Columbia Agosto 2009

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COLUMBIA COLUMBIA CABALLEROS DE COLÓN AGOSTO 2009

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Columbia Agosto 2009 - CABALLEROS DE COLÓN — EDICIÓN EN ESPAÑOL

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COLUMBIACOLUMBIACABALLEROS DE COLÓN

AGOSTO 2009

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A++ (Superior) A.M. Best AAA (Extremadamente Fuerte) Standard & Poor’s Certificados por IMSA

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CABALLEROS DE COLÓN

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COLUMBIAA G O S T O 2 0 0 9 ♦ V O L U M E N 8 9 ♦ N Ú M E R O 8

San Lorenzo, diácono y mártir del siglo III, aparece dando limosna conuna mano y sujetando un crucifijo con la otra. Su fiesta se celebra el 10de agosto.

A R T í c u l O S

D E P A R T A M E N T O S

Obras de MisericordiaPor medio de su servicio social y sus obras caritativas, la

Iglesia cumple con su misión de servir a los necesitados.

POR ANDREW Y REBECCA SICREE

Servicios de salud católicos: una vocación de amorComo líder en el progreso de los servicios de

salud, la Iglesia Católica participa en el ministerio

de curación de Cristo

POR AMBER DOLLE

Caridad MundialLas organizaciones católicas desempeñan un papel

determinante en la labor caritativa a nivel mundial

POR SCOTT ALESSI

La educación católica en Estados UnidosHistóricamente la Iglesia ha promovido que se cultive el

conocimiento y la fe

POR JOSEPH O’BRIEN

La Lucha por la LibertadCaballeros de Colón y la Iglesia Católica de Norteamérica

han luchado incansablemente por la libertad religiosa

POR ANDREWWALTHER

Construyendo un mundo mejorLa nueva carta encíclica del Papa ilu-mina los grandes mandamientos deamor.

POR CARL A. ANDERSON, CABALLERO SUPREMO

Aprender sobre la fe, Viver la feInstituidas por Cristo, la jerarquía y laestructura visible de la Iglesia son partedel plan de Dios.PORELOBISPOWILLIAME. LORI, CAPELLÁNSUPREMOADEMÁS El Hombre católico del mes

Los Grados del IdealColombino

Construyendo un mundomejor un consejo a la vez.

Mantenga viva la fe

Noticias de los Caballeros deColón

Padres para SiempreCinco pasos para una mejor vida(eterna)POR EL PADRE LARRY RICHARDS

El Año SacerdotalEl Padre McGivney y el llamado paraayudar a los necesitadosPOR EL PADRE DOMINICO

PETER JOHN CAMERON

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PAINTING:St. Lawrence Giving Alms, by Enrico Pollastrini (1817-1876)/© DeA Picture Library/Art Resource, NY

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EDITORIAL

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LA MAYORÍA DE LOS CABALLEROS deColón sabe que caridad, unidad y frater-nidad fueron los principios que seeligieron para fundar la Orden en 1882.Sin embargo, pueden preguntarse porqué los eligieron. Algunos quizás pen-sarán que fue de manera arbitraria,entre las innumerables virtudes, o queno son más que sentimientos o idealespositivos que algunos deciden adoptary otros no. Sin embargo, al reflexionarlomás detenidamente, vemos que las vir-tudes colombinas pertenecen a las ver-dades fundamentales sobre el origen, eldestino y el papel del hombre en elmundo.

El Papa Benedicto XVI lo resume demanera maravillosa en su últimaencíclica, Caritas in Veritate (Caridad en la Ver-dad), cuando analiza una idea clave queél llama “la lógica del don”. El Papa es-cribe lo siguiente: “La unidad delgénero humano, la comunión fraternamás allá de toda división, nace de lapalabra de Dios-Amor que nos con-voca” (34) En otras palabras, el propiofundamento de nuestra identidad —como individuos y como sociedad —reside en el hecho de que recibimosnuestra existencia de Dios y hemos sidocreados a semejanza de Él.

En cambio, observa el Papa BenedictoXVI, “A veces, el hombre moderno tienela errónea convicción de ser el únicoautor de sí mismo, de su vida y de la so-ciedad.” (ibid) De hecho, el mundomoderno ha heredado la idea falsa deque la sociedad, la religión y la familiason instituciones voluntarias, y nonaturales. Esta concepción fue perpe-tuada por los influyentes pensadores delsiglo XVII Thomas Hobbes y John Locke,quienes imaginaron al hombre primerocomo un individuo que concluye uncontrato social por miedo a la injusticiao la incomodidad. Pero ésta nunca hasido la concepción de la Iglesia sobre elpapel del hombre en la sociedad.

Incluso varios siglos antes del cris-tianismo, en su libro La Política, Aristóte-les escribió esta frase famosa “el hombrees por naturaleza un animal político”. Eldon de la vida y la unidad de la raza hu-mana encuentran su expresión naturalen la sociedad, cuya célula básica no esel individuo, sino la familia. De estaforma, las tres virtudes primordiales dela Orden no están desvinculadas delCuarto Grado — el patriotismo — queconsiste en el servicio generoso hacia supaís y el bien común.

Este número especial de Columbiacelebra las aportaciones de la IglesiaCatólica a la sociedad contemporánea, ycomo tal, conviene recordar lo que haceúnica la labor de la Iglesia. Con Cristollegó la revelación del Padre y el EspírituSanto, iluminando el origen y destinosobrenaturales de las relaciones natu-rales del hombre. Así, además de re-conocer el llamado a la caridad, unidady fraternidad como algo esencial paranuestra calidad humana, el creyente en-cuentra una expresión nueva y definitivade este llamado en el mensaje del Evan-gelio. Cualquiera que sea la forma delservicio de la Iglesia, entonces, su sig-nificado debe ser una manifestación dela “caridad en la verdad”.

ALTON J. PELOWSKI

SUBDIRECTOR

La Caridad, el Hombre y la Sociedad

PUBLICADORCaballeros de Colón

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FUNCIONARIOS SUPREMOSCABALLERO SUPREMOCarl A. AndersonCAPELLÁN SUPREMO

Mons. William E. Lori, S.T.D.DIPUTADO CABALLERO SUPREMO

Dennis A. SavoieSECRETARIO SUPREMODonald R. KehoeTESORERO SUPREMO

John “Jack” W. O’Reilly Jr.ABOGADO SUPREMOJohn A. Marrella

________

EDITORIALSUBDIRECTOR

Alton J. [email protected]

DIRECTOR ASOCIADOPatrick Scalisi

[email protected]

TRADUCTORESCentro Angloamericano de Cuernavaca S.C.

DESIGNLee Rader

El Padre Michael J. McGivney (1852-90)— Apóstol de los jóvenes, protector de la vidafamiliar cristiana y fundador de los Caballeros

de Colón, intercede por nosotros.________

EN CONTACTO CON NOSOTROSCORREO REGULAR:COLUMBIA

1 Columbus PlazaNew Haven, CT 06510-3326

TELÉFONO:203.452.4398

FAX203.452.4109

[email protected] PÁGINA DE INTERNET:

www.kofc.orgDPTO. DE ATENCIÓN AL CLIENTE:

1.800.380.9995________

¿SE MUDA?Notifique a su Consejo local. Envíe su nueva di-

rección a: Caballeros de Colón, Dpto. de Registro de Miembros,

PO Box 1670 New Haven, CT 06507-0901

________

Copyright © 2009All rights reserved

________

EN LA PORTADAEl Arzobispo Alfred C. Hughes de Nueva Orleans toma lamano de una de las pacientes de una residencia católicacuando ella, junto con otros evacuados, regresaron tras elhuracán Gustav en 2008.

COLUMBIA

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building a better worldCONSTRUYENDO UN MUNDO MEJOR

La encíclica reciente del Papa BenedictoXVI, Caritas in Veritate (La Caridad en la Ver-dad), debe servir como recordatorio dela importancia del primer principio denuestra Orden.

En su introducción a la encíclica, elPapa escribe “La caridad es la vía maes-tra de la doctrina social de la Iglesia”.Luego especifica que la nuestra debe seruna verdadera caridad. “Sin verdad, dice,la caridad cae en mero sentimenta-lismo.” Por otro lado, “vivir la caridaden la verdad lleva a comprender que laadhesión a los valores del cristianismono es sólo un elemento útil, sino indis-pensable para la construcción deuna buena sociedad y un verdadero de-sarrollo humano integral.”

Podríamos ver a la luz de estola Oración del Señor, que pro-nunciamos con frecuencia. ElPapa Benedicto XVI cita las dosprimeras palabras — “PadreNuestro” — al final de suencíclica. Si las tomamos en serio,entonces debemos darnos cuentade que todos nosotros somosmiembros de una misma familia.

Desde esta perspectiva, nos resultamás fácil ver cómo pueden re-sumirse la ley y los profetas en losdos grandes mandamientos deCristo: amar a Dios de manera totaly al prójimo como a sí mismo (verMt. 22, 37-40). Así podemos hablarde “caritas in veritate”.

Cuando comprendemos que todossomos miembros de la misma familiahumana y aceptamos estos dos man-damientos, entonces ya no podemospreguntar como Caín “¿Acaso yo soy elguardián de mi hermano?” (Gen 4, 9).Por el contrario, debemos darnoscuenta de que nuestra libertad no

puede ser simplemente la de amasartanta riqueza como podamos. Másbien, nuestras acciones deben reflejar larealidad de nuestra relación familiarcon nuestro prójimo, y debemos eva-luar la forma en que todo lo que hace-mos afecta a otros. De hecho, sercristiano significa ser un hombre o unamujer para otros.

Éste es el hermoso mensaje de laencíclica.

Por desgracia, no todos se centraránen este mensaje. Algunos tratarán de verla encíclica como un documentopolítico, como un respaldo de sus pre-ferencias o de su filosofía en materia depolítica. Pero se perderán lo impor-tante. Como lo afirma el propio docu-

mento, “La Iglesia no tiene solucionestécnicas que ofrecer y no pretende ‘deninguna manera mezclarse en lapolítica de los Estados’. No obstante,tiene una misión de verdad quecumplir” (9).

La cuestión no es si esta encíclica va-lida nuestro punto de vista, sino cómopuede ayudarnos a crecer en nuestra fecomo hijos de Dios y miembros de lafamilia humana. Todos los seres hu-manos, incluyendo los nonatos, formanparte de esta familia. El Papa lo expresómuy claramente en su encíclica: “Laapertura a la vida está en el centro del ver-dadero desarrollo. Cuando una sociedad se

encamina hacia la negación y la supre-sión de la vida, acaba por no encontrarla motivación y la energía necesariapara esforzarse en el servicio del ver-dadero bien del hombre. Si se pierdela sensibilidad personal y social paraacoger una nueva vida, también semarchitan otras formas de acogidaprovechosas para la vida social” (28,

énfasis del original).Además, el Santo Padre señaló

que la libertad religiosa es tam-bién un componente clave para eldesarrollo. Escribió “La religióncristiana y las otras religionespueden contribuir al desarrollosolamente si Dios tiene un lugar en laesfera pública, con específica refe-rencia a la dimensión cultural, so-cial, económica y, en particular,

política.” (56, énfasis del original)En este número de Columbia, explo-

ramos la aportación de la Iglesia en lasáreas de la salud, el servicio social, laeducación y la libertad religiosa. El éxitode cada una de estas empresas ha sidoresultado del compromiso de personascatólicas con la caridad en la verdad.

Honremos su legado, así como el lla-mado del Papa, renovando nuestrocompromiso también con la verdaderacaridad.¡Vivat Jesus!

CARL A. ANDERSON

CABALLERO SUPREMO

La Verdadera CaridadLa nueva carta encíclica del Papa ilumina los

grandes mandamientos de amor.

por Carl A. Anderson

Debemos evaluar la forma enque todo lo que hacemos afecta a otros. De hecho, ser cristianosignifica ser un hombre o una

mujer para otros.

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APRENDER SOBRE LA FE, VIVIR LA FE

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EN LAS COMPAÑÍAS, la estructura orga-nizada está diseñada para reforzar launidad y alentar el trabajo en equipo. Dela misma forma, los miembros de una fa-milia unida tienen papeles diversos, queson complementarios y contribuyen a launidad de la familia y al bien común.

Algo parecido puede decirse de la es-tructura visible de Iglesia, que tiene suorigen en Cristo. San Pablo nos enseñó aver cómo las diferentes vocaciones, mini-sterios y dones del Espíritu Santo trabajanjuntos en el amor para construir elCuerpo de Cristo. Estas vocaciones existenpara la unidad y el bien común de la fa-milia de Dios.

Los miembros de la Iglesia, llamados“los fieles cristianos” son aquellos que hansido incorporados a Cristo por el bautismoy que por lo tanto forman parte del“Pueblo de Dios”, frase que tiene sus raícesen la noción del pueblo elegido del AntiguoTestamento. Cumpliendo con las promesasde Dios, Cristo estableció una alianza nuevay definitiva en su sangre. Los bautizadosparticipan del sacrificio de amor de Cristoy son llamados a proclamar y vivir la ver-dad del Evangelio. Este llamado a la santi-dad es universal. Hablamos, por lo tanto,de “una verdadera igualdad en su dignidadde hijos de Dios.” (Compendio del Cate-cismo de la Iglesia Católica, 177).

LAS SANTAS ÓRDENES Entre las diferentes vocaciones, “por

institución divina, hay ministros sagrados,que han recibido el sacramento del Ordeny forman la jerarquía de la Iglesia” (178).Estos ministros ordenados incluyen a losobispos, los sacerdotes y los diáconos.Cristo instituyó la jerarquía de la Iglesiapara cuidar a su pueblo con verdad yamor. Él eligió, llamó y formó a los Após-toles. Sobre todo, Jesús les envió al EspírituSanto y les ordenó apacentar a su rebaño.Al ejercer su ministerio, los obispos y sa-cerdotes hablan y actúan en la propia per-sona de Cristo, para alimentar al pueblode Cristo con su propia vida divina. Losdiáconos sirven al pueblo de Dios predi-cando y enseñando la Palabra, asistiendoen la liturgia de la Iglesia, y sobre todo porla caridad, en especial, al servicio de lospobres y los necesitados (179).

Como sucesores de los Apóstoles, losobispos son llamados a servir en la unidadde la fe y el amor como parte del colegiomundial de obispos en comunión con elSanto Padre. Los sacerdotes son los cola-boradores más cercanos de los obispos.Ejercen su sacerdocio como parte del“presbiterato” de una diócesis, unidos contodos los sacerdotes “en comunión con supropio obispo y bajo su guía” (180).

Recordamos que Jesús nombró a SanPedro cabeza de los Apóstoles. Sus suce-sores, los papas de todos los tiempos, cons-tituyen “el perpetuo y visible principio yfundamento de la unidad de la Iglesia.”(182). Como Vicario de Cristo y cabeza delcolegio de obispos, el papa manifiesta, en-carna y promueve la unidad que el Señordeseó para sus seguidores. El papa es elpastor supremo del pueblo de Dios y porvoluntad de Dios ejerce “la potestad plena,suprema, inmediata y universal” sobre

toda la Iglesia (ibid). El colegio de obispos,siempre en unión con el papa, “ejercetambién él la potestad suprema y plenasobre la Iglesia.” (183). Cada diócesis esuna manifestación local de la Iglesia uni-versal, y el obispo diocesano gobierna parael bien de la Iglesia en general, Así, la Igle-sia es como las partes interconectadas deun mismo organismo vivo.

EL MAGISTERIOEn unión con el Santo Padre, los obis-

pos ejercen una función triple: enseñar,santificar y gobernar. Con la enseñanza,junto con los sacerdotes, los obisposconducen al pueblo a la fe explícita, lossacramentos y la obediencia al man-damiento de amor de Cristo.

Los bautizados, por su parte, hanrecibido del Espíritu Santo un sentidosobrenatural de la fe, que los ayuda aaceptar y vivir la fe según lo indica elMagisterio, que es el organismo vivo deenseñanza de la Iglesia (184). El Magis-terio es el encargado de interpretar demanera auténtica la Palabra de Dios enlas Escrituras y la Tradición, y sirve paragarantizar la transmisión de la fe de losApóstoles.

En ocasiones, esta función de en-señanza se ejerce de manera infalible,como cuando el papa y el colegio deobispos proclaman con acto definitivouna doctrina relacionada con la fe o lamoral. Los fieles deben aceptar estas en-señanzas con la obediencia de la fe(185). Aun cuando las doctrinas no seanproclamadas con acto definitivo, debenaceptarse “con religiosa sumisión del es-

La entrega 18 del programa de for-

mación en la fe del Capellán Supremo

Obispo William E. Lori analiza las

preguntas 177-193 del Compendio del

Catecismo de la Iglesia Católica. Los

artículos anteriores pueden encon-

trarse en www.kofc.org.

Los Fieles CristianosInstituidas por Cristo, la jerarquía y la estructuravisible de la Iglesia son parte del plan de Dios.

por el Obispo William E. Lori

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holy father’s building a better worldINTENCIONES DEL

SANTO PADRE

EL HOMBRE CATÓLICO DEL MES

San Juan Eudes (1601-1680)

Día festivo: 19 de agosto

San Juan Eudes nació en una familia degranjeros en la región de Normandíaen el norte de Francia. Desde tempranaedad mostró signos de santidad e in-cluso hizo votos de castidad a los 14años. Eudes se unió a los oratorianos alos 21 años y fue ordenado sacerdote alos 24. Los primeros años de su vidasacerdotal los dedicó a servir a las víc-timas de la peste y llevó el Evangelio alas desconsoladas mujeres que habíancaído en la inmoralidad. Después deque una devota mujer lo acusó de teneruna piedad vana, Eudes estableció unalbergue y una comunidad religiosapara prostitutas convertidas.

En 1643, Eudes fundó la Congre-gación de Jesús y María, comúnmenteconocida como Eudistas. Los sacerdotesde la congregación no hacían votos re-ligiosos pero se esforzaban por hacermás eficiente al clero diocesano desdedentro. Con este fin, mejoraron la for-mación de los sacerdotes así como delos laicos, mediante seminarios y mi-siones parroquiales. Entre 1653 y1670, Eudes estableció seminarios encuatro de las principales ciudadesfrancesas. Durante su vida, también

predicó 110 misiones, lo que no es unaproeza menor si se considera que unamisión podía durar hasta 10 semanas.

Las predicaciones y los escritos deEudes se caracterizaban especialmentepor la devoción al corazón de Jesús yMaría. Escribió liturgias para la cele-bración de dichas fiestas así como de-vocionarios. Creía firmemente queJesús es la fuente y el centro de la san-tidad y que imitar a Cristo debía pene-trar en las dimensiones más profundasdel corazón. “El cuidado y ocupaciónprincipal de todo bautizado consiste enformar y establecer a Jesús dentro denosotros, en hacer que allí viva y reinesu espíritu, su devoción, sus afectos, susdeseos y su disposición”, insistía Eudes.

El testimonio de San Juan Eudes noslleva de regreso a nuestro principalpropósito y al corazón de Jesús. Hoy, alresonar su enérgico llamado para quemantengamos a Cristo como centro, es-cuchemos y respondamos.

Ofrecidas en solidaridadcon el Papa

Benedicto XVI

GENERAL Que la opinión públicase solidarice con los millones dedesplazados y refugiados, y urjasoluciones concretas para sutragedia.

MISIONAL Que los países dondese persigue y discrimina a los cris-tianos reconozcan los derechoshumanos y permitan la libre pro-fesión de la fe.

píritu” (ver Lumen Gentium, 25). Es im-portante que reflexionemos sobre esteaspecto de las enseñanzas de la Iglesia,pues vivimos en una época en la quemuchas personas disienten despreocu-padamente de lo que enseña y cree la Iglesia.

EL LAICADO Y LA CONSAGRACIÓNLa mayoría de los miembros de la

Iglesia pertenecen al laicado, términoque proviene de la palabra griega quesignifica “pueblo”. Mientras que losmiembros del laicado comparten la vidapastoral de la Iglesia, su vocación prin-cipal es promover el crecimiento delreino de Dios en este mundo, aun

cuando pensemos llenos de esperanzaen la vida eterna. Con una razón ilumi-nada por la fe, buscan construir una civi-lización del amor según el plan de Dios(Compendio, 188). El laicado tambiénparticipa de la función sacerdotal,profética y regia de Cristo. A menudoesto se realiza cuando los padres educana sus hijos en la fe mediante el testimo-nio discreto pero efectivo de una vida desantidad en el hogar y en el trabajo.

Finalmente, aunque definitivamenteno en último lugar, se encuentran losfieles, tanto ordenados como laicos, queson llamados a dedicarse a la vida con-sagrada (“religiosa”). Estos hombres ymujeres hacen votos y dedican su vida a

Dios por los consejos evangélicos decastidad, pobreza y obediencia. Amenudo viven en comunidad, portan al-guna vestimenta distintiva (hábito) ypersiguen un apostolado común, comola enseñanza, el cuidado de la salud, elservicio a los pobres o una vida deoración contemplativa. Por su forma devida, los fieles consagrados anuncian laperfección del amor que nos espera enel cielo. Conducen a todos los miembrosde la Iglesia a una mayor santidad y de-dicación a Cristo y su misión (Compen-dio, 192-193).

POR EL OBISPO WILLIAM E. LORI

CAPELLÁN SUPREMO

PHOTOGRAPHOF POPE:CNS photo/Tony Gentile, Reuters ILLUSSTRATION:Detail of Saint-Jean Eudes (1955), by Claude T. Picard

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NOTICIAS DE LOS CABALLEROS DE COLÓN

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EL AÑO FRATERNAL 2009-10 será para cambiar los corazones,las mentes y la cultura, dijo el Caballero Supremo Carl A. An-derson, dirigiéndose a los diputados de estado nuevos orenovados durante su reunión anual en New Haven, Conn., del11 al 14 de junio.

En su discurso inaugural, Anderson subrayó los logros de laOrden durante el año pasado y definió su rumbo para el añoque inicia.

Alabó especialmente a los miembros por establecer unamarca histórica en horas de trabajo voluntario y donacionescaritativas (ver artículo página 12).

Al analizar la iniciativa de Caballeros para el “Año delVoluntario”, Anderson señaló la amplia presencia de la Orden,así como su historial de respuesta ante las crisis.

“Somos la organización sobresaliente que puede encabezaresta acción”, dijo. “Tenemos la red, los recursos que han hechouna aportación enorme, y tenemos la oportunidad de con-tribuir aun más en un momento en que nuestras comunidadeslo necesitan.”

‘UN GRAN BENEFICIO FRATERNAL’El Caballero Supremo también alabó a la Orden por su con-tinua solidez como empresa de seguros. Al llamar a Seguros deCaballeros de Colón un “gran beneficio fraternal”, dijo queentre los cientos de aseguradoras de Estados Unidos, la de Ca-balleros se encuentra entre las únicas cuatro que han recibidotanto una certificación de Insurance Marketplace StandardsAssociation como las calificaciones más elevadas de Standard& Poor’s y A.M. Best.

Finalmente, animó a los delegados a colaborar es-trechamente con los agentes generales y de ventas, quienesestán comprometidos con la Orden y son un punto positivopara el crecimiento de la membresía.

‘EL BRAZO DERECHO FUERTE DE LOS PÁRROCOS’Además de que 2009 es el “Año del Voluntario” de Caballeros,el Papa Benedicto XVI también ha inaugurado el “Año Sacer-dotal” que comenzó el 19 de junio.

“La Iglesia crece o se empequeñece según la vitalidad de lavida parroquial”, dijo Anderson. “Así que si hemos de ser elbrazo derecho fuerte de la Iglesia, también debemos ser elbrazo derecho fuerte de nuestros párrocos.”

Los Caballeros deben estar presentes en cada parroquia,añadió el Caballero Supremo, y también apoyar a los semina-ristas dentro de sus jurisdicciones.

“Los conmino [a] relacionar a Caballeros de Colón con cadauno de los futuros sacerdotes de nuestros países”, dijo.

Finalmente, el Año Sacerdotal es una oportunidad paraincrementar la conciencia sobre la canonización del Venerable

Michael McGivney.“Su testimonio, su virtud, es una aportación a la Iglesia

universal,” dijo Anderson sobre el fundador de la Orden, in-sistiendo en que el ejemplo del Padre McGivney no es solopara los Caballeros.

‘DEBEMOS CAMBIAR LOS CORAZONES’Una parte importante del discurso del Caballero Supremoestuvo dedicada a la participación de la Orden en los asuntossociales clave.

Aunque las encuesta muestran que cada vez hay menos per-sonas a favor del aborto sin restricciones, “no basta con cam-biar las mentes”, dijo Anderson. “Debemos cambiar loscorazones, debemos cambiar la cultura.”

Añadió que se sintió reconfortado cuando, durante laConvención Suprema del año pasado, los delegados votaronpor unanimidad para establecer un Fondo para la Cultura dela Vida. La donación subsiguiente de aparatos de ultrasonidopor parte de la Orden a los centros de atención de mujeres em-barazadas es un ejemplo tangible de la forma en que losCaballeros pueden transformar la cultura.

Además de defender la dignidad de la vida, los Caballerosno pueden “hacerse a un lado” cuando se trata de defender elmatrimonio, dijo Anderson, honrando a cada uno de losdiputados de estado que se han encontrado en la vanguardiade esta lucha.

“Vamos a construir una cultura mejor”, concluyó Anderson,y tendremos que mostrar “valentía para defender la vida y elmatrimonio.”♦

La Orden celebra el ‘Año del Voluntario’ y el ‘Año Sacerdotal’

El Caballero Supremo Carl A. Anderson se dirige a los diputados de estadodurante su reunión organizativa en New Haven, Conn., el 12 de junio.

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la PRÁCTICA de la‘CARIDAD en la VERDAD’

Inspirada por la fe y reconociendo las verdades más profundasdel ser humano, históricamente la Iglesia ha estado a la van-

guardia de la atención de una miríada de necesidades humanasen Estados Unidos y el mundo entero. Las aportaciones de la co-munidad católica han sido trascendentales, por ejemplo, para eldesarrollo de los sistemas educativos y de salud, innumerablesprogramas caritativos y la promoción de los derechos y la dig-nidad del ser humano.El Papa Benedicto XVI explicó en su primera encíclica, Deus

Caritas Est (Dios es Amor), que la misión de la Iglesia es la delBuen Samaritano: un corazón que “ve dónde se necesita amor yactúa en consecuencia.” (31)En su encíclica más reciente, Caritas in Veritate (Caridad en la

Verdad), el Papa señala también que “toda la Iglesia, en todo su sery obrar, cuando anuncia, celebra y actúa en la caridad, tiende a pro-mover el desarrollo integral del hombre” (11, énfasis del original).En las páginas siguientes, Columbia examina algunas de las

muchas formas en las que la Iglesia practica la caridad en la ver-dad y se esfuerza por construir una civilización del amor.♦

PHOTOGRAPH;CNS photo/L’Osservatore Rom

ano via Catholic Press Photo

El Papa Benedicto XVI firma un ejemplar de su encíclica Caritasin Veritate (Caridad en la Verdad) en el Vaticano el 6 de julio.

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Hay problemas de todas dimensiones, y por medio de la Iglesia, los católicos estáncapacitados para enfrentar casi cualquier forma de dificultad: Una madre soltera

tiene dificultades para pagar la renta y comprar ropa para su bebé; un refugiado llegade su país desgarrado por la guerra, solo y abrumado; o una anciana vive año tras añoen un asilo sin un solo visitante, sin una llamada ni una tarjeta. En estos y muchosotros casos, las organizaciones y las personas católicas intervienen para seguir a Cristoen la realización de las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento,vestir al desnudo, dar posada al peregrino, visitar a los enfermos, asistir al preso y se-pultar a los muertos.

Tan solo en Estados Unidos, el alcance de la labor caritativa de la Iglesia es extraor-dinario, Catholic Charities USA (CCUSA) es una organización con miembros a nivelnacional que representa diversos programas de Caridades Católicas en más de 170diócesis de todo el país. Más de 300,000 personas, las tres cuartas partes de las cualesson voluntarias, trabajan con la organización, que celebrará sus cien años de existenciaen 2010.

Unas 8 millones de personas recibieron ayuda de Caridades Católicas en 2008. Estono incluye las obras de otras organizaciones católicas, como la Sociedad de San Vicentede Paul, ni las parroquias católicas, ni tampoco las comunidades y familias religiosas.

AMA A TU PRÓJIMOSin embargo, no es la magnitud de la labor caritativa de la Iglesia lo que la hace

única. Más bien, es que en el corazón mismo de la labor de la Iglesia se encuentra elmandamiento evangélico de amar al prójimo y el reconocimiento de que toda personaestá hecha a imagen y semejanza de Dios. Jesús nos advierte que en el Juicio Final senos dirá “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis her-manos, lo hicieron conmigo”. (Mt 25, 40).

Por lo tanto, la caridad no es optativa, sino que es inseparable del llamado bautismal

Por medio de su servicio social y susobras caritativas, la Iglesia cumple consu misión de servir a los necesitados.

El Hermano Franciscano de la Renovación Padre Pío María Hoffman (der.) atiende a loshombres en el Refugio Padre Pío del Bronx, N.Y.

por Andrew y Rebecca Sicree

OBRAS deMISERICORDIA

PHOTOGRAPH: Thomas Upshur

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el lugar donde vivo. Yo duermo en un sacode dormir en el suelo. Cuando los hombresque vienen aquí se dan cuenta de esto,cambia su modo de percibir las cosas.”

El Padre Richard Roemer, otro francis-cano que dirige la Residencia St. Anthonypara la Renovación que se encuentra cru-zando la calle, se muestra de acuerdo. “Loshuéspedes forman una pequeña comuni-dad aquí. Nuestra hermandad como fran-ciscanos es el fundamento de suhermandad en el refugio”, dijo. “Uno

aprende las bases del perdón y la comunicación. Los religiosos sonllamados a ser expertos en comunión.”

UN SERVICIO EFECTIVOLa estructura de la Iglesia, así como la motivación de su labor, es

un modelo eficiente para ayudar a los necesitados. Piense en el hechode que durante el año que terminará en octubre de 2009, los Serviciospara Inmigrantes y Refugiados (MRS, por su siglas en inglés) de laConferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) habránreubicado a unos 20,00 refugiados, más de la cuarta parte de todoslos que llegan, además de ayudar a las víctimas extranjeras del tráficode seres humanos.

Todd Scribner, coordinador de extensión educativa de MRS, señalaque la Iglesia está mejor organizada para enfrentar los problemas na-cionales que otras agencias, “La misión y visión de la Iglesia están res-paldadas por su estructura institucional: su sistema de parroquias, susdiócesis, órdenes religiosas y organizaciones no lucrativas”, dijo. “Sucapacidad institucional es más diversificada y amplia que la de otrasagencias de reubicación.”

De hecho, MRS no solo reubica a más refugiados que ninguna otraagencia, sino más que ningún otro país, exceptuando Canadá.

de cada uno y de la naturaleza misma de la Igle-sia. Este énfasis es la diferencia entre la laborcaritativa cristiana y los programas oficiales.

“El acto real de dar un plato de sopa a unapersona hambrienta puede ser el mismo, perola motivación, la dignidad y el respeto con elque se lo dan son diferentes,” explicó PatriciaHvisdston, vicepresidente de comunicacionesde CCUSA.

“Somos ‘Caridades Católicas’ no ‘caridades para católicos’, añadióHvidston. “Atendemos a todos con base en su dignidad humana,como lo enseña la Iglesia. Tenemos la obligación moral de hacerlo.”

De hecho, el Papa Benedicto XVI, en su primera encíclica Deus Ca-ritas Est (Dios es Amor) dejó bien claro que la labor caritativa de la Iglesiano es solo una forma más de asistencia social. Más bien “Cuantostrabajan en las instituciones caritativas de la Iglesia deben distin-guirse por no limitarse a realizar con destreza lo más convenienteen cada momento, sino por su dedicación al otro con una atenciónque sale del corazón, para que el otro experimente su riqueza dehumanidad.”

Por esta razón, dijo el Papa, “Un primer requisito fundamental esla competencia profesional, pero por sí sola no basta.” (31)

Las órdenes religiosas realizan en gran media la misma laborcaritativa que las demás organizaciones católicas, pero contribuyencon un carisma especial a su labor gracias a sus votos religiosos ysu vida comunitaria. El Hermano Franciscano de la Renovación,Padre Pío María Hoffman, vive cerca del Hogar Padre Pío que di-rige en el Bronx, N.Y.

“La Iglesia opta por los pobres. Los franciscanos optan por ser po-bres”, bromeó el Padre Hoffman. “Este refugio es mucho mejor que

rigen por programas, la Sociedad de SanVicente de Paúl sencillamente se centraen las necesidades de cada persona.

“Lo normal es que la actuación de lasorganizaciones se vea definida por sulímite presupuestal. El gobierno federalrequiere que traten a todos de la mismamanera,” explicó Syslo.

“Dentro de una organización privadacomo San Vicente de Paúl, podemostomar decisiones sobre casos particu-lares,” prosiguió. “Esto es lo que que-remos lograr: Adaptar nuestra laborcaritativa a las necesidades de cada uno.Es parte de nuestra regla: Ninguna obrade caridad es ajena a la sociedad.”

y servicios durante 2008. A pesar deeste dato impresionante, Mike Syslo,director ejecutivo asociado del ConsejoNacional de San Vicente de Paúl, explicaque la sociedad es ante todo una orga-nización espiritual, que ayuda a susmiembros a crecer en santidad al pro-porcionarles la forma de ayudar carita-tivamente a quienes lo necesitan.

A diferencia de la mayoría de las or-ganizaciones de beneficencia, que se

La Sociedad de San Vicente de Paúl,que es probablemente la sociedad ca-ritativa más conocida de EstadosUnidos, se basa en conferencias denivel local. Aunque sus tiendas de se-gunda mano generan millones para susobras benéficas, — sin contar con laropa y los bienes que entregan a los po-bres — menos del una de cada diez delas más de 4,700 conferencias de SanVicente de Paúl en todo el país operauna tienda. Sus fondos provienen todosde las colectas de las parroquias y loscepillos para ofrendas.

La sociedad donó a los pobres másde $573 millones de dólares en bienes

PARA ATENDER LAS NECESIDADES INDIVIDUALES ♦ Los vicentinos crecen en santidad al tiempo que ayudan a su prójimo

Un voluntario recoge fresas en una instalación de laSociedad de San Vicente de Paul en Phoenix.

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EL CENTRO DE LA NECESIDAD

Merton Center proporciona una amplia gamade servicios sociales

Al Barber, director de Caridades Católicas en Fairfield,Conn., considera que el Centro Merton Thomas deBridgeport es un programa modelo. Situado en el sitiodonde estuvo la Iglesia de St. Joseph, una parroquia po-laca-alemana que cerró hace 20 años, su campus alojaahora un comedor benéfico, un banco de alimentos, uncentro familiar, una clínica médica y unidades habita-cionales subsidiadas, tanto para individuos como parafamilias. Existe incluso un fondo para pagar la educaciónen escuelas católicas de los niños protegidos por el pro-grama. Los huéspedes que asisten al comedor toman susalimentos rodeados por los vitrales de la antigua navede la iglesia.

A pesar de todos los servicios sociales que ofrece,Merton Center tiene una filosofía diferente de la de lamayoría de las agencias de atención.

“A menudo, los trabajadores sociales se ven limitadospor lo que la fundación o su contrato los obliga ahacer,” explicó Grasso. “Quieren arreglar a todo elmundo. En Merton Center funcionamos con unafilosofía católica: Queremos ayudar a todos, pero aten-demos a la gente en la situación en que se encuentra.”

Al Barber, director de Caridades Católicas de Fairfield County,Conn., dijo que la Iglesia también es un buen modelo para los con-tribuyentes.

A pesar de que Caridades Católicas actúa como el brazo caritativode cada diócesis, lo sorprendente es que solo el 4% de su presupuestooperativo proviene del apoyo diocesano. El ingreso gubernamental,en cambio, es de 65% en promedio.

“Constituimos un proveedor de servicios de bajo costo”, explicóBarber, quien es miembro del Consejo Father John H. Stapleton 2287de New Canaan. “Podemos proporcionar servicios de manera máseficiente que otros. La gente cree en lo que hacemos.”

Kurt Bartley, director de Caridades Católicas de Denver y miembrodel Consejo Ave Maria 7880 de Parker, Colo., explicó también que esmás fácil que las grandes instituciones administren los programas debeneficencia con gastos fijos elevados. “Se necesitan construccionespara los refugios y maestros certificados para el programa HeadStart,”, dijo. La documentación necesaria para las subvenciones gu-bernamentales o los programas de energía corporativa resulta menospesada a nivel diocesano de lo que sería para cada una de las dióce-sis.

Esta forma de operar permitió que Caridades Católicas de Denverabriera el hogar Samaritan House.

Este hogar está atendido por frailes capuchinos, y es uno de los

Un anciano refugiado de Somalia trabaja en un jardín comunitario de laIglesia Holy Name de Nashville, Tenn., al tiempo que un representante de losServicios para Inmigrantes y Refugiados de Caridades Católicas ayuda a unrefugiado recién llegado a plantar lechugas.

PHOTOGRAPH: CNS photo/Theresa Laurence, Tennessee Register

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Ron Charles (izq.) y Dan Hayes del Consejo Our Lady of the Hills 5959de Martinsville, N.J., carga una donación de alimentos en una camioneta paraentregarla al Banco de Alimentos de Somerset County. Los Caballeros orga-nizaron una campaña de emergencia que reunió más de 2,000 libras de ali-mentos para ayudar a surtir el banco cuando la crisis económica aumentódrásticamente la demanda.

primeros refugios de las Montañas Rocosas que no es solo una bodegaadaptada, sino un edificio especialmente diseñado como refugio. Bar-tley señaló que cada una de las personas que allí sirven lo hace “en-vuelta en el amor de Cristo”.

TODO TIPO DE BUENAS OBRASHay problemas que afectan a personas que no se encuentran en la

misma área geográfica. Algunas organizaciones caritativas católicasprivadas se especializan en ayudar a personas que tienen problemasespecíficos y se encuentran en todo el país. Por ejemplo, la SociedadCalix ayuda a los alcohólicos en recuperación a renovar su vida espi-ritual por medio de los sacramentos. La red Coming Home Network(CHN) apoya a los ministros protestantes y sus familias que ponenen riesgo su medio de vida al convertirse al catolicismo.

Además, no toda la labor caritativa de la Iglesia es realizada por or-ganizaciones caritativas. Los niños católicos recolectan alimentos du-rante las campañas de Thanksgiving; grupos de jóvenes y adultosviajan en las misiones de Hábitat para la Humanidad y son voluntariosdurante las Olimpiadas Especiales; los comités provida auspician babyshowers para las jóvenes madres que requieren ayuda. Este tipo de ac-tividades forma parte de la Iglesia tanto como las obras de beneficenciaoficiales.

Al atender las diversas necesidades del mundo, la Iglesia practica elprincipio de subsidiaridad, que dice que las comunidades de diferen-tes tamaños tienen capacidades diferentes y pueden resolver proble-mas diferentes. En su encíclica más reciente Caritas in Veritate (Caridad enla Verdad), el Papa Benedicto XVI explicó que esto “favorece la libertady la participación a la hora de asumir responsabilidades”. Añade “La

La Parroquia San Vicente de Paul en Andover, Kan., donó $55,000 dólaresy trabajo voluntario para ayudar a construir un hogar en Wichita, por mediode la organización de Hábitat para la Humanidad Internacional.

subsidiaridad respeta la dignidad de la persona, en la que ve un sujetosiempre capaz de dar algo a los otros.” (57) La labor caritativa de laIglesia es en sí una hermosa ilustración viva de este principio.

El propio tamaño de la Iglesia Católica en Estados Unidos — másde 68 millones de católicos, esto es, 22 por ciento de la población—junto con su estructura jerárquica son garantía de que, sin importarel tamaño o alcance de un problema humano, siempre habrá unaparte de la Iglesia preparada para enfrentarlo.♦

EL DR. ANDREW SICREE y su esposa, Rebecca, escriben desde Boalsburg, Pa.,

donde viven con sus 10 hijos. Dr. Sicree es miembro del Consejo Father O’Han-

lon 4678 de Sate Collage.

LLEGARON LOS RESULTADOS

Caballeros de Colón establece una nueva marca enaportaciones económicas y horas de servicio voluntario

CONSTRUCTION PHOTOGRAPH:

CNS/Christopher M. Riggs,Catholic Advance

Como la mayor organización de servicio fraternal del mundo,Caballeros de Colón tiene una capacidad incomparable para or-ganizar obras caritativas y participar en ellas.

El mes de febrero de este año, la orden auspició una cumbresobre el voluntariado en la Ciudad de Nueva York, lanzando unainiciativa llamada “Año del Voluntario”. Pero para todos los Ca-balleros, cualquier año es bueno para aportar algo a las comu-nidades en las que se encuentran presentes sus unidades.

El 12 de junio, el Caballero Supremo Carl A. Anderson, anunciólos resultados de la Encuesta anual de la Orden sobre ActividadesFraternales durante una presentación a los miembros de la juntade directores y a los líderes estatales en New Haven, Conn.

A pesar del peor desplome económico de las últimas décadas,una vez más los Caballeros rompieron las marcas de serviciocaritativo y voluntario.

Para el año que terminó el 31 de diciembre de 2008, el totalde las aportaciones caritativas alcanzó $150,036,865 dólares, másde $5.1 millones de dólares por encima del año anterior. Los Ca-balleros también donaron 68,783,653 horas de servicio volun-tario, 87,885 más que el año de 2007.

Durante la última década, la Orden ha donado más de$1,325 millones de dólares a obras caritativas y propor-cionado casi 626 millones de horas de trabajo voluntario enapoyo de obras benéficas.

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PADRES PARA SIEMPRE

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ENCUENTRE MÁS ARTÍCULOS Y RECURSOS PARA LOS HOMBRES CATÓLICOS Y SUS FAMILIAS EN WWW.PADRESPARASIEMPRE.ORG.

Literalmente, existen miles de libros de autoayuda en las lib-rerías, pero casi ninguno se ocupa del día más importante denuestra vida, el día en que muramos y nos encontremos frenteal Dios del universo. ¿Qué está Usted haciendo para prepararsepara ese día? ¿Vive Usted su vida con los ojos puestos en la metade la vida eterna, o simplemente trata de vivir bien por el mo-mento?

Yo creo que el problema actual es quela mayor parte de los hombres no en-frentan el reto de convertirse en loshombres que Dios quiso que fueran. ¿EsUsted un hombre o un enclenque espi-ritual? Ser un hombre significa que debedejar de ser espiritualmente flojo ycomenzar a vivir para Dios y los demás.He aquí cinco pasos que lo ayudarán adejar la flojera espiritual y tomar elcamino de la vida eterna.

Recuerde que con cada paso la Iglesiapuede brindarle la mejor ayuda espiri-tual por medio de la Misa y los sacra-mentos. De hecho, la mejor forma deempezar sería hacer una buena confe-sión sacramental y luego recibir la Eu-caristía.

1. RÍNDASE. No suena muy viril, ¿ver-dad? Pero rendirse a Dios puede ser lomás difícil que ha hecho jamás. ¿Quiéncontrola su vida, Usted o Dios? Esperoque sepa que ser cristiano no es hacercosas buenas o simplemente vivir conmoralidad. Es dejar que Cristo viva suvida por medio de Usted. Esto solo sepuede dar si se rinde cada día a Dios.

2. ORE CADA DÍA. ¡SIN EXCUSAS! Cuando predico en las reunionesde hombres y escucho las confesiones, siempre pregunto: “¿OraUsted todos los días?” La respuesta más común es “Lo intento”.Luego pregunto a los penitentes si simplemente intentan comertodos los días. Claro que dicen que siempre tiene tiempo paracomer. Señores, orar es mucho más importante que comer.Comprométanse a pasar al menos cinco minutos al día a solascon Dios. Nunca adapte a Dios a su día, sino que organice su díaen torno a Dios.

3. SEA UN HOMBRE DE AMOR. No hablo de ese amor de películacursi, sino del tipo de amor que llevó a Jesús a la cruz por

Marcar la DiferenciaCinco pasos para una mejor vida (eterna)

Por el Padre Larry Richards

nosotros. Si Dios es amor, entonces sus seguidores deben ser unpueblo de amor. ¿Es Usted un hombre de amor? Yo lo animaríaa escribir una carta a cada uno de sus hijos y a su esposa paradecirles cuánto los ama y por qué. Luego decídase a decirles quelos ama todos los días. No se va a morir por eso, y puedebrindarle una perspectiva de la vida totalmente nueva.

4. SEA UN HOMBRE DE SERVICIO. Debe poder decir que reali-zó al menos un acto desinteresado aldía. ¿Es Usted un hombre de servicio?Son demasiados los hombres que des-perdician su vida centrándola en símismos: una gran casa, un buen auto,los aparatos más modernos. Pero elSeñor nos dice “El que trate de salvarsu vida, la perderá; y el que la pierda,la conservará” (Lc 17, 33). ¿Cree Usteden esto? Entonces viva una vida de ser-vicio. ¡Nunca podrá superar la gene-rosidad de Dios!

5. CAMBIE EL MUNDO POR CRISTO.Cuando estaba en el seminario, mequejé con mi confesor sobre lo maloque era el mundo. Se volvió hacia mí yme dijo “Larry, tú reniegas de la os-curidad más que nadie que yoconozca. ¿Por qué no enciendes unaluz y eres diferente?” Creo que una delas preguntas que Jesús nos harácuando nos encontremos frente a él enel juicio final será “¿Dónde están tushermanos?” ¿Cuál será su respuesta?Puede acercar a otros a Jesús rezandopor ellos, amándolos y luego hablán-doles de él.

Éstos son cinco pasos básicos que lo llevarán a una vida mejor,la vida eterna. La cuestión es ¿va Usted a tomar estos pasos yconvertirse en el hombre que Dios quiso que fuera? Jesús y supropia familia cuentan con Usted.♦

Jeff Ellenberg de Greenfield, Ind. da una beso a suhijo mientras su hija está arrodillada junto a éldurante una Misa en la iglesia Holy Spirit de In-dianápolis.

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EL PADRE LARRY RICHARDS, párroco en Erie, Pa., es un recono-

cido orador y autor. Es también miembro del Consejo

Francis V. Kloecker Jr. 13602 de Erie, y fundador de The

Reason for Our Hope Foundation (Fundación La razón

de nuestra esperanza) (www.reasonforourhope.org).

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Lo que empezó como un peligroso viaje a través del océano a una tierra extran-jera, llevó a la fundación de un próspero sistema de servicios de salud que hoy

atiende a la población de EE.UU con una dedicación compasiva. El 7 de agosto de1727, doce Hermanas Ursulinas se hicieron a la mar desde su convento enclaustradoen Francia con destino a Nueva Orleans con una misión: ayudar a los necesitados.Después de siete difíciles años, las Hermanas abrieron el Hospital de la Caridad, elprimer hospital católico de propiedad privada en lo que sería Estados Unidos. Deeste modo se inició la tradición de los servicios de salud católicos de Estados Unidos,que desde entonces se ha dedicado a ayudar a los más necesitados.

Por su naturaleza, la Iglesia Católica posee una profunda percepción de lo quesignifica servir al prójimo. Este entendimiento se manifiesta de manera elocuenteen la enseñanza de la Iglesia sobre las obras de misericordia. El Catecismo de la igle-sia Católica dice que “las obras de misericordia son acciones caritativas mediantelas cuales socorremos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espiri-tuales” (2447). Guiada por este mandato, la Iglesia se ha dedicado a la misión decuración de Jesucristo a través de la palabra y la acción.

Mucho ha cambiado desde que las Hermanas Ursulinas emprendieron su primerviaje en 1727. Hoy, existen cerca de 60 sistemas de servicios de salud católicos entodo Estados Unidos, incluyendo más de 600 hospitales católicos. Juntos, atiendena más de 90 millones de pacientes al año. De acuerdo con la Asociación de ServiciosCatólicos de Estados Unidos (CHAUSA por sus siglas en inglés), uno de cada seispacientes se atiende en un hospital católico, y las instalaciones católicas suman másdel 20 por ciento de las admisiones en unos 20 estados en todo el país. Más aún,los hospitales católicos y los médicos atienden a personas que no tienen otro lugar

Servicios desalud católicos:una vocación

de amorComo líder en el progreso de los serviciosde salud, la Iglesia Católica participa en

el ministerio de curación de Cristo

PHOTOGRAPH courtesy of archives of the Congregation of the Sisters of St. Joseph of Carondelet, St. Paul, Minn.

Esta foto de 1906 muestra el quirófano del Hospital St. Joseph en St. Paul, Minn. LasHermanas de San José de Carondelet establecieron el hospital a orillas del Río Mississippien 1853, como respuesta a una epidemia de cólera.

por Amber Dolle

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manas Dominicas de Santa Rosa deLima.

1915 – Se funda Catholic HospitalAssociation. Luego su nombre cambiaa Catholic Health Care Association deEstados Unidos en 1977.

1933 – St, Mary’s Infirmary de St. Luisse destina a hospital para afroameri-canos, convirtiéndose así en el primerode esta zona en aceptar a pacientes ne-gros. El mismo año abre la escuela de en-fermería para cuidado de los negros.

1939 – La Hermana Mary IgnatiaGavin, C.S.A., es cofundadora de Alco-hólicos Anónimos, en el hospital St.Thomas de Akron, Ohio.Adaptado de Catholic Health Care Associationof the United States, www.catholichealthcare.us

Desde el Siglo XVIII, las comu-nidades religiosas y otras institucionescatólicas han sido determinantes parael desarrollo del sistema de servicios desalud de EE.UU. Para 1872, la IglesiaCatólica operaba 75 hospitales en Esta-dos Unidos, y en 50 años este númerose quintuplicó. Actualmente, existenmás de 600 hospitales católicos y casi1,500 centros de atención de largoplazo en todo el país.

1727 – La Hermanas Ursulinas lle-garon a Nueva Orleáns. Un año mástarde, fundaron el primer hospitalcatólico de Estados Unidos.

1842 – Se funda Sisters of the HolyFamily (Hermanas de la Sagrada Fa-milia), una comunidad religiosa para

mujeres de color. Las hermanas es-tablecieron el Asilo Lafon Asylum of theHoly Family, el primer centro de cuida-dos de largo plazo en Estados Unidos.

1847 – Las Hermanas de la Miseri-cordia abren el primer Hospital de laMisericordia en Pittsburgh.

1861 – El Presidente Abraham Lin-coln instituye el primer ProvidenceHospital, operado por la Hijas de laCaridad en Washington, D.C.

1886 – Se abre la primera escuela deenfermería de Estados Unidos en St.Joseph’s Hospital en Springfield, Ill.

1900 – El Hogar Gratuito para en-fermos incurables de cáncer, el primercentro para enfermos desahuciados, esfundado en Nueva York por las Her-

CRONOLOGÍA ♦ Los Servicios de Salud Católicos en Estados Unidos

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al cual recurrir. La Iglesia Católica considera el servicio de saludcomo un derecho humano y, desde su introducción en la culturade Estados Unidos, ha protegido consistentemente este derecho.

A LA VANGUARDIA DE LA EXPANSIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUDNo existe duda alguna de que la Iglesia Católica ha sido una fuerza

impulsora detrás de la expansión de los servicios de salud en EstadosUnidos. Empezando con el Hospital de la Caridad en Nueva Orleans,las órdenes religiosas prepararon el terreno para otras institucionesmédicas.

“En los inicios de este país, existía una gran necesidad de serviciosde salud — especialmente por parte de la comunidad de inmi-grantes — y la Iglesia respondió a dicha necesidad”, dijo la Her-mana Carol Keehan, presidente y directora general de CHAUSA. “Lashermanas religiosas estaban en la primera línea de esta respuesta,brindando a las personas cuidados médicos, emocionales y espiri-tuales”.

Muy pronto la Iglesia se encontró en medio de un rápido creci-miento en el terreno misionero. Para 1920, existían 412 hospitalescatólicos en Estados Unidos y Canadá, y su crecimiento aumentóhasta incluir centros de capacitación médica.

“Quedó muy claro que la Iglesia debía expandirse más allá de lasimple atención del prójimo enfermo”, dijo la Hermana Keehan.“El papel de la Iglesia en los servicios de salud es importante para laintegridad de sus principales enseñanzas”.

Entre algunas de las órdenes religiosas que jugaron un papel de-cisivo para introducir a Estados Unidos los servicios de salud católi-cos, se encuentran las Hermanas de la Caridad, las Hermanas de laMisericordia y las Hermanas de San José. Estas mujeres, junto conel clero católico y los laicos, fueron esenciales para la atenciónmédica en este país durante las guerras, las epidemias y la segre-gación racial de los hospitales.

“La forma en que los hospitales católicos atendían a los pacientesera única”, agregó la Hermana Keehan. “Esta amorosa forma deatender el cuerpo y el alma de los pacientes ha definido los serviciosde salud católicos a lo largo de la historia”.

CUIDADO DEL CUERPO, LA MENTE Y EL ESPÍRITUActualmente, los hospitales y médicos católicos se distinguen por

la rica tradición establecida tiempo atrás. “Además de haber sidomoldeados por nuestra distintiva creencia en la Trinidad, la Encar-nación y la Eucaristía, los hospitales y médicos católicos, así comootros proveedores de servicios de salud, se benefician de la natu-raleza tradicionalmente sólida de la organización de la Iglesia”, dijoel Dr. John Brehany, director ejecutivo y asesor moral de la Aso-ciación Médica Católica y miembro del Consejo Blessed Sacra-ment/Msgr. Newman 11038 en Sioux City, Iowa. “Esto siguepermitiendo un testimonio estable e integral de los valores católicosen la medicina”.P

HOTOGRAPH: CNS courtesy of the Catholic Health Association of the United States

Una enfermera atiende a un niño en el hospital Provena St. Mary en Kanka-kee, Ill. Este hospital forma parte de un sistema de salud católico auspiciadopor las Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón, las Siervas del SagradoCorazón de María y las Hermanas de la Merced de las Américas.

El Dr. Tim Field, aquí con sus nietos Bailey, Seamus y Bridget,recibió la inspiración de cambiar su enfoque de la medicina.

UN CAMBIO DE PRÁCTICA MÉDICA

El Dr. Tim Field, ginecobstetra en Bryan, Texas, experimentóuna verdadera transformación por medio de su profesión.Después de ejercer exitosamente durante más de 25 años,Field tomó la decisión de dejar de prescribir métodos anti-conceptivos: un acto de valor en la actual sociedad que fa-vorece los anticonceptivos. Abandonó su consultorio en eleste de Texas y se mudó a Bryan para dedicarse a los servi-cios de planificación familiar natural (PFN).

Field, quien trabaja con el Centro de Salud Regional St.Joseph y es miembro del Consejo Our Lady of Sorrows11530 en Jacksonville, ahora ofrece servicios integrales deginecobstetricia, así como servicios de salud rural en todala región.

“Ha sido un peregrinaje asombroso, pero no siemprefácil”, dijo Field. “Mis hijos influyeron enormemente enmi decisión de cambiar mi práctica médica. Ser testigo desu fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia me hizo dete-nerme y pensar. Para mí era el momento de adoptar porcompleto mi fe católica dentro de mi vida profesional”.

Con la orientación del Dr. Thomas Hilgers en CreightonUniversity en Nebraska, Field obtuvo la certificación paraenseñar el Modelo Creighton de planificación familiarnatural. Hilgers, quien es director del Instituto Paulo VI parael Estudio de la Reproducción Humana y miembro del Con-sejo St. John Vianney 7740 en Omaha, ha dedicado más de30 años a la investigación de la regulación natural de la fer-tilidad y de la medicina reproductiva.

“En la medicina, siempre debemos esforzarnos por bus-car lo mejor para el paciente”, explicó Field. “Y comocatólicos, debemos esforzarnos por vivir nuestra fe en todoslos aspectos de nuestra vida. Comprender esta verdad meayudó a aceptar mi profesión no solo como un trabajo, sinocomo una vocación”.

“Es fácil dejarse atrapar por los avances científicos, pero nodebemos romper los vínculos con nuestras raíces espirituales”,continuó. “Los hospitales y los médicos católicos tienen laoportunidad de servir como faros de esperanza y cambio”.

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tribuyeron enormemente a difundir losservicios de salud a nivel mundial, ex-isten innumerables católicos que, anivel individual, dejaron una marca in-deleble en el mundo de la medicina. Porejemplo, el químico francés Louis Pas-teur, un conocido católico, realizó des-cubrimientos para la prevención deenfermedades a través de su estudio delas bacterias en los años 1800. JérômeJean Louis Marie Lejeune (1926-1994), un pediatra y genetista francés,fue fundamental para el estudio de loscuidados prenatales. A Lejeune, amigocercano del Papa Juan Pablo II, se leatribuye, entre otros logros, el des-cubrimiento del vínculo entre las enfer-medades y las anomalíascromosómicas.

las plagas, las guerras y los desastresnaturales paralizaban a la sociedad, lascomunidades religiosas asumían supapel de proveedores de servicios me-diante la creación de albergues paraocuparse de los enfermos y los necesi-tados. A principios del primer milenio,las abadías y los monasterios de todo elmundo servían como hospitales.

Se cree que el primer hospitalcatólico en el Continente Americanofue el Hospital San Nicolás enRepública Dominicana, construido en1503. El Hotel-Dieu en Quebec,erigido en 1639 y manejado por laorden religiosa de los Agustinos, fue elprimer hospital del Canadá contem-poráneo.

Aunque las órdenes religiosas con-

Aunque los inicios de los servicios desalud católicos en Estados Unidos datande principios de los años 1700, desdemucho antes la Iglesia influyó en la co-munidad médica.

En todo el Imperio Romano muchagente recurría a las comunidades reli-giosas en busca de servicios médicos.En el Siglo III, San Cosme y SanDamián, hermanos gemelos, estudia-ron medicina en la región de Siria ytrataron a los enfermos sin nunca pedirdinero por sus servicios. Estos hombressantos, que después murieron comomártires, hoy son los santos patronesde los profesionales médicos.

A medida que la Iglesia crecía ennúmero y en organización, tambiéncrecía la práctica de la caridad. Donde

EL IMPACTO SOBRE LOS SERVICIOS DE SALUD A NIVEL MUNDIAL

Una breve historia de los servicios de salud católicos

PHOTOGRAPH:CNS photo by Gregory A. Shemitz, L

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Actualmente, las instituciones católicas ofrecen servicios que vandesde los ministerios de vida asistida, de salud a domicilio y centros decuidados paliativos, hasta los cuidados de terapia intensiva, tratamientosavanzados y cirugías. Pero la atención de alta calidad no es el único ob-jetivo del sistema católico.

“Además de seguir las enseñanzas éticas básicas y de ofrecer serviciosde salud competentes, los médicos católicos son llamados a encarnar lamisericordia, la gracia curativa del Evangelio en sus interacciones conpacientes, colegas y el público”, dijo Brehany.

La definición de un “doctor católico” incluye una sólida adherencia alas enseñanzas de la Iglesia en los aspectos morales y éticos. Por esta razón,son de vital importancia los esfuerzos para proteger la conciencia de lostrabajadores de la salud en el mundo de la medicina, en constante cambio.

“Como médicos católicos debemos buscar la verdad en todo lo quehacemos”, dijo el Dr. Joseph Garcia-Prats, profesor y neonatólogo enBaylor College of Medecine en Houston, Texas. “[Las cláusulas de pro-tección de la conciencia] permiten a los médicos — no solo católicos–defender la visión de Cristo en nuestro trabajo y reconocer que todoser humano es valioso”.

A medida que los tiempos cambian, surgen otros desafíos. A pesar delas transformaciones que ha experimentado la sociedad a lo largo de lahistoria, la respuesta de la Iglesia permanece constante. Siempre se hamantenido a la vanguardia en el cuidado de los enfermos y los necesi-tados en todo el mundo.

“Como trabajadores de los servicios de salud católicos, siempre debe-mos adherirnos al mandato del Evangelio de servir hasta al más pequeñode nuestros hermanos”, explicó la Hermana Keehan. “Cuando lo hace-mos, estamos sirviendo a Cristo verdaderamente”.♦

AMBER DOLLE es una escritora independiente de McKinney, Texas.

Una estatua de Santa Catalina de Siena a la entrada del centro médicoque lleva su nombre en Smithtown, N.Y. Este hospital y centro de aten-ción sin fines de lucro está operado por Los Servicios Católicos de Saludde Long Island.

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EL AÑO SACERDOTAL

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CELEBRE EL AÑO SACERDOTAL CON UNA TARJETA DE ORACIÓN ESPECIAL QUE PUEDE OBTENER EN WWW.KOFC.ORG

EN 1880, EL DIARIO NEW HAVEN EVENING REGISTER publicóuna historia que decía: “Hoy en New Haven, son muchos losniños irlandeses que necesitan ayuda, ayuda moral así comofísica. Cientos de jóvenes irlandeses de uno y otro sexo crecenentre nosotros, en una pobreza indecente, en medio de la in-mundicia, la miseria y el crimen por falta de ayuda y com-pasión”. Nos preguntamos si leyó este artículo el joven coadjutorde la Iglesia de St. Mary, pues dos años después el Padre MichaelJ. McGivney fundó Caballeros de Colón en el sótano de esa igle-sia de New Haven.

El Padre McGivney poseía una aguda sensibilidad hacia elmundo que lo rodeaba y ésta lo llevó a reconocer precisamentelo que se necesitaba y cómo responder. Y la necesidad de dicha“ayuda y compasión” era mayúscula. Durante la vida del PadreMcGivney, la población de New Haven aumentó de 40,000 a108,000 habitantes. En laciudad había 62 pensiones.New Haven, una ciudad in-dustrial, albergaba 216 fábri-cas en las que trabajabancerca de 5,000 hombres y3,000 mujeres. Eran lugarescrueles y peligrosos en losque diariamente ocurríandevastadores accidentes ymuertes laborales.

La fe del Padre McGivneyle dijo que dichas condi-ciones exigían acciones con-cretas y compasivas. “Lavocación del hombre a la vidaeterna”, enseña el Catecismode la Iglesia Católica, “nosuprime sino que refuerza su deber de poner en práctica lasenergías y los medios recibidos del Creador para servir en estemundo a la justicia y a la paz” (2820). El Padre McGivney fuemodelo de esta vocación para el mundo.

En octubre de 1882, el Padre McGivney leyó un informe bienpublicitado de un profesor de Yale que afirmaba: “En New Havenencontrará muchas viudas con entre tres y nueve hijos cada una,que luchan solas y se esfuerzan sin esperanzas por mantenersea ellas mismas y a sus hijos”. Es decir, “sin esperanzas” hasta queconocieron al Padre McGivney, quien dijo que fundó Caballerosde Colón para “ayudarnos unos a otros en tiempos de enfer-medad; para brindar entierros decentes y para prestar ayuda

Sirviendo a uno, sirviendo a todosEl Padre McGivney y el llamado para ayudar a los necesitados

por el Padre Dominico Peter John Cameron

económica a las familias de los miembros fallecidos”.Otros se vieron afectados de manera más personal por las ac-

ciones del Padre McGivney. Alfred Downes, por ejemplo, era unadolescente cuyo padre falleció dejando atrás muchos hijos ynada de dinero. De acuerdo con la ley de la época, cuando unafamilia no poseía una fuente de ingresos, el tribunal testamen-tario asumía el derecho de asignar a los hijos de la familia a in-stituciones públicas. Este habría sido el destino de Alfred Downesel 6 de febrero de 1882 de no haber sido porque una personade 19 años de edad se ofreció para asumir la responsabilidad yser su tutor. Esto fue justamente lo que hizo el Padre McGivney.

El Padre McGivney opinaba que no había razón para que nopudiera aplicarse la fuerza entera de la fe a los laicos católicosnorteamericanos en el camino de su vida diaria e infundirlesahí los principios católicos. Como padre espiritual, generó en

otros la convicción deque la ciudadaníacatólica debe convertirseen la norma de la soli-daridad cívica, del servi-cio social y de la fuerzade la sociedad.

Todo esto se resumeen las palabras de un tes-timonio entregado en elprimer servicio con-memorativo del PadreMcGivney en 1890: “Eraun hombre del pueblo.Era celoso del bienestardel pueblo y toda la bon-dad de su alma sacerdotalse mostraba con mayor

vigor en sus incesantes esfuerzos por mejorar su condición”.En este Año Sacerdotal, damos gracias a Dios por haber cono-

cido al Padre McGivney y pedimos por que todos los santossacerdotes de Dios sean bendecidos para que compartan cadavez más el decisivo carisma de este Venerable Siervo de Dios.

VISIÓN FUNDADORA: El Padre Michael J. McGivney y los Caballerosde Colón, por Antonella Cappuccio (Museo de Caballeros de Colón).

EL PADRE DOMINICO PETER JOHN CAMERON es editor en jefe de Magnificat, di-

rector de predicación de la Provincia Dominica de St. Joseph y autor de

Jesus, Present Before Me: Meditations for Eucharistic Adoration (Jesús, presente

ante mí: Meditaciones para la adoración eucarística), (Servant, 2008). Es

miembro del Consejo St. Thomas More 13500 en New Haven, Conn.

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Una jovencita en la Diócesis de Pondicherry, India,durante una distribución de alimentos y otros artículosauspiciada por Catholic Relief Services. Esta diócesis,localizada en la costa sureste del país, fue particular-mente devastada por un tsunami en 2003.

Para los católicos, el mandamiento de amar a su prójimo llegamucho más allá de su entorno inmediato. En todo el mundo,

las organizaciones católicas llevan un largo tiempo mostrando elamor de Dios a los millones que enfrentan la injusticia, la pobreza,el hambre y otras formas de sufrimiento humano.

Una de estas primeras organizaciones humanitarias, Caritas, fuefundada en Alemania en 1897. Otros grupos similares fueronsurgiendo en otros países, hasta que se llegó a crear Caritas Inter-nationalis, una red formada por 162 miembros nacionales. Actual-mente, Caritas consta de 440,000 empleadosy 625,000 voluntarios que atienden a 24 mi-llones de personas en más de 200 países.

Uno de los miembros más conocidos deCaritas Internationalis es Catholic Relief Serv-ices (CRS), la organización de ayuda humani-taria oficial de la Conferencia de ObisposCatólicos de Estados Unidos. Fundada en 1943para ayudar a los refugiados europeos despuésde la Segunda Guerra Mundial, CRS se ha con-vertido en una organización que atiende a losmás pobres entre los pobres en los aspectos desalud, educación, agricultura y procesos depaz. Las oficinas centrales de CRS se encuen-tran en Baltimore, pero tiene oficinas localesen países de todo el mundo, y se asocia conagencias locales, tanto católicas como nocatólicas. Tan solo en 2008, esta organizaciónproporcionó $488 millones de dólares enayuda a más de 100 millones de personas enel mundo entero.

Según su presidente, Ken Hackett, la laborde esta organización es una manifestación delas enseñanzas sociales de la Iglesia. “Hemostomado los elementos de las enseñanzas so-ciales católicas — promover el bien común,dar preferencia a los pobres, solidaridad — y

Caridad MundialLas organizaciones católicas desempeñan un papel determinante

en la labor caritativa a nivel mundial

por Scott Alessi

tratado de identificar de manera muy consciente cuál es su papelen términos de lo que realizamos en países de todo el mundo,”dijo.

Otras organizaciones eclesiásticas, incluyendo la Agencia Católicapara el Desarrollo Internacional, con base en Londres, compartenesta misión de atender las grandes necesidades de los pobres y losmarginados. Otras tienen metas más específicas, como CatholicMedical Mission Board (Junta de la Misión Médica Católica), queproporciona medicinas y programas de salud en 40 países, así

PHOTOGRAPH Dave Snyder/CRS

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como la Comisión Católica de Migración, que ayuda a instalarse alos refugiados y lucha contra el tráfico de seres humanos.

SUSTENTABILIDAD A LARGO PLAZO

Aunque la ayuda inmediata en casos de desastres naturales ohambrunas forma parte de la labor de las organizaciones humani-tarias, muchos de sus proyectos se dirigen a proporcionar solu-ciones a largo plazo para problemas permanentes.

Por ejemplo, en Timor Oriental, país desgarrado por la guerrasituado en el Sureste de Asia, CRS trabaja junto con las agencias deCaritas y grupos diocesanos locales para traer la paz a lo que se hallamado una “cultura de la violencia”. Las organizaciones católicashan desempeñado un papel fundamental en la apertura de un diá-logo entre las facciones rivales. Han trabajado en especial para quelos jóvenes busquen un futuro más positivo.

“Tratamos de dirigirnos [a los jóvenes] primero para que sedediquen a actividades constructivas, esperando lograrlo antes deque se involucren en toda esa violencia en la que ya se ven envuel-tos los que son un poco mayores y los adultos jóvenes,” dijo JasonBelanger, representante de CRS en Timor Oriental. “Éstas son ac-ciones de muy largo plazo y es un compromiso con el futuro deeste país.”

CRS también ha desempeñado un papel importante en la trans-formación de la vida de las familias en las paupérrimas áreas ruralesdel sur de Egipto. A través de un programa de micro financiamientopara las mujeres, muchas de ellas han sido capaces de ayudar a man-tener a sus familias al iniciar sus propios negocios.

Según Laura Sheahen, directora de información de CRS para Eu-ropa y Medio Oriente, solo se necesitan pequeños préstamos paraque las mujeres inicien un criadero de pollos, abran un negocio deventa de alimentos o vendan artesanías, lo cual a su vez mejora sucalidad de vida.

Realmente ayuda a las personas a sentar las bases económicas desu vida para que no tengan que vivir al día y no teman tanto el fu-turo,” dijo Sheahen.

ESFUERZOS EN PEQUEÑA ESCALA

La participación de la Iglesia en la ayuda internacional no re-quiere forzosamente una gran organización multinacional para rea-lizar obras de caridad. Los programas a nivel de la parroquia o ladiócesis a menudo son igualmente efectivos para transformar vidas.

La Parroquia St. John Vianney de Prince Frederick, Md., ha de-sarrollado una relación especial con tres parroquias de la Diócesisde Huejutla, México, donde han ayudado a construir dos capillas,

han entregado ropa y comprado artículos es-colares para los niños. Esta parroquia tambiénha ayudado a construir pozos comunitarios enCamerún, África Occidental, y actualmente tra-baja para construir 18 casas en San Juan Limay,Nicaragua.

La oficina local de Catholic Charities de laDiócesis de Metuchen, N.J., ha establecido unEquipo de Solidaridad formado enteramentepor voluntarios, quienes han viajado a laDiócesis de Santa Rosa, Guatemala, así como ala Diócesis de Thanjavur, India. Durante los úl-timos cinco años, este equipo ha brindadoatención médica a los residentes de Santa Rosay llevado agua corriente a dos pueblos. EnIndia, lo que comenzó como un esfuerzo dereconstrucción tras el tsunami de 2004 ha lle-gado a convertirse en una sólida asociaciónentre ambas diócesis.

“Sentimos que el Equipo de Solidaridad deCatholic Charities cierra esa brecha tan ampliaque separa al donador o benefactor en EstadosUnidos y el miembro del personal de campoque trabaja en el extranjero”, dijo el PadreJoseph J. Kerrigan, director del equipo. “Parti-cipamos en los proyectos, viajamos y mante-nemos una relación constante con los actoresclave del país anfitrión. Hemos tratado de adap-tar en miniatura los principios de Catholic Re-lief Services a la medida de nuestro grupo devoluntarios.”♦

SCOTT ALESSI escribe desde New Jersey.

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Podría decirse que la Iglesia Católica inventó la educación, al menos hasta dondesabemos hoy. Ninguna otra institución en el mundo ha tenido una influencia igual

en el sistema educativo elemental, secundario y superior.En el Siglo XII, durante el apogeo de la Edad Media, empezó a surgir un tipo par-ticular de instituciones en lugares como Oxford, París y Bolonia. De acuerdo con

Thomas E. Woods Jr., autor de Cómo la Iglesia Católica construyó la civilizaciónoccidental (Ed. Ciudadela, 2007), sin este invento medieval — la universidad— no habría sido posible la enseñanza secular como la conocemos hoy.

“La Universidad fue un fenómeno absolutamente nuevo en la historiaeuropea”, escribe Woods. “Nada similar existió en la antigua Grecia oRoma”.

A partir de la estructura de los cursos, los exámenes y los niveles, elmundo occidental pronto se comprometió en la gran búsqueda formaldel conocimiento con el fin de comprender mejor la naturaleza hu-mana, el mundo natural y la fe católica. Cuando los católicos llegaronal Nuevo Mundo, trajeron con ellos el mismo modo de pensar. Aunquelas escuelas secundarias y primarias ya estaban bien establecidas, loseducadores católicos probaron que la forma podía adaptarse para aten-der a los estudiantes que deseaban ser buenos ciudadanos tanto en estemundo como en el siguiente.

EL SISTEMA EDUCATIVO CATÓLICOEl deseo de buscar el conocimiento y la verdad condujo al establecimiento

de las escuelas secundarias y elementales en Estados Unidos. Muchos de losprimeros católicos inmigrantes que deseaban educarse estaban acompañados pormiembros de varias órdenes religiosas: Jesuitas, Hermanas de la Misericordia, Do-

La educacióncatólica en

Estados UnidosHistóricamente la Iglesia ha promovidoque se cultive el conocimiento y la fe

Izq.: Adolescentes en un salón de clases de la escuela católica St. John Villa Academy.Arriba: El Arzobispo John Caroll de Baltimore (1735-1815) en un retrato por Gilbert Stu-art. El Arzobispo Carroll fue el primer obispo de Estados Unidos y tuvo un papel decisivo enla creación del sistema educativo católico de este país.

por Joseph O’Brien

PHOTOGRAPH:CNS photo/courtesy of Georgetow

n University Library, Special Collections Research Center

PHOTOGRAPH:

ALADDIN COLOR, INC./Corbis

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proporcionado por la diócesis huésped.Los profesores llevan una vida sencillacon un régimen estable de oración,adaptado en gran medida de las tradi-ciones de las órdenes religiosas. Recibenuna remuneración de $ 1,000 dólaresmensuales (más alojamiento gratuito),que, entre otras cosas, se usa para pagarla colegiatura y otros gastos.

Aunque este consorcio solo tienesiete años, ya posee un excelente histo-rial de éxito entre sus estudiantes.

“Uno de los indicadores observadoses el índice de conclusión de estudiosentre nuestros estudiantes”, explicóJohnstone, y agregó que el 95 porciento de los participantes en la UCCEpermanecen en las escuelas designadasdurante los dos años del programa. Deellos, más del 80 por ciento sigue comoprofesor en escuelas católicas.

Estados Unidos — tuvieran un apoyode profesores académicos católicos.Poco después, Boston College Univer-sity de Dayton, Ohio, y University ofPortland, Ore. — todas institucionescatólicas — iniciaron programas simi-lares. Johnstone, quien también es di-rectora de extensión académica a losnecesitados para la ACE, dijo que con laayuda de subvenciones federales y pri-vadas, la UCCE reunió dichos progra-mas con otros 11.

Cada programa envía a sus estudi-antes para realizar dos años de servicioen escuelas marginadas de Norte y Su-damérica.

A diferencia de la experiencia gene-ral estudiantil en la enseñanza, los es-tudiantes de la UCEE viven encomunidad, normalmente de cuatro aseis participantes en un alojamiento

Reconociendo la importancia de laeducación católica en Estados Unidos,la comunidad académica ha construidoun vínculo entre la educación superiory los sistemas escolares de los queprovendrán muchos de sus futurosegresados. Desde el año 2002, la Cor-poración Universitaria para la Edu-cación Católica (UCCE por sus siglas eninglés), ha ayudado a estudiantes ahacer realidad su potencial proporcio-nando profesores católicos donde másse necesitan.

De acuerdo con Joyce Johnstone, di-rectora de la UCCE, las raíces de ésta seencuentran en la Alianza de NotreDame para los Educadores Católicos(ACE por sus siglas en inglés). Dichogrupo, formado en 1994 para asegurarque las escuelas católicas marginadas— principalmente en zonas pobres de

AYUDA EDUCATIVA

El programa nacional inculca el sentido de vocación y asiste a los marginados en la educación católica

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Arriba: Santa Elizabeth Ann Setonen un vitral de la capilla de Emmits-burg, Md. Como pionera de la edu-cación católica, Seton se convirtió en laprimera santa nacida en EstadosUnidos cuando fue canonizada en1975. Izq.: Un profesor y estudiantedel programa del Consorcio Univer-sitario para la Educación Católicaayuda a uno de sus estudiantes.

PHOTOGRAPH:CNS photo by Nancy Wiechec

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LA LUCHA POR EL DERECHO A ELEGIR LA EDUCACIÓN

Debemos defender los derechos de los padres que desean una educación católica para sus hijos

Lamatrícula de las escuelas católicas ha ido disminuyendo con-tinuamente hasta llegar a menos de la mitad en relación con supunto máximo de hace 40 años. Desde hace ya algún tiempo, lasescuelas católicas enfrentan serios problemas económicos provo-cados por diversos factores: el desplazamiento de muchos católicosde las grandes ciudades hacia las áreas suburbanas donde no exis-ten escuelas católicas, el cambio del profesorado que pasó de sermayormente religioso a casi enteramente laico, la menor capaci-dad de las parroquias para brindar apoyo económico a sus escuelasy el aumento de las colegiaturas. En muchos casos, las bruscas caí-das recientes en la matrícula se pueden explicar por el desplomede la economía, que ha afectado la capacidad de los padres parapagar la colegiatura y la de las parroquias para proporcionar apoyo.

Es cierto que en ciertos estados existen ya desde hace variosaños formas de apoyo gubernamental. Éstas incluyen el transporte,préstamos para libros de texto, exenciones de los impuestos es-tatales y algunos tipos limitados de cupones y servicios de salud.Todos estos esfuerzos son encomiables, pero limitados en com-paración con otras formas más sustantivas y equitativas de ayudaa los padres, como las exenciones fiscales federales y especialmentelos cupones que cubran un porcentaje importante del pago de lacolegiatura.

¿Por qué tiene que ser así? Los millones de padres cuyos hijosasisten a escuelas católicas y otras instituciones que no son públicaspodrían convertirse en una poderosa fuerza política. Pueden re-solverse los obstáculos constitucionales, sobre todo si la ayuda secentra en los padres y no en las escuelas directamente.

En el caso de 1925 Pierce v. Society of Sisters, la Suprema Cortede Estados Unidos unánimemente revocó una ley de Oregon quepretendía que todos los niños asistieran a escuelas públicas. Conpalabras memorables, la Corte declaró que “El niño no es simple-mente una criatura del Estado; quienes lo cuidan y dirigen su des-tino tienen el derecho, junto con la insigne tarea, de reconocerloy prepararlo para otras obligaciones.”

Esta clarísima afirmación de los derechos de los padres en ma-teria educativa fue un hito. Sin embargo, poco se ha hecho parapermitir que los padres, quienes asumen prácticamente todos loscostos de la educación privada, ejerzan estos derechos. Paramillones de padres, esto ha sido imposible. En efecto, se han visto— y se ven — obligados a enviar a sus hijos a las escuelas públicas,exactamente lo que la decisión Pierce quería impedir.

Hace más de 30 años hubo una campaña nacional para obtenerexenciones fiscales federales por enseñanza para los padres de es-tudiantes de escuelas privadas. Fue un amplio esfuerzo bien or-ganizado, dirigido por una coalición que representaba a la mayoríade las escuelas privadas del país. Sin embargo, esta coalición aban-donó su campaña cuando no logró que el Congreso aprobara lalegislación que proponía. Con esto solo quedaron los esfuerzoslocales y estatales para obtener ayuda pública.

Algunos sintieron que era imposible vencer la oposición a las

exenciones fiscales federales, y no hubo ya ningún esfuerzo delargo plazo para organizar y apoyar esta propuesta durante años.En cambio, la aprobación de las leyes sobre derechos civiles de losaños sesenta fue resultado de un esfuerzo bien organizado y per-sistente para educar al pueblo y seguir con la batalla legal ante lasdesilusiones y los fracasos.

Son muchos los que afirman que no puede pensarse en unaayuda económica a los padres en tiempos de gran presióneconómica. Sin embargo, según las cifras publicadas en enero porla Asociación Nacional de Educación Católica (NCEA), tan solo lasescuelas católicas ahorran a la nación $19 100 millones de dólaresal año en costos operativos. En realidad, el cierre de estas escuelasy la transferencia de sus alumnos a las escuelas públicas incremen-tarían en gran medida el costo de la educación para los gobiernosestatales y federal. De cualquier modo, el reconocimiento efectivode los derechos de los padres debe sobreponerse a las objecionesde orden financiero.

Además de las preocupaciones financieras, el cierre de las es-cuelas católicas costaría al público mucho más en términos de laeducación que proporcionan a miles de estudiantes. El éxito delas escuelas católicas se ha visto demostrado con frecuencia conlos resultados de los exámenes nacionales, los informes y las in-vestigaciones oficiales. Las escuelas católicas y otras institucioneseducativas privadas han contribuido grandemente al bienestar deun sinnúmero de personas y de la sociedad en general.

Además, las escuelas católicas sirven como comunidades de ex-celencia para contribuir al desarrollo moral y personal de losjóvenes. Al integrar la fe con el aprendizaje y los valores morales,las escuelas católicas mantienen el énfasis en el sentido de respon-sabilidad, la formación del carácter y un sólido programaacadémico que muestra un alto desempeño y una tasa muy bajade deserción.

Sin embargo, a diferencia de otras naciones occidentales, Esta-dos Unidos no proporciona una verdadera ayuda para que lospadres puedan elegir la escuela.

En épocas recientes, los papas y los obispos han insistido amenudo en la importancia de las escuelas católicas como elinstrumento educativo más efectivo. A fin de cuentas, se trata desalvar una fuerza moral y educativa enormemente valiosa, y deobtener justicia para los padres. Es una lucha cuyo resultado de-pende en especial de los millones de padres que hoy se ven pri-vados de trato equitativo por las políticas públicas.

¿Cómo responderemos entonces a esta crisis? ¿Limitaremosnuestros esfuerzos a la consecución de formas de apoyo que sonbuenas, pero limitadas? ¿O lucharemos por los derechos de lospadres como principales educadores de sus hijos?

EL PADRE JAMES G. FANELLI fue superintendente de escuelas para la Arquidiócesis

de Hartford, Conn. Actualmente está jubilado, vive en Bloomfield y es miembro del Consejo St.

Christopher 4 de East Hartford.

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religiosa nativa en Estados Unidos, einicia el establecimiento del sistema deescuelas parroquiales católicas. Mástarde, en 1975, la Madre Seton se con-vertiría en la primera ciudadana nacidaen Estados Unidos en ser canonizada.

1829 – El Primer Consejo Provincialde Baltimore recuerda a los padres sudeber como principales educadores desus hijos, especialmente en lo que a lafe se refiere.

1831 – Elizabeth Lange se convierteen la Madre Mary Elizabeth como cabezay fundadora de las Hermanas Oblatas deProvidence. Nieta del propietario de unaplantación haitiana, Lange establece laorden para educar a afroamericanos entiempos en los que, en el sur, el esclav-ismo es aún una forma de vida.

1606 – Los Franciscanos españolesabren la primera escuela católica en St.Augustine, Fla., “ para enseñar a losniños la doctrina, a leer y a escribir”.

1634 – Los misioneros jesuitas in-gleses fundan la Provincia de Marylandy poco después establecen su primeraescuela en Calverton Manor. AunqueCalverton se ve finalmente obligada acerrar, prepara el terreno para que abraen 1789 la primera universidadcatólica de Estados Unidos: George-town University.

1718 – Cuando los colonos france-ses establecen la ciudad de Nueva Or-leáns, los franciscanos abren unaescuela para niños. Nueve años des-pués, las Hermanas Ursulinas abren ahímismo una escuela para niñas.

1749 – El franciscano españolJunípero Serra (beatificado por el PapaJuan Pablo II en 1988) inicia el es-tablecimiento de un sistema de mi-siones en la California actual; una partesustancial de ella incluye la educaciónde nativos norteamericanos.

1782 – St. Mary’s School, conside-rada la primera escuela parroquial enEstados Unidos, abre sus puertas enPhiladelphia.

1792 – El Obispo John Carroll deBaltimore, el primer obispo de EstadosUnidos, publica una carta pastoral acer-ca de la educación católica.

1809 – Con la ayuda del entoncesArzobispo Carroll, la Madre ElizabethAnn Seton funda las Hermanas de laCaridad de St. Joseph, la primera orden

CRONOLOGÍA ♦ La educación católica en Estados Unidos

minicos, Franciscanos y Hermanos Cristianos por nombrar solo al-gunos. También había educadores católicos nacidos en el país, comoSanta Elizabeth Ann Seton (1774-1821) y el Arzobispo John Carroll(1735-1815) y ambos jugaron un papel decisivo para establecer elsistema educativo católico del país.

De acuerdo con Thomas Hunt, un historiador de la educación yprofesor en la Universidad de Dayton, Ohio, el éxito del sistema edu-cativo católico en Estados Unidos fue casi milagroso.

La gente que contribuyó inicialmente a la educación en EstadosUnidos era aquella “que no poseía mucho dinero, y sin embargo, fi-nanció las escuelas y dedicó su vida entera a trabajar como voluntaria”,explicó Hunt.

Hoy, las escuelas católicas de todos los niveles de enseñanza han su-perado algunos tiempos difíciles cuando fueron agredidas por desafíosculturales, económicos e incluso espirituales. A pesar de todo, estasmismas instituciones continúan sirviendo a nuevas generaciones tantode católicos como de no católicos.

Durante el año académico 2008-2009, había en Estados Unidos7,248 escuelas secundarias y elementales que empleaban a 157,615personas. En estas escuelas fueron educados aproximadamente 2.2millones de estudiantes; cerca del 15 por ciento no eran católicos y el29 por ciento pertenecían a minorías.

“Históricamente las escuelas católicas protegieron la fe de unapoblación inmigrante perseguida”, dijo Hunt. “El caso ya no es así,pero muchas son evangelizadoras y sirven como testigos del Evangeliode Jesucristo en las zonas urbanas deprimidas. El impulso de la justiciasocial de las escuelas no se ha perdido, solo ha cambiado”.

CONSTRUIR COMUNIDADES“Una escuela católica tiene la oportunidad de ser una verdadera

comunidad”, dijo Karen Ristau, presidenta de la Asociación Nacionalde Educación Católica (NCEA por sus siglas en inglés). “Los padres

eligieron este tipo de educación para sus hijos. Decidieron conscien-temente cuál es la escuela en la que desean que sus hijos reciban sueducación”.

De hecho, la decisión de enviar a sus hijos a una escuela católicatiene sus raíces en el reconocimiento de la Iglesia de los derechos yresponsabilidades de los padres, como lo afirma el Código de DerechoCanónico (793): “Los padres católicos tienen también la obligacióny el derecho de elegir aquellos medios e instituciones mediante loscuales, según las circunstancias de cada lugar, puedan proveer mejora la educación católica de los hijos”.

A pesar de los tiempos difíciles que en años recientes tuvieron queenfrentar las escuelas católicas — cierre de escuelas y presión para en-viar a los niños a la escuela pública — las escuelas católicas están cons-truyendo sólidas comunidades tanto dentro como fuera del salón declase.

De acuerdo con el Padre Sal Pilato, superintendente de escuelas parala Arquidiócesis de Los Ángeles, la educación católica se encuentra enmedio de una especie de renacimiento. Un estudio reciente conducidopor la Escuela de Educación de la Universidad Loyola Marymount(LMU por sus siglas en inglés), muestra que las escuelas católicas ur-banas de la ciudad son muy capaces de enfrentar los desafíos. El estu-dio, publicado en mayo de 2009, indica que los estudiantes menosprivilegiados están teniendo éxito en escuelas que reciben finan-ciamiento de la Fundación Educativa Católica (CEF por sus siglas eninglés). De acuerdo con dicho informe, la CEF proporciona aproxi-madamente $80 millones de dólares a 88,000 estudiantes.

Shane Martin, decano de la Escuela de Educación de la LMU y unode los coautores del estudio, considera que el compromiso entre losprofesores y los administradores católicos para enfocarse en cada unode los estudiantes establece importantes relaciones. Además, afirmaque las escuelas católicas están mejor equipadas para enfrentar el efectonegativo de la cultura y la pobreza de los barrios céntricos deprimidos

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1906 – Se crea la Asociación Na-cional de Educación Católica (NCEApor sus siglas en inglés) para brindar alos educadores católicos la oportunidadde mejorar la educación católica.

1925 – La decisión de la SupremaCorte de Estados Unidos Pierce vs So-ciety of Holy Name of Jesus and Mary(Sociedad del Sagrado Nombre de Jesúsy María), anuló una ley de Oregon querequería la asistencia obligatoria a lasescuelas públicas. De este modo estable-ció los derechos de los padres a deter-minar la educación de sus hijos.

1965 – Al concluir el año, el ConsejoVaticano Segundo emitió su documentosobre la educación: Gravissimum Edu-cationis.Fuentes: NCEA, Thomas Hunt

1834 – Con el incremento de los in-migrantes católicos a Estados Unidos(aproximadamente 2.5 millones de1821 a 1850), el partido Know-Noth-ing encabeza levantamientos anticatóli-cos contra instituciones católicas.

1852 – En el Primer Consejo Ple-nario en Baltimore, los obispos de Es-tados Unidos adoptan la preferencia dela educación católica como política ofi-cial, ordenando que toda parroquia enla nación abra una escuela católica.

1875 – La Congregación para laPropagación de la Fe emite una instruc-ción a los obispos de Estados Unidosacerca de la importancia de la edu-cación católica.

1885 – El Papa León XIII emite suencíclica Immortale Dei, en la que

reafirma definitivamente que losderechos de la Iglesia superan a losdel estado, lo que refuerza laaprobación papal del sistema de es-cuelas católicas.

1887 – Con la aprobación de LeónXIII, los obispos de Estados Unidos es-tablecen la Universidad Católica deAmérica. Esta escuela, independientede toda orden religiosa, es la única uni-versidad de su tipo en el país.

1893 – Después de una gran contro-versia acerca de si los católicos puedeno no asistir a las escuelas públicas, LeónXIII escribe una carta al Cardenal JamesGibbons otorgando a cada uno de losobispos el derecho a decidir cuándo esapropiada la asistencia a la educaciónpública.

PHOTO OF POPE: CNS PHOTO/GREG TARCZYNSKI

PHOTO OF SCHOOLCHILDREN: CNS PHOTO/POOL VIA REUTERS PHOTO OF GRADUATES: JILL MABRY/COURTESY NCEA

Izq.: El Padre Vicentino David M. O’Donnell, presidente de la UniversidadCatólica de América, saluda al Papa Benedicto XVI a su llegada al campusde Washington para reunirse con educadores católicos el 17 de abril de 2008. Sup.: Estudiantes de la escuela elemental de St. Raphael Catholic School deRockville, Md., esperan que pase el Papa Benedicto XVI por una de las callesde Washington.Arriba: Los estudiantes por graduarse de la Escuela Media Superior CatólicaJuan Diego en Draper, Utah, fuera de la Catedral de la Madeleine en SALTLake City

de la ciudad al presentar un contrapeso cultural.“La identidad religiosa de la escuela no solo funciona para los es-

tudiantes católicos, sino también para los estudiantes de otra fe queasisten a escuelas católicas y participan activamente en los rituales yen las tradiciones de una escuela católica”, explicó Martin. “Posee unpoderosa manera de unir a una comunidad”.

En combinación con un compromiso por la excelencia académica,este ambiente positivo tiene resultados asombrosos. La NCEA informaque en general las escuelas católicas funcionan considerablementemejor que sus homólogas públicas, si se considera que se gradúa el99 por ciento de los estudiantes y que el 97 por ciento asiste a la uni-versidad.

UN LLAMADO MÁS ELEVADOA fin de cuentas, el éxito de la educación católica no se mide con

los exámenes nacionales y las estadísticas académicas, sino por su ca-

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28 ♦ C O L U M B I A ♦ A G O S T O 2 0 0 9

pacidad para integrar la fe y la formación intelectual. En este contexto,el Papa Juan Pablo II abordó en su Constitución Apostólica Ex CordeEcclesiae (“Nacida del Corazón de la Iglesia”) la responsabilidad delas universidades católicas de comprometerse institucionalmente abuscar la verdad y la auténtica enseñanza católica.

Asimismo, el discurso del 17 de abril de 2008 del Papa BenedictoXVI en la Universidad Católica de América (CUA por sus siglas en in-glés) en Washington, D.C., reflejó el deseo de la Iglesia de ver que susescuelas, en todos sus niveles, mantengan una sólida identidadcatólica.

“Docentes y administradores, tanto en las universidades como enlas escuelas, tienen el deber y el privilegio de asegurar que los estu-diantes reciban una instrucción en la doctrina y en la praxis católica”,dijo el Papa. “Esto requiere que el testimonio público de Cristo, tal ycomo se encuentra en el Evangelio y es enseñado por el Magisteriode la Iglesia, modele cualquier aspecto de la vida institucional, tantodentro como fuera de las aulas escolares”.

El Padre David O’Connell, presidente de la CUA, agradece que elPapa reafirmara la necesidad de que los educadores católicos renuevenconstantemente su misión para enseñar la fe en todas sus facetas.

“La identidad católica es el distintivo de nuestras escuelas católicasy contribuye de manera especial al proceso del aprendizaje armo-nizando la vida, la cultura y la fe”, dijo el Padre O’Connell. Las escuelascatólicas son llamadas a “impartir una visión de la fe que permita alos estudiantes buscar la verdad...acerca de Dios, la naturaleza y la per-sona humana. En palabras del Papa Benedicto XVI, la educacióncatólica ‘está integrada a la misión de la Iglesia de proclamar la BuenaNueva’”.♦

JOSEPH O’BRIEN es un escritor independiente que vive en una granjarural en Soldiers Grove, Wis. Es miembro del Consejo St. James theGreater 12606 en Gays Mill.

El programa de las Escuelas Jubilee de la Diócesis deMemphis, Tenn., está demostrando que, en EstadosUnidos, el futuro de la educación católica sigue siendoun proyecto prometedor para la Iglesia.

En 1998, Mary C. McDonald, educadora católica desdehacía más de 40 años, fue elegida por el obispo J. TerrySteib de Memphis como superintendente de escuelas. Deacuerdo con McDonald, en ese tiempo la Diócesis deMemphis solo tenía en operación 15 escuelas católicas. Elmismo número de escuelas ya había cerrado y, durante elaño, otras más estaban en peligro de cerrar. Estas dificul-tades se complicaban con otros factores: la diócesis nocontaba con dinero para aliviar la situación y el ObispoSteib deseaba extender el compromiso de la diócesis conla educación católica para incluir a todos los niños deMemphis, a los niños católicos y no católicos por igual.

Aunque en ese momento McDonald no lo sabía, la de-cisión del Obispo Steib de ampliar el mandato de la edu-cación católica llegaría a atraer a algunos de los dirigentesempresariales y los filántropos más acaudalados.

En mayo de 1999, McDonald recibió una llamada tele-fónica. Un grupo de donadores anónimos estaba poraportar una “suma superior a $ 15 millones de dólares”para gastos iniciales con el fin de ayudar a reabrir escuelasy beneficiar a los niños pobres de Memphis.

En julio del mismo año, la Diócesis deMemphis anunció que estaba reabriendosu primera escuela en el programa JubileeSchools. Además de financiamiento, Mc-Donald dijo que la diócesis también habíaatraído a la zona a órdenes religiosas paraayudar a proporcionar personal para las es-cuelas, incluyendo a los Hermanos Cris-tianos y a las Hermanas de la SagradaFamilia. Desde entonces, otras siete JubileeSchools han reabierto y mediante el pro-grama se salvaron otras dos escuelas quecorrían el riesgo de cerrar.

Además, las Jubilee Schools han tenidoun efecto positivo para las tres escuelascatólicas de educación media superior.Noventa y nueve por ciento de los estu-diantes egresados de las escuelas católicasde educación media superior se gradúa— lo que significa una tasa de deserciónde prácticamente cero por ciento — y 95por ciento continúa su educación a niveluniversitario.

LA CELEBRACIÓN JUBILEE DE LA EDUCACIÓN

De cómo la educación católica rejuvenecióen la Diócesis de Memphis

Estudiantes de una Escuela Jubilee de la Diócesis de Memphis juegan duranteel recreo..

PHOTOGRAPH:Courtesy Diocese of M

emphis

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La Lucha por la LibertadCaballeros de Colón y la Iglesia Católica de Norteamérica han luchado in-

cansablemente por la libertad religiosa

por Andrew Walther

JUSTICIA PARA TODOS

A G O S T O 2 0 0 9 ♦ C O L U M B I A ♦ 29

Hoy en día, la libertad a menudo se da por sentada en Es-tados Unidos, donde sus ciudadanos gozan de libertad deexpresión, prensa y religión. Sin embargo, a lo largo de lahistoria, la Iglesia Católica de este país ha luchado sin cesarpor la libertad religiosa y los derechos civiles. Como par-ticipante inseparable de esta lucha por la libertad ha estadosiempre Caballeros de Colón, establecido apenas 100 añosdespués de la firma de la Declaración de Independencia.Juntos, los Caballeros y otros católicos se han enfrentado alos sentimientos anticatólicos de grupos despreciables yxenófobos, como el Ku Klux Klan, los Know Nothings, losNativistas y los eugenistas.

Esto quedará claro con algunos ejemplos generales. Laconstitución estatal de Nueva York de 1777, redactada porJohn Day, el primer presidente de la Corte Suprema de Es-tados Unidos, prohibía explícitamente otorgar la ciudadaníaa los inmigrantes católicos que no renegaran del papa. Siete

décadas más tarde, en 1855, el Proyecto de Ley Putman deNueva York obligaba a los miembros del clero a ceder suderecho de administrar sus parroquias.

A pesar de ciertos patriotas católicos destacados, in-cluyendo al Obispo John Carroll, quien fue delegado de Es-tados Unidos en Canadá durante la Guerra deIndependencia, la Iglesia Católica a menudo ha tenido pro-blemas para ser aceptada. De hecho, el nombre de “Colón”fue elegido para C de C porque Cristóbal Colón era el único

De Izq. a Der.: Luke E. Hart, Martín Carmody y el entonces CaballeroSupremo James A. Flaherty se reúnen con el Presidente Calvin Coolidgey otras personas para analizar la persecución de la Iglesia Católica enMéxico a fines de los años veinte. Tanto Hart como Carmody fueron ca-balleros supremos durante las décadas posteriores.

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JUSTICIA PARA TODOS

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personaje católico reconocido y venerado en la historia deEstados Unidos cuando la Orden fue fundada en 1882.

EL FANATISMO ANTICATÓLICOAl combinarse una inmigración masiva de católicos y

varios renombrados esfuerzos patrióticos y de servicio so-cial, incluyendo el programa de Cabañas del Ejército de Ca-balleros de Colón durante la Primera Guerra Mundial, fuecambiando la perspectiva negativa que tenían muchos de laIglesia.

A pesar de todo, la hostilidad no cesó. Cuando AlfredE. Smith, Católico y Caballero, fue candidato a la presidenciaen 1928, se encontró con las cruces en llamas del Ku KluxKlan (KKK), simplemente a causa de su fe. Más adelante,John F. Kennedy, quien también era Caballero, tuvo que de-fender sus convicciones reli-giosas en contra de aquellosque consideraban que no eranapropiadas para un presidente.En muchos aspectos, la elec-ción de Kennedy aplacó la“controversia católica”, y ac-tualmente los norteamericanosencuentran normal que entodas las ramas y todos losniveles del gobierno haya fun-cionarios católicos.

Los obstáculos que hanenfrentado los católicos en Es-tados Unidos han sido grandesen ciertos momentos, pero sucontribución ha sido aunmayor. La lucha de la Iglesia encontra de los prejuicios es unaparte a menudo ignorada —aunque importante — de lahistoria de este país, y resultaclaro que ciertos católicos va-lientes han construido loscimientos de los derechos sinlos cuales ya no concebimos lavida actualmente.

Por ejemplo, resulta difí-cil imaginar una época en quelos médicos norteamericanoscatólicos y judíos no podíanejercer su profesión. Sin embargo, fue realidad a unas callesdel lugar donde fue fundado Caballeros de Colón en NewHaven, Conn.

Como lo describe City: Urbanism and Its End (2003) (LaCiudad: el urbanismo y su fin), un libro del profesor de YaleDouglas Rae, los médicos católicos y judíos de esa zona seveían excluidos de los hospitales. En 1907, el Dr. WilliamVerdi y las Hermanas de la Caridad de St. Joseph es-

tablecieron unas instalaciones donde pudieran trabajar estosmédicos. Esta empresa, el hospital St. Raphael, atrajo elapoyo de toda la comunidad católica con el apoyoeconómico de sus feligreses.

Así como los hospitales católicos cubrían las necesi-dades de los marginados y los pobres, los educadores católi-cos avanzaban en la protección de la libertad religiosa.

En 1922, el futuro de la educación católica vivió mo-mentos de incertidumbre cuando un referendo en Oregonamenazó con declarar ilegales las escuelas parroquiales. Estamedida recibió un fuerte apoyo del KKK.

Sin embargo, los católicos de Oregon no se dejaronaplastar tan fácilmente, y las Hermanas de los Santos Nom-bres de Jesús y María — que se habían dedicado a la edu-cación desde que Oregon se convirtió en estado en 1859

— entablaron un juicio con laayuda de la Arquidiócesis de Pórt-land. El Arzobispo AlexanderChristie de Pórtland pidió ayudaa los Caballeros. Con apoyoeconómico de la Orden, las her-manas llevaron su caso hasta laCorte Suprema de EstadosUnidos, que falló unánimementeen su favor el 1º de junio de1925.

Ésta fue una de las deci-siones legales más importantespara los católicos de EstadosUnidos, ya que el referendo deOregon no fue un caso aislado. EnNueva York, las medidas discri-minatorias en la contratación deprofesores para las escuelas públi-cas no se resolvieron sino hasta1918, cuando Caballeros deColón llevó la controversia hastala legislatura estatal. La ley que deella resultó no se limitó a declararilegal la discriminación anti-católica, sino que prohibió la dis-criminación de los empleadospúblicos con base en su raza ocredo.

DENTRO DE LAS FRONTERAS Y MÁS ALLÁ

Durante las primeras décadas del siglo XX, la Orden confrecuencia denunció la mala situación que enfrentaban losinmigrantes católicos, quienes formaban casi el 75 porciento de la población católica de Estados Unidos en la dé-cada de los veinte. Estas acciones se encuentran profusa-mente documentadas en las páginas de Columbia y de suantecesor Columbiad.

En uno de sus artículos, Edward McSweenewy condenó

Al Smith, Católico y Caballero, saluda durante un recorridoen tren para promover su campaña por la presidencia, ca.1928. Su campaña se topó con una feroz oposición del KuKlux Klan y otros grupos similares debido a su fe.

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la Ley de Inmigración de 1924 como “fundamentalmente basada en la teoríade que ciertos grupos raciales, en especial los judíos, italianos y japoneses,son ‘inferiores’.”

En su respuesta a los prejuicios comunes de esa época, McSweeney —quien dirigió la comisión histórica de Caballeros de Colón en la década delos veinte — supervisó la serie de publicaciones de la Orden sobre temasraciales. Estos libros analizan las aportaciones de los judíos, afroamericanosy alemanes a Estados Unidos, en una época en que estos grupos a menudoeran tratados con hostilidad y pocos consideraban importante la toleranciaracial.

También es importante señalar que los católicos norteamericanos ampliaronsu lucha por la libertad religiosa más allá de sus fronteras. La Orden respondiócuando el gobierno mexicano comenzó a perseguir a la Iglesia Católica en1926, matando a numerosos sacerdotes, entre los que se encontraban variosCaballeros que desde entonces han sido beatificados o canonizados. Los Ca-balleros de Estados Unidos de inmediato iniciaron la recaudación de un fondode $1 millón de dólares y trataron de despertar la conciencia pública sobre lasituación al sur de su frontera. La Orden también colaboró con las diócesis deEstados Unidos que recibían a los refugiados mexicanos.

El KKK — que en esa época contaba con más miembros que Caballeros deColón — no tardó en apoyar al gobierno mexicano. Según el historiador JeanMeyer “El Klan denunció el plan de los Caballeros y ofreció dar $100 mil-lones de dólares al gobierno mexicano para su lucha en contra del ‘pa-pismo’.”

Del mismo lado que el Klan en contra de la Iglesia se encontraba MargaretSanger, fundadora de Planned Parenthood. Alabó “el intento del PresidenteCalles por sacudirse el yugo de una institución medieval [la Iglesia Católica].”Entretanto, el régimen de Calles apoyaba en México la distribución de cientosde miles de ejemplares de uno de sus panfletos más populares y controver-tidos sobre el control natal.

Los artículos de Columbia en los años treinta critican abiertamente el plande control natal de Sanger, y particularmente la esterilización obligatoria delas mujeres consideradas como “indignas” de ser madres.

LA LUCHA CONTINÚAA pesar de que el anticatolicismo de los siglos XIX y XX ha quedado atrás,

la Iglesia aún se esfuerza por preservar la libertad religiosa y los derechos delos más indefensos. La Iglesia y los Caballeros han colaborado con decisiónpara promover los temas provida y los derechos de conciencia de los traba-jadores del sector salud. También han luchado con éxito para proteger a laIglesia de las leyes discriminatorias, como sucedió este año cuando loslegisladores de Connecticut propusieron despojar a los sacerdotes y obisposde su autoridad administrativa.

De no ser por los valientes hombres y mujeres de ayer, que defendierona su Iglesia, el mundo sería diferente hoy en día.

Debemos mantener este legado — combinando la labor caritativa con unsólido compromiso con la libertad religiosa — para lograr que la Iglesiaprosiga con su gran labor el día de mañana.♦

ANDREW WALTHER es director de relaciones con los medios de comunicación de Caballeros

de Colón y miembro del Consejo Holy Family 8882 de New Haven, Conn. Este artículo también

cuenta con las contribuciones de MAUREEN HOUGH Y ELIZABETH ELA.

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08/09

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LOS GRADOS DEL IDEAL COLOMBINO

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LOS NUEVOS MIEMBROS del Cuarto Gradode la Asamblea Cardinal Carter de Wood-bridge, Ont., se preparan para recibir sus es-padas. La asamblea auspició una ceremonia debendición de las espadas que ofreció el PadreGregory Ace para los nuevos miembros de lareciente ejemplificación del Cuarto Grado. Losnuevos Señores Caballeros también cantaronen un coro durante la Misa de ejemplifi-cación. • EL CONSEJO BISHOP CLEMENT SMITH 838de Webster City, Iowa, organizó un desayunocon omelet en beneficio de uno de sus miem-bros que tiene cáncer de páncreas. El evento,que también incluyó una venta de pasteles yuna subasta silente, recaudó $7,500 dólares.

Fraternidad

Caridad

CHARLES DURKEE, del ConsejoCardinal Bernardin 12263 deBluffton, S.C., y su esposa, Victoria,reparan un pasamanos durante unaexcursión con el Campamento deTrabajo Catholic Heart. Los Ca-balleros brindaron supervisión ytrabajo voluntario a los jóvenes quehicieron reparaciones en casas depersonas de la tercera edad y de es-casos recursos. Los Caballeros tam-bién donaron materiales deconstrucción para el proyecto. • EL CONSEJO ST. MICHAEL THEARCHANGEL 13227 de Kailua-Kona, Hawai, donó $500 dólares aWest Hawai Foster Families para unalmuerzo en honor de los padres ylos hijos adoptivos.

Unidad

UNA GUARDIA DE HONOR de laAsamblea Mary Magdalene deHumble, Texas, observa, mientras elPadre Rafael Becerra del Consejo Fa-ther Angelo Moscota 11438 deHouston dedica un nuevo jardín deoración en la iglesia St. Leo theGreat. La capilla y el jardín fueronfundados y construidos por el con-sejo 11438. • EL CONSEJO ST. JOAN OF ARC13051 de Boca Raton, Fla., organizósu campaña semestral de recolec-ción de alimentos para los miem-bros necesitados de la comunidad.Los Caballeros distribuyen bolsas depapel entre los fieles y les piden quelas llenen con alimentos no pere-cederos y donaciones en efectivo.Cada año, los Caballeros reúnenvarias toneladas de alimentos y unos$9,000 dólares.

Patriotismo

MIEMBROS DEL EJÉRCITO DE FILI-PINAS llevan ofrendas al altar du-rante la Misa de agradecimientoauspiciada por el Consejo MaríaCristina 3343 de Iligan City, Min-danao. Los Caballeros patrocinaroneste evento en honor del aniversariode la fundación del Ejército de Fili-pinas y para agradecer a las fuerzaarmadas de su país por sus servicios.• EL CONSEJO SHEPHERD OF ARS6028 de Hacienda Heights, Calif.,auspició un rosario del consejo ensolidaridad con la Mesa Redonda St.Thomas the Apostle en Camp Vic-tory, Irak. Los Caballeros en ambospaíses rezaron para que terminara elconflicto del Medio Oriente. Estamesa redonda está patrocinada porel Consejo St. Paul 11634 de Colo-rado Springs, Colo.

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THE KNIGHTS OF COLUMBUS

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THE KNIGHTS OF COLUMBUSthe knights of columbus

Construyendo un mundo mejor

un consejo a la vez.

Cada día en el mundo entero, se les da a losCaballeros oportunidades para que elloshagan la diferencia. Sea a través de servicioscomunitarios, recaudando dinero para susparroquias u oración. Elogiamos a todos ycada uno de los Caballeros por su fuerza, sucompasión y su dedicación para construir unmundo mejor.

Mons. Jerry Sherba (der. en el podio) bendice el

nuevo patio de la Catedral del Sagrado Corazón

de Raleigh, N.C. El Consejo Father Thomas F.

Price 2546 donó $2,500 dólares para com-

prar una de las cinco bancas del atrio, que cele-

bra los cien años de la Escuela de la Catedral

del Sagrado Corazón. La banca que compraron

los Caballeros está dedicada a Mons. Sherba,

quien ha servido en la Catedral del Sagrado

Corazón durante más de 30 años.

ENVÍA LAS FOTOS DE TU CONSEJO PARA USARLAS EN LA SECCIÓN CABALLEROS DE COLÓN EN ACCIÓN. PUEDES ENVIAR LAS FOTOS VIA

E-MAIL A [email protected], O POR CORREO A 1 COLUMBUS PLAZA, NEW HAVEN, CT 06510-3326.

CABALLEROS DE COLÓN

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MANTENGA VIVA LA FE

‘EL SACERDOTE, ENESPECIAL, DEBE

IRRADIAR JÚBILO PARAQUE OTROS PUEDAN

DISCERNIR ESTE DIGNOLLAMADO’

Cuando era niño, mis padres frecuentemente invita-ban a sacerdotes. A menudo se encontraban en el come-dor de casa el párroco del momento y los anteriores, asícomo otros amigos sacerdotes, para compartir deli-ciosas comidas caseras que precedían animadas partidasde cartas. Eran los hombres más felices que conocía.Hablaban con fervor acerca de la importancia de la fe yde la alegría de su ministerio sacerdotal. Desde tem-prana edad me dejaron una impresión positiva.Hoy, 12 años después de ordenarme, mi constante es-

peranza es ser capaz de inspirar y asistir a otros jóvenesen el discernimiento del llamado al sacerdocio. Una delas marcas que definen a un católico cristiano debe serla alegría por su propia redención en Jesucristo. Demanera particular, el sacerdote debe irradiar alegría paraque otros puedan discernir este digno llamado.Como Caballero del Cuarto Grado, pasado gran ca-

ballero de mi consejo y pasado capellán de estado deIowa, la vida y el ministerio con los Caballeros de Colónhan aportado una inmensa alegría a mi vida. Al orar,servir y aprender juntos, descubro continuamente enlos Caballeros el rostro de Cristo, y vivo la satisfacciónde mi vocación sacerdotal.

PADRE DENNIS QUINTHoly Family Parish, ParkersburgArquidiócesis de Dubuque, Iowa

POR FAVOR, HAGA TODO LO POSIBLE PARA ALENTAR LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS. SUS ORACIONES Y SU APOYO SON MUY IMPORTANTES.