Historiografía y nacionalismo en Canarias: una primera aproximación.

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    Actas de las III J ornadasP rebendado Pachecode Investigaci6n Hist6rica

    Roberto J . Gonzalez Zalacain (coord.)Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tegueste

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    Titulo:Actas de las II I J ornadas Prebendado Pacheco de Investigaci6n HistoricaEdita:Ilustre Ayuntamiento de la Villa de TeguesteCoord ina la edicion:Roberto J . Gonzalez Zalacain (coord.)Imprime:Litografia RomeroDeposito Legal: TF. 368 - 2011ISBN178-84-930723-8-4

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    M' de los Remedios de Leon SantanaPresentaaon

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    Juan Manuel Bello Leonlntroducao

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    PREHISTORIA

    Jose Afonso Vargas (Universidad de La Laguna)Estudiar filolitos e n Can a ri a s: r e la a o n a nd o pa leoamb ien te , p l an ta s y p o bl ac io n es d e la s Islas

    II

    Jorge Machado Gutierrez (Universidad de La Laguna) 37Andlisis teCllo jtm ciona l de las raederas en el Paleo litico M edia de los va lles akoyanos. U na con;'r.vucion a lae xp lic ac io n d e la u ar ia bilid ad de l rusteriense

    HISTORIA ANTIGUA 5 1

    Gema Perez Gonzalez (Universidad de La Laguna) 53Transformatio y de struc tio de c iuda de s ro ma na s p ro vin cia le s dura nte e l s(g lo III: e l e je Jn plo de P olle ntia (A IC lidia ,Mallorca)Lucia Diaz-Iglesias Llanos (Universidad de La Laguna) 77U n m ode lo p ara e I o ndlisis de lo s m ito s e n e I Eg ip to a ntig uo a nte s de Sll f o ac ion e s cr it a: l o s . 'n it o logemasJosue David Ramos Martin (Universidad de La Laguna) 93La s r el ig io n es d e l as p o bl ac io n es I ib io -b e re b er es e n l a A n tig iie da d' u n b a la n ce b is to rio ,g rt if ic oDaniel Miguel Mendez Rodriguez (Universidad de La Laguna) 119Herodoto: UII p osib le m ode lo de la s de sa ip cio ne s de la c on se rua tio n de lo s difim to s a bo r{g em s canaries e n l as f ue n te suarratiuas

    ANTIGUO REGIMEN 133Alejandro Martin Perera (Universidad de La Laguna) 13513 .1ep is to l ar io d e l P r ebeudado Pacheco : ttna j if e" te h is to r iog rd fi ca t empe r ab l eBelinda Rodriguez Arrocha (Universidad de La Laguna) 145E I e ;e rc ic io d e la J ust ic ia c iv il e n la comarca de Tegue s te

    Francisco Biez Hernandez (Universidad de La Laguna) 165D e ta l co lm ena ta l en /a mb re: EI m un do de la s a bejas en T en erife dura nte la p rim era m itad del sig lo X VIGuacimara Ramos Perez, Victorio Heredero Gascucria y Alejandro Gamez Mendoza (Universidad 185de La Laguna)Irfancia y e duc aa o e n C an arie s dura nte e l sig lo X VIII. U na a pro xim ac i6 n m ultidisc ip lilla rJavier Alvarez Santos l't~niversidad de La Laguna) 201Las po rt ugues e s y la o itic ultu ra e n Tene r f e a c om ie ll Zo s d el S e "s cim t osMaria Jesus Luis Yanes, Juan Elcsrni de Leon Santana (Ayto. Tegueste) 219.A pro xim ac ion a la H istoria de T eg ue ste a tra ve.r d e L os lib ro s de F db rica de S an M arco s (1568-1690)

    HISTORIA CONTEMPoRANEA 237Luana Studer Villazan y Jonathan Hernandez Marrero (Lmiversidad de La Laguna) 239D e la re fo l7 J)aa grC 1/iaa Ia re vo luc io n a grm ia . E I e je mp lo de C aza lla de la S ie /T O 1930-1936

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    Blanca Divasson Mendivil (Universidad de La Laguna)La o b re r a c om op ro ble m a d ur an te e I proceso de del lloeranzariol l e n C aua na s, 1 86 8-1 90 6

    257

    Alejandro Garda Vera (Universidad de La Laguna)P rom ete ry c ur ar : lib er alis m o Y a na rq uis m o e ll E sp an a

    273

    Jesus De Felipe Redondo (Universidad de La Laguna) 283La a rt iC li la r io ll d e l os mo v ie nt os p o li tic o s. EI caso d el r es ug im i el lt o d el r ep u bli ea n ism o fe de ra l en Gran Canaria(1903-1914)Aaron Leon Alvarez (Universidad de La Laguna) 303CO ll ti nll id ad y r tl ptl lr a e n e I personal poiitico insular durante elfrallql/ islNORamon Alvarez Arvelo (Universidad de La Laguna) 323Mis re lt in e a s d e 'F egues le en e l siglo XIXRam

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    HISTORIOGRAFiA YNACIONALISMO EN CANARIAS: UNAPRIMERAAPROXIMACION

    Zebensui Lopez Trujill0548U niversida d de L a L ag un a

    e sta m os h ac ie ndo un a n aa on ,n o s olo le ye nd o 0 escr ibiendo palabr i ta /49

    A Paco Topham, con caririo y adrniracion

    Si bien establecer eI punto exacto en el que se encuentra el conocimiento denuestro objeto de estudio, tanto a nivel teorico como metodologico y empirico, esfundamental para iniciar cualquier tipo de investigaci6n con garantias, el potencial delanalisis historiografico no se agota, ni mucho menos, con esta sucesion de autores, fechas,escuelas y debates. Esta labor debe trascender necesariamente hacia una perspectiva masamplia que entienda la historiografia como un elemento activo dentro del fcnomeno socialen eI que se gesta. Aunque esta afirmacion puede rozar la obviedad, en eI caso delnacionalismo, y debido a sus propias necesidades discursivas, esc aspecto sesobredimcnsiona convirtiendo a la historiografia en uno de los ejes centrales en eI procesode construccion de los componentes nacionales que conforman y legitiman su propiaexistencia. Javier Corchera Atienza 10 expresa como "Ia importancia que en losnacionalismos tiene la construccion de una historia nacional y la centralidad del discursohistorico a la hora de justificar las pretensiones nacionalistas't.r" Esta especial circunstancia,que evidentemente no solo es aplicable al nacionalismo vasco al que haec referencia esteautor, opera de manera global en la orbita del conjunto de los nacionalismos.

    Bajo esta optica hemos intentado realizar una primera aproximaci6n a lascaracteristicas basicas de la historiografia que se ha venido ocupando del analisis del

    Quiero expresar 111i n1

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    nacionalismo canario en el ultimo cuarto del siglo XX. Esta labor nace de la necesidad decubrir el vacio dejado por la historiograffa precedente a la hora de situar en que momentaestamos del debate y de como se ha originado el mismo dentro de la historiografia canaria;por 10 que, paralelamente, y como una consecuencia no perseguida, hemos acabado porpresentar una inicial propuesta de estudio en torno a la estrecha relacion existcnre entre lahistoriografia y el nacionalismo canario de segunda ola. Evidcntcmente aqui s610 hemospodido hacer un breve esbozo del terna, estableciendo las lfneas basicas de una tarea que sepresenta como una ineludible, si 10 que pretendemos es afrontar el estudio delnacionalismo canario en su globalidad.

    U n prim er ba lance

    La relaci6n entre la historiograffa y el nacionalismo en Canarias comenz6fundamentalmente a partir de la decada de los anos 70 del siglo XX, morncnto en el que elnacionalismo canario de segunda ola inici6 su proceso de construccion argumental de lanat ion tanana como epicentro de sus reivindicaciones politicas. Ya desde la dec ada anterior,habra resurgido en Canarias el movimiento nacionalista al calor de la nueva coyuntura quese abria y con una total desconexion con el primer avance nacionalista del periodocomprendido entre 1890 y 1924. En este sentido, Domingo Gad Hayek explica, en unaaclaracion para el de orden metodol6gico, este manifiesto nivel de ruptura entre ambosperiodos nacionalistas en las Islas: "EI nacionalismo de finales del siglo XIX no es lareferencia de la que se nutre el nacionalismo que surge a partir de 1960. Aun en la mitad dela decada de 1970 se desconocia la existcncia de esa corriente polftica en la vida canaria delas postrimerias del XIX". Y adernas esboza algunas de las diferencias principales delprimer nacionalismo canario con respecto al periodo nacionalista mas reciente: "EInacionalismo del XIX esta mas vinculado a los. canarios de la emigraci6n que a losresidentes en las propias islas". Y continua: "el desenvolvimiento historico delnacionalismo a partir de los sesenta no se inscribe ya en la problernatica del americanismo,ni esta estimulado por las luchas de liberacion nacional de las colonias americanas, sino quese encuentra mas cercano, bien de las luchas que se desarrollan en el continente africano -caso del MPAIAC-, 0 de las modemas contiendas de liberacion nacional de lasnacionalidades europeas'Y"

    ;51 Gari,1992a: 37. Veansc, tambien, Cabrera, 2002; Divasson, 2009; Gad, 1990; Hernandez Bravo deLaguna, 1986: 410.

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    Tras ese primer despunte en los primeros arios de los 60, se produjo unaproliferaci6n progresiva de grupos nacionalistas de muy diverso signa en todo elArchipielago y fuera de el, con un desarrollo exponencial a 10largo de los anos 70 y 80. Enplena Transici6n, el nacionalismo canario habia conseguido multiplicar sus fuerzasinteriores y lanzarse a la palestra internacional con la consecuci6n de una serie de logrosdiplomaticos sin precedentes hasta el momenta en el Archipielago. Fue tal el desarrolloexperimentado por el nacionalismo canario de segunda ola, y tal la diversificaci6n degrupos y program as politicos en los que deriv6, que resulta extremadamente complicadoresumir en poco espacio las diferentes tendencias puestas en juego. Siguiendo nuevamenteel esquema marcado por Gari Hayek, (lue clasifica los grupos nacionalistas de este periodoentre los que mantuvieron la via independentista -este el caso de los grupos de aparici6nmas temprana (PNC, PCC(P), en su primera etapa 0 MPAIAC)-, Ylos grupos nacionalistasque por el contrario se posicionaron bajo el rechazo manifiesto a la independencia, ljuenacieron mas tardiamente al calor de la transici6n democratica.r" En cualquier caso, eldesarrollo de ambas tendencias, y del fen6meno en general, termin6 por convertir alnacionalismo en un componente esencial de la realidad politic a y social del Archipielago.

    En el ambito acadernico, que en ese instante se encontraba, como ottos ambitosdel Estado Espariol, en plena efervescencia politica tras el fin de la Dictadura y lasexpectativas que se abrian can la Transici6n ala Democracia, se produjo una ruptura con lahistoriografia que se habia venido confeccionando hasta ahora. Este proceso afect6principalmente a la historiografia occidental de los aries 70 y 80, produciendo un durocuestionamiento del modelo explicativo anterior aplicado por la ciencia social hist6rica y laconsiguiente apertura de nuevos enfoques. De esta manera, la nueva historiografia surgidade este proceso va a rechazar las explicaciones macrosc6picas de los procesos sociales,reivindicando, por el contrario, una vuelta a la h isto ry fro m b elo w, a la b is to ria d es de a ba jo , a lavida cotidiana y a los grupos 0 minorias (mujeres, estudiantes, indigenas ... ) a los que elanterior modelo habia omitido de su discurso. Hasta ese momenta la mayor parte de lahistoriografia se habia visto influida por una via de estudio centrada en la c la se o b re ra comosujeto principal de la historia, y en la lucha de cla ses como el motor clave de los cambioshist6ricos, 10 que habia dejado a un lado otras vias explicativas que incluyeran a otrossujetos y a otros grupos en el discurso de la disciplina. S610 una vez que se puso encuesti6n este modelo se comenzaron a abrir los estudios hacia una perspectiva mas ampliaen cuanto al papel de los actores sociales en la historia. Una consecuencia concreta de este

    55 2 Garl, 1992a: 386-389.

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    proceso global de apertura de la disciplina es el renovado interes que surge en lahistoriografia en torno a los estudios del nacionalismo. Esta nueva corriente va a influirclaramente en la historiografia tanto a nivel estatal como canario, favorecida por una seriede acontecimientos de caracter local como fueron el avance de las conccpciones politicasnacionalistas y regionalistas y la conforrnacion del estado de las autonornias, como sefialaIsidro Sepulveda: "el proceso de transicion a la democracia y sobre todo la conforrnaciondel estado de las Autonomfas, hizo que en buena parte de las regiones espariolasaparecicran estudios que en mayor 0menor medida estaban directamente relacionados conel nacionalismo 0el regionalismo'V"

    A su vez, este nivel de eclosion nacionalista y el progresivo peso social que fuetomando en la sociedad canaria, dieron como resultado la aparicion de un movimientonacionalista con la potencialidad suficiente como para motivar la confeccion de trabajos deinvestigacion relacionados con sus planteamientos. Trabajos que, por otra parte, serancapaces de contribuir en la profundizacion de un discurso historico que legitimara lasreivindicaciones de los nacionalistas. De este modo, cl resurgimiento del nacionalismocanario se convierte, junto a los ya mencionados cambios operados en el seno de ladisciplina historica, en la causa fundamental que va a posibilitar un cambio en cuanto a lasperspectivas teoricas, rnetodologicas y rematicas en la historiografia canaria a partir demediados de los afios 70.

    En consecuencia, la Universidad de La Laguna, al igual que la mayoria de lasuniversidades del Estado y parte de Europa, asistio a la aparicion de una nueva generacionde historiadores y cientificos sociales en general, que influidos 0 nacidos de ese nuevocontexto de cambio se dispusieron a investigar desde la ruptura tematica y teo rica: "LaUniversidad era un bullir de ideas, de expectativas y de plantearnicntos ante la salida de laDictadura, (... ) eso atrajo fundamcntalmcnte a jovenes investigadores; a personas queestaban en una fase de redescubrimiento de la Dernocracia, 0de descubrimiento sin mas dela Democracia, y esa perspectiva sf que sirvio como un e1emento de estfmulo (... ) no seinvestigaban las cuestiones que estaban mas acorde con el mundo academico muytradicional, muy conservador, sino era un movimiento ruptura".554

    Este desarrollo interno de la disciplina en Canarias va a generar que las nuevasternaticas que van a interesar a este nuevo grupo de investigadores van a cstar directamenterelacionadas con las motivaciones historic as del nacionalismo canario de segunda ola, quecomenzaba ya a reclamar unos ternas y unos enfoques necesarios para articular un discurso

    5S.l Sepulveda, 1996: 334, vcase, tambien, Aguilera, 1993.55 4 Oswaldo Brito Gonzalez. Entrevista concedida a Zcbensui LOpez el 10 de marzo de 2009.

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    que miraba forzosamente hacia sus antecedentes en Venezuela y Cuba. En este grupopodemos incluir a historiadores como Agustin Millares Cantero, Domingo Gari Hayek,Juan Hernandez Bravo de Laguna, Julio Hernandez Garcia, Maria Eugenia MonzonPerdomo, Manuel de Paz-Sanchez, Nicolas Reyes Gonzalez u Oswaldo Brito Gonzalez,junto a otro grupo de investigadores que desde sus respectivas disciplinas iniciaron unproceso similar al de la historiografia, casos como, por ejemplo, el de Pablo QuintanaDeniz para el modernismo literario 0 el de Fernando Estevez Gonzalez para laantropologfa.

    Todos ellos, adernas de algunas aportaciones puntuales, participaron activamenteen este proceso influidos por su tiempo, aunque con motivaciones y expectativas, enocasiones, muy diferentes. Lo que demuestra, por otra parte, que el desarrollo de lahistoriografia en esta direccion no solo tuvo que ver con el avance del fenomenonacionalista y su influencia, sino que, paralelamente, tarnbien respondio a los cambiosoperados en la propia disciplina y ese rccientc interes por los grupos anteriormente"marginados" en la historia.

    Dentro de este conjunto de historiadores podemos identificar vanos grupossegun el tipo de motivacion que mostraron en el proceso. De entre ellos podemos destacartres grupos principales facilmcnte identificables: los nacionalistas conscientes (con 0 sinmilitancia politica), los historiadores influidos por el contexto de manera mas tangencial(con un posicionarniento mas tibio 0 directamente opuesto a esas posturas nacionalistas) yun grupo paralelo de nacionalistas eruditos 0 aficionados a la historia representadosfundamental mente por Manuel Suarez Rosales. EI americanista Manuel de Paz, uno de losprotagonistas destacados de este fenomeno, 10 explica de la siguiente manera: "queestabamos desvelando una pagina inedita de la historia de Canarias es indiscutible yobjetivable, y paralelamente, por supuesto, cstabamos sustentando un proyecto politico-cultural".555En muchos casos, no existia una intencionalidad politica manifiesta en estesostenimiento como se observa en el texto anterior, sino que fue asumido como unaconsecuencia indirecta y, en cierto grado, logica, de la revision teorica que se estabaproduciendo en el seno de la Historia y de la influencia de un nacionalismo canario en claraexpansion.

    Esta influencia del nacionalismo sobre el desarrollo historiografico es unfenomcno relativamente comun por la centralidad que ocupa el discurso historico en lasargumentaciones de los nacionalistas, que genera una demanda de estudios que avalen,

    555 Manuel de Paz-Sanchez. Entrevista concedida a Zebensui Lopez el 9 de marzo de 2009.

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    justifiquen y consagren sus identidades nacionales y su lugar en la sociedad. Sin embargo,nacionalismos de mayor tradici6n pucdcn presentar ese tipo de historiografia incluso desdefinales del siglo XVIII y con un desarrollo en ocasiones ininterrumpido hasta la actualidad.Esta especial circunstancia no se da en el caso canario, posiblernente por la marginalidad deun primer nacionalismo de finales del siglo XIX y principios del XX, sin esa capacidad deproyectar sus inquietudes a sectores intelectuales que pudieran incentivar 0 generar unahistoriografia de cor te naaonal is ta . 556

    Podemos ver ejemplificado este proceso en el Libra Blanco del MPAIACpublicado en 1970, en el que se realiza una revision historica del pasado insular bus candolos antecedentes de la "presente lucha nacional". AI margen del socorrido discursoindigenista que imponian los requerimientos de una coyuntura africana, se recurre adernas aotro grupo de hechos relevantes como la lucha par los Puertos Francos, los sucesos delAteneo de La Laguna de 1909557 0 la ernigracion canaria a America, resaltada en laparticipacion islena en las guerras de emancipacion, en la diferencia con respecto alemigrante espana! 0 peninsular y en la ascendencia canaria de algunos de los "grandeslibertadores" (Artigas, Bolivar, Marti, Miranda ... ):;;x Evidenremente, estamos ante unnacionalismo con un discurso historico apenas recien nacido, con escasos recursos de losque nutrirse y desconcctado par complete de la etapa nacionalista anterior. La ausencia denexos de union discursiva entre el nacionalismo canario de primera y segunda ola, quehubiesen servido de base sobre la que construir un nuevo cuerpo argumental adaptado a lanueva coyuntura, ocasiono que este se hiciera desde cero, con el recurso a acontecimientosde escasa magnirud Ytrascendencia hist6rica y con un nivel de conocimiento de los mismosbastante limitado.

    Este vacio historiografico se va a ir llenando progresivamente a partir demediados de los afios 70, con unos primeros esfuerzos dirigidos a conocer los antecedentesnacionalistas en las Islas, que dara como resultado la aparicion de las primeras referenciassobre los principales protagonistas del nacionalismo canario de primera ola (SecundinoDelgado Rodriguez, Jose Esteban Guerra Zerpa, Luis Felipe G6mez Wangi.iemert, entreotros). Por 1 0 tanto, este primer momcnto se caracterizo por ser una fase que podemos55 6 Esta incapacidad del primer nacionalismo canario se explica a traves de algunas razones historicas, comofueron un discurso autonomista fuerte que acabo desbancandolo, sus divergencias con los sectores obrerosrnovilizados politicamente 0 en el temor de convertirse en colonia de otras potencias extranjeras can clarosobjetivos imperialistas.55 7 Movimiento por la Autodetcrminaci6n e Independencia del Archipielago Canario (MPAIAC). (1970). EINaaonalismo Revoil icionar io de Canarins. La "crisis" colonial de Madrid. Fase actnal de nnestra lncba /laciona/.yretoluaonar ia . Departamento de Informacion y Formacion politica del MPAIAC. Argel. (en adelante, LibroBlanco) , en Lurra, 1978: 152-155.55 " L ib ra B la n co , en Lurra, 1978: 155.

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    identificar como de "redescubrimiento", en el que se inicio el proceso de busqueda de losnuevos contenidos dando lugar a la aparicion de someras referencias y articulos de caracterdivulgativo.

    Como el primer nacionalismo canario se movilizo en el exilio americano, el papelde los investigadores americanistas fue fundamental desde el comienzo del periodo y a 10largo del mismo. Julio Hernandez, que en la primera mitad de los anos 70 trabajaba en sutesis doctoral, cuenta que dio en esas fechas can la figura de Secundino Delgado a travesdel periodico El Guanche (Caracas, Venezuela) del que obtuvo algunos ejemplares en losfondos del Museo Canario de Las Palmas y de la novel a autobiografica iVacaguari ... 1 (Via-Crucis} en la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife.v" Asimismo, en esta tesisdoctoral, leida en 1978 bajo el titulo La emigracionde las Islas Canarias en el siglo XIX, 560introdujo adem as una revision del papel de los isletios en la Guerra de Cuba (1898), junto auna exposicion sobre las consecuencias del Tratado de Paris para los canarios emigrados yun as breves referencias a los origenes del nacionalismo canario'?'

    Por su parte, Agustin Millares Cantero ya habia recogido en 1975 algunos analisissobrc las consecuencias para Canarias de la Guerra Hispanoamericana, el repliegue de lacarnpaiia nacionalista de primera ola ante el temor a una po sible anexion inglesa y unaescueta puntualizacion sobre la trayectoria de Secundino Delgado inserta en su actividadobrerista en Tenerife.i'" A partir de aqui, momenta en el que podemos situar el inicio de losestudios de la primera etapa del nacionalismo canario, la coyuntura favorable que vive elnacionalismo por un lado, y la historiografia por el otro, no hace sino multiplicar lostrabajos. En 1977 Manuel de Paz, siendo todavia alumno de la Universidad de La Laguna,publica en la prensa un articulo divulgativo sobre las figuras de Guerra Zerpa y GomezWangiiemert y su actividad politic a a traves de la cdicion de la revista EI Guanche (segundaepoca) en La Habana.563 En esa misma linea aparecieron otras resefias en periodicos y

    564revistas.En esta primera etapa, el nacionalismo militante va a tener un papel destacado en

    la aportacion de propuestas de estudio y materiales ineditos, fruto de esa labor constante derastreo historico en busca de antecedentes politicos 0 hechos historicos capaces de serreelaborados para el sostenimiento de su proyecto nacional.

    559 Hernandez Garcia, 1983: 13.560 Hernandez Garcia, 1978.561 Hernandez Garcia, 1981: 476-487.562 Millares, 1975: 63-67, 96.563 De Paz, 1977: 13.56 4 Veanse Millares, 1975; Aleman, 1977; Hernandez Garcia, 1978; Rumbos (editorial), 4 (1) , 1979.

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    En la dec ada de los afios 80, junto a la "explosion" nacionalista querepresentaban estos afios, con una proliferaci6n ingentc de partidos, formaciones y siglas,se abri6 un nuevo momento iniciado con la aparicion del primer intento por biografiar aSecundino Delgado, al que se comenzaba a denominar ya como "el padre del nacionalismocanario". Con esta obra, escrita por Manuel Suarez Rosales -militante del MPAIAC- en1981, se inici6 un proceso imparable de busqueda y edici6n de sus principales textos, demanera que fueron apareciendo en edicion facsfmil su autobiografia ;V aca gua re ... 1 ,5 65 larevista EI G ua nche (primera epoca)566 y algunos de sus relatos literarios como EI m e/or de lo smundos 0 e l G olfillo c an m 7o ,5 67completado, a su vez, con la publicaci6n, casi compulsiva, detodos los documentos que iban localizandose sobre la trayectoria politic a y vital delpersonaje. En este caso, tuvo un papel destacado un nurnero especial de la R evis/a de l O ested e A fiic a (ROArs sobre Secundino Delgado, en el cual se public6 bajo la direcci6n dePablo Quintana y Manuel de Paz una gran cantidad de materiales ineditos pero sin apenasanalisis: "estabamos en una fase inicialmente positivista, era simplemcnte dar a conocer unmaterial del que no se sabia nada,,569

    Paralclarnente, tambicn asistimos a la apanci6n de los primeros trabajos deconjunto sobre el nacionalismo canario.r" al desarrollo de distintas reflexiones, mas 0menos hist6ricas, sobre la formaci6n nac iona l de la Canarias conremporanea" y alcomienzo de los debates sobre la figura de Secundino Delgado. Este ultimo tema es e l queha producido, sin ninguna duda, mayor interes, debate y reflexi6n dentro y fuera de lahistoriografia. Como destaca Oswaldo Brito: "Secundino Delgado es un desconocido entorno al cual se tejen y destejen multiples consideraciones'Y" Y es que, efectivamente, lamultiplicidad de intcrpretaciones que se han construido en torno a su figura deja tras de sfun panorama de confusion diffcil de despejar. Para unos encarnaba el independentismocanario mas consciente y comprometido, para otros, en cambio, representaba las posturasmas orientadas hacia el autonomismo 0 el federalismo. Visiones que, por otro lado, no cransino el reflejo claro de las distintas inquietudes politicas que se estaban movilizando en elmomento concreto de su "redescubrimicnto". Incluso, estos posicionarnientos contrariosacabaron enfrentandose dialecticamente. Este es el caso, por ejemplo, de la recriminaci6n

    565 Delgado, 1980.566 Suarez, 1981.567Delgado, 1985.568 R ev is ta de l O es te de A f ric a (R O A), 9, 1990.569 Manuel de Paz-Sanchez. Emrevista concedida a Zebensui Lopez el 9 de marzo de 2009.570 Brito y Perez, 1982; Hernandez Bravo de Laguna, 1986.57l Veanse Reyes Garcia, 1986; Reyes Gonzalez y Sanchez Jimenez, 1991.572 Suarez, 1980: 7.

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    que Gad hace de la siguiente afirmaci6n que Millares hace sobre la figura de Delgado: "masque el abanderado del independentismo islefio, haya sido el primer autonornistaeonsecuente de nuestra historia".573 Al respecto, afirma Gad: "a. pesar de que algunoshistoriadores hayan querido malinterpretar el claro contenido del nacionalisrnodecimon6nico, sus especulaciones han tropezado con la terca realidad'L'" Y continuadiciendo que esa aseveracion que realiza Millares la hace "forzando la utilizacion deconceptos historicos y no teniendo en cuenta las condiciones concretas en que seproducen" .575

    Sin embargo, paulatinamente la historiografia ha tendido a rebajar ese nivel demitificacion y politizacion del personaje para intentar ir calibrando su pape! rigurosamentehistorico, Tras trcs decadas de investigacion, el discurso politico sobre la figura deSecundino Delgado ha ido colocandosc cada vez mas fuera de los margenes de la disciplinay la investigacion ha consolidado la incorporacion tanto de su figura como de su obra a lasexplicaciones del fenorneno restaurador en el Archipielago.i" aunque sigue siendo unafigura controvertida por la enorme carga sirnbolica que tiene para el nacionalismo canario.

    Asimismo, se produjo un impulso de nuevos ternas de estudio de interes dircctopara el nacionalismo canario, aunque tarnbien, en algunos casos, la aparicion de trabajosdestinados a desmentir 0 desmitificar ciertas afirmaciones ahistoricas hechas por losnacionalistas de algunos acontecirnientos: los contenidos autodeterrninistas del FrenteUnico Revolucionario de 1934, los sucesos de Las Palmas de 1810, la ocupacion de altoscargos rnilitares del Ejercito libertador cubano por canarios, etc.57 7 En Canarias, el maximoexponente de esta cruzada contra el discurso historico nacionalista 10 representa AgustinMillares Cantero. Este autor, a pesar de que participo activamente de los nuevos horizonteshistoriograficos que se abrian y que 10 hizo con un posicionamiento proclive al analisis detemas y grupos sociales que anteriormente no habian sido de interes para la historiografia,dirige parte de su actividad como investigador a "desmitificar" los argumentos historicosdel nacionalismo canario. En varios articulos578 aborda el analisis de los recurs os historicosdel nacionalismo canario desmintiendo sus bases argurnentales: "Hay quienes se cmpeiiancon denuedo en magnificar la historia del nacionalismo canario, dandole unos antecedentesque jamas tuvo. Algunas fuerzas politicas llevan anos bus cando legitimidades preteritas y

    57 3 Millares, 1983: 32.57 4 Gari, 1992b: 39.57 5 Garf, 1992b: 39 (nota 36).57 6 Divasson, 2006: 91-92, 2009.57 7 Veanse Machado, 1985; Quintana, 1985; Millares, 1986; Suarez, 1986a, 1986b.57 8 Millares, 1991a, 1991b, 1991c, 1993: 6.

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    rindiendo culto a un pasado que solo habita en e l reino de la imaginacion'Y" Y continuadiciendo: "Des de hace afios ha venido elaborandosc una Historia Oficial nacionalistaprefiada de ernbelesos y escamoteos. La figura de Secundino ernpezo exalrandosc desdeuna cierta hagiografia, en la que dudosos aficionados daban pruebas de su ineptitudintelectual y de sus malas artes rnanipuladoras'V'" Incluso, en algunos casos, realiza criticasextrahistoricas, marcadarnente politizadas y en clave conspirativa: "Los anacronismos sonsiempre peligrosos, maxirnc cuando los manipuladores entran en liza 0 asechanatentamcntc para sacar tajada".581 De esta manera, atribuye un protagonismoextrernadamcnte consciente a unos actores sociales que, en lfneas generales, no manipulanla historia sino que la interpreran en base a sus planteamienros ideologicos, Si bien nopodemos negar que puedan existir casos evidentes de manipulacion deliberada yconsciente, estos no son, ni mucho menos, la norma general. Incluso entre los propiosauto res nacionalistas existe un intento por depurar al maximo los posibles excesosideologicos de la bis tona nacional y por dotarla de una "cientificidad" que estiman util paraconferir solidez a sus discursos, aunque sin perder, claro esta, ni el apasionarniento ni e lenfasis en aquellas cuestiones que caracterizan mejor sus necesidades discursivas.t'"

    Tampoco podemos olvidar la influencia que tuvo para la historiografia el giroafricanista que estaba tomando el nacionalismo canario. Una influencia que si bien fuelimitada si la comparamos con la magnitud del fen6meno en el plano politico, cultural eidentitario, introdujo algunos elementos en los estudios historicos, ya fueran en elcuestionamiento y revision de ciertos conceptos (como, por ejemplo, la perenne dicotorniaentre los terminos pre-hispanico y pre-colonial), en c! uso de un nuevo lenguaje africanistae indigenista 0 en la crcacion de algunos recursos acadernicos, 0 pseudoacadernicos, devocacion africanista.

    Esta influencia que tuvo el africanismo en los cstudios historicos la podemos verejemplificada con claridad en el giro indigenista-africanisra tan radical que vive SuarezRosales. Suarez edita por primera vez en 1980 su biografia de Secundino Delgado, que sereedita sin cam bios sustanciales en 1986. La unica diferencia a tener en cucnta entre ambases que muchos de los terrninos y denominaciones insulares recogidos en la primera edicionfueron sustituidos por vocablos de origen indfgena. Por ejemplo, G ra ll Ca na ria paso adenominarse Tam aran , Canaria s paso a nombrarse como arch ip i e lc ig ico pa i s africano y loscanaries se convirtieron en J! , lIallches, atribuci6n esta ultima que utiliza incluso para referirse a57'l Millarcs, 1991a.58U Millares, 1993: 6.581 Millares, 1991a.582 Anguera, 1998: 74.

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    Secundino Delgado y a Nicolas Estevanez.583 Por su parte, Pablo Quintana, tambicn muyinfluido por las propuestas africanistas, asumio como pseudonimo el de Africo Amasik.Estos dos ejemplos -de los que podriamos citar un buen numero- dan buena prueba delalcance que en algunos casos llego a tener el africanismo en los inicios de esta nuevahistoriografia.

    Por otra parte, la mayoria de los temas que se abrieron en aquel entonces siguieronabordandose en la decada siguiente. Ademas, surgieron nuevos trabajos que profundizabanen la figura de Secundino Delgado y su obra,584los cstudios de Manuel de Paz sobre elpcriodista palmero G6mez Wangiiemert585 y la realizaci6n de una tesis doctoral sobre laglobalidad del fen6meno nacionalista canario de la mano de Domingo Gari.'8"

    Los afios 90 fue un periodo de profesionalizacion de este tipo de historia y demadurez de los investigadores que cada vez mas se alejaban del positivismo esteril yelaboraban analisis mas profundos que iban a dar lugar a obras de cierta entidad. Erantrabajos mas sosegados, en los que se habia invertido tiempo en la reflexion y por 1 0 tantoel resultado cornenzaba a ser destacado dentro de la disciplina, con una disminucionconsiderable del apasionamicnto y de la influencia africanista anterior, y con undesplazarniento progresivo de las afirmaciones ahist6ricas al plano de 1 0 estrictamentepolitico. Asimismo, a 1 0 largo del nuevo siglo no se hara mas que avanzar en esa mismadirecci6n. Sccundino Delgado sigui6 siendo el centro de atencion de la mayoria de estasnuevas publicaciones, con aportaciones orientadas a amp liar su conocimiento e introducirmas y mejores opiniones y reflexiones sobre todos los aspectos de la vida del "pr6cer".587

    Una incorporaci6n tardia a sus estudios es la de Manuel Hernandez Gonzalez, conalgunos trabajos sobre la actividad de Delgado en Florida (EEUU) y Venezuela, con losque ha conseguido ofrecer una cxplicacion de su figura mucho mejor contextualizada quelas que se habian vcnido elaborando con anterioridad.588De esta manera, Hernandez poneen duda la opinion de Millares Cantero respecto a la supuesta influencia que tuvo enSecundino Delgado el socialista utopico Diego Vicente Tejera y Calzado. Seglin Millares,Delgado habria conectado con el pensamiento martiano a traves de Tejera, que Ie habriallevado, entre otras cosas, a poner en practica el Partido Popular Autonomista en las Islas, a

    58.1 Suarez, 1986.584 Veanse Millares, 1991a, 1991b, 1991e, 1992a, 1992b, 1993; Campos v Guanehe, 1993; Medina y Martinez,1997; De Paz, 1999.585 De Paz, 1991, 1992.586 Gad, 1992a, 1992b.587 Vcanse Leal, 2000; Hernandez Gonzalez, 2003, 2005; De felipe, 2005; Divass6n, 2006; Delgado, 2006; DePaz,2007.588 Veanse Hernandez Gonzalez, 2003, 2005; Delgado, 2006.

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    imitacion del Partido Socialista Cubano y del Partido Popular Cubano, ambos alentadospor Tejera en 1899 y 1900, respectivarnente.i'" Por el contra rio, Hernandez rechaza estehipotetico origen del PPA de Delgado, al no coincidir la aparicion de estas dos formulaspartidistas cubanas en el tiempo con la estancia de Delgado en Cuba, de tal manera quevincula la genesis del PPA al "asociacionismo obrero venezolano". Para Hernandez, "bienpoco tienen que ver sus formaciones ideologicas de Tejera".59o

    Por ultimo, debemos destacar la aportacion reciente que algunos jovenesinvestigadores estan haciendo sobre el terna, representados principalmente por los trabajosdesarrollados por Blanca Divasson Mendivil.s91 La nueva biografia sobre Delgado publicadapor Divasson en 2006 abre una nueva via para el conocimiento del pensamicntosecundinista y sinia al personaje, definitivamentc, dentro del discurso historico al que se haido incorporado progresivamente desde mediados de los afios 70. Este largo recorrido,lIeno de escolios, da idea de 10 complicado que ha sido lIegar a abstraerse de la aureola dernisticismo con el que los nacionalistas canarios, pero tambien los no nacionalistas, hanenvuelto a este personaje historico.

    Tanto Hernandez como sobre todo esta nueva generaci6n de investigadores, hanabierto el tema aunque con diferenres aportaciones -y aspiraciones- hacia una relativarenovaci6n, no solo en cuanto a los resultados concretos de la investigacion sino tambienen torno a los enfoques explicativos utilizados. De mancra que se ha conseguido desmentirciertas afirmaciones hechas por autores anteriores, como es el caso de Suarez Rosales yMillares Cantero, para ajustar, como hemos visto, mas y mejor, las influencias ideologicasde Delgado. Y al mismo tiempo, empezamos a sentir cierta influencia de los nuevosenfoques historiograficos y una timida recuperacion del modelo anti-mite desplegado, en elcaso canario, por Millares. En este caso, Divasson, aunque con una intensidad muchomenor de 10 que 10 habia hecho este ultimo, realiza una revision del pensamiento deDelgado en la cual compara, criticamcnte, los principios del primer ideologo delnacionalismo canario y la reelaboracion que de ellos hace el nacionalismo canario desegunda ola -sobre todo, el i nd e penden tismo a [ ric a n is ta - .592 Sin querer entrar de nuevo en unterna sobre el que ya hemos dejado clara nuestra postura, creemos que la aportacion deDivasson hubiese sido mucho mas interesante si se hubiera centrado unicarncnte enconocer como se han reinterpretado los textos de Delgado por parte de los nacionalistas

    589Millares, 1992a: 61. No obstante, rebaja el nivel de su afirmaci6n en un articulo posterior.,"II Delgado, 2006: 44.591Divasson, 2006, 2009. Para otra aportacion en este sentido pero en un caso mas concreto, vease en DeFelipe, 2005 un analisis sabre Partido Popular Autonomista promovido por Secunclino Delgado.592Divasson, 2009.

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    posteriores, como se han creado esas vias de conexion con su pensamiento y como las hanjustificado y adaptado. Labor que, por otra parte, si que desarrolla, por 1 0 que no es en eseaspecto sobre el se dirige nuestra critica, sino hacia ese objetivo ultimo de que lacornprension del pensamiento secundinista "puede desmontar mitos".593 En nuestraopinion, esta motivacion que subyace al texto condiciona toda la exposicion y desvia, encierta medida, la atencion del lector de 1 0 estrictamente historico y 10 poneintencionalmente en guardia ante el mensaje nacionalista, 1 0 que resulta, en nuestra opinion,un ejercicio cuanto menos ajeno ala tarea del historiador.

    En cuanto a las causas que explican estos cambios, producidos a partir de los anos90, identificamos varias razones principales. En el terreno politico insular, estamosasistiendo a un panorama de reestructuracion profunda del nacionalismo, que ya no cuenta,por otra parte, con ese potencial inicial que 10 habia caracterizado las dos decadasanteriores y se situa en un proceso interno de cuestionamiento y rcinterpretacion de susbases argumentales y estrategicas, mas aun despues del fracaso definitivo de la viadiplomatica africana y de los intentos de confluencia nacionalista en el interior a traves delos partidos politicos, Pueblo Canario Unido (PCU) y Union del Pueblo Canario (UPC). Ya nivel historiografico, 10 que estamos presenciando es como la disciplina comenzaba aasentarse profesionalmente tras los afios de tanteo iniciales, a 1 0 que debemos sumarademas que much os de los investigadores protagonistas del proceso comenzaban a formarparte del cuerpo de profesores de la universidad.

    A lg un a s c ar ac te ris tic as b ds ic as d e fa n ue va h is to rio g ra fia

    Uno de los principales cambios que se produjeron en la historiografia cananareciente tiene que ver con la propia definicion de su objeto de estudio, y con una derivadesde los temas y enfoques mas tradicionales hacia una historia abordada desde dos nuevasy grandes posturas. En primer lugar, pensar la historia desde la perspectiva del "canario",en la que estc sea el elemento central desde el que entender la realidad inmediata y elmundo que 1 0 rodea: "se trataria de estudiar a Canarias como un hecho diferencial en elseno de la Historia de Espana y no como se ha venido realizando hasta ahora, viendosolamente el impacto de los acontecimientos historicos del Estado espariol en elArchipielago'Y" Y en segundo lugar, "rescarar" del olvido los temas y los personajes queno habrian cncontrado hueco en la historia anterior, con un discurso acusativo generalizado593 Divasson, 2009: 23.594 Reyes Gonzalez, 1991: 842. Vease tambien Hernandez Garcia, 1978: 26.

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    dirigido a la historiografia tradicional por "ocultarla 0 falsearia", y en la clue la mayoriaparticipo con mayor 0menor grado de aspereza: "toda nuestra historiografia colonial las havenido evitando 0falsificando";595 "desenterramos un poco mas del olvido al que se le haquerido tener sepultado'Y" 0 mucho menos hostiles, pero bajo la misma lectura: "bienpodrian llamarse personajes olvidados de nuestra historia contemporanea. (... ) Noculpamos a nadie del 0Ivido".597

    En este sentido, uno de los casos en los que se pone mayor relieve es en e 1 papeldesernpenado por l os c a na rio s en la Guerra de Cuba, insistiendo en la existencia de is/enos enambos bandos frente a 10 que se "ha llegado a sostener (... ) que en la guerra de Cuba (ladel 95-98) los canarios lucharon unicarnente junto a las tropas espanolas".598 En line asgenerales, la nueva vision se ocupa de presentar una explicacion historica en la que serebaje el espanolis1llo de los is/enos, que, en este caso, aparecen luchando en una guerra que noentienden y contra unos enemigos que no son los suyos. Sin duda, este es uno de los temasque proporcionan mejores nutrimentos para el discurso nacionalista y su estudio sepotencia hasta la saciedad, ya que a falta de unos antecedentes historicos clams de luchaabierta contra Espana (al margen, claro esta, de una lecrura anacronica de la Conquista), laGuerra de Cuba proporciona un campo de batalJa idoneo en el que el canario no solocornbate abiertamente contra el colonialismo espafiol (tan en boca en aquel mornento), sinoque 1 0 hace adernas para liberar a un pueblo hermano que sufre las mismas injusticiasderivadas de una identica dominacion.?"

    Par otro Iado, advertimos una relativa continuidad en el manejo de ciertasternaticas que ya habian sido utilizadas por los nacionalistas canarios anteriores. Una miradapor las paginas de EI Gsantbe de segunda epoca permite identificar un conjunto de ternasmas tarde recuperados como la participacion de is/enos en la Guerra de Cuba, con lamcncion a su importancia numerica y a los altos cargos militares ocupados; apuntes sobreLeonor Perez (madre canada de Jose Marti), tambien como nexo de union entre Canarias yCuba; referencias a la Escucla Regionalista, a la gesta de 1797 0 al militar isleno NicolasEstevanez. Asistimos, pues, a una recuperacion de ciertos recursos historicos empJeadoscon anterioridad y, por tanto, a un avance de los mismos derivados del conocimiento deestas publicaciones nacionalistas anteriores, Sin embargo, no son abordados de la mismaforma, ni se les atribuyen precisamente identicos significados, ya que las exigencias de cada

    59 5 Africa, 1990: 155.596 Delgado, 1985: 10., 9 , De Paz, 1977: 13.,9~Delgado, 1980: 15.599 Delgado, 1980: 15-27; Hernandez Garda, 1978: 32, 1981: 476-487,1989.

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    grupo no eran evidentemente las mismas y su coincidencia tenia que vcr, mas que con unacontinuidad heredada, con que los recursos que existian para articular un discurso historiconacionalista en el caso canario eran fundamentalmente los mismos.

    Esa nueva vision de la historia desde la mirada de "1 0 canario" y de "1 0americano" supone, por otra parte, un proceso de definicion de una serie de caracteristicasestereotipadas extraidas de la historia y que sirven para definir como es el caracter del pueblocanario . Este ejercicio trasciende 1 0 individual para colocarnos en el plano de 1 0 colectivo:"es importantc esta busqueda de la cara 0 imagen historica del pueblo canario'Y'" A esterespecto, America apona una gran cantidad de datos que actuan como mecanismo parasaber quiencs son l os c ana rio s como pueblo.

    Son muchos los atributos y cualidades que esta historiografia reconoce al canarioque emigra a America. De entre todos ellos destacan: e l la b o rio so c am p es in o , que abre el verdey hace producir las tierras baldias; e l em ig ra nt e e je !tl pla r, que da beneficios al pais que 1 0 recibey es preferido por encima de cualquier otro grupo transnacional; e I so lda do b ra vo , queluchando allado de Espana 0de Cuba es e l mas valiente de cuantos pelearon en la Guerrade 1895-1898; y , por ultimo, e l l ib e rt ador i nt er na c io nal is ta , que viendo a un pueblo sometido yoprimido como e l suyo no duda en lanzarse a la lucha por su libertad.

    Lo que se busca aqui es definir al canarto como colectividad, con sus cualidades ymeritos en base a unos parametres que son claramente articulados desde el presente. Eneste sentido, todos los textos que tuvieran algo positivo que mostrar de los canaries, tanto anivel individual como grupal, eran susceptibles de ser explotados para el enriquecimientode la autodcfinicion de este arquetipo nacional: "Fuerza fisica, clignidad moral, furiaencendida, hombres de pocas palabras pero efectivos en sus acciones, astucia para lograr lalibertad, todas estas eran las cualidades de aquel joven canario que mart rccuerda't.?"

    La Historia de America parecia ser una fuente inagotable de recursos para unahistoriografia que caminaba de la mana del nacionalismo canario. Debido a la cantidad deemigracion canaria movilizada hacia America a 1 0 largo de toda su historia, erarelativamente facil encontrar personajes americanos relevantes que tuvieran ascendenciaislena en mayor 0 menor grado. Simon Bolivar, Francisco de Miranda, Jose Marti, FidelCastro, Rornulo Betancourt, por citar a algunos de los mas destacados, sirvieron de espejoen el que podian mirarse los canarios conternporaneos para autorreafirrnarse. En algunosmomentos lIego a ser casi una obsesion el dejar claro que un determinado personaje

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    americano tenia s an gr e is le iia , fuese relevante 0 no para la exposicion que se estabahilvanando.

    Otra de las caracteristicas visibles de esta historiografia es el interes despertadopor la busqueda de las razones que explicaran la causa de una ausencia casi total desentimiento nacionalista entre la burguesia canaria (y a que es a este grupo social al que se Ieatribuye dicha inquietud) y , por otro lado, el intcres por plantear otro enfoque en eI estudiodel P l eit o I n su la r .

    Es un fenorneno habitual en la relaci6n nacionalismo-historia que se produzcacierta dinarnica arnnesica en cuanto a las luchas internas existentes dentro de la comunidaden cuestion, al ir en contra de la idea unitaria que se persigue.602 En Canarias, el fen6menodel insulatismo ha sido 10 suficientemente central en el devenir politico de las Islas comopara no ser susceptible de ser ocultado. Ante esta situacion, la historiografia introdujo undiscurso anti- insularista con una dura critic a histories al P le ito I ns ul ar , planteado, en lineasgenerales, como un fenorneno estrictamente "burgues", representado por un grupopoderoso en conflicto por conseguir las mayores y mejores prebendas estatales, frente auna mayo ria del pueblo encerrado en esa intencionada estrategia colonial: "Nuestroobjetivo es, tarnbien, que los historiadores canaries revisen e I Ilamado "Pleito Insular" yestudiando sus origenes, desarrollo y consecuencias, desenmascarando a los culpables yresponsables de esta pugna".603

    En cuanto al estudio de la burguesia canaria y su inmovilismo hacia las posturasnacionalistas que se les suponen, la reivindicaci6n es basicarnente la misma: "el problemade la necesidad perentoria, denrro de la historiografia canaria, de 'realizar una serie demonografias, que puedan permitir, entre otras cosas: un estudio en profundidad, de laburguesia canaria, que aun esta sin realizar, a pesar de las continuas peticiones que se hanhecho en este sentido y que a traves de el se pod ria ver el papel que juga esa "hurguesia" enel nacionalismo del siglo pasado'i.?"

    6U 2 Anderson, 1993: 283; Core hera, 1998: 58.603 Reyes Gonzalez, 1991: 834. Veanse, tambien, Monzon, 1986: 30, 1988, 1993.604 Reyes Gonzalez, 1991: 835.

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