250 mil empresas tienen hasta el 31 de enero de 2016 para implementar su
SG-SST
El Decreto 472 de marzo de 2015, reglamentó los criterios de graduación de las
multas por infracción a las normas de Seguridad y Salud en el Trabajo y Riesgos
Laborales, señalando normas para la aplicación de la orden de clausura del lugar
de trabajo o cierre definitivo de la empresa y la paralización o prohibición
inmediata de trabajos o tareas por desobediencia de la normativa de prevención
de riesgos laborales, cuando existan condiciones que pongan en peligro la vida,
integridad y seguridad personal de los trabajadores.
De acuerdo al Decreto, las multas se graduarán atendiendo los siguientes
criterios:
• La reincidencia en la infracción.
• La resistencia, negativa u obstrucción a la acción investigadora o de
supervisión por parte del Ministerio del Trabajo.
• La utilización de medios fraudulentos o de persona interpuesta para ocultar la
infracción o sus efectos.
• El grado de prudencia y diligencia con que se hayan atendido los deberes o
aplicado las normas legales pertinentes.
• El reconocimiento o aceptación expresa de la infracción, antes del decreto de
pruebas.
• El daño o peligro generado a los intereses jurídicos tutelados.
• La ausencia o deficiencia de las actividades de promoción y prevención.
• El beneficio económico obtenido por el infractor para sí o a favor de un tercero.
• La proporcionalidad y razonabilidad conforme al número de trabajadores y el
valor de los activos de la empresa.
• El incumplimiento de los correctivos y recomendaciones en las actividades de
promoción y prevención por parte de la Administradora de Riesgos Laborales
(ARL) o el Ministerio del Trabajo.
• La muerte del trabajador.
Para la cuantía de la sanción a los empleadores, se establecen los criterios de
proporcionalidad y razonabilidad, conforme al tamaño de la empresa así:
Los Inspectores de Trabajo y Seguridad Social, los Directores de las Oficinas
Especiales y la Unidad de Investigaciones Especiales, podrán ordenar Planes de
Mejoramiento, con el fin de que se efectúen los correctivos tendientes a la
superación de las situaciones irregulares detectadas en materia de seguridad y
salud en el trabajo y demás normas del Sistema General de Riesgos Laborales, el
plan deberá contener como mínimo las actividades concretas a desarrollar,
persona responsable de cada una de ellas y plazo determinado para su
cumplimiento; su ejecución debe estar orientada a subsanar definitivamente las
situaciones detectadas así como a prevenir que en el futuro se puedan volver a
presentar.
Cabe aclara que según la presente norma, el Plan de Mejoramiento no constituye
impedimento para que el Director Territorial, las Oficinas Especiales o la Unidad
de Investigaciones Especiales paralelamente puedan adelantar el proceso
administrativo sancionatorio, con ocasión del incumplimiento normativo.
Así mismo, podrá determinarse la clausura o cierre del lugar de trabajo por parte
del Inspector de Trabajo, cuando existan condiciones que pongan en peligro la
vida, la integridad y la seguridad personal de los trabajadores, así:
De 3 a 10 días hábiles, conforme a lo dispuesto en Inciso 2° del Artículo 8° de la
Ley 1610 de 2013.
De 10 a 30 días calendario, conforme a lo dispuesto en el Inciso 4° del Artículo 8°
de la 1610 de 2013, en caso de incurrir nuevamente en cualquiera de los hechos
sancionados conforme al literal anterior.
En caso que continúen los hechos que originaron la medida de cierre hasta por un
término de 30 días calendario, o haya reincidencia, el Inspector de Trabajo y
Seguridad Social trasladará el caso al Director Territorial, quien conforme Al
artículo 13 de la Ley 1562 de 2012, podrá imponer la medida hasta por un término
de 120 días hábiles o proceder al cierre definitivo de la empresa.
LAS INSPECCIONES DE SEGURIDAD EN LAS EMPRESAS
La seguridad es la base del sostenimiento y evolución de los procesos
industriales, sin ella, garantizar el bienestar de los trabajadores y evitar
pérdidas para la empresa, sería prácticamente imposible.
Para comprobar que las condiciones del lugar de trabajo sean adecuadas, las
inspecciones de seguridad constituyen una excelente herramienta de
monitoreo que ayuda a controlar y detectar los factores de riesgo antes de que
ocurran eventos no deseados, lo que las convierte en un componente fundamental
dentro de los programas preventivos. Su ejecución brinda una percepción real
y actualizada de las formas de trabajo, comportamientos seguros e inseguros,
costumbres del personal, estados de salud e impacto de las políticas o programas
adelantados; es decir, permite evaluar la efectividad en cuanto a la gestión del
riesgo adelantada por las compañías.
¿Cuál es su función?
Las inspecciones tienen como finalidad la identificación, análisis y control de
situaciones que encierran la posibilidad de generar alteraciones en la dinámica
normal de la empresa, bien sea porque acarreen paros de procesos, deterioro de
bienes, enfermedades laborales o accidentes de trabajo; gracias a su
realización se pueden elaborar diagnósticos iniciales para establecer las
medidas preventivas y correctivas a seguir.
Para garantizar un impacto positivo de esta herramienta, es indispensable que su
estructuración se realice adecuadamente desde el principio, contemplando su
planeación, organización, dirección, ejecución y retroalimentación, con el fin de
identificar sistemáticamente los riesgos y peligros que se dan por el desarrollo
mismo de la actividad o por factores que surgen cuando cambian las personas, los
equipos, las técnicas o los materiales.
Una inspección bien realizada:
Proveerá información detallada y precisa de las fortalezas y debilidades
existentes. La inspección es un indicador de cómo se están haciendo las cosas.
Hará del registro de hallazgos un valioso instrumento en la identificación y
priorización de aspectos que requieren atención.
Someterá a cada área de la organización a un examen crítico y sistemático; el
riesgo potencial no sólo existe en las zonas operativas, toda actividad si no se
monitorea adecuadamente puede causar daños o pérdidas. Las revisiones deben
ser exhaustivas, no obviando lugares recónditos, de difícil acceso, ni máquinas o
herramientas similares y apoyarse en listas de chequeo que permitan visualizar el
entorno de manera más integral.
Cuando se trate de empresas pequeñas que consten de un número reducido de
departamentos, pueden ser inspeccionadas todas las áreas en un sólo
recorrido. Para compañías grandes, aquéllas que tienen procesos de
manufactura o almacenamiento, donde se requieran mayores lapsos de tiempo,
deben estipularse las fechas y horas en que se realizará el recorrido, el cual debe
estar respaldado por planos, mapas o diagramas de la compañía y el listado de
todos los equipos, con el fin de dar el manejo apropiado a cada zona.
La periodicidad de las inspecciones depende de aspectos como la
identificación de insuficiencias u omisiones, cambios o modificaciones en los
procesos, lesiones en los trabajadores, implementación de nuevos
procedimientos, etc., así como también del tamaño de la organización, número de
personas, tareas productivas, turnos de trabajo, recursos técnicos, humanos y
económicos. No obstante, debe tenerse en cuenta que cuanto mayor sea el
potencial de pérdidas, mayor debe ser la periodicidad de las inspecciones.
¿Cómo desarrollar el proceso?
Para empezar, es necesario analizar la información histórica de la empresa en
materia de seguridad e higiene industrial, buscando conocer las condiciones de
riesgo documentadas y estadísticas sobre accidentalidad o enfermedad laboral.
Así mismo, puede consultarse la caracterización de los eventos presentados
y el análisis tendencial de los mismos; estas son herramientas básicas para
visualizar el camino a recorrer.
En aras de ampliar el diagnóstico general, será necesario considerar el
Reglamento de Higiene y Seguridad Industrial, el Sistema de Gestión de la
Seguridad y Salud en el Trabajo, las actas del Comité Paritario de Salud
Ocupacional, los estudios y mediciones realizadas, el registro de inspecciones
anteriores, así como las opiniones de las personas que componen los diferentes
departamentos de la empresa, desde los administrativos (gerenciales y medios)
hasta los operarios, respecto a la productividad, el bienestar y la seguridad; todos
los niveles de la organización deben involucrarse en la gestión de la seguridad.
Partiendo de lo anterior, analizar los resultados de inspecciones
previas, permite tener una visión sobre la situación en la que se encuentra el
desarrollo de las actividades y determinar si hay progresos o se han adoptado las
medidas correctivas.
Paso seguido, se definirán los métodos de evaluación (listas de chequeo, hojas de
registro, instrumentos de medición, etc.), límites, frecuencia, cobertura y ruta de la
revisión, eligiendo a las personas competentes que llevarán a cabo el proceso de
inspección, que posibilite analizar la situación, detectar los riesgos, proponer
acciones preventivas eficaces y evaluar aspectos específicos generados en
revisiones anteriores.
Es aconsejable además, plantear objetivos de observación dentro de los cuales se
contemplen como mínimo: instalaciones locativas, energéticas (eléctricas,
hidráulicas, neumáticas, etc.), saneamiento básico industrial (manejo de
desechos), máquinas, equipos, materias primas, señalización y brigadas de
emergencia.
Posteriormente, debe procederse a realizar una observación rigurosa de los
aspectos de seguridad, en la que se tome registro fotográfico de los peligros
y estipulen observaciones escritas de cada situación desfavorable que
pueda desencadenar una lesión o poner en riesgo la salud del
trabajador. Han de ser evaluados el factor técnico y humano, las condiciones
inseguras y los actos imprudentes. Durante la revisión es conveniente estar
acompañado del responsable de cada área y de los operarios; el diálogo con el
personal involucrado puede aportar información de gran interés y ayuda.
Cabe aclarar que la persona que lleve a cabo el proceso (Jefe se Salud
Ocupacional, por ejemplo) debe prepararse mentalmente y partir de un enfoque
positivo para detectar las buenas prácticas y las que deban mejorarse. Elogiar el
buen desempeño, facilita el fortalecimiento de la seguridad basada en el
comportamiento.
Durante la inspección es importante:
Tener un panorama general de toda la zona e ir al detalle, no pasar nada por alto.
Describir y documentar cada observación en forma clara, guardando la
información obtenida para respaldar las recomendaciones.
Hacer seguimiento inmediato a las observaciones más urgentes (críticas)
Reportar toda observación, incluso si parece innecesaria.
Buscar las causas reales que contribuyen a ocasionar los peligros.
Después de recopilar los datos y realizar el informe final, debe procederse a la
elaboración de propuestas concretas para la eliminación o mitigación de los
riesgos identificados, estipulando los responsables de su cumplimiento y tiempos
en que deben llevarse a cabo las medidas estipuladas.
Pasos a seguir para ser un observador experto:
1. DECIDA hacer la observación.
2. DETÉNGASE cerca a las personas, de forma que pueda ver lo que están
haciendo.
3. OBSERVE a los trabajadores cuidadosamente y concéntrese en cualquier acto
inseguro.
4. ACTÚE si ve un acto inseguro para corregir la situación y evitar su recurrencia.
Además, hable con la persona involucrada hasta que entienda por qué su acción
es peligrosa para sí misma y para otros.
5. REPORTE sus propias observaciones y acciones, con el fin de tomar las medidas
o precauciones necesarias para evitar la reincidencia y por ende las lesiones.
El objetivo es prevenir accidentes, no promover sanciones.
Las inspecciones son importantes porque reflejan además el interés de la
organización por el bienestar de su personal y permiten evaluar la calidad y
pertinencia de los sistemas de control de riesgos.
Cuantificación de resultados
Una forma de cuantificar las condiciones inseguras o subestándar encontradas, es
estipulando una escala de valores, mediante la cual se asigne una letra a cada
nivel de gravedad, en este caso, dicha letra corresponderá también al tiempo que
requiere la acción correctiva que debe tomarse (inmediata, pronta o posterior),
como lo muestra la siguiente tabla:
Los peligros pueden además clasificarse en tres categorías según su abordaje:
1. Los de riesgo o peligro inminente: son aquellos que deben corregirse de forma
inmediata en presencia del inspector.
2. Los que se deben corregir durante el mismo turno: son aquellos donde se necesita
un lapso de tiempo mayor que no supera la jornada de trabajo.
3. Los que requieren alguna acción que depende de una revisión administrativa o
técnica: son aquellos que contemplan un plazo mayor. Es importante considerar
que colocar períodos de tiempo muy largos no es garantía de cumplimiento,
muchas veces se terminan por abortar las acciones.
Respaldo gerencial
El programa de inspecciones debe recibir el apoyo de la gerencia, con el objetivo
de dar la importancia que requiere tanto su ejecución como el cumplimiento de las
acciones que de éste surjan. Para expresar a los trabajadores este respaldo, la
dirección de la empresa debe:
Divulgar a toda la compañía el plan de inspecciones.
Proporcionar los recursos humanos, técnicos y económicos necesarios.
Participar en el proceso de acuerdo con los objetivos que se hayan fijado.
Brindar el entrenamiento adecuado a los responsables de ejecutar las
inspecciones.
Revisar los informes sobre las condiciones encontradas y dar respuesta a los
mismos.
Muchos accidentes ocurridos podrían haberse evitado si se hubiera
realizado un buen trabajo de inspección, detectado y corregido la condición
insegura e intervenido los comportamientos riesgosos de los trabajadores
mediante capacitación; educar al personal en el cumplimiento de sus obligaciones
en lo que respecta a la protección y fomento de la salud, es el primer paso para
promover entornos de trabajo saludables. Si las empresas desean trabajar con
competitividad, cualquiera que sea su sector económico, el proceso de
mejoramiento de las condiciones de seguridad debe ser permanente.
La cultura de la seguridadIntroduccion: Debe lograrse la implementación de estrategias que tengan continuidad en el tiempo, que se alejen del deber ser y se inserten en la lógica del propio cuidado.
Pie de Foto: Los trabajadores son seres multifacéticos, permeados por un enorme conjunto de valores, creencias y expectativas que influyen en todo lo que hacen.
Los Sistemas de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo en las empresas
son aspectos que deben trascender todos los niveles de la organización:
desde el operativo, pasando por el estratégico y, por supuesto fuertemente ligado
al componente administrativo, pues es desde allí desde donde deben originarse
las acciones necesarias para que la seguridad en su empresa sea más que una
bonita palabra.
Es común la creencia que asegurar la implementación y cumplimiento de medidas
de seguridad en el nivel operativo, es garantía de que los niveles de riesgo
disminuirán, y de que si hay un énfasis constante en ello, su compañía está
cumpliendo satisfactoriamente con los niveles de seguridad y los programas
requeridos.
Pero más que un conjunto de prácticas que se desarrollan conforme a una norma
y porque ella lo exige, es necesario crear una verdadera conciencia, un
verdadero sentido acerca de la importancia del propio cuidado, y de las
necesidades particulares y propias de su empresa, que bien pueden ser
identificadas por todos y cada uno de los trabajadores, de tal forma que exista
coherencia entre la norma y las necesidades puntuales de cada organización.
Esto pues, sólo puede lograrse desde la implementación de estrategias que
tengan continuidad en el tiempo, que se alejen del deber ser y se inserten en la
lógica del propio cuidado, y del interés por el bienestar general. Esto, por
supuesto, requiere a su vez una ardua y comprometida labor desde el nivel
administrativo, que debe ser el responsable de liderar estos procesos, en el largo,
mediano y largo plazo.
¿Cómo sería entonces posible acercarse, desde este enfoque, a esta cultura
de la seguridad y la salud laboral?
Esta misión debe abordarse desde tres perspectivas diferentes: la del pensar, la
del decir y la del hacer. Esto significa que el nivel administrativo juega un papel
importantísimo desde el momento mismo en que el pensar en las estrategias a
seguir, requiere un conocimiento cuando menos profundo del conjunto de
problemas que podrían aquejar a su empresa en el nivel operativo, y además del
conjunto de creencias, motivos y preferencias personales que pueden
efectivamente influir en la ejecución de lo planeado.
Debemos recordar que “ser trabajador” o “ser empleado” es tan solo una de las
muchas facetas en las que se desenvuelven los individuos, y el ambiente laboral
uno de los tantos en los que interactúan o se han desenvuelto a lo largo de su
vida. Es así como los empleados, a más de ser la fuerza productiva de su
empresa, son también seres multifacéticos, permeados por un enorme conjunto
de valores, creencias, supuestos, esperanzas y expectativas, que influyen en todo
lo que hacen generalmente.
Es así como la labor de planeación de los programas de seguridad y salud en el
trabajo, más allá de estar ligados con un deber ser, impuesto por las normas
vigentes, deben involucrarse “afectivamente” con el entorno y en el ambiente
laboral.
Una segunda fase, no menos importante, es la del decir, que sin duda debe tener
coherencia con la planeación y en el marco del conjunto de valores y creencias
más o menos compartidos por el grupo a quienes se dirige. Es por eso que esta
labor debe también estar en manos de un experto, un verdadero líder
conversacional, capaz de afectar sensiblemente a aquellos a quienes se dirige
y facilitar así un pensar y un obrar determinado en el grupo.
Esta cultura debe insertarse en la forma de vida, en el sentir mismo de cada
uno de los empleados y miembros de la organización. Es esto es lo que comporta
una verdadera seguridad en la empresa. Cabe decir que unos excelentes
resultados en las evaluaciones y auditorías sobre el tema, si bien pueden indicar
que se obra conforme a una norma, no garantizan que haya una verdadera cultura
ni un estado plenamente consciente de la importancia de asumir un estilo de
vida que redunde en el bienestar generalizado.
Por último, el nivel del hacer estará plenamente garantizado si el nivel
administrativo ha sido capaz de generar esta cultura a través de una adecuada
planeación y una eficiente socialización. Pues es ella –la cultura de la seguridad y
salud en el trabajo- la que más allá de la norma, garantizará niveles reales de
seguridad, reflejados en una preocupación constante de los empleados por si
mismos y por sus semejantes y en unos bajísimos índices de accidentalidad y
niveles de riesgo.
Lo que debe tener en cuenta con el Decreto Único Reglamentario del Sector
Trabajo
El Decreto 1072 del 26 de mayo del 2015, conocido como el Decreto Único
Reglamentario del Sector Trabajo, recopila normatividad en materia laboral,
relaciones y jornadas laborales, normas sobre cesantías, sanciones, teletrabajo,
vacaciones, subsidio familiar, juntas de calificación de invalidez, entre otros temas.
A continuación se explican algunos puntos relevantes, expuestos en
actualicese.com:
1. Jornada de trabajo y vacaciones
Se recogen normas relacionadas con la jornada de trabajo, trabajo suplementario,
recargos dominicales, festivos y vacaciones; haciendo énfasis en que ni aún con el
consentimiento expreso de los trabajadores, los empleadores podrán, sin
autorización especial del Ministerio del Trabajo, hacer excepciones a la jornada
máxima legal de trabajo, so pena de hacerse acreedor a una sanción por parte de
esa entidad.
2. Teletrabajo
El teletrabajo, regulado por la Ley 1221 del 2008 como un instrumento de
generación de empleo y autoempleo mediante la utilización de tecnologías de la
información y las telecomunicaciones, ha sido una de las medidas más
importantes de formalización laboral.
Una de las precisiones más destacadas sobre el teletrabajo es la igualdad de los
teletrabajadores frente a los demás trabajadores de la empresa, ya sea pública o
privada, en cuanto a remuneración, capacitación, formación y acceso al Sistema
de Seguridad Social Integral. En este último aspecto, dadas las particularidades
propias de los riesgos laborales a los cuales están expuestos los teletrabajadores,
estos, los empleadores y las Administradoras de Riesgos Laborales tienen unas
obligaciones especiales en materia de promoción y prevención.
3. Mecanismo de Protección al Cesante
La Ley 1636 del 2013 estableció la creación de un mecanismo de protección cuyo
objetivo es la organización y puesta en práctica de un sistema integral que cuente
con políticas encaminadas a disminuir los efectos del desempleo en la población.
Este Mecanismo de Protección al Cesante está compuesto por:
• El Servicio Público de Empleo.
• La capacitación general en competencias básicas y laborales específicas.
• El Fondo de Solidaridad de Fomento al Empleo y Protección al Cesante
(FOSFEC).
• Las cuentas de cesantías de los trabajadores.
El Mecanismo de Protección al Cesante representa un gran avance en el
desarrollo y fortalecimiento de la protección social, mitiga las consecuencias
económicas que implica para un trabajador y su familia la pérdida del empleo y
facilita su adecuada reinserción al mercado laboral. De igual forma, representa un
punto de enlace entre la oferta y demanda de empleos, brindando herramientas
que permiten identificar la mejor equivalencia entre perfiles y vacantes, promueve
la búsqueda activa de empleo y contribuye a la disminución de la tasa de
desempleo.
4. Riesgos laborales y Juntas de Calificación de Invalidez
Se incluye la reglamentación sobre las obligaciones de los empleadores, las ARL y
los trabajadores frente al Sistema General de Riesgos Laborales, enfatizando el
deber de los empleadores de reportar los accidentes graves y mortales y las
enfermedades laborales, directamente a la Dirección Territorial u Oficinas
Especiales del Ministerio del Trabajo dentro de los 2 días hábiles siguientes al
evento o recibo de diagnóstico de la enfermedad, independientemente del reporte
que deben hacer a las ARL y a las EPS, así como la obligación de adelantar junto
con el Comité Paritario de Seguridad y Salud en el Trabajo una investigación
dirigida a determinar las causas de un accidente o enfermedad laboral que haya
producido la muerte a un trabajador.
“El Decreto también destina un segmento importante a la reglamentación
relacionada con las Juntas Regionales y Nacional de Calificación de Invalidez”
Además, destina un segmento importante a la reglamentación relacionada con las
Juntas Regionales y Nacionales de Calificación de Invalidez, entidades que tienen
entre sus principales funciones emitir dictámenes de pérdida de capacidad laboral
para efectos de las prestaciones por invalidez del Sistema de Seguridad Social
Integral.
Igualmente se regula el proceso ante las Juntas Nacionales de calificación de
Invalidez, desde la solicitud hasta la notificación del dictamen y los recursos que
proceden frente al mismo. En este punto se hace especial énfasis en que en los
casos en que a un pensionado por invalidez se le revisa su grado de invalidez y
obtiene un porcentaje inferior al 50% generándole la pérdida de su derecho a
pensión, se le debe reconocer la indemnización por incapacidad permanente
parcial; en el caso contrario, en el que una persona que disfrute de dicha
incapacidad, al revisársele la pérdida de capacidad laboral el resultado sea una
calificación superior al 50%, se deberá reconocer el derecho a pensión por
invalidez, sin realizar descuento alguno.
5. Subsidio Familiar
El Subsidio Familiar es una prestación social, de carácter laboral, pagadero en
dinero, especie y servicios, por conducto de las cajas de compensación familiar a
los trabajadores de medianos y menores ingresos, en proporción al número de
personas a cargo. Su objetivo fundamental consiste en el alivio de las cargas
económicas que representa el sostenimiento de la familia, como núcleo básico de
la sociedad colombiana.
La reglamentación incluida sobre el Subsidio Familiar en el Decreto 1072 del 2015,
da cuenta de la evolución que ha tenido esta prestación en cuanto a la ampliación
a nuevas poblaciones beneficiarias como son los trabajadores del servicio
doméstico y los pensionados, así como la ampliación de los programas sociales y
modalidades de pago del subsidio en especie y en servicios por parte de las cajas
de compensación familiar en áreas como la Salud, la Nutrición, el Mercadeo, la
Educación, la Vivienda, el Crédito y la Recreación.
6. Inspección, vigilancia y control
En el Decreto Único Reglamentario del Sector Trabajo, se incluyó también las
disposiciones relacionadas con el ejercicio del poder preferente otorgado al
Viceministro de Relaciones Laborales del Ministerio del Trabajo, en cuanto a las
facultades de inspección, vigilancia y control en todo el territorio nacional,
reiterando la aplicación del debido proceso en todas las actuaciones
administrativas que se adelanten.
Ruido y sus repercusiones en el ámbito laboralIntroduccion: La pérdida auditiva es una de las enfermedades laborales más comunes, su ocurrencia registra más casos que los problemas de piel y del sistema respiratorio.
Pie de Foto: Una de cada seis personas entre los 40 y 59 años y una de cada 14 entre los 29 y 40 años padece algún problema de audición (Instituto Americano del Oído).
Una de las principales características del mundo industrializado es el
ruido que producen máquinas, motores en marcha, música en almacenes y el
sonido normal generado por la interacción diaria entre las personas, a niveles que
pueden llegar a ser realmente perjudiciales. La pérdida auditiva o hipoacusia
neurosensorial, es una de las enfermedades laborales más frecuentes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipoacusia es
causada por la exposición al ruido a largo plazo, por encima de los 85
decibeles (algo así como el emitido por el paso de un tren). En este caso, muchas
de las máquinas usadas en el sector de la construcción, carpintería, textil y
metalmecánica, superan ampliamente estos niveles.
De igual forma, quienes transitan las calles de las grandes ciudades están
expuestos al ruido emanado por los motores de los carros y buses, así como
ocurre con los trabajadores de almacenes de ropa y electrodomésticos en los que
es común encontrar equipos de sonido y televisores a volúmenes altos.
El oído es uno de los mecanismos más refinados y sensibles del cuerpo
humano, puede dañarse o alterarse con facilidad. De su bienestar depende
conservar una de las facultades básicas del ser humano, que lo diferencia de otras
especies: la capacidad de comunicarse articuladamente a través del habla y la
escucha. Una pérdida auditiva no sólo comporta una lesión física grave y
muchas veces irreversible, sino que además representa un grave trastorno
psicológico, pues afecta la interacción social.
Tipos de sordera
Es necesario considerar dos tipos de sordera: la crónica, la más común en el
entorno laboral y con mayores posibilidades de prevenirse; y la aguda, menos
frecuente en ambientes de trabajo pero muchas veces irreversible. Mientras que
en el primer caso es viable detectar factores de riesgo y controlarlos, en el
segundo se presentan situaciones inesperadas o accidentes (por ejemplo,
explosiones), que rompen el tímpano y causan pérdidas irreparables.
El ruido es el contaminante ambiental más frecuente, al punto que un tercio de
la población mundial padece algún grado de sordera o pérdida auditiva causada
por la exposición a sonidos de alta intensidad. Cualquier persona expuesta de
forma repetida, tiene la posibilidad de desarrollar una hipoacusia progresiva al
cabo de los años.
En el medio laboral es común la presencia de máquinas, equipos y procedimientos
con dispositivos generadores de ruidos que pueden ser causa de diferentes
clases de sordera profesional. El daño auditivo se incrementa con el número
de años de exposición y se presenta como un traumatismo o enfermedad
generada en personas que ejercen ocupaciones en un medio en el que se
mantiene de forma prolongada un nivel de ruido superior a 80 dB (decibeles), esta
alteración se conoce como Traumatismo Acústico Crónico.
Evolución de la pérdida auditiva de origen laboral
La pérdida auditiva producto de una exposición permanente al ruido se debe
diferenciar del trauma acústico. Este último se refiere al daño provocado por
un estímulo sonoro que generalmente excede los 140 dB (superior al sonido
producido por el despegue de un avión) por un tiempo menor a los 0,2 segundos.
Sin embargo, cualquier oído sometido a un sonido de intensidad suficiente llega a
fatigarse y sufre una pérdida transitoria del umbral.
Factores de riesgo
Sin los cuidados y las prevenciones del caso, el proceso de desgaste de la función
auditiva se hace más previsible, aunque también dependa de factores genéticos.
Cuando hay presencia de sonidos fuertes en el escenario laboral, dependiendo del
tiempo y la intensidad, es posible identificar los efectos que tienen en otros
aparatos y sistemas del organismo, por ejemplo:
Sobre el equilibrio: vértigos.
Estrechamiento del campo visual y dilatación de pupilas.
En el sistema cardiovascular: alteración del ritmo cardíaco y presión arterial, riesgo
coronario.
Efectos en el aparato digestivo: secreciones anómalas.
Aparato respiratorio: aumento de la frecuencia respiratoria.
Impactos de índole psicológica: ansiedad, dificultad en la concentración,
inseguridad, inquietud, agresividad, reducción en la efectividad de las tareas.
Perturbación en las funciones neuroendocrinas.
Nerviosismo, insomnio y fatiga
Más allá de sus efectos sobre la salud, el ruido provoca accidentes laborales
de las siguientes formas:
1. Dificultando a las personas escuchar y comprender correctamente las voces y
señales.
2. Ocultando el sonido de un peligro que se aproxima o de las señales de
advertencia (por ejemplo, las señales de marcha atrás de los vehículos).
3. Distrayendo a los trabajadores.
4. Contribuyendo al estrés, que aumenta la carga cognitiva y la probabilidad de
cometer errores.
Prácticas saludables
Las personas deben asegurarse de que la empresa en la que trabajan les
provea un ambiente sano y las protecciones necesarias para realizar su
labor: como tapaoídos, orejeras, audífonos y elementos especiales de protección.
En caso de estar expuestas a emisiones por encima de los 85 decibeles, también
es responsabilidad individual velar porque en el campo personal no se atente
contra la buena salud de los oídos. Tan nociva resulta una máquina las ocho o
nueve horas de la jornada, como exponer los oídos a la música del iPod, con los
audífonos conectados por igual lapso de tiempo y con volumen alto.
Es deber de las compañías hacer una medición ambiental general, en la cual se
detecten zonas críticas, y si se identifica presencia de ruido cercana o mayor a los
85 decibeles, hacer mediciones en puntos precisos o puestos de trabajo y tomar
medidas según las condiciones necesarias. Aunque no exista un ambiente
particularmente bullicioso, es recomendable que la medición general se haga
por lo menos una vez al año.
Así mismo, es pertinente efectuar capacitaciones al personal para el uso
adecuado de los elementos de protección proporcionados de acuerdo con las
actividades realizadas y mediante equipos de verificación garantizar que estén
cumpliendo su función.
Para evitar la hipoacusia en el trabajo, que no sólo afecta la calidad de vida de
los trabajadores sino que incrementa los accidentes laborales, es necesario
hacer uso de los avances en ingeniería, tecnología y diseño, que cada vez
proveen a la industria de máquinas más silenciosas y de mecanismos de
atenuación como pantallas y cabinas; realizar mantenimiento de equipos y
herramientas para sonidos muy fuertes; ejecutar los exámenes médicos
ocupacionales y usar los elementos de protección personal.
El bienestar del personal y el cuidado de su audición deben ser una prioridad para
los empresarios y para quienes laboran en sus instalaciones, elegir los mejores
equipos de protección es fundamental para cumplir este objetivo
SG-SST: cambios de comportamientoIntroduccion: Las cifras de accidentalidad y enfermedad laboral en Colombia dan cuenta de la urgente necesidad de implementar correcta y conscientemente el SG-SST.
Pie de Foto: Es fundamental realizar un proceso de identificación, evaluación y control de riesgos que asegure la definición de los EPP.
Por: Luis Fernando Lara. Líder Técnico de la División de Seguridad Personal de
3M Colombia
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que el número de
accidentes en el trabajo asciende anualmente en el mundo a 317 millones, lo
que tiene fuerte incidencia en el ausentismo laboral, la calidad de vida de los
trabajadores y en el impacto económico, tanto para las empresas como para los
sistemas de seguridad y salud de cada país.
Por otro lado, las cifras de accidentalidad y enfermedad laboral en Colombia dan
cuenta de la urgente necesidad de implementar correcta y conscientemente, el
Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST). Con base en
esto, ¿no es mejor para los empleadores construir, implementar y desarrollar a
conciencia, con responsabilidad, un Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud
en el Trabajo? Y para los trabajadores ¿concientizarse en el uso adecuado de
las medidas de control, como por ejemplo, los elementos de protección personal
(EPP) para mitigar o disminuir los riesgos a los que están expuestos?
Implemente un programa de sensibilización y entrenamiento en el uso
adecuado de los EPP
La implementación de un programa de sensibilización y entrenamiento en el uso
adecuado de los Elementos de Protección Personal (EPP), debe iniciar por la
correcta selección del mismo, ésta debe enmarcarse dentro de los requerimientos
de ley del país, buscando que se asegure, por ejemplo, el uso de elementos
certificados bajo un estándar nacional o internacional reconocido. Es común
encontrar que el resultado de este análisis, en lo relacionado con la selección,
finaliza en una matriz de EPP que incluye las actividades, los riesgos valorados y
el elemento de protección con sus características de desempeño y certificación.
Es fundamental realizar un proceso de identificación, evaluación y control de
riesgos completo que asegure la definición de los EPP según el riesgo evaluado,
en donde se tengan en cuenta las condiciones del entorno, el tipo de riesgo, la
exposición, las limitaciones del EPP, la compatibilidad con otros elementos y por
supuesto, las condiciones de confort y protección del trabajador.
Este proceso debe ser tan dinámico según como cambien las condiciones
de exposición en el área de trabajo; deben además tenerse en cuenta las
condiciones de salud del trabajador, como por ejemplo, su aptitud médica para ser
usuario de un elemento de protección respiratoria, de modo que no se generen
situaciones de riesgo adicionales en el momento en que el empleado vaya a
usar el equipo.
Como todo proceso de mejora continua, debe tener como input las estadísticas de
accidentalidad y ausentismo, de modo que se puedan priorizar el orden de las
actividades según sean los riesgos de mayor impacto en la operación.
Dentro de los elementos de protección personal más comunes se encuentran los
cascos para la protección de la cabeza, los lentes de seguridad y las monogafas
para la protección visual, los protectores de copa y tapones de inserción para
protección auditiva, la cinta reflectiva, los trajes en cuanto a lo relacionado con
protección corporal y los respiradores de libre mantenimiento, reutilizables o
equipos motorizados de suministro de aire para protección respiratoria.
Ahora bien, además de seleccionar los EPP que vayan acorde al tipo de riesgo
identificado en esta primera etapa, otro factor fundamental es el confort. Un error
que comúnmente se identifica, es seleccionar los equipos sin evaluar el nivel
de confort en el trabajador cuando todos los elementos están juntos. Se puede
citar el ejemplo de un soldador, el cual, de manera general, deberá utilizar varios
EPP por los riesgos asociados a su labor, tales como casco de seguridad, careta
de soldar, protector auditivo y respiratorio, peto, guantes, polainas y botas de
seguridad. ¿Qué pasa por ejemplo si el respirador es muy grande y no deja
que la careta ajuste correctamente? Un trabajador que tenga un equipo que le
sea confortable va a tender en mayor medida a utilizarlo correctamente.
Por tanto, una vez se asegure que la selección del EPP es la adecuada desde el
punto de vista de riesgo y confort, es fundamental asegurar un correcto uso, es
aquí cuando de manera primordial el trabajador entra a jugar un papel clave.
La sensibilización y los cambios de comportamiento
Un correcto uso del equipo implica en primer lugar que el trabajador conozca y
entienda el porqué del uso. En algunas ocasiones, se tiende a entregar un EPP
a un empleado sin que éste conozca las razones de su utilización o los beneficios
que le trae a su protección y seguridad.
Por lo anterior, en una segunda etapa, luego del proceso de selección, se debe
continuar con la capacitación del usuario final. Ésta debe incluir un resumen del
análisis de riesgos, el porqué de la selección y la forma adecuada de usarlo; en
este último aparte de la capacitación, deben incluirse aspectos como: cómo
ponerlo y retirarlo, instrucciones de cuidado y mantenimiento, cuándo cambiarlo y
las limitaciones del EPP. Todas estas instrucciones deben estar alineadas con las
recomendaciones del fabricante del elemento.
Por mencionar solo un caso, según un estudio hecho por 3M Chile, empresa
proveedora de productos que mejoran la seguridad y protección de los
trabajadores, el 30% de quienes utilizan protectores del tipo tapón podrían perder
la capacidad auditiva a pesar de estar usándolos durante su jornada laboral. Sin
embargo, la causa no radica en los protectores, sino en que deben ser utilizados
correctamente portándolos durante el 100% de la jornada, garantizando de esta
manera la protección esperada.
Es aquí donde no sólo vale que el elemento sea el adecuado, que cumpla la
normatividad, que sea certificado, si el trabajador no lo usa correctamente. Por
eso, una vez realizado el proceso de capacitación, debe trabajarse desde el
punto de vista de la sensibilización, para que cuando el trabajador esté
expuesto al riesgo, siga todas las instrucciones de uso.
Cada día se implementan más campañas de sensibilización y desarrollo de una
cultura de seguridad al interior de las organizaciones, que van en pro de asegurar
un correcto proceso de control de los riesgos. En ellas, se hace mucho énfasis por
ejemplo, en que el trabajador al final de su turno, debe llegar a su hogar en las
mismas condiciones de salud e integridad con las que inició su actividad; de
esta manera, no es aceptable la generación de un accidente de trabajo o una
enfermedad laboral; trabajar hacia la meta de 0 lesiones debe ser una realidad.
En la tercera fase de implementación del Sistema de Gestión de la Seguridad y
Salud en el Trabajo, debe evaluarse su importancia mediante la utilización de
indicadores de impacto, cobertura y cumplimiento, así como los indicadores de
frecuencia y severidad de los accidentes, los indicadores de prevalencia e
incidencia de enfermedades, y los indicadores de cobertura de capacitaciones,
cumplimiento de actividades y eficacia de sus acciones.
La OIT indica que, a nivel global, cada día mueren 6.300 personas por causas
relacionadas con accidentes o enfermedades laborales, lo que significa que al
año se producen más de 2,3 millones de fallecimientos. Cifras como estas
soportan la responsabilidad que tienen las empresas de implementar Sistemas de
Seguridad Laboral para el bienestar de sus empleados.
La sensibilización es fundamental para que los colaboradores interioricen el
concepto de autocuidado, sean ellos mismos quienes elijan protegerse y aprendan
a diferenciar un comportamiento seguro frente a uno inseguro, para que en
últimas, sea claro que es responsabilidad de todos asegurar un ambiente de
trabajo libre de lesiones e incidentes.
Usos deficientes de los EPP
Protección respiratoria
Un ejemplo frecuente en el uso de respiradores, está relacionado con la falta de
ajuste del mismo. Hablando de respiradores de libre mantenimiento (desechables),
es común observar que pese a que el respirador tiene 2 bandas para garantizar su
ajuste, solo ajustan una, lo cual, por supuesto, no asegura ningún nivel de
protección.
Protección visual
Con cierta frecuencia se observa al usuario de gafas de seguridad con éstas
soportadas sobre la cabeza o el cuello, mientras están expuestos a una partícula o
proyectil, generando por tanto, un riesgo alto de lesiones a nivel de ojos.
Protección auditiva
Un ejemplo común tiene que ver con la inadecuada forma de colocación de los
tapones auditivos, los de espuma deben insertarse al canal auditivo de forma
adecuada, asegurando el nivel de protección cuando se expandan; este elemento
puntualmente requiere un buen nivel de capacitación para su correcta colocación y
depende de esto que la protección sugerida y reducción de ruido se garantice
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