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0 1 de enero de 2015
2015
Ana Zárate
UPAEP
1-1-2015
FORMAS DE GOBIERNO
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Contenido LA TIRANÍA........................................................................................................................................... 2
DESPOTISMO ................................................................................................................................... 4
ARISTOCRACIA ............................................................................................................................. 6
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LA TIRANÍA
La tiranía (del griego τύραννος o tyrannos: amo o señor ), en el sentido que se dio al término en
la Grecia antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, que con frecuencia
instauraba el tirano, que era aquel o aquellos que habían derrocado el gobierno de una ciudad-
estado, normalmente gracias al apoyo popular, pero también mediante un golpe de estado militar
o una intervención extranjera.
Así, el tirano ocupaba el poder no por derecho, sino por la fuerza. Para la mentalidad moderna,
la tiranía se identifica con un uso abusivo y cruel del poder político que se ha usurpado, pero entre
los antiguos griegos, sin embargo, el término no estaba tan cargado de connotaciones peyorativas,
y a menudo tenía mucho que ver con la demagogia y el populismo. Para los griegos incluso el
término tuvo en principio una connotación positiva y muchos tiranos eran queridos y muy populares
entre los ciudadanos de las polis, la metrópolis y las menores que eran administradas por éstas. Con
el tiempo las tiranías se convirtieron en un sistema político muy recurrente por autoritaristas que
se apoyaban en la nobleza de la ciudad para hacerse con el poder, momento en el cual empezó a
odiarse e identificarse con la tiranía moderna. El Tirano también puede ocupar el poder sin la fuerza,
con apoyo popular.
Breve historia del término
Parece que el término “tirano" se aplicó por primera vez a Fidón de Argos y a Cípselo de Corinto.
El periodo de esplendor de tiranía fue el siglo VI a. C., cuando muchos gobiernos del Egeo fueron
derribados y Persia tuvo ocasión de hacer sus primeras incursiones en Grecia, al buscar diversos
tiranos su apoyo para consolidarse en el poder. Pisístrato y sus descendientes, los pisistrátidas
(Hipias e Hiparco), son el ejemplo de estos gobernantes para Atenas; Polícrates para Samos, y
muchos otros.
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La tiranía griega fue fruto de la lucha de las clases populares contra los abusos de la aristocracia
y los reyes-sacerdotes, cuyo derecho a gobernar venía sancionado por las tradiciones ancestrales y
la mitología. Los tiranos llegaron con frecuencia al poder a través de revueltas populares y gozaron
de la simpatía pública como gobernantes, al menos en sus primeros años en el poder. De Pisístrato,
por ejemplo, cuenta Aristóteles que eximió de impuestos a un agricultor a causa de lo
particularmente infértiles que eran sus tierras, y se dice que Cipselo podía pasear por las calles de
Corinto sin escolta de ninguna clase.
Así definía Aristóteles la tiranía:
«La monarquía o sólo debe tener el nombre sin existir, o necesariamente existe debido a la gran
superioridad del que reina; de modo que la tiranía, que es el peor régimen, es el más alejado de una
constitución; en segundo lugar está la oligarquía, pues la aristocracia dista mucho de este régimen,
y la más moderada es la democracia».
La tiranía en Sicilia tuvo connotaciones particulares y se prolongó más a causa de la amenaza
cartaginesa, lo que facilitó la ascensión de caudillos militares con amplio apoyo popular. Tiranos
sicilianos como Gelón, Hierón I, Hierón II, Dionisio el Viejo y Dionisio el Joven mantuvieron cortes
fastuosas y fueron mecenas culturales. Se ha señalado que entre los siracusanoss se atribuía el
origen etimológico de la palabra "tirano" (bien erróneamente, bien como un juego de palabras), al
gentilicio "tirreno", que era el que aplicaban a los etruscos, otros de sus enemigos.
En los últimos siglos del I milenio a. C. los autores fueron generalmente menos tolerantes con la
tiranía. Aristóteles, que la considera “el peor régimen”, afirma que la mayor parte de los tiranos
habían sido demagogos que se ganaron la confianza del pueblo calumniando a los notables
El más famoso tiranicidio de la antigüedad es el efectuado sobre el Pisistrátida Hiparco por los
tiranicidas Harmodio y Aristogitón, inmortalizados en una pareja de esculturas atribuidas a Critios y
Nesiotes (en torno al 480 a. C.-470 a. C.) que marcan el final del estilo arcaico y el comienzo del
clásico. La sublevación contra Tarquinio el Soberbio, a pesar de ser un rex (rey) fue justificada por la
naciente República romana como un tiranicidio (no obstante el rey fue expulsado con su familia, no
muerto).
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DESPOTISMO
El despotismo es una forma de gobierno donde el poder está en manos de un gobernante único.
En este sentido, los súbditos son tratados como esclavos. A diferencia de la dictadura y la tiranía,
esta no depende de las reglas y tener condiciones de sobreponerse al pueblo, sino de la gente que
no es capaz de expresarse y el auto-gobierno, dejando el poder en manos de uno solo, por miedo o
desconocimiento de no saber qué hacer. El despotismo, de acuerdo a Montesquieu, se trata de sólo
un gobierno, sin leyes ni reglas, que arrastra todo con su voluntad y capricho.
Constituyó una forma de gobierno que trataba de conciliar el absolutismo con las nuevas ideas
de la Ilustración, intentando para ello conjugar los intereses de la monarquía con el bienestar de los
gobernados. Se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XVIII.
El término tiene su origen en la palabra italiana “Déspota”, es decir, soberano que gobierna sin
sujeción a ley alguna.
Buena parte de los soberanos europeos desarrollaron en mayor o menor medida esta forma de
gobernar, utilizando su indiscutible supremacía como herramienta para incentivar la cultura y la
mejora de las condiciones de vida de sus súbditos.
Pero al hacerlo, prescindieron de su concurso y opinión. La famosa frase acuñada “Todo para el
pueblo, pero sin el pueblo” se hizo eco de una realidad que intentaba aunar la tradición con la
novedad.
Para llevarla a cabo se valieron de una serie de reformas que en cierto modo buscaban
modernizar las estructuras económica, administrativa, educativa, judicial y militar de sus respectivos
estados.
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Todo ello, sin embargo, respetando la esencia del régimen absolutista y la división estamental de
la sociedad. La planificación y puesta en práctica de esas actuaciones recayó sobre una serie de
ministros y altos funcionarios de la administración estatal, entre los que destacaron el marqués de
Pombal en Portugal, el marqués de la Ensenada en España o Turgot en Francia.
Descollaron los siguientes déspotas:
En España, Carlos III; en Austria, María Teresa y José II; en Prusia, Federico II; en Rusia, Catalina
II.
No obstante, la moderna historiografía pone en duda la verdadera intencionalidad reformista de
algunos de ellos. Tal es el caso de Catalina de Rusia o Federico el Grande de Prusia.
En Francia, cuna de las revoluciones burguesas, el despotismo ilustrado no alcanzó el relieve que
en otros estados europeos, ya que las iniciativas de sus defensores (los ministros Turgot, Necker,
Brienenne o Calonne) se toparon con la incomprensión y oposición de los privilegiados a los que las
reformas afectaban negativamente.
Las limitaciones del despotismo ilustrado fueron evidentes: obtuvo relativos éxitos en los campos
administrativo, educativo y económico. Sin embargo fracasó en el social ya que sus promotores no
fueron partidarios de acometer reformas en profundidad que pudiesen alterar las viejas estructuras
del Antiguo Régimen.
Este fracaso abrió el camino a posiciones más radicales. A la postre, el intento de modernización
del absolutismo se vio frustrado por las revoluciones burguesas, hecho al que se había anticipado
Inglaterra en el siglo XVII tras el establecimiento de la monarquía parlamentaria.
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ARISTOCRACIA
La aristocracia es un concepto político cuya acepción más inmediata se refiere a aquellas
personas en cuyo nombre recae el poder político y económico de un país, transmutado por derecho
hereditario. A la clase de los aristócratas se les llama también «los nobles» o «la nobleza». En los
países europeos, por ejemplo, los aristócratas o nobles son los reyes, príncipes, duques, condes,
barones, o los que traen causa por nobleza marcadamente militar como adelantados, almirantes,
marqueses pero también, en ocasiones, algunos emperadores. En tiempos pasados la Antigua Roma
tuvo a los patricios como clase aristocrática y en otros países, como Japón, los nobles del pasado
fueron primero los daimyō de alto rango y más tarde los kazoku, en la India eran los chatrías, etc.
Una segunda acepción del término «aristocracia» considera que éste no se refiere a quienes ya
gobiernan de facto por haber heredado un título de nobleza sino que se refiere a quienes deberían
gobernar por ser los más capacitados para ello, sin importar el que sean o no los portadores de un
título hereditario. Siguiendo el mismo principio puede considerarse también que el alto nivel de la
posición social, por ejemplo un alto nivel económico, sea también un criterio para identificar a las
personas que deben gobernar; otros criterios tradicionalmente relacionados con esta segunda
acepción de la aristocracia son la plutocracia (gobierno de los ricos) o la democracia (gobierno del
pueblo).
Platón defendió la aristocracia como sistema de gobierno. Etimológicamente la palabra «
aristocracia» significa «gobierno de los mejores» (del griego ἀριστοκρατία aristokratía, de ἄριστος
aristos excelente, y κράτος, kratos, poder).
La república aristocrática
Muchos pensadores del mundo antiguo como Platón o Cicerón veían en la república aristocrática
al mejor sistema de gobierno para el hombre. Tal poder seria liderado por una elite intelectual y
basada en sus conocimientos y estudios, separándose así del vulgo y de la masa inculta. A este
sistema se le llama sofocracia
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La aristocracia en la monarquía.
Se trata de una forma de gobierno de un Estado (aunque en muchas ocasiones es definida como
forma de Estado en contraposición a la República) en la que la jefatura del Estado o cargo supremo
es personal, y estrictamente unipersonal (en algunos casos históricos se han dado diarquías,
triunviratos, tetrarquías, y en muchas ocasiones se establecen regencias formales en caso de
minoría o incapacidad o valimientos informales por propia voluntad).
La aristocracia en la democracia.
Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto
de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual
las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa
o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una
forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se
establecen de acuerdo a mecanismos contractuales. La democracia se define también a partir de la
clásica clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después,
en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para
Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de
los más», para Aristóteles).
Historia
El rey Alejandro Magno de Macedonia, aristócrata antiguo. La aristocracia existía en la Antigua
Atenas, con anterioridad al periodo de las guerras persas del siglo V a.C., y en Esparta, prácticamente
durante toda su historia. Lo mismo ocurrió en la Antigua Roma durante el periodo de la República
romana, desde el siglo VI hasta el I a. C. Durante el periodo Heian (794-1185), Japón era una
aristocracia de hecho, con unos cuantos miembros de la alta nobleza (la mayoría de un solo clan, el
Fujiwara) gobernando en nombre de emperadores títeres.
Platón y Aristóteles emplearon la palabra en su sentido original. Para Platón, «los mejores» eran los
filósofos, buscadores de la verdad y de un claro sistema ético. Aristóteles, distinguió la aristocracia
de la monarquía, gobierno de uno solo, y de la democracia, gobierno del pueblo. En la teoría
aristotélica, los pocos ejercen el poder en beneficio del todo. Cuando no lo hacen así, la aristocracia
se convierte en oligarquía, gobierno de facción. Más allá de su sentido originario, para griegos y
romanos las aristocracias fueron clases sociales bien definidas, que ejercían el poder o se
empeñaban en manejarlo detrás de la escena.
Edad Media
El emperador Go-Toba, perteneciente a la aristocracia medieval de Japón. Durante la Edad Media
europea no existió una verdadera aristocracia, puesto que, aunque el poder político se hallara en
manos de unos pocos, cada señor feudal era dueño absoluto de su propio dominio. En Inglaterra el
gobierno vigente desde la subida al trono de la casa de Hannover en 1714 y a lo largo del siglo XIX,
aunque de naturaleza parlamentaria, era en realidad una aristocracia, pues tanto el rey como el
Parlamento eran controlados por unas pocas familias. Tras el proceso de emancipación de América
Latina, en algunos de los nuevos países surgidos del mismo, se dieron algunas inclinaciones hacia
formas de gobierno aristocrático, que no prosperaron.
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Esto significa que desde la Edad Antigua se identifica al término como un estrato social elevado
y minoritario. En la Alta Edad Media, las monarquías no daban lugar al crecimiento de las
aristocracias. En la medida en que se desarrollaron las cortes, los títulos nobiliarios habilitaron a
nuevos aristócratas que influían decisivamente en la política de los reinos. En la práctica,
históricamente casos significativos de aristocracia se dieron en Venecia y Polonia, ya que
generalmente el poder lo ejercieron los reyes o, en la era contemporánea, los representantes del
pueblo.
Siglo XXI
Juan Cristóbal Bonaparte, actual aristócrata francés, dedicado al mundo de las finanzas. En la
actualidad, el término aristocracia se usa en un sentido más genérico en diferentes contextos para
referirse a un grupo reducido y selecto considerado superior en diversas categorías, como por
ejemplo, la aristocracia de linaje, de riqueza o intelectual. De hecho, el término define un régimen
político en el que el poder está en manos de las clases altas de la sociedad. Con el mismo nombre,
se designa a los nobles, y se usa «aristocracia» como sinónimo de nobleza.
Sin embargo, hoy en día se designan como aristocracia a la nobleza y a las clases altas, por
tradición o linaje, en cualquier sociedad. En un sentido más amplio, el término se usa para hablar
de grupos selectos y excluyentes en diversos ambientes o contextos (por ejemplo, la «aristocracia
financiera», la «aristocracia del saber», incluso la «aristocracia proletaria», por los trabajadores
mejor remunerados).
La aristocracia de nuestro siglo XXI se encuentra presente en todos los países
constitucionalmente nacidos. Un ejemplo claro, son las casas reales europeas, hoy no reinantes,
como los Bonaparte y los Orleans franceses, los Hohenzollern alemanes, los Habsburgo austríacos y
los Saboya italianos, todos ellos emparentados entre sí y con las monarquías reinantes de Europa,
por cuestiones de parentesco. Todas estas familias, cuentan con miembros, que si bien, no están en
el trono, tienen una notable presencia en el mundo político, financiero, cultural y social, aunque sea
pequeñas, pero notables. En Latinoamérica, podemos contar con Luis de Orleans-Braganza, jefe de
la Casa Imperial de Brasil; en otros países de la región no se reconocen los títulos aristocráticos,
como en Argentina, que bien podría ser los descendientes de Manuel Belgrano y de José de San
Martín.
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LA OLIGARQUÍA
La oligarquía, en la ciencia política, es una forma de gobierno en la que el poder supremo está en
manos de unas pocas personas, generalmente de la misma clase social. Los escritores políticos de la
antigua Grecia emplearon el término para designar la forma degenerada y negativa de aristocracia,
(literalmente, gobierno de los mejores). Estrictamente, la oligarquía surgirá cuando la sucesión de
un sistema aristocrático se perpetúe por transferencia sanguínea o mítica, sin que las cualidades
éticas y de dirección de los mejores surjan como mérito reconocido por la comunidad, siendo esta
definición muy cercana a la de monarquía.
Los oligarcas dueños de propiedades, de tierras o de grandes acumulaciones de dinero, son los
poseedores de fuerza en la dirección política gracias a sus fuertes influencias económicas.
La oligarquía es un grupo minoritario de personas, pertenecientes a una misma clase social,
generalmente con gran poder e influencia, que dirige y controla una colectividad o institución.
Historia
Los gobiernos oligárquicos, y la oligarquía como tal, tienen una historia antiquísima, casi desde el
comienzo de las estructuraciones sociales de los primeros seres humanos. Aunque como tal se ha
usado para adjetivar diversos sistemas sociales, sin que este apelativo fuera más allá de una
calificación del sistema político.
Escritores políticos de la Antigua Grecia como Platón ya citan en su época gobiernos oligarcas
como el de los Treinta Tiranos gobernantes en la propia Atenas del filósofo. El sistema oligárquico
gobernante tras la democracia, fue derrocado para volver a implantarla en la Atenas de la época. El
comercio internacional y el enriquecimiento demasiado concentrado hacen surgir una oligarquía
(como fue el caso de la familia Médici de Florencia).
Se puede considerar que no es la aplicación de la democracia como tal, ya que ésta se define
como el poder de todos y si este tan sólo está concentrado en manos de unos pocos tiene más
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similitud a las dictaduras que a las democracias. Un ejemplo de ello es la forma del manejo del poder
actualmente en los Emiratos Árabes Unidos. Aunque como tal es cuestionable cualquier sistema
supuestamente democrático si hay dirigentes que deciden por la ciudadanía aunque hayan sido
votados por ésta, pueden llegar a ser considerados como oligárquicos, y al no ser sistemas de
democracia directa en cuyo caso no sería cuestionable.
PLUTOCRACIA
Plutocracia (del griego πλουτοκρατία, ploutos 'riqueza' y kratos 'poder') es una síntesis crítica que
se hace a la democracia, al sufragio universal y al parlamentarismo, pudiendo enunciarse como un
sistema de gobierno en el que el poder lo ostentan quienes poseen las fuentes de riqueza.
Suele incluirse como un tipo de oligarquía en su visión clásica promovida por las experiencias en
algunas ciudades griegas y ciudades-estado de Italia medieval (Génova, Venecia y Florencia). No hay
que confundir la plutocracia con sistemas donde el ejercicio de la ciudadanía está vinculado a una
riqueza mínima, correspondiendo en hecho a un supuesto interés para la colectividad, por ejemplo,
los sufragios censitarios que exigen una contribución mínima a las finanzas públicas (censo). Estos
sistemas no son plutocráticos porque las contribuciones no pasan a fomentar un partido.
Para que la plutocracia sea material la representación es posible que corresponda, aunque no de
manera exclusiva, con el viejo modelo de representación de origen iusprivatista:
La representación atiende únicamente a aquellos que le apoyaron, no ateniéndose al mandato
de la voluntad general.
Existe la posibilidad de que el mandatario sea revocado en cualquier momento por voluntad de
sus mandantes.
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Existe la responsabilidad del mandatario ante aquellos que le apoyaron, con obligación de rendir
cuentas de su gestión.
El carácter limitado y explícito de los poderes de los que dispone el mandatario estará sometido
a instrucciones vinculantes de sus mandantes.
Se trata pues de un tipo de mandato imperativo y vinculante que establece un nexo de unión
inmediata entre mandante y mandatario. Esta estructura suele aparecer en aquellos sistemas de
gobierno en los que aquellos que ostentan el poder político y legislativo son ordenados por el poder
económico.
Historia
El alto coste de las campañas políticas en las democracias siempre ha supuesto una barrera de
entrada al poder, una forma de plutocracia controlada por una escasa minoría de los votantes. En
la democracia ateniense, algunos cargos públicos eran asignados de forma aleatoria a los
ciudadanos para inhibir los efectos de la plutocracia. Entre el 133 a. C. y el 123 a. C. los Gracos
protagonizaron una brutal revolución contra la plutocracia de Roma. La democracia moderna puede
ser también vista como una farsa deshonesta empleada para evitar la agitación de las masas frente
a los abusos de poder o incluso como hostigadora de dicha agitación en beneficio propio. Asimismo
puede animar a los candidatos a realizar clientelismo político, por ejemplo, ofreciendo leyes
favorables si resultan elegidos.
El control de los medios de comunicación por parte de unos pocos puede llevar a una distorsión
más específica del proceso electoral, de modo que los medios son un elemento vital en unas
elecciones (ver oclocracia). Ciertos grupos sostienen que la crítica a la situación del momento o a
una agenda concreta tiende a ser ocultada a través de grupos mediáticos para así proteger sus
propios intereses. Los partidarios contestan que la libertad de expresión hace posible tanto para las
organizaciones lucrativas como para las sin ánimo de lucro debatir estas cuestiones. Argumentan
que la cobertura mediática en las democracias simplemente refleja las preferencias del público, y
no supone censura. Marxistas, socialistas y anarquistas sostienen que las democracias liberales son
parte integrante del sistema capitalista, además de que se basan en la división en clases sociales y
no son plenamente democráticas o participativas. Es una democracia burguesa donde sólo los más
poderosos mandan. A causa de esto es vista como un sistema desigual que funciona de modo que
facilita la explotación económica. Por el contrario, para Vilfredo Pareto la plutocracia dominante no
es tanto el gobierno de los hombres de negocios como el gobierno de los políticos expoliadores que
apelan al poder público para su beneficio personal. Si la minoría dominante en realidad es un
conjunto de grupos cuyos intereses por momentos divergen, la competencia política puede en
ciertas circunstancias inducir a los líderes a buscar el apoyo de la mayoría promoviendo los intereses
de ésta.
Plutocracia y financiación de partidos
Una forma común de plutocracia hoy día podría venir motivada por la financiación irregular de
partidos. Ésta puede provocar que en una partitocracia o democracia, alrededor del poder estatal
se forme un holding empresarial o fáctico que, tras financiar partidos y medios de comunicación,
obligue a realizar un clientelismo político, la mayoría de las veces mediante una legislación
favoritista.
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Según la nomenclatura estadounidense existe en la financiación de partidos hay una distinción
relativamente importante en cuanto al tipo de dinero utilizado.
DEMOCRACIA
Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto
de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual
las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa
o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una
forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se
establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
La democracia se define también a partir de la clásica clasificación de las formas de gobierno
realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de
uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles),
democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).
Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas
reconocidas por el pueblo como sus representantes. Hay democracia participativa cuando se aplica
un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo
que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la
ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos. Finalmente, hay democracia directa
cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos
vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular
de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas tres formas no son excluyentes y suelen
integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele
haber un mayor peso de una de las tres formas en un sistema político concreto.
No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república
es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.
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Algunos pensadores consideran a la democracia ateniense como el primer ejemplo de un sistema
democrático. Otros pensadores han criticado esta conclusión, argumentando por un lado que tanto
en la organización tribal como en antiguas civilizaciones en todo el mundo existen ejemplos de
sistemas políticos democráticos, y por otro lado que solo una pequeña minoría del 10% de la
población tenía derecho a participar de la llamada democracia ateniense, quedando
automáticamente excluidos la mayoría de trabajadores, campesinos, esclavos y las mujeres.
De todas formas, el significado del término ha cambiado con el tiempo, y la definición moderna
ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la sucesiva introducción de
sistemas democráticos en muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento del sufragio
universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las democracias existentes son bastante
distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre.
Formas de democracia
Clásicamente la democracia ha sido dividida en dos grandes formas: directa o representativa.
Democracia indirecta o representativa
El pueblo se limita a elegir representantes para que estos deliberen y tomen las decisiones, de
forma jerárquica.
Democracia semi indirecta o participativa
Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia semi
directa, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la democracia semi directa
el pueblo se expresa directamente en ciertas circunstancias particulares, básicamente a través de
cuatro mecanismos:
Referéndum. El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.
Plebiscito. El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma (constitución, ley,
tratado).
Iniciativa popular.
Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o derogación de una ley.
Destitución popular,
Revocación de mandato o recall. Mediante este procedimiento los ciudadanos pueden destituir
a un representante electo antes de finalizado su período.
Democracia directa
Se trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores atenienses o se
practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en asamblea. No existen
representantes del pueblo, si no, en todo caso, delegados que se hacen portavoces del pueblo, que
únicamente emiten el mandato asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no sólo por
los demócratas de la Antigua Grecia, sino también para muchos pensadores modernos (Rousseau,
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por ejemplo) y para una buena parte del Socialismo y del Anarquismo. Un ejemplo de democracia
directa más conocido es el de la Atenas clásica.
Democracia líquida
La Democracia Líquida es una clase de democracia directa en la que cada ciudadano tiene la
posibilidad de votar por Internet cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero puede
ceder su voto a un representante para aquellas decisiones en las que prefiere no participar.
Componentes de la democracia
En la democracia moderna juega un rol decisivo la llamada regla de la mayoría, es decir el derecho
de la mayoría a que se adopte su posición cuando existen diversas propuestas. Ello ha llevado a que
sea un lugar común de la cultura popular asimilar democracia con decisión mayoritaria.
Las elecciones son el instrumento en el que se aplica la regla de mayoría; haciendo así de la
democracia el ejercicio más eficiente, eficaz y transparente, donde se aplica la igualdad y la
oportunidad de justicia, práctica originada en los siglos XVIII y XIX; cuando la mujer se hace partícipe
del derecho al voto. Además, la democracia contemporánea, no se mantiene paralela al régimen
absolutista y al monopolio del poder.
La democracia liberal
En muchos casos la palabra «democracia» se utiliza como sinónimo de democracia liberal. Suele
entenderse por democracia liberal un tipo genérico de Estado surgido de la Independencia de
Estados Unidos de 1776 y luego más o menos generalizado en las repúblicas y monarquías
constitucionales que emergieron de los procesos de emancipación o revolucionarios contra las
grandes monarquías absolutas y establecieron sistemas de gobierno en los que la población puede
votar y ser votada, al mismo tiempo que el derecho de propiedad es preservado.
Libertad de prensa, así como acceso a fuentes de información alternativa a las propias del gobierno
que garanticen el derecho a la información de los ciudadanos.
Libertad de asociación.
Vigencia de los derechos humanos, que incluya un marco institucional de protección a las
minorías.
Las democracias modernas tienden a establecer un complejo sistema de mecanismos de control
de los cargos públicos. Una de las manifestaciones de estos contrales horizontales es la figura del
impeachment o «juicio político», al que pueden ser sometidos tanto los presidentes como los
jueces, por parte de los parlamentos, de acuerdo a ciertas constituciones, como la de Argentina,
Brasil o Estados Unidos. Otras agencias más modernas orientadas al mismo fin son el defensor del
pueblo u ombudsman, las sindicaturas de empresas públicas, los organismos de auditoría, las
oficinas de ética pública, etc.
Historia
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La democracia aparece por primera vez en muchas de las antiguas civilizaciones que organizaron
sus instituciones sobre la base de los sistemas comunitarios e igualitarios tribales (democracia
tribal).
Entre los casos mejor conocidos se encuentran la relativamente breve experiencia de algunas
ciudades estados de la Antigua Grecia, en especial Atenas alrededor del año 500 a. C. Las pequeñas
dimensiones y la escasa población de las polis (o ciudades griegas) explican la posibilidad de que
apareciera una asamblea del pueblo, de la que solo podían formar parte los varones libres,
excluyendo así al 75% de la población integrada por esclavos, mujeres y extranjeros. La asamblea
fue el símbolo de la democracia ateniense. En la democracia griega no existía la representación, los
cargos de gobierno eran ocupados alternativamente por todos los ciudadanos y la soberanía de la
asamblea era absoluta. Todas estas restricciones y la reducida población de Atenas (unos 300.000
habitantes) permitieron minimizar las obvias dificultades logísticas de esta forma de gobierno.
En América en el siglo XII se formó la Liga Democrática y Constitucional de Haudenosaunee,
integrada por las naciones Séneca, Cayuga, Oneida, Onondaga y Mohicanos, donde se consagraron
los principios de limitación y división del poder, así como de igualdad democrática de hombres y
mujeres. La democracia de Haudenosaunee ha sido considerada por varios pensadores como el
antecedente más directo de la democracia moderna.
Durante la Edad Media europea se utilizó el término de «democracias urbanas» para designar a
las ciudades comerciales, sobre todo en Italia y Flandes, pero en realidad eran gobernadas por un
régimen aristocrático. También existieron algunas democracias llamadas campesinas, como la de
Islandia, cuyo primer Parlamento se reunió en 930 y la de los cantones suizos en el siglo XIII. A fines
del siglo XII se organizaron sobre principios democráticos las Cortes del Reino de León (1188),
inicialmente llamado «ayuntamiento», debido a que reunía representantes de todos los estamentos
sociales. En escritores como Guillermo de Ockham, Marsilio de Padua y Altusio aparecen
concepciones sobre la soberanía del pueblo, que fueron consideradas como revolucionarias y que
más tarde serían recogidas por autores como Hobbes, Locke y Rousseau.
En Europa el protestantismo fomentó la reacción democrática al rechazar la autoridad del Papa,
aunque por otra parte, hizo más fuerte el poder temporal de los príncipes. Desde el lado católico, la
Escuela de Salamanca atacó la idea del poder de los reyes por designio divino, defendiendo que el
pueblo era el receptor de la soberanía. A su vez, el pueblo podía retener la soberanía para sí (siendo
la democracia la forma natural de gobierno) o bien cederla voluntariamente para dejarse gobernar
por una monarquía. En 1653 se publicó en Inglaterra el Instrument of Government, donde se
consagró la idea de la limitación del poder político mediante el establecimiento de garantías frente
al posible abuso del poder real. A partir de 1688 la democracia triunfante en Inglaterra se basó en
el principio de libertad de discusión, ejercida sobre todo en el Parlamento.
En América la revolución de los comuneros de Paraguay de 1735 sostuvo el principio democrático
elaborado por José de Antequera y Castro: la voluntad del común es superior a la del propio rey. Por
su parte, en Brasil, los afroamericanos que lograban huir de la esclavitud a la que habían sido
reducidos por los portugueses, se organizaron en repúblicas democráticas llamadas quilombos,
como el Quilombo de los Palmares o el Quilombo de Macaco.
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La Independencia de Estados Unidos en 1776 estableció un nuevo ideal para las instituciones
políticas de base democráticas, expandido por la Revolución francesa de 1789 y la Guerra de
Independencia Hispanoamericana (1809-1824), difundiendo las ideas liberales, los derechos
humanos concretados en la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano, el constitucionalismo y el derecho a la independencia, principios que
constituyeron la base ideológica sobre la que se desarrolló toda la evolución política de los siglos
XIX y XX. La suma de estas revoluciones se conoce como las Revoluciones burguesas.
Las constituciones de Estados Unidos de 1787 con las enmiendas de 1791, Venezuela de 1811,
España de 1812, Francia de 1848, y Argentina de 1853 ya tienen algunas características
democráticas, que registrarán complejos avances y retrocesos. La evolución democrática inglesa fue
mucho más lenta y se manifestó en las sucesivas reformas electorales que tuvieron lugar a partir de
1832 y que culminaron en 1911 con la Parliament Act, que consagró la definitiva supremacía de la
Cámara de los Comunes sobre la de los Lores.
En realidad recién puede hablarse de la aparición progresiva de países democráticos a partir del
siglo XX, con la abolición de la esclavitud, la conquista del sufragio universal, el reconocimiento de
la igualdad legal de las mujeres, el fin del colonialismo europeo, el reconocimiento de los derechos
de los trabajadores y las garantías de no discriminación para las minorías raciales y étnicas.
Gobiernos que no se identifican como democráticos: Arabia Saudita, Brunéi, Catar, Emiratos
Árabes Unidos, Omán y Ciudad del Vaticano.Parece existir una relación entre democracia y pobreza,
en el sentido de que aquellos países con mayores niveles de democracia poseen también un mayor
PIB per cápita, un mayor índice de desarrollo humano y un menor índice de pobreza.
Sin embargo, existen discrepancias sobre hasta qué punto es la democracia la responsable de
estos logros. Sin embargo, Burkhart y Lewis-Beck (1994) utilizando series temporales y una
metodología rigurosa han descubierto que:
1. El desarrollo económico conduce a la aparición de democracias.
2. La democracia por sí misma no ayuda al desarrollo económico.