UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
MODERNA Y CONTEMPORNEA
TESIS DOCTORAL
LA ENCRUCIJADA
DE LA VIOLENCIA POLTICA
ARMADA EN LA SEGUNDA MITAD DEL
SIGLO XX EN COLOMBIA Y ESPAA:
ELN Y ETA
Autor: ROBERTO SANCHO LARRAAGA
Director: Dr. JULIN CASANOVA RUIZ
JUNIO 2008
2
Agradecimientos
En esta tesis hablamos de la interaccin del pasado con el presente, y por lo
tanto debemos comenzar por un reconocimiento a esas herencias acumuladas a lo
largo de los aos que han ido sedimentndose en lo que hoy es esta investigacin y
su autor. En primer lugar, quiero hablar de mi familia, de mis padres, luchadores
incansables de la vida, que lo dieron todo para que sus hijos fueran lo que hoy son,
personas felices. Ellos que desde que me engendraron se han convertido en el soporte
cotidiano de mi espritu cosmopolita y desarraigado, el cable a tierra, necesario en los
momentos de mxima tensin, de dificultades y obstculos vitales. A ellos slo
puedo decirles que mil gracias por la formacin que me dieron, que los quiero y
espero que se sientan orgullosos de su hijo. A mi hermana Merche, mi secretaria
personal, mi salvadora mil veces ante mi impostura frente al poder y la burocracia, le
agradezco su esfuerzo y le expreso todo mi cario. Los ltimos aos, he tenido dos
arbotantes fundamentales y existenciales, mi esposa Elvira y mi hija Mariel, la
alegra de mi vida y el oriente de mi existencia, las que le han dado sentido final al
esfuerzo de escribir esta tesis y han soportado mis ausencias y susceptibilidades. Al
resto de mi familia por tener la paciencia de soportar mi espritu vagabundo y autista,
por estar siempre ah cuando uno regresa al pequeo terruo, para mi ta Mari
Carmen, para mi cuado Jos Andrs, para mis primos Izaskun e Iaki y sus
consortes, etc. A mi familia adoptiva en Colombia, a Jess, Carmen y toda su
descendencia; a todos, mi ms sentido cario. Quiero seguir hablando de herencias,
de mis generaciones anteriores y su esfuerzo de superacin, de esos que no son ya o
que no estn aqu, de esas personas que se aferran a nuestros recuerdos, esos que se
hacen presente todava gracias a la memoria: la abuela Antonia, el abuelo Jos y
3
Manuel, al to Jos Flix, etc. Quiero seguir escuchando el eco de los que me
precedieron, de los que me ayudaron a ser lo que soy; por eso tozudamente sigo
hablando del pasado, a pesar de la tendencia actual a olvidar palabras como, ayer o
agradecimiento.
Despus de mi familia, soy deudor y heredero de grandes maestros y
personas, en primer lugar, me siento discpulo de Julin Casanova Ruiz, mi director
de tesis, una de esas personas que uno puede decir a gritos que es un Maestro,
ejemplo de vida y de profesin, persona intachable, respetuosa y coherente. Su faro
intelectual y su pasin por la historia, me gui hacia el estudio de los movimientos
sociales y su paciencia infinita permiti ir madurando esta tesis. Hay otros espritus
crticos que me ensearon que ms que comprender el Cmo, lo importante es
comprender el Por Qu; que ayudaron a tatuarme aquello de Sapere Aude o atrvete
a saber; que convirtieron el saber en pasin, la pasin en amor y el amor en
sentimiento, esa triloga que da sabor a mi existencia. Doy las gracias a los
profesores colombianos Medfilo Medina, Armando Martnez, Jaime Londoo,
Luisa Piedrahita, Esmeralda Prada, Santiago Castro y Juan Alberto Rueda, a los
peruanos Heraclio Bonilla y Julio Benavides, al uruguayo Lus Bertola, a los
espaoles Miguel ngel Ruiz Carnicer, Carlos Forcadell, Ignacio Izuzquiza, Jos
Lus Rodrguez. Agradezco a las instituciones que ayudaron en mi formacin, desde
el colegio de Castelsers hasta las universidades laborales de Huesca y Logroo, el
Departamento de Historia Moderna y Contempornea de la Universidad de Zaragoza,
la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga,
Colombia; y muy especialmente la Universidad Autnoma de Bucaramanga, que en
los ltimos aos apoy en diversos momentos la elaboracin de esta tesis
otorgndome los tiempos necesarios para poder escribirla.
4
NDICE:
INTRODUCCIN 8
CAPTULO PRIMERO: SURGIMIENTO DEL
EJRCITO DE LIBERACIN NACIONAL (ELN) 41
1.1. Primera accin armada del Ejrcito de Liberacin Nacional 42
1.2. El Vivo, Fabio Vsquez: el Che colombiano 55
CAPTULO SEGUNDO: LOS FACTORES EXTERNOS
Y EL SURGIMIENTO DE ORGANIZACIONES ARMADAS 68
2.1. La importancia de los factores externos en el
surgimiento de organizaciones armadas o la chispa
que enciende la pradera 69
2.2. Tiempos revueltos en el contexto internacional 73
2.3. Amrica Latina sumergida en el maremoto revolucionario 77
2.4. Cuba: el paraso terrenal de los revolucionarios 84
2.5. Nicaragua sandinista y la segunda ola revolucionaria
en Amrica Latina 99
2.6. EE.UU. y la poltica contrainsurgente: Plan Laso,
Doctrina de Seguridad Nacional y el enemigo interno 106
2.7. Impacto de otras experiencias y colaboracin entre
organizaciones armadas 114
2.8. Ruptura chino-sovitica y nacimiento de la nueva
izquierda: la izquierda enferma de infantilismo 133
2.9. Foquismo: la vanguardia que con su foco ilumina
la revolucin 146
5
2.10. Conclusiones sobre el papel de los factores externos
en el surgimiento de organizaciones armadas: ELN 163
CAPTULO TERCERO: REGRESO DE CUBA E
IMPLANTACIN DEL FOCO INSURRECCIONAL 172
3.1. El regreso de Cuba de la Brigada Proliberacin
Jos Antonio Galn 173
3.2. El Joven campesino, Nicols Rodrguez Bautista:
Y a partir de ese da yo fui comunista 196
CAPTULO CUARTO: LOS FACTORES INTERNOS Y
EL SURGIMIENTO DE ORGANIZACIONES ARMADAS 228
4.1. La importancia de los factores polticos en el surgimiento
de la violencia poltica armada: la victoria del fusil sobre la palabra 229
4.2. Colonizacin agraria y ausencia del Estado:
campesinado y surgimiento de la guerrilla 252
4.3. Cultura poltica de la violencia y epidemia de
plomona: Colombia, una poblacin con carencia de hierro
y exceso de plomo 276
4.4. El proceso de formacin del Estado-nacin en Colombia 304
4.5. La camisa de fuerza del Frente Nacional 319
4.6. El clientelismo y la caja de galletas del Estado 332
4.7. Elipse de violencia: coercin, represin y revolucin armada 337
4.8. Oposicin poltica y el cambio del voto por el fusil 356
4.9. Conclusiones: exclusin poltica y militarizacin
de la sociedad 362
6
CAPTULO QUINTO: DISCURSO,
RE-PRESENTACIONES E IMAGINARIOS 368
5.1. Guerreros-santos: religiosidad y tradicin de
violencia en el ELN y ETA 369
5.2. Re-presentaciones de guerreros-santos:
genealoga de un fanatismo 373
5.3. La sociedad es un infierno de salvadores: viaje del
culto a la razn, a la razn del culto 378
5.4. ETA para m era San Dios 386
5.5. Cuerpos de sacrificio a la diosa causa 399
5.6. Cristianismo y socialismo: deificacin de la realidad
y realizacin de la deidad 403
5.7. La mstica evanglica de la revolucin 418
5.8. Ejrcitos del pueblo y hroes de los pobres
en plena guerra santa 431
5.9. Para ser un autntico cristiano hay que ser
revolucionario, o tal vez al revs? 440
5.10. Conclusin: el marxismo fue su religin y
la organizacin su iglesia 458
CAPTULO SEXTO: ASPECTOS COMPARADOS DE
LAS CARACTERSTICAS SOCIO-ECONMICAS DE
LA MILITANCIA EN GRUPOS ARMADOS EN
COLOMBIA Y ESPAA: ELN Y ETA 464
6.1. Quines son y de dnde vienen? 465
6.2. Militantes segn sexo 469
7
6.3. Militantes segn edad al ser detenidos 472
6.4. Militantes segn estado civil 474
6.5. Militantes segn tamao de su localidad natal 477
6.6. Militantes segn su ocupacin 481
6.7. Clase social de los militantes 485
6.8. Militantes segn el nivel de formacin 488
CONCLUSIONES INCONCLUSAS 497
ANEXOS 517
1. Cronologa comparada 518
2. Cuadro de siglas de organizaciones 532
BIBLIOGRAFA 537
8
INTRODUCCIN
9
La vida debe entenderse hacia atrs,
pero vivirse hacia delante
Soren Kierkegaard, Diarios, 1843
En una ocasin Joaqun, un alumno inquieto, me pregunt en la parada del
autobs frente a la universidad, en la ciudad de Bucaramanga en Colombia:
Profesor, usted es violentlogo1? Y le contest, No Joaqun,, paciflogo. l
qued desconcertado con la respuesta, cogi su autobs y se fue. Y es que parto en
esta investigacin del convencimiento, que para conseguir la paz y vivir con respeto
al otro, se necesita reflexionar y comprender los factores que hacen posible la
existencia de la violencia en una sociedad y las razones de las conductas violentas de
unos individuos contra otros.
Este tipo de razonamientos fueron los que me motivaron desde muy joven,
en mis visitas y correras por Pamplona, a investigar las razones o causas del
surgimiento, consolidacin y persistencia de la violencia en esa sociedad. Esa misma
violencia que se perciba tan diferente en mi pueblo, llamado Castelsers en Aragn,
y por otro lado, en mi familia en Navarra o Bilbao. Esta investigacin responde
entonces principalmente a esa inquietud existencial, dado el origen mitad vasco-
navarro y mitad castellano-aragons de mi familia, y la encrucijada emocional y
racional que eso supuso desde la infancia para entender el conflicto vasco. Tal vez
Sancho no entenda a Larraaga y viceversa, constituan una unidad pero se sentan
diferentes; mientras tanto Roberto qued atrapado en esa encrucijada, encrucijada
1 La duracin, intensidad y persistencia de los fenmenos violentos en Colombia, supuso dentro
muchas disciplinas sociales que sectores importantes de sus profesionales dedicasen sus esfuerzos
investigativos a comprender esta violencia. Este campo investigativo es tan profuso que adems de ser
economista, historiador, socilogo, politlogo, etc., uno es definido como violentlogo. Esta
importancia y reconocimiento social se concretan en espacios cientficos propios, departamentos
especficos en las universidades, congresos o revistas.
10
que se intenta despejar con esta tesis doctoral. sta es la explicacin de por qu nos
hemos convertido (Sancho, Larraaga y Roberto) en paciflogos, irenlogos,
violentlogos, o la etiqueta que deseen colgarnos. Fue posteriormente el deseo por
seguir las huellas histricas de la violencia armada, el que me llev a ocho mil
kilmetros de mi tierra natal, a ese bello pas llamado Colombia, que tiene uno de los
fenmenos de violencia poltica armada seguramente ms antiguo y persistentes del
planeta2, y que se convirti para mi en el laboratorio ideal de anlisis. Colombia
fue para mi, como investigador, ese mundo social lo suficientemente alejado como
para prestarse fcilmente a la objetivacin (que no significa objetividad) del objeto
de estudio.
Este motor existencial fue el aliciente del trabajo investigativo por
comprender uno de los fenmenos sociales ms transcendentales de la historia
contempornea de los dos pases: la violencia poltica armada en Colombia y Espaa
durante la segunda mitad del siglo XX. Para ello utilizamos el estudio de caso de dos
organizaciones armadas, el Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) y Euskadi Ta
Askatasuna (ETA, que significa en castellano, Libertad para Euskadi) como
trampoln para investigar el fenmeno social de la violencia poltica armada. El
estudio de estas dos organizaciones armadas se convierte tambin en un medio para
reflexionar sobre el conocimiento de otro fenmeno, a su vez mucho ms complejo,
como es la formacin del Estado-nacin en Colombia y Espaa, as como los marcos
de convivencia tico-polticos constituidos e instituidos en estos dos pases. Por lo
tanto, en esta tesis se sintetizan las preocupaciones esenciales de mi vida profesional:
2 Anteriormente a esta tesis doctoral, el autor se acerc a este tema con su Tesis de Maestra en
Historia en la Universidad Industrial de Santander (Colombia) titulada Violencia poltica, Guerrilla y
Terrorismo: una perspectiva comparada de Colombia y Espaa, ELN y ETA (1959-1982). Esta
investigacin se public bajo el ttulo de Guerrilla y terrorismo en Colombia y Espaa: ELN y ETA,
Ed. Universidad Autnoma de Bucaramanga, Bucaramanga (Colombia), 2003.
11
el papel la historia para explicar el presente, entender las dinmicas de la accin
colectiva violenta y la formacin de los marcos normativos estatales de convivencia.
Pero si el objetivo general de la investigacin es analizar comparadamente el
fenmeno de la violencia poltica armada3, a partir del estudio de caso de dos
organizaciones (ELN y ETA), un primer paso que se requiere es hacer algunas
precisiones terminolgicas, dada la complejidad y polmica que gira en torno a la
forma de definir este tipo de organizaciones ilegales armadas. Las categoras son
generalmente el taxi que te permite viajar por la investigacin, pero en este caso, el
uso y abuso de categoras como guerrilla4 o terrorismo
5 (que hacen parte tambin del
conflicto), en muchas ocasiones dificulta ese viaje as como la comprensin de los
fenmenos de violencia en una sociedad. Desde los sucesos del 11 de septiembre del
2001, delimitar con una definicin a estos actores sociales se ha dificultado todava
ms, por ello mantenemos que este debate sobre si son o no terroristas estas
3 Este apartado sobre las categoras que orientan la investigacin, retoma y amplia lo expuesto en el
captulo Precisiones terminolgicas, ibdem., pp. 35-40. 4 Sobre este concepto cabe recordar la definicin de Franklin Mark Osanka, Guerra de guerrillas, en
Enciclopedia internacional de las ciencias sociales, vol. 5, Madrid, Aguilar, (1 ed. 1975), pp. 296-
299: La palabra guerrilla, que literalmente significa guerra pequea`, se utiliz por primera vez para
definir las actividades de resistencia de los partisanos armados espaoles que hostigaron al ejrcito
francs de ocupacin durante la guerra de independencia de 1808-1814. Esta palabra ha tomado carta
de naturaleza en el idioma ingls, donde se usa comnmente para describir todos los combates de tipo
militar no regular que han acompaado a las actividades de los partisanos en guerras civiles, guerras
revolucionarias, y en la resistencia popular a la invasin y la ocupacin extranjera. (...) guerra
revolucionaria de guerrillas`. Es revolucionaria por cuanto se utiliza como medio de adquirir poder
nacional con el propsito de alterar o cambiar por completo la estructura social y poltica de una
nacin. Es guerra de guerrillas, ya que sus componentes, partidarios del cambio, son civiles indgenas
que libran una pequea guerra en la que utilizan principios aprendidos en la historia de las guerrillas.
Para diferenciar los conceptos de guerrilla y terrorismo utilizamos el texto de Peter Waldmann,
Radicalismo tnico. Anlisis comparado de las causas y efectos tnicos violentos, Akal, 1997, p.18:
Entendemos por guerrilla una forma de lucha que, si bien tiene en comn con la guerra clsica la
finalidad de vencer militarmente al enemigo, se diferencia de ella por los medios poco ortodoxos que
utiliza para alcanzar esta finalidad (pequeos grupos de combatientes muy mviles y flexibles que
desmoralizan al adversario atacndolo por sorpresa). El terrorismo, en cambio, representa algo
cualitativamente diferente ya, debido a la intencin de los agentes. Los terroristas no estn tan
interesados en la destruccin fsica que producen sus atentados sino en el efecto de choque
psicolgico que resulta de stos. Segn la frmula empleada por Wrdemann, no pretenden ocupar el
terreno sino las mentes. 5 La primera advertencia sobre el uso de esta categora que se tiene que realizar es la que plantea
Fernando Reinares: Quepa recordarlo, el terrorismo denota no tanto un extremismo de los fines como
de los medios5. Fernando Reinares, Terrorismo y antiterrorismo, Paids, Barcelona, 1998, pp. 18, 19
y 106.
12
organizaciones no puede entorpecer el anlisis de los factores que explican la
emergencia de este tipo de violencia en un determinado contexto social. Tal es la
importancia del problema, que la definicin de estas organizaciones como solamente
terroristas6, no ha ayudado tampoco a la comprensin de las motivaciones de los
actores involucrados, y por lo tanto, ha dificultado la resolucin de este problema
social. Nelson Manrique nos centra en la esencia de la cuestin cuando para el caso
de Sendero Luminoso en Per, afirma que:
Existe una forma de liquidar el debate, cuando se trata de hablar
sobre Sendero Luminoso, que se ha convertido en una convencin
implcita; ella consiste en calificarlo como terrorista. Cuando la
discusin llega a este punto, aparentemente es imposible decir una
palabra ms sin correr el riesgo de ser considerado, en el mejor de los
casos, como conciliador con Sendero Luminoso, cuando no un
senderista encubierto. Sin embargo, la caracterizacin de terrorista,
aplicada a Sendero, ms que explicar confunde, () Es necesario
distinguir, pues, entre la utilizacin del terrorismo como arma, prctica a
la que Sendero recurre habitualmente, y la naturaleza de esa
organizacin, lo cual es algo mucho ms complejo que el simple
terrorismo. Pero para entender el fenmeno senderista es necesario
comprender al pas que hizo posible su emergencia7.
Ante la dificultad de esta encrucijada conceptual, se decidi que lo
importante para el desarrollo de la tesis era delimitar y definir el fenmeno ms
6 Lo difuso del concepto de terrorismo queda evidenciado por los esfuerzos y dificultades que
organismos multilaterales tienen para llegar a acuerdos sobre su definicin. En el caso del Estatuto de
la Corte Penal Internacional, no lo tipifica individualmente como su competencia; aunque algunos
autores pretendan igualarlo con crmenes de lesa humanidad, genocidio, etc. Tambin se constata esta
dificultad en la propia resolucin 1373 del 2001 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o
en la Decisin Marco de la Unin Europea del 13 de junio de 2002, entre otros. Ante la diversidad de
definiciones y sus mltiples usos, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan inst a la
comunidad internacional a llegar a un acuerdo en la Cumbre de Madrid sobre Democracia, Terrorismo
y Seguridad en el 2005. Para acceder a estos documentos se puede consultar la biblioteca Dag
Hammarskjld de las Naciones Unidas:
http://www.un.org/depts/dhl/spanish/resources/terrorism/ 7 Nelson Manrique, La dcada de la violencia, en Heraclio Bonilla, Per en el fin del milenio,
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Mxico, 1994, p. 49.
http://www.un.org/depts/dhl/spanish/resources/terrorism/13
amplio donde se circunscriban estos actores armados y no tanto a los grupos
armados. Se pens en un concepto paraguas que permitiera la comparacin no slo
de estas dos organizaciones sino tambin del fenmeno poltico-social de donde stas
derivaban. Un primer concepto que poda ser usado y que utilizan muchos autores es
el de violencia poltica, fenmeno social por el que han pasado muchos pases
especialmente en las fases de surgimiento de los Estados-nacin en el siglo XIX.
Frente a su significado, retomamos lo propuesto al respecto por William Ramrez:
La violencia social y poltica es, (...), el medio a travs del cual y en condiciones
histricas particulares se enfrentan sectores de la sociedad civil entre s y stos contra
el Estado. Del seno de la sociedad civil nacen, simultneas, o sucesivas, violencias
para la transformacin y la sustitucin social; del Estado, de las entraas de su
legitimidad histrica y de su dinmica actual, se origina una violencia para la
conservacin social8. Para nosotros este concepto es demasiado amplio dado que la
frontera entre la poltica y la violencia es muy dbil, por ello, la guerra y la poltica
han entrado en contacto continuamente en la historia tanto de Colombia como de
Espaa; tal es as que Colombia puede ser un ejemplo ideal de la premisa planteada
por Clausewitz de: La guerra es la continuacin de la poltica por otros medios9.
Por lo tanto, para diferenciar nuestro objeto de estudio de otras formas de
violencia poltica habituales en la evolucin histrica de estos pases, se decidi
crear la categora de violencia poltica armada:
Vamos a introducir el concepto de violencia poltica armada`
para referirnos de forma conjunta a los dos casos analizados. Sera
ms preciso que el de violencia poltica` porque podemos interpretar
que toda poltica tiene una dosis de violencia, guerra, llegando en
8 William Ramrez Tobn, Violencia y democracia en Colombia, en Anlisis Poltico, n 3, enero-
abril, 1988, p. 64. 9 Carl von Clausewitz, De la guerre, Editions de Minuit, Pars, 1955.
14
algunos casos a la va armada. Este proceso intentara ser ms
preciso y definira mejor la situacin conjunta del Pas Vasco y
Santander (Colombia). (), el concepto de violencia poltica armada
tiene un carcter de medio alcance` y la funcin de caracterizar la
naturaleza de ELN y ETA cuando se hagan interpretaciones comunes
de los dos casos10
.
Por lo tanto, violencia poltica armada es la categora central de nuestra
investigacin y que nosotros definimos como: la accin de imponer la voluntad
poltica propia al otro, por medio del uso sistemtico de la fuerza armada para
producir un orden social y poltico determinado. Este concepto pretende retomar los
postulados clsicos de Weber frente al poder, as como la perspectiva foucaultiana de
que el poder slo existe en el acto, y ste es ante todo una relacin de fuerza entre las
partes en conflicto.
Una vez determinado nuestro objetivo general y la categora que orienta el
estudio, se evidencia ya que esta investigacin requiere en primer lugar un esfuerzo
para explicar y contextualizar histricamente la violencia poltica armada en ambos
contextos, lo cual supone, evidentemente, un necesario enfoque de sntesis. Este
tono de sntesis se acompaa de la bsqueda de los factores, causas, motivos o
motivaciones para el surgimiento y consolidacin de la violencia poltica armada en
Espaa y Colombia en la segunda mitad del siglo XX. Este marco creemos que es
necesario para resolver la grave situacin de conflicto social y poltico en ambos
contextos. Como afirma el Informe Nacional de Desarrollo Humano del 2003 para
Colombia del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado
Entender para cambiar las races locales del conflicto:
10
Roberto Sancho Larraaga, Guerrilla y terrorismo en Colombia y Espaa, p. cit., p. 39.
15
El repudio tico no basta para fundar una estrategia eficaz
y productiva: es preciso entender y entender framente- los
motivos, las conductas (y por ende) las estrategias de los
involucrados. (...) Para entender que no es justificar- las
conductas asociadas con la violencia es preciso ponerse en los
zapatos de cada actor, mirar las cosas desde su punto de vista11
.
Pero el discurso hegemnico sobre este tema que fluye generalmente por
los medios de comunicacin, escasamente presenta los anlisis con una perspectiva
histrico-causal, y ms bien se presentan los hechos de forma descontextualizada y
ahistrica. Ibn de Rementera refirindose al anlisis de la violencia reciente en el
Magdalena Medio, regin central en nuestro anlisis del conflicto colombiano y del
surgimiento del ELN, afirma que:
Este ascenso a los extremos hasta el terror absoluto y
generalizado, muestra a la situacin regional como irracional -la
locura de Marte-, haciendo perder a los actores, observadores y
analistas de la situacin las causas reales y los orgenes concretos
del conflicto socio-econmico, que en tanto no resuelto, pasa por
la violencia y asciende al terror12
.
Por tanto, como afirma Mara Victoria Uribe, se tratara en esencia de:
Comprender la violencia como condicin previa para conseguir la paz...13
. As el
principal objetivo de la investigacin es hacer nfasis en esta dimensin histrica del
fenmeno de violencia poltica armada actual en ambos contextos. Partimos del
11
Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia 2003, Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, p. 144.
12
Ibn de Rementera, Hiptesis sobre la violencia reciente en el Magdalena Medio, en Gonzalo
Snchez y Ricardo Pearanda (Comp.), Pasado y presente de la violencia en Colombia, CEREC,
Bogot, 1986, p. 347. 13
As comienza su libro Mara Victoria Uribe, Matar, rematar y contramatar. Las masacres de la
Violencia en el Tolima 1948-1964, Bogot, Cinep, 1990, p. 11.
16
presupuesto de que una mejor comprensin histrica del fenmeno puede ayudar a
que la sociedad lo enfrente, porque constatamos como afirma Mitxel Unzueta, que:
"Presentada de una u otra forma, consciente o
inconscientemente, hoy aparece como una constante el sustraer, de
toda actividad que tienda a despejar las incgnitas, la referencia al
origen de la cuestin (...) Cada da se afianza en m la conviccin de
que nos encontramos ante un evidente deseo de eludir la definicin
de la naturaleza de la violencia (...) Slo despus de una correcta
definicin de las causas, de las situaciones, puede obtenerse un
anlisis certero. Slo despus de este anlisis certero pueden
proponerse soluciones, medidas que enderecen situaciones no
deseadas"14
.
Y por qu estudiar el periodo fundacional y de consolidacin de estas
organizaciones? Porque creemos que fue en este momento cuando se establecieron
unos rasgos fundamentales de estas organizaciones armadas (vanguardismo,
militarismo, autoritarismo, mesianismo, etc.) que las marcaron, como los primeros
aos de vida de una persona son cruciales para su desarrollo futuro. As se constata
que algunos de estos rasgos iniciales perduran en gran medida a lo largo de la
historia de las organizaciones y que la condicionaron de forma destacada, como a lo
largo de nuestra investigacin podremos comprobar. Creemos que son estas
caractersticas que estn presentes en los primeros aos de ETA y ELN, las que
determinan en gran medida que la violencia armada contine utilizndose como
instrumento poltico por estas organizaciones. Como afirma Cristina Rojas: Los
elementos comunes de la violencia del pasado y del presente refuerzan la necesidad
14
Mitxel Unzueta, Claves para comprender una situacin, en Fernando Reinares, Violencia y
poltica en Euskadi, Ed. Descle de Brouwer, Bilbao, 1984, p. 19.
17
de escudriar en el primero para comprender el segundo15
.
Por tanto, la pregunta general que se plantea en esta investigacin es: Por
qu surgen y se consolidan, en la segunda mitad del siglo XX, organizaciones
armadas como el ELN y ETA, en Colombia y Espaa? Este planteamiento ya ha sido
desarrollado para cada caso y pas, lo que esta investigacin busca es pensar
comparadamente los dos casos con la pretensin de que este ejercicio de
comparacin nos puede permitir una comprensin ms amplia del fenmeno de la
violencia poltica armada. Pretendemos que la comparacin nos permita buscar
"regularidades" que ayuden a una comprensin ms completa de este fenmeno y de
su realidad histrica. Sabemos que en la historia no se encuentran leyes, pero el
pasado tiene contextos que permiten explicar los fenmenos histricos. Buscar
regularidades en la comparacin de casos o conexiones causales compartidas por
dos o ms contextos estudiados puede ayudar a darle una perspectiva de anlisis ms
amplia a estas investigaciones. No hablamos de buscar explicaciones generalizables,
pero s de superar esa cultura de las idiosincrasias locales o nacionales, donde se
analiza cualquier caso como totalmente distinto de otros y sin posibilidad de
comparar con otros hechos similares o parecidos. Tal vez este esfuerzo nos permita
formular explicaciones causales que tengan un alcance medio y que superen la mera
descripcin individual e histrica de un solo caso de estudio. Este puede ser el
camino para que, en estos tiempos posmodernos, nuestra disciplina siga por la senda
del conocimiento cientfico. El mtodo que nos proponemos seguir, es el que
nosotros definimos como historia comparada analtica16
, y que pretende articular el
nivel necesario de descripcin (responder el cmo) de los acontecimientos histricos
15
Cristina Rojas, Civilizacin y violencia. La bsqueda de la identidad en la Colombia del siglo XIX,
Ed. Norma, Bogot, 2000, p. 77. 16
Esta definicin es tomada como derivacin del utilizado por la Sociologa Histrica
Norteamericana, Sociologa histrica analtica.
18
estudiados con el anlisis (responder el porqu) de estos acontecimientos dentro de
un fenmeno social ms amplio. Pretendemos que sea un mtodo inductivo y
comparado, que mediante el conocimiento de dos casos de estudio (ETA y ELN) nos
permita encontrar esas regularidades que nos den pistas de las causas o factores
determinantes del surgimiento y consolidacin de la violencia poltica armada en
Espaa y Colombia en la segunda mitad del siglo XX.
La comparacin se convierte para nosotros en una estrategia metodolgica
que busca mejorar la inteligibilidad del fenmeno histrico de la violencia poltica
armada y que pretende romper con algunos lugares comunes de las historiografas
nacionales sobre el tema. Tambin creemos que la comparacin puede ayudar a
encontrar nuevos enfoques, cuestiones o problemas sobre un caso particular, sobre
todo cuando hay otros casos bien documentados (como el fenmeno etarra) lo que
puede ayudar a mejorar el conocimiento de otro caso histrico (en nuestro caso,
sobre la historia del ELN). La comparacin de casos puede contribuir a un
enriquecimiento investigativo mutuo entre los casos estudiados, por ejemplo la
amplia bibliografa e investigacin sobre ETA puede mejorar la comprensin de los
factores de surgimiento del ELN, al aportar nuevas entradas a la investigacin a
partir de ese espejo analtico y metodolgico; y por otro lado, el fenmeno etarra
puede cobrar nueva dimensin a la luz de los aportes del estudio de la grave e intensa
crisis poltica y social que ha vivido en las ltimas dcadas Colombia, y que hace que
los elementos bsicos de esta crisis sean ms evidentes que en el caso etarra: la
intensidad de la violencia poltica armada en Colombia, convierte a este pas en un
laboratorio ideal para analizar este fenmeno social. Pero el mtodo comparado nos
introduce en cuestiones que requieren tomar varias decisiones estratgico-
metodolgicas para el buen desempeo de la investigacin:
19
1) En primer lugar hay que responder a la pregunta: Qu comparar?
Nosotros proponemos que un similar fenmeno histrico (en nuestro caso la
violencia poltica armada), a partir de la bsqueda de rasgos diferenciadores y
comunes; una vez identificados algunos rasgos comunes, stos se convierten en
objeto de estudio en los contextos estudiados. Estudiar ciertas coincidencias de un
similar fenmeno histrico en varios contextos puede permitir desarrollar
interpretaciones ms generales que si se realiza el estudio de un solo caso. Partimos
por tanto, de la hiptesis de que estas regularidades compartidas por ambos casos
estudiados pueden ser determinantes para establecer las bases de un mejor
conocimiento de los factores que posibilitaron el surgimiento y consolidacin de la
violencia poltica armada en estos dos contextos. Esta perspectiva nos acerca a lo que
John Stuart Mill defini como mtodo de comparacin de concordancia17
. ste
centra su atencin en los puntos similares de los casos estudiados e intenta luego
analizar si estos son relevantes y forman parte de esas regularidades causales que
pueden explicar la emergencia de los procesos de violencia poltica armada en estas
sociedades. Por lo tanto, mediante el uso sistemtico de la comparacin entre los
casos estudiados (ELN y ETA), se busca encontrar puntos de coincidencia que
permitan establecer algn tipo de regularidades que expliquen conjuntamente la
aparicin del fenmeno de la violencia poltica armada en Colombia y Espaa en la
segunda mitad del siglo XX. La investigacin sigue las propuestas de contrastes de 17
A pesar de las mltiples denominaciones de las estrategias utilizadas dentro del mtodo comparado,
la mayora nos remiten a la propuesta ideal de concordancia o de diferencia establecidas por John
Stuart Mill en A System of Logia, (1. ed. 1843), traducido como Sistema de lgica inductiva y
deductiva, Ed. Jorro, Madrid, 1917. Nosotros ubicamos esta investigacin en el mtodo de
concordancia, que se refiere a las variables operativas homogneas (que poseen iguales
caractersticas) que sern analizadas en contextos heterogneos (compuesto de partes de distinta
naturaleza). Para explicar un fenmeno como la violencia poltica armada en dos contextos totalmente
heterogneos, debemos aislar algunas variables similares susceptibles de comparacin y que adems
pueden tener una connotacin causal. Se trata de comparar situaciones donde ocurre ese fenmeno
con otras situaciones similares donde muchos de los elementos de la situacin anterior tambin
pueden darse o definitivamente se dan. Si varias variables de un mismo fenmeno poseen
circunstancias similares, estas variables analizadas en ambos contextos son susceptibles de ser los
factores o causas determinantes del fenmeno estudiado.
20
contextos que permitan encontrar esas regularidades causales que ayudan a la
compresin de la accin social de los actores polticos.
2) Cmo comparar? Nos atenemos a la propuesta de Jrgen Kocka cuando
plantea que: La comparacin se configura a travs de la formulacin de una
pregunta. Dos o ms fenmenos slo pueden ser comparados en relacin a algo, a un
tercero (tertium comparationis). Quien compara, precisa conceptos claros,
ntidamente definidos, que designen las que, de acuerdo con la pregunta planteada,
constituyan las similitudes relevantes de los objetos a comparar y formen as la base
sobre la cual queda despus determinar las diferencias entre ellos18
. Por lo tanto,
una vez seleccionados los rasgos susceptibles de ser comparados en los dos
contextos, la comparacin es precedida por una pregunta detonante sobre el papel
que cumple tal elemento o factor en el fenmeno de la violencia poltica armada en
Colombia y Espaa.
3) La historia comparada por la gran cantidad de informacin que requiere
manejar de ambos casos estudiados, debe combinar el conocimiento del contexto
general con el anlisis de cada caso especfico investigado; por lo tanto, se requiere
el conocimiento de una amplia bibliografa secundaria y la labor de investigacin
archivstica no puede ser tan intensa como en otro tipo de investigaciones histricas.
Creemos conveniente utilizar la frmula de tanta abstraccin como sea precisa,
tanta concrecin y referencia contextual como sea posible19
.
4) Nuestra investigacin utiliza de forma explcita el mtodo comparado
(aunque creemos que la comparacin es inherente al quehacer de los estudios
histricos), pero la balanza de la comparacin entre los dos casos analizados est
18
Jrgen Kocka, Historia social y conciencia histrica, Marcial Pons, Madrid, 2002, p. 49. 19
Ibdem. p. 62.
21
claramente desequilibrada, a favor del estudio del ELN y de la violencia poltica
armada en Colombia. El motivo principal de esta decisin metodolgica fue que
frente al abundante conocimiento cientfico sobre ETA y el conflicto vasco, el
horizonte investigador sobre el ELN se caracteriza por su semidesierto
historiogrfico.
Por ltimo, otra decisin terica y metodolgica20
tomada es que, si bien
hace unos aos partamos de la hiptesis que el factor o las causas ms determinantes
del surgimiento de estas organizaciones tenan que tener un carcter poltico, dado
que hablbamos de violencia poltica armada; hoy creemos que despus de ms de
diez aos de investigar este fenmeno social, debemos introducir de forma destacada
en el estudio, los factores culturales y las motivaciones de los militantes de estas
organizaciones armadas. Este dilema se resolvi intentando integrar ambos enfoques
en nuestra investigacin y sta es nuestra apuesta terica, entendindola como
plantea Julin Casanova:
Por teora debe entenderse aqu un sistema explcito y
coherente de conceptos utilizado para organizar y explicar los
datos histricos, que, sin embargo, no puede derivar slo del
estudio de las fuentes materiales ni tampoco provenir de un
proceso de razonamiento puramente deductivo sin relacin alguna
con el trabajo emprico. Las teoras son, por consiguiente,
ingredientes fundamentales en la investigacin histrica que
ofrecen simplificaciones de los procesos y relaciones sociales
que, dependiendo de su campo de aplicacin, ayudan al
historiador a examinar y comprender casos particulares o
20
Entendemos lo metodolgico o el mtodo en este caso, cercano a su significado etimolgico el
camino a seguir, el procedimiento o los pasos a seguir para alcanzar un objetivo.
22
construir amplias sntesis histricas donde encajar los estudios
especficos de objetos limitados21
.
La propuesta terica de esta investigacin realiza un ejercicio de historia
social comprensiva, que incluye el estudio de lo subjetivo, de los sentidos de la
accin social, en definitiva estudiar la formacin del sentido subjetivo que gui la
accin de los militantes de las organizaciones armadas; y por otro lado, el estudio
objetivo de los factores histricos, las causas estructurales de la violencia
poltica armada en Colombia y Espaa. Deseamos establecer un puente entre un
conocimiento histrico-social objetivo y el anlisis de los mecanismos de
formacin, distribucin y consumo de sentidos socialmente construidos que realizan
los actores sociales en su vida cotidiana. Demostrando con ello, la existencia de una
realidad histrica, tanto socio-real como socio-simblica imprescindible para
interpretar y analizar la violencia poltica armada.
Entender las racionalidades de los actores individuales, colectivos y del
propio conflicto, supone superar las perspectivas maniqueas, de los buenos y los
malos, y pensar integralmente los problemas de la sociedad y relacionarlos con el
conflicto. Esta fue la gran apuesta de esta investigacin buscar esas racionalidades, el
sustrato cultural que las fundamenta y que ha permitido la persistencia de la violencia
poltica armada en la segunda mitad del siglo XX. Para defender esta propuesta
investigativa y terica, en primer lugar esta investigacin se posiciona frente a la
disciplina histrica desde la constatacin del carcter eminente poltico, discursivo y
comunicativo de la historia y de las formas de comunicar el pasado. Pues la
experiencia histrica no es la traduccin directa y objetiva de una realidad externa a
21
Julin Casanova, La historia social y los historiadores. Cenicienta o princesa?, Crtica, Barcelona,
1991, pp. 147-148.
23
las subjetividades de los individuos, as como a las relaciones de poder que se
establecen en una sociedad. Con ello la Historia, para nosotros debe recurrir tambin
a mtodos interpretativos y comprensivos, que se acerquen no solamente a las
condiciones materiales que constituyen las sociedades sino tambin se hace
imprescindible reconstruir las creencias, las intenciones y el universo mental de los
sujetos, nica manera de calibrar los efectos de la mediacin simblica sobre su
prctica porque el ser social es el ser percibido, pues es en ste, y no en el primero,
donde estn inmediatamente enraizadas la identidad y las acciones de los
individuos22
.
A partir de esta apuesta terica y a lo largo de esta larga labor investigativa,
se han ido cuestionando algunos de los lugares comunes en las historiografas
nacionales de Colombia y Espaa, sobre los factores determinantes en el surgimiento
de actores armados ilegales en la segunda mitad del siglo XX. Uno de estos lugares
comunes o versiones hegemnicas sobre el tema afirma que la violencia poltica
armada surgi en ambos pases fundamentalmente por un bloqueo persistente del
sistema poltico nacional: Dictadura de Franco en Espaa, Frente Nacional en
Colombia. El gran predominio o la hegemona de la historiografa que trabaja con
una perspectiva nacional (aunque los temas sean locales o regionales, el enfoque
implcito que prima suele ser el nacional), ha supuesto un peligro metodolgico a la
hora de analizar ciertos acontecimientos o fenmenos histricos; ya que ha
sobrevalorado estos factores internos nacionales, objetivos o estructurales en el
anlisis de los mismos. Ante el peso de las idiosincrasias nacionales en las
investigaciones histricas, que en muchas ocasiones nace del desconocimiento de
esos mismos fenmenos histricos en otros contextos geogrficos, la historia
comparada puede ayudar a compensar este desequilibrio, contraponiendo el lugar que 22
Miguel ngel Cabrera, Historia, lenguaje y teora de la sociedad, Ed. Ctedra, Madrid, 2001, p. 31.
24
los factores externos, el ambiente internacional y lo subjetivo cumplieron en
muchos de estos casos. La investigacin pretende reflexionar sobre esa causalidad
social para comprender las condiciones de posibilidad que permiten la accin poltica
armada, preguntndonos: Qu contextos sociales y condiciones discursivo-
simblicas hicieron posible que un determinado grupo social generase unas
prcticas sociales ligadas a la violencia poltica armada?
As en nuestra investigacin pretendemos redimensionar la importancia que
tuvieron factores como el papel de contagio ideolgico y de las formas de lucha
que se dio en muchos pases y en cientos de sus ciudadanos en un perodo
relativamente breve de tiempo. Es as, como el ejemplo de otras experiencias
revolucionarias o el efecto demostracin, llev a que muchos militantes analizasen
las realidades locales o nacionales a partir del espejo de esas experiencias
revolucionarias exitosas. El discurso ideolgico, se encarg de adecuar una realidad
externa a los intereses de los distintos actores armados, haciendo coherente la
realidad local con la situacin vivida en otros contextos donde la revolucin triunf.
Paradjicamente, mientras que en la historiografa sobre el tema prima lo nacional,
en la decisin de tomar las armas prim el ambiente revolucionario internacional. Por
lo tanto, defendemos la hiptesis de que los factores externos o el ambiente
internacional fueron determinantes para que unos sectores minoritarios de la
poblacin en el Pas Vasco o en Colombia, tomasen conciencia de sus posibilidades
para la toma del poder por la va de la lucha armada; y se sirvieron del bagaje
intelectual de la poca (marxismo, guevarismo, foquismo, etc.), para hacerlo confluir
con una larga tradicin de lucha de las gentes de estos territorios y de unos conflictos
sociales histricos. Es desde esta perspectiva que entran a jugar un papel destacado
en nuestra investigacin el estudio de las creencias y re-presentaciones de los
25
militantes de las organizaciones armadas. En nuestro caso mediante el anlisis del
papel que tuvieron las ideologas, con una centralidad social destacada en la segunda
mitad del siglo XX, como los principales dispositivos de gestin y administracin de
los universos de sentido de cientos de individuos que siguieron religiosamente sus
presupuestos. Estas ideologas administraron la realidad de miles de personas, los
individuos/creyentes vivieron EL discurso ideolgico y existieron EN ese discurso,
su realidad se convirti en una especie de revival religioso alterno.
Las ideologas tuvieron la pretensin de hablar en nombre de lo real,
como en otras pocas hicieron las religiones, y ste es el principio bsico que
sustenta lo que debe ser credo como una totalizacin; en este sentido, se
convirtieron en el gesto cotidiano del renovado acto de creer tradicional. El
discurso autorizado de las ideologas se convirti en normas de fe y tcnica de
hacer creer, en definitiva en elementos organizadores de las prcticas23
cotidianas
de los individuos. Entonces debemos explorar los procesos de construccin social de
lo sagrado y la institucin socio-lingstica de las realidades, los distintos marcos
subjetivos para la representacin de lo real24
, como procesos de realizacin de la
realidad, de objetivacin y subjetivacin de la misma; y en definitiva de reificacin
y deificacin humana. Miguel ngel Cabrera introduce la cuestin afirmando que:
En este sentido, se podra decir que los sujetos se
constituyen como resultado de la interpelacin que el discurso
hace a los individuos (). Lo que esta afirmacin significa es que
si es el discurso, y no el referente social, el que establece las pautas
de constitucin de la subjetividad, entonces los individuos
devienen sujetos al ser movilizados por y encuadrados en las
formas de identidad inherentes a una formacin discursiva dada. Es
23
Fabin Sanabria, De la des-regulacin de lo sagrado a la circulacin del creer, hoy, en Memorias
XII Congreso Colombiano de Historia, Universidad del Cauca, Popayn, Agosto 4 al 8, 2003, p. 14. 24
Jos Lus Rodrguez Garca, Mirada, escritura, poder. Una relectura del devenir occidental, Ed.
Bellaterra, Barcelona, 2002, p. 153.
26
decir, que al ser portador de una rejilla clasificatoria de
identificacin, el patrn discursivo realmente induce o fuerza a los
individuos situados en su mbito de influencia a clasificarse,
individual o colectivamente, mediante dicha rejilla. Y, por tanto, se
podra decir, segn la terminologa habitual, que efectivamente el
discurso llama y recluta a los individuos como sujetos25
.
Despus de aos de predominio de los anlisis causales en las investigaciones
sociales, hoy parece casi un suicidio intelectual o una arrogante osada la intencin
de cualquier cientfico social por buscar conexiones causales en sus investigaciones.
A pesar de ello o por ello, esta tesis se ocupa de indagar las condiciones26
que
propiciaron la situacin actual de conflicto armado en estos dos contextos.
Buscaremos esas conexiones causales o causalidad, no entendidas como leyes sino
como relaciones, conectores o encadenadores de situaciones, hechos,
acontecimientos, acciones y contextos sociales. Estas conexiones o relaciones nos
pueden permitir acercarnos ms a la comprensin y posterior explicacin de un
fenmeno como la violencia poltica armada. Porque a pesar de las crticas a la
causalidad, las personas y los cientficos sociales requieren seguir respondiendo la
pregunta elemental de: Por qu las personas se comportan como lo hacen en
determinada situacin o contexto histrico? Pero la respuesta a esta inquietud ya no
25
Ibdem., p. 118. 26
Comencemos por distinguir algunos conceptos fundamentales para el debate y que muestran por
qu se utilizan en distintos momentos del trabajo, para ello pedimos la ayuda del Diccionario de la
Real Academia Espaola:
Causa (Del lat. causa, y este calco del gr. ). Aquello que se considera como fundamento u
origen de algo. || Motivo o razn para obrar. || Empresa o doctrina en que se toma inters o partido.
Esta ltima definicin es lo que nosotros definimos como La Causa (con maysculas) revolucionaria,
esa combinacin de discurso ideolgico y empresa socio-mesinica que se convierte en un elemento
transcendental para los individuos.
Causalidad (De causal). Causa, origen, principio. || Ley en virtud de la cual se producen efectos.
Condicin (Del lat. condico, -nis). ndole, naturaleza o propiedad de las cosas. || Estado, situacin
especial en que se halla alguien o algo. || Situacin o circunstancia indispensable para la existencia de
otra.
Factor (Del lat. factor, -ris) Elemento, concausa.
Elemento (Del lat. elementum) Fundamento, mvil o parte integrante de algo.
27
puede reducirse a explicar los comportamientos como un reflejo transparente de unas
condiciones objetivas o estructurales de la sociedad, ni tampoco a la decisin libre y
autnoma de los individuos. Por lo tanto, la causalidad social para acercarse al
establecimiento de las condiciones de posibilidad de la accin social debe tener en
cuenta tanto las formas mecanicistas de la relacin causa y efecto como el papel que
los discursos y las mediaciones simblicas cumplen en las personas. Ambos
interactan entre s en un contexto determinado y estn estrechamente imbricados,
por lo tanto hay que aproximarse a esta situacin relacional entre causas o factores
objetivos y subjetivos27
. Tanto el entorno social condiciona las prcticas de las
organizaciones armadas, como el discurso de stas ha ayudado a construir ese
entorno particular. En el caso del ELN y ETA, su existencia fue posible no solamente
porque existieron unas condiciones polticas y socioeconmicas determinadas, sino
tambin como demostraremos, por la aprehensin significativa de un discurso
ideolgico que entronca rpidamente con una larga tradicin cultural de lucha local.
Fue esta mediacin cultural, simblica, discursiva o subjetiva imprescindible para
que esa situacin social objetiva deviniera en accin violenta armada. Y es que
recordemos con Clifford Geertz que: El hombre es un animal inserto en tramas de
significacin que el mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que
el anlisis de la cultura, ha se ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca
de leyes, sino una ciencia interpretativa de significaciones28
. En nuestra
investigacin por lo tanto cobra mucha importancia el estudio de los sustratos
culturales que permitieron la consolidacin de la violencia en ciertas poblaciones, y
una de las categoras que se utilizan en la tesis para acercarse al estudio de lo
27
El tema de la objetividad en el conocimiento cientfico fue desarrollado por el autor en: Roberto
Sancho Larraaga, Reconfiguraciones sociales de los miedos, certezas y deseos: el papel de la
ciencia, en Revista Cuestiones, n 4, Escuela de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes,
Universidad Autnoma de Bucaramanga, Bucaramanga, 2005, pp. 31-42. 28
Clifford Geertz, La interpretacin de las culturas, Gedisa, Barcelona, 1989, p. 20.
28
cultural, es el de re-presentacin, definida por Stuart Hall como:
Parte esencial del proceso mediante el cual se produce el
sentido y se intercambia entre los miembros de una cultura. Pero
implica el uso del lenguaje, de los signos y las imgenes que estn
por, o representan cosas (...). Porque interpretamos el mundo de
manera aproximadamente igual, podemos construir una cultura
compartida de sentidos y por tanto construir un mundo social que
habitamos conjuntamente. Por ello la cultura es definida a veces
en trminos de sentidos compartidos o mapas conceptuales
compartidos (...). La relacin entre las cosas, conceptos y signos
est en el corazn de la produccin de sentido dentro de un
lenguaje. El proceso que vincula estos tres elementos y los
convierte en un conjunto es lo que denominamos
representaciones29
.
En general, cuando una investigacin se aproxima a la comprensin de temas
relacionados con la violencia, sta es abordada como una consecuencia, efecto,
sntomas o simple reflejo de otros fenmenos sociales objetivos (pobreza, falta de
democracia, etc.). Habitualmente estos fenmenos ataen a elementos internos o
del contexto poltico o econmico-social nacional, por lo cual el acercamiento a la
comprensin del fenmeno de la violencia se realiza describiendo en un informe este
contexto nacional en una determinada correlacin espacio-temporal (tal regin en tal
poca). Ello unido en muchos casos a la inexistencia de la indagacin histrica de los
contextos discursivos y mediadores de la poca, otorgan muy poca relevancia
cientfica a estas investigaciones dada su reducida capacidad explicativa. Por lo
tanto, muchos historiadores sociales no cuestionaron filosfica y metodolgicamente
este reflejo claro o conexin causal entre la violencia y un contexto sociopoltico
29
Stuart Hall, Representation: Cultural representaitions and signifying practices, London, Sage
Pulications, 1997, traducido al espaol en http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/tallhall.pdf
29
determinado; frente a esta postura, esta investigacin parte de posicionarse
tericamente con respecto a la relacin causal entre los elementos de anlisis, es esta
situacin relacional el eje terico de nuestra investigacin y de la propuesta
metodolgica comparada utilizada. Como plantea Miguel ngel Cabrera:
La prdida de vitalidad terica del modelo objetivista
(unida a la simultnea resistencia a recaer en el modelo idealista)
ha propiciado la aparicin de una nueva concepcin de la accin
social y, con ella, de una imagen de la sociedad gobernada por
una lgica causal diferente a las supuestas hasta ahora por la
investigacin histrica. O, dicho llanamente, ha llevado a los
nuevos historiadores a ofrecer una respuesta a la elemental
pregunta de por qu las personas se comportan como lo hacen que
no es ya ni la de porque han decidido libremente hacerlo as ni
porque su posicin social las ha impelido a ello. De manera
concreta, la aparicin de la nueva historia ha supuesto la
formulacin de la premisa de que las acciones significativas no
son ni actos de eleccin racional ni efectos, sean inmediatos o
simblicos, del contexto social, sino que, por el contrario, son el
resultado de la particular articulacin que los individuos realizan
de dicho contexto y de su posicin en l. () Desde este punto de
vista, las relaciones de causa efecto entre contexto social y accin
no estn inscritas en o son fijadas por el primero, sino que se
constituyen como tales en la esfera de la mediacin discursiva30
.
Por lo tanto, en la construccin o elaboracin de conocimiento social creemos
que siempre est presente este debate, as como en las investigaciones existen unas
conexiones causales, implcitas o explcitamente formuladas; por lo tanto, renunciar
a formular el papel de estas relaciones causales en el trabajo investigativo es poco
honesto. La explicacin social e histrica debe dar cuenta entonces tanto de los
contextos socio-histricos como de las prcticas discursivas del ambiente cultural. 30
Miguel ngel Cabrera, p. cit., p. 145.
30
Ambos interactan y por tanto toda determinacin del contexto poltico y social
sobre el individuo es ejercida a travs de mediaciones simblicas, y estas matrices
culturales y simblicas inciden en las prcticas de los individuos determinadas por
los contextos polticos, sociales, geogrficos o econmicos. Suscribimos lo planteado
al respecto por Miguel ngel Cabrera:
En suma, que a un momento objetivista, en el que las
representaciones son puestas en relacin causal con las
condiciones sociales que son su fundamento, el historiador ha de
aadir un momento subjetivista, en el cual debe examinar cmo y
hasta qu punto las representaciones conservan o modifican
dichas condiciones, pues son los sujetos los que convierten a los
significados en ingredientes positivos de la vida social. Dado que
la realidad social es tambin, ella misma, un objeto de percepcin,
toda investigacin histrica ha de tomar en consideracin tanto a
la realidad como a la percepcin de la misma, pues las visiones de
mundo no slo forman parte del mundo, sino que contribuyen
activamente a su construccin31
.
Pensamos que esta apuesta terica es novedosa dentro de la historiografa
que estudia al ELN, historiografa por otro lado muy poco desarrollada por las
condiciones de la profesin histrica en Colombia y por la dificultad y riesgo de su
estudio. Cabe recordar que estas organizaciones son clandestinas lo que dificulta
enormemente su estudio o recoleccin de informacin, y que en el caso de Colombia
expone a los investigadores a riesgos por su integridad fsica, que con otro tipo de
investigaciones no tendran. Por lo tanto, creemos que las fronteras historiogrficas
tambin estn condicionadas por el momento que vive el propio conflicto armado.
Por ello, el estado de la cuestin que se tiene de los procesos histricos de ELN y
ETA es muy diferente: la abundante bibliografa sobre ETA ha permitido 31
Ibdem., p. 38.
31
(fundamentalmente, desde la llegada de la democracia), desentraar las lneas
maestras de la gnesis y evolucin de esta organizacin; por el contrario, el
conocimiento sobre el proceso histrico del ELN est casi en sus comienzos y su
discernimiento requerir de mayor cantidad de estudios sobre el tema. Como vamos a
ver, en lneas generales en la historiografa sobre el ELN podramos encontrar tres
momentos (que no significan que tengan una secuencia cronolgica) y que pueden
tener ciertas coincidencias con la evolucin de la historiografa sobre ETA, si se
realizase tambin un balance bibliogrfico comparado. En un primer momento, las
reflexiones sobre la aparicin de estas organizaciones suele surgir de personas que
han estado prximas a los crculos de sociabilidad, que pertenecen o fueron
militantes de estas organizaciones armadas: son memorias de militantes, experiencias
de crticos que decidieron salir de la organizacin o entrevistas a lderes de estas
organizaciones armadas. En Colombia, esta primera etapa estara caracterizada por el
libro de Jaime Arenas, La guerrilla por dentro. Anlisis del ELN Colombiano, que
fue el origen del conocimiento sistematizado del ELN, cargado de motivaciones
personales, pero testimonio nico de la organizacin en su primeros aos, hasta
1970. Arenas establece el papel del movimiento estudiantil en el surgimiento del
ELN, el clima estudiantil en la Universidad Industrial de Santander, la relacin de
Camilo Torres con el ELN, las divergencias internas, etc. Todo desde su papel de
testigo de excepcin de todos estos acontecimientos por haber sido uno de los
principales idelogos del ELN. Ms recientemente, el libro de Miltn Hernndez,
Rojo y negro. Aproximacin a la historia del ELN, se convierte en la versin oficial
de este grupo armado sobre su historia. Este grupo de textos se completara con obras
como la de Carlos Arango, Yo vi morir a Camilo; Medardo Correa Arboleda, Sueo
inconcluso. Mi vivencia en el ELN; Ricardo Lara Parada, ELN: revelaciones de
32
Ricardo Lara Parada; y, sobre todo, el libro de Nicols Rodrguez Bautista,
fundador y mximo responsable de la organizacin, Y nos hicimos guerrilleros.
Esta etapa investigativa se complementa fundamentalmente con entrevistas
a miembros destacados de la organizacin y podramos afirmar que perdura hasta
nuestros das; as tendramos los trabajos de Marta Harnecker, Unidad que
multiplica: entrevista a dirigente mximos de la Unin Camilista Ejrcito de
Liberacin Nacional; o el ms reciente de Carlos Medina Gallego, ELN: una historia
contada a dos voces, Arturo Alape, La paz, la violencia: testigos de excepcin,
Germn Castro Caicedo, En secreto, Javier Daro Restrepo, La revolucin de las
sotanas. Golconda 25 aos despus, Carlos Arango Zuluaga, Crucifijos-sotanas y
fusiles, etc.
En el caso del estudio de ETA, esta primera etapa se prolonga generalmente
hasta la llegada de la democracia y estara representada por los trabajos de Jos L.
lvarez Enparantza, Txillardegi, De Santoa a Burgos 1937-1970; Federico de
Arteaga, ETA y el proceso de Burgos; Eugenio Ibarzabal, As naci ETA. A los
veinte aos de su aparicin; Emilio Lpez Adn, Beltza, Nacionalismo vasco y
clases sociales y El nacionalismo vasco en el exilio (1937-1960), etc. O ms
recientemente, los textos de Xavier Zumalde, Mi lucha clandestina en ETA.
Memorias del primer jefe del Frente Militar (1965-1968) y Las botas de la guerrilla.
Memorias del jefe de los Grupos Autnomos de ETA (1969-1977). Todos estos
trabajos se caracterizaban por ser reflexiones hechas desde el interior de la
organizacin y mezclaban una exposicin de hechos destacados de ETA con
justificaciones, ms o menos claras, de las causas de este fenmeno social:
reflexiones sobre la conexin de la lucha de ETA con procesos de resistencia
anteriores, como la resistencia vasca al finalizar la Guerra Civil; el problema de la
33
lucha de clases, etc. Tienen un valor testimonial muy importante y fueron el origen
del conocimiento cientfico sobre ETA, pero estn cargadas de valoraciones
personales que marcan indudablemente su anlisis. En este apartado hay que destacar
la publicacin que la editorial Hordago hizo en 1981 de los Documentos Y, casi
10.000 pginas en dieciocho volmenes, donde se hallan la mayora de los
documentos internos de ETA que los editores consiguieron localizar, as como una
gran cantidad de documentos sobre la organizacin. Otros textos internos de la
organizacin se recogieron independientemente, por ejemplo, K. De Zunbeltz, Hacia
una estrategia revolucionaria vasca.
Un segundo momento en el conocimiento de estas organizaciones vendra
caracterizado por la sistematizacin de la informacin "dispersa" que se tena en el
perodo anterior en obras que pretende dar una perspectiva ms integral de la
organizacin. En Colombia, el conocimiento sistemtico del ELN est dando sus
primeros frutos, gracias al trabajo realizado por Carlos Medina Gallego, donde tras
un periodo largo de investigacin con fuentes primarias y entrevistas con
protagonistas, ha conseguido establecer los acontecimientos fundamentales de la
organizacin, as como los aspectos y periodos del ELN. Un trabajo pormenorizado
indispensable para posteriores investigaciones sobre aspectos ms concretos de la
organizacin, sus reflexiones se han concretado en su libro, Elementos para una
historia de las ideas polticas del Ejrcito de Liberacin Nacional. La historia de los
primeros tiempos (1958-1978). Por otro lado, hay que mencionar tambin el intento
de contextualizacin del surgimiento y consolidacin del ELN realizado por el autor
de esta tesis doctoral en su libro, Roberto Sancho, Guerrilla y terrorismo en
Colombia y Espaa: ELN y ETA. Con estos textos de Carlos Medina y Roberto
Sancho, nos encontraramos con el horizonte investigativo sobre la historia del ELN;
34
por ello creemos que nuestra investigacin puede aportar elementos que llenarn
parte de ese vaco investigativo existente sobre un fenmeno social tan importante
como es la existencia del ELN.
Este segundo momento se corresponde en Espaa con las obras "clsicas" de
la historia de ETA, los dos volmenes de Jos M. Garmendia, Historia de ETA;
Gurutz Jauregui, Ideologa y estrategia poltica de ETA. Anlisis de su evolucin
entre 1959 y 1968; John Sullivan, El nacionalismo vasco radical; Robert P. Clark,
The Basque Insurgents. ETA 1952-1980, o el texto ms reciente coordinado por
Antonio Elorza, La historia de ETA. Tambin hay otras obras menos afortunadas en
este bloque como las de Luigi Bruni, ETA, historia poltica de una lucha armada o
Pedro Ibarra Gell, La evolucin estratgica de ETA. Con estas obras se sistematiza
el conocimiento de los acontecimientos de la organizacin, se establecen periodos de
evolucin o los principales elementos que caracterizan la organizacin. Estos textos
que se pueden definir como "tradicionales" o la "historia poltica" de la organizacin,
se centran fundamentalmente, en el estudio de la documentacin interna, los
congresos, las discusiones ideolgicas, las sucesiones en la cpula de la
organizacin, etc. Esta sistematizacin ha sido un paso previo indispensable para los
anlisis posteriores que inciden en aspectos ms concretos de la organizacin.
Por tanto, el tercer momento de la historiografa sobre el ELN o ETA es aquel
con una bibliografa que desarrolla aspectos puntuales de estas organizaciones.
Podemos destacar en este punto el intento de escribir biografas de algunos de los
protagonistas, a partir de entrevistas con ellos mismos; por ejemplo, los libros que se
publicaron en Espaa a raz de la muerte del "cura espaol guerrillero": la obra de
Ion Arregui, Los sueos intactos, el cura Prez o el de Fabiola Calvo Ocampo,
Manuel Prez, un cura espaol en la guerrilla colombiana. Herederos estos ltimos
35
textos, de las obras surgidas a raz de la muerte de Camilo Torres, en especial el libro
de Mara Lpez Vigil, Camilo camina en Colombia.
Como afirmamos anteriormente, el conocimiento que se tiene sobre la
organizacin etarra es amplia y enlaza con estudios de diversas disciplinas, desde
anlisis de polticos, socilogos, periodistas o propiamente de historiadores. La
bibliografa que surge constantemente sobre el tema es muy abundante y se
caracteriza por esa diversidad de enfoques existentes: desde aspectos como el estudio
de los procesos de captacin o abandono de la organizacin, las caractersticas
sociolgicas de la militancia de ETA, el estudio de las finanzas de ETA, el papel de
las mujeres dentro de la organizacin, la repercusin social y econmica del
terrorismo, etc. Libros como los de Florencio Domnguez Iribarren, ETA: Estrategia
organizativa y actuaciones 1978-1992, Dentro de ETA. La vida diaria de los
terroristas y Las races del miedo. Euskadi, una sociedad atemorizada o el texto de
Fernando Reinares, Patriotas de la muerte. Quines han militado en ETA y por qu.
Todas las obras referenciadas anteriormente y el resto de la extensa
bibliografa tendrn su anlisis a medida que vayan participando en la elaboracin
del texto. Pero lo que evidencia esta primera aproximacin es el poco avance de la
historiografa sobre el ELN, esta tesis por tanto aporta al conocimiento de la historia
de esa organizacin con una perspectiva comparada con otros grupos armados,
esencialmente con ETA, y se propone con ello indagar en las condiciones socio-
polticas y psicoculturales que permitieron el surgimiento y consolidacin de este
tipo de organizaciones armadas. Para ello se perfilan tres mbitos de anlisis: por un
lado los contextos socio-polticos nacionales y el contexto internacional en el
momento de surgimiento de las organizaciones; en segundo lugar, el estudio de los
contextos culturales y los imaginarios que hacen posible las conductas de los
36
militantes; y por ltimo, la observacin de la dimensin personal a partir de algunos
activistas representativos. Se sigue la propuesta de Kocka: Representar las
estructuras y los procesos a travs de acontecimientos y personas y, en este sentido,
tambin narrar32
. Mostrar problemas estructurales sociales y polticos, y
paralelamente narrar la vida de varios de los protagonistas representativos de estas
organizaciones; porque no slo existe la Historia con maysculas sino tambin las
historias con minsculas, queremos con ello recuperar al ser humano en esa Historia.
Con este planteamiento se pretende dar salida a la propuesta terica de trabajar las
dimensiones objetivas y subjetivas del fenmeno de la violencia poltica armada; esa
propuesta eclctica que intenta abarcar varias dimensiones del fenmeno.
Tambin se propone esta tesis varias formas de contar o de escribir la
historia, pretende narrar con mucha argumentacin y argumentar con mucha
narracin, por ello se combinan captulos duros explicativos con captulos
blandos que ponen mayor nfasis en las formas de narrar el pasado, en un ejercicio
consciente de escritura de la historia. Se busca con ello manejar una tensin del
relato en la tesis, con captulos descriptivos y analticos habituales en la academia
con otros ms narrativos que intentan explorar las posibilidades literarias de la
historia, ambos basados en un riguroso tratamiento de las fuentes y de la abundante
bibliografa secundaria. La premisa es que es tan importante el qu decir, como el
cmo decirlo y que sobre el tema se requiere tanto una mirada general como otra ms
precisa que se aproxime a los hechos, los ambientes y las personas de forma ms
precisa y narrativa.
A partir de las consideraciones anteriores, la estructura del texto se divide
de la siguiente manera: el captulo primero titulado Surgimiento del Ejrcito de
Liberacin Nacional, comienza con una narracin de la primera accin armada del 32
Jrgen Kocka, p. cit., p. 101.
37
ELN, intenta rescatar los ecos de la historiografa en sus orgenes en la Antigedad
clsica, y propone una estructura narrativa tradicional con un conflicto, un desarrollo
y encadenacin de sucesos y un desenlace. Este captulo pretende recrear las
atmsferas que vivieron los primeros militantes del ELN. Un segundo momento de
este captulo, reconstruye la historia del primer lder de la organizacin Fabio
Vzquez; sta se convierte en una excusa para analizar el surgimiento del germen de
la organizacin en Cuba, la Brigada Pro-liberacin Jos Antonio Galn, y sirve de
entrada al anlisis del papel que los factores externos tuvieron en el nacimiento del
ELN.
El captulo segundo titulado Los factores externos y el surgimiento de
organizaciones armadas, es el primer captulo duro de la tesis, donde nos
interrogamos sobre el papel que cumplieron los factores externos y el contexto
internacional en el surgimiento de organizaciones armadas en Amrica Latina y
Europa, a partir del anlisis comparado de los casos estudiados: ELN y ETA. El
anlisis de los contextos internacionales donde surgieron estos grupos armados,
creemos que arroja luz sobre los contextos necesarios o que favorecieron un
eventual xito o fracaso de las experiencias revolucionarias. En este captulo se
analizan aspectos como las dos olas revolucionarias en Amrica Latina en la segunda
mitad del siglo XX, la influencia del modelo cubano, las polticas contrainsurgentes
de la Doctrina de Seguridad Nacional, el surgimiento de la Nueva Izquierda, etc.
El captulo tercero titulado Regreso de Cuba e implantacin del foco
insurreccional, es otra seccin blanda de la tesis, un descanso antes de profundizar
en el anlisis de los factores internos nacionales. Comienza con el relato del regreso
de Cuba del germen del ELN despus de su corta estada de formacin en la isla y
sirve de excusa para analizar las razones que los llevaron a elegir la zona de
38
implantacin del foco guerrillero; razones que se convierten en un buen ejemplo del
papel que los factores internos cumplen en estas organizaciones para su
consolidacin. De esa zona elegida para la implantacin del foco es Nicols
Rodrguez Bautista, fundador y actual mximo dirigente del ELN, con la narracin
de su infancia se busca entender las sensaciones que llevan a muchos jvenes
campesinos colombianos a ingresar a los grupos armados, dcada tras dcada. La
infancia de Nicols Rodrguez es un relato cosido a la realidad histrica de este pas,
y a su vez con este tipo de relatos nosotros intentamos coser la realidad histrica de
ese momento.
El captulo cuarto titulado Los factores internos y el surgimiento de
organizaciones armadas, analiza las condiciones estructurales del conflicto armado
colombiano a la luz del especial proceso de configuracin de la sociedad y el
moderno Estado liberal, as como la institucionalizacin de unos tipos de relaciones y
vnculos sociales determinados por la violencia. Configuracin de la sociedad e
institucionalizacin de la misma, marcada por las formas de ocupacin del espacio,
ese fenmeno de colonizacin agraria que ha determinado las formas especficas de
cohesin social y de articulacin con el Estado. La hiptesis que se defiende es que
la violencia ligada al proceso de colonizacin del pas muestra que es mediante esta
violencia como se fue integrando territorialmente el pas; as como que con el uso de
la fuerza, estas poblaciones por fuera de la normatividad e institucionalizacin
tuvieron acceso a la ciudadana. En este captulo se desarrollan algunos de los
factores que determinaron esa evolucin histrica, como la colonizacin agraria, la
deslegitimacin del Estado, la cultura poltica de la violencia, el bloqueo del sistema
poltico colombiano, etc.
39
El captulo quinto titulado Discurso, re-presentaciones e imaginarios, tiene
como objetivo profundizar en el conocimiento de la dimensin subjetiva de la
violencia poltica armada en Colombia y Espaa, as como de las mediaciones
simblicas que hacen pensable, justificable e incluso necesaria para los actores
armados, la existencia de la violencia en estas sociedades. Partimos de una
perspectiva que considera que las causas estructurales u objetivas resultan
insuficientes para hacer inteligible la violencia poltica armada, por ello se requiere
analizar tambin las percepciones que de la realidad tienen estos actores sociales.
Qu referentes culturales y simblicos en la sociedad determinaron las prcticas y
conductas de los militantes de organizaciones armadas ilegales. Nos preguntaremos
qu relacin existe entre la cultura de la violencia, lo simblico y lo sagrado; ese
espacio donde se gesta el culto a la violencia en estas organizaciones. Indagaremos
qu re-presentaciones de guerra, muerte-sacrificio, entrega sacramental, santidad del
hroe muerto en combate, etc., alimentan esa cultura de la violencia de estos actores
armados.
Por ltimo, el captulo sexto titulado Aspectos comparados de las
caractersticas socio-econmicas de la militancia en grupos armados en Colombia y
Espaa: ELN y ETA, propone conocer los perfiles sociolgicos de los militantes de
las organizaciones armadas que surgieron en la dcada de los aos sesenta,
especialmente del ELN y ETA; adems realizaremos la comparacin de ambos
perfiles as como su evolucin histrica, a partir de categoras preestablecidas como
la edad, el sexo, el nivel de estudios, el tamao de la localidad de nacimiento, la
profesin, etc. El eje central de este captulo se compone del anlisis cuantitativo de
los documentos judiciales del Tribunal Especial, los expedientes judiciales contra
40
guerrilleros, que se encuentran en el Archivo Central del Palacio de Justicia de
Bucaramanga.
Por ltimo, la tesis se completa con un cuadro de cronologa comparada del
perodo estudiado de Colombia y Espaa, as como un cuadro de siglas de
organizaciones de ambos pases.
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CAPTULO PRIMERO
SURGIMIENTO DEL
EJRCITO DE
LIBERACIN
NACIONAL (ELN)
42
1.1. PRIMERA ACCIN ARMADA DEL
EJRCITO DE LIBERACIN NACIONAL
El grupo se dividi en dos: la escuadra nmero uno con 9 hombres haran de
guerrilleros y emboscaran a la escuadra nmero dos compuesta por otros 8 hombres
que haran de tropa del ejrcito. Se prepar todo, unos enmontados detrs de la
vegetacin a ambos lados de la va y los otros bajando por el camino real. Cuando el
ejercicio iba a llegar al momento ms importante y todos estaban listos en su
posicin para el combate; en mitad del grupo de hombres encargados de emboscar a
esa patrulla del ejrcito, se escuch un grito de rabia y desespero: Qu hijueputa
vinimos a hacer aqu?. Era Silverio, nombre de guerra de un joven santandereano,
ejemplar tpico de esta regin montaosa del nororiente colombiano; rebelde y
atravesado, se negaba a cumplir las ordenes de seguir entrenando y haciendo pum-
pum-pum, con la boca!, porque dada la escasez de balas, el entrenamiento era sin
municin. Sin poder disparar su carabina calibre 22, Silverio enfurecido vociferaba:
Ah, no, yo no hago ms pum-pum-pum! Cuando toque dar plomo, s, pero estas
gevonadas yo no las aguanto ms!33
.
La cuadrilla se olvid rpidamente del entrenamiento militar y saliendo cada
uno de sus puestos, comenzaron una acalorada y tpica discusin entre compatriotas.
33
Testimonios de Nicols Rodrguez Bautista tomados de Mara Lpez Vigil, Camilo camina en
Colombia, Segunda Edicin, Hecho en Colombia, 1989, pp. 54-55. Este libro se construy con las
entrevistas a los dos mximos responsables del ELN en ese momento: el jefe poltico, el cura aragons
Manuel Prez y el responsable militar de la organizacin, el santandereano Nicols Rodrguez
Bautista (Gabino). Este libro no es slo indispensable para rastrear la vida del cura Camilo Torres en
el ELN, sino tambin para indagar sobre el surgimiento del ELN en 1964, sobre todo en el captulo
Elenos que muestra las motivaciones de los primeros militantes, las justificaciones para el uso de la
violencia o el peso de la teora del foco guerrillero como estrategia revolucionaria implementada por
la organizacin y que tanta repercusin tuvo en su historia. Al ser un testimonio de primera mano de
los protagonistas del surgimiento del ELN, sirvi de fundamento para reconstruir histrica y
narrativamente los primeros momentos de la organizacin armada.
43
Silverio segua gritando desesperado que se negaba a hacer ese teatro, l no haba
entrado a la guerrilla para hacer el payaso; alegaba que quera ver armas de verdad y
no las que Fabio dibujaba en un tablero de madera; estaba harto de escuchar frente a
esa pizarra decir: Miren: un fusil es as, una granada es as, una ametralladora es
as...34
. Los compaeros responsables del grupo queran que entrase en razn y con
voz firme pero cariosa le afirmaban que todo cambiara pronto cuando comenzaran
los combates de verdad con el ejrcito. Otros compaeros queran que se castigar la
actitud de Silverio de forma ejemplar, alegando que la revolucin se basaba en la
disciplina y que ese acto de insubordinacin requera una rectificacin inmediata del
santandereano o sino un juicio revolucionario donde el encausado se atena a la
sentencia de muerte y el consiguiente fusilamiento. Qu sucedera si estas acciones
se producen en un enfrentamiento de verdad? Alegaban estos improvisados fiscales.
La discusin se segua en alta voz, intentando cada uno imponer su opinin no a
travs de los argumentos ms convincentes sino dependiendo de la capacidad
torcica y las cuerdas vocales de cada cual. Toda esta situacin era inverosmil
teniendo en cuenta que se trataba de un grupo clandestino, que intenta pasar
desapercibido, mimetizarse con el paisaje selvtico del Cerro de los Andes. Pero el
eco de la discusin recorra toda la vereda35
, crendose una situacin de verdadero
realismo mgico, que podra servir de argumento para una novela del colombiano
Gabriel Garca Mrquez.
Silverio slo reflejaba el sentir de la mayora del grupo. Que lejos quedaban
el entusiasmo y la alegra de ese 4 de julio de 1964, cuando diecisiete campesinos al
mando de Fabio Vsquez comenzaron la Primera Marcha Guerrillera. En ese
momento, todos ellos iniciaban su vida como guerrilleros y constituan el ncleo
34
Ibdem., p. 54. 35
La vereda es un valle pequeo entre montaas.
44
inicial del naciente Ejrcito de Liberacin Nacional36
. Slo haban pasado varios
meses desde esa Primera Marcha, se encontraban en diciembre; pero el hambre, el
cansancio, la separacin de la familia y, sobre todo, la falta de accin militar, tenan
mermada la moral revolucionaria de estos combatientes. Tal vez, como afirm el
propio Che, una guerrilla que no combate, desaparece. La situacin del grupo
guerrillero no poda continuar con esa precariedad de recursos, mal vestido,
alimentado, y lo peor, deficientemente armados para emprender la ingente labor de
liberar a Colombia de las garras de la oligarqua y del imperialismo yanqui.
Literalmente, no slo se autodefinan el ejrcito de los pobres, sino que eran eso, un
ejrcito pobre. Era necesario conseguir dinero, armas, medicamentos; y no menos
urgente realizar una accin militar que elevase la moral de la milicia. Esta accin
deba servir tambin para darse a conocer ante el pas y el mundo entero. As
comenz la planificacin de la Toma de Simacota37
.
Simacota era una poblacin santandereana de unos cinco mil habitantes, que
reuna las caractersticas para esta primera accin militar. Este primer combate fue
decisivo para el futuro del germen del ELN, no se poda fracasar, haba que asegurar
la victoria. En juego estaba el debate que por esos das se daba en la izquierda en
Colombia, sobre la viabilidad de la lucha armada para cambiar la situacin del pas.
36
Jaime Arenas, La guerrilla por dentro. Anlisis del ELN colombiano, Bogot, Ediciones Tercer
Mundo, 1971, pp. 42-43. Este libro es la primera experiencia de sintetizar la historia del ELN a los
siete aos de su fundacin, a partir de las memorias escritas por uno de los ms destacados miembros
de la organizacin en su etapa inicial. Jaime Arenas ingres en 1967 (tres aos despus del
surgimiento de la organizacin), antes se haba convertido en uno de los lderes estudiantiles ms
importantes del pas y mano derecha del cura Camilo Torres. Tras permanecer ao y medio en la
organizacin y de haber sido uno de sus idelogos ms destacados, desert de la misma y decidi
escribir su experiencia sobre lo que haba vivido y sentido en la organizacin armada. La decepcin
con la lucha armada, la denuncia de la desviacin militarista del ELN, su separacin de las masas, las
divisiones entre los rurales y los urbanos y sobre todo la falta de preparacin poltica de los militantes,
motivo a Jaime Arenas a desligarse de la organizacin. El mximo responsable del ELN en la poca,
Fabio Vsquez, no perdon la desercin de Arenas y lo mand asesinar. Este libro es indispensable
para reconstruir la vida de uno de los primeros idelogos de la organizacin, pero tambin como
primer documento integral sobre el ELN, permite acercarse a la comprensin de: los primeros aos
de la organizacin armada, el papel del cura Camilo Torres en la misma, la teora del foco, etc. 37
Ibdem., p. 44-45.
45
Esta accin militar tena que ser exitosa, tanto militar como poltica, e incluso
econmicamente. Simacota tena un significado simblico importante, porque era la
tierra de los Comuneros, aquellos que se haban alzado contra la explotacin de
Espaa durante la Colonia; y lugar de nacimiento de su principal lder, Jos Antonio
Galn, mrtir nacional. ste fue asesinado por los espaoles, que dest