Corrido revolucionario

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Periodismo cultural

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CCUULLTTUURRAA

889 Noviembre de 2010 Martes 1622

“Al hombre parecía no importar-le que miráramos. Sorbía delplato ruidosamente las lente-jas y de tanto en tanto semetía a la boca una tortilla

empapada en salsa de chile de árbol doblada en cua-tro partes; sacaba uno por uno los pedazos de pláta-no macho para engullirlos con sumo deleite, escu-rriéndole un poco de caldillo entre la barba. Comió ycomió hasta reventársele el único botón de la camisaque en sus buenos tiempos debió ser fina.

Bebió sin parar de la botella lamiendo la última gotacon la lengua. Pensamos que aquél viajero despeinado,de arreglo descuidado, cubierto de tierra y mugre delcamino, se acurrucaría para echarse a dormir la mona,pero pidió al mesero otro cuarto de tequila. Para nuestrobeneplácito, y el de los demás parroquianos, con ánimoy espíritu aparentemente renovados tomó su guitarra, laacomodó sobre el regazo y pulsó las cuerdas suavemen-te con sus ásperos dedos, sorprendiéndonos al ejecutarun hábil ejercicio de afinación musical.

Las notas que se desprendieron del instrumentoviajaron por el aire contándonos una historia satíricamientras las diferentes fuerzas revolucionarias seenfrentaban a muerte en ese preciso instante en dife-rentes territorios de la nación. Con su voz aguarden-tosa el trovador entonó:

Con las barbas de Carranzavoy a hacer una toquillapa’ ponérsela al sombrerode su padre Pancho Villa.(1)

Y así continuó, cantándonos diferentes versionesde las aventuras de los que decía eran sus buenoscompadres y amigos, además de ex generales,Pancho Villa y Emiliano Zapata.”

(1) Cuarteta anterior a la Convención, versión delos campamentos villistas.

Los párrafos anteriores son una recreación sobre untrovador de la revolución que existe en mi imagina-ción, pero lo cierto es que mientras los zapatistashacían la guerra a los maderistas, los carrancistas a loszapatistas, los obregonistas a los carrancistas, los villis-tas a los carrancistas, etcétera, sus correrías eran narra-das por todo el país por esta especie de juglares mexi-canos, medio poetas, medio versistas, a través de loscorridos, tonadas líricas o baladas populares de tonoépico que fueron uno de los medios de difusión másimportantes durante la revolución mexicana y hastaantes del predominio de la radio y la televisión.

Se cree que el corrido tiene su origen en la roman-za española, cuya música se repite en cada una de lascuartetas; usualmente eran interpretados por maria-chis acompañados de violines y guitarras, aunqueactualmente la usanza sea más al estilo de las bandasgruperas. Vicente Mendoza Gutiérrez (Cholula,1894-México, 1964) fue uno de sus más importantesestudiosos, autor de más de una docena de librossobre la materia: Instrumental precortesiano (1933),El romance español y el corrido mexicano (1939); Ladécima chilena en México (1947) o La canción mexi-cana (1961). De Héctor Pérez Martínez esTrayectoria del corrido en México (1935) y deHiginio Vázquez Santana, Canciones, cantares ycorridos mexicanos (1925).

Estas canciones irónicas, festivas, tristes o burlo-nas, subversivas y también delatoras de la realidadsocial, son parte de la tradición folclórica mexicana yno sólo cuentan las historias antiguas de revolucio-narios, batallas y traiciones, tal como lo hacen Lacucaracha porfirista, Nos dejaron los olotes,Güerotes patas de perro, Corrido de la revolución, Latierra, sólo la tierra, Un recuerdo para Zapata y Eltriunfo de Torreón, entre muchos otros, sino sobreotros sucesos y problemas actuales de México.

A continuación un extracto del corrido anónimo“Entrada triunfal de las fuerzas revolucionarias ala capital de México el 6 de diciembre de 1914”,publicado ese mismo año en una hoja volante de laimprenta Antonio Vanegas Arroyo.

Les voy a cantar amigos, lo último que sucedió.

Que el día 4 de diciembre Villa a Zapata abrazó,y tanto se emocionó

que lágrimas le rodaron como que significaron el bien para la Nación;y desde aquella ocasión los balazos se acabaron.

(…)Mexicanos tan sufridos; que la guerra fratricida

sea para siempre concluida, que estemos todos unidos; y que sean bienvenidos,la calma para afianzar, estos soldados que a dar vienen orden, garantías, con las grandes valentías que han sabido demostrar.

(…)El presidente Gutiérrez en un balcón se asomó y con mano cariñosa desde ahí los saludó; esto nos significó

que política no tieneny que si a la ciudad vienen

vienen a garantizarla vida y los intereses

que otros pretendían quitar.(…)

Vivan, pues, los generales que vienen a rescatarlas libertades queridasque nos quisieron quitar,a México hemos de honrar como buenos ciudadanos, rencillas hay que olvidar que no tenemos tiranos,

alegres, contentos y ufanos debemos por siempre estar.

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Corrido revolucionarioAna Livia Salinas Gonzálezanaliviasalinas@hotmail.com

Imagen tomada del libro“Gustavo Casasola,Historia gráfica de la

Revolución”.