Post on 14-Apr-2017
El vocablo “Misericordia”.
La traducción de la Biblia desde sus textos
originales tiene sus dificultades,
por eso tenemos tantas diferencias entre las
distintas Biblias que hoy tenemos.
El vocablo hebreo "hesed", (se pronuncia jesed) significa amor,
pero es un amor activo, es el amor de Dios, no es un amor declarativo, muchas veces se ha
traducido por misericordia pero no es del todo correcto.
El término misericordia no existía en el Antiguo Testamento,
entonces surge la pregunta: ¿Qué término se tradujo por misericordia?.
La respuesta es "rahamim“ (se pronuncia rajamim), que literalmente significa
útero. El hagiógrafo (escritor
bíblico) quiso poner útero, como misterio de la
maternidad que es sentirse parte del otro.
Recordamos también al profeta, Oseas en el
capítulo 11, nos habla de la parte
femenina de Dios cuando dice de
Israel: “Le enseñé a caminar
tomándole de los brazos,
le di de comer en la boca, lo alcé en mis brazos y puse mi mejilla junto a la suya".
(Oráculo de Yaveh)
Es para significar que existe un cordón
umbilical espiritual, que nunca se corta y no importa la edad que tengan los hijos, ni que tan lejos estén, tenemos los padres
necesidad de estar en un contacto que
signifique una cercanía y un conocimiento del
otro.
Como vemos la misericordia abarca mucho más que el perdón, y en la biblia
tenemos innumerables ejemplos: las 3 parábolas de la misericordia de
Lucas 15
"la oveja perdida",
"la moneda perdida“,
"el hijo pródigo "
y también la parábola del
"buen samaritano".
En el Antiguo Testamento hay un profeta: Jonás,
que no ha comprendido la misericordia de Dios y se opone ir a Nínive a predicar,
porque en el pasado los asirios habían conquistado a Israel.
(Su historia la pueden leer precisamente en el libro de Jonás.)
Lo que nos muestra
la palabra de Dios es que la
misericordia es para todos los
pueblos y Dios quiere que nosotros también
tengamos misericordia con nuestro prójimo.
Cuando rezamos el Padre Nuestro decimos
"perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden",
estamos diciendo: "perdona nuestras ofensas,
como nosotros hemos perdonado
a los que nos ofenden."
En Lucas 10, 37 en el final de la
parábola del "buen samaritano",
Jesús le dice al legista
"Vete y haz tu lo mismo".
El camino para la misericordia divina si bien pasa por el sacramento de la
reconciliación, para obtener el perdón de Dios,
también tenemos que perdonarnos a nosotros mismos
que es lo que más nos cuesta, para poder perdonar a los demás.Texto:
Jorge Rosenfeld - Lectio Divina.
"Vete y haz tu lo mismo".Lc. 10, 37
Si deseas recibir mensajes, relacionados con la Iglesia: que contienen diapositivas, Evangelio del Domingo, vida de
Santos, etc. Escribe a: unidosenelamorajesus@gmail.com con el título
suscripciones. Servicio Gratuito. Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.