€A-o Io ¡, Otra vez la Biblioteca Pública · nes) y el famoso recetario industrial el For-moso...

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SAÚLSÁNCHEZTORO ssanchezte m.net.co

Hoyla ciudad no tiene un proyecto nide ubicación, ni de creación, ni de

localizaciónde la biblioteca públicamunicipal.

Conocí la Biblioteca Pública de Maniza-les cuando funcionaba en los bajos delEdificio de la Licorera. Mi paso obligadodesde los Barrios Unidos (hoy barrio ElBosque), primero hasta la Escuela JorgeRobledo, donde hice mi primaria y poste-riormente al Instituto Mantzales que que-daba donde hoyes el Inurbe, y que regen-taba en esa ép9ca el inolvidable Don Anto-nio Jaramillo Angel (año 1962), me hacíandetener ocasionalmente en tan añorado de-positario de la cultura que abrió mi mente.a la aventura gracias a Emilio Salgari, Ju-lio Verne, o Alejandro Dumas, ya la poe--sía gracias a Baudelaire, Rimbaud, Apolli-naire, Verlaine y Mallarmé o a Porfirio Bar-ba Jacob, León de Greiff, José AsunciónSilva y Carlos Castro Saavedra (cómo ex-trañamos a Rodrigo Correa Palacio su in-térprete vocal), o a la narrativa de Guy deMaupassant, León Tolstoi, Miguel de Cer-vantes, y muchos otros literatos que DonFilemón Valencia nos inculcó y nos hizoengolosinar con ellos conduciéndonos consu método a leer y a imbuirnos en ese ma-ravilloso mundo de la narrativa que en laépoca fue motivo de creación de los másprestigtosos centros literarios o tertuliade-ros culturales de la ciudad (como el deMario Escobar Ortiz, el de Hernán Cubi-dez o el de los hermanos Cañas). Los li-

bros se ubicaban en esos momentos de labiblioteca pública, en anaqueles de cedronegro con puertas de vidrio y con canda-do. Las revistas se separaban de los librospor un enchambranado que quedaba alfondo del recinto. Allí también se guarda-ban las colecciones más valiosas de la épo-ca como el Tesoro de la Juventud de %MJackson compuesto por 20 tomos edita-dos en la década del 40, la EnciclopediaUniversal Ilustrada Espasa-Calpe (en esetiempo formada de 70 tomos y 72 volúme-nes) y el famoso recetario industrial el For-moso tan pretendido por lqs «inventores»de la ciudad que conocían lo que se podíaextractar de él. En las mesas encontrába-mos las anatomías de Andrés Vesalio, Am-brosio Paré y Luis Mercado que a la sazónutilizaban los estudiantes de medicina dela Universidad de Caldas a quienes veía-mos con envidia de la buena, impecable-mente vestidos de traje y de corbata.

En el área de revistas se encontrabanesos enormes legajos encuadernados de LaPatria que no sabemos a donde fueron aparar y que descontinúan la historia delperiódico de casa en sus primeros amane-ces. La Biblioteca de Derecho de la Uni-versidad de Caldas acogtó algunos de esosvolúmenes y hoy están al alcance de todoel mundo a pesar de ser ejemplares úni-cos en la ciudad.

Nuestra Biblioteca Pública, fue fundadapor Acuerdo Municipal No. 32 del 28 demayo de 1931, es decir se aproxima a los75 años.

En mayo 29 de 1981 (hace más de vein-te años !l1),en este mismo periódico (pág3A columnas 3-4 y pág. 6A col 2) y en la

edición No. 28432 del miércoles 27 de fe-brero de 2002 (pág. 5A Col 2) escribí sen-dos artículos analizando la malhadada si-tuación de la biblioteca y quejándome porel desinterés gubernamental en auxiliar aquien debería ser la principal fuente desaber de la ciudad. El sitial en donde selocalice todo lo bibliográfico y documen-tal realizado en Manizales (planes de de-sarrollo, novelas cuentos, investigaciones,etc.). Y hoy vuelvo a escribir para llamara quienes crean que tienen parte en elasunto, para que no dejen morir el únicobastión de la cultura en donde deberíaestar abrevando nuestra juventud. Me dauna tristeza enorme que al igual que elTeatro Olimpia, se haya acabado con laBiblioteca Pública Municipal y nadie. ab-solutamente nadie haya dicho nada. Suúltimo recinto fue convertido en dizquela sala Cumanday y su hemeroteca fueconvertida en un tal auditorio Olimpia.Sus colecciones documentales abandona-das en el Liceo Femenino. Como nos due-le a quienes trasegamos por el mundo dellibro (en mi caso particular como biblio-tecólogo de profesión), la enorme apatía,indiferencia, insolidaridad. dejadez, indo-lencia que tienen nuestros concejales y di-rigentes administrativos (léase Alcalde ySecretarios de Despacho) a quienes no lesinteresa en lo mas mínimo el futuro denuestra biblioteca.

Algunos años atrás, promovimos unforo en el auditorio del Banco Cafetero,para evitar que la biblioteca fuera trasla-dada a la biblioteca de Los Yarumos. fui-mos apoyados por gran parte de la élitecultural de la ciudad incluyendo a perio-

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distas y a muchos ciudadanos que esta-ban de acuerdo con que la biblioteca de-bía estar en el centro de la ciudad y no enla periferia (hoy. mirando el escaso nú-

Imero de asistentes a la biblioteca de LosYarumos, vemos que no estábamos equi- ·vocados y ojalá mi amiga Alba Nelfy Ber-nal, no me desmienta). El Alcalde Cardo-na oyó el clamor de la comunidad y pos-puso el traslado. Cuando asumió la Al-caldía el Dr. Néstor Eugenio Ramírez C.supusimos que al fin le había llegado lahora buena a la Bibpública ya que con élhabíamos trabajado los bibliotecarios dela ciudad la creación de la Red de biblio-tecas de Manizales que sirvió de modelopara que el Iefes (ante quien presentamosen compañía del ex alcalde el proyecto deManizales) creara el Consorcio de Biblio-tecas Universitarias de Colombia. que escopia fiel del de nuestra ciudad y que hoyse mira como modelo de América Latina.Pero nos equivocamos. El Dr. Néstor tam-poco le paró bolas a la biblioteca y fuefinalmente quien le dio un entierro de ter-cera. Hoy la ciudad no tiene un proyectoni de ubicación, ni de creación, ni de loca-lización de la biblioteca pública municipal.En el Plan de Desarrollo no se mencionacomo tampoco se dice algo sobre otro granolvidado como lo es el Archivo Municipaltambién «tirado» físicamente en una piezatrasera del Cuerpo de Bomberos de Mant-zales. Pareciera que aquí nadie se intere-sara en la lectura para sí o para los jóve-nes y niños, sobre todo los de los estratosbajo y medio que son en última los benefi-ciarios de primera mano de las coleccio-nes bibliográficas de la ciudad.