Veintidós años de edadquinto año de ingenieríapero murió hace unos díasen la mas cruel orfandad.El se lo busco quizáso tal vez fue su destinoyo no juzgo solo opinopero si me ha deprimidoque un muchacho tan queridosea su propio asesino.

cuando conocí a aquel jovenera el orgullo de su hogarmocito de buen andarsano fuerte y estudiosopero no falto un mafiosode esos que nacen malditosy aquel alegre mocitode sonrisa ventiañerapor seguir una quimerase fue haciendo drogadicto

pronto abandono el estudiovendió la reglita "T"y el ternecito caféque siempre lucia en juliofue ganándose el repudiode los que antes lo admirabanes que ya nada quedabade aquel mozo inteligentesolo un despojo vivienteque hacia la muerte avanzaba

gracias a Dios ya murióya termino su martiriopero ni siquiera un cirioen su muerte le alumbroes que no se le velono se le pudo velarfue hallado en un muladardestrozado por los perros.caro pagaste tus yerrosmocito de buen andar.

La madre está medio locael padre aún no trabajay su peor desventajaes mantener varias bocasproducto de la cruel "coca",

del "pastel", del "piticlin"droga funesta que al finte hará vivir de rodillas,convirtiéndote algún díaen ese ser despreciable y ruin.

por eso joven peruanoalejate de las drogasve con tus padres dialogacomo amigo como hermanono permitas que un gusanotrunque tu sana ambiciónno desdeñes la lecciónde aquel mozo de mi cuentoy piensa, piensa un momentoque la droga es destrucción.