14 I BILBAO I 2002.eko urtarriia
La memoria oculta del paisaje
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LA RECIENTE PUBLICACION de Las culturas del Gorbeia, lejos de esclarecer el misterio que, desde tiempo inmemorial, ha envuelto a esta mítica montaña, contribuye a engrandecer aún más el valor simbólico y cultural de la zona, que hace las veces de puente y muga natural entre los territorios históricos de Bizkaia y Alava.
En este nuevo volumen de la colección Temas Vizcaínos de la BBK, cuya edición coincide con la celebración del centenario de la Cruz del Gorbeia, el prestigioso investigador bilbaíno Enrike Ibabe nos adentra, de ima forma amena y accesible, hasta los porqués más ocultos de la actividad humana en el parque natural más extenso de la Comunidad Autónoma Vasca.
Desde los primeros restos prehistóricos de cerca de 200.000 años de antigüedad hallados en las estribaciones orientales del Gorbeia hasta las numerosas neveras distribuidas por los 315 kilómetros cuadrados de este privilegiado entorno natural, las 160 páginas de Las culturas del Gorbeia constituyen im completo recorrido por los últimos vestigios de un modo de vida que se ha convertido ya en historia.
Así, junto a las obligadas visitas a varios monumentos megalíticos de la zona, como el menhir de Egiriñao o el cromlech del monte Makatz, y tras describir parte del inmenso tesoro oculto en las entrañas de cuevas como las de Mairuelegorreta, Urratxa,Zubialde y Supelegor, la pluma ágil de Enrike Ibabe nos pasea por las antiguas leyendas pastoriles del Valle de AÍratia y otros mimicipios limítrofes del macizo del Gorbeia, en búsqueda de las esencias más profundas de los primeros pastores, ferrones y carboneros que habitaron la zona.
Las culturas del Gorbeia se completa con un acercamiento a los viejos castañares del entorno, muchos de los cuales conservan todavía intactas las ericeras en las que se almacenaban las castañas.
Mención aparte merecen las numerosas fotografías, todas ellas de gran calidad, que ilustran el libro, cuya lectura termina suscitando en el lector el deseo íntimo de conocer más de cerca este rincón singular de la geografía vizcaína y alavesa, donde las leyendas y los mitos perduran aún en la memoria oculta de sus paisajes.
Un nuevo libro analiza las formaciones kársticas del monte bilbaíno
Los tesoros del PagasarriXabier G* Argüello
M UCHAS de las leyendas recogidas, hace casi un siglo, por don José Mi
guel de Barandiarán nos hablan de increíbles tesoros que permanecen ocuhos desde tiempo inmemorial en las entrañas de la tierra, a la espera de que una mano experta y despojada de toda codicia sea capaz de rescatarlos del olvido.
Un reciente estudio del colectivo Gaztetxeko Espeleologi Tai- dea (GET) sobre El karst de Pagasarri ha vuelto a dejar claro que muchas de las sospechas mitológicas de nuestros ancestros tenían, en el fondo, algún atisbo de realidad.
“La verdad es que el Pagasarri tiene algunos rincones, como las galerías del Sistema de Sueño, que podrían ser consideradas únicos en su género”, asegura Ja- bier Les, presidente de Gaztetxeko Espeleologi Taldea, fotógrafo y coautor de El karst de Pagasarri, junto al geólogo José María Calaforra, el zoólogo Joserra Aihartza, la bióloga Nagore Ira- zabal, la matemática Rakel Ma- landa, el espeleólogo cubano Vladimir Otero y una quincena larga de afícionados a la Espeleología del colectivo GET.
Entre todos ellos, han dedicado “cerca de seis años” a la elaboración de la primera investigación de campo sobre las formaciones subterráneas de este monte bilbaíno, destino habitual de cientos de mendigoizales de fín de semana.
“Concretamente, se han organizado ahededor de 300 salidas de trabajo, de ocho a diez horas de duración cada una, durante las cuales hemos realizado 2.000 mediciones externas, cerca de4.000 mediciones internas y más de 5.000 diapositivas de los principales hitos geológicos del Pagasarri”, explica Les.
Vista general de la cima del Pagasarri con el refugio al fondo.
“Uno de los fenómenos más curiosos es la existencia de miles de perlas de cueva, algo único en Euskal Herria”
El resultado de todo este trabajo es un grueso volumen, lujosamente editado por el Instituto de Estudios Territoriales de la Diputación Foral de Bizkaia, en el que se recogen las principales características geológicas y ecológicas del conjunto kárstico del Pagasarri.
Así, el lector descubre que, a muy poca distancia de los prime
ros vestigios de la presencia humana en el Pagasarri (especialmente, la lápida precristiana de Pastorekorta, junto a la ermita de San Pedro de Abriskieta, el templo más antiguo de Bizkaia), y entre los numerosos encinares, alisedas, robledales y, cómo no, hayedos (Pagasarri significa “lugar de abundantes hayedos”) que pueblan este rincón de la geogra
fía vizcaína, existen todavía especies animales en estado salvaje, que han logrado sobrevivir hasta nuestros días, a pesar de la intensa actividad humana desarrollada en la zona.
Tal es el caso del cuco, el buitre, la lechuza, el jabalí, el corzo, el zorro, la comadreja, la salamandra, el tritón o el murciélago, entre otros.
“En realidad, todo el libro en sí es una auténtica novedad, porque nunca se había elaborado im estudio tan minucioso sobre el monte Pagasarri, a excepción de un pequeño informe lleno de inexactitudes, que fue realizado a finales de los años 50 por un Grupo de Espeleología que entonces tenía la Diputación”, asegura el presidente de la asociación GET.
Con todo, uno de los aspectos más espectaculares de El karst de Pagasarri son las fotografías obtenidas del interior de las galerías subterráneas de los sistemas de Nogales y Sueño, los principales hitos geológicos de este entorno natural.
“Uno de los fenómenos más curiosos que nos hemos encontrado durante nuestras salidas de trabajo al Pagasarri es la existencia de miles de pisolitas o perlas de cueva en los ríos subterráneos de Artabe II. Se trata de un fenómeno geológico que no tiene parangón en ninguna otra zona de Euskal Herría”, explica Jabier Les, autor de gran parte de las fotografías que ilustran el libro.
En varias de estas imágenes, puede contemplarse en su medio natural al malogrado espeleólogo Alfonso Antxia, fallecido en2000, mientras practicaba el es- peleobuceo en el Sifón Fuente Azul, de Burgos.
Junto al merecido homenaje a Antxia, el libro concluye con una serie de recomendaciones, tanto para la exploración como para la preservación de los tesoros ocultos durante milenios bajo la masa rocosa del monte Pagasarri.
Celebración del primer centenario de la Cruz del Gorbeia
Cien años con la cruz a cuestas
IL entomo del monte
j Gorbeia ha sido es- ’ cenario, durante los
mj/ Últimos meses, de numerosos actos conmemorativos, que culminaron con la celebración, el pasado día II de noviembre, del primer centenario de la primera de las tres cruces que se instalaron en la cima de esta mítica montaña.
El acto tuvo lugar en la localidad alavesa de Gopegi, justo un día antes de que la célebre cruz, protagonista de la no menos conocida bilbainada, cumpliera sus primeros 100 años de existencia en el singular paisaje del parque natural. Una joven observa una imagen de la Cruz del Gort>eia. Foto Moreno Esquit>el
La primera Cruz del Gorbeia, de 33,33 metros de altura, fue diseñada por el bilbaíno Casto de Zavala, aunque no permaneció más que un mes en pie, por culpa de una fuerte tormenta que la derribó en diciembre de 1901.
El I de octubre del año siguiente, se bendijo la segunda cruz, cuya altura se redujo a 25 metros, pero, cuatro años más tarde, el desdichado final de la obra de Zavala volvería a repetirse, por lo que se redujo a 18 metros la altura de la tercera cruz, que es la que actualmente puede contemplarse sobre la cima.
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