Post on 10-Oct-2018
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 1
El Movimiento Armado Quintín Lame y su proceso de paz: una lección de dignidad y
resistencia
Denis Alejandra Wilches Sierra. Cód. 20101155078
Viviana Gisela Suárez Flórez. Cód. 20101155070
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Facultad de Ciencias y Educación
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales
Bogotá, 2016.
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El Movimiento Armado Quintín Lame y su proceso de paz: una lección de dignidad y
resistencia
Denis Alejandra Wilches Sierra. Cód. 20101155078
Viviana Gisela Suárez Flórez. Cód. 20101155070
Wilson Javier Torres Puentes
Director
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Facultad de Ciencias y Educación
Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales
Bogotá, 2016.
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Agradecimientos
“Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde
quepan todos los mundos.” Sub Comandante Marcos. Queremos agradecer a las comunidades
indígenas del Cauca y al Movimiento Armado Quintín Lame, por enseñarnos que la persistencia
y la fuerza de voluntad debe ser una constante en nuestras vidas. Por dejarle a Colombia una
enseñanza grande: que solo dentro del trabajo mancomunado y los lazos forjados en comunidad
se puede y se podrá transformar el país, dando paso al reconocimiento del otro como un
interlocutor legítimo. Finalmente, por ayudarnos a entender que podemos construir un país
diferente, un país donde, como dice Marcos, quepamos todos.
A la Universidad por ser la oportunidad de construir y dar continuidad a nuestro proyecto
de vida, por ayudar a formarnos como profesionales en esta labor tan difícil de la docencia. A los
profesores que a lo largo del camino apoyaron nuestros ires y venires. A nuestro
director, Wilson Torres, por ser el faro que nunca se apagó, y que con su conocimiento y
experiencia en el campo social y comunitario enriqueció cada página aquí escrita.
Viviana Suárez:
Quiero agradecer a mi abuela por ser la mujer que desde siempre impulsó mis sueños, a
mi madre por ser mi apoyo constante, a mi padre que con su tenacidad me enseñó a ser fuerte, a
mis hermanos que me acompañan siempre no dejándome desfallecer y a mis sobrinos por ser la
esperanza y mi felicidad.
A las personas, que considero mis amigos, por invitarme a seguir y por su constante voz
de aliento.
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A mi compañera de monografía, Alejandra, mi cómplice en esta gran travesía, por ser
alcahueta en cada cosa que se me ocurría, por su dedicación y esfuerzo. Por todas las noches en
vela y las jornadas de estudio. ¡A ustedes mil gracias!
Alejandra Wilches
A mi familia, por enseñarme que con cada pequeña palabra y acción se labra el
carácter; por ser quienes con paciencia y ejemplo acompañan mi trayecto de formación como
persona y profesional.
A mis amigos, por todo su apoyo y confianza.
A mi novio, compañero y sobretodo amigo, el cual ha acompañado e impulsado una a una
mis metas.
A Viviana, mi compañera en este recorrido investigativo, por su creatividad, paciencia,
dedicación y esfuerzo, quien con su forma de ver el mundo me hizo creer y sentir la importancia
de este proyecto.
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Resumen
La presente investigación girará en torno al reconocimiento del proceso de paz que se llevó a
cabo entre el MAQL y el gobierno nacional que se adelantó desde 1987 hasta 1991, con miras a
precisar los aportes de éste en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), lo que implica
inicialmente indagar sobre el origen y desarrollo del Movimiento Armado, para luego describir
detalladamente el proceso de paz entre esta guerrilla y los gobiernos de Virgilio Barco (1986-
1990) y César Gaviria (1990 - 1994), después se señalan los condiciones políticas y económicas
que llevaron al MAQL a entablar los primeros acercamientos, a la par que se especifican las
políticas para la paz de estos dos gobiernos y finalmente, se mencionara la participación de las
comunidades indígenas en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) . Como hallazgo
principal habría que decir que el eje transversal de la lucha indígena a nivel nacional y a través
de la historia es la defensa de la tierra, lo que necesariamente conlleva a la defensa de
cosmovisión.
PALABRAS CLAVES: Movimiento Indígena, Movimiento Armado Quintín Lame,
Proceso de Paz, Asamblea Nacional Constituyente.
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Abstract
The present investigation will be focused on the recognition of the peace process that took place
between the MAQL and the national goverment, and it came forward from 1987 to 1991,
looking for it's contributions to the national constituent assembly, which implies, first of all, to
investigate about the origins and development of the armed movement, in order to describe in
detail the peace process between the guerrilla and the goverment of Virgilio Barco (1986 - 1990)
and Cesar Gaviria (1990 - 1994), then, the political and economical conditions that took the
MAQL to set the first approachments will be identified, while the politics for peace that both of
these goverments presented, will be specified and finally, the participation of the indigenous
communities on the national constituent assembly will be mentioned. As the main finding, we
have to say that the transversal axis of the indigenous struggle at the national level through
history, is the defense of the land, which leads to the defense of cosmovision necessarily.
KEY WORDS: Indigenous Movement, Quintin Lame Armed Movement, Peace Process,
National Constituent Assembly.
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Siglas y abreviaturas
AICO: Autoridades Indígenas de Colombia
AISO: Autoridades Indígenas del Sur Occidente Colombiano
ANC: Asamblea Nacional Constituyente
ANDI: Asociación Nacional de Industriales
ANNCOL: Agencia de Noticias Nueva Colombia
ANUC: Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia
ASI: Alianza Social Indígena
ASIN: Asociación Nacional de Indígenas del Cauca
AVC: ¡Alfaro Vive, Carajo!
CGSB: Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar
CNG: Coordinadora Nacional Guerrillera
CPRN: Consejería Presidencial para la Rehabilitación, la Normalización y la Reconciliación
CRIC: Consejo Regional Indígena del Cauca
DAS: Departamento Administrativo de Seguridad
DIJIN: Dirección Central de Policía Judicial e Inteligencia
ELN: Ejército de Liberación Nacional
EPL: Ejército Popular de Liberación
FARC: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
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M-19: Movimiento 19 de Abril
MAQL: Movimiento Armado Quintín Lame
MIR-VR: Movimiento de Izquierda Revolucionaria-Voz Rebelde
MRTA: Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
ONIC: Organización Nacional Indígena de Colombia
OPM: Organización Político Militar
PCCML: Partido Comunista Colombiano Marxista-Leninista
PNR: Plan Nacional de Rehabilitación
PRT: Partido Revolucionario de los Trabajadores
UP: Unión Patriótica
ZIDRES: Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social
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Tabla de contenido
Introducción
Primera parte:
Del indio Manuel Quintín Lame al movimiento armado: en defensa de la tierra
1.1. Manuel Quintín Lame Chantre: su vida y su lucha por la tierra y los derechos de los
indígenas
1.2. El movimiento armado: Rescatando a Quintín Lame y aprendiendo del movimiento
campesino, ¡la bandera sigue siendo la tierra!
1.3. En defensa propia: El MAQL, las comunidades y las otras guerrillas
Segunda parte:
En camino a los acercamientos
2.1. Condiciones políticas
2.2. Condiciones económicas
Sobre Políticas De Paz: Del uso del fúsil al uso de las palabras
2.4 Una lección histórica: de la salida armada y militar a la salida negociada
2.5. Virgilio Barco en la campaña electoral
2.6. El presidente y sus políticas para la paz: Cambiando la estrategia
2.7. Cesar Gaviria primer año de gobierno: Continuador de las políticas de paz de Barco
Tercera parte:
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Diálogos, negociaciones y acuerdos
3.1 El paso a paso del proceso
Un sueño llamado transformación: lo que le dejó la Asamblea Nacional Constituyente al
pueblo indígena colombiano
3.2. La ANC: las leyes como esperanza para Colombia
3.3. El espinoso camino: la ANC como la oportunidad de transformar el país
3.4. Una realidad: Los indígenas reconocidos por las leyes colombianas
3.5. De movimiento armado a organización política: La Alianza Social Indígena (ASI) el nuevo
camino
Conclusiones
Referencias
Anexos
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Introducción
Dada la coyuntura actual del país, donde el diálogo entre los grupos insurgentes y el
gobierno nacional ha suscitado muchos debates, entre ellos el concerniente al uso de las armas en
un país con más de cincuenta años de conflicto armado interno donde la paz aparece como un
sueño o una utopía. El actual proceso de paz ha permeado diferentes espacios, que van desde la
casa, el trabajo, la calle, la opinión pública, y claro, la academia. Esta última con una
responsabilidad histórica y como parte importe de la sociedad colombiana, no puede de ninguna
manera aislarse y menos las ciencias humanas y sociales por tal razón se decide realizar la
presente investigación con el fin de dar cuenta de un proceso de paz con una guerrilla, el
Movimiento Armado Quintín Lame, autodefensa de carácter indígena nacida en el departamento
del Cauca.
El Cauca es un escenario de continuas disputas violentas desde la época de la conquista
hasta la actual, protagonizadas por los pueblos originarios y por diversos actores (primero los
conquistadores, luego criollos, terratenientes, paramilitares, guerrilleros, multinacionales e
incluso el Estado) que han buscado explotar un territorio geoestratégico y abundante en recursos
naturales. En consecuencia, las comunidades se han organizado en torno a la defensa y
permanencia en su territorio, haciendo uso de las diferentes formas de lucha y a la persistencia de
las mismas, unas veces más armada que pacífica/legal, otras más pacífica/legal que armada.
Creemos que la presente investigación aporta elementos de análisis para entender la
cosmovisión de las comunidades indígenas en el país, además de proporcionar ejemplo sobre la
dignidad y soberanía, ya que consideramos que aun con todas las falencias que tuvo el MAQL,
no se puede desconocer que fue ejemplo de democracia, siendo la comunidad la piedra angular.
Asimismo, se quiere rescatar parte de la memoria del MAQL, que no es otra diferente de la del
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movimiento social indígena, de sus luchas, triunfos y derrotas, quiere mostrar al país que,
contrario a lo que se piensa, los indígenas han resistido valerosamente ante la embestida de
distintos agentes oficiales y al margen de la ley, y que pese a ello aún siguen firmes en sus
convicciones queriendo hacer de Colombia un mejor país.
Por otro lado, este trabajo busca contribuir a solventar la deuda histórica de los colombianos
con los indígenas, es por ello que este proceso de paz en específico, es la excusa perfecta para
llevar a distintos espacios como los hogares, pasando por los barrios, las escuelas, las
universidades, las calles y las esferas laborales no sólo la discusión sobre la discriminación
racial, sino también sobre lo que significa ser un país multiétnico y pluricultural. Además de
brindar esperanzas de cambio y renovación del sistema a través de la resistencia social legal.
De este modo, como ejes orientadores y para dar respuesta a lo anteriormente planteado, el
presente trabajo logra condesar en un primer momento los referentes de lucha del MAQL, como
fue el líder indígena Manuel Quintín Lame Chantre a principios de siglo XX, donde el eje
transversal es la tierra y la reivindicación del resguardo como tierras comunales con un carácter
intransferible e inalienable. En un segundo momento se identificó las políticas para la paz de los
dos gobiernos que tuvieron contacto con el Movimiento Armado, a saber: el de Virgilio Barco y
el de César Gaviria, identificando los ejes que orientan todo su actuar político y que de una u otra
manera se mantienen entre uno y otro, pues los dos buscan a través del discurso de la paz
impulsar su política de gobierno.
De igual modo se intenta hacer un recuento histórico del proceso de configuración del
MAQL, resaltando los principales hitos del mismo. Como son los hechos que dieron su origen, la
participación en el Batallón América y las dos Coordinadores Guerrilleras, los acercamientos con
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el gobierno y el inicio de los diálogos. Se concluye el texto hace referencia a la participación de
las comunidades indígenas en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)
En consecuencia, a través del Marco teórico –conceptual se han identificado ocho categorías
de análisis: violencia política, Estado, conflicto armado, procesos de paz, discurso político,
territorio, identidad y comunidad. En este sentido, para efecto esclarecedor se procederá a
continuación a precisar cada una de las categorías. La categoría de violencia política será
entendida a partir de la reflexiones del Centro de Estudio Bertolt Brecht (2001), desde donde se
propone que Violencia y Política deben analizarse como dos conceptos mancomunados, pues
ambos se yuxtaponen en el ejercicio del poder, tanto del Estado, como de las organizaciones
sociales que apelan a ella para oponerse a la acción estatal. Para comprender Estado se retomó al
sociólogo Max Weber (1984), quien plantea que éste es una asociación humana de actividad
continuada que ejerce el control a través de la burocracia, esto en la medida en que su cuadro
administrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio legítimo y legal (coacción
jurídica) de la fuerza (coacción física) para el mantenimiento del orden vigente en un
determinado territorio.
En cuanto a conflicto armado se refiere, se abordará desde el profesor Carlos Medina
Gallego, quien lo define como un “conjunto de circunstancias y acciones mediante las cuales se
contrastan y confrontan en una sociedad, las distintas concepciones (…) a través del uso de la
violencia (…) con el propósito de sostener o transformar un orden social y político
determinado.” (Medina, 2010:92) Escola de Cultura de Pau. (02 de 2010). Introducción a los
procesos de paz. Obtenido de Escola de Cultura de Pau:
Para la siguiente categoría se abordará la definición consignada en los Quaderns de
Construcció de Pau, publicación que realizó la Escola de Cultura de PAU (2010), donde se
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plantea que un proceso de paz es un periodo de tiempo en el que los actores afectados intentan
llegar a un acuerdo; siendo el diálogo y los consensos factores fundamentales en la intención de
superar una condición de violencia y conflicto armado para dar inicio a una etapa de progreso y
desarrollo.
Para la quinta categoría, se hará una aproximación desde los postulados de la profesora
Silvia Gutiérrez (s.f) a cerca de discurso político, para quien existen dos concepciones de este, la
primera, restrictiva, que propone que este discurso es exclusivo para las instituciones que
detentan algún tipo de poder dentro de la sociedad, y la segunda concepción es la extensiva, la
cual amplía el espectro político a múltiples actores sociales los cuales buscan incidir en las
relaciones de poder.
En cuanto a comunidad, esta se entenderá bajo las consideraciones del antropólogo Patrick
Morales, como una agrupación de personas que se aglutinan en un determinado territorio, las
cuales si bien sufren conflictos internos, anteponen el bienestar común y se plantean objetivos
también comunes que respondan a unas necesidades específicas, tratando de que sus decisiones
lleguen a consensos, es decir, procurando recoger y albergar a la mayoría. Por otro lado,
identidad, como categoría de análisis, será retomada desde el antropólogo Peter Wade, quien
propone que es una construcción individual y social que además “debe ser entendida como algo
profundamente sentido, como una parte de la psique y del cuerpo de cada uno. Pero no hay una
sola identidad “verdadera” para un grupo, ni aún para un individuo” (Wade, 2002). y finalmente,
la de territorio, del historiador Germán Palacio, quien plantea que “es la porción de naturaleza y,
por tanto, del espacio apropiado –material y simbólicamente- y transformado por la acción
cultural, sobre el que una sociedad determinada reivindica y garantiza a todos, o a parte de sus
miembros, derechos estables de acceso, control y uso de los recursos.” (Palacio, 2002:379)
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La investigación a realizar se enmarca en el espectro de la investigación cualitativa, con un
enfoque de carácter histórico, teniendo en cuenta los planteamientos del francés Marc Bloch
(1982), quien asegura que la historia es la ciencia cuyo objeto a estudiar es el hombre y sus
acciones en contextos específicos y espacio-temporalmente ubicados. Además de ello Bloch,
propone tres elementos que resultan fundamentales al momento de realizar cualquier análisis: la
duda, la crítica y la observación. El primero proporciona al investigador la capacidad de saber si
algo es verdadero o falso dentro de un documento; el segundo, la crítica: ha de ser un método de
utilización casi universal y un punto de referencia como un criterio de verdad. Y por último, la
observación que es lo que le permite al historiador descubrir hechos y acontecimientos. Por
tanto, el autor que orientará metodológicamente este proceso es del historiador brasileño Ciro
Cardoso. Dicho autor propone unos pasos a seguir bastante concretos: el planteamiento del
problema, lo que implica seleccionar y delimitar un tema. En un segundo momento se debe hacer
la construcción del marco teórico. Luego se redacta la parte formal del proyecto investigativo. La
siguiente etapa comprende la recolección de la información. Dicho proceso debe estar
acompañado de las fuentes, que Cardoso clasifica en dos: fuentes primarias y secundarias, en
este proceso investigativo se usarán los dos tipos de fuentes, haciendo uso de libros, periódicos,
revistas, material fotográfico, consulta normativa y el audio del panel de presentación del libro
“Guerra propia y guerra ajena” de Ricardo Peñaranda1. El paso a seguir es el análisis de la
información que implica hacer una revisión crítica, contrastación y clasificación, verificación e
interpretación de la información recogida. Finalmente plantea que se debe hacer una síntesis y la
redacción final del documento.
Hay que resaltar que como en cualquier proceso de construcción de conocimiento, esta
investigación, sufrió cambios y transformaciones a medida que avanzamos en la indagación,
estas van desde el título, alguno que otro objetivo, hasta la ampliación del marco teórico -
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conceptual. Inicialmente decidimos que llevaría como título “Tejiendo la paz en el Cauca:
proceso de paz entre el Movimiento Armado Quintín Lame y el Gobierno Nacional” pero a
medida que desarrollamos la misma, evidenciamos que no respondía en su totalidad a lo que el
trabajo expresaba por lo que decidimos cambiarlo a: “El Movimiento Armado Quintín Lame y su
proceso de paz: una lección de dignidad y resistencia.” En cuanto al objetivo sobre el contexto
social y político en el que se desarrolló el proceso de paz, consideramos que éste estaba de
manera implícita a lo largo del texto, asimismo, dimos cuenta de que habíamos obviado un
objetivo muy importante, y este era contar el paso a paso del proceso de paz, pues muchos de los
acontecimientos quedaban por fuera del relato siendo fundamentales para la investigación. Por
último, en la marcha de trabajo evidenciamos que aunque teníamos una amplia variedad de
autores y libros para dar cuenta de los objetivos, dichas referencias bibliográficas se quedaban
cortas, por ello y en medio de la dinámica fuimos consultando más textos y autores solucionando
con éxito el vacío que existía.
Hechas las anteriores aclaraciones y teniendo en cuenta la propuesta de metodológica de
Cardoso, la investigación, se presenta al lector en tres partes, a saber:
Primera parte: Esta parte introductoria denominada “Del indio Manuel Quintín Lame al
movimiento armado: en defensa de la tierra” se divide en dos partes; primero, “Manuel Quintín
Lame Chantre: su vida y su lucha por la tierra y los derechos de los indígenas”, en este
segmento se da cuenta del legado de este indio para con los indígenas, principalmente los que
habitan el Cauca, en la lucha por la recuperación y reivindicación de su territorio ancestral, y
segundo, “El movimiento armado: Rescatando a Quintín Lame y aprendiendo del movimiento
campesino, ¡la bandera sigue siendo la tierra!”, en el cual se evidencia la importancia de la
influencia discursiva de Quintín Lame a partir de la década del setenta tanto en organizaciones
legales como el CRIC, como también en grupos de autodefensa que protegían a las comunidades,
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los dirigentes y el territorio, como por ejemplo el MAQL. Asimismo, se hablará propiamente del
movimiento armado, iniciando con una caracterización del mismo, el surgimiento y su aparición
frente a la opinión pública y todo el pueblo colombiano, teniendo como eje transversal las
relaciones de esta guerrilla con otros grupos guerrilleros.
Segunda parte: En la siguiente, se desglosaran las condiciones políticas y económicas que
llevaron al MAQL a entablar un acercamiento tendiente a un proceso de paz con el gobierno
colombiano de la época, es decir, el de la presidencia de Virgilio Barco. Asimismo, se
reconocerán las políticas para la paz de los presidentes Virgilio Barco y de César Gaviria, pero
antes de llegar a ello; se dará cuenta del porqué este dispositivo, el de la negociación pacífica,
fue utilizado como medio para superar el conflicto interno, pues surge como anteposición la vieja
añoranza del todo por el todo de la vía militar y armada, que se hizo latente durante y después del
frentenacionalismo.
Tercera parte: Por último, se dará cuenta de las dinámicas que llevaron al acuerdo de paz entre
el MAQL y el gobierno nacional, lo que inicialmente permite establecer el diálogo entre el
gobierno Barco y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) de la cual fue miembro el
Quintín algunos años. Después, ante la diferencia de objetivos la misma se fragmenta llevando a
que las distintas organizaciones armadas emprendan diferentes caminos y se dé lugar a la paz
parcelada. Adicionalmente, se identificarán los aportes de la comunidad indígena caucana en
general y el MAQL en particular, a la transformación del país al iniciar la década de los noventa
en el proceso que convocó a gran variedad de sectores de la sociedad colombiana, a saber: la
Asamblea Nacional Constituyente (ANC). En un primer momento, se busca hacer un paneo
general sobre lo que fue dicho proceso. Acto seguido se intentará resaltar la participación del
MAQL; reconociendo en éste las decisiones del grupo armado para la dejación de armas y las
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principales dificultades de los delegatarios indígenas frente a la ANC y los demás miembros de
la misma. Finalmente, se pretende identificar los aportes de los indígenas al proceso, o en su
defecto, los principales cambios en la constitución que beneficien a los pueblos indígenas.
Primera parte
Del indio Manuel Quintín Lame al movimiento armado: en defensa de la tierra
Manuel Quintín Lame Chantre: su vida y su lucha por la tierra y los derechos de los
indígenas.
Desde la colonia, la Corona Española otorgó título de resguardo al territorio indígena,
reconociéndolo como propiedad colectiva de las comunidades, que no era la totalidad de las
tierras que les pertenecían antes de la llegada de los españoles y mucho menos las mejores tierras
que existían, y además “Luego de la independencia de Colombia, la ley reconoció esos
resguardos y estableció que eran tierras que no podían ser objeto de transacción comercial, ni
podían ser embargadas.” (Vasco, 2008:373). La ley consignada en el papel no logró hacer mucho
por los derechos de los indígenas sobre la tierra y menos cuando estos no tenían conocimiento o
soporte sobre las mismas. Pues, “Además de tratarse de territorios ancestrales de los pueblos
indígenas, existían títulos –muchas veces de la Corona Real- sobre las tierras reivindicadas, y la
legislación vigente, concretamente la ley 89 de 1890, reconocía este derecho de los indígenas.”
(Peña y Tattay, 2013: 20)
Ahora bien, el Gran Cauca, la región de la cual era oriundo Quintín Lame, estuvo aislada
durante el siglo XIX, como la mayor parte del territorio colombiano, dadas las características
principalmente geográficas. Dicha situación se reflejaba en que “las autoridades civiles no hacían
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presencia, las misiones se diluyeron y se fortaleció en cambio, la unidad política nasa, encarnada
en caciques que, ante la abolición de los cacicazgos tras la independencia, hicieron esfuerzos
parciales de centralización del poder.” (Núñez, 2008:94- 95)
Ya para finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, se evidencia un periodo de transición
entre el modelo colonial y el modelo capitalista, lo que engendró una crisis de la economía
señorial, afectando fuertemente a la aristocracia caucana. Por ello, muchos terratenientes
avanzaron hacia la región de Tierradentro en busca de la formación de haciendas que sirvieran a
la ganadería para sostener su economía. Para ello usaron las tierras altas de esta región. “Lo que
implicó mayor presión sobre las tierras de los indígenas y sobre la mano de obra, puesto que en
algunos casos aumentaron significativamente los días de terraje que debían pagar los peones”
(Núñez, 2008:95), sin tener en cuenta en lo más mínimo la ley vigente o la ley española que
concedía a estas tierras el título de resguardo y por tanto todo lo que ello implicaba.
En consecuencia, ‘’ante la reducción de las tierras comunales y los ataques de terratenientes
y colonos que obligaron desde muy temprano a una importante proporción de indígenas a
emigrar hacia otros pueblos.” (Núñez, 2008:94). Se consiguió la paulatina desarticulación de la
comunidad y la pérdida de la conexión de estas con el territorio en el que nacieron, lo que
prácticamente las obligó a transformar su cosmovisión y las condenó a la pérdida gradual de su
legado cultural e identitario.
Según Marta Herrera, Manuel Quintín Lame Chantre nació en octubre de 1880 en el sector
del Borbollón, en la provincia de Popayán, y muere en Ortega (Tolima) hacia el mismo mes en el
año 1967, hijo de Mariano Lame y Dolores Chantre descendientes de la comunidad indígena
Nasa-Páez. Su nacimiento tiene lugar en la hacienda la Polindara, la cual estaba ubicada en
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territorio ancestral perteneciente a los indígenas, pero que fueron arrebatadas a éstos por los
terratenientes.
Quintín Lame, por ser conocedor de primera mano de las necesidades y la explotación del
pueblo indígena caucano, decide consagrar su vida a la lucha por los derechos de los pueblos
originarios. Según Ángela Núñez, Manuel:
No era indígena de resguardo, no hablaba en “lengua” sino español, era católico
practicante, militó durante algún tiempo en el partido conservador, sabía leer y escribir,
conocía lo indispensable en leyes (…) Sin embargo, estas características tampoco eran
totalmente atípicas ni cuestionan su identidad indígena; por el contrario, muestran un
proceso de adaptación en resistencia de los indígenas ante los cambios que se les imponía
desde afuera, por el gobierno, los terratenientes, el mercado, etc. (Núñez, 2008:93)
Quintín Lame, igual que su padre crece como terrajero pero con una idea que lo hacía
diferente a éste y a cualquier otro indígena; tenía la idea de aprender a leer y a escribir
Cuando yo le pedí a mi señor Mariano Lame me mandara a la escuela, me preguntó dos
veces: Quiere escuela? quiere escuela? Yo le contesté: Sí, señor. Entonces me entregó un
machete, un hacha, una hoz, una pala, un ginche y una barra, diciéndome: Esta es la
verdadera escuela del indio y se va con sus hermanos a cortar trigo y a derribar montaña
por un momento se penetró mi corazón de tristeza; pero llegó la alegría unida con el
pensamiento de que debía luchar contra la orden de mi padre. (Alape, 1999)
En 1901 fue reclutado para prestar el servicio militar obligatorio, “y al parecer fue en ese
periodo, bajo el mando del General Carlos Albán, que recibió lecciones de lectura, escritura,
legislación e historia.” (Gómez, 2012), además Quintín Lame, viajó a Panamá lo que hizo que
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comprendiera el mundo más allá de las cercas de Polindara, pues en su condición de terrajero no
tenía derecho ni permiso para abandonar la hacienda.
Quintín Lame fue alistado a la fuerza en el ejército del Cauca (…) cosa que le permitió
conocer el mundo por fuera de la hacienda, porque los terrajeros no podían salir de ella
sin autorización de los terratenientes y si no era para asuntos de los patrones; de ahí que
su mundo estaba confinado durante toda su vida por los límites de las tierras usurpadas.”
(Vasco, 2008:374)
Hacia 1911, crece su interés por las leyes lo que hace que se relacione con abogados de la
ciudad de Popayán y aprende el oficio de la legislación. A pesar de su dedicación al enviar
innumerables memoriales, demandas y solicitudes para que las tierras fueran devueltas a los
indígenas, realizando para ello una búsqueda de títulos de resguardos para legitimar su lucha,
Pronto se dio cuenta que así no funcionan las cosas en Colombia, pues muchos de sus esfuerzos
por esta vía fueron inútiles;
Llevándolo a tomar conciencia de que, en Colombia, la ley es ilegal, es «subversiva»,
porque trastoca el orden natural de las cosas, y a entender que ese camino legal no
constituye solución para los problemas de los indios; comienza entonces a transformar su
pensamiento, primero, orientando su lucha a terminar con el terraje y, posteriormente, a
proponerse la liberación de los indígenas. (Vasco, 2008)
Hay que ubicar las luchas de Quintín Lame “en una coyuntura histórica nacional y regional
específica, puesto que el proceso de modernización capitalista generó la necesidad de explotar
comercialmente ciertos territorios comunales.” (Núñez, 2008: 95) Como ya se mencionó, se hace
más evidente la explotación de los terratenientes y la usurpación de su territorio. Por ello Quintín
Lame “desarrolla dos conceptos muy claros: los de «invasión» y «usurpación»; son los blancos
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quienes invadieron a los indígenas y usurparon sus tierras. Con estas bases, afirma que «solo los
indios somos los verdaderos dueños de esta tierra de Colombia” (Vasco, 2008:375) y desde ahí
empieza a justificar la recuperación de las haciendas por parte de sus dueños originarios; pues
son los indígenas los que desde tiempos remotos, la han ocupado.
Ahora bien, es desde su experiencia como terrajero y el ver las injusticias de los hombres
blancos para con su pueblo, de donde surgen sus banderas de lucha y a sus puntos para la
agitación, a saber:
la defensa de las parcialidades y oposición militante a las leyes de división y repartición
de las mismas; consolidación del cabildo indígena como centro de autoridad y base de
organización; recuperación de tierras perdidas a manos de los terratenientes y
desconocimiento de todos los títulos que no se basen en cédulas reales; liberación de los
terrazgueros, mediante la negación a pagar terraje, o cualquier otro tributo personal;
afirmación de los valores culturales indígenas, y rechazo de la discriminación racial y
cultural a que son sometidos los indios colombianos. (Alape, 1999)
A razón de su fuerte empeño, Quintín Lame fue catalogado como un indio peligroso no solo
para las autoridades sino también para los terratenientes y grandes hacendados del Cauca por su
capacidad de convocatoria y el nivel aceptación que éste tenía dentro de la comunidad. Pues,
Manuel Quintín ya había empezado a generar cierta información con respecto al derecho de los
indios:
Empezó a divulgar sus ideas de casa en casa, primero entre el círculo de parientes y
amigos y luego a los terrazgueros de las haciendas circunvecinas. En un principio fue
escuchado con recelo, pero poco a poco sus actividades en defensa de los indios le fueron
ganando ascendiente entre ellos. Lame se había dedicado a enfrentar las injusticias de
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mayordomos y vaqueros, presentando sus denuncias ante los alcaldes e inspectores,
basándose en los conocimientos adquiridos en los libros de leyes. (Herrera, s.f.)
La influencia de Quintín Lame era cada vez mayor, por ello, la élite caucana quiso tomar
cartas sobre el asunto; “En consecuencia, una prioridad era cortar su influencia sobre los
indígenas impidiendo la relación directa, aislando a Lame en la cárcel u obligándolo a que se
trasladara a otro lugar.” (Núñez, 2008:100), a partir de allí, Manuel Quintín es amenazado,
perseguido, golpeado y encarcelado, según lo señala Ángela Espinel en su texto “Quintín Lame:
mil batallas contra el olvido” Lame, se convirtió rápidamente, en un líder indígena, pero
La figura del líder indígena no era importante en sí misma, sino por su capacidad de
impugnación y movilización contra un orden económico y social que reproducía un
modelo colonial. (…) al borrar de la memoria a Quintín Lame, se buscaba, en últimas,
que las comunidades indígenas continuaran excluidas de la nación (Núñez, 2008:97)
Por ello, este líder indígena “era detenido sin una orden judicial, como medida preventiva,
por sospecha o bajo la acusación de “vagancia”, pero también se le acusaba de encabezar
motines, promover la guerra de razas, robo y otros delitos.” (Núñez, 2008:99) Además estas
detenciones no eran fortuitas, se hacían de manera premeditada pues casi siempre coincidía con
la época de elección del cabildo, pues era prioritario que Lame se mantuviera lejos de la
organización y la dirección de dicho proceso. “En consecuencia, si Lame estaba preso no podía
organizar, ni dirigir la elección de este cuerpo colegiado y la subsiguiente diligencia de
verificación por las autoridades locales, lo que era un requisito para poder exigir el
reconocimiento del resguardo”. (Núñez, 2008:99)
Para Quintín Lame, la organización indígena debía ser prioritaria, esa era la forma más
efectiva de cumplir a cabalidad las metas propuestas, a lo largo de su vida se plantea dos grandes
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 24
objetivos; el primero lograr que los indígenas no pagarán terraje y recuperarán sus tierras y el
segundo, que deviene del anterior, es que se logrará la expulsión del hombre blanco que
usurpaban las tierras y en consecuencia se lograría la liberación de los indios, por ello:
Su planteamiento fue el de organizar a los indígenas para lograr que «una columna
formada por indígenas se levantará el día de mañana para reivindicar sus derechos… y el
día llegará cuando el indio colombiano recuperará su trono». Con esta claridad convenció
a la gente de las comunidades del Cauca, sobre todo a paeces y guambianos, para que se
organizaran, porque tenían derecho a hacerlo y para recuperar las tierras que eran suyas.
Pues, también tenía claro que para conseguir este objetivo se necesitaba una organización.
(Vasco, 2008)
Asimismo, se dio cuenta que la lucha debería darse también desde la recuperación de su
identidad, reconocerse como indígenas y hacerlo en medio de un territorio que había sido suyo
desde tiempos inmemoriales. Pues dentro de las estrategias de los representantes de la ley en el
Cauca, no solo, estaba no reconocer a Lame como representante legítimo de las comunidades;
sino que además, lo que se pretendía era que dentro de su “estrategia política y jurídica basada en
negar la existencia de los indígenas. Con ellos no solo se les negaba sus derechos sobre las tierras
del antiguo resguardo, sino también su identidad, su cultura.” (Núñez, 2008:104-105)
Para aportar en la reconstrucción de la identidad y la cultura ancestral y como parte de la
resistencia indígena, ante los ataques de la población en general, se implementan las escuelas
Lamistas, que:
Para las autoridades locales eran lugares potencialmente subversivos porque constituían
un proyecto de educación indígena propio, que si bien seguía las pautas gubernamentales
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 25
sobre contenidos y evaluación, también configuraban un espacio de fortalecimiento de la
identidad, la cultura y la autodeterminación indígenas. (Núñez, 2008:106)
Quintín Lame pasó la mayor parte de su vida encarcelado, o huyendo de las autoridades del
departamento del Cauca y de los departamentos contiguos; esto como consecuencia de su
popularidad en las comunidades indígenas del Cauca principalmente, pero también del Tolima y
del Huila que veían en él un líder que podía, a partir de sus conocimientos en leyes, devolver a
los indígenas la dignidad junto con su tierra y su identidad. Dicha admiración se reflejaba en
diferentes homenajes y recibimientos públicos que eran multitudinarios, además de mostrarle su
confianza al designarlo más de una vez como jefe político.
Pero, por otro lado, la autoridad de Lame se origina en su manejo de las leyes, lo que le
otorga reconocimiento en varios niveles. En primer lugar, se ha apropiado de un saber
“blanco” que tradicionalmente ha sido utilizado para sojuzgar a los indígenas y quitarles
las tierras, pero que él le pone al servicio de los dominados. En segundo lugar, dota a las
comunidades indígenas de unos argumentos legales que les permiten defender sus
resguardos. En tercer lugar, la práctica misma lo convierte en un mediador reconocido
por las comunidades. (Núñez, 2008:109-110)
Lame no solo fue un hombre de palabras y leyes, sino también de acciones; ello lo llevó a
optar también por la lucha armada, cuando se dio cuenta de que en Colombia la Ley solo
funcionaba según los intereses de las clases dominantes de la sociedad. En consecuencia
Tanto la acción legal como la resistencia armada se conjugaron en las luchas indígenas
que Manuel Quintín Lame encabezó durante las primeras décadas del presente siglo (…)
se trató entonces de un movimiento sobre todo defensivo que se oponía al pago del
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 26
terraje, luchaba por la defensa de los Resguardos y de los Cabildos y por la conservación
de la cultura indígena. (Peña y Tattay, 2013:16)
Surge así la Quintinada, la cual fue la expresión violenta por la recuperación de la tierra y de
las haciendas. Este acto consistía en que los indígenas con armas rudimentarias y de uso
cotidiano como los azadones y los machetes, entraban a las haciendas de los terratenientes
principalmente las que estaban dentro de los resguardos y se realizaban la expulsión del hombre
blanco. La Quintinada, también se usaba para defender los resguardos o para defender a las
comunidades del abuso de las autoridades y/o terratenientes.
En ese entonces su programa ya no se contentaba sólo con proclamar la eliminación del
terraje, como ocurrió en los primeros años de su lucha, sino que se propuso expulsar a los
blancos de los territorios indígenas; este es el criterio que marcará en adelante su campaña, la
llamada «Quintinada». Los indígenas se organizaron y se armaron, como expresó Piñacué, con
palos, hondas, machetes y azadones y comenzaron a atacar y a tomar las haciendas, en ocasiones
hasta quemándolas; en algunos sitios dieron plazo a los blancos que vivían en ellos para que
abandonaran esos territorios y, por supuesto, combatieron a las tropas enviadas para perseguirlos.
Incluso llegaron a tomar algunos pueblos, como Inzá y Belalcázar, ambos en Tierradentro.
(Vasco, 2008)
No obstante, después de 1931, año en el que Quintín Lame es capturado por la policía en una
redada, decide hacer la lucha de manera legal, enviando memoriales, reuniéndose con algunos
poderes del Estado y convocando a los indígenas a la conformación de una autoridad central, que
unificaría a todos los indígenas, es decir, una organización que recogiera su programa de lucha.
En 1931 fue nuevamente encarcelado, cuando la violencia política llegó hasta San José de
Indias. En esa oportunidad fueron masacrados 17 indios del lugar, mientras otros 37
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 27
quedaron heridos. Manuel Quintín Lame fue conducido a la cárcel de Ortega, donde fue
sometido a torturas y malos tratos durante los dos años de su permanencia en prisión. Al
salir pudo apreciar de cerca los estragos de la violencia y el estado de postración en que
había sumido a las comunidades indias. Siguió entonces su labor de defensa de los
derechos indígenas por la vía legal, hasta que en 1938 pareció coronar el éxito, al decretar
el gobierno la restitución de los resguardos de Ortega y Chaparral. (Herrera, s.f.)
Quintín Lame fue, según Jesús Peña y Pablo Tattay, encarcelado más de cien veces, por lo
que busca refugio en el Tolima, donde prosigue con su lucha por la organización de los
indígenas, mientras tanto, “En el Cauca siguió orientando las luchas José Gonzalo Sánchez, hasta
que fue asesinado en 1945, y la época de violencia acabó con todo tipo de organización por más
de 20 años.” (Peña y Tattay, 2013:16)
En síntesis, el gran mérito de Quintín Lame consistió en su compromiso total con la realidad
indígena colombiana; en haber comprendido a profundidad su historia; el haber intentado
formular como principios esa profunda experiencia espiritual y cultural, en un reencuentro
consigo mismo y con los suyos. En este sentido, según Alape, Quintín Lame fue un auténtico
intelectual, formado en las entrañas de lo profundo popular, y un hombre curtido en sus luchas.
El movimiento armado: Rescatando a Quintín Lame y aprendiendo del movimiento
campesino, ¡la bandera sigue siendo la tierra!
Habría que empezar diciendo que el Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL), estuvo
lejos de ser una guerrilla de carácter tradicional ya que “no se asimila a la guerrilla guevarista,
maoísta, sovietista o nacionalista que surgió en Colombia durante el Frente Nacional,
proclamando una estrategia de lucha por el poder del Estado” (Peña y Tattay, 2013). Primero fue
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 28
un grupo conformado mayoritariamente por indígenas, pero también por mestizos, y dentro de
sus objetivos siempre estuvo la recuperación del territorio ancestral, la defensa de la comunidad,
además que no se propone ser un movimiento a nivel nacional,
Por su origen y relación con las comunidades indígenas, el MAQL apareció como un grupo de
resistencia armada o defensa propia en comunidades indígenas del norte del Cauca. Se acerca a
una forma de autodefensa en tanto es integrada, con algunas excepciones, por comuneros
residentes en los resguardos o líderes del movimiento indígena por la recuperación de su
territorio ancestral; se mantiene como defensa propia en tanto su espacio de acción no supera esa
territorialidad étnica. (Peña y Tattay, 2013)
Otra gran diferencia entre el MAQL y las demás guerrillas, es que dentro de su estrategia no
aparece la toma del poder como un objetivo fundamental. Ellos planteaban que, era mucho más
importante “apoyar el proceso organizativo para que realmente las comunidades pudieran tener
acceso a la tierra, para que pudieran tener acceso a estas necesidades básicas y se respetarán los
derechos culturales, políticos y sociales que tenían las comunidades” (Peña y Tattay, 2013:41).
El MAQL, es un grupo armado que se identifica con la lucha social y popular de los
sectores desprotegidos y vulnerables en Colombia, pero su interés es apoyar dichas luchas más
no aparecer como una organización que las orienta y dirige. “Es un grupo que se identifica
claramente con la lucha indígena, con la lucha de los sectores sociales y populares y no aparece
como un grupo que se abandera de la lucha popular y van hacia la toma del poder” (Peña y
Tattay, 2013:41)
Existen dos grandes hitos en la historia de las causas del surgimiento del MAQL, el primero,
el desalojo de la hacienda López Adentro y el segundo el asesinato del sacerdote Álvaro Ulcué.
No obstante, detrás de eso existieron otras condiciones que le dieron origen a este grupo armado,
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 29
o más aún que hicieron que los indígenas norte caucanos decidieran alzarse en armas. “Por allá
por los años 75 y 76, el sistema de violencia del Estado y el sistema de violencia implantado por
los terratenientes obliga a las mismas comunidades a pensar en un sistema de defensa también
armado.” (Peña y Tattay, 2013:26). Existe evidentemente una fuerte represión de parte del
Estado, con mecanismos legales como el encarcelamiento y otros no tanto como la represión
violenta por medio de las fuerzas armadas. Y por otro lado, de los terratenientes en busca de
detener el avance de la recuperación de la tierra por parte de los indígenas, que implica la
contratación de bandas de “pájaros” o sicarios a sueldo patrocinados principalmente por los
grandes hacendados terratenientes.
Al ver que los indígenas no le tuvieron miedo a la cárcel y continuaron con el proceso de
recuperación, los terratenientes y politiqueros comenzaron a organizar las bandas de pájaros a
sueldo que por miserables veinte mil pesos o cincuenta mil pesos iban y eliminaban dirigentes.
(Peña y Tattay, 2013:24)
Por otro lado, hay que considerar que el departamento del Cauca, históricamente ha sido
nicho de confrontación, por su ubicación geoestratégica, donde hace presencia diferentes actores
armados, como son las guerrillas de vieja guardia y el aparato militar del Estado. Así,
Para entender la presencia de grupos armados en el Cauca, es necesario remitirnos a dos
lógicas diferentes. En primer lugar este departamento, y sobre todo la cordillera que le
atraviesa, constituyen un espacio estratégico para cualquier organización que tenga por
objetivo la toma del poder por las armas en Colombia. (…) La otra lógica es la de los
movimientos sociales, pues sobre todo los que se desarrollan en el campo, casi siempre
han sido objetos en nuestro país de una feroz represión, que frecuentemente ha llevado a
su extinción. (Peña y Tattay, 2013:122)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 30
Durante la década de los años 60 y al principio de los años 70, la cosa no podía ser diferente,
en esta época se aviva la movilización indígena y campesina, encabezada por la Asociación
Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), institución promovida desde el Estado en busca de
una reforma agraria que respondiera a las necesidades de la población, pero en últimas dicha
asociación se sale de las manos estatales y empieza a dar pasos de gigante en la recuperación de
tierras por campesinos e indígenas en todo el territorio nacional. Ahora bien, “la ANUC fue
punto de partida de su resurgimiento en la década del 70. Muchos dirigentes indígenas y muchas
formas de acción, especialmente de recuperación de tierras, se forjaron dentro del movimiento
campesino.” (Peña y Tattay, 2013:17) A nivel nacional, pero que tuvo un duro asiento en las
comunidades indígenas caucanas.
Ello permitió que los indígenas del Cauca conocieran y se formarán en diferentes formas por
la recuperación de la tierra.
Al calor de la reforma agraria y de las luchas campesinas, fueron surgiendo
organizaciones al norte y al oriente del Cauca. (…) En febrero de 1971 se convocó una
gran asamblea en Toribío, a la que asistieron más de 2000 indígenas de 9 comunidades.
Allí se propuso la creación de una organización, y surgió el Consejo Regional Indígena
del Cauca, CRIC. (Peña y Tattay, 2013:19)
Dentro de este mismo contexto surge el CRIC, como organización indígena legítima, según
lo plantea Peña y Tattay, con un programa de lucha y banderas bastante claras; programa que
recoge varias de los punto de lucha de Manuel Quintín Lame en la primera mitad del siglo XX; a
saber: recuperar la tierra de los resguardos, ampliar los resguardos, fortalecer los cabildos
indígenas, promover el no pago de terraje, dar a conocer y exigir el cumplimiento de las leyes
que protegen a los indígenas, hacer una recuperación identitaria, por medio de la defensa de la
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 31
historia, la lengua y las costumbres propias, y por último, la educación propia, educando
profesores de acuerdo a las necesidades de las comunidades. Obviamente dicha consolidación de
la organización indígena, hace que la represión hacia los líderes indígenas se intensificará a la
par de sus luchas por la tierra;
El proceso de lucha desde el principio está marcado por una fuerte represión. Represión
política de los partidos tradicionales, represión política también de algunas
organizaciones de izquierda que querían que se desarrollara un proceso pero bajo su
orientación, bajo sus intereses de grupo, y no un proceso de lucha democrática a partir de
las comunidades indígenas. (Peña y Tattay, 2013:25)
Es entonces, cuando los indígenas cansados de la represión y los asesinatos selectivos
deciden armarse en grupos no mayores de cinco personas y reciben el nombre de autodefensas,
pues lo que buscan no es otra cosa que lograr proteger a las comunidades y los territorios de los
diferentes ataques. Al respecto Peña y Tattay consideran que:
Los que trabajan estas ideas de manera permanente son los compañeros Luis Ángel
Monroy y Benjamín Dindacué, con el apoyo de otros compañeros, dan sus primeras
apariciones en los años de 1975 y 1976 con un número no mayor de cinco personas, que
tienen la misión de poner control y combatir la delincuencia y las bandas de pájaros en
los municipios (…) sobre todo armados de valor más que de un armamento. (…) y en
gran parte las peinillas o machetes se convierten en armamento de combate para las
autodefensas a que recurren los resguardos, prestando seguridad para las comunidades
que están al acecho de los pájaros. (Peña y Tattay, 2013:27-28)
Las autodefensas, desde la necesidad misma de las comunidades de conservar tanto su vida
como su territorio, “surgen como expresión social, producto de múltiples atropellos producidos
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 32
por los terratenientes que a costa de todo quieren detener el avance de las recuperaciones de
tierra.” (Peña y Tattay, 2013: 27) Hay que tener en cuenta que en su mayoría las personas que
conformaron estos grupos de autodefensa fueron indígenas miembros de las comunidades
“veteranos y expertos de caminar largas horas por escarpados caminos o trochas para llegar a
sitios.” (Peña y Tattay, 2013:29) que por lo general son de difícil acceso.
Los grupos móviles de autodefensas participaron activamente, desde su conformación hasta
su desmovilización, en diferentes escuelas de formación político- militar de las guerrillas que
frecuentaban las zonas, pero principalmente con el M-19 (Movimiento 19 de abril) y con el
Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque el apoyo también incluía, en algunas ocasiones,
el armamento o algunas armas eran “donadas” por dichos grupos guerrilleros, pues el armamento
de las autodefensas era rudimentario, y era conseguido con esfuerzo por sus miembros, por
ejemplo: con ahorros, recolectas y/o trabajo duro.
En septiembre del 77 y en enero del 78, el M-19 organizó una escuela de carácter político-
militar que responde a su estrategia de construir grupos móviles de guerrilla a nivel nacional,.
Adicha escuela son invitados algunos participantes de las autodefensas indígenas del Cauca, y se
decide conformar el grupo móvil aunque éste duró poco tiempo porque no hubo una respuesta
positiva de la población; sin embargo “los grupos de autodefensa se siguieron fortaleciendo en
varias comunidades de departamento, aunque el armamento con el que se contaba seguía siendo
muy precario” (Peña y Tattay, 2013:34)
Hacía el año de 1979, tras diversas situaciones, entre ellas el asesinato de Benjamín
Dindacué y el encarcelamiento de Luis Ángel Monroy, se decide volver a montar el grupo móvil,
esta vez como medida para proteger a los líderes indígenas que estaban amenazados y eran
perseguidos pero también para colaborar con las diferentes comunidades indígenas, el grupo
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 33
estaba conformado “con algunos compañeros del M 19 y otros del Cauca (…) recorrió zonas de
Tierradentro y del norte del Cauca. Se disolvió en enero del 80, cuando el M19 decidió
concentrar todas sus fuerzas en el Caquetá” (Peña y Tattay, 2013:36)
En 1979, los indígenas reconocen un nuevo enemigo, ya no solo deben combatir al Estado y
a los terratenientes sino que también deben combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), como lo asegura Peña y Tattay:
Y es en 1979 donde la represión oficial es más fuerte, inclusive de grupos insurgentes, en
este caso las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como fue el sexto
frente, que inició un proceso de asesinatos de dirigentes en la zona Norte donde se vive la
situación más grave, y es donde surgen con mayor fuerza –por iniciativa de algunos
miembros de las comunidades- los grupos de autodefensa; inclusive se comienzan a
convertir como apoyo para las comunidades. (pág. 31)
Por eso, entre 1980 y 1981, cuando algunos de los integrantes de las autodefensas salieron
de la cárcel, entre ellos Luis ángel Monroy, tenían una idea clara que era “fortalecer la autonomía
de los grupos de autodefensa, que ya no solamente se tenían que defender de los terratenientes,
los grupos de justicia privada, de los paramilitares, sino también de la guerrilla.” (Peña y Tattay,
2013:40) Así es como nace el MAQL, quien decidió adoptar ese nombre por los alcances
históricos y simbólicos que aquel represento; este redescubrimiento del líder indígena que
hicieron los movimientos sociales contribuyo a la recuperación de la memoria de Lame como
icono de resistencia en la comunidad, considerablemente reducida por la represión a la que
habían sido sometidos los indígenas, por parte del Estado, los terratenientes, los pájaros y
además por la pérdida del apoyo popular ante la insistencia de éste en el legalismo.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 34
El movimiento nace entonces con una historia de lucha y de organización que se remonta al
período de Manuel Quintín Lame, pasando tanto por su etapa legal/jurídica hasta su lucha
armada, después por los grupos de autodefensa, en todas sus facetas, incluida su declive; pero
que con el empeño de Luis Ángel Monroy, y en general del apoyo de las comunidades indígenas
que venían siendo violentadas “al año siguiente, se reactivaron los grupos de autodefensa y se
(…) perfila el llamado Comando Político, que a partir de ese momento orientó al movimiento
indígena en general y al Quintín en particular’’ (Ibeas, 1995:38)
Habría que decir que el MAQL, pugno por defender principalmente los intereses del
movimiento indígena y sus organizaciones políticas y sociales pero también los del movimiento
popular, ya que nace con la función de apoyar “a los campesinos jornaleros, pobladores urbanos
y demás sectores populares en su lucha por la tierra, por la cultura, por unas condiciones de vida
más justas, por su dignidad, autonomía y sus legítimos derechos” (Peña y Tattay, 2013:55) El
Quintín Lame, nace con la idea, según Juan Ibeas, de reivindicar la propiedad indígena de tierras
y defender los valores culturales autóctonos, es decir, nace con la clara intención de recuperar el
territorio ancestral y por las tradiciones culturales y la identidad de los grupos indígenas
caucanos.
En cierta medida el movimiento social indígena necesitaba respaldo armado y fue de su
seno donde surgió el Quintín. Esto explica el apoyo recibido de las comunidades y, uno
de sus rasgos distintivos, la subordinación al movimiento social indígena del cual forma
parte. Aunque no siempre fueron unas relaciones idílicas y en ocasiones hubo fuertes
conflictos, en general el MAQL contó con un intenso apoyo. (Ibeas, 1995:42)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 35
El Movimiento Armado Quintín Lame, a pesar de su trasegar, sale a la luz pública el día “4
de enero de 1985 el Quintín Lame y el Ricardo Franco se toman la población de Santander de
Quilichao, en lo que sería la aparición pública del Quintín Lame ante la opinión nacional” (Peña
y Tattay, 2013:51), pero además con la necesidad de mostrar un respaldo a las comunidades y en
defensa del movimiento indígena, que fomenta otro tipo de percepción de las personas no
indígenas frente a las decisiones que las autoridades o el mismo movimiento indígena tomarán
“Nace como respuesta a una escalada de violencia ejercida contra las comunidades indígenas.
(…) El desalojo violento en una hacienda en López Adentro y también el asesinato del sacerdote
indígena Álvaro Ulcué.” (Ibeas, 1995:39)
El MAQL, al igual que su predecesor (Manuel Quintín), sabía que la lucha por la tierra y la
reconstrucción cultural, debía hacerse desde dos frentes; el armado y el legal, por tanto, el
Quintín Lame aspiraba un cambio profundo en el país por lo que debía irse construyendo
paulatina y gradualmente sin excluir la vía legal y la participación en las instituciones, Así el
MAQL apoyó el trabajo que el movimiento indígena realizaba en esas esferas, pero no sólo no
existía oposición a los cauces legales sino que incluso hubo cierta subordinación de la actividad
armada a la lucha avanzada en ese plano por las comunidades. (Ibeas, 1995:40-41)
Hay que tener claro que, “los puntos que movían al Quintín estaban en el marco de la
unidad, tierra y cultura, los que defiende el CRIC, pues el Quintín tenía algunos puntos comunes
con el CRIC.” (Peña y Tattay, 2013:113), aunque nunca el CRIC o el MAQL, reconocieron tener
nexo alguno, las autoridades respetaron las decisiones del Movimiento y viceversa:
El quintín Lame respetaba las autoridades propias de las comunidades y de las
organizaciones sociales, y no trataba de suplantarlas en las decisiones políticas que estas
debían tomar. (…) La orientación que se daba era que no se debía recuperar tierras de
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 36
pequeños propietarios, defendiéndose estos no solo por la extensión de su propiedad sino
por la actitud que adoptaba frente a la comunidad. Igualmente, en el caso de que la
propiedad estuviera situada al interior del resguardo, el campesino respectivo será
aceptado dentro de la comunidad si colaboraba en las actividades comunes y reconocía la
autoridad del cabildo. (Peña y Tattay, 2013:106)
Entre las tareas que tuvo el MAQL, dentro de las comunidades, desde su surgimiento hasta
la dejación de armas fueron, primero: “mantener vivo el proceso organizativo, y brindar el apoyo
a los cabildos, para que tales organismos legales fuera recobrando su dignidad, el respeto de la
comunidad.” (Peña y Tattay, 2013:132) Y “la segunda función importante (…), fue la de ayudar
a los cabildos y demás autoridades comunitarias a ejercer el control social. (Peña y Tattay,
2013:149) La primera rememora la lucha de Manuel Quintín Lame Chantre y su esperanza de
una organización única que recogiera a todos los indígenas y abanderará sus luchas.
En este punto, es muy importante describir la composición del MAQL, pues como ya se dijo
fue una organización guerrillera mayoritariamente de indígenas y afrodescendientes, con
presencia minoritaria de mestizos. Esta composición:
Refleja la propia realidad étnica de su zona de influencia, donde los paeces constituyen la
mayoría indígena. Junto a estos, incluyó a miembros de otras etnias del sector
colombiano andino como guambianos y coconucos. También contó con la colaboración
de combatientes blancos y mestizos principalmente de extracción campesina. (Ibeas,
1995:39)
En cuanto a las edades de los integrantes del MAQL, estuvo integrado fundamentalmente
por jóvenes en su mayoría menores de veinte años, analfabetos en gran parte y con bajo nivel de
formación política; los mejores cuadros estuvieron vinculados a las actividades legales. La
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 37
diversidad siempre fue un factor importante dentro de este grupo guerrillero, por tanto, no es raro
encontrar entre sus militantes, hombres, mujeres, ancianos o niños:
Sus integrantes obedecían a la misma gama social diversificada y agrupada en una nueva
identidad; había entre ellos hablantes y no hablantes del Nasa Yuwe, afroamericanos,
campesinos, viejos cabildantes, familias enteras, hombres mujeres y niños, que poco a
poco se fueron transformando e incidiendo en el total del contorno social regional que
vivió la década, haciéndose defensa territorial. (Espinoza, 1996:65)
Las comunidades estrechamente ligadas a la tierra se ven abocadas a la defensa de la misma,
es por eso que muchos jóvenes y familias enteras se vinculan a las guerrillas antes del
surgimiento del MAQL, a las FARC, al ELN, el EPL o el M19, las cuales no responden a las
necesidades de las comunidades indígenas, por eso el vincularse al MAQL, era la mejor
alternativa para estos jóvenes que vieron en esta guerrilla una opción para llevar a la práctica sus
diferentes conocimientos y sobre todo esto fortaleció el lazo fraterno entre los miembros de las
comunidades y de estos para con su tierra.
En defensa propia: El MAQL, las comunidades y las otras guerrillas
Como ya se dijo, el MAQL, se diferencia bastante de las guerrillas tradicionales formadas al
estilo Marxista – Leninista, con otros postulados del cómo desarrollar la guerra en Colombia,
emanada principalmente de su experiencia propia dentro de la comunidad y el territorio:
Así en lugar de vanguardia y centralismo democrático se hablaba con insistencia de
trabajo de base, de la importancia del activismo social y de la construcción del poder
popular y partir de la esfera local y regional. “El Quintín construyó y (…) defendió una
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 38
serie de conceptos centrales genéricos que actuaron como horizonte programático: ideas
de autonomía, de pluralismo y de democracia interna.” (Ibeas, 1995:39- 40)
Además se le debe añadir un atributo del que carecen las diferentes guerrillas y es su
carácter societal, en palabras de Juan Ibeas:
Su carácter de autodefensa de un amplio movimiento social frente a las agresiones
externas, permite que el MAQL pueda ser considerado como una guerrilla societal. Si a
esta dimensión de autodefensa, que no implica ausencia de movilidad táctica se añade su
carácter telúrico –identificación con la tierra y con las condiciones geográficas- (Ibeas,
1995:42)
Las diferencias entre los grupos guerrilleros, trascendía el aspecto de lo formal, algunas de
ellas provenían del conocimiento de la realidad de las comunidades y la preocupación de estos
por transformar en lo concreto las condiciones (de discriminación, explotación y represión) en
las que vivían los indígenas;
La definición de identidades, diferencias, concordancias del Quintín Lame con las demás
guerrillas no era solamente una cuestión semántica (por ser el Quintín Lame también una
guerrilla) sino una exigencia política práctica, ya que el Quintín cuestionaban el accionar
de los demás grupos al interior de las comunidades y reclamaba el manejo de nuevas
concepciones. (Peña y Tattay, 2013:96)
Teniendo en cuenta lo anterior, los grupos alzados en armas que pertenecían a la izquierda,
no lograban comprender lo complejo de las relaciones dentro del territorio indígena, y pretendían
que estos, los indígenas, se vincularon a sus proyectos políticos revolucionarios que muchas
veces los negaban o no los tenían en cuenta como una población con otras dinámicas y
características. Para Peña y Tattay:
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 39
Esto no es que haya sido malo, sino que en su inicio desconocía la propuesta del
movimiento indígena como una estructura diferente, con unas características particulares
en su proceso de lucha, pero las organizaciones armadas lo consideraban dependiente de
ellas para incluirlo en el mismo costal, sin analizar que son un pueblo con su propia
estructura; en lo político, cultural, social, ideológico, religioso, etc. (Peña y Tattay,
2013:110)
Así mismo, es importante entender la dinámica regional, pues el “enemigo” ya no es el
mismo. Los indígenas se enfrentaba a un enemigo más poderoso y con mejor armamento, “ya no
se estaba peleando con unos terratenientes tradicionales sino con una gran oligarquía
vallecaucana que manejaba toda la agroindustria del valle y la parte plana del Cauca, y para ellos
perder significaba una gran derrota.” (Peña y Tattay, 2013:49). Por eso la tierra, y la lucha por
ella, siempre estuvo marcada por un contexto de pugnas, en palabras de Manuel Quintín Lame,
entre los usurpadores y los dueños legítimos de la misma, logrando que los indígenas se
plantearan una opción de lucha a la altura de sus contrincantes.
En ese momento se podía ver cómo el problema por la tenencia de la tierra comienza a crear
una serie de hechos que lo llevan a plantearse una alternativa de lucha, con unas directrices que
se fundamentan en dar una respuesta de la misma magnitud a los opositores: los terratenientes
más tradicionales. (Peña y Tattay, 2013:132)
Ahora bien, el surgimiento y la salida a la luz pública del MAQL, debe entenderse en medio
de la condición regional, pues éste pretende dar respuesta al incremento de la represión contra las
comunidades indígenas que habían iniciado la invasión de haciendas en desarrollo del proceso de
recuperación de tierras, esta vez dirigido a las zonas planas en el norte del departamento,
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 40
amenazando así el control de los cañicultores, quienes reaccionaron violentamente.(Comisión de
Superación de la Violencia, 1992:105)
El salto que da el MAQL, para hacerse conocer en el medio nacional como una guerrilla
autónoma y de configuración mayoritariamente indígena –pero también con miembros mestizos,
afros, e incluso extranjeros- se da, como ya se dijo, en un contexto de plena represión y
persecución. Así las cosas era una necesidad que el movimiento indígena se sintiera respaldado
por un actor armado que respondía –y conocía- las necesidades y las prioridades de las
comunidades indígenas. El asesinato de Álvaro Ulcué y la represión en contra de los indígenas
que ejecutaban la recuperación de la hacienda López Adentro, fueron las gotas que derramaron el
vaso.
Las primeras acciones realizadas por el MAQL consistieron en la quema de maquinaria de
los ingenios azucareros, para las cuales contó con el apoyo de diferentes guerrillas,
principalmente el M 19, pues estos grupos guerrilleros tenían más experiencia práctica en ese
tipo de acciones de corte militar. En cuanto a la toma a Santander de Quilichao, la hacen
conjuntamente con el Ricardo Franco, 1
En ese momento ya se tiene contacto con la gente del Tolima: (…) allí se resuelve junto
con el Ricardo Franco hacer una toma militar y se decide que allí saldría a la luz pública
como Quintín Lame, ya como un movimiento armado en respuesta al desalojo de López
Adentro y el asesinato del sacerdote Páez Álvaro Ulcué, y el objetivo de esta toma es
Santander de Quilichao. (Peña y Tattay, 2013:52)
A pesar del cambio del MAQL, pues pasó de ser un grupo de autodefensa a un grupo
guerrillero, las comunidades, los dirigentes y las autoridades ancestrales, y el movimiento
1 Este fue un comando disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 41
indígena en general, prestaron su apoyo y la labor de este nuevo grupo fue bien recibida dentro
de las comunidades. Por otro lado, los militantes del MAQL, siempre tuvieron presente que las
decisiones de las comunidades estaba por encima de las de sus propios dirigentes.
En general la existencia del Quintín Lame fue valorado [positivamente por] las comunidades
y convertida en un mecanismo de control territorial, aunque lógicamente se presentaban sectores
poblacionales que no compartían su presencia. La comandancia siempre estuvo bajo una
dirección política de la cual hacían parte algunos integrantes del comité ejecutivo del CRIC y
líderes indígenas, así como integrantes de organizaciones campesinas del Cauca y urbanas de
Popayán. (Caballero, 2013:15)
Este cambio implicó la existencia de acuerdos entre las comunidades, los dirigentes y el
MAQL, pues este último debía reconocer y suplir las necesidades de las comunidades y no dar
una pelea que no era la suya,
Se debía buscar una estrategia acorde a la plataforma inicial: (...) mantener una
coordinación con los cabildos y su política de combatir los delincuentes de sus
comunidades: el Quintín, más que ser un grupo ofensivo debía ser defensivo. (…) Dentro
de este proceso ganó imagen a nivel indígena en todo el territorio nacional. Mostrando un
modelo diferente de la lucha armada, con una ideología propia, sin injerencia externa que
llevará a tomar postura foránea que olvidara el concepto indígena. (Peña y Tattay,
2013:134)
Una de las críticas más duras de las comunidades frente a los demás grupos guerrilleros y el
Ejército Nacional, y lo que no le permitirían a los militantes del MAQL, pues ellos conocían de
primera mano la realidad indígena, “era la de que con la realización de acciones militares en sus
territorios ponían en riesgo a las comunidades, irrespetaban sitios sagrados, atentaban contra la
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 42
autonomía y autoridad propia y justificaban la militarización por parte del ejército.” (Caballero,
2013:15)
Por otra parte, retomando a Henry Caballero, debe decirse que el pensamiento político del
MAQL, se configura dentro de las comunidades y el movimiento indígena caucano, y que en
total abordaban ocho puntos, que iban desde la definición del enemigo, pasando por la
construcción de un sistema político alternativo, donde lo fundamental radica en el buen
funcionamiento de la democracia participativa basada en el poder popular, tocando puntos tan
álgidos como el aparato militar, hasta tomar postura frente a lo que se conoce como revolución.
Primeramente, el enemigo de las comunidades indígenas en particular, pero de los pueblos
en general es el capitalismo, ellos planteaban que era necesaria su destrucción pues “sólo un
sistema alternativo podrá garantizar la existencia de lo diverso y dentro de ello, lo étnico, lo
cultural y lo local.” (Caballero, 2013:16-17). En cuanto al poder, opinaban diferente a los demás
grupos guerrilleros existentes en ese momento, pues se proponía que más allá de la toma del
mismo; lo que se debía hacer era la construcción del poder popular desde cada una de las
comunidades.
Ahora bien, ese poder popular debía materializarse, es decir estaba lejos de quedarse en el
discurso abstracto, en órganos que no solo fueran diferentes al sistema capitalista sino que a la
par lo combatiera. En ese sentido, debía existir: economías no capitalistas, justicia popular y
educación y gobiernos propios; que proporciona autonomía a las comunidades, respetando y
rescatando las tradiciones culturales e identitarias.
En cuanto a la democracia participativa, exponían que debía ser la base del sistema político,
cultural, social y económico alternativo y que su expresión debía reflejarse en los órganos de
poder popular, “tanto para llegar al control del aparato de Estado, como para la consolidación de
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 43
dicho sistema.” (Caballero, 2013:16- 17) Además proponían que dicha democracia debía y tenía
que construirse desde lo local y su expansión territorial debía ser en espiral.
Frente a lo militar, su percepción era que lo militar debía someterse y estar al servicio del
poder popular y no viceversa. En ese sentido, “no son los órganos de poder popular los que
deben gravitar alrededor de la guerrilla sino ésta alrededor de las definiciones de los mismos.”
(Caballero, 2013:16- 17)
Uno de los mayores problemas de las guerrillas colombianas, es el de creerse vanguardia, en
otras palabras creerse faro de la revolución. Para el MAQL, la vanguardia no implicaba
directamente el dar órdenes y ser dirigentes del proceso revolucionario, en cambio, opinaban que
“no hay una vanguardia definida de antemano, la vanguardia se construye y se gana en la
construcción del poder popular y en el proceso de unidad popular.” (Caballero, 2013:16- 17)
Para el MAQL, la revolución no debía entenderse solamente en relación con la cuestión del
poder o contra el Estado, por el contrario, “implica cambios radicales en la familia, en la
empresa, en la escuela, en las organizaciones, en la relación entre las localidades, y en general en
todo lazo en que se encuentre imposición y dominación.” (Caballero Fula, 2013:16- 17)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 44
Segunda parte
En camino a los acercamientos
Condiciones políticas:
Desde el ámbito político, fueron esencialmente dos los factores que llevaron a que el MAQL
dejará las armas y decidiera que la batalla por la consecución de los derechos para las
comunidades indígenas se debía hacer en definitiva en el plano de lo legal y lo jurídico. Fueron
estos: primero, la injerencia del grupo en organizaciones guerrilleras nacionales y extranjeras.
Segundo, su reconocimiento del Estado como un interlocutor válido, parte del corpus social y
que tenía una deuda con las comunidades indígenas.
Una de las principales preocupaciones de las comunidades era que el MAQL se saliera de los
lindes dibujados por la autoridad de la comunidad misma; preocupación que se hace real cuando
las decisiones de la dirigencia del MAQL, encabezada por Ramón Julicué (Romir) –dirigente
comunitario sin gran experiencia militar -, determina unirse al Batallón América 2. Dicha acción
se derivó del acercamiento que realizó el MAQL con el M-19 para llevar a cabo acciones
armadas conjuntas que permitieran, por un lado, reivindicar de alguna manera la muerte en
noviembre de 1985, del primer Comandante general del MAQL, el afrodescendiente Luis Ángel
Monroy o ‘’Moncho’’ como también era llamado, (Peñaranda, 2010) quien
Fue asesinado (…) cuando viajó a Cali para tratar de conseguir armamento y munición. Según
cuentan desmovilizados del Quintín Lame, él se desplazó con un grupo disidente del M-19
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 45
conocido como Democracia, que estaba infiltrado por el Ejército y cayó en una trampa.
(Verdad abierta, 2015)
Y por otro lado, para recuperar armamento y prepararse militarmente para el combate,
teniendo en cuenta el antecedente de la masacre en noviembre de 1985 en Tacueyó, zona alta del
municipio de Corinto, Cauca, en la que fueron asesinados 164 guerrilleros que fueron acusados
de ser infiltrados del ejército perpetrada (Arias, 2015) por Javier Delgado o “José Fedor Rey”
comandante del grupo Ricardo Franco disidente de las FARC
En principio el Batallón América se desplazó y realizó su campaña por municipios del
nororiente del Cauca, pero luego Pizarro decidió desarrollar una campaña militar hacia el Valle
del Cauca, y es que según Jaime Jaramillo Panesso citado en Riaño (2006) “En el sueño de
Carlos Pizarro estaba un levantamiento de los ciudadanos de Cali, para tomarnos la ciudad. (…)
La idea era dar una muestra de fuerza y de sentar precedentes políticos para el futuro del país”
(págs 142 y 143)
Esta decisión no fue consultada con las demás organizaciones que conformaban el batallón.
En el caso del MAQL, sin una aparente autonomía y acatando las determinaciones del líder del
M-19, la dirigencia permite que sus miembros acudieran a un territorio desconocido y además
que fuesen desplegados en distintas escuadras. La situación se hace insostenible, pues el MAQL,
sufre varias pérdidas humanas, sumado a la falta de una buena alimentación y/o dotación. “Para
esa campaña con el Batallón nos fuimos 40 compañeros, y de esos cuarenta regresamos diez
porque la mayoría cayó en combate” (Peña y Tattay, 2013:73)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 46
Uno de los principales errores que cometió la dirigencia del MAQL, fue acceder a salir del
Cauca, a tierras que para muchos de los combatientes eran extrañas y bajo idearios políticos que
no respondían directamente a las necesidades de las comunidades indígenas:
Pero el QL como fuerza territorial debía permanecer en su zona que era la garante de su
fuerza por su conocimiento y por la existencia de las redes sociales que lo apoyaban. A
pesar de eso el QL comete un gran error al salir del territorio Páez en dirección al Valle
del Cauca en acciones conjuntas con el M19. Allí se da su principal derrota, con el
sacrificio de una decena de integrantes, al querer combatir en un territorio que no
conocía. (Espinoza, 1996:100-101)
Para el Quintín la participación en el Batallón América fue una experiencia de la que se hizo
necesario aprender, pues como relata María Deisy Quistial- una excombatiente- “Al Quintín lo
pusieron como carne de cañón por estar conformado por indios. De las armas que prometieron
entregarles, les dieron las peores. Si acaso regresaron unos diez compañeros. Los demás se
perdieron” (Peña, 2015, sección El dia que conoci a las guerrillas, párr. 29 ). La dirigencia
política del MAQL, se replantea entre otras cosas el papel desempeñado Romir, por tanto en
asamblea de 1986 se delega a alias Gildardo Fernández como el nuevo comandante general.
Posteriormente, el MAQL se uniría a estrategias más amplias, como su participación en
coordinadoras guerrilleras de ámbito nacional, con lo cual se produjo un distanciamiento
progresivo con las comunidades que percibieron una vez más la pérdida de control sobre el
movimiento, lo que se originó cierto recelo. (Ibeas, 1995:42-43)
Aunque ganaban cierta fuerza a nivel nacional con la visibilizacion de los problemas de las
comunidades de este territorio y lograban un cierto equilibrio frente a las demás estructuras
armadas, también se introducían en dinámicas que le eran ajenas, donde primaban otro tipo de
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 47
intereses y las especificidades de la lucha indígena eran menospreciadas y subordinadas por
planes de envergadura nacional. Ya que el movimiento armado ”había empezado a hacer
tránsito desde su condición de autodefensa hacia grupo guerrillero con objetivos que iban más
allá de sus motivaciones iniciales, en especial por sus vínculos con las dos coordinadoras
guerrilleras cuyos objetivos eran de orden nacional” (Comisión de Superación de la Violencia,
1992:108)
Estas alianzas entre el Quintín y la Coordinadora Guerrillera Nacional (CGN), el Batallón
América y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) fueron consideradas por la
comunidad como equivocadas, ya que a su parecer éste le estaba dando preeminencia al
componente armado, alejándose de su propio territorio y de su proyecto político. Esta tensión es
señalada por Caballero (2013) cuando expresa que
Es una tentación constante en todo grupo armado darle más fuerza a su
característica armada, a sus estructuras y métodos jerárquicos, que a sus fines y
programa de lucha; de esta manera siempre se corre el peligro de convertirse en un
cuerpo armado que privilegia su reproducción como tal, y que por tanto puede ponerse al
servicio de intereses distintos a los planteados inicialmente. (pág. 5)
En consecuencia, cuando el MAQL integró las coordinadoras, se distanció de las
comunidades y perdió el apoyo de algunos sectores de las comunidades indígenas, los cuales
“(…) inicialmente circunscritos a la comunidad Guambiana y a sus voceros de AISO, criticaron
abiertamente al Quintín por haberse convertido en un aparato de guerra, y por lo tanto, en un
peligro para las propias comunidades que se proponía defender” (Peñaranda, 2015:237);
argumento demostrable en el incremento de efectivos del ejército en la región, a causa de los
consejos de seguridad y por las alertas que emitían algunas poblaciones. En este sentido, se
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 48
perdía progresivamente el motor que mantuvo vivo por tanto tiempo a este grupo guerrillero, es
decir, la estrecha relación con las comunidades y sus territorios y el pleno apoyo del tejido social
indígena.
Por ello, después de hacer un análisis exhaustivo al interior del MAQL y bajo las decisiones
de las comunidades, se pretendió darle un nuevo aire a todo el movimiento, “que en la
comandancia hubiera una vocación de lucha, que nuevamente llegara a las comunidades con
unos replanteamientos al interior y una dinámica que condujera a reexaminar los múltiples
problemas que se están presentando” (Peña y Tattay, 2013:75). Lo que se quiso fue anteponer la
figura de la máxima autoridad, la Dirección Política frente al Estado Mayor, o en otras palabras,
darle más peso al componente político que al militar, pues ambas veían de manera distinta el
camino para la consolidación de los objetivos iniciales, pero gracias a los espacios políticos que
venía ganando el movimiento indígena se evidenció que lo mejor era seguir transitando un
camino hacia la acción política y dejar atrás la acción armada. La idea de ir de lleno a la arena
política implico además
Cobrar la deuda social que el Estado colombiano tiene con las comunidades indígenas,
[lo que] conlleva una cierta relación de reconocimiento entre estas dos -que de por sí- no
se puede basar en el enfrentamiento. Para los planes de desarrollo, para el logro de la
autonomía, para la supervivencia de la cultura, para el control del territorio, las
comunidades necesitan una cierta manera de articulación con la sociedad dominante que
se encuentra a su alrededor; otra perspectiva podría considerarse un suicidio. (Peña y
Tattay, 2013:157)
Por otro lado, el liberal Virgilio Barco, venía adoptando un discurso a favor de la paz desde
antes de asumir la presidencia de la República. Ejemplo de ello se consigna en su texto “La
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 49
lógica para de la paz” de 1985, en el que analiza las problemáticas que atraviesa el proceso de
pacificación del país del gobierno Betancur, y sugiere algunas estrategias para la corrección de
los mismos, al tiempo que confirma el anhelo común de la paz. Barco planteó específicamente
que:
“Yo parto del principio de que la búsqueda de la paz, la superación de los conflictos
sociales y políticos, ha sido, es y será siempre una meta y un objetivo permanente y de
continuo perfeccionamiento. (…) Mientras existan injusticias, mientras existan
necesidades extremas, mientras no hayamos logrado una vida digna para todos los
colombianos, la paz no se habrá consolidado.” (pág.23)
Una vez fue elegido como presidente de la República para el periodo de 1986-1990, Barco
desplegó todo un plan político para que la paz fuese el resultado de dichas acciones, para la
consecución de un país diferente. Por ello acudió a estrategias como el Plan Nacional de
Rehabilitación (PNR) buscando erradicar las causas objetivas de la violencia; también impulsó
reformas democráticas, una agraria, una de carácter constitucional y claro, su iniciativa de paz,
en la que se esperaba el diálogo con los grupos alzados en armas y una exitosa culminación de
los procesos (Bejarano, 1990; García, 2009 y Villarraga, 2015). En este sentido, la
institucionalización de la paz y el cambio político que lideró el mandatario, propició que las
organizaciones armadas vieran realmente posible la salida política del conflicto armado que
hacía el gobierno nacional.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 50
Como ya se ha venido revelando de manera implícita en lo escrito, gracias al carácter de
este grupo de autodefensa indígena, con fuerte territorial e identitario; su proceso siempre estuvo
-con algunos momentos de tensión y altibajos- mediados y dirigidos por las comunidades,
El combatiente del Quintín Lame se movía en el ámbito de su comunidad de pertenencia
tanto espacial como culturalmente porque se encontraba estrechamente vinculado a ella.
(…) En este sentido quienes provenían de las comunidades indígenas necesitaban
justificar cierta trayectoria personal de servicio a ellas y el visto bueno y la
recomendación de las autoridades comunitarias. Sin embargo, con el paso del tiempo se
relajó mucho este control por parte de cabildos y autoridades indígenas lo que crearía más
adelante ciertos problemas y algunas desconfianzas hacia el Quintín Lame. (Ibeas, 1995:
41)
Otras dificultades con el proceso de vinculación fueron evidente en el bajo control de los
cabildos como autoridad que estaba presente en el proceso de selección de los miembros del
grupo armado, lo laxo del tiempo de permanencia, la permanente rotación de personal, y la
flexibilización en la incorporación de elementos, hicieron que hubiese problemas en la formación
de los combatientes al igual que para tener claras cifras de la cantidad de efectivos que en
últimas integraban la organización, una problemática muy predecible, ya que aunque
En junio de 1986 la Asamblea General aprobó los “Estatutos Provisionales” que, con
algunas modificaciones posteriores, se conservaron hasta la desmovilización en 1991 y
que constituyen una importante referencia para comprender la organización interna, (…)
deben sin embargo tomarse con cautela dado el alto grado de informalidad que
caracterizó al Quintín (Peñaranda, 2010:39 y 40)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 51
Ahora bien, siempre existió una pugna dentro del movimiento indígena, sobre el uso de las
armas. Desde los tiempos de la Quintinada y obviamente en los años 80, habían indígenas a
favor y en contra del proceso de recuperación de las tierras y mucho más debate suscitaba el uso
de las armas para la defensa de la misma; tal como lo plantea Ibeas “La tensión permanente entre
vía pacífica y lucha armada concluyó finalmente en favor de la primera, fruto del
replanteamiento produjo tanto en el seno de las comunidades como del movimiento indígena en
general y del Quintín en particular.” (Ibeas, 1995: 47) Esto se debió en gran parte a las malas
decisiones de la dirigencia del MAQL y la presión de las comunidades indígenas y a las
propuestas de paz provenientes del Gobierno Nacional, donde “la disolución del Quintín Lame
resultaba necesaria para dar paso a nuevas formas de expresión política a través de los canales
institucionales, que se hicieron posibles a partir de los años noventa dadas las transformaciones
en el régimen político’’ (Peñaranda, 2012: 179)
Las preocupaciones de las comunidades frente al actuar y al crecimiento del ala militar del
MAQL era notable. Esto los llevó de manera colectiva a reflexionar y replantearse, primero la
necesidad de la existencia del grupo mismo. Segundo, el ingresar a los diálogos de paz que
podrían revertir en ganancias para todos los indígenas en el territorio nacional y que se verían
reflejadas dentro de las leyes y las normas
Las señales en torno al proceso de paz por parte de la comunidad fueron en varios
sentidos. Por una parte algunos dirigentes zonales de comunidades veían el peligro
paramilitar y consideraban que se hacía necesario seguir teniendo un grupo que sirviera
de defensa; por otra parte, y desde el mismo ángulo, otros dirigentes consideraban que el
Quintín cometía errores y no tenía control sobre las autodefensas y ex militantes, por lo
cual era mejor que no existiera o que se reformara radicalmente. (Caballero, 2013: 20)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 52
En consecuencia, la comunidad evidenció que la existencia del MAQL ya no era necesaria
puesto que sus organizaciones habían logrado importantes victorias en el ámbito de la legalidad,
como movimiento social, lo que invalidaba el principio de autodefensa del movimiento y por
ende su razón de ser.
Debido a lo anterior, seguramente se veía venir una definitiva separación entre el MAQL y
las comunidades indígenas, pues se creía que el Movimiento Armado, “corría el riesgo de
convertirse en una “máquina de guerra” aislada de sus bases sociales y dedicada a la depredación
de las propias comunidades, y por ello bajo la presión de estas últimas sus negociaciones de paz
se hicieron irreversibles.” (Comisión de Superación de la Violencia, 1992: 109)
A los anteriores elementos se suma otro: el uso de la criminalización en contra de las
organizaciones y movimientos sociales de toda índole, uno de ellos el movimiento indígena. En
el caso del Cauca por un lado, está el CRIC, organización que poco a poco ganaba prestigio y
legitimidad entre las comunidades indígenas, pero también reconocimiento a nivel nacional e
internacional por sus alcances. Y por otro lado, estaban los cabildos como entidad sociopolítica
tradicional. Así, tal como lo plantean Peña y Tatay
No podemos negar que en la decisión de varias comunidades de apoyar la
desmovilización del MAQL, además de los motivos positivos que todos conocemos,
pudieron jugar algunos negativos, como la incapacidad de controlar todas las
desviaciones delincuenciales. El otro factor negativo que jugó algún papel en la
desmovilización, fue la creciente criminalización de la organización legal, ante todo el
CRIC, pero también algunos cabildos, que se vieron acusados por las autoridades de ser
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 53
cómplices de la guerrilla y aún ser convertidos en blancos militares. (Peña y Tattay, 2013:
150)
Condiciones económicas:
En realidad, este es uno los de los temas de los que poco o a casi nada se conoce, pues ha
sido tratado con gran reserva, tanto así que en documentos importantes sobre la organización del
MAQL, como por ejemplo en los estatutos provisionales de 1986
El reglamento no señala nada respecto a las labores de financiamiento de la
organización, cuyas necesidades económicas llegaban a los 30 millones de pesos por año.
Este es uno de los temas que se trata con mayor reserva. Además de los asaltos a las
empresas transportadoras de valores y a establecimientos bancarios, el Quintín recurrió a
contribuciones “voluntarias” de algunos propietarios rurales, casi siempre en especie.
Aunque tradicionalmente el Quintín ha negado haber practicado el secuestro, en privado
se reconoce la participación en tres secuestros (Peñaranda, 2010:41 y 42)
No obstante, se sabe que en medio del proceso tanto de construcción como de consolidación
el MAQL, fue apoyado siempre por las comunidades; en ese sentido, su sistema de financiación
emanaba también de los aportes voluntarios que le brindaban éstas, como muestra de gratitud por
el papel protector que desempeñaban los militantes dentro del territorio indígena. Por ello, los
recursos fueron siempre escasos, pues las comunidades indígenas carecían de los mismos,
entonces los apoyaban económicamente desde lo que tenían. Por ejemplo, las dotaciones en
indumentaria eran casi nulas en comparación a otros grupos armados y el armamento no era otro
que artefactos artesanales, bastantes rudimentarios y unas pocas armas recuperadas en operativos
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 54
o donadas por algunos grupos guerrilleros, especialmente del M-19 (Ibeas, 1995 y Peña, 2015)
las cuales no constituían realmente un factor militar importante frente a los enemigos
tradicionales.
Sin embargo, las comunidades les permitían ciertos tipos de acciones dentro del territorio
como las “vacunas” a los terratenientes más adinerados“ así la financiación provenía de
aportaciones voluntarias de comunidades y simpatizantes, de extorsiones o “vacunas” a
terratenientes y de algún que otro atraco.” (Ibeas, 1995: 42). Por ello, ante la decisión de las
comunidades, para que el grupo se desmovilizara, el MAQL no podría contar más con dichos
recursos económicos, lo que le implicaría que debía auto sostenerse o auto financiarse, lo que
evidentemente llevaría a este grupo de autodefensa a prácticas que quebrantaran la autonomía de
las comunidades, poniendo en riesgo al movimiento indígena y a las comunidades indígenas en
sí mismas.
Sobre políticas de paz: Del uso del fusil al uso de las palabras
Una lección histórica: De la salida armada y militar a la salida negociada
La historia de la construcción de Colombia como un Estado nación, ha estado marcada por
periodos de violencia que han variado de intensidad y causalidad. Estos han ido desde la época
de la conquista, la colonia, la gesta independentista, el conflicto entre los centralistas y los
federalistas, hasta las luchas bipartidistas que darían origen a un pacto, el Frente Nacional, el
cual llevaría a la conformación de numerosas guerrillas y a su confrontación con el Estado. Estas
confrontaciones luego se extenderían a otros grupos al margen de la ley. Todo esto pone en
evidencia la incapacidad del Estado colombiano y por supuesto de los diferentes gobiernos, para
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 55
resolver los problemas más urgentes del país, en materia de derechos, saneamiento, reforma
agraria, y también dar solución a las exigencias de democracia por los sectores populares.
La forma en la que el Estado quiso poner bajo control a los diferentes grupos alzados en
armas, fue a través de la vía militar, pensando que era la mejor solución para propiciar la
rendición de los enemigos o si la condición lo ameritaba su abatimiento. Con esta idea es que el
entonces presidente Alberto Lleras Camargo4 en su segundo período (1958-1962) inicia una
campaña de pacificación. Para ello buscó asesoría en el año de 1959 del presidente republicano
Dwight D. Eisenhower, quien envió un grupo de especialistas a Colombia, los cuales realizaron
un informe que “ofrecía una caracterización de la violencia de la época, sus actores, e incluso sus
soluciones, y tuvo un notable impacto en la manera como se enfrentó el conflicto” (Grupo de
Memoria Histórica, 2012: 118). Dentro de las soluciones que ofrecía dicho informe, se sugirió
que en el plano militar se debía frenar a los grupos criminales con tropas de contrainsurgencia y
en el campo social emprender una serie de reformas que afrontarán la inequidad para evitar la
aparición de la subversión.
Lleras Camargo atendió las sugerencias planteadas por el gobierno norteamericano ya que
estaba adscrito a la política internacional de los Estados Unidos y la Alianza para el Progreso, en
concordancia en 1961 se aprobó la Ley 135 de reforma agraria, algunas políticas educativas que
benefician a las zonas rurales. Durante los siguientes periodos presidenciales pertenecientes al
Frente Nacional, es decir, el de Guillermo León Valencia (1962-66), Carlos Lleras Restrepo
(1966-70) y Misael Pastrana Borrero (1970-74); dichos gobiernos le dieron preeminencia al
componente armado como solución al conflicto5.
Asimismo, la situación se recrudeció por la dinámica misma de la coalición política -Frente
Nacional- y por su incapacidad para resolver el conflicto que vivía el país, y las inequidades de
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 56
orden político y social que le dio origen a éste. Es por ello que durante esta etapa de la historia,
surgen y se consolidan grupos subversivos que se querían erigir como una alternativa, con la que
se pretendía combatir y construir un nuevo Estado como forma de organización de la sociedad.
Es así que surgen, respondiendo a diferentes contextos y épocas del país, por ejemplo, las
guerrillas liberales de origen gaitanista y las autodefensas comunistas hacia la década de los 50,
para los años 60 las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) esta última con una marcada influencia de la revolución cubana, para
la misma época se crea el Ejército Popular de Liberación (EPL) bajo una ideología marxista-
leninista- maoísta y El Movimiento 19 de abril (M-19) hacia los años 70 fruto del fraude en las
elecciones presidenciales entre Pastrana Borrero y Rojas Pinilla.
Ahora bien, una vez terminado el pacto bipartidista que fue un periodo “caracterizado por el
crecimiento y la estabilidad económica. (…) situación [que] cambió en el primer Gobierno de
transición política, entre 1974 y 1978, en el cual la economía se desaceleró y la inflación explotó.
(Grupo de Memoria Histórica, 2013:131)
Por lo anterior, durante el período presidencial comprendido entre 1974 y 1978, cuando
asumió como presidente el político liberal Alfonso López Michelsen; el descontento de los
sectores populares no se hizo esperar, produciéndose movilizaciones campesinas, estudiantiles,
sindicales y hasta un renombrado paro que tuvo cobertura nacional el día 14 de septiembre de
1977. Estas acciones fueron reprimidas fuertemente por los agentes oficiales bajo el Estado de
Sitio, figura constitucional que tenía su razón de ser en el artículo 121 de la constitución política
de Colombia de 1886, el cual reza en su primera parte
En los casos de guerra exterior, o de conmoción interior, podrá el Presidente, previa
audiencia del Consejo de Estado y con la firma de todos los Ministros, declarar turbado el
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 57
orden público y en estado de sitio toda la República o parte de ella. Mediante tal
declaración quedará el Presidente investido de las facultades que le confieran las leyes, y,
en su defecto, de las que le da el Derecho de gentes, para defender los derechos de la
Nación o reprimir el alzamiento. (Constitución Política de Colombia, 1886)
Dadas las continuas formas de expresión por parte de la población civil, como son huelgas y
paros sectoriales, sumados a los frecuentes ataques por parte de organizaciones guerrilleras, el
gobierno de la época decide declarar el Estado de sitio en el país, como medida para
Frenar una escalada de violencia que tiene como punta de lanza una serie de secuestros
urbanos con matices políticos promovidos por grupos subversivos de extrema izquierda.
Las fuerzas armadas reiteraron que «afrontarán cualquier situación que afecte a la
tranquilidad ciudadana». (Agencia EFE, 1976, párr. 4)
El Estado de sitio se intensificó con la llegada a la presidencia del liberal Julio César Turbay
Ayala (1978-82) quien amparado en esta figura expide, iniciando su mandato, el controvertido
decreto 1923 del 6 de septiembre de 1978, conocido como Estatuto de seguridad, en el cual las
Fuerzas Armadas debían combatir al enemigo interno que amenazaba los intereses del Estado-
nación (subversión, narcotráfico) lo que le otorgó a este conjunto de instituciones la atribución
legal para juzgar a civiles y bajo la premisa del orden social cometer violaciones a los derechos
humanos.
Pese a lo anterior y mientras el Estatuto de Seguridad6 seguía operando, en marzo de 1981
formaliza la Ley de amnistía, la cual pretendía abrir la puerta para la entrega de ciudadanos
alzados en armas, posteriormente en noviembre del mismo año creó la primera comisión de Paz
en Colombia7 (12 miembros del Ejecutivo, la Iglesia Católica y las Fuerzas Militares). Esta
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 58
actitud de cambio se debió a la toma de la Embajada de República Dominicana por el M-19 en
1980, donde numerosos diplomáticos de distintos países departían con motivo conmemorativo de
la independencia del país centroamericano, y ante esta situación el gobierno debió descartar la
incursión por la fuerza a la embajada, por lo que decidió optar por la negociación directa y
supervisada por entes internacionales garantes de derechos humanos.
Posteriormente asume la presidencia el conservador Belisario Betancur Cuartas (1982-86),
quien guiado por el “Contexto de la política de protección de los Derechos Humanos impulsada
por el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter (1977-1981), “optó por dialogar y empezar
un proceso de paz con las guerrillas” (Grupo de Memoria Histórica, 2012:135), pero además ante
la “poco probable derrota militar de uno de los contendores, lo cual, articulado con la gigantesca
capacidad de daño que se puede derivar de la continuación del conflicto, [impuso] la necesidad
de una salida negociada” (Arias, 2009:7- 8)
Desde el mismo momento en que Belisario Betancourt, asumió el mandato del país se
evidencio un cambio total en la manera de afrontar el conflicto armado en tanto pasó de las
estrategias belicistas y militaristas, donde el enemigo de la nación era el factor que creaba la
situación caótica del país y que fue ampliamente utilizada por sus antecesores, a una política en
la que se reconocían por un lado, las causas objetivas ( la pobreza, el desempleo, el
analfabetismo) que generaban la violencia y por otro el reconocimiento político a los grupos
alzados en armas, lo que pretendía generar una apertura política del gobierno (participación
política directa) para posibles negociaciones tendientes a la paz. El entonces presidente Belisario
Betancourt
Revivió la comisión de paz (Decreto 2711 de 1982), sancionó una nueva Ley de
Amnistía (Ley 35 de 1982) (…) Durante este gobierno se creó el Alto Comisionado de
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 59
Paz (Decreto 240 y 2560 de 1983), la Comisión Nacional de Verificación (Comunicación
presidencial del 29 de mayo de 1984), la Comisión Nacional de Negociación y Diálogo
(Comunicación presidencial del 17 de julio de 1984) y la Comisión de Paz, Diálogo y
verificación (Decreto 3030 de 1985) e impulsó (..) la Ley de Indulto (Ley 49 de 1985)
(Valencia, 2012: 7)
No obstante, como manifiesta García (2009), esta voluntad entusiasta no fue bien recibida,
ya que
El Presidente no contó con el respaldo del establecimiento. Los militares, en cabeza del
Ministro de Defensa, se opusieron a la política de paz y la torpedearon; tampoco el
partido Conservador del Presidente, ni el partido Liberal en la oposición, se sentían
identificados con la estrategia presidencial y por ello no brindaron el respaldo político
necesario. Los grandes gremios dieron un « golpe de opinión » (...) Por otra parte, los
sectores vinculados al agro, sintiéndose desprotegidos, darán su respaldo a los grupos
paramilitares, que en este período crecieron vertiginosamente con el apoyo de los
militares. (La infructuosa búsqueda de una salida negociada, párr.3).
En consecuencia, aunque el mandatario avanzó en la creación de instrumentos normativos
para facilitar la vía negociada al conflicto con la guerrilla, su mandato finalizaría en un balance
pobre en términos de logros para la paz.
Virgilio Barco en la campaña electoral
Durante la campaña de contienda electoral de cara a las elecciones de 1986 el tema de la paz
no fue esquivo a los discursos políticos de los candidatos presidenciales, por su parte Álvaro
Gómez Hurtado del Partido Conservador “presentaba un corte radical frente a la concepción
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 60
belisarista del conflicto armado y la forma de enfrentarlo” (Bejarano, 1990: 6), Jaime Pardo Leal
de la Unión Patriótica8 (UP), veía un momento de coyuntura política donde otras alternativas
diferentes a la bipartidistas debían ser escuchadas a través de las luchas políticas legales y por
último, el representante del partido Liberal Virgilio Barco Vargas9, quien si bien fue constante en
sus críticas al proceso de paz de Betancur, como se evidencia en su escrito La lógica de la paz de
1985:
Algunas personas me han criticado por decir que necesitamos resultados positivos, más
que promesas. Quiero ilustrar en una forma muy simple lo que esto significa, con
ejemplos extractados de las palabras del Presidente Betancur: (…) ninguno ha hablado
más de paz, y al mismo tiempo ha tenido que confrontar una gran violencia; (…) En el
vital tema de la paz encontramos, quizás, la mayor distancia entre la abundante retórica y
los precarios resultados” (Barco, 1985: 1-2)
Posteriormente atacó no solo a su principal contendor, el conservador Gómez Hurtado, sino
que también ataca al partido Conservador, diciendo que a pesar de disfrazarse siguen siendo más
de lo mismo, incluso los acusa de engañar al pueblo con promesas. Esto fue lo que aseguro:
Y el doctor Belisario Betancur sólo se diferencia del doctor Álvaro Gómez por su
nombre. Pertenecen juntos al mismo Partido Conservador, y son súbditos del mismo
expresidente. Y aunque prefieren escudarse en banderas diferentes a la azul, para atraer
incautos votantes, profesan y practican los mismos principios ideológicos (…) El país no
puede creer en un candidato que le está proponiendo hacer “más de lo mismo. No. El país
quiere un cambio real, no un simple cambio de nombres. (Barco, 1986: 4)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 61
No por ello era ajeno a la búsqueda de la paz como medio para superar los profundos
conflictos sociales y políticos. Creía que su partido, el Liberal, era el único que podía
materializar los anhelos de cambio que el partido Conservador no supo interpretar, por lo que
insistía en que la suya no sería una actitud de resignación frente a un estado de cosas que ya no
tenían razón de ser, sino que la intención era la efectiva transformación del país.
El presidente y sus políticas para la paz: Cambiando la estrategia
Habiendo ganado las elecciones con un significativo porcentaje de votos (58.2%), “el 25 de
mayo de 1986, Barco Vargas fue claro en afirmar que “la paz no es un objetivo, es el resultado
de una serie de tareas que nos hemos impuesto, de acabar con la pobreza absoluta”. (Arias,
2008:18). En concordancia a lo anterior se apersona y encabeza una serie de medidas que
buscaban la institucionalización de la paz y cuyos ejes serían: La Reconciliación, (El
entendimiento del Estado con las comunidades abandonadas por éste y con las Guerrillas) la
Normalización (Real funcionamiento de las instituciones del Estado) y la Rehabilitación
(Integración de comunidades históricamente marginadas) (Villarraga, 2015)
La primera de estas medidas fue la retoma del Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), el
cual había diseñado el gobierno antecesor para orientar inversiones en las zonas de conflicto,
pero que no había logrado mayores frutos. Sin embargo, Barco lo revitalizó y lo convirtió en el
elemento articulador del propósito social y del proyecto de paz, con el cual se podían abordar las
causas objetivas de la violencia. Inicialmente se destinarán 232.000 millones para beneficiar a
los grupos más desprotegidos y desatendidos por el Estado, que habitaban zonas del país
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 62
excluidas del progreso económico y social. Este auxilio se traduciría en la mejora del nivel de
vida10 de las personas afectadas por la pobreza.
A la par Barco, creó la Consejería Presidencial para la Rehabilitación, Normalización y
Reconciliación, un organismo ligado estrechamente a la presidencia de la República, cuya
función era dirigir y coordinar acciones políticas, económicas y sociales encaminadas a
normalizar la situación, esto aunado a la participación, discusión y diseño de alternativas de
distintos sectores de la sociedad en los Consejos departamentales, intendenciales y comisariales
de Rehabilitación, los cuales además actuarían como garantes de los distintos procesos. El
designado para llevar las riendas de dicho organismo mediante Decreto 2577 de 1986 del 7 de
agosto, fue Carlos Ossa Escobar, quien anteriormente se había desempeñado como miembro de
comisiones en el gobierno Betancur, pero que presentó su renuncia al año siguiente y fue
reemplazado por Rafael Pardo Rueda mediante el decreto 2362 de 1987.
El Discurso de la Consejería Presidencial planteó que el Estado había permitido marcados
privilegios así como la desatención de las necesidades sociales e institucionales en
amplias regiones, hechos que implicaban pérdida de legitimidad y de capacidad de
resolver los conflictos y permitían la simpatía con el discurso insurgente y el copamiento
territorial de las guerrillas. (Villarraga, 2009, Tomo II:47)
Estas medidas demostraron ser insuficientes ya que con el PNR no se pudo solventar las
necesidades del 40% de la población colombiana (Kalmanovitz, 1990: 21), razones como la
ineficacia gubernamental que no implementó ni bien, ni a cabalidad el plan; sumado a que el
presupuesto resultó insuficiente para atender a la gran cantidad comunidades largamente
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 63
excluidas; al inmediatismo de querer socavar las causas objetivas de la noche a la mañana sin
entender que esto demandaría más tiempo. Todo ello hizo que las grandes y pomposas metas
planteadas por Barco quedaran solo como buenas intenciones en su discurso de posesión el 7 de
agosto de 1986 y posteriormente en su Presentación del Plan Nacional de Rehabilitación el 5 de
Noviembre de 1986.
Otra medida fue la efectiva realización de la primera elección popular de alcaldes en
Colombia, llevada a cabo el 13 de marzo de 198811, pues antes los alcaldes eran designados por
el gobernador del departamento. Esta medida fue considerada como un intento del gobierno para
iniciar un proceso de descentralización y distribución del poder, para democratizar el Estado a
niveles locales y regionales. Lo que significó a su vez el reconocimiento de fuerzas políticas de
izquierda dentro del juego político, como la UP, impulsada por las FARC en 1985 como parte de
los diálogos con el gobierno Betancur. No obstante, aunque Barco mantuvo la vigencia de los
Acuerdos de la Uribe, este no avanzó en las negociaciones para llegar a un posible proceso de
paz. Como consecuencia, el proceso entró en un estado de crisis de la que explica Bejarano, A
(1989) el gobierno llegaría a afirmar en las sesiones ordinarias del Congreso de 1988, que de la
Uribe no quedaba sino su espíritu.
A inicios del mismo año, el Gobierno Nacional ante la coyuntura política e institucional del
país, propiciada por actores armados como la guerrilla, los paramilitares y el fenómeno del
narcotráfico, hizo una propuesta tendiente a la reforma constitucional, la cual en su primer
momento no fue apoyada por la oposición, encabezada por el presidente -encargado- del
Directorio Nacional conservador, Carlos Holguín Sardi. Esto luego de que Barco y Misael
Pastrana se reunieron para llegar a un preacuerdo en cuanto al mecanismo de reforma de la
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 64
constitución; el primero con la convicción de un plebiscito –aunque sabía que había una fuerte
posibilidad en que Corte Suprema lo considerara como inconstitucional-, y el segundo que si
bien buscaba un procedimiento expedito, no veía la necesidad del plebiscito. (El Tiempo, 1988)
Pero tras unas arduas conversaciones, ambas partes Gobierno y oposición firmaron un acuerdo
del cual se desprendería la creación de una comisión que estudiaría lo referente a la reforma
constitucional y sus mecanismos de cambio (asamblea constitucional, referendo, acto legislativo)
al tiempo que convocaría sesiones extras del Congreso para que éste eligiera los 50 miembros de
una Comisión de Ajuste Institucional. No obstante, el proyecto de reforma constitucional fue
hundido por el Congreso que era el órgano que detentaba exclusivamente toda la facultad para
reformar la constitución, según su artículo 128. (Cardona, 2011 y Semana, 1988 )
Posteriormente, como los indican autores como Bejarano (1990) y García (2009) con el
secuestro de Álvaro Gómez Hurtado realizado por el M-19 en mayo de 1988, se generaría toda
una dinámica política desde distintos sectores de la sociedad que le reclamaron al gobierno
encaminarse nuevamente a la discusión política de la paz. El M-19 propuso una cese al fuego y
una cumbre para debatir la liberación del dirigente conservador. Esta propuesta fue bien recibida
por sectores de la Iglesia Católica, gremios económicos y sindicales y personalidades políticas
las cuales iniciaron los acercamientos, por lo que el 14 de junio de 1988 en la ciudad de Panamá,
se dieron cita ambas partes, siendo liberado Gómez Hurtado y además se concertó la apertura
política a distintas fuerzas sociales.
En consecuencia, el 29 de julio del mismo año, se dieron cita en la denominada Cumbre
Nacional por la Paz en Usaquén, miembros de la UP, de los partidos políticos tradicionales, de la
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 65
Iglesia Católica, del movimiento indígena, la guerrilla, y las centrales obreras y surgió la
Comisión de Convivencia Democrática, sin participación del gobierno nacional.
Ante estas decisiones de paz, por parte de miembros representantes del grueso de la
población civil, el gobierno debió lanzar mediante una alocución por radio y televisión el 1 de
septiembre de 1988, su estrategia de paz, la Iniciativa para la Paz. En esta Barco (citado en
Villarraga, 2009a) plantea los siguientes lineamientos: 1) Que los alzados en armas demuestren
una voluntad sincera de paz, lo cual resulta indispensable para iniciar el diálogo; 2)La suspensión
de actos que atenten contra los derechos humanos, así como las prácticas terroristas; 3)El
Gobierno Nacional iniciará el diálogo directo con voceros autorizados de los grupos para acordar
procedimientos de reincorporación; 4)El Gobierno Nacional propiciará que los voceros de los
grupos alzados en armas planteen al Congreso propuestas sobre el ajuste institucional; 5)Después
de la reincorporación a la vida democrática se concederá el indulto a quienes cesen en las
acciones subversivas; 6)Acogimiento de las medidas y recomendaciones que surjan en los
diálogos regionales; 7) Levantamiento del Estado de Sitio y 8) El mantenimiento de las acciones
de las fuerzas armadas contra quienes persistan en la subversión y en el terrorismo.
Siguiendo la línea documental de la presidencia de la República encabezada de Barco que
recoge el exdirigente del EPL Álvaro Villarraga (2009a) en cuanto al desarrollo de la iniciativa,
esta se vislumbra en los siguientes tres momentos :
1) Fase de distensión: Para propiciar un ambiente de entendimiento entre ambas partes, para
ello se requiere la manifestación de voluntad y reconciliación de los grupos alzados en
armas, el diálogo directo, audiencias y designación de voceros para dialogar en torno al
reajuste institucional, el compromiso de los grupos armados con los procedimientos
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 66
acordados, la presentación del gobierno ante el Congreso de un proyecto de ley sobre
indulto, y por último, la coordinación de la iniciativa entre el Ministerio de Gobierno y la
CPRN.
2) Fase de transición: Cuyo propósito es el de iniciar el tránsito hacia la institucionalidad y
el regreso a la democracia de los grupos alzados, por lo que se contempla el
establecimiento de garantías reales y específicas y condiciones económicas y sociales,
coordinación entre las entidades públicas y privadas para la incorporación de quienes
renuncian a la lucha armada, ubicación temporal de los alzados en armas, dejación de
armas y municiones, creación de los Consejos Regionales de Normalización, y la
atención médica y el suministro de alimentos en zonas acordadas.
3) Fase de incorporación definitiva a la vida democrática: En esta se re integrarán a la
sociedad los hasta entonces alzados en armas, los procedimientos y las acciones para
alcanzar esta consiste en la aplicación de la ley de indulto que apruebe el Congreso, la
garantía del ejercicio político, medidas de asistencia económicas temporales y medidas de
seguridad y protección para las personas reincorporadas. (págs.193-196 )
Después, el 12 de enero de 1989, Barco reiteraria en otro discurso que la Iniciativa para la Paz
Sería la expresión del propósito del gobierno de mantener la mano tendida a aquellos
alzados en armas que demuestren que están realmente interesados en desmovilizarse, en
dejar las armas, en regresar al seno de la democracia. Es una puerta abierta a la paz.
Nuevamente, para inicios de año de 1990, Segun Lemaitre (2009 ) el entusiasmo de distintos
grupos sociales –especialmente de jóvenes estudiantes y profesores - por impulsar una reforma
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 67
constitucional reflejada en una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) cobró importancia
política a nivel nacional, estos grupos lograron presionar a la Corte Suprema para que modificara
el artículo que facultaba solamente al Congreso para la reforma constitucional y aprobará la
institucionalidad de una tarjeta electoral o sufragio en la cual se convocaba a una ANC Por
consiguiente, y como lo manifiesta el Centro de Estudios Constitucionales PLURAL (2011), el
gobierno expide el Decreto 927 del 3 de mayo de 1990, en el cual la organización electoral
debía contabilizar los votos registrados en las urnas el 27 de mayo del mismo año y por concepto
de la ANC.
César Gaviria primer año de gobierno: Continuador de las políticas de paz de Barco.
El exministro de Hacienda (1986-1987) y exministro de Gobierno (1987-1989), bajo el
mandato de Barco, llega a la presidencia el 7 de agosto de 1990, tras un proceso electoral
marcado por la violencia, los asesinatos de Bernardo Jaramillo, precandidato presidencial de la
UP, Luis Carlos Galán, precandidato Liberal, y Carlos Pizarro Leongómez, candidato
presidencial por la Alianza Democrática M-19, lo que daba cuenta de la inestable situación de
orden público del país ante la arremetida violenta de los narcotraficantes.
Gaviria, heredó indudablemente muchas de las políticas de su predecesor, como lo recordaba
en 1998 su Consejero de Paz, Jesús Bejarano (citado en Villarraga, 2009a: 70):
(…) La institucionalización de la política de paz, el rediseño del plan de rehabilitación y
el condicionamiento previo del diálogo de la guerrilla a los gestos unilaterales,
constituyeron el marco inicial de las orientaciones del primer año de gobierno Gaviria.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 68
Lo anterior se hizo visible a partir de documentos hechos por Gaviria Trujillo (citado por
Villarraga, 2009b) como la Directiva presidencial No. 34, del 10 de octubre de 1990,
denominada ‘’Fortalecimiento y apoyo a la política de paz con los grupos subversivos’’, dirigida
a funcionarios del Gobierno de todo el país. En esta se informa la intención del gobierno de darle
prioridad a la política de paz, la cual seguirá encabezada por la presidencia en coordinación con
la Consejería Presidencial para la Rehabilitación, Normalización y Reconciliación y por la cual
se han desarrollado la suscripción de compromisos y acuerdos con organizaciones subversivas,
lo que precisa la cooperación de absolutamente todos los miembros del Gobierno, sobre todo en
lo referido a la instalación de campamentos en donde se han acentuado los grupos subversivos. Y
las elecciones de la ANC, realizadas el 9 diciembre del mismo año, en las cuales fueron elegidos
72 constituyentes con voto en la Asamblea y 4 constituyentes con voz pero sin voto.
Tercera parte
Diálogos, negociaciones y acuerdos
El paso a paso del proceso
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 69
La Iniciativa para la Paz del Presidente Barco llegaría a la Coordinadora Guerrillera Simón
Bolívar (CGSB), en donde hasta ese momento se encontraban aglutinadas las siguientes
guerrillas: el ELN, el EPL, las FARC-EP, el PRT, el M-19 y el MAQL. Esta iniciativa se
discutiría después de la tercera cumbre, en agosto de 1988 y arrojaría dos meses después, el del
16 de octubre, un comunicado en el que se propone un encuentro entre representantes del
gobierno y las comandancias de la CGSB para conversar sobre los problemas de la paz, la guerra
y la salida política.2
Asimismo, a finales del mismo año, en diciembre 14 de 1988, el comandante general del M-
19, Carlos Pizarro, escribiría una carta desde las montañas del Cauca al presidente de la
república, haciendo expresa la necesidad de plantear una salida política al conflicto y donde
divisa a la CGSB como ‘’un interlocutor de estatura histórica para asumir el desafío de pactar
con flexibilidad y audacia un camino que abra las compuertas de la democracia y lo lance hacia
la grandeza de nuestro destino nacional.’’
Sin embargo, el gobierno nacional desatendió la insistencia del diálogo en conjunto con las
CGSB, y como señala Ibeas (1995) ‘’impulsa una estrategia de negociaciones
compartimentadas definida como proceso de “paz parcelada” que privilegia la
concertación con el M-19 y persigue fracturar la interlocución unitaria de la
guerrilla’’(p.44)
La estrategia del gobierno Barco fue eficaz y con llevó a que en los primeros meses de 1989
el M-19 entablara abiertamente un diálogo con éste y que se plantearan mesas de trabajo
2 CGSB. (16 de octubre de 1988) Respuesta de la coordinadora guerrillera Simón Bolívar al plan de paz del
gobierno.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 70
conjunto. Esta situación fue presentada al país incluso antes de que los demás grupos
pertenecientes a la coordinadora pudieran emitir cualquier opinión, pues fueron de los últimos en
enterarse de las resoluciones a las que había llegado el eme.
No obstante, la coordinadora trataba de mantenerse unida, a pesar de la salida sorpresiva del
M-19. Ejemplo de ello es la declaración firmada por el Comandante General del MAQL,
Gildardo Fernández , para mayo de 1989, en la cual por un lado, se reitera la salida política en la
unidad de la CGSB frente a la confrontación armada y por otro, plantea la disposición de
conversar con uno de los miembros de la comisión mediadora nacional, la comisión de notables12
para exponer sus puntos de vista sobre la paz (Villarraga, 2009b). Asimismo, en agosto del
mismo año, se reitera que el diálogo propuesto no se inscribía en conversaciones separadas con
las organizaciones, sino con su colectivo, el MAQL, el PRT, el EPL y las FARC y de la
importancia de la comisión de notables como garante de futuras reuniones entre ambas partes.3
Ante estas disposiciones el gobierno nacional (como se citó en Villarraga, 2009b) lanza un
comunicado el 6 de septiembre de 1989, donde informaría de la disposición de ánimo y buena
voluntad de los alzados en armas según lo expresado por la comisión de notables, por lo que hizo
un ofrecimiento formal de diálogo a estos grupos y la concertación de una reunión para precisar
los mecanismos y condiciones de dicho diálogo. Sin embargo, en ningún lugar del documento
deja constancia de querer iniciar el proceso con la CGSB, sino que señala una a una las fuerzas
insurgentes.
Es así que la paz parcelada, sumada a las propias diferencias al interior de la organización,
dada la multiplicidad de intereses y objetivos, serían el inicio del fin del conglomerado
guerrillero pues “no existía la posibilidad de buscar una salida política al conflicto armado, ya en
3 La CGSB ante el comunicado del gobierno del 4 de Agosto.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 71
el mediano, ya en el largo plazo, entre todos los grupos que hasta entonces habían estado
buscando la unidad.” (Caballero. 2013:104). Y en aquel momento la pretendida unidad que se
había empezado a gestar desde la Coordinadora Nacional Guerrillera CNG, integrada en mayo
1985 por todas las organizaciones guerrilleras a excepción de las FARC, se diluyó una vez más.
Así entonces, cuando se inicia la fragmentación de la CGSB, el MAQL ya poco o nada tenía
que ver con dicha organización, ya que no se sentía representado por las últimas resoluciones que
aquella había emitido, ya que esta había planteado que si no sucedía una salida política efectiva
al conflicto, se vería abocada por la guerra sucia a retomar la lucha armada e incluso a su
agudización; esta postura radical hizo que el Quintín iniciara un acercamiento en conjunto con el
PRT y el EPL, pues estas organizaciones consideraban que era crucial participar en la ANC y por
ende en los diálogos. Estas acciones impulsadas por el ofrecimiento de paz de Barco y la
voluntad de algunos sectores de la insurgencia fueron descritas por personajes como el
comandante Milton Hernández del ELN
Para guerrillas derrotadas, (…) acogida por estas fuerzas que estaban en su punto más
bajo de debilidad política y militar. (…) Para la CGSB, para el pueblo y la izquierda
revolucionaria colombiana fue realmente una pérdida inocultable, pues pasaron de ser
fuerzas guerrilleras populares a nuevos arrepentidos de izquierda con micrófonos y
antenas abiertos para propagandizar “las bondades” de este camino. (Hernández. 2007:
2)
Es por ello que en mayo de 1990 el MAQL envía una carta al ministro de gobierno Horacio
Serpa. En dicha misiva se constata la discontinuidad de las relaciones que se venían entablando
entre el gobierno nacional y la CGSB, la cual fue el resultado de una serie de sucesos políticos
que ahondaban la crisis nacional. No obstante, aunque los diálogos se habían estancado no había
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 72
que desplazar las negociaciones de paz; por lo que manifestaron una vez más su voluntad política
para buscar caminos en pro del diálogo y la negociación que condujeran a la paz. Asimismo, a
finales de mayo
El EPL envió una comunicación a todos los candidatos presidenciales con el mensaje de
que era necesario dar continuidad al proceso de paz, destacando el escenario
constituyente como referente para el logro de un acuerdo nacional y manifestando que el
PCC ML, el EPL, el MAQL y el PRT buscaban, (…) contribuir con propuestas en
función de tal acuerdo. (Villarraga. 2015:73)
Por ello, a inicios de junio se reunieron el Consejero Presidencial Rafael Pardo, Bernardo
Gutiérrez, Mando central del EPL, Valentín González, Dirección nacional del PRT y por el
MAQL, Gildardo Fernández del Estado mayor. Allí se hizo un comunicado conjunto en donde se
acordó entre otras cosas el inicio de reuniones individuales entre el gobierno nacional y cada uno
de los grupos insurgentes, y además se manifestó por parte de los alzados en armas, su
beneplácito por las votaciones de mayo pasado concernientes a la propuesta de la Asamblea
Constitucional de carácter popular y democrática y su deseo a que el conjunto del movimiento
guerrillero de la CGSB confluyera en el proceso de paz. (Giraldo, 2004 y Villarraga,2009b ). En
este sentido, estos tres grupos armados aún creían en que la salida negociada al conflicto del país
y la construcción de la paz debía hacerse también con los grupos que por su radicalismo aún se
mantenían en la CGSB.
En consecuencia, el 26 de junio, se reunieron en el municipio de Jambaló los delegados del
gobierno nacional: el Consejero presidencial Rafael Pardo, Ricardo Santamaría asesor de la
consejería y José Ríos viceministro de gobierno y por parte del MAQL: Gildardo Fernández
Comandante general, Jaime Ulcué por el Estado mayor y Ciro Tique y Antonio Ortiz como
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 73
negociadores del movimiento; y se llegó a las siguientes conclusiones: Ambas partes reafirmaron
su voluntad de continuar con el proceso de paz que se llevaba en curso; se acordó que el Quintín
no adelantaría acciones ofensivas y que el gobierno seguiría promoviendo acciones para
contrarrestar los factores de violencia contra las organizaciones populares; El gobierno nacional
promoverá y apoyara en el departamento del Cauca diálogos regionales; El Quintín manifestó la
importancia que para el proceso de paz tiene la ANC y ambas partes desarrollaran reuniones
próximamente de manera bilateral pero también con el EPL y el PRT, puesto que con estos
últimos se pretendía acometer un proceso conjunto en aspectos fundamentales como la ANC, la
dejación de armas y el desmonte del paramilitarismo. (Peñaranda, 2015)
Ahora bien, en Julio de 1990, el EPL enviaría una carta al recién electo presidente César
Gaviria en la cual le expresaban por un lado el malestar por considerar la parálisis de las
acciones gubernamental encaminadas a la paz –incluyendo la ANC - y por otro lado, el
desacuerdo con la exigencia del desarme para como condición para participar en la ANC
(Villarraga, 2009b)
Asimismo, el EPL, el PRT y el MAQL le enviarían otra misiva el nuevo Consejero
presidencial Jesús Antonio Bejarano, en la cual le proponen a este y por ende al gobierno
nacional, una reunión con representantes de los tres movimientos para discutir en lo concerniente
a la ANC y su papel en el proceso de diálogo y negociación de la paz. Esta situación, es decir la
insistencia por poner a la ANC como punto nodal para avanzar eficazmente a un camino de paz,
también fue manifestada en un acuerdo llevado a cabo en septiembre en Belmira, Antioquia entre
el PRT, el EPL, el PCC-ML, partidos signatarios y el MAQL, de hecho este último ante la
postura del gobierno que mantenía que de su administración no dependía conformación de la
Asamblea Constituyente “(…) hace la salvedad de que no participara en las mesas y comisiones
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 74
citadas por el Gobierno, en tanto el movimiento indígena no obtenga participación especial en la
Constituyente en calidad de minoría étnica.” (MAQL citado por Villarraga, 2009b:149), posición
que días atrás había sido expresada al gobierno nacional en una reunión sostenida entre ambas
partes y llevada a cabo en zona oriental del departamento del Cauca, pero que no obstante,
ratificaba su interés en los actuales procesos de paz, por lo que se esperaba una pronta reunión de
carácter bilateral para estudiar el itinerario y procedimientos de cara a la reincorporación civil y a
la vida democrática.
Y es que el Quintín como otros grupos tenía
(…) sus esperanzas en la Constituyente porque ella podía tratar grandes temas como la
violencia, el desarrollo, la democracia, las fuerzas armadas, la diversidad. Por eso insistió
en su conformación popular y su temario amplio; pero por momentos vio cómo se
esfumaba esta aspiración: el temario se propuso restringido y la conformación no
contemplaba para nada los sectores populares. (…) aunque la conformación no era
popular y no se daba ninguna garantía a los indígenas, éstos ganaron electoralmente su
participación; así pues, la esperanza volvía a renacer. (Caballero. 2013: 23-24)
Ante esta situación se reactivaron las conversaciones en torno a las mesas de trabajo, razón
por la cual se estableció en el municipio de Páez, Cauca, la mesa de Togoima en marzo de 1991,
allí como lo señala Carlos Salamanca en su artículo denominado “Quintín Lame se desmoviliza
el 10”, publicado en el diario El Tiempo el 7 de marzo de 1991, la Consejería para la Paz , en
cabeza de Jesús Antonio Bejarano y la Comisión negociadora del Quintín Lame acordaron que
primero, el gobierno designaría un vocero permanente del MAQL en la ANC, ;segundo, el
MAQL establecería un campamento el 10 de marzo en el resguardo indígena de Pueblo Nuevo,
municipio de Caldono, concentrando toda su fuerza armada; tercero, el Quintín Lame fija el 31
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 75
de mayo como el día para hacer la dejación de armas; cuarto, se designaran siete voceros legales
del MAQL con las debidas garantías de seguridad y quinto, se fija un plazo de tres semanas para
que las comisiones sobre reinserción, factores de violencia y de programas regionales en la zona
del Cauca sean concluidos. El comunicador advierte que en consecuencia a lo pactado, se
desmovilizaran 150 miembros del MAQL el domingo 10 de marzo en Caldono, Cauca.
El campamento del Quintín Lame, en Pueblo Nuevo fue llamado Luis Ángel Monroy, allí
el 27 de mayo de 1991 se llevaría a cabo el acuerdo final entre el gobierno nacional y el MAQL,
siendo este la culminación de un proceso de negociaciones directas, dicho documento ha sido
también recogido por Villarraga en el tercer tomo de la biblioteca para la paz en 2009 (197:204) ,
allí se evidencia lo siguiente:
1) La dejación de armas: aquí se da cuenta de la posterior entrega del listado completo del
armamento que el grupo posee, el cual será inutilizado para la guerra y fundido el 31 de
mayo.
2) Veeduría internacional y nacional: Haciéndose presentes como cuota internacional 2
representantes del Consejo Mundial de Pueblos Indios y 1 representante de la asociación
de derechos humanos de España y por cuota nacional, se solicita a la Confederación de
Iglesias Evangélicas la verificación de los compromisos que se asuman.
3) Garantías: contemplaban la extinción de la acción penal por delitos políticos a todos los
miembros del MAQL, salvoconducto para cada uno de ellos, la expedición de
documentos como la cédula de ciudadanía, la inscripción del registro civil de nacimiento,
certificado judicial e incluso la libreta militar para los excombatientes agrupados en el
campamento de Pueblo Nuevo que así lo requirieran y que cumpliesen con los requisitos
legales, un auxilio de subsistencia para todos los miembros del grupo por valor de 12
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 76
millones y girados a la fundación ‘’sol y tierra’’ constituida por el MAQL, salud integral
para las personas que fueran, asimismo salud integral, la designación de siete voceros
legales que promocionen el proceso de paz en el Cauca y en Bogotá, entrega de dos
mudas de ropa civil a los integrantes del MAQL, financiamiento de campañas por parte
del gobierno nacional en medios de comunicación sobre el proceso de negociación
política efectuada entre ambas partes y apoyo a los programas de reinserción promovido
por la fundación ‘’sol y tierra’’
4) Derechos humanos: En el cual se pretende la vinculación de 2 miembros por el Quintín
en la Comisión de Superación de Violencia.
5) Plan de seguridad: En este se contempla la prestación de un servicio de seguridad por
parte del gobierno nacional compuesto por cuatro equipos (consistentes en un vehículo
especial y dos escoltas) para los dirigentes del MAQL, sin embargo, la organización
podrá adicionar escoltas de sus filas si así lo considera prudente, también la comisión de
seguridad realizara evaluación periódicas al plan de seguridad para posibles ajustes y el
Fondo especial para la Paz deberá hacerse cargo de los gastos de los escoltas de la DIJIN
o del DAS que sean designados para el acompañamiento en los desplazamientos de los
dirigentes protegidos.
6) Promoción del proceso de paz: El MAQL abrirá dos casas que serán sedes de la
fundación ‘’sol y tierra’’ en Popayán y Belalcazar inicialmente.
7) Plan de Reinserción: Cuyo propósito está dirigido a validar la convivencia democrática y
el deseo de una sociedad más justa y equitativa. Dicho plan cobijara únicamente a los
excombatientes beneficiarios del decreto 213 de 22 de enero de 1991 y que se encuentren
en el campamento. Para el diseño y ejecución se hace necesaria la cooperación
interinstitucional y de la comunidad en general. En cuanto a la fase de transición se
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 77
estima que su tiempo es de 6 meses y deben comprender en primer lugar la educación no
formal y validación de la primaria y segundo, capacitación técnica.
8) Obras regionales de desarrollo: Estas buscarían beneficiar a las comunidades y fomentar
el desarrollo socioeconómico general de las regiones, estas se llevarían a cabo en los
municipios de Popayán, el Tambo, Totoró, Cajibío, Morales, Corinto, Inzá, Caloto,
Piendamó, Jambaló, Puracé, Caldono, Santander de Quilichao, Toribio, Buenos Aires, y
Páez.
Días después, el 31 de mayo, el proceso terminaría finalmente
(…) con la firma del acuerdo de paz entre los delegados del gobierno y del Quintín Lame.
Fue, como lo señalan casi todos los testimonios, una celebración, una fiesta a la que
asistieron más de tres mil personas que participaron del reencuentro de los 157
desmovilizados con las comunidades. (Peñaranda. 2010:103)
Sin embargo, y como afirmaron Peña y Tattay
Para nosotros la firma de la paz no es un simple acuerdo militar con el Movimiento
Armado Quintín Lame, sino un acuerdo político definitivo con las organizaciones
sociales que encarnamos con nuestra lucha. Por tal razón consideramos que dichas
organizaciones deben ser interlocutoras válidas en cualquier arreglo o salida a la actual
confrontación, pues se parte del hecho de que la paz tiene que ser una respuesta al
problema social. (Peña, J. & Tattay, P. 2013. Pág. 156)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 78
Un sueño llamado transformación: lo que le dejó la Asamblea Nacional Constituyente al
pueblo indígena colombiano
La ANC: las leyes como esperanza para Colombia
Habría que iniciar este apartado diciendo que el proceso asambleario de 1991, se gesta en la
elecciones del 11 de marzo de 1990, donde gran parte de los electores acogen una propuesta
conocida como “la séptima papeleta”13 proveniente de algunos sectores como algunos
sindicatos, estudiantes universitarios, entre otros, que consistió en introducir una papeleta
adicional en las urnas, exigiendo que se llevará a cabo el ajuste a la carta magna que regía al país
hasta ese momento, es decir, la Constitución Política de 1886.
La Asamblea Nacional Constituyente de 1991 se llegó a convocar sólo cuando se hizo
evidente la ingobernabilidad y se dio un auténtico levantamiento ciudadano, con el
movimiento de la séptima papeleta, en contra de la violencia y contra la clase política
tradicional que había sido en muchas regiones cooptada por las mafias del narcotráfico.
(Centro de Memoria, s.f.)
Dicho proceso, -la séptima papeleta-, dio pie para que la Corte Suprema, aprobara que en las
elecciones presidenciales de ese mismo año se incluyera la consulta popular sobre la
constituyente. “Ante la importancia de los resultados, la corte suprema avaló una consulta formal
en las siguientes elecciones presidenciales del 27 de mayo de 1990. En esa consulta el 86% de
los votantes se pronunció a favor.” (Constitución Política de Colombia, S.f).
Cuando se conocen los resultados de la consulta popular, el entonces presidente César
Gaviria Trujillo, hace un llamado a los partidos políticos que hubieran superado el 5 % en las
votaciones presidenciales, a saber; Salvación Nacional, Partido Social Conservador y Alianza
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 79
Democrática M-19, proponiéndoles realizar un acuerdo político que permitiría la convocatoria a
la asamblea,
El 2 de agosto se suscribió un acuerdo político para la convocatoria a las elecciones. Se
definió su período de sesiones, el temario que se sometería a votación, su integración por
setenta miembros y dos cupos más para los grupos guerrilleros vinculados a un proceso
de paz. (Centro de Estudios Constitucionales PLURAL, 2012:76)
La ANC, representó para muchas organizaciones sociales y partidos políticos, una
ampliación de la democracia, fue un cambio en las formas de participar y de dirigir el país,
también definió
La apertura de espacios políticos diferentes al bipartidismo a raíz de la terminación del
Frente Nacional y la estrategia del Estado por hacer presencia en las zonas de influencia
guerrillera, que en el departamento del Cauca correspondían a zonas indígenas, llevaron
de una forma acelerada a cambios en la vida social y económica. (Espinoza, 1996:47)
Así pues, en diciembre de 1990, cuando Cesar Gaviria fungía como presidente de la
República, se realizó la elección de los delegatarios –representantes- que harían parte de la
Asamblea Nacional Constituyente, quienes se encargarían de dar los debates en las comisiones o
subcomisiones propuestas; adicionalmente a ello, deberían redactar los informes y el articulado
final de la constitución, que en plenaria, ellos mismos aprobarían.
Fueron elegidos los 70 miembros de la asamblea constituyente. Adicionalmente, para
darle impulso a las negociaciones de paz con otros grupos guerrilleros, se dio la
posibilidad de participación con voz pero sin voto a 4 representantes de estos grupos: 2
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 80
del EPL, uno del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y otro del
Movimiento Armado Quintín Lame. (Constitución Política de Colombia, s.f.).
Para febrero de 1991, se hace la instalación del proceso asambleario; que contaría con una
mesa directiva conformada por: “Antonio Navarro Wolf, del M-19; Álvaro Gómez Hurtado,
conservador del Movimiento de Salvación Nacional, y Horacio Serpa, del partido Liberal.”
(Constitución Política de Colombia, s.f.), La ANC, contó con una participación mayoritaria del
Partido Liberal Colombiano con 25 escaños, seguido por la Alianza Democrática M19 con 19,
luego el Movimiento de Salvación Nacional que contó con 11, después se encuentra el Partido
Social Conservador y conservadores independientes con 9 y por último se encuentra, con la
participación de dos delegatarios por cada organización o partido, el Movimiento Unión
Cristiana, la Unión Patriótica y el Movimiento Indígena. “Semanas más tarde se sumaron a la
cita los delegados del Ejército Popular de Liberación, que entregó sus armas ante la plenaria de
la Asamblea. Después llegaron los voceros del grupo guerrillero Quintín Lame, que también
calló sus fusiles.” (Cardona, 2011)
Los debates se organizaron en cinco comisiones, a saber: Comisión Primera: principios,
derechos y reforma constitucional. Comisión Segunda: autonomía regional. Comisión Tercera:
reformas al Gobierno y al Congreso. Comisión Cuarta: administración de justicia y Ministerio
Público. Comisión Quinta: temas económicos, sociales y ecológicos. A su vez se acuerda
desarrollar la discusión en subcomisiones que deberían abordar temáticas como “el Congreso,
Justicia y Ministerio Público, Administración Pública, Derechos Humanos, Partidos Políticos y
Oposición, Régimen departamental, municipal y distrital, Mecanismos de participación, Estado
de Sitio, temas económicos, control fiscal y reforma constitucional.” (Centro de Memoria, s.f.).
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 81
Las discusiones se desarrollan durante 150 días, finalizando el 4 de julio de 1991, donde se
logra sistematizar, por parte de las comisiones ya mencionadas,
Más de 150.000 propuestas provenientes de las mesas de trabajo, seminarios, foros,
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Al final, se aprobó una Carta
Política compuesta por 380 artículos definitivos y 60 transitorios. Con la cual se procuró
hacerle frente a la crisis de gobernabilidad y de legitimidad del Estado.(Centro de
Memoria, s.f.)
Lo anterior en el marco de comprender el impacto de la ANC, en todo el territorio
nacional. Adicionalmente, se hace necesario mencionar la participación de los constituyentes
indígenas en dicho proceso asambleario lo cual se abordará con más detalle en otro apartado del
texto.
El espinoso camino: la ANC como la oportunidad de transformar el país
En un intento por superar la crisis que afronta el país, se recurre a la democratización del
país, en donde la piedra angular fue la convocatoria a la ANC, que le ofrecía al Estado y al
gobierno la oportunidad de promover el proceso de paz con las distintas organizaciones
guerrilleras, proponiendo no solo una salida política al conflicto que aquejaba al país sino que
además la posibilidad de transformar las condiciones de vida de la población desde las leyes.
“esta situación política favorable a una apertura democrática basada en un nuevo pacto de
reformulación del Estado creo un ambiente positivo para el avance de las negociaciones.” (Ibeas,
1995: 47).
El pueblo colombiano en general puso la esperanza en la ANC, además de ser la respuesta
al cambio que necesitaban las estructuras del Estado, pues “Gaviria afirmó que será en la
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 82
Asamblea donde se logre diseñar instrumentos para la rama jurisdiccional y el Ministerio Público
mediante los cuales se les podrá hacer frente al terrorismo y la criminalidad organizada” (El
Tiempo, 1990). También fue un aliciente para las organizaciones guerrilleras que dejaran las
armas pues podrían participar en ella, obteniendo así la posibilidad de transformar el país por la
vía pacífica, en otras palabras por medio de las leyes. Es así que
A comienzos de los 90 se asomó en el horizonte la posibilidad de una Asamblea Nacional
Constituyente, los indígenas vieron la oportunidad ideal para dejar las armas y defender
sus derechos de otra manera. (…) El último comandante del Quintín Lame, alias
'Gildardo', considera que la constituyente “abrió un nuevo espacio para el movimiento
indígena y la comunidad vio que debíamos dejar las armas y hacer parte de la Asamblea”.
(La Verdad Abierta, 2015)
El MAQL, se interesa altamente en la propuesta que surge del gobierno nacional, sobre la
posible participación en la ANC, por ello se da a la tarea de reunir a la dirigencia indígena del
Cauca para analizar y discutir su participación en este evento.
En el primer semestre de 1990 se cita una reunión de la dirigencia indígena del Cauca, en
el resguardo de Paniquitá, allí se analiza la posibilidad de una Asamblea Nacional
Constituyente y de que ésta pueda erigirse en el gran acuerdo nacional que construya la
nación como confluencia de los intereses populares, y se recomienda la desmovilización
del Quintín Lame. También participan dirigentes campesinos y urbanos cercanos al
trabajo del CRIC. Con base en esta reunión el Q.L. inicia acercamientos con el gobierno
nacional. (Caballero, 2013: 21 -22)
Dentro de los grupos alzados en armas que con miras a la participación en la Constituyente,
deciden entablar diálogos de paz con el Gobierno Nacional se encuentran: el M – 19, el PRT, el
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 83
EPL y el MAQL. “En mayo de 1990 estos grupos envían una carta a la Corte Suprema de
Justicia manifestando la necesidad de la Asamblea Nacional Constituyente y su disposición a
avanzar en procesos de paz en el contexto de la misma.” (Caballero, 2013:19). Acción que fue
reconocida por todo el país desde el presidente de la República de Colombia quien resaltó los
“términos de la declaración del Ejército Popular de Liberación (EPL), el Partido Revolucionario
de Trabajadores (PRT) y el Quintín Lame, (…) según los cuales el punto de partida de los
procesos de paz está en su participación en la Asamblea.” (El Tiempo, 1990)
El MAQL, propone que las comunidades indígenas a nivel nacional tengan dos
representantes a la ANC, por derecho propio. Tomando como argumento principal que en el
territorio existe una gran diversidad de pueblos indígenas; según el grupo armado estos
representantes deberían ser plenos, es decir, tener derecho a voz y a voto. Además deberían ser
escogidos por las comunidades y organizaciones indígenas, sin embargo “el gobierno nacional se
negó argumentando que ello no entraba en el acuerdo político hecho entre los partidos políticos
para la convocatoria de la misma.” (Caballero, 2013: 9-10)
El Quintín Lame, como organización guerrillera, reconocía falencias en el proceso de
convocatoria a la Asamblea Constituyente, tanto por su composición como por el temario14, al
punto de contemplar la posibilidad de renunciar a su participación en ésta, lo que implicaba
desistir en el proceso de paz que adelantaba con el gobierno.
Por eso insistió en su conformación popular y su temario amplio; pero por momentos vio
cómo se esfumaba esta aspiración: el temario se propuso restringido y la conformación no
contemplaba para nada los sectores populares. (…) aunque la conformación no era
popular y no se daba ninguna garantía a los indígenas, éstos ganaron electoralmente su
participación; así pues, la esperanza volvía a renacer. (Caballero, 2013:23- 24)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 84
Los esfuerzos del Quintín15 estuvieron encauzados por hacer de la constituyente un escenario
amplio que permitiera la participación de los sectores populares del pueblo colombiano, pero
enfáticamente, como ya se mencionó, la participación de las comunidades indígenas
Aunque entre sus primeros encuentros con el gobierno, en junio de 1990, y la realización
de elecciones para la constituyente, en diciembre de 1990, el principal objetivo del
Quintín Lame consistió en coadyuvar a la realización de una constituyente con
participación de los sectores populares y en particular del movimiento indígena: no hubo
mayor coordinación en la lucha por este objetivo con el movimiento social. La ONIC
exigía la participación directa de los indígenas en la Asamblea Constituyente y así lo hizo
también el Quintín Lame, junto con el EPL y el PRT, pero el gobierno, aduciendo el
acuerdo político para su realización siempre lo negó. (Peña y Tattay, 2013:158- 159)
No obstante, el MAQL, esperaba que la Constituyente, representará la oportunidad para
construir un proceso de participación con amplios y diversos sectores sociales que cohabitan en
Colombia, a la par que la discusión girará alrededor de un gran temario que incluyera puntos
como la violencia, el desarrollo, la democracia, las fuerzas armadas, la diversidad, entre otros,
dicha visión fue frustrada cuando se propone un temario restringido, la poca participación directa
del pueblo colombiano y sin ninguna garantía para las comunidades indígenas, “ aunque el
Quintín Lame había afirmado que no participaría dado su carácter excluyente y el temario, el
resultado electoral, según el cual dos indígenas fueron elegidos, aunado a un temario sin
restricciones, autorizaba el cambio de esta posición.”(Peña y Tattay, 2013:167)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 85
Uno de los principales incentivos para la desmovilización del MAQL, fue su participación
en la Constituyente de manera plena. Sin embargo, a través de las negociaciones con el gobierno
el Quintín obtiene un representante con voz pero sin voto,
Cuando el grupo volvió a poner sus expectativas en la constituyente, se le ofreció
simplemente un vocero dentro de la misma; pero se aceptó porque era grande lo que se
estaba planteando el movimiento indígena dentro de esta asamblea; además los
constituyentes podían darle el derecho al voto al vocero del Quintín y transformarle en
constituyente pleno. (Peña y Tattay, 2013: 171)
Ahora bien, el proceso de dejación de armas, y más aún la magnitud de la discusión que
suscito dicho evento deja un sin sabor en el grupo armado, pues como asegura Juan Ibeas aunque
existe la voluntad de dejar las armas parte del MAQL, persiste la desconfianza hacia el gobierno,
pues éste quería que fuese de inmediato y sin ningún tipo de garantía:
La decisión de entregar las armas fue compleja y difícil ya que, aunque una vez iniciada
la negociación existía la voluntad de desarmarse, la discusión de la agenda estuvo
precedida del intento gubernamental de forzar la entrega inmediata como condición para
poder participar en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). (Ibeas, 1995: 46)
A pesar de ello, el Quintín Lame insistió en seguir adelante con el proceso de paz, pues “la
realización de la Asamblea Constituyente y su participación en ella, fue un factor básico de su
decisión de firmar la paz con el gobierno.” (Peña y Tattay, 2013: 173), para ello se hizo
necesario que demostrara su voluntad de paz, por tanto se comprometió con una agenda que
llevara a los combatientes a la entrega de armas y a la respectiva reincorporación a la vida civil
dentro de las comunidades. Con esa idea en la cabeza, en marzo de 1991, la dirección política del
Quintín y después de haberlo discutido ampliamente con las comunidades “decide ubicarse en
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 86
campamento; acuerda un vocero suyo en la Asamblea Constituyente y fija fecha para la dejación
de armas.” (Peña y Tattay, 2013:155). Una vez tomada la decisión de entrar al proceso de paz y
la dejación de armas;
Se aprobó la presencia del MAQL, en la constituyente a través de un vocero propio, (…),
y se fijó el día 31 de Mayo como fecha final para la entrega de armas. La firma del
acuerdo se llevó a cabo en el campamento de Pueblo Nuevo el 27 de Mayo de 1991.
(Ibeas, 1995: 45)
En resumen, las diferentes comunidades indígenas del país obtuvieron tres escaños para
participar dentro del proceso asambleario; dos de los representantes fueron escogidos por voto
popular como constituyentes plenos y el tercero fue el delegado del MAQL, designado
directamente por el gobierno. A saber: “Francisco Rojas. Indígena. Abogado. Representante a la
Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC. Lorenzo Muelas. Indígena: Agricultor.
Fue gobernador del Cabildo Guambiano, del cual fue consejero. (…) Participaron con voz y sin
voto: Alfonso Peña Chepe (Movimiento indigenista Quintín Lame)” (Centro de Estudios
Constitucionales, PLURAL., 2011)
El primero de ellos, Francisco Rojas Birry, nació en Chocó en 1960, abogado egresado de la
Universidad Autónoma de Medellín y con una maestría en Ciencias Políticas y Negocios
Internacionales de la Universidad Pontificia Javeriana. Según la página web Congreso Visible,
Se ha desempeñado como senador y concejal de Bogotá. Presentó a la ANC, dos proyectos:
“Entidades territoriales” y “Proyecto de reforma a la constitución política de Colombia” y una
ponencia: “Los derechos de los grupos étnicos”
Lorenzo Muelas Hurtado, según lo expone Gilma Ríos, nació en el Cauca en el año de 1938,
hijo de terrajeros, se vincula a la lucha por los derechos de los indígenas hacia los 25 años de
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 87
edad, participa activamente en la recuperación de tierras, por lo que es llevado a la cárcel.
Asimismo, participó en la fundación del CRIC y de la organización Autoridades Indígenas de
Colombia (AICO), presentó frente a la ANC, un proyecto que lleva como nombre: “Propuesta
indígena, reforma constitucional” y una ponencia “Pueblos indígenas y grupos étnicos”.
El tercer delegado fue el indígena Alfonso Peña Chepe, “líder del grupo guerrillero Quintín
Lame. Fue designado por el gobierno para participar en la Asamblea Nacional Constituyente
(…). Después se desempeñó como director de la Fundación Sol y Tierra, que agrupaba
desmovilizados del grupo guerrillero.” (Biblioteca Luis Ángel Arango, s.f.)
Por último, unos de los mayores tropiezos del movimiento indígena en el proceso de
Asamblea fue la intención del Gobierno Nacional de echar para atrás los acuerdos alcanzados,
como lo relata Jesús Peña y Pablo Tattay:
Pocos días antes de la finalización de la Asamblea Constituyente, Alfonso Peña se unió a
los otros dos delegados indígenas en su protesta contra el gobierno, que mediante
presiones trató de echar atrás lo que en la primera vuelta se había aprobado sobre los
derechos indígenas. Ante la decisión de retirarse de la Asamblea si los derechos no se
aprobaban, se negoció arduamente con el Ministro de gobierno, hasta llegar a un acuerdo
en el articulado. (Peña y Tattay, 2013: 176)
Una realidad: Los indígenas reconocidos por las leyes colombianas.
Si se revisa la historia de conformación del MAQL, habría que tener en cuenta que ellos no
estaban interesados en obtener el control del Estado, su mayor propósito fue siempre el servir a
las comunidades indígenas, tanto en las jornadas de recuperación de tierras como autodefensas
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 88
armadas en la lucha por lo propio. No obstante, tras el pasar del tiempo evidenciaron que la
política sería el camino a seguir, continuando con su lucha desde otro punto:
Por último tuvo en la política la única continuidad de sus esperanzas; el país multiétnico,
pluricultural, respetuoso de las diferencias, participativo, (…) seguía siendo una nebulosa
y la única manera de acercarse a él, era la política, ese difícil escenario para quienes
pretenden moverse en él, con sus desgastadas armas de los principios y los sueños.
(Caballero, 2013: 25)
Los tres constituyentes defendieron a carta cabal los intereses de los pueblos indígenas en el
territorio nacional, a través de propuestas de proyectos de ley y ponencias, además de ejercer
presión para que los acuerdos fuesen respetados, como afirma Peñaranda, “Los años noventa
comenzaron en el Cauca con vientos de renovación, producto de los importantes cambios
introducidos en la nueva Constitución gracias, en buena medida, a la notable presencia de tres
representantes de los pueblos indígenas colombianos.” (Peñaranda, 2012:199)
Para Henry Caballero Fula, un gran triunfo del movimiento indígena tras el proceso de paz
del MAQL, fue la participación en la ANC, “los indígenas lograron el reconocimiento de la
jurisdicción especial en los temas de salud, educación y justicia propia, desconocidos hasta
entonces por la Constitución de 1886.” (Bolaños, 2015). El delegado del MAQL en la Asamblea
Constituyente del 1991 fue “Alfonso Peña Chepe -hermano del comandante desmovilizado-,
quien junto con Lorenzo Muelas y Francisco Rojas, los otros dos constituyentes por parte de las
comunidades indígenas, lucharon por los derechos de esta etnia que finalmente reconoció la
Constitución Política de 1991.” (La Verdad Abierta, 2015)
Rojas Birry, junto a Fals Borda y Pineda Salazar, presentan el proyecto sobre entidades
territoriales: que expone básicamente el reordenamiento territorial, basado en cuatro principios:
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 89
1. El de la flexibilidad de los límites territoriales (…) 2. El de 1a organización
socioeconómica, ecológica y cultural de la región como entidad territorial o histórica. El de 1a
satisfacción eficiente de las necesidades básicas de los habitantes a nivel provincial y
municipal. 4. El de la autonomía local y la democracia participativa que se acercan a la
conformación de un Estado regional. (Rojas Birry, Fals Borda, y Pineda Salazar, 1991)
Lorenzo Muelas expone elocuentemente en su propuesta de reforma constitucional, la
manera en que a través de la historia los pueblos indígenas han sido borrados y desaparecidos de
la historia nacional. Sometidos a poderes locales occidentales que están lejos de entender lo
complejo de la cosmovisión indígena quienes han implantado –apegados a la ley hasta ese
momento vigente la constitución de 1886- la discriminación racial, el desconocimiento de los
derechos de los pueblos indígenas, Muelas afirma que:
De ahí que cuando los indios nos levantamos a reclamar nuestros derechos, no estamos
refiriéndonos a un mero 'reconocimiento' moral, literario o histórico ni pidiendo limosnas,
sino reclamando el reconocimiento real, en el texto de la Constitución, de los derechos
fundamentales que nos corresponden como humanos y como pueblos. Un reconocimiento
que tiene que ser tan material como nuestra existencia física en el mundo de hoy.
(Muelas, 1991: 1)
Muelas, además argumentó que las comunidades indígenas son diferentes, pues “cuando se
piensa, se habla y se siente distinto, es inevitable que se actúe también distinto.” (Muelas, 1991).
Por otro lado, Muelas hace referencia al derecho mayor16, que en pocas palabras es la
construcción jurídica e histórica de los indígenas en Colombia. Esgrime varios argumentos en
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 90
pro de la inclusión de los derechos de los indios en la nueva legislación colombiana, plasmada en
la Constitución política del país. A saber:
- Para permitir que los Pueblos Indígenas. Una vez liberados de las amarras y opresiones que
nos atan. Podamos reiniciar con empeño el camino del desarrollo que nos fue truncado; - Para
reconciliar los distintos pueblos y culturas de Colombia, después de 500 años de
confrontación. Y echar las bases de un futuro en solidaridad y mutua colaboración; - Porque
ellos pueden llegar a ser vínculo fraternal entre la América profunda y el mundo actual; - Para
garantizar con nuestra existencia y futuro progreso el seguir haciendo (Muelas, 1991:3)
Por otro lado, el delegatario por parte del MAQL, Alfonso Peña, en la presentación
oficial como constituyente designado, expuso frente a la Asamblea en pleno, la posición del
MAQL frente a la ANC, que incluía:
● Búsqueda de una patria sin exclusiones, donde exista el respeto y la tolerancia en el
tratamiento de las diferencias.
● Apoyo a las reivindicaciones indígenas de territorio, cultura y autonomía.
● Compromiso con una nación multiétnica y pluricultural.
● Defensa y promoción de los derechos humanos.
● Implementación efectiva de la reforma agraria.
● Proceso de paz con todos los grupos armados.
● Nueva constitución como tratado de paz para construir una nueva sociedad con todos
los colombianos. (Peña y Tattay, 2013:174)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 91
Aunque solo hubo tres representantes de las diferentes comunidades indígenas del país, la
incidencia de estas tuvo un alto nivel, pues como asegura Peñaranda:
El encuentro de distintas tendencias del movimiento indígena del Cauca en la Asamblea
Nacional Constituyente tendió puentes que ayudaron, en parte, a superar las diferencias
que quedaron luego de una década marcada por los efectos de las guerras que tuvieron
que enfrentar. (Peñaranda, 2012:198- 199)
Además de la unidad que generó la ANC, el movimiento indígena ganó el reconocimiento
de Colombia como un país multiétnico y pluricultural, también “se fortaleció el respeto por las
minorías étnicas con la inclusión de escaños reservados en el Congreso para indígenas y
población afro que velara por sus intereses.” (Constitución Política de Colombia, s.f.)
Como lo corroboran los artículos 171 y 246 de la actual Constitución Política Colombia, el
primero –el artículo 171- reglamenta los escaños otorgados a las comunidades indígenas, a la par
establece condiciones mínimas para los candidatos por las comunidades indígenas. A saber:
Habrá un número adicional de dos senadores elegidos en circunscripción nacional
especial por comunidades indígenas. (…) La Circunscripción Especial para la elección de
senadores por las comunidades indígenas se regirá por el sistema de cuociente electoral.
Los representantes de las comunidades indígenas que aspiren a integrar el Senado de la
República, deberán haber ejercido un cargo de autoridad tradicional en su respectiva
comunidad o haber sido líder de una organización indígena, calidad que se acreditará
mediante certificado de la respectiva organización, refrendado por el Ministro de
Gobierno. (Constitución Política de Colombia, 1991)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 92
El artículo 246, estipula que las comunidades indígenas tienen autonomía en cuanto a la
aplicación de la justicia dentro de su territorio, siempre y cuando no vaya en contravía o atente
contra las leyes a nivel nacional. “Las autoridades de los pueblos indígenas podrán ejercer
funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, de conformidad con sus propias
normas y procedimientos, siempre que no sean contrarios a la Constitución y leyes de la
República.” (Constitución política de Colombia, 1991)
Según Jesús Peña y Pablo Tattay, en resumen, los mayores logros obtenidos por los
representantes de las comunidades indígenas en la ANC y en consecuencia en la nueva
constitución del país, fueron: lograr la declaración de Colombia como un “país multiétnico y
pluricultural. Entidades territoriales y gobierno propio. Las lenguas indígenas serían oficiales en
sus territorios. Respeto por la cultura y educación étnica específica. Jurisdicción especial
indígena. Doble nacionalidad para pueblos de frontera. Circunscripción especial para senado y
cámara” (Peña y Tattay, 2013: 177)
Entre las reflexiones que hoy suscita la Constitución por los delegatarios indígenas se
encuentra la apreciación de Rojas Birry, quien considera que
Hoy, la participación de los indígenas en el Estado es muestra de inclusión y apertura y
del propósito del país por materializar los derechos y cambios consagrados en la
Constitución de 1991. No puedo decir cosa distinta que la obra que contribuimos a
diseñar es la más viva expresión de lo que nos propusimos y algún día lograremos: un
país de todos y para todos. (Rojas, 2012:265)
Por otro lado, está Lorenzo Muelas, quien reconoce que la constitución fue la esperanza de
las comunidades indígenas y que en el papel todo funciona bien, pues como asegura:
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 93
La Constitución reconoce también el derecho a fortalecer y desarrollar nuestra propia
identidad, a que se nos respeten nuestras lenguas, nuestras formas de pensar y de hacer
las cosas en lo social, cultural, religioso, político, económico, a que se nos respete nuestra
manera particular de concebir la justicia, el territorio y la naturaleza, y a trasmitir esta
visión de las cosas a nuestros hijos. En fin, a decidir nuestros propios asuntos de acuerdo
a nuestra propia cultura. (Muelas, 2012: 267)
Pero la reflexión de este indígena va más allá, pues asegura que los discursos de los
gobiernos latinoamericanos no son más que paliativos para los pueblos indígenas, que las leyes
blancas son sólo puntos negros sobre papel, pero que no trascienden, asegura que
La experiencia es clara. Los gobiernos de nuestros países, los de Colombia, Venezuela,
Perú, Ecuador y demás, son en el mejor de los casos sólo discursos bonitos; algunas
migajas sí están dispuestos a dejarnos caer, pero a los problemas de fondo tendremos que
buscarles una salida nosotros mismos, a través de los caminos de siempre: la organización
y la lucha. (Muelas, 2012: 268)
Del mismo modo, asegura que si bien en la constitución quedaron consignado los derechos
de los pueblos indígenas aún se sigue violentando la autonomía y los territorios, por las mismas
dinámicas de desarrollo capitalista, “eso indica que, aunque tenemos la Constitución con unas
definiciones importantes, no se ha desarrollado lo que esta ordena, sus bondades, y no hemos
mejorado nuestra calidad de vida” (Muelas, 2012: 269). Dentro de su autocrítica a la
participación en la constituyente y más aún en la vida política electoral del país, asegura que
hubo un error grande dentro de la dirigencia indígena que además asume como propio; dicho
error fue:
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 94
Fue creer en las normas y sentarnos a mirar frente a una pantalla de televisión los debates
en el Congreso, esperando que de allá nos resolvieran nuestros problemas, esperando que
en el Parlamento nos resolvieran nuestra situación. Y hemos abandonado nuestra
organización política, que es la base fundamental. (Muelas, 2012: 270)
Teniendo en cuenta lo anterior, Lorenzo Muelas, asegura que es hora de que el movimiento
indígena, empiece a construir sus propias leyes y normas a nivel interno, para defenderse de los
peligros de la explotación de hidrocarburos, para mantener el orden y la buena convivencia
dentro de las comunidades, pero mucho más para dejar de depender de los legisladores, que no
han querido desarrollar lo que se expone en la constitución como derecho de las comunidades
indígenas. En la ANC, Muelas había vaticinado que había que dejar claro y totalmente preciso lo
logrado por el movimiento indígena para que no se diera pie a que posteriormente se hiciera caso
omiso a estos, pero “hoy vemos que eso es precisamente lo que ha sucedido: unos legisladores
que no nos han querido entender, ni nos van a entender, y por eso no va a ser posible legislar
como la Constitución ordena.” (Muelas, 2012: 271-272)
Aunque según él, aún hay esperanza para las comunidades indígenas de Colombia, y es la
organización desde la base
Porque creemos en la fuerza de la gente, en el constituyente primario, queremos legislar
el derecho interno, con el apoyo de nuestra gente. Sabemos que el gobierno no nos va a
respetar, no nos va a acatar, pero debemos crear un instrumento de trabajo y de lucha para
defender lo poco que nos queda, que son los últimos bienes de los indígenas. (Muelas,
2012: 272).
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 95
De movimiento armado a organización política: la alianza social indígena (ASI) el nuevo
camino
Dos meses después de que el proceso de paz fuera firmado entre el gobierno nacional y el
MAQL, el Quintín conformó la Alianza Social Indígena (ASI), en julio de 1991, en la
comunidad indígena de Yaguará, en el municipio de Chaparral, en el sur del Tolima, se convoca
la asamblea constitutiva con la participación de aproximadamente “74 delegados, entre ellos
miembros del desmovilizado Quintín Lame, líderes indígenas del Cauca, Tolima, Chocó y
Antioquia, dirigentes campesinos del Cauca y líderes de la organización urbana “Nuevos
Barrios” (…) y voceros del Frente Amplio del Magdalena Medio.” (Peñaranda, 2015:340).
Contrastando las plataformas políticas nacidas de esta etapa de procesos de paz, la ASI,
como su antecesor el MAQL, logra marcar algunas diferencias. La principal es que “la ASI es
mucho más que el Quintín desmovilizado y va mucho más allá de ser simplemente la expresión
político-electoral del CRIC.” (Peñaranda, 2015:340) Una de sus grandes virtudes es que logro
consolidarse como un proyecto político multicultural, integrándose a sectores sociales no
indígenas pero manteniendo su identidad intacta.
Peñaranda, también señala que a diferencia de organizaciones políticas de este tipo como, la
Alianza Democrática M-19 o Esperanza, Paz y Libertad, es decir nacidas de grupos guerrilleros,
la ASI rompe con el esquema:
En primer lugar, el Quintín Lame no intentó construir a partir de sí mismo un nuevo
grupo político, sino que se disolvió para concurrir, al lado de otras organizaciones, a la
conformación de un nuevo movimiento que es la Alianza Social Indígena. (…) En
segundo lugar, aunque a nivel directivo ha habido una notable presencia de antiguos
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 96
miembros de la Dirección Política del Quintín, no hay un protagonismo de los ex –
combatientes como cabezas visibles en las listas que se han presentados a las
corporaciones públicas y otros cargos de elección popular. En tercer lugar, la ASI decidió
desde el comienzo trabajar de manera descentralizada e introducir en la toma de
decisiones y en la conformación de sus cuadros mecanismo pluralistas que eviten el
traslado de la antigua estructura militar a la nueva organización política. Finalmente, la
ASI se ha propuesto superar la separación entre la movilización social y la lucha política,
y la subordinación de la primera a la segunda, privilegiando la expresión de las
organizaciones sociales. (Peñaranda, 2015: 339- 340)
La Alianza Social Indígena en su inicio se plantea ser un proyecto político, que se define por
tres características fundamentales, a saber: la construcción de alternativa de poder popular desde
las bases, enfocándose en la defensa de la diversidad -como otra característica- lo que
proporciona herramientas de construcción de un Estado heterogéneo, y en tercer lugar mantiene
la esperanza de convertirse en una opción organizativa del pueblo colombiano, sobrepasando la
barrera de lo étnico. En palabras de Peñaranda,
Tres rasgos identifican su proyecto político: la defensa de la diversidad étnica, social,
política, cultural y regional; el propósito de construir desde la base una alternativa de
poder popular, partiendo de la consideración de que el Estado no es homogéneo y que es
posible alcanzar su democratización partiendo del nivel local; y la aspiración de
contribuir a la conformación de un proyecto político alternativo, sin pretender convertirse
en vanguardia. (Peñaranda, 2015:343)
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 97
Con estos postulados la ASI, arranca su camino electoral logrando en octubre de 1991 que
Anatolio Quirá fuese elegido como senador de la República, ya para “marzo del 92 numerosos
candidatos de la ASI llegaron a las asambleas departamentales, a los concejos municipales y a las
alcaldías.” (Peña y Tattay, 2013:178) El Quintín Lame continuó haciendo parte de la
organización en lo referente a “la participación electoral (…) y varios de los dirigentes del
Quintín han sido candidatos a cargos de elección popular.” (Peña y Tattay, 2013: 178)
En cuanto a la participación electoral, la ASI, ha sido constante, es decir no ha alcanzado
grandes votaciones pero tampoco ha perdido votos, como organización se ha trazado un camino
largo, intentando consolidar el poder local para lograr mantenerse y expandirse “el desarrollo
electoral de la ASI no ha tenido la espectacularidad de otras organizaciones surgidas de los
procesos de paz, pero tampoco los altibajos de las mismas. (…) Ha logrado avanzar de manera
sistemática desde su fundación.” (Peñaranda, 2015:345)
En la actualidad, la organización decidió cambiar su nombre pasó de ser la Alianza Social
Indígena, a la Alianza Social Independiente, que suscitó en su interior un sin número de debates
y fraccionamiento difícil de superar;
El pasar a llamarse Alianza Social Independiente ha provocado la ira de las
organizaciones sociales del Cauca, de miembros de la colectividad y del mismo Consejo
Regional Indígena de ese departamento (CRIC), que lo consideran “una agresión al
proyecto histórico de la Alianza Social Indígena, con lo cual se pretende eliminar la
memoria y el origen de este proyecto político, desconociendo además la voluntad original
de sus fundadores”, según expresaron en un comunicado. (García, 2009)
Asimismo, sectores como la ONIC aseguraron que “si no logran mantener la i, la facción
indígena más tradicional de la ASI se retiraría del movimiento y con ellos, sus bases electorales.”
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 98
(Rico, 2009) Mientras tanto la Asociación Nacional de Indígenas del Cauca (ACIN) a través de
un comunicado expuso que "Se acaba de expropiar a los indígenas de Colombia del partido
político Alianza Social Indígena: los indígenas ya no caben en la ASI” (Rico, 2009). Por su parte
el ex senador indígena, Jesús Piñacué, está en total desacuerdo con la propuesta de transformar el
el nombre de la ASI ya “en su criterio, se trata de un referente fundamental del proyecto y que
de una u otra manera representa su ámbito ideológico esencial.” (García, 2009)
El ex combatiente del MAQL y actual militante de la ASI, Henry Caballero, refuta el mayor
argumento de la propuesta de modificar el nombre, al manifestar que
El cambio de nombre no responde al objetivo de hacer más incluyente el partido “porque
hay personas que han recibido el aval y después se sienten incómodos con el nombre del
proyecto político”. En su criterio, la creación de la ASI tuvo como objetivo la
construcción de un proyecto político que a partir de la experiencia indígena —sin ser
indigenista— vinculara a otros sectores de la sociedad. (Paredes, 2011)
No obstante los simpatizantes de la propuesta, en cabeza de Alonso Tobón actual presidente
de la ASI, la defienden afirmando que la idea principal es hacer al partido más incluyente y más
amplio; por tanto ellos argumentan que “tiene que ver con abrir el partido a otros sectores ante el
debate electoral que se avecina, manteniendo eso sí —dice Luis Enrique Rojas, presidente de la
ASI en Cundinamarca—, “la esencia de un movimiento pluralista y multicultural”. (García,
2009) Aunque el debate gira entorno a la posible pérdida de la identidad, pues abandonar la
palabra “indígena” del nombre también se abandona toda la construcción histórica del partido.
Sin embargo, Alonso Tobón Tobón, aclara que “lo que buscamos es el pluralismo político
dentro de la Alianza Social Independiente, sin cambiar los fundamentos ideológicos, y seguimos
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 99
comprometidos en la lucha contra la corrupción y la violencia, y en la defensa de lo social”,
enfatizó.” (García, 2009)
Aunado a lo anterior, existen discusiones en la ASI, sobre los avales que otorga el partido a
personas que no se sienten comprometidos con el ideario político del mismo; como lo afirmó
Henry Caballero en una entrevista que le concedió a Semana “El indigenismo, para varios
analistas políticos, se convirtió en una marca codiciada. Pero el afán de tener votos abre la puerta
a que la organización pierda su identidad entregando avales a Raimundo y todo el mundo”
(Paredes, 2011). Para Jesús Piñacué, la ASI representa
“Un cascarón que se robaron. Hay un órgano político al que llegan cazadores de votos,
de posiciones al interior de la organización, cazadores y compradores de avales. Sí a ellos
les dejamos el destino de los estatutos, pues estarán al servicio de esa clientela.”. (Zúñiga,
2013)
Lo anterior se confirma, según el politólogo Fernando Giraldo, en las dispares votaciones
que ha obtenido el partido, pues asegura que los votos no son de militancia –de fidelidad al
partido- sino más bien son por los candidatos a los que se les otorga el aval. Giraldo “no se
explica cómo la ASI en 20 años no ha podido crecer como partido. Los votos que muestra son de
las personas que han sido elegidas pero que no tienen ningún compromiso y después se van”
(Paredes, 2011) además expone esta situación se presenta gracias a que la dirigencia de la ASI lo
han permitido, pues no han reclamado fidelidad y han sido muy flexibles. En cuanto a las cifras,
un candidato “fue elegido en el 2007 por la ASI con 24.410 votos. En el 2003, sin embargo, el
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 100
partido no había obtenido votos porque no presentó candidato. Y en el 2010 los representantes a
la Cámara apenas sacaron 379 en Cartago.” (Paredes, 2011)
Conclusiones:
Manuel Quintín Lame Chantre, representó para el movimiento indígena en general y para el
MAQL en particular, un referente de lucha y de recuperación, no solo territorial sino identitaria.
Las formas de lucha y el proyecto político de Manuel Quintín Lame Chantre, aquel indígena que
se levantó a principios del siglo XX a luchar por los derechos de las comunidades, inspiraron e
inspiran al movimiento indígena actual; donde el eje transversal, que se ha mantenido
históricamente, es la lucha por la tierra además de la defensa de lo propio como recurso para
mantener la tradición ancestral y la memoria viva de las comunidades indígenas.
Podría decirse que la batalla por la tenencia de la tierra en el Cauca es una tarea inacabada, los
indígenas –legítimos dueños- han atravesado por diversas etapas en esa lucha. Eso nos lleva de
Manuel Quintín Lame, al Movimiento Armado que lleva su nombre y además a miles de
indígenas que defienden no sólo su territorio, sino su cosmovisión, su cultura, su identidad y a
sus comunidades desde diferentes frentes. La enseñanza que deja el MAQL, a sus militantes es la
de seguir luchando como lo afirma Pablo Tattay, el MAQL sigue caminando el Cauca con las
comunidades y por su bienestar. Como bien lo sintetiza, Diana Barbosa, miembro del equipo de
comunicaciones de la ONIC:
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 101
“El derecho natural que defendía Quintín Lame, es un pensamiento que sigue vigente,
que se transforma, en su denominación conceptual al derecho propio, pero que en esencia
persigue la lucha por la defensa de la tierra, lo territorial, el agua, la recuperación de las
prácticas ancestrales, y por lo consecuente a la autonomía de los pueblos que funcionan
en un sistema adecuadamente recuperado, valorado y reivindicado y es la conexión con la
Madre tierra en el sentir indígena y que proporciona el horizonte de la lucha indígena”
(Barbosa, 2010:20)
En la historia del movimiento indígena ha existido permanentemente la pugna entre la vía
legal- jurídica y la lucha armada; pues hay quienes consideran que por medio de la primera hay
más garantías y hay quienes no confían en ella como asegura el ex constituyente Lorenzo
Muelas, las leyes blancas no son más que puntos negros sobre papel, y que además estas no
significan un gran aporte al cambio de las condiciones de vida de los pueblos indígenas. Pero en
varios momentos se han conjugado, las armas y las leyes, para dar respuesta a la coyuntura.
La lucha armada, ha sido la única vía que el Estado ha dejado a muchas comunidades que
han visto vulnerados sus derechos, por lo que estas han optado por alzarse en armas. En este
sentido las comunidades indígenas del Cauca no han sido la excepción, expresión de ello es el
surgimiento de un grupo armado que los defienda y vele por el bienestar de los mismos. El
Quintín Lame emerge, y si bien suscita debates al interior de las comunidades ofrece un
respaldo importante en el camino por la recuperación de lo que les pertenece.
Sin duda alguna, gracias a la participación del MAQL en los espacios amplios de carácter
nacional, como el Batallón América, la Coordinadora Nacional Guerrillera y la Coordinadora
Guerrillera Simón Bolívar. Éste gana un reconocimiento, que le permite presionar al gobierno
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 102
para entrar en un proceso de paz que garantiza su participación en la ANC con un delegado
propio, de igual manera, pone sobre la mesa la discusión acerca del movimiento indígena y hace
visible las problemáticas de éste, lo que constituye un factor importante en las elecciones de los
delegatarios a la constituyente, donde las comunidades logran dos escaños por voto popular.
Dentro de las discusiones de la ANC y ya plasmado en la Constitución Política de 1991, las
comunidades indígenas logran más que el reconocimiento de Colombia como un país multiétnico
y pluricultural, consiguen que el país reconozca su existencia y los aportes realizados por el
movimiento indígena a la nación, sumado a ello, el derecho a una educación propia, al respeto de
su cultura e identidad, a impartir justicia bajo sus preceptos, obtienen una circunscripción
nacional especial y logran también que sus territorios, bajo la figura de resguardo, sean
considerados como tierras colectivas con las cuales no se puede efectuar ninguna transacción
económica. Adicionalmente, logran comprender las dinámicas de las leyes en Colombia, un país
donde a pesar de que estas estén consignadas en la carta magna, no es garantía para que se
respeten y se cumplan, como ya lo mencionaba Muelas y lo recalca Pablo Tattay, el movimiento
indígena ha de seguir luchando por lo propio y haciendo valer lo que fue en algún momento un
triunfo del movimiento indígena.
Por otro lado, se hace evidente que a través de la historia política del siglo XX en Colombia,
los distintos gobiernos no han estado dispuestos a negociar la estructura del Estado ni su modelo
económico, lo que para muchos grupos alzados en armas representa el nodo del conflicto interno,
A causa de ello, se han estancado varias veces los diálogos que se han emprendido con la
insurgencia.
Asimismo, tendríamos que decir que aunque exista en el pasado como en el futuro, una
dejación de armas por parte de los grupos insurgentes, siempre habrá una resistencia civil desde
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 103
diferentes espacios a las políticas neoliberales, que en general resultan lesivas para el pueblo
colombiano. Pues mientras se sigan privilegiando a algunas multinacionales, a los grandes
terratenientes y a las élites en la legislación colombiana, no solo las comunidades indígenas están
llamadas a resistir, sino que todo el pueblo colombiano debe seguir luchando por la consecución
de derechos, pero también de justicia y equidad. Pues si en Colombia persisten condiciones
materiales que resultan precarias para el pueblo nacerán y seguirán existiendo organizaciones
armadas y movimientos sociales y políticos que respalden las justas exigencias. Como lo diría
Pablo Tattay: “la gran ventaja es que seguimos luchando, que el Quintín sigue existiendo, que el
movimiento indígena del Cauca y a nivel nacional sigue resistiendo, entonces pues no nos hemos
dado por vencidos pero seguimos una pelea sumamente desigual.” (2015)17
De igual manera, parece impensable que después de décadas de un bipartidismo, para fines
de los años ochenta e inicios de los noventa, se lean en las campañas presidenciales una marcada
diferenciación de las tendencias políticas e ideológicas, donde sea un solo partido el llamado a
transformar las condiciones materiales del país, haciendo evidente de antemano la exclusión en
el ámbito político de cualquier otra propuesta alternativa a los dos partidos tradicionales, con lo
que se logra constatar las malas prácticas heredadas del frentenacionalismo.
Hay que hacer evidente que aunque exista la voluntad de paz desde la presidencia de la
República, dicho ente no puede avanzar si no tiene de su lado la rama judicial y legislativa, pues
son muchos los ejemplos de cómo desde el senado se ha intentado frenar las reformas que buscan
una solución política al conflicto. Otro punto a considerar son las Fuerzas Militares, para quienes
los grupos guerrilleros son los enemigos a vencer, por ello el mantenerlos al margen de los
procesos de negociación constituye un gran error, pues en alguna medida es demeritar su trabajo
y plantearles que el enemigo ganó. En cuanto a la sociedad civil, esta no ha sido considerada
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 104
como un actor importante, si bien ha contribuido en los distintos procesos de paz desde
diferentes ángulos, cabe resaltar que no ha sido gratuito, que son ellos quienes se han
empoderado de los diferentes escenarios propuestos logrando una participación tangible.
La existencia misma del MAQL, es un hito en la historia nacional, marca no solo la existencia
de otros diferentes, los indígenas, sino también otra forma de ver y sentir el mundo y la realidad,
por ello, la importancia del pensamiento de esta guerrilla que demuestra que los cambios son
posibles. Que el camino de la transformación debe caminarse de la mano de las comunidades
más que de las armas mismas.
Creemos que la presente investigación aporta elementos de análisis para entender la actual
coyuntura del proceso de paz que se adelanta entre las FARC y el Gobierno Nacional, ya que se
identifican muchas de las vicisitudes que atraviesan un proceso de paz, por ejemplo, las
interacciones de los diferentes actores, los cuales deben entablar un diálogo constante, que lleve
a ambas partes a un proceso de negociación y que finalmente propenda por la llegada a algunos
acuerdos.
Adicionalmente, el presente documento demuestra que los procesos de paz no surgen
espontáneamente, sino que debe ser un acuerdo de voluntades, de personas o instituciones
dispuestas a replantearse sus objetivos y la manera de cumplirlos. De la misma manera pone de
manifiesto lo importante de la participación civil en este tipo de procesos, a pesar de ello este
último actor ha estado históricamente marginado o su participación ha sido limitada en estos
escenarios.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 105
El presente trabajo intenta poner en circulación documentos poco conocidos, que brindan
información valiosa con respecto a los procesos de paz entablados en las últimas décadas del
siglo pasado.
Como futuras licenciadas, creemos que es de vital importancia para la escuela y para las
comunidades en general conocer los procesos de paz que se han llevado a cabo en el país, ya que
estos al develar parte de la historia política, aportan elementos a la compresión de la realidad.
Además, se logra a través del estudio de los mismo que los estudiantes dimensionen lo complejo
que resulta no solo el proceso de paz, sino también el contexto de guerra que ha azotado el país
por más de 50 años, controvirtiendo versiones laxas y parcializadas de los procesos de paz que
proporcionan a la población los medios de comunicación.
Llevar estos temas a la escuela permite construir escenarios de reflexión y discusión
sobre prácticas cotidianas que fomentan o no un clima de paz, primeramente entre estudiantes,
aspirando a llevar la discusión a los padres de familia y a la comunidad en general, donde la
violencia (cualquiera que sea) es naturalizada por los ciudadanos, es una invitación básicamente
a re pensarse las posibilidades de cambio y transformación. De la misma manera se debe buscar
sensibilizar a la escuela como escenario de paz y convivencia, que potencia normas básicas de
respeto por el otro. Donde se plantee la necesidad de comprender que las acciones a diario
emprendidas repercuten a nivel nacional en acciones que generan violencia y un ambiente de
intolerancia, para lograr así incidir en el actuar de los estudiantes y generar una actitud positiva
hacia la paz, entendida como la aceptación del otro diferente como un interlocutor legítimo.
Promoviendo el concepto de paz emitido en la Constitución Política de 1991 del país en su
artículo 22 que reza “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 106
Esta posición también es entendida por el actual gobierno nacional, ejemplo de ello es la
Ley 1732 del 1 de septiembre de 2014 o Ley de la cátedra de la paz, impulsada por el Congreso
de la República, como medida para “garantizar la creación y el fortalecimiento de una cultura de
paz en Colombia”.
Notas a pie de página
Archivo personal de las autoras. Revisar anexo No 1
2 Grupo guerrillero creado el 20 de diciembre de 1985, con clara influencia del pensamiento bolivariano y con
alrededor de cuatrocientos miembros entre hombres y mujeres. Este grupo fue liderado por el M-19 y compuesto
también por algunos elementos de guerrillas latinoamericanas; peruanas: el Movimiento Revolucionario Túpac
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 107
Amaru (MRTA) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria-Voz Rebelde, (MIR-VR) y ecuatorianas: ¡Alfaro
Vive, Carajo! (AVC) y la Organización Político Militar (OPM). 3 4 Liberal, firmante del Pacto de Benidorm junto al conservador Laureano Gómez el 24 de julio de 1956, suceso que
genero el Frente Nacional con la pretensión de poner fin al periodo de la Violencia mediante la coalición política y
alternancia del poder entre estos dos partidos tradicionales.
5 Las condiciones de esta última etapa se suscriben en la dinámica del Conflicto interno, ya que según el DIH
reflejado en el artículo 3º común a los Convenios de Ginebra de 1949 y especialmente el Protocolo II de 1977,
sintetizados por Rodrigo Uprimny: Para que pueda hablarse de conflicto armado deben existir (i) enfrentamientos
entre el Estado y actores armados disidentes, siempre y cuando éstos tengan (ii) mando responsable y (iii) control
territorial suficiente para realizar operaciones militares y (iv) aplicar las normas humanitarias. (Uprimny, sf. pág. 7) 6 El estatuto de seguridad fue derogado el 9 de junio de 1982 por Turbay Ayala. 7 Presidida por el ex presidente Carlos Lleras Restrepo y de carácter transitoria, la cual solo efectuaba
recomendaciones pero como tal no tenía poder decisorio
8 Organización política de izquierda surgida en 1984 como producto de las conversaciones de paz entre las FARC y
el gobierno nacional de Belisario Betancur.
9 Quien había logrado el apoyo de un líder liberal carismático disidente, Luis Carlos Galán y del expresidente
Alfonso López Michelsen. 10 “Creación de empleo estable, carreteras, programas de distribución de tierras, distritos de colonización, mejoras en
los puestos de salud, escuelas rurales, centros de acopio y provisión agrícola campesina” (Villarraga, 2009, Tomo
II, Pág. 139) 11 Acto Legislativo 01 del 9 de enero de 1986 12 Creada en noviembre de 1988 gracias a la propuesta del senador conservador Álvaro Leyva, y conformada por
los expresidentes Misael Pastrana y Alfonso López Michelsen, el cardenal primado monseñor Mario Revollo Bravo,
y Fabio Echeverri Correa, presidente de la ANDI. 13 En las elecciones del 1990, “se debía votar por candidatos al Senado, Cámara de Representantes, Asamblea
Departamental, Juntas Administradoras Locales, Concejo Municipal y Alcaldía; así que el voto por la asamblea
constituyente sería la séptima papeleta que cada votante depositaría en las urnas.” (Constitución Política de
Colombia, s.f.) 14 Es decir, el MAQL, estaba en desacuerdo con la conformación política –representantes- de la ANC pues
consideraban que no se recogía al grueso de la población colombiana, adicionalmente que la dirección del proceso
estaba a cargo de los dos partidos tradicionales más el M19. Así mismo, estimaban que los temas propuestos eran
reducidos y no abarcaban en totalidad las necesidades esenciales, además que el Quintín esperaba que la ANC feura
el gran acuerdo nacional que solventaría los problemas de la nación. 15 “Durante el tiempo que duro el campamento, pasaron por allí los tres constituyentes indígenas, además de otros
constituyentes demócratas e indultados, en un significativo acto que permitía pensar a las comunidades que lo que
no se había podido dar por un proceso de negociación global del conflicto armado, se lograría en la Asamblea
Nacional Constituyente.” (Tattay & Peña, 2013, pág. 161) 16 Según Muelas, son “leyes originarias, ancestrales, tan antiguas como la creación del mundo, emanadas de
nuestros dioses, desarrolladas por nuestros mayores, las cuales han dado para orientar la existencia y
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 108
desenvolvimiento armónico con la Madre Tierra de los pueblos indígenas de América.” (Muelas, Las leyes blancas
son sólo puntos negros sobre papel, 2012, pág. 268) 17 Ver anexo No 1
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 109
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Anexos
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 115
Anexo No 1.
Extracto de conversatorio en la presentación del informe: “Guerra propia, guerra ajena:
Conflictos armados y reconstrucción identitaria en los Andes colombianos. El Movimiento
Armado Quintín Lame” Ricardo Peñaranda. Centro Nacional de Memoria Histórica,
septiembre 08 de 2015.
Pablo Tattay, ex combatiente del MAQL:
Muchas gracias un saludo especial para todos, especialmente a Ricardo nuestro historiador
de cabecera del Quintín, igualmente aquí al profesor Le Bot y a los demás compañeros.
Profesor Le Bot que tuvo la oportunidad de conocer un poco de cerca el caso del
movimiento Zapatista de México y recuerda seguramente que movimiento zapatista pretendió en
algún momento combatir el neoliberalismo a nivel de todo México y más allá, y que hoy en día
le toca es como consolidar su pedacito en Chiapas bastante lejos de sus ambiciones y de sus
esperanzas iniciales, quería decir eso porque yo no creo que debamos sobrestimar tampoco el
papel del Quintín, yo les agradezco sus comentarios amables y creo que tienen razón y yo creo
que fue positiva la labor del Quintín Lame lo mismo que ha sido positiva la labor del
movimiento indígena sobretodo en el Cauca.
Sin embargo, nosotros queríamos contribuir a un cambio, a un cambio a favor de las
mayorías populares un cambio a favor de la sociedad colombiana ese cambio pues se logró un
poco a nivel del Cauca pero muy poco a nivel nacional, por eso yo quisiera subrayar sobre todo
el hecho que hoy día el Quintín sigue existiendo, pues por supuesto no como movimiento armado
pero sigue participando en diversas tareas con sectores indígenas, con sectores campesinos, con
sectores afros, con otros sectores estamos trabajando por una transformación, estamos trabajando
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 116
por la paz, que hoy en día todo el mundo está trabajando por la paz, y no solo en el Cauca,
también nivel nacional con la ONIC estamos colaborando y se está haciendo un trabajo muy
importante, igualmente también con la Cumbre Agraria, con el Frente Amplio por la Paz, yo
creo que a todos nos interesa la paz y estamos colaborando para la paz, porque hoy en día la
lucha armada realmente no representa un valor agregado ni algo positivo para el cambio en el
país.
Sin embargo, a pesar que todos estamos a favor de la paz y que ojalá los diálogos
actualmente en curso lleguen a feliz término, no deja de preocupar que el gobierno ha dicho una
y otra vez que en estas negociaciones no se puede tocar el modelo de desarrollo actualmente
vigente, no se puede tocar la forma de gobernar este país, no se puede tocar las fuerzas militares,
en fin, es decir que la gente se desarme y les dan algunas gabelas, digámoslo así algunas
ventajas, pero la impresión que uno tiene es que después de este desarme y después de esta
negociación no va a haber grandes cambios ni en lo político, ni en lo social, ni en lo económico a
nivel nacional que más o menos las cosas seguirán igual con modificaciones menores, por ahí leí
en la revista Semana un artículo de Fernán González y una de las afirmaciones que hacía es que
lo obtenido en la parte agraria en La Habana, es mucho menos que el intento de reforma agraria
de Carlos Lleras Restrepo, inclusive yo diría que es menos que la ley 160 de 1994 actualmente
vigente.
Entonces realmente los cambios que uno quisiera pues no veo cómo muchas facilidades para
que se presenten; cuando uno conoce el Plan de Desarrollo del gobierno, conoce proyectos de ley
como el de los ZIDRES para favorecer a los empresarios agrícolas, cuando conoce que la
locomotora minera está dispuesta a acabar con el medio ambiente en este país.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 117
A modo de paréntesis les digo que la posición del movimiento indígena en el Cauca es que
no se va a dejar entrar a las multinacionales mineras y a las multinacionales en general al Cauca,
se tiene a la guardia indígena, se tiene a las comunidades, ahora pues que ganemos la pela no lo
asegura nadie, pero la idea es defender la madre tierra, defender el medio ambiente cosa que el
gobierno no parece muy cerca de hacer. Si vemos los resultados del censo agrario, que
demuestran una vez más que la concentración de la tierra en este país es uno de los mayores de
Latinoamérica y que tal vez del mundo.
Entonces repito seguimos en la lucha el Quintín sigue en la lucha, el movimiento indígena
sigue en la lucha en el Cauca y a nivel nacional pero estamos luchando contra un monstruo que
tiene su política bien definida y que las elites colombianas definitivamente no son muy sensibles
a hacer cambios que favorezcan a la mayoría de la población. No quería terminar con este acento
pesimista y por eso digo que la gran ventaja es que seguimos luchando que el Quintín sigue
existiendo que el movimiento indígena del Cauca y a nivel nacional sigue resistiendo, entonces
pues no nos hemos dado por vencidos pero seguimos una pelea sumamente desigual. Gracias.
Anexo No 2:
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 118
Material fotográfico
Foto 1
Quintín Lame detenido en el Cauca. Foto de Archivo particular. Fuente: Historia de Colombia No. 10 - Movimientos campesinos de los años 20.
Foto 2
Bandera del Movimiento Armado Quintín Lame. Foto del Centro Nacional de Memoria Histórica. Fuente: Guerra propia, guerra ajena.
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 119
Foto 3
Integrantes del MAQL con las comunidades. Foto del archivo del Espectador. Fuente: Centro Nacional de Memoria Histórica.
Foto 4
El MAQL en formación. Foto del archivo Fabrique de Films. Fuente: Guerra propia, guerra ajena.
Foto 5
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 120
Cumbre de la CGSB. Foto de Dick Emanuelsson. Fuente: ANNCOL.
Foto 6
Reunión entre delegados del gobierno nacional y el MAQL. Foto de archivo particular . Fuente: Mike’s Bogotá blog.
Foto 7
EL MOVIMIENTO ARMADO QUINTÍN LAME 121
Entrega de armas del MAQL en Caldono, Cauca. Foto de archivo particular expuesta en un encuentro de desmovilizados . Fuente: verdadAbierta.com.