¿Cómo ganar la ciudad y la nación?

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Vayan y hagan discípulos a las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles todas las cosas que les he mandado. Mateo 28.20. - PowerPoint PPT Presentation

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Vayan y hagan discípulos a las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles todas las cosas que les he mandado. Mateo 28.20

Y procuren por la paz de la ciudad y rueguen por ella a Dios, porque en la prosperidad de ella ustedes serán prosperados.Jeremías 29.7

¿Cómo ganar la ciudad y la nación?

La respuesta de Jesús es “Discipulando las naciones”.

Escalones de un ministerio victorioso:

1. GANAR

“Casense y engendren hijos e hijas”Jeremías 29.5

“Id y haced discípulos...”

Escalera de un ministerio victorioso:

1. GANAR 2. CONSOLIDAR

“...bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...”

Escalera de un ministerio victorioso:

1. GANAR 2. CONSOLIDAR3. DISCIPULAR

“... Enseñando todas las cosas...”

Escalera de un ministerio victorioso:

1. GANAR 2. CONSOLIDAR3. DISCIPULAR4. ENVIAR

“todas las cosas que os he mandado...”

Para cambiar nuestra ciudad

necesitamos formar discípulos, no solamente “alimentar” a los creyentes y tener una buena “hinchada” en la iglesia.

“Casen a vuestros hijos para que tengan nietos; y multiplíquense y no disminuyan”Jeremías 29.6

4 generaciones en 2 Tim 2.2:

1.Pablo (Padres)

2.Timoteo (hijos)

3.Hombres Fieles (nietos)

4. O t r o s

“Lo que has oido de mi (Pablo) ante muchos testigos, esto (Timoteo) encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar a otros.” 2 Timoteo 2.2.

¿Cómo ganar la ciudad y la nación?

La respuesta de Jesús es “A través del discipulado”.

Una cosa es tener pertenecer a la “hinchada” de Jesús y otra cosa es entrenar jugadores que le ganen la ciudad a satanás.

Jesus y su equipo tienen el partido ganado, pero hay que salir a jugarlo en la ciudad, no desde la comodidad del lugar de entrenamiento (el templo).

Lamentablemente muchas veces el partido lo gana el diablo porque en lugar de ser jugadores disciplinados nos comportamos como barras bravas.

De “barra brava” a “discípulos”

Id y haced “discípulos” a las naciones, bautizando..., enseñando todas las cosas... Mateo 28.19.

El discípulo es espiritual

El barra brava es almáticoEl discípulo “espiritual”El barra brava es inconstanteEl discípulo continúa en medio de problemas

El barra brava es puro sentimiento

El discípulo es protagonista

El barra brava no se comprometeEl discípulo juega el partido hasta ganarloEl barra brava critica, habla mucho.El discípulo hace mucho

El “barra brava” es espectador.

El discípulo aprende a jugar ...

El barra brava es indisciplinadoEl discípulo aprende de su maestroEl barra brava siempre será hinchadaEl discípulo se transformará en entrenador de otros.

El “barra brava no se entrena.

El discípulo se une a una visión común.

El barra brava divideEl discípulo prioriza el objetivo común.El barrabrava exige, demanda.El discípulo entrega.

Al “barra brava” le cuesta unirse.

El discípulo acepta la correcciónEl barra brava hace lo que quiere.El discípulo sabe vivir bajo autoridad.El barra brava quiere “promesas”.El discípulo también cumple con las “demandas”. Mateo 7.21.

El barra brava no tolera ser “corregido”.

El discípulo es lealLa fidelidad se “vende”...El discípulo permanece “leal” por amor.El barra brava es fiel cuando todo va bien.El discípulo permace leal aún cuando hay problemas. 2 Tim 4.10-16.El discípulo entra en la dimensión de la lealtad. Permanece. No traiciona.La Iglesia es poderosa cuando los lazos en el liderazgo son de lealtad, de verdadera unidad.

El “barra brava” es fiel.

El discípulo se sacrifica para ganar

El barra brava piensa que el equipo gana por la hinchada.El discípulo silenciosamente es el que gana el partido.El barra brava siempre arma líoEl discípulo encuentra las soluciones para ganar.El barra brava se desanimaEl discípulo tiene iniciativa.

El “barra brava” exige el campeonato.

El que quiere seguir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Mateo 16.28.

Jesús te está invitando a abandonar la comodidad de la “tribuna” y comenzar a jugar el partido, dando lo mejor de vos mismo, y siguiendo las instrucciones del entrenador, permanecer leal hasta ganar el campeonato.