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TESIS DE GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA – UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI SALERNO
MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA
POLÍTICA PÚBLICA COMO ESTRUCTURA DE ESTADO: UN ACERCAMIENTO AL PROCESO
DESCOLONIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA DESDE LA POLÍTICA DE
SEGURIDAD ALIMENTARIA “COMER BIEN PARA VIVIR BIEN-SUMAJ MIQHUY
MIQHUNA, ASKIN SUMAJ MANQ’AÑA, YAKARU KAVI”
LUIS ALEJANDRO MONTAÑO CLAVIJO
DIRECTOR: PABLO GUADARRAMA-DR. EN FILOSOFÍA
DICIEMBRE DE 2014
BOGOTÁ
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TESIS DE GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA – UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI
SALERNO
MAESTRÍA EN CIENCIA POLÍTICA
POLÍTICA PÚBLICA COMO ESTRUCTURA DE ESTADO: UN ACERCAMIENTO
AL PROCESO DESCOLONIAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA
DESDE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA “COMER BIEN PARA
VIVIR BIEN-SUMAJ MIQHUY MIQHUNA, ASKIN SUMAJ MANQ’AÑA, YAKARU
KAVI”
LUIS ALEJANDRO MONTAÑO CLAVIJO
DIRECTOR: PABLO GUADARRAMA-DR. EN FILOSOFÍA
DICIEMBRE DE 2014
BOGOTÁ
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AGRADECIMIENTOS
GRACIAS A MI FAMILIA POR EL APOYO PRESTADO Y SU CONFIANZA
GRACIAS A TODOS Y CADA UNO DE LOS PROFESORES DE LA MAESTRÍA
GRACIAS AL DR. ANTONIO SCOCOZZA POR EL ESFUERZO DE UNIR DOS SURES
DENTRO DE UNA MISMA ILUSIÓN.
GRACIAS AL PROFESOR PABLO GUADARRAMA QUE SIN SU ACOMPAÑAMIENTO,
COLABORACIÓN E INSPIRACIÓN DADA DESDE EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO
NO SE HUBIERA LOGRADO EL PRESENTE TRABAJO.
GRACIAS A LOS COMPAÑEROS DE LA MAESTRÍA.
GRACIAS A EIDA YANETH GARZÓN ROJAS, HELVER ALBERTO GUZMÁN MARTÍNEZ,
LILIANA NIETO DÍAZ, KAREN LORENA MORA FORERO Y HERMES ARDILA,
COMPAÑERO DE LUCHAS Y DEBATES.
GRACIAS A LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA Y A LA
UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI SALERNO Y A SUS DIRECTIVOS Y
ADMINISTRATIVOS.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………
1. CAPÍTULO UNO: ESTRUCTURA Y DES-ESTRUCTURA DEL DOMINIO COLONIAL DESDE EL
MARCO CONSTITUCIONAL DEL BUEN VIVIR EN BOLIVIA. …………………………………
1.1 CAPITAL SIMBÓLICO, IMAGINARIOS COLECTIVOS Y LA ESTRUCTURA DEL
PODER……………………………………………………………………………………..
1.2 RAZA Y DOMINACIÓN SOCIAL…………………………………………………………
1.3 COLONIALIDAD Y COLONIALISMO COMO PROCESOS DOMINADORES…………………
1.4 EMANCIPACIÓN, DECOLONIALIDAD Y POLÍTICA………………………………………
1.4.1 SUMAK KAWSAY, SUMAK QAMAÑA: EL BUEN VIVIR COMO ALTERNATIVA
CONSTITUCIONAL………………………………………………………………………….
2. CAPÍTULO DOS: ESTADO DE BIENESTAR Y LA APLICACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
COMO RESULTADO DE LAS EXIGENCIAS DEL SUJETO
SOCIAL…………………………………………………………………………………….
2.1 PODER IMPERIAL Y PODER FEUDAL COMO ANÁLISIS PREVIO AL ESTADO DE
BIENESTAR…………………………………………………………………………………..
2.2 ESTADO BIENESTAR: ¿DEL SUJETO LIBRADO AL SUJETO
LIBRE?....................................
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2.3 ESTADO, GUERRA Y ECONOMÍA: ¿PRINCIPIO DE UN ESTADO
BENEFACTOR?..............................................................................................................
..........
2.4 ENTRE ESTADO BENEFACTOR COMO ESTADO MARGINADOR…………………………….
2.5 CONFIANZA SOCIAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS……………………………………………..
3. CAPÍTULO TRES: ¿POLÍTICA PÚBLICA Y DESCOLONIALIDAD COMO UN PLANTEAMIENTO
ALTERNATIVO A LA
CRISIS?.....................................................................................................
3.1 RESISTENCIA Y DESCOLONIALIDAD POLÍTICA…………………………………………
3.2 ESTADO BOLIVIANO Y LA LUCHA ALTERNATIVA ……………………………………….
3.3 ESTADO, GOBERNANZA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA. ………………………………..
3.3.1 SEGURIDAD ALIMENTARIA EN BOLIVIA………………………………………………
3.4 ECONOMÍA SUBSISTENTE: DEL INDÍGENA-CAMPESINO A LOS GRANDES MONOPOLIOS
AGRÍCOLAS. ………………………………………………………………………………..
3.4.1 EL MITO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA……………………………………………
3.4.2 PROBLEMA IDENTIDAD………………………………………………………………….
3.4.3 SOBERANÍA…………………………………………………………………………….
CONCLUSIONES……………………………………………………………………………..
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INTRODUCCIÓN.
El Estado-plurinacional de Bolivia el cual se ha consolidado en los últimos años en
el mandato del presidente Evo Morales y su maquinaria política el Movimiento al
Socialismo puede considerarse como un lugar paradigmático al momento de
intentar comprender su construcción como Estado, como sociedad y como cultura.
El marco geopolítico y la estructura demográfica del país, al igual que los factores
económicos, productivos, comunicativos, etc., se han convertido en factores
determinantes a la hora de dar una respuesta a las diferentes dinámicas con las
cuales se ha perfilado al territorio boliviano en la última década, tomando en
cuenta un cambio de perspectiva con respecto al marco legal y constitucional que,
hasta esa primera década del siglo XXI, se había configurado en un estereotipo
político, económico y social del boliviano que al parecer no era concordante con el
quehacer del ciudadano histórico andino.
Entendemos como ciudadano histórico andino al hombre ancestral que desde
siglos se ha posado tanto en la altiplanicie andina, en los valles y en los llanos
orientales propios de Bolivia, todos ellos configurando una amalgama de culturas,
saberes, de dialectos y de costumbres entre regiones (Amazonia, Chaco y andes),
en donde sobresalen la familia de los Quechua, Aimara, Churiguanos, Arawak,
Tiwanaku, entre otras. Todos estos contrastes han nutrido a ese sujeto boliviano
histórico precolombino que se distingue del que la colonización estructuro para un
futuro.
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No es posible deslegitimar un recorrido histórico que ha revelado el camino por el
cual, no solamente Bolivia, sino en general Latinoamérica, estructuró su
organización gubernamental y legal desde los cánones aprehendidos de la
tradición occidental. Los conceptos de Estado, democracia, sociedad, entre otros,
son el reflejo de lo que se impuso por medio de unos patrones construidos en los
procesos coloniales, y se han convertido hoy en día en la columna vertebral del
aparato político.
Así pues, la construcción del Estado en su concepción tradicional-occidental, su
estructura, sus límites, sus alcances y el ejercicio que recae en él, son algunos de
los puntos de análisis que se puede establecer dentro de esos patrones
construidos y adoptados en el territorio latinoamericano en relación con el estudio
de la ciencia política, sobre todo cuando el análisis de eso a lo que se le
reconoce como Estado tiene gran influencia en las dinámicas que comprenden
escenarios económicos, sociales, culturales, religiosos, e incluso, antropológicos.
Muchos de los debates teórico-prácticos dentro de los escenarios de la
investigación de la ciencia política se han concentrado en identificar y comprender
de fondo los problemas que han afectado al Estado moderno y su reconfiguración
histórica. Es notable reconocer en este análisis que la unidad territorial superó en
estructura la idea de la atomización de la Edad Media, abarcando así una
dominación (monarquía nacionales); un dominio de poder, un sistema de
administración, un ejército, un sistema de impuestos, burocracia administrativa,
leyes, diplomacia internacional, la protección de la propiedad privada, legitimidad
del uso de la violencia, etc., son los pilares que forjan la identidad del Estado
occidental.
Todo lo anterior sustentado en una base de tránsito entre el modelo feudal al
modelo capitalista y, si se puede decir, un movimiento evolutivo del Estado
moderno occidental. Sin embargo, los resultados obtenidos no influirían solamente
en el mundo occidental, sino que paralelamente se extendió a los procesos
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colonizadores en América, todo lo anterior se convirtió en un marco de
referencia para que en los procesos de colonización se instaurara la idea de un
Estado (Monárquico).
Tomando en cuenta los antecedentes antes señalados, hoy en día es posible
preguntar por la reconfiguración del concepto de Estado que se ha identificado en
Latinoamérica y los efectos en diferentes niveles socio-culturales que luego de los
procesos de colonización han marcado la hoja de ruta de esta parte del
hemisferio, tomando en cuenta la forma con la cual el fenómeno colonizador
impactó social, económica, cultural y políticamente a la cosmovisión amerindia.
La presente investigación se centra en Bolivia y, más exactamente, en analizar
los procesos por los cuales se puede evidenciar la respuesta a la fractura de la
organización propia de la identidad de este pueblo por causa de la colonización
occidental y cómo desde los procesos de dominación se alimenta el concepto de
Estado deslegitimador de identidad dando origen a procesos de resistencia política
y social que buscan por medio de mecanismo constitucionales reivindicar un
pensamiento y un quehacer del sujeto político-boliviano que asuma la
resignificación del Estado-nación como Estado-plurinacional.
Para ello se hace necesario, en primer lugar, poder observar si es realmente
posible sostener que las políticas públicas, como por ejemplo la de la seguridad y
soberanía alimentaria de Bolivia, la cual se sustentan en el enfoque descolonial
propio del pensamiento indigenista Aymara y Quechua del Buen Vivir y que se
encuentra enmarcada en el nuevo modelo gubernamental y constitucional del
Estado plurinacional, es el resultado de acciones de resistencia política y social
para contrarrestar la dominación occidental que desde la época de la colonia se ha
vivido a lo largo y ancho de Latinoamérica.
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En segundo lugar, analizar pues, en última instancia, si la estrategia utilizada en
el gobierno de Evo Morales de implementar una política publica de seguridad
alimentaria desde los paradigmas del buen vivir ha beneficiado a la población
indígena-campesina; al igual que comprender qué entiende el Estado plurinacional
Boliviano por el concepto del Buen Vivir.
Sin embargo el presente trabajo inicia con un breve análisis de lo que se ha
denominado como un problema propio de los procesos coloniales en América
Latina y las repercusiones en diferentes niveles, en especial en el socio-político
que este ha tenido, tal problema es el de la construcción occidental de identidad
del sujeto amerindio mediada por la relación de “colonizador-colonizado”
En un segundo momento se intenta identificar qué son las políticas públicas y en
qué benefician a los ciudadanos de un Estado, tomando en cuenta que en la
construcción de un Estado de benefactor se busca establecer puentes sólidos
entre la relación que hay entre el sujeto, el Estado y los procesos de producción y
trabajo que están en la atmosfera de un país como el boliviano.
En este punto se analiza las políticas públicas en relación con el Estado ya que lo
que se intenta mostrar es que la reconfiguración del “sujeto” frente al Estado Así
pues se dará paso a indagar si una política pública con un enfoque que rompa el
patrón colonial, gracias al estar enmarcada dentro de un marco constitucional y
legal indigenista, de resultados para un proceso descolonizador que permita
identificar nuevas dinámicas estatales.
Tres ejes de análisis que giran en torno al problema de la construcción de Estado-
nación del pueblo boliviano y la nueva noción de Estado-plurinacional nos servirán
como punto de referencia; estos ejes de análisis están representados en las
siguientes categorías-macro que permiten presentar de forma más detallada el
problema:
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1-Colonizacion-descolonizacion
2-Estado benefactor-políticas públicas con enfoque descolonial.
3-Comer bien para vivir bien (política de la soberanía y seguridad alimentaria)
Para hacer el análisis teórico de las categorías-macro el presente texto está
dividido en tres partes que dan respuesta a dichas categorías.
En primer lugar se presenta un análisis conceptual del problema que encierra el
término colonización y cómo, desde este término, se estructura unas condiciones
propias de relación de poder en una base dicotómica entre colonizador-
colonizado, mostrando cómo esta relación de poder ha marcado criterios de
clasificación en donde se presupone una superioridad cultural, epistémica, social,
religiosa, política y económica; todo lo anterior rastreado, en un primer momento,
desde lo que entiende Pierre Bourdieu como capital simbólico (Pierre Bourdieu.
l993. Pág. 62.) y el cual se ha reconocido por los agentes sociales (colonizador-
colonizado) dándole un valor en la conformación de un Estado que posee las
características para inculcar aquellos hitos inamovibles en la estructura social.
Sin embargo este primer análisis de enfoque colonizador se convierte en un
pretexto necesario para mostrar, en un segundo momento, cómo es posible
identificar en la última década de un país como el boliviano una nueva
concepción de sujeto político y como desde ese nuevo sujeto político surgen
procesos descoloniales desde el propio marco legal-constitucional, tomando como
punto de partida la resignificación del Estado como un Estado-plurinacional,
reconstruyendo eso noción de capital simbólico, y que ha encaminado todos sus
esfuerzos en nutrir, de manera sólida y dentro del Estado-plurinacional, políticas
públicas con un enfoque descolonizador que permita un fortalecimiento del
paradigma "buen vivir o sumak kawsay-sumak qamaña"
Pretendiendo así pues desmontar aquellos paradigmas occidentales (raza,
superioridad epistémica, superioridad antropológica, etc.) y que a largo plazo
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intentan mostrar de esta manera que hay un esfuerzo desde el pueblo boliviano
en poder superarlos; de igual manera uno de los propósitos es evidenciar que el
problema del autoreconocimiento desde las márgenes del pensamiento occidental
que se le había negado al boliviano desde la aparición de la primera constitución
política y una estructura estatal que es centralizada, es un problema socio-político
que puede ser superado.
En segundo lugar y partiendo de la importancia que en este momento toma el
Estado-plurinacional boliviano y las políticas públicas con enfoque descolonial
dentro del marco constitucional y legal, en la segunda parte se intenta mostrar el
valor que tiene las políticas públicas, para qué sirven y su aplicación en el marco
constitucional boliviano como punto de anclaje para el proceso descolonizador
desde una perspectiva socio-política.
Tomando en cuenta que el eje articulador de esta segunda parte es el concepto de
política pública, se realiza un análisis histórico con el fin de entender cuál es el
camino que se construyó en torno a la aparición de lo que se puede entender bajo
ese concepto, es así que se hace necesario mostrar en primer cómo, a grandes
rasgos, se entiende al sujeto dentro de unos modelos sociales, económicos y
políticos (El Imperio Romano, el feudalismo y el capitalismo) qué perfilan las
condiciones de producción y de sumisión, y cuáles son las dinámicas de tránsito
para que se dé un cambio en estos modelos sociales llegando al modelo
capitalista de producción industrial y, por ende, cual es el nuevo lugar del sujeto
dentro de este escenario y el surgimiento de un Estado como Estado benefactor
que "garantiza" ciertas condiciones sociales desde la aparición de lo que se
entiende por políticas públicas.
Luego de observar las condiciones políticas y sociales desde los procesos de
colonización-descolonización desde el marco constitucional boliviano, y tomando
en cuenta el recorrido que se ha realizado con respecto al Estado benefactor y las
condiciones con las cuales surge las políticas públicas, se da paso a enfocar el
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problema de la investigación en lo concerniente a las políticas públicas con
enfoque descolonial y, más exactamente, la política del comer bien para vivir bien
que es la política boliviana que responde a la seguridad y soberanía alimentaria en
el país andino, con el fin de mostrar los límites y alcances que tiene este enfoque
descolonial en la política y, en general, en la conformación del Estado-
plurinacional.
De acuerdo con lo anterior lo que se busca es identificar, en primer lugar, los
puntos de encuentro entre los procesos colonizadores en América del Sur y la
configuración que, de estos procesos, tiene la sociedad entorno a unas
características claras como lo son, por ejemplo, el concepto de raza, con el fin de
dar cuenta de los cambios estructurales tanto sociales como políticos; en esta
parte es fundamental hacer un acercamiento a la literatura decolonial
Rastrear la existencia de políticas públicas con enfoque descolonial en la
implementación socio-política, legal y constitucional de Bolivia. Esto tendrá como
referencia temporal el año de la puesta en escena la llegada del MAS de Evo
Morales al poder y la trasformación al concepto de Estado que se tiene a finales
de la primera década del siglo XXI. Sin embargo este referente histórico tiene cono
referente histórico tiene como punto de anclaje el proceso occidental-colonial
desde la implementación de formas de construir nación y sujeto. De igual manera
y como un segundo punto de análisis, se pretende mostrar el proceso occidental
ha estructurado las formas de Estado en este hemisferio y cómo surge las
políticas públicas como respuesta a unas necesidades social, claro está, políticas
públicas que se ciñen a las necesidades de un hombre occidental y a otro
occidentalizado.
Se hace necesario entonces establecer unas categorías que serán de ayuda a lo
largo del texto:
Marco Conceptual
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Buen Vivir (Suma quemaña o sumak kawsay):
Para la presente investigación entenderemos el concepto de buen vivir (Suma
quemaña o sumak kawsay), como una forma de construcción política, social,
cultural y ancestral que permite un diálogo armónico entre los seres humanos y la
naturaleza que los circunda. Una forma alternativa al desarrollo capitalista en
donde se posibilita un tipo diferente de lo que hoy en día se entiende como
desarrollo, economía y Estado.
Vivir Mejor:
Entendemos el concepto Vivir mejor como un significado que se contrapone al
concepto quechua Suma quemaña; y que se encuentra ligado al modelo de un
sistema económico que promueve un desarrollo social centrado en la acumulación
de riqueza. (Jean Baudrillard- La sociedad de consumo: Relación entre poder
adquisitivo y felicidad).
Desarrollo (Económico):
El desarrollo económico es entendido como la capacidad de los países para crear
una mayor riqueza con la finalidad de promover el bienestar económico y social de
sus habitantes, está compuesto por un conjunto de trasformaciones políticas,
económicas y sociales, las cuales son fruto de un crecimiento económico.
Decolonialidad o descolonialidad:
Para la presente investigación entenderemos el concepto Decolonialidad como un
proceso político por el cual una colonia se libera del ente colonizador; es necesario
entender que tal proceso de liberación gira no solamente en una formulación
territorial (geográfica) descolonización, sino que se concentra también en la forma
con la cual el proceso de emancipación trasciende lo geográfico y se sitúa en lo
cultural, social, político y económico. Lo que se quiere con el concepto decolonial
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es posibilitar una construcción de identidad desde lo propio y que pueda dar
respuesta a situaciones actuales. (Cultural, social, político y económico)
Políticas Públicas:
Por política pública entenderemos, el "conjunto de iniciativas, decisiones y
acciones del régimen político frente a situaciones socialmente problemáticas y que
buscan la resolución de las mismas o llevarlas a niveles manejables…no se debe
confundir la política pública con la ley o la norma, ni tampoco se asimila a la
política económica. La política pública implica un acto de poder e implica la
materialización de las decisiones de quienes detentan el poder. La política pública
supone tomas de posición que involucra una o varias instituciones estatales.”
(Vargas A. V. 1999: 58)
Para finalizar es preciso sostener que la base de esta construcción de categorías
de análisis se da gracias a la construcción de un Estado del Arte que se ha
trabajado, a continuación se muestra alguna de las referencias de dicha tarea:
Estado de Arte
Fuentes Institucionales (El Estado de Bolivia y el Buen vivir)
-Ministerio de relaciones exteriores.
Mensajes y documentos sobre el vivir
bien 1995 – 2010.
El texto presenta una serie de artículos
en los cuales, se evidencia una
estructuración de políticas que den
paso a una visión diferente de la
construcción de Estado, de igual
manera se presenta una mirada a la
viabilidad del proyecto conocido como
el “Buen vivir”
-Ley nº 071- ley de 21 de diciembre de
2010 (ley de derechos de la madre
La ley 071 del 2010 ofrece un marco
legal que gira en torno a políticas
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tierra)
ambientales en donde se plasma la
reivindicación de la naturaleza por los
seres humanos, en este caso el pueblo
boliviano. Esta ley tiene como eje
central el apoyo a las culturas
indígenas de Bolivia y el cuidado de la
Madre Tierra.
-Ley n° 300-ley de 15 de octubre de
2012. ley marco de la madre tierra y
desarrollo integral para vivir bien
La ley 300 del 2012 ofrece un marco
legal que gira en torno a políticas
ambientales en donde se plasma la
reivindicación de la naturaleza por los
seres humanos, en este caso, el pueblo
boliviano. Esta ley tiene como eje
central el apoyo a las culturas
indígenas de Bolivia y el cuidado de la
Madre Tierra.
-Regulación en los cultivos agrícolas
-Construcción de asociaciones
indigenistas y campesinas.
-Formulación de políticas agrarias que
respondan a un comercio global.
Nueva constitución política del estado
congreso nacional octubre 2008
La constitución, como marco legal del
Estado pluricultural y plurinacional de la
república de Bolivia, entrega un punto
de anclaje en torno a la política del
buen vivir y sus formulaciones legales
con las cuales se estipula la política
antes misionada no solamente como un
derecho sino como un deber de los
ciudadanos Bolivianos.
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Fuentes (El Buen Vivir como concepto de alternatividad)
ALBÓ, XAVIER. Suma qamaña = el
buen convivir, CIPCA, Bolivia mayo
2009
El texto muestra las acepciones con las
cuales las comunidades indígenas
utilizan el concepto de Buen vivir y la
representación que para ellos significa
construir sociedad entorno a esta forma
de construir sociedad.
GARCÍA. ÁLVARO. Forma valor y
forma comunidad, Aproximación
teórica-abstracta a los fundamentos
civilizatorios que preceden al Ayllu
Universal. CLACSO. La Paz Bolivia.
2009
La relación entre la concepción de un
pensamiento indigenista y el valor que
algunas formas de vida de los ´pueblos
ancestrales ofrecen en la construcción
de civilizaciones alternativas.
Madre Tierra y Estado Plurinacional.
Coordinación General y revisión: Iván
Bascopé Sanjinés. CEJIS La Paz
El texto nos muestra la relación directa
entre la concepción de la pacha mama
y la fundamentación histórico-ancestral
de los pueblos indígenas bolivianos, ya
no solamente vistos como pueblos
minoritarios dentro de un Estado, sino
demostrando las posibilidades de
construir un Estado plurinacional.
MEDICI ALEJANDRO. Teoría
constitucional y giro decolonial:
narrativas y simbolismos de las
constituciones. Reflexiones a propósito
de la experiencia de Bolivia y Ecuador.
En Revista Otros Logos. 2004
Alejandro Medici ofrece en su escrito un
análisis de la construcción de un ideal
político y legal, que tenga como punto
de partida una base decolonial, con el
fin de buscar nuevas alternativas a las
crisis tanto políticas, económicas,
ambientales y sociales de América
latina y del mundo.
Tortosa, José María.Sumak kawsay,
suma qamaña, buen vivir. San Juan,
18
Alicante, agosto de 2009
FERNANDO HUANACUNI MAMANI.
Buen Vivir / Vivir Bien
Filosofía, políticas, estrategias y
experiencias
regionales andinas. Coordinadora
Andina de Organizaciones Indígenas –
CAOI. LIMA 2010
Huanacuni muestra algunas reflexiones
de orden filosófico-político en donde el
tema central es la diferencia entre una
construcción de un Estado
occidentalizado y las posibles
estrategias que se pueden implementar
en torno a una nueva visión de Estado.
Vivir bien: ¿Paradigma no capitalista?
Coordinadores Ivonne Farah H. Luciano
Vasapollo. cides-umsa, 2011
El buen vivir o el vivir mejor, tomando
en cuenta la diferencia conceptual, es
donde el concepto de buen vivir hace
referencia a una construcción de
sociedad en torno a la comunión entre
saberes ancestrales y políticos,
mientras que la segunda se enfoca en
la mirada occidental capitalista en
donde para vivir mejor es necesario que
alguien viva peor.
Fuentes (Política Pública)
Colectivo Araña. Políticas Públicas,
Descolonización y Despatriarcalización
en Bolivia, Estado Plurinacional. LA
PAZ , AGOSTO 2011
El colectivo araña, muestra en su
escrito una nueva forma de enfocar las
políticas públicas bolivianas desde una
idea decolonial y despatriarcar, en
donde se identifican necesidades de los
pueblos bolivianos.
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ÁLVAREZ, ÁNGEL EDUARDO. Análisis
de políticas públicas. Centro
latinoamericano de administración para
el desarrollo. 1992
El presente texto, tiene como objetivo
en mostrar cómo es posible desarrollar
observaciones y análisis de las políticas
públicas desde latinoamerica, tomando
como eje central la ejecución de tales
políticas dentro de cada uno de los
contextos socio-políticos.
María de Lourdes Flores Alonso y Edith
Barrera Chavira. Definiciones:
Desarrollo Social, Políticas Públicas.
Centro de Estudios Sociales y de
Opinión Pública.
El texto de María de Lourdes quiere
resaltar la relación que debe existir
entre un desarrollo social y unas
políticas públicas que se implementen
en diferentes sectores de la sociedad.
La tesis central de la autora parece
girar en torno a que la medición del
desarrollo social de un pueblo es
directamente al ejercicio de ejecutar
buenas políticas públicas.
Yves Meny. Las políticas públicas.
versión española a cargo de Francisco
Morata editorial ARIEL, s. a. Barcelona
Yves Meny presenta en su texto una
consideración a lo que se entiende con
políticas públicas, sus formulaciones y
su ejecución, de igual manera presenta
diferentes formas de analizar los
resultados.
Capítulo I
20
Estructura y des-estructura del dominio colonial desde el marco
constitucional del buen vivir en Bolivia.
“La idea de raza es, con toda seguridad, el más eficaz instrumento de dominación social inventado en los últimos 500 años. Producida en el mero comienzo de la formación de América y del
capitalismo, en el tránsito del siglo XV al XVI, en las centurias siguientes fue impuesta sobre toda la población del planeta como parte de la dominación colonial de Europa.” ¡Qué tal Raza!, Aníbal Quijano
1.1 CAPITAL SIMBÓLICO, IMAGINARIOS COLECTIVOS Y LA ESTRUCTURA DEL PODER
La trasformación del marco constitucional y legal del Estado pluri-nacional de
Bolivia desde el 26 de enero del 2009, con un sí rotundo al plebiscito que daba
pie a la nueva constitución de los bolivianos bajo el gobierno del presidente de la
república Evo Morales y su base política el MAS, es el punto de partida para
entender lo que hoy en día se está fraguando en el país andino, tomando en
cuenta que las diferentes comunidades indígenas-campesinas fueron reconocidas
en el marco constitucional que dio inicio en el 2009 a una forma diferente de
entenderse como sociedad; desde la primera constitución boliviana en 1825 en
donde se atribuía la ciudadanía a apenas el 5% de la población de la época
dejando por fuera a las comunidades indígenas que representaban un alto
porcentaje, no se había planteado que la conformación demográfica del país
estaba determinada a que, más tarde que temprano, fuera evidente la negación a
la cual fueron sometidos este tipo de población con su participación como
miembros activos de la sociedad.
La nueva constitución boliviana se convierte en uno de los referentes clave para
analizar el proceso de cambio de una posible organización no solamente social,
sino también política, económica, cultural y étnica; esta trasformación de
reconocimiento pluri-étnico muestra un cambio de paradigma en los principios
estatales de la nación; desde principios del siglo XXI el Estado boliviano ha
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reconocido una fuerte e indudable participación indígena en la estructura del país
y, por ende, un sello de identidad propio que posibilita el pensarse como un
Estado garante de derechos y deberes para todos los ciudadanos, y con una
riqueza cultural que se había menospreciado.
Este cambio de estructura constitucional dentro del marco que las comunidades
indígenas reconocen como el "buen vivir " Sumak kawsay o Sumak qamaña,
muestra en dos dimensiones la posibilidad de comprender un cambio en la
percepción del Estado, la primera de ellas se centra, como ya lo habíamos dicho
líneas atrás, en el reconocimiento de la población indígena-campesina, la segunda
se consolida en mostrar una nueva forma de entender un Estado que se
desprende de los lazos colonizadores. Ahora bien, para poder continuar con la
investigación es necesario adentrarse y comprender el proceso por el cual Bolivia
y, en general, toda Latinoamérica fue marcada con el proceso europeo-
colonizador el cual trazó el camino de deslegitimación de las cosmovisiones
propias de esta tierra y, por ende, de una autonegación epistémica,
gubernamental y religiosa auténtica, dándole paso a las estructuras triunfantes de
un continente colonizador.
Así pues se hace necesario analizar ciertos puntos que son determinantes para la
comprensión del tránsito a un nuevo marco constitucional enfocado en la tradición
indigenista, con el propósito de dejar a un lado lo aprendido después de la colonia
y retomar, como proceso de auto reivindicación, prácticas en donde se posibilite
consolidar nuevas-viejas formas de comprender el entramado socio-político.
Es así que es posible entender que existen ciertas formas de rastrear y dar una
explicación de lo que sucedió en torno a estos modelos de poder colonial y los
cuales resultan útiles para dar cuenta de la necesidad del pueblo boliviano para
pensarse desde un marco legal y constitucional con un enfoque descolonizador.
Ahora bien, a continuación se intentará hacer una mirada panorámica de la batalla
entre ese propósito colonizador y su antagonista llamado lo descolonizador.
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Los imaginarios establecidos dentro de grupo social por un cierto conglomerado
de personas que detentan el poder de crearlos, es una punto clave al momento de
encaminar el proceso de dominación de un ente social determinado, tomando en
cuenta que aquí nos referimos a ente social no solamente a una serie de personas
que comparten una misma identidad cultural, religiosa, lingüística o un mismo
territorio, puesto que es posible trascender estos límites y poder ir más allá de lo
esperado, alcanzando de esta manera una forma coercitiva casi global.
Parece ser que cualquier grupo social tiende, por necesidad o por costumbre,
aprehender y reproducir algunos supuestos pilares fundantes de lo que ellos han
sido y lo que han alcanzado a lo largo de cierto transcurso de tiempo con el fin de
mantenerse y reproducir lo postulado como una representación identitaria, así
pues que es posible, por ejemplo, evidenciar algunos grupos sociales con perfil de
poseedores de ciertas características que los posicionan por arriba de otros
grupos; hoy en día se les podría llamar, utilizando el término en un amplio margen
que atienda a los estadios económicos, políticos y sociales; potencias mundiales.
El Imperio Español con Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón a la cabeza
era el imperio donde nunca se pone el sol, demarcando de esta manera las
palabras de Felipe II la gran extensión y poderío que alcanzó; el Imperio Romano
en el año 27 a.C con la imposición del título de Augusto el Emperador a Octavio;
el Imperio Británico cuyo dominio duró casi cuatro siglos (Siglo XVI-siglo XX); el III
Reich Alemán con Adolf Hitler a la cabeza y con un periodo que inicia en 1933 y
se extiende al 1945 con un fuerte carácter imperialista y expansionista; el Imperio
Inca, el Soviético, el Persa, el Griego, el Egipcio, el Maya, el Macedonio, el Chino,
el Árabe, etc.; son solamente ejemplos de cómo la historia muestra estos procesos
de dominación y que evidencia claramente que cada uno de estos grupos
establecidos y poseedores de un “poder” se han querido imponer sobre otras
formas de entender y comprender el mundo.
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Lo anterior da como resultado la posibilidad de marcar una hoja de ruta con la
cual se pueda construir principios ordenadores/dominantes de sociedad y de los
sujetos que la componen, e implementar bajo estos principios
organizadores/dominadores, nuevas formas de, si se puede decir así, exterminio
de identidad de cualquier grupo social. Para ahondar un poco más en este tema,
que es determinante para entender la relación que se presenta entre
etnocentrismo y las formas de dominación tanto sociales, económicas y políticas,
es necesario hacer un acercamiento a estas formas de construcción de patrones
de poder, que en este caso, se entenderán con el concepto conocido como capital
simbólico.
La construcción de nuevas mentalidades representa una puerta de entrada
diferente y provechosa al momento de pensar una superioridad hegemónica
dentro de un grupo social, ya que se rompe los paradigmas de supresión de todo
actuar del otro por intermedio de la fuerza violenta que trasgrede al sujeto y que
comienza desde lo físico, por ejemplo la relación del amo y esclavo, y se
remplaza por una relación de fuerza simbólica en la cual se instituye un carácter
estructural del sujeto frente a su realidad (Pierre Bourdieu. 1997: 114).
Solo basta con recordar el ejemplo, ya un poco desgastado pero concreto, de la
imagen de la custodio eclesiástica que unifica en una sola pieza la figura de la
cruz, como representación del cristianismo, y la imagen del Dios sol propia de
algunas cosmogonías de diferentes culturas, en este caso, algunas culturas
amerindias en las cuales el sol era considerado como una deidad; estas dos
imágenes se entremezclaban dando la idea que los vértices de la cruz se unían a
los rayos que despedía el sol.
La posibilidad que los colonizadores pudieran introducir sus principios religiosos
bajo el símbolo de una misma deidad vista desde dos puntos no contradictorios es
solamente un ejemplo de las herramientas utilizadas; la comunicación por medio
24
de palabras es superada, en las primeras de cambio, por la comunicación entre
símbolos que otorgan sentido al mundo.
“El poder simbólico es un poder de construcción de la realidad que tiende a
establecer un orden gnoseológico: el sentido inmediato del mundo (y, en
particular, del mundo social) supone lo que Durkheim llama el conformismo
lógico, es decir “una concepción homogénea del tiempo, del espacio, del
número, de la causa, que hace posible el acuerdo entre las inteligencias”…
Los símbolos son los instrumentos por excelencia de la “integración social”:
en cuanto que instrumentos de conocimiento y de comunicación hacen
posible el consenso sobre el sentido del mundo social, que contribuye
fundamentalmente a la reproducción del orden social: la integración “lógica”
es la condición de la integración moral” (Pierre Bourdieu. 1987: 56.)
En el análisis sociológico se le entrega este método de dominio y trasformación
social al Estado, lo que se pretende demostrar es que esa referencia de manejo
simbólico o, como es denominado en estos escritos, capital simbólico, no
solamente se evidencia en la relación sujeto-Estado, sino que estructura de la
misma manera la relación que estamos analizando, esta es la relación entre
colonizador/colonizado, claro está, con matices diferentes y en diferentes
escenarios pero su lógica de actuar es básicamente la misma.
La idea de Estado maneja, desde una condición de legitimidad, unas dinámicas
garantistas y proteccionistas frente al sujeto; aparentemente se muestra en una
correlación en dónde el Estado depende del sujeto para su subsistencia y el sujeto
se ve beneficiado con una serie de derechos que le permiten actuar libremente
dentro de él, como también tener garantías al momento de establecer una serie de
deberes homogénicos para todos y cada uno de los miembros participantes; caso
diferente, solamente de forma pues de fondo parece tener las mismas
características, es lo que se plantea en la dicotómica relación entre la Europa
colonizadora y la recién descubierta América.
25
De la misma manera se hace posible poner en escena, ya no de objetos como tal
que posean un peso simbólico en sí mismos, sino en conceptos, estructuras
gramaticales, semántica, y todo el entramado lingüístico que posibilita un tipo de
comunicación que construye y constituyen de igual manera realidades; si miramos
cuidadosamente conceptos como Rey, cristianismo, Dios, esclavo, raza, etc.; que
tienen dentro de su representación lingüística un peso simbólico y el cual ha sido
construido y nutrido bajo unas directrices de dominación por una monocultura
empoderada que se piensa como centro del conocimiento y que, tomando como
marco de referencia eso a lo que se ha llamado descubrimiento del Nuevo Mundo,
se posa por encima de todo lo que lo compone; es posible evidenciar que no hay
tabla de salvación que permita un contrapeso en este proceso, pues lo que se
encuentra por fuera de este círculo es totalmente marginado.
1.2 RAZA Y DOMINACIÓN SOCIAL
América del sur parece ser un ejemplo, entre los muchos que existen, del proceso
colonizador que reflejó una superioridad en diferentes escenarios. El discurso que
se enuncia desde las tierras amerindias, un discurso "subalterno", parece ser
considerado como un enunciado que se encuentra al margen, una forma de
expresar estructuras sociales y políticas faltas de sustento, estructuras primitivas
propias de un hombre primitivo y pre-racional. Es así que al parecer estas
sociedades pre-colombinas están condenadas a quedar en la periferia, nadie los
recordara, y si lo hacen es simplemente para recordarles y recordarse al propio
pensamiento occidental la superioridad epistémica y social. La idea de ser hijos
adoptados por una cultura triunfante, ubicada en un punto geográfico casi olvidado
en donde la esterilidad epistémica, cultural, histórica, política y religiosa es el plato
fuerte.
26
La terra nulliuos, como la tierra de nadie a la cual hay que darle algún propietario,
pero no solamente es una tierra de nadie, al parecer es una tierra de nada, pues
nada bueno puede surgir en ese punto geográfico. Así pues la fertilidad del viejo
mundo llega a estas latitudes y derrama sus bendiciones sobre el Nuevo Mundo.
Un pensamiento, una vida, un Dios, una sociedad, una cultura hegemónica y
homogénica que le dio algo de valor a esa terra nulliuos.
La superioridad del pensamiento occidental deja un mensaje auténticamente
deslegitimador frente a las nuevas colonias. De este lado del inmenso globo nada
está bien, todo se encuentra por fuera de la normatividad establecida, todo hay
que corregir, pensamiento, creencia, deidad, organización, hasta el mismo
arquetipo de ser humano que se posa en estas tierras es considerado como una
réplica menos refinada frente al conquistador, es la mirada antropológica del
instinto frente a la razón, todos son animales, sin embargo algunos a lo largo de la
historia refinaron eso que se llama instinto convirtiéndolo de tal manera en la
razón, entonces, ¿qué le pasó a este tipo de "personas" que se encuentra en las
nuevas tierras?, esa sería la pregunta para plantearse o por lo menos es la
pregunta que se es necesario analizar para pensar en eso que les falta y aun no
lo han alcanzado.
Causa sospecha pensar que una agrupación de bípedos de los cuales el
salvajismo es su única posibilidad de actuar pudiera tejer dentro de sí misma una
idea de sociedad en la cual se adhirieran conceptos como cultura, economía,
política, religión, progreso, desarrollo, etc. Y si por alguna casualidad de la vida
esto se llegara a dar en tales latitudes, corría el riesgo de ser, en grado mínimo,
comparado con el proyecto colonizador. El arquetipo europeo, triunfante, hacedor
de sociedad como lo muestra en algunas de sus líneas Leopoldo Zea (Leopoldo
Zea. 1989: 67), logra trascender y, por qué no decirlo, trasgredir geografías
extrañas, ajenas a su formación y a su forma de concebir el mundo y al hombre
como tal; preguntarse por ese ser del otro es una tarea que él mismo se ha
27
encomendado, el europeo tiene la legitimidad de preguntarle a ese otro y pedirle
que, en palabras de Leopoldo Zea, justifique su supuesta humanidad.
Así pues, la equivalencia cultural deja en una posición no muy cómoda al
colonizado frente al colonizador, pues este último es el que ejerce poder frente a
su subalterno, en donde la dominación y la explotación son la base que permite
establecer diferencias entre el que ejerce el poder y el que lo padece; tal ejercicio
de poder trasciende el hecho armamentístico y se instala en escenarios diversos
de dominio, igualmente determinantes, como por ejemplo el conocimiento. Es así
que la batalla yace perdida desde el primer momento y en diferentes escenarios,
de este lado del mundo es poco lo que se puede hacer. El escritor uruguayo
Eduardo Galeano en su texto Los hijos de los días nos recuerda, de forma casi
magistral y dolorosa, lo que se descubrió ese año de 1492 y cómo se estructura el
verdadero descubrimiento de un algo que desde una parte del mundo era
auténticamente novedoso:
“En 1492 los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían
en América, descubrieron que andaban desnudos, descubrieron que existía
el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro
mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el
vestido y había mandado que fuera quemado vivo al que adorara al sol y a la
luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.” (Galeano. E. 2012: 105)
Así pues, el concepto occidental de Dios, la ciencia, la cultura, el lenguaje, etc.;
todo parece ser más refinado y, por ende, es así que se llega a una distinción
cuasi maniqueista en donde, sin lugar a dudas, ya existe el propósito de clasificar,
no solamente objetos culturales sino también formas de acción social y política,
creencias y dioses, conocimiento y verdad; todo hasta llegar al mismo sujeto, ya
no como una clasificación material del mismo, sino como un camino para
establecer unas características determinadas de clases sociales en las cuales se
pueda evidenciar de una u otra manera la idea de superioridad por medio de las
28
personas que detenten el poder; de esta manera lo sostiene con precisión Aníbal
Quijano en uno de sus textos:
“Porque es esa distribución del poder entre las gentes de una sociedad lo
que las clasifica socialmente, determina sus recíprocas relaciones y genera
sus diferencias sociales, ya que sus características empíricamente
observables y diferenciables son resultados de esas relaciones de poder, sus
señales y sus huellas.” (Aníbal Quijano. 2000: 367-368)
Y sostiene líneas más adelante:
Tal como lo conocemos históricamente, a escala social el poder es un
espacio y una malla de relaciones sociales de
explotación/dominación/conflicto articuladas, básicamente, en función y en
torno de la disputa por el control de los siguientes ámbitos de existencia
social: (1) el trabajo y sus productos; (2) en dependencia del anterior, la
“naturaleza” y sus recursos de producción; (3) el sexo, sus productos y la
reproducción de la especie; (4) la subjetividad y sus productos, materiales e
intersubjetivos, incluido el conocimiento; (5) la autoridad y sus instrumentos,
de cohesión en particular, para asegurar la reproducción de ese patrón de
relaciones sociales, y regular sus cambios. (Aníbal Quijano. 2000: 367-368)
Es así que detrás de todo el entramado de posibilidades que otorga el proceso
colonizador, surgen como bases sólidas y subversivas las estructuras de poderes
que se establecen como formas hegemónicas y fragmentarias de las comunidades
en clases sociales.
Colonizador Colonizado
BLANCO Negro
ARTE Artesanía
29
MÚSICA Folclore
MEDICINA Brujería
CULTURA Costumbres
RELIGIÓN Superstición
Terrorismo epistémico, religioso y étnico como forma de dominación del poder y el
cual tiene su punto de partida en un patrón de dominación social (antes de
América no hay nada igual) en el proceso mismo de la conquista en donde se
produce, si se puede decir así, un imaginario colectivo similar a los mencionados
en algunas tesis de sociólogos contemporáneos que ejemplifican la relaciones
socio-políticas con la posibilidad que tiene algún grupo determinado de construir
imaginarios colectivos dominantes para su propio interés, así pues el concepto
raza parece ser este imaginario colectivo que se estructura desde estas relaciones
de poder y que permite organizar, no solamente la constitución social, sino todo lo
concerniente al ser humano en cuanto sujeto diferencial y clasificado; así pues,
surge con gran fuerza y legitimación el paradigma raza-dominación-sociedad-
Estado.
Tomando en cuenta lo anterior, no era difícil observar debates en los cuales
(Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda) se establece la pregunta por el
sujeto que se habita en tierras americanas y en donde se da por sentado una
inferioridad en todos y cada uno de los aspectos que se pudieran establecer con
ánimo de comparación ante el colonizador, esto trajo como resultado una huella
genética en el habitante de estas tierras, y al parecer es gracias a la puesta en
escena este imaginario que desde ese momento él se vuelve dócil, débil, como el
animal amaestrado que solo conoce y reconoce el látigo inmisericorde de su amo,
su celda o jaula y su plato de comida. La historia muestra con extrema franqueza
la realidad que se erguía triunfante a finales del siglo XV y principios del XVI:
“Al comienzo mismo de América, se establece la idea de que hay diferencias de
naturaleza biológica dentro de la población del planeta, asociadas
necesariamente a la capacidad de desarrollo cultural, mental en general. Esa es
30
la cuestión central del célebre debate de Valladolid. Su versión extrema, la de
Ginés de Sepúlveda, que niega a los "indios" la calidad de plenamente
humanos, es corregida por la Bula papal de 1513. Pero la idea básica nunca fue
contestada. Y la prolongada práctica colonial de dominación/explotación
fundada sobre tal supuesto, enraizó esa idea y la legitimó perdurablemente.
Desde entonces, las viejas ideas de "superioridad"" inferioridad" implicadas en
toda relación de dominación, inclusive meramente burocrática, quedaron
asociadas a la "naturaleza", fueron "naturalizadas" para toda la historia
siguiente.” (Aníbal Quijano. 2001: 23)
La mayor preocupación, o por lo menos, uno de los mayores problemas que
surgieron en Valladolid era poder dar solución, como lo menciona José Ordoñez
en su texto Discurso inaugural. Debate de Valladolid, para el instituto de
investigación jurídica de la UNAM, a las siguientes inquietudes:
La discusión y la polémica de sobre la “humanidad de los indios” para los
invasores, resultaba importante en tres sentidos:
1) Para saber si los indios son capaces de recibir la nueva cultura que se les
aporta.
2) Para saber, sobre todo, si los indios son capaces de recibir la religión
cristiana.
3) Para determinar si todos los hombres son iguales por la naturaleza, es decir,
para perfilar una nueva idea acerca de la naturaleza de los hombres.
Esa dinámica colonizadora en la cual se marcaba con gran ímpetu ciertos
patrones de dominación y por ende de clasificación de clases, permite, en primer
lugar, una legitimación de una raza dominante, seres humanos superiores como lo
habíamos mencionado anteriormente y, en segundo lugar, la supresión de lo que
es en esencia y en proyecto el colonizado; la perdida de lo que se es antes del
31
encuentro con el colonizador, el sometimiento de todo lo que eran y podían ser
como sujetos con saberes propios y diferentes a la dictadura del colonizador
(América como nueva identidad, americano); La estructura dominante y vertical de
los conquistadores, sumado a una nueva mirada etno-céntrica planteada desde
aquel imaginario globalizante llamado raza, genera un patrón de dominación
social (Organización política, religiosa y de conocimiento) y, por ende, de
explotación social (Laboral).
Sin duda, la amnesia del derecho moderno estriba en un olvido histórico, en
el olvido de su origen. Y es que el Estado y el derecho “modernos” le deben
su existencia a un acto colonial y terriblemente dramático: el genocidio de
las Indias ayer.
El primer genocidio, el del colonialismo español, encuentra su envase
normativo en una pieza de arqueología jurídica: la Recopilación de las
Leyes de Indias.
El segundo genocidio, el liberal, vino ya con envase de derecho, vino en
Constitución y códigos... y se quedó.
Las estructuras estatales y los saberes jurídicos contemporáneos le deben
al genocidio primero su existencia. Este detalle es algo que olvidan con
mucha soltura desde las construcciones normativas actuales hasta la
enseñanza universitaria y la investigación académica.
Para peor, la globalización del derecho no sólo lo evade intencionalmente,
sino que lo encubre, por lo que dice, por lo que calla, por lo que anuncia y
por lo que ignora. (Ed. Patricia Montes. 2010: 25)
Así pues, se habla de un genocidio socio-cultural en el cual se estableció una
supremacía en los diferentes escenarios que se plantearon anterior mente;
32
mostrando de esta manera que surgen procesos dominantes desde patrones
coloniales. Todos los antecedentes mencionados en los cuales se ve reflejado la
dominación colonial son puntos de inflexión para observar cautelosamente que la
apropiación de ciertos referentes políticos, epistémicos, éticos y, en general,
culturales, representan la herencia de un pensamiento lejano y el cual se ha
afianzado desde la colonialidad y el colonialismo.
1.3 COLONIALIDAD Y COLONIALISMO COMO PROCESOS DOMINADORES
Caen los imperios de la Edad Moderna y al parecer este fenómeno es un reflejo
más del inevitable fin al cual están destinados; detrás dejan la marca de la
colonización y, como no mencionarlo, las huellas que aun hoy en día se respiran
del proceso en torno al colonialismo; la lengua, la cultura, la religión y el concebir
una organización social son solamente ejemplos de las dinámicas de la marca
que deja lo que en su momento fue hegemónico; la libertad se esconde tras los
velos oscuros, en lugares como pueblos africanos o americanos que detentan en
su construcción histórica rastros del imperio; Inglaterra, Portugal, España y
Francia como un ejemplo cercano y conocido.
Mencionar en este documento los embates de uno o de otro imperio para
mantener un espacio territorial más amplio que su contendor sería una opción de
identificar los procesos de decadencia de los imperios modernos, sin embargo
resulta más provechoso darle brevemente una mirada a procesos más propios que
están ligados directamente al proceso colonial y colonizador que han surgido con
estos imperios.
Históricamente las colonias son el ejemplo de un patrón de poder que se
establece desde un “no lugar”, sin embargo en este momento es necesario
entender ese “no lugar” como un poder de los imperios modernos desde una
imagen de colonización del poder, parafraseando algunos conceptos utilizados por
Aníbal Quijano; es decir, la historia nos ha demostrado que a lo largo de las
33
génesis de los grandes imperios, muchos de ellos por no decir que todos, poseían
colonias en las cuales, y de diversas maneras, generaban mecanismos de control
y, por ende, diferentes mecanismo de poder sobre un territorio determinado, este
proceso colonizador se ha convertido en una de las evidencias más claras de la
hegemonía de un territorio sobre otro y que en ocasiones toma como excusa la
idea del mesianismo, como por ejemplo, vestir al desnudo, darle de comer al
hambriento, educar al ignorante y evangelizar al pagano.
Todo dentro de una dinámica de culturizar a una no-cultura en el camino del
pueblo colonizador, una dominación social que construye márgenes en torno a lo
diferente. Estructurar una idea de cultura, costumbres, creencias y formas de
dominación, como lo mencionamos líneas atrás al referirnos al proceso que
posiblemente realizan los imperios al tomar un territorio como parte propia,
muestra un orden jerárquico en el cual se evidencia una inferioridad natural,
“humanos de un bajo nivel”
La conciencia criolla negra, contraria a la conciencia criolla blanca (sajona o
ibérica), no era la conciencia heredera de los colonizadores y emigrados,
sino heredera de la esclavitud. Por eso la idea de “hemisferio occidental” o,
como luego lo dirá Martí, de “nuestra América” no era común entre ellos. En
suma, “hemisferio occidental” y “nuestra América” son figuras fundamentales
del imaginario criollo, sajón e ibérico, pero no del imaginario amerindio (en el
norte y en el sur), o del imaginario afro-americano (tanto en América Latina,
como en el Caribe, como en América del Norte). (Lander; 2000: 45)
Según algunas definiciones, el imperio es una organización política en la que un
Estado extiende su poder sobre otros países, lo anterior, según algunas
interpretaciones descoloniales, se podría identificar como la posibilidad, desde la
mirada eurocéntrica, de darle legitimidad a las no- clases, es decir, la clase no
existe hasta que entra en el sistema mundo que nace después de la revolución
industrial; ahora bien, ¿podríamos imaginar hoy en día cuál sería la verdadera
34
historia de América, si las diferentes colonias europeas no hubiesen tenido la
oportunidad de llegar al continente? Si es permitido decirlo, ¿cuál sería la verdad
de los libros de historia si no estuviéramos dentro del panóptico europeo?
Seguramente ni siquiera las formas de concebir las cosmovisiones, la ciencia, la
cultura y, en general, lo que conocemos hoy en día como sociedad no serían
iguales, o por lo menos tendrían otro tinte que nos distinguiría dentro de una
sociedad y un mercado mundial, sobre todo si nos consideramos en el ámbito de
la modernidad; a propósito Dussel señala cómo Europa, a que podríamos
denominar la Europa imperial y colonizadora triunfante, identifica el termino de
modernidad: La Modernidad es una emancipación, una “salida” de la inmadurez
por un esfuerzo de la razón como proceso crítico, que abre a la humanidad a un
nuevo desarrollo del ser humano. Este proceso se cumpliría en Europa,
esencialmente en el siglo XVIII. (Lander; 2000: 45)
Es así que se puede evidenciar todo el proceso que desde la ilustración se ha
construido en torno a una verdad y su apropiación y reproducción a nivel mundial;
la dicotómica combinación entre modernidad y emancipación permiten
predeterminar una única posibilidad de construcción de madurez en diferentes
escenarios del ser humano; si no se avanza por el camino de la modernidad es
muy poco probable que un conglomerado de personas logre construir con
suficiente madurez una sociedad y un Estado, su organización, su cultura y sus
leyes no serán lo suficientemente sólidas para aguantar las tempestades
venideras.
Por otro lado, es preciso aclarar que podríamos hablar en este momento de dos
líneas que llegan a un punto u objetivo central, pero de dos formas diferentes; la
primera encerrada en el ámbito colonizador propia de los imperios, en este caso y
como ejemplo central los imperios modernos; esta línea tiene como punto de
partida la relación entre poder, tierra, ocupación o invasión, en la cual los procesos
están enmarcados con la necesidad de ocupar un territorio (obtener una colonia)
35
con fines económicos, políticos, culturales, etc. El colonialismo tiene bajo su manto
de ocupación territorial el sometimiento de algo que no es propio, algo ajeno y
desconocido, por ende, se ve obligado en cierta manera a andar firme pero
cautelosamente, es un dominio político y militar dentro de una administración
colonial; ocupación, dominación, explotación, es la columna vertebral que sostiene
el edificio de la colonización y que estructura a nivel general las condiciones
religiosas, políticas y económicas de un pueblo.
La segunda línea, la colonialidad se desprende del concepto de colonización, sin
embargo es necesario dejar en claro que no siempre será de esta manera pues es
posible identificar procesos coloniales sin necesidad de procesos colonizadores,
pero no es posible establecer una idea de procesos colonizadores sin procesos
coloniales, pues el colonialismo detenta dentro de sí, la necesidad misma de
establecer patrones de poder con los cuales su proyecto invasor y dominante
pueda tener éxito de cualquier manera; ahora bien, este desarrollo colonial tiene, a
diferencia del colonizador, la ventaja de poder, si se puede decir así, modificar
cultura, economía, política y, en general, sociedad sin haber pisado tierra firme.
El perfil del imperio ha cambiado en su esencia ya que los imperios antiguos y
modernos ocupaban territorios ajenos para crecer en todos los estadios; en
contraposición la idea de imperios actuales no necesitan generar procesos de
invasión física, es decir, no tendrían la necesidad de hacerlo ya que pueden actuar
desde formas más sofisticadas de modificar los escenarios antes mencionados, un
ejemplo de ellos es las huellas indelebles que dejó el “descubrimiento de América”
en este territorio; para no irnos muy lejos el lenguaje con el cual hoy en día nos
comunicamos, la religión que predomina, lo que concebimos como ciencia, etc.
Así pues las colonias, ya sean por colonización o por colonialismo, parecen
quedar en un segundo nivel cuando inician la lucha por un reconocimiento y un
proceso emancipador desde todos los frentes, el religioso, el social, el cultural, el
económico y el político.
36
“La colonialidad se refiere a un patrón de poder que se inaugura con la
expansión colonial europea a partir de 1492 y donde la idea de raza y la
jerarquía etno-racial global atraviesa todas las relaciones sociales existentes
tales como la sexualidad, género, conocimiento, clase, división internacional
del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc. y que sigue vigente aun
cuando las administraciones coloniales fueron casi erradicadas del planeta.
Por ejemplo, el patriarcado no se puede entender en su complejidad si no
entendemos cómo la colonialidad del poder lo atraviesa y transforma.”
(Ramón Grosfoguel. 2007: 67)
La relación vertical entre el colonizador y el colonizado, el amo y el esclavo, la idea
fundada de la raza, el jefe y su empleado, entre muchos ejemplos más, evidencia
la puesta en escena de diferentes herramientas que clasifican y cosifican al otro
histórico y epistémico, a esa otra parte de los seres humanos que no se
encuentran dentro de las perspectivas establecidas por la hegemonía que tiene
ese poder simbólico, es así que se cosifica pues se plantea la posibilidad de
patrones de poder que demuestren la superioridad y, por ende, la sumisión de
sujetos sujetados, estáticos frente a estos lazos de dependencia.
1.4 EMANCIPACIÓN, DECOLONIALIDAD Y POLÍTICA
Pensar una construcción del ser humano en los diferentes escenarios en los
cuales siempre se está reflexionando, como por ejemplo, el social, familiar,
cultural, económico y político, se ha convertido, al parecer, en una tarea de
mimesis que da como resultado una apropiación (en algunos casos obligada) de
formas y dinámicas de ser y de pensar que nos “ayudan” a construirnos
socialmente; sin embargo en ese proceso de mimesis se ha perdido y dejado de
lado una identidad, una cosmovisión, una economía y un sistema político propios
que no tenían la mirada homogénica ni hegemónica de la sociedad occidental;
parece difícil creer que hoy se piense la sociedad occidental como la civilización
triunfante que marque los lineamientos del género humano.
37
El modelo capitalista de la Inglaterra del Siglo XVII, la constitución de un Estado
desde autores como Platón, Maquiavelo, Hobbes, el concepto de democracia
traído de Atenas desde siglo V a. C. Y, en general, conceptos como el de
economía, sociedad y progreso, son reconocidos por muchos de nosotros desde
un significado, desde una historia, desde una geografía que se ha leido y la han
aprendido en las escuelas, colegios y universidades donde se forman como
“ciudadanos”, como “hombres políticos”, en definitiva, como “cultura civilizada”.
Posiblemente será también lo que los hijos, nietos y bisnietos aprendan y
aprehendan, y posiblemente la mimesis de la hegemonía les bridará a ellos
identidad desde la no identidad.
La idea de vivir mejor es una idea permanente en este modelo que se aferra a las
lógicas del consumo dentro de un mercado, pero no cualquier mercado, un
mercado capitalista y monetarista en donde se ven sus repercusiones en daños
colaterales a una parte de la sociedad, del medio ambiente y del futuro. Es así que
posiblemente las crisis como las económicas y las políticas se mantendrán en un
bucle hasta el infinito pues primará el vivir mejor. Ahora bien, se hace necesario
pensar en la posibilidad de identificar como se hace ´posible identificar en un
sujeto amerindio que se piense desde la otra orilla que paradójicamente es la
propia, es decir que siendo un sujeto latinoamericano estructurado bajo las
dinámicas de la colonización occidental, pueda romper con esta cadena y se
piense como sujeto con una estructura propia de conocimiento; es un reto en el
presente trabajo, pensar a estos sujetos amerindios como un modelo, no
alternativo del desarrollo, sino alternativo al desarrollo, como lo menciona Alberto
Acosta1, es una forma de cambiar las logias dominantes del mercado capitalista,
del vivir mejor a un escenario donde se piense en un modelo que nos permita
establecer una mirada política desde el buen vivir.
1 Economista y político ecuatoriano; candidato a la presidencia de Ecuador en el año 2013 y co-fundador del
movimiento indigenista Pachakutik en el año 1995; presidente de la asamblea Nacional Constituyente en el año
2007.
38
1.4.1 SUMAK KAWSAY, SUMAk QAMAÑA: EL BUEN VIVIR COMO
ALTERNATIVA CONSTITUCIONAL
Es el reconocimiento y, sobre todo, el respeto que se le tiene a la naturaleza y a
la comunidad el eje que, desde siglos atrás, los diferentes pueblos pre-coloniales
tenían como principio organizador, un vínculo que se establecía en un constante
diálogo con su entorno natural y en el cual se establecía patrones de respeto hacia
cada objeto que compone la naturaleza; la necesidad de la época era mínima, no
era posible establecer otro tipo de necesidades humanas salvo aquellas que
dependía de la supervivencia de la comunidad, así pues, el arrebatarle algo a la
tierra sin necesidad no era el fin último de tales comunidades, existía principios de
apropiación en los cuales eran direccionados por principios de equidad, no
solamente una equidad entre los miembros de dichas comunidades, sino un
equilibrio generalizado entre todos los factores presentes en la vida cotidiana; el
sujeto no era considerado superior a la naturaleza.
El concepto de "vida" se encuentra establecido en la cosmovisión propia de
aquellas comunidades limpias, si se puede decir así, de occidentalismo, todo
posee una vida y por ende una importancia de cada objeto viviente y de ahí el
respeto por cada uno de ellos. El concepto de comunidad tiene un contraste
diferente dentro de los pueblos indígenas, la comunidad ya no es solamente una
construcción social o estructura social, la comunidad es una condición necesaria
del carácter vital de quienes la componen. Sumak kawsal o sumak qamaña es la
palabra designada en quechua y Aymara para definir el concepto del vivir bien-
buen vivir, esta terminología en la tradición indigenista andina establece como
objetivo central el saber vivir en donde cada uno de los miembros de la comunidad
reconozca dos dimensiones de acción, la primera de ellas se centra en una
armonía interna, un saber vivir como sujeto dentro de la comunidad, la segunda
dimensión implica el saber convivir con los seres que conforman la comunidad.
39
Armonía y equilibrio son conceptos claves que ejemplifican de la manera más
precisa el resultado de las dos dimensiones antes expuestas. Sin embargo desde
el inicio de los procesos coloniales-expansionistas que sufre el continente por el
pensamiento europeo es posible observar la fractura del pensamiento andino-
indígena mediada por la ilusión del progreso que la civilización occidental trae.
El concepto de desarrollo o progreso es un término que fue la piedra angular de la
Ilustración y, por ende, de la modernidad occidental, estos conceptos forjan la idea
de una historia lineal y ascendente que siempre va hacia delante en constante
evolución, el progreso es el faro que ilumina el camino del hombre "civilizado"; sin
embargo, la mejor forma de definir progreso como faro de salvación se puede
encontrar en una frase atribuía a una comunidad indígena no muy lejos de los
Andes llamada los U'wa y quienes en una lucha constante en contra de ese
llamado "progreso" del riowa (hombre blanco) sostienen que "el hombre blanco
cabalga sobre el progreso hacia su propia destrucción". Identificar que a lo que se
le considera progreso hoy en día ha dado como resultado un debilitamiento en la
organización social, económica y política del propio pensamiento occidental, ha
sido el detonante para repensarse como sociedad.
Las crisis de toda índole se agudizan día tras día, el hemisferio occidental se ha
acostumbrado a escuchar de una crisis social, política, económica, religiosa,
ambiental, etc., es posible ver que la existencia de grupos sociales en los cuales
el sujeto es un individuo que debe luchar por su supervivencia dentro de una
estructura económica y política que premia al depredador y que condena al más
débil a su aniquilación. Así pues existen sujetos o grupos que marginan, grupos
sociales que son marginados, hambre, muerte, violencia, poder, desigualdad;
lamentablemente no es posible decir aun que la humanidad se encuentra en el
peor escenario posible pues, como humanos, se ha demostrado que se puede
trascender aquellos límites que parecían infranqueables.
40
No obstante aquellos paradigmas diferentes a los que versa la tradición occidental
son formas de pensar que no reconocen estos afincamientos conceptuales y
simbólicos; el ejemplo que se quiere mostrar es sostener que en diferentes
tradiciones indígenas, en este caso en la Quechua como en la Aymara, el término
“desarrollo” o “progreso” no existe, no hay algo que se asemeje en la lengua de los
pueblos indígenas antes mencionados con la noción que tiene la tradición
occidental; el llamado progreso escalonado de esta sociedad y el cual gira en
ámbitos científicos, religiosos, económicos, culturales y políticos, es en las
tradiciones indigenistas de la planicie andina algo totalmente diferente y de lo cual
se posibilita otro arquetipo de sociedad.
Esto permite ver que existen otras formas de comprensión de la construcción
socio-política que no se rige necesariamente a los lineamientos planteados por la
tradición occidental. Así pues, Bolivia es el ejemplo que se ha tomado con el fin de
demostrar los posibles cambios que se pueden instaurar desde un proyecto, no
solamente teórico-filosófico, sino un proyecto práctico-político que intenta
responder a unas necesidades propias de una sociedad diversa.
Como se mencionó al iniciar el capítulo, observar que en la primera década del
siglo XXI se da por enterada la sociedad boliviana que, a pesar de las
innovaciones culturales y tecnológicas, cierto tipo de su población se encuentra
dando la batalla por sobrevivir al desarrollo, esta población es la indígena -
campesina. El problema de la situación antes nombrada es que se deja al
descubierto que ya desde unas cuantas décadas atrás el Estado boliviano
republicano, monocultural y colonialista, no se había puesto a la tarea de pensar
en un reconocimiento al pueblo indígena.
En este sentido, es posible hablar de un Estado que ha roto desde varias décadas
atrás el concepto de pueblo, de comunidad y, más exactamente, de comunidad
indígena y sus formas de constituirse como tal; en otras palabras lo que se
entiende por un Estado boliviano previo a la consolidación de Estado plurinacional,
41
es una organización política y legal que se había enmarcado dentro de las lógicas
de construcción de Nación en el sentido europeo-occidental. Es, entonces, la
construcción política y social desde una mirada monocultural, homogenizante y
colonialista que direcciona a la población boliviana a responder a características
de un perfil de Estado nación que se mantuvo presente hasta la primera década
del siglo XXI.
Después de esta primera década en la cual se analiza, por parte de diferentes
sectores del país andino, la estructura demográfica, cultural y social, surge la duda
con respecto al proyecto de Estado-nación que gira en torno al problema de
pensar un modelo socio-político y económico enfocado solamente en cierta parte
de la población y, que paradójicamente, la presencia de esta población sea tan
solo de un 38 % de los ciudadanos bolivianos; solamente por señalar el problema,
pues este será abordado en el último capítulo, es preciso recordad que INE
(Instituto Nacional de Estadística) señala que en el censo que se realizó en el año
2001, el 62 % del total de los habitantes de Bolivia se consideran miembros de las
diferentes culturas indígenas. Al respecto se logra entender que desde la
conformación del marco legal, la estructura constitucional evidencia un rasgo
determinante al intentar comprender esas diferencias como posibilidades de
crecer en diferentes ámbitos sociales y no como una forma de marginar.
Históricamente, Bolivia se ha construido a partir de la exclusión de los
pueblos indígenas. Es por eso que en el marco de las transformaciones
profundas y democráticas nos hemos propuesto cambiar esta situación
injusta. Todos quienes nacimos en Bolivia somos originarios de esta tierra;
algunos somos originarios milenarios y otros son originarios contemporáneos.
El problema es que los originarios milenarios somos muchos pero pobres y
los originarios contemporáneos son pocos pero ricos. Mediante esta Nueva
Constitución Política queremos que todos los originarios bolivianos seamos
42
iguales. Eso estamos buscando, sin racismo, ni discriminación. (CPEPB2.
2009: 3)
Un ejemplo de la línea de acción se puede observar en los miembros del MAS
(Movimiento al Socialismo) y que fungen como senadores de Bolivia, como por
ejemplo la senadora Gabriela Montaño quien ha hecho defensa de las políticas del
presidente Evo Morales en uno de los estados bolivianos de mayor oposición, el
estado de Santa Cruz, y quien hace una lectura crítica de un Estado previo al
Pluri-Nacional que no se comprometió con todos los ciudadanos bolivianos.
Siguiendo a la senadora Montaño es posible sostener que, en primer lugar, este
Estado monocultural y colonizador se encargó de generar un no reconocimiento
cultural, legal y político de las comunidades indígenas partiendo de la
fragmentación de un pensamiento colectivo, de comunidad indígena, de cultura no
occidental y, en lugar de ello, afianzó el individualismo y la competitividad, propios
del pensamiento europeo; las condiciones legales eran otorgadas hasta el
momento a sujetos de derecho y no a comunidades con derechos.
En segundo lugar es posible comprender lo nefasto que puede ser para un
territorio (país) que eso a lo que se le denomina Estado y el cual concentra el
poder de regular la vida de la comunidad de una nación, además de generar un
proceso de no reconocimiento a las comunidades indígenas, sea a la vez un
Estado centralizado que se haya acostumbrado a gobernar desde un centro
político, en este caso la capital boliviana. La dinámica del centro y la periferia
política representa un sometimiento a las decisiones tomadas desde la Paz para
los nueve departamentos y sus casi 300 municipios. La jerarquización de la
normatividad permite la implantación de políticas a la ciudadanía, pero nunca la
posibilidad de un diálogo que permitiera a las diferentes comunidades indígenas y
a otros ciudadanos bolivianos, realizar planes de administración comunitarias que
diera respuesta a las diferentes necesidades de cada uno de los departamentos.
2 Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia
43
La idea de uniformidad que se manejaba en la esfera gubernamental y que
legislaba con esa óptica, castraba las posibilidades de ver lo heterogéneo de la
Bolivia plural con necesidades y aportes diferentes tanto en los modelos de
producción agrícola y ganadera, la utilización de la tierra, la salud, la educación,
etc. Evidenciando de esta manera lo que se podría categorizar como una
desarticulación entre el Estado regulador y la sociedad que lo compone y que se
somete a esta forma de legislar.
Otro punto determinante es el sostenimiento de un modelo económico que permite
la concentración de riqueza en grupos minoritarios que dominan la producción, un
tipo de producción que gira en torno a los monocultivos y a las estructuras
económicas capitalistas, en donde se reduce a nada la producción y sistemas
económicos alternos. Esta trasformación capitalista y neoliberal de los procesos
de producción favoreció indudablemente al planteamiento de Estado homogénico
y hegemónico.
44
Capítulo II
Estado de bienestar y la aplicación de las políticas públicas como resultado
de las exigencias del sujeto social
2.1 PODER IMPERIAL Y PODER FEUDAL COMO ANÁLISIS PREVIO AL
ESTADO DE BIENESTAR
Carlomagno logra en el siglo VIII la unificación de Europa, lo que en el siglo V se
había perdido por la caída del imperio romano a manos de los bárbaros, con
Carlos el Grande vuelve a resurgir; la fundación del nuevo imperio romano en
donde gran parte de Francia, Alemania, Italia, España y Centroeuropa eran en ese
momento territorio de la nueva idea que unifica el viejo continente, sin embargo,
como lo muestra la historia, esta idea de unión duró lo que duró la vida de
Carlomagno, pues lamentablemente la economía mediática subsistente en la
agricultura del imperio, más la extensión que poseía a principios del siglo IX y la
sucesión del poder que hacía sentir en la época que la estabilidad del mismo
quedaba en un segundo plano frente a los herederos, generó el principio del fin del
imperio. Normandos, musulmanes, eslavos y húngaros, entre otros, promovieron
invasiones a lo largo y ancho del territorio que trajeron como consecuencia un
deterioro, al igual que una fragmentación inevitable.
La fragmentación y el caos presentados a lo largo de las invasiones al imperio
carolingio fue el detonante para establecer una nueva formulación de la
organización de Europa y, más exactamente, el surgimiento de un sistema político
nuevo llamado feudalismo; antes Europa se hallaba dividida y sin la posibilidad de
encontrar un gobernante que pudiera retomar el sueño visto en el siglo V con el
imperio romano y en el siglo VIII con el carolingio; así pues se presenta un punto
de inflexión en el cual se evidencia, en primer lugar, la ineficacia de la realeza para
la conservación y defensa de la unión y, en segundo lugar, la sustitución de la
45
autoridad de los reyes por una nueva forma de autoridad centrada en el poder
local de los Señores.
Así pues, se instaura un sistema de organización política, económica y social
dentro de la Europa occidental que se mantuvo durante los siglos X al XIV.
Durante ese periodo de tiempo se hace necesario precisar que los nobles no
solamente dominaron el poder económico y el poder político, sino que también
tuvieron bajo sus manos el dominio sobre el campesino; esta última característica
marca uno de los rasgos determinantes del feudalismo, ya que a cambio de una
serie de privilegios económicos y de protección hacía el propio campesinado,
estos últimos se dieron a la necesidad de acatar el poder del señorío y por ende la
consolidación del feudo a través de la servidumbre de la tierra y el hombre que la
trabajaba; entre Reyes, Señores vasallos y campesinos vasallos de los Señores
fueron, en gran parte, la construcción socio-económica y política de la Europa bajo
el contrato feudal.
…el vasallaje reflejaba el vínculo de relación más extendido. Existe una
alianza de palabras propia del vocabulario medieval que expresar a la
perfección la idea que subyace a este término: “ser hombre de otro hombre”.
Mediante estas palabras se traduce el hecho de que la vinculación jurídica
estuviese adscrita a criterios de dependencia personal (izada), fuese cual
fuese la naturaleza jurídica del vínculo y sin que importara la procedencia
social de los dos polos de relación.
El conde era el hombre el rey, de igual modo que el ciervo luego era del
Señor rural. Pero eso no excluye otras posibilidades de combinación, aun
cuando estas últimas se produjesen entre elementos tan dispares en la
estructura de la pirámide feudal. Como se sabe, el vasallaje pone en
funcionamiento un tipo de relación basado en la dependencia personal, lo
cual permite establecer vinculaciones jurídicas sin necesidad de estipular una
cadena de mando definida: el rey puede mantener un sistema de fidelidades
46
entre elementos dispares entre sí; puede hacerlo con un conde, de igual
modo que puede realizarse con un castellano o un simple Sr. Feudal, sin
necesidad alguna de mediar esta relación, directa y personal con alguien
perteneciente al escalafón superior. (Domínguez, 2008: 13)
La necesaria dependencia entre cierta clase de hombres que surgía a nivel político
dentro del feudalismo evidenciaba a la vez el sometimiento del vasallo frente al
poder señorial, en el cual buscaba el amparo que le pudiera brindar algún tipo de
protección, en este caso bajo la figura del poder señorial; esa dependencia genera
una estructura de compromiso feudal que vinculaba a diferentes factores de la
sociedad del momento, en otras palabras es posible afirmar que la relación
dependiente genera un vínculo jerarquizado de dominio entre los miembros que
componen la sociedad feudal; el rey pretendía la ayuda de los Señores en
cuestiones guerreristas, a cambio de ese apoyo era natural de los Señores
esperara un pago determinado el cual terminó siendo la tierra feudal, sin embargo
esta compensación tenía una característica en particular que la hacía muy
provechosa, no solamente era la tierra en sí, sino que la propiedad venía
acompañada de las personas que habitaban en ella.
Al igual que la creación de dependencia entre Reyes, Duques, Condes y el Señor
Feudal, era posible identificar una relación similar entre el campesino habitante de
la tierra feudal y el Señor feudal como tal, a diferencia de la relación que existía
entre los miembros de la parte superior de la pirámide feudal, esta nueva relación
tenía como común denominador la protección del campesino en épocas belicosas
y, en general, una protección permanente; en compensación el Señor feudal
recibía el trabajo de la tierra por parte de los campesinos y el pago de un
impuesto.
El feudalismo fue un modo de producción dominado por la tierra y por la economía
natural, en el que ni el trabajo ni los productos del trabajo eran mercancías. El
productor inmediato —el campesino— estaba unido a los medios de producción —
47
la tierra— por una relación social específica. La fórmula literal de esta relación la
proporciona la definición legal de la servidumbre: Glebae Adscripti3, o adscritos a
la tierra; esto es, los siervos tenían una movilidad jurídicamente limitada
(Cronológicamente, esta definición legal apareció mucho después del fenómeno
fáctico que designaba. Fue una definición inventada por los juristas del Derecho
romano en los siglos XI y XII y popularizada en el siglo XIV.) Los campesinos que
ocupaban y cultivaban la tierra no eran sus propietarios. La propiedad agrícola
estaba controlada privadamente por una clase de señores feudales, que extraían
un plus-producto del campesinado por medio de relaciones de compulsión político-
legales.
La economía del momento giraba en torno a la propiedad feudal y su auto-
sostenimiento en diferentes aspectos de la vida cotidiana, entre ellos, la
elaboración de instrumentos de trabajo, sastrería y la alimentación de los
habitantes del feudo, sin olvidar la visón organizacional del territorio la cual tenía
como base la idea rural de la ciudad medieval en donde la economía rural
predominaba, sin embargo, surge un problema similar a la contrariedad
presentada con la agricultura y el sostenimiento vivido en el imperio de
Carlomagno, ya que el desarrollo agrícola era una de los pilares claves de
sostenimiento del feudo y, a pesar de ello, no cubría las necesidades presentadas
por los habitantes de la región, trayendo de esta manera grandes complicaciones
en sus modelos de subsistencia alimentaria.
El trabajo rural no había sufrido una trasformación eficaz y categórica para poder
garantizar la subsistencia, la agricultura del momento mantenía la técnica poco
funcional de la Roma del siglo V, no solamente en su práctica sino también en las
herramientas utilizadas para ella, por otro lado la técnica del barbecho era común
dentro los procesos agrícolas, pues era evidente la necesidad de dejar de cultivar
en ciertos sectores debido al agotamiento de la tierra y su poca productividad, esto
3 Siervo de la tierra: siervo de la gleba.. Esclavo afecto a una heredad y que no se desligaba de ella al
cambiar de dueño.
48
dio como resultado que en momentos determinantes de la obtención de productos
agrícolas, los rendimientos no fueran lo suficientemente beneficiosos para todos.
Por otro lado, la resistencia campesina que surgía contra la doctrinal formulación
del derecho feudal “nulle terre sans seigneur” 4 se hacía cada vez más evidente en
espacios donde el poder del señorío se veía aminorado por no tener un control
absoluto, es de esta manera que los espacios en común donde no existía una
titulación de poder dominante visible se convertían en lugares perfectos para la
resistencia frente al poder del dominio señorial:
En el caso de la historia medieval, un importante cambio de perspectiva en la
consideración del campesinado ha venido de la mano de una comprensión
creciente de la resistencia a los regímenes señoriales. Para empezar, el
espectro de interés se ha ampliado para abarcar, no ya sólo los
espectaculares levantamientos nacionales de la baja edad media (el de
Inglaterra de 1381 puente Alemania de 1525), sino también las frecuentes
rebeliones locales de la alta y plena edad media. (Freedman Paul. 1997: 179-
211)
En general, era natural premeditar un fracaso del sistema feudal con estas
características que se fortalecían a medida que se prolongaban en el tiempo las
erratas en torno a la producción agrícola, sus repercusiones en la económica y la
existencia de comportamientos delictivos desde el poder señorial frente al
campesinado. A todo lo anterior se le suma la fractura entre los señoríos laicos y
los religiosos, pues estos últimos querían defender a cualquier costo la
institucionalidad de la iglesia al igual que el poder que desde esta se ejercía,
además de eso se presenta el cisma de occidente y la fragmentación de la
cristiandad frente a la necesidad de una sociedad que ha sido menguada por las
enfermedades (Las pestes) y que se aferra a la posibilidad de su bienestar en la
eternidad.
4 No hay tierra sin señor
49
Los modelos imperiales romanos, como para el establecimiento del modelo feudal,
son en definitiva dos puntos de partida para la conformación del sujeto en torno al
Estado, siervo, esclavo o ciudadano, son algunas de las características del sujeto
en relación con un poder gubernamental y económico, sin embargo no es posible
negar las fracturas históricas que por una u otra razón llevaron a la decaída de
cada uno de los modelos de dominio, dejando como siempre al sujeto en una
posición difícil al entrar en las nuevas relaciones políticas, sociales y económicas.
2.2 ESTADO BIENESTAR: ¿DEL SUJETO LIBRADO AL SUJETO LIBRE?
No es difícil poder identificar los cambios que se presentaron en la coyuntura
histórica del fin del sistema feudal y el principio de un sistema capital; pues
aunque en los siglos anteriores se podía observar una metamorfosis de los
hombres con respecto a su condición social, política y económica, no se puede
negar que cuando cae de lleno el modelo feudal propicia un cambión considerable
en el sujeto de la época. El surgimiento de nuevas y variadas formas de
relacionarse entre los actores fundamentales de la vida política, es decir, el
Estado, el sujeto y el que gobierna, tomando en cuenta que el Estado, en sí
mismo, es una totalidad que no se desliga de las viejas-nuevas necesidades de
los sujetos, y por ende es el reflejo de lo que se entiende como la coyuntura de la
época.
Se considera viejas-nuevas necesidades, entendiendo que en los modelos previos
al capitalismo existían necesidades entre el sujeto y el gobernante de tipo político,
jurídico, social y económico, tomando en cuenta dos razones evidentes para
nosotros y que no se profundizará demasiado en ellas, la primera es en sentido
estricto de carácter antropológico, el ser humano depende necesariamente de
otros de su misma especie para satisfacer ciertas necesidades, le segunda es
poder concebir que el ser humano siempre ha sido considerado un ser socio-
político y, por ende, en una relación constante con otros sujetos se plantean
50
necesidades en la convivencia en la misma construcción del Estado que organice
las dinámicas de producción, equilibrio social y jerarquización de las clases; no
obstante, algunas de estas necesidades que se identifican desde diferentes
puntos histórico-políticos no han sido tomadas en cuenta.
Un ejemplo claro de ello podría ser el camino trazado por Roma en casi catorce
siglos; la monarquía romana, pasando por el nacimiento de la república y
desembocando en el imperio en donde reyes, senado y emperadores marcaban la
vida social desde el año 753 a.C hasta casi llegar al siglo V d.C y extendiéndose
con el imperio carolingio; en todo este recorrido histórico no era extraño observar
una estructura social con un perfil de ciudadano que contaba con ciertos
beneficios sociales como por ejemplo la vivienda, una igual y con las mismas
características en tamaño y forma para todos, pero también era claro ver que
existían algunos ciudadanos que tenían ciertos privilegios y que estaban en una
posición diferente no solamente en condiciones sociales sino que también en
cuestiones políticas.
El acceso a puestos de la administración de las ciudades eran entregados a
algunos ciudadanos con la mirada siempre de los gobernantes romanos, un
ejemplo fue el emperador Claudio en el año 48 y el reconocimiento que le otorgó a
los ciudadanos, en este caso, a las elites provinciales. La lógica del ciudadano
romano era simple pero clara, si Roma se enriquece como imperio, esta riqueza
iba a traer por extensión riqueza a sus provincias y a los ciudadanos en general,
desde diferentes puntos de vista, por ejemplo el agrícola, el comercial, etc.
La única preocupación de la época era no ser ciudadano de Roma, pues al no
serlo entonces no tendría los diferentes beneficios que se daban a sus
ciudadanos; la clasificación dentro del imperio era un punto coyuntural; patricios y
sus privilegios políticos, judiciales y políticos eran considerados ciudadanos de
pleno derecho por ser las familias romanas por tradición; los plebeyos carecían de
ciertos privilegios por no estar al nivel de los patricios, sin embargo al trascurrir el
51
tiempo, este grupo social por intermedio de las luchas, si se puede decir así, de
clases llegaron a ser reconocidos como ciudadanos romanos. Esta clase plebeya
se dividía en nobles, caballeros y clientes, cuya única diferencia entre ellos era la
fortuna que tenían ya fuera por su labor o por el recaude heredado.
De la misma manera que existía la mirada jerárquica en el proceso histórico de la
Europa occidental con Roma como referente, al iniciar la sociedad feudal, luego de
la caída del imperio también se pudo observar una diferencia social como la
romana pero, si es posible decirlo, más jerárquica y verticalizada que la vista
siglos atrás, una sociedad estamental, una sociedad feudal; la nobleza, el clero y
el llano eran los estamentos en donde los dos primeros, ya sean en su alto o bajo
nivel, eran sujetos de privilegios políticos en un alto rango, mientras que el tercero,
el llano, ere el estamento no privilegiado, y en cual se encontraba el campesino
que podía tener dos condiciones en esa jerarquía, o es un campesino libres o es
un ciervo de la gleba, la diferencia, sutil pero importante para un hombre de la
época, estaba en la posibilidad de abandonar el feudo o no.
Este último estamento se encargaba de pagar los impuestos y trabajar la tierra a
cambio de beneficios por parte del señor feudal. El principio de desigualdad era el
eje central de su desarrollo social. Sin embargo, como se mencionó líneas atrás, la
crisis llegó al sistema feudal y se resquebrajo por completo.
El salto que se da desde el modelo feudal al modelo capital entrega pues, como ya
se mencionó, la posibilidad de ver al gobernante, al Estado y al sujeto en general,
de una forma diferente. Las relaciones cambian, los valores conceptuales de unos
y otros adquieren nuevos significados y lo que antes era despreciable o poco justo
en la relación del sujeto con el Estado, como la clase plebeya en la Roma imperial
o el sirvo de la gleba feudal que está atado a la tierra y al señorío sin oportunidad
de ser, aparentemente ya no es lo mismo.
52
El nuevo modelo que surge acompañado de nuevas formas de comprensión de los
actores que participan de él, permite aquellas nuevas relaciones de trasformación,
una de ellas es la constitución propia de la dualidad hombre-trabajo en la cual el
hombre es, entre comillas, "libre", sin embargo esta libertad, o como se puede
entender mejor, esta liberación del sujeto cambia su forma de compresión frente a
la responsabilidad y protección con la que el mismo hombre-trabajador contaba en
el feudalismo sin ser "libre".
Ahora esta responsabilidad y la protección del hombre-trabajador recae en sí
mismo y, por ende, surge una aparente contradicción debido a que el hombre-
trabajador no está preparado para asumir esta nueva apropiación de
autorresponsabilidad, pues son ahora trabajadores librados mas no son libres,
como lo menciona, retomando de nuevo las palabras el escritor uruguayo Eduardo
Galeano en una conferencia titulada América Latina:
Los laberintos de la utopía, al mencionar los miles de trabajadores que quedan a
la buena de Dios sin ninguna protección legal pero atados necesariamente a los
modelos de producción como mano de obra para poder subsistir. No obstante, con
esta nuevas relaciones de poder en donde el sujeto adquiere una responsabilidad
frente al trabajo que realiza a otra persona y en cuyo oficio se plasma la
dependencia a su trabajo (no libre) pero a la vez su “autonomía” (liberado) para
que él mismo pueda solventar sus necesidades básicas como alimento, vivienda,
salud, etc. Todo lo anterior servirá para generar, tiempo después, algunas formas
de resistencia por la inconformidad frente a los nuevos signos de concebir el
hombre-trabajador, así pues estas nuevas formas de resistencia no van a tardar
mucho en lograr modificar estas formas de interactuar. (Eduardo Galeano;
Conferencia: Chávez, ese extraño dictador; el 8 de ene. de 2010)
Al producirse durante los siglos XVIII y XIX la revolución industrial, el trabajador se
encontraba en el más absoluto desamparo frente a los riesgos y contingencias
sociales.
53
Jornadas de trabajo extenuantes y salarios miserables que tenían que aceptar
para no morirse de hambre y estaba prohibida la coalición profesional y la huelga,
además los empleadores no estaban obligados a solventar los gastos por
enfermedades y accidentes de trabajo por considerar que tales egresos
incrementaban los costos de producción, por lo que los trabajadores tenían que
atender con sus magros salarios los riesgos y contingencias sociales aunque para
ello tuvieran que enviar a laborar a sus mujeres y a los hijos menores desde su
más tierna infancia. (Ruiz Manuel. 2012: 54)
Estas rupturas y tránsitos de un modelo a otro permitieron que en el siglo XIX se
dé la posibilidad de que la nueva estructura político-social de respuesta a las, si se
puede decir así, necesidades del hombre-trabajador librado pero no libre. Otto Von
Bismarck, canciller alemán, da una repuesta frente al desamparo que el hombre-
trabajador padecía en el siglo XVIII y el XIX, desamparo en gran parte evidenciado
fuertemente por las nuevas dinámicas enmarcadas con la revolución industrial; no
obstante, esta respuesta del canciller era una clara contestación para evitar la
puesta en escena de posturas radicales de las vertientes socialistas que estaban
aflorando en la época.
Las primeras formas de protesta colectiva fueron los amotinamientos y las
huelgas; la primera de estas acciones tenía por finalidad dañar el equipo de
capital, las clases dominantes respondieron con una fuerte represión, llegando a
dictar leyes que imponían la pena capital para cualquier obrero a quien se le
probara la responsabilidad en el daño a las máquinas (Uzcástegui, 1990: 46-47)
Así pues, surge el programa de seguridad social que abarca un paquete completo
con el programa de indemnización a los trabajadores y el seguro de enfermedad;
una política social inclusiva para la época.
Héctor Zimerman en un artículo titulado La reforma política: origen y actualidad de
las políticas públicas, sostiene que el Estado birsmackiano intenta hacer una
54
simbiosis entre la actividad de la seguridad social y la actividad del Estado como
se conocía, esto da como resultado la necesidad de incluir en esta simbiosis la
práctica política dentro de la teoría del Estado, entendiendo por prácticas políticas
la puesta en escena de políticas enfocadas a dar respuesta a ciertas necesidades
que la sociedad tiene; de esta manera la actividad del Estado debe, por ende,
direccionar las actividades políticas con el objetivo de poder mantener un
bienestar o seguridad social coherente con algunas necesidades, en otras
palabras, es tomar a ese hombre-trabajador no en un sujeto librado a su propia
suerte sino respaldado en una relación de beneficios bicondicional. (Zimerman,
Hector; 2006: 33)
2.3 ESTADO, GUERRA Y ECONOMÍA: ¿PRINCIPIO DE UN ESTADO
BENEFACTOR?
Desde la construcción en el siglo XVI y XVII, por parte de los filósofos y políticos
de los Estados contractualitas y la necesidad de establecer un pacto o contrato
social entre los hombres en donde la tesis principal es la sucesión de derechos a
un tercero que, en este caso tiene como protagonista al Estado, se vislumbra la
consecución de un protector que tenga bajo su poder la economía, la paz y, en
general, el bienestar de su pueblo, claro está, cada uno de ellos desde una
perspectiva particular y fundamentada en ideas, si se puede decir así, de
organización social.
Sin embargo esta idea de organización del Estado no prima siempre desde el
control gubernamental en la cúspide de la pirámide; Adam Smith y David Ricardo,
conciben una forma diferente a la planeación de la relación entre el sujeto y el
Estado, parten del fundamento que marca la autorregulación dentro de los
sistemas económicos y de producción, la bien nombrada mano invisible o
economía perfecta que posibilita tal proceso y que, en primer momento, parece
dar respuesta a una re-significación del manejo estatal; pues ya no es el Estado el
55
responsable en las dinámicas comerciales, o por lo menos pierde su participación
inmediata.
A mediados del siglo XX se da los primeros pasos para identificar el cambio o
mejor, un regreso al paradigma proteccionista con respecto a la participación del
Estado dentro del control y protección social. Es la primera, pero en especial, la
segunda guerra mundial uno de los detonante importantes que permite pensar un
Estado totalmente responsable de su pueblo, es decir, lo que acuñará en un
momento determinado de la historia el término de Estado benefactor o Estado de
bienestar.
Luego de la finalización de la segunda guerra mundial en el año 45, luego de ver
los escombros en Londres, Paris, Roma, Stalingrado, etc., luego de observar a
más de sesenta millones de muertos, se da paso a una serie de acciones socio-
políticas y económicas que intentan darle un nuevo aire a la dignidad humana; la
ONU, en un primer momento, y la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del
Acero) que da origen a la CEE (Comunidad Económica Europea) y finalmente a la
UE (Unión europea), son dos ejemplos determinantes en la construcción de una
nueva identidad; podríamos decir que son Th. Marshall y John Maynard Keynes
quienes plantearon una lectura propositiva que uniera a los pueblos después de la
tragedia, desde una triada pragmática: economía, sociedad y política, todo
enmarcado en la visión de un Estado Benefactor y, como una conexión que en el
papel da resultados objetivos, pero al pasar a la realidad presenta dificultades de
aplicación.
Ahora bien, el fin de tales proyectos, que era necesario tras la barbarie, quería
unificar en una sola identidad y un solo objetivo a los pueblos; hasta allí, el sueño
era claro, prospero y defendible, pero los resultados han demostrado que detrás
del salvavidas se encuentra el tiburón listo a atacar.
56
De acuerdo con lo anterior surge la figura de un Estado Benefactor que tiene como
objetivo desarrollar ciertas actividades que posibiliten establecer una relación
protectora frente a su pueblo, es decir, es un modelo político dentro de un contexto
social que pretende proveer diferentes garantías sociales y económicas en torno a
un modelo de calidad de vida, si esto es así podríamos observar un fenómeno que
se presenta de manera reiterativa en esta concepción de Estado: es El Estado el
único que tiene la responsabilidad de mejorar la calidad del ciudadano, tomando
una asistencia social que marca el cómo los hombres de la postguerra vieran una
nueva formación Estatal ya sin los vejámenes que se presento a lo largo de la
guerra, y para ello necesitaba universalizar una serie de derechos.
El “Estado de Bienestar” es el régimen que se propone universalizar los derechos
asegurando que los beneficios en materia de salud, educación, vivienda y seguros
sociales lleguen a todos los ciudadanos/as o, al menos a la mayoría de ellos.
Este tipo de Estado, tal como lo ha destacado Offe (Offe 1996: 83), tiene la
responsabilidad de lograr el bienestar de ciudadanos/as garantizando la seguridad
social (o el bienestar) mediante transferencias monetarias, servicios,
infraestructura física y políticas reguladoras en el área de salud, educación,
vivienda, asistencia social, protección laboral y asistencia familiar. (ENRIQUEZ.
2007: 59).
Con relación a lo anterior, es claro ver el papel que juega el Estado, la idea de
universalizar derechos y todo lo que conlleva desde una posición positiva es un
discurso que rompe la línea de sus antecesores y promete una nueva era para la
humanidad.
57
2.4 ENTRE ESTADO BENEFACTOR COMO ESTADO MARGINADOR
Los demagogos sociales emplean las promesas del Estado Benefactor y de la política inflacionaria para seducir a
las masas y cuesta advertir a la gente
de modo convincente acerca del precio que todos habrán de pagar al
final. Wilhelm Röpke
Los principios son claros y explícitos. El libre mercado está bien para el
tercer mundo y su creciente contraparte en nuestro país. A las
madres con chicos a cargo puede instruírselas firmemente acerca de la necesidad de la autosuficiencia, pero
no a los ejecutivos e inversores dependientes, por favor. Para ellos debe florecer el estado benefactor.
Noam Chomsky
La postguerra, a la luz de todos, no solamente europeos sino también americanos,
dejó instituciones Estatales fortalecidas para el dominio y control del
bienestar social, es en ellas donde recae una gran parte, por no decir que
toda, la responsabilidad frente a la incorporación de sus pueblos a los
círculos de prosperidad, como por ejemplo lo ratificado por el profesor
Enríquez: servicios, infraestructura física y políticas reguladoras en el área
de salud, educación, vivienda, asistencia social, protección laboral y
asistencia familiar. Pues si los conciudadanos de un pueblo le entregan, por
intermedio de un voto sus derechos a un tercero, e incluso si este tercero
es el que se toma, por cuenta propia el derecho de gobernar a un pueblo,
aun así debe pensar en la forma de brindar ciertos beneficios, para sus
gobernados con el fin de mantener el poder. (ENRIQUEZ. 2007: 60)
De acuerdo con la cita con la que se da inicio este apartado, podemos identifica un
direccionamiento encaminado hacia la universalización de una serie de beneficios
estatales que permitieran un desarrollo humano centrado en la equidad, el respeto
de las minorías y el derecho de las minorías (Lipman, 1998, 34); Europa desarrolló
un proceso de reconstrucción económica que muestra, si se puede decir así, un
miedo palpitante por recaer de nuevo en la debacle de una nueva guerra y sus
consecuencias sociales, políticas, pero en especial, económicas; una guerra que
58
margine e indigne por medio de la sangre, luego la posibilidad de conformar una
Unión Europea, un Meta-Estado que agrupe a los pueblos y no los margine.
“el ideario del Estado Benefactor tendía a instituir una dinámica que
promovía más la “incorporación” que la “marginación social”” (ENRIQUEZ.
2007: 60)
Ahora bien, el caso del Estado benefactor de mediados del siglo XX centralizado
en un Estado proteccionista desde la promoción económica de los pueblos se
replica en América y, más exactamente en Latinoamérica, desde la
industrialización, generalización de empleos y empleados que al entrar en un
sistema productivo, transformador, económico, se obtiene la posibilidad de estar
dentro de las márgenes, infortunadamente en tal proceso se presupone el ingreso
de todos los factores al sistema, en este caso especifica al económico-
industrializado.
“Primero, el régimen del Estado Benefactor, busca la incorporación social de
todos los sujetos al sistema vigente otorgándoles ciertos beneficios y
exigiéndoles ciertos deberes. Pero a pesar de ello, existe una parte de la
población que por distintas razones quedan “en el margen” o “al margen” de
dicho sistema; por lo tanto, la “marginalidad” es un fenómeno visible, que
debe ser estudiado, explicado y resuelto para que la sociedad funcione
adecuadamente.” (ENRIQUEZ. 2007: 60/88)
La misma Europa es un ejemplo de la cita anterior, después de 40 años de
establecer y mantener el Estado Benefactor (UE) hoy en día se piensa tal proceso
y sus repercusiones ya que debido a las recesiones económicas presentadas en la
última década se observó un retroceso socio-económico; Miguel Infante, filósofo y
economista colombiano sostiene que los procesos de marginalidad están
identificados, desde el Estado de bienestar, como un asunto de la economía
práctica, en otras palabras, si usted no ingresa al sistema económico, sistema
59
regente en el estado de bienestar analizado por Enríquez, se convierte en un
sujeto emergente que se margina o es marginado.
2.5 CONFIANZA SOCIAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS
Las políticas públicas como fenómeno paradigmático en la reconstrucción de la
confianza social entre el ciudadano y el gobierno, es la herramienta clave con la
que se puede, desde la gestión pública, unir los intereses generales del Estado y
aquellas necesidades particulares de los ciudadanos; estas políticas públicas
tienen una clasificación que, aunque se presuponga como una mirada
estandarizada, puede variar de forma y de fondo.
Es preciso observar que los tipos de políticas públicas se pueden estructurar en el
ámbito politológico, en el escenario de las ciencias sociales y en el aspecto de la
normatividad de la nación; cada uno de estos escenarios mencionados
anteriormente posee, dentro de su rango, diferentes formas de entender la
aplicación y el desarrollo de la política pública. Es así que las políticas públicas
vista desde el escenario politológico se presentan de cuatro tipos, estos son:
Regulatorias, Distributivas, Redistributivas, Políticas constituyentes.
Las primeras de ellas están orientadas principalmente a lograr la realización de
conductas deseadas o la no realización de conductas indeseadas. El énfasis está
aquí en un enfoque conductual de las decisiones de los sujetos. En segundo lugar
encontramos aquellas destinadas a prestar bienes o servicios a los ciudadanos. El
énfasis está en el “delivery” de servicios públicos, tales como los servicios de
salud, educación y seguridad. En tercer lugar, son políticas que recaudan de
algunos ciudadanos con mayores riquezas para entregar a otros en otras
condiciones socio-económicas más precarias, en particular, por su condición de
pobreza o vulnerabilidad. Los programas sociales son parte de las políticas
redistributivas; y por último aquellas que modifican la organización misma del
Estado.
60
Sin embargo el espectro se va ampliando cuando hablamos de políticas públicas
en el escenario de las ciencias sociales, pues aunque parten de tres ejes
puntuales que son el económico, el social y el de gestión, cada uno de ellos posee
una división extra que muestra los campos de acción dentro de la ciencia social.
Es así que al entender la política pública desde el escenario social podremos
identificar que su campo de acción está compuesto por áreas como la de la salud,
la vivienda, la educación, etc.
Es así que se puede afirmar que si tomamos a la política pública en su enfoque
social lo que se quiere es determinar un campo de acción que se encarga de
poner en marcha herramientas que posibiliten una recomposición social, en otras
palabras, tomar acciones que busque por cualquier camino poder solucionar un
problema social como la pobreza y el suplir las necesidades básicas de la
población civil. En el campo de lo económico es posible identificar dos ejes de
acción diferentes, el fiscal y el monetarista, estos dos ejes de acción y, en general,
la noción económica que los engloba, tiene como punto de partida el manejo de
las finanzas estatales y todo aquello que se relaciona con las finanzas públicas.
Así pues, la organización del aparato estatal en términos de manejo fiscal, el
desarrollo de políticas enfocadas a adquirir, dirigir y redireccionar el aparato
monetario con un objetivo centrado en el alcance de beneficios del ciudadano.
Ahora bien, para finalizar es posible decir que el recorrido histórico del sujeto
dentro de los modelos del Imperio de Carlo Magno, la caída de tal imperio, el
surgimiento del modelo feudal y, de igual manera, su desplome, muestra
claramente cuáles han sido los pasos por los cuales el ser humano occidental no
libre, o liberado a su propia surte ya con la llegada de los modelos capitalistas, es,
en última instancia, el punto de quiebre para replantarse una forma de relación
entre este sujeto y un Estado.
61
Así pues la aparición de un Estado benefactor que minimice la pauperización del
sujeto y establezca los puentes de acercamiento entre el sujeto político y el sujeto
económico con unas ciertas garantías de corresponsabilidad. No obstante es
necesario tener en cuenta que si este modelo de Estado Benefactor (Seguridad
social) no se establece con premura, las resistencias civiles habrían fracturado de
una manera contundente la imagen del Estado y la permanencia como institución
soberana.
62
PITULO III
¿POLÌTICA PÚBLICA Y DECOLONIALIDAD COMO UN PLANTEAMIENTO
ALTERNATIVO A LA CRISIS?
3.1 Resistencia y descolonialidad política
Ahora bien, el problema que se ciñe en este punto es el de establecer cómo desde
las dinámicas decoloniales es posible establecer un marco de acción que no se
encasille en el análisis epistémico y filosófico sino que se estructure más allá y
pueda dar respuesta al problema desde la praxis política, ya que es en las
relaciones socio-políticas en donde se puede garantizar un argumento legitimador
de prácticas alternativas para una sociedad.
En este punto surgen dos problemas y que son determinantes para la discusión, el
primero de ellos es poder analizar si dentro de todo el armazón decolonial existe la
esperanza de establecer una ruta de acción política, es decir, decolonialismo de la
política euro-centralizada , hegemónica, dominante y vigente a pesar de los
resultados; al parecer el proyecto decolonial se ha quedado corto pues ha
planteado un análisis completo de la teoría política que ha surgido en los procesos
colonizadores y coloniales, pero se le ha hecho difícil hacer el tránsito a la parte
práctica.
El segundo problema, o la segunda ruta de análisis va más allá y evidencia que
existen experiencias en donde el proyecto decolonial ha dado sus primeros pasos
desde la práctica política y ha dejado atrás los paradigmas establecidos por el
dominio occidental ya desde hace unos cuantos siglos y que ha marcado un
referente en lo que respecta a la organización social política y económica; esta
recomposición de la práctica política de los pueblos que han sido tocados por la
sombra del colonialismo se han pensado, no solamente desde su propia orilla
63
como pueblos colonizados, sino también desde sí misma, desde sus orígenes, con
el fin de dar una respuesta concreta y diferente a los problemas de la sociedad.
Regresemos al origen de las causas y planteemos la hoja de ruta que nos ha
traído hasta este punto. Hemos analizado en los capítulos anteriores las
repercusiones que se generaron desde la legitimación del dominio de una mono
cultura con un capital simbólico capaz de crear patrones de dominación dentro de
cualquier tipo de sociedad y cómo esto se ve reflejado no solemnemente en la
idea sociológica de la relación del sujeto frente al Estado, sino que también en el
periodo de la conquista o descubrimiento de América.
Fue necesario, por parte de los colonizadores, adoptar ciertas formas de actuar
como colonizadores, frente a una nueva cultura que entre más se conocía más se
establecía una diferencia étnico-racial que promovía la estratificación social de los
sujetos, llegando a una soberanía etnocentrica de la cual la cúspide de la pirámide
curiosamente era ocupada por los mismos personajes que empezaron a ver al otro
no solamente como algo diferente, pues también se establecieron en un lugar
jerárquico que correspondía a un estereotipo de algo menor, tanto en raza,
conocimiento, religión, política y económicamente.
Es así que desde finales del siglo XV y principios del siglo XVI ya se establecía,
con estas dinámicas coloniales y colonizadoras que generaron lo que en estudios
decoloniales se conoce como la moneda de la modernidad/colonialidad, y de la
cual se estructura en un perímetro muy amplio que toca aspectos culturales,
políticos y económicos. La noción del buen vivir o sumak kawsay o suma qamaña,
se ha convertido en una base sólida para montar un armazón que estructura, no
solamente una forma diferente de sociedad sino también de ruta para todas las
acciones políticas.
Esa idea de pensar lo que hoy se puede considerar como problemas globales
como por ejemplo, las crisis económicas, los niveles de extrema pobreza, la
acumulación exorbitante de capital por una minoría y el daño ambiental que desde
64
la época de los 50s se ha tornado cada vez más evidente y no se ha podido dar
una solución concreta, y la necesidad de buscar soluciones oportunas desde
algunas perspectivas y prácticas locales, genera un punto de inflexión en el cual
en este caso, el enfoque del buen vivir.
La posibilidad de cambiar un saber hegemónico que rige las normas sociales y
políticas de una comunidad por otro que se ha visto oprimida y que quiere salir de
esta condición y colocarse a la cabeza como nueva forma de poder dominante en
donde sea capaz de generar nuevas estructuras simbólicas de opresión y
dominación en donde el ideal etnocéntrico siga teniendo la posibilidad de ser una
posibilidad de clasificar a la sociedad desde un nuevo ojo dominante, no cambia la
visión colonial, pues si se analiza cuidadosamente es posible entender que es la
misma lógica de dominio pero con diferentes actores, no importa que el agente de
dominación sea europeo, asiático, americano, africano, etc.
El problema radica en adoptar estas dinámicas como un único proceso de
construcción identitaria y con un objetivo que reproduciría, desde su propia
perspectiva, las márgenes epistémicas, sociales y políticas, como forma única de
sociedad, deslegitimando la acción y las posibilidades de un otro.
3.2 ESTADO BOLIVIANO Y LA LUCHA ALTERNATIVA
La configuración del Estado plurinacional de Bolivia se encuentra en una etapa
difícil de entender gracias a la tensión que existe entre los seguidores del MAS y
los contradictores de la idea pro-decolonial, es de entender que esta lucha que
sobrepasa lo ideológico y se extiende a campos como el económico, el social, el
ambiental y el político, entre otros, deja en evidencia una polaridad que no permite
una visión panorámica del proyecto plurinacional y la perspectiva decolonial.
65
La Bolivia de Evo Morales caminó en el primer mandato sin contratiempo alguno,
la idea novedosa de concebir un paradigma propio con el cual se le entregara un
poder legítimo con voz y voto en la composición del Estado y a todo lo que gira en
torno a la institución. El perfil de una nueva Bolivia, llena de diversidad y
posibilidades se convierte en el mejor camino para recorrer en los años venideros;
dar respuesta a problemáticas económicas y políticas sin dejar al margen un factor
determinante, la identidad pluriétnica del país.
Como ya lo habíamos mencionado líneas atrás, la base teórica en donde se
sustenta la nueva mirada del Estado (esto no inicia con la entrada en escena de
Evo Morales como presidente de la república) permite, como se ha intentado
hacer en otras latitudes, desmontar el Estado como se conoce, dando su inicio en
cuestiones de fondo que posiblemente repercutirán en un futuro en una forma de
pensarlo diferente en su constitución material. Esta base de cambio tiene como
idea central la reconstitución del Estado boliviano, todo partiendo de la naturaleza
propia de las raíces indigenistas, así pues, el fundamento ideológico y la
cosmovisión de un pueblo y lo que le ha dado significado a una cultura propia que
ha acompañado a un pueblo por más de 500 años es hoy en día el caballito de
batalla con el cual se ha organizado el Estado boliviano, su normatividad y el
ordenamiento social propio del pueblo Aymara y Quechua, es retomado como
base para la Bolivia del siglo xxi.
La política se asume bajo el manto de la idea del buen vivir (sumak kawsay o
suma qamaña) en donde se observa la apuesta por encontrar un paradigma
diferencial al que se ha mantenido durante las últimas décadas, en otras palabras
y como se había mencionado anteriormente, es la contrapartida a un sistema
como el capitalista en el cual no es difícil evidenciar la desigualdad entre los seres
humanos que hacen parte de ella, las prácticas de dominación laboral, la
acumulación de capital por parte de un mínimo de la población mundial,
hambruna, guerras, caos económico y la posibilidad que tiene el ser humano de
pensarse como individualista y competitivo dentro de una sociedad donde los
66
seres humanos se asemejan cada día más a la jauría de lobos hambrientos que
componen el estado de naturaleza planteada por el filósofo ingles Thomas
Hobbes, claro, tomando como en cuenta que para el filósofo ingles este estado
belicoso, de guerra, de individualismo, es superado por el pacto que se da entre
los seres humanos y se establece un estado de paz y armonía, al parecer si
seguimos esta lectura nos daremos cuenta que a lo contrario de lo pensado por
Hobbes y en general por los filósofos iusnaturalistas, este estado de paz, de
civilidad, no dio ningún resultado.
Las sociedades modernas son capaces de mostrarle a Hobbes que la puesta en
escena de un Estado creado por intermedio del contrato social, saliendo de esa
idea de lobos hambrientos y miedosos dispuestos a atacar para sobrevivir para
luego dar el paso decisivo a una sociedad de hombres civilizados, es hoy en día
un espejismo del cual no podemos esperar nada bueno. Hoy en día seria bueno
preguntarse si los seres humanos son más individualistas, competitivos y
miedosos, y si la imagen del lobo hambriento que plantea el filósofo ingles se
queda corta al espécimen político social y económico que hoy se posa sobre la
tierra.
3.3 Estado, gobernanza y seguridad alimentaria
La respuesta del Estado de bienestar a diferentes necesidades de la población a
nivel económico, social y político se podría entender como la base o punto de
partida de lo que hoy se conoce como políticas públicas, desde esta perspectiva
podemos observar un amplio desarrollo en la capacidad de atender la demanda de
un conglomerado social que por una u otra razón aquel eje central del plan de
gobernanza estatal no es contundente o, en ocasiones, es arbitrario frente a las
necesidades que exige tal población.
Al atacar aquellas grietas políticas y sociales se evidencian un factor desfavorable
frente al ciudadano, en qué punto es posible cruzar los intereses del ciudadano de
67
a pie con los grandes intereses que el Estado fórmula para una organización en
diferentes escenarios de la sociedad en general, es el problema que se plantea en
este escenario, tomando en cuenta que por razones de diferente índole no llegan
a cubrir todas las necesidades que son exigidas desde la sociedad misma.
El modelo tradicional de gobernanza se basa en el rol del Estado y de sus
múltiples organizaciones en la elaboración e implementación de las leyes.
Este modelo no solo está centrado en el Estado sino que, además, tiene una
estructura jerárquica en la cual se da un proceso autoritario de toma de
decisiones que se adoptan en el nivel más alto y que luego fluyen hacia
abajo abarcando al resto de la administración pública. Más aún, en este
modelo convencional la mayor parte de las acciones del gobierno ocurren en
su interior, excluyendo a actores tanto de la sociedad civil como del ámbito
internacional. (B. Guy Peters. 2006: 105)
La gobernanza no es, aparentemente, una tarea fácil. La diferencia que existe
entre miles o millones de personas que poseen cada uno de ellos unos intereses
particulares, preferencias frente a la forma de actuar del Estado y un conocimiento
de una realidad que los rodea y de la cual están seguros de su buen
funcionamiento, les otorga un poder social-fragmentario en el cual en él es posible
identificar un DEBER SER que solo conoce el sujeto que está en el contexto y lo
vive día a día. Es como si se pusiera en práctica el planteamiento expuesto por
Nicolás Maquiavelo en la dedicatoria del Príncipe, pues el que es del pueblo no
solamente conoce la naturaleza del gobernante sino que también la naturaleza del
pueblo y, por ende, las necesidades que de este último aparecen.
Así pues, no es una sorpresa que con tal variabilidad se pueda dar por sentado
que el ejercicio del gobernar presente una serie de fallas en lo que respecta a la
administración del Estado frente a hechos políticos, judiciales y administrativos; lo
anterior trae como consecuencia inevitable, que el Estado no posee una
capacidad de respuesta de cara a las necesidades del pueblo. Ahora bien, son las
68
reformas estructurales de respuesta de corto, mediano y largo plazo, basadas en
la estabilidad económica, la organización política y social, en compañía de la
admiración de justicia, los ejes fundantes de una buena gestión pública y, por
ende, de una puesta en escena de políticas públicas determinantes para la
sociedad, no obstante hay que tomar en cuenta que, como se menciona al
analizar las políticas públicas, es necesario no apartar la mirada de aquellas
instituciones estatales que son las que brindan o, en otras palabras, sirven como
catalizador de las preocupaciones del Estado y las preocupaciones del ciudadano,
siendo estas instituciones públicas un marco de referencia para la regulación de
esta dinámica.
Estas instituciones, al igual que el Estado en general, tienen su motor de acción en
el fortalecimiento de un musculo económico lo suficientemente robusto que
posibilite que estas acciones públicas se puedan colocar en marcha; aun así
existen diferentes factores que torpedean el normal desarrollo que se debería
establecer entre el Estado, las instituciones, la gestión pública, la política pública y,
en definitiva, el ciudadano; muchos de estos factores están ligados a la corrupción,
la demagogia, el populismo, intereses personales, negociaciones que evidencian
una asimetría social, etc. Todo acompañado a la vez por una serie de errores
procedimentales estatales que ha generado un detrimento en los diferentes
escenarios en los que el Estado hace presencia y, generando a la vez, una
ausencia de credibilidad frente a las instituciones públicas y, por lo tanto, todo lo
político.
Así pues, es importante entender en este punto que uno de los hechos
coyunturales de un alejamiento entre el Estado y los ciudadanos ha sido
precisamente provocado por el mismo Estado. La ineficiencia que genera un mal
servicio tanto en cobertura y a la calidad del ejercicio político no solamente
perjudican de fondo y de forma a las instituciones públicas, sino que directamente
se ven implicados los ciudadanos que esperan del servidor público un ejercicio del
69
poder administrativo responsable, honesto y efectivo frente a las necesidades
presentes.
La existencia de un orden mundial que década tras década trasciende las líneas
fronterizas en beneficio de unos y que posee la fuerza suficiente para unificar y
aislar naciones a su antojo, es hoy en día una de las fichas claves que entra a
jugar en el campo de los gobiernos y que modifica de manera contundente la
dinámica interna de la administración pública; exenciones tributarias a grandes
trasnacionales, endeudamiento estatal a organizaciones supranacionales, tratados
de libre comercio, entre otros, son los retos que se tienen que afrontar desde el
interior de cada Estado.
Economía, política y la dinámica social son factores que se encuentran en un
cambio permanente, un claro ejemplo es ver que
El nuevo orden mundial está regido por un mercado sin fronteras en donde
los acontecimientos relevantes de cualquier lugar del planeta influyen en la
totalidad. El imparable desarrollo de las comunicaciones está conduciendo a
un nuevo tipo de relaciones y de acceso a la información y al conocimiento.
La apertura de los mercados, la competitividad y el desarrollo tecnológico
están impulsando el crecimiento económico… ( Álvaro Marchesi. 2006: 37)
En las últimas décadas sus movimientos han sido supremamente agresivos,
imposibilitando las reacciones oportunas y contundentes frente a tales cambios,
así pues, Estado y sociedad quedan indefensos y a merced frente a ellos. La
economía es el ejemplo más contundente y del que se podría pensar que es la
que se posa en la cúspide de la montaña, pues la economía hoy ha puesto bajo su
merced al Estado y, por extensión, a la sociedad como tal; en estas condiciones
es muy difícil establecer un marco de repuestas que puedan hacer contrapié a
estas dinámicas obligatorias de los sistemas globales frente a los locales. (Las
70
nuevas formas de construcción de los Estados en donde la independencia política
y la legitimidad de la sociedad civil, como por ejemplo las comunidades
minoritarias que se han ganado con sudor, lágrimas y sangre, la posibilidad de ser
escuchadas, organización y tener voz, es una lucha en tres escenarios diferentes
el primero de ellos es el local, el segundo es el nacional y el tercero el
supranacional)
Muchos investigadores sugieren que el ejercicio del gobernar, entendiéndolo en
este punto como una moneda de caras que se asemejan en forma pero de fondo
son totalmente diferentes, se encuentra inclinado ya no al sujeto que gobierna, en
este caso al gobernante, sino que se ha inclinado hacia la forma de gobernar, es
decir, el problema no es del lado de la moneda donde se ve el perfil del dirigente,
el problema está del otro lado de la moneda donde se ve la forma con lo cual se
administra lo público, pues el verdadero punto coyuntural es ver la forma con la
cual se administra el poder público y como se da respuesta a problemáticas de la
sociedad civil.
Ahora bien, estas dos variables, el proceso de gobernar de un sujeto que ha
adquirido el privilegio de administrar los bienes públicos y las nuevas formas con
las que se han identificado los grupos de la sociedad civil tomando voz y voto, nos
muestran una forma diferente de ver aquellas dinámicas de la relación entre
gobernanza y el poder del pueblo, pues es este último el que exige y espera que el
que gobierna ponga en marcha toda la maquinaria necesaria para que se ponga
en camino diferentes soluciones a las problemáticas que surgen y que el
ciudadano es el mayor afectado; es en este punto en donde, como ya lo habíamos
mencionado anteriormente, surge la pregunta por el quehacer del gobernante por
encima de la inquietud por el gobernante mismo, pues es en el quehacer político
donde se puede evidenciar la forma con el cual se hace evidente la práctica de
dichas políticas públicas.
71
En el quehacer del gobernante se puede observar que, independientemente de su
forma de ser, sus acciones se ven atadas a lo que la sociedad civil le exige o lo
que las comunidad internacional le impone, ya la imagen autoritaria, despótica y
petulante no tiene ningún espacio en la puesta en marcha de políticas públicas
que responda a necesidades o a órdenes.
Que el Estado tenga las herramientas suficientes para poder implementar
estrategias que respondan a diferentes problemas sociales, económicos y políticos
es intentar fortaleza el proceso de su quehacer institucional de cada gobierno, en
otras palabras, que se construya un gobierno competente, no obstante si los
resultados, mediados por la puesta en escena de políticas públicas, no se ven ni a
corto y largo plazo como se había presupuestado, es necesario pensar en la
impotencia y en la incompetencia del ejercicio de gobernar; si las políticas públicas
no son efectivas o, como se puede observar en diferentes escenarios, no tienen
un alcance suficiente es posible estar en la cuerda floja y decidir de qué lado
quiere caer, del lado de pensar en una gobernanza impotente o una gobernanza
incompetente.
3.3.1 Seguridad alimentaria en Bolivia.
En los últimos años se ha presentado un riesgo que va en aumento desde el
sector geopolítico de la región, países como Colombia, Chile, Argentina, entre
otros, han demostrado que uno de los sectores en riesgo es el del sector
alimenticio.
Existe desde hace ya unas décadas una tendencia a lo largo del continente a
mantener dentro de sus políticas públicas- comerciales la idea de la importación
de alimentos como sustento de una dieta básica que pueda ser determinante para
el sostenimiento de la seguridad alimentaria dentro de las fronteras de cada país;
Bolivia en cierto grado no es la excepción, muchos de los informes de los sectores
72
agrícolas muestran los avances de una política alimentaria centrada en la
importación de alimentos básicos para la región, no obstante este problema no
parece estar aislado dentro de la formulación de políticas públicas enfocadas a la
protección del ciudadano en torno a la alimentación, los reportes que se emiten
desde la FAO (Organización de las naciones unidas para la alimentación y la
agricultura) ponen al país andino en una posición difícil, uno de cada tres
bolivianos no puede alimentarse como debe y, por ende, es necesario plantear
nuevas políticas de seguridad alimentaria.
El nivel de seguridad alimentaria está caracterizado por una producción de
alimentos insuficiente y compensada por la importación y la ayuda
alimentaria, provocando una importante, aunque decreciente, dependencia
externa del país. Al problema de disponibilidad se suma el del poco acceso
de los hogares a los alimentos y su utilización biológica en un país donde el
47% de la población es pobre y los servicios básicos y de infraestructura son
insuficientes, especialmente en área rural donde existen más pobres (76%)
(FAO. Perfiles de Nutrición por país. 2001)
Los datos suministrados por la FAO son el reflejo de lo que se presenta en las
diferentes graficas suministradas por el INE a finales del siglo XX y en la primera
década del siglo XXI, lamentablemente el índice que marca la línea de pobreza y
de extrema pobreza en Bolivia se incrementa año tras año en casi todos los
departamentos del país, dejando en evidencia una crisis que abarca a diferentes
grupos sociales, pero en donde sus mayores problemas se enfocan el la parte
Rural.
73
Fuente: Instituto Nacional de Estadística-Bolivia-2009
Sin embargo esta tendencia muestra un problema de fondo en torno a la
capacidad productiva de Bolivia y de muchos de los países de América Latina. La
pregunta por la capacidad de los países en la producción de alimentos para
garantizar por sí mismos una base alimentaria mínima y sólida queda en duda;
¿Es posible que países con una variedad topográfica, climatológica, hidrográfica y
de tierras para sembrar no pueda mantener una producción propia que pueda
responder a una demanda interna? Esta es la pregunta se mantiene en la
percepción de cada ciudadano y que cuya respuesta queda en el aire al escuchar
los reportes de los tratados comerciales que se firman a lo largo y ancho de esta
parte del continente.
Bolivia gira en dos realidades en la producción agrícola, la primera de ellas se
plantea desde lo que se conoce como el occidente altiplánico donde la propiedad
agraria se dividió en pequeñas parcelas, la segunda realidad es la de la zona
oriental en donde es posible observar las grandes concentraciones de tierra que
74
se encuentran en manos de pocos propietarios, estas dos realidades son el reflejo
de una reforma agraria desigual que en última instancia es el detonante para que
un país como este tenga la necesidad de apelar a las importaciones para poder
solventar el problema agrario que deja la separación y el mal uso de tierras. En un
millón cien mil quilómetros cuadrados que comprende la extensión del territorio
boliviano y una población cercana a los 10 millones de habitantes parece difícil
pensar que resolver el tema de la seguridad alimentaria no debe ser un problema,
sin embargo, esta pregunta se traslada a otros países del continente que tienen
estas mismas condiciones, en donde la topografía del país permite un desarrollo
agrario lo bastante sólido para construir una política pública de soberanía
alimentaria y, no obstante, padecen la misma antilógica.
Así pues, no es difícil precisar que en la formulación de las lógicas
agroeconómicas, el oriente del país y, más exactamente, el departamento de
Santa Cruz de la Sierra, se ha convertido en la despensa de alimentos del país y
donde más se utiliza el suelo para la producción alimentaria
Fuente: Instituto Nacional de Estadística-Bolivia-2003
75
Así pues es posible establecer un rango de medición que muestra a Santa Cruz
de la Sierra como uno de los departamentos más sólidos en la utilización y
aprovechamiento del suelo Boliviano, fortalecido por tener el porcentaje más alto
de suelo agrícola producible y utilizándolo para sostenerse como el mayor
productor de alimentos.
Un ejemplo de esta tendencia es la industria avícola que se concentra en parte
del sector conocido como Cochabamba y Santa Cruz, al igual que la producción
de lácteos. El INE ha registrado en los últimos años un alza en el porcentaje del
producto interno bruto agropecuario en la parte de los llanos bolivianos, este
incremento muestra el predominio que ha tenido el algunos de los departamentos
ubicados en la llanura con respecto a la producción agrícola y evidencia un
crecimiento exponencial considerable con una proyección de crecimiento para el
2016 que abarque más del 50% del PIB-agropecuario.
Ahora bien, la comparación del índice de la seguridad alimentaria en diferentes
países de la región muestra que los esfuerzos presentados por Bolivia son
escasos al establecer una barrera de seguridad confiable para sus ciudadanos, es
así que Bolivia ocupa al año 2013 el último lugar en Latinoamérica frente a este
indicador, mientras que a nivel mundial se encuentra ubicado en el puesto 65,5
países como México, Chile, Argentina y Brasil son los países mejor posicionados
en la región. No obstante esta difícil posición es el resultado de medir este VAM6
al interior del país, ya que al aplicar este análisis a nivel municipal es posible
evidenciar que la VAM a inicios de la segunda década del siglo XXI supera las
expectativas de vulnerabilidad que se esperaban, la región del valle y la altiplanicie
occidental presenta un índice de nivel 4 y 5 en un rango en el cual 5 es el grado
más alto de vulnerabilidad, de la misma manera es posible evidenciar que, según
5 FAO: HAMBRE Y MALNUTRICIÓN EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. avances y desafíos en la perspectiva de
los objetivos del milenio. 2013
6 Índice de Vulnerabilidad alimentaria
76
registros de la UDAPE7, el país se encuentra inmerso en un VAM que oscila entre
el grado 2 al 5.
No cabe duda que la reducción de estos indicadores desfavorables en los últimos
meses es un bálsamo momentáneo, ya que si tomamos en cuenta lo rastreado en
cada municipio y en cada departamento boliviano no hubo una variación negativa
y, por ende, los resultados que aparentemente muestran que el problema de la
seguridad alimentaria en cada uno de las zonas ha dado muestra de mejoría,
parecen no ser tan contundentes; si el análisis se extiende por fuera de las
fronteras bolivianas los indicadores muestran que a lo largo y ancho de
Latinoamérica el índice del VAM cada día es más favorable.
La “recuperación” en diferentes países, pero la realidad y los datos de casi dos
décadas de análisis no son tan optimistas en proporción con otros países como
por ejemplo los europeos y los asiáticos, pues después da hacer el rastreo en esta
parte del mundo, es posible apreciar que países, como por ejemplo Bolivia, han
pasado de una VUM de nivel 5 (La más alta) a un nivel de 4 en casi 20 años.
Es así que se puede afirmar que a aquello a lo que se logra identificar como
seguridad alimentaria, aun es una política que, pretendiendo resistencia dentro de
Bolivia a las dinámicas económicas de la globalización, sus resultados en cierto
grado son insuficientes para lograr éxito contundente dentro de la población, sobre
todo si se observar los índices de vulnerabilidad alimentaria.
3.4 Economía subsistente: del indígena-campesino a los grandes
monopolios agrícolas.
El problema central de estas nuevas dinámicas de producción de alimentos en
Latinoamérica y, en este caso, en Bolivia, es que los campesinos y los pequeños
7 Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas Gobierno del Estado plurinacional de Bolivia. Informe
2012.
77
productores dejaron de ser aquellos actores determinantes en la producción de
alimentos, esto trae como resultado al mismo tiempo que el volumen nacional de
alimentos que se produce disminuya cada vez más según informes de la CEDLA
que es el (Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario), sumado a lo
anterior es posible identificar que la lógica que se sostiene dentro de los cánones
de la soberanía y seguridad alimentaria presuponen que la producción de
alimentos tiene como punto de partida los pequeños productores de base
comunitaria, no obstante, estos, como ya habíamos mencionado líneas atrás, se
encuentran situados y sitiados por un desarrollo agrícola que tiende en la escala
de producción a un nivel muy pobre por no decir que es casi nula. (Instituto
Boliviano de Comercio Exterior. En el boletín bimestral del mes de agosto del
2014.)
Estos datos comparados con el sector de crecimiento que gira en torno a las
nociones de la agricultura capitalista y cuyo común denominador es la priorización
de las ganancias y la necesidad de la intervención de tecnología y los AMG, que
son los alimentos genéticamente modificables, ponen en desventaja a los
productores de base común, aquellos minifundios que son borrados o absorbidos
por la sobreproducción agrícola y el monopolio agropecuario. (Instituto Boliviano
de Comercio Exterior. En el boletín bimestral del mes de agosto del 2014.)
Todo lo anterior es posible leerlo si lo pensamos como un movimiento
agropecuario-industrializado encaminado a la agricultura del capitalismo y no
centrada en una agricultura de subsistencia; esta economía agrícola que se
desarrolló bajo los lineamientos de las ganancias monetarias pertenecen a
medianas y grandes empresas que están en el negocio en donde el alimento es
visto como combustible o como alimento que en un futuro servirán para alimentar
a animales y que se convertirán en alimentos de más valor en el mercado, como
por ejemplo los cárnicos bovinos, avícolas, porcinos, etc.
78
Bajo esta dinámica económica los resultados son nefasto para los pequeños
productores que son sometidos al olvido comercial ya que los sectores
latifundistas han abarcado todo la producción, en este punto el pequeño productor
es, en estas dinámicas económicas y de producción, un factor frágil el cual él es el
propio encargado de su producción sin apoyo gubernamental tomando en cuenta
que su impacto en el PIB agropecuario es mínimo comparado con los realizados
entre las grandes agroindustrias y, por ende, estos esfuerzo mínimos no se
pueden comparar con la masiva producción que se encuentra dividida entre un
comercio de importación alimentaria y una concentración masiva de productos en
manos de un grupo minoritario.
Abrir las fronteras en términos comerciales es un “mal necesario”, o por lo menos
es la percepción que se tiene al establecer un análisis de costo y beneficio en
términos de garantizar una dieta básica para un pueblo como el boliviano sin dejar
atrás la posibilidad de entrar en un mercado económico global y, por ende, no
quedar marginado económicamente con el resto del mundo. Sin embargo para
diferentes sectores es un problema pensar en esta lógica de producción, tomando
en cuenta que genera un retroceso en el desarrollo agrícola del campesino e
indígena boliviano; en un periodo de casi una década el Estado boliviano ha
triplicado la importación de alimentos de manera presurosa, esto representa que
en casi 10 años se pasó de un 10 o 15 puntos porcentuales en la importación de
alimentos a un 62 por ciento de importación que representa un gasto publico que
pasa de 218 millones de dólares a unos 655 millones en este periodo de tiempo, o
lo que es lo mismo un costo anual que aumenta cada año en un 7.7 por ciento.
Dos vías que explican, cada una de ellas de una forma diferente, este fenómeno,
son las siguientes; la primera de ellas es la que ha sido constante en el discurso
estatal que sostiene que el incremento de importación de alimentos es causa a
factores climáticos debido a las mermas de la producción, sin embargo los
sectores de producción agrícola ven, como segunda vía de explicación, que el
79
problema es el mal manejo de las políticas públicas en torno a la soberanía y
seguridad alimentaria boliviana. El IBCE Muestra que:
"… las importaciones bolivianas acumularon 6.636 millones de dólares por la
compra de 3,4 millones de toneladas. Las categorías económicas con mayor
porcentaje de participación sobre el total fueron: suministros industriales
(29% del total importado) bienes de capital (26%) y equipos de transporte,
sus piezas y accesorios (16%)" (Instituto Boliviano de Comercio Exterior. En
el boletín bimestral del mes de agosto del 2014.)
Esto en el desempeño general, sin embargo el boletín muestra, en el desempeño
por categorías, que cuando se habla de alimentos y bebidas "el valor de las
importaciones durante los primeros ocho meses de 2014, se incrementó un 17% y
un 34% tanto en valor como en volumen respectivamente, en relación al mismo
periodo de 2013" si se analiza la tabla de importaciones en un periodo corto de
tres años es posible observar que el incremento en la categoría de alimento y
bebidas tiende a aumentar en volumen y proporcionalmente en dinero.
Según el reporte del IBCE en el 2011 el nivel por volumen (Kilogramos brutos)
pasó de 475.994.785 a un total de 549.013.727 en los primeros ocho meses de
2014, en dinero representa un aumento que pasó en el 2013 de un total de
338.794.426 de dólares a un total en el 2014 de 476.683.106 de dólares (Instituto
Boliviano de Comercio Exterior. En el boletín bimestral del mes de agosto del
2014.); así pues este volumen de importación no sería extraño para algunos
países que no han sido privilegiados geográficamente para la producción de
algunos alimentos que componen la dieta básica o que su ventaja comparativa
frente a otros mercados se centran en ciertos productos no alimentarios debido a
que su producción se basa en aquellos bienes de consumo cuya producción es
relativamente más baja, países como Japón, China, Rusia, Canadá, Egipto, Irán,
Irak, Corea del sur, son algunos ejemplos.
80
Como ya lo habíamos mostrado anteriormente, es posible analizar que un país
como el boliviano tenga en sus políticas de importación un porcentaje tan alto en
torno a lo que tiene que ver con los alimentos, ya que del 100% de sus
importaciones en las cuales se pueden encontrar categorías de importación como
los suministros industriales, combustibles, bienes de capital, equipos de trasporte,
artículos de consumo y alimentos, sean estos últimos los que abarcan una tercera
parte de dichas importaciones y en donde se resaltan productos como el trigo, la
harina de trigo, mezclas para pasta y arroz.
3.4.1 El mito de la seguridad alimentaria
La seguridad alimentaria se convierte en el derecho que tiene toda persona a
tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, sin importar el origen nacional de los
mismos. Ya desde las diferentes cumbres internacionales que se celebran cada
año para debatir y consolidar una política mundial de seguridad alimentaria se va
formando unas directrices claras en torno a la posibilidad que tiene cada país de
afrontar de la mejor manera posible un déficit en la alimentación de sus
ciudadanos, de allí que se plantean una serie de dimensiones en las cuales se
explica qué es eso a lo que la FAO llama en sus cumbres mundiales como
seguridad alimentaria.
Principios como la disponibilidad de alimentos, el acceso a esos alimentos, su
utilización y la sostenibilidad del consumo y producción son los pilares de esta
política mundial. Aun así las crisis en cada uno de los continentes se acelera en
torno al problema alimentario, las quejas de diferentes sectores como
organizaciones indígenas y campesinas en el caso boliviano se hacen más
recurrentes frente al problema de la baja producción y la necesidad de traer de
afuera a precios muy altos alimentos básicos para la subsistencia de los
bolivianos; en Bolivia la producción agrícola que se genera desde las
comunidades campesinas e indígenas no sobrepasa el 20% del país, es decir,
81
casi el 80% de los alimentos que consumen los bolivianos son alimentos que
hacen parte de esa producción extranjera o de las empresas dedicadas a los
monopolios de la agroindustria, todo lo anterior pone en duda que exista en Bolivia
una verdadera seguridad y soberanía alimentaria.
3.4.2 Problema identidad
Otro de los problemas que surgen dentro de la seguridad alimentaria en Bolivia, es
preguntar hasta qué punto los ciudadanos bolivianos se consideran parte de
alguna de las 36 naciones o pueblos indígenas que conforman el Estado
plurinacional, con el fin de observar de manera cuidadosa como ha afectado el
tránsito de una población dedicada a la producción agrícola y, si se puede decir
así, el nuevo boliviano de la urbe. En los últimos años el INE (Instituto Nacional de
Estadística) que es la entidad que se encarga de hacer el censo nacional de
población y vivienda, ha dado como resultado que más de la mitad del pueblo
boliviano, aproximadamente un 58 % sostienen no sentirse parte de ninguno de
estas 36 naciones o pueblos indígenas.
BOLIVIA: DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POBLACIÓN DE 12 AÑOS Y MÁS POR AUTOIDENTIFICACIÓN ETNICA, SEGÚN GRANDES GRUPOS DE EDAD,
SEXO Y ÁREA8
(En porcentaje)
DESCRIPCIÓN
Total (2007)
Indígena
(2007)
No indíge
na (2007)
Total (2008)
Indígena (2008)
No indíge
na (2008)
Total (2009)
Indígena (2009)
No indíge
na (2009)
TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
12-14 10,0
3 8,14 11,91 10,3 8,99 11,92 9,81 7,79 12,03
15-59 78,5
4 76,7 80,37 78,3
4 77,2
5 79,69 78,5
8 77,8
8 79,36
60 y más
11,43 15,16 7,72
11,35
13,76 8,4 11,6
14,34 8,61
8 Instituto Nacional de Estadística (http://www.ine.gob.bo/indice/EstadisticaSocial.aspx?codigo=30801).
BOLIVIA: DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POBLACIÓN DE 12 AÑOS Y MÁS POR AUTOIDENTIFICACIÓN ETNICA, SEGÚN
GRANDES GRUPOS DE EDAD, SEXO Y ÁREA.
82
Hombres 100 100 100 100 100 100 100 100 100
12-14 10,7
4 9,23 12,19 11 10,2
9 11,85 10,3
6 8,49 12,38
15-59 78,3 76,5 80,05 78,0
9 76,5
6 79,94 78,0
1 76,5
1 79,63
60 y más
10,96 14,27 7,76
10,92
13,15 8,21
11,63
15,01 7,99
Mujeres 100 100 100 100 100 100 100 100 100
12-14 9,39 7,17 11,65 9,66 7,8 11,98 9,3 7,13 11,69
15-59 78,7
6 76,87 80,68 78,5
8 77,8
7 79,45 79,1
3 79,1
6 79,1
60 y más
11,86 15,95 7,67
11,76
14,33 8,57
11,58
13,71 9,21
Es claro observar que los datos suministrados en el crecimiento demográfico que
entrega en Instituto Nacional de Estadística boliviano se pueden identificar una
disminución constante en un proceso de autoreconocimiento de los ciudadanos
bolivianos en diferentes escalas: edades, área y sexo. Dando como resultado una
tendencia, en los tres años previo a la consolidación de la constitución boliviana
del 2009, que varias de las muestras demográficas obtenidas no son favorables
con respecto al propósito identitario que quiere resguardar al pueblo indígena-
campesino.
En cifras de población, esto refleja que aproximadamente 3 millones de bolivianos
son el número de personas que se sienten pertenecientes a los pueblos indígenas,
mientras que casi casi cuatro millones y medio de bolivianos no encuentran una
relación identitaria con alguno de estos pueblos.
Los registro muestran que una década atrás el INE entregaba unos resultados que
favorecían en gran medida lo que es la participación identitaria de los bolivianos
con respecto a los pueblos indígenas, ya que en la encuesta censal del año 2001
era posible identificar a un 62 % del pueblo boliviano que se auto-identificó como
83
sujeto participante dentro de las dinámicas del pueblo indígena. Para el año 2012
el porcentaje caía al 42% y al 2014 esta cifra sigue cayendo9.
De nuevo la respuesta del oficialismo presupone una influencia directa con
principios de una nueva etapa de algo que se conoce como el desclasamiento de
las tradiciones y la cosmovisión indigenista propia de los pueblos bolivianos, es
decir, la influencia para que una persona o un grupo social deje de reconocerse
dentro de ciertas dinámicas sociales y culturales que lo anclan o los ancla a una
identidad propia y en la cual se pierde la conciencia de este legado identitario. No
obstante esto no se da por puro azar, pues se determina que este proceso se
sustenta en la reiterada percepción de una mentalidad colonizadora que poco a
poco va fracturando el vínculo de un sujeto con su forma "primitiva" de concebir el
mundo, aquí aparece de nuevo lo que se habla en el primer capítulo y del cual
puede ser el punto de inflexión con lo cual se hace una nueva lectura de lo que le
sucede al sujeto colonizado frente al sujeto colonizador.
Las dudas surgen al momento de pensar en la reconfiguración de los pueblos
bolivianos en un periodo de tiempo en el cual por diferentes razones se quería
fortalecer la identidad de los pueblos indígenas-campesinos desde la misma
9 Los pueblos indígenas de Bolivia: diagnóstico sociodemográfico a partir del censo del 2001. Santiago de
Chile, julio del 2005. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 34
84
constitución que intenta reivindicarlos como base del estado plurinacional, la
politóloga Moira Zuazo afirma que la lectura de estos datos que salen a la luz
pública tiene que pasar por diferentes puntos de análisis tomando en cuenta todo
lo que puede resinificar en la mentalidad del pueblo boliviano estos resultados
(Anja Dargatz y Moira Zuazo. 2012: 329); es así que se precisa mirar dos puntos
determinantes, el primero de ellos es el que se centra en la respuesta de los
bolivianos y como se reparte el porcentaje en los bolivianos que se encuentran en
el área rural y en el área urbana, y el segundo punto de partida es observar si la
sociedad boliviana está pasando por un proceso de des-indigenización de la
identidad, si esto es así, preguntarse a qué se debe tal proceso.
Siguiendo la idea de rastrear a que se debe estas tendencias poblacionales y de
identidad, es posible afirmar que el cambio de percepción se habría podido
generar por el cambio de condiciones habitacionales y de dinámicas socio-
comerciales en todo el país. La tendencia en el plano social y comercial vienen
estructuradas bajo las nuevas trasformaciones del sujeto boliviano, un tránsito
visible entre lo que era este sujeto hace unas décadas y lo que es hoy en día y lo
que se pronostica para décadas más adelante puede ser un factor determinante
para entender eso que hemos mencionado en palabras de la doctora Zuazo como
la desindigenizacion.
Es preciso sostener que en el trascurso de casi medio siglo la población boliviana
ha cambiado sus dinámicas sociales al punto de presentar un proceso, tenue pero
constante, de urbanización que año tras año se va afianzando. En el año de 1976
el índice de la población que se encontraba en áreas urbanas se encontraba
alrededor de un 41% de habitantes, treinta años después la población de
bolivianos residentes en el área urbana había crecido a un 66% y, según fuentes
del INE, la cifra presupuestada para el año 2030 se encontrara cerca al 74% de la
población total de los bolivianos.
85
Así pues, es posible evidenciar como desde este comportamiento social se ha
reconfigurado el mapa etnográfico, social, político y económico del país partiendo
de un común denominador el cual es, si se puede decir así, el estancamiento y
reducción de la población rural y por ende de la producción agrícola. De acuerdo
con lo anterior es posible ver las repercusiones que este fenómeno ha traído en el
desarrollo productivo de los campesinos bolivianos reduciendo a pequeños grupos
que se encargan del cultivo de la tierra en condiciones extremadamente difícil.
Así pues, como ya lo habíamos dicho anteriormente, es notorio poder concluir que
el desarrollo de la producción agrícola ha venido siendo remplazada en una gran
manera por los productos alimentarios que son importados desde otras latitudes,
hay que recordar que los mercados de países como Brasil, China, Argentina
Estados unidos representan un 50% de las importaciones que el Estado
boliviano10 y que gran parte es representada en alimentos básicos de la canasta
familiar, así pues el IBCE coloca cifras contundentes frente a los niveles de
importación, recordando de esta manera que, como ya se mencionó líneas atrás,
productos como el trigo y la harina son solamente la punta del iceberg, pues
detrás de estos productos que son entendidos como básicos para la canasta
familiar existe aproximadamente 200 productos alimentarios que, aunque el
Estado boliviano los puede producir, hoy en día no logra abastecer las
necesidades del ciudadano boliviano, en otras palabras, que lo que se ha
entendido por seguridad y, más exactamente, soberanía alimentaria, se encuentra
en duda.
De los alimentos mencionados es preciso sumarle otros productos como
manzanas en donde su importación supera los 17 millones de toneladas con un
valor de 8 millones de dólares, productos como el arroz por un total de 9 mil
toneladas, pescado, yuca, almidón de maíz, cebolla, papa, tomate, leche, lentejas,
etc., sumado a esto no podemos olvidar que dentro de los productos alimenticios
10 Arancel aduanero de importaciones Bolivianas 2014. Ministerio de economía y finanzas públicas-Política
tributaria. Luis Alberto Arce.
86
importados se encuentran los cárnicos (res, pollo y cerdo) que suman un total
aproximado de 600 toneladas y que en dinero significa un gasto de casi 900
millones de dólares. (Instituto nacional de estadística; cuadro nº 1 Bolivia:
importaciones, según grandes categorías económicas)
GRANDES CATEGORÍAS ECONÓMICAS 2012(p) 2013(p) VARIACIÓN11
Valor PORCENTUAL Participación
Porcentual Valor Participación
Porcentual
TOTAL 8.281,04
Alimentos y Bebidas 566,76
Básicos 77,70
Elaborados 489,06
Las anteriores cifras son la fuente contundente que permite confirma lo que los
analistas comerciales y las diferentes entidades y agrupaciones indígenas-
campesinas que se dedican al cultivo de la tierra y que denuncian los perjuicios
que le trae a ellos y al país el estancamiento de la producción agrícola. A la luz de
lo antes mencionado es necesario mencionar la división geográfica, económica,
social y política con la cual se ha caracterizado el Estado de Bolivia, no olvidemos
que la topografía boliviana se encuentra dividida en dos hemisferios muy
diferentes el uno del otro, el primero de ellos y al cual lo habíamos denominado
líneas atrás como el occidente altiplánico o más conocido como la meseta del
Collao o meseta del Titicaca, en este punto confluyen partir de Bolivia, Perú y
Chile, su producción de cultivos como la papa, la quinua y la añawaya son la
base de la economía y subsistencia de los habitantes de esta zona.
En la parte que le corresponde a Bolivia se agrupan los estados nacionales de La
Paz, Oruro, Potosí, Tarija, Chuquisaca y Cochabamba, sin embargo esta
geografía cambia en cierta medida y deja de ser altiplanicie totalmente y se
11 Instituto nacional de estadística; cuadro nº 1 Bolivia: importaciones, según grandes categorías económicas
87
convierte en sectores de valles por la zona del Potosí, parte de Chuquisaca y
Tarija, entre la altiplanicie y el valle se abarca una extensión correspondiente al
41% del territorio boliviano; el restante 59% corresponde a lo que se conoce como
la zona oriental, es decir, lo que comprende la llamada región de los llanos
constituida por parte de la región amazónica, parte del Gran Chaco y la región
platense; gracias a su posición geográfica, esta zona se puede catalogar como la
parte del país con más aprovechamiento de recursos hidrográficos, una
biodiversidad bastante amplia y una extensión de tierras cultivables importante
para la región; la zona del Pando, Beni, Santa Cruz, parte de la paz hacia el norte
y de Cochabamba componen la llanura boliviana. Esta zona representa un factor
determinante en la reconfiguración de la producción agrícola del país, ya que los
llanos bolivianos concentran al día de hoy la producción de monocultivos del país
y en donde el desarrollo de una industria agrícola capitalista ha tomado más
fuerza en los últimos años.
El discurso de la seguridad alimentaria no es novedoso, ha permeado el discurso
político en Bolivia desde ya unos años atrás; la retórica gira en torno a pilares
determinantes como el fortalecimiento económico al campo, políticas garantistas
de lo sostenibilidad de la tierra, el apoyo a los departamentos y los municipios
estatales que componen el territorio boliviano y, sobre todas las cosas, garantizar
que los bolivianos tengan acceso a alimentos comprendiendo que acceso sea
económico y, por ende, accesible para el boliviano, sin olvidar que al ser un país
productor de algunos alimentos, es posible establecer no solamente una política
de seguridad, sonó también de soberanía alimentaria.
3.4.3 SOBERANIA
La lógica que encierra las nuevas dinámicas de producción de alimentos dan a
entender una estructura de consumo la cual sea concordante con lo planteado por
la FAO y la OMC; claro que es de primera necesidad garantizar que exista en
cada uno de los países la garantía de poder mantener una seguridad alimentaria,
88
pues como ya se ha mencionado anteriormente se estima que con toda la
innovación agroindustrial y la acometividad en la especialización y producción de
alimentos cada país puede estimar que el consumo per cápita pueda ser cubierto
por la producción mundial. Sin embargo esto perjudica la posibilidad de
establecerse como un país que tenga una soberanía alimentaria.
En el caso de Bolivia, cada uno de los casi 11 millones de habitantes puede tener
garantizado un suministro vital de alimento apoyado por la política del comer bien
para vivir bien. Sin embargo, es necesario establecer una diferencia sustancial
entre lo que se entiende por seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria;
presuponer que un país como el boliviano pueda garantizar que su población no
muera de hambre es totalmente diferente a plantearse que Bolivia tiene la
suficiencia de producir su propio alimento para el consumo de los ciudadanos.
Los lineamientos de lo que se entiende por seguridad alimentaria establecen que
se hace necesario que el gobierno sea consiente que es necesario dar prioridad a
la producción interna de alimentos claves de la base nutricional; pedir soberanía
alimentaria a países en donde sus condiciones geográficas no son aptas para la
agricultura es comprensible, de la misma manera lo es presuponer soberanía
alimentaria a países en los cuales su producción de alimentos tiene como base
unas características geográficas y climatológicas apropiadas para la agricultura, la
ganadería lechera, la ganadería de cárnicos, la producción avícola, entre otras.
Se hace valido en estos momentos problematizar el tema de la seguridad y
soberanía alimentaria en Bolivia desde el análisis conceptual de estos dos
términos, con el fin de poder observar la dimensión de un problema que subyace a
la base del país boliviano y su dependencia alimentaria. Como ya se había
mencionado paginas atrás, la correspondencia que existe entre la relación del
alimentarse bien para vivir bien, describe el proceso con el cual se perfila la nueva
mirada con la cual el Estado-plurinacional boliviano intenta dar la lucha y ratificar
sus esfuerzos por la reivindicación cultural de los pueblos latinoamericanos.
89
Conclusiones
En el recorrido que ha llevado la investigación realizando un análisis teórico-
conceptual de los límites y alcances del Estado plurinacional boliviano, el buen
vivir como eje conceptual del proceso socio-político y el enfoque descolonial que
asume la nueva lectura de las políticas públicas dentro de la reconfiguración
estatal, podemos concluir de acuerdo a las categorías-macro que:
Colonización - descolonización
1-Los procesos colonizadores y coloniales que se llevaron a cabo a lo largo y
ancho de Latinoamérica, marcaron la nueva estructura socio-política del
continente gracias a una violencia tanto física como epistémica en donde se
estructuró, desde un capital simbólico, las nuevas dinámicas identitarias del
sujeto amerindio en torno a la apropiación de modelos socio-políticos
jerarquizados y centralizados. Raza y dominación social se convierten entonces en
los puntos de anclaje de la supremacía occidental en escenarios como el religioso,
el cultural, el antropológico, el político, etc.
2-La noción del buen vivir o sumak kawsay - sumak qamaña posibilita hacer una
lectura diferencial a los procesos, no solamente culturales y epistemológicos, sino
90
al contenido socio-político que estructura el entramado gubernamental de un país
como el boliviano, tomando en cuenta que posibilita un edificio constitucional y una
nueva interpretación de lo que se entiende por Estado en el cual las
características de los ciudadanos del país andino son vistos como sujetos de
derecho constitucional desde una perspectiva diferente al componente del sujeto
occidental y occidentalizado, de esta manera se genera la posibilidad de ampliar el
marco de referencia con el cual legalmente y legítimamente se comprendía a los
bolivianos y su forma de comprender la construcción social desde su propio
pensamiento.
3- El principio de autoreivindicación del pueblo boliviano como respuesta
emancipadora que tiene como base la condición indigenista de los pueblos
Quechua y Aymara desde la perspectiva de su cosmovisión y el concepto del buen
vivir, son la base de deconstrucción social, económica y política de los paradigmas
occidentales establecidos desde los procesos de colonización en América, es así
que se logra establecer una trasformación del Estado hegemónico y
homogenizante entendido dentro de las dinámicas propias de occidente, a un
Estado-plurinacional que dé cuenta de la diversidad de saberes del sujeto
boliviano.
4-Es en los procesos de resistencia indígena-campesinas en la década de los 80's
y 90's que se presentas los primeros síntomas de inconformismo frente a lo
trazado por el Estado hasta ese momento en Bolivia; de igual manera es posible
evidenciar que finalizando el siglo XX estos brotes de inconformismo se hacen
más recurrentes a lo largo del país, es claro evidenciar que uno de los puntos de
quiebre es el censo del año 2001 en el cual se da como resultado un
reconocimiento del sujeto boliviano como un sujeto que no se identifica en un cien
por ciento con el sujeto político establecido desde los cánones socio-político
planteados por el occidente triunfante. Así pues el Estado boliviano, dentro del
marco constitucional y legal que se reconoce así mismo como un Estado-
91
plurinacional, se convierte en pilar determinante en la primera década del siglo
XXI.
Estado benefactor-políticas publicas con enfoque descolonial.
5-El declive del imperio de Carlo Magno y el tránsito que se da entre los proyectos
de los imperios que lo precedieron en occidente y el modelo feudal de principios
del siglo XIII, posicionan al sujeto en una base valorativa en la cual el concepto de
libertad queda atada a las condiciones de la persona que detenta el poder
(Emperadores, reyes, poder señorial, etc.)
La diferencie se centra entonces en la idea de la forma de estar del sujeto en
relación con la o las personas que detenta el control político y social, pues en el
"ciudadano" de la Roma imperial o el campesino de la gleba, era muy difícil
pensar en la posibilidad de entenderlos como sujetos libres y, sin embargo tenían
una garantía; a las personas a las que les servían (Emperador o señor feudal)
tenían, si se puede decir así, una responsabilidad contractual en la cual se le
ofreció algún tipo de beneficio.
El sujeto pos-feudalismo corre el riesgo, dentro de las nuevas dinámicas sociales y
económicas, de ser un sujeto no libre, pero si un sujeto liberado, es decir, en ese
nuevo proceso laboral en el cual ya no hay un emperador o un poder señorial, está
el jefe que deja a su trabajador liberado, es decir, que el sujeto deja de depender
de unas garantías propias de ese contrato garantista de algunos beneficios y se
convierte en una persona que a cambio de un trabajo obtiene capital con el cual el
debe suplir sus propias necesidades. No es un sujeto libre, es un sujeto liberado a
su suerte dentro de unos modelos de producción que lo agotaba como sujeto vital.
6-El Estado de bienestar, como punto de partido para restablecer una
configuración de unidad entre el sujeto, el trabajo y el Estado, se convierte en la
92
génesis de la conformación, construcción y puesta en escena de lo que se
reconoce como políticas públicas y en las cuales se pueda establecer unas
garantías civiles propias de un sujeto de derecho que pertenece a un Estado y la
relación que este sujeto tiene con él.
7-Las garantías de poder que surgen en el desarrollo y puesta en escena de las
políticas públicas como puente que afiance la cercanía entre la sociedad civil y el
Estado, se convierte en el punto de equilibrio para mantener ciertas garantías del
sujeto dentro de las dinámicas socio-políticas. No obstante es necesario entender
que de acuerdo a las necesidades y características de los ciudadanos es que se
promueven y se implementan políticas públicas, es por esta razón que en un país
como Bolivia y su proceso de reivindicación descolonial, sus políticas públicas
enmarcadas dentro del marco constitucional de un Estado-plurinacional, se
preocupan en un gran porcentaje en las necesidades de los bolivianos no
solamente como ciudadanos sino como pueblos culturales que poseen una
tradición ancestral que demanda unas necesidades. Un ejemplo es la política del
comer bien para vivir bien la cual se centra en mantener una soberanía y una
seguridad alimentaria dentro del pueblo boliviano.
Comer bien para vivir bien (política de la soberanía y seguridad alimentaria)
8-Tomando como punto de partida las políticas públicas bolivianas y, más
exactamente la política de la seguridad alimentaria desde un enfoque descolonial,
es posible evidenciar ciertas trasformaciones que se han construido desde el
marco legal constitucional de Estado-plurinacional, con respecto al afán de
reivindicar lo que por años las estructuras coloniales han hecho con los procesos
identitarios del país.
9-Existe una intención de establecer una idea de economía sustentada en la base
común del indígena-campesino boliviano con la cual se pueda garantizar la idea
de la seguridad y soberanía alimentaria que le haga contrapeso y supere con
93
creces los planteamientos de los modelos agroindustriales propios de una
economía alimentaria capitalista, en donde las grandes industrias de alimentos, los
monocultivos y la industria del agrocombustible, convirtieron el derecho del
alimento que sustente una dieta de base para los ciudadanos, en un negocio
monopólico, que es casi lo mismo que decir en un privilegio para pocos.
10-A pesar de los esfuerzos por establecer, desde los procesos descoloniales y el
surgimiento de un Estado-plurinacional, una estructura económica, política y
social del ciudadano boliviano que permita no solamente la reivindicación de un
pueblo sino también una respuesta alternativa a los problemas sociales que hoy
en día atacan al mundo gracias en gran parte del modelo económico vigente, es
posible observar que desde el análisis realizado al impacto de las políticas de
seguridad alimentarias con un enfoque descolonial, los resultados mostrados en el
último capítulo señalan que al día de hoy son mínimos comparados con algunas
mediciones realizadas en otros países de la región.
La producción agrícola del país andino no ha solucionado los problemas de la
brecha social, la demanda de cultivos agroindustriales, aparición de monocultivos,
la producción de agrocombustible y la necesidad de importar alimentos de otros
lugares del mundo demostrando que se pone en riesgo al país.
11-No obstante, no se puede juzgar del todo un proceso de reivindicación social,
cultural y político en el Estado-plurinacional luego de décadas de dominación
occidental en diferentes escenarios y del cual aun Latinoamérica esta permeada.
Es notable y valioso que desde Bolivia se retomó pilares fundentes en la
construcción de organizaciones sociales sostenibles diferentes al modelo en crisis
que hoy permanece vigente y en el cual es el ser humano el peor posicionado. Es
una lucha por erigir discursos desde lo propio, por tomar el timón de lo que se es
como continente y como cultura, de creer que socialmente desde esta orilla del
mundo se puede establecer modelos de sociedad que permitan una armonía para
un buen vivir.
94
BIBLIOGRAFÍA
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