5. Los cartagineses en la Península Ibérica · 2020-02-12 · Cartago: ciudad, entorno y...

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Desarrollo del tema

5.1. Cartago: ciudad, entorno y actividades comerciales

5.2. La “crisis” del siglo VI a. n. e. y el ¿imperialismo cartaginés?

5.3. Los tratados con Roma

5.4. El “círculo del Estrecho”

5.5. La presencia cartaginesa en Iberia anterior a los Bárcidas

5.5.1. El problema de los libiofenicios5.5.2. Ibiza y los asentamientos fenicios del sur peninsular5.5.3. La explotación minera5.5.4. Los mercenarios ibéricos

5.6. La conquista cartaginesa a partir del año 237 a. n. e.

5. Los cartagineses en la Península Ibérica

Cartago: ciudad, entorno y actividades comerciales

Cartago, como Gadir, fue fundada por fenicios de Tiro, segúnla tradición en el año 814/813 a. n. e. Su privilegiadoemplazamiento en el golfo de Túnez servía a interesesestratégicos, a medio camino entre el Levante mediterráneo yel Extremo Occidente.

Durante los dos primeros siglos de su existencia, la coloniatiria apenas ha dejado rastros arqueológicos que permitanreconstruir su más antigua historia. El testimonio de lasnecrópolis indica que durante el siglo VII a. n. e. elasentamiento experimentó un notable crecimiento, entre otrosfactores por la inmigración de nuevos contingentes feniciosprocedentes de Oriente, escapando de la sofocante presiónasiria.

Apenas sabemos nada de la actividad cartaginesa en elexterior durante sus primeros siglos.

A partir del siglo VI a. n. e. el comercio púnico empieza a tenerpresencia en todo el Mediterráneo occidental. Comercio nosignifica presencia estable ni dependencia política. Laretracción del comercio fenicio y griego favorece a Cartago.

Presencia cartaginesa en Sexi, Malaka y Villaricos. En el sigloV Cartago inicia la expansión por todo el norte de África, loque pone en sus manos tierras agrícolas muy fértiles.Grandes empresas marítimas, de las que serían reflejo losperiplos de Himalcón (Islas Británicas) y Hanón (golfo deGuinea).Se supone que Cartago firmaría tratados de alianza con otrasciudades-estado. A partir de aquí, se empieza a hablar de un“imperialismo cartaginés” desde el siglo VI a. n. e.

Sarcófago femenino procedente de Cádiz, ss. V-IV a. n. e.

Sarcófago masculino procedente de Cádiz,s. V a. n. e.

Sarcófagos antropoides procedentes de Sidon

LA CRISIS DEL SIGLO VI a. n. e.

Más que una “crisis”, cabría decir que la sociedad fenicia delExtremo Occidente estaba sufriendo una profundareestructuración, un proceso de adaptación a la nuevarealidad política y económica que se estaba configurando enla península ibérica y en el Mediterráneo centro-occidentalcuyas manifestaciones se producen más claramente en elsiglo VI a.C., pero que se manifestaron con anterioridad”

José Luis López Castro.

SE HA USADO COMO ARGUMENTO PARA DEFENDER LA EXISTENCIA DE UNBLOQUEO MARÍTIMO CARTAGINÉS EN OCCIDENTE. YA SABEMOS QUE ESTONO ES ASÍ, PERO HAY QUE PREGUNTARSE QUÉ PAPEL TUVO LA CIUDADNORTEAFRICANA EN ESTE PANORAMA.

¿IMPERIALISMO O HEGEMONÍA?

IDEA HASTA LOS AÑOS OCHENTA:Cartago era considerada una potencia agresiva, codiciosa eimperialista cuyo principal deseo en relación con Iberia eraexpandirse territorial y económicamente, a través de un controlmilitar directo y la implantación de una red comercial dependiente dela metrópoli, de la misma forma que ocurría en las islas de Sicilia yCerdeña. A. Schulten, que no dudó en achacar la supuestadestrucción de Tarteso a finales del siglo VI a.C. a los cartagineses.

Para hablar de imperialismo cartaginés se han usado los siguientesargumentos: Crisis del sigo VI a. n. e. Temprana presencia en Sicilia y Cerdeña. Enfrentamiento antagónico contra griegos. Dominio sobre las antiguas colonias fenicias de la Península

Ibérica. Conflictivas relaciones con las ciudades griegas de la Magna

Grecia.

¿IMPERIALISMO O HEGEMONÍA?

Frente a la tradicional tesis que defiende que los cartagineseshabían establecido un importante dominio militar, territorial yeconómico en la Península Ibérica mucho tiempo antes de lallegada en 237 a. n. e. de Amílcar, se va imponiendo la idea deque lo que verdaderamente existió no fue un imperiocartaginés, sino una posición hegemónica de la ciudadnorteafricana basada en un sistema de “comercioadministrativo” mediante la fundación de emporia y en elestablecimiento de una serie de tratados y alianzas libres queconducirán, sin que fuera necesaria la presencia de efectivosmilitares, primero la reciprocidad inicial y luego la dependenciapolítica y económica de las ciudades fenicias de Iberiarespecto a los cartagineses, cuya preeminencia marítima lespermitió convertirse en garantes de los intercambios ydefensores de las flotas.

Corriente renovadora: C. González Wagner, P. Barceló y J.L. López Castro.Ambos autores basan sus tesis en el nuevo modelointerpretativo para explicar la actuación cartaginesa enSicilia que elaborará el investigador británico C. R. Whittaker(1978), quien defiende que en la isla italiana, al menosdurante los inicios de la expansión mediterránea de Cartago,no se dieron las medidas o condiciones que se requierenpara poder hablar de imperialismo a la manera clásica:anexión territorial, aparato administrativo provincial,recaudación de tributos, monopolios comerciales, direcciónde la política exterior de los territorios conquistadas y controlde las explotaciones agrícolas.

El debate se centra justamente en saber si huboimperialismo o hegemonía, más o menos influenciacartaginesa en el mundo púnico de Iberia.

Hay una clara intensificación de los intereses económicos yla presencia cartaginesa en estas tierras durante los siglos IVy III a. n. e. Incluso las relaciones gaditano-cartaginesas a lolargo de estos dos siglos pudieron darse más bien en uncontexto de rivalidad creciente a causa del control comercialde la zona atlántica.No fueron siempre relaciones de amistad, confianza y alianzanatural, como siempre se ha defendido acudiendo a laafinidad étnica.

Existen un par de testimonios clásicos que hablan de unataque a la ciudad gaditana por parte de los pueblos vecinos(Iust. 44.5.1-5; Macr. Sat, 1.20.13). Gracias a la protección queprestaba a las comunidades de origen fenicio, quepreviamente habría quedado estipulada mediante la firma deun tratado, Cartago se aseguraba el suministro de metalespreciosos, salazones y mercenarios. El tratado romano-cartaginés de 348 a.C. constituye, sin duda, un punto deinflexión.

Las ciudades fenicias del litoral mediterráneo, aunque enprincipio aliadas, terminarían por no aceptar de buen gradoese mayor control que Cartago ejercía sobre ella al menosdesde el siglo IV a.n. e.

La ayuda prestada por los cartagineses acabó convirtiéndose enuna imposición y acabará originando fricciones comerciales ypolíticas con sus aliados.

Más que con ejércitos permanentes, como acabaría ocurriendo enSicilia, la presencia militar de Cartago en el sur de Iberia puedohacerse efectiva mediante el establecimiento de guarnicionespuntuales en lugares de carácter estratégico (como sucede en ElGandul, cuya función sería controlar desde la amplia meseta de LosAlcores el fértil valle del río Guadalquivir y mantener en jaque a supoblación más importante, Carmo).

Luego, después de los reyes de Hispania, los cartaginesesfueron los primeros en hacerse con el dominio de la provincia.En efecto, cuando los gaditanos recibieron en sueños la ordende trasladar a Hispania el culto de Hércules desde Tiro, dedonde también procedían los cartagineses, y fundaron allí unaciudad, puesto que los pueblos vecinos de Hispania, que veíancon malos ojos el engrandecimiento de la nueva ciudad,hostigaban a los gaditanos con la guerra, los cartaginesesenviaron ayuda a sus hermanos de raza. Allí, en unaexpedición victoriosa liberaron a los gaditanos de la injusticia ycon una injusticia mayor aún unieron una parte de la provinciaa su dominio. Después, animados por el resultado de laprimera expedición, enviaron también al general Amílcar conun gran ejército para apoderarse de la provincia (...).

Justino, Epítome 44.5 (de las Historiae Philippicae dePompeyo Trago).

Monedas acuñadas en Cartago en el siglo IV y en Cerdeña a principios del III a. n. e.

SNGCop 109-119SNGCop 144-178

Primer tratado romano-cartaginés (509 a. n. e.) - Pol. III.22

Habrá alianza entre romanos y cartagineses y sus aliados respectivoscon estas condiciones: no navegarán los romanos y sus aliados más alládel Bello Promontorio, a no ser que los impela alguna tempestad o fuerzaenemiga, y, en caso de ser alguno empujado por fuerza, no le será lícitocomprar ni llevarse nada, excepto lo que sea necesario paramantenimiento del barco o para el culto de sus dioses, y partirá en elplazo de cinco días. Los que vengan a comerciar no pagarán derechoalguno más que el del pregonero y el del escribano. En todo lo que seavendido en presencia de éstos, la fe pública servirá de garante alvendedor, bien se efectúe la venta en África o bien en Cerdeña. Si algúnromano aportase a aquella parte de Sicilia en la que dominan loscartagineses, guárdesele en todo igual derecho. Los cartagineses noofenderán a los ardeatos, antiatos, laurentinos, circetas, tarracinetas, niotro pueblo de los latinos que obedezca a los romanos. Se abstendrán dehacer agravio a las ciudades aliadas, aunque no estén bajo ladominación romana. Si tomasen alguna, la restituirán íntegra a losromanos. No construirán fortalezas en el país de los latinos y, si entran enesta tierra como enemigos, no pernoctarán en ella.

A: zona vedada para Roma; B: zona de comercio bajo control estatal cartaginés; C: zona libre.

5.3. LOS TRATADOS CON ROMA

TRATADO DE 509 a. n. e.

Con este primer tratado, transmitido por Polibio, losromanos buscaban alejar cualquier influjo extranjero delLacio, mientras que los cartagineses buscaban protegersus intereses comerciales, cerrando a Roma losterritorios situados al oeste del Cabo Bon, en la costanorteafricana.

El comercio romano queda limitado hacia las Syrtes, nohacia Occidente, donde los intereses de loscartagineses aún no son cuantiosos.

Segundo tratado romano-cartaginés (348 a. n. e.) - Pol. III.24

Habrá alianza entre romanos y sus aliados y los cartagineses, tirios,uticenses y aliados de éstos, con estas condiciones: no se dedicarán losromanos a hacer presas, ni comerciarán ni edificarán ciudad más allá delBello Promontorio y de Mastia de Tarsis. Si los cartagineses tomasen algunaciudad en el Lacio que no esté sujeta a los romanos, retendrán para sí elbotín y los prisioneros, pero restiruirán la ciudad. Si los cartaginesesapresasen a alguien con quien estén en paz los romanos por algún tratadoescrito aunque no sea su súbdito, no le llevarán a los puertos de los romanosy, en caso de ser llevado, si le coge algún romano, quedará libre. A lo mismose atendrán los romanos. Si estos tomasen agua o víveres de alguna tierrade la dominación de los cartagineses, con el pretexto de los víveres noofenderán a nadie con quien tengan paz y alianza los cartagineses. A nadiele será lícito tomarse la justicia por su mano y, si la tomase, será estoreputado por crimen público. Ningún romano comerciará ni construirá ciudaden Cerdeña y África, ni aportará allá a no ser para tomar víveres y reparar subarco. Si la tempestad le empujase, saldrá en el plazo de cinco días. Enaquella parte de Sicilia en que mandan los cartagineses y en Cartago obraráy venderá un romano con la misma libertad que un ciudadano. El mismoderecho tendrá un cartaginés en Roma.

A: zona vedada (salvo el puerto de la ciudad de Cartago); B: zona de comercio libre.

TRADADO DE 348 a. n. e.

Ante el auge de los piratas en el Mediterráneo y buscandolimitar las actividades económicas de Roma en sus áreas deinfluencia, Cartago endurece los términos de este segundotratado y prohíbe a los romanos navegar, comerciar y fundarciudades más allá de Mastia Tarseion (Pol. III.24).

El comercio gaditano, desde esta nueva óptica, habríaresultado seriamente dañado a finales el siglo IV a n. e. porlas disposiciones del segundo tratado romano-cartaginés, alquedar los norteafricanos como los únicos intermediarios enla comercialización del garum y el estaño, los dos productosprincipales de la ciudad, hacia el Mediterráneo central yoriental.

Mastia Tarseion

Posibles traducciones:

¿Mastia de Tarsis?¿Mastia y Tarsis?¿Mastia de Tarteso?¿Mastia y Tarteso?

Cartago se convierte a mediados del siglo IV a. n. e. en unagran potencia marítima que está en disposición de imponercondiciones ventajosas para sus intereses políticos yeconómicos.

El segundo tratado romano-cartaginés del año 348evidencia con indudable claridad esta nueva situación en elcontexto mediterráneo, y la capacidad de imponerrestricciones a Roma-

La ciudad romana estaba inmersa de lleno en el conflictopatricio-plebeyo y no tardaría, por otro lado, en lanzarsecontra las belicosas tribus samnitas del sur itálico, quedificultaban el control de la Campania, una región vital parasus ansias expansionistas.

Desaparece para los romanos y sus aliados la posibilidad decomerciar en África y Cerdeña; su actividad comercial se reduceal puerto de Cartago y a Sicilia. No se les permitirá tampoconavegar, realizar intercambios o fundar ciudades «más allá deMastia Tarseion». Se trataría, como tradicionalmente se hainterpretado, de dos lugares pertenecientes a la geografíameridional de la Península Ibérica, por lo que Cartago estaríaprohibiendo expresamente a los no púnicos traspasar elEstrecho.

No debemos entender la situación como un enfrentamientopermanente entre Roma y Cartago, como ha sido lo habitual,sobre todo porque el comercio entre ambos estados está másque confirmado gracias a los propios tratados. Este segundoacuerdo sería más bien un intento de evitar tensiones.

Cartago sigue teniendo la primacía en el Mediterráneo comolo demuestra la inclusión en el tratado de 348 a. n. e. de laPenínsula Ibérica, ya que en el de 509 a. n. e. no figuraninguna referencia al extremo occidental del Mediterráneo.

Además, los púnicos consiguen levantar mediante estesegundo tratado romano-cartaginés algunas restriccionesque pesaban sobre sus actividades de rapiña en el Lacio,pudiendo ahora quedarse para sí las riquezas y prisioneroscapturados en las ciudades de esta zona que no estuvierandirectamente sometidas a Roma.

264-241 a. n. e. > Primera Guerra Púnica. Cartago pierdeSicilia, Córcega y Cerdeña. Cierre de mercados de Galiae Italia.

Compensación mediante expansión peninsular y controldirecto de los recursos.

Programa de conquista > Familia Barca. 237 a. n. e. >Amílcar Barca desembarca en España.

Los cartagineses, tan pronto como hubieron enderezado susasuntos de África, alistaron tropas y enviaroninmediatamente a Amílcar a los parajes ibéricos. Amílcarrecogió este ejército y a su hijo Aníbal, que entonces teníanueve años, atravesó las columnas de Heracles y recobrópara los cartagineses el dominio de España.

Plb. 2.1.5

5.5. LA PRESENCIA CARTAGINESA EN IBERIA ANTERIOR A LOS BÁRCIDAS

Polibio (II.1.5-6) dice que Amílcar “atravesó las columnas deHeracles y recobró para los cartagineses el dominio de Iberia”.

En I.10.5 cita a Iberia entre las posesiones cartaginesas anteriores ala Primera Guerra Púnica (mediados del siglo III a. n. e.)

Justino habla de una intervención cartaginesa en ayuda de “sushermanos de sangre” (XLIV.55.1-4).

Otros textos de Pseudo-Aristóteles, Diodoro y Plinio reflejan bien losintereses económicos de Cartago en la Península Ibérica conanterioridad al 237 a. n. e.

METALES, SALAZONES Y ESPARTO.

Ibiza y los asentamientos fenicios del sur peninsular

Necrópolis del Puig de Molins (Ibiza)

Estatuilla femenina procedente del Puig de Molins (Ibiza)

Necrópolis del Puig de Molins (Ibiza)

Huevo de avestruz procedente de Ibiza, datado en los siglos V-IV a. n. e.

LA EXPLOTACIÓN MINERA

Diodoro:

Mas, aunque muchas son las cosas asombrosas en torno a losmencionados trabajos [en las minas de plata], nadie sentiría menoradmiración por el hecho de que ninguna de las minas inició suactividad en fecha reciente, sino que se abrieron por la codicia delos cartagineses, en el tiempo preciso en que dominaban en Iberia.Pues gracias a éstas llegaron a tener más auge, ya que pagaban alos mejores soldados y con ellos llevaron a cabo guerras numerosasy de considerable importancia. Pues generalmente los cartaginesessiempre guerreaban de tal modo que ni se confiaban a tropas deconciudadanos suyos ni reunidas de entre sus aliados, sino quellegaron a poner en grave peligro a los romanos, a los sicilianos y alos habitantes de Libia porque les vencían a todos en riquezas,gracias a las prosperidad que les sobrevino de las minas...

5.38.2-3

LOS MERCENARIOS IBÉRICOS

La primera referencia importante la encontramos en Heródoto(VII.165), quien habla de mercenarios iberos, además de fenicios,libios, ligures, helísicos, sados y corsos, junto a un gran número desoldados cartagineses en la batalla de Himera, en 480 a. n. e.

Diodoro Sículo es la fuente principal.

Los mercenarios eran reclutados por agentes que viajaban hasta laPenínsula Ibérica cargados de riquezas para hacer pagos poradelantado (Pol. I.32.1; Liv. XXX.21).

Podemos distinguir entre lugares de embarque (Gadir, Sexs, Abderao Villaricos) y centros de reclutamiento, bajo control directo indígenao cerca de estos. Se trataría de Alcacer do Sal, junto al Tajo,Cástulo, Elche y Villaricos, que cumpliría una doble función.En todos estos lugares se han encontrado armas y monedas que nopertenecen al entorno.

5.6. LA CONQUISTA CARTAGINESA A PARTIR DEL 237 a. n. e.

Amílcar Barca, padre de Aníbal, desembarca en Gadir en 237 a. n. e.

260 a. C.

250 a. C.

240 a. C.

230 a. C.

220 a. C.

210 a. C.

200 a. C.

I Guerra Púnica264-241 a. C.

II Guerra Púnica218-201 a. C.

237 a. C.: Los Bárcidas desembarcan en Gadir

206 a. C.: expulsión de los cartagineses

Dishekel hispano-cartaginés. 237-227 a. n. e.

Amílcar Barcac. 270– 228 a. C.

Aníbal Barca247 – 183 a. C.

Asdrúbal Barca– 221 a. C.

Asdrúbal Hanón Magón

Genealogía de Aníbal

Año 231 a. n. e.

Durante el consulado de Marco Pomponio y de CayoPapirio, los romanos mandaron embajadores para hacerseuna idea de las operaciones de Amílcar, aunque ellos notenían intereses en Hispania. Amílcar les tributó losdebidos honores y proporcionó convincentesexplicaciones, declarando, entre otras cosas, que realizabala guerra contra los hispanos sólo por razones de fuerzamayor, a fin de que los cartagineses pudieran satisfacer lasdeudas pendientes con Roma ... Así los enviados romanosno pudieron formular ningún reproche.

Dión Casio 12.48

En 226 a. n. e. Cartago y Roma firman el Tratado delEbro.

Estará prohibido para ambas potencias atravesarlo en armas = Extender conquistas al norte de esta línea (para los cartagineses) y al sur (para los romanos).

Asdrúbal inicia una política de atracción de regulosibéricos. Es nombrado por los iberos strategosautokrator. Funda Cartago Nova en 227 a. n. e.

Muere en batalla en 221. Sucedido por Aníbal, hijo de Amílcar.

La Segunda Guerra Púnica