Domingo XXI 24 agosto

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“La salvación es un don gratuito de Dios”

Domingo XXI del Tiempo Ordinario

Llave para abrir y cerrar • Isaías nos presenta a un mayordomo que es

destituido de su cargo. Esto porque el cargo recibido no es un premio, sino un don de Dios que debe cuidarse.

• En otras palabras, todo

don implica una responsabilidad

Conocer el don que se nos ha dado • Todos hemos

recibido un don gratuito de parte de Dios: la salvación. Por eso Jesús nos hace una pregunta.

Él no es un personaje histórico.

Es una PERSONA VIVA, que se acerca a nosotros para enseñarnos.

• Es una pregunta dirigida al corazón, y por eso debe responderse desde el corazón, ya que la respuesta que demos pondrá en evidencia cómo estamos administrando el don de la salvación. Es una pregunta decisiva:

“¿Quién pensamos que es Jesús?”

“Estudiar a Jesús” • Respondemos a esa pregunta

cuando conocemos quién es Jesús: Y a Jesús se le conoce siguiéndolo y amándolo. Esa es la forma de aprenderlo en nuestra vida.

• ¿Por qué? Porque Él es la Respuesta, es la Vida, es el Reino de Dios. Él es el don que se nos ha dado. Él es la Salvación.

Cuidar la salvación • La Salvación es un

don que ya tenemos, pero que

hay cuidar, y se cuida

respondiéndole todos los días las

preguntas a Jesús.

• Para dar una respuesta certera y “no ser destituidos” como el mayordomo, nuestra respuesta debe acercarse a

la vivencia de un discipulado • y no tanto a un conocimiento intelectual aprendido en libros de historia religiosa o

documentales.

¿Qué es conocer a Jesús? • Hemos dicho que nuestra respuesta

debe acercarse a la vivencia de un discipulado. ¿Qué es eso?

• Es hacer un camino que nos lleve a la madurez de asumir a Cristo con todas las consecuencias que implica (pasión-cruz-resurrección), un camino de gracia que se hace siguiendo a Jesús.

Y este seguir a Jesús nos hace conocer a Jesús. Hay que seguirlo, con virtudes, debilidades,

pecados, seguirlo siempre. Esa es la vida

de un discípulo.

Jesús no dijo a Pedro y a sus Apóstoles ‘¡Conóceme!’ como lo

primero, sino : ‘¡Sígueme!’.

Superando la “timidez espiritual” • Recuerdas a la mujer cananea

quien no tuvo pena de saberse “alejada” del pueblo de la alianza.

• Conversar con Jesús la “acercó” al don de la salvación: ya no era más una extranjera, sabía que era hija de Dios. Pero lo descubrió en el diálogo que le ayudó a conocer a Jesús.

• Más bien hemos de aprovechar que Jesús entra en diálogo con nosotros para entrar en intimidad con Él, y conocerlo más.

• Jesús conoce la debilidad humana (la de Pedro, la nuestra). Con todo, ha querido que su mensaje de salvación sea difundido de modo infalible por medio de la Iglesia, es decir: nosotros

Sebná

Por eso, en Pedro, todos hemos

recibido “unas llaves”, pues

debemos administrar ese don de la salvación que

se nos ha dado.

¿Qué suscita la pregunta de Jesús?

• A tomar una decisión personal en relación a Él.

• A consolidar la fe, hacerla crecer, y llevarla a la madurez.

• A responderle con generosidad y valentía como corresponde a un creyente convencido.

• Dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia.

• Responderle a Cristo en la entrega por los demás.

• Comunicar la alegría de ser Iglesia, de la fe que profesamos.