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EL TECHO DE RISTAL Y EL TECHO DE CEMENTO.

TECHO DE CRISTAL

TECHO DE CEMENTO

2. GIEUNIVERSITAT POLITECNICA DE VALENCIA

ndice1.INTRODUCCIN22.DEFINICIONES.4 Techo de cristal.4 Techo de cemento53.HISTORIA53.1Pasado5Respecto a la educacin6Respecto al trabajo6Respecto a la sociedad62.1.Presente7Mujeres en altos cargos pblicos y privados8Participacin poltica, mujeres en cargos ejecutivos y en el Gobierno112.2.Futuro13

el Techo de Cristal, el Techo de Cemento y la mujer en el liderazgo.Katya Guadalupe Avendao RodrguezBeln Martnez LaosaElena Mancls GimenoM Cruz del Ro MolinaResumenMximo 150 palabras Mximo 150 palabras Mximo 150 palabras Mximo 150 palabras Palabras clave: Mujer, techo de cristal, techo de cemento, sociedad, impedimentos, evolucin, economaINTRODUCCINEl reloj de Ins suena antes de las siete en la casa de la colina. Acciona la perilla para calentar el calentador de agua y toma un t mientras mira el noticiero alemn con el que se pone al da. Se ducha con un hilito de agua que cae desde arriba y unos bidones que la esperan abajo por si se corta el suministro justo cuando est enjabonada. Eso suele suceder todos los das. En la casa de Ins tampoco hay luz. Slo un generador mnimo para encender unas lmparas de emergencia y la televisin satelital. Afuera siempre hay dos policas. A las ocho y media la pasa a buscar su chofer: una tanzana viuda que mantiene a sus cuatro hijos. A esa hora es cuando Ins se transforma en la doctora Weinberg. Jueza del Tribunal Penal Internacional para Ruanda de la ONU, que fue acogido por Tanzania para trabajar sobre uno de los genocidios ms brutales del siglo XX. All, vive en una ciudad llamada Arusha. Es la nica jueza latinoamericana.

Sus das transcurren de la casa al tribunal y vuelta. As, desde octubre de 2005 cuando, con el acuerdo de su esposo -tambin abogado- y de su hijo adolescente, dej la comodidad de su casona de Barrio Parque y una vida tranquila para emprender su viaje de tres aos a frica.Ruanda es un pequeo pas mediterrneo, del tamao de Tucumn, en el que viven 9 millones de personas. Ms conocido por ser el escenario de "Gorilas en la niebla", la pelcula sobre la cientfica que dedic su vida a estudiar a esos animales, que por la masacre de casi un milln de ruandeses asesinados a machetazos a mediados de los 90. El torbellino de violencia se desat en horas cuando, el 6 de abril de 1994, derribaron el avin en el que viajaba el presidente Juvenal Habyarimana a su regreso de Tanzania, donde se discuta un acuerdo de paz."Mi vida no es muy distinta a la de los detenidos", compara la jueza que eligi a una chofer mujer para trasladarse por calles sin asfalto en las que se recomienda no ir a pie para no arriesgar la vida.- El ambiente de la justicia internacional es hostil para una mujer?Cuando recin llegu era una jueza ms. Me enviaron a la Cmara de Apelaciones, donde era la nica entre seis hombres. Mis colegas tenan un sistema de trabajo que consista en que los hombres se reunan entre ellos y llegaban a la conclusin de cmo haba que resolver una cuestin. Luego me lo comunicaban. Pero oh, sorpresa!, se encontraron con que yo era una mujer que quera saber qu firmaba. La reaccin era "pero si esto ya est resuelto". Es muy fcil poner mujeres en los cargos pero que la decisin la sigan tomando ellos.- Cmo ve el ascenso de la mujer en Argentina?En el rea que manejo, que es la Justicia, el ascenso es relativo. Hay muchas mujeres ocupando secretaras porque los jueces las prefieren por su fama de prolijidad. En cargos superiores empiezan a ser ms cuando el varn se retrae porque los sueldos son bajos.- Cmo logr usted ocupar un lugar en el Tribunal para Ruanda?Creo, pude acceder porque eleg frica. Porque no haba hombres a quienes les interesara ese destino. Yo dira que, aunque falta mucho, la Argentina est ms evolucionada que otras partes del mundo en participacin femenina. Europa es mucho ms tremenda. Es difcil para la mujer, todava, acceder a los cargos cuando a los hombres tambin les interesan.- Es optimista con el tema de la participacin femenina?Soy optimista. No creo que haya que pelear el 50 por ciento del cupo para las mujeres en el Congreso. Yo lo dejara con el 30, porque luego quienes van a pelear por el cupo sern los hombres.- Cmo hizo para conciliar trabajo y vida familiar?No podra hacerlo sin el apoyo de mi marido y de mi hijo. Decidimos que ellos se quedaran porque de esa forma yo puedo trabajar sin sentir que estoy arruinando sus vidas al llevarlos a un lugar como Arusha. Nos vemos cada tres o cuatro meses.- Cul es el rol de las mujeres en la reconstruccin luego de un desastre como el de Ruanda?Despus del genocidio, el 70 por ciento de los sobrevivientes eran mujeres. Ellas enterraron a sus muertos, asistieron a medio milln de hurfanos, tomaron a su cargo oficios no tradicionales. Hoy ocupan el 49 por ciento de los escaos en la Asamblea Nacional y producen la mayor parte de los alimentos. La historia reciente revela que son las mujeres las protagonistas de la reconstruccin posterior a las peores crisis.Pez, N. (2008). Es difcil para la mujer, todava, Clarn.comComenzamos con un caso real plasmado en unas lneas de la revista Clarn, la protagonista nos cuenta que a pesar de estar en el siglo veintiuno an es difcil acceder o que tomen en serio a las mujeres en puestos tradicionalmente de hombres. Sin embargo, es notoria la actitud de Ins Weinberg, de dejar a su familia en su pas, estar a gran distancia de ellos y seguir subiendo escalones en su mbito laboral. Esta mujer, nos cuenta que con ayuda de su marido e hijos, ha sido capaz de superar la barrera emocional que poda evitarle ascender en su trabajo, ms conocido como techo de cemento. A lo largo de las siguientes pginas hablaremos sobre este obstculo invisible que impide el progreso en la carrera profesional de las mujeres en las empresas especialmente cuando se acercan a la cumbre. Aun as, existe otra barrera a superar por el gnero femenino en el proceso de su inclusin en la vida pblica, el llamado techo de cristal.Siendo el techo de cristal y el techo de cemento temas de actualidad, en el presente trabajo abarcaremos como ha ido evolucionando al paso de los aos, como se encuentra en la actualidad, centrndonos en la mujer y el liderazgo y como se estima que ser en el futuro, tambin se citaran algunos casos de mujeres. Incluiremos los datos que hemos obtenido al realizar una encuesta realizada por la Universidad de Sevilla. DEFINICIONES.

Para continuar con el desarrollo de este trabajo, es conveniente describir cada techo, para as diferenciarlo y estudiar sus causas y consecuencias en la sociedad.Techo de cristal.ElTecho de cristal es un obstculo invisible pero presente, slido e infranqueable en la carrera laboral de las mujeres, difcil de traspasar, que no las deja crecer, que impide el progreso en la carrera profesional de las mujeres en las empresas especialmente cuando se acercan a la cumbre. Muchas mujeres rozan con la punta de los dedos, este techo que se impone sobre sus capacidades. La idea de invisibilidad se justifica porque su existencia no es explcita, es decir, no existen leyes dispositivos sociales ni cdigos visibles establecidos que impongas a las mujeres semejante limitacin, pero sus consecuencias son muy visibles. Y aqu no hay dudas, porque los datos las muestran: baja presencia en los niveles directivos, diferencias salariales, desigual carga de trabajo, etctera.Se trata de prejuicios extendidos para confiar en las mujeres puestos de responsabilidad, pagar un salario y otorgar una categora similar por las mismas funciones al considerar que se conformar con menos, as como sutiles prcticas patriarcales del mundo de los negocios, como el tipo de reuniones, el corporativismo masculino o el amiguismo.Techo de cemento.ElTecho de Cementose lo autoimpone la mujer para crecer poltica, social o empresarialmente, al decidir no querer promocionarse por el alto coste personal y familiar que va a tener el nuevo puesto. Las mujeres, inconscientemente o no, se creen las principales responsables del cuidado de la familia y el hogar. En muchos casos la maternidad coincide, con el momento de desarrollo profesional clave para acceder a puestos superiores. La ausencia de verdaderas polticas de conciliacin de vida laboral y personal, dificulta la decisin de la mujer. Muchas decisiones son derivadas de miedos- y por otra parte de la estructura empresarial: escasa flexibilidad, horarios complicados, reuniones tardas, viajes, fomento de la presencia en la oficina ms que el trabajo por objetivosEste concepto tiene que ver con la educacin sexista, la organizacin del tiempo en las empresas (sin tener en cuenta la conciliacin) o la forma en la que histricamente se establecen las jerarquas en las corporaciones. Para vencer este techo, muchas mujeres tienen como nica opcin adaptarse a estructuras laborales, horarios y dinmicas masculinas.HISTORIACmo se estableci la jerarqua de los sexos? Algunas de las claves ms importantes para responderla se encuentran en la historia.3.1 Pasado

Tomaremos como punto de partida la diferente situacin de hombres y mujeres en el periodo que precedi a la agricultura. Aquellos que tenan el privilegio de la fuerza fsica, los varones- a pesar que hubiera mujeres fuertes y resistentes- asuman las tareas de defensa. Las vidas de las mujeres estaran lastradas por la reproduccin. Los largos periodos de impotencia-pensemos en los embarazos casi continuos- supondran para las mujeres un obstculo que las alejara de determinadas funciones dentro del grupo, que seran asumidas por los varones: defensa, caza, pesca Todo aquello habra establecido una diferencia fundamental entre las posibilidades de desarrollo humano de unas y otros, en un contexto en que el control tcnico sobre el cuerpo y sus servidumbres era prcticamente inexistente: ellas tienen enormemente limitadas sus posibilidades de accin.() engendrar, amamantar no son actividades, son funciones naturales; no suponen ningn proyecto; por esta razn, no sirven a la mujer para una afirmacin altiva de su existencia; sufre pasivamente su destino biolgico. Los trabajos domsticos a los que se consagra, porque son los nicos que puede conciliar con las cargas de la maternidad, la encierran en la repeticin y la inmanencia; se reproducen da tras da en forma idntica que se perpeta de siglo en siglo; no producen nada nuevo. Simone de Bouvoir. El segundo sexo.Con el paso de los aos, hubo adems una diferencia entre mujeres, la clase social, donde las mujeres de baja clase se encargaban del cuidado del hogar y de la familia; fuera del hogar, la generalizacin era la agricultura o prostitucin. Aquellas de alto nivel econmico-social se preocupaban de la educacin de los hijos, trascendiendo la posicin en la sociedad de cada uno, la mujer en el hogar y el hombre trabajando. Sin embargo, a todas se les educaba sobre un prototipo de mujer, basndose en mitos, religiones, la cual ha sido una pieza clave en la diferenciacin de sexos. De estos aspectos hablaremos a continuacin.Hace slo 50 aos, los hombres dedicaban su vida al trabajo mientras que las esposas se hacan cargo del trabajo domstico y la crianza de los hijos. Esas creencias estn arraigadas, aunque sea inconscientemente, en la de muchas familias y sociedades. Algunas mujeres rompieron estos prejuicios y si nos remontamos a la antigedad, la imagen de Cleopatra acude inmediatamente. Cleopatra fue la ltima reina del Antiguo Egipto, mantuvo relaciones con dos de los mayores lderes del Imperio, Marco Antonio y Julio Csar. Pese a que muchas veces estas historias se toman como romnticas, en realidad, slo fueron unasalianzas polticasdeseadas por Cleopatra para poder mantener a Egipto fuera del gran Imperio.En el siglo XVII se inicia la alfabetizacin de las mujeres, que avanza incontenible en el siglo XVIII, un siglo eminentemente pedaggico. En el siglo XIX tiene lugar la revolucin industrial y el maquinismo que posibilitan la incorporacin de las mujeres en masa al trabajo industrial, lo cual les dota de un protagonismo econmico sin el cual, no hay liberacin posible del gnero masculino. Pero alcanzar la situacin actual de las mujeres, an no completamente igualitaria, ha supuesto un gran esfuerzo; las mujeres que se integraban en el mbito laboral lo hacan en dursimas condiciones de explotacin. La tradicin de sometimiento, techo de cemento, que pesaba sobre ellas frenaba el ascenso, ya no individual de la mujer, sino el ascenso del colectivo femenino.De este paso importante para las mujeres, los empresarios vieron beneficios a costa de estas, y, gracias a la maquinizacin, en vez de anular las diferencias en relacin a la fuerza fsica, se aprovecharon de la mano de obra femenina, para ellos ms barata y explotable por diversos factores como la tradicin de sometimiento (ser menos valorada que un hombre); la presin de las cargas familiares; el carcter complementario de su sueldo en comparacin con el del marido o padre; la falta de solidaridad y conciencia colectiva.Y adems de estos impedimentos que el hombre pona en el camino de la mujer, aparece la dificultosa conciliacin entre su papel reproductor y el trabajo productor. (Podramos hablar de esto tambin)() La razn profunda que en el origen de la historia consagra a la mujer al trabajo domstico y le impide que tome parte en la construccin del mundo es su sometimiento a la funcin generadora. Simone de Beauvoir, El segundo sexo.

Respecto a la educacin. Si la familia no poda dar estudios a todos los hijos, las hijas eran las que dejaban de estudiar, aunque tuvieran ms talento. Las mujeres rara vez accedan a estudios universitarios y, cuando lo hacan, ingresaban en carreras de letras. La educacin religiosa colmaba a la mujer en el terreno domstico y su sumisin. Era muy frecuente que la mujer dejara los estudios para casarse. Haba pocas profesoras universitarias y menos an catedrticas.Respecto al trabajo Estaba mal visto que las mujeres trabajaran, porque slo deban hacerlo si el padre o el marido no ganaba lo suficiente para mantener a la familia. Las mujeres que trabajaban ocupaban puestos de escasa cualificacin y responsabilidad. Solan dejar de trabajar para casarse y, si no lo hacan, porque sus maridos no se lo exigan, las despedan. Como mucho, esperaban a que se quedara embarazada para hacerlo. Slo en situaciones muy extremas, una mujer se haca cargo de los negocios familiares.Respecto a la sociedad Estaba mal visto que los hombres ayudaran en la casa. Slo haba guarderas privadas, que eran escasas y caras. La edad de escolarizacin empezaba a los 6 aos y no era obligatoria. Los mitos y creencias dificultaban la ruptura de ambos techos.Con estos, entre otros, impedimentos y circunstancias, las pocas mujeres que seguan empeadas en hacer una carrera profesional, tenan que aplicar grandes esfuerzos en formarse y ser ms eficientes en la administracin del tiempo, para poder cumplir con la famosa doble jornada. Las que no contaban con el claro apoyo de su familia y de su compaero, se vean obligadas a elegir entre la familia o la profesin. La mayora elega la familia.Para quitar todas estas trabas, fue necesario dar un gran salto. Que se logr, en unos pases antes, y en otros un poco despus, incrementando la consciencia social, legalizando los anticonceptivos y el divorcio. Gracias a estas leyes, las mujeres pudieron negociar con sus padres y con sus parejas el rol a desempear cada uno en la familia. Y, poco a poco, esos roles fueron cambiando.Fue as como la mujer empez a abrirse puertas. Se empez a necesitar y exigir guarderas, permisos maternales, trabajos a tiempo parciales. En el hogar, las mujeres ya podan llegar a un acuerdo con su pareja. Al principio no fue fcil, pero se fue logrando. Esto tambin ha trado como consecuencia que haya un elevado porcentaje de divorciadas entre las mujeres que han conseguido desarrollar con xito una carrera profesional.Pero es en el siglo XX, a finales de los 80 las mujeres en Europa ya estaban incorporadas al mundo laboral de forma masiva, pero trabajando en puestos intermedios. Las empresas, cuando tenan que cubrir un puesto de trabajo de cierta responsabilidad, solamente se planteaban contratar a una mujer si no tenan un hombre que cumpliera mnimamente el perfil del puesto. Para que una mujer fuera seleccionada, no vala con que cumpliera perfectamente con los requerimientos del puesto, sino que tena que tener la suerte de que no hubiera un hombre que se ajustara al mismo. Era un mundo de hombres y las mujeres tenan que aportar mucho valor aadido, todos los das, para que las admitieran., sobre todo en la segunda mitad, cuando las mujeres, acceden de manera masiva al sistema escolarizado en todos los niveles. El siglo XX fue un siglo de cambios y rupturas que permiti que las mujeres jugaran un papel importante en la sociedad y que su punto de vista empezara a considerarse tan relevante como el del hombre.Presente

La mujer se ha incorporado al mundo universitario y al laboral. Las circunstancias familiares y laborales que se mencionaron antes, prcticamente han desaparecido. Pero siguen existiendo y persistiendo muchas dificultades que impiden la plena igualdad con el hombre en el mbito de la empresa y del poder econmico. El fenmeno persiste porque la estructura social cambia muy despacio y la estructura econmica y los modelos de trabajo no han cambiado en absoluto en los ltimos aos sino que se perpetan incluso a travs de la severa crisis que estamos atravesando.La realidad es que muy pocas mujeres ocupan altos cargos en las compaas europeas, a pesar de que el nmero de tituladas universitarias supera en muchos casos al de titulados masculinos.Con motivo del Da de la Mujer Trabajadora, se han publicado numerosos artculos, que aportan datos muy significativos, por ejemplo: En Francia, un estudio del Ministerio de Trabajo revela que el porcentaje de mujeres que ocupan puestos directivos, slo ha crecido un 3% en los ltimos 10 aos. En Alemania, solamente hay una mujer que ocupe la presidencia de una de las 30 empresas del ndice burstil Dax. En Espaa slo existen 17 mujeres entre los ms de 500 consejeros de las empresas del ndice burstil Ibex. Slo una mujer se sienta en el Consejo del Banco de Espaa y ninguna en la Bolsa.Slo cuatro de las grandes empresas estn dirigidas por mujeres, es decir, apenas un 3% del total.En cuanto al mbito del hogar, no ha habido un cambio significativo en los ltimos aos en la distribucin del trabajo domstico entre hombres y mujeres.En un Seminario de Investigacin en Salud Laboral, recientemente celebrado en Barcelona, se pona de manifiesto que, si bien los hombres comparten cada vez ms el cuidado de los nios, la mujer les dedica el doble de tiempo. Tambin denunciaban que los hombres siguen sin compartir el resto de tareas domsticas.Apuntaban, asimismo, que para los hombres el principal gasto de energa es la actividad profesional, mientras que para la mujer lo sigue siendo la casa y el cuidado de los hijos.Por otro lado, la oferta de plazas de guardera para menores de tres aos y ancianos sigue siendo insuficiente y el porcentaje de hombres que utilizan, total o parcialmente, los permisos y reducciones de jornada por tener hijos o cuidar familiares es prcticamente cero. Es evidente que ha habido mucho avance, pero tambin que an hay mucho camino por recorrer.Mujeres en altos cargos pblicos y privados

La Ley Orgnica 3/2007, de 22 de marzo de 2014, para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, dedica especial atencin al fomento del principio de presencia o composicin equilibrada, entendiendo por tal la presencia de mujeres y hombres en rganos y cargos de responsabilidad, de forma que las personas de cada sexo no superen el sesenta por ciento, ni sean menos del cuarenta por ciento.A pesar del notable aumento de la participacin de las mujeres en el poder poltico en los ltimos aos, dicha participacin an no alcanza el lmite mnimo del cuarenta por ciento que seala la Ley de Igualdad como valor de presencia equilibrada de mujeres y hombres.Adems, la participacin en el mbito econmico supone el acceso de las mujeres a aquellos cargos donde se adoptan las decisiones econmicas ms relevantes, tales como los consejos de administracin de las empresas y particularmente de la Banca, as como los cargos de responsabilidad en rganos administrativos de orden econmico (Ministerio de Economa, Consejeras de Economa, Consejo Econmico y Social, etc.).En el ao 2013 las mujeres representaban cerca de la tercera parte del total de personas que ocupaban los rganos superiores y los altos cargos de la Administracin General del Estado (hasta Director/a General, y sin contabilizar los puestos de la Administracin con categora inferior a la de Director/a General).A pesar de la tendencia al incremento de la presencia femenina entre los cargos considerados, los porcentajes son muy distintos atendiendo al rango concreto.En el ao 2012, el porcentaje de mujeres en el conjunto de Consejos de Administracin de las empresas que forman parte del Ibex-35 era del 13,3%, porcentaje sin duda insuficiente, que casi dobla al del ao 2011, y superior en algo ms de 3 puntos al del ao 2010.Si se considera el cargo ejercido en los consejos de administracin, los porcentajes de mujeres entre quienes ostentaban la presidencia o vicepresidencia eran an ms bajos, aunque la presencia de mujeres como Consejeras casi dobla la de 2011. En las tablas siguientes se proporciona informacin sobre el porcentaje de mujeres en rganos superiores y altos cargos en la administracin en el estado y de mujeres en cargos presidenciales y en los consejos de administracin de las empresas.Tabla 1 rganos superiores y altos cargos en la Administracin General del Estado (% mujeres)

20132012201120092008

Total32.032.628.928.628.5

Gobierno30.830.846.750.050.0

Secretaras de Estado20.022.622.625.031.3

Subsecretaras(1)33.332.828.026.728.8

Direcciones Generales32.332.131.029.428.0

Altos cargos sin rango concreto(2)38.940.422.222.420.0

(1) Las cifras de Subsecretaras incluyen los datos de Secretarias/os Generales y otros cargos con rango de Subsecretaria/o, pero no incluyen a las/os Delegadas/os del Gobierno

(2) Las cifras de Altos cargos sin rango concreto corresponden a altos cargos de Entes Pblicos que son nombrados por el Gobierno, aunque no tengan rango administrativo concreto

Fuente: Elaboracin del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades a partir de datos facilitados por el Ministerio de la Presidencia (2008 y 2009), el Ministerio de Poltica Territorial (2011) y el Ministerio de Hacienda y Administraciones Pblicas (2012 y 2013)

Grfica 1 rganos superiores y altos cargos en la Administracin General del Estado (% mujeres)

Tabla 2 Mujeres en la presidencia y en los consejos de administracin de las empresas del IBEX 35 (%)

20122011201020092008

Total Consejo13.37.210.110.38.5

Presidentas2.91.70.02.92.9

Vicepresidentas7.03.58.07.87.3

Consejeras15.38.211.411.19.3

Consejeras secretarias0.00.00.014.30.0

Fuente: Elaboracin del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades a partir de datos publicados por la Comisin Nacional del Mercado de Valores en su pgina webGrfica 2 Mujeres en la presidencia y en los consejos de administracin de las empresas del IBEX 35 (%)

En el ao 2013 las mujeres representaban cerca de la tercera parte del total de personas que ocupaban los rganos superiores y los altos cargos de la Administracin General del Estado (hasta Director/a General, y sin contabilizar los puestos de la Administracin con categora inferior a la de Director/a General).A pesar de la tendencia al incremento de la presencia femenina entre los cargos considerados, los porcentajes son muy distintos atendiendo al rango concreto.En el ao 2012, el porcentaje de mujeres en el conjunto de Consejos de Administracin de las empresas que forman parte del Ibex-35 era del 13,3%, porcentaje sin duda insuficiente, que casi dobla al del ao 2011, y superior en algo ms de 3 puntos al del ao 2010.Si se considera el cargo ejercido en los consejos de administracin, los porcentajes de mujeres entre quienes ostentaban la presidencia o vicepresidencia eran an ms bajos, aunque la presencia de mujeres como Consejeras casi dobla la de 2011.Participacin poltica, mujeres en cargos ejecutivos y en el Gobierno

Los mbitos polticos en los que actualmente se produce una presencia equilibrada entre ambos sexos son muy reducidos, existiendo una gran variabilidad segn el rgano poltico considerado, la presencia es muy reducida en algunos rganos constitucionales y es equilibrada en el caso de la mayora de las asambleas autonmicas.En las tablas siguientes se proporciona informacin sobre el porcentaje de mujeres en los cargos ejecutivos de los principales partidos polticos, as como el porcentaje de mujeres titulares de las distintas carteras ministeriales en el Gobierno de la Nacin.Tabla 3 Participacin en cargos ejecutivos de los principales partidos polticos (%)

20142013

MujeresHombresMujeresHombres

Total34.066.037.262.8

PP 33.766.336.963.1

PSOE 47.452.647.452.6

IU 54.645.454.645.4

EAJ-PNV33.366.733.366.7

CiU 23.176.919.280.8

ERC 18.681.424.475.6

CC34.865.233.366.7

Nota: PP (Partido Popular). Comit Ejecutivo Nacional

PSOE (Partido Socialista Obrero Espaol). Comisin Ejecutiva Federal

IU (Izquierda Unida). Presidencia Ejecutiva Federal

EAJ-PNV. Consejo Nacional (EBB)

CiU (Convergencia i Unio). Comit Executiu Nacional

ERC (Esquerra Republicana de Catalunya). Comisin Ejecutiva Nacional

CC (Coalicin Canaria) Comisin Ejecutiva Nacional

Fuente: Elaboracin del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades a partir de los datos publicados en la web de cada uno de los partidos polticos

Grfica 3 Participacin en cargos ejecutivos de los principales partidos polticos (%)

Tabla 4 Mujeres en el Gobierno

201420132012201120102009200820072006

Nmero total de carteras131313131517171616

% mujeres38.530.830.830.846.752.952.943.850.0

Nota: los datos se recogen con motivo de cada remodelacin del gabinete

Fuente: Elaboracin del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades

Grfica 4 Mujeres en el Gobierno

En septiembre de 2014, el porcentaje de mujeres en el conjunto de cargos ejecutivos de los siete partidos polticos analizados era del 34,0%.Analizando individualmente cada partido poltico y teniendo en consideracin el criterio de presencia equilibrada de la Ley de Igualdad, en el ao 2014 los partidos que cumplieron con este criterio eran Izquierda Unida y el Partido Socialista Obrero Espaol.Esquerra Republicana de Catalunya, con un 18,6% en su Comisin Ejecutiva Nacional y CIU, con un 23,1% en su Comit Executiu Nacional fueron los partidos con menos presencia femenina.La presencia de mujeres en la Comisin Ejecutiva Nacional de Coalicin Canaria era del 34,8%.Por lo que se refiere a la participacin de mujeres en el Gobierno, cabe indicar que, tras las elecciones generales de noviembre de 2011, cuatro mujeres ocupan otras tantas carteras ministeriales en el Gobierno del Partido Popular lo que representa una presencia femenina en el Consejo de Ministros del 30,77%.Las carteras ministeriales que tienen una mujer al frente son las siguientes: Ministerio de Presidencia, Vicepresidenciadel Gobierno y Portavoz Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad Ministerio de Fomento Ministerio de Empleo y Seguridad Social.Futuro

Referenciashttp://www.ddermis.com/mujer-y-carrera-profesional-techo-de-cristal-o-techo-de-cemento/http://eprints.ucm.es/17422/1/TECHO_DE_CRISTAL_O_DE_CEMENTO._ALGUNAS_CONSIDERACIONES....pdfhttp://cdd.emakumeak.org/ficheros/0000/0176/Mujer_en_la_empresa_pasado_presente_futuro.pdfhttp://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925595694&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayouthttp://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925595348&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout