
Estado Nacional, y otro tipo societal, la sociedad post-industrial globalizada‖ (Garretón,
2002: 12).
157
El intento de desmantelar la matriz sociopolítica nacional popular, por parte de los
gobiernos, que con distintos grados de autoritarismo, empujaron hacia transformaciones
institucionales o estructurales de esa matriz de desarrollo, implicó algunas consecuencias
profundas para los actores sociales y formas de acción colectiva.
―una es la desarticulación de los actores clásicos ligados al modelo de sociedad industrial de
Estado nacional. [y otra más] son las nuevas formas de exclusión que expulsan masas de
gente estableciendo un vínculo puramente pasivo y mediático entre ellas y la globalización.
Finalmente, la conformación de actores a nivel globalizado que enfrentan a su vez a los
poderes fácticos transnacionales, los movimientos antiglobalización‖. (Garretón, 2002: 11)
El esquema económico prevaleciente, de acuerdo a Garretón tiende a ser intrínsecamente
desintegrativo a nivel nacional. Ello implica la desarticulación de los actores sociales
clásicos ligados al mundo del trabajo y al Estado y hace muy difícil la transformación de
los nuevos temas mencionados (medio ambiente, género, seguridad urbana, democracia
local y regional dentro del país, etc.) y de las nuevas categorías sociales.
Precisa que las luchas que se presentan son preponderantemente en defensa de sus
conquistas previas o ―para paliar los efectos del modelo en el nivel de vida, el empleo y la
calidad de los trabajos, demandando siempre la intervención del Estado, más que a
posiciones propiamente anticapitalistas‖; en el actor empresarial, se aprecia un doble
movimiento ―escindido entre los favorecidos y los perdedores de las aperturas y la
globalización‖: (Garretón, 2002: 18).
La quiebra de lo que Garretón denomina matriz sociopolítica nacional popular en la
agroindustria azucarera, implicó que los productores cañeros quedaran desprotegidos de los
beneficios de las políticas públicas que caracterizaban dicho modelo de desarrollo, que en
el agro nacional se caracterizaban por 1) grandes gastos públicos de fomento a la
producción a través de los subsidios con el fin de mantener bajos los precios de los insumos
agrícolas y de las materias primas empleadas por la industria; 2) la utilización de diversos
mecanismos para reducir el costo del crédito rural a través de las instituciones financieras
de desarrollo, 3) así como las obras de infraestructura y de riego, 4) e igualmente la fijación
de un precio de garantía que garantizaba al campesino la recuperación de sus costos de
158
producción y mantenía congelados los precios de los insumos y de los bienes de la canasta
básica.
Cañeros e industriales en el periodo neoliberal. El decreto cañero de 1991
Con la imposición del modelo neoliberal en el campo y específicamente en la agroindustria
azucarera, las transferencias de valor del campo hacia el sector industrial se hicieron más
notorias.
La implementación del modelo neoliberal implicó para la agroindustria azucarera drásticos
cambios que incluyeron además de la privatización de los ingenios paraestatales y de las
cooperativas, la eliminación de los subsidios gubernamentales a los productores de caña, la
liberalización del precio del azúcar y por ende el descongelamiento de su precio oficial; de
manera que de acuerdo al dogma neoliberal, el mercado quedará como el asignador natural
de los recursos y fijador de precios, para de esta manera premiar la productividad y la
eficiencia.
Un punto fundamental que marca la redefinición de las relaciones entre cañeros e
industriales en el contexto neoliberal, se dio a partir del decreto cañero de 1991 y la ley
cañera en 1992, que perseguía el objetivo de ―eliminar a los minifundistas y a los
productores ineficientes‖ y alcanzar la liberalización del mercado azucarero nacional y la
disolución de las intervenciones estatales tradicionales (Singelmann, 2003).
Esta restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país, redefinió el papel del
gobierno como regulador del mercado nacional, pero ya no mediante subsidios y la fijación
de precios por parte de la autoridades, sino sustancialmente trasladando a los productores
de la caña la responsabilidad de la calidad y los costos de producción del insumo, en
detrimento de éstos y en beneficio de los ingenios.23
23
Mención aparte merece el Plan de restructuración laboral de la industria azucarera, implementado desde
1990, entre gobierno e industriales, que Benquet (2000) hace referencia: se ―liquidaron a casi la tercera parte
de sus asalariados (20,000 trabajadores), eliminando también prestaciones sociales y ‗flexibilizando‘ la mano
de obra fabril, cancelando el contrato-ley que regía e imponiendo un nuevo contrato colectivo que suprimió
50 cláusulas del contrato-ley (prestaciones como vivienda, educación, etcétera). Se implantó una mayor
polivalencia en los puestos y se cancelaron adeudos millonarios en prestaciones (seguro médico, jubilaciones,
fondo de ahorro), afectando también al sindicato obrero. Además se deterioró la seguridad en las fábricas,
159
A continuación se presentan brevemente algunas de las modificaciones en las relaciones
entre productores cañeros e ingenios que fueron sustanciales para alterar la cadena de
generación y de transferencia de valor en favor de los ingenios.
En primer término podemos ubicar las nuevas modalidades de la relaciones cañeros-
ingenios, que implicaron la eliminación de los precios de garantía de la caña, como una de
las medidas fundamentales en el diseño del modelo neoliberal en el campo nacional.
De acuerdo a Singelmann, (2003) el decreto cañero de 1991 implicaban las siguientes
nuevas condiciones a los cañeros:
1) asignó a los productores de caña locales y a los gremios la responsabilidad de coordinar
todas las fases del cultivo, desde la preparación del suelo hasta la entrega de la caña al batey
del ingenio, en consecuencia, a éstos se les empezaron a responsabilizar tanto del éxito,
como del fracaso de la zafra. 2) Se liquidaba a los productores de acuerdo a la calidad de la
caña entregada, es decir de acuerdo al contenido de sacarosa promedio obtenido en el
ingenio de acuerdo a su KARBE, 3) La intención de esta reforma fue separar claramente las
responsabilidades de los cañeros y de los industriales en términos de control de operaciones,
de remuneración y los riesgos (Singelmann, 2003 123 -124).
Con estos cambios, el precio de la caña quedó estrechamente ligado a las fluctuaciones en
los diversos mercados azucareros nacionales e internacionales y a la capacidad de la
industria de adaptarse a dichos mercados eficientemente.
―Entregar caña con un máximo de sacarosa y pureza cada día de la zafra, según la
capacidad del ingenio, y la pérdida rápida de sacarosa después del corte, establecen la
necesidad especial de una coordinación eficiente y de la operación continua de la
maquinaria industrial durante la zafra. La responsabilidad de asegurar esta colaboración
siempre había sido un desafío para los administradores industriales debido al gran número
de cañeros afiliados con los ingenios, al predominio del minifundismo, a la avanzada edad
como lo comprueban el aumento de accidentes graves en áreas de calderas y destilería. En respuesta, el
sindicato nacional de obreros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) estalló varias huelgas
nacionales (la última duró 40 días y retrasó la zafra 2000-2001, en demanda de pago de adeudos de
prestaciones y aumento salarial, sin lograr que cedieran los ingenios sobre sus adeudos al fondo de
jubilaciones‖ [Benquet, 2000: 46]
160
promedio de los cañeros y a un nivel de educación modesto en la mayoría de ellos. Los
dirigentes cañeros locales asumieron estas responsabilidades‖ (Singelmann, 2003:124).
Es necesario señalar que la nueva política del Estado, determinada por el decreto cañero de
1991 no ha estado exenta de disputas y desacuerdos, Singelmann, resalta algunos ejemplos:
La disputa sobre el precio de la caña, que de acuerdo al decreto de 1991, se centra en el
porcentaje del valor agregado del azúcar recuperable que entra en la fórmula del precio
de la caña. En la industria se considera que el 66% estipulado es excesivo, en
comparación con el 35% estipulado en otros países.
El calendario de pago para la caña: los cañeros insisten en que su liquidación final
quede situada al término de los seis meses de la zafra en mayo/junio, mientras que los
industriales han fijado que sea durante los doce meses del año, cuando empieza la
siguiente zafra en noviembre/diciembre.
Las ventajas y desventajas del alza y transporte en términos de caña más limpia
quedando los productores de caña como responsables de su corte, transporte y de
entregar una caña limpia.
Aunado a lo anterior, es necesario señalar otra situación potencial de conflicto: los
industriales aprovechan otros subproductos de la caña de azúcar como el bagazo, (que se
utiliza como combustible para a la generación de vapor y electricidad), y coproductos,
como las mieles (que se destinan a la producción de alcoholes y aguardiente), que les
permite obtener grandes beneficios, ya sea en ahorro de energía o en ingresos derivados de
las ventas de estos coproductos de la caña, sin que en la Ley de Desarrollo Sustentable
(LDSCA) de la caña de azúcar (LDSCA) (2005) haga mención de que los productores
cañeros recibirán un porcentaje de las utilidades obtenidas por el usufructo de dichos
derivados de la caña.
La Ley de Desarrollo Sustentable de la caña de azúcar se refiere al precio de la caña en
referencia:
―Artículo 58.- Cuando la caña de azúcar se destine a la producción de azúcar, su precio
deberá referirse al azúcar recuperable base estándar, a razón del 57% del precio de
161
referencia de un kilogramo de azúcar base estándar. El precio de referencia de un kilogramo
de azúcar base estándar se determinará como el promedio ponderado del precio nacional del
azúcar estándar al mayoreo, más el precio promedio de las exportaciones de azúcar
realizadas en el Ciclo Azucarero de que se trate. […], el precio nacional del azúcar estándar
al mayoreo se determinará con base en el monitoreo del Sistema Nacional de Información
de Mercados‖ (LDSCA 2005).
Sin embargo en la mencionada ley, el precio de la caña que los productores cañeros venden
al ingenio, solamente se encuentra estipulado el pago por el azúcar recuperable, dejando
excluidos los beneficios de otros subproductos de que los industriales obtienen de la caña:
es decir el bagazo que se obtienen de la caña, los cañeros la entregan gratis y sin que exista
un referente al respecto en la LDSCA.
Desde la perspectiva de la cadena de transferencia de valor, el bagazo y otros subproductos
de la caña de azúcar no se consideran dentro del cálculo del precio de la caña que el ingenio
debe pagar al productor cañero. En el caso concreto del bagazo, el ser usado como la fuente
energética mas importante en la producciòn de azúcar significa un beneficio doble para los
empresarios azucareros, por un lado, representa un ahorro financiero muy importante y por
el otro, al usarlo como ―fuente alternativa de energía‖, mejora de manera mercadotecnica su
―imagen ecólogica‖.
5.3 La conformación de la Cadena de valor de la agroindustria azucarera
El concepto de Cadena de valor
De la Garza (2001) señala que las cadenas que se establecen en la integración entre sectores
y ramas económicas, además de ser cadenas productivas son cadenas de valor, en las
distintas actividades, se queda parte del valor agregado: puede ser al inicio (materias primas
insumos), en bienes de capital, (que depende mucho de la tecnología), en el procesamiento
industrial, en la comercialización o al final de la cadena; que a su vez puede ser el inicio de
otro eslabón de una cadena más amplia, tal es el caso de la agroindustria azucarera, como
eslabón inicial de otras industrias como la refresquera, alimenticia etc.
Nos referiremos a este concepto tomando en cuenta la propuesta que hace de la Garza
(2001) y de esta manera para evitar confusiones, aclarar que no se aborda desde la
162
perspectiva de algunas corrientes teóricas de la Administración que ven la cadena de valor
como entrelazamientos de empresas en busca de oportunidades de inserción en el mercado
(diamante de Porter).
5.3.1 Transferencias de valor de los productores cañeros a otros actores
La actividad productiva en torno al azúcar, implica la conformación de una cadena en la
que en cada fase del proceso se va agregando un valor, (en campo o en ingenio) o se
transfiere hacia otros eslabones de la cadena (transporte, corte, gastos financieros etc. No es
nuestra intención hacer una descripción exhaustiva, pero si señalar algunos aspectos que
implican la creación de nuevo valor, que no necesariamente se incrementa debido a los
aumentos de la productividad en la mayoría de los ingenios, -la escasa productividad de
éstos es uno de los problemas más graves señalados por los investigadores,- sino por la
consiguiente reducción de sus costos (incluyendo el costo ambiental), por parte de los
propietarios de los ingenios, que trasladan a otros actores sociales (en particular a los
productores cañeros) la absorción de éstos. Lo anterior, se considera como un elemento
esencial en ese proceso de creación-transferencia de valor en la cadena productiva de la
agroindustria azucarera y permite explicar en mucho la persistencia de su crisis.
El origen por el que los productores cañeros han sido afectados en la rentabilidad de sus
cultivos, se encuentra en las reformas neoliberales que afectaron al campo mexicano y al
sector cañero en particular, que implicaron la dimisión del estado de fijar los precios de
garantía de los bienes agrícolas y en consecuencia se dejaran a las fuerzas del mercado la
fijación de los precios nacionales, Este hecho ha permitido la injerencia en la fijación de
precios de los conglomerados dedicados a la producción de materias primas alimenticias,
con lo que la cadena productiva de la agroindustria azucarera, que inmiscuye tanto a las
actividades agrícolas como al sector secundario, se ha ido complejizando y sufriendo
transformaciones, dada la intervención de nuevos actores, externos que extraen la mayor
cantidad de valor a los productores cañeros.
En lo referente al traslado de la caña a los ingenios, en un sondeo muy concreto realizado ex -
profeso por (Díaz, 2011) se ha concluido que dentro de la cadena de la caña de azúcar el
transporte es una actividad fundamental para que la caña llegue al ingenio; sin embargo es
163
un sector mal organizado e inadecuado para esta actividad. Ubicando los siguientes
problemas:
El costo del traslado de la caña del cañaveral al ingenio es pagado por los productores.
El costo del flete impacta, de acuerdo a este estudio en 6.44% de los costos directos
totales de manera directa en primeros cultivos y 6.98% en socas y resocas.
El peso de los camiones daña los cultivos de socas y resocas lo que provoca que se
desarrollen menos plantas en el cultivo, lo que afecta su rentabilidad.
El corto tiempo en que debe hacerse esta operación implica perdidas en la caña cargada,
mucha se queda abajo del transporte o no se acomoda bien, cayéndose en el camino.
Dada la escasa rentabilidad el parque vehicular es obsoleto, el sufrir una avería y ser
reparado con la carga significa que la caña perderá su frescura y perder la sacarosa que
contiene, lo que se traduce en un detrimento económico del productor y transportista.
De no levantarse la caña en cuanto la cortan y permanecer varios días tirada o cuando se
accidenta el transporte, el productor pierde su caña.
Otro eslabón de la cadena de valor se encuentra en las unidades productivas que abastecen
a los productores cañeros de los insumos, herramientas y maquinaria para desarrollar el
proceso laboral en el campo. El Colegio de postgraduados (2003), señala que los
productores del Estado de Veracruz, adquieren insumos de diversas entidades y a través de
diferentes procedimientos, uno de ellos es adquirir los
―agroquímicos en las bodegas del ingenio. Las operaciones se realizan a crédito y se saldan
al momento de la preliquidación o en la liquidación. El ingenio, a su vez, se abastece con
los proveedores [comerciales de agroquímicos], otro procedimiento: los productores
adquieren insumos en las casas comerciales, los cañeros compran en efectivo en ese
momento. Algunos de ellos reportan la operación a los ingenios; los cuales absorben como
crédito una parte del costo del producto, los ingenios recuperan la inversión con los
intereses respectivos en la preliquidación o en la liquidación. Otros productores, que
también obtienen insumos que pagan en efectivo a los distribuidores de agroquímicos, no
registran sus operaciones con los ingenios con el fin de no incrementar sus costos de
164
producción por concepto de intereses del crédito. Otro mecanismo: los cañeros contratan
crédito en especie con las casas comerciales. En este tipo de transacción se procura que el
crédito sea de corto plazo para disminuir la carga que representan los intereses, empero,
también se registran casos donde los productores enfrentan sus compromisos con el aporte
de las preliquidaciones o las liquidaciones‖. (Colegio de postgraduados, 2003: 30)
Otro sector importante que debe incluirse en la cadena de valor son las instituciones
financieras, privadas y de desarrollo, que conforman el circuito financiero en torno a la
actividad de la agroindustria azucarera, intermediarios para el pago a los cañeros, entre
otros. Sin dejar de considerar las cajas de ahorro privadas, de empeño, que operan en los
centros urbanos en torno a los ingenios, en una cultura en la que los productores cañeros no
tienen la capacitación para la gestión y la administración de sus recursos financieros y el
crédito.
5.3.2 Empresarios industriales, el sujeto dominante en la cadena de valor de la
agroindustria azucarera. Etapa neoliberal
En contraste a la situación de los campesinos y asalariados agrícolas señalados en los
apartados anteriores, los empresarios de la Industria del Azúcar han tenido una situación
privilegiada y han sido los más beneficiados de las políticas públicas.
La privatización de los ingenios y la cesión de sus dominios a manos privadas, no impulsó
a que los ingenios mejoraran su competitividad en los mercados internacionales, ni
mejoraran su productividad ni eficiencia administrativa – financiera.
A pesar de la estatización forzada de los ingenios, que se presentó en 2001, siguen
funcionando como consorcios. El anuncio de que la reprivatización de los ingenios, deja
más dudas que certezas en los alcances de esta medida, en una industria que a pesar de estar
en permanente crisis, tiene impactos económicos directos e indirectos en cerca de 3
millones de personas.
Se ha criticado que los empresarios que participaran en la licitación para reprivatizar los
ingenios intervenidos por el Estado en 2001, no tienen la experiencia en el ramo, ni una
vocación de innovación empresarial y que las licitaciones se otorgan a personajes cercanos
al poder político. En muchos casos, (y la industria azucarera es uno de los ejemplos más
165
emblemáticos), los resultados de las privatizaciones han sido desastrosos y los problemas
de índole financiero – productivo se han agravado, a pesar del enriquecimiento de los
empresarios,- que se han beneficiado24
.
Sin embargo, a pesar de todos los intentos de regulación estatal, diversos autores han
señalado que la agroindustria azucarera se caracteriza por estar, salvo periodos breves,
sumida en una permanente crisis25
.
En este contexto, los ingenios con problemas financieros fueron apoyados por el gobierno,
otorgándoles crédito en la banca de desarrollo, muchos de ellos sin una justificación real o
incluso en algunos de ellos, el Estado absorbió sus pasivos al ser estatizados; por el
contrario, los campesinos productores de caña cubren todos sus insumos, fertilizantes y
pesticidas sin recibir apoyo ni gubernamental, ni de los ingenios; cuando éstos les
proporcionan financiamiento para su adquisición, lo recuperan con los intereses respectivos
de los pagos de la liquidación o pre liquidación; sin dejar de considerar las cajas de ahorro
privadas, y de empeño, que operan en los centros urbanos en torno a los ingenios, en un
ambiente en el que los productores de caña no tienen la capacitación para la gestión y la
administración de sus recursos financieros y el crédito, yéndose al sector financiero,
privado e informal buena parte de sus ingresos.
5.3.4 Los jornaleros agrícolas
La cosecha de la caña, mejor conocida como zafra es una actividad que consiste en el corte
de la caña en campo, este se realiza de forma manual: se corta con machete y se recoge y
acomoda manualmente en los camiones y de forma semimecanizada, predominantemente
se corta con machete, se recoge y acomoda en los camiones con grúas mecánicas.
Los cortadores de caña, conforman un actor social fundamental en la cadena productiva,
sin olvidar que debido a sus precarias condiciones laborales contribuyen en mucho a la
formación de valor nuevo, sus condiciones laborales, se dan bajo una relación particular
entre el capital y el trabajo.
24
Blenquet describe en su ensayo Globalización, crisis azucarera y luchas cañeras, (2000) varios ejemplos
de la venta de los ingenios, plagados de irregularidades, compras de las fabricas por debajo del valor de los
activos, inexistencia de experiencia en la actividad por los nuevos propietarios, opacidad, etc. 25
. Véase Rappo [2002]; Arguello [2009]
166
Esta situación ya la ha descrito Trinchero (2001) al analizar el caso de la expansión de la
frontera del poroto alubia en el campo argentino, "expresando la forma histórica en que la
población es reorganizada territorialmente en el marco de procesos de estructuración de la
dominación‖. Se produce en este contexto un proceso de "expulsión" de la población.
Destaca, la emergencia de "contratistas de mano de obra" como sujetos de mediación en la
forma específica de subsunción de la fuerza de trabajo al capital (…] refiriéndose al valor
de la mano de obra en las plantaciones poroteras, discute aquellas posiciones que establecen
una explicación de lo que se denomina "subremuneración a partir de una sobreoferta de
fuerza de trabajo.
Advierte que ―las formas de subsunción indirecta y diferenciada del trabajo por el capital,
son parte intrínseca de la demanda de acumulación de la reproducción ampliada y que a
medida que se expande el capital, hacia nuevas ‘fronteras‘, se desarrolla, al menos en este
caso, una profundización de acciones y mecanismos de control coercitivo de la fuerza de
trabajo‖. El caso de los cortadores de la caña mexicana, es un ejemplo claro de ese
desprendimiento, en lo que refiere a la contratación de cuadrillas de cortadores por parte de
los productores cañeros y la aparición de los contratistas de mano de obra, que enganchan
a familias completas para desplazarlas a las plantaciones en la época de zafra, los salarios
son pagados por destajo a no más de 30 pesos por tonelada de caña cortada y levantada para
ser transportada a los ingenios.
De acuerdo a la crónica de Chávez y Jiménez; los cortadores de caña que trabajan en los
ingenios de Morelos, son reclutados por los enganchadores que visitan las paupérrimas
comunidades de Guerrero, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, los endeudan financiando sus gastos
de transporte, alojamiento y alimentación durante el tiempo que dura la zafra, que después
pagarán; las condiciones laborales son precarias y los bajos salarios que se le dan a los
cortadores, explica de alguna manera, porque la incorporación de procesos mecanizados en
cosecha y corte sea una práctica poco extendida en la agroindustria azucarera de nuestro
país. Los enganchadores constituyen contratistas que se arreglan con los ejidatarios y
productores de la caña, venden el servicio del corte de caña como un ―paquete‖, siendo
ellos los responsables de organizar y administrar la cuadrilla de cortadores. En un buen
número los servicios del corte administrado por los contratistas son coordinados
167
directamente por los ingenios, siendo este servicio descontado del precio de la caña
entregada al ingenio.
En México, los cortadores de caña son los asalariados más ―pobres entre los más pobres‖ de
la cadena de valor del azúcar. Rescatamos partes de algunas crónicas realizadas en torno a
las condiciones laborales de este gremio:
Pacheco describe:
―Toda la familia debe trabajar para poder subsistir durante la zafra. Muchas mujeres salen al
corte con sus maridos, acompañadas de sus hijos, los cuales se encargan de tareas como el
despunte o acomodo de la caña. Sin embargo, cualquier mano que pueda trabajar será
utilizada en los campos. Los niños abandonan la escuela en cuanto pueden sostener y
emplear un machete. Estas tareas por lo general comienzan desde las tres o cuatro de la
mañana, ya que se come algo alrededor de las cinco de la mañana antes de ir al campo.
El trabajo es uno de los más pesados que existen. Las temperaturas, combinadas con el gran
esfuerzo físico que debe realizarse, conllevan a un alto desgaste del organismo. Esto
combinado con la desnutrición, la falta de higiene que priva en los albergues, la baja calidad
del agua. Es raro encontrarse a un ejidatario trabajando junto con ellos.
Los cortadores de caña son, un grupo marginado que viven y sufren la pobreza. Sus
albergues en malas condiciones, su trabajo que es duro y de mucho riesgo, su origen
indígena, entre otros aspectos, nos demuestran que, los cortadores y sus familias son
personas víctimas de un sistema neoliberal que busca brazos baratos y necesitados para
generar riqueza‖ (Pacheco, 2013: 6).
Otra crónica nos describe el ánimo de un ingenio altamente productivo:
―los cortadores de caña entregan la caña cortada al ingenio Emiliano Zapata, el cual impone
el precio. Desde hace años paga la tonelada a 25 pesos; pero a veces, pretextando mala
calidad de la caña o del corte, paga por ella apenas 20. No hay manera de negociar, ni
siquiera de verificar si están pesando correctamente. ―A veces aquí pesamos 20 toneladas y
cuando llegamos allá nos dicen que son 17 o 15. Y ni siquiera el ejidatario puede entrar a
ver cómo la pesan. Sólo nos dan un papel que supuestamente dice el peso. Con eso nos
chingan a todos: al ejidatario, al capitán, al fletero y al cortador, dice don Lucio Uribe,
conductor de un camión que transporta a los peones y a la caña.
168
Los cortadores de caña no saben que hasta mediados de la década de 1990 el ingenio era
una cooperativa; que fue expropiado por Lázaro Cárdenas en 1938 precisamente para
acabar con las condiciones de explotación en las que laboraban los peones. Tampoco están
enterados que fue entonces cuando a la empresa se le nombró ―Emiliano Zapata‖ y fue
entregada a los campesinos, ni que Rubén Jaramillo fue administrador. No han escuchado
nunca que cuando la explotación regresó, Jaramillo se levantó en armas y ―ajustició‖ a
administradores, empresarios y asesores ligados al ingenio. Sólo les parece raro que se
llame ―Emiliano Zapata‖: ―Lo que yo he escuchado de ese señor es que decía que la tierra
es de quien la trabaja. Entonces qué tiene que ver con los del ingenio, si esos son unos
rateros‖ (Camacho, 2006).
5.4 Hacia la conformación de opciones de resistencia de los sujetos sociales que
participan en la agroindustria azucarera.
Señala Garretón que la aplicación de las políticas neoliberales han cambiado
significativamente la problemática de la acción colectiva. La interpenetración a través del
mercado y de la cultura de los postulados neoliberales ha implicado la desarticulación de
los actores sociales clásicos ligados al modelo de sociedad industrial de Estado nacional.
Visualiza al neoliberalismo como ―intento de negar la política a partir de una visión
distorsionada y unilateral de la modernización expresada en una política instrumental que
sustituye la acción colectiva por la razón tecnocrática‖ y donde la lógica de mercado parece
aplastar cualquier otra dimensión de la sociedad, (Garretón, 2002).
―Los trabajadores orientan sus luchas y demandas a paliar los efectos del modelo en el nivel
de vida, el empleo y la calidad de los trabajos, demandando siempre la intervención del
Estado, más que a posiciones propiamente anticapitalistas. Por otra parte, se aprecia un
doble movimiento en el actor empresarial, escindido entre los favorecidos y los perdedores
de las aperturas y la globalización: en estos últimos se produce la corporativización
defensiva de tipo nacionalista y, en los primeros, la internacionalización de las pautas de
acción y una dinámica interna más agresiva, pero sin lograr convertirse en clase dirigente‖.
(Garretón, 2002).
No obstante, de la Garza (1992) señala que es posible una escala de sujetos y proyectos de
lo subordinado a lo autónomo; Respecto al concepto de hegemonía de un sujeto, señala que
esta no puede derivarse solamente de situaciones estructurales, porque las identidades
169
autónomas no dependen solo de ellas, sino que se construyen. La capacidad de hegemonía
es la de influir en la reconfiguración de las identidades de los otros.
―La viabilidad de un sujeto y su proyecto no depende solo de la fortaleza de la identidad, ni
siquiera de la intensidad de la voluntad colectiva autónoma, pues sobre la generación de
esta confluyen grandes espacios: el de las experiencias inmediatas de los posibles sujetos,
los futuros espacios del movimiento colectivo y una serie de espacios extra experimentales,
que acotan también la viabilidad de los sujetos y sus proyectos y ―presionan‖ con
mediaciones diversas sobre los espacios de experiencia directa‖ (de la Garza, 1992: 65).
5.4.1 Expresiones de identidad. Las organizaciones cañeras
En lo referente a la agroindustria azucarera mexicana, las reformas neoliberales han
implicado una serie de transformaciones en la cadena productiva y en la cadena de valor en
el interior de la agroindustria de la caña y en el desenvolvimiento de los sujetos, lo que ha
motivado la aparición de nuevas formas de organización y de resistencia. Como puede ser
el caso de nuestro país, el de la organización emergente de la Confederación Nacional de
Organizaciones cañeras independientes CNOCI y las movilizaciones nacionales de cañeros
ante la caída de los precios del azúcar en los años recientes.
Las organizaciones cañeras reconocidas por el gobierno y los ingenios son la CNC y la
CNPR, y que están registradas en las instancias correspondientes, sin embargo en tiempos
recientes se ha ido conformando la CNOCI como una opción independiente a nivel
nacional que ha ido aglutinando a productores cañeros del Estado de Veracruz, donde tiene
el mayor número de simpatizantes y de otras entidades productoras de caña de azúcar, pero
también se presenta una fuerza en el Estado de Puebla.26
26
El 14 de Agosto de 2014, la prensa nacional dio cuenta del intento de homicidio del líder cañero Arturo
Hervis, que días antes había denunciado, junto otros dirigentes locales, graves actos de corrupción y colusión
de autoridades y empleados del ingenio de Atencingo, a donde se dirigía para presidir el congreso regional de
la agrupación que preside: la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cañeras Independientes, El atentado
en su contra, del cual sobrevivió, representa la punta del iceberg de un conflicto de proporciones mayores,
dado el enorme descontento generado por la acumulación de agravios en contra de los productores rurales,
que se agudizó de manera dramática con el desplome del precio del azúcar de 2013, que afectó de manera
aguda las condiciones de los cientos de miles de productores cañeros del país, deteriorando aún más las bases
de sustento de las organizaciones oficiales ante su escasa respuesta a favor de sus agremiados.
170
Señala José Benítez Soriano, productor cañero del Ingenio de Atencingo en una entrevista:
―Pertenecemos a la coordinadora nacional de organizaciones cañeras independientes
(CNOCI) que la encabeza uno que acaba de salir de senador Arturo Herviz Reyes, de
Veracruz, tenemos independientes en varios estados de la republica‖ Existen productores
cañeros que se han ido adhiriendo a la CNOCI, señala también que su organización se fue
conformando con escisiones de compañeros de la CNC de la CNPR, ―no nos gustaron la
forma de cómo se comportaron y logramos entre compañeros que iniciaron este movimiento
organizamos y aquí estamos trabajando‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la
CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Una razón poderosa que une a los independientes y por la que ha ido tomando fuerza es la
inconformidad con las cuotas que cobran las organizaciones oficiales (CNC y CNPR)
situación que se hizo más insoportable con la crisis del precio del azúcar en 2013; señala
como ejemplo que a los productores cañeros las organizaciones oficiales les imponen la
afiliación en el IMSS a sus cortadores de caña y que sin embargo,
―no pagan el seguro social, si los cortadores se llegan a cortar o tener un accidente de
trabajo, los dan de alta al IMSS, los curan y nuevamente los vuelven a dar de baja, de
manera que los pobres cortadores, si estuvieran cotizando cada año llegarían a la edad en
que ya se pueden pensionar, y no lo logran porque no están cotizando […] Es un robo
inclusive coludido por el mismo Seguro Social, es una mafia bien organizada […] lo vemos
en la situación de saqueo de millones de pesos‖ (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de
la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
También informa que la CNOCI, se ha venido formando desde 2001 y tiene cañeros
simpatizantes en los ingenios en Atencingo, y Calipam.
La ley de desarrollo sustentable de la caña de azúcar (LDSCA; 2005) señala en los artículos
34 y 38 los que las organizaciones nacionales y locales de abastecedores de caña deberán
contar con al menos el 10% de la membresía del padrón total de abastecedores de caña o el
10 % del volumen de la caña de la zona de abastecimiento del ingenio correspondiente. En
Atencingo los productores cañeros que se han adherido a la CNOCI son 400, de un padrón
aproximado de 9,000, por lo que se requieren cerca de 900 para ser reconocidos como
organización local y puedan participar en el Comité de Producción y Calidad Cañera del
Ingenio, éstos señalan que la lucha ha sido dura, pero se mantienen en ella. ―producimos
171
caña en 15 estados del país y en 9 o 10 estados hay independientes […] pero pues ojala y
algún día tengamos todo el apoyo para salir adelante‖ (Benitez, 2013).
Con respecto a los ―independientes‖ de Calipam, no fue posible realizar entrevista con
ellos, dado que a diferencia de Atencingo, donde existe una oficina de la CNOCI, en
Calipam no cuentan con oficinas abiertas al público; de acuerdo a la información de los
militantes del ingenio de Atencingo de ésta organización, existen simpatizantes en Calipam
y hay coordinación entre los productores de ambas zonas, aunque, no se expresan pública y
abiertamente.
―ante el mal trato del ingenio de Calipam a sus cañeros, existe un buen numero de ―cañeros
independientes o libres amigos de nosotros, son conocidos porque, los hemos apoyado y los
hemos invitado y nada más pues y no entran por qué les paran el alto.
Señala como formas de coerción contra los independientes los siguientes:
―el miedo a que le vayan a dar sus madrazos, hay miedo de que no le paguen, de que no les
compren, que no le den contrato para comprar su caña. Y es que su caña no si la compran,
ni modo que vayan al mercado a vender por trocitos de caña, No, son cosas delicadas.‖
Agrega que
―si somos cañeros estamos trabajando no nada más para nosotros, estamos luchando para el
cañero o si es de acá de Puebla o del ingenio de Atencingo, estamos luchando para todos,
olvídese que sea de una o de otra organización, somos cañeros que queremos el precio justo
para todos, porque no queremos las cosas individuales‖ (Entrevista al Sr. José Benitez,
dirigente de la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Un momento crucial en este movimiento correspondió a la caida de los precios del azúcar
que se presento desde 2012, dado que la caña que los productores entregan al ingenio se
encuentra ligada al precio del azúcar, lo que los ha afectó en la zafra 2012/2013. Este hecho
dividió a los cañeros organizados, los ―independientes‖ inician su diagnóstico de la
situación actual con una crítica a las organizaciones reconocidas:
―es que no puede ser posible, que el año pasado, en la zafra anterior, nos pagaron 805 pesos,
y hoy nos quieran pagar a 514 pesos la tonelada, […]y más cuando están aumentando la
productividad, […] mire, Los compañeros aquellos de la CNC y de la CNPR dicen que
172
tuvimos una zafra record: que 240 mil toneladas de azúcar… que no se hagan….y porque
no nos dicen el precio como está […] que una zafra record [debe ir] combinada con un alta
productividad y con buenas utilidades para los cañeros, porque en realidad no hay utilidades
para un cañero ahorita […] no es posible, los combustibles son muy caros, la mano de obra
es muy cara, los fertilizantes, los insumos son muy caros‖.
Igualmente ponen como causa de esta situación a las importaciones de JMAF
―son políticas del mismo gobierno, […] es que dejan pasar mucha fructosa sin pagar […] no
se da cuenta que hay una alta producción, esta zona es cañera, son alrededor de 70 pueblos
productores de caña del Estado de Puebla y parte de algunos de Morelos, y traen su caña a
moler a Atencingo, esto no puede ser posible, señor, vivimos de eso, los que más tienen le
digo son 2 hectáreas, 3 hectáreas y no hay más, y eso es raro el que tiene 3 hectáreas‖
Ante esta coyuntura, los independientes, a diferencia de la CNC y CNPR que tomaron las
bodegas de los ingenios de Atencingo y Calipam, llevaron a cabo estrategias de lucha
distinta; señala Benítez:
―nosotros no participamos en las tomas, porque creemos que eso no es lo que se debe hacer,
nosotros mañana [7 de Mayo de 2013] haremos un plantón en la SAGARPA en México.
[Califican las tomas de las bodegas como] un simulacro de la CNC y de la CNPR, ya que
jamás en si se bloquearon, porque los bultos de azúcar seguían saliendo, […] inclusive el
ingenio utilizo las tomas de las bodegas, porque detuvo las pre liquidaciones de los cañeros,
que de por si estaba barata la azúcar y luego estaban deteniendo los pagos, muchos cañeros,
aún no han recibido su preliquidación o están muy atrasadas. […] fueron en una comisión
ayer y les dijeron: el precio de la caña es tanto, no va a subir y ni le busquen porque ya
cedieron los cañeros de las organizaciones oficiales‖ (Entrevista al Sr. José Benitez,
dirigente de la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Consideran que la estrategia adecuada es la de presionar al gobierno, que no ha dado el
apoyo al campo y al cañero,
―pues afortunadamente, ya por lo menos algún grupo de cañeros, [están manifestándose]
ahora están en Córdoba y mañana nos vamos a México […] hay muchos grupos que se
están afiliando y nos van a apoyar […] el problema aquí es que CNC Y CNPR son células
del PRI y desde ahí arriba les dijeron: no hay manifestación no hay forma de cambiar el
173
precio, quédense calladitos y al cañero que se lo lleve la fregada, pues si ellos quisieran
luchar por los intereses de los cañeros en tres minutos se levantan todos los cañeros, hay 9
mil nada más en este ingenio mas todos los demás, pero no lo quieren, no les interesa el
porvenir del cañero, les interesa quedar bien allá arriba, no les interesa hacerle un plantón ni
nada a Peña Nieto, pues son priistas (Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI
del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
5.4.2 Otras expresiones de identidad en las luchas cañeras.
La búsqueda de nuevos espacios de voluntad colectiva autónoma, ha permitido a otros
movimientos sociales explorar nuevas opciones de identidad. Tal es el caso de las
―empresas recuperadas‖ que ha analizado Raúl Zibechi y que dibuja muchas de las
similitudes de los ingenios mexicanos:
[En la etapa previa al neoliberalismo,] el concepto de territorio aparecía desdibujado ante la
centralidad de las relaciones de producción. La clase parecía disolverse fuera de la fábrica,
[…] En poco tiempo se registraron profundos cambios de las territorialidades en las que se
instituyeron los estados nacionales, las industrias locales y las clases que las sostuvieron.
[se da una] desterritorialización (huida del capital, desindustrialización, crisis de los sujetos
y de la forma de ocupar sus territorios) provocó emigraciones masivas dentro de las
fronteras nacionales y, muy en particular, dentro de las diferentes tramas urbanas, ya sea
entre ciudades o bien dentro de las mismas ciudades afectadas por la re-territorialización.
[…] cuando huye, ―lo hace dejando atrás un rastro de devastación‖, porque ―el capital, por
naturaleza, crea unos ambientes físicos a su imagen y semejanza únicamente para
destruirlos más adelante, La destrucción de los espacios creados por el capital, condición de
su huida, dejó el terreno libre para nuevas formas de apropiación del espacio por parte de
los insubordinados, lo que supuso el tránsito de la lucha por la tierra (como valor de cambio
y medio de producción) a la lucha por afirmar una territorialidad (territorio como valor de
uso, espacio donde se practica un modo de vida asentado en una cultura).
Pensar que los excluidos ―no pueden‖ es pensar que sigue existiendo una racionalidad
formal: la de los partidos y la academia, o sea, la del Estado [esta] acción política de los
excluidos se relaciona con la crisis de representación o la presencia activa de los
representados. […] se puede verificar que ―la deconstrucción de las territorialidades
heredadas se procesa a través de una profunda crisis de los sistemas de representación‖ […]
Veamos. El obrero no controla el espacio en el que produce, sino que es controlado a través
174
de la organización del trabajo, de forma microscópica. La desindustrialización –huida del
capital– supone la destrucción de los espacios en los que el obrero era controlado. […] En
su lugar, los sectores populares crean nuevas formas de organizarse para producir y de
apropiarse del espacio. (Zibechi 2008: 74-86)
Existen en México intentos por parte de las organizaciones de productores de adquirir los
ingenios en quiebra y al menos dos experiencias de ―recuperación‖ de ingenios.
Señalan Castillo y Aguirre (2004), que durante el proceso de privatización de los ingenios
nacionales se presentaron varias iniciativas de compra por parte de las organizaciones de
productores de caña de azúcar y de los obreros de las fábricas azucareras del país, Sin
embargo las condiciones que se les impusieron para su adquisición fueron el pago en
efectivo para dar el enganche, equivalente al 15 % del valor de cada factoría, en tanto que
los grupos empresariales, a los que finalmente se les concedieron las factorías, contaron con
todas las facilidades en créditos y plazos para adquirirlos.
Lo anterior demuestra la política del Estado de impedir a toda costa otras opciones que no
sean el otorgamiento de los ingenios a grupos empresariales privados.
Otro caso de intento de desarrollar procesos de autogestión, es el que nos describe Blanquet
(2000) del ingenio Cuatotolapan que no cerró en la zafra 2000-2001 gracias a la oposición
de los gremios cañeros, quienes firmaron un convenio de cogestión con el gerente: los
cañeros pagaron el costo de operación, y el ingenio puso las instalaciones y el personal de
confianza o también la experiencia de varios ingenios de Oaxaca que se acercaron a ―El
Barzón‖ para buscar su apoyo. Sin embargo, las organizaciones tradicionales de
productores cañeros jugaron un papel de contención.
Aunque la experiencia más relevante al respecto se puede ubicar en el Ingenio de Puruarán
Michoacán, que de acuerdo a Paleta (2002) fue un regalo del general Lázaro Cárdenas ―al
pueblo de Puruarán para proporcionar trabajo y un modo de vida a sus habitantes‖. En 1991
fue adquirido por Alberto Santos de Hoyos, (propietario de la Fábrica de Galletas Gamesa),
junto con un paquete de ingenios en el que también se encuentra el de Pedernales Mich.
El propietario del Ingenio de Puruarán decidió cerrarlo en 1992 ―por una ‗baja
productividad‘ y por ser ‗incosteable‘ y se ordenó a los cañeros entregar su caña en
175
Pedernales. Cabe señalar que Puruarán y Pedernales, al paso de los años, han formado una
unidad industrial, al compartir el mismo mercado de trabajo agroindustrial, el sistema de
riego, canales, la red carretera y el transporte público‖ (Paleta, 2002:19).
Luego de interrumpida la producción de la fábrica, grupos de ex trabajadores, productores
cañeros y una parte de la población gestionaron o exigieron a diversas instituciones,
autoridades estatales y federales la reapertura de una de las principales fuentes de empleo o
la creación de otras alternativas de trabajo en la localidad y en la región.
El 13 de noviembre de 1992 se concretó la formación de un grupo denominado Comité de
Defensa para la Conservación del Ingenio Puruarán (CDCIP). Obreros y cañeros de la
localidad toman las instalaciones del ingenio el 7 de diciembre de 1992. Aquí surge una
primera disyuntiva que después se revelara como fundamental: la ―vía legal‖ o la ―acción
popular directa‖.
El movimiento de Puruarán contó desde sus inicios con el apoyo de organizaciones
sociales, campesinas estudiantiles y de emigrantes que aportan recursos económicos,
logrando de esta manera comenzar a producir. Es en este contexto al inicio de la zafra de
1998 se creó la ―Cooperativa trabajadores del ingenio Puruarán‖, bajo el auspicio de la
cooperativa de Pascual Boing, logrando a partir de este momento un convenio en el que la
empresa embotelladora se comprometía a comprar la totalidad de la producción del ingenio.
Sin embargo, los problemas financieros y de inversión, (con la ayuda de la fuerza pública el
dueño original desmanteló la maquinaria más moderna del ingenio, a pesar de la oposición
de la comunidad) no le permitieron a la cooperativa tener el éxito que buscaban y mantener
y ampliar la producción. Hay que agregar que se solicitó la ayuda a los gobernadores
perredistas de la entidad, sin que se tuviera éxito (Paleta, 2002: 20-21).
Un nuevo intento lo podemos ver en días recientes de acuerdo a una nota periodística
publicada en el Sol de Cuernavaca (20 de Sept. de 2012), el que da cuenta de una solicitud
al reciente gobernador de Morelos Graco Ramírez, para tramitar ante el gobierno Federal la
donación de los Ingenios azucareros Emiliano Zapata de Zacatepec y La Abeja de Casasano
ya que éstas fueran administradas por una cooperativa conformada por productores de
176
azúcar y obreros de dichos ingenios, según indicaron integrantes de organizaciones
campesinas como UFIC, CCC Lázaro Cárdenas y UGOCEM.
Sin embargo las tareas de organización y de la construcción de subjetividades alternativas
al modelo neoliberal no es una terea fácil, ni aún en los sujetos colectivos que han
trascendido en estas iniciativas. Ya que tal como lo plantean León y Flores:
Una "organización amplia" será aquella en la que los integrantes se conviertan
efectivamente en "sujetos de su propia historia", es decir, que puedan incidir sobre las
decisiones que les afectan no sólo como individuos y productores sino como ente colectivo
organizado. El tener acceso a la toma de decisiones en los programas, el no ser simples
receptores y ejecutores de los mismos y el lograr obtener autonomía y dominio sobre sus
propios recursos son metas que exigen un largo proceso de ejercicio político en las
instancias de decisión, de definición de los objetivos comunes y de conformación de la
identidad de grupo (León y Flores (1991: 56) .
Se destaca el papel del Estado que lejos de promover dichas experiencias de autogestión y
control de la producción por parte de los productores cañeros, se manifiesta a favor de la
formación de grandes consorcios azucareros, afectando tanto a obreros y cañeros que
impulsan la formación de cooperativas, ya que el dogma neoliberal no visualiza que en el
mercado intervengan otro tipo de actores que no sean los empresarios privados.
177
CAPÍTULO VI. EN BUSCA DE LA HUELLA ECOLÓGICA. ESTUDIO DE LA
AGROINDUSTRIA AZUCARERA. EN LA REGIÓN DE PUEBLA.
6.1 Patrón de producción, e impacto ambiental de la agroindustria azucarera.
Indagar en qué partes de la cadena se crea valor y en que otras se distribuyen, ha sido un
buen objetivo de análisis. Ahora nuestro propósito se amplía, ya que uno de los objetivos
fundamentales planteados en esta tesis, es contribuir al análisis de la huella ecológica (HE)
en la agroindustria azucarera en la región de Puebla. El recorrer en busca de la huella
ecológica no fue tarea fácil, dado las escasas publicaciones referentes al tema que logramos
localizar.
Esta investigación no pretende determinar la huella ecológica en la agroindustria azucarera
en la región de Puebla de manera cuantitativa tal como lo determina la metodología para
calcularla, aunque a lo largo de esta investigación se hayan obtenido resultados estadísticos
parciales en aspectos tales como superficie cosechada e industrializada, proporción de caña
cosechada en verde o quemada, consumo energético en ingenios, transportes, entre otros,
que permitirían avanzar en una aproximación al análisis cuantitativo que implica la huella
ecológica en la región.
Nuestra propuesta es avanzar en el análisis de la huella ecológica de manera cualitativa en
aspectos tales como: superficie sembrada de caña de azúcar, uso de fertilizantes, quema de
caña en la zafra, impacto ecológico en el traslado; consumo energético en los ingenios, la
emisión de gases a la atmosfera y la generación y el manejo de desechos al ambiente que
genera la actividad productiva de la agroindustria azucarera, entre otros. La información
para desarrollar los aspectos señalados anteriormente se obtuvo a partir de la revisión del
material bibliográfico y hemerográfico que se logró acopiar, que se enriqueció con las
entrevistas que en campo realizamos a productores cañeros y administradores de ingenios.
En dichas entrevistas el tema ambiental fue el eje central. Que sin embargo dada mi
historicidad, se derivaron en aspectos relevantes de la agroindustria a nivel económico,
social y de procesos productivos.
Es necesario aclarar que los resultados que se presentan a continuación, en modo alguno
agotan el análisis de la huella Ecológica en región cañera de Puebla, ni se puede afirmar
178
que el abordaje, esté terminado dada la complejidad de determinar cuantitativa o
cualitativamente la huella ecológica.
Una metodología que se empleó para avanzar en la huella ecológica de la agroindustria
azucarera, es seguirla a partir de la descripción que se presentó de la cadena productiva y la
cadena de valor, a las que en algún borrador agregué el concepto de ―cadena ecológica‖,
como un camino metodológico – epistemológico que se presentaba Sin embargo por
consejo de los tutores de ésta tesis, se optó por utilizar la categoría ―huella ecológica‖, dada
la relevancia que este indicador ha adquirido en la comunidad científica y de los
movimientos sociales ecologistas.
La agroindustria azucarera es un ejemplo muy claro de las heterogeneidades productivas y
de distribución del valor, en las cuales, el impacto ambiental es un factor que se ha
soslayado a pesar de la importancia de verlo como un ahorro en los costos que contribuyen
a profundizar dichas desigualdades.
En este proceso de expoliación de valor y reducción de costos –en beneficio de los dueños
de los ingenios y los eslabones más beneficiados de la cadena-, el costo ambiental y el
impacto a la biodiversidad en las distintas fases del proceso productivo que constituyen la
cadena productiva es un elemento que no se encuentra presente en la contabilización de los
costos, dado que casi no se asume la reparación de los daños ecológicos, ni en las políticas
públicas ni de la administración de las unidades productivas de la agroindustria azucarera.
Nuestra intención es analizar la problemática ambiental que genera la agroindustria
azucarera en general y la zona cañera del Estado de Puebla en lo particular; lo anterior tiene
que ver con los patrones de producción imperantes y que en la mayoría de los ingenios
nacionales tienen muchos años de aplicación que generan una presión significativa sobre el
ambiente.
La huella ecológica (HE) es un indicador de sustentabilidad, de amplia divulgación,
reconocido por la comunidad científica y los movimientos sociales ecologistas a nivel
global. Propuesto como un sistema para computarizar las actividades en el planeta y por
ende determinar cuánta superficie medida en hectáreas globales se requieren para producir
todos los recursos y bienes que se consumen y para absorber todos los desechos que se
179
generan. La HE determina fundamentalmente el área necesaria para el consumo humano en
sus diversas formas como son la alimentación, la producción de biomasa necesaria para su
consumo o para sustituir los combustibles no renovables, para bosques que absorban el
CO2 etc. Dichos consumos son los que determinan la magnitud de la huella ecológica, de
manera que atribuye a los países consumidores, y no a los productores, la responsabilidad
primordial del impacto de la importación de recursos naturales, ahondando con este hecho
la desigualdad entre regiones, países, y actores sociales, que se benefician con un consumo
mayor tanto en cantidad como en derroche energético.
Este indicador se ha difundido dado que permite descubrir que los actuales patrones de
consumo y producción son insostenibles a nivel global, nacional, local. Además de que al
darle un seguimiento permite revelar si la situación mejora o empeora. Sin embargo en los
aspectos que contabiliza la huella ecológica, se soslayan variables ambientales como la
diversidad biológica y la calidad del agua, etc.
6.2 La huella ecológica en el cultivo de la caña de Azúcar
Los impactos negativos al medio ambiente en el cultivo de la caña de azúcar, pueden
mitigarse si se implementan prácticas agrícolas sustentables, como el uso eficiente del agua,
la aplicación de insumos orgánicos que sustituyan a herbicidas, pesticidas y fertilizantes
químicos, la eliminación de la quema de la caña en la cosecha y el aprovechamiento de
subproductos de la caña que se queman tanto en zafra como en los ingenios.
En un estudio del Comiré Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña del Azúcar
CONADESUCA sobre la sustentabilidad de la agroindustria, se advierte que en relación al
cambio climático (caracterizado por el calentamiento global, cambios en la precipitación
pluvial en el mundo y fenómenos meteorológicos extremos), la agroindustria de la caña de
azúcar contribuye a la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) tanto en campo
debido a la aplicación de fertilizantes nitrogenados, el consumo de energía eléctrica para
bombeo del agua de riego, la quema de caña para cosecha, como en fábrica por la emisión
de gases y residuos contaminantes a la atmósfera. Esta realidad, ―producirá efectos
negativos sobre la actividad agropecuaria, la producción agrícola dependerá cada vez más
de la cantidad de agua disponible, y más aún de aquellos que dependan del agua de lluvia,
lo que se reflejará en mayor volatilidad de los precios de los commodities como el azúcar‖.
180
Asimismo, como consecuencia de éste fenómeno, se prevé que habrá una mayor cantidad
de insectos, virus y bacterias con lo que aumentará la probabilidad de que la producción y
la productividad agrícola sufran afectaciones (SAGARPA, 2014).
6.2.1 Deterioro del suelo en la producción de caña
La investigación sobre la huella ecológica puede iniciarse a partir de la fase del cultivo de
caña de azúcar que incide en el paulatino agotamiento del suelo, dado el carácter
monopsónico del cultivo de la caña. Las exigencias propias del uso significan un fuerte
deterioro de los suelos especialmente por su característica de ser monocultivos con una sola
especie vegetal (caña de azúcar) a lo largo de muchos años. En nuestro país se siembra y
cosecha la caña con la finalidad de ser trasformada en azúcar en vastas regiones nuestro
país, en al menos 17 Estados.
El patrón tecnológico asociado a las variedades de caña, se combina con la utilización en la
inmensa mayoría de los campos de fertilización química para aportar los nutrientes al suelo
que requiere la caña, en la agroindustria azucarera los fertilizantes químicos son producidos
por empresas trasnacionales, que son altamente contaminantes, toda vez que van generando
efectos negativos sobre el ciclo de sustancias debido a compactación y salinización del
suelo, drenaje, estragos entre los microorganismos. Esta situación es provocada por la alta
extracción de nutrientes y, por la baja incorporación de los mismos que se agregan. No
existe generación y transferencia de tecnología para establecer los tratamientos que
consideren las necesidades específicas del cultivo, ciclo y suelo, que permitiría aprovechar
de mayor forma el potencial agroecológico que posee la región.
En relación al ambiente existen estudios que indican que el daño provocado puede ser
mayor.
―En la producción cañera hay un alto empleo de agroquímicos. En el corto plazo
incrementan los rendimientos y disminuyen la carga de trabajo. Pero no se debe soslayar
que en el mediano y largo plazo crean dependencia. Las especies crean resistencia y el
combate de ellas requiere productos más fuertes y peligrosos. Productos prohibidos en los
países desarrollados, por su alta toxicidad, se usan todavía en países como el nuestro. El
manejo de los agroquímicos muchas veces es inadecuado: no se siguen las precauciones
indicadas; se almacenan en lugares inapropiados; se emplean sin equipo protector.
181
Algunos de los efectos secundarios asociados al empleo de los plaguicidas en el ambiente
son: contaminación de fuentes de agua, mantos freáticos y aire; destrucción de
biodiversidad; erosión; dificultades en la reproducción de los animales; incremento
excesivo de algas en ríos y lagos; alta residualidad (permanencia a largo plazo) de las
sustancia en el ambiente; plantas e insectos dañinos con resistencia a plaguicidas; y
participación en la destrucción de la capa de ozono. Los plaguicidas también repercuten en
la salud de agricultores y población rural. Algunos efectos secundarios asociados a los
mismos son: dolor de cabeza; problemas digestivos y del sistema respiratorio; irritación
cutánea y de ojos; esterilidad; cáncer y envenenamiento‖. (Colpos; 2003:17 y 18)
Para enfrentar esta situación se recomienda utilizar composta a partir de cachaza y bagazo,
que son subproductos de la caña. Estos residuos de los ingenios se utilizan como
fertilizantes, con óptimos resultados, sin embargo no se ha avanzado mucho en la
utilización de dicho subproducto de la agroindustria azucarera como abono. El empleo de
este tipo de fertilizantes debe ser alentado ya que actúan como mejoradores de suelo (la
cachaza es rica en nutrientes), incrementan la producción y su empleo amplio y permanente
puede constituirse como generador de empleos. En forma reducida también se están
usando los fertilizantes líquidos como vinaza y CMS y en algunos casos se aplica cal
agrícola para corregir el pH en suelos ácidos. (Colpos, 2003).
Durante nuestro trabajo de campo pudimos constatar las experiencias por parte de los
productores cañeros de Puebla para reducir el uso de agroquímicos. El Ing. Roberto Lara
Suárez, dirigente de la CNPR del ingenio de Atencingo señala:
―El uso fertilizantes químicos más fuertes, en vez de bajar se está incrementando, aunque
desde hace algunos años se instalaron unas plantas para compostear la cachaza, se les da su
ventilación, se espera que termine su proceso de fermentación se le adicionan algunos
minerales, y se obtiene poli composta, un producto que se llama multiabono, que es materia
orgánica como toda composta, pero tiene la ventaja de que viene adicionada con más
minerales y trae algunos filo patógenos, se está haciendo ya a nivel comercial, este año se
va a empezar a comercializar esto. […] Ese tratamiento de la cachaza, ya tiene 5 años que
se incorpora al cultivo, con buenos resultados, pensamos que con este tratamiento vamos a
elevar el contenido de materia orgánica, ahora con este nutriabono, se puede asegurar que
182
desde la primera vez bajaríamos al 50 % el uso del fertilizante químico(Entrevista al Ing.
Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Es muy recomendable sustituir los fertilizantes químicos por abonos orgánicos, con
óptimos resultados, como la cachaza, (que como vimos es un residuo del proceso de
elaboración del azúcar), sin embargo no se ha avanzado mucho en la utilización de dicho
subproducto de la agroindustria azucarera como abono. Estimular la Investigación y
desarrollo en la agroindustria azucarera es una de las tareas prioritarias para mejorar la
productividad, pero también para mitigar su impacto ambiental.
Al respecto, el señor Benítez en entrevista de campo nos informó que las aguas residuales
pueden beneficiar la fertilización, ―hay veces, cuando llueve, vienen las aguas broncas y
viene el rio muy espeso y eso nos beneficia, porque hay ríos que no vienen muy
contaminados y viene con mucha limaza, trae nutrientes para el campo y llega al terreno y
crece preciosa la caña, por ejemplo ahorita que ya está lloviendo‖ (Benitez, 2013).
Es diferente la experiencia de Calipam, Los productores cañeros pertenecientes al ejido en
el que está instalado el ingenio que fueron entrevistados, señalaron que beneficia mucho al
terreno la cachaza, que es arrojada a los campos de cultivo con las aguas residuales del
ingenio. Para la fertilización de la caña se utilizan agroquímicos, aunque también es
importante señalar que una parte de la producción de Calipam es orgánica, lo cual significa
que no se utiliza fertilizantes ni herbicidas químicos y la caña se corta en verde, sin
quemarse. El cuidado del terreno y deshierbe se realiza a mano, se quita la maleza con
machete, con el puro chapeo.
6.2.2 La importancia del agua en el cultivo de la caña de azúcar
La producción y cultivo de caña de azúcar implica la disposición de agua o la existencia de
suelos húmedos. Se tienen problemas en el manejo del agua, en la infraestructura
hidráulica, en el intervalo y disponibilidad del riego.
En un estudio del CONADESUCA sobre la sustentabilidad de la agroindustria, citado por
SAGARPA (2014), que abarcó 45 ingenios, se expone que de la cosecha nacional de 2012
de caña de azúcar, el 51.5% se cultivó en temporal, el 36.4% se cultivó bajo riego y el
restante 12.1% bajo riego de auxilio (aquel que se da como apoyo a un cultivo cuando las
183
condiciones específicas de humedad, suelo y temperatura así lo requieren). La superficie de
temporal está cada vez más expuesta a los efectos del cambio climático (sequías,
inundaciones, entre otros) lo que representa un freno estructural para la productividad. Se
identificó que en la superficie bajo riego predomina el riego superficial (70.1%) que
presenta menor eficiencia en el uso de agua, y se cuenta en menor medida con sistemas de
riego tecnificado (29.9%) en los que la mayor superficie corresponde a riego por aspersión
Se han puesto en marcha proyectos de riego por goteo, que no han avanzado debido a la
falta de recursos propios y por la carencia de financiamiento (SAGARPA, 2014).
El uso del agua en el cultivo de caña en Calipam
Durante el trabajo de campo, se logró obtener la siguiente información con respecto al uso
del recurso hídrico en el cultivo de caña de azúcar, en el Estado de Puebla.
Los productores cañeros que se entrevistaron en Calipam coincidieron en que el aspecto
ecológico más grave que enfrentan es el abastecimiento del agua. El comisariado ejidal de
Calipam visualiza la escasez de agua como la dificultad más grave que enfrenta la
producción de caña, haciendo énfasis con ello de que dicha problemática no solamente es
ecológica,
―ahora sí, gracias a Dios terminamos de zafrar, ahora sí, casi con milagros, se terminó de
zafrar, pero nos quedamos sin agua, ahorita nos cayeron unos aguaceritos y pues aumentó
un poquito el recurso‖ (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de
Calipam, 7 de Junio de 2013).
Agrega, que la dotación de agua que surtía originalmente al ejido de Calipam venía de
Telpatlán, municipio de Vicente Guerrero,
―anteriormente, tanto ingenio como ejido y Telpatlán teníamos un convenio, pero
desafortunadamente, al pasar el ingenio a manos del gobierno, se fueron perdiendo los
convenios y ya tendrá como unos 15 o 20 años, que los de Telpatlán ya no la comparten el
agua‖ (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de Calipam, 7 de Junio de
2013).
Los habitantes del Ejido Calipam, ahora se surten el agua de los escurrideros del Rio de
Telpatlán, de una toma, que después de recorrer 18 km de canal, llega a una presa, que es
184
de donde toman el agua. Esa dotación de agua le pertenece al ejido Calipam que le da agua
al ingenio a partir de un convenio, porque este no tiene su propia agua.
La unidad de riego de donde brota el agua pertenece al municipio de Vicente Guerrero, el
dirigente de la CNC nos informó:
―nos dieron la dotación de agua, pero la mancha urbana del municipio sigue creciendo y ya
no nos dejan pasar el agua que nosotros tenemos por resolución presidencial, la misma
dotación que tenemos como ejido la damos al pueblo y la damos al ingenio. El agua que
llega es para riego, O sea no contamos con agua potable, Eso se utiliza para lavar la ropa,
no sirve para tomar el agua, hay que tomar de purificadoras, aunque el agua que nos llega si
es de buena calidad, como para bañarse sin ningún problema, no viene con ácidos, es agua
de manantial al venir rodando se va limpiando‖ (Ramírez, 2014).
Calipam dispone de drenaje y alcantarillado.
Por su parte, el dirigente de la CNPR de Calipam en entrevista nos informó
―aquí lo que nos ha afectado, es de que Ajalpan, Zinacatepec, Tehuacán, ya todos, nos
descargan sus aguas residuales urbanas en todo lugar y antes no llegaban los residuos de
allá, se quedaban en camino y ahora ya empiezan a llegar, llegan al ejido de Coxcatlan y
empiezan a contaminar el agua que está naciendo. Y es agua limpia [...] ahora llega una
caída de agua, Usted se mete hacia adentro, el vaporcito es toxico porque como que se
ahoga uno. Trae lo que ocupan en los hospitales, todo eso, gasas, equipos de sueros, todo
eso nos está apretando aquí, porque ellos ya están conectados al mismo cañón de lo que es
el rio […] Y no hay plantas de tratamiento de aguas en Tehuacán, […] en el ingenio no hay
planta de tratamiento de agua- […] No hay nada, […] es lo que están haciendo ahorita con
los drenajes, anteriormente nunca llegaban para acá, pero ahorita sí ya están llegando‖
(Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de
Marzo de 2014 ).
Las fuentes que le permiten al ejido-ingenio de Calipam de abastecerse de agua son las
precipitaciones pluviales,
―que permiten que se acopie en el canal, igualmente las lluvias (el temporal) permiten que
las cañas broten y estén de buen tamaño, el resto de la cosecha se cubre con agua de riego,
185
que proviene del agua del canal además de que Calipam cuenta con un pozo‖ (Entrevista
con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de Calipam, 7 de Junio de 2013).
Es decir que el agua que utiliza la región de Calipam proviene de la captación de la lluvia,
del canal que se abastecen, del pozo profundo que tienen y otra fuente es del agua residual
que el ingenio que arroja junto con lodos y cachaza.
Es necesario señalar que en otros frentes de corte que abastecen de caña de azúcaral ingenio
(otras comunidades) no presentan los niveles de escasez del recurso hídrico que padecen el
ejido y pueblo de Calipam, existen otra localidades como el ejido de, Coxcatlan, donde el
agua es abundante, esta se surte en canales que están a una distancia de 200 metros entre
uno a otro.
―Solo en época de estiaje tenemos problemas, cuando tenemos menos precipitación pluvial
el año pasado que casi no nos llovió, el agua es primordial en esta zona que es
semidesértica, […] si no nos lleve tenemos consecuencias en el rendimiento por hectárea en
campo, se nos baja el estimado, […] si repercute mucho con que no nos llueva aquí a
nosotros, ojala nos llegue una lloviznita, siga lloviendo para que nos llegue agua‖ […]. En
otros ejidos tienen manantiales y cuentan con pozos en Ajalpan, Chilac, Zinacatepec, San
Jose Miahuatlán etc.‖ (Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio
de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).
Sin embargo en 2013 la sequía afecto a toda la región cañera, ―cayeron 360 milímetros el
año pasado cuando lo normal, es cercano a los 500, un buen temporal es de 500 a 600
milímetros por año‖ (Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio
de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).
El compartir el agua entre el ejido de Calipam y el ingenio de Calipam no ha estado exenta
de fricciones Nos informa el comisariado ejidal de Calipam:
―Bueno de hecho, el ingenio no tiene agua, el agua es del ejido, hay un convenio con el
ingenio de compartir el agua, porque si ésta es del ejido también debe ser para el campo, y
también para el ingenio, no ha habido un acuerdo, alguna forma de utilizar racionalmente el
agua tanto en la producción de azúcar como en la producción de caña, lo que si tenemos es
un convenio en el que 2 veces por año, el ingenio apoya en limpiar el canal, para que pueda
captar toda el agua posible‖ (Gomez, 2013)
186
El Ingeniero Cabrera, (2014) por su parte, menciona que el ejido Calipam
―le renta el agua al ingenio, no se la está regalando, el canal es común, pero se junta muy
poquita agua, es el agua que usa el ingenio y a veces agarra de los pozos pequeños, ya hizo
un pozo, se ha buscado agua, pero esta es una zona con escasez del líquido, y a nivel
subterráneo los mantos acuíferos son muy escasos‖ (Entrevista con el Ing. Victor Cabrera,
presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).
El uso del agua en el cultivo de caña en Atencingo
De acuerdo al Ing. Roberto Lara (2013) en la región correspondiente al ingenio de
Atencingo, toda la superficie de caña cultivada es de riego, explica:
―aunque ya no tenemos los volúmenes suficientes para darles la cantidad de agua que
requiere la caña, podemos decir que es como medio de auxilio como de medio riego, han
bajado bastantes los caudales de los ríos, entonces eso hace que sean más espaciados los
riegos, tenemos también pozos cuando necesitan agua; el enemigo principal es el costo de
la energía‖ [La energía que mayoritariamente se utiliza para los pozos es la electricidad y en
mínima proporción bombas de gasolina].
Señala que tanto los caudales de los ríos, como el agua de los pozos, (debido al crecimiento
urbano en las zonas cañeras), han bajado sus volúmenes; si bien de momento no se ha
presentado un problema con el abastecimiento de agua, con el paso de los años de irá
agudizando, por lo que
―se requiere una cultura de la racionalización del agua; los productores no tienen una
estrategia de reutilización del agua para los siguientes años, así como tienen una estrategia
para el control de plagas a nivel natural, así también lo deben tener para ir reutilizando el
agua‖.
Continúa: el sistema de riego de los cañaverales consiste en inundar las tierras, ya que el
cultivo de caña requiere de abundante agua, ―aquí lo que se hace mucho es, empezar a
regar, inundando, hasta que las aguas se enlazan con las siguientes tierras y así hasta que ya
termina y se va al río.‖
A pregunta expresa, de evaluar el riesgo de que los fertilizantes químicos, (con el método
de inundación señalado en el párrafo anterior), contaminen los ríos, contesta de que
187
―los fertilizantes son los que menos contaminan, son todas las descargas que las manchas
urbanas le hacen a los ríos, no hay las suficientes plantas tratadoras, así cómo sale el agua
negra, así se la estamos descargando al río, dado que a éstas hay que usar correctores de PH,
para bajarle la alcalinidad que neutralizan el efecto de los herbicidas‖ (Lara, 2013).
Corregir esta externalidad, son costos que corren a cargo de los campesinos productores.
Igualmente señala que se está llevando a cabo el proyecto de mecanización del riego.
―estamos induciendo el uso del riego por goteo, el cambio de tecnología […] para lo
cual, esta asociación (CNPR] gestiona ante el gobierno federal el financiamiento de
aproximadamente el 50 por ciento del costo de dicho proyecto‖ (Entrevista al Ing.
Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Otra visión con respecto al uso del agua de la zona de Atencingo la proporcionó el Sr,
Benítez en entrevista de campo:
―la caña se cultiva, se riega cada mes, cada mes y medio, depende de cómo este el agua en
cada ejido, de cómo el agua va mermando, como el agua va siendo menos día a día.
Anteriormente se regaba cada veinte días ahora se riega cada mes, cada mes y medio,
porque no hay suficiente agua, lo que necesitamos es modernizar nuestros campos,
mecanizar nuestros campos, para bajar costos, subir la producción y tener más utilidades,
pero los riegos por goteo son muy caros‖.
Ante el cuestionamiento del entrevistador de que si ya lo están implementado en Atencingo,
contesta: ―
―ya en algunos ejidos, en poquita superficie, porque es muy difícil hacer un riego
por goteo con las aguas del rio, dan éxito los riegos por goteo siempre y cuando
sean regados con agua de pozo profundo, porque es agua limpia‖ (Benítez, 2013).
Agrega el señor Benítez, que respecto a las aguas de los ríos que llegan a los campos
―están muy contaminadas, hay descargas de aguas negras de todos, de comunidades
y de las fábricas, que hay alrededor o de las que vienen de Puebla. Las aguas
residuales domésticas y de las fábricas cercanas a Atencingo descargan directas a
los ríos, destaca los casos de las empresas la Galarza (elaboración de alcohol para
188
bebidas alcohólicas) y del Dragón (fertilizantes), que ha dañado la tierra y la salud
humana‖ (Benítez, 2013).
6.2.3 La producción de Azúcar orgánica en Calipam
El ingenio Calipam produce azúcar orgánica; prevé ir incrementando el porcentaje de
producción de este tipo, hasta cubrir el 100 por ciento en los próximos años. Nos informó el
Sr. Cabrera que en alguna zafra anterior
―se trató de hacerlo de la noche a la mañana, a los productores nunca se nos indicó como se
iba a cosechar y era algo desconocido, aunque siempre estuvimos en la mejor disponibilidad
de hacerlo, ahorita ya nos están programando con tiempo, al productor poco a poco se le va
instruyendo técnicamente dentro de la producción orgánica‖. (Cabrera, 2014)
Aunque nos comentó que para algunos productores cañeros, el cultivo de la caña orgánica
no es nada desconocido,
―mi padre y mis abuelos cosechaba en ese entonces la caña, no había maquinaria, no había
herbicidas, nada de eso, todo lo abonaban con estiércol de animales, se daba el famoso tapa
tronco, la raspadilla, todo lo hacían con pala o azadón, había gente que todavía baja, pero ya
muy poca, de la sierra, cuadrillas a alquilarse a dar el tapa tronco, la raspadilla con azadón y
todo y no se le metía nada de químico al cultivo de la caña y se cosechaba verde a mí me
tocó ver todavía eso No había quema, se lo llevaban al ingenio, lo maquilaban, lo
procesaban y sacaba el azúcar que no era otra cosa sino azúcar orgánica. lógicamente la
tecnología fue avanzando, ya se quema, se corta igualmente como antes, ya se levanta por
alzadora más mecanizado, los camiones ahora ya son Torton que andan en el campo en
camiones rabones que cargan bastante con las alzadoras, antes eso no se hacía. Ya no es
orgánico, ahora ya aplicamos herbicidas, eso ya lo viene nivelando la situación de mano de
obra, reduciendo los costos por hectárea, ahorita con la tecnología que se tiene,
anteriormente no, ahorita retomar el tema de lo orgánico es cosechar como antes; producir
orgánico implica más costos en mano de obra, que corren a cargo del productor (Entrevista
con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de
2014).
La producción orgánica, representa grandes beneficios para el ingenio, aunque algunos
productores de caña señalan que producirla representa, como se ha visto, mayores costos
189
para ellos, especialmente en mano de obra. Igualmente mencionan que la producción de
caña orgánica se da forzada por la circunstancia de que los productores no tienen recursos
para comprar abonos químicos y eso lo aprovecha el ingenio para registrar como orgánico
al producto. Lo que implica otra transferencia de valor de los productores de caña a los
ingenios en Calipam, ya que en entrevistas de campo los cañeros señalaron que aunque los
dueños del ingenio venden el azúcar orgánica a un precio mucho mayor que la estándar, les
pagan el mismo precio por su caña en ambas variedades y el proceso de fabricación en
fábrica es el mismo tanto en el azúcar orgánica como en la estándar.
Con respecto a la producción de caña de azúcar orgánica, el superintendente de campo del
ingenio de Calipam, informó que:
―todos los frentes de corte tienen un área destinada para el proceso, aquí casi no se ocupan
fertilizantes químicos, ante la abundancia de materia orgánica, ecológicamente hablando
esta es una zona semiárida, lo que propicia que no haya muchas plagas ni enfermedades
fungosas, etc. para producir caña orgánica no se puede aplicar herbicidas, no se puede
aplicar fertilizantes, no se puede quemar‖ (entrevista con el Ing. Mauricio Galán,
superintendente de campo del ingenio de Calipam, 6 de Marzo de 2014).
Señala también que actualmente no pueden cubrir toda su producción con caña orgánica,
―primero por cuestión operativa, segundo por cuestión del mercado, la idea de que en 4 o 5
zafras si tengamos toda el área y dándole su crecimiento o su desarrollo normal al mercado
local orgánico y su expansión al mercado internacional porque este crece y crece, va en
crecimiento, es una necesidad‖ (entrevista con el Ing. Mauricio Galán, superintendente de
campo del ingenio de Calipam, 6 de Marzo de 2014).
6.2.4 La huella ecológica en la zafra en Puebla
En nuestro país es de uso generalizado antes del corte de la caña quemar el cañaveral, a esta
tarea se le llama ―quema‖ o ―roza‖, con la intención de eliminar las malezas y facilitar el
corte, ya que el ingenio exige a los productores la entrega de la caña ―limpia‖. Aunque se
han ensayado con cierto éxito las máquinas de cortar caña, en la zona cañera de Puebla, casi
la totalidad de la zafra o recolección sigue haciéndose a mano. La principal razón es que la
cosecha es un costo que absorben los productores, por lo que les resulta más económico
190
pagar muy bajos salarios a cuadrillas de cortadores que adquirir o rentar una maquina
cortadora.
Además en la región Puebla, casi la totalidad de los campesinos cañeros son pequeños
productores minifundistas, con dificultades para endeudarse en un país donde la Banca de
desarrollo prácticamente desapareció y las tasas de interés imperantes se vuelven
restrictivas para cualquier actividad económica; aunque la migración ha propiciado en las
regiones cañeras dificultades para la contratación de mano de obra, incluso su
encarecimiento a la hora de enfrentar la zafra.
La quema de la caña de azúcar, implica la destrucción de materia orgánica, el
empeoramiento de la estructura del suelo por un mayor resecamiento y la perdida de
nutrientes, aumento de la erosión del suelo, especialmente en tierras con colinas
adicionalmente, también afecta la salud de los que viven cerca de estos lugares y de los
cortadores de caña. De igual manera la ceniza y el humo generado afecta a los animales, a
la vez que contamina ríos y lagos cercanos a la quema.
Otra referencia con respecto a la quema la propone Morales (2011):
―al quemar la caña de azúcar, como actividad previa a la cosecha, se presentan una serie de
problemas ambientales como es la contaminación del aire aumentando los índices de
emisiones de gases a la atmósfera provocando efecto invernadero‖. (Morales, 2011: 13)
Agrega que
―los humos que se emiten a la atmosfera con la quema de caña contienen monóxido de
carbono, hidrocarburos y óxido de azufre, pero no tan sólo el aire es afectado a la hora de
la quema de la caña si no también el suelo y el aumento de enfermedades como bronquitis
crónica, enfisema pulmonar y asma bronquial, entre otras, que afectan a la población
colindante y en especial, a los menores‖ (Morales, 2011: 13 - 14)
Algunos testimonios con respecto a la quema de caña en la región de los ingenios de
Puebla
Los productores cañeros de la región de Puebla, reconocen que al impacto ambiental de la
quema de la caña es considerable, aunque son reacios a sustituirla, aunado a que aún no
191
tienen conocimiento de una política deliberada de SAGARPA y SEMARNAT de
sustituirla, el Sr. Benítez, productor cañero y representante de la CNOCI señala:
―también podemos llegar a esto de no quemar la caña, a que se corten verdes, pero para
esto nos saldría más caro, necesitamos mecanizar el campo […] en Atencingo se ocupan
maquinas cosechadoras en una mínima parte, un 9%, pero también esa maquinaria a veces
no es adecuada, o el operador no la maneja como debe ser, porque se pierde mucha
cosecha. Se pierde mucha caña que queda tirada y pasa la máquina y la mastica, la machuca
esa ya no sirve, esa no se va, se queda en el campo, son pérdidas para el cañero‖ (Benítez
2013).
Aunque el dirigente de la CNPR en Atencingo es necesario ir avanzando en sustituir la
quema de caña,
―pensamos adelantarnos al momento en el que nos diga la SAGARPA, ¿sabes qué? ya no
quemes la caña, entonces estamos previendo ampliar el ancho del surco, para permitir que
entren los cortadores a cortar la caña en verde‖ (Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente
de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio de 2013).
Ante la pregunta de por qué no se aprovechan los subproductos de la caña, señala que los
costos de procesamiento de residuos son incosteables y la rentabilidad de su
comercialización es muy baja. Es la razón principal por la que recurren al cortador manual
y a la quema,
―por eso hay que darle empleo a la gente, por lo regular se les llama a gente asalariada, a
los cortadores aunque claro, también existen productores que cortan la caña ellos mismos
con sus familiares. […] los cortadores son de la zona porque usted sabe que ha crecido
mucho la población de cada pueblo, hay que apoyarlos. Ellos son los que cortan la caña
(Entrevista al Sr. José Benitez, dirigente de la CNOCI del Ingenio de Atencingo, 4 de junio
de 2013).
La zafra en Calipam se realiza con gente que se contrata en cuadrillas de cortadores cuya
labor es quemar la caña y cortarla inmediatamente. En Calipam, se puede decir que
aproximadamente el 80 por ciento de la caña ya cortada se carga a los camiones con
maquinaria, o sea alzadoras.
192
En entrevista de campo, el Sr. Cabrera señala que se practica la quema de la caña,
―para que se preste más a su cosecha, es más fácil, lógico, porque cortar la caña en verde,
en crudo implica que ―se le pasa machete acá, se le pasa un machete acá y pum de arriba
nomas y se va cortando, pero lógicamente, cuando la caña esta quemada, todo el cogollo
alrededor de la vareta, la vara del tallo dulce de la caña se quema y ya nadamos se dan 2
machetazos, uno abajo y otro arriba, corte y despunte, y se van cortando y se van haciendo
las estibas de la caña; con la quema, las hojas laterales de la caña se queman
completamente, el cogollo se queda en la punta, dependiendo del grado de sequedad que
tenga la caña, de todos modos se corta, dado que concentra agua, de no hacerse el KARBE
bajaría en la calidad, en puntos, o sea le estaríamos echando agua a la miel (Entrevista con
el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).
Para los productores la quema de caña, no representa un problema ecológico grave: ―lo
único que se provoca es humo, pero ya fuera de eso, aquí nadie se ha quejado de
enfermedad‖ (Cabrera, 2014)
Desaprovechamiento de subproductos de la caña en la zafra. La experiencia de la
región cañera de Puebla.
Con la quema del cultivo, se eliminan de residuos agrícolas de cosecha; estos se integran
con las hojas secas, la punta también llamada cogollo, las hojas verdes y el tallo verde del
cogollo, Para el cañero es necesario eliminarlos porque contienen poca sacarosa utilizable y
al ser llevados al ingenio disminuiría el KARBE del producto entregado, (con la
consiguiente pérdida en sus ingresos). En los cortes en verde (sin quemar la caña estos
residuos se quedan en el campo y se incorporan a la parcela como abono para el siguiente
cultivo.
Sin embargo, estos residuos pueden proporcionan materia para la elaboración de diversos
derivados, como son los forrajes, dado su alto contenido de nutrientes. Hasta la fecha, el
uso de los residuos agrícolas de la cosecha es muy bajo y poco se les aprovecha,
prefiriéndose su quema en la cosecha de caña, debido a que la diversificación de los
subproductos de la caña de azúcar no está generalizada; lo anterior se explica por la
ausencia de una estímulos económicos para el productor, como son la falta de empresas de
procesamiento y compradores, la cultura tecnológica, la inexistencia de una cadena
193
productiva o un mercado de los residuos de la agroindustria de la caña de azúcar que
permita elevar su desempeño a pesar de existir derivados potenciales, basados en su
composición.
De las entrevistas de campo se puede señalar que los productores cañeros de Calipam no
han visto la posibilidad de comercializar otros subproductos de la caña como el cogollo o la
punta, a pesar de ser una buena opción productiva y también ecológica que resultaría de
cortar la caña en verde, sin recurrir a la quema, porque al quemar se va todo, se va la punta
se va la yerba y al cortar mecánicamente o manualmente se puede recuperar mucho para
forraje y puede ser un ingreso adicional para el productor.
El Sr. Roberto Lara, dirigente de la CNPR es ingeniero agrónomo, explica que el cogollo y
otras variedades de la caña pueden utilizarse como abono o como forraje. En los campos de
Atencingo, dejan la punta de la caña,
―la fruta siempre lleva azúcar, a partir de hace tres años se ha venido insistiendo en que
cada productor deje en el terreno el residuo de la cosecha para que le vaya restituyendo un
poco de materia orgánica, es una práctica que ya se está haciendo hoy, lo ideal es convencer
al productor de que agregue nitrógeno para que progrese la descomposición de la materia
orgánica e igualmente adicionarle sulfato o urea, para que no le quite nutrientes al suelo‖
(Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio
de 2013).
Al cuestionarle el por qué no venden los residuos como forraje para obtener un ingreso
adicional, responde que no es rentable:
―lo quieren regalado, a cambio de nada, Es mejor que se incorpore a la tierra para tener
nutrientes para el siguiente ciclo, […] hay gente que agarra todo el residuo y lo ponen en un
solo surco y no lo dejan limpio sólo riegan este surco y éste le pasa la humedad al siguiente,
se ha visto que los surco a los que se regó ya pueden estar completamente secos sin
embargo aquí donde se quedó la pastura levanta uno el resto de la cosecha y está todavía
húmedo el terreno; se ahorra uno también una tercera parte del herbicida, o sea hay muchos
beneficios utilizando los residuos, porque aparte de que restituye materia orgánica, en ese
surco no va a crecer la yerba [y por consiguiente no se emplearán herbicidas], al siguiente
año se cambia, este que quedó tapado con la basura ahora queda libre, el reto es buscar
194
cómo mejorar la producción y sobre todo cómo bajar los costos, aquí se acostumbra mucho
limpiar, la famosa tomatesa, están perdidos si siguen con esa práctica, sus costos sus van a
ser muy altos, […] lo ideal es que ni siquiera salgan las yerbas, lo ideal es meter productos
que son selladores naturales que ni siquiera permite que la hierba empiece a brotar
(Entrevista al Ing. Roberto Lara, dirigente de la CNPR del Ingenio de Atencingo, 4 de junio
de 2013).
En entrevista aparte, el Sr. Cabrera, informa que ha habido intentos de empacar el cogollo o
la punta, que se desecha después de cortar la caña, sin embargo,
―esas inversiones son esporádicas, pienso que se va a incrementar cuando llevemos un 50
un 60 o 70 por ciento a lo mejor 100 ciento cosechando para orgánico, entonces se va a
tener que ver ya a conciencia que se hace con ese cogollo (que así se le llama a la punta de
la caña de azúcar), entonces ya se vería porque la verdad el costo de cosecha es mayor, ya
no es lo mismo cortar una hectárea de caña quemada que cortar una hectárea de caña cruda‖
(Entrevista con el Ing. Victor Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de
Marzo de 2014 ).
6.2.5 Problemática ambiental traslado de la caña al ingenio
Con respecto al traslado de la caña cortada al ingenio. De acuerdo a los datos de Palacios
(2011) los costos del transporte corren a cargo de los productores de caña y no de los ingenios,
lo que implica una carga en los costos de producción y por ende una pérdida de eficiencia. Los
ingenios mexicanos no son dueños ni co-propietarios de los camiones y no muestran interés en
modernizar y hacer más eficiente el transporte. El traslado de la caña al ingenio, implica una
gran carga ambiental dada la obsolescencia de los camiones que la trasladan, que implica un
mayor consumo de combustible y lubricantes con las consiguientes emisiones de carburantes y
Co2 a la atmosfera.
Se utilizan transportes que tienen una antigüedad media de 31.2 años. El número promedio
de viajes diarios que realiza cada camión es muy reducido: 0.8 y de manera optimista 2;
Estas cifras muestran que el transportista de las zonas cañeras mexicanas se conforma con
realizar un número muy pequeño de viajes, lo que se refleja en un reducido ingreso para
ellos. Este hecho se origina por los llamados tiempos muertos o de espera para que el
transportista pueda descargar la caña, éstos varían de poco menos de 3 hasta 10 hs.
195
El gran número de camiones estacionados en el batey en todo momento representa una
pérdida monetaria para los dueños de los camiones, que no pueden realizar otros viajes y
por consiguiente, al ser sus percepciones menores no están en condiciones hacer
erogaciones por mantenimiento preventivo de sus vehículos.
Palacios agrega, que a partir de un muestreo logró determinar que el parque vehicular en
cada ingenio es excesivo, pues los camiones son utilizados por los ingenios como
almacenamiento temporal, lo que incide en una pérdida de frescura de la caña y por
consiguiente en una menor productividad por los perdidas de sacarosa. Este hecho, que a
pesar de que se origina por las dificultades de almacenamiento, administración y procesos
de los ingenios, repercute en los ingresos de los productores de caña y los transportistas.
La reducción de los tiempos de espera en batey permitiría, una regularización uniforme del
arribo de los camiones al ingenio, sin altas y bajas durante toda la jornada de trabajo,
supondría un mayor compromiso por parte de los industriales de agilizar los trámites y el
registro de la caña que reciben, mejorando los procesos administrativos que repercuten en
su productividad y también en los ingresos de productores y transportistas. Los ingenios
deberán invertir en instalaciones para hacer más ágil el acopio de la caña entregada,
mejorar los procesos técnicos e inmiscuirse en reducir los tiempos de espera. Esto también
repercutiría, al reducir la obsolescencia de las unidades de transporte, en una mejora
ambiental.
6.3 La huella ecológica en los ingenios poblanos
6.3.1 El problema del Agua en los ingenios mexicanos.
El agua, junto con la caña son los recursos fundamentales en la cadena productiva de la
agroindustria azucarera, tanto en campo como en el ingenio azucarero, esto puede verse, en
los muy altos volúmenes de consumo del agua utilizada, así como en las enormes descargas
de contaminantes que se arroja a los depósitos naturales de agua, lo que implica una fuerte
presión sobre los mantos freáticos y las vertientes terrestres. A diferencia de la caña de
azúcar, que tiene un costo, el agua a pesar de ser un insumo esencial en la producción de
azúcar, representa un costo mínimo para los administradores de un ingenio dada su
abundancia y disposición.
196
Durante el procesamiento de la caña de azúcar se consumen grandes volúmenes de agua: en
el de lavado de la caña (hasta 10 m³/t); en de mezcla de condensado (agua de caída); en la
condensación de vahos y en la refinación del azúcar de caña. Es recomendable que esta
agua se devuelva al circuito, lo que implica gran demanda de terreno para estanques con
aspersión, grandes inversiones en el caso de torres de refrigeración.
En los últimos años, la gestión y la disponibilidad de agua en México se han convertido en
los temas más relevantes de la agenda ambiental. Los efectos del cambio climático y la
sobreexplotación del recurso hídrico, derivado de las erróneas políticas ambientales, han
ampliado la problemática en torno a este recurso.
De acuerdo a Aboites (2008), México tenía en 2007, una disponibilidad promedio del agua
de 4,416 m3/hab. Al año; el 63% provenía de fuentes superficiales y el 37% restante de
subterráneas. Su uso se distribuía de la siguiente manera: 76.8% para la agricultura, 13.9%
para abastecimiento público, 3.8% para la industria y 5.4% para termoeléctricas. Estas
cifras promedio no reflejan la presencia de monopolios agrícolas, industriales y municipales
que se han beneficiado de las concesiones para el usufructo del agua, y han sobreexplotado
las reservas acuíferas en las regiones con menor disponibilidad del recurso (Centro y norte),
dejando sin el vital líquido a importantes sectores de población. En contraste, en las
regiones del Sur – Sureste (donde se ubica la mayor concentración de los ingenios
nacionales) y a pesar de que existe una mayor disposición del recurso existen comunidades
con una menor cobertura en el servicio de agua potable.
En un estudio reciente, (La jornada, diario 2013) se señala que la disponibilidad promedio
de agua decreció en 2011 a 3, 983m3/hab. Año, a pesar de esta situación, en ese año y en el
siguiente, se otorgaron más concesiones de aprovechamiento en las zonas con menos
disponibilidad de agua.
La alerta hídrica, comienza a tocar a México y a sus ingenios, que ya empiezan a tener
problemas de abastecimiento de agua, a pesar de que históricamente se instalaron en las
regiones cercanas a fuentes abundantes de este recurso, lo que se les facilitó durante
muchos años la disposición de grandes volúmenes del líquido a costos extremadamente
197
reducidos e igualmente a tener acceso a las descargas a los afluentes, casi sin restricción
alguna.
En 1974, hace más de cuarenta años, la Secretaría de Recursos Hidráulicos en una
investigación denominada Uso del Agua en la Industria Azucarera concluyó que a pesar de
la abundante disposición de agua de las zonas cañeras, ya era necesario realizar mejoras en
el proceso productivo para reducir la demanda de agua, reciclar el recurso e instalar plantas
de tratamiento del vital líquido, ya que de no ser así, la actividad de este sector sería
inviable en los siguientes años. Aunado a la inexistencia de algo que pudiera llamarse, en
ese entonces, política ambiental.
También se señalaba, que por el hecho de estar ubicados cerca de fuentes abundantes de
agua, los ingenios no tenían la menor intención de instalar equipo para un tratamiento de las
aguas residuales, dada la facilidad del uso de grandes volúmenes de agua a costos
reducidos. La gestión del agua de 4 ingenios mexicanos puede sintetizarse en la siguiente
tabla:
Cuadro 6.1. Manejo global de agua en la Industria Azucarera mexicana (1974)
En relación a la cantidad
producida de ;
Demanda de agua m3/ton Descargas de aguas
residuales m3/ ton
Azúcar crudo (mascabado) 328.0 330.06
Azúcar estándar 216.78 196
Azúcar refinada 341.27 224.79
Fuente: SRH (1975) Uso del agua en la Industria Azucarera tomado de
http://repositorio.ine.gob.mx/ae/ae_00363.7394_m_495_-8.pdf.
La adopción de políticas ambientales, décadas más tarde no lograron mejorar de manera
sustancial la situación, y en algunos ingenios la gestión del agua es similar o peor que hace
40 años, dado que el consumo de agua no tiene una reducción sustancial y si le agregamos
la cada vez menor reserva de agua en el país y el agudizamiento de la crisis ambiental, la
alerta ecológica por el uso del agua está llegando a niveles dramáticos, aun en zonas del
país caracterizadas por disponer abundantemente ese recurso.
198
Con respecto a las descargas de aguas residuales Arreguín (2011) señala que:
―el consumo de agua en los ingenios es muy elevado, por lo que las descargas de agua
residual se ve impactada, sigue sin reutilizarse el agua de los procesos productivos. Si bien
el cierre de ingenios y la adopción de medidas anticontaminantes han permitido una mejora
en este rubro. De esta manera en el año 2000 los ingenios generaron 5,6 millones de m3 de
aguas residuales, lo cual significó alrededor del 41% del total de las descargas a nivel
industrial. En contraste, en el año de 2005, solo había cincuenta y siete ingenios y ellos
significaron el 28% de la carga orgánica en los ríos del país‖ (Arreguín, 2011).
Poco se ha avanzado en un uso y cuidado sustentable del vital líquido, los procesos
productivos del azúcar de caña, se siguen dando a partir de un consumo muy alto de agua,
en la mayoría de las fases del proceso productivo el uso de agua es indispensable y además
se requiere sea limpia:
Cuadro 6.2. Consumo de agua en el proceso de elaboración de azúcar
Elaboración propia
Es recomendable que esta agua utilizada en los ingenios se devuelva al circuito, lo que
implica gran demanda de terreno para estanques con aspersión, grandes inversiones en el
caso de torres de refrigeración. Si el agua condensada excedente enfriada y el agua de caída
199
no se reintegran al circuito, pueden utilizarse por completo en el lavado, en lugar de agua
fresca, de este modo se reducen tanto el consumo de agua de la fábrica como también la
contaminación de las aguas residuales.
Es necesario invertir en I&D para desarrollar tecnologías que ahorren agua, existen
experiencias de otros países, especialmente Australia, (Palacios, 2011) donde se ha logrado
ahorros sustanciales de agua, al dejar de usarla en el procesos como el lavado y otros.
Descarga de aguas Residuales de los ingenios.
El Fideicomiso Ingenio Atencingo (FIA) define al agua residual como ―aquella que ha
sufrido cambios en su composición natural debido a la adición de agentes contaminantes
que impiden su reutilización para el proceso que lo generó‖. (FIA, 2014)
La gestión y el manejo de las descargas de aguas residuales. debe ser un asunto
fundamental en la operación de los ingenios; toda vez que muchas de sus actividades
producen este tipo de descargas como las que provienen del agua para desenlodamiento de
las calderas, de la purificación del extracto en las estaciones de evaporación y cocción
(condensado sobrante y agua de limpieza), de la refinación (agua de regeneración de los
intercambiadores iónicos), de la producción de alcohol, levadura, papel o tablero
aglomerado (si la melaza y el bagazo se transforman en la propia empresa), de la limpieza
de los patios y de las precipitaciones y de los sanitarios y baños de los trabajadores. Todo lo
cual implica la adopción y creación de tecnologías limpias referentes al agua.
200
Cuadro 6.3. Principales fuentes de agua residual en la elaboración de azúcar
Fase del
proceso
Consiste en. Uso de agua
Lavado Se lava la caña, se eliminan lodos e impurezas que pueden
alterar el color del azúcar. Debido a que estas aguas
llevan un ligero contenido de sacarosa, al ser vertidas
fomentan el crecimiento de algas que acaban con el
oxígeno provocando la muerte de peces. También se
agregan grasas y aceites de la lubricación de la
maquinaria, que entran en la clasificación de residuos
peligrosos de acuerdo a la NOM- 052-ECOL- 93.
Abundante,
Se recomienda el
lavado manual y
ser tratada en la
planta.
Evaporación Se elimina agua en forma de vapor y posteriormente esta
se condesa, esta agua recuperada en ocasiones llevan
consigo arrastres de azúcar, lo que representa una
contaminación, por la demanda bioquímica de oxígeno.
Moderada, dicha
agua se puede
reutilizar
Condensación Otro desecho de la etapa de cristalización son las aguas de
los condensados del vapor que se genera al evaporar el
jarabe en los tachos.
Escasa. Es posible
reutilizar
Mantenimiento Lavado del equipo, evaporadores y calentadores, en los
cuales se utilizan ácido clorhídrico y sosa cáustica para su
limpieza.
Moderada. Se
puede usar el agua
tratada
Baños WC y baños Uso racional Se
puede usar el agua
tratada.
Elaboración propia
El Programa para el cumplimiento de la NOM-001-SEMARNAT-1996, informa que a partir
de 2000, se ha dado a la tarea de realizar visitas de verificación a los usuarios obligados a
cumplir con la NOM en donde se toman muestras de las descargas y se analizan en
laboratorios acreditados por EMA (Entidad Mexicana de Acreditamiento). (Garduño 2003)
201
Cuadro 6.4. NOM-001-SEMARNAT-1996 Calendario gradual de cumplimiento
A partir de Carga Contaminante (tonelada/día)
DBO y sólidos Suspendidos Totales
1 enero 2000 Mayor de 3.0
1 enero 2005 de 1.2 a 3.0
1 enero 2010 menor de 1.2
DBO: Demanda Bioquímica de Oxígeno.
Fuente: Garduño (2003)
Durante el periodo 2000-2001, en el Programa se visitaron a 226 usuarios industriales,
comerciales y de servicios, se detectó que de los 168 usuarios detectados por no cumplir la
NOM, 54 correspondían a los ingenios azucareros.
Gráfica 6.1. Tipos de industria que no cumplen con la NOM 001-SEMARNAT 1996 EN 2000
Fuente: Garduño (2003)
Si tomamos en cuenta un universo cercano a 60, podemos observar que cerca del 90 % de
los ingenios mexicanos no cumplían con la NOM 54, por lo que se constituye como una de
202
las actividades económicas que más contaminan a los ríos y los depósitos de aguas
nacionales. La situación reciente de acuerdo a Morales (2011) puede verse:
―El uso del agua en un Ingenio Azucarero es sinónimo de contaminación ya que muy pocos
ingenios tratan sus aguas, solamente la almacenan y posteriormente la depositan en los ríos
cercanos a este, provocando grandes cantidades de contaminación para la flora, fauna y
seres vivos aledaños al Ingenio Azucarero.
Esta alta contaminación nos lleva a pensar y decidir en los cambios o practicas necesarias
para mitigar o eliminar la contaminación del agua, es un gran reto pero no es un imposible
ya que día con día se van generando y actualizando las técnicas y maquinarias para lograr
esto.
El ordenamiento de la gestión del agua en un ingenio debe tener como objetivo que la
cantidad de agua contaminada que tenga que verterse o tratarse sea la mínima posible y su
contenido cumpla con las NOM. De las medidas a tomar a nivel interno de la empresa, la
recuperación del agua debería ocupar el primer lugar.
La descarga de aguas residuales puede reducirse a un mínimo optimizando el diseño de los
circuitos internos del agua y aplicando métodos de depuración de eficacia comprobada
instalando plantas tratadoras de agua y laboratorio de análisis de aguas residuales, Esto
último es imperioso en algunos ingenios que aún no disponen de estas instalaciones, que las
plantas de tratamiento sean constantemente monitoreadas por las autoridad ambiental
correspondiente, así como hacer eficientes los sistemas de control de calidad de aguas
residuales y realizar las obras necesarias para la separación de los drenajes de fábrica y
pluvial‖. Morales (2011: 87).
Elena Gozalo (2007), señala que es necesario dar pasos para racionalizar el uso del agua en
la agroindustria azucarera, a partir de su clasificación, de acuerdo a la calidad de estas,
almacenamiento, conseguir modificar el proceso substituyendo las operaciones realizadas
por vía húmeda para otras de vía seca, modificando la maquinaria o bien renovando la
tecnología, otro tanto debe hacerse con las aguas de descarga.
Todo lo anterior implica un costo adicional que los propietarios y administradores de los
ingenios deben conscientemente asumir.
203
Ingenios de Puebla: testimonios con respecto al uso de agua.
Calipam
En trabajo de campo, el gerente del Ingenio Calipam nos informó acerca de la
problemática del agua en el Ingenio de Calipam en los años recientes:
―nosotros hacemos un convenio cada año con el comisariado ejidal, del ejido Calipam para
la utilización de un agua de canal; a cambio del agua para que me dan para el proceso, pues
les doy algunas cosas, el pago de la renta de unas presas, el arreglo del canal, se le da
arreglo al edificio del comisariado; así es como nosotros nos hacemos del agua, pero
después de febrero empezamos con muchos problemas se viene muy abajo el volumen de
agua, la sequía. Allá por inicios de la zafra que es por ahí por el mes de diciembre, a lo
mejor está entrando 350 - 400 litros por segundo; en el mes de Marzo la traigo a 70 - 80
litros; tenemos un pozo que hicimos en forma común, que da ahorita como 18, 20 litros por
segundo y de toda esa agua y de otro arroyito que se llama el canal los lobos, toda esa
agüita que juntamos Ahorita como ya viene anunciado el estiaje, pues baja mucho y los
ingenios son muy tragones de agua, en este momento vamos a echar a trabajar la torre de
enfriamiento, que es uno de los procesos que más emplea agua en la producción de azúcar y
recirculamos un poco el agua, porque los equipos que trabajamos donde se elabora el
azúcar, se calientan demasiado, ahorita en este momento yo estoy manejando alrededor de
60 grados el agua y eso ¿qué hace?, pues que mis equipos de elaboración tarden más, por
decir algo, si me tardo 20 minutos en hacer una templa pues se va a tardar 1 hora, entonces
es cuando metemos la torre de enfriamiento, bajamos el agua de 60, a lo mejor a 30 grados‖
(Entrevista con el gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).
En lo que respecta a la política de reducción de consumo de agua en el ingenio de Calipam,
el gerente Lic. Janeiro, señala que aparte de la torre de enfriamiento, no existe otro proceso
que permita reutilizar el agua:
―Nada más es con la torre de enfriamiento, no hay otro método y aquí, toda el agua es como
le decimos nosotros a toda perdida, porque, ¿Qué quiere decir? Que toda el agua ya la uso y
yo la entrego más la caña, el 70 por ciento de la caña trae agua entonces la integramos, todo
eso a través de canales que tiene el comisariado, todo va a riego, le integro también lo que
nosotros le llamamos la cachaza, que es la tierra que separo, con un polvillo lo meto a un
filtro que se llama Oliver, a través de un vacío le quito lo que yo más pueda de la azuquítar,
204
y eso se hace una pasta, lleva lodo y es el bagacito fino, se hace una pasta, ya una vez que le
extraje lo que pude la suelto al agua y le agrego a la del campo y esa es buenísima como
fertilizante [tal como se indicó en la parte dedicada al cultivo de la caña] (Entrevista con el
gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).
Sin duda el principal problema de Calipam es la disponibilidad de agua por parte del
ingenio. La escasa precipitación pluvial no permite que el canal se llene. Señala el
comisariado ejidal de Calipam:
―En Marzo, casi un mes antes de terminar la zafra, el agua ya es poca y muy sucia. Cuando
empieza la zafra hablamos, de 300 litros por segundo o hasta 400, pero conforme pasa la
zafra, y cuando empiezan los calores, el agua se evapora, ya para terminar la zafra baja a
100 a 120 litros por segundo‖ (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de
Calipam, 7 de Junio de 2013).
Otro aspecto son las aguas residuales que el ingenio arroja a los campos de caña del ejido
de Calipam, agrega el comisariado ejidal
―la fábrica suele consumir mucha agua, la que ya se utilizó, sale como agua residual, pero
hirviendo, directo a nuestras cañas, como a diez compañeros en sus plantíos se les estanca
mucho el agua residual del ingenio, que sale de a más de 60 grados centígrados, se les han
quemado las cañas‖. (Entrevista con el Sr. Salvador Gómez, comisariado ejidal de Calipam,
7 de Junio de 2013).
También informa que existe un convenio que permite que una comisión realice un cálculo
de las pérdidas para llegar a un acuerdo del ingenio con el productor, para compensar sus
pérdidas. Concluye que
―Esa agua la ocupamos para el riego, Es de buen rendimiento porque lleva muchos
nutrientes. Pero también nos quema la caña, nos quema el tronco, sale muy caliente, sale
con ácidos, y sale a no sé cuántos grados de temperatura, pero llega el momento de que si
nos va machoneando el terreno […] Ha habido productores que han tenido pérdidas por el
agua caliente Si estamos hablando de una tarea, tarea y media, dos tareas, que se han
perdido por las altas temperaturas de las aguas residuales que salen ahí‖; agrega que mucha
agua, se queda en la zona urbana, mermando el agua y ocasionando un problema para zafrar
cada año aquí. Si no empieza en tiempo y forma y no hay muchos paros en fábrica se
205
molerá toda la caña, pero si, ya hay ese problema y más si no nos llovió, se tiene el riesgo
de que se quede caña parada sin cosechar, pero son problemas ajenos a nosotros, para el
productor, por no contar con el agua para poder zafrar (Ramírez, 2014).
Es necesario señalar que los productores cañeros de Calipam utilizan el termino ―zafrar‖
refieriendose a la cosecha pero tambien a la actividad que va ligada y en la cual el ingenio
muele su caña y la procesa en azúcar.
Otro testimonio, puntualiza, que salvo los daños que ocasiona la quema de los plantíos, las
descargas residuales del ingenio a los campos del ejido no les afectan, de acuerdo al Ing.
Cabrera dirigente de la CNPR en Calipam,
―dado el contenido de cachaza y de que ya no lleva químicos ni ácidos, se puede decir que
no nos afecta tanto nuestros cultivos, porque prácticamente el agua que presta el ejido
Calipam sale después, hasta con cachaza para enriquecer a los campos. el ingenio no
requiere tanta agua, únicamente la necesaria, pero se requiere de modernización de la
fábrica, en los fierros, esta fábrica es obsoleta, es viejísima, que todo se tiene que enfriar
con agua, y requiere de un volumen grande para poder zafrar‖ (Entrevista con el Ing. Victor
Cabrera, presidente de la CNPR Ingenio de Calipam, 8 de Marzo de 2014 ).
Todos los productores cañeros que se entrevistaron en Calipam coincidieron que el ingenio
no cuenta con planta de tratamiento de agua.
Atencingo
A diferencia de Calipam, el Ingenio de Atencingo, a declaración de su gerente no tiene
problemas graves de abastecimiento de agua, ya que las fuentes de que se disponenen son
del Río Nexapa y los pozos que utiliza en convenio con CONAGUA que ha instalado
medidores, a partir de los cuales el ingenio le paga el consumo del liquido.
De acuerdo al Informe del Fideicomiso Industrial Atencingo 2014 (FIA), se señala que
existen políticas de cuidado del liquido que buscan recuperar lo maximo posible del
proceso, lo que implica su reutilización, a partir de las siguientes acciones:
a) Recuperar el excedente de condensado que se pierde en descargas al drenaje.
206
b) Conectar directamente el condensado recuperado, al tanque elevado para eliminar la
entrada de agua de aprovechamiento a manantiales o pozo.
c) Recuperar todos y cada uno de los circuitos de enfriamiento en fábrica que se descargan
directamente al drenaje.
El ingenio de acuerdo al Informe (2014) cuenta con medidores totalizadores de los
volúmenes de agua de aprovechamiento de manantiales (superficial) y subterráneo (pozo
industrial), en donde se toman las lecturas diariamente, y al final del trimestre se hace el
cálculo del volumen consumido en cada aprovechamiento, así como el cálculo del
correspondiente a la CONAGUA.
Los medidores cuentan con certificado de calibración por una compañía externa con
acreditación ante la EMA y que se encuentran registrados ante la CONAGUA.
Con la implementación de este proyecto se promueve el uso adecuado y racional de los
recursos naturales. Como puede verse de la gráfica 6.2 y el cuadro 6.5, en Atencingo, la
política de recuperación de agua ha logrado que disminuya drásticamente su consumo y por
ende su desperdicio por parte del ingenio.
Cuadro 6.5. Aprovechamiento de agua Ingenio Atencingo
AÑO M3
2010 1 045 727
2011 1 272 942
2012 764 768
2013 399 065
Fuente: FIA, Informe 2014
207
Gráfica 6.2. Ingenio de Atencingo Aprovechamiento de agua industrial
Fuente: FIA, Informe 2014
Manejo de aguas residuales en Atencingo
En el Ingenio de Atencingo, de acuerdo al Primer Informe de Comunicación del Progreso
del Fideicomiso Ingenio Atencingo (FIA) 2012-1023.
―existen acciones para atender la descarga de las aguas residuales del proceso industrial al
cuerpo receptor, en condiciones que no causen impactos ecológicos, en estricto apego al
cumplimiento normativo vigente, así como realizar el uso adecuado del agua, a través de
uso racional y correcto‖.
El proceso utilizado es el tratamiento biológico aeróbico del agua residual generada en el
ingenio para descargar agua que cumpla con la Norma oficial mexicana NOM-001-
SEMARNAT-1996, descarga para riego agrícola a cuerpo receptor tipo A.
Para conseguir la eliminación de estos y otros contaminantes es necesaria la aplicación
conjunta de diversos procesos de tratamiento, los cuales se clasifican en:
208
a) Operaciones físicas unitarias,
b) Procesos químicos unitarios y
c) Procesos biológicos unitarios.
La remoción de la DQO (Demanda Química de Oxigeno) es el parámetro crítico para
evaluar la eficiencia del tratamiento.
Se construyó un sistema de aireación para la planta de tratamiento de agua residual (PAR)
del fideicomiso ingenio Atencingo 80326 con capacidad de 30 litros por segundo‖ (FIA,
2014).
El FIA (2014) proporciona los siguientes datos históricos de la descarga de aguas residuales en el
Ingenio de Atencingo:
Cuadro 6.6. Descarga de aguas residuales a cuerpos receptores Ingenio Atencingo
AÑO M3
2010 1 454.768
2011 1 125 426
2012 683 188
2013 405 729
Fuente: FIA, Informe 2014
Como puede verse, de acuerdo al cuadro 6.6, los volumenes de aguas residuales que el
ingenio arrojada a los cuerpos receptores han ido disminuyendo.
―Con la implementación de este proyecto se evitara contaminar el cuerpo receptor declarado
en nuestro título de concesión para descarga de agua residual y autorizado por la
CONAGUA, que es el rio Nexapa, al cumplir con los límites máximos permisibles en
cuanto a los contaminantes DQO Y Sólidos suspendidos totales (SST).
El alcance de este proyecto es logar tratar todas las descargas de aguas residuales del FIA.
En la zafra 2014-2015 la meta es eliminar la descarga del agua residual al cuerpo receptor,
reutilizando esta agua para ser usada como agua de servicios una vez que cumpla con los
parámetros fisicoquímicos declarados de DQO y SST‖. (FIA, 2014)
209
Para eliminar el impacto ambiental del agua los centros de trabajo deben de mantener
dentro de norma sus aguas residuales antes de su descarga a los cuerpos receptores; de no
ser así, se hace necesaria la inversión en plantas de tratamiento para normalizar esta
descarga. En ocasiones la inversión en plantas de tratamiento es necesaria por la naturaleza
de los procesos productivos. Señala FIA que
―En 2012 se asignó y autorizo un presupuesto para la construcción de una planta que trate
todas las aguas residuales del FIA, en promedio 30 litros por segundo, asegurando la
descarga de aguas en apego al cumplimiento de la normativa aplicable, estamos en proceso
de la puesta en operación de la planta de tratamiento de aguas residuales‖. (FIA, 2014)
6.3.2 Consumo energético en los ingenios poblanos
Los ingenios utilizan combustibles fósiles como el petróleo y gas natural como fuentes de
energía para mover la maquinaria, calderas y generar energía eléctrica; también cabe
mencionar que el bagazo como combustible se ha ido convirtiendo en la principal fuente
energética. De éstos combustibles el gas natural es el que menos problemas de
contaminación crea, ya que se quema en su totalidad al utilizarse.
Es recomendable utilizar el bagazo producido por el ingenio, este es suficiente para cubrir
la demanda de energía de la fábrica.
El bagazo excedente puede utilizarse para la generación adicional de energía eléctrica
destinada a la red pública (ámbito de actividad Centrales eléctricas) o para la producción de
brikets (abastecimiento energético para los hogares domésticos). Además, el bagazo sirve
de materia prima para la fabricación de tableros de fibra dura, cartón o papel (ámbito de
actividad Industria de madera y del papel).
La utilización del bagazo como combustible, ha permitido que con su utilización se
sustituyan a otros combustibles de origen fósil como el petróleo. Como se ha visto, el
bagazo es biomasa que queda de la caña de azúcar una vez exprimido su jugo en el proceso
productivo y es quemado en las calderas para producir vapor de alta presión utilizado en el
proceso productivo del azúcar, como son mover las turbinas de los molinos y las
desfibradoras que prepara la caña. La combustión del bagazo ha permitido que los ingenios
210
produzcan energía eléctrica a través de turbogeneradores, permite servir de fuente de
energía en otros procesos productivos, para el bombeo de agua de pozos y la iluminación.
Un indicador muy importante a tomar en cuenta y del cual se tienen los datos es el de
consumo de petróleo en términos absolutos por tonelada de azúcar producida, la fuente de
energía para la generación de vapor por los ingenios, la generación propia de energía
eléctrica. etc.
A continuación presentamos algunos datos que por permiten comprender la evolución y
composición del consumo energético de los ingenios de Puebla.
En lo que respecta al ingenio de Calipam, en los últimos ciclos agrícolas (zafras) se ha
reducido paulatinamente el consumo de petróleo, tanto en términos absolutos, como en
relación a los litros de petróleo utilizados en producir una tonelada de caña, como puede
apreciarse en el cuadro 6.7.
La reducción del consumo de petróleo y combustibles fósiles en los ingenios de Puebla y a
nivel nacional, se explica por la sustitución de esas fuentes de energía por bagazo. Este
hecho se refleja igualmente en el aumento de generación de vapor en los ingenios de Puebla
y en el cada vez menor de consumo de electricidad a la CFE, dado que se genera más
electricidad propia en las plantas de la región.
Podemos ver que, en el caso de Calipam el ahorro en el consumo energético que se presenta
no está exento de algunas dificultades en ciclos anteriores, tal como sugiere la observación
de la gráfica 6.3, donde parece levemente repuntar el consumo de combustibles de origen
fósil, este hecho se explica por los problemas de índole financiero - técnico que lo orillaron
a tener muchas horas perdidas, o a parar la producción. Es necesario señalar que las
calderas que utilizan bagazo, requieren que a éste se le agregue petróleo, en especial para
arrancar las calderas, aunado a que volver a echar a andar la maquinaria de un ingenio
requiere de un consumo mayor de petróleo que al estar funcionando normalmente.
212
Gráfica 6.3. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Calipam 2004-2014
Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)
Gráfica 6.4. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo. Ingenio de Calipam
Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013)
En el caso de Atencingo la tendencia de ahorro de combustibles fósiles se presenta de
manera consistente y en proporciones cada vez mayores. Esto se puede observar más
claramente en la siguiente estadística:
214
Gráfica 6.5. Petróleo consumido en Fábrica. Ingenio de Atencingo 2004-2014
Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013
Gráfica 6.6. Petróleo consumido en Fábrica por tonelada de caña (litros).
Ingenio de Atencingo 2004-2014
Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013
215
Gráfica 6.7. Generación de energía eléctrica (KWH) a partir del bagazo. Ingenio de
Atencingo
Fuente: elaboración propia con datos de Unión Nacional de Cañeros, A.C.-CNPR (2013
6.3.3 El problema de la contaminación del aire de los ingenios de la Región Puebla
Las emisiones a la atmósfera derivadas de la elaboración de azúcar en ingenio
corresponden a humo, los gases de combustión en las calderas, partículas de carbón y las
partículas de bagazo, que al igual que la quema de caña acrecientan el deterioro ambiental.
El consumo de petróleo emite principalmente CO2 y otros gases que contribuyen de manera
activa al efecto invernadero y por consiguiente al calentamiento global y a otros fenómenos
como la lluvia ácida. El bagazo utilizado como energético produce una gran contaminación
por todo el tizne emitido y por el CO ya que es quemado con una gran humedad.
Las partículas de carbón y cenizas también generan importantes daños, como la
contaminación de cuerpos de agua, contaminación de suelo e intoxicación de flora y fauna.
También son responsables de enfermedades de índole respiratoria y ocular que padecen los
trabajadores y habitantes que viven cerca de los ingenios.
216
Las partículas de bagazo generan un impacto negativo en la salud humana, ocasionando un
padecimiento llamado neumonitis por hipersensibilidad, mejor conocido como ―bagazosis‖
y que pertenece al grupo de enfermedades bronco-respiratorias.
En entrevistas con los representantes de organizaciones cañeras, comunicaron que un
problema ambiental considerable es el tizne o ceniza que el ingenio en su actividad arroja al
ambiente, lo consideran que como un grave problema. Los habitantes de Calipam se
quejan:
―llego una época que tuvieron que ponerle un tipo de filtros al chacuaco, a las calderas,
para que la cenicilla ya no saliera como estaba saliendo, las señoras que tenían su ropa
tendida, se las manchaba, un montón, antes caía más. Era peor, en las madrugadas amanece
así, viene el aire y se lleva todo eso‖. (Cabrera, 2014) ―los niños siempre andan con los ojos
irritados y con gripa, en tiempo de zafra todos los chamacos se enferman por estar
respirando y luego la escuela está enfrente al ingenio, a esta hora todo el humo cae, los
niños ahí respirando cuando salen al recreo, la ropa amanece toda manchada, las señoras
hacen un coraje encabronado, un día lavan y al otro dio todo está manchado, las playeras de
los chamacos, su ropa…‖. (Ramírez, 2014)
Sin embargo, el gerente del ingenio a pregunta expresa refutó:
―aquí en la escuela no he tenido quejas, las 2 chimeneas, cuando sale la ceniza del petróleo,
del bagazo, medio lo lavo con agua porque no puedo darme mucho el lujo de usar mucha
agua, le metemos una cortina de agua, y ahí atrapamos muchas partículas de carboncito y de
todo eso que se quema, y la otra cuando se quema la otra ceniza que no es maligna‖
(Entrevista con el gerente del Ingenio Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).
De acuerdo a la Guía de protección ambiental (1996): los ingenios liberan a la atmosfera
gases de humo provenientes de la combustión de sus calderas, liberando junto a esos humos
hollín y ceniza. En el proceso de extracción y de la purificación del jugo se utiliza
amoniaco, sus remanentes se desechan al ambiente, en estado gaseoso, dado que se evapora
fácilmente, y en estado líquido en las aguas residuales que se liberan en esta fase de la
producción conjuntamente con el azufre remanente de la utilización del ácido sulfúrico.
Las emisiones de las plantas de producción de energía y de secado pueden limitarse
aplicando técnicas de purificación desarrolladas. Especialmente en el caso de utilizar
217
bagazo como combustible hay que contar con filtros importantes de hollín y cenizas‖, lo
que al parecer el ingenio de Calipam adolece.
Acciones de protección ambiental uso de tecnologías
El estudio del Colpos; (2003)señala algunas de las tecnologías que actualmente están
utilizando algunos ingenios del país para la descontaminación del ambiente, estas son: a)
lavadoras de gases de combustión y separadores ciclónicos de gases de combustión en el
área de calderas; b) maquinas hidrolavadoras instrumentos que realizan la limpieza de
calentadores, evaporadores y tachos utilizando agua a alta presión, evitando el uso de
productos químicos; c) instalación de torres de enfriamiento de agua para recircularla; 4) la
puesta en operación de plantas de tratamiento de aguas sanitarias, uso las aguas residuales
para el riego agrícola.
Y enumera igualmente algunas de las acciones que los ingenios mexicanos ya han
emprendido para mitigar el impacto ambiental en la agroindustria azucarera.
Realización de auditorías ambientales voluntarias por parte de un gran número de
ingenios.
Estudios y diagnósticos del problema general de la contaminación que genera la
industria.
Instalación de trampas para grasas y aceites
Taques neutralizadores de lavados ácidos y alcalinos
Tolva para desalojo de cachaza (no diluida)
Sistema de recuperación y enfriamiento de aguas departamentales
Sustitución de condensadores mutijet por equivalentes tipo cascada
Torres de enfriamiento de agua de condensados
Eliminación de la sulfitación (Proceso de azúcar estándar)
Automatización de operaciones en el proceso
Colocación de ciclones colectores de polvos en los almacenes de azúcar
218
Separadores electroestáticos y ciclones colectores de humos y polvos fugitivos en
calderas
Empleo de máquinas hidrolavadoras (para evitar el uso de sosa y ácido)
Construcción de estanques sedimentadores para recirculación del agua de lavado de
caña.
Construcción de almacenes temporales de productos químicos y residuos peligrosos.
Lagunas facultativas para el tratamiento de los residuales hidráulicos
Utilización de aguas residuales para riego agrícola.
Los efectos que el proceso de la obtención de azúcar y la elaboración de los subproductos
derivados tienen sobre el ambiente son muy variados. Pueden reducirse a unos niveles
aceptables, en parte fijados por la legislación, aplicando métodos y procedimientos de
probada eficacia y que mínimamente cumplan con normatividad ambiental mexicana
(tomado de Colpos; 2003).
6.3.4 Descarga de residuos sólidos en los ingenios de la región Puebla
Todos los desechos sólidos generados en los procesos productivos deben ser manejados a
través de lineamientos establecidos para su adecuada disposición, estas actividades van
desde su identificación, su caracterización y su manejo.
En el informe de FIA (2014) se indica que en el Ingenio Atencingo, los desechos sólidos se
manejan y se disponen bajo lineamientos previamente establecidos, aunque reconoce que a
la fecha no se tiene establecido un proceso de medición del manejo de los desechos sólidos,
que permitan identificar el impacto y alcance generado por su adecuado manejo.
a) Se tiene identificados como desechos sólidos la ceniza generada en Calderas, los lodos
generados en el área de Batey y la chatarra generada en las diferentes áreas de Fábrica.
b) De la ceniza y los lodos se tiene realizada su caracterización, para determinar el manejo
que se debe dar para su disposición, estos se clasifican como residuos sólidos no peligrosos.
c) Los lodos se disponen como mejoradores de suelo de los campos de cultivo, la ceniza se
dispone al interior del Ingenio para nivelar terrenos y la chatarra, se dispone para su
reciclado.
219
Debemos trabajar en la medición en cantidad de los desechos sólidos que se disponen de
manera adecuada (FIA, 2014).
6.4 Políticas ambientales en la agroindustria azucarera
La participación de los ingenios de la región Puebla en la política ambiental hacia la
industria.
El antecedente más lejano de la aplicación de lo que puede llamarse regulación o política
ambiental en la actividad económica de la agroindustria azucarera, lo encontramos en la
Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, (LGEEPA) que es el
instrumento fundamental de la operación de la política ambiental. Sus aspectos básicos en
lo referente a la Industria fueron establecer disposiciones para el control de la
contaminación de la atmósfera, del suelo, del agua, el control de materiales y residuos
peligrosos, la clasificación de las fuentes de contaminación y las sanciones para quienes
violaran la Ley.
Aquí es importante señalar de acuerdo a Argüello (2009) que la LGEEPA en los artículos
28 y 29 señala a varias industrias, y de manera particular a la Industria Azucarera como
sujeta de evaluación de impacto ambiental por parte del gobierno Federal a través de la
Secretaría destinada al cuidado del ambiente. Para la autoridad ambiental, la evaluación de
impacto ambiental es el proceso orientado a establecer las condiciones a las que se deben
sujetar la realización de obras o actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o
rebasar los límites para proteger el ambiente y preservar y restaurar los ecosistemas, y que
se aplica a fin de reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el ambiente.
La autoridad ambiental en México es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT), cuya función es atender de manera integral la agenda ambiental en la que se
incluyen tanto la gestión de los recursos naturales renovables como el cuidado del medio
ambiente; de esta secretaría dependen 2 organismos desconcentrados (Instituto Nacional de
Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección ambiental (PROFEPA).
En lo que respecta a las acciones de la PROFEPA en el ámbito industrial, tiene dos vertientes. Una
la auditoría ambiental; otra, la verificación normativa. La primera es un programa dirigido a las
empresas que, por sus procesos de producción, o por su ubicación el sector de actividad en que se
220
encuentran, representan riesgos al medio ambiente. Una característica fundamental es que las
empresas lo adoptan de manera voluntaria y a iniciativa propia; no hay una obligatoriedad.
Las auditorías ambientales se han aplicado principalmente a las grandes empresas privadas, las
paraestatales de gran tamaño y en una pequeña proporción a las empresas de menor tamaño.
Mediante éstas, la Procuraduría verifica el grado de cumplimiento de las diversas normas en el
conjunto de las operaciones de la empresa, tales como prevención y control de la contaminación
ambiental, riesgo e higiene industrial, así como medidas de seguridad en el establecimiento
industrial. Una vez detectadas las deficiencias se dictan medidas preventivas que son monitoreadas
por la PROFEPA a través de la firma del plan de acción con la empresa que ha sido auditada. Es
importante señalar que la inmensa mayoría de las empresas (medianas, pequeñas y micro) no
participan en el programa de auditorías ambientales.
En lo que respecta a la verificación normativa, esta se ejerce mediante visitas de inspección que
dan lugar a sanciones administrativas o a que se dicten medidas técnicas para la corrección de
problemas detectados.
El gobierno mexicano, a través del Instituto Nacional de Ecología (primero dependiente de
SEDESOL y después de SEMARNAT) instrumentó una estrategia ambiental para la
industria mexicana en el contexto de la integración de México a la OCDE y al TLC. En
dicha estrategia se plantea el logro de la competitividad así como la protección del empleo y
la salud. Ahí se expone la situación de las industrias más contaminantes del país, donde se
incluye a la industria azucarera, para la que plantea la necesidad de disminuir las diversas
emisiones contaminantes con la ayuda de la tecnología.27
[…] Otro aspecto de la política
ambiental, es realizar auditorías ambientales, lo cual ha traído algunos beneficios, pues en
cierta forma ha obligado a algunas empresas a hacer algunas modificaciones en sus
instalaciones industriales. En el caso de la industria azucarera. Hoy en día existen formas de
certificación de la calidad ambiental en los ingenios azucareros, tal como el ISO 14000, que
han logrado algunos ingenios. Argüello (2009: 171)
27
―El control de las emisiones contaminantes puede lograrse a través de distintos sistemas como son: las
torres de enfriamiento; espesadores de lodos para su disposición posterior en rellenos sanitarios o
confinamientos controlados; plantas de tratamiento de fluidos de tipo aeróbico o anaeróbico y sistemas de
purificación o recirculación del agua, entre otros‖ (Arguello]
221
En nuestro país, la política ambiental dirigida hacia la industria parte del principio de no
utilizar acciones regulatorias directas, más bien se diseñó para que las empresas llegaran a
una autorregulación voluntaria, con tenga un carácter preventivo más que correctivo. Se
pretende racionalizar el uso de instrumentos de que dispone la política ambiental, siguiendo
el principio de la estandarización de los instrumentos, por consiguiente son pocos los
instrumentos utilizados, descartándose en particular la aplicación de impuestos ecológicos.
La autoridad ambiental en México promueve con fuerza la utilización de instrumentos de
política ambiental de tipo voluntario, con la finalidad de promover las acciones de
autorregulación de las empresas, como son los convenios de concertación entre la industria,
autoridad, las auditorías ambientales y la certificación ISO 14001.
Debido a estas características de la política ambiental, los instrumentos de regulación
ambiental utilizados por los ingenios son las auditorías ambientales, lo han hecho de
manera voluntaria, éstas se llevaron a cabo a iniciativa de las empresas, aceptando que la
PROFEPA revisara sus procesos productivos y conociera las condiciones de contaminación
y riesgo con que opera, así como las instalaciones; para a partir de sus hallazgos,
determinar el grado de cumplimiento de la normatividad ambiental, de los estándares
internacionales y de buenas prácticas de operación e ingenierías aplicables y la elaboración
conjunta, ingenio y PROFEPA en las que se plantearan las medidas preventivas y
correctivas (Plan de Acción) para proteger el medio ambiente. A nivel nacional son escasos
los ingenios que han logrado aprobar las auditorías ambientales, en el estado de Puebla,
Atencingo está en proceso de aprobarla.
Sin embargo, los resultados de las auditorías ambientales no son públicos. Una de las tareas
a desarrollar en nuestra investigación es conocer los resultados de las auditorias aplicables a
los ingenios de la región de Puebla.
Es de señalar que un buen número de ingenios del país han aceptado que se realicen
auditorías ambientales voluntarias, algunos autores como Arguello, señalan que esto ha
sido en beneficio de ambiente, ya que han obligado a algunas empresas a hacer algunas
modificaciones en sus instalaciones industriales, también señala existen otras formas de
certificación de la calidad ambiental en los ingenios azucareros, tal como el ISO 14000, que
han logrado algunos ingenios.
222
En lo que respecta a su participación en las acciones de regulación voluntaria comprendidas
en las políticas ambientales mexicanas. El ingenio de Atencingo participa en el programa
de Auditoría Ambiental de PROFEPA, aunque no ha logrado su aprobación. Resultado de
la primera auditoría se documentaron un total de 809 incumplimientos los cuales se han
atendido y otros están en proceso de atención. Los hallazgos encontrados fueron los
siguientes:
Cuadro 6.9. Hallazgos encontrados en de la Auditoría Ambiental a la FIA. 2014
rubro No. De hallazgos
Aire 70
Agua 150
Suelo y subsuelo 24
Residuos peligrosos 144
Residuos no peligrosos 22
Residuos de manejo especial 26
Ruido 7
Recursos naturales 5
Riesgo ambiental 348
otros 13
Fuente: FIA 2014
Desde 2008 el Fideicomiso Ingenio Atencingo, ha trabajado en atender los hallazgos, en
julio de 2013 se reportó en el informe el 79 %, de avance del Plan de Acciones a la
PROFEPA, solicitando una nueva prórroga para el cumplimiento de las acciones restantes,
ya que estas necesitan una erogación mayor (proyectos). Se plantea su cumplimiento para el
año 2014 y 2015.
―Tenemos la responsabilidad de identificar de manera integral los procesos productivos del
Ingenio, para evaluar y minimizar o evitar su impacto al medio ambiente y Mejorar la
imagen empresarial ante la sociedad‖. (FIA, 2014).
El ingenio de Atencingo, de acuerdo a la información proporcionada por su gerente, no
participa en la certificación ambiental ISO 14001
Por otra parte y en lo que respecta al ingenio de Calipam, en nuestra visita de campo, a
pregunta expresa, el gerente señaló que el ingenio no ha querido participar en el programa
223
de auditorías ambientales voluntarias de la PROFEPA, ni tampoco ha intentado obtener la
certificación ambiental ISO 14001
―No, no la he buscado ahorita, porque la verdad no tenemos mucho tiempo para
organizarnos sobre eso, pero creo que ya con las certificaciones que tenemos para mí
suficientes y las mantenemos, más que nada hay que mantenerla y paso todas tengo la de
COSOS la de HHASA (otras certificaciones relativas al producto), la certificación también
de lo orgánico, o sea que realmente el pasar a otra, ya me exigen una serie de adquisiciones
que en su momento no cuento con ello, tenemos lo básico y lo que requieren para el
producto inocuo no y todo eso y vamos bien‖ (Entrevista con el gerente del Ingenio
Calipam, Ricardo Janeiro, 6 de Marzo de 2014).
Un tercer referente en la regulación ambiental de la agroindustria azucarera se encuentra en
las Normas Oficiales Mexicanas Ecológicas (NOM-ECOL), que se orientan de una manera
más explícita hacia el logro de objetivos ambientales precisos, de tal manera que en éstas
se establecen los siguientes rangos de contaminantes que no puede rebasar la actividad
productiva. El siguiente cuadro presenta las NOM- ECOL que se aplican a las actividades
derivadas de la agroindustria azucarera mexicana.
A continuación se presentan algunos aspectos de la legislación ambiental nacional y las
principales Normas oficiales mexicanas (NOM) relativas a la agroindustria azucarera.
En la Norma Mexicana (NOM – 002 – ECOL – 1993), se establecen los límites máximos
permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales a cuerpos receptores,
provenientes de la industria productora de azúcar de caña.
En la Norma Mexicana (NOM-085-ECOL-1994), establece los niveles máximos
permisibles de emisiones a la atmósfera de humos, partículas suspendidas totales (PST),
bióxido de azufre y óxido de nitrógeno para fuentes fijas, que utilizan combustibles fósiles,
sólidos, líquidos o gaseosos o cualquiera de sus combinaciones.
En la Norma Mexicana (NOM-024-SSAI-1993), establece el valor máximo permisible
para la concentración de PST en el aire ambiente.
En la Norma Mexicana (NOM-001-ECOL-1996), se establecen los límites permisibles de
contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales.
224
En la Norma Mexicana (NMX-AA-118-SCFI-2001), indica las técnicas para el registro de
emisiones y de transferencia de contaminantes y contiene una lista de sustancias e informe.
En lo referente a la relación ambiental – riesgo laboral, para Arguello (2009), la nueva
política ambiental en el sector cañero-azucarero ha logrado algunos avances, pues se han
identificado problemas ambientales serios que hoy en día son sancionados y algunas
empresas han ido cambiando sus sistemas y métodos productivos, puntualiza: que si bien
en los años recientes se han advertido algunos cambios tecnológicos en algunos ingenios,
en la mayoría del resto del país, se continua presentando una situación laboral riesgosa,
debido a los siguientes factores: a) el mal estado de las instalaciones, pues a pesar de la
supuesta reconversión azucarera, la modernización quedó en remiendos, a pesar de que el
sector cañero-azucarero ha logrado algunos avances en el aspecto de la regulación,
―pues se han identificado problemas ambientales serios que hoy en día son sancionados y
algunas empresas han ido cambiando sus sistemas y métodos productivos, aunque falta aún
mucho por hacer. En este contexto, cabe mencionar el modelo de gestión SIMAPRO, que
permite medir ―el uso de los medios de protección personal, los accidentes y el orden y
limpieza…‖ […] lo cual ha permitido disminuir algunos riesgos físicos en los ingenios. […]
la planeación ambiental debe ser un medio y fin por sí mismo‖, y no responder a intereses
particulares, que son los que han frenado la introducción de nuevas formas energéticas en la
industria en general y no han visualizado el potencial que tienen los derivados de la caña de
azúcar en el caso de la industria azucarera‖. (Argüello, 2009: 173).
225
CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Algunos alcances de esta Investigación en relación a las propuestas iniciales.
Esta investigación partió del objetivo inicial de analizar las políticas públicas dirigidas a
mejorar el medio ambiente y a contribuir al arribo de la sustentabilidad. Se partía de la idea
optimista de que un adecuado diseño y aplicación de las políticas públicas contribuiría a
alcanzar el objetivo del desarrollo sustentable. En un primer intento de concretización se
planteó investigar la relación existente entre las políticas públicas y la conducta ambiental
de las empresas mexicanas.
Se sugería, de manera más optimista que objetiva, que una adecuada política pública de
regulación ambiental contribuiría de manera importante para que la industria nacional
mejorara su ecoeficiencia, es decir, que avanzara hacia procesos productivos limpios y
sustentables, más aún, se tenía la confianza, de que los empresarios ampliaran su acción
hacia horizontes éticos, que les permitiera adquirir una mayor ―conciencia ambiental‖.
Todo esto, motivado por los estudios previos de los temas ambientales, influenciados por la
economía ambiental, en los que la referencia obligada era la idea de desarrollo sustentable
como un paradigma de progreso, en el que los empresarios estaban dispuestos a ser parte de
éste.
En el primer Coloquio del Doctorado, no dudé en incorporar en mi ponencia, el concepto
de ―externalidad ambiental‖, desarrollado de manera analítica por Beamol y Oates, en un
texto clásico de la economía ambiental; también presenté el concepto de ―impuesto
ambiental‖, que es un aporte fundamental desarrollado por Cesar Pigou, (distinguido
exponente del pensamiento neoclásico) en el que propone que la autoridad establezca
impuestos por el exceso de emisiones contaminantes de las empresas, con la intención de
estimularlas a promover innovaciones tecnológicas para reducirlas, para de esta manera
disminuir su carga impositiva y en consecuencia sus costos. Sin embargo, la economía
ambiental ha abandonado este concepto en sus análisis y de sus propuestas de política
ambiental.
Coincidiendo con la idea de que la innovación tecnológica es una solución para mejorar la
conducta ambiental de las empresas y que la incorporación de procesos productivos más
226
limpios, acompañados de una regulación, ―adecuada‖, permitirían elevar la productividad
de las empresas con un mayor respeto al ambiente. Este hecho implicaba la necesidad de un
cambio cultural de los empresarios dispuestos a ver en la mejora tecnológica ambiental un
compromiso de responsabilidad al ambiente.
La intervención del tema de investigación, permitió visualizar posteriormente, la
inconsistencia de algunas de sus percepciones iniciales fundadas en el análisis de la
economía ambiental y su praxis social que se retomaron como los conceptos y categorías
iniciales a utilizar.
La mayoría de las investigaciones en torno a la problemática ecológica y sus soluciones
tienen como fundamento los postulados de la economía ambiental, que centra su análisis en
el funcionamiento del mercado a través de los precios de los bienes y servicios ambientales,
cuyo referente sería el indicador fundamental en la toma de decisiones de los agentes.
Los modelos de análisis basados en el dogma neoclásico, (que retoma la economía
ambiental), logran ―explicar‖ la realidad compleja, simplificándola de manera forzada, a
partir de abstracciones de los fenómenos económicos a analizar, y aunque la ―realidad
objetiva‖ no responda a sus pronósticos, argumentan que se debe a ―fallos‖ del mercado y
vuelven a aplicar el mismo esquema hasta el infinito. Los centros de formación
universitarios están copados por el dogma neoclásico, aplicado en los postulados de la
economía ambiental.
Sin embargo la realidad objetiva está determinada por una crisis ecológica cada vez más
profunda, que se inserta en una crisis civilizatoria que vislumbra que la humanidad se
encamina a una situación limítrofe en muchas manifestaciones, entre ellas: la
superexplotación del trabajo y de la naturaleza, el aspecto más dramático de esta última, lo
ubicamos en el calentamiento global, como consecuencia de que se ha rebasado en mucho
los límites del crecimiento industrial y urbano del planeta.
Fue fundamental la necesidad de apoyar nuestra investigación, en una visión crítica al
dogma neoclásico. La economía ecológica a pesar de tener un impresionante cuerpo de
teoría, no se vislumbra como un modelo metodológico, sistematizado y ordenado, como si
sucede con la economía ambiental, Se retomó la propuesta de la economía ecológica de que
227
las soluciones en materia ambiental deben tomar en cuenta los indicadores biofísicos de
sustentabilidad y no basarse únicamente en indicadores ambientales tasados en unidades
monetarias, desde una perspectiva crematística. Lo anterior implica que las políticas
ambientales sean resultado de un amplio análisis multidisciplinario e incluyan la voz de
todos los sujetos sociales involucrados en el daño al ambiente.
Por eso, el siguiente paso fue descubrir los aspectos teóricos metodológicos que
pudiéramos retomar para nuestro análisis de los postulados, dispersos pero muy profundos
de la economía ecológica y de otros enfoques teóricos críticos al pensamiento neoclásico,
como el ecologismo popular o ecologismo de los pobres, que desde el inicio de esta
investigación, se consideró necesario retomar sus conceptos y categorías, de una manera
crítica; Martínez Alier, uno de sus principales exponentes reivindica una distribución
ecológica justa; es decir se manifiesta en contra de por las asimetrías y desigualdades
sociales y temporales en el uso de los recursos y servicios ambientales, además, de luchar
también por una distribución justa de la propiedad, manifestándose en contra de la
privatización de aquellos recursos que se consideran de propiedad comunal. Fue de esta
manera que retomamos el concepto de distribución ecológica como una opción al concepto
de externalidad ambiental.
El análisis teórico, permitió descubrir las falacias que la economía ambiental, fundada en el
modelo neoclásico encierra per se , y ubicar la desmitificación que se está gestando del
concepto de ―desarrollo sustentable‖, que al iniciar el presente siglo, ya presentaba signos
de desgaste de tanto uso, sin que estuviera acompañado de mejoramientos tangibles de los
indicadores ambientales globales y locales. Sin embargo, el concepto en referencia, ya es de
uso común en las fuentes de consulta ampliamente dominadas por los postulados de la
economía ambiental y por consiguiente en la consabida ideologización del dogma
neoclásico.
La indagación en torno a la economía ecológica nos permitió conocer los aportes de Nicolo
Gligo, que plantea que el uso del concepto de desarrollo sustentable conduce a trampas
semánticas que confunden y poco aportan a los estudios y a las propuestas relacionadas con
la problemática ambiental; su obra contribuye a las discusiones que se han dado en torno al
concepto de ―desarrollo‖, que se dio en los años 70 entre dependentistas y cepalinos, para
228
lo cual, el autor hace un recuento de textos fundamentales de los economistas
latinoamericanos, de la talla de Sunkel o Furtado que ya mencionaban el alto costo
ambiental que se pagaba por el proceso de evolución que atravesaban las economías
latinoamericanas para alcanzar el desarrollo.
Gligo pone un manto de duda al hablar más de ―crecimiento‖ que de ―desarrollo‖ y
coincide con Naredo, en que el termino de desarrollo sustentable permitió una conciliación
entre ―desarrollistas‖ y ―conservacionistas‖, que al menos en el discurso, lograron superar
la contradicción de alcanzar la meta del crecimiento económico con viabilidad ecológica,
logrando inmiscuir en este objetivo a los movimientos sociales ecologistas, por lo que
concluyen que el concepto en referencia, ha resultado ser una falacia más del discurso del
poder, que lo han vaciado de contenido y de operancia práctica, toda vez que todo
desarrollo implica crecimiento y este a su vez representa un impacto al ambiente por
pequeño que sea.
Por otra parte, con el desarrollo de esta investigación se consideró adecuado hablar de
agroindustria azucarera, toda vez que la producción de azúcar no solamente abarca la
actividad de los ingenios, sino que conforma una cadena productiva y de generación de
valor, que conlleva a integraciones horizontales y verticales, que involucran a ramas tanto
de los sectores agrícola, industrial como de servicios; en el que participan un buen número
actores sociales con intereses enfrentados, lo que representa un espacio de conflicto.
Se delimitó temporalmente esta investigación, ubicándola en el contexto en el que los
círculos intelectuales, los movimientos ecologistas y los gobiernos mostraron preocupación
por encontrar soluciones para enfrentar la crisis ambiental. El surgimiento de esas voces
coincidieron cronológicamente con los dramáticos años de la crisis económica en
Latinoamérica y la consecuente adopción del modelo neoliberal, que conllevó a la
aplicación de las reformas estructurales, al abandono de las políticas proteccionistas, a la
apertura comercial y la desincorporación de las empresas, que persiste en su aplicación
hasta nuestros días. El paradigma neoliberal de desarrollo, ha influido determinantemente
en el diseño de las políticas ambientales que es uno de los ejes centrales de nuestra
investigación.
229
La adopción del dogma neoliberal por parte de las autoridades mexicanas, implicó el retiro
del Estado de sus actividades económicas directas, argumentando el no interferir en el
―adecuado‖ funcionamiento del mercado, dejando paulatinamente la regulación de éste a
las libres fuerzas de la oferta y la demanda: A este proceso se le ha llamado:
―desregulación‖.
La desregulación es uno de los rasgos esenciales de las nuevas políticas públicas y se da en
muchos ámbitos, como son el económico, el social, el ecológico, etc. La crisis económica
de 1982, marca el inicio de la aplicación de políticas de corte neoliberal y en consecuencia
el proceso de desregulación de la economía mexicana. Bajo este modelo el Estado declina
su participación como regulador económico y promotor del desarrollo para deliberadamente
abandonar las posiciones que tenía en el mercado.
En esta investigación analizamos las modalidades que la desregulación tiene en las políticas
públicas: en el contexto de la AIA, la desregulación puede verse en las privatizaciones de
los ingenios administrados por el gobierno y de las cooperativas que se dan a finales de la
década de los ochenta, en la disolución y liquidación de las instituciones de servicios para
la agroindustria, al igual que la mayoría de los fideicomisos de apoyo y de financiamiento a
los productores de caña de azúcar, así como en la liberación del mercado azucarero
nacional y la negativa del gobierno a fijar los precios de la caña y del azúcar.
El Estado mexicano también abandonó su injerencia en la comercialización de los
productos derivados de la caña de azúcar, con la liquidación de Azúcar, S.A., entidad
mediante la cual el gobierno federal controlaba la mayor parte de la producción de azúcar y
su comercialización.
Aunque también ante las crisis financiera y de productividad de la agroindustria azucarera,
en 2001 se presentó una nueva intervención directa como propietario de los ingenios,
estatizando aquellos que atravesaban grandes problemas de insolvencia y de esta manera
evitar su inminente quiebra, manteniendo de esta manera su función de ser el regulador de
última instancia del mercado azucarero nacional y de la cadena productiva que se genera.
Otra cuestión que se logró aclarar con esta investigación fue superar el cuestionamiento
inicial de que las políticas públicas dirigida al ambiente, que al estar inspirada en los
230
postulados neoliberales, forzaba el retiro del Estado y en consecuencia tenía como fin ―no
hacer nada‖ al dejar todo en manos de los particulares, incluyendo la regulación ambiental.
Sin embargo, no es así, el Estado tiene una gran injerencia en la cuestión ambiental, pero
sus líneas de acción se modificaron.
La cultura neoliberal se colocó también en el tema ambiental a partir ejes tales como:
a) Se impuso la idea de la desregulación ambiental, que se traduce en el desplazamiento
del estado como regulador directo de los impactos ecológicos de las empresas, esta
retirada se ubica no solamente en la esfera del mercado sino en casi todas las esferas de
la vida social. La política ambiental se diseña ahora, haciendo a un lado los
instrumentos de control directo, denominado como soluciones end of pipe, ―al final del
tubo‖ que obligaban a los agentes a remediar los daños ambientales, para dar paso a la
idea de la desregulación que supuestamente alentará la prevención de la acción
contaminadora de la empresa, atacándola ―al inicio‖ del proceso, lo que ha justificado la
decisión de la autoridad ambiental de que las propias empresas de manera voluntaria y
con sus recursos realizarán la verificación del cumplimiento de la normatividad
ambiental.
b) Lo anterior explica el escarnio crítica feroz a las políticas públicas a la regulación
directa o comand and control por parte de los apologistas de la nueva cultura neoliberal
en los países latinoamericanos. Dicho nuevamente de paso, que el uso de este término,
fue retomado, en una traducción literal del idioma dominante, retomando de manera
irreflexiva y acrítica un término impuesto por la cultura de los países hegemónicos, sin
que en los círculos académicos que condenan dicho termino se hayan hecho un esfuerzo
de análisis histórico, para determinarlo en los contextos de la situación nacional. Esto
representa un buen ejemplo de la ―colonialidad del saber‖ que se imparte en las aulas de
las universidades públicas del país. La emergencia ambiental del país, sin duda alguna
requiere que con urgencia se aplique una firme política ambiental de regulación directa.
c) La innovación es elemento central de las nuevas política ambientales. La propuesta de
la nueva política ambiental es buscar las soluciones al inicio, de manera que incorporen
tecnologías limpias, lo que implica un tipo de política preventiva, en el cual se
promueve la innovación de tecnologías más limpias, lo cual sin embargo, implica costos
231
a las empresas dado el carácter voluntario de la regulación ambiental, costos que
pueden ser absorbidos por las empresas más grandes, dado que pueden solventar dichos
costos, y porque quieren mejorar su imagen a nivel mercadotécnico y porque así lo pide
la legislación ambiental de los países, en los cuales participan las empresas establecidas
en México que tienen capacidad de exportar.
d) La laxación de las normas ambientales mexicanas (NOM) que determinan los niveles
máximos de contaminación permitidos, todo con el afán de cumplir con la metodología
de la estandarización impuesta por los acuerdos comerciales en que el país ha
participado
e) Finalmente, las políticas ambientales mexicanas están estimulado la conformación de lo
que se ha llamado como ―mercados ambientales‖, que incorporan al espacio del
intercambio, todos los bienes que la naturaleza brinda a la vida humana, lo que se
concretiza en la privatización a pasos agigantados de lo que la teoría económica ha
denominado como ―bienes públicos‖, tales como el agua, las playas, los ríos, el aire, el
sol, etc. que gracias a la nueva cultura neoliberal han dejado de llamarse así para
denominarse ahora como bienes ambientales en proceso de dejar de ser propiedad
pública y convertiste en propiedad privada, con el consiguiente despojo a ciudadanos,
comunidades y su consiguiente acaparamiento, especulación. Lo que está incubando así
nuevas y enormes tensiones en ámbitos del conflicto social y ecológico.
Algunos indicadores ambientales en el país indican que la crisis ambiental persiste y se
agudiza, dichos datos evidencian que las políticas públicas actuales –que ponen a la
desregulación como elemento esencial y, en consecuencia, fomentan la autorregulación
ambiental de las empresas– no han tenido ni la eficiencia ni la eficacia para enfrentar a las
externalidades ambientales. Además, los muy altos niveles de contaminación, han llevado a
que los bienes públicos hayan dejado de ser abundantes y al alcance de todos; abriendo la
posibilidad de que los particulares los administren y terminen siendo sus propietarios,
elevando el riesgo de generalizar la mercantilización de la naturaleza, el despojo a las
comunidades de sus recursos naturales y su concentración en manos privadas.
Los instrumentos económicos deben ser complementarios de los regulatorios, no sustitutos,
tal como lo enfatiza Urquidi y Domínguez, la reglamentación termina cuando los
232
complementarios dominan a los primeros, dando paso a que la permisividad e indolencia
sea la política fundamental de las autoridad. Basta recordar el papel que ha jugado
PROFEPA, en la minería, en los desastres ecológicos en Sonora y en muchos otros puntos
del país, a pesar de que existe una regulación, que no se ejerce plenamente.
La desregulación finalmente no estimula de manera directa la innovación para mejorar el
desempeño ambiental de las empresas, tal como lo señala Domínguez, en el sentido de que
una regulación menos laxa lo empeora y viceversa.
Otra conclusión a destacar es que la actual política ambiental, en un contexto de orientación
neoliberal, se niega a emplear un instrumento muy poderoso de regulación ambiental: los
impuestos ambientales, que se podrían establecer a partir de los daños ecológicos por el uso
del agua, las descargas a mantos acuíferos, los desechos de materiales, entre otros.
Las políticas ambientales en México hacia la industria quedan limitadas por un patrón de
acumulación que promueve el desarrollo de un sector manufacturero orientado al mercado
externo. Dentro de ese patrón, las empresas más grandes con capacidad de exportación
juegan un papel de liderazgo en el cumplimiento de la normatividad ambiental. Su elevado
margen de rentabilidad les permite absorber los costos derivados de la certificación
ambiental y participar en los programas de auditoras ambientales a cargo de la PROFEPA.
En el mismo sentido, las empresas industriales más grandes cuentan con acceso a los
mercados de tecnología, crédito etc. Las PYMES quedan excluidas de esta situación, ya que
es muy difícil su acceso al mercado externo; su operación queda limitada al mercado local
y sujetas a una mayor competencia; su ciclo de vida es muy reducido al no poder afrontar
los gastos que requiere mantenerse en operación y la opción de participar en programas de
certificación ambiental no es su prioridad, siendo millones de PYMES que no participan en
los programas de regulación voluntaria ambientaría, el porcentaje de empresas que
participa en la regulación ambiental voluntaria es ínfimo.
Se ha señalado que las empresas más grandes son las que encabezan la tipología de
conducta ambiental de las empresas, quedando las PYMES en el final del top de dicha lista.
Las políticas ambientales quedan determinadas por el patrón de acumulación industrial y
233
por la política económica en general que promueve la inserción del país en el mercado
capitalista internacional.
Una buena proporción de las empresas que participan en los programas voluntarios de
regulación ambiental lo hace para mejorar su imagen y acceder a los mercados
internacionales, corren el peligro de caer en el greenwashing, que se traduce como una
preocupación ambiental de fachada, que le permite a las empresas acceder a los mercados
sin cambiar esencialmente sus patrones de conducta ambiental.
Del análisis del aspecto económico se logró determinar que la agroindustria azucarera
mexicana se enfrenta a una crisis permanente, caracterizada por las dificultades financieras,
su baja rentabilidad y la incertidumbre frente a un mercado mundial altamente competido,
en el que han surgido nuevas potencias productoras y exportadoras, que han generado
innovaciones tecnológicas y una mayor diversificación de su industria, pero también a una
sobreoferta del producto y el consiguiente abatimiento de los precios internacionales, que a
su vez influyen determinantemente en el mercado azucarero nacional
La AIA nacional está condicionada por los vaivenes del mercado mundial del azúcar, que
se caracteriza por ser un espacio de comercio muy competido, complejo y dominado por el
mercado estadounidense, que a su vez determina dos tipos de mercados del endulzante: uno
preferente, con cuotas de importación a precios favorables a los países productores y otro
libre, sin restricciones, pero con precios menores que en el mercado preferencial, fijados
por la oferta y la demanda mundial.
Por consiguiente el mercado nacional del azúcar, es altamente sensible a las fluctuaciones
del mercado internacional, particularmente el norteamericano y en particular al
comportamiento de los precios internacionales del endulzante, que estimulan ya sea la
producción, o la demanda que crece en proporciones mayores a la oferta: esta situación
persistente le deja a la agroindustria un escaso margen para la exportación y explica el
incremento de las importaciones de sustitutos del azúcar, como el jarabe de maíz de alta
fructuosa (JMAF).
La restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país a partir de 1991 también
redefinió el papel del gobierno en su función como regulador del mercado nacional, pero ya
234
no mediante subsidios y la fijación de precios sino mediante aranceles sobre la importación
de azúcar y de jarabe de maíz de alta fructosa.
La política comercial ha afectado a la agroindustria azucarera nacional; si bien, con la firma
del TLCAN se pactaron aumentos paulatinos de las exportaciones del azúcar mexicana al
protegido mercado estadounidense de cuotas, hasta su total liberalización, sin embargo,
dicho acuerdo comercial implicaba también la liberalización del precio del azúcar en el
mercado interno e igualmente dejaba abierto el mercado nacional al ingreso de sustitutos
del endulzante como el jarabe de maíz de alta fructosa.
Los acuerdos comerciales TLCAN implicaron nuevos modalidades en el aspecto ambiental,
dado que se tenían que cumplir con los estándares ecológicos internacionales.
A esta situación de vulnerabilidad ante la competencia externa, se le debe agregar el
abandono de las políticas oficiales de apoyo al campo nacional, todo lo cual, contribuye a
explicar el complicado panorama para la agroindustria azucarera nacional y los productores
cañeros mexicanos, que no le han permitido ni la innovación ni el mejoramiento en sus
procesos productivos que incorporen el cuidado ambiental a sus decisiones.
La agroindustria azucarera se distingue porque coexisten ingenios con marcadas diferencias
en lo referente a producción, rendimientos, etc. Se ha analizado la heterogeneidad de los
ingenios mexicanos a través de algunas tipologías, alguna de ellas propone clasificarlos a
partir de los datos absolutos como superficie industrializada, caña cosechada y azúcar
producida, sin embargo la tipología más usada es la que clasifica a los ingenios a partir de
comparativos de competitividad, rendimientos y productividad.
Se ha propuesto una tipología más amplia para catalogar a la agroindustria azucarera
mexicana, que permitan comparar su rendimientos, competitividad internacional,
alternativas de su diversificación a partir de la elaboración de coproductos y subproductos,
etc. El llevarla a cabo arrojaría resultados de gran utilidad y por ende una visión más
cercana a la problemática real que enfrenta la agroindustria. No se pudo localizar algún
trabajo en el que se presentara una tipología de los ingenios nacionales en lo referente a su
conducta ambiental o cumplimiento de la normatividad.
235
La heterogeneidad de los ingenios implica lo financiero, productivo, pero también su
participación en programas voluntarios de regulación ambiental como las auditorías
ambientales o los procesos de certificación voluntaria ISO 14001
La región Puebla representa un ejemplo muy claro de la heterogeneidad de los ingenios
nacionales, ya que aunque operan únicamente dos (Atencingo y Calipam) estos son
marcadamente diferentes.
Con la información obtenida en esta investigación, se pudieron constatar las diferentes
realidades de productividad y de solvencia económica en ambos ingenios, la información
bibliohemerográfica que consultamos, permitió evidenciar que Calipam, enfrentó serios
problemas de índole financiero, paros en la producción e incumplimiento en los pagos a los
productores cañeros que los orilló a llevar su caña a moler a otros ingenios;
A las dificultades financieras –productivas se le puede agregar la problemática ambiental,
en entrevista, con el gerente del ingenio de Calipam informó que no ha modernizado su
equipo y la región ya tiene serios problemas de abastecimiento de agua, por lo que se han
realizado reuniones entre cañeros y autoridades del ingenio para compartir y racionalizar
su uso. Siendo uno de los pocos ingenios que no cuenta con planta de tratamiento de agua,
tampoco participa en los Programas de Auditorías ambientales de SEMARNAT.
A pesar de estas dificultades Calipam cuenta con la ventaja competitiva de producir azúcar
orgánica, que de acuerdo a las entrevistas de campo se vende en el mercado extranjero, lo
que representa una ganancia extraordinaria, situación que sin embargo no se refleja en los
ingresos de los productores cañeros a los que le pagan la caña de acuerdo al KARBE que se
obtiene, tal y como lo señala la Ley de Desarrollo sustentable de la caña de Azúcar.
En lo que respecta a Atencingo, la creación del Fideicomiso Industrial Atencingo a partir de
su estatización en 2001, le permitió afrontar sus dificultades financieras, mantener sus
rendimientos en campo y colocarlo como uno de los ingenios más productivos del país.
Además de que Atencingo participa en los Programas de Auditorías ambientales, su
aprobación está pendiente a que realicen las observaciones señaladas por SEMARNAT. Es
236
importante señalar escaso el universo de empresas y menor aun de los ingenios que han
aprobado las auditorías ambientales.
Sin embargo la participación en los programas de auditorías, no permite a los
investigadores determinar los aspectos concretos de mejora ambiental de los empresas
mexicanas, toda vez de que, al no ser públicas por ley, no se puede determinar a detalle sus
mejoras en su desempeño ambiental.
En el caso de las tipologías de las empresas, lo más que se ha desarrollado es su
clasificación en torno a su cumplimiento de la normatividad, que como se presenta en esta
tesis, en nuestro país se caracteriza por su es laxitud, aunado a la gran permisividad de la
autoridad ambiental.. Una tipología adecuada seria aplicar tanto lo anterior como los
aspectos de mejora y criterios de evaluación que inmiscuya a la comunidad en que se
inserta la empresa, dado que los habitantes son los principales afectados de esta desigual
distribución ecológica, sin que reciban nunca una compensación, y menos aún el reparo
de los daños ambientales a su entorno que se traduce en deterioro de nivel de vida y de las
fuentes de sobrevivencia humana y de la biodiversidad.
Otro elemento que se planteó considerar inicialmente fue la notoriedad e importancia
creciente de los movimientos sociales ecologistas que surgieron en varios países incluyendo
México, que lograron, de alguna manera, forzar a que las empresas cumplieran con la
normatividad en algunas comunidades afectadas, que sin estar la mayoría de ellos
inspirados en el ecologismo popular planteado por M. Alier movieron a que el ecológico
fuera uno de los grandes temas a analizar.
Que sin embargo en lo que corresponde a los actores sociales involucrados en la cadena
productiva y de valor, no se ha dado una lucha para reivindicar una distribución ecológica
más justa. Salvo el caso de Calipam, en donde la que comunidad y ejidatarios realizaron
acciones en defensa del agua que el ingenio desviaba para sus procesos.
La búsqueda de la acción de los sujetos sociales en respuesta a las medidas de corte
neoliberal en el campo y en el sector cañero en particular nos llevó a indagar las
transformaciones de los actores sociales participantes en la agroindustria azucarera
nacional.
237
Otra de las consecuencias de la aplicación del modelo neoliberal la tenemos en la quiebra
de lo que Garretón ha llamado ―la matriz sociopolítica nacional‖ que abandonó a los
productores rurales, dejándolos merced de los poderes económicos, nacionales y
trasnacionales que son los principales beneficiarios de las reformas estructurales de tipo
neoliberal.
La aplicación de las políticas neoliberales ha cambiado significativamente la problemática
de la acción colectiva. La interpenetración de la cultura del mercado y de los postulados
neoliberales en la esfera de las decisiones públicas, han implicado la desarticulación de los
actores sociales clásicos ligados al modelo de sociedad industrial de Estado nacional.
La restructuración de las relaciones cañero-azucareras en el país, a partir de la
implementación del neoliberalismo, redefinió el papel del gobierno como regulador del
mercado nacional, dejando en el abandono las políticas proteccionistas y de fomento a la
agricultura, lo anterior combinado con la nueva legislación afectaron sustancialmente los
ingresos de los productores de la caña, al convertirse estos, en los responsables de la
calidad y los costos de producción del insumo, en du propio detrimento y en beneficio de
los propietarios de los ingenios.
La nueva política del Estado determinada por el decreto cañero de 1991 es una fuente
potencial de conflictos sociales debido a las modificaciones que se dan en las relaciones
entre productores e ingenios que fueron sustanciales para alterar la cadena de generación y
de transferencia de valor en favor de los propietarios de los ingenios.
El Decreto Cañero de 1991 configuró nuevas modalidades de la relaciones cañeros-
ingenios, que implicaron la eliminación de los precios de garantía de la caña, liquidando a
los productores de acuerdo a la calidad de la caña entregada, es decir de acuerdo su
KARBE obtenido; además de que asignó a los productores de caña y a los gremios la
responsabilidad de coordinar todas las fases del cultivo, responsabilizándose de los éxitos y
fracasos de la zafra
Con estos cambios, el precio de la caña quedó estrechamente ligado a las fluctuaciones de
los mercados azucareros nacionales e internacionales, siendo los más afectados de estas
oscilaciones los productores cañeros, como quedó demostrado ante el desplome del precio
238
del azúcar ocurrido en 2012- 2013, que impulsaron a los productores cañeros a realizar
movilizaciones en defensa de sus ingresos, que no alcanzaron a cubrir los costos de
producción. Lo que obligó al gobierno a entregar una ayuda en dinero a los productores,
para paliar un poco su grave situación financiera, este hecho coloca nuevamente, al Estado
como regulador de última instancia.
Las reformas neoliberales también han implicado una serie de transformaciones en la
cadena productiva y en la cadena de valor en el interior de la agroindustria de la caña y en
el desenvolvimiento de los sujetos, lo que ha motivado la aparición de nuevas formas de
organización y de resistencia, en los años recientes se ha ido conformando la CNOCI
como una opción independiente a nivel nacional que ha ido aglutinando a productores
cañeros de la mayor parte de los estados en que se ubica la agroindustria azucarera en
nuestro país. Otras formas de organización de los actores sociales se han presentado en el
surgimiento de cooperativas de producción ante los cierres de las empresas. Iniciativas que
tuvieron como respuesta la negativa del estado a cualquier intento de organización
alternativa al neoliberalismo.
Nuestra investigación culmina con un apartado referente al análisis de la problemática
ecológica de la región cañera de puebla, utilizando el concepto ― huella ecológica‖, cuya
determinación cuantitativa implica un cálculo preciso, cuyo resultado es la cantidad de
hectáreas ecológicas, que requerimos los seres humanos para obtener nuestros satisfactores
y simultáneamente absorber esos desechos.
Una metodología que se empleó para avanzar en el deterioro ecológico del territorio en el
que se asienta la agroindustria azucarera de Puebla, fue seguirla a partir de la descripción
que se presentó de la cadena productiva y la cadena de valor, a las que en algún borrador
plantee ampliarlas incorporando el concepto de ―cadena ecológica‖, como un camino
metodológico – epistemológico que se presentaba. Se optó por utilizar la categoría ―huella
ecológica‖, dada la relevancia que este indicador ha adquirido por ser adoptado
ampliamente en la comunidad científica y los movimientos sociales ecologistas.
Esta investigación no pretendió determinar la huella ecológica en la agroindustria azucarera
de la región de Puebla de manera cuantitativa, tal como lo determina su metodología, más
239
bien y dados nuestros limitados recursos, se planteó avanzar en buscar de la huella
ecológica, sin agotar su análisis, los resultados, no agotan el análisis de la huella Ecológica
en región cañera de Puebla, ni se puede afirmar que el abordaje, esté terminado dada la
complejidad de determinar cuantitativa o cualitativamente la huella ecológica de un sector
de la actividad económica en particular.
No fue tarea fácil, dadas las escasas publicaciones referentes al tema que logramos
localizar, ampliamos nuestra información para avanzar en su búsqueda, gracias a las
entrevistas que en campo realizamos a productores cañeros y administradores de ingenios y
del material bibliográfico y hemerográfico que se logró acopiar. En dichas entrevistas el
tema ambiental fue el eje central, que sin embargo y dada mi historicidad, se derivaron en
aspectos relevantes de la agroindustria a nivel económico, social y de los procesos
productivos.
En la búsqueda de la Huella Ecológica.
Este trabajo finaliza con la búsqueda de la huella ecológica que la actividad productiva de
la agroindustria azucarera genera en el territorio en cuestión. Esta investigación no pretende
determinar esta categoría de manera cuantitativa en la zona cañera de Puebla, tal como es
determinada por la metodología muy concreta que existente para calcularla, aunque en esta
investigación se hayan obtenido resultados cuantitativos parciales que podrían arribar a su
análisis con una aproximación en aspectos tales como la superficie territorial, la superficie
cosechada e industrializada, la proporción de caña cosechada en verde o quemada, el
consumo energético en ingenios, transportes, etc.
Nuestra propuesta es contribuir al análisis de la HE en aspectos, tales como: superficie
sembrada de caña de azúcar, uso de fertilizantes, quema de caña en la zafra, impacto
energético en el traslado; consumo energético en la producción de azúcar en los ingenios,
emisión de gases a la atmosfera, generación y manejo de desechos al ambiente que genera
la actividad productiva de la AIA; ésta información se obtuvo a partir de la revisión del
material bibliográfico y hemerográfico que se logró acopiar y que se enriqueció con las
entrevistas que en campo se realizaron a productores cañeros y administradores de
ingenios.
240
Nuestra investigación concluye con la presentación de los resultados obtenidos, a partir de
cuadros y tablas en que muestra la heterogeneidad ecológica en los ingenios de Puebla.Es
necesario aclarar que los resultados que se presentan en este trabajo de tesis, no agotan el
análisis de la huella ecológica en la zona cañera de Puebla, ni se puede afirmar que el
abordaje, esté concluido, dada la complejidad del tema.
Si tomamos en cuenta de que la problemática ambiental no es un asunto de externalidades,
ni su solución se encuentra en el mercado ambiental, ya que la cuestión ecológica no es un
tema que se resuelva con compensaciones entre particulares y que estos se autorregulen, a
pesar de que está muy lejos el arribar a algo parecido a una conciencia o compromiso
ambiental, nuestro enfoque de análisis se traslada no solamente a los sujetos que participan
como decisores en los procesos productivos sino también en los actores que participan
como vendedores de su fuerza de trabajo en la cadena productiva, y más aún en los que
sufren los efectos en su salud y en su proyecto de vida de los impactos ambientales en su
entorno.
Finalizamos esta investigación, esbozando la propuesta de que las políticas ambientales
deben involucrar a los actores sociales en estas decisiones, lo cual es una tarea nada fácil,
implica un cambio radical en el modelo de desarrollo llevado a cabo hasta la fecha, una
profunda movilización de los actores involucrados, que lleve a sustanciales modificaciones
en la normatividad y en el sentido y orientación de las políticas públicas, pugnamos por
desarrollar propuestas de política ambiental que combinen los niveles federal, estatal y
municipal en el cuidado de la naturaleza y que los recursos que pertenecen a las
comunidades, sean vigilados por ellas. Explorar el uso de instrumentos de política
ambiental, como es el caso de los impuestos ambientales que por razones del dogma
neoliberal no se ocupan, a pesar de que la emergencia ecológica lo requiere.
Un buen inicio puede estar en las iniciativas que las comunidades realicen en los espacios
territoriales de influencia, administren su entorno ambiental y tengan las facultades de
cobrar impuestos ecológicos.
241
A manera de propuestas concretas:
La necesidad de que la autoridad de verificación ambiental de nuestro país, avance en la
difusión de los resultados en concreto de las verificaciones normativas y de las auditorías
ambientales. Además de su integración al sistema de Nacional de indicadores ambientales a
cargo de SEMARNAT, que lo organiza de manera global e incompleta.
Avanzar en la integración de un sistema Nacional de estadística ambiental con la
información de todas las dependencias gubernamentales, (INEGI, SEMARNAT,
SAGARPA, NIVEL FEDERAL Y ESTATAL Y MUNICIPAL)
Avanzar en que las auditorías ambientales en la Industria en general y en la Industria
Azucarera en particular dejen de ser voluntarias y a iniciativa de las empresas. Y
participen todas. (algo parecido a la verificación vehicular). Una vez insertados en este
terreno la política ambiental podría disponer de muchos instrumentos de política
ambiental que, no ha querido utilizar como son los instrumentos fiscales de apoyo a la
innovación tecnológica, los impuestos ambientales a las descargas y a las emisiones etc.
En los mismos términos, y haciendo uso al derecho a la información, la PROFEPA
debe presentar las medidas concretas que se han tomado o se tomarán para evitar que
las actividades productivas de la AIA no rebasen la NOM permitidas.
A pesar de que los fundamentos teóricos del neoliberalismo, han influido de manera
determinante en el diseño de las políticas públicas, van aumentando las opiniones de la
necesidad de un retorno a la intervención estatal para enfrentar los daños al ambiente
provocados por el aumento de las actividades humanas y económicas. Este debate se irá
acentuando. Derivado de lo anterior, se cuestiona también la eficacia del mercado como
única vía para corregir las externalidades ambientales y la posibilidad de exacerbar el
conflicto social, se ha propuesto la inclusión de nuevos actores en la toma de decisiones
ambientales, no únicamente a los que participan en el mercado, también que la sociedad
civil e instituciones no gubernamentales se incorporen en la discusión de la viabilidad de
políticas públicas actuales y en la instrumentación de nuevas propuestas, que se amplié la
descentralización hacia los ámbitos estatales y municipales, de manera que tengan mayores
facultades para decidir por su entorno inmediato y los recursos que disponen.
242
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