Post on 15-Feb-2020
U~IVEltS1Dr\l) DE MEXICO 29
Por Ernesto ME]íA SÁNCHEZ
ticos por sola ignorancia, dice a la letralo que sigue:
1 BIBLIOTECA_ En agosto de 1958 se terminó de imprimir la tercera edición de los Poemasde Borges, segunda del vol. 11 de sus"Obras Completas" (Buenos Aires, Emecé Editores, S. A., 182 pp), que alargalos aí10s de su composición hasta el mis-mo 1958. Borges utilizó un ejemplar deesta edición para su antología verbal.He tenido en mis manos el ejemplarparalelo que Aguilera manejó en la tarea de aquellos días. He copiado lostítulos y su orden, las correcciones y variantes (hay erratas y mejoras) electosy surgidos en esas jornadas. Para quientenga mi curiosidad o quiera tenerlacopio en seguida la serie de los títulosy encierro entre paréntesis la ubicacióndel texto y sus minucias: "Un patio" (p.26; en el verso 7, el plural de "derraman"es una errata evidente) ; "Remordimiento por cualquier defunción" (p. 36);"Llaneza" (p. 54): los tres poemas proceden de Femo¡- de Buenos Ai¡'es (1923)."El general Quiroga va en coche al muere", (pp. 78-79; la última palabra delverso 3 de la III estrofa ha sufrido variantes consecutivas): "El general Quiraga quiso entrar al infierno" (Lunade enfrente de 1925 y las dos primerasediciones de los Poemas, 1943 y 1954),"en la sombra" (Poemas, 1958), "enla rnuerte" (corrección oral de 1958, seguramente para destruir la asonancia de"sombra" con "oronda" y "escolta", enlos versos contiguos); "Manuscrito hallado en un libro de J oseph Conrad"(p. 86) : los dos poemas son de Luna deenfrente; el poema que sigue en la selección es "La fundación mitológica deBuenos Aires" (pp. 105-106), el únicoescogido de Cuaderno San Martín, 1929.
El resto de los poemas, en número detrece, proceden de la sección."Otras couiposiciones", ampliada suceSivamente enlas tres ediciones de los Poemas (1943,1954 Y 1958): "La noche cíclica" (p.142); "Poema conjetural" (pp. 147-148);"Poema del cuarto elemento" (pp. 149150); "Una brújula" (p. 159); "Unallave en Salónica" (p. 160); "Un soldado de Urbina" (p. 162); "Límites"(pp. 163-165; en la p. 164, verso 4, se
imprimió "litog-rafía" y debe de ser "fotografía") ; "Baltazar Gracián" (pp. 166167; en la primera, 1I estrofa, verso 2,debe leerse "herbario", y en la segunda,primer verso, quitar e! plural a "ignorantes"); "Un sajón (pp. 168-169); "ElGolem" (pp. 170-173; en los primerosversos de las estrofas IV y XIII, erratascomo "canador", por cando¡', y "hojas"por ojos, deben suprimirse; en la p. 172,primer verso, "refiere" fue corregido por¡'egistm); "El tango" (pp. 174-176);"Página para recordar al coronel Suárezvenceclor en Junín" (pp. 153-155: corrige"la casa en el Barrio del Alto" por "delBarrio"); y "Mateo xxv, 30" (pp. 156157) .
Uno puede o no estar de acuerdo conBorges en la selección de su obra poética en verso; lo que no puede dejar deadvertir a primera vista es el rigor conque ha castigado sus tres libros primigenios y la holgura con que acepta casitoda su labor de 1940 a la fecha, comohace en El hacedor (vol. IX de sus "ObrasCompletas", Buenos Aires, Emecé Editores, S. A., 1960, 109 pp.), donde incluye sin perdón todas las composicionesen verso de última hora. Es natural. Elpoeta nato siempre cree que su últimopoema es .el mejor. El Borges cuentista
y tu hijo, el nir10 aquelde tu orgullo, que ya empiezan sentir en la cabezabreves ansias de laurel,vaya, siguiendo la fielala de la ensoñación,de una nueva anunciacióna continuar la vendimiaque dará la uva eximiadel vino de la Canc:ón.
Bar g e s debió ver esta décima con"agradable terror" al prologar las póstumas Poesía comlJletas de Carriego en1950. Como la flor de Coleridge, tangrata a su fantasía, la décima traía de!porvenir ya gastado de Carriego unaprofecía entreabierta, ya presente en elBorges actual.. En septiembre de 1958
;'La jJrGsa de Borges se lee, se estudia, se imita"
Horges accedió a grabar su voz en cintamagnética, para su conservación en el"Archivo de Literatura Hispánica" dela Library of Congress, de ''''ashington,D. C. Borges pudo elegir entre la prosay el verso para la grabación de su vozviva, ya que el "Archivo" est,l destinadoa conservar las "voces de poetas y prosistas ibéricos y latinoamericanos". Borges voluntariamente eligió su poesía;Francisco Aguilera, del 3 al 25 de septiembre, en Buenos Aires, asistió a lo deBorges, Maipú 994, muchas horas diarias, para realizar la grabación de losdiecinueve poemas que Borges seleccionóentre toods los suyos. Francisco Aguileraasistió al propio Borges en la recordación de sus propios poemas: "la memoria, que el hombre no mira sin vértigo", algunas veces indecisa, y la faltade la vista, que no puede ir en auxilio("van a hacer tres aI10s que no puedoleer ni escribir", decía Borges a un amigo en agosto de 1958) , hicieron esa labordelicada y morosa.
No CONOZCO personalmente a Borges; acaso dos o tres fotografíasborrosas, como la que ilustra esta
página. He oído su voz en cinta magnética por la cortesía proverbial de Francisco Aguilera: una voz como trabajosa,culta, pero de porteño legítimo, sin varias inflexiones ni otros atractivos acústicos. Es posible contradecir esta opinióno juzgarla con ligereza: hoy por hoyentreveo que la voz interior de un poetatiene un mucho que ver, que revelar enla voz física del creador. Cierto énfasispuede subrayar o suplir lo que el poetaquiso expresar, etcétera. Eso no sucedecon Borges. La voz de Borges, sin prescindir de su entonación general argentina y de la música del verso (acentosilábico, melodía de la rima en su caso) ,no quiere halagar ni remarcar, es naturalmente neutra, un apasionado de ladeclamación diría que es aburrida. Estoparece querer decirme que la poesía deBorges no necesita nada además de sutexto, ni de la voz de su propio autor,que está en sus libros expresada a cabalidad, muy a pesar de la íntima imprecación de su "Mateo xxv, 30", de unamodestia tan orgullosa de que sólo soncapaces los grandes poetas: "Has gastado los aí10s y te han gastado, / y todavía no has escrito el poema."
Ahora que la prosa de .f3orges se lee,se estudia, se imi ta, se traduce, se premia, y hasta se proclama el decálogo desus beneficios y maleficios, conviene alhispanoamericano no prevenido o comprometido por la propaganda internacional volver a descubrir la poesía en versode Borges. Por regla indiscutida todoescritor comienza por poeta: el ensayista,el historiador, el cuentista, el sociólogo,el novelista, el dramaturgo, e! periodista, comenzaron haciendo versos. No muchos persisten en ese candor o certeza.Otros condescienden con la prosa, conla prosa de la vida, y llegan a ser hombres respetables. A los menos el versose les hace poco y van a la prosa, alensayo, al cuento, a la creación novelescasin dejar la poesía. Es el caso de Borges.Poeta en verso y en prosa, la densa poesía de sus primeros años y la relativamente escasa de los aí10s maduros, havenido a ser como un programa de susficciones. Los temas esenciales de su poesía son los mismos de la prosa, pero enla poesía se encuentran en estado original, con la humedad intuitiva de lasorpresa que pega de cerca. A los ojosdel mundo, ¿no es cosa de increíble inocencia el que Borges persista en escribirversos cuando toda su fama de escritorla debe a su prosa? Esa fuente no cegadaque nace con la infancia, atraviesa todala vida y llega a la postrera madurez;n? sólo tiene para Borges el valor de ladiaria confirmación, sino, viéndose desde el pasado, el de la profecía cumplida.
Un poeta argentino que Borges hacelebrado con exceso, al extremo deofrendarle todo un libro, dedicó hacemuchos años a doí1a Leonor Acevedo deBorges una "Vulgar sinfonía" en décimas; la última, que Borges nunca hacomentado, acaso por pudor, y los crí-
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Por Ramón XIRAU
ALAIN GUY y LA LITERATURA ESPAÑOLA'::'
" Alain Guy, Les philosojJhes espagnols d'hiel·el d'nujourd' hui, tomo 1: Époques et auteurs;tomo 11: Textes choisis, Privat, Editeur, TouJOllse, Francia, )956-) 957.
mucho más que un resumen y anunciael análisis histórico, económico y socialdel pensamiento de España.
No es de menor importancia el segundo volumen de este libro que recomendamos tanto a españoles como a franceses. En él, Alain Guy ha querido presentar y con éxito, una antología delpensamiento español de Lulio a Eduardo Ni.col. Algunos de los textos son importantes por su rareza -Miguel Sabuco,por cjemplo-; otros por su novedad.Todos porque llegan al centro mismodel pensamiento de cada autor.
Leamos cuidadosamente estos dos volúmenes (me permito recomendar especialmente la parte "moderna" del primer tomo), y descubriremos que un francés, profesor de Tolosa, viene a darnosa todos -españoles, hispanoamericanosuna nueva lección de entendimiento deun mundo "nuestro" que gracias a AlainGuy vuelve a su lugar propio en la cultura universal de nuestros días.
RUDOLF CARNAP, La supemáón de lametafísica por medio. del anrllisis lógico ~el lenguaje. Cuaderno Núm. 10.Centro de Estudios Filosóficos. Universidael Nacional Autónoma ele México, 1961.
CUANDO en la segunda mitad del sigloXIX se difunde ampliamente la ideadel desarrollo dialéctico, idea fun
damentada principalmente en la teoríaele la evolución de Darwin, los defensoresde la metafísica se vieron obligados aabanelonar antiguas posiciones, que negaban abiertamente la existencia del desarrollo, y establecieron la discusión entorno a la manera de entenderlo, Fue H.Spencer quien elaboró un sistema para
. esta nueva actitud metafísica. El desarrollo, según: Spencer, se produce en elplano ele :hs cantielades y no en el delas,. calidades_. Su teoría del "evolucio;nisn10..,plano" ejerció gran influencia sobre las.corrientes positivistas en la filosofía y en las ciericiasy,miás'talide, sobrela "evoluCión creadOra':, tesis'¡metafísicaque elominó el panorama filQSófico occidental ele principios ele siglo y queconsieleraba el desarrollo como una constante iniciación' ele nuevas formas, eselecir, como una constante transformación cualitativa.
Pero aunque la metafísica crea una yotra vez métodos ele análisis para oponerse a la concepción dialéctica del mundo, irremediablemente tienele a explicarla "verdadera" escficia supersensorial delser y esto la obliga a alejarse de las ciencias, puntal elel materialismo. Por otrolado, el materialismo penetra ele maneramás profunda elentro ele los fenómenos,porque en cada uno acepta los cambios
pación", "Jactancia de quietud", "CasiJuicio Final", "Mi vida entera", de Lunade enfrente; "La noche qu~ en el Surlo velaron", "A la doctrina de pasiónde tu voz" y "El Paseo de Julio", delCuaderno San Martín. Plenas realizaciones de la otra cara de la moneda, deacuerdo o no con Borges.
y también anticipaciones, gérmenes,premonición y profecía de la prosa yla lengua más celebrada de Borges, lomismo que de la poesía postrera en queél goza reconocerse. "Casi Juicio Final"y "Mi vida entera" son las primeraspartes de "Mateo xxv, 30". "La guitarra"(y da pena decir que mi Ana MaríaBarrenechea mi James E. Irby han reparado en esto, y menos los pequeño"Borges que ya pululan) es el primer"zahir", el primer "aleph" de Borges.
Aunque Borges sometió "La guitarra"a una revisión considerable al juntar losPoemas de 1943, tal como hoy se la conoce en las reediciones sucesivas, es talla fuerza del golpe inicial, que las variantes posteriores, que alguna vez daremos a conocer, luantienen el mismoarrebato intuitivo. Todo el poema estámbntado sobre el verbo ver. Nueve vison muchos en un poema relativamentebreve, pero unifican la dispersión enumerativa y llegan a concentrarse en estosversos: "De un tirón vi todo eso / mientras se desesperaban las cuerdas / en uncompás tan zarandeado como éste.' Recuérdese todo lo que converge en el"aleph", aquella '~pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor". Allíla enumeración dura dos páginas, justamente termina a la aparición de Beatriz Viterbo. En "La .guitarra", entre unparéntesis por más emotividad, concluyela visión: " (La vi también a ella, / cuyorecuerdo aguarda en toda música)'.
paña. Dedica pagmas brillantes a Lulioy Sabunde -tan cercano a la Francia deMontaigne-; analiza con claridad lasideas de Vitoria, Vives, Pérez de Olivay Fray Luis; estudia con novedad a .J uanHuarte y a Miguel Sabuco -cuando totavía, las ediciones de la Biblioteca deAutores Españoles consideran que DonMiguel fue una mujer-, culmina suinvestigación de los clásicos con la obrade Mariana y la "summa" de Suárez.En el siglo XVIlI incluye, naturalmente,a Feijóo, pero no olvida a Andrés Piquer-¡tan olvidado y tan importante para elestudio de la lógica en España!'---. Lamayor parte del libro está dedicada alestudio de los modernos: de Turró aOrs, de San del Río a García Bacca, deOrtega y Unamuno, a Xirau, Zubiri JoséGaos. En algunos casos nos revela bpresencia de nuevos pensadores de importancia -por ejemplo]orge Pérez Ballester- que la distancia y la diferenciade clima social nos hace desconocer ahora9ue su filosofía adquiere ya un lugarImportante en España.
El resumen que modestamente el autor se permite llamar "conclusión" es
y ensayista ha opacado. con visible. injusticia al poeta que sIempre ha sIdo,desde la edad en que Carriego lo conoció en Palermo hasta hoy. Y hoy Borgesestá por el poeta.
Borges evidentemente ha querido hacer una selección bien objetiva de suobra, dentro de la relativa objetividadque puede ser dada al creador con suscriaturas. La poesía de Borges tiene mucho pensamiento; se la podría llamar"pensarosa", si el propio Borges no sehubiera adelantado a definirla: "He tratado en fuertes palabras ese mi pensativo sentir, que pudo haberse disipadoen sola ternura" (Luna de enfrente).Quid! por miedo a la ternura ha rechazado en la selección las poesías de yopersonal y las deicadas "a los antepasados de mi sangre", la poesía amorosay autobiográfica, para sólo recoger algunas muestras de· sus primeros libros(casi todas reclamadas ya por las an-tologías) y la mayor parte de los poemas ofrendados "a los antepasados demi espíritu", si se exceptúan los dosúltimos: "Página para recordar al coronel Suárez" y "Mateo xxv, 30". Contodo, la antología no es arbitraria; recordemos al Borges de la misma Lu.na.de enfrente que formula esta fervor?sasolictud: "Yo solicito de mi verso queno me contradiga, y es mucho. / Que nosea persistencia de hermosura, pero síde certeza espirituaL"
"Certeza espiritual", "antepasados demi espíritu", parecen ser la clave de esa"pensarosa" y objetiva antología de unaparte de Borges. Pero, oh "persistenciade hermosura", inútil ser,t negar o celebrar "La Recoleta", "Calle desconocida", "El truco", "La guitarra", de Fe¡'VUl' d~ Buenos Aires; "Amoros~l antici-
L 1 B R O S
L AS LETRAS espaiíolas han corrido conbuena suerte entre los especialistasde Francia. Morel Fatio, .lean Ba
ruzi, J ean Sarraihl, Bataillon ... seríannombres suficientes para que recordáramos momentos definitivos en la investigación de las letras hispánicas. No habíatenido la misma suerte la filosofía española, algo relegada a un segundo plano por investigadores franceses, extranjeros en general y, ¿por qué no decirlo?también españoles. El libro de AlainGuy, profesor de la Universidad de Tolosa, que aquí comentamos tiene la dobleimportancia de las obras que valen porsí mismas y que inauguran brechas einician caminos.
"Ha llegado el tiempo -dice el autor- ,d!':, dar al pensamiento español unaa~ldiencia directa, sin inteI'posición deI'e'yendas deformadoras o de caricaturassimplificantes." Este propósito, anunciado desde las primeras líneas, se cumplecon creces. Alain Guy, que no pretendeescribir una historia de la filosofía española, presenta, cronológicamente, enel primer tomo de este libro, a unabuena serie de grandes filósofos de Es-