Desde niños hemos aprendido a hacer la señal de la Cruz en la frente, en los labios y en el corazón, como un signo externo de nuestra profesión de fe.

Hacer la señal de cruz con devoción es muy importante para el cristiano, porque la cruz es el lugar donde murió Jesús para librarnos de la muerte.

Y nos salvó de la muerte cuando resucitó, porque para Dios no hay nada imposible. Él puede hacer cualquier milagro, como lo hacía Jesús.

La señal de la cruz nos da fuerza para rechazar

y vencer el mal.

Para no caer en la tentación.

Para ofrecer a Dios nuestro sufrimiento,

como lo hizo Jesús.

Conviene hacer la señal de la Cruz principalmente:

Al levantarnos Al salir de casa

Al entrar en la Iglesia

Al empezar el trabajo

Antes de comer

Al acostarnos

Y sobre todo…

En alguna necesidad

Tentación

Peligro

Hay dos maneras de hacer la señal de la Cruz que son: “Persignarse” y “Santiguarse”.

Persignarse

Es hacer tres cruces con el dedo pulgar de la mano derecha. La primera en la frente, para que Dios santifique nuestros pensamientos.

Y se pide el don de la sabiduría.“Por la señal de la santa Cruz”

La segunda en la boca, para que nuestras palabras no nos condenen. Pedimos el don de la prudencia y la moderación.

“De nuestros enemigos”

La tercera en el pecho, para que Dios nos libre de todo mal. Pedimos el don del Amor Misericordioso.

“Líbranos, Señor, Dios nuestro”

Santiguarse

Es hacer una cruz con la mano derecha desde la frente al pecho,

y desde el hombro izquierdo al derecho, diciendo:

“En el nombre del Padre”

“Del Hijo”

“Y del Espíritu Santo”

Amén

Santiguarse

Persignarse

La Cruz de Jesús está en los altares, y en el exterior, en la parte más alta de las Iglesias.

Es el instrumento para levantar a los caídos, para la salud del alma y del cuerpo, la destrucción del pecado,

y el árbol de la vida eterna.

La Cruz se presenta en nuestra vida de muy diferentes maneras: enfermedad, pobreza, cansancio, dolor, desprecio, soledad...

Pero si la llevamos con amor, se convierte en una fuente de vida, de alegría y en un medio de unión con Dios.

San Pablo enseñaba a sus discípulos, y nos enseña a nosotros aún hoy,

que la Cruz es siempre breve y llevadera, si se ofrece con amor.

Y el premio de estos sufrimientos,ofrecidos a Jesús, es inmenso y eterno.

Jesús no inventó la Cruz: la encontró en su camino, como todo hombre. La novedad que Él inventó. fue la de poner en la Cruz un germen de amor.

Así la Cruz se convirtió en el camino que lleva a la Vida Eterna.

San Pablo enseñaba a sus discípulos, y nos enseña a nosotros aún hoy, que la Cruz es siempre breve y llevadera, si se ofrece con amor.

Y el premio de estos sufrimientos, ofrecidos a Jesús, es inmenso y eterno.

Cada vez que hagamos la señal de la cruz con amor, demostraremos nuestra fe en la Santísima Trinidad:

Padre

Hijo

Espíritu Santo

Y nuestro deseo de vivir y trabajar para la gloria de Dios.

Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

"En el nombre del Padre, del Hijo,

y del Espíritu Santo"

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