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Chvere, cambur pintn
despus del libro Por la culpa de la tripa (o gracias a ella)
Daniel Albarrn
Ttulo original:
Chvere, cambur pintn
Autor/Editor: Daniel Albarrn
Configuracin y diagramacin: Daniel Albarrn
Diseo de portada: Daniel Albarrn (vase la explicacin de la portada en la pgina 60)
Depsito legal: lf-08120088005106
ISBN: 978-980-12-3546-0
Escrita en Barcelona, Venezuela,
desde julio hasta noviembre de 2008 (durante el tratamiento contra el cncer)
Primera edicin/impresin: 1000 ejemplares
Impreso en los talleres:
Litho, CF C. A.
Rif.: J-29577208-4
Puerto la Cruz
Anzotegui Venezuela Telf.: 0281-269.45.47
(diciembre, 2008)
Segunda edicin/impresin: 2011
______________________________________
Del autor:
E-mail: dalbarranu@hotmail.com
pgina web: danie-albarran.blogspot.com
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PRLOGO DEL AUTOR
Despus de la crisis emocional que supuso la
noticia del cncer, las cosas no fueron nada fcil, como
es de suponer en casos semejantes. Se queda como sin
rumbo, y las emociones son muchas y opuestas, y en
cadenas sin fin. Apenas llega un pensamiento y un
sentimiento, porque no se dan por separados sino en
conjunto, y la imaginacin se encarga de hacer sus
recorridos por mundos realmente impresionantes. Bien
dicen que la imaginacin es la loca de casa. Y miren
que lo es, porque se mete por todos los rincones habidos
y hasta ignorados de nuestra propia casa y hace estragos,
porque comienza a sacar cosas que uno en sano juicio
emocional no sera capaz de pensar. No significa que uno
est loco, pero casi de estarlo en situacin parecida, sino
que no se puede negar que se queda perturbado
emocionalmente y eso da pie para sostener que no se est
en pleno juicio emocional. Son las emociones
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encontradas las que revolotean alborotadamente en la
cabeza y no se pueden evitar ni siquiera frenar.
De nada valen las palabras de estmulo como
tranquilo, o paciencia; mucho menos las
comparaciones con casos conocidos por las personas que
vienen a alentarlo a uno. Muchsimo menos las posturas
tpicas de que es la voluntad de Dios u otras
expresiones como para justificar la situacin que se est
viviendo en carne propia y en sufrimiento desgarrador
que te hacen llorar en el alma, aun cuando se aparente un
silencio externo. Pero, la procesin va por dentro.
Supiera la gente valorar y respetar esos momentos
de soledad existencial y no dijera tantas cosas que
agrandan ms la perturbacin que ya se tiene. El silencio
y la presencia seran suficientes, y la solidaridad
solidaria; es decir, estar all sin pretender saberlo todo y
de todo, mucho menos de los cnceres; sino en saber ser
solidario respetando y sin echar ms lea al fuego a la
hoguera que ya se tiene en la mente.
En esa situacin propia y nica y sin comparacin
me hallaba yo despus de la noticia del cncer. Sin
comparacin porque es de imaginar el mundo de mundos
que pasa por cada persona que se enfrenta a esa realidad.
Yo me hallaba en la que me hallaba.
As, el primer da lo tom como muy deportivo.
Daba la noticia como si nada y muchos se sorprendan de
que lo dijera as como as. Era las reacciones de muchos
que iban haciendo que yo me la fuera tomando en serio.
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A algunos se les desdibujaba el rostro y eso lo reciba mi
sensor ptico y emocional y lo procesaba, a veces bien; y
otras, me haca un nudo en la garganta al punto de
escaprseme un as es la vida, acompaado con un
gesto involuntario de hombros, indicando con ello que ya
estaba entrando en el juego del conformismo y de la
aceptacin, juego doblemente mortal para mi situacin,
porque el siguiente paso podra ser el del derrotismo y
del no se puede hacer nada.
Escribir la continuacin del libro Por culpa de la
tripa (o gracias a ella) no me emocionaba mucho aunque
no lo descartaba. Pero en esos das por ms que encenda
la computadora para sentarme a escribir sobre esas mis
emociones de esos das nada sala y los dedos no
obedecan para teclear las letras adecuadas. Sin duda que
mi mente estaba bloqueada y todava no haba
encontrado la respuesta adecuada a la situacin (cfr.
Daniel Goleman).Le haba comentado a la Dra., la
hematlogo del hospital que haba escrito el libro de la
tripa y ella me anim a que escribiera sobre la
experiencia del cncer, que eso poda hacer mucho bien a
mucha gente, sobre todo a los pacientes de cncer. Le
respond que tal vez, pero, era ms una negativa que una
esperanza. A la semana cuando me toc la primera sesin
de la quimioterapia ella fue a visitarme como paciente y
despus de los saludos de rutina y de algunos chequeos
previos, me pregunt que si ya haba empezado el libro.
Yo toqu con mi mano derecha como reaccin
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disimulada el apoya brazos del silln morado en el que
me hallaba sentado a punto del tratamiento y ella
entendi que todava no estaba preparado, y creo que se
me humedecieron las mejillas con un par de lgrimas
disimuladas pero con un apretn de labios que indicaban
a claras que estaba a punto de llorar. No dijo nada y se
despidi respetando mi momento justo en ese momento.
Se aplic la primera sesin de la quimioterapia
con sus reacciones y efectos respectivos y que sern parte
del contenido de este nuevo libro (ms adelante).
Emocionalmente estaba muy como a la si nada estaba
pasando. Fsicamente, bastante bien y sin ningn efecto
aparente. Las llamadas de telfono de muchas personas
se hicieron manifiestas mostrando su acompaamiento.
Las visitas a la casa parroquial no se hicieron esperar y
aquello eran unas tertulias muy amenas. Algunos
llevaban detallitos como que si galletas o jugos de esto o
de aquello, y todo lo compartamos entre todos los que
caban en la pequea oficina y se haca el ratico al que
iban en ratotes muy agradables para todos, tanto para m
como para ellos.
No descartaba la necesidad de escribir el libro. En
esas conversaciones surgan temas muy interesantes que
valan la pena escribir y a veces manifestaba que era
necesario. La mente se estaba ya cuadrando para dar la
respuesta precisa y justa. Hay que darle tiempo al
tiempo, dice nuestra gente en su enseanza ms que
sabia. Y mi mente se estaba tomando el suyo porque
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estaba colocando las emociones en sus lugares precisos
para poder dar la respuesta adecuada. Porque hay que
tener en cuenta lo que dice Freud que el artista en sus
mltiples manifestaciones tiene que realizar lo que sabe
hacer porque en eso consiste su sanacin del
inconsciente. Adems, se trata de salud mental. As que
independientemente que sea bueno o malo lo que
produzco, depende del ojo de quien lo vea (porque es
subjetivo) se trata de mi salud mental que es lo que
importa, y con algn que otro aporte para quien lo lea,
porque si lee, ya sea ste libro u otro, es porque tambin
se halla en bsqueda de salud mental, y eso lo convierte
ya en un artista.
As que a lo que vamos. El ttulo del libro lo
inspir una conversacin por telfono con una persona
que me llam para saber de mi salud. Despus de los
saludos y de los detalles de aqu y de all al despedirnos,
la persona me contest que esperaba que yo estuviera
chvere, cambur pintn, as como yo mismo lo deca
en mis primeros cuatro aos de sacerdocio cuando la
gente me preguntaba que cmo estaba. Mi respuesta era
chvere, cambur pintn y esa respuesta me tipificaba y
soltaban la carcajada. Esta persona me lo refresc y se
me ilumin la idea, que podra estar oscura y confusa.
Y al da siguiente de la segunda sesin de la
quimioterapia empec lo que usted est empezando a leer
y que juntos haremos realidad. Independientemente, de
los resultados finales. Y aqu hago una nota
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metodolgica: normalmente el prlogo de un libro se
hace al final, despus que se ha escrito el libro para
recoger sobre su contenido y presentarlo de manera
sucinta. Esta vez hago el prlogo de primero, porque no
se sabrn los resultados; adems porque ir escribiendo
como vayan sucediendo las cosas, sobre todo a nivel
emocional.
As que, por ahora: Cmo ests?:
Chvere, cambur pintn
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Cada cosa en su lugar
En el prlogo hice referencia al libro de Daniel
Goleman titulado La inteligencia emocional, por qu es
ms importante que el cociente intelectual, y con esta
misma quiero empezar este primer captulo. Pero esta vez
ya no haciendo la referencia, sino tomando las ideas del
autor y colocndolas aqu para dar los primeros pasos e
intentar entender muchas cosas de nuestras vidas, en
cuanto a las emociones y a las reacciones. Por supuesto
que el libro que estamos comenzando no va a ser un libro
de cientficos, procurar ser tan igual de jocoso y
chistoso como el libro Por la culpa de la tripa sin que falte algo de aporte que esa es la idea, para ambas partes.
Para empezar digamos, o mejor copiemos la idea,
no al pie de la letra, sino a nuestra manera para
entendernos. As hay que decir que se han hecho muchos
estudios fisiolgicos (es decir, del comportamiento
natural del cuerpo como instinto frente a un estmulo
externo) y han descubierto que a cada emocin hay una
respuesta del organismo para una situacin especfica y
distinta de una persona a otra. No somos iguales y no
podemos esperar las mismas respuestas de todos en las
mismas circunstancias. Primer elemento a tener en
consideracin: es que somos distintos y reaccionamos
distinto. Nadie se parece a otro, y no puede reaccionar de
la misma manera. Eso se debe a la famosa amgdala
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cerebral, que es donde se registran y guardan todas las emociones. Lo que hace que tengamos registros distintos
uno de otros. Se trata de la amgdala cerebral, distinta de las amgdalas que tenemos en la garganta.
Primero:
En ese sentido, los cientficos han descubierto las
siguientes emociones relacionadas con las siguientes
caractersticas fisiolgicas1:
1. Con la ira, la sangre fluye a las manos. Y eso nos predispone a tomar un arma o golpear a un
enemigo; se genera un ritmo elevado de la
frecuencia cardiaca y eso nos lleva a un alto grado
de agresividad.
2. Con el miedo, la sangre va a los msculos esquelticos grandes, como los de las piernas, y as
resulta ms fcil huir. El cuerpo se congela por un
momento esperando qu decisin tomar; y el rostro
queda plido debido a que la sangre deja de fluir
por l (creando la sensacin de la cara fra).
Adems, el miedo pertenece a sistema defensivo de
la naturaleza2.
3. Con la felicidad, se genera una inhibicin de sentimientos negativos; pero es muy pasajero.
4. El amor, los sentimientos de ternura y la satisfaccin sexual dan lugar a un despertar
1 Cfr. Daniel Goleman, Inteligencia Emocional, pp. 24-31.
2 Cfr. Jos Antonio Marina, Anatoma del miedo, Un tratado sobre la
valentina, Crculo de lectores, Espaa, 2006.
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parasimptico (respuesta de la relajacin) de todo
el organismo, y genera un estado general de calma
y satisfaccin, facilitando la cooperacin.
5. El levantar las cejas en expresin de sorpresa permite un mayor alcance visual y
tambin que llegue ms luz a la retina, lo que
permite tener mayor informacin de lo que est
sucediendo y precisarlo para idear mejor lo que se
va a hacer de inmediato.
6. La expresin de disgusto es universal: algo tiene un sabor o un olor repugnante (o algo no
me gusta del entorno) y supone un arrugar los
labios y fruncir la nariz como para no permitir que
algo daino entre y me haga dao.
7. La tristeza ayuda a adaptarse a una prdida significativa, como la muerte de una
persona cercana, o una decepcin grande. La
tristeza produce una cada de la energa y el
entusiasmo por las actividades de la vida, sobre
todo por las diversiones y los placeres. Mientras se
recupera la energa la mente est preparando una
planificacin de un nuevo comienzo.
Podra pensarse que influye y determina el nivel de
preparacin que se pueda tener para superar cada
emocin frente a cada reaccin fisiolgica (instintiva), y
del ambiente en donde se encuentre la persona concreta.
Pero, no es as.
En el caso de la noticia del cncer, suceden todas
esas cosas juntas. Tal vez, ms la ltima que hemos
sealado aqu, la nmero 7, la de la tristeza. Y no es para
menos. Habr dos reacciones distintas, como es lgico. Y
ninguna se parecer a ninguna otra de cualquier otra
persona, porque son historiales distintos y archivos
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emocionales distintos. Es muy importante saber esto para
no comparar a nadie con nadie. Justamente, porque son
dos inteligencias las que estn interviniendo en la misma
mente y en la misma persona: la inteligencia emocional y
la inteligencia racional. Es descubrimiento cientfico.
Todos los seres humanos tenemos dos mentes: una mente
que piensa; y otra mente que siente. Y cada una por
separado tiene vida propia.
La mente que siente es la reaccin fisiolgica, la
instintiva como a la defensiva, por eso es instintiva. Una
cosa es lo que uno siente en determinadas circunstancias;
y otras las que piensa en esas mismas circunstancias. No
quisiera pensar uno todo lo que est pensando, ya que la imaginacin, que es la loca de la casa, se mete por todos los rincones habidos y por haber, y si no los
inventa; y otra, es lo que uno est sintiendo. El problema
est en que las dos mentes se den las manos.
Una es la conviccin que se tiene en el corazn, y
es ms profunda; y otra, que pensar eso mismo con la
mente racional. El problema radica precisamente en esa
divisin de pensamientos: la del corazn y la de la mente.
La divisin entre lo que se piensa y lo que se siente. Tal
vez, no se quiere pensar que se tiene miedo; pero, por el
contrario, se siente y se experimenta miedo.
Sin embargo, estas dos mentes estn
exquisitamente coordinadas; se dan la mano. As los
sentimientos son esenciales para el pensamiento; y el
pensamiento es esencial para el sentimiento. Pero cuando
aparecen las pasiones, la balanza se inclina: es la mente
emocional la que domina y aplasta a la mente racional.
Se trata del doble sistema: el sistema lmbico, por
un lado; y por el otro, del sistema de la neocorteza o
cerebro pensante. Pero el cerebro emocional (instintivo)
existi mucho antes que el cerebro pensante. O sea, que
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bsicamente somos animales instintivos y as
reaccionamos inmediatamente. Son las fuerzas naturales
instintivas de conservacin como en el caso de los
animales, no habiendo prcticamente diferencia con el
ser humano, si no fuera por la neocorteza, que es la que
permite la sutileza y complejidad de la vida emocional,
como la capacidad de tener sentimientos con respecto a
nuestros sentimientos3. Primariamente la referencia es al
sistema lmbico; es decir, instintivo, donde estn todos
los registros genticos de comportamiento.
Por otra parte, gracias a la interconexin de
circuitos evolucionados, el cerebro emocional juega un
papel importante en la arquitectura nerviosa para poder
pensar antes de actuar, porque el actuar es instintivo y de
conservacin (donde juegan un papel muy importante el
aprendizaje y la memoria), y la tarea es saber ser
conocedores de toda esa realidad para actuar
emocionalmente con inteligencia. O dicho de otra forma,
actuar con inteligencia sobre la reaccin emocional que
es instintiva, y que muchas veces se nos puede escapar de
las manos.
3 Es el ltimo cerebro, su nombre proviene de corteza nueva, siendo el
cerebro ms joven y de mayor evolucin el cual permiti el desarrollo del Homo Sapiens, y est dividido en dos (02) hemisferios (izquierdo y
derecho) y es el que nos permite pensar, hablar, percibir, imaginar, analizar y comportarnos como seres civilizados, se encuentra ubicado
sobre el sistema lmbico y segn Mac Lean en l se desarrollan una serie de clulas nerviosas dedicadas a la produccin del lenguaje simblico, a
la funcin asociada a la lectura, escritura y aritmtica. De igual manera proporciona la procreacin y preservacin de las ideas que all surgen,
recibe las primeras seales de los ojos, odos y piel ya que las del gusto
y el olfato provienen del lmbico.
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Segundo:
Apliquemos todo esto frente a la noticia de tener
cncer. Cul sera la primera reaccin (que sera
fisiolgica)?
La de abrir ms los ojos y cerrar los puos o
quedarse pasmado en la silla.
La de sorpresa y del no puede ser. O del pueda que
se trate de un error de anlisis.
Y, cul sera la emocin?
Dudo que de alegra.
Ms bien de desencanto, de cada de brazos, de
rabia, de miedo, de llorar, y de angustia. Y por mucho
que tengamos mucha inteligencia emocional o racional
nos dejamos invadir instintivamente por una reaccin de
conservacin. Nos paralizamos. Se nos nubla el futuro; o
mejor dicho, se nos niega el futuro y el da inmediato. No
sabemos si llorar, o rer; no sabemos hacia dnde ir; si de
regreso a la casa, o si deambular un buen rato por la calle
como sin rumbo y destino fijo; o, como de djenme solo.
Y eso es instintivo, es decir una reaccin
fisiolgica ante una emocin. Y vara de persona a
persona. Hay que ser muy respetuoso de esa situacin
desgarradora y terrible. Aqu no vale estudios o ttulos
personales, que seran racionales. Al contrario, estamos
totalmente vulnerables a la emocin, y esa verdad s que
se nos escapa de nuestro control inmediato.
El control emocional vendr mucho tiempo
despus, si es que vendr.
Pero tiene que venir para poder hacer frente a la
nueva realidad; porque si no viene, se puede asomar la
catstrofe de manera inmediata, que es el
derrumbamiento emocional y mental, y con ello la
muerte.
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Hay que darle la batalla. Para eso estn lo grandes
adelantos de la medicina. Por lo menos hay que
abandonarse a ella para emprender la lucha. Pero es fcil
decirlo. Otra cosa es vivirlo.
No se puede negar que instintivamente es una
noticia y una realidad muy fuertes. Lo dems es cuento.
Nos domina la emocin, O sea, el instinto. Despus
intervendr la razn para hacer y convertir la realidad en
una esperanza. Y eso nos ayuda a ubicar cada cosa en su
lugar como titulamos este captulo. Y el lugar de esta
situacin, as de primeras, es que es desgarradoramente
terrible y desesperante. Somos instintivos y no podemos
evitarlo. Somos primero animales instintivos, y despus
pensantes.
Sin embargo, se debe exigir el respeto. Sobre todo,
que somos nicos y no merecemos ningn tipo de
comparacin con nadie. Djennos sufrir y quedar como
taciturnos, y con la mirada perdida, porque estamos en un
proceso de recreacin mental, fruto de la naturaleza que
es realmente muy sabia. Por lo menos por algunos
momentos, porque tampoco nos ayudara la soledad y el
abandono. Pero, la naturaleza tiene sus mecanismos, y
esa tristeza es el momento para buscar nuevas fuerzas y
poder continuar.
Y la tristeza har tambin su trabajo! En todas las
dimensiones del radio de accin: primero, en el que tiene
el cncer; despus en la familia, porque tambin les
espanta la realidad nueva; y, as, en todo el crculo en
menor o mayor grado segn sea la conexin con el centro
o sujeto que padece. Pero en dimensiones muy relativas y
sin ninguna comparacin, por supuesto. Y ese es el
primer puesto de las cosas en su lugar. Lo dems se le
deja al tiempo y a la naturaleza que es por de ms de
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sabia y tiene sus propios mecanismos de defensa, ya
fsicos ya mentales y/o cerebrales.
Tercero:
Por qu no todos actuamos de igual manera ante
los mismos estmulos? Por qu reaccionamos distinto,
unos de otros, si las circunstancias, aparentemente, son
iguales?
La respuesta la encontramos en lo que los
cientficos (neurlogos) han llamado la amgdala cerebral, que es un racimo en forma de almendra de estructuras interconectadas que se asientan sobre el
tronco cerebral, cerca de la base del anillo lmbico.
Existen dos amgdalas, una a cada costado del cerebro,
apoyada hacia el costado de la cabeza. Su funcin es ser
la especialista en asuntos emocionales. Si la amgdala
queda separada del resto del cerebro nos llevara a una
ceguera afectiva, porque perderamos toda capacidad de emociones frente a los acontecimientos. Y si eso
sucede se pierde todo inters por la vida, porque nos
llevara a perder toda capacidad de reconocer los
sentimientos, as como todo sentimiento por los
sentimientos. La amgdala acta como depsito de la
memoria emocional y tiene mucha importancia por s
misma; la vida sin amgdala es una vida sin significados
personales. Sera una total apata e indiferencia.
Sin la amgdala nos quedaramos impasibles y sin
respuestas al afecto, como a las mismas pasiones, como
el miedo y la furia (como en el caso de los animales a los
que por experimento se les ha extirpado o cortado la
amgdala cerebral). Hasta se perdera la capacidad de
derramar una lgrima, porque habra ausencia de
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emociones, y ni un abrazo tendra sentido y valor. La
amgdala est en el centro de la accin de la emociones,
incluso mucho antes que el cerebro pensante (la
neocorteza) est intentando tomar una decisin.
En otras palabras, el sentimiento impulsivo
supera lo racional. Es cuando se vuelve fundamental y de
mucho inters para nuestro conocimiento de nuestros
comportamientos aparentemente irracionales e ilgicos.
Lo sentidos, empezando por el del olfato4, mandan las
seales a la amgdala en un lugar destacado en la vida
mental, algo as como un guardia de entrada o viga que
se enfrenta a cada situacin, cada cosa que percibe o
recibe de los sentidos, y ante todas tiene una sola
pregunta: Esto me hace dao, le tengo miedo, lo
detesto? Y si se responde que s le hace dao, o lo
detesta, o le tiene miedo, o cualquier prevencin
negativa, la amgdala reacciona instantneamente,
mandando un mensaje de peligro y de crisis a todas las
4 El sistema lmbico est compuesto de una serie de estructuras
cerebrales que rodean al complejo R, y lo compartimos con los dems mamferos y en parte con los reptiles. Su evolucin se ha situado en hace
cerca de 150 millones de aos Se ha podido establecer que el sistema lmbico es el rea del cerebro mas relacionada con las emociones como
el miedo, sentimentalismo, ansiedad, y altruismo. Se le asocia tambin directamente con las funciones de formacin de memoria, aprendizaje, y
experiencias. Una parte importante del sistema lmbico viejo es la corteza olfatoria,
otra parte est dedicada a las funciones gustativas y orales, y otra a funciones sexuales. Aunque se ha observado que en la funcin sexual
intervienen simultneamente los tres componentes cerebrales. Otras estructuras importantes del sistema lmbico son: el Tlamo, el
Hipotlamo, la Amgdala, la Pituitaria, y el Hipocampo. El sistema lmbico juega un papel primordial en la consolidacin de la memoria
declarativa o intencional, por medio de la cual recordamos hechos
pasados, pedimos nombres, sabemos datos y fechas, etc.
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partes del cerebro, despertando con ello inmediatamente
un sistema de alarmas indicando que hay problemas. Y
esas alarmas provocan la secrecin de las hormonas que
facilitan la reaccin de ataque o de fuga, moviliza los
centros del movimiento y activa el sistema
cardiovascular, los msculos y los intestinos. El tronco
cerebral recibe como consecuencia la predisposicin de
actuar, como el temor, el miedo u otras manifestaciones
para reaccionar inmediatamente, segn la emergencia del
momento, haciendo as que los pensamientos queden en
un segundo plano, por lo menos en esos momentos tan
cruciales instintivos, en donde la mente racional queda
sometida a la emergencia emocional que es exclusividad
de la amgdala. O sea, que estamos sometidos a los
instintos involuntarios como sistema de defensa y de
auto-conservacin. Despus es que procede la razn o la
mente pensante, pero despus de la emergencia que
despert la alarma que se recibieron de los sentidos. En
otras palabras, despus es que vienen los
arrepentimientos o los reclamos de conciencia de lo que
hicimos de manera instintiva. Pero, se nos escapa de las
manos. Ni que furamos slo mente pensante. Somos,
primariamente, emocionales y reaccionamos como tales.
El sistema emocional puede actuar con
independencia de la neocorteza o cerebro pensante. La
amgdala puede guardar recuerdos y muchas respuestas
que efectuamos sin saber exactamente por qu lo
hacemos, precisamente porque la especie de alcabala que
existe entre el tlamo y la amgdala evita completamente
la neocorteza. He ah que la amgdala se convierta en un
depsito de impresiones y recuerdos emocionales de los
que nunca fuimos plenamente conscientes. Lo que quiere
decir que nuestras emociones tienen mente propia, y que
es independiente de nuestra mente racional. Eso explica
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todas nuestras impulsividades, muchas veces mal
entendidas y no comprendidas.
La noticia, como tal,
una experiencia sin comparacin
La motivacin inicial de este libro es, adems, de
una auto-sanacin, de un aporte para quien se pueda
hallar en situaciones difciles como la de enfrentarse a la
noticia desgarradora de tener cncer. Nada fcil, ni lo
uno, ni lo otro. Cmo puede un ciego guiar a otro ciego?
Pero, haciendo caso a la sugerencia de la Dra. de que
pudiera ser de mucha utilidad para muchos pacientes, me
hallo en medio de esta tarea por de ms complicada,
aceptando el reto, y buscando todos los medios para por
lo menos hacer el intento. Ni siquiera sin tener la
seguridad de tal vez terminarlo, no sea, que ni llegue a
tiempo o el tiempo y su implacable no-perdn, se
encargue del resto. Pero eso ser cuando ser. Y no
adelantemos, pero tampoco ofrezcamos, para ser lo ms
justos posibles con esta realidad.
Tampoco se pretende hacer un recetario o un
formulario a seguir de quien lea este libro. Sera entrar en
contradicciones con lo que tenemos dicho en los dos
primeros captulos y que son muy serios y para
tomrselos como tal, con todo respeto. La cosa es ms
compleja pero tambin muy sencilla a la vez, porque se
trata de nuestros mundos pasados acumulados en
nuestros historiales emocionales y que estn guardados
para nuestra autodefensa y reaccin frente al peligro
inminente que supone saberse poseedor de una
enfermedad que le est pisando los talones, y ni para
saber si todava muy lejos, no tan lejos, o ms bien,
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pegadito. Esa impresin o sensacin paraliza toda
actividad mental y se pasa a ser presa exclusivamente de
las emociones. Y es desgarradoramente inevitable. Habr
quien lo toma bien, cosa que dudo. Habra que
preguntarle a un sentenciado a la silla elctrica o a la
horca lo que siente el saber que en dos das lo van a
ejecutar. Sus respuestas seran pura adrenalina y todas
esas producciones hormonales y secreciones renales y de
todas las dems ramificaciones implicadas en la
produccin de emociones, por mucho que se le diga que
se la tome con calma y que tenga sentido racional para
ver las cosas con claridad.
Las preguntas se aglomerarn en el sentimiento,
es decir, en el corazn, de manera inmediata. Sale a
relucir la familia, los hijos, los cercanos, los lejanos, los
proyectos y tantas otras cosas que tenemos como
propsito en la vida. Y, ahora, qu? Y ese QU resuena
en grande y como en eco redoblante en la mente
emocional, porque la mente racional se ha quedado
paralizada. Y es, entonces, cuando estamos bajo el yugo
total y absoluto de la amgdala y todo su contenido, por
fracciones de segundos, o tal vez, por mucho ms tiempo,
si se sucumbe a la impresin. Terrible, sin duda. Puede
ser una eternidad o un tnel sin salida... Pueda que no
haya ni siquiera retorno. Es un shock, por lo menos, de
manera inmediata y sbita. Tal vez exagere, pero la
noticia no es para nada halagadora ni complaciente.
Qu hacer? Sufrir el momento en el momento.
Se est preparado? He ah el problema. Nadie lo est,
as digan lo que digan.
Y las reacciones sern muy variadas. Ni siquiera
un modelo se propondra a seguir. Absurdo fuera. Se est
bajo el mundo de las emociones y somos sus vctimas.
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Enseguida aparecen todos los recuerdos de
quienes hemos conocido que tienen o tuvieron cncer.
Sus imgenes nos invaden y nos turban confundiendo
ms la situacin emocional. La muerte se nos presenta
como ya ms vecina que hace unos momentos atrs. No
tanto la muerte, sino su proceso; es decir, el dolor, el
sufrimiento, el tratamiento, la dieta y todo lo que esto
supone. Ms se nos complican las cosas a nivel
emocional.
Pero no todo est perdido, sin embargo, como
veremos a continuacin, ya que existen cinco esferas para
aumentar las capacidades de nuestra inteligencia
emocional y con ello buscar el nivel que la naturaleza ha
programado para nuestra salud mental. Son ellas:
1. Conocer las propias emociones. 2. Manejar las emociones. 3. Ordenar nuestras emociones. 4. Reconocer las emociones en los dems. 5. Manejar las relaciones.
Estas esferas se pueden cultivar y se puede
mejorar con nuestros esfuerzos conscientes, lo que
significa que es un arte y un aprendizaje el mejorar
porque todo est en funcin de que nuestras relaciones
mejoren con los dems, que es, al fin y al cabo, la clave
de todo1. Por ahora, y siguiendo el mtodo del autor que
1 Esto nos llevar simultneamente a hablar del libro del mismo autor,
Daniel Goleman, La inteligencia social, porque es la clave y el resultado final de todo el engranaje de nuestra complejidad y sencillez
humana, es decir, el paso obligatorio del camino bajo hacia el camino alto, de los que habla el autor, como proceso de saneamiento y purificacin.
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tenemos como gua y consulta, vamos a diferenciar el CI
(cociente intelectual) de la inteligencia emocional. Se
puede tener, de hecho, un elevado CI, pero muy bajo, el
control emocional y aqu es donde estn los problemas.
Tal vez, habra que citar la obra de Erasmo de Rtterdam,
Elogio a la locura, en donde presenta de manera irnica
estas dos verdades sociales como para ilustrar mejor este
intento de magnificar un comportamiento en sacrificio
del otro, cuando lo que prevalece es el buen
desenvolvimiento en las relaciones interpersonales, de los
que muchas veces los muy elevados en su CI son ms
bien torpes; y s muy giles y prontos los que tienen la
capacidad de conversar y hasta a veces aparentemente,
perder el tiempo.
Pero, sigamos como vamos, para adelantar y
conocer ms sobre el tema. Slo presentaremos las dos
primeras, ya que las siguientes son una secuencia natural
de estas dos fases iniciales.
PRIMER PASO: CONOCER LAS PROPIAS EMOCIONES:
Esa es la clave de todo.
Ya se ha enclichado esa verdad en la tan famosa y
citada frase de Scrates con el concete a ti mismo. Sin embargo, esa es la primera fase y la ms importante. Ya
sabemos quines somos y dnde vivimos y todos esos
detalles de ubicacin, como a qu familias pertenecemos.
Eso nos da un lugar y una ubicacin. Pero, la cosa va un
poquito ms all. Va al qu somos cuando somos, y
cundo (en la circunstancia concreta) nos toca serlo.
Parece un enredo de palabras pero es una verdad que no
podemos eludir, porque es la piedra angular de la
25
inteligencia emocional que nos llevar a tener conciencia
de nuestros propios sentimientos en el momento en que
los experimentamos. Ah quedamos al desnudo con
nosotros mismos y frente a los dems, sin ningn tipo de
adornos: somos los que en verdad somos. Quedamos en
evidencia frente a todos y a todo, en situaciones
concretas de reaccin aparentemente involuntaria. Pero
no se trata de avergonzarnos de ello, sino de tomar
conciencia de que lo estamos sintiendo justo en ese
momento, y en la medida de lo posible intentar calificar o
nombrar eso mismo que estamos sintiendo, como rabia o
ira, por ejemplo. Si esto ltimo se da significa que los
circuitos neocorticales estn controlando activamente la
emocin, que es el primer paso para alcanzar cierto
control, y la podramos llamar como la conciencia de las
emociones. En otras palabras, que somos sabedores de
que estamos sintiendo eso; justo, precisamente en ese
momento; y ya, en cierta manera, tenemos un comienzo
del comienzo, que es conocernos a nosotros mismos. La
clave de todo. Estamos sintiendo lo que en el momento que; sin negarlo. Pero sin afianzarlo, porque, entonces, sera un retroceso y sera dar rienda suelta al
contenido de los archivos de la amgdala que nos manda
respuestas instintivas. O lo que sera igual a decir que
sabemos lo que estamos sintiendo y tenemos idea de ese
cambio que estamos sintiendo y experimentando. Eso
mismo nos dar la posibilidad de actuar sobre esos
mismos sentimientos y librarnos de ellos. O, por lo
menos, controlarlos sin reacciones negativas inmediatas.
Sentir que sentimos lo que sentimos en nuestros
momentos determinados, sin duda, que reflejan un estado
bueno de salud emocional. Darnos cuenta de ello es
fundamental para empezar a ser dueos de las
circunstancias, tal vez. Pero, puede suceder lo contrario.
26
Sera no percatarse conscientemente de lo que sentimos y
mucho menos expresarlo, como en el caso de los que los
expertos llaman los alexitmicos, que no es que no sientan nada, sino que son incapaces de saber y de
expresar con palabras cules son sus emociones. En estos
casos las personas no tienen la habilidad fundamental de
la inteligencia emocional, la conciencia de s mismos,
que no les permite saber lo que sienten mientras sus
emociones se agitan en su interior. Y en muchos casos,
como no relacionan emocionalmente, no saben
diferenciar una dolencia fsica de un trastorno emocional,
y se dan los casos de enfermedades psicosomticas, en
las que verdaderos problemas emocionales provocan
verdaderos problemas mdicos. Y ese desajuste, tal vez,
se deba a la posibilidad de una desconexin entre el
sistema lmbico (tambin llamados sentimientos viscerales) y la neocorteza.
Es necesario tener en cuenta que para pensar bien
tenemos que sentir; es decir, sentimos primero y despus
pensamos, precisamente porque sentimos y procesamos
despus para actuar o hablar. Por eso necesitamos todas
las conexiones de las que nos ha dotado la naturaleza
para estar en sintona con nuestros sentimientos. Es decir,
sentir y pensar, y no lo contrario.
No negarlas las emociones. Ser conocedores de
que estamos sintiendo y padeciendo, primero, por la
noticia; y despus por el mundo de mundos que nos est
pasando justo en esos momentos por nuestros
sentimientos. Suena fcil Pero, es el primer paso. Es decir que lo primero que tenemos que hacer es reconocer
que se tiene cncer. As, sin adornos. No esconder ni disimular esa verdad: tengo cncer. Con nombre propio: CANCER.
27
SEGUNDO PASO: MANEJAR LAS EMOCIONES:
Ya sabemos lo que sabemos, y eso aplicado a
cualquier situacin, no slo en el caso de la noticia del
cncer. La tristeza nos invade. Como que se caen los
brazos y los hombros, y con ellos como las ganas de la
vida. Nos invade una emocin muy fuerte: la tristeza.
Qu se podra esperar?
Pero la naturaleza es muy sabia. Ella tiene sus
propios mecanismos de defensa y hay que dejarla actuar
y darle tiempo al tiempo, que es la medida de la
sabidura. Por ahora, es el momento de saber y de sentir
que sentimos tristeza. Ya se ha precisado en la parte
anterior: sentimos y es funcin visceral, natural,
instintiva. Significa que nuestros sensores naturales estn
activos y en funcionamiento, porque han dado todas las
seales que les corresponden a las partes cerebrales, que
tambin tienen su propio trabajo. Ahora hay que dejarlos
que procesen lo que tienen que procesar, mientras se
hacen todos los ajustes psicolgicos y los nuevos planes
que nos permitirn continuar con nuestra vida. Se tomar
su tiempo y hay que saberlo y respetarlo.
Lo delicado de toda esta nueva emocin y
sensacin es que hay algunas manifestaciones que
evidencian que estamos en un estado de tristeza, tales
como, el odio por uno mismo, la sensacin de que uno no
vale nada, cierta melancola, sensacin de temor y una
ansiedad creciente. Sin dejar de contar la confusin, lo
difcil de la concentracin mental y algunas fallas de la
memoria, acompaados por una desgana por casi todo lo
que se vena haciendo hasta el momento de la noticia.
Comienza a aparecer el insomnio, y por consiguiente, el
28
agotamiento durante el da; con mucha fragilidad
emocional e inquietudes generales. La vida queda
paralizada, nos invade la tristeza.
Pero, la naturaleza es sabia, con todo y todo ese
proceso, ya que se est tomando su tiempo para
comenzar otra vez. Y hay que darle tiempo al tiempo.
Comprenderlo, primero, uno como paciente y vctima; y,
despus los inmediatos como familia tambin del mismo
crculo. Ciertamente, no es una tarea fcil. Asimilarlo, es
cuesta arriba. Es cuando, entonces, se recomienda
quedarse uno solo por algunos momentos, mas no
aislarse, porque nos entrampamos irremediablemente; y
buscar, en la medida de lo posible socializar para abrir
nuestros sentimientos y emociones, porque la clave es
que seamos dueos y las manejemos, sino se puede pasar
a ser presa. Y, esa, no es la idea.
Si esta segunda fase se logra, vendr
inmediatamente la esperanza, y se pondr en ella todas
las energas para luchar contra la adversidad, en este caso
el cncer. Todo se ilumina y comienza otra vez. No todo
est perdido y se puede. No se trata de dar una receta o
un formulario como ya lo dijimos antes, sino de
comprender que nuestra naturaleza es muy sabia. Y, lo
es. Hay que dejarla hacer en sus procesos de crecimiento.
Vendr tiempos mejores. Y comenzamos a
manejar nuestras emociones. Recordemos las fases que
habamos colocado como parte del proceso:
1. Conocer las propias emociones. 2. Manejar las emociones. 3. Ordenar nuestras emociones. 4. Reconocer las emociones en los dems. 5. Manejar las relaciones.
29
Desde la tercera en adelante ya es un proceso de
secuencia originado por las dos fundamentales: conocer
las emociones y manejarlas.
Hasta aqu ya hemos dado los primeros pasos para
empezar a mejorar. Aparece la esperanza, lo que significa
que se puede y hay que colocar todos los medios para que
as sea. A nivel mdico hay que disponerse para que
comience lo que hay que sanar porque ya a nivel
emocional est comenzando la sanacin. Y eso ya es
mucho. Ahora, vamos a pasar a la fase prctica que es la
de la esperanza, cmo y de qu forma. Y todo ser
vlido.
Es muy importante comprender que en la
naturaleza hay un orden establecido y todo vuelve a ese
orden querido y logrado por muchos siglos de evolucin.
Todo tiende a un orden en medio del aparente desorden.
Tal vez podamos citar el mismo inicio del libro del
Gnesis (1,1-2), tal como comienza la Biblia:
En el principio cre Dios los cielos y la tierra.
La tierra era caos y confusin y oscuridad
por encima del abismo, y un viento de Dios
aleteaba por encima de las aguas.
La tierra era caos y confusin Y la creacin, bblicamente hablando, comienza con el orden que Dios
quiso colocar en lo creado. De repente, esa verdad nos
ilumina y nos revela parte del misterio
30
Mientras tanto
Sumergido me encontraba tanto en la re-lectura
del libro que tenemos citado para poder hacer algunos
aportes (Inteligencia Emocional), a la vez que iba
escribiendo para ir presentando las ideas que consideraba
que eran de inters. Todo haba transcurrido
aparentemente bien hasta llegar el da lunes, da que
siempre he tomado de descanso. Haba pensado que ese
lunes iba a hacer muy fructfero porque me dedicara a
tiempo completo tanto a tomar las notas y presentarlas
aqu, y con ello avanzar en mi intento. Pero, apenas hice
algunas pequeas cosas y una sensacin de inutilidad me
invadi esa maana, que perd toda voluntad hasta de
querer leer y de hacer nada. Tal vez, el encontrarme solo
en la casa, y sin tener que ir a la parroquia me ayud a
ver la inutilidad incluso del libro que estaba escribiendo.
Un mundo totalmente negativo me invadi y un
pesimismo general era la expresin de mi rostro. Con
toda seguridad hasta de mi andar.
Ese da haba amanecido lluvioso y el ambiente
era todo de humedad y agua. Todos los recuerdos menos
agradables se hicieron presentes. Hubiese parecido que
nunca haba tenido experiencias bonitas ya que ninguna
haca su aparicin por mi mente, sino, slo los que menos
pensaba que estaban en mi memoria: todo era gris y
quejumbroso. Sin querer me iba sumergiendo en un
estado de una casi total negatividad. Nada pareca bien.
31
Me dej llenar de esa sensacin de
aniquilamiento, a pesar de que intentaba mandar
mensajes de rechazo a esa invasin. Pero, de nada serva
que lo intentara. Fue pasando el da y en la tarde todo
segua igual. Tal vez, peor, porque se amontonaban ms
recuerdos e ideas de cosas desagradables y nefastas. No
s si en algunos en situacin parecida les suceda igual,
pero a m me haba inundado un desgano por todo, hasta
de ese mismo momento. No es igual pensar que la muerte
est a muchos kilmetros de distancia a saber que le est
pisando a uno los talones. Es mucha la diferencia a nivel
emocional el saber y comprender esa verdad. Y eso me
estaba martillando ms de lo normal al punto de generar
una apata por todo, sobre todo en esa tarde.
En la tarde recib una llamada por telfono.
Aprovech para conversar con la persona, que era de
bastante confianza, de mi estado de nimo. Me escuch.
Y era lo que yo necesitaba justo en ese momento.
Conversamos cerca de media hora. Me insisti en que no
me auto-castigara en esa situacin y dio sus razones.
Resalt muchas veces la idea de que hay que evitar
estados negativos porque eso era lo que estaba
necesitando la enfermedad, sobre todo, que me
deprimiera. Que no le diera gusto a la enfermedad del
cncer. Que era necesario levantar el nimo a como diera
lugar. Era fcil decirlo y sonaba como un campaneo sin
mucho efecto en el cambio de nimo, pero era necesario,
por lo menos, escucharlo.
Lleg la noche y todo segua igual de gris. Esper
que llegara mi hermano y su esposa para conversar un
poco ante de ir a dormir.
Al da siguiente estuve tentado de quedarme en la
cama sin levantarme durante todo el da. Sin embargo,
me levant con mucha desgana de todo a mis
32
cotidianidades. Fue transcurriendo el da y a quien poda
le comentaba que estaba de un humor muy deprimible
como buscando apoyo para que me ayudaran a salir de
esa situacin. Al contrario, aumentaba ms, a pesar de
que lo deca. Se supona que al decirlo se mejorara un
poco; por lo menos, se oye decir que si se expresa lo que
se est sintiendo se mejora, pero, no suceda en mi caso.
El estado de nimo pareca empearse en quedarse gris.
No dejaba mis actividades de todos los das en mi tarea
como prroco. Vinieron a buscarme para ir a atender con
la uncin de los enfermos a dos personas muy mayores y
en estado de salud terminal, en esos mismos das. Los
atend. Me coloqu un tapaboca para evitar cualquier
posible contagio de gripe o cualquier virus porque se
supona que estaba en desventaja en cuanto a las defensas
de mi cuerpo. A las seis de la tarde celebraba las misas
como siempre. Nada haba cambiado respecto a mis
actividades como prroco. A este punto, alguien me
sugiri que colocara mis estados emocionales mientras
celebraba las misas, y no se puede negar que se me
atragantaba la garganta en algunos momentos de ella,
sobre todo en la lectura del Evangelio, especialmente un
da de esos das en donde el Evangelio deca, entre otras
cosas, que: No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caer en tierra sin el
consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros,
hasta los cabellos de vuestra cabeza estn todos
contados. No temis, pues; vosotros valis ms que
muchos pajarillos. Esa misma persona me pregunt que si no se senta como una especie de reclamo a Dios que
de por qu a m; y, tengo que decir que nunca sent esa
sensacin. Simplemente porque as es la vida. No hay
excepcin.
33
Ya haban aplicado la segunda sesin de la
quimioterapia, y, en parte, eso me tena un poco alterado.
Algunos efectos fsicos de la quimioterapia se
evidenciaban en mi cuerpo. El dolor en la espalda se me
despert con la segunda terapia. Tal vez, eso me tena
como me tena; es decir, el hecho de experimentar el
dolor, que haba desaparecido con la primera
quimioterapia, y, que ahora, con la segunda, se haba
despertado, tal vez, eso era lo que me tena preocupado.
Ahora que lo estoy escribiendo es que me percato que esa
podra ser la razn de mi estado de depresin. Pero en
esos momentos no me daba cuenta sino del dolor de
espalda, y es, ahora, cuando tomo conciencia de los
temores que pudo haber desencadenado ese hecho. Ante
la realidad del dolor se generaba una reaccin
inconsciente que se me escapaba de las manos.
No se es dueo de los propios temores, sino su
vctima. Creo que eso me estaba sucediendo. Y no se
tiene control. No vale saberlo y a pesar de que estaba
estudiando y escribiendo sobre esas reacciones
(inconscientes) para intentar hacer algn aporte,
comenzando para m mismo, no tena ningn tipo de
dominio sobre esas esferas de la mente. Las estaba
estudiando con la ayuda de los aportes de la psicologa
ms no era un experto en manejar esas emociones. Y,
quin va a serlo en situaciones tan complicadas como
esas? Lo mucho que se haya ledo o estudiado o se sepa
no nos hace ser dueos de esas verdades.
Podra decrseme que me aplicara lo que estaba
leyendo y que ya saba. O sea, mdico crate a ti mismo, en caso de que yo fuese mi propio mdico, y lo era, en ese caso. Ciertamente, saba que en esa situacin
el nico que tena la solucin era yo mismo. Pero, una
cosa es que se sepa, y otra, el que se aplique y d
34
resultados. No se niega que hay gente que no lo sepa en
verdad y lo aplique mejor que quien lo sabe como teora.
Era evidente que yo tena la teora. Pero, en todo caso no
dependa de m, sino de mi inconsciente, o del mundo de
cosas acumulados en la amgdala que me tenan como me
tenan.
Ahora que estoy escribiendo me pregunto, si no
es una excusa para justificar mis estados de demencia en
situacin normal, disfrazados de depresin por la noticia
del cncer? Y no sea, ms bien, sino situacin ms
compleja todava que est indicando que hay un
problema de debilidad emocional de por s que requiriese
asistencia profesional? La idea de ir a buscar asesora
profesional no se descarta para ninguna persona: todos en
algn momento necesitamos de alguien que nos escuche
y nos preste atencin. A veces el trajn de la vida nos
quita ese regalo de encontrar personas que sepan
escuchar, o, a veces, nosotros mismos no tenemos
suficiente tiempo para dedicarnos a escuchar. En todo
caso, no se descarta la posibilidad de esta asesora.
Fue pasando la semana y fue hacia el jueves en
que senta que encontraba el cauce. Todo estaba
volviendo a la normalidad. Algunas personas vinieron a
visitarme en esos das, de entre ellos, tres sacerdotes y se
estuvieron lo suficiente como para ayudar a encontrar el
rumbo perdido. No paraba de hablar. Ese jueves se
improvis una tertulia en mi oficina antes de la misa con
un grupito. Se convers de todo un poco y eso ayud
bastante. Definitivamente, no se puede uno aislar en esas
circunstancias: hay que buscar los medios de expandirse
o conversar para evitar entramparse mentalmente.
Es de admirar a los que no se enredan tanto en
sus mundos mentales como lo estaba yo en esos das.
Tomarse la vida como viene es la mejor solucin. El
35
problema est en que tengamos ese don de vivir con
simplicidad como de hecho mucha gente la tiene.
A los tres das siguientes tenamos las
confirmaciones en la Parroquia y vena el Obispo de la
Dicesis a administrar el sacramento, a las nueve y media
de la maana.
36
Las quimioterapias
Una vez que se supo la noticia del cncer se
hicieron todos los preparativos para comenzar la
quimioterapia. Se contact la cita con la Dra. del Hospital
Razetti de Barcelona y ella dio todos los rcipes y
rdenes correspondientes para comenzar ya el
tratamiento. Y a la semana siguiente ya estbamos
recibiendo la primera sesin.
Es importante decir, como informacin, que el tigre no es como lo pintan, como dice nuestro refranero popular. Porque, es un mundo de mundo lo que se puede
uno imaginar de las cosas que no conoce e inventar de
ellas cosas que en verdad en nada se acercan a la verdad,
ni siquiera se asoman un poquito. Nada saba yo en qu
consistan las quimioterapias, pero no dejaba de pensar
muchas cosas, que ahora ni me acuerdo, de lo qu y
cmo podra ser. Llegado el lunes asignado para iniciar el
tratamiento un susto inexplicable rondaba en mis
emociones. Y conmigo los que me circundaban: familia y
cercanos de la parroquia. Todos estbamos a la
expectativa de cmo sera. Tal vez, no lo niego, ya me lo
haban dicho cmo era, pero, no recuerdo que me
hubieran dicho que era realmente muy sencillo. No era
tan, ni siquiera un tantico.
37
Llegada la hora y con ella la Dra. y la enfermera
de turno, me hicieron pasar a una sala con dos sillas tipo
silln reclinable hasta con apoya pie. Muy cmodo. En
una de ellas ya estaba instalado un seor, y por la manera
de desenvolverse, era ya un experto en esos menesteres
de quimio. La enfermera conversaba muy amenamente
con l mientras manipulaba algunos instrumentos de
enfermera como las inyectadotas y unas bandejas de
acero inoxidable. O que lo llamaba seor Pedro en su conversacin cada vez que deca o comentaba cualquier
cosa en su intercambio enfermera-paciente. Me sent en
la silla que estaba vaca al lado del seor Pedro y creo
que comenzaba a estar ms que cmodo. Salud a la
enfermera y tambin al seor Pedro, a quien, tambin lo
llam como lo llamaba la enfermera. O sea, que ya haba
entrado en confianza.
El seor Pedro tena un peluqun para disimular
su cabeza rapada. Al principio daba como risa aquel
peluqun, pero, una vez entrado en conversacin con el
seor Pedro, se senta que el peluqun era parte de su
personalidad y le sentaba muy bien. Le daba una cierta
elegancia y un cierto porte de seguridad. Le sentaba el
peluqun, sin duda.
La enfermera trajo dos parales para colocar el
tratamiento, uno para el seor Pedro, y, otro para m. Los
ubic junto a cada silln-poltrona de color morado. El del
seor Pedro estaba a su derecha, y el mo, a mi izquierda.
O sea, que estaban haciendo pareja los dos parales. La
enfermera fue por una de las bandejas plateadas toda
repleta de inyectadotas y algunas cosas ms de su oficio.
Sonaba la bandeja al movimiento de la enfermera.
Coloc la bandeja en el apoya brazos derecho del silln
del seor Pedro y trajo hacia ella una silla tipo taburete
para sentarse justo hacia el lado derecho del seor Pedro.
38
O sea, casi de espaldas hacia m, que no me perda
detalles de lo que estaba haciendo la enfermera porque,
con toda seguridad eso mismo hara conmigo cuando me
tocara el turno. Sac una liga de color marrn y con ella
apret el brazo derecho del seor Pedro, a la altura del
msculo, por encima del codo, dndole una vuelta a la
liga. Frot varias veces el brazo del seor Pedro y dio
algunos golpecitos como para cerciorarse de las venas y
decidir cul escoger, mientras iba conversando con el
seor Pedro, quien a su vez, intercambiaba en su dilogo,
a la vez que comenzaba a apretar las quijadas, al punto de
verse que apretaba los dientes, preparndose para el dolor
del pinchazo de la inyectadora.
Por el gesto de la cara ya se supona que la aguja
de la inyectadora estaba entrando en el brazo del seor
Pedro. Cerr los ojos y arrug un poquito la cara. En eso
se oy un clack producido por el afloje de la liga del
brazo. -Ya est- dijo la enfermera y se sinti que la cara
del seor Pedro volva a tener su expresin de antes. Ya
haba tomado la va para colocar el tratamiento. Y
enseguida le conect a la manguera de paral el inicio de
la hidratacin, para en poco tiempo despus, comenzar a
colocar los medicamentos preventivos, como para evitar
cualquier alergia y el protector gstrico. La enfermera
previno al seor Pedro que ante cualquier cosa que
sintiera que dijera inmediatamente, y se levant de su
taburete, porque ya estaba hecha una parte. Yo no me
perda detalles. Tal vez, sin saberlo, estara aplicando y
gesticulando fisiolgicamente lo que decamos en el
nmero cinco del primer captulo, cuando decamos, que:
El levantar las cejas en expresin de sorpresa permite un
mayor alcance visual y tambin que llegue ms luz a la
retina, lo que permite tener mayor informacin de lo que
est sucediendo y precisarlo para idear mejor lo que se
39
va a hacer de inmediato (vase pgina 10 y siguientes).
Aunque yo no tena ms que esperar cuando me tocara.
Y, por lo que haba visto, por lo menos esa parte era muy
sencilla, o ya la conoca cuando lo de la hospitalizacin y
toda aquella historia de la operacin.
No fue de manera inmediata que me toc el turno.
Eso nos dio algn tiempecito para conversar entre el
seor Pedro y yo. Sobre todo para cerciorarme que no era
tan complicada la cosa. Como a los diez minutos
apareci la enfermera y arrim hacia el lado mo el
taburete al igual que colocaba la respectiva bandeja de
aluminio sobre el apoya brazo izquierdo del silln.
Conversamos como si fusemos muy viejos conocidos.
Tal vez, ella lo haca como estrategia para que yo me la
tomara con calma y no estuviera nervioso, y que a decir
verdad, creo que no lo estaba. Ella tom su liga y busc
mi brazo izquierdo, porque el derecho daba hacia la
pared, y por ah hubiera sido casi imposible. Le dio una
vuelta con la liga al brazo, ms abajo del codo, y apret.
Dio unos golpecitos al brazo y con un algodn untado de
alcohol frot la piel buscando la vena que ms seguridad
le diera. Y lo dems ya se sabe: el pinchazo, el arrugar la
cara, como de rutina, y el respirar un poquito ms fuerte,
como para que no duela, pero, igual duele, hasta que la
va ya est tomada para el tratamiento. Todo listo.
Despus la enfermera hizo todo el procedimiento de
rutina para ella y se retir unos diez o quince minutos,
para dejar que el cuerpo se hidratara con la solucin que
colocan antes, y regres a colocar los medicamentos
preventivos para evitar cualquier reaccin. Ella iba
explicando con mucha paciencia qu cosa era esto y qu
aquello, y, yo, tal vez, con los ojos ms abiertos de lo
normal iba asintiendo con la cabeza como dndome por
enterado del procedimiento mdico. Dentro de otro
40
tiempo vino propiamente el tratamiento de la
quimioterapia. La enfermera me inform que se
comenzaba con los medicamentos propiamente dichos y
que ante cualquier reaccin que lo dijera de inmediato
para actuar, en caso de haberlo. Pero, todo iba muy bien.
Todo sigui su rumbo. No hubo novedades, ni
para el seor Pedro ni para m. As estuvimos hasta cerca
de las doce del medioda cuando terminamos la primera
sesin. Despus de hacer los cambios de envases con sus
respectivos medicamentos, la enfermera estaba pendiente
de todo y vena con frecuencia a verificar y comprobar
que todo iba bien, como iba, de hecho. En esa primera
sesin, comenzando, fue que vino la Dra. a saludar y a
conversar un ratico conmigo y fue cuando me pregunt si
ya haba comenzado a escribir el libro Todo sali muy bien. Nada de especial.
Nos fuimos a la casa. Al da siguiente
corresponda el segundo da de la quimio, pero en el
Oncolgico del Hospital. Todos estaban como asustados
de las posibles reacciones, pero no suceda nada, menos
mal. Todo iba como si nada. Fuimos al da siguiente al
Oncolgico para la segunda parte de la primera sesin.
Muy parecida a la anterior. Nada de especial. Slo
cambiaba el lugar y algunos detalles de logstica, no ms.
Igual que la anterior, salimos casi al medioda. Como si
nada. Nada de especial. Bueno, s; el dolor de espaldas
haba ya desaparecido desde el mismo lunes en la tarde, y
eso ya era mucho que decir.
41
Algunas reacciones
de la quimioterapia
Una de las grandes preocupaciones de tener
cncer, que ya es ms que suficiente, es, sin duda el da
despus de las quimioterapias. Todos, tanto pacientes
como los familiares estn pendientes de cmo se va a
reaccionar, ya sea en la misma tarde de la aplicacin del
tratamiento, ya el da siguiente, ya los das posteriores. Y
se genera, realmente, un mundo de preocupaciones
anticipadas. Preocupaciones que se toman de las
experiencias ajenas. No se niega que marcan.
Lo bueno de todo es que somos una
individualidad irrepetida, y somos nicos. An con las
reacciones de la quimioterapia. No todos reaccionan de
igual forma y manera. Por esta razn, no es preciso que
nos coloquemos a dar toda una lista de posibles
reacciones, ya que cada uno va a reaccionar de manera
nica. Ni siquiera parecida al del otro paciente (o lo que
es lo mismo a decir que no hay parmetros homogneos).
En mi caso, se dieron unas reacciones muy particulares,
que tampoco es necesario que las detalle, ya que fueron y
son muy de las condiciones fsicas y emocionales
individuales. No vale la pena que se ponga uno a colocar
manifestaciones porque sera como indisponer a quien
tenga, o se est preparando para cualquier tratamiento
contra el cncer. Y, no sera justo.
Simplemente, seamos respetuosos.
42
Somos nicos e irrepetibles. Y con eso es
suficiente. Y cada cuerpo reacciona de manera particular
y diferente de otro. No es necesario la comparacin. Se
es nico, simplemente.
Es necesario mantenernos en esa lnea de
dignidad en todos los sentidos para no incurrir en falsas
expectativas. El problema es que la loca de la casa, es
decir, la imaginacin se nos adelanta y nos vuelve la casa
todo un desorden. Hay que quitarle a la loca la escoba o
el palo para que no haga desastres. Ahora bien, quin le
quitar la escoba o quien se enfrentar con la loca?
Sin embargo, puede ser til que demos algunas
notas generales que pueden ser de ayuda, como:
Tcnicas que ayudan con las nuseas y vmitos:
Evite comidas abundantes para que su estmago no se llene demasiado. Ingiera varias comidas
ligeras durante el da en lugar de una, dos o tres
comidas fuertes.
Tome lquidos por lo menos una hora antes o despus de las comidas, en lugar de tomar
lquidos con las comidas.
Coma y tome lquidos despacio.
Evite alimentos dulces, fritos o grasosos.
Coma alimentos fros o a temperatura ambiente con el objetivo de evitar que los olores fuertes le
molesten.
Mastique bien los alimentos para una mejor digestin.
Si las nuseas son un problema por la maana, trate de comer alimentos secos, como cereal, pan
tostado o galletas, antes de levantarse (no haga
43
esto si siente la boca o garganta irritada o siente la
boca seca).
Tome lquidos fros y claros, tales como jugo de manzana, t o refrescos de jengibre que hayan
perdido ya su efervescencia.
Chupe cubos de hielo, mentas o caramelos (no coma caramelos si tiene llagas en la boca o en la
garganta).
Trate de evitar olores que le molesten, tales como olores de comida, humo o perfume.
Descanse en una silla despus de comer, pero no se acueste por completo hasta que hayan pasado
por lo menos dos horas.
Use ropa suelta, no apretada.
Respire profundamente y despacio cuando sienta nuseas.
Distrigase hablando con amigos o familiares, escuchando msica o viendo una pelcula o
programa de televisin.
Utilice tcnicas de relajacin.
Evite comer por lo menos unas cuantas horas antes del tratamiento si las nuseas generalmente
ocurren durante la quimioterapia.
No corte ni rasgue la cutcula de sus uas.
Tenga cuidado de no cortarse o pincharse al usar tijeras, agujas o cuchillos.
Use un cepillo de dientes extra suave para no lastimar sus encas.
No apriete ni rasque los barros en la piel.
Bese con agua tibia (no caliente) en la baera (tina), en la ducha (regadera) o con una esponja
todos los das. Seque su piel suavemente, sin
frotar.
44
Use locin o aceite para suavizar y sanar su piel si se torna seca y agrietada.
Use alguna crema humectante, que eso ayuda a disimular la piel spera, adems de humectar la
piel.
Limpie inmediatamente las cortaduras y raspaduras con agua tibia, jabn y un antisptico.
Use guantes protectores cuando trabaje en el jardn o para limpiar lo que ensucien los animales
y otros, especialmente los nios pequeos.
Las tcnicas para ayudar con el cansancio:
Descanse mucho y tome perodos de descanso durante el da.
Hable con su mdico o enfermera sobre un programa regular de ejercicio.
Mantenga una alimentacin balanceada y tome muchos lquidos.
Limite sus actividades: Solamente haga lo que sea ms importante para usted.
Tcnicas para prevenir las infecciones:
Lvese las manos con frecuencia durante el da, especialmente antes de comer y despus de ir al
bao.
Mantngase alejado de personas que padezcan enfermedades contagiosas tales como resfriados,
influenza, sarampin o varicela.
Evite estar en lugares donde hay mucha gente.
No se vacune contra nada sin antes haber preguntado a su mdico si no hay inconveniente.
45
No se acerque a personas que han sido vacunados recientemente contra varicela, viruela, o gripe.
(Consulte con su mdico sobre cules vacunas
son importantes y por cuanto tiempo debe
evitarlas).
Limpie suavemente, pero en su totalidad, el rea rectal despus de cada evacuacin. Consulte a su
mdico o enfermera en caso de notar irritacin en
esa zona o si aparecen hemorroides. Adems,
consulte a su mdico antes de usar enemas o
supositorios.
Tcnicas para ayudar a controlar la diarrea:
Coma pequeas cantidades de alimento, pero ms seguido.
Evite el caf, el t, el alcohol y los dulces.
Evite los alimentos con un alto contenido de fibra, los cuales pueden producir diarrea y retortijn.
Entre los alimentos con un alto contenido de fibra se encuentran los panes y cereales de grano
entero, los vegetales crudos, los frijoles, las
nueces, las semillas, las palomitas de maz
(popcorn) y las frutas frescas o secas. En lugar de
stos, coma alimentos bajos en fibra, tales como
pan blanco, arroz blanco o fideos, cereales
cremosos, pltanos maduros, frutas cocidas o
enlatadas sin cscara, requesn (queso fresco),
yogur, huevos, pur de papas o papa al horno sin
cscara, pur de verduras, pollo o pavo sin piel y
pescado.
No coma alimentos fritos, grasosos o condimentados.
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Evite la leche y los productos lcteos si stos empeoran su diarrea.
A menos que su mdico indique lo contrario, coma ms alimentos ricos en potasio, tales como
bananos (pltanos), naranjas, papas y nctar de
durazno (melocotn) y chabacano (albaricoque).
Tome muchos lquidos para reemplazar los que ha perdido con la diarrea; los mejores son los
lquidos ligeros, claros, tales como el jugo de
manzana, el agua, el t ligero, los caldos claros o
el refresco de jengibre. Tome los lquidos
despacio y asegrese de que los lquidos estn a
temperatura ambiente. Si son bebidas gaseosas,
deje que pierdan el gas antes de tomarlas.
Las tcnicas para lidiar con el estreimiento:
Tome muchos lquidos para ayudar a suavizar sus evacuaciones. Los lquidos tibios y calientes
funcionan especialmente bien.
Coma alimentos con un alto contenido de fibra. Entre stos se encuentran el salvado, los panes y
cereales de trigo integral, vegetales crudos o
cocidos, frutas frescas y secas, nueces y palomitas
de maz.
Qu pasa si no se siente ganas de comer?
Ingiera comidas pequeas o meriendas siempre que lo desee.
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Trate de que la alimentacin sea variada y pruebe nuevos alimentos y recetas.
Cuando pueda, camine un poco antes de las comidas; esto puede estimular su apetito.
Trate de cambiar su rutina a la hora de comer. Por ejemplo, tome sus alimentos a la luz de las velas o
en un lugar diferente.
Coma con amigos o familiares. Si come usted solo, escuche el radio o vea televisin.
Qu se debe hacer si se presentan problemas en la boca, las encas y la garganta?
Visite a su dentista antes de empezar la quimioterapia, para hacerse una limpieza y
arreglar cualquier carie, absceso, encas enfermas
o dentaduras mal ajustadas que pudiera tener.
Pregntele a su dentista sobre la mejor manera de cepillar y pasar el hilo dental entre sus dientes
durante la quimioterapia.
Adems, pregunte acerca de un enjuague de fluoruro o gel para prevenir las caries, ya que la
quimioterapia puede ocasionar que usted tenga
ms caries.
Cepille suavemente sus dientes y encas despus de cada comida, usando un cepillo de dientes
extra suave y cepillando suavemente; si cepilla
sus dientes con fuerza, se puede daar el tejido
blando de la boca.
Pdale a su dentista que le sugiera un tipo especial de cepillo, hilo dental y pasta de dientes si sus
encas son muy sensibles.
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Enjuague bien su cepillo de dientes despus de usarlo y gurdelo en un lugar seco.
Evite el uso de enjuagues bucales de tipo comercial porque generalmente contienen una
gran cantidad de sal o alcohol que causa
irritacin. En lugar de esto, pregntele a su
mdico o enfermera acerca de un enjuague suave
o un enjuague con antibiticos para ayudar a
prevenir infecciones en la boca.
Coma alimentos fros o a temperatura ambiente. Los alimentos calientes o tibios pueden irritar la
boca y la garganta sensible.
Elija alimentos suaves y relajantes tales como helados, malteadas, alimentos para beb, frutas
suaves (bananos y pur de manzana), pur de
papas, cereales cocidos, huevos tibios o revueltos,
requesn (queso fresco), macarrones con queso,
natillas (flanes), pudines y gelatinas. Tambin
puede poner alimentos cocidos en una licuadora
para hacerlos pur, haciendo ms fcil su
ingestin.
Evite los alimentos irritantes y cidos, tales como los tomates, las frutas y los jugos ctricos
(naranja, toronja y limn); los alimentos salados o
condimentados; y los alimentos speros o secos,
tales como los vegetales crudos, la granola y el
pan tostado.
En caso de sequedad de la boca o sta le impide comer con comodidad:
Pregntele a su mdico si deber usar un producto de saliva artificial para humedecer la boca.
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Tome muchos lquidos.
Chupe trocitos de hielo, paletas heladas o caramelos duros sin azcar.
Mastique chicle sin azcar.
Humedezca los alimentos secos con mantequilla, margarina, salsas o caldo.
Moje los alimentos secos y crujientes en lquidos ligeros.
Coma alimentos suaves y en forma de pur.
Utilice blsamo para los labios si stos se tornan secos.
Tcnicas para sobrellevar la vida diaria:
A continuacin presentamos algunas sugerencias
(tomadas de Internet, como todo lo anterior) para
ayudarle durante su tratamiento de quimioterapia:
Trate de pensar en los objetivos de su tratamiento. Esto le ayudar a mantener una actitud positiva en
los das cuando las cosas se tornen difciles.
Recuerde que comer bien es muy importante. Su cuerpo necesita alimentos para reconstruir los
tejidos y recobrar las fuerzas.
Infrmese de todo lo que desea saber acerca de su enfermedad y su tratamiento. Esto puede
disminuir el miedo hacia lo desconocido y
aumentar su sensacin de control.
Lleve un diario mientras est bajo tratamiento. Un registro de sus actividades y pensamientos puede
ayudarle a entender sus sentimientos conforme
avanza el tratamiento y resaltar las preguntas que
necesita hacerle a su mdico o enfermera. Usted
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tambin puede usar su diario para llevar registro
de los efectos secundarios. Esto le ayudar a
discutirlos con su mdico o enfermera. Tambin
puede usar su diario para registrar las medidas
que va tomando para sobrellevar los efectos
secundarios y qu tan bien le funcionan. De esta
manera usted sabr cules mtodos han
funcionado mejor para usted, en caso de que se
repitan los mismos efectos secundarios.
No sea demasiado exigente consigo mismo. Puede ser que usted no tenga la misma energa de
siempre, as que trate de descansar lo ms que
pueda, deje los pequeos detalles a un lado y haga
solamente lo que sea ms importante para usted.
Pruebe nuevos pasatiempos y aprenda nuevas destrezas.
Si su mdico lo aprueba, haga ejercicio si puede. Haciendo uso de su cuerpo puede sentirse mejor
consigo mismo, y le ayuda a liberarse de la
tensin o del enojo y a aumentar su apetito.
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La esperanza, por sobre todo
Dijimos ya en un captulo anterior que es
importante la esperanza. Y esta viene de manera natural
despus de la etapa de la tristeza. Todo a su debido
tiempo.
Ya el slo hecho de someterse al tratamiento,
cualquiera sea el tipo, es una muestra clara de que hay
esperanzas. Muchos detalles son indicativos de que nos
alienta la esperanza de vencer el cncer. Por eso se va al
mdico y se acude a la ciencia para que nos ayude. Habr
quien rece o haga una promesa a algn santo, y es muy
vlido y til que as sea porque se trata de aumentar la
esperanza. Pero, acompaado de las obras. Es decir, con
la debida asesora y sometimiento a los adelantos de la
medicina. Y dejar todo a la voluntad de Dios, que quiere
la salud, de manera definitiva. Decir lo contrario, no es
esperanza. E ir absolutamente abandonado y con la
certeza de que superar.
El primer obstculo son nuestros desnimos y
nuestras ganas de no seguir. Ese es el primer problema.
An as no hay que bajar la guardia, como se dice. Pero
no se trata de hacer un recetario, como ya hemos dicho,
con esta, la tercera vez. Hay que aferrarse a que todo
saldr bien. Y, si no, pues se intent.
Habr muchos mtodos, como, de Programacin
Neuro-Lingstica, Medicina Mente-Cuerpo, Medicina
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Transpersonal, Psicooncologa, Psiconeuroinmunologa y
otras tcnicas afines. Estas son herramientas ya
profesionales para elevar la autoestima en momentos tan
difciles. Si se puede asistir, hasta sera beneficioso. Pero
no todos tienen esa posibilidad y tiempo disponibles. La
lectura y la escritura, como en el caso mo, es una
herramienta muy til. Muy pocos tendrn esa
herramienta y facilidad. Otra ayuda sera la de conversar
con la propia familia, pero evitando el sentido lastimero,
que en nada nos ayudara. Hay que tener dignidad, por
sobre todo. Creo que esta sera la primera terapia: nuestra
dignidad de personas, a pesar del cncer. Evitar a toda
costa que nos tengan lstima. En nada nos ayudara. Con
la cabeza en alto, aunque la procesin vaya por dentro.
Otra herramienta sera y es la del rezo. Y es la
ms natural y muchas veces la ms efectiva. Es la
herramienta comn y la ms utilizada. Lo importante es
que nos ayuda a abrigar que todo ser mejor. Entonces,
pues hay que acudir a ella, pero evitando la divisin entre
la accin y la peticin. Es decir, a Dios rogando y con el mazo dando como se dice en nuestros refranes populares. No hay otra. Rezando para que Dios nos
ayude, y poniendo todos los medios para que esa ayuda
sea efectiva y real. Algunos esperarn una intervencin
milagrosa; pero, el milagro se realiza en nuestra manera
de enfrentar la enfermedad, dndole la batalla. En este
punto, muchos vern la mano de Dios y se sentirn
escogidos por Dios por su situacin. Si eso le hace sentir
bien, pues, tampoco hace dao que piense as. Piense as.
Y seamos, igualmente, respetuosos.
Cul rezo sera el mejor? El que nos ayude a
encontrar paz. Tampoco se trata de una frmula mgica,
porque la enfermedad seguir estando presente hasta que
no se haya combatido totalmente. La experiencia del rezo
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del rosario ayuda mucho a encontrar la tranquilidad y la
paz emocional, y es muy recomendable. No se puede
negar la proteccin maternal de la Virgen Mara que nos
comprende como sus hijos y nos alienta a seguir
adelante, a pesar de los pesares.
Dios har el milagro? Por supuesto, que ya lo
est haciendo. Primero, ya Dios puso en la misma
naturaleza todos los mecanismos de ayuda, tanto fsica
como mentalmente. Ya esta haciendo de por s el
milagro. Despus, le ha dado mucha inteligencia al
hombre para investigar y estudiar y ayudar a mejorar la
naturaleza. Ya eso es una confirmacin de que si existe el
milagro.
Pero, va a intervenir directamente Dios para
cambiar el rumbo de la enfermedad? Ya lo est
haciendo El milagro se est dando Esa es la esperanza y no hay que soltarse Corresponde, ahora, no perder el sentido de la historia, por parte nuestra. Esa
es la clave Pero, hay que tener cuidado, porque muchos confunden la voluntad de Dios con el
determinismo o el destino.
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Atenciones caseras
No se puede negar ni mucho menos ignorar la
importancia que tienen los complementos mdicos que se
aplican en nuestras casas. La experiencia de la vida hace
que haya un repertorio de medicinas caseras que ayudan
realmente en estas circunstancias. De seguro es muy
larga la lista que se puede hacer de esos complementos,
pero solamente vamos a dar unos, de acuerdo con nuestra
experiencia, sobre todo para subir la hemoglobina y
mantener las plaquetas en su justa medida. No se debe
tampoco olvidar que la predisposicin mental que se
tenga hace que ste o aquel otro alimento preste los
beneficios, que ya de antemano le estamos dando en
nuestra mente y creencia, fruto de una cultura
determinada. Solo as tendr efecto lo que se tome o
coma, como por ejemplo:
La pomalaca
La guayaba (aunque a algunos los
coloca estticos)
Las paticas de pollo
La fresa
La mora
El nspero
El pescado, sobre todo las sardinas
La banana
El pimentn
La remolacha
La Zanahoria
Agua de coco.
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Es muy importante tener bien la hemoglobina y
las plaquetas. De lo contrario, se suspende el tratamiento
y sera triste que se retrase ya que sera darle ms chance
a la enfermedad. Pero, con todo ello, no debemos olvidar
que cada caso es muy especial, como tampoco el hecho
de en cada caso tambin depende de una dieta si es que la
pudiese haber. E, igual, se trata de ser muy respetuosos,
como se ha pretendido mantener claro en este libro y que
es la posicin ms justa y equilibrada. Pero son vlidos y
necesarios todos los complementos caseros para ayudar a
mantener todos los valores en su nivel y continuar as con
todo el tratamiento de las quimioterapias.
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No somos los nicos en la misma realidad
Bien dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. Pueda que lo sea. Sin embargo, no somos los nicos que estamos experimentando la realidad del
cncer. Sabemos que en nada nos ayuda, pero es muy
importante saber que hay otros con la misma realidad y
estn hacindole frente a la enfermedad. Nos somos los
nicos.
Y, en parte, podemos dar gracias a Dios, que as
sea, ya que gracias a esa verdad, la medicina como
ciencia ha avanzado mucho y se han hecho muchos
adelantos y conquistas, al respecto. Si ayer los que tenan
cncer tenan que someterse a la prctica que se conoca
entonces; hoy, los adelantos son mayores y los
tratamientos son ms llevaderos, precisamente, gracias a
todas esas experiencias acumuladas y gracias a gente que
se dedica al estudio y a la investigacin. Cmo no estar
agradecidos!
Si nos dedicramos a realizar una encuesta sobre
el cncer, encontraremos que un alto porcentaje ha
sufrido o est sufriendo esa experiencia, ya a nivel
personal, ya a nivel de familia. O sea, algn miembro de
todas las familias ha tenido o tiene un paciente de esta
enfermedad. Entonces, por qu hacer una tragedia de
una realidad tan comn? Sin duda, que es un falso
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consuelo, pero, no se puede negar que es una gran
verdad.
As se pudo evidenciar en los das de las
quimioterapias. Es sorprendente la cantidad de personas
que tiene cncer. Cada vez que asista a las
quimioterapias haba personas que en la anterior no haba
visto, y en cada caso, una situacin muy particular. Y
caso de casos. No nos pongamos a comparar, porque
sera una falta de respeto. Cada cual lo tena y cada cual
lo llevaba con sus consecuencias; pero, lo enfrentaba, que
es lo ms importante, y es lo que vale. Lo dems, es
aadidura. Aadidura lastimera o comparativa que no
contribuye en nada. Cada caso es cada caso con sus
particularidades.
El comprender, tal vez, que no se es el nico,
puede que ayude a levantar el nimo, en caso de decaerse
anmicamente. Ayuda, igualmente, a levantar la cabeza,
as est rapada, con naturalidad. Con naturalidad de una
persona que est atravesando una circunstancia especial,
pero que es persona. En este sentido creo que es
conveniente colocar los declogos del enfermo y de los
parientes del enfermo, que aparece en el libro Por culpa
de la tripa (o gracias a ella), y que tal vez ayude:
Declogo del enfermo:
1) Est enfermo, no intil. Procure hacer sus cosas sin necesidad
de estar molestando a la
familia.
2) Procure que no le estn dando la comida en la boca cuando
usted mismo lo puede hacer.
No est intil.
3) Procure no quejarse tanto. Se sabe que le duele, aqu o all,
en los dos lados al mismo
tiempo, pero no haga sufrir a la
familia que quiere que usted no
sufra. Pero aguante.
4) No ponga cara de victima, que ya todo el mundo sabe que est
enfermo.
5) Ponga cara de elegancia, a pesar de los pesares, y no
busque llamar la atencin ni
buscar dar lstima.
6) Tenga dignidad como persona. No se deje manipular por los
que quieren ayudarle, ya que
ellos tambin, en su muy buena
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intencin buscan inutilizarlo
ms de lo que ya est por lo
postrado en la cama.
7) Mantenga su propio aseo, si es
posible hacerlo por usted
mismo. Es muy lastimero llegar
a ese extremo de que le tengan
que colocar hasta el envase para
orinar o lo otro debajo. Si usted
puede hacerlo y levantarse,
hgalo. No haga ms
deprimente la situacin.
8) Sea firme en darles un parado a la familia que quiere que usted
no haga nada porque todo se lo
quieren hacer ellos.
9) Sea agradecido con todos. Por lo menos sonra y hable con
cario ya que todos estn muy
sensibles y una palabra
disonante de su parte les duele
mucho a ellos. Haga que todos,
con todo y todo, se sientan a
gusto de estar a su lado
acompandolo.
10) Procure hablar de otras cosas que no sea de la enfermedad,
aunque a veces es inevitable.
11) No eche las culpas a nadie. As es la vida, y qu le vamos a
hacer. Sufrirla y vivirla como
viene y venga. Lo que ju, ju, dijo la boba, como dice el refrn. O sea, que la boba no
era tan boba, era inteligente, y
no est echando culpa ni a nada
ni a nadie.
Declogo para los familiares del enfermo:
1) El enfermo est enfermo, no
intil. Deje que l puede hacer
algunas cosas por l mismo.
2) Evite el sentimiento de
paternalismo que paraliza y
estupidiza al enfermo. l puede solo.
Djelo.
3) Ayude a que el enfermo tenga
respeto por s mismo. Es una persona
que tiene dignidad. Resptesela y
haga que l mismo la respete.
4) No sienta los males que el
enfermo siente, ni tampoco le
invente ms males de los que ya
tiene. Es decir, a veces, al enfermo
no le duele la cabeza y a veces la
familia inventa que le duele la
cabeza y comienza a tratarlo como
tal. Eso indigna al enfermo que tiene
respeto y dignidad.
5) No manipule al enfermo para que
haga esto o aquello otro, porque est
enfermo. Resptelo. Y si el enfermo
dijo que no a tal o cual cosa o
sugerencia, no se la imponga.
Resptelo.
6) No se deje manipular por el
enfermo, que a veces, saca partido y
ventaja de su situacin.
7) No ponga cara de lstima cuando
venga a verlo o cuando est
acompandolo. Eso fastidia al
enfermo que se respeta adems de
contagiar energa negativa.
8) No hable muy duro ni tire las
puertas de la habitacin porque eso
perturba la mente y la estabilidad
emocional del enfermo que est muy
sensible.
9) No est sobando al enfermo ms
de la cuenta. Algunos familiares
comienzan que si a sobarles las
manos o los brazos como si con ello
aliviaran el mal. El mucho contacto
fsico fastidia. Guarde su debida
distancia. Todo donde debe estar.
10) No apurrue al enfermo, ni le
hable as como a nio recin nacido,
as como, chuuucucuucuu. Eso
molesta e indigna. Es el mismo
fulano pero que est enfermo, no un
fulano que ahora es un fulanito o
nio. No exageren.
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Tal vez sean un poco duras las recomendaciones,
pero se trata de estar enfermo, pero con dignidad y
respeto. Nada ha cambiado: se es la misma persona con
su historia, pero en una circunstancia especial. Y es
importante sealar que las circunstancias son pasajeras,