Departamento de Humanidades. Seminario permanente de profesores. Octubre 9 de 2013
ANÁLISIS DEL CURRÍCULO: UNA CONSTRUCCIÓN CULTURAL DESDE LA DANZATERAPIA
POR:
LAUREN AUDREY PADILLA REYES
PSICÓLOGA UPB – DOCENTE UNIVERSITARIO
“La vida es experiencia en la vida, es experiencia en la vida de relación.
Es decir, la vida es vivencia. Convivencia que se expresa mediante el contacto
con las cosas, las personas y las ideas”
Krishnamurtu
La propuesta pedagógica desde los contenidos curriculares, invita a repensar la
forma de interactuar con el estudiante, para ahora tener en cuenta sus vivencias y
disimiles formas de sentir y pensar acerca de la sociedad de hoy; la enseñanza es
en tal caso un dialogo entre el mundo del dicente y el mundo del docente, de ahí
que se trata de un entrelazamiento de mundos. El papel del maestro y por ende
de la Universidad, implica la búsqueda incansable de ese medio que de paso a la
construcción de un proceso comunicativo entre los mundos en los ambientes
pedagógicos, radica en la instalación de experiencias comunicativas para darle
sentido a las experiencias cognoscentes del joven. Dar sentido al espacio
pedagógica es escenificar lo que el estudiante está viviendo, partir de esos
espacios, no de un cúmulos de conceptos preconcebidos para luego depositarlos
en el aula, al contrario, se inicia con la puesta en marcha del dialogo y así
desmontar, desmitificar el silencio y la indiferencia, para darle un primer lugar al
uso de ese otro lenguaje; el del movimiento. Desde los antepasados, la danza ha
estado inmersa en los actos simbólicos de las tribus indígenas, para adorar a
dioses, despedir a sus seres queridos, o para llevar a cabo actos de sanación y fe.
Desde hace 40 años aproximadamente, surge la danzaterapia como respuesta a
síntomas inexplicables de otra manera o a patologías de causa desconocida. La
danzaterapia es la integración entre el arte de la danza, con la ciencia de la
psicología, la cual invita a la persona, a darse cuenta del aquí y del ahora,
partiendo de su mundo interior, es decir, de las sensaciones, percepciones y
emociones de sus vivencias; luego pone su atención en su mundo exterior, a
través de estímulos que hay en su entorno, los cuales son captados por los
receptores sensoriales; por ello, la danzaterapia también forma parte de las
denominadas terapias de contacto, se espera que el sujeto logre dejarse llevar por
el momento y permita que las cosas sucedan, abriéndose a nuevas experiencias
mas complejas e intensas, expresando de manera libre sus sentimientos. Frankl 1postula que “libertad no es algo que se otorga, sino algo que se descubre a través
del proceso de autorrealización y trascendencia de las fronteras entre el mundo
del ser y el mundo del no ser. Es decir, entre lo que el individuo reconoce y acepta
como propio y lo que, por resultarle amenazante, reprime o proyecta al exterior.
Así contemplada, la libertad se realiza plenamente en el momento en que la
persona, al descubrir su esencia, actúa congruente y responsablemente, es decir,
responde a la vida de manera consiente creativa y comprometida”.
Por tanto, la expresión no verbal de cada sujeto cobra un valor incalculable porque
en ella se plasma sus sentir y pensar, establece las estrategias para desarrollar la
imaginación, los diálogos y los valores, los cuales hacen posible el
reconocimiento del otro como legitimo otro, es decir la singularidad. El currículo,
desde esta postura humanista, está encaminado a valorar no solamente los
contenidos de enseñanza, sino el juicio del estudiante ante las situaciones que
ocurren en la sociedad, se parte del mismo sujeto capaz de examinar su
conciencia y revisar periódicamente sus acciones; para ello, deberá aceptar e
interiorizar la idea de que su educación está orientada a formarlo de manera
integral encaminado a que sea un profesional digno e idóneo capaz de pensar y
laborar para y desde su comunidad. Así mismo, el currículo busca fomentar en los
1 Frankl, Víctor. El hombre en busca de sentido. Barcelona: Heder, 1982.
estudiantes la construcción de un proyecto de vida donde prevalezca la capacidad
de introspección y por ende la explicación de su ser, con ejercicios auto reflexivos
en los cuales lo primordial es convertir al alumno en locutor de su propia vida en
forma integral, narrando experiencias cotidianas que puedan enlazar en el marco
del espacio pedagógico y observar de que manera los temas allí condensados y
analizados son la resultante de su propias vivencias, las cuales no se originan solo
desde la teoría sino de la realidad y por consiguiente de su cotidianidad. En la
danzaterapia, el individuo se encuentra en un continuo proceso de interioridad,
con la finalidad de descubrir o redescubrir su identidad; realiza su trabajo
terapéutico con otros de manera natural, deja fluir la relación de orden social,
aprendiendo o reaprendendo a disfrutar “de estar, ser y sentir con y junto a otros
seres humanos” (Varas Pato, 2008, s.p). Su propósito se hace plausible, cuando
el paciente abra su yo interior para que el otro lo invada, solo si él también hace un
intento de invadir al otro con su mirada, su sensaciones y percepciones; en este
orden de ideas, el cuerpo se transforma en el medio por el que el sujeto canaliza
su energía vital mediante su movimiento, de esta forma disminuye sus tensiones y
sus miedos, recobrando la confianza en sí mismo y en los demás, activando el
equilibrio mental que libera recuerdos dolorosos y/o frustrantes, los cuales han
bloqueado las emociones; la persona está dispuesta a expresar ideas,
pensamientos y sentimientos opuestos de manera genuina, creando su propio
ritmo para lograr avanzar a su autoconciencia. Como afirmó Berge, “La expresión
corporal nos hace tomar conciencia de inmensas nostalgias que hemos relegado a
los más profundo de nosotros mismos. Moverse libremente supone expresar
nuestros sentimientos más ocultos, hacer compartir lo que pensamos, pero que no
sabemos expresar, reencontrar el contacto con la naturaleza y con el otro, darnos
cuenta un poco de nuestra necesidad de autenticidad” (1985, pp. 105).
Ahora bien, reconocer ese otro, en un espacio académico, invita necesariamente a
proclamar y apoyar el derecho a sentir; pero, al introducirse en el mundo del
joven, se establece un vinculo que despliega una serie de transacciones e
interacciones que se hacen plausibles mediante la comunicación, o dicho de otra
manera, es el propiciar un dialogo entre el mundo de la Universidad, el docente y
el del estudiante. El pensar en el currículo, desde lo planteado en este escrito,
pone de relieve la construcción de un ambiente democrático que legitima al otro u
otros, aceptando y acatando la discusión entre pares como modio de
confrontación que opera para solucionar situaciones y conflictos. De ahí, que se
trata de dar paso a la libre expresión del ser y entenderla como valiosa y
enriquecedora. En este sentido, el docente deberá aprender a homologar
contextos, no solo los que se aprecian de manera inmediata dentro del ámbito
educativo, sino además los otros que acompañan al joven desde su realidad y
subyacen recreados y develados en el aula de clase. Como lo anota Maturana2: “La formación humanística tiene que ver con el desarrollo del individuo como
persona capaz de ser cocreadora con otros de un espacio humano de convivencia
social deseable. Por esto, la formación humana, como tarea educacional, consiste
en la creación de las condiciones que guían y apoyan a la persona en su
crecimiento como ser capaz de vivir en el auto respeto y respeto por el otro, que
puede decir no o si desde sí mismo, y cuya individualidad, identidad y confianza
en sí mismo, no se fundan en la oposición o diferencia con respecto a otros, si no
en el respeto por sí mismo. De modo que pueda colaborar precisamente porque
no teme desaparecer en la relación”. Es así, como se puede obtener que el
alumno, al ubicarse en un escenario real y cotidiano, logre abandonar la postura
de indiferencia para involucrarse con la problemática social que lo rodea, en aras
de que contribuya con la búsqueda de posibles soluciones, en desarrollo de la
construcción de su propio entorno.
De este modo, la danzaterapia abre un abanico de interacciones por medio del
arte, el cual nos invita no solamente a apreciar la belleza, sino a vivirla y a sentirla
en un proceso de reconstrucción con el desarrollo de la sensibilidad, que se nos
manifiesta en el aquí y en el ahora, en el momento y en el movimiento; por tanto,
la música, el juego de roles, el humor, el psicodrama y por supuesto el baile,
forman parte de ese todo entramado organizado y desorganizado que nos lleva a
un viaje transpersonal, sumergiéndonos en el mundo de la fantasía, con los
procesos cognitivos de la imaginación, la atención y la estimación; y en el mundo
2 Maturana, H. Nisis, S. Formación Humana y Capacitación. Dolmen – TM Editores. Bogotá, 1998.
de la cocreaciòn, con la comunicación no verbal que se manifiesta en la
expresión del cuerpo. De ahí, que se trata de un encuentro consigo mismo y con
los demás, conformando un todo integrado por la danza, el arte, la psiquis, y el
cuerpo. Finalmente, en la danzaterapia pueden participar los estudiantes, los
docentes y toda persona que desee vivir y experienciar su capacidad de sentir,
con la única intensión de entrar en un despertar de la conciencia, para disfrutar de
su existencia terrenal, real y placentera
BIBLIOGRAFÌA
PATO, Varas, Gestalt y Desarrollo Personal.blogspot.com/2008/04/el hombre, un
ser en relación, descargado el 24 de Marzo de 2011.
BERGE, l. (1985). Vivir tu cuerpo. Para una pedagogía del movimiento. Madrid:
Narceo
Frankl, Víctor. El hombre en busca de sentido. Barcelona: Heder, 1982
Maturana, H. Nisis, S. Formación Humana y Capacitación. Dolmen – TM Editores.
Bogotá, 1998
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