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Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008Fecha de recepción: 8 de octubre de 2007Fecha de aceptación: 13 de mayo de 2008
Farmacopea natural y tratamiento de afecciones de la pielen la medicina tradicional de los campesinos de las sierras de Córdoba
(República Argentina)
Gustavo J. Martínez
Laboratorio de Etnobiología. Museo de Antropología. Facultad de Filosofía y Humanidades. Hipólito Yrigoyen 174(5000) Córdoba, República Argentina. Correo electrónico: gustmart@yahoo.com.
Resumen
En el marco de un estudio de etnobotánica médica con campesinos de los ambientes serranos de la provinciade Córdoba, (República Argentina) el trabajo documenta la farmacopea vegetal utilizada en el tratamientode afecciones de la piel. Mediante entrevistas y encuestas semiestructuradas a 62 informantes rurales, seobtuvo un listado de especies y los usos medicinales, así como el contexto de la medicina tradicional en elque tienen lugar. Se registaron para esta área de la salud, 151 aplicaciones medicinales correspondientes a76 especies agrupadas en 36 familias botánicas diferentes, de las cuales un 70 % son plantas nativas. Larecolección a campo constituye el modo más frecuente de apropiación de los recursos herbolarios por partede los pobladores, que emplean fundamentalmente las hojas y las partes aéreas, ya sea en decocciones o enforma directa, y que en general se administran en forma externa (lavajes, baños, cataplasmas y compresas).Las principales aplicaciones medicinales están destinadas al tratamiento de heridas y lastimaduras (cicatri-zantes), el cuidado del cabello (caspa y seborrea), prurito, irritaciones, micosis y verrugas. Entre los crite-rios para referir la etiología, el diagnóstico y la terapéutica de las dolencias se advierte la vigencia denociones de la medicina oficial y de concepciones reelaboradas de la medicina humoral hipocrática, asícomo la recurrencia a tradiciones hispanoeuropeas y a una vasta farmacopea vegetal. Además, se encuentravigente la clasificación de las plantas en cálidas y frías. Asimismo, afecciones de la piel como la culebrilla,las quemaduras y las verrugas admiten otras terapias, como las curaciones rituales y de palabra.
Natural pharmacopoeias and treatment of skin diseasesin traditional medicine of peasants from the hills of Córdoba, Argentina
Summary
A medical ethnobotanical research performed among people in the hill areas of the Province of Córdoba,Argentina, records the plant pharmacopoeia used to treat skin diseases. By means of interviews and semi-structured questionnaires with 62 rural informants, a list of species and their medicinal uses was obtained,as well as the folk medicinal context according to which they are applied. For this area of health studies, atotal of 151 medicinal applications were registered for 76 plant species grouped in 36 different botanicalfamilies, 70 % of which are native plants. Wild plant collection is one of the methods most frequently used
Palabras clave: Etnomedicina - plantas medicinales - Córdoba - piel - dermatología.Key words: Ethnomedicine - medicinal plants - Córdoba - skin - dermatology.
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Martínez
Introducción
Las afecciones de la piel, dado lo manifiesto de susintomatología y su facilidad de detección, conlle-van �junto a las dolencias digestivas, ginecológicasy obstétricas� el mayor número de aplicacionesmedicinales de las farmacopeas nativas en gran par-te del mundo, a la vez que conforman un campo pocoexplorado y promisorio en lo que concierne a losestudios de bioprospección. Así lo indica el hechode que los compuestos con aplicaciones derma-tológicas representan solo el 11% del total de dro-gas que conforman las farmacopeas occidentales(Cox 1994; Goodman y Gilman, 1996).
Si bien las enfermedades de la piel no resultanfrecuentes como objeto específico de investigacio-nes etnobotánicas y etnomedicinales, se destina uninterés creciente de ensayos a la búsqueda de sus-tancias cicatrizantes, antiinflamatorias y antimi-crobianas, todas estrechamente vinculadas a las afec-ciones cutáneas
Entre la diversidad de criterios para la seleccióny la obtención de especies vegetales con potencialfarmacológico, la comunidad científica ha puestode relieve �en innumerables ocasiones� las virtu-des del enfoque etnofarmacológico o etnomédico,aproximación que requiere contar con una compren-sión acabada de las medicinas tradicionales de lospueblos que hacen uso de estos recursos. En el casoparticular de la Argentina, la medicina tradicionalse inserta en un complejo sistema etnomédico encoexistencia con la medicina oficial o biomedicina,las medicinas alternativas y las terapias religiosas(Idoyaga Molina, 1999) y se caracteriza por tres ti-pos de prácticas: el shamanismo, el curanderismo yla medicina casera, doméstica o autotratamiento(Idoyaga Molina, 1999; 2003). La primera se man-tiene aún vigente en las sociedades aborígenes, mien-tras que las otras dos se practican entre la poblaciónno indígena de criollos, tanto en áreas rurales como
by rural people to obtain herbs. From them, mainly leaves and plant stems are used, either in decoctions orapplied directly on the skin (washes, baths, poultices and compresses). The main medicinal uses are to treatwounds and grazes (healing), hair care (dandruff and seborrhoea), itching, irritation, mycosis and warts.Among the criteria to refer to the causes, diagnosis and therapeutics of these diseases, it has been found thatsome notions from official medicine are still valid, as well as readjusted conceptions of Hippocratic humo-ral medicine, the recurrence of Hispanic-European traditions and a wide plant pharmacopoeia. Some skindiseases like shingles, burns and warts admit other therapies, like ritual healing and healing through words.
urbanas de la Argentina. Junto a la diversidad demedicinas, el modo nativo de concebir las enferme-dades, tal como lo sistematiza la teoría etiológicade Idoyaga Molina (2003), nos remite, desde el puntode su causalidad, a diferentes tipos de desequilibriosque las originan y que trascienden el mero plano delo biológico; mencionaremos los desequilibrios or-gánicos, los sociales (males, brujerías, daños), losespacio-ambientales (mal aire), entre las entidadesque integran la persona (pérdida de alma) y los reli-giosos-rituales (por transgresión de tabúes o tras-tornos en la vinculación con seres míticos).
Los pobladores que fueron objeto de estudio com-parten, desde una perspectiva cultural, las cualida-des y el dinamismo característico de las culturas folk,en tanto según Foster (1991), ocupan un papelprotagónico en la salud el curanderismo y la medi-cina doméstica. La interpretación que las socieda-des folk hacen de las dolencias requiere un cuida-doso estudio de la etiología, el diagnóstico y la tera-péutica asociados a ellas, un preciso conocimientodel sistema etnomédico del grupo de estudio y unabordaje desde campos interdisciplinarios como losque proponen la etnomedicina (Arenas, 1996;Farnsworth 1994; Pieroni y col., 2002).
A pesar de su riqueza florística, los estudios so-bre plantas medicinales en la provincia de Córdobatodavía resultan insuficientes, aunque adquirieronun interés creciente en los últimos años. La infor-mación disponible hasta el momento se refiere alDepartamento de Río Cuarto (Bocco y col., 1997),Santa María (Martínez, 2005a), el sur de la Provin-cia (Núñez y Cantero, 2000) junto a algunos infor-mes técnicos (Noher de Halac y col., 1985;Lagrotteria y col., 1986, 1987a, 1987b; Lagrotteriay Toya, 1987; López, 1996; Lagrotteria y Affolter,1999). El texto de Barboza y col. (2006) constituyeun esfuerzo de compilación muy encomiable y es,sin duda, el compendio más completo de plantasmedicinales que existe para la Provincia. Todos estos
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trabajos enfatizan aspectos florísticos, la descrip-ción de las especies, el listado de usos medicinaleso la problemática de su comercialización. Sin em-bargo, hasta el momento, y a excepción de los avan-ces de algunas de nuestras contribuciones (Martínezy Planchuelo, 2003; Martínez, 2007a, 2007b), no seha puesto atención en los aspectos etnomédicos quepermiten interpretar en su contexto el sentido en elque estas plantas son utilizadas.
Según nuestras investigaciones previas, los po-bladores de las sierras de Córdoba recurren a unavasta farmacopea vegetal; hasta el presente se re-gistraron 189 especies con más de 750 aplicacionesmedicinales diferentes en el área en el que desarro-llamos este estudio (Martínez, 2003; Martínez,2005a).
Este trabajo tiene como objetivo caracterizar losusos medicinales de las plantas destinados al trata-miento de afecciones de la piel entre la poblacióncampesina de los ambientes serranos y los valles
intermontanos de la regiones de Paravachasca yCalamuchita (Córdoba, Argentina), e interpretarlosen el contexto de la medicina tradicional local.
Materiales y métodos
Área de estudio y poblaciónEmplazada en el suroeste de la capital de Córdoba, laregión de Calamuchita se destaca por la gran afluen-cia del turismo nacional e internacional; cuenta conimportantes asentamientos históricos de comunidadesindígenas, hoy extintas, y un importante legado cultu-ral jesuita (Figura 1). El clima es semihúmedo enverano con temperaturas máximas en el rango de 28-36 ºC y, semiseco en invierno con mínimas de entre 8y 14 ºC. La precipitación anual varía entre 700 y 900mm con valores descendientes hacia el oeste y cre-cientes en altitud (Capitanelli, 1979).
La vegetación del área comprende la provincia
Figura 1.- Área de estudio. Región de Paravachasca y Calamuchita (Córdoba, Argentina)
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Martínez
fitogeográfica del Espinal, y el distrito ChaqueñoSerrano correspondiente a la provincia Chaqueña,donde alterna vegetación xerofítica con arbustos ypastizales de altura; son frecuentes los ejemplaresde Prosopis alba y Prosopis nigra, Aspidospermaquebracho-blanco, Celtis tala, Celtis iguanaea,Acacia caven, Geoffroea decorticans, Lithraeamolleoides, Fagara coco y Kageneckia lanceolata.Entre los arbustos aromáticos y medicinales se des-tacan Lippia turbinata y Aloysia gratissima,Mintostachys mollis, Baccharis crispa y Baccharisarticulata (Cabrera, 1994; Luti y col., 1978).
Desde el punto de vista histórico, en el área sedesarrolló un mosaico de culturas agrícolas que sesucedieron e interrelacionaron en el tiempo hastaunificarse en una sola cultura entre los años 1000 y1200 d.C., y que a la llegada de los españoles, abar-caba la provincia de Córdoba (D´Andrea y Nores,1996; Signorile y Benso, 2000). En este contexto decolonización se produjo un derrumbe demográficode estas poblaciones, aunque existen indicios depresencia de indígenas hasta principios del sigloXVIII. Con posterioridad a la conquista y a las fun-daciones, y tras un período de gran empuje impri-mido por los jesuitas, surgió la cultura criolla delmestizaje entre los aborígenes y los españoles, o susdescendientes. Entre los siglos XIX y XX, y comoconsecuencia de las olas de inmigrantes, se refuerzala influencia europea, especialmente española e ita-liana. La composición actual de la población de lazona es muy diversa; conviven los campesinos crio-llos junto con inmigrantes del siglo XX y loscitadinos que provenientes de la capital de la Pro-vincia o de otros centros urbanos, se radicaron en lazona. Se trata de criollos hispanohablantes dedica-dos a la actividad agrícolo-ganadera o minifundistascriadores de ganado caprino y bovino. Empleanmano de obra familiar complementada con la asala-riada �temporaria o permanente� y emplean los re-cursos forestales para uso doméstico, como ener-gía, construcciones rurales y forrajes. Sus ingresosprovienen de actividades como la venta de servi-cios vinculados al turismo (alquiler de caballos, ven-ta de productos regionales, hierbas medicinales,chacinados y quesos), el trabajo de asalariados o lacría y venta de ganado propio (Martínez, 2003).
Para la atención de su salud recurren tanto a losdispensarios ubicados en las principales localidades,como a los hospitales y consultorios médicos de loscentros más poblados (Alta Gracia, Villa General
Belgrano y Santa Rosa de Calamuchita). Sin embar-go, junto a la oferta de la medicina oficial y de lasterapias de alternativa, el curanderismo y la medicinacasera se encuentran en plena vigencia entre los po-bladores criollos de Córdoba. Su origen surge de di-versas síntesis entre los conocimientos indígenas y lascreencias europeas aportadas desde la época de la con-quista (siglo XVI) y reforzadas por los inmigranteseuropeos de los dos últimos siglos. Esta simbiosis ex-plica su similitud con la medicina folk de otras regio-nes de la Argentina, como la presencia de rasgos com-partidos con la medicina tradicional hispano-europea(Martínez, 2003; Martínez y Planchuelo, 2003).
MetodologíaLa información fue obtenida en diferentes viajes decampo realizados durante los años 2001 a 2004, yes parte de una investigación más amplia sobreetnobotánica médica de las sierras de Córdoba.
Se trabajó con 62 informantes campesinos a losque se realizaron encuestas semiestructuradas. Serealizaron además, entrevistas abiertas, recurrentesy extensas a algunos de los informantes que brinda-ron más información, para conocer los aspectos ca-racterísticos de la medicina tradicional. Se interro-gó acerca de las causas, las formas de diagnóstico ylas prácticas terapéuticas de las distintas enferme-dades; así se obtuvo información adicional acercade la nomenclatura de las dolencias y las represen-taciones culturales vinculadas con la salud, lo quepermitió establecer correspondencia entre las cate-gorías folk y las categorías de la ciencia occidental.
Las edades de los informantes oscilaron entre los26 y los 88 años; el grupo al que se efectuó la mayorcantidad de entrevistas estuvo constituido por muje-res de entre 66 y 75 años. El material de las entrevistasse registró en cintas magnetofónicas y en cuadernosde campo. Los datos etnobotánicos que se considera-ron válidos para este trabajo fueron los usos en los quehubiera coincidencia de, al menos, dos informantespara la misma parte y la misma especie (Scarpa, 2002).
Junto con la información obtenida, y en compa-ñía de informantes se colectaron las plantas a cam-po y se registraron sus nombres vernáculos. Las plan-tas fueron recolectados en su totalidad por el autor eidentificadas en su mayor parte por el mismo y lospliegos de herbario, depositados en el Herbario dela Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Uni-versidad Nacional de Córdoba, bajo la sigla ACOR,y registrados en el catálogo Planch perteneciente a
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la actual directora del Herbario. Asimismo, se do-cumentaron más de 45 horas de grabación con en-trevistas e información etnomédica, de cuya trans-cripción se extrajeron algunos fragmentos de rela-tos, que se presentan en letra cursiva y con indica-ción del informante y el lugar de referencia, quepermiten interpretar aspectos etnomédicos.
A los fines de destacar las especies con poten-cial etnofarmacológico para las aplicaciones de lapiel que justificarían futuras investigaciones se cal-culó el Nivel de Fidelidad (FL) acorde con Friedmany col. (1986), índice que cuantifica la importanciade una especie para un uso particular. La fórmulaque se utilizó es la siguiente:FL= ( Ip / Iu ) * 100%,donde Ip es el número de informantes que sugiere eluso de una especie para el mismo propósito y Iu, eltotal de informantes que mencionaron la planta paracualquier uso medicinal.
Resultados y discusión
En este estudio etnobotánico se registraron para eltratamiento de afecciones de la piel, un total de 151usos medicinales correspondientes a 76 especies per-tenecientes a 36 familias botánicas. El 70% de lasespecies son nativas, el 14%, introducidas adventi-cias, y alcanzan al 16% las especies introducidascultivadas o adquiridas en comercios.
La tabla 1 presenta las especies vegetales agru-padas en divisiones taxonómicas y seguidamente,ordenadas en forma alfabética por familias. Paracada planta se consigna su nombre científico con surespectivo número de ejemplar de herbario, los nom-bres locales, la forma de adquisición y las aplica-ciones médicas recogida entre los informantes, in-dicando la parte utilizada, la forma de preparacióny el modo de administración.
Un rasgo característico de la medicina tradi-cional de esta zona, compartido con otras áreasde la Argentina y de América, tal como lo descri-be Foster (1976), es la definición de las enferme-dades preferentemente por su etiología, más quepor su sintomalogía. En la etiología de losdesequilibrios tratados en este trabajo los infor-mantes refieren sobre todo, causas naturales(desbalances alimenticios, térmicos y humorales);por el contrario, y solo excepcionalmente, lasdolencias de la piel constituyen una expresión de
conflictos en las vinculaciones sociales (males,envidias, brujería).
Asimismo, incorporan en su marco explicativotanto concepciones biomédicas, humorales-hipocráticas y rasgos de la medicina tradicional es-pañola. La forma en que se obtienen y dosifican lasplantas medicinales constituye un rasgo caracterís-tico de la medicina criolla, de reminiscencias hispa-no-cristianas, y se observa consonancia con una di-versidad de rasgos descriptos por Kuschik (1995)para la medicina española. En este sentido, una cos-tumbre de origen hispano muy difundida entre lospobladores es la exposición de las plantas al �sere-no� o rocío, y su recolección en las madrugadas delos �días santos� (por lo general se trata del ViernesSanto), debido a la creencia de que adquieren deesta manera el carácter de benditas.
Se advierte también esta influencia en el modoque se administran y dosifican los preparados. Sibien difiere entre informantes, resultan frecuenteslas prescripciones en las que se refieren númerosimpares �especialmente el 3 y 7� para las cantida-des de partes, combinaciones de plantas, dosis ytiempos de administración. La influencia de lo simbó-lico y lo mágico en las cantidades y las dosis explica laimprecisión y la falta de consenso entre los informan-tes a la hora de comunicar acerca de estos datos, aun-que por lo general, la proporción del vegetal se en-cuentra en un volumen al menos cinco veces menorque el del excipiente, por lo general, agua.
Las formas más usuales de preparación de losremedios de origen vegetal para la piel son lasdecocciones en agua (54% de los usos), su aplica-ción directa (22%), molidos (5%); se emplean en sumayor parte como lavajes y baños (49%), cataplas-mas y compresas (16%) y usos tópicos (11%), y otrasformas de uso mayoritariamente externos.
Tanto en la etnobotánica de la zona, como en eltratamiento de las dolencias específicas que abordaeste trabajo, el principal modo de apropiación de lasplantas por parte de los pobladores es por medio de larecolección a campo (76%), y en su mayoría se tratade plantas nativas o introducidas asilvestradas; enmenor medida, las plantas se obtienen de cultivo (16%)o se adquieren en los comercios (8%). Esto revela quela población estudiada posee un buen conocimientode su entorno natural y una gran capacidad para satis-facer sus requerimientos terapéuticos de maneraautárquica, recurriendo principalmente a los recursosflorísticos locales.
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Martínez
Tabla 1.- Plantas medicinales empleadas en el tratamiento de afecciones de la piel entre los campesinos de Calamuchita(Córdoba).
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33
Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008
Tabla 1.- (continuación)
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Tabla 1.- (continuación)
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35
Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008
Tabla 1.- (continuación)
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36
Martínez
Tabla 1.- (continuación)
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8; 1
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0)
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37
Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008
Tabla 1.- (continuación)
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39
Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008
Entre las plantas introducidas y obtenidas de cul-tivo se destacan por su presencia en los jardines me-dicinales, especies como Aloe saponaria, Tanacetumparthenium, Artemisia spp., Ruta chalepensis,Rosmarinus officinalis, Aloysia polystachya, Juglansregia y Ficus carica.
La tabla 2 presenta la cantidad de especies utili-zadas en las afecciones dermatológicas. Pone en evi-dencia la relevancia que tiene el tratamiento de lasheridas y lastimaduras (cicatrizantes) (36 especies),del cabello (caspa, seborrea y alopecia) (23 spp.),del prurito y la irritación (14 spp.), las micosis (12spp.) y ronchas en la piel (11 spp.); en menor medi-da también resultan importantes las aplicacionescomo antiverrugosas, madurativas y refrescantes.
En el encabezamiento de la tabla 3, y de acuerdocon el nivel de fidelidad (FL), se destaca la especi-ficidad de uso asignadas a Nicotiana glauca comomadurativo de granos y forúnculos y a Gaillardiamegapotamica var. scabiosoides como anti-seborreico y anticaspa y, con un valor menor de FL,como antialopécico; en ambos casos se trata de es-
pecies nativas. Del listado previo, hasta el momen-to se encuentra codificado solo un uso en laFarmacopea Nacional Argentina, el empleo deJuglans regia cuya aplicación como anticaspa yantiseborreico se cita a partir de la segunda edición(Amorín, 1988). Según los registros de FL que pre-senta la tabla 3 surge la importancia de revisar laposible actividad proteolítica en tejidos del látex deEuphorbia spp. y Morrenia brachystephana, lasaplicaciones contra la alopecia la seborrea y la cas-pa de Gaillardia megapotamica y de Colletiaspinossisima, los efectos antimicóticos de Aloe sapo-naria y Chenopodium album y la actividadantimicrobiana o desinfectante de Acacia caven var.caven.
En lo que concierne a las especies empleadascomo madurativas, el criterio que rige la populari-dad en el uso se sustenta más en principios terapéu-ticos de base humoral que en efectos farmacológicosrealmente constatables, aun cuando no resulta des-deñable la presencia de alcaloides en algunas deellas, como en Nicotiana glauca.
Tabla 2.- Proporción de especies medicinales utilizadas en las diferentes afecciones de la piel
Afección tratada Eficacia atribuida Cantidad de especies utilizadas por afección
Porcentaje de especies
Heridas y lastimaduras cicatrizante 36 23,84
Caspa, seborrea antiseborreico, anticaspa 14 9,27
Prurito, irritación antipruriginoso 14 9,27
Micosis antimicótico 12 7,95
Ronchas y manchas en la piel dermático 11 7,28
Verrugas antiverrugoso 10 6,62
Granos, orzuelos y forúnculos madurativo 10 6,62
Quemaduras refrescante 10 6,62
Alopecia antialopécico 9 5,96
Heridas y lastimaduras desinfectante 9 5,96
Picaduras de animales ponzoñosos antiveneno 4 2,65
Picaduras de insectos y animales ponzoñosos desinflamante, antialérgico
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40
Martínez
Especie Aplicación específica Nivel de Fidelidad (FL)
Nicotiana glauca madurativo 86,36
Gaillardia megapotamica var. scabiosoides antiseborreico, anticaspa 45,45
Aloe saponaria emoliente 27,27
Euphorbia spp. antiverrucoso 27,27
Gaillardia megapotamica var. scabiosoides antialopécico 22,73
Juglans regia antiseborreico, anticaspa 22,73
Aloe saponaria refrescante 18,18
Morrenia brachystephana antiverrucoso 18,18
Tanacetum parthenium desinflamante, antialérgico 18,18
Acacia caven var. caven desinfectante 13,64
Aloe saponaria antimicótico 13,64
Calvatia cyathiformis cicatrizante 13,64
Chenopodium album antimicótico 13,64
Colletia spinossisima antiseborreico, anticaspa 13,64
Colletia spinossisima antialopécico 13,64
Jungia polita madurativo 13,64
Rumex crispus madurativo 13,64
Trixis divaricata subsp. discolor antiveneno 13,64
Asociado con las diversas etiologías asignadas alas dolencias de la piel, es posible identificar en lamedicina folk diversidad de criterios terapéuticosque regulan la prescripción de los remedios. En eltratamiento de enfermedades originadas en un des-equilibrio por exceso de calor o frío, por ejemplo,se recurre a prácticas que procuran restablecer elequilibrio perdido por medio del empleo de plantasfrescas o cálidas, respectivamente, es decir de ca-rácter templario contrario. Aun cuando no resultantan frecuentes las referencias de este criterio tera-péutico para las afecciones del ámbito de la saludque trata este trabajo, en comparación con lo queocurre, por ejemplo, para las afecciones digestivas,las explicaciones dan cuenta de la vigencia del prin-cipio de oposición hipocrático en la terapéutica comoun rasgo característico de la etnomedicina de estazona. Algunos aspectos históricos de este principio,junto al análisis detallado de este criterio terapéuti-co en la medicina folk de la Argentina y en particu-lar de Córdoba, puede consultarse, respectivamente
en los trabajos de Idoyaga Molina (2000) y de Martínezy Planchuelo (2003) y Martínez (2005b). Entre las plan-tas referidas explícitamente como cálidas se destacanGaillardia megapotamica var. scabiosoides, Matrica-ria recutita, Trixis divaricata subsp. discolor, Rutachalepensis y Rosmarinus officinalis. Fueron referi-dos como �dolencias cálidas� las quemaduras de lapiel, la insolación, el cansancio o �pasmo� o�pasmadura� de las piernas (por exceso de actividadmuscular o proximidad a fuentes de calor), en cuyotratamiento se emplean preparados con �plantas fres-cas� como lavajes o en forma de bebidas frescas como�aguapastos� (Sambucus australis, Polygonumhispidum). Asimismo el duraznillo (Cestrum parquii)resulta muy popular como �planta fresca�, razón porla cual se emplea en la prevención de la insolación,colocando hojas o gajos de esta planta bajo el sombre-ro o en la oreja.
La flor del saúco es buena para la insolación,para tomar un té y la hoja para lavarse�Tambiénse puede hervir un poco y lo ponés en una toalla
Tabla 3.- Ordenamiento de las especies para un uso dermatológico específico según valores decrecientes de Nivel deFidelidad (FL)
(Se presentan sólo los valores de FL superiores a la media).
41
Dominguezia - Vol. 24(1) - 2008
que esté bien frío, bien frío y lo exprimís y ponés enla espalda, a la siesta, entonces te saca todo el ca-lor, el fuego. La flor es para tomar té (Juana, LaPaisanita).
Existen además otros tratamientos de enferme-dades calientes contra los que no se utilizan plantas,entre ellos, la aplicación de un vaso de agua en lacabeza de las personas afectadas por �pasmo� debi-do a la insolación y el uso del papel de astrasa para�absorber el frío� de la piel y del cuerpo.
Asimismo, ciertas afecciones de la piel, como erup-ciones cutáneas �dibiesos o forúnculos�, se calificanalternativamente y según el informante, como dolen-cias frescas o cálidas y en ocasiones no se le asignacarácter templario alguno. Por lo general son atribui-das a las alteraciones en el estado y la composición dela sangre que, afectada a su vez por los hábitos de ali-mentación, resulta frecuente tratarlas mediante el usode plantas cálidas o bien infusiones depurativas queprocuran restablecer el equilibrio orgánico haciendobrotar las impurezas hacia afuera.
...estaba intoxicada y tenía esos granos, encimacon el calor... ¿qué le dio? guayacán, altamisa y lashojitas chiquititas que nacen del durazno (Leonor,Valle Buena Esperanza).
Mencionan también los beneficios de consumireste tipo de bebidas especialmente durante el mesde agosto, período en el cual se cree que el organis-mo produce una depuración natural debido a un cam-bio en la propia sangre. Este tipo de expresiones yexplicaciones fisiológicas en términos populares dancuenta de una interpretación humoral-hipocrática dela sangre, lo que constituye un rasgo común con lamedicina tradicional de los pobladores rurales deotras áreas de la Argentina (Scarpa, 2004a; IdoyagaMolina, 2003) y de otras regiones de América(Queiroz, 1984).
Otras afecciones de la piel referidas por los in-formantes aluden a las heridas, irritaciones y que-maduras producidas por exposición al sol, o a sus-tancias naturales caústicas o alergénicas como lasavia del molle (Lithraea molleoides), que originan�flechaduras� o �canchas� a modo de manchas oulceraciones en la piel. Asimismo, y originados endesbalances térmicos, los síntomas descriptos pue-den originarse en la insolación.
Hay que agarrarle el duraznillo (Cestrumparqui) y refregarlo bien refregado, para lossarpullidos que salen de la flechadura de los árbo-les, alergia era...del molle, del otro, del oscalito
(Eucaliptus spp.). Una vez se había flechado con eloscalipto: se le salía la piel, de las mano y toda lacara, y le compré el aceite de resina (ricino), de laresina de la semilla del castor (Ricinus communis);¡qué bueno que es eso; Ud. sabe que es bueno! �Nosponían en el sol ...para curar quemaduras,flechaduras, que se hacían como canchas en el cuer-po, en los brazos... (Juana, La Paisanita).
Aunque poco conocido, el �mal de pie� consti-tuye una dolencia probablemente asociada con mi-cosis, como lo explica una de los informantes: Sellaga todo el pie abajo, como si fuera hongo. Esono lo cura el médico (Pabla, Los Molinos).
La atención a la acción irritante y ponzoñosa demordeduras de ofidios, y picaduras de arácnidos(arañas y alacranes) e insectos constituye un tópicohistóricamente documentado y registrado aún hoyen nuestros trabajos de campo. Pone de relevanciala connotación sagrada de algunas plantas, en parti-cular de las especies destinadas a contrarrestar laponzoña, es decir, las plantas alexitéricas, cuyasaplicaciones se realizan por lo general sobre la pielafectada, para reducir la hinchazón, cicatrizar la le-sión y contrarrestar el veneno. Este tipo de conoci-miento y la creencia de su eficacia, como ya señala-mos, fue recabado solo entre los informantes demayor edad, y es desconocido por los practicantesmás jóvenes. Entre las especies alexitéricas máspopulares encontramos la �altamisa� (Tanacetumparthenium), que se encuentra cultivada en la ma-yoría de los jardines de Calamuchita y la �con-trayerba� (Trixis divaricata subsp. discolor), plan-ta silvestre que se recolecta en el ambiente de mon-taña. Por lo general se aplican molidas en forma decataplasma y, en ocasiones, las recetas van acom-pañadas del empleo del �tabaco� (Nicotianatabacum) �adquirido en su forma comercial�, deleche, aceite o querosén. Indudablemente que la efi-cacia de estas plantas reside más en el plano de losimbólico que en su potencialidad farmacológicacomo antídotos. Así, en el caso de la �contrayerba�se advierte la uniformidad y la universalidad de laspropiedades que se le asigna desde el punto de vis-ta de los actores sociales, que la refieren como unaespecie poderosa, equiparable a la �ruda� (Rutachalepensis); de hecho, es la especie con mayor can-tidad de usos medicinales entre los campesinos delas sierras y una de las más relevantes en otras re-giones del país (Arenas y Galafassi, 1994; Martínez,2003).
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Sin embargo, y a diferencia de la �ruda�, desdeel punto de vista botánico la �contrayerba� abarcaen el país, una diversidad de taxones botánicamentediferentes, lo que evidenciaría también importantesdiferencias fitoquímicas. La popularidad de la�contrayerba� como alexitérico ha sido citada porStuckert (1941), pero referiéndose a Dorstenia tenuisy no a la especie de uso local (Trixis divaricata subsp.discolor). Según el autor, además de los usos men-cionados, habría sido empleada contra las flechasenvenenadas. Para Di Lullo (1944), el nombre�contrayerba� se asigna a diferentes especies que seaplicaban durante la época de la conquista a las he-ridas producidas por las flechas envenenadas con�yerba� (especie de curare). Garzón Maceda (1916)también cita a la altamisa como antídoto, aunque noseñala la identidad de la especie.
Evidentemente el hecho de que estas especies,junto a la �ruda�, se emplean además en forma desahúmos, en la prevención de los males y daños opara contrarrestar los efectos de la envidia, consti-tuye la confirmación de la eficacia terapéutica en suplano simbólico.
Entre las dolencias folk estrechamente vincula-das con afecciones de la piel, la más citada entre lospobladores de las sierras es la �culebrilla� o�culebría�. Desde las representaciones de los acto-res locales, se trata de una enfermedad producidapor una iguana o lagartija pequeña �a la que por logeneral no se la puede ver en el momento en queactúa� capaz de ocasionar una quemadura o irrita-ción que rodea en forma característica, la cintura dela persona afectada. Se entiende a su vez que al ce-rrarse el recorrido de esta erupción se torna muypeligrosa y, en ocasiones, puede llevar a la muerte.
... es por la orina de una culebrilla, mientras eseanimal camina, la mancha crece y si se junta la lla-ga en la panza es muy peligrosa porque se va lainfección a los intestinos... es como una iguanitapero chiquita, hay dos tipos, uno negro con pintasblancas y otra es verdecita con dos rayitas amari-llas en el costado hasta la cola... contamina losalambres de la ropa, orina en la ropa que dejasteen distintos lugares... Se cura con oraciones y tintachina. Se rodea la herida para que no camine (Sonia,Yacanto de Calamuchita).
Aun cuando las causas de la �culebrilla� sean deíndole natural, su tratamiento connota aspectos ri-tuales, requiere de oraciones y aplicaciones de tintachina en la piel del enfermo, rodeando y marcando
la región afectada hasta que sane o durante los díasque demande la cura-ritual, en la que por lo general,median rezos y el empleo del simbolismo numéri-co, elementos que denotan la influencia hispano-europea en la medicina tradicional.
...es un bicho, nadie lo ha visto; es una alergiaque hace ronchas, chiquitas que va caminando, esoproduce fiebre, ardor con picazón. La culebrilla secura con tinta china, la negra... hay que cortarle elcamino, rodearla con tinta (Nélida, La Bolsa).
Jesús, José y María, curame de esta culebría�(Victoria, La Cumbrecita).
Otra práctica terapéutica complementaria a lafarmacopea vegetal y presente en la medicina tradi-cional campesina, son las curaciones de palabra, paralo cual se requiere contar con los datos precisos dela persona afectada, en particular, su nombre. Rea-lizadas en presencia del enfermo o a la distancia, suacción se sustenta en el hecho de que el nombre(como el cuerpo, o la vestimenta o los humores)conforman para los campesinos uno de los elemen-tos constitutivos de la persona sobre el cual es ca-paz de operar la curación (Idoyaga Molina, 2003).
En el caso particular de las afecciones de la piel,solo se ha referido el empleo de las curas de palabraen el tratamiento de las quemaduras y las verrugas,según lo expone los siguientes relatos:
...la quemadura la cura de palabra también. Ella(un familiar) te cura, te agarra donde está quema-do, te tiene con la mano de ella y te va a curar, tepasa el ardor... todo con rezo (Norma, Amboy).
Los testes se curan de palabra� Hay un señorque cura en San Ignacio, a mi nieto lo curó quetenía y se le fueron todas... sin ponerle nada... le dael nombre de la persona... (Norma, Amboy).
Otros remediosLas referencias al empleo de remedios de origenmineral son escasas y se limitan fundamentalmenteal uso de la sal; se acostumbra también a utilizaralgunas secreciones y sustancias orgánicas e iner-tes. Para el caso particular de las quemaduras de lapiel se aplica un �fomento de cal de una pared pin-tada con clara de huevo batida�. Otros elementoscaracterísticos de la terapéutica popular, por lo ge-neral empleados para la curación de animales peroen ocasiones aplicados a la curación de las perso-nas, son las fricciones con querosén, las cenizas deplumas y la ropa quemada (para cicatrizar el ombli-go del recién nacido), la cicatrización de heridas con
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orina humana, el linimento blanco, el ladrillo ralla-do y, exclusivo de la medicina veterinaria, el em-pleo de pomada de zapatos (en casos de �mataduras�o escaras ulcerosas del lomo del animal).
Algunas de estas prácticas estaban ya presentes enla Córdoba de los siglos XVII y XVIII, y en su mayo-ría denotan una clara influencia de la medicina humo-ral, como lo señala Garzón Maceda (1916) en la clasi-ficación de los remedios que recoge para este períodohistórico. De esa forma, el autor da cuenta, entre lospreparados magistrales obtenidos prescriptos por laFarmacopea española, del empleo de resolutivos (queresuelven los humores), emolientes (por su carácterhúmedo y cálido se aplica por lo general en forma decataplasmas para ablandar y suavizar los humores),supurantes (que convierten en materia los humores delas partes, como los emplastos de yema de huevo omiel), mundificantes y detergentes (que, por su carác-ter caliente y seco �obran corroyendo las carnes su-perfluas y gastando las excrecencias� de llagas, comoel agua de cal), cáusticos (�medicamentos caliente yseco en cuarto grado�), encarnantes (regenerativos),cicatrizantes (que desecan humedades) y vejigatorios(que ampollan por ser calientes en cuarto grado, comola ortiga). Esa clasificación pone de manifiesto cómola lógica humoral se mantiene vigente en algunas prác-ticas sanitarias de los campesinos de las sierras cordo-besas, tal es el caso de las sustancias aplicadas comocicatrizantes en forma de cataplasmas y emplastos.
Conclusiones
El estudio de las farmacopeas en poblaciones cam-pesinas requiere un trabajo minucioso que permitaindentificar los marcos explicativos en los que seemplean las plantas y los remedios. La medicina tra-dicional, expresada tanto en la medicina casera comoen el curanderismo, constituye un componente cul-tural muy arraigado entre los pobladores criollos delas sierras de Córdoba, cuyas características soncompartidas con muchas de la medicina tradicionalde otras áreas de la Argentina; muestran importan-tes aspectos en común con la de otros campesinosde la región del Gran Chaco (Di Lullo, 1944; Scarpa,2002; 2004a; 2004b). En las prácticas terapéuticasde las afecciones de la piel abordadas en este traba-jo se advierten nociones refiguradas de la medicinahumoral hipocráticas, como el empleo de las cate-gorías de frío y cálido. Aparecen también aspectos
característicos de tradiciones hispano-europeas, deprácticas rituales del catolicismo, como la curas depalabra y la recurrencia a una vasta farmacopea ve-getal junto a representaciones populares del cono-cimiento difundido por la medicina contemporánea.
Debe destacarse que, si bien un 70% de lafarmacopea destinada al tratamiento de las afeccio-nes de la piel se compone de especies nativas, lasespecies introducidas adventicias encabezan el lis-tado de plantas con mayor diversificación y canti-dad de aplicaciones dermatológicas, como es el casode Aloe saponaria, Chenopodium spp., Urtica urens,Rumex crispus, Malva spp. Otras especies adventi-cias resultan también muy populares por su aplica-ción en afecciones de la piel, como Plantago majory Arctium minus. Asimismo, entre las nativas conmayor cantidad de usos podemos reseñar Gaillardiamegapotamica var. scabiosoides �que ocupa el se-gundo lugar después de Aloe saponaria� junto aNicotiana tabacum, Nicotiana glauca, Jungia polita,Cestrum parquii, Argemone subfusiformis, Anrederacordifolia y Acacia caven var. caven, cuyos usosconcuerdan en líneas generales con los referidos enestudios y compilaciones de plantas medicinalesargentinas (Sorarú y Bandoni, 1978; Toursarkissian,1980; Ratera y Ratera, 1980; Marzoca, 1997; Roig,2001 entre otros autores). Se exceptúan en este sen-tido Anredera cordifolia y Jungia polita, cuyas pro-piedades medicinales son poco referidas o estánausentes para otros lugares del país y denotarían elaprovechamiento de recursos autóctonos por mediode prácticas empíricas locales del tipo ensayo-error.
Aun cuando no realizamos un estudio específicoacerca de la circulación, la transmisión y el consen-so de los saberes de la comunidad, se observa que elconocimiento local en materia de plantas conformaun corpus de conocimientos eclécticos que devienentanto de la práctica empírica, de criterios tradicio-nales, como los de la medicina humoral hipocrática,como así también de la influencia mediática o de lacirculación de libros y enciclopedias de las más va-riadas procedencias, como ocurre con las aplicacio-nes y los usos de algunas especies introducidas, cul-tivadas o adventicias (Aloe saponaria, Plantagomajor, Urtica urens). Asimismo, se advierte un flu-jo y dinamismo de circulación de saberes cada vezmayor desde la biomedicina y las terapias alternati-vas hacia la medicina tradicional. Esta situación ori-ginaría nuevas representaciones y concepciones dela salud y la enfermedad, así como un cambio en la
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preferencia o en la frecuencia con la que se empleanlas especies medicinales, que pueden desplazar oalterar la configuración característica de la terapéu-tica criolla cuyo principal recurso es el empleo deplantas silvestres nativas recolectadas a campo.
La conservación de los recursos vegetales medi-cinales y del conocimiento tradicional asociado consus usos se ve amenazada en esta región en la que,además de los factores mencionados, resulta osten-sible el impacto del turismo nacional e internacio-nal, la expansión de la frontera agropecuaria, el des-monte y la forestación con especies exóticas. Estasituación revela la necesidad de urgentes tareas deconservación in situ y de revalorización, validacióncientífica y circulación del conocimiento tradicio-nal, promoviendo la sustentabilidad regional y larevalorización de quienes portan el conocimientode la flora medicinal local.
Agradecimientos
El autor agradece especialmente a las comunidades deParavachasca y Calamuchita (Córdoba) por compartirsus conocimientos en el marco de esta investigación.Asimismo a las doctoras Ana M. Planchuelo, M. Ojeday E. Fuentes, de la Facultad de Ciencias Agropecuariasde la Universidad Nacional de Córdoba, por la asis-tencia y las orientaciones recibidas durante el desarro-llo del trabajo de investigación. Mi permanente agra-decimiento al licenciado Pastor Arenas y al doctorGustavo Scarpa por su disponibilidad para la capaci-tación, el asesoramiento en etnobotánica y las orienta-ciones en la bibliografía. Agradezco a la Secretaría deCiencia y Técnica (SECYT) y al Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) porlas becas y los subsidios recibidos.
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