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EL GNERO EN DISPUTA
SUJETOS DE SEXO/GNERO/DESEO 55
EL ORDEN OBUGATORIO DE SEXO/GNERO/DESEO
Aunque la unidad no problemtica de las mujeres sue
le usarse para construir una solidaridad de identidad la di
ferenciacin entre sexo y gnero plantea una fragmentacin
en el sujeto feminista. Originalmente con
el
propsito de
dar
respuesta a la afirmacin de que biologa es destino, esa
diferenciacin sirve al argumento de que, con independen
cia de la inmanejabilidad biolgica
que
tenga aparentemen
te el sexo, el gnero se construye culturalmente: por esa ra
zn, el gnero no es el resultado causal del sexo ni tampoco
es
tan
aparentemente rgido como el sexo. Por tanto, la uni
dad
del sujeto ya est potencialmente refutada
por
la dife
renciacin
que
posibilita
que
el gnero sea
una
interpreta
cin mltiple del sexo.
Si lgnero es los significados culturales que acepta el
cuerpo sexuado, entonces no
puede
afirmarse que un gne
ro nicamente sea
producto
de
un
sexo. Llevada hasta su
lmite lgico, la distincin sexo/gneromuestra una discon
tinuidad radical entre cuerpos sexuados y gneros cultural
mente construidos. Si
por el
momento presuponemos la es
tabilidad del sexo binario, no est claro
que
la construccin
de hombres dar como resultado nicamente cuerpos
masculinos o que las mujeres interpreten slo cuerpos fe
meninos. Adems, aunque los sexos parezcan ser claramen
te binarios en su morfologa y constitucin que tendr
que ponerse en duda), no hay ningn motivo para creer que
tambin los gneros seguirn siendo slo dos. La hiptesis
de un sistema binario de gneros sostiene de manera impl
cita laidea de una relacin mimtica entre gnero y sexo, en
la cual
el
gnero refleja
al
sexo o, de lo contrario, est limi
tado por l. uando la condicin construida del gnero se
teoriza como algo completamente independiente del sexo, el
gnero mismo pasa a ser un artificio ambiguo, con l resul
tado de que
hom r y
m s ulino pueden significar tanto un
cuerpo de mujer como uno de hombre,
y
muj r
y
f m nino
tanto uno de hombre como uno de mujer.
Esta separacin radical del sujeto con gnero plantea
otros problemas. Podemos hacer referencia a un sexo
dado o a un gnero dado sin aclarar primero cmo se
dan uno y otro y a travs de qu medios? Y lfin y lcabo
qu es
el
sexo? Es natural, anatmico, cromosmico
hormonal, y cmo puede una crtica feminista apreciar los
discursos cientficos que intentan establecer tales he
ches? Tiene
l
sexo una
historia?
Tiene cada sexo
una
historia distinta, o varias historias? Existe
una
historia de
cmo se determin la dualidad del sexo, una genealoga que
presente las opciones binarias como
una
construccin varia
ble? Acaso los hechos aparentemente naturales del sexo
tienen lugar discursivarnente mediante diferentes discursos
cientficos supeditados a otros intereses polticos y sociales?
Si se refuta el carcter invariable del sexo, quizs esta cons
truccin denominada sexo est
tan
culturalmente construi
da como
el
gnero;
de
hecho, quiz siempre fue gnero, con
el
resultado de que la distincin entre sexo y gnero no exis
te como
tal.
En ese caso no tendra sentido definir
el
gnero como la
interpretacin cultural del sexo, si ste es ya de por s una
categora dotada de gnero. No debe ser visto nicamente
como la inscripcin cultural del significado en un sexo pre
determinado concepto jurdico), sino que tambin debe in
dicar el aparato mismo de produccin mediante el cual se
determinan los sexos en s.
omo
consecuencia, el gnero
no es a la cu ltura lo que
el
sexo es a la naturaleza; lgne-
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EL GNERO EN DISPUTA
SUJETOS DE SEXO/GNERO/DESEO
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ro tambin es elmedio discursivo/cultural a travs del cual
la naturaleza sexuada o un sexo natural se forma y esta
blece como prediscursivo anterior a la cultura una su
perficie polticamente neutral
so r
la
cual
acta la cultura.
Trataremos de nuevo esta construccin del sexo como lo
radicalmente no construido al recordar en el captulo 2 10
que afirman Lvi-Strauss
y
el estrucruralismo. En esta co
yuntura ya queda patente que una de las formas de asegurar
de manera efectiva la estabilidad interna y elmarco binario
del sexo es situar la dualidad del sexo en un campo predis
cursivo. Esta produccin del sexo como lo prediscursivo
debe entenderse como el resultado del aparato de construc
cin cultural nombrado
por
gnero
Entonces cmo
debe reformularse el gnero para incluir las relaciones de
poder queprovocan el efecto de un sexo prediscursivo
yes-
conden
de
esta manera ese mismo procedimiento de pro
duccin discursiva?
GNERO: LAS RUINAS CIRCULAREs DELDEBATE
ACTUAL
Existe
un
gnero
que
las personas
tienen
o se t ra ta
de un atributo esencial que una persona
es
como10expresa
la pregunta; e qu gnero eres?? uando las tericas
feministas argumentan que el gnero es la interpretacin
cultural del sexo o que el gnero se construye culturalmen
te cul es el mecanismo de esa construccin? Si el gnero
se construye podra construirse de distinta manera o aca
so su construccin conlleva alguna forma
de
determinismo
social que niegue la posibilidad de que el agente acte y
cambie? Implica la construccin
que
algunas leyes pro
vocan diferencias de gnero en ejes universales de diferencia
sexual? Cmo y dnde se construye elgnero? Qu senti
do puede tener para nosotros una construccin no sea
capaz
de
aceptar a un constructor hum:mo
~ t o r
a esa
construccin? En algunos estudios
la
afirmacin de
que
~
gnero est construido sugiere cierto
d e t e n n ~ i s m o
de
s ~ -
ficados de gnero inscritos en cuerpos anatmicamente
ferenciados y se cree que esos cuerpos son receptores pasI
vos de una ley cultural inevitable. uando la c u l t u : ~
pertinente que construye elgnero se entiende en funCIO.?
de dicha ley o conjunto de leyes entonces parece que
ge
nero es tan preciso y fijo como lo era bajo la afirmacin
que biologa es destino. En tal caso la cultura y no la bIO
logia se convierte en destino.
Por otra parte Sirnone de Beauvoir afirma en El
segun-
dosexo
que
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EL G N ER O E N D IS PU TA
SUJETOS DE SEXO/GNERO/DESEO
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La polmica surgida respecto significado de construc-
cin
parece desmoronarse con la polaridad filosfica con
vencional entre libre albedro y determinismo.
n
conse
cuencia, es razonable suponer
que
una limitacin lingstica
comn sobre
el
pensamiento crea y restringe los trminos
del debate.
entro
de esos trminos, el cuerpo se mani
fiesta como un medio pasivo sobre
el
cual se circunscriben
los significados culturales o como
el instrumento mediante
el cual una voluntad apropiadora e interpretativa establece
un significado cultural para s misma. En ambos casos
el
c ue rp o es un
mero instrumento
o
medio
co n el cual se rela
ciona slo externamente un conjunto de significados cultu
rales. Pero
el
cu er po es en s
una
construccin, como lo
son los mltiples cuerpos que conforman el campo de los
sujetos con gnero.
No puede
afirmarse que los cuerpos
po-
sean una existencia significable antes de la marca de su g
nero; ent?nces, en qu medida
comienz existir
el cuerpo
en y mediante [afs}marcats) del gnero? Cmo reformular
el cuerpo sin verlo como un medio o instrumento pasivo que
espera la capacidad vivificadora de
una
voluntad rotunda
mente
inmaterial?l
El
hecho
de
que
el g ne ro o el sexo sean fijos o libres
est en funcin de un discurso que, como se ver, intenta li
mitar el anlisis o defender algunos principios del humanis
mo como presuposiciones para cualquier anlisis de gnero.
El l ugar de lo i nt ratabl e, ya sea en
el
sexo o el gnero o
en el significado mismo de construccin, otorga un indi-
cio de las opciones cul turales
que pueden
o no a ctiva rs e
mediante un anlisis ms profundo. Los lmites del anlisis
s ~ r s v ~
del.gnero aceptan las posibilidades de contigu
raciones
imaginables y realizables del gnero
dentro
de la
cul tura y las hacen suyas. Est o no qui ere decir
que
t od as y
cada una
de las posibilidades de gnero estn abiertas, sino
que los lmites del anlisis revelan los lmites de una expe
riencia discursivamente determinada. Esos lmites siempre
se establecen dentro de los trminos de un discurso cultural
hegemnico basado en estructuras binarias que se manifies
tan como el l enguaj e
de
la racionalidad universal. e esta
forma, se elabora la restriccin dentro de lo
que
ese lengua
je establece como el campo imaginable del gnero.
Incluso cuando los cientficos sociales hablan del gnero
c om o de un factor o
una
dimensin del anlisis, tam
bin se refieren a personas encarnadas como
una
marca
de diferencia biolgica, lingstica o cultural.
n
estos casos,
gnero
puede
verse como cierto significado
que
adquiere
un cuerpo ya) sexuaImente diferenci ado, pero i ncluso en
ese caso ese significado existe nicamente en rel cin co n
otro significado opuesto. Algunas tericas feministas aducen
que el g ner o es
una
rel acin, o i ncluso un conjunt o de
relaciones, y no un atributo individual. Otras, que coinciden.
con Beauvoir, afirman que slo
gnero femenino est mar
cado, que la persona universal y gnero masculino estn
unidos y en consecuencia definen a las mujeres en
trminos
de su sexo
y
c on vi er te n a los h om br es en p or ta do re s de la
calidad universal de persona
que
trasciende el cuerpo.
En un m ov im ie nt o
que
dificulta todava ms la discu
sin, Luce lrigaray afirma
que
las mujeres son
una
paradoja,
cuando no una contradiccin, dentro del discurso mismo de
la i dent idad. Las muj eres son el sexo que no es uno .
entro
de un lenguaje completamente masculinista, falogo
cntrico, las mujeres conforman lo
no represent ble
Es de
cir, las mujeres representan
el
sexo
que
no
puede
pensarse,
una ausencia y una opacidad lingsticas.
entro
de un len-
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EL GNERO EN DISPUTA
SUJETOS DE SEXO GNERO DESEO
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guaje
que
se basa en la significacin unvoca,
el
sexo feme
nino
eslo no restringible
y
lo no designahle.
n
este sentido,
las mujeres
son el
sexo que
no
es uno, sino mltiple. Al
contrario
que
Beauvoir, quien piensa que las mujeres estn
designadas
como
lo
Otro
Irigaray sostiene que tanto el su
jeto como
el
Otro son apoyos masculinos de una economa
significante, falogocntrica
y
cerrada, que consigue su obje
tivo totalizador a travs de la exclusin total de lo femenino.
Para Beauvoir, las mujeres son lo negativo de los hombres,
l
carencia frente a la cual se distinguela identidad masculina;
para
Irigaray, esa dialctica especfica establece un sistema
que
descarta una economa de significacin totalmente dife
rente. Las mujeres
no
slo estn representadas falsamente
dentro del marco sartreano de sujeto significante y Otro sig
nificado, sino-que la falsedad de la significacin vuelve ina
propiada
toda l estructura de representacin. En ese caso,
el sexo que no es uno es el
punto
de partida
para una
crtica
de la representacin occidental hegemnica y de la metafsi
ca de la sustancia
que
articula la nocin misma del sujeto.
Qu
es la metafsica de l sustancia, y cmo influye en
la reflexin
sobre
las categoras del sexo? En primer lugar,
las concepciones humanistas del sujeto tienen tendencia a
dar po r sentado
que
hay una persona sustantiva
portadora
de diferentes atributos esenciales y no esenciales. Una posi
cin feminista humanista
puede
sostener
que
elgneroes un
tributode un ser humano caracterizado esencialmente como
una
sustancia o ncleo
anterior
al gnero, denominada
persona, que designa una capacidad universal
para
el ra
zonamiento,
l
deliberacinmoral o el lenguaje. No obstan
te, la concepcin universal de la persona na sido sustituida
como
punto
de partida
para
una teora social del gnero
po r
las posturas histricas y antropolgicas que consideran
el g-
nero como una relacin entre sujetos socialmente consti
nudos en contextos concretos. Esta perspectiva relacional o
contextual seala que lo que es la persona y,de hecho, lo
que es el gnero siempre es relativo a las relaciones cons
t ruidas en las que se
establece. ? Como un fenmeno varia
ble y contextual, el gnero
no
designa a
un
ser sustantivo,
sino a un punto de unin relativo
entre
conjuntos
de
rela
ciones culturales e histricas especficas.
Pero Irigaray afirmar que el sexo femenino es una
cuestin de usenci l ingstica, la imposibilidad de una
sustancia gramaticalmente denotada y, po r esta razn, la
perspectiva
que
muestra
que
esa sustancia es un a ilusin
permanente
y fundacional de
un
discurso masculinista. Esta
ausencia
no
est marcada
como
tal dentro de la economa
significante masculina, afirmacin que da l vuelta al argu
mento de Beauvoir (y de Witt ig) respecto a que el sexo fe
menino est marcado, mientras que el sexo masculino no lo
est. Irigaray sostiene
que
el sexo femenino no es una ca
rencia ni
un Orro que inherente y negativamente define
al sujeto en su masculinidad. Por el contrario, elsexo feme
nino evita las exigencias mismas de representacin,
porque
ella
no
es
Otro
ni carencia, pues esas categoras si
guen siendo relativas l sujeto sartreano, inmanentes a ese
esquema falogocntrico. As pues, para Irigaray lo femenino
nunca podra ser
l
m rc de
un
sujeto como afirmara Beau
voir, Asimismo, lo femenino no podra teorizarse en trmi
nos de una rel cin especfica
entre
lo masculino
y
lo feme
nino dentro de
un
discurso dado ya que aqu
el
discurso no
es una nocin adecuada. Incluso en su variedad, los discur
sos crean otras tantas manifestaciones del lenguaje falogo
cntrico. As pues,
el
sexo femenino estambin sujeto que
no es uno.
La
relacin entre masculino y femenino no puede
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EL GNERO EN DISPUTA
SUJ TOS
SEXO GNERO ESEO
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te/cuerpo, aun cuando ofrece una sntesis de esos trmi
nos.
La preservacin
de
esa misma distincin
puede
ser re
veladora del mismo falogocentrismo que Beauvoir subesti
En la tradicin filosfica que se inicia con Platn y
sigue
con
Descartes,
Husserl
y
Sartre, la diferenciacin
t o l ~ g i c a
entre.alma conciencia, mente) y cuerpo siempre
d e l e ~ d e relaciones de subordinacin y jerarqua poltica y
pstqutca. La
mente
no slo somete al cuerpo, sino que even
tualmente
juega
con
la fantasa
de escapar totalmente de
su
corporeidad.
Las asociaciones culturales
de
la
mente con
la
masculinidad y del cuerpo con la feminidad estn bien do
cumentadas en el campo de la filosofa y el feminismo. n
consecuencia,
toda reproduccin
sin reservas de la diferen
ciacin
entre mente cuerpo debe replantearse
en
virtud de
la
jerarqua
implcita de
los
gneros
que
esa diferenciacin
ha creado,
mantenido
y racionalizado
comnmente.
La
~ o n s t r u c c i ~
discursiva del
cuerpo
y su separacin
?e la hbe:rad
e ~ l s t e n t e en
la
obra de
Beauvoir
no
logra fi
jar; en el eje
del
genero, la
propia
diferenciacin
entre
men
te/cuerpo
que
presuntamente
alumbra la persistencia
de
la
asimetra
entre
los gneros. Oficialmente,
para
Beauvoir el
cuerpo
femenino est marcado
dentro
del discurso masculi
nista,
razn po r
la cual el
cuerpo
masculino,
en
su fusin
con
lo universal,
permanece
sin marca. Irigaray explica
de
forma clara que tanto la marca
como
lo marcado se
insertan
dentro
de un
modo
masculinista
de
significacin en el que
el
cuerpo
femenino est demarcado,
po r
as decirlo, fuera
d e l c a m p ~ de
lo significable. En trminos poshegelianos, la
~ ~ e r
e s t ~ anulada,
pero
no preservada. En la interpreta
cron
de
Ingaray, explicacin
de
Beauvoir
de
que la
mujer
es sexo se modifica
para
significar que ella no es el sexo
que estaba destinada a ser, sino, ms bien, el sexo masculino
n or y n
orps que discurre en
el
modo
de
la
otredad.
Para Irigaray, ese modo falogocntrico
de
significar el sexo
femenino siempre genera fantasmas de su
propio
deseo de
ampliacin. En vez de un a
postura
lingstico-autolimitante
que
proporcione
la alteridad o la diferencia a las mujeres, el
falogocentrismo proporciona un
nombre para
ocultar lo fe
menino y
ocupar
su lugar.
TEORIZAR LO BINARIO, LO
UN T R O
Y
MS LL
Beauvoir e
lrigaray tienen
diferentes
posturas sobre
las
estructuras
fundamentales mediante
las cuales se
reproduce
la asimetra
entre
los gneros; la
primera
apela a
la
recipro
cidad
fallida
de un a
dialctica asimtrica, y
la segunda
argu
menta que
la dia lct ica en s es la
construccin
monolgica
de un a
economa
significante masculinista. Si
bien
Irigaray
extiende claramente
el
campo de
la crt ica feminista al ex
plicar las estructuras epistemolgica, ontolgica y lgica de
una economa
significante masculinista, su anlisis
pierde
fuerza
justamente
a causa de su alcance globalizador. Se
puede reconocer una economa
masculinista monoltica as
como monolgica que traspase
la totalidad de contextos
cul
turales e histricos
en
los
que
se
produce
la diferencia se
xual? El
hecho de
no
aceptar
los
procedimientos
culturales
especficos
de
la opresin
de
gneros es en s
una
suerte
de
imperialismo epistemolgico,
que
no se desarrolla
con
la
mera
elaboracin
de
diferencias culturales como ejemplos
del
mismo
falogocentrismo? El
empeo
po r
in luir
culturas
de Otros como amplificaciones variadas
de
un falogocen
trismo global es
un
acto apropiativo
que
se
expone
a
repetir
el gesto falogocntrico
de
autoexaltarse, y domina bajo el