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ÚLTIMOS AÑOS

on Ramón Menéndez Pidal nos habla de la gran afición que D. Juan Gualberto profesaba a la música, pues, aunque brevemente, le menciona al referirse a la música instrumental1. Esta vocación musical la manifiesta nuestro biografiado en

su “Obras en verso y prosa”, pues, no en vano, en una de sus Notas al “Arte Poética”, de Horacio, describe como se formó un compás musical a partir de otro más complejo y, en otra parte de esta misma obra literaria, incluye un fragmento de una partitura.

Iniciamos la búsqueda de datos más precisos sobre este tema y nuestra labor se vio facilitada cuando D. Manuel Martín de Vargas, cura párroco de Encinasola, nos proporcionó una carta del investigador alemán Udo Grub en la que hablaba de la afición musical de D. Juan Gualberto, y reseñaba su inclusión en el “Diccionario Biográfico - Bibliográfico de efemérides de músicos españoles”, escrito por Baltasar Saldoni, en 1880.

Considerable debía de ser su calidad como músico aficionado, pues así lo revelan dos hechos: Uno, el que figure en este importante diccionario y otro, el reconocido prestigio de los músicos que, cada miércoles, acudían a su casa para, junto con él, interpretar obras musicales.

Ningún comentario que añadir a lo que se refleja en el tomo III de la obra de Saldoni, que dice así:

Página. 335

28 de Noviembre de 18572. - Muere en Madrid, calle de JACOMETREZO, num. 15, el Excmo. Sr. D. Juan Gualberto Gonzalez, A. músico violinista (Vease el dia 12 de Julio)

Página. 31

12 de Julio de 17773. - Nace en la villa de Encinasola, provincia de Huelva, diócesis de Sevilla, el Excmo. Sr. D. Juan Gualberto Gonzalez, ministro que habia sido de Estado, y el que firmó el acta de la jura de la princesa Isabel (Vease el dia 28 de Noviembre.)

En 1817 estableció en su casa una sociedad para tocar música clásica, reducida a cuarteto de cuerda, en el que tomaba parte como segundo violín, hasta que por su edad y sus achaques no pudo desempeñar su papel, pero que sin embargo continuaron las reuniones musicales semanalmente, pues que le servían de un gran lenitivo a sus males y padecimientos.

Para dar a conocer al Sr. Gonzalez como hombre de Estado y de ciencia en las artes, vamos a copiar la excelente cronología que publicó el periódico La Época del miercoles 2 de diciembre de 1857, y por ella se vendrá en conocimiento de lo que dejamos apuntado. Su autor fué Pedro Fernandez, seudónimo que usó nuestro distinguido amigo el Sr. D. Ramon de Navarrete

“Al propio que nacia el futuro Francisco I4, bajaba a la tumba un sabio y un filósofo que figuró mucho en los principios de este reinado y durante el anterior: hablo del

1 Historia de España, Ramón Menéndez Pidal, Tomo XXXV**, pag. 233 2 Esta fecha es errónea, pues, en la partida de defunción figura el 27 de Noviembre. 3 Existe un error en esta fecha, pues, como queda reflejado en la Partida de Bautismo, la correcta es el día 11 de Julio de 1777. 4 Cuando se publicó este artículo, el día 2 de diciembre de 1857, el autor del mismo supuso que al príncipe recién nacido, “al tiempo que bajaba a la tumba D. Juan Gualberto”, le iba a ser impuesto el nombre de Francisco, por ser hijo de Francisco de Asís, esposo de la reina Isabel II. El bautismo de este Príncipe tuvo lugar el día 7 de diciembre, a las cuatro de la tarde y, entonces, se le impusieron los nombres de ALFONSO, FRANCISCO, FERNANDO, PÍO, JUAN MARÍA DE LA CONCEPCIÓN, GREGORIO. Se trata del futuro Alfonso XII.

“El Diario Español” del miércoles 2 de diciembre, respecto al nombre que se pensaba imponer al príncipe recién nacido, publicó lo siguiente:

“Como parece decidido que el recién nacido principe recibirá en el bautismo el nombre de Francisco, que será el primero en el catalogo de los reyes de España, si Dios le otorga la dicha de ceñir un día la corona que hoy resplandece en las sienes de su augusta madre, cree el Estado que en nuestra magnífica historia nacional

D

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Excmo. Sr. D. Juan Gualberto Gonzalez, individuo que fué del ministerio Cea Bermudez, senador del reino, y personaje digno de la mas alta estimacion por sus talentos, virtudes y probidad.

El Sr. Gonzalez ha muerto en una edad avanzadísima, cerca de los ochenta años, entre algunos fieles amigos y cariñosos parientes, que han endulzado con su ternura y cuidados sus últimos tiempos y los postreros instantes de su noble y honrosa vida, consagrada a su patria, a las artes y a las ciencias. En el antiguo secretario de Gracia y Justicia habia que considerar dos individuos distintos: El hombre de Estado, profundo, recto, lleno de firmísimas convicciones, y el poeta, el artista eminente; todos le conocian bajo el primer aspecto; muy pocos le conocen bajo el segundo. Y es porque sus obras literarias las guardaba para sí solo, ó cuando mucho, se las leia a los que honraba con su íntima confianza; es porque los destellos de su musa, tímida y recelosa como una virgen, no iluminaban otros ámbitos que los de su gabinete de estudios. Así, entre el culto de la poesía y la música, olvidado en su soledad, ha pasado cinco lustros; así, inspirándose con la una, cantando con la otra, ha tenido fuerzas y valor para soportar los dolores y las enfermedades que le abruman.

Todos los miércoles, a las ocho de la noche, las puertas de la tranquila morada del Sr. Gonzalez, situada en la calle Jacometrezo, se abrian para recibir a un par de docenas de personas, que permanecian allí hasta que resonaba la primera campanada de las once. Entonces se retiraban, sin aguardar un minuto más, despidiéndose hasta el sábado próximo. ¿Qué hacian? ¿ A qué venian? ¿Quiénes eran los visitadores nocturnos del modesto e ilustre anciano? Uno se llamaba Jesus Monasterio5, y hacía resonar muy a menudo las cuerdas de su inspirado violin en el saloncito de la calle Jacometrezo; otro Pedro Sarmiento6, y los ecos de su dulcísima flauta resonaban en él igualmente con frecuencia; los restantes tenian nombres no menos gloriosos, y a todos los traia el mismo objeto noble y piadoso: el de hacer gustar al moribundo el único placer de que disfrutaba: el oir las obras maestras de Beethoven, de Mozart, de Mendelsson, la música clásica, en fin, de los antiguos compositores alemanes. Porque el Sr. Gonzalez miraba con profundo desden la escuela italiana y las sinfonías modernas; y Rossini, Bellini, Donizetti y Verdi estaban proscritos en sus conciertos, lo mismo que Thalberg, Balfe, Wagner y Paganini.

Parecia que aquellas melodías grandiosas, solemnes y severas hay nombres mas ricos de recuerdos, nombres gloriosos que encierran fases enteras de nuestro desarrollo social, político y científico; tales son los Alfonsos, los Carlos, los Felipes, y los Fernandos. Hasta etimológicamente estos nombres significan y envuelven idea, a diferencia del de Francisco, que segun nuestro colega, fue en su origen apodo, segun general creencia.”

Cuando El Diario Español dice “ que segun nuestro colega fue en su origen apodo” se refiere a que esta misma noticia había sido publicada en otro diario, en el que se afirmaba que el origen del nombre de Francisco era debido a que en Asís había vivido un muchacho con buenos conocimientos del idioma francés, por lo que le llamaban “Francesco”. Este muchacho, con el tiempo, llegó a ser santo, San Francisco de Asís, y de aquí el citado nombre. 5 Excmo. Sr. D. Jesús Monasterio y Agüeros

Nació, en Potes (Santander), el 21 de marzo de 1836. Violinista - compositor- director. Maestro de violín de la Escuela Nacional, primero de la Real Capilla, académico de número de la Real de Bellas Artes de San Fernando, Gran Cruz de la Orden americana de Isabel la Católica, autor de varias obras musicales, individuo y fundador, con el Sr. Guelbenzu, de la Sociedad de Cuartetos, director de la Sociedad de Cuartetos, etc. Su biografía figura en el Diccionario técnico, histórico y biográfico de la música, pag. 276, Madrid 1868, de José Parada y Barroto y en el Diccionario de la Música, de Luisa Lacal, Madrid, 1900, pag. 302.

(Del Diccionario Biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos españoles, escrito y publicado por Baltasar Saldoni, edición de 1880, tomo 2, pag. 141) 6 D. Pedro Sarmiento

Nació en Madrid, el 23 de Octubre de 1818. Flautista, profesor del conservatorio de la Real Capilla. Su biografía figura en el antes citado Diccionario técnico, histórico y biográfico de la música, p. 348, Madrid 1868. (Del Diccionario Biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos españoles, escrito y publicado por Baltasar Saldoni, edición de 1880, tomo 3, pag. 269)

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reanimaban, vivificaban al enfermo; parecia que sus nervios se calmaban, que sus padecimientos disminuian con las tres horas de escogida música de que gozaba semanalmente, y despues de las cuales se dormía con un sueño dulce y suave. Pero ¡ay! que llegó el dia en que el bálsamo no surtió efecto; en que los achaques de la vejez triunfaron de la robustez del hombre, y una noche el alma pura y generosa se desprendió del cuerpo y se remontó a los cielos.

Sólo diré un elogio del Sr. Gonzalez que su muerte ha sido sentida como si fuese la de un joven: que sus amigos; sus sobrinos y herederos le han llorado cual si hubiesen perdido un amoroso padre. Ahora les falta a unos y otros un deber que cumplir: el de publicar las obras inéditas del ilustre difunto, enriqueciendo a la vez la literatura nacional.”

El Sr. Navarrete nos describe a un anciano cargado de achaques, no sólo incapaz de interpretar al violín, sino ni siquiera de arrancarle unas notas de acompañamiento y, añade, que encontraba consuelo con la audición de la música clásica teutónica. A pesar del realismo y de la claridad de la descripción que nos ofrece, es difícil captar el estado real de deterioro físico en que se encontraba D. Juan Gualberto.

Para completar esta imagen puede sernos de ayuda la comparación de su bella firma de primeros de siglo con la que figura al pie de su testamento. Ellas son un claro indicador del grave estado físico en que se encontraba nuestro personaje.

El testamento, otorgado el 15 de diciembre de 1854 por D. Juan Gualberto ante el escribano D. Francisco Montoya, se encuentra en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, Tomo 25.882, año 1854, folios 179 a 189V. En este documento se menciona de forma especial a su ahijada, Engracia Osorio y Castilla, que vivió con él desde su infancia y que le cuidó, asistió y dulcificó los duros años de su larga vejez. La amistad de D. Juan Gualberto con la familia Osorio debió de ser muy estrecha, pues también se acuerda de Carlos y de Francisco, hermanos de Engracia, a la hora de repartir sus bienes y, además, a Carlos le dedica un romance en el tomo II de su “Obras en verso y prosa”, el cual se halla incluido en este trabajo.7

7 Esta evidente amistad nos ha movido a indagar en la vida de D. Francisco Osorio y Castilla, lo que nos ha

permitido conocer que sus padres eran D. José Osorio y Gómez y Dª. Juana Castilla y Amat. D. Francisco nació en Madrid el 18 de noviembre de 1829 e ingresó en la Academia Especial del Cuerpo de Ingenieros el 1 de septiembre de 1845. Siendo ya Oficial, se casó con Dª. Francisca Loresecha y Rodríguez de Alburquerque. Destinado a Fernando Poo, permaneció allí tres años, donde dirigió la construcción de varios edificios civiles y militares. De regreso a la península, llevó a cabo el proyecto de reedificación del Alcázar de Toledo, cuyas obras se iniciaron, bajo su dirección, el 3 de junio de 1867. Tan importante fue el mérito que contrajo en estas obras que fue recompensado con el grado de Coronel. Permaneció tres años al frente de la Comandancia de Puerto Rico y trece años en Cuba, como Brigadier Director Subinspector de Ingenieros de la Isla.

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En el testamento no se pormenorizan los inmuebles que poseía en Encinasola ni en ningún otro lugar, sólo de forma implícita se hace referencia a algunos de ellos. Con respecto a los localizados en Encinasola se dice que había sido propietario del Picoroto que, como es bien sabido, es una de las grandes fincas del pueblo; se menciona una casa en la calle de la Corredera y se habla, de forma indirecta, de la casa familiar de los González Bravo. También tenía bienes en Cumbres de San Bartolomé y en Jerez de los Caballeros. Nada se dice sobre la propiedad de la casa de Madrid, en la que vivía.8

Difícil es situar con exactitud la casa madrileña en la que vivió D. Juan Gualberto. Si nos dirigimos a la actual calle de Jacometrezo comprobaremos que son varias las viviendas que ostentan en sus portales el número 15, pero la dificultad no estriba en esto, sino en que, en aquellas fechas, la citada calle se extendía desde la Red de San Luis hasta la Plaza de Santo Domingo. Localizados los planos de las manzanas número 343, 353 y 359, que eran las primeras del lado izquierdo de la calle de Jacometrezo en el siglo XVIII,9 comprobamos que, de acuerdo con el número de casas que componían cada una de ellas, (seis en la primera de las manzanas, una en la segunda y dos en la tercera) el número 15 debía de corresponder a la vivienda que formaba esquina con las calles de Jacometrezo, actual Gran Vía, y la de la Salud (esquina oeste). Esta era una casa de grandes dimensiones, con casi 30 metros de fachada a la calle de Jacometrezo y 45 metros a la calle de la Salud. Al abrirse la Gran Vía, es probable que parte de esta vivienda se viese afectada por la reforma.

El suministro de agua a Madrid se realizaba por medio de treinta y siete fuentes públicas. Las más próximas a la vivienda de D. Juan Gualberto eran las situadas en: Puerta del Sol; Red de San Luís; Descalzas, calle de Preciados, esquina calle de Capellanes; Corredera de San Pablo, frente a la calle de la Ballesta y Plaza de Santo Domingo. No obstante, es muy probable que la casa de Jacometrezo número 15, por sus características y por la personalidad de su ocupante, contase con fuente propia.

Pero, volvamos al testamento de D. Juan Gualberto. Continuando con su lectura deducimos que toda su creación literaria quedó en poder de su sobrino Ambrosio, desconociéndose el paradero actual de aquellas poesías tan alabadas por Valera, Menéndez Pelayo, Navarrete y Bendicho.

En las cláusulas finales enumera una serie de pinturas que son obra de grandes artistas: Zurbarán, Luis de Vargas10 y Gutiérrez.11

Es curioso que de este último pintor poseyera un retrato de Felix José Reinoso, aquel amigo de sus años de estudiante en Sevilla, con el que se reencontró en Madrid y con quien trabajó preparando la jura de Isabel II. El sacerdote Reinoso marchó a Valencia,12 en agosto de 1833, para hacerse cargo del deanato de su Iglesia Metropolitana.

Falleció, siendo General de División, en Barcelona, a los 66 años de edad. MINISTERIO DE DEFENSA, Archivo General Militar de Segovia. Sec. 1ª, Legajo O-844.

8 Para conocer su patrimonio es necesario recurrir a la testamentaria, esto es, al documento mediante el cual los herederos reparten los bienes. Este documento no ha podido ser localizado. Su expediente de Procurador nos ha facilitado algunos datos sobre la actividad económica de los hermanos González Bravo,Juan Gualberto y Francisco de Paula, como vimos en el capítulo correspondiente. 9 Archivo General de Simancas, Planimetría de Madrid, Patronato Real. Estos planos han sido publicados en la obra titulada “Planimetría General de Madrid”, Edición especial para Tabacalera, 1988. En ella se recogen las 557 manzanas que constituían el Madrid del siglo XVIII (1749 – 1774). 10 Pintor sevillano del siglo XVI 11 Debe de referirse a José Gutiérrez de la Vega. Pintor sevillano, retratista, que vivió de 1790 a 1865. Varias de sus obras pueden verse en el Museo Romántico (Madrid) 12 Gaceta núm. 96, 8 agosto 1833, pag. 403. Una biografía de Reinoso figura en la obra Lecciones y Modelos de elocuencia forense, de Pérez de Anaya, t. II, pag. 11.

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Grande debió de ser el amor de D. Juan Gualberto por la tierra que le vio nacer y en la que creció, Encinasola, pues no de otra forma puede entenderse la importante suma que legó para que en ella se hiciesen obras de utilidad pública, cien mil reales13. En el propio testamento queda constancia de que casi su cuarta parte (22.175 rs. vn. 20 mrs.) se empleó en la construcción del puente del Sillo, que corrió a su cargo porque el Ayuntamiento se le adelantó en la construcción del puente sobre el Múrtiga, que era el que él, en principio, pretendía pagar.

Llegado a este punto no queremos dejar de hace constar que sobre el Múrtiga existen tres puentes: el de los Cabriles, el de la vieja carretera a Barrancos y el nuevo puente que conduce a esta misma población, Barrancos, construido en los años 1990.

Si reparamos en la afirmación de D. Juan Gualberto apreciaremos que cuando se lamenta de que el pueblo se le hubiera adelantado en la construcción del puente sobre el Múrtiga no puede referirse a otro puente que no sea el de los Cabriles. Con esto podemos fijar la fecha en la que este puente se edificó, que no debió de ser otra que en el segundo tercio del siglo XIX. Con esto cabe rechazar esas opiniones que están surgiendo acerca de que el puente de los Cabriles data de los siglos XVI o XVII. Es triste que se desvirtúe la realidad de todo lo relacionado con Encinasola con la mayor de las frivolidades, parece que cada cual puede permitirse afirmar lo que le plazca sin atenerse a ningún tipo de documento que lo justifique.

En el Archivo de la Diputación provincial de Huelva se encuentra depositado un legajo que contiene el empleo dado a este legado de D. Juan Gualberto. De esta documentación entresacamos lo siguiente:

• Descontado el importe del puente del Sillo, que según estos documentos ascendió a 22.675 reales y 60 céntimos, quedó la cantidad de 77.324,40 rs.

• Por acuerdo del Ayuntamiento de Encinasola, de 15 de octubre de 1858, D. Ambrosio González Bravo invirtió en papel de la deuda diferida del Estado la cantidad de 76.880 rs. Esta compra supuso un gasto de 62 rs. en concepto de derechos a los agentes de cambio. El resto, 382,40 rs., quedó en poder del depositario, D. Laureano López, hijo de Ramona, una de las hermanas de D. Ambrosio.

• Los títulos fueron depositados en el Banco de España con la circunstancia de que el dividendo activo de estos títulos se invirtiera anualmente en obras públicas de interés para el vecindario.

• Desde el año 1859 a 1868, aparecen las siguientes liquidaciones, en las que los ingresos corresponden a los dividendos de la deuda, y los gastos a las cantidades abonadas, por el Depositario, al Ayuntamiento de Encinasola en pago de las obras realizadas. Al final de cada una de estas liquidaciones figura un certificado del Secretario del Ayuntamiento que se manifiesta conforme con ellas y aparece el Vº Bº del alcalde

AÑO SALDO

(Pts.) INGRESOS

(Pts.) GASTO

(Pts.) OBSERVACIONES

1859 4.040,88 rs. 1.127 rs Empedrado de las calles Mora y Oliva y enlosado de sus aceras

1860 4.274,90 rs. 2.998 rs. Empedrado de las calles Mora, Oliva, San Andrés y fuente

1861 4.190,78 rs. 1.127 rs 2.256,50 rs. Terminación del empedrado de las calles Mora y oliva y reparación del puente sobre la ribera del Sillo y del Múrtiga

13 Podemos hacernos una idea de la importancia de esta suma sabiendo que el presupuesto municipal para el ejercicio económico 1882-1883 era de 3,105,47 pesetas, o sea 12.422 reales. (Diccionario geográfico y estadístico, Pablo Riera y Sans, 1881-1887).

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1862 6.209,18 rs. 2.998 rs. 2.879,00 rs. Reparación de los puentes de Múrtiga y Sillo 1863 8.215,78 rs. 4.885,60 rs. ---- Sin Gastos 1864 13.101,38 rs. 5.494,30 rs. 1.328,12 rs. Construcción de un pozo en las Pizarras 1865 17.267,56 rs. 5.496,30 rs. ---- Sin gastos 1868 3.073,358 Es. 623,101Es. 1.890,28Es Camino vecinal de Encinasola a Aroche y aumento y

conducción de aguas al Pilar Público de la Teresa.

Este último año las cuentas aparecen en Escudos, moneda que equivalía a diez reales de vellón. 14

Hasta aquí lo que sobre el empleo de la importante cantidad legada a Encinasola hemos hallado en el Archivo de la Diputación provincial de Huelva.

En el Archivo Municipal de Encinasola, en el Legajo 212, encontramos que Don Manuel Romero Terrero, esposo de Marta González Bravo, sobrina de D. Juan Gualberto, en carta dirigida al Ayuntamiento de Encinasola, fechada el día 7 de marzo de 1867, decía que su cuñado, D. Ambrosio González Bravo, el día 4 de marzo le había delegado integras sus facultades y atribuciones en lo que respecta al legado de Don Juan Gualberto. Al no residir en Encinasola, pues vivía en Higuera de Vargas, Manuel Romero Terrero, a su vez, delegaba en su hermano político D. José López Pérez, que estaba casado con Dª Ramona González Bravo.

También podemos saber que en 1867 el Depositario de los fondos era D. Laureano López y que en 1882 desempeñaba este cargo D. Vicente Vázquez More, que de las relaciones con el Banco de España se encargaba D. Manuel de Ibarra, que vivía en Madrid, calle Magdalena, 27, principal y que D. José López delegó en D. Galo Vázquez González para que le representase en cuantas sesiones se tratase de disponer de los fondos del legado.

Otra obra con cargo al Legado fue un puente sobre río el Valquemado. Esta obra se menciona por primera vez el 15 de agosto de 1878. En 1881 ya no se cita, por lo que en este año el puente debió de estar concluido. Hemos buscado los puentes que existen sobre el río Valquemado y si exceptuamos el de la carretera de Barrancos, que obviamente debió de construirse cuando se abrió esta vía, vemos que hay dos: uno se encuentra en el Camino del Rosal a Encinasola, cerca de la casa del Milano, y el otro en el Campillo, cerca de la casa del Macareno. Uno de ellos pudo ser el que se construyó con este legado.

En 1881 se empedraron varias calles, se efectuaron obras en la ermita de San Juan, en la Fuente de la Teresa y se repararon varios caminos.

En 1887 se arregló el paseo público y, al año, siguiente la Fuente del Rey.

Con estos fondos también se remodeló la fuente del Rey, pues así consta en una lápida que se encuentra adosada a una pared de la misma.15

Con posterioridad a esta gestión hemos tenido acceso a la documentación que sobre el legado de D. Juan Gualberto se encuentra depositada en el Archivo Municipal de Encinasola. Se trata de los legajos 213 y 214

El legajo 213 contiene tres “Libros de Intervención de los Fondos del Legado del Excmo. Sor. D. Juan Gualberto González Bravo” correspondientes a los años 1901 a 1905, 1906 a 1925 y 1926 a 1945.

De la documentación contenida en este legajo ofrecemos el siguiente resumen:

14 Archivo de la Diputación Provincial de Huelva, legajo 33, referente a Propios. 15 En la propia fuente se encuentra adosada una lápida que dice:

RECONSTRUIDA EN EL AÑO DE 1893 CON FONDOS LEGADOS POR EL EXCMO.

SR. Dn. JUAN GUALBERTO GONZ = BRAVO SIENDO ALCALDE

Dn. CORNELIO DELGADO GIL Y

EL MAESTRO MANUEL VIERA.

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AÑO SALDO

(Pts.) INGRESOS

(Pts.) GASTO

(Pts.)

OBSERVACIONES

1906 0.05 849,20 Esta cantidad no fue ingresada por el Depositario 1907 859,05 1908 859,05 1.247,30 Pintado y decorado Iglesia (250 pts)

Reparación Pósito Municipal (997,30 pts) 1909 -388,25 1.692,5016 1.684,43 Empedrado c/ Fuente 1910 7,77 858,75 800,70 Empedrado c/ Oliva 1911 65,82 856,25 875,00 Empedrado c/ Reducto 1912 47,07 255,91

1.069,36

153,90 1.028,10

Ingreso del Depositario del año 1906 Intereses Deuda del Estado Impuesto abonado a Hacienda17 Empedrado c/ Castillo

1913 190,34 255,91 642,00

1.090,88

Ingreso del Depositario del año 1906 Pavimento escuela niños y empedrado c/ Peña

1914 -2,63 255,91 430,90

770,45

Ingreso del Depositario del año 1906 Empedrado c/ Arrabal Menor y Peña, calleja de la Cinaga y alcantarilla de paso c/ Ollero.

1915 -86,17 255,91 1.502,80

133,31 955,20

Ingreso del Depositario del año 1906 Impuestos Reparar habitaciones alguacil, empedrado c/ Coso y Castillo y cristales Ayuntamiento.

1916 584,03 1.440,73 1.400,00 Impuestos y empedrado c/ Campo 1917 40,73 649,20 707,55 Impuestos y empedrado c/ Poleo, Fuente, Berraca y

Arrabacín 1918 -1762 860,30 845,05 Impuestos y empedrado c/ Corchuela y Calleja Mª

Jesús 1919 -2,37 1.075,15 857,05 Impuestos y empedrado Calleja de las Cruces 1920 215,73 644,00 1.294,45 Impuestos y empedrado varias calles.

1921-22 1.503,55 615,30 Impuestos, empedrado Cruz Blanca y reparación camino de La Pizarra

1923 888,25 859,50 75,05 Impuestos 1924 1.672,70 1.044,35 Impuestos y empedrado c/ Ollero

Reparar camino Pilar de Arriba. Tejado, bóveda, piso y blanqueado Ermita de S. Juan. Arreglo Paseo Público.

1925 628,35 1.075,15 1.700,25 Impuestos y Paseo Público 1926 3,25 859,55 19,50 Impuestos. 1927 843,30 859,55 852,80 Impuestos. Camino de la Cañada. 1928 860,05 428,45 1.285,90 Impuestos. Empedrado varias calles, entre ellas la calle

Molinitos. 1929 2,60 859,55 351,55 Impuestos. Explanación y empedrado Plaza de los

Mártires. 1930 510,60 1.075,15 1.104,53 Impuestos. Empedrado de Los Mártires. 1931 481,22 859,6018 1.340,70 Impuestos. Empedrado c/ San Juan 1932 0,12 859,55 59,55 Impuestos 1933 800,12 1.075,1519 624,55 Impuestos y empedrado c/ Arrabacín, Patrás y Eugenio

Silvela. 1934 1.250,72 644,0020 59,55 Impuestos. 1935 1.835,17 858,80 59,55 Impuestos. 1936 2.634,42 313,80 Impuestos. Relleno del muro construido para ensanche

del Callejón de Arriba que conduce a la Fuente del Pilar.

1937 2.320,62 59,55 Impuestos. 1938 2.261,07 59,55 Impuestos. 1939 2.201,52 2.202,75 Impuestos. Muro contención de la Cobijada 1940 -1,23 1723,08 459,55 Impuestos y estudios para traer agua potable al pueblo. 1941 1.262,30 898,86 Impuestos. Mausoleo a los Caídos. 1942 363,44 1.929,35 2.074,55 Impuestos. Reparación general empedrado varias calles

que no se citan 1943 218,24 1944 218,24 1.506,05 1945 1.724,29 1.724,00 Jornales reparación c/ Berraca, Arrabacín y Patrás. 1946 0,29

16 Corresponden a los años 1908 y 1909. 17 Este impuesto fue regulado por la Ley de 29 de Diciembre de 1910. 18Ingresos correspondientes a tres trimestres del año 1930 y uno del año 1931 19 Ingresos correspondientes a cinco trimestres 20 Ingresos correspondientes a tres trimestres

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El día 1 de Enero de 1946 se efectuó un arqueo extraordinario (folios 20V y 21, del libro correspondiente a dicho año) que debieron firmar: el Delegado Gubernativo, el Alcalde Presidente de la Comisión Gestora, el Secretario del Ayuntamiento, el Depositario y el Secretario de la Delegación.

El arqueo refleja una existencia en caja de 0,29 pesetas. Nadie firmó este documento, que es al último que, en relación con el legado, se ha tenido acceso.

No nos ha sido posible llegar a saber cual fue el último empleo que se dio al legado, pues aunque se efectuó un arqueo que reflejó un mínimo saldo, también es cierto que los 76.880 rs, invertidos en Deuda diferida del Estado, debieron de seguir rentando intereses, los cuales deberían de haber sido empleados en obras de utilidad pública y, por otra parte, algún día debió de recuperarse la totalidad de los fondos y, por tanto, debería de haberse dejado constancia de su definitivo empleo.

Es de desear que posteriores investigaciones lleguen a dar con el último destino que se dio a los fondos que D. Juan Gualberto legó a Encinasola.

El legajo 214 está compuesto principalmente por los documentos siguientes:

1.- Carpetillas anuales, años 1919-1945, que contienen, entre otros documentos: • Cartas de Pago de los Derechos Reales • Libramiento del importe de los Derechos Reales. • Cargareme de Fondos Municipales, por los que el Depositario se hace

cargo de los ingresos. • Cuenta del movimiento de fondos habidos durante el año. • Liquidaciones semanales de los trabajos

2.- Dos libros, uno correspondiente a los años 1911 a 1915 y otro a los años 1916 a 1918, conteniendo, entre otros, los documentos siguientes:

• Relación de operarios, carros, acémilas, jornales devengados y materiales invertidos, durante cada semana, en las obras publicas realizadas.

• Copias de los acuerdos de la Corporación relativos a las obras públicas que han de realizarse.

• Decretos ordenando que se hagan públicas las cuentas de ingresos y gastos anuales.

Las obras a las que se refieren los documentos de este legajo son las mismas que figuran en el legajo 213

En algunos de estos documentos, cuando se cita a Don Juan Gualberto, se le llama hijo predilecto de Encinasola. Es de suponer que le fuese concedida esta distinción, lo cual debe de constar en las Actas de Plenos del Ayuntamiento, sin embargo, este extremo no ha sido confirmado.

En su testamento, D. Juan Gualberto se lamenta de no haber podido ir a Encinasola para ver el lugar en el que se proponía construir el puente sobre el Múrtiga. Cuando se refiere a esto dice: “Esperaba yo ir en persona a ver el sitio en que debia hacerse, y no se ha proporcionado.” En esta frase queremos entrever un sentimiento de frustración. Tras ella nos parece advertir indicios de un viaje proyectado y, ¡qué duda cabe!, enormemente deseado. Seguro que, cuando Don Juan Gualberto se hallaba al final de su larga vida, el andar por las calles de su infancia, aquellas cuyas imágenes habían permanecido imborrables en su memoria, a pesar del paso de los años, le habría proporcionado un gran placer. Pero su estado

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achacoso y la ausencia de unos medios de transporte apropiados para su edad impidieron que este anhelo se hiciese realidad.

Con anterioridad a este testamento había otorgado otro, el 13 de abril de 185221, que fue revocado y sustituido por el mencionado anteriormente, esto es, por el extendido el 15 de diciembre de 1854. En esencia, las modificaciones introducidas consistieron en hacer extensivas a sus sobrinas Dolores y Feliciana las mismas restricciones que pesaban sobre uno de sus hermanos, Don Miguel, para disponer de la herencia. Las limitaciones eran: “Mando igualmente que de la herencia que le tocare al D. Miguel citado de mis bienes, no pueda hacer uso alguno, sino que su hermano mi sobrino heredero D. Ambrosio, corra con administrarsela, dandole el diario que le parezca suficiente para su subsistencia, hasta que á juicio del mismo D. Ambrosio crea que se le debe entregar, sin que jamas pueda pedirle cuentas del tiempo en que por su bien se lo ha administrado y que en el caso de que el D. Miguel no quiera sujetarse á estas condiciones, es mi voluntad que no se le dé nada de mi herencia, pasando á partes iguales á sus hijos del primer matrimonio bajo las mismas condiciones; y que si estos tampoco quisieren sujetarse á lo que con respecto al D. Miguel dejo ordenado, entonces mando queden igualmente desheredados de mi herencia, pasando esta á partes iguales á mis siete sobrinos los hermanos de D. Miguel (...) y las mismas e idénticas disposiciones que aqui hago con respecto al D. Miguel se entenderan tambien con sus hermanas Dª. Feliciana y Dª. Dolores so pena de ser desheredadas en los propios terminos que aquel sino quisieren someterse á ellos. Y es ademas mi voluntad que de la herencia mia que les tocare no se pague deuda alguna de los referidos D. Miguel Dª Feliciana y Dª Dolores contrahida antes ó despues de mi fallecimiento; autorizando á mi sobrino D. Ambrosio para que bien antes, ó despues de su muerte nombre persona de su entera confianza que corra con este encargo, con los mismos é identicos Poderes qe á él le confiero”.

También, en este primer testamento, el de 13 de Abril de 1852, se menciona un cuadro de Salvador Rosa que representa una cabeza de virgen y que legó a D. Ignacio Ortega.

Una de sus últimas cláusulas dice: “Declaro que soy soltero, y que nunca he sido casado, ni tengo hijos naturales de ninguna clase, aunque he serbido en America”. Además, en él se especifica que el puente sobre el Sillo está en construcción, en tanto que del segundo testamento, el de 1854, se deduce que en esta fecha estaba ya concluido.

Hemos encontrado tres retratos de D. Juan Gualberto: Uno de ellos es un grabado, que probablemente se le efectuó cuando fue Procurador en Cortes, que se conserva en la Biblioteca Nacional, bajo la signatura ER 521 – 95; es un óleo debido a Esquivel22, el cual obra en poder de D. José Luís Rodríguez González, tataranieto de D. Francisco de Paula González Olmedo y el tercero se encuentra en la Universidad de Sevilla. En este caso se retrata de un óleo que representa a Don Juan Gualberto vestido según la moda afrancesada de principios del XIX. En su parte inferior puede leerse: "Joannes Gualbertus González". Se desconoce su autor y está datado entre los 1865 y 1870, , lo que consideramos erróneo, toda vez que Don Juan Gualberto falleció en 1857

El domicilio madrileño de D. Juan Gualberto pertenecía a la parroquia de San Martín, una de las más antiguas de Madrid. D. Juan Gualberto no conoció la primitiva iglesia de San Martín ya que José Bonaparte llevó a cabo el derribo de varios conventos e iglesias con la intención de ordenar y reestructurar el trazado de las calles y plazas de la Villa, y este templo

21 Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (A.H.P.M.), Año 1852, tomo 25882, pag. 92 a 102V. 22 Antonio María Esquivel (1806-1857), fue un notable pintor sevillano y uno de los continuadores de la célebre

escuela fundada por Murillo. (Galería Biográfica de Artistas Españoles del Siglo XIX , Ossorio y Bernard, M.)

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fue uno de los demolidos.23 Sin embargo, la Iglesia que hoy contemplamos, bajo esta misma advocación y situada en la Plaza de la Soledad, tampoco es la que nuestro biografiado vio reconstruir y abrir al culto en 1836, pues aquella sufrió los efectos de la guerra de 1936 y ha tenido que ser levantada nuevamente.

En el libro 40 de DIFUNTOS, folios 397v y 398r de la Parroquia de San Martín, se asentó la Partida de defunción de D. Juan Gualberto24, que dice así:

“Exmo. Sor. D. Juan Gualverto Gonzalez Bravo- En San Martin de Madrid á veinte y nueve de Noviembre de mil ochocientos cincuenta y siete: como Teniente mayor de Cura de esta Yglesia - Parroquial, mandé enterrar en nicho del Cementerio de la Rl. Archicofradia Sacramental de San Gines y San Luis el cadaver del Exmo. Sor. D. Juan Gualverto Gonzalez Bravo, soltero de ochenta años de edad, gran Cruz de Ysabel la Catolica, del Consejo de Estado, y Senador del Reyno, hijo de los Sres. D. Ambrosio, y Dª Maria Ceferina Delgado, nrales. que fueron los tres de la villa de Encinasola, Diocesis de Sevilla: recibió los Santos Sacramentos de la Penitencia y estrema Uncion. Falleció el dia veinte y siete del corriente en la Calle Jacometrezo numero quince á consecuencia de una apoplegia cerebral segun certificacion de facultativo. Otorgó Testamento en quince de Diciembre de mil ochocientos cincuenta y cuatro ante el Essno. publico del numero D. Francisco Montoya, por el que dispuso que á las mandas forzosas se diese lo que debiese: que se digesen cuarenta Misas rezadas con limosna de cinco reales por los Sacerdotes de dicha Villa de Encinasola: otras treinta por los de la Villa de Cumbres mayores y otras treinta por los de esta Villa y Corte á voluntad de sus Albaceas pagandose á la Parroquia la cuarta parte. Nombró por sus Albaceas Testamentarios á su sobrino D. Ambrosio Gonzalez Bravo, al Exmo. Sor. D. Juan Bravo Murillo con clausula de sustitucion disponiendo que su entierro sea en dicho Cementerio poniendose de acuerdo dhos Sres. con el Sor D. Juan Casariego25 para que le compren un nicho, prohiviendo toda pompa y solemnidad y que su caja fuese llebada por cuatro pobres de San Bernardino26, y doce con hachas, envuelto su cadaver en una sabana sin coche ni carruaje ninguno que vaya detras. Ynstuyó por su heredero a su sobrino D. Ambrosio Gonzalez Bravo: revocó las demás disposiciones; y lo firmé- Dn. Javier Cañellas”. Rubricado [sic].

Como hemos visto, en la Partida figura que el óbito tuvo lugar el día 27 de noviembre de 1857, con lo que existe una discordancia con respecto a la fecha que le asigna la cronología publicada en el periódico “La Época” del día 2 de diciembre, pues en esta se lee que “bajó a la tumba al propio que nacía el futuro Francisco I” y sabemos que este “futuro Francisco I”, que no es otro que Alfonso XII, nació el día 28 de noviembre a las diez y cuarto de la noche. Estos son los datos que constan en un Parte Oficial de la Presidencia del Consejo de Ministros que se inserta en la Gaceta número 1790, de 29 de noviembre y en “El Diario Español” de 1 de Diciembre.

Sin embargo, también la hora del fallecimiento es errónea, ya que el momento exacto del óbito de D. Juan Gualberto está reflejado en un escrito que, el 30 de noviembre de 1857,

23 Esta primitiva iglesia parroquial de San Martín se encontraba en la Plazuela de las Descalzas. Tenía dos anexos: San Ildefonso y San Marcos, que aún existen. (Lazarillo o nueva guía para naturales y forasteros de Madrid, Manuel Alonso, 1783) 24 Esta Partida está depositada en el Archivo del Arzobispado de Madrid, calle Bailen, núm. 8 25 D. Juan Casariego era Contador de 1ª de la Real Archicofradía Sacramental de S. Luís y S. Ginés y firmó como testigo en este testamento. 26 El Asilo de San Bernardino, de gilitos, fue fundado por D. Francisco Garnica, el año 1572, y se hallaba a un cuarto de legua de la Puerta de San Bernardino. Lazarillo o nueva guía para naturales y forasteros de Madrid, Manuel Alonso, 1783. Este asilo, en un plano de Madrid de mediados del siglo XIX, aparece situado, aproximadamente, en el espacio que actualmente delimitan las calles de Isaac Peral, Princesa y Avenida Reyes Católicos. En otro plano de primeros del siglo XX está junto al cementerio de la Real Archicofradía Sacramental de San Gines y San Luis.

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D. Serafín María de Sotto Ab-Ach, Conde de Clonard, dirigió al Presidente del Senado. Este documento dice:

“Excmo. Señor. Tengo el honor y el sentimiento de poner en conocimiento de V.E. que mi tio político el Esmo. S r. Dn. Juan Gualberto Gonzalez Bravo, Senador del Reyno, ha fallecido el viernes veinte y siete del corriente mes, á las doce menos cuarto de la noche; a fin de que V.E. pueda dar conocimiento al Senado de este acontecimiento doloroso para los fines á que haya lugar. Dios Guarde a V.E. muchos as Madrid 30 de nove de 1857

Esmo S r El Senador del Reyno Conde de Clonard 27

D. Serafín María de Sotto estaba casado con Dña. María Campuzano González. A pesar de este apellido, González, no existe ninguna relación de parentesco entre Dña. María y D. Juan Gualberto, pues el estudio del árbol genealógico de la Casa de Clonard deja pocas dudas sobre la falta de conexión entre las familias González Bravo y la de Dª María Campuzano González.28 Las palabras de D. Serafín María de Sotto nos llevan a pensar que así como en ciertas Escuelas y Academias el recién ingresado es puesto bajo la tutoría de un veterano y, de esta forma, se establece entre los alumnos lo que ellos llaman “un parentesco académico”, tal vez ocurriese algo similar en el Senado y, por esta razón, el Conde de Clonard llamaba a D. Juan Gualberto “tío político”.

“El Diario Español” del miércoles 2 de diciembre, citado anteriormente, recoge el fallecimiento de D. Juan Gualberto con la siguiente reseña:

“Acaba de fallecer en esta corte el señor D. Juan Gualberto Gonzalez, senador del reino, que ha figurado mucho desde el principio del reinado de nuestra augusta soberana, persona muy apreciada por su caracter y por sus profundos conocimientos literarios”

El día 29 de noviembre de 1857 debió de salir la comitiva fúnebre del número 15 de la calle de Jacometrezo y, cumpliendo su última voluntad, el ataúd iría “a hombros de cuatro pobres de San Bernardino y escoltado por otros doce empuñando hachas (gruesas velas o antorchas), envuelto el cadaver en una sabana, sin coche ni carruage ninguno que fuese detras”. El cortejo fúnebre debió de encaminarse por la calle Ancha de San Bernardo hasta extramuros de la Puerta de Fuencarral, que era el lugar en el que se encontraba el cementerio de la Real Archicofradía Sacramental de San Ginés y San Luis. Allí, en el nicho 64 de la 6ª galería derecha, fue depositado el cuerpo del más insigne de los marochos. Este cementerio había sido inaugurado en 1831.29

Los libros de sepultura de esta Archicofradía se encuentran en el Archivo Diocesano del Arzobispado de Madrid. En una carta, su archivero nos dice:

27 Archivo del Senado.(A.S.) Expediente. HIS-0197-05 28 Se ha consultado la extensa documentación que existe en el Archivo General Militar de Segovia sobre el Teniente General D. Serafín María de Sotto Ab-Ach y de varios de sus antecesores, todos ellos miembros de la familia Clonard. (Expedientes: Sec. CELEB, Caja. 159, EXP 17 y 1ª Div., Legajos. S-3389, S-3394, S-3322 y S-3354) 29 El cementerio viene reseñado en las siguientes obras: • Diccionario geográfico - estadístico - histórico de Madrid (edición de 1845 - 1850). • Los Cementerios de las Sacramentales. José del Corral, Instituto de Estudios Madrileños. Madrid, 1954 • Cementerios de Madrid, Carlos Carrasco - Muñoz de la Vega. Delegación de Salud y Bienestar Social del

Ayuntamiento de Madrid. 1984.

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“En el libro 3º de la Secretaría de la sacramental de San Ginés y San Luis consta que fue sepultado en el nicho número 64 de la 6ª Galería derecha y trasladado, despues, en el año 1878, al nicho 340 de la Galería transversal izquierda del Cementerio que dicha Sacramental tenía en las afueras Norte de Madrid, donde ahora están las calles de Magallanes y de Fernández de los Rios.30

Este Cementerio y los otros que había al norte del río, en Madrid, fueron clausurados en 1884 por leyes civiles. Posteriormente, a través de anuncios en la Prensa, repetidos y con ampliación de plazos, se dio opción a que familiares o amigos pudiesen trasladar los restos mortales de seres queridos a otros cementerios de Madrid o provincias.

A lo largo de los años, en efecto hubo traslados particulares y, finalmente, en 1916 se llevó a cabo el traslado general desde el cementerio de dicha Sacramental al del Sur (que tampoco existe ya).”31

En el citado Archivo se encuentran dos libros en los que se reflejan estos traslados. Uno de ellos, apaisado y foliado, recoge los nombres y apellidos de los exhumados cada día, el lugar o nicho que ocupaba en el cementerio de origen y la nueva sepultura asignada en el Cementerio General del Sur

Las anotaciones se inician en la página 3 y finalizan en la 313. Se trata, pues, de un total de 311 páginas al pie de cada una de las cuales estampa su firma D. Constantino López, que, de esta forma, da fe de la veracidad de los asientos de las mismas. Aparecen así registrados más de cuatro mil traslados. En las primeras páginas figuran los efectuados por las familias con anterioridad al 17 de Abril de 1916. A partir de esta fecha es cuando se inicia una ininterrumpida serie de exhumaciones que quedan fielmente asentadas hasta que, el 30 de junio de dicho año, se dan por finalizadas.

El otro libro parece que es un índice alfabético del anterior. Este extremo no se comprobó. En todo caso, en ninguno de ellos aparece el traslado de los restos de D. Juan Gualberto, lo que nos induce a pensar que debieron de ir a parar al un osario o a una fosa común, posiblemente, del citado Cementerio General del Sur, al que se trasladaron los demás restos.

En cuanto a la Real e Ilustre Archicofradía Sacramental de San Ginés y San Luís, sabemos que: “mantenía a sus expensas el alumbrado de las lámparas que perennemente ardían de día y de noche delante del Santísimo Sacramento. Celebraba Juntas de gobierno todos los primeros domingos de cada mes y el domingo de la Santísima Trinidad de cada año celebraba Junta general para el nombramiento de empleos.

La primitiva y principal función de esta Archicofradía era la Minerva que todos los años se celebraba en el día que la Cofradía tenía por conveniente. El principal objeto de esta celebración era rendir los más debidos obsequios a Jesus Sacramentado, con este motivo todos recibían la Comunión. Concurrían a la iglesia a las ocho horas, se celebraba una misa y se Comulgaba. A las diez comenzaba la misa solemne con sermón y luego se quedaban velando a su Magestad dos sacerdotes y dos mayordomos, alternando hasta la hora de la procesión por la tarde.”32

En 1847 contaba la Archicofradía con 235 mayordomos, hombres y mujeres. Esta cifra se había incrementado hasta alcanzar 479 mayordomos en 1854. Entre sus miembros figuraba

30 En la obra “España Regional”, de Ceferino Rocafort y Casimiro Dalmau, aparece situado este cementerio en el espacio delimitado por las actuales calles de Donoso Cortés, Fernando el Católico, Magallanes y Vallehermoso. 31 Fragmento de una carta, de 3 de Abril de 1998, del Archivo Diocesano del Arzobispado de Madrid. 32 Constituciones y Ordenanzas de la Archicofradía Sacramental de la Iglesia Parroquial de San Luís Obispo, aprobadas por el Real y Supremo Consejo de Castilla y Tribunal de la Gobernación de Toledo en 1800, Madrid 1848, Imprenta y Fundación de D. Eusebio Aguado (24 páginas)

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el general Espartero y el autor de “Los amantes de Teruel”, D. Juan Eugenio de Hartzembusch, sin embargo, D. Juan Gualberto no era miembro de ella.33

La asistencia a los Mayordomos difuntos revestía gran pompa. Veamos que dicen estas Constituciones y Ordenanzas al respecto:

“...el muñidor llevará a la casa mortuoria 4 cirios con sus blandoncillos, todos los cetros, caja, calderilla y escudos: despues de tomada la hora del entierro dará aviso a todos los individuos por medio de esquelas que despachará el Secretario para su asistencia, llevando las hachas de cera para detrás del cuerpo, las que llevarán los individuos, como asimismo el estandarte y veinte y cuatro hachas para que lleven los pobres del Ave Maria. Igualmente conducirá a la Yglesia donde se haya de enterrar el difunto la manga, capa de coro, paño de tumba y doce hachas para los blandones, con las velas de mano para el circo, quedando al cuidado del tesorero pagar 40 reales a los veinte y cuatro pobres del Ave Maria; 36 rs. para los Terceros con 13 velas; 46 rs. a diez y ocho niños Doctrinos34, con 5 velas y diez y ocho cerillas; 60 rs. a 30 religiosos de San Francisco con 31 velas; y 66 rs, para el hábito. Se mandarán celebrar por el alma de cada uno 30 misas, en esta forma: las diez y ocho con limosna de 4 rs., las que mandará decir el Tesorero donde fuese de su agrado recogiendo su recibo, y las 12 restantes con limosna de 8 rs. distribuidas de esta forma: 6 en el dia de su entierro...”

“...y si los Mayordomos llegaren a enviudar de la primera muger y se volvieran a casar, estas segundas mugeres no se las reconocerá por Mayordomos, y solo en obsequio del individuo se las asistirá con hachas y demás emolumentos para el Viático”

En la sesión ordinaria del 5 de octubre de 1884 el Ayuntamiento de Encinasola tomó

el siguiente Acuerdo:

“Al momento y a propuesta del primer Teniente de alcalde Sr. D. Galo Vazquez, acordó el Ayuntamiento que el actual nombre ó inscripcion de la Calle Mora de esta poblacion, se sustituya por “el de Gonzalez Brabo” como simbolo de grato recuerdo e imperecedera memoria al esclarecido hijo de esta villa el Exmo. Don Juan Gualberto y Gonzalez Brabo por sus merecimientos adquiridos con la generosa idea de instituir en su ultima voluntad un legado de Cien mil reales para que sus productos se invirtieran como se viene invirtiendo en obras públicas y necesarias de la localidad; habiendo tenido en cuenta tambien para tomar este acuerdo que en la expresada Calle fue donde vio la luz por vez primera el citado Sr. Don Juan Gualberto.”

33 Real e Ilustre Archicofradía Sacramental de San Gines y de San Luis Obispo de esta corte. Imprenta y Fundación de D. Eusebio Aguado. Se han consultado dos ediciones de esta obra, correspondientes a los años 1847 y 1854, ambas editadas en Madrid. 34 Se trataba de un colegio, situado en la Carrera de San Francisco y fundado en 1476, para niños huérfanos naturales de Madrid

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Antigua Calle de Mora y actual calle de González Bravo

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Situación del domicilio de D. Juan Gualberto en Madrid

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Situación del domicilio de D. Juan Gualberto en Madrid

Domicilio de D. Juan

Gualberto

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Transcripción del testamente de D. Juan Gualberto

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Situación del cementerio de San Ginés

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Situación de los cementerios del Sur

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Membrete de los escritos de D. Juan Gualberto

Escudo de D. Juan Gualberto, el cual figuraba al pie de sus escritos