¡Buenos días a todos!¿Qué tal ha empezado la mañana?

A nadie se le escapa lo mucho que Don Bosco quería a sus chicos. Por eso, cuando salía del Oratorio y se encontraba lejos de ellos, se sentía triste, como si le faltara lo más hermoso de la vida.

¡Nos encontramos a las puertas de la gran fiesta de nuestro querido Don Bosco!

En cierta ocasión, Don Bosco tuvo que ir a Francia y desde allí les escribió a sus chicos una preciosa carta.Escucha muy atentamente.

«Mis queridos amigos. Ya veis que os escribo desde Francia. De sobra sé que adivináis el motivo de mi viaje.

Vosotros no dejáis en paz al panadero y, si yo no fuera en busca de dinero, en la panadería me iban a gritar que no les quedaba ni un puñado de harina para el horno.

Algunas veces me he sentido muy mal, por el cansancio y mis achaques. Pero el pensar en vosotros me servía de alivio en la fatiga ¡Ya llevamos mucho tiempo sin vernos!

Hay un proverbio que dice: «Donde está tu tesoro, allí está tu corazón». Así que, cuando yo estoy en Niza o en Marsella, creedme que siempre estoy pensando en mis queridos jóvenes del Oratorio. Y es que vosotros sois mis inolvidables amigos».

La verdad es que nadie puede negar que se trata de una carta preciosa en la que Don Bosco abre las puertas de su corazón de par en par.

Esta carta es un claro reflejo de lo que fue su vida: una entrega continua a los jóvenes, a los que se dedicó hasta su último aliento.

A nuestra Madre Auxiliadora le ofrecemos el trabajo del día de hoy y le pedimos que nos ayude a crecer en generosidad y entrega siguiendo el ejemplo de san Juan Bosco: Dios te salve,… María, auxilio de los cristianos,…

Ojalá que su ejemplo sirva de estímulo a muchos jóvenes, para que también estén dispuestos a dar su vida por los que más lo necesitan.

¡RECUERDA!Las actividades por Don Bosco siguen

en los recreos.

Además, estamos esperando tus tuits y tus fotos imitando a Don Bosco.

¡Y LA CARTELERA!