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  • VERDADERAS CAUSAS DE LA CAIDA DE LOS INCAS

    Por Juan Jos Vega.

    Se ha estimado comnmente que la Conquista del Imperio de los Incas acab con la ejecucin de Atahualpa; y as se ensea todava. Pero no existe afirmacin ms falsa. La verdad es que cuando el Inca fue agarrotado en Cajamarca, las guerras de los conquistadores contra los caudillos indgenas no se haban iniciado an.

    En efecto, fue slo con el anuncio de la ejecucin de aquel monarca indgena cuando sus generales, muerto ya su seor liberados por lo tanto de toda promesa de pasividad, empezaron las campaas contra los cristianos. Se iniciaron entonces las cruentas guerras de la Conquista del Antiguo Per, prolongado proceso de cien batallas ignoradas aun por nosotros los peruanos. Gloriosa resistencia, silenciada en la Historia Oficial, que nos enorgullece con varios triunfos incaicos sobre las armas hispnicas; especialmente con encuentros blicos de suerte diversa durante la guerra de reconquista iniciada por Manco Inca (1536-1544). picas campaas en las cuales se form un audaz pelotn de caballera incaica y una elemental arcabucera; larga lucha que slo habra de cerrarse con el asesinato de Manco Inca en las montaas de Vitcos (muy probablemente Machu Pichiu) a fines de 1544.

    Tales afirmaciones sobre triunfos nativos no deben extraar. La Conquista Espaola fue, en realidad, el fruto de varias guerras y se logr en un dilatado ciclo, muy sangriento, durante el cual brill el valor de un pueblo el cusqueo esencialmente que se resista a la dominacin extranjera. Etapa aquella en la cual, asimismo, resalt la astucia de los capitanes invasores por encima de las virtudes de sus soldados, pues los conquistadores si bien utilizaron en un primer momento a miles de indios centroamericanos, as como a cantidad de negros africanos, pronto supieron obtener un apoyo ms efectivo entre los propios indios del Imperio Incaico. En efecto, apareciendo como dioses entre 1532 y 1534, y ofreciendo restablecer autonoma y privilegios, engaaron a numerosos caciques provincianos y consiguieron la adhesin de rgulos indgenas a menudo enemigos del Cuzco.

    En verdad, el Imperio Incaico se derrumb ante un cudruple proceso demoledor en los mediados del siglo XVI: la agresin espaola, que busc imponer los moldes occidentales a sangre y fuego; la guerra civil incaica, que se entremezcl con la invasin hispnica; la sublevacin generalizada de todas las aristocracias no incas, vale decir las de las colectividades o naciones conquistadas por los reyes Incas desde 1450. Las de los caaris, chachapoyas y huancas, de sobremanera; y el alzamiento de gran parte de los yanas, o "esclavos" incaicos, que conformaban una pequea minora de la poblacin, pero con una decisiva capacidad de accin como la de los yana-guerreros, soldados que se levantaron contra sus amos al lado de Atahualpa, en pos de privilegios.

    Indios contra indios

    Tal fue en realidad el secreto de la rpida conquista del Tahuantinsuyo; porque las guerras de la penetracin castellana eran, esencialmente, sanguinarias campaas de unas confederaciones tribales contra otras. Atroz contienda entre indios; guerras civiles que los espaoles aprovecharon hbilmente y sin escrpulos. Anarqua poltica que supieron reforzar a travs del atizamiento del espritu levantisco de numerosos rgulos indgenas contra el orden imperial incaico. Cientos de miles de indios cayeron combatiendo entre s. Como todo Imperio, el forjado por los Incas fue un Estado constituido por diversas "nacionalidades". Vastos seoros separados a menudo por diferentes lenguas, dioses, costumbres, artes y tradiciones. Eran federaciones cuyas altivas aristocracias, vencidas poco tiempo atrs por los Incas, apenas si haban permanecido hasta entonces sujetas mediante la frrea autoridad imperial y las guarniciones incas. No mucho antes de la llegada de los

  • espaoles, varias de esas federaciones aborgenes se haban rebelado contra el Cuzco, dirigidas por sus aristocracias tradicionales, que a veces eran ms antiguas que la nobleza imperial.

    La verdad es que no exista sentimiento nacional en ese ocano social de casi seiscientas lenguas y dialectos, con miles de dolos rivales, que se extenda desde Pasto hasta Arauco. Los formidables caminos y la imposicin del quechua como segunda lengua a ciertos grupos superiores no bastaron para dar unidad a tantas colectividades en un corto lapso histrico. Los curacas sometidos por los Incas no vacilaron en dar su decidida adhesin a "los cristianos" recin venidos que les ofrecan autonoma local, fingindose dioses, entre corceles y temibles disparos que apuntaban sobre el trono de los Incas. Por eso numerosos caciques vieron en los espaoles no a los conquistadores que en realidad eran, sino a libertadores, tal como se presentaban. Como redentores, esos espaoles se ganaron desde un inicio a los jefes de las pujantes confederaciones tallanes, chachapoyas, caaris, huancas y collas; tambin a los chimes. Otras tribus no incas quedaron neutrales, sin saber bien qu hacer en tan imprevista situacin.

    La Conquista Espaola tom as forma de insurrecciones regionales contra la nacin inca de Cuzco y Quito y de otros poderosos ncleos creados por los cuzqueos; tal sucedi sencillamente porque el Imperio se hallaba apenas incaizado. No exista, repetimos, conciencia nacional, ni poda haberla entre pueblos tan distintos, que slo el esfuerzo incaico uni en medio siglo de continuo batallar. El enorme imperio se desintegr, pues, con relativa rapidez ante el ataque espaol porque hubo muchsimas "patrias" debajo de la aristocracia guerrera incaica. El de los Incas, como todo Imperio, contena en su seno innumerables naciones, y, lo que fue peor, mal soldadas, apenas unidas en un breve perodo de sujecin imperial: setenta aos, en promedio.

    Por eso, si bien el Cuzco y los cuzqueos fueron un modelo de combatividad y resistencia por varios aos, y contra miles de conquistadores que fueron llegando, el Imperio en cambio fue "un coloso con pies de barro".

    Es el propio Garcilaso quien reconoce esa debilidad estructural del Estado que crearon sus bisabuelos, la debilidad de haber sido un Imperio constituido "por tanta variedad de naciones diversas y contrarias". Cieza de Len ahond, asimismo, en el estudio de esas naciones aborgenes de esas "patrias" nativas, como l las calific. Obviamente, la cohesin imperial incaica habra sido muy superior un siglo despus, por fijar un tope. Los espaoles habran encontrado un Imperio mucho ms cuzqueizado, bastante ms incaizado. La resistencia en este caso hipottico habra sido mucho mayor. Pero no ocurri as. En 1532 casi nicamente luch el Cuzco, creador del Imperio.

    Cabe reconocer que los estudios histricos no ayudan en el Per a ver las cosas con claridad, ni siquiera los que se efectan en las universidades. Sobre todo porque estamos acostumbrados a pensar en trminos de indios y no de huancas, caaris, chimes, tallanes, chinchas, aimaras, huailas y decenas de naciones ms; quizs doscientas. Y esto confunde terriblemente los conceptos, porque "indio" no slo es trmino extranjero y equvoco cuando se aplica al Incarri, sino tambin errado por igualar lo disparejo: es ya una comparacin como llamar blancos a todos los europeos, sin apreciar sus diferencias y rivalidades tan profundas.