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CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
1. Antecedentes de la investigación
Con la finalidad de alcanzar los objetivos planteados en la presente
investigación, se llevó a cabo una revisión documental de trabajos de
investigación referentes al discurso y comunicación no verbal. A
consecuencia de ello, se han encontrado interesantes investigaciones
científicas relacionadas con la materia objeto de estudio los cuales, además
de su trascendencia, tienen relación lógica, directa y pertinente con las
variables tratadas en el presente estudio.
En tal sentido, Bolívar (2007) en su investigación titulada “Análisis del
discurso: ¿Por qué y para qué?”, que tuvo el objetivo de introducir a los
lectores en algunos de los problemas que se plantean los investigadores en
análisis del discurso y mostrar cómo, a partir de desarrollos en la filosofía del
lenguaje, se han propuesto teorías e investigaciones que permiten analizar el
discurso cada vez con mayor precisión. Además, el libro se basa en el apoyo
teórico de expertos en el área como Núñez (2007), Kaplan (2007) y otros que
refuerzan la investigación.
Los resultados obtenidos señalan que si bien resulta complejo seleccionar
un método para analizar el discurso, pues muchísimas veces está
enmarcado dentro del contexto de la multidisciplinariedad y se debe, desde
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luego, ver con todas las miras posibles, el libro destaca a su vez la necesidad
de estudiar el discurso para aplicarlo a la práctica también: para lograr
desarrollar mejor las habilidades discursivas en la conversación, narración,
argumentación, lectura y escritura de cualquier tipo de texto, logrando crear
una sociedad con mayor consciencia del valor de las palabras.
En cuanto al aporte de esta investigación realizada por Bolivar (2007), al
señalar un abanico de nociones fundamentales sobre el discurso, resultó ser
una gran referencia y apoyo en el desarrollo de las bases teóricas que
conforman al presente estudio. De igual manera sirvió de guía para dar los
primeros pasos en la comprensión de cómo analizar el discurso.
A su vez, Ascanio (2010) en su estudio titulado “Análisis del discurso
político” tiene como propósito el análisis de contenido en la comunicación
política, específicamente del discurso del poder, explorando no sólo su forma
sino también su contenido. Tal como lo plantea, lo que en apariencia
constituye nada más que narraciones para saber acontecimientos son, desde
otro punto de vista, discursos ideológicos y muchas veces míticos que tratan
de disuadir al receptor con retóricas trabajadas con sumo cuidado,
consciente o inconscientemente. Como corpus para el análisis, utiliza en
particular el discurso escrito del político y el discurso de la prensa.
Como resultado de su investigación, expresa que toda opinión publicada
se transforma luego en una opinión pública y resalta que cada grupo social
trata de mantener y/o confirmar sus actitudes, creencias y esperanzas; donde
cada matriz de opinión compite en el mercado de la comunicación diaria y
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puede consolidarse como coherente y válida si coincide con una realidad que
está allí siempre presente, pero que muchas veces se manipula con
expresiones, para lograr un determinado control social por parte de los
actores políticos. El investigador señala en su conclusión al discurso
populista como un claro ejemplo de esta situación.
Dicho estudio fue seleccionado como antecedente, pues resulta
sumamente pertinente y de gran ayuda para el desarrollo de la presente
investigación al profundizar en temáticas como la comunicación política y
análisis de contenido, suministrando datos que orientan el curso de este
trabajo, además que se asemeja puesto que Ascanio (2007) tuvo como
propósito el análisis de contenido en la comunicación política,
específicamente del discurso del poder.
Adicionalmente, Vilchez (2007) en su tesis de doctorado
títulada:“Hermenéutica en el discurso docente y las habilidades en las
lecturas reflexivas en estudiantes de media diversificada“ la cual tiene como
objetivo analizar las implicaciones hermenéuticas que prevalecen en el
discurso oral y escrito del docente.
La investigación se sustentó en las teorías de Calsamiglia y Tusón (2002),
Agüera (2002), Díaz y Hernández (2001) y Van Dijk (1999). El paradigma fue
inductivo con un nivel y tipo de investigación comprensivo-explicativo,
asimismo presenta un diseño no experimental.
Respecto a los resultados, la autora afirma que la hermenéutica en el
discurso del docente solo algunas veces logra dar continuidad y sentido al
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discurso oral y escrito, lo cual pudiera estar afectando las habilidades de los
alumnos para la lectura reflexiva.
En cuanto a las recomendaciones, Vilchez (2007) aconseja realizar
talleres sobre el discurso como acción práctica social y cultural, en busca de
alternativas cognitivas y actitudes útiles en el proceso de mediación del
aprendizaje estudiantil.
Dicha investigación fue seleccionada como antecedente, pues si bien se
enfoca en el discurso de los docentes, éstos se desenvuelven a través de la
comunicación de masas, al igual que los políticos; por lo cual el mencionado
estudio suministra ayuda teórica en lo relacionado a la categoría del
discurso.
A su vez, Galea (2011) en su tesis de maestría, presenta : “El componente
ético en el discurso informativo de los medios impresos” el cual tiene como
propósito determinar la presencia del componente ético en el discurso
informativo de los medios impresos de mayor circulación en el municipio
Maracaibo del estado Zulia.
Metodológicamente, la investigación se desarrolló bajo el paradigma
cualitativo, con enfoque interpretativo descriptivo, de tipo documental, con un
diseño no experimental transeccional descriptivo. La problemática se soportó
en los postulados de Agejas y Serrano (2002), Blázquez (2000) y (2002),
Bonete (1995), Beltrán (2004) y otros expertos en el área de la ética y el
discurso. Para la recolección de datos, se utilizaron fichas de observación
que se aplicó al diario Panorama y el diario La Verdad.
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Los resultados de la investigación demostraron que en ambas unidades
de análisis hubo una considerable presencia del componente ético, en el
caso del diario La Verdad dicha presencia fue más significativa que en el
caso del diario Panorama por el tratamiento que éste último otorgó a la
información; sin embargo, en el discurso informativo de ambos medios de
observaron referencias concretas de los valores morales estudiados.
Dicha tesis de maestría fue seleccionada como antecedente pues,
además de resultar sumamente pertinente y guiar de forma teórica y
metodológica, la ficha de observación aplicada para analizar el discurso
informativo fue una ayuda significativa en la elaboración del instrumento de la
presente investigación.
El artículo arbitrado elaborado por Andrade (2009) titulado: “El discurso
político a través de la prensa veracruzana” tuvo por objetivo el análisis de
trabajos periodísticos publicados en medios impresos de la localidad con el
propósito de observar los discursos periodísticos para reconocer en la prensa
aspectos de la cultura política veracruzana.
Entre los resultados que arrojó la investigación, se concluye que la prensa
es representativa de los asuntos colectivos de los veracruzanos; sin
embargo, queda de manifiesto que todavía existe en la representación local
de la prensa, el “halago” y la promoción de actos de Gobierno, lo cual
deviene de una raíz cognitiva autoritaria de “pensar” y hacer periodismo.
Desde luego, el estudio realizado por Andrade (2009) sirvió de apoyo en
la construcción de las bases teóricas, específicamente en lo referente al
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análisis de discurso. A su vez, la autora expone acerca de la metodología
cualitativa, fundamental para el desarrollo de la presente investigación.
Otro de los estudios que sirvió de soporte fue el suministrado por Van Dijk
(1996) el cual se titula: “La noticia como discurso: comprensión, estructura y
producción de la información” el cual tiene como objetivo proponer un nuevo
marco teórico para el estudio de las noticias en la prensa.
Dicho estudio hace énfasis en la importancia de un análisis estructural
explícito de los informes periodísticos, lo cual ofrece una alternativa
cualitativa de los métodos tradicionales de análisis del contenido.
El trabajo de investigación anteriormente expuesto fue seleccionado como
antecedente por tratarse de Van Dijk, un autor clásico y experto en el tema
del discurso. El libro sirvió de apoyo en la realización de las bases teóricas.
En relación a la segunda categoría de estudio, se detectaron varias
investigaciones que tienen relación lógica, directa y pertinente con el análisis
de la comunicación no verbal.
Vale resaltar la reciente investigación realizada por Rodríguez y
Hernández (2010) titulada: “Análisis de la comunicación no verbal de José
Luis Rodríguez Zapatero”, donde se planteó como objetivo general analizar
el lenguaje corporal en el medio televisivo del actor político español.
La investigación tiene como propósito el estudio detallado del lenguaje no
verbal de un líder político concreto, a través de un método y herramienta de
análisis para profundizar en el reconocimiento de esta esfera comunicativa y
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valorar si existe una correcta adecuación de su comunicación no verbal a la
comunicación verbal que despliega en el contexto televisivo.
De igual manera, el estudio indaga en el significado persuasivo que pueda
desarrollar a través de su comportamiento kinésico, por ser la categoría que
más información aporta acerca de las actitudes y estados emocionales de los
sujetos emisores, en este caso, del líder político estudiado.
Dentro de los resultados arrojados, se muestra el análisis de frecuencias
obtenido de los datos desglosados por temática discursiva y posteriormente,
el análisis de la varianza (ANOVA) donde los autores afirman que Zapatero
muestra un comportamiento no verbal diferenciado (con una carga de
agresividad mucho mayor) cuando trató temas relacionados con la crisis
financiera y económica, en comparación con otras temáticas como: política
nacional, internacional, economía, sociedad y cultura.
También analizaron otras perspectivas del lenguaje corporal y detectaron
cambios significativos en el tipo de mirada cuando habló de la crisis
económica y exhibió una mirada feroz (que denota agresividad y enfado),
algo que no sucedió con disertaciones sobre política social, cultural o
económica. De igual manera, se analizó factores como la sonrisa y
emociones en general, así como los dedos. Sin embargo, el actor político no
expresó patrones de conducta diferenciados en crisis y el resto de temáticas
discursivas cuando movió la cabeza, los brazos y las manos en sus
comparecencias públicas.
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La investigación nombrada anteriormente, resulta sumamente pertinente y
útil pues indaga en la comunicación política desde la perspectiva del lenguaje
kinésico, el cual al formar parte de una de las variables de estudio e incluso
del contexto en el cual se plantea, sirviendo de catapulta e impulsando este
trabajo al ayudar en la elaboración del instrumento de medición y como
complemento notorio en bases teóricas.
De igual manera, Vera (2008) a través de su tesis de maestría titulada
“Comunicación no verbal y condiciones del ambiente físico en instituciones
educativas” tuvo como objetivo el determinar la relación entre la
comunicación no verbal y las condiciones del ambiente físico en las escuelas
básicas del circuito escolar n° 2, tomando como aportes teóricos a Fornier
(2004), Fonseca (2000), Kinicki y Kreitnet (2003), Kotler y Marquarelt (2005)
y Oborne (1999).
El tipo de investigación es descriptiva correlaciona l con un diseño no
experimental transeccional. La muestra estuvo conformada pro 104 docentes
de las escuelas básicas. Para la recolección de información, fue aplicado un
instrumento con cuatro alternativas de respuesta, escala tipo Likert
modificada, de 42 ítems. El mismo fue validado por 5 expertos y se midió la
confiabilidad aplicando la fórmula del coeficiente Alpha de Cronbach.
Los resultados obtenidos determinaron que la comunicación no verbal de
los docentes es altamente eficaz. En las habilidades kinéticas, la muestra
estudiada se mostró cómoda y relajada en el uso de su voz pero arrojó
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ineficacia al comunicarse a través de la postura, los gestos, la expresión
facial y el contacto visual.
En cuanto al aporte de la investigación, la metodología implementada por
Vera (2008) sirvió de guía, así como los textos consultados para la
elaboración del marco teórico, lo cual sirvió para sustentar lo referente a la
temática de la comunicación no verbal, específicamente las habilidades
kinéticas, próxemicas y paralingüísticas.
Un aporte notorio fue el suministrado por Cabana (2003) a través de su
libro “¡Cuidado! Los gestos te traicionan” pues tuvo como propósito de
investigación el describir que la comunicación no es únicamente un
intercambio verbal puesto que también incluye, entre otras cosas, el tono de
la voz, las actitudes y los gestos.
En la investigación de Cabana (2003), deja claro que la comprensión de
que todos los elementos anteriormente son indisociables entre sí, el
resultado será automáticamente una mejoría enorme en la capacidad de
comunicación asertiva.
Esta obra fue seleccionada como antecedente pues, apoyada con
numerosas ilustraciones, sirvió de aporte teórico en la variable de la
comunicación no verbal por los diversos aspectos estudiados de la expresión
corporal, comunicación universal por excelencia. Revela el sentido que
revisten nuestros mínimos gestos, desde la postura del cuerpo a la posición
de los ojos, pasando por el movimiento de las piernas y de las manos.
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Por otro lado, otro aporte en la presente investigación fue Rodríguez y
Hernández (2010) (a) el cual con su libro titulado: “Comunicación no verbal y
liderazgo: Claves para conseguirlo” que tuvo como propósito emplear la
técnica del lenguaje corporal para la transmisión de liderazgo.
En dicha investigación se explica todo lo referente a comunicación no
verbal, dejando claro los significados de los gestos que se emiten. Por lo
tanto, esta obra fue escogida como antecedente pues sirvió de ayuda
fundamental en la construcción de las bases teóricas, específicamente en el
apartado de los gestos faciales y corporales, así como fue pieza clave para la
triangulación de datos en el último capítulo del presente estudio.
2. Bases teóricas
Para lograr los propósitos de la investigación se hace necesario una
revisión de diferentes autores como: Molero y Franco (2002); Bolívar (2007);
Capdevila (2004); Van Dijk (1996); Rodríguez y Hernández (2010); Rosas
(2010), entre otros. con el fin de poder asumir posiciones en cuanto al
análisis del discurso y comunicación no verbal en el contexto político
complejo; puesto que toda investigación requiere del desarrollo de una
temática teórica, en la cual debe sustentarse para sus planteamientos.
2.1. Discurso
Hablar de discurso es, ante todo, hablar de una práctica social, de una
forma de acción entre las personas que se articula a partir del uso lingüístico
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contextualizado, ya sea oral o escrito. Por lo tanto, Van Dijk (2008) resaltaba
que el texto, el habla, la interacción verbal, el uso del lenguaje y la
comunicación se estudian conjuntamente bajo del concepto de discurso.
Según Calsamiglia y Tusón (1999) en Chumaceiro (2005) el discurso es
parte de la vida social, desde el punto de vista discursivo, hablar o escribir no
es otra cosa que construir piezas textuales orientadas a unos fines y que se
dan en interdependencia con el contexto (lingüístico, social, cognitivo y
sociocultural).
El autor anteriormente mencionado (2005) se refiere a como las formas
lingüísticas, desde la perspectiva discursiva, se ponen en funcionamiento
para construir formas de comunicación y representación del mundo real o
imaginario, resaltando que todo mensaje que se emite, sobre todo en el
contexto político, lleva dentro de sí algún propósito o intención.
Para Capdevila (2004) al hablar sobre el discurso, señala lo persuasivo y
señala que “aquello que se dice, se muestra, nunca es aleatorio ni inocente,
y menos aún, intemporal. Cualquier discurso o narración comporta
necesariamente una forma de argumentar, con sus reglas, sus roles, su
tópica, su retórica, su pragmática… y su momento. De ahí que, como
expresión de su tiempo y de las personas que se sirven de ellos, los tipos de
argumentación sean esenciales para el estudio del hombre social”. (p.11)
En lo referente a la noción de discurso, Koutný (2006) señala que resulta
complejo elaborar una definición que aborde todos los aspectos y formas del
discurso en sí. En general, lo explica en dos grandes aspectos:
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a) Suceso de comunicación.
El discurso es un suceso de comunicación, según Koutný (2006)
puesto que el lenguaje ocupa un lugar central en la vida humana. Los
actos comunicativos en sí están conformados por los actos locutivos (o el
significado literal de los mensajes) y los actos ilocutivos (la intencionalidad
asociada a toda actividad comunicativa).
Desde este punto de vista, el discurso es una secuencia coherente de
actos de habla donde están entrelazados unos con otros. La suma de
secuencias de actos de habla puede formar unidades más abstractas –
macroactos del habla– que desempeñan una “función ilocutiva global del
discurso en su totalidad”; comunican significados y al mismo tiempo
tienen una dimensión social.
Desde esta dimensión ilocutiva, el autor asegura que el lenguaje tiene
diferentes funciones: comunicar ideas, expresar emociones e intenciones;
además, la comunicación siempre ocurre como “parte de los sucesos
sociales más complejos” (encuentro con amigos, llamada telefónica,
entrevista periodística, consulta con el médico y otros).
Por lo tanto, a la hora de comunicar, los actos del habla deben cumplir
condiciones específicas que no son creadas sólo por la expresión
(palabras, sintaxis, entre otros) o por el sentido de la emisión, sino
también por el contexto situacional del hablante; o sea por sus
conocimientos, sus opiniones y, como diría Unamuno, por sus
circunstancias.
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Dado que los actos de habla ocurren en un marco social, tiene que
haber “alguien” que los percibe, evalúa y, eventualmente, reacciona. Esta
participación de los demás, sea activa o pasivamente, forma parte del
discurso y también conforma el discurso. Por consiguiente, se puede decir
que el discurso es también interacción verbal, la otra forma de
comprender este concepto:
b) Interacción verbal.
En el discurso desempeña un papel importante no sólo el hablante,
sino también los otros participantes. Éstos pueden influir en el discurso: se
conceden turnos en la conversación, inician y cierran diálogos, se defienden,
tratan de persuadir, responden a los turnos anteriores, manifiestan simpatías
o antipatías, etcétera. Dicho de otra manera, los participantes interactúan
activa o pasivamente de varias formas; forman parte de la construcción del
significado y por eso son parte de la construcción del discurso, según Koutný
(2006).
En líneas generales, queda claro que el lenguaje se utiliza para fines
diversos. Siempre está relacionado con el ambiente social; de ahí que el
discurso sea responsable del establecimiento de condiciones sociales y
éstas al mismo tiempo influyan en el discurso. Según Clasamiglia y Tusón
Valls en Koutný (2006), los ámbitos de la vida social, tanto los públicos como
los privados, generan prácticas discursivas que los hacen factible . Los
mencionados ámbitos de la vida social forman las circunstancias en las
cuales se desarrolla el discurso, el contexto.
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A su vez, Koutný (2006) explica que los elementos que intervienen en
el discurso se resumen de manera muy apropiada en el modelo denominado
SPEAKING (acrónimo constituido por las letras iniciales de los elementos
ordenados según la importancia) (p. 8-9):
S setting and scene (marco y escena): ¿Dónde y cuándo ocurre?
P participants (participantes): ¿Quién participa?
E end (objetivos): ¿Qué quieren conseguir los participantes?
A act sequence (secuencia de actos): ¿Qué se dice y hace?
K key (tono): ¿Cuál es el tono emocional? (serio, triste, alegre)
I instrumentalities (instrumentos): ¿Cuáles son los “canales”
(verbal, escrito) y los “códigos” (lenguajes, estilo del habla)?
N norms of interaction and interpretation (normas de interacción e
interpretación): ¿Por qué las personas actúan de esta manera?
G genre (género): ¿Qué clase de hecho de habla es éste?
Por su parte, Molero (2006) define al discurso desde distintas
perspectivas. Desde el punto de vista referencial porque alude, construye o
reconstruye la complejidad del referente real o imaginario (nivel referencial).
Es cognitivo porque es el producto de una conceptualización (nivel
conceptual) de esa realidad.
Es intencional porque siempre existirá un propósito de comunicación o un
“querer decir” algo por parte del emisor. Es lingüístico (nivel lingüístico)
porque el hablante pone en práctica todos los conocimientos que posee
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acerca de su lengua, al valerse de todas sus categorías para la construcción
del discurso.
El discurso está además inmerso en un proceso de comunicación y se
produce en una situación determinada; un texto forma parte de un evento
comunicativo, donde existen diferentes interlocutores, al menos dos que
tradicionalmente se han denominado emisor o enunciador y receptor o
interpretante”.
Agrega Charaudeau (1992) en Molero (2006) que el discurso posee
además una estructura interna que puede responder al hecho de que los
hablantes deben ordenar sus mensajes a fin de que sean comprendidos y
explica que la estructura interna transmite unas significaciones
contextualizadas.
Por ende, el analista debe procesar esa información para descubrir los
núcleos de significado sobre los que desea insistir el emisor. Estas ideas más
importantes responden a lo que se denomina tópicos o temas. La
organización del significado puede observarse en la estructura interna en los
tópicos o temas.
Bajo las concepciones planteadas, puede señalarse que el discurso debe
ser visto desde una visión compleja y muy completa: definiéndose así como
un hecho referencial, cognitivo, lingüístico. Además, el discurso se expone
como un evento comunicativo, pues en sí está inmerso en un proceso de
comunicación donde existen diferentes interlocutores, al menos dos que
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tradicionalmente se han denominado emisor o enunciador y receptor o
interpretante.
2.2. Discurso político
Entre las diversas concepciones sobre la palabra discurso que ofrece la
Real Academia Española (RAE) en su vigésima segunda edición, salta a la
vista la situada en la octava posición que reza lo siguiente sobre el discurso:
“Escrito o tratado de no mucha extensión, en que se discurre sobre una
materia para enseñar o persuadir” lo cual lleva a cuestionarse sí el discurso
es simplemente esa facultad racional con que se infieren unas cosas de otras
cuando es expuesto en el ámbito de la política.
El discurso político puede ser vislumbrado desde dos grandes niveles: el
conceptual y el lingüístico. Según Molero (2006), en el nivel conceptual se
observan las siguientes características: i) Siempre se ofrece el cambio a una
situación actual (estos cambios van desde los radicales hasta los moderados
o graduales). ii) Para lograr el cambio, el discurso político ofrece
instrumentos (se confunden con las ofertas electorales). iii) Los procesos
pueden ser semánticamente considerados como de degradación (los
protagonizados por los candidatos y grupos opuestos) o de mejoramiento
(los protagonizados por el propio candidato y su partido o los grupos que lo
apoyan).
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A su vez, en el discurso político generalizado se observa, desde el nivel
lingüístico según Molero (2006) que, en primer lugar, destacan las
selecciones léxicas utilizadas para deslegitimar a los oponentes y para
legitimar a los partidarios (construcción de la imagen del “yo-nosotros” y del
“otro”). Además, se observa el empleo del léxico perteneciente a otros
dominios, pero re contextualizados por el líder en sus discursos (dominio de
lo militar, deportivo, literario, histórico, social, religioso, entre otros), con lo
cual se evidencia que el emisor acude a otras prácticas sociales y discursivas
para cumplir las funciones estratégicas del discurso político.
De igual manera, y situándolo dentro del nivel lingüístico, la metáfora y la
metonimia es un recurso retórico sumamente empleado en los discursos
políticos, pues tal como señalan Molero y Cabeza (2005, p. 24) “son
utilizadas para construir algunas entidades importantes, tal como la imagen
del país al cual se refiere el líder”.
Entre las metáforas mayormente usadas dentro del discurso político
venezolano, las autoras en sus estudios señalan las siguientes: metáforas de
la naturaleza (revolución = volcán; círculos bolivarianos = gotas de agua),
metáforas religiosas (pueblo = Cristo; líder = apóstol), metáforas patológicas
(enemigo = enfermedad; nación = cuerpo enfermo), metáforas bélicas
(diatriba política = emboscada; escenario político = campo de batalla),
metáforas históricas (revolución = independencia; pueblo = Bolívar) y
metáforas marineras (país = barco sin timonel).
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A su vez, Molero y Galbán (2002) afirman que el análisis del discurso
político venezolano como tal ha permitido identificar las estrategias
discursivas más utilizadas para expresar las funciones del discurso político:
solidaridad, victimización, exclusión y marginación del otro, reserva,
intimidación, entre otras.
De acuerdo a Verón (1987) en Recio y Caleri (2004) el discurso político
revela, en términos analíticos, la existencia de un enunciador que se
construye a sí mismo en la ‘imagen del que habla’ a través de operaciones
discursivas. Al mismo tiempo que el enunciador político construye
destinatarios con los cuales entra en relación.
Por un lado, en términos de refuerzo, el discurso político se dirige a un
otro positivo, cuya relación con el enunciador constituye una entidad que
expresa un “nosotros” inclusivo. A la vez, la enunciación política está
asociada a la construcción de un adversario pues todo acto de enunciación
supone otros actos de enunciación opuestos al propio y respecto de los
cuales se configura una réplica. Esto supone la existencia en el discurso
político de un otro negativo que se encuentra excluido del colectivo de
identificación y con el cual se polemiza.
La política en un sentido amplio es la actividad relacionada con el poder y
por lo tanto, con su ejercicio, según Koutný (2006); es por ello que el
discurso político es un instrumento del poder. Si bien el discurso en general
puede ser cualquier empleo del lenguaje con el fin de comunicar un mensaje,
en el político no se trata solo de comunicar sino de hacer reconocer
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autoridad. El discurso político trata de imponer ideas al oyente (convencer) y,
sobre todo, conseguir que actúe de acuerdo con las ideas expuestas en el
discurso (persuadir).
Según los planteamientos revisados, indudablemente el discurso de tinte
político no es simplemente un acto de comunicarse mediante el empleo del
lenguaje, sino que influyen propósitos como el de la búsqueda de convencer
y persuadir al oyente. Mientras que Koutný (2006) insiste que el discurso
político es un instrumento del poder, autores como Molero y Galbán (2002)
aseguran que, en el caso venezolano, los políticos emplean en sus palabras
la solidaridad, victimización, exclusión y marginación del otro como técnicas.
2. 3. Análisis del discurso
Desde luego, frente al discurso existen tipos, estilos y modos de realizar el
análisis. Silva (2002), experto en lingüística, explica que el tipo de análisis
que más prevalece o ha prevalecido es el trabajo sobre "análisis textual" que
trata con las estructura más abstractas del discurso escrito como un objeto
fijo en la perspectiva de la "lingüística"; el otro, se considera al relacionado
con el "estudio del habla" (discurso oral) que se centra en aquellos aspectos
más dinámicos de la interacción espontánea en la perspectivas de las
ciencias sociales.
Una ulterior y más radical dificultad preliminar que tiene todo investigador
que pretende analizar el discurso se trata del carácter intrínsecamente
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informal del lenguaje y de las lenguas, que a veces da al investigador la
impresión de no conseguir, pese a todos los esfuerzos, captar los rasgos
principales de un determinado fenómeno, según Simone (2001).
El mencionado autor señala al respecto que la descripción lingüística es
muy a menudo una actividad interminable (como puede serlo el tratamiento
psicoanalítico), y eso puede originar la impresión de inaccesibilidad que el
lenguaje frecuentemente da a quien se ocupa de él. Pero también la
gramática tiene la misma propiedad: nadie puede decir que ha descrito
completamente la gramática de una lengua cualquiera.
Es importante recordar que el análisis del discurso, conocido en un
sentido amplio como el análisis de contenido, es todo ese conjunto de
“procedimientos interpretativos y técnicas de comprobación y verificación de
hipótesis, aplicados a los denominados productos comunicativos (mensajes,
textos, discursos) o a interacciones comunicativas, que previamente
registradas constituyen un documento” (p. 15), añaden Piñuel y Gaitán
(1995) en Ascanio (2010).
Andrade (2009) asegura al respecto que el discurso o texto posee una
estructura que debe respetar las condiciones de coherencia global. Duverger
en Ascanio (2010) señala que este tipo de análisis tiene éxito o fracaso
según sus categorías. Dicho de otro modo, la unidad para analizar al
discurso “puede ir desde el morfema hasta el relato completo” donde
conviene “estudiar la correlación de los resultados del análisis del discurso,
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cambiando la unidad analítica, a fin de conocer la consistencia de los
hallazgos” (p. 47).
Para Ascanio (2010), durante el análisis del discurso político, el
investigador puede tener interrogantes como la de “cuando el líder hace una
narración para una audiencia determinada, utilizando un medio específico y
tomando en cuenta el contexto, ¿por qué lo hace de esa manera?, ¿qué está
realmente comunicando?, ¿qué efecto busca con lo que dice?, ¿qué
estrategia discursiva está utilizando?, ¿qué se infiere del análisis de esa
estrategia, especialmente en relación con el receptor de los mensajes, en un
contexto dado?” (p. 18)
Para analizar cualquier discurso, el investigador se topa indudablemente
con grandes obstáculos, pues puede ser visto de tantas formas que la
investigación se torna infinita, y todo trabajo al fin y al cabo amerita ser finito.
Simone (2001) explica que la primera dificultad que hay que superar consiste
en acceder a la idea de que, estudiando el lenguaje, se estudian
principalmente fenómenos que “no se ven”, es decir, en términos
epistemológicos, fenómenos no observables (p.10).
Según Bolívar (2007), especialista en lingüística, aclara que ante los
problemas que presenta el seleccionar una teoría o método en específico
para analizar el discurso, presenta unas nociones fundamentales generales
para trabajar en ello, las cuales se basan en:
2.3.1. La noción del contexto
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Bolívar (2006) propone que “el objeto de estudio del discurso son los
textos en contexto, lo primero que hay que hacer es definir el alcance del
contexto”, para determinar si el estudio será de carácter micro o macro. De
igual modo, señala que “es importante diferenciar si el foco es el contexto
físico, cognitivo, social, cultural, político, histórico, etc.” (p.294).
La autora insiste, en primer lugar, en la importancia del contexto. No se
puede analizar el discurso con visión aislada, sino holística, es por ello que
se debe tomar en cuenta los alcances de la investigación.
2.3.2. La noción del texto
De lo anterior se deriva la necesidad de una definición de texto, que
“dependerá de la teoría sobre los textos y de la concepción del lenguaje
que se adopte”. Se debe pensar si al hablar de texto “se trata del objeto
físico texto, de un constructo teórico, de un producto de la interacción
social, o de ambas cosas”. (p. 294)
Queda claro en este punto que, luego del contexto, se debe tener en
cuenta si se analizará el discurso desde una perspectiva netamente como
objeto físico texto o como producto de la interacción social, aunque también
puede ser desde ambas visiones, lo cual lo hace más completo.
2.3.3. La noción de la ideología
Esto es ineludible, incluso para quienes únicamente se deciden por
describir los tipos de textos, sin hacer referencia muy evidente de aspectos
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ideológicos. “Es difícil, entonces, interpretar cualquier texto sin tomar en
cuenta lo que los actores involucrados piensan o sienten en un contexto y
cultura particular”, (p. 294)
La ideología es una forma de contexto, a juicio de la autora de la
presente investigación. Si bien hay que mantener una visión crítica y lo más
apegada a la objetividad posible como investigador, hay que tomar en
cuenta siempre la ideología del objeto de estudio, puesto que la mayoría de
sus mensajes que emita irán en función de ello.
2.3.4. La noción del “sujeto”
Este es otro punto que está sumamente relacionado con lo anterior y
con la definición del discurso en sí pues “a pesar de que en los análisis
generalmente no se dice cómo se representa a los participantes en la
interacción social, es posible inferir visiones que favorecen a un sujeto o
actor social pasivo” (p. 294-295).
Indudablemente, a través del polémico punto sobre la construcción del
“sujeto”, como sugiere Bolívar (2006) es posible discutir desde la dimensión
histórica, cognitiva, política y otros. Para la autora del presente estudio,
quien analiza el discurso, no solo debe colocarse en los zapatos de un
lingüista, sino también de un psicólogo, para poder crearse una imagen del
sujeto e interpretar los mensajes emitidos acorde a su contexto e ideología.
42
2.3.5. La noción de la interacción
La mayoría de los analistas del discurso se detienen a hablar de la
interacción. Existen variadas formas de interacción, las cuales conviene
decidir y enfocarse en alguna específicamente, pues tal como aconseja
Bolívar (2006) “no es lo mismo explicar cómo un lector interpreta un texto
que cómo un escritor compone un texto, porque se trata de dos tipos de
interacción que ameritan conceptos de base y métodos específicos”. (p.
295).
Tras tomar en cuenta todos los fundamentos básicos para el análisis del
discurso previamente expuesto, la noción de la interacción es algo que
amerita ser tomado en cuenta, puesto el investigador no puede olvidar que
todo discurso tiene su propio concepto de base y métodos específicos, es
decir, su propósito y su público.
2.3.6. La noción de género discursivo
Este punto resulta como uno de los más estudiados por analistas del
discurso. Bolívar (2006) explica que “el analista necesita saber con qué
tipos de texto se enfrenta y cómo se organizan”. Por lo tanto, en el ámbito
político se pueden detectar textos “como reunión de gabinete, rendición de
cuentas, discurso electoral, alocución presidencial, etc.” por lo cual “se
debe describir la estructura interna porque ella refleja las acciones sociales
y culturales que dan al texto su estructura. También hay que obtener
43
información lingüística sobre los modos de organización o bases textuales
(narración, argumentación, descripción, explicación, diálogo)”. (p. 295)
2.3.7. La gramática de base
Los analistas necesitar usar una gramática de base que les permita
analizar los textos, para hacer generalizaciones y obtener credibilidad.
Según Bolívar (2006), “es importante seleccionar una gramática que tome
en cuenta el lenguaje en contexto de situación y cultura. La gramática
sistemática funcional es a menudo escogida en diferentes ámbitos”, como
lo es el análisis crítico porque “permite explicar el significado tomando en
cuenta tres grandes dimensiones: la experiencia del mundo, las relaciones
interpersonales y la organización de los textos. La selección de una
gramática impone una tarea adicional al analista porque se debe estudiar la
gramática para explicar los textos”. (p. 297)
. 2.3.8. La noción de “crítica”
Por último, en el caso del análisis crítico, esta noción necesita un estudio
profundo, pues “la teoría crítica se manifiesta en las ciencias sociales, donde
la lingüística ha hecho aportes importantes con la lingüística crítica (Fowler et
al. 1979). Por eso, se hace necesario aclarar el término desde una
perspectiva inter y multidisciplinaria” Por consiguiente, los estudios críticos
“deberían realizarse en grupos multidisciplinarios de manera que los
44
lingüistas y no lingüistas compartan teorías y métodos para analizar los
problemas que se planteen” (p. 296).
En este sentido, Pietrosemoli (2007), expresa los siguientes presupuestos
a considerar como centrales en el análisis del discurso:
a) La lengua se produce siempre en contexto.
b) La lengua es sensible al contexto.
c) La lengua es siempre comunicativa.
d) La lengua está diseñada para la comunicación.
Una vez sentados estos presupuestos básicos, Pietrosemoli (2007)
señala que el discurso conforma estructuras que transportan significados que
logran acciones. Igualmente, el análisis del discurso comporta el estudio de
diferentes textos, es decir de aquellas unidades superiores a la oración cuyos
elementos están dotados de cohesión y generan coherencia en su proceso
de construcción.
Desde luego y gracias a la revisión de planteamientos de expertos en el
área, se puede definir al análisis del discurso como esa visión exhaustiva que
decodifica y desmenuza todo proceso de comunicacional verbal.
3. Modalidades discursivas
Las distintas manifestaciones lingüísticas de la actitud del hablante hacia
lo que dice o los acontecimientos a los que se refiere se denominan con el
término de modalidad. Sin embargo, mucho antes que desde el punto de
vista lingüístico, la percepción de las distintas modalidades de las lenguas ha
45
sido aclarada bajo la perspectiva filosófica y lógica, según Simone (2001)
agregando que Aristóteles diferenciaba los discursos en dos categorías: los
‘apofánticos’ (o aseverativos), que pueden demostrarse verdaderos o falsos,
y los ‘semánticos’ (puramente ‘significativos’), de los que, sin embargo, es
imposible establecer la veracidad o la falsedad, y citaba como ejemplo de
éstos últimos la oración.
Por su parte, García (2004) asegura que el tratamiento de la modalidad
en los estudios del discurso ha sido considerado como parte de la actividad
subjetiva (o intersubjetiva) del enunciador. Dicha autora se apoya en los
enfoques de autores como Kerbrat- Orecchioni (1980), Ducrot (1980),
Cervoni (1987), Authier-Revuz (1995), quienes describen, desde la
perspectiva de la teoría de enunciación, la relación del autor con sus propios
enunciados, es decir, analizan de qué forma el sujeto hablante pone en
funcionamiento la lengua plasmando en su discurso su huella personal, sus
actitudes, gustos y creencias.
Las modalidades pueden expresarse mediante una variedad muy extensa
de categorías morfológicas, lexemas modales y otros elementos
gramaticales, según Chirinos y Molero (2007), quienes afirman que el
propósito estaría constituido por las entidades que participan en el evento y
sus respectivos comportamientos.
Al revisar los planteamientos de los diversos expertos en el área de la
lingüística, se entiende que todo discurso es la manifestación que formula un
propósito, por lo cual la autora de la presente investigación insiste que las
46
modalidades discursivas son las encargadas de acompañar y controlar la
enunciación como tal.
4. Idea
Se llama idea a cualquier cosa que la mente percibe en sí misma, o es el
objeto inmediato de la percepción, del pensamiento o del entendimiento,
según García-Carpintero (1996) quien ejemplifica el concepto de la siguiente
manera:
“Si una bola de nieve tiene el poder de producir en nosotros ideas de blanco, frío y redondo, llamo cualidades a los poderes de producir en nosotros esas ideas, tal y como existen en la bola de nieve; y les llamo ideas en tanto que son sensaciones o percepciones en nuestro entendimiento” (p.68).
Ortega y Gasset (1969) en su clásico ensayo titulado “Ideas y creencias”,
expresaba que cuando se busca entender a un hombre, la vida de un
hombre, se procura ante todo indagar entre sus ideas. Desde luego, el
filósofo resaltaba que “idea” es un término del vocabulario psicológico y que
la psicología, como toda ciencia particular, posee sólo jurisdicción subalterna.
El filósofo citado hace énfasis en que la verdad de los conceptos es
relativa al punto de vista particular que lo constituye y vale en el horizonte
que ese punto de vista crea y acota. El único punto de vista que no es
particular y relativo es el de la vida, por la sencilla razón de que todos los
demás se dan dentro de ésta y son meras especializaciones de aquél.
47
Luego de los textos consultados, se puede observar que el término idea
es sumamente estudiado en áreas como la filosofía; no obstante, la presente
investigación enfoca a la idea desde la perspectiva de la lingüística, que
sería la síntesis literaria, y en este caso se podría definir como la
comprensión intuitiva que tiene un individuo de un tema. Hay dos tipos de
ideas: las ideas principales y las ideas secundarias.
4.1. Idea principal
La idea principal, dentro de la lingüística, anuncia el pensamiento que se
va a desarrollar, según Díaz y Ventura (1995), quienes comentan que la idea
principal se puede encontrar en un párrafo del texto. Por su parte, Morales
(2012) dice que las ideas principales de un texto pueden obtenerse de
diversos modos, según el propósito que se tenga al enunciarlas. He aquí las
formas más frecuentes:
a) Palabras clave: Son las palabras o frases que expresan los
conceptos más importantes de un texto.
b) Títulos y subtítulos: Son “etiquetas” que identifican a los textos y
sus secciones. A menudo coinciden con los temas o con los asuntos.
c) Frase temática u oración temática (tesis): Es la frase u oración de
un párrafo que no puede omitirse sin perjudicar gravemente la
comprensión del mismo, puesto que tal frase u oración lo expresa del
modo más inclusivo. El autor resalta que no todos los párrafos llevan
una oración temática.
48
A su vez, Micolini (2006) enfatiza que la idea principal se convierte en la
más importante del párrafo; sin esta oración principal, el párrafo pierde
sentido.
Por lo tanto, para enmarcar la idea principal dentro del presente trabajo,
se entiende como la oración a modo de eje central que ubica al emisor en el
contenido del discurso.
4.2. Ideas secundarias
Las ideas secundarias, como bien su nombre lo indica, se encuentran
ligadas a la idea principal puesto que dependen de ella y ayudan a matizar el
pensamiento que se va a desarrollar, indica Díaz y Ventura (1995), y agregan
las autoras que generalmente son detalles descriptivos, ejemplos,
circunstancias de tiempo, lugares o apoyos que sirven para reforzar, justificar
o precisar la idea principal. Las ideas secundarias expresan detalles o
aspectos derivados del tema principal. A menudo, estas ideas sirven para
ampliar, demostrar o ejemplificar una idea principal.
Para Micolini (2006) es toda aquella idea, oración, que sirve al autor para
completar, justificar y explicar a la idea principal. Son todas aquellas ideas
que están en función o que sirven de complemento a la idea principal. Por lo
general, en un párrafo pueden ser varias, dependiendo de la extensión.
En pocas palabras, Onieva (2006) explica que las ideas secundarias son
las que justifican, amplían, ejemplifican o repiten la idea central.
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Por lo tanto, la autora de la presente investigación resalta que en el
discurso político, las ideas secundarias son aquellas que sirven de
complemento a la idea principal.
5. Recursos retóricos discursivos
La retórica es sin duda tan antigua como la filosofía; suele decirse que es
invención de Empédocles. A este respecto, es su más antiguo enemigo y su
más antiguo aliado. Su más antiguo enemigo, porque siempre existe el
riesgo de que el arte de “bien decir” se exima de la preocupación de “decir la
verdad”; la técnica basada en el conocimiento de las causas que engendran
los efectos de la persuasión da un poder temible al que la domina
perfectamente: el poder de disponer de las palabras sin las cosas y de
disponer de los hombres disponiendo de las palabras, según Ricoeur (2001).
Quizá convenga tener en cuenta, en palabras del autor mencionado, que
la posibilidad de esta escisión acompaña a toda la historia del discurso
humano. Antes de degenerar en fútil, la retórica fue peligrosa. Por eso la
condenada Platón: para él la retórica es a la justicia –virtud política por
excelente- lo que la sofística a la legislación; y las dos son, en cuanto al
alma, lo que son, en cuanto al cuerpo, la cocina respecto a la medicina, y la
cosmética respecto a la gimnástica: artes de ilusión y engaño, donde se
califica a la retórica como el mundo de la mentira y de lo pseudo.
50
Refiriéndose al uso de los recursos retóricos, Serrabona (2007) afirma que
el emisor de un mensaje de uso común puede realizar modificaciones a los
constituyentes lingüísticos del mismo con la finalidad de incrementar su
expresividad, de forma tal que el texto impresione la imaginación o la
memoria del receptor del mismo.
Desde luego, y entrando en materia, Márquez (2008) asegura que el
lenguaje (enfocándose en el literario) se fundamenta en la metáfora, el símil,
la metonimia, la aliteración, la hipérbole, la perífrasis, la paradoja, entre otras,
siendo éstas algunas de las figuras retóricas de las cuales el lenguaje
literario se vale como tal.
El autor anteriormente mencionado (2008) insiste que estas figuras
retóricas no son patrimonio exclusivo de la literatura, pues generalmente se
emplean en todo tipo de lenguaje (común, coloquial, familiar) y hasta muchas
de mencionadas figuras se generalizan y vulgarizan, perdiendo así su inicial
valor poético.
Tal como asegura Serrobona (2007), el empleo de los recursos retóricos
puede incrementar la expresividad del discurso, no obstante, Márquez (2008)
mantiene que muchas de las figuras, como metáforas, hipérboles,
metonimias y epítetos, se generalizan y vulgarizan, perdiendo así su inicial
valor poético.
En relación al nivel semántico, pueden identificarse recursos retóricos
básicos, con el propósito de identificar si están presentes en el discurso
político, los cuales son:
51
5.1. La metáfora
En un amplio sentido, la metáfora es definida por el diccionario de la Real
Academia Española (RAE) en su vigésima segunda edición como la
“aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto,
al cual no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con
otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión”.
Indica Chamizo (2005) que la palabra “metáfora” viene del sustantivo
griego metáphora, el cual significa traslado o transferencia, relacionado con
el verbo metaphorein, que significa transferir o llevar. Metáfora, en griego, es
un término polisémico que al ser tomado como préstamo por otras lenguas,
vio restringido su significado, para denominar a un determinado fenómeno
lingüístico relacionado a un tropo que hace referencia a trasladar el sentido
recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita, o en
una aplicación de palabra o expresión a concepto u objeto, al cual no denota
literalmente, con el propósito de sugerir una comparación (con otro concepto
u objeto) y facilitar así su comprensión.
Ricoeur (2001) considera a la metáfora como una interpretación que
podemos llamar tanto “cosmética” como “culinaria”, en el sentido de que es
un recurso retórico que puede ser considerado como simple adorno y puro
deleite.
Mientras que Chamizo (2005) asegura que la metáfora tiene como
propósito sugerir una comparación para facilitar su comprensión, Ricoeur
52
(2001) sentencia el uso de dicho recurso retórico en el discurso al afirmar
que su uso puede caer en lo cosmético, es decir, una especie de maquillaje
de palabras.
5.2. La metonimia
Para Moreno (2004), desde un punto de vista tradicional, la metonimia ha
sido definida como una figura retórica por medio de la cual el nombre de una
entidad se utiliza para representar a otra de la que es contigua en virtud de
relaciones asociativas.
En el diccionario de la Real Academia Española (RAE), en su vigésima
segunda edición, la metonimia se define como el “tropo que consiste en
designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o
viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada”.
De este modo, la metonimia consiste en transferir el significado de una
palabra o frase a otra palabra o frase que significa otra cosa, en virtud de que
entre ellas hay una relación de contigüidad o cercanía lógica o semántica,
según Márquez (2000), la cual aunque se trate de dos palabras con
significados distintos, entre éstos existe un tipo de relación que posibilita la
transferencia y hace posible la metonimia.
Mientras Moreno (2004) mantiene que la metonimia es la sustitución de
un nombre, Márquez (2000) explica que aunque se trate de dos palabras con
53
significados distintos, en estos siempre debe existir algo que hace posible
dicha sustitución y haga posible el uso del recurso retórico.
Para clasificarlas en diferentes maneras, Ayuso y colaboradores (1997)
señalan las siguientes tipologías y ejemplos de cada metonimia, citados a su
vez por reconocidos autores:
1. Efecto por causa: “Son de abril las aguas mil” (A. Machado)
2. Causa por efecto: “Cuando se clavan tus ojos en un invisible
objeto…” (G. A. Bécquer).
3. Lo físico por lo moral: “Hay en mis venas gotas de sangre jacobina”
(A. Machado)
4. Continente por contenido: “Saldrán a tomar unas copas”.
5. El autor por la obra: “Está leyendo a Cervantes”; “Subastaron un
Picasso”.
6. El nombre de origen por el producto: ”Tomaré un Jerez”
7. Lo abstracto por lo concreto: “Se congregaron más de mil almas”
8. Lo concreto por lo abstracto: “Ganarás el pan con el sudor de tu
frente”
9. El signo por la cosa signada: “Y en vez de cetro real, sostiene
apenas con desmayo galán, un guante de ante la blanca mano de
azuladas venas” (M. Machado).
10. El instrumento por el que lo maneja: “Si mi pluma valiera tu pistola
de capitán, contento moriría” (A. Machado)
54
Por lo tanto, conviene analizar a través de la presente investigación, si
dentro del discurso de los políticos es frecuente el uso de las metonimias.
5.3. La hipérbole
Para Ayuso y colaboradores (1997) la hipérbola es una figura de
pensamiento que consiste en una ponderación desmesurada de la realidad,
una exageración que pretende dar más énfasis al mensaje; puede darse por
exceso o por defecto, esto quiere decir agrandando o empequeñeciendo la
realidad, hasta el punto de no hacerla verosímil, por desbordar los límites
que la lógica permite.
De forma sencilla, el diccionario de la Real Academia Española (RAE), en
su vigésima segunda edición, define la hipérbola como la “exageración de
una circunstancia, relato o noticia”.
En este sentido, autores como Martín y Sánchez (2006) exponen que este
recurso consiste en aumentar o disminuir de manera excesiva aquello de lo
cual se habla. Desde luego, es considerada como una ponderación
exagerada, la cual es acompañada frecuentemente de comparaciones. Está
presente la hipérbole en todas las lenguas, incluso en conversaciones
ordinarias, pero los autores hacen hincapié en que al ser una figura difícil de
manejar, debe evitarse el abuso del empleo de este recurso.
En el discurso político, la hipérbole se puede ver presente en muchísimos
casos precisamente para aumentar o disminuir de manera excesiva aquello
55
de lo cual se habla, lo cual vale la pena estudiar que tan empleado es este
recurso retórico considerado por lingüistas como una figura difícil de manejar.
5.4. El epíteto
Al referirse al epíteto, el diccionario de la Real Academia Española (RAE)
en su vigésima segunda edición, define al epíteto como “adjetivo o participio
cuyo fin principal no es determinar o especificar el nombre, sino
caracterizarlo”.
Aclara Rodríguez (2001) que “suele confundirse el epíteto con el adjetivo,
porque ambos vocablos presentan una gran sinonimia” (p. 225) y da como
ejemplo el siguiente: “negra sombra que me asombras” pues negra es
propiamente un epíteto y no un adjetivo, ya que no sirve para completa la
oración, sino para darle más fuerza a la idea del sustantivo sombra.
Refiriéndose al uso del epíteto en el área del periodismo, Martín y
Sánchez (2006, citando a Dauzat en Le Génie de la langue francaise)
afirman que el epíteto caracteriza cada día más al lenguaje periodístico,
donde su facilidad impone a la redacción rápida y al lenguaje burocrático que
lo cultiva por tradición. Sentencian con que el sustantivo puede ser suficiente,
liberado del epíteto inútil.
56
6. Comunicación no verbal
Es importante resaltar que la comunicación no verbal es un campo de
estudio en auge que aglutina trabajos aplicados a los más diversos ámbitos
(política, medios de comunicación, negocios o medicina), su origen se
remonta a tiempos en los que ni siquiera existía la palabra hablada, según
Rodríguez y Hernández (2010).
Las autoras traen a colación a Hipócrates, pues ya en el 460 a.C. este
destacado médico de la antigua Grecia, insistió en la indisociable relación
entre mente y cuerpo: todo lo que ocurre en la una se refleja en el otro. A lo
largo de la historia han sido muchos los estudiosos que han dedicado su
tiempo a indagar sobre la comunicación no verbal.
La comunicación no verbal, ampliamente estudiada por disciplinas como
la antropología, sociología, psicología, psiquiatría o lingüística, puede
definirse a través de las siguientes líneas conceptuales (Cabana, 2008 en
Rodríguez y Hernández, 2010):
“La comunicación no verbal es una forma de interacción silenciosa, espontánea, sincera y sin rodeos. Ilustra la verdad de las palabras pronunciadas al ser todos nuestros gestos un reflejo instintivo de nuestras reacciones que componen nuestra actitud mediante el envío de mensajes corporales continuos. De esta manera, nuestra envoltura carnal desvela con transparencia nuestras verdaderas pulsiones, emociones y sentimientos. Resulta que varios de nuestros gestos constituyen una forma de declaración silenciosa que tiene por objeto dar a conocer nuestras verdaderas intenciones a través de nuestras actitudes” (p. 6)
57
Son muchos los autores que suelen decir que el 93% de la comunicación
pertenece al área no verbal, cifra arrojada por un estudio aplicado por el
psicólogo Albert Mehrabian a principios de los años 70. No obstante, según
Fernández (2009), psicólogo de la Universidad autónoma de Madrid, refuta
esta teoría afirmando que el lenguaje no verbal como tal no existe, que lo
que existe son comportamientos no verbales, y explica el calificativo de
comportamiento de la siguiente manera:
“Es un comportamiento porque evidentemente hacemos cosas, esas cosas están generadas por situaciones, estados psicológicos; podemos tratar de inferir cuál es su significado desde el punto de vista científico, pero no es un libro abierto ni hay nadie que nos pueda dar las claves de ese libro abierto. Incluso, en temas como la sonrisa” y explica que con la sonrisa, la cual evidentemente parece un signo claro de alegría, hay en este momento una gran polémica científica: “la sonrisa también puede significar sumisión cuando estás buscando el perdón en los demás”.
Hay algo que está muy claro, según Cabana (2003) y es que la
comunicación no es únicamente un intercambio verbal. “Todo gesto
involuntario desvela una verdad oculta de una manera incluso más claro que
el lenguaje hablado” (p.12) por lo cual el autor mencionado expresa que el
proceso de comunicación no implica únicamente palabras, sino también la
tonalidad de la voz y las actitudes que van acompañadas de gestos; y que
cuando se comprende que todos esos elementos son indisociables, se puede
desarrollar enormemente la capacidad de comunicarse con mayor eficacia.
Resulta interesante como el ser humano cuenta con la facultad de
escuchar con facilidad de 650 a 700 palabras por minuto, y de pronunciar
una media de 150 a 160 por minuto, pero la mayoría de los mensajes
58
corporales no son asimilados: el oyente medio utiliza efectivamente más de
tres cuartas partes de su tiempo en escuchar, evaluar, aceptar o rechazar lo
que se dice, según un estudio señalado por Cabana (2003).
Por ello se sugiere que a fin de maximizar la capacidad de escucha de
nuestro interlocutor y evitar que se desconecte totalmente, hay que
permanecer muy atento a los mensajes no verbales de desinterés, como
mirarse el reloj o frotarse los ojos. Estos gestos sencillos, explica el
mencionado autor, demuestran que hay una falta de intercambio o que se
está utilizando un registro poco emocional.
Por otra parte, Adler y Marquardt (2005) advierten que la comunicación no
verbal se parece a la verbal en algunos aspectos, pero que es muy diferente
en otros. De igual manera, hacen referencia a algunas características de este
tipo de comunicación. En primer lugar, la comunicación no verbal siempre
dice algo; por más que un sujeto no pretenda enviar mensajes no verbales,
simplemente su vestimenta, movimientos, expresiones faciales y tono de voz
pueden transmitir algún significado. En segundo lugar, la comunicación no
verbal es sumamente poderosa, pues la percepción que se tiene de los
demás varía de acuerdo a elementos como su presencia física y
comportamiento, lo cual determina los juicios y las impresiones acerca de los
individuos.
En este orden de ideas, como tercera característica resalta la
ambigüedad. Pueden estar presentes los mensajes no verbales, pero no
siempre se entienden o descodifican con facilidad. Otra de las características
59
que vale la pena resaltar es que la comunicación no verbal expresa actitudes
pues logra dejar ver lo que el emisor siente en determinados momentos. Y
por último, gran parte del comportamiento no verbal es cultural. Por esta
razón, es sumamente importante comprender las diferencias culturales en los
significados que se adjudican a los comportamientos no verbales.
La comunicación no verbal puede comprenderse a través de categorías
como: movimiento del cuerpo y del rostro o comportamiento kinésico (estudio
de gestos, postura y maneras); la proxémica (la percepción del individuo del
espacio); el paralenguaje (las señales vocales no verbales); el aspecto físico
y la apariencia (señales no verbales que permanecen imperturbables tales
como la forma del cuerpo o la ropa) y el entorno (elementos que participan
en la interacción pero sin ser parte directa de la misma como muebles, estilo
arquitectónico, entre otros) según Knapp (1995) en Rodríguez y Hernández
(2011).
A juicio de la autora de la presente investigación, en la comunicación no
verbal, las habilidades no verbales juegan un papel sumamente sumamente
importante si se busca lograr una comunicación efectiva, con mensajes
verbales cónsonos a los gestos que se emiten incluso hasta
inconscientemente.
60
6.1. Habilidades Kinéticas
Las habilidades kinéticas son llamadas de ese modo por la kinestesia,
una rama que integra la comunicación no verbal. Esta disciplina es definida
por Fournier (2004) como “el estudio de los movimientos del cuerpo” (p. 114).
En otras palabras, estudia todo lo referente al significado expresivo, apelativo
o comunicativo de los movimientos corporales y de los gestos aprendidos, no
orales, de percepción visual, auditiva o táctil. También es conocida con el
nombre de comportamiento kinésico o lenguaje corporal.
Entendido también como habilidades kinestésicas, autores como Chacón
(2005) definen la kinestesia como aquella sensación que nos informa acerca
de la postura, el peso y el movimiento del cuerpo en el espacio. Un ejemplo
de información kinestésica es lo que siente un gimnasta al ejecutar una
rondada: sabe con seguridad y sin poder observar su maniobra, cuándo su
cuerpo está a una altura adecuada; sabe también, sin poder observarse a sí
mismo, cuando girar en el aire y, finalmente, cuándo caer al piso y lograr la
posición de pie. Este gimnasta será capaz de determinar cuando debe
realizar cada movimiento, gracias a la información kinestésica.
El investigador norteamericano Knapp (1995) en Rodríguez y Hernández
(2010) sugiere que el movimiento del cuerpo o comportamiento kinésico
comprende lo relativo a los gestos, los movimientos corporales incluidos los
de las extremidades, las manos, la cabeza, los pies y las piernas, las
expresiones faciales (sonrisa y movimiento de los ojos), la postura y las
61
maneras. Todos estos elementos tienen un punto de encuentro, el
movimiento, y es por este motivo por el que en esta categoría entrarían todos
aquellos aspectos dinámicos de la interacción.
6.2. Habilidades próxemicas
Las habilidades proxémicas son llamadas así por la proxémica que, según
Fournier (2004) “es el estudio de la forma en que las personas usan su
espacio tanto social como personal para comunicarse.” (p.120). Con
basamento en los estudios de Hall, esta autora hacer referencia a la teoría
del espacio territorial iniciada en casos de animales y posteriormente en
seres humanos. Esta teoría plantea que para las personas es muy
importante el espacio territorial y en cuanto lo siente invadido reacciona de
distintas maneras.
De igual manera, también expone que la distancia no sólo es física sino
psicológica, mucho más fuerte que es la que depende de las relaciones
sociales. La distancia conversacional varía de acuerdo a la confianza, el
agrado, la edad y el sexo de las personas. También depende del lugar en el
cual se encuentre un individuo, pues no es lo mismo un espacio familiar que
una multitud. Las personas pueden sentirse fuertemente agredidas si le
invaden su espacio personal.
Adler y Marquardt (2005) apuntan que las investigaciones demuestran
que los interlocutores que esperan un mensaje desagradable o que
62
consideran que su contraparte es poco amable se colocan a mayor distancia
que aquella que espera buenas noticias o que piensa que el otro es amable.
En tal sentido, es imprescindible que las personas se puedan comunicar
desplazándose y sintiéndose seguras, es decir, que su espacio y territorio
sea respetado.
6.3. Habilidades paralingüísticas
Expone Fournier (2004) la existencia de algunos factores que afectan la
voz como el nerviosismo que provoca los llamados nudos en la garganta y
varía la velocidad, el volumen y la respiración, viéndose comprometidos con
una voz agitada. De igual manera, afirma que una frase puede tener
significados diferentes de acuerdo con el tono de voz empleado.
A este respecto, Adler y Marquardt (2005) mencionan que el contenido
paralingüístico de un mensaje puede reflejar los sentimientos del hablante y
que la voz se comunica de diferentes formas que nada tienen que ver con las
palabras. El énfasis que se hace en ciertas palabras también puede cambiar
radicalmente el significado de la frase. Entre las habilidades paralingüísticas
se encuentran: la dicción, la entonación, el ritmo y el volumen.
63
7. Sistema gestual
Los gestos son definidos por Fournier (2004) como los movimientos
hechos por una parte del cuerpo y, al igual que los demás, contribuyen a dar
fuerza a la expresión verbal. Algunos son deliberados para hacer énfasis en
lo que se dice, pero la mayoría se hacen de manera espontánea sin ser
conscientes de ellos.
De igual manera, los gestos demuestran la personalidad de quien habla,
pueden expresar nerviosismo o introversión, como por ejemplo, frotarse la
nariz o jugar continuamente con el cabello.
A este respecto, Kinicki y Kreitner (2003) dicen que la actitud defensiva se
manifiesta con gestos como los de cruzar los brazos, manos o piernas. Al
igual que las demás habilidades, los gestos son determinados por el
contexto.
Por su parte, Adler y Marquardt (2005) afirman que un conjunto menos
evidente de pistas corporales se derivan de los pequeños movimientos y
gesticulaciones de todos los comunicadores. En consecuencia, casi todo el
mundo se concentra en las expresiones faciales y tiene menos conciencia de
los movimientos de las manos, las piernas y los pies. También destaca que
unas manos juguetonas pueden delatar nerviosismo; un pie dando
golpecitos, impaciencia, y los puños cerrados con nudillos blancos, ira
contenida.
64
En este orden de ideas, la importancia de los gestos es crucial en la
comunicación laboral, así lo refieren Adler y Marquardt (2005) cuando
explican un estudio sobre la intimidad en el centro de trabajo realizado por
GF Business Equipment Company, en donde se hace una descripción de
cómo se puede usar los gestos “para ahuyentar las visitas de los
compañeros de trabajo. Además de no mirar a los ojos, esta compañía
sugiere hacer mucho movimiento de papeles o tomar notas para indicar que
ya desea retomar su trabajo.” (p.97).
Finalmente, los buenos comunicadores son sensibles a pistas pequeñas
como las anteriores y, en consecuencia, pueden configurar su
comportamiento. En este sentido, todos los autores coinciden en que los
gestos manifiestan estados de ánimo y reflejan la personalidad; sin embargo,
Adler y Marquardt (2005) difieren en cuanto a que no se le presta mucha
atención a los gestos para comprender la personalidad de los interlocutores.
7.1. Gestos faciales
Los gestos faciales son códigos comunicativos que expresan mensajes no
verbales. La gama de los códigos del hombre viene siendo desde hace
tiempo objeto de un profundo estudio por parte de muchas disciplinas.
Códigos como la expresión de la cara, la mirada y afines son autónomos,
porque pueden ser utilizados sin recurrir a nada que sea externo, según
Simone (2001), quien da el ejemplo clásico del movimiento de cejas,
65
constituido por un brusco y rápido levantamiento de las cejas para indicar
una actitud positiva frente a un contacto social propuesto por otros.
Autores como Collet (2003) se refieren a los gestos faciales como los
gestos delatores, pues son los que muestran “las emociones que deseamos
disimular, como por ejemplo: el miedo, la sorpresa, la tristeza y el disgusto”
(p. 18). Agrega que hay momentos donde se intenta mantener una expresión
de seriedad, pero el gesto delator gana la partida, y de repente, se dibuja una
enorme sonrisa que ilumina el rostro por completo.
Los gestos faciales, a su vez, están compuestos según Rodríguez y
Hernández (2010) por:
a) Gestos con la cabeza: Asentamiento, negación, cabeza levantada,
cabeza alta y hacia atrás, cabeza ladeada, cabeza hacia abajo, encogerse
de hombros, inclinaciones a los lados, empellones con la barbilla, cabeza
apoyada en los dedos.
b) La mirada: Bajar los ojos, mirada hacia lo alto y hacia arriba, mirada de
arriba abajo (ojo escudado), mirada lateral o de soslayo, mirada firme y
franca, mirada feroz, mirada huidiza, mirada a través del rabillo del ojo,
mirada de sorpresa, entrecerrar los ojos, ojos brillantes, ojos desenfocados.
c) Las cejas: Bajar las cejas (fruncir el ceño)
d) La boca: Sonrisa auténtica, sonrisa de terror, sonrisa de desdén, sonrisa
amortiguada, sonrisa triste, sonrisa sádica o cruel, sonrisa chaplinesca,
sonrisa falsa, sonrisa de labios tensos, sonrisa torcida, sonrisa de mandíbula
hacia abajo.
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e) Otros gestos con la boca: La boca hacia abajo, taparse la boca con la
mano, bostezar.
f) Emociones del rostro: Alegría, tristeza, cólera, asco, sorpresa, miedo,
neutra.
7.2. Gestos Corporales
El arte de decodificar los gestos corporales y la comprensión de su
significado exige un aprendizaje, según Cabana (2003) pues se debe
aprender a observar sin descanso. No sólo hay que estar pendiente de los
movimientos del cuerpo, sino que también hay que aprender a reconocer su
significado. Una de las nociones fundamentales que hay que retener para
poder traducir eficazmente el significado de los gestos, según el mencionado
autor, es que “nunca hay que separar las acciones de su contexto”.
Para Cabana (2003) es muy difícil interpretar un solo gesto aislado, pues
es posible que carezca de todo significado particular, como el hecho de
toser, estirar los brazos o tener las piernas cruzadas. El valor de un gesto
solo resulta aparente cuando se considera el proceso de comunicación en su
conjunto, es decir, el contexto, las palabras, la entonación y los demás
gestos, pues cada uno de esos elementos es indisociable del resto.
Al respecto, Simone (2001) agrega que los códigos corporales son los
que tienen expresión, movimientos y operaciones de distintas partes del
cuerpo. Algunos de los “mensajes” producidos con los códigos corporales
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parecen ser universales, o sea, que están a disposición de todos los
hombres sin necesidad de aprendizaje ni entrenamiento, y que expresan un
significado sustancialmente constante.
Los gestos corporales, a su vez, están compuestos según Rodríguez y
Hernández (2010) por:
a) Hombros: Sacudir los hombros, encogerse de hombros, dar palmaditas en
los hombros, golpearse los hombros.
b) Brazos: Brazos abajo, brazos arriba, brazos abiertos, brazos abajo con
puños cerrados, uno o ambos brazos cruzados sobre el pecho, cruce de
brazo reforzado, el abrazo de los dos brazos, cruce de brazo con pulgares
hacia arriba, cruce de brazos simétrico, formas camufladas de cruzar los
brazos, frotar las manos, colocar el puño de la camisa.
c) Manos: Palma de la mano hacia arriba, palma de la mano hacia abajo,
palma de la mano cerrada con dedo apuntando, puño cerrado levantado,
ambos puños cerrados, manos unidas, el campanario, manos unidas a la
espalda, mano que sujeta muñeca, mano que sujeta el brazo, enseñar los
pulgares, el gesto del anillo, taparse la boca con la mano, objetos que posee
ente las manos (lentes, bolígrafos, apuntador, papeles, entre otros).
d) Dedos: El pulgar que indica que todo va bien, el dedo índice oscilante, el
dedo índice amenazador, el gesto del anillo, signo de la ‘v’.
e) Gestos con el pecho: Representación del yo, autoabrazo, poner la mano
sobre el pecho.
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f) Gestos con la espalda: Estar de pie o con las manos en la espalda, dar una
palmadita en la espalda.
g) Movimientos en conjunto: Movimientos bruscos / agresivos, movimientos
nerviosos, movimientos tranquilos, movimientos firmes / seguridad / aplomo.
h) Aspecto físico y apariencia: Corbata, indumentaria (vestimenta),
complementos.
Al respecto, Rodríguez y Hernández (2010) (a) definen los gestos y su
significado en términos generales a través de la construcción de diversas
tablas que especifican en cada apartado todo aquello que puede sentir el
receptor al percibir dicho mensaje de comunicación no verbal:
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70
71
Fuente: Rodríguez y Hernández (2010) (a)
8. Programación neurolingüística como herramienta básica de la
comunicación no verbal
Explican Obler y Gjerlow (2001) que la neurolingüística, como sugiere el
término, es el estudio de cómo el cerebro (“neuro”) hace posible el lenguaje
(“lingüística”).
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Según Cudicio (1999), la programación neurolingüística (PNL) se funda en
el hecho de que el mapa no es el territorio, lo que quiere decir que se actúa
de acuerdo con nuestro mapa personal de la realidad y no sobre el territorio
que él representa; esto explica las complejidades de la comunicación
humana, cada persona es diferente y posee su propio mapa de la realidad.
La autora (1999) resalta en PNL el modelo de las claves de acceso visual,
el cual a través de la observación de los movimientos involuntarios de los
ojos, permite conocer los procesos del pensamiento; a saber: “Si observamos
que la mirada se dirige lateralmente a la derecha, eso quiere decir que la
persona se acuerda de los sonidos (conversaciones, música, ruidos…)”. Si la
mirada se dirige a la izquierda “crea sonidos” y cuando mira hacia abajo y
hacia la derecha “significa que está en diálogo interior”, reflexiona bajo la
forma de una conversación consigo mismo y si mira para abajo, pero para el
lado izquierdo, es que la persona “atiende a las sensaciones: emociones o
sensaciones táctiles, o incluso gustativas y olfativas”.
Para abordar el estudio de la comunicación no verbal, conviene tomar en
cuenta los basamentos de la programación neurolingüística (PNL), pues el
investigador al ser receptor para poder analizar dicha categoría, debe
enfrentarse a un panorama donde los emisores transmitirán infinidad de
mensajes no-verbales bajo muchas maneras de interpretarlo.
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9. Significado persuasivo
Para Reardon (1991) “La persuasión no es algo que una persona hace a
otra, sino algo que esa persona hace con otra” (p.32). Además, agrega que
la persuasión es siempre una actividad consciente y cita a Gerald Miller y
Michael Burgoon (1973) quienes no niegan que la gente pueda influir sin
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proponérselo, pero su concepción implica que es imposible persuadir sino
intencionalmente. La persuasión entraña una intención consciente.
Mientras unas personas se dejan convencer fácilmente, otras presentarán
una resistencia insuperable, según León (1993) quien es experto en
marketing y persuasión, insiste que son muchos los factores que explican el
éxito o el fracaso persuasivo. Un factor que resalta lo constituye la debilidad
intrínseca de cada persona para dejarse convencer, al margen del hecho de
que la oferta de persuasión y el modo de presentarla sea incisiva o no.
Agrega Salcedo (2008) que existen dos tipos de persuasión: a radio corto,
esto es, el proceso persuasivo que acontece cara a cara o cuando se tiene
ante uno a un grupo de personas con el que se interactúa; y por otro lado,
está la persuasión en los medios de comunicación, la persuasión publicitaria
y todos aquellos planteamientos que tratan el fenómeno de la persuasión de
masas que se cataloga como de radio largo.
Según Rodríguez y Hernández (2010) la significación persuasiva
presentada deberá precisarse en función del contexto al que se aplique y del
grado de reiteración detectado. Teniendo en cuenta que todo gesto emitido
dentro de la comunicación no verbal tiene un significado persuasivo que
puede impactar de forma positiva, negativa o neutral, dependiendo del
contexto comunicacional donde se desenvuelva el emisor, en el caso de la
presente investigación, se estudiará el significado persuasivo del contexto
político complejo bajo el enfoque de radio largo.
75
10. Grado de reiteración
Sobre la reiteración, Vázquez (2001) señalan cuan impactante puede
resultar dentro de la comunicación. En su libro sobre el discurso académico
oral, dicha autora agrega que los profesores recurren en numerosas
ocasiones a la reiteración porque, gracias a la total identidad forma o la
sinonimia que las fundamenta, pueden conseguir con ellas múltiples y
eficaces efectos comunicativos.
Para determinar la incidencia de la comunicación no verbal, Hernández y
Rodríguez (2010) efectuaron una ficha de frecuencia donde toman como
principio el grado de reiteración de todo el sistema gestual del político a
analizar. Por lo tanto, la presente investigación se basa en lo mismo aplicado
por mencionadas autores españolas.
Según los planteamientos, reiterar es, en general, la acción y efecto de
repetir algo. Por lo tanto, en la presente investigación se analizará el grado
de reiteración, el cual no es más que la intensidad de repetición (alto, medio,
bajo, nulo) de los gestos no verbales.
11. El lenguaje no verbal en la personalización política
La personalización de la política es una constante en la información
electoral televisada. Los políticos se convierten en protagonistas, en héroes
de historias narradas, e hiperbolizadas en algunos casos, en aras de
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conseguir atención y fidelización en el seguimiento de contenidos por parte
de una audiencia que puede convertirse en votante potencial, especialmente
aquel segmento de la población que se sitúa en el bloque de los indecisos,
según Rodríguez y Hernández (2010).
Rosas (2010) analiza a Hugo Rafael Chávez Frías, actual primer
mandatario de Venezuela y unidad de análisis de la presente investigación, y
el autor mencionado (2010) explica que Chávez se ha caracterizado en el
ámbito político por ser un personaje que indudablemente domina su
comunicación no verbal a través de una cuidadosa selección de gestos,
donde logra adaptarse a su discurso verbal en cada situación, asegurándose
de reafirmar su carácter revolucionario, en unos casos; y conciliatorio /
progresista, en otros.
Dicho autor afirma que el presidente Chávez tiene dos maneras de
expresarse corporalmente: de forma simétrica y controlada y de forma
asimétrica o activo-agresiva.
La simétrica está caracterizada por la bilateralidad de las manos, un
entrecejo relajado y la cabeza derecha mostrando autocontrol. Esta forma la
utiliza en entrevistas, situaciones diplomáticas y en momentos donde
necesite connotar actitud progresista y conciliatoria, de igual manera Rosas
(2010) señala que otra de las manifestaciones a simple vista del lenguaje
corporal empleado por el presidente Chávez es a través de la asimetría,
donde deja abandonar ligeramente la cabeza hacia un lado para reafirmar la
77
emotividad que el presidente busca imprimir en su discurso, mientras que la
barbilla la sube para reafirmar su autoridad.
Queda claro que el impacto de los códigos del lenguaje no verbal en la
impresión recibida sobre un sujeto emisor es crucial, sobre todo si éste, como
ocurre en ocasiones con los líderes políticos, quiere otorgar un alto valor
emocional a su mensaje, por lo cual Pérez de las Heras (2009) en Rodríguez
y Hernández (2010) opina:
“Según la teoría una persona se hace una imagen de otra en siete segundos, por ello, los primeros momentos subidos a un escenario son claves para producir una buena impresión. Y para ello es fundamental tener en cuenta el Lenguaje No Verbal (LNV), es decir, los gestos […]. En una comunicación de carga emocional los gestos suponen el 55% de la información que se transmite. Se trata de un idioma diferente que se utiliza sin apenas conocerse y que, además, si no se sabe controlar, quien lo hace es el subconsciente”.
Por este motivo se entrena, asiduamente, a los candidatos políticos,
especialmente a aquellos con menores actitudes naturales para desarrollar
una comunicación eficaz, para que sean capaces de controlar también el
lenguaje no verbal desplegado, sin que puedan verse traicionados por las
directrices marcadas por el subconsciente que puedan suponer una barrera
comunicativa o distorsionen su comunicación verbal.
Las disciplinas de la psicología de la comunicación apuntan que entre el
50 y el 70% de la información recibida proviene de señales no verbales, sean
articuladas de forma consciente o inconsciente. Dentro de este proceso
comunicativo existen una serie de indicadores básicos, propios del lenguaje
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no verbal, como señala la investigadora Pont (2008) en Rodríguez y
Hernández (2010):
“Por imagen del cuerpo entendemos aquella representación que nos formamos mentalmente de nuestro cuerpo, la conciencia de éste, la imagen tridimensional que todos tenemos de nosotros mismos […]. Las expresiones faciales, el contacto ocular, las características de la voz, el tacto, el tono muscular, la calidad y el estilo de los movimientos del cuerpo y la actitud constituyen los elementos básicos del lenguaje corporal […]. La apariencia y la manera de vestir son parte de los estímulos no verbales totales que influyen en las respuestas interpersonales, y que en ciertas ocasiones son los determinantes principales de estas respuestas”.
Una interpretación de los gestos puede desentrañar los códigos del
mensaje real de un sujeto emisor. Siendo la agresividad desplegada por José
Luis Rodríguez Zapatero uno de los códigos del análisis de su comunicación
no verbal en esta investigación, distintos investigadores han categorizado la
gestualidad relativa a la ofensa, es decir, la agresividad, como el autor Collett
(2008):
“Cuando los políticos no están autodefendiéndose contra un ataque, están normalmente atacando a otra gente. A veces, sus motivos agresivos se pueden entrever en los gestos de sus manos; otras veces, se hacen explícitos en sus insultos verbales. Cuando los políticos se sienten beligerantes, recurren a una de las cinco prácticas agresivas que existen. Cada una de ellas está asociada con un grupo diferente de posturas de las manos: golpear, amenazar, agarrar, arañar y sentenciar” (p. 119).
Indudablemente, al analizar la comunicación no verbal dentro del marco
de la política, se puede apreciar como los líderes gubernamentales buscan
adecuar sus mensajes no verbales con un discurso persuasivo para dirigirse
a su audiencia, sobre todo a aquella que puede convertirse en votante
potencial, como lo es aquel segmento de la población que se sitúa en el
79
bloque de los indecisos, y más aún cuando este estudio está enfocado
cronológicamente dentro del año de las elecciones presidenciales 2012 a
efectuarse en Venezuela.
12. Contexto complejo
En la presente investigación se plantea el análisis del discurso y
comunicación no verbal política dentro del marco de la complejidad, pues tal
como sugiere Van Dijk (1998) en Chumaceiro (2005) desde una perspectiva
abarcadora y claramente multidisciplinaria, el análisis del discurso está
relacionado de una manera múltiple con una descripción cognitiva y social.
Mencionado autor (2005) explica que los significados del discurso, las
inferencias, las intenciones y muchas otras propiedades y procesos están
íntimamente ligados a una descripción adecuada del texto. Al mismo tiempo,
ya es una visión estándar en los estudios del discursos que los discursos son
formas de acción e interacción social, situados en contextos sociales en los
cuales los participantes no son tan sólo hablantes / escribientes y oyentes /
lectores, sino también actores sociales que son miembros de grupos y
culturas.
Agrega Chumaceiro (2005) que el acto de habla es algo complejo y
globalizador, producto de la interacción intencional entre dos o más
individuos. Dicho acto incluye, por una parte, al texto que no es otra cosa que
la materialización lingüística del discurso, y por otra parte, las condiciones de
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la producción de dicho texto, es decir, “la situación comunicativa en toda su
complejidad y la activación de los distintos contextos relacionados con el
evento discursivo”. (p.22)
Goldenfeld y Kadanoff (1999) en Sanjuán (2009) dicen de modo irónico
que “todo es simple y ordenado, excepto por supuesto, el mundo” (p. 4). De
hecho, cuando uno mira al mundo, dicen los autores, lo que se observa es
una complejidad asombrosa.
Al momento de estudiar la comunicación, sobre todo la verbal a través del
estudio lingüístico, puede resultar literalmente imposible según Simone
(2001):
“Éste tiene lugar sólo cuando se llega a suponer que el lenguaje, pese a su aparente naturalidad y ‘facilidad’, es un objeto complejo, altamente organizado, que puede, con relativa facilidad, funcionar mal o resultar dañado o destruido (como en las patologías). Sólo con esta idea en la mente se puede practicar la lingüística. El estudio del lenguaje es, como buena parte de la investigación, adverso al sentido común”. (p.11)
Como práctica social que es, el discurso es complejo, según
Calsamiglia y Tusón (2007). Complejo, en cuanto a los diversos modos
de organización en que puede manifestarse; también, en cuanto a los
diversos niveles que encuentran en su construcción –desde las formas
lingüísticas más pequeñas hasta los elementos contextuales
extralingüísticos o histórico-culturales–; complejo, además, en cuanto a
las modalidades en que se concreta: oral, escrito o iconoverbal.
Por lo tanto, el contexto político complejo resulta el mapa más realista
para abarcar la presente investigación, pues al analizar variables como
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discurso y comunicación no verbal, tan infinitas e incluso hasta
subjetivas, hay que tomar en cuenta también todos los procesos externos
e internos que se tejen en silencio alrededor de los actos comunicativos.
3. Sistema de categorías
Según Hurtado y Toro (1997), las categorías son enunciados concretos
que permiten una descomposición del objetivo.
En tal sentido, se considera que las categorías presentes en este estudio
son las siguientes: Discurso y Comunicación no verbal.
3.1. Definición Conceptual
- Discurso
Calsamiglia y Tusón, 1999 en Chumaceiro (2005) expone que “hablar de
discurso es, ante todo, hablar de una práctica social, de una forma de acción
entre las personas que se articula a partir del uso lingüístico contextualizado
(...). Nos referimos, pues, a como las formas lingüísticas se ponen en
funcionamiento para construir formas de comunicación y representación del
mundo real o imaginario” (p.22)
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3.2. Definición operacional
- Discurso
Fue definida operacionalmente la categoría de discurso, a través de la
descomposición e identificación del material audiovisual de las ideas, con sus
indicadores: (a) idea principal, (b) ideas secundarias; así como los recursos
retóricos discursivos mediante sus indicadores: (a) metáforas, (b)
metonimias, (c) hipérbole y (d) epítetos.
3.3. Definición conceptual
- Comunicación no verbal
Cabana, 2008 en Rodríguez y Hernández (2010) expone lo siguiente
sobre la comunicación no verbal:
“Es una forma de interacción silenciosa, espontánea, sincera y sin rodeos. Ilustra la verdad de las palabras pronunciadas al ser todos nuestros gestos un reflejo instintivo de nuestras reacciones que componen nuestra actitud mediante el envío de mensajes corporales continuos. De esta manera, nuestra envoltura carnal desvela con transparencia nuestras verdaderas pulsiones, emociones y sentimientos. Resulta que varios de nuestros gestos constituyen una forma de declaración silenciosa que tiene por objeto dar a conocer nuestras verdaderas intenciones a través de nuestras actitudes” (p. 6)
3.4. Definición Operacional
- Comunicación no verbal
Se define operacionalmente la categoría comunicación no verbal, como el
sistema de gestos que transmiten la mayoría de los mensajes comunicativos,
por lo cual se analizará en su totalidad dividiéndolo en dos grandes grupos:
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(a) gestos faciales y (b) gestos corporales, por lo cual se resaltará sus
significados persuasivos y grado de reiteración de los gestos emitidos por los
políticos dentro del contexto de la complejidad.
3.5. Sub-Categorías
Las sub-categorías para el estudio del discurso son las siguientes:
1. Ideas
2. Recursos retóricos discursivos.
Así mismo, las sub-categorías desarrolladas para el estudio de la
comunicación no verbal, son:
1. Significado persuasivo
2. Grado de reiteración.
3.6. Unidades de análisis
Para la categoría discurso, en su sub-categoría ideas, las unidades de
análisis planteadas son: (a) Idea principal (b) Ideas secundarias.
Por otra parte, la sub-categoría de estudio recursos retóricos discursivos,
que forma parte del discurso, las unidades de análisis a enfocarse son: (a)
Metáforas, (b) Metonimias, (c) Hipérboles, (d) Epítetos.
Para comprender la categoría de comunicación no verbal, el presente
estudio se basó en analizar el sistema gestual descomponiéndolo en dos
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grandes grupos: gestos faciales y gestos corporales, a través del significado
persuasivo y sus unidades de análisis: (a) positivo (b) negativo (c) neutro;
así el grado de reiteración y sus unidades de análisis: (a) alto, (b) medio, (c)
bajo, (d) nulo.
4. Operacionalización del cuadro de categorías
A continuación se presenta el cuadro correspondiente a la
operacionalización del cuadro de categorías de estudio, las cuales junto con
las sub-categorías y unidades de análisis, permitirá obtener la información
para el desarrollo de la investigación. (Ver Cuadro)
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Fuente: Zamora (2012)
Cuadro N° 3 Cuadro de categorías
Objetivo General: Analizar el discurso y la comunicación no verbal dentro del contexto político complejo.
Objetivos específicos Categorías Sub-categorías
Unidades de análisis
Descomponer la idea principal e ideas secundarias de los
discursos emitidos en el contexto político complejo
Discurso
Ideas
-Principal -Secundarias
Identificar los recursos
retóricos del discurso en el contexto político complejo
Recursos retóricos
-Metáforas -Metonimias -Hipérboles -Epítetos
Determinar el significado
persuasivo de la comunicación no verbal en el contexto
político complejo
Comunicación no verbal
Significado persuasivo
-Positivo -Negativo -Neutro
Medir el grado de reiteración de la comunicación no verbal
en el contexto político complejo
Grado de reiteración
-Alto -Medio -Bajo -Neutro