Post on 15-Apr-2017
Cronica_AAMTIC_Oscar Alexander Zuluaga
APRENDIENDO A FORMAR FORMADORES
El sábado 18 de julio me encontraba en la Universidad Icesi realizando el
Diplomado en Fortalecimiento de Competencias en Lengua Extranjera. Era la
hora del almuerzo y me senté con un grupo de compañeros con los que
normalmente comparto este espacio. Hablamos de muchas cosas, ya no las
puedo recordar, sólo hay algo de lo que se dijo que me dio vueltas en la cabeza
por el resto de la tarde. Uno de mis compañeros comentó que había enviado su
hoja de vida a la convocatoria para hacer el curso de Formación de
Formadores que ofrecía el programa TITA en asocio con la Universidad del
Valle. Habló de que era una gran oportunidad y de que quería participar.
Infortunadamente no contó con la suerte que tuve yo.
Días después llegó a mi correo un mensaje; decía que fui seleccionado para
presentar las primeras pruebas de selección. Estaba muy ansioso. Hace mucho
que no hacía pruebas de ningún tipo en alguna empresa. Las últimas fueron en
un colegio privado en el cual trabajé y antes de esa las que presenté para
ingresar al magisterio caleño. Esas son las que más recuerdo.
Llegó el día, fue un miércoles. Tuve que pedir permiso en mi institución, el
Eustaquio Palacios, porque éstas se harían durante mi jornada laboral. No me
colocaron ninguna complicación. Fui, las presenté, y mientras lo hacía sentía
un poco de temor porque nos dijeron que sólo quienes la aprobarán serían
citados a entrevista el día siguiente. No me sentí muy bien, debo confesarlo.
Creí, al terminarlas, que no di lo mejor de mí y que hubiera podido hacer un
poco más. Salía del salón un poco cabizbajo. Una de las psicólogas que
acompañaba el proceso se acercó y me dijo que contaba conmigo para el día
siguiente y sin que se me notara, una sonrisa me adornó por dentro.
La entrevista se desarrolló. Fue bastante competitiva. La hice junto a un grupo
de maestros que observé estaban muy bien preparados. Cualquiera de
nosotros hubiera podido quedar. Dijeron que nos avisarían a la semana
siguiente y sentí que la espera iba a ser infinita. No fue así. Al día siguiente
recibí la noticia de que me habían dado un voto de confianza, habían apostado
por mí en lugar de muchos maestros que querían estar en mi lugar en ese
preciso momento. Me sentí satisfecho, era un gran paso para mi vida. Lo
comenté con mi familia y de inmediato compartieron mi alegría. Iba a trabajar
en Univalle formando a otros profesores que a su vez, tienen muchos
conocimientos que puedo aprovechar.
Avisé en mi escuela que me ausentaría por dos semanas y mis estudiantes no
estuvieron del todo contentos. Días antes de partir una madre de familia se
acercó para manifestarme que su hija estaba muy triste porque me iba y no
regresaría. La tranquilicé diciéndole que era temporal. Me preparé mentalmente
para lo que se venía. No ha sido una tarea fácil. Desde el primer día, quienes
quedamos, estuvimos envueltos en una ruleta de saberes, experiencias y
aportes que nos enriquecieron como docentes. En ocasiones optaba por
escuchar. Todo lo que se decía, sentí, me interpelaba y me hacía un poco más
sabio. Esta es quizás la mayor riqueza que me queda de la experiencia.
Las actividades me llevaron a confrontarme, a saber que tengo dificultades, a
reconocerme como un ser humano al que le aportan, pero que también puede
aportar. En muchas ocasiones se me dificultó. No soy el tipo de personas que
abre sus emociones. Con los días empecé a compartir con diferentes personas,
con diversas formas de pensar, las cosas empezaron a fluir un poco más.
Desarrollamos un ambiente de aprendizaje. Tuve un grupo de trabajo que me
hizo crecer como persona. Desde el momento en que nos eligieron hubo una
gran empatía. Sabíamos que estábamos para cosas grandes. Creo que así fue.
Fue un proceso extenuante, inclusive doloroso. Hubo días en que mi cuerpo se
sentía lastimado. Pasar grandes horas frente a un computador, dejando en un
papel todo lo que soy, no es algo que realicé todos los días. Esto me sirvió para
conocer y en algunos casos reforzar y aclarar algunos conceptos que en medio
de la cotidianidad he ido olvidando, naturalizando. La presentación de éste fue
un éxito, lo sé. Al terminarla algunos compañeros se acercaron y me dijeron
que habíamos hecho un gran trabajo. Me llenó de satisfacción el haber podido
colaborar. Tuve la fortuna de aprender muchas cosas, ya había hecho blogs
anteriormente, por ejemplo, pero en esta ocasión decidí esforzarme un poco
más y al final estoy satisfecho con lo logrado. Eso nadie me lo puede quitar.
El tiempo de la formación ha terminado. La próxima semana regresaré a mis
actividades normales, aunque no de manera normal. Muchas cosas en mí han
sido cambiadas. Los más beneficiados, espero, son mis estudiantes y mi
comunidad. Quizás tendré la posibilidad de trasladar mis conocimientos a otros
maestros, aún no lo sé. Es un reto importante, uno que debo asumir como todo
un profesional. Los maestros que se inscribieron en el Diplomado de Formación
Docente en Pedagogía Mediada por TICS llegan con muchas expectativas.
Sería un logro poder rebasarlas. De darse la oportunidad sé que lo haré de la
mejor manera. En cualquier caso habrá beneficiados. Sólo me queda decir
GRACIAS, Gracias por la experiencia que me permitieron vivir.