Historia de una ciudad

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Historia

de una

ciudad española

Etimológicamente la palabra CIUDAD procede de la palabra latina CIVIS.

Etimológicamente CIVILIZADO procede de CIVIS, simplemente CIUDADANO.

Etimológicamente la palabra URBANISMO procede de la palabra latina URBS-

URBIS, que significaba CIUDAD.

En griego ciudad se dice POLIS, por eso administrar una ciudad es POLÍTICA.

De acuerdo con el significado etimológico, el urbanismo es el conjunto de conocimientos que se refieren al estudio de la creación, desarrollo, reforma y progreso de los poblados, en orden a las necesidades materiales de la vida humana (definición de la Real Academia Española).

Algunas ciudades españolas tienen su origen en los asentamientos de los pueblos prerromanos (celtas o iberos, como tartessos).

Otras fueron fundadas por los fenicios como Cádiz (Gadir-Gades)

O por los griegos, como Ampurias (Emporion).

Otras fueron fundaciones de los cartagineses, como Cartagena (Cartago nova).

Muchas fueron creadas por los romanos, como Tarragona (Tarraco), Mérida (Emerita Augusta), Zaragoza (Cesar Augusta) o Alcalá de Henares (Complutum).

Tarraco

M

É

R

I

D

A

COMPLUTUM

Las ciudades, aunque de fundación romana, adquirieron un espectacular auge con el Islam como Córdoba, que fue en el siglo X la ciudad más grande y más culta del momento. O Toledo donde convivieron los musulmanes, los cristianos y los judíos.

CÓRDOBA

TOLEDO

Otras ciudades no sufrieron la invasión musulmana, o si lo hicieron no dejaron huella, pues durante la Edad Media cristiana las ciudades vieron crecer los castillos, sus murallas y las iglesias, primero románicas.

Ávila

Santillana del Mar (Cantabria)

Otras ciudades levantaron durante la Baja Edad Media las orgullosas torres de sus iglesias góticas, como Barcelona, Valencia y Mallorca, señoras del Mediterráneo.

Barcelona

Mallorca

Valencia

Más tarde, durante el reinado de los Austria, se transformaron totalmente, como Madrid, que se convirtió en el centro político de un Imperio donde no se ponía el sol.

O como Sevilla, populosa ciudad que canalizaba el comercio con América…

A través de una ciudad imaginaria, Marsena, conoceremos cómo era una ciudad romana, cómo se transforma durante la edad media musulmana o cristiana. Cómo se amplían con la llegada de la industria y el ferrocarril hasta nuestros días…

MARKENO-MARCINO

AÑO 153, SIGLO II

Hacia el siglo I a.C. los romanos ocuparon con un campamento el valle próximo a un río, no lejos de una población indígena llamada Markeno. Con el paso del tiempo la zona fue romanizándose, los indígenas abandonaron su poblado instalándose en el campamento romano que se había convertido en una ciudad: Colonia Faventia Augusta Marcino.

El foro, una gran plaza porticada, ocupa el lugar relevante, en donde se encuentra el templo, la curia, lugar de reunión de los magistrados, y la basílica, que se utiliza como lugar de reunión, para impartir jus-ticia o realizar transacciones comerciales. Dos calles cruzan el foro, el cardo (este-oeste) y el decumano (norte-sur).

La ciudad cuenta con termas o baños públi-cos, con anfiteatro, teatro y un acueducto que suministra agua a la ciudad.

MARKENO-MARCINO- MADINA-AL-MARQÜNA.

AÑO 153, SIGLO II

Con la decadencia del Imperio romano y la invasión de los visigodos en el siglo V, Marcino fue despoblándose.

Pero en el siglo VIII con la invasión musulmana la ciudad recobró su esplendor. Se llama ahora Madina-al-Marqüna. Medina significa ciudad, y suele corresponder al centro o ciudad vieja, donde se localiza la aljama (judería) y la mozarabía (cristianos).

Dentro del recinto se han construido tortuosas calles. Se desarrollan los zocos, establecimien-tos comerciales. Cada barrio posee una mezquita (templo), pero la principal está en el centro de la ciudad. Fuera de las murallas están los arrabales, barrios nuevos.

MARCINO-MARSENA

AÑO 1025, SIGLO XI

Marcino podría haber estado situado al norte de la península Ibérica, entonces no hubiera sufrido la invasión musulmana. Los descendientes de aquellos hispano-romanos y los descendientes de los visigodos viven en la ciudad que se ha quedado casi despoblada. Dentro de ella se cultiva. Apenas hay comercio, pues las rutas son muy inseguras y las guerras entre los nobles cristianos o con los musulmanes son frecuentes.

Ahora la ciudad se llama Marsena y pertenece a un conde.

Debido a las murallas romanas, que se recons-truyen continuamente, la ciudad parece un castillo inexpugnable. El conde ha edificado un palacio fortificado. El obispo también vive allí, sobre los restos del antiguo templo romano. Cerca se acaba de construir una catedral (románica). Los edificios se han construido aprovechando la piedra de las construcciones romanas.

Dentro de la ciudad viven pocas personas son campesinos, artesanos, comerciantes y servidores de los nobles. Además existen barrios para judíos con su sinagoga y baños.

A las afueras se ha fundado un monasterio y una ermita con un pequeño cementerio.

MARSENA

AÑO 1430, SIGLO XV

Durante los siglos XIII y XIV, Marsena ha crecido y los espacios libres han sido totalmente ocupados. Alrededor de la muralla y los monasterios se han construido varios suburbios, por lo que se ha construido una nueva muralla.

Los ciudadanos tienen privilegios y práctica-mente gobiernan su ciudad. Los gremios de oficios y los comerciantes financian una nueva catedral de estilo gótico.

También se ha edificado una lonja para facilitar el depósito y transacción de mercancías. Además un hospital y una universidad, vinculada a la iglesia.

Cerca de lo que fue el foro romano se abre una plaza ma-yor. En ella está situado el edificio del Común (ayunta-miento). La torre de este edificio tiene un reloj que ayuda a organizar el tiempo. Las calles reciben el nombre de los gremios que albergan: plateros, toneleros…

El barrio judío ha desaparecido después de fuera atacado y quemado en 1307.

Algunos comerciantes enriquecidos han levantado pala-cios, que contrastan con las viviendas humildes.

La ciudad está muy sucia aunque se han construido fuentes públicas no hay agua corriente. Abundan las epidemias como la peste.

MARSENA

AÑO 1750, SIGLO XVIII

Marsena no ha crecido mucho en extensión, pero su población sí. La muralla exterior se ha reforzado con fosos y baluartes por el desarrollo de la artillería.

El rey ordenó la construcción de una ciudadela y varios cuarteles para soldados profesionales.

Se levantan nuevas iglesias con estilos nuevos: el Barroco y más tarde el Neoclasicismo.

Pero los edificios que más han cambiado a Marse-na son las fábricas. Estas fábricas arruinaron a los artesanos que tuvieron que trabajar en ellas. También acudieron a las fábricas inmigrantes procedentes de los campos de alrededor. Las fábricas transformaron la sociedad en clasista, según el capital de cada clase, no el nacimiento. Los trabajadores de las fábricas se convirtieron en una nueva clase: los proletarios.

Para dar cabida a todos las casas crecen en altura.

MARSENA

AÑO 1909, SIGLO XX

Las fábricas instalaron máquinas de vapor y además se construyeron nuevas fábricas. La máquina de vapor trajo el ferrocarril, el telégrafo… Marsena demolió sus murallas (dejando como testigo las calles) y pudo crecer libremente.

A la sombra de las chimeneas se construyó el ensanche o zona residencial donde vivían los burgueses, clase acomodada económicamente.

El suministro de agua corriente es una realidad en todas las casas, además de sistemas de calefacción.

Después la materia prima del carbón fue sustituida por la electricidad. Y comenzaron a instalarse en algunos lugares públicos el teléfono.

Además del ferrocarril se instalaron tranvías…

La nuevas tecnologías de la informática han introducido otras torres en nuestras ciudades.

Las fábricas dejan el centro las ciudades y se asientan en sus extrarradios.

Los medios de transportes de personas han evolucionado y es lo que más caracteriza a una ciudad.

Realizado por María del Pilar González López,IES VALLE INCLÁN

2008/2009

Información obtenida del libro de texto escrito por Pilar Comes y F. Xavier Hernández, Ciencias Sociales, 7º EGB, CLIP, Colección Graó, Editorial Teide,1992 en su tercera edición [1987].