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¿DERROTISMO, DECEPCION? ¡NO! ¡REVOLU-
CIÓN!
POR: NICOLÁS LEÓN
Vamos llegando al primer año de gobierno de un
personaje que se incrustó con fórceps en la histo-
ria de nuestro país, un personaje que de tonto no
tiene un pelo, sino todo el copete, un personaje
que por su inteligencia enana ha sido el mejor
títere de los que están por encima de él; repre-
sentante de todo un grupo político que se carac-
teriza por hacer todo a la fuerza, por imponer sus
políticas de gobierno a costa de todo, sin impor-
tar el qué dirán o el que harán los “colegas” o los
gobernados, con tal de hacer valer y respetar la
“ley”, como les gusta decir, como muestra tene-
mos todos los actos de represión que efectuó
durante sus seis años de gobierno en el Estado de
México; y para que nos quedara claro desde el
inicio y de una vez por todas, se estrena con vio-
lencia y represión el mismo día en que toma pro-
testa como Presidente de la República, el históri-
co 1 de diciembre de 2012. A partir de esa fecha y
hasta ahora no ha habido una sola manifestación,
por más pacífica que sea, que no haya sido re-
primida con violencia extrema.
El “nuevo” gobierno del “nuevo” PRI, cual niño
con juguete nuevo, se ha apurado a reestructurar
al Estado y crear o reformar leyes que estén
acordes a sus intereses y a los de sus amos, los
Slim, los Azcárraga, los Salinas, etc., reformaron
la Ley Laboral que asesina y entierra todas las
conquistas que había obtenido la clase trabajado-
ra mexicana a lo largo de décadas de luchas he-
roicas e históricas (salario estable, seguro social,
antigüedad laboral, derecho a huelga y muchos
etcéteras); reforma la Ley General de Educación,
que en realidad es una reforma laboral exclusiva
para los maestros del país, que no cambia nada
del contenido programático y pedagógico de la
educación en México y solo perpetúa la ignoran-
cia para que ahora todos seamos como don Peña
Nieto, igual de “inteligentes”; reformaron la Ley
Fiscal y Hacendaria para poder exprimir más y
más a los que menos tienen, para que tengamos
que pagar más impuestos haciendo más cara la
vida, ya de por sí difícil, que llevamos los trabaja-
dores del campo y la ciudad, para que de esa
forma ellos, los poderosos, tengan los suficientes
recursos para continuar manteniendo a su siste-
ma social por muchos siglos más a costa del tra-
bajo y explotación de millones y millones de per-
sonas que producen con su esfuerzo, sudor y
sangre la riqueza que gozan y disfrutan los gran-
des empresarios y sus empleados títeres como
Peña Nieto, como los diputados y senadores y los
gobernadores de los estados, y de todos los pe-
rros que los protegen en el ejército y todas las
corporaciones policiacas.
Están en su luna de miel con el poder, hoy todo
les parece miel sobre hojuelas, perfumado con
aroma a rosas, lo que no les permite ver la reali-
dad, o no la quieren ver, una realidad que cada
vez se descompone y complica como reacción a
esas políticas antipopulares asesinas, violentas,
agresivas. Hay voces que dicen que todos esos
actos del gobierno son “traición” a la Patria, no-
sotros decimos que no es así, es todo lo contra-
rio, son actos fieles a SU Patria, sí, porque esta no
es nuestra Patria, es de ellos, de los poderosos
por eso deben hacer lo que hacen, para perpe-
tuar su Patria, la patria de los ricos y poderosos
construida sobre la explotación del trabajo de
todo el pueblo mexicano; esta no es la Patria de
los pobres, de los mendigos, de los trabajadores
¡NO!, es la patria de ellos, la nuestra, la Patria de
los trabajadores la debemos de construir desde
abajo, con nuestros intereses y los intereses de
Órgano de formación de
Centro de Estudios Karl Liebknecht – Accion Proletaria No. 01 Diciembre de 2013
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todos los trabajadores del mundo que viven en
las mismas condiciones que nosotros, explotados,
sojuzgados, oprimidos por los gobiernos y sus
leyes, debemos de luchar por arrebatarles a los
poderosos lo que nos han arrebatado por siglos
que es el fruto de nuestro trabajo, la riqueza de
los países la creamos los obreros, los campesinos,
los artesanos, todos lo que con nuestras manos la
creamos y que sin embargo no podemos disfru-
tarla, la disfrutan otros.
Un obrero gana aproximadamente $2,500 al
mes, un Diputado gana más de $200,000 en el
mismo mes casi el 100% de diferencia y ¿qué
hace uno y que hace otro? La respuesta es senci-
lla, las cosas pueden y deben cambiar, nosotros
los trabajadores explotados de México y el mun-
do tenemos la solución en nuestras manos, los
ricos hacen gobiernos y gobernantes para los
ricos; los pobres, lo trabajadores debemos crear
gobiernos y gobernantes para pobres y trabaja-
dores, que nazcan del seno de nuestra clase so-
cial, los mejores dentro de los mejores, con nues-
tros intereses, necesidades y anhelos, eso es po-
sible, lo vamos construyendo en cada lucha, en
cada resistencia, en cada derrota y en cada victo-
ria; los maestros, los campesinos, los estudiantes,
los obreros, hoy luchan por separado, cada cual
por “sus intereses” particulares o gremiales, son
luchas importantes, necesarias, pero no suficien-
tes; los poderosos han aprendido la lección, nos
saben dividir y golpear, no es suficiente con para-
lizar la universidad, no es suficiente con parar la
producción en el campo, no es suficiente con
parar y cerrar las escuelas, hay que parar todo a
la vez y principalmente hay que paralizar el cora-
zón de este sistema capitalista que es la produc-
ción en las fábricas, en los centros industriales, en
donde se extrae la savia de esta sociedad, la plus-
valía y la ganancia de los grandes empresarios. Es
decir, lo que verdaderamente detendrá el avance
de este sistema inhumano no será la lucha aisla-
da de tal o cual sector de la clase trabajadora,
sino la lucha unificada de todos y cada uno de
esos sectores, golpeando con un solo puño clasis-
ta en el corazón del capitalismo, que es la extrac-
ción de plusvalía y ganancia, solo eso nos da la
garantía de luchar y vencer, organizados, unidos
por la sociedad de los trabajadores.
La lucha no es fácil, nadie ha dicho que es fácil,
cuesta mucho, demasiado, tanto que no lo he-
mos logrado, sin embargo no es imposible, en la
historia de la humanidad ha habido muestras y
grandes ejemplos de que sí es posible, de que si
se puede lograr cuando se está decidido a hacer-
lo. Hemos tenido más derrotas que victorias, las
derrotas nos desaniman, muchos se echan para
atrás desilusionados y decepcionados por la lu-
cha, otros debemos de sacar las lecciones nece-
sarias y lo más correctas posibles de esas derro-
tas, eso nos hace más fuertes; nuestro pueblo
trabajador ha sido un pueblo heroico, que sabe
luchar, que siempre sabrá luchar, más de 500
años de dominación, de explotación, de asesina-
tos lo han fogueado, lo han templado como el
acero, hoy muchos, demasiados no salen a lu-
char, se resignan, se acostumbran, se adaptan,
pero luchan, porque el simple (si es que es sim-
ple) hecho de sobrevivir en esta sociedad es lu-
char, es resistir, la vida que hoy tienen de pobre-
za, miseria, hambre, desempleo, etc., hace que
odie a los políticos mentirosos (a todos, pues), a
los gobernantes campeones de la prostitución; lo
obliga a platicar con el vecino, a acercarse con los
compañeros de trabajo (si es que tiene), a sentir
lo que los demás sienten, porque es lo mismo;
buscan vivir mejor, en mejores condiciones, por
eso luchan por vivir mejor, seguros están de ya
no querer vivir así, como hoy, sin trabajo, sin
salario, sin educación, sin salud, sin nada o con
muy poco; en esa lucha diaria por sobrevivir se
acerca, se une a sus semejantes, buscan alterna-
tivas, se juntan con otros de otros lados, platican,
se organizan, piden, exigen, luchan…
El Viejo Topo de la Historia está haciendo su
labor, paciente, poco a poco, pero segura y firme,
la historia no tiene fechas fatales, los procesos se
construyen, de forjan entre derrotas y victorias,
pero al final construye y forja, templa el acero y
en el momento necesario emerge con toda la
experiencia y fuerza acumuladas por décadas o
siglos, entonces es invencible.
¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS, ADELANTE
CON TODAS LAS FUERZAS DE LA HISTORIA!
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La situación mexicana.
Por Sergio.
Recientemente salió a la luz lo que ya muchos
sabíamos, nuestras Gloriosas Fuerzas Armadas de
la Defensa Nacional osease el Ejército Nacional,
es protector de los carteles mexicanos, mostran-
do así indirectamente que los miembros del Esta-
do Mexicano, no son ni más ni menos narcotrafi-
cantes como don Chapo Guzmán, que las drogas
son uno de los motores que llevan y mantienen
en la putrefacción e idiotez a nuestra tierra. Trai-
dores a la patria gritan los nacionalistas que aún
creen en la Santa Trinidad Democrática indigna-
dos porque los perros fieles del Estado hacen su
tarea que consiste en mantener el orden, aquí
dirán que por qué entonces no ponen orden a los
carteles si también lo alteran, si, lo alteran pero
ayudan al Sistema a seguir manteniendo que la
estupidez reine sobre la razón y por el contrario
las Autodefensas ayudan a despertar a los dormi-
dos.
La mayoria del pueblo está sumergido en el mie-
do hasta de salir a comprar a la tienda porque los
puede levantar la policía o una mafia que son una
y la misma mierda, asesinos del pueblo, unos con
autorización del Estado y los otros… pues tam-
bién, cansados de estas situaciones en los pue-
blos de Guerrero y Michoacán nacen las llamadas
Autodefensas y policías comunitarias, grupos de
civiles que defienden a su gente , rebazan ya los
dedos de las manos las comunidades donde ya no
hace falta el orden ni la ayuda del Ejército para la
seguridad e integridad de la población, los mis-
mos habitantes son los que se cuidan del ejército
y los narcos, demostrando de nuevo lo que Victor
Serge y todos sus compañeros decían “no existe
fuerza represora capaz de detener la ira del pue-
blo" ¿pero que es lo que buscan estos movimien-
tos que los títeres de la comunicación satanizan y
tachan de ilegal? Seguridad y nada mas, son po-
cos los radicales, porque si los hay entre sus filas,
que ven mas allá del bienestar de su comunidad,
es decir miran hacia el derrumbe de este sistema
y la creación de uno que sea humano, gritos de
desesperación es lo que son las autodefensas y
no gritos de Revolución. Está en nuestras manos
transformarlo y guiarlo hacia el porvenir, unificar-
lo con las luchas que llevan los profesores por
una educación crítica del y para el pueblo, los
estudiantes y trabajadores que se saltan el torni-
quete del metro en protestas por el costo del
viaje, de los que pelean por un mejor salario, los
padres que siguen buscando justicia por sus be-
bés, los campesinos que buscan ayuda estatal
para sus milpas, cada sector social aislado, puede
hacer poco o nada para transformar la vida del
país, cada lucha aislada es una derrota segura
pero ya lo dijeron antes cada derrota es una vic-
toria, pero siempre y cuando la historia no se
olvide y se aprenda de ella.
Las manifestaciones han sido hasta el momento
llamaradas fugaces, principalmente contra las
Reformas de este sexenio, no digo que de Peña
porque él no tiene tantas ideas para que todas se
hayan engendrado en sus neuronas, sus actos
poner a pensar a uno sobre si tiene materia gris
en su cabeza, no es cuestión de preocuparnos por
sus actos porque él es solo una pieza del ajedrez,
que tiene la misma importancia que un peón, la
candela se fue regando desde el 1 de diciembre
del año 2013 con los grupos radicales que se en-
frentaron a las fuerzas del orden, después la lu-
cha de los profesores por la educación, que sigue
teniendo mucho de intereses meramente eco-
nómicos, el alza del boleto del metro que afecta
directamente al proletariado de la ciudad de Mé-
xico que generó los metros populares, todas lu-
chas importantes en el avance del agrupamiento
de clase, pero falta muchísimo para el despertar
verdadero.
Por tanto el descontento social está latente en la
mayoría del país, ya son menos, pero no por esos
pocos, los que no quieren seguir soportando la
difícil existencia que nos regalaron hace más de 4
centurias, pero la revolución como forma radical
está aun lejana, al pueblo mexicano le faltan to-
davía muchas cosas que aguantar para que explo-
te y una de dos la explosión traiga consigo de
nuevo la calma y el restauramiento del orden
reinante pero más radical, ahora si fascista, o la
otra, la de la Libertad que nosotros como miem-
bros activos de la sociedad podemos crear ¿Có-
4
mo? Con la creación de un Partido, en estas cosas
y a esos grados no podemos llamarlo de otra
forma, ni conformarnos con la creación de alian-
zas, organizaciones y grupos, la llama se está
extendiendo está creciendo y el fuego sin control
solo trae destrucción y en México ya tenemos
mucha, vamos caminando y no corramos para
que cuando estemos a 100 metros de la meta
llaguemos arrastrándonos y sin fuerza, sigamos
las palabras del Toro viejo.
.
¿Por qué hablar de Revolución?
Por Pascual
Desde que apareció el primer número del Tlahto-
lli a este nuevo, han sucedido asuntos que cada
uno merece su estudio detallado y profesional,
las autodefensas de Michoacán, el “repliegue de
los maestros del Monumento a la Revolución”, El
homicidio “accidental” de dos compañeros de
Ayotzinapa, la movilización en su aniversario de
las CRAC, el 50 aniversario del EPR y sus declara-
ciones, el anuncio de Peña Nieto de su “Reforma
para el campo”, el alza de los precios, el gasolina-
zo, etc., etc., ah perdón se me olvidaba el show
de Lucero”, ahora sí, etc., etc.
Todos estos y más son temas como ya dijimos
que nuestros compañeros irán explicando uno a
uno a los lectores de este interesante periódico.
Entonces me surgieron muchas dudas sobre que
tema debíamos abordar en este segundo núme-
ro, pero sin más análisis que un buen jalón de
pelos, el que escribe decidió hablar de Revolu-
ción.
Si hablar de Revolución para hoy y ahora, y es así
como iniciamos formalmente.
En nuestras manos cayó un artículo de hace unos
años de un compañero uruguayo, que al igual
que nosotros se cuestionaba sobre nuestras
mismas dudas, y el concluyó que Lenin Resucita-
ba una y otra vez (se lo enviamos a la comisión
para que en lo posible se incluya), en asombrosa
coincidencia estuve tentado a transcribir varias
citas de su artículo, más no lo hice, prefiero ha-
cerlo con mis palabras.
El hablar de algo que existe es importante y ne-
cesario, pero hablar de una idea, de una aspira-
ción y querer transmitirla a otros es complicado,
no es lo mismo hablar de lo hermoso que es un
colibrí teniéndolo cerca, a decir imagínate que
hermoso sería ver a un colibrí volando frente a
nosotros, el requerimiento de la imaginación ya
hace que el receptor de la idea no tenga la misma
base para forjarse dicha imagen, es algo que en
filosofía es lo primero en saber que las imágenes
se almacenan en nuestro cerebro y de ahí pode-
mos imaginar, entonces el asunto de la Revolu-
ción es complicado decirle a los compañeros
“imaginen que ya estamos en la Revolución”, más
de uno me ha dado dos que tres zapes para
traerme a la realidad y me plasman frente a mi
hechos objetivos que dicen lo contrario. El enu-
merar los temas arriba pareciera ocioso, pero el
lector podrá darse cuenta que las condiciones de
nuestro país son demasiado complicadas, y que
su análisis es complejo enserio.
Hoy no podemos generalizar, el país está en cri-
sis, pero no todo el país, solo ciertos sectores,
eso parece, o más bien, eso nos hacen creer, y
como ya se ha dicho, “repetir tantas veces una
mentira se convierte en verdad”, así es, el país
está en medio de convulsiones sociales, en re-
vueltas que son aisladas y con poca, muy poca
comunicación, peor para nosotros, con poca or-
ganización; si obedeciéramos sin mirar el plan-
teamiento de ponernos al frente de todas las
luchas, entonces correríamos todos tras el esta-
llido, tras la marcha, como el equipo de fútbol
que sin entrenamiento ni acuerdo ni organización
corre tras el balón, mientras que el balón rueda,
el equipo entero se cansa y le anotan muchos
goles pues el equipo contrario si sabe organizar-
se. En cada pueblo sin temor a equivocarme hay
un compañero que sabe algo de organización,
que sabe algo de Revolución, por ello considero
que si aplicamos bien nuestra teoría, no es nece-
sario ir a todas las luchas, porque ya estamos allí,
eso más que nosotros el Estado lo sabe, por eso
intentan cubrir todo el país con sus fuerzas ar-
madas para que intimiden a los revoltosos, mues-
tran su poder armamentístico, cual cocodrilo que
abre su boca para adelantarle miedo a su víctima,
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así el Gobierno Federal nos manda todos los
mensajes posibles, continúa con su ya tan vieja
pero efectiva táctica de compra de “representan-
tes populares”, como lo hacen con los Diputados
y Senadores, con Presidentes Municipales, es
decir ponen en marcha todo su poder como Esta-
do, ahí donde los medios de comunicación han
hecho su labor de enajenamiento, pero no diré
más pues esto parece trillado, lo que me interesa
es hacer ver que nos enfrentamos ante una fuer-
za organizada, disciplinada que cuenta con las
estructuras suficientes, con su propia formación
de cuadros políticos, con los recursos humanos y
económicos para hacernos frente y de nuestro
lado tenemos toda la fuerza, la batalla ideológica
se las tenemos ganada desde hace un buen rato,
pero no nos estamos preparando lo suficiente
para la batalla práctica, en el campo, es decir no
estamos yendo a la batalla ahí en nuestra cancha,
continuamos yendo a su cancha, sabiendo que
tienen arbitro y hasta porra, seguimos sus reglas,
sus métodos, ellos traen los cambios necesarios,
meten a sus mejores cuadros al campo y luego
nos hacen creer que hasta les vamos ganando,
pero no, ellos tienen su plan bien hecho, se lo
han fabricado sus mejores intelectuales con aná-
lisis de la realidad concreta y le proponen las
mejores alternativas, es decir, tienen su Estado
Mayor para enfrentarnos, y nosotros solo tene-
mos números de teléfono, páginas de internet,
Facebook y correo que revisamos cuando se pue-
de, en concreto, estamos bien pero rete bien
desorganizados.
Es por ello que el Tlahtolli viene a cumplir con ese
objetivo, esa carencia de organización, y no lo
digo como algo arrogante, sino con toda la res-
ponsabilidad revolucionaria del caso, este perió-
dico está logrando en tan solo un mes hacer ha-
blar de revolución a muchos que solo lo hacíamos
en nuestra casa, en nuestras confianzas con sus
precauciones, pero hoy decimos con toda clari-
dad que el primer número cumplió con su objeti-
vo, hacernos coincidir en este lugar para después
buscar la coincidencia en la calle, en la trinchera,
continuar en la construcción de “nuestro Estado
Mayor”, y aquí me detengo un momento. Digo
Estado Mayor porque no se trata de hacerlo con-
tra los burgueses, se trata de que ese E.M. sea el
constructor de documentos, de Estrategias y Tác-
ticas correctas a cada momento, que sean útiles a
los revolucionarios, que elaboren diagnósticos
concretos, que diseñen en la mesa con clama y
paciencia porque llevamos prisa los mapas de
cómo vamos ir ganando nuestros espacios, por
ejemplo, ese E.M. nos dirá a donde trasladarnos y
cuando, nos dirá que una batalla está perdida
aun sin iniciarla y que es mejor no confrontar en
ese momento, que le demos vuelta o hagamos
retirada, pero que en determinados lugares, ha-
brá que avanzar porque el camino nos lo permite,
pero ¿Quién es ese Estado Mayor? ¿Quiénes lo
integran?, es el conjunto de compañeros que han
adquirido la experiencia suficiente para ponerse
al frente de las tareas, son hombres y mujeres
comunes y corrientes, pero son humanos, son
humanos porque se asumen como son, con lo
que saben, no presumen, no traicionan, pero
tienen defectos igual que los demás, no son “pu-
ros”, han pecado más de una vez, cada uno tiene
cosas que en su historia avergonzarían a más de
uno, pero saben vivir con ellas y avanzar, son
hombres que caminan y dan la mano con amor,
miran al otro a su lado y no bajo él, son compa-
ñeros que se ponen al frente aun cuando no se
los pidan o les pidan “resguardarse”, se trasladan
por todo el país buscando a otros como ellos, son
los que son obreros, albañiles, maestros, estu-
diantes, amas de casa, campesinos, licenciados,
profesionistas, en fin los puede encontrar hasta
en las filas de las tortillas, en un puesto de tacos,
unos usan botas, otros zapatos, otras zapatillas,
faldas, luego en pareja caminan por los parques,
por las librerías, se funden en las movilizaciones,
asisten a fiestas familiares, se pasean con sus
hijos o con sus padres, es decir no tienen nada
que los haga distinguir a primera vista, por lo
regular cuidan no ser vistos, pues saben de su
responsabilidad, saben que en ellos está el pre-
sente para que en sus hijos y nietos este el futu-
ro. Ese es el Estado Mayor que yo veo y que ya
existe, y el Estado lo sabe, es más estoy seguro
que sabe quiénes son y sin que nosotros lo se-
pamos, chin ya la regué, pero no ya enserio, ya
existe, y solo falta juntarlos, agruparlos y acuer-
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parlos, ya en los 70s el Estado creyó que con su
Guerra Sucia los había exterminado, que con la
caída de la URSS, estaba muerto esto, luego Oc-
tavio Paz les ayudó diciendo que “las ideologías
han muerto”, en fin, bastaron casi medio siglo
para que volviéramos a salir, para que nos jun-
temos, hemos aprendido, hemos asimilado la
experiencia, caminamos con más confianza en-
contrando la unidad, somos más trabajadores
dispuestos a darlo todo, ya nada más tenemos
que perder, la violencia creada por ellos está
cada día más cerca, las amenazas son más fre-
cuentes.
El llamado está hecho, el 2do número del Tlahto-
lli lo reflejará, el tercero será mejor, cada vez
avanzaremos, llegaremos a donde hay conflicto,
lo haremos llegar, avanzaremos en los caminos
conocido desde antes, los mejoraremos, lo que
antes costaba en llegar meses ahora es cuestión
de segundos, la distribución y la organización
desde el Tlahtolli será mejor, nunca será suficien-
te, nunca sobraran los comunistas que quieran
organizarse, siempre estaremos en los lugares
donde se nos requiera, la Revolución está en
marcha, nosotros decidiremos hacia dónde ir,
hacia donde conducirla, falta mucha trabajo,
faltan perfeccionar los instrumentos de organiza-
ción, las organizaciones y sus direcciones tendrán
que hablar de Revolución, no de estallido social,
no minimizarlo nosotros mismos, sin metas claras
no hay compromisos concretos, sin tareas con-
cretas no hay resultados concretos, esta obra
necesita que nos apliquemos cada vez más y me-
jor, más disciplinados, más organizados.
La Revolución es nuestra obra magna, entonces
hay que hablar de ella…
LOS PRINCIPIOS NO SE ABANDONAN
Por: Prof. Jonathan Rodríguez (Ninho)
Práctica Proletaria
INTRODUCCIÓN
Desde hace más de dos décadas, la contrarrevo-
lución en la Unión Soviética y los países socialis-
tas del Este de Europa, vino aparejada de una
contrarrevolución a nivel ideológico, no solo de
parte de los fieles seguidores del capitalismo,
sino de muchos que autonombraban miembros
de la “izquierda” y hasta propios “comunistas”.
Años antes del propio 1991 cobraron fuerza, pro-
liferando teorías acerca de caminos para la trans-
formación social dentro del marco de las relacio-
nes capitalistas. Se habló de sujetos nuevos
emergentes que venían a sustituir a la “termina-
da” clase proletaria. Los más “radicales”, seguían
hablando de la necesidad de cambios estructura-
les en las relaciones sociales, pero sin tocar al
poder político. El análisis apropiado no dogmático
ni cuadrado es necesario para confirmar o negar
científicamente estas teorías, es una necesidad
actual teórica y práctica del marxismo-leninismo.
Estas teorías responden a los intentos de la pe-
queña burguesía (consciente de ello o no) de
atenuar el conflicto de clase, de encontrar solu-
ciones a los problemas que les afectan dentro del
marco de las relaciones capitalistas.
La cuestión sigue siendo la transformación de las
condiciones materiales existentes y no reformar
las contradicciones entre las distintas clases; de
igual manera, la cuestión a nivel teórico es mos-
trar las omisiones de estas teorías “nuevas” y
desenmascarar su carácter de clase pequeñobur-
gués.
El presente trabajo enfocado a los principios del
marxismo-leninismo es en intento de poner a
discusión lo que se ha venido perdiendo, la teoría
del materialismo histórico como herramienta de
lucha, siempre producto de la práctica de los
sujetos. Para este número de Tlahtolli es la pri-
mera parte del artículo presente a continuación.
Los comunistas hemos viniendo sintiendo la re-
presión física como ideológico de la burguesía
como de sus lacayos. Por largo tiempo, el comu-
nista ha abandonado la teoría marxista para dar
la batalla a los postulados que Marx, Engels, Le-
nin murieron tras la caída del Muro de Berlín.
Algunos comunistas se han limitado a escribir
artículos panfletarios de mentar madres al capita-
lismo, decir que el trabajo teórico se limita a los
intelectuales de Universidades, tan sólo dedican-
do sus esfuerzos a la práctica revolucionaria, ol-
vidando un principio leninista, sin teoría revolu-
cionaria no hay práctica revolucionaria y vicever-
sa.
7
1. El proletariado, sepulturero del capital
En oposición a las teorías burguesas y oportunis-
tas, la realidad demuestra que la clase obrera no
sólo no ha desaparecido, sino que se está desa-
rrollando y creciendo cuantitativa y cualitativa-
mente como la fuerza básica de producción, in-
dependientemente de los cambios que han teni-
do lugar en su estructura y composición debido a
los cambios en el proceso de producción causa-
dos por el progreso tecnológico.
La clase obrera como fuerza motriz del desarrollo
social y su misión histórica es la abolición de la
propiedad privada de los medios de producción y
de la explotación del hombre por el hombre, la
erradicación total de la división de la sociedad en
clases. Tal tarea histórica no es obra únicamente
del proletariado, el campesinado pobre, los estu-
diantes, intelectuales y demás capas sociales que
componen la amplia masa de trabajadores, son
cada parte estos que han de dar muerte al capita-
lismo como modo de producción dominante.
La crisis del capitalismo evidencia sus límites his-
tóricos, al tiempo que la clase obrera, que no
tiene a su disposición los medios de producción,
se convierte en el sepulturero del modo de pro-
ducción capitalista. El cumplimiento de este pa-
pel revolucionario e histórico de la clase obrera,
tiene como precondición su organización como
clase para sí. La formación y el fortalecimiento
del Partido revolucionario son necesarios para
que la clase obrera tome conciencia de su misión
histórica, para delinear una estrategia revolucio-
naria que guíe la implacable lucha de clases con-
tra el capital a través de tácticas transformado-
ras.
La clase obrera no puede tener éxito con una
política de “consenso social” y/o “paz” social,
como pregonan las fuerzas reformistas y oportu-
nistas. Largos años de experiencias negativas
demuestran que esta política ha llevado solamen-
te a la revisión de los principios del marxismo-
leninismo. En nombre de la unidad de la clase
obrera, algunos Partidos Comunistas abandona-
ron la lucha contra el enemigo de clase e hicieron
concesiones con partidos socialdemócratas, de-
jando atrás el derrocamiento del capital. Esto
tuvo como resultado la división de la propia clase
obrera y la pérdida de influencia de las ideas co-
munistas en ésta, dejando libre paso a la social-
democracia y sus ideas de conciliación de clases.
Las contradicciones internas del capitalismo y el
antagonismo capitalista internacional han alcan-
zado un nivel en el cual la clase obrera, los traba-
jadores por propia cuenta que la observan en
términos de ingresos y nivel de vida, y los secto-
res más bajos de las capas medias, únicamente
pueden frenar el deterioro de su posición si con-
traatacan, si abandonan las trampas políticas del
compromiso, del consenso, de la aceptación de
una supuesta “colaboración de clases” para hacer
frente a la crisis .
La clase obrera está llamada a jugar un papel
decisivo en la lucha contra el capital, para lo cual
el aglutinamiento de las capas populares es im-
prescindible, aunque por su naturaleza de clases
no revolucionarias, las capas populares se movili-
zarán por sus necesidades más inmediatas o
reivindicaciones parciales, es necesario poner
esos impulsos en favor de la correlación de fuer-
zas por el socialismo. Esto precisamente sigue
siendo una tarea pendiente.
Si bien el proletariado junto con las masas traba-
jadoras, en una primera instancia, tiene su lucha
por reivindicaciones de sus intereses inmediatos.
En la lucha contra el capital, en el desarrollo dia-
léctico del todo social, en que la clase obrera va
comprendiendo que en su lucha por los intereses
inmediatos va ligado a acabar con la clase domi-
nante, la burguesía, para construir un orden nue-
vo de cosas existentes. Es precisamente aplastar
al capital, la misión histórica del proletariado; y
pese a que revisionistas, oportunistas y demás,
nos llamen dogmáticos a los que enarbolamos la
bandera del marxismo-leninismo.
En contraste con el proletario, el pequeño bur-
gués intenta terminar lo antes posible cualquier
intento de Revolución; y así como la condición de
vida del obrero da la pauta histórica para ser la
clase revolucionaria, del mismo modo pasa con la
pequeña burguesía; que sólo peleará por sus
intereses inmediatos. “Luchará” solo cuando sus
intereses sean tocados, más no por cambiar de
raíz las contradicciones sociales. Sin embargo en
este juego dialéctico de intereses de las masas
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trabajadoras, constantemente se pierde la lógica
dialéctica para caer en la escolástica, de sólo ver
en el proletariado como único sujeto que dará fin
a la contradicción del hombre por el hombre. Tal
concepción es un intento de hacer del materia-
lismo histórico un materialismo vulgar con tintes
metafísicos.
La crisis económica por la que atraviesa el capita-
lismo por causa de sobre-producción y sobre-
acumulación originado en los Estados Unidos
para después golpear a la Unión Europea desde
2008 ha traído revueltas populares no sólo en
Europa (Grecia, Portugal, España, Turquía, etc.)
sino también la protesta social está siendo parte
de América Latina. Sin embargo, las protestas, las
manifestaciones, las barricadas no están siendo
llevadas a la cabeza por el proletariado (excep-
tuando el papel del proletariado griego a través
del PAME), sino por diferentes capas sociales,
estudiantes, inmigrantes, parados. La clase prole-
taria sigue inmersa en la desmovilización, proce-
so devenido por décadas de golpes duros al Mo-
vimiento Comunista Internacional.
Las luchas sociales sin la participación del prole-
tariado dejan lecciones que los comunistas no
tenemos que dejar de lado. Los diferentes movi-
mientos sociales que se han querido levantar a la
cabeza de los movimientos sociales (Yo soy # 132,
15-M, los indignados) son la materialización de la
tesis marxista de que tales capas de clase perte-
necientes a la pequeña y mediana burguesía una
vez que han obtenido sus derechos por los cuales
en 1ª instancia se alzaron sin tocar la raíz de las
contradicciones, la contradicción entre capital
versus trabajo. La decadencia de las luchas socia-
les viene concatenada con la no participación de
la clase obrera.
No es casualidad el que las luchas populares han
quedado en demandas economicistas. Así como
surgen movimientos sociales a las pocas semanas
o en su caso, meses, llegan a su final. Las ense-
ñanzas de tales procesos son de gran valía. La
existencia de Partidos Comunistas que se auto-
denominan o se cuelgan el slogan de “partido de
vanguardia” son varios en el país, sin embargo, la
realidad histórica es otra. El partido deja de serlo
si se encierra en sí mismo, y se apartase de las
masas sin-partido. El Partido no puede dirigir a la
clase si no está ligado a las masas sin-partido, si
no hay vínculos entre el Partido y las masas sin-
partido, si estas no aceptan su dirección, si el
Partido no goza de crédito moral y político entre
las masas (Stalin. 1997: 102).
Decir teóricamente, el proletariado es la única
clase revolucionaria, queda obsoleta en la lucha
contra el capital. Dar por absoluto al proletaria-
do como la única clase que darán fin a las con-
tradicciones sociales, es una contradicción dialéc-
tica, un absurdo que cae en la metafísica, caer en
fetichización de categorías. No se adquiere con-
ciencia de clase por el hecho de ser proletario, es
necesario trabajar y dar el paso cualitativo, de
conciencia espontanea a conciencia de clase de
las masas trabajadoras que son explotadas, opri-
midas por el capital y no de palabra dar por he-
cho que el proletariado por ser la clase revolucio-
naria desarrollará la Revolución Socialista sin el
magisterio, sin los estudiantes, sin el campesina-
do pobre, sin los parados, sin los indígenas.
Lenin (1980) caracteriza a la táctica del proleta-
riado, la cual debe de tener en cada etapa de
desarrollo, el desarrollo objetivo de la historia
humana, aprovechamiento de las épocas de es-
tancamiento político o de desarrollo a paso de
tortuga –el pacífico para desarrollar la conciencia,
la fuerza y la capacidad combativa de la clase
avanzada, para encabezarla al “objetivo final”. El
objetivo precisamente es producto de un proceso
completo, el cual las particularidades dialécticas
de tal proceso han estado veladas desde hace
décadas por estrategias y tácticas contrarias a la
lucha por la del socialismo.
Es el proletariado, es la consumación de la abs-
tracción menciona Lukacs (1978). El proletariado
no puede liberarse ni suprimir sus condiciones de
vida y sin suprimir las condiciones inhumanas de
vida de la sociedad actual. Para superación de las
contradicciones materiales como ideológicas no
se concretan tan sólo por la práctica teórica.
El proletariado como consumación de la abstrac-
ción es producto y consumo del desarrollo de las
fuerzas productivas del capital, es pues el prole-
tariado, la unión entre teoría y práctica.
9
En momentos de crisis como el que se encuentra
casi en su totalidad el mundo, resulta urgente
tarea la reconstrucción del movimiento obrero y
sindical, con un sentido clasista, junto con el im-
pulso de las luchas populares. Queda claro que
para dicha tarea de tal envergadura, la existencia
de un Partido resulta imprescindible para la
orientación y guía de la clase obrera y de todo el
pueblo trabajador.
La lucha que ha de librar la clase obrera contra el
capital, no la hará sola; ésta lucha la realizará
junto a las amplias masas populares que han sido
afectados por los golpes de la crisis puesta en la
espalda de los trabajadores.
1.2 La desacreditación al Partido Comunista
La desacreditación al Partido como conciencia
organizada del proletariado no es nueva, se re-
monta desde la misma época de Marx y Engels;
aunque es durante la mitad del siglo XX cuando
más empieza a cobrar fuerza la idea de la intras-
cendencia del Partido para realizar la Revolución
Socialista. Eugene Gogol menciona al respecto de
la desacreditación del Partido Comunista:
La problemática de una organización revoluciona-
ria también aparece de modo desordenado.
Mientras que el partido dirigente de vanguardia
está hoy en descrédito , la alternativa que a me-
nudo se valora, la espontaneidad en sí y por sí
misma, limita la discusión al tema de la forma de
organización. Tan importante como son el recha-
zo al elitismo del partido de vanguardia .
Las aseveraciones de Gogol solo reiteraran la
vocinglería de los intelectuales llamados a sí
mismos “progresistas”. Decir que de la esponta-
neidad en sí y por sí basta para no necesitar la
conciencia organizada, es creer en la “salvedad
para México” que podría llevar a cabo el denomi-
nado movimiento “yo soy 132” . Habría que pre-
guntarle a Gogol cómo resolvió la espontaneidad
“para sí”.
La tergiversación de la historia es un instrumento
de las clases explotadoras, a su vez éstas cuentan
con intelectuales a su servicio. Los intelectuales
amantes del capitalismo no son los únicos que se
congratulan en tergiversar los hechos, no, tam-
bién están los abundantes críticos. Por ejemplo
Dolores Vilá cita a Lenin:
El tránsito a la organización revolucionaria es una
necesidad, lo exige el cambio de la situación his-
tórica, lo reclama la época de las acciones revolu-
cionarias del proletariado; pero este tránsito sólo
es posible si salta por encima de los antiguos
líderes, estranguladores de la energía revolucio-
naria, si se salta por encima del viejo partido,
destruyéndolo (deja de citar a Lenin).
Dolores Vilá del extracto de Lenin comenta lo
siguiente:
El término vanguardia, por ejemplo, y su conteni-
do clasista político e ideológico, comúnmente se
confundió o identificó absolutamente con el par-
tido u organización revolucionaria específica,
convirtiéndose este en un problema de principio
a lo que se suma la vulgarización de la materiali-
dad del propio concepto, el cual se identificó,
además, con un funcionamiento verticalista, vo-
luntarista y repetitivo, con lo cual se desvirtuó la
naturaleza de su funcionamiento .
Vemos pues como Vilá saca de contexto las pala-
bras de Lenin para tergiversar las palabras de
Lenin. La cita a la que se refiere es un momento
concreto en el que atravesaba el pueblo ruso
junto con su Partido de vanguardia, pero era pre-
cisamente el destruir el viejo partido, para pasar
a formar un Partido del proletariado, un Partido
en que juntara las aspiraciones del proletariado
ruso junto con las capas oprimidas por el capital y
el zarismo, es decir pasar del Partido Obrero So-
cialdemócrata Ruso al Partido Comunista. Vilá
Blanco sigue con su intento de descontextualizar
los escritos de Lenin:
Blanco cita unas líneas del texto de Lenin “La
nueva política económica y las tareas de los comi-
tés de instrucción política” esas declaraciones,
proclamas, esos manifiestos y decretos fueron
necesarios en su día. De eso ha habido bastante.
Antes todo eso era necesario para mostrar al
pueblo qué queríamos construir y cómo qué co-
sas nuevas e inauditas queríamos hacer. Pero,
¿acaso se pude seguir mostrando al pueblo qué
se quiere construir? ¡No se pude! En ese caso, el
obrero más sencillo se burlará de nosotros y dirá.
“¿Qué me vienes mostrando sin cesar cómo quie-
res construir? Muestras con hechos cómo sabes
10
construir. Y si no sabes, ¡vete a la porra!, que yo
llevo otro camino” . Y tendrá razón.
Ya habíamos visto como Blanco saca de su con-
texto histórico las citas que retoma de Lenin para
decirnos que el Partido y el proletariado ya no
son necesarios para un cambio social. Sacar citas
de un libro para descontextualizar a las mismas,
es una tarea sencilla, no lo es cuando se sacan las
citas para refutar o argumentar una tesis de
quien se trate sea de Lenin o de Hegel. La cita
que retoma Blanco es cuando ya se ha dado la
Revolución de Octubre, entonces sí, cada una de
las proclamas, consignas de los bolcheviques ya
no aplicaban a ese momento histórico, sino esas
proclamas se llevaran a la práctica, pues como
marxistas-leninistas no nos diferenciamos por
nuestra habla, por los numerosos trabajos de
investigación. Nos diferenciamos del resto de las
corrientes que quieren un mundo mejor, en el
plano en la práctica, por estar del lado del prole-
tariado, junto las masas trabajadoras en la lucha
a muerte contra el capital.
El proletariado junto las masas trabajadoras en la
conformación práctica del Partido no es sólo una
suma de organizaciones, el Partido es al mismo
tiempo:
El sistema único de estas organizaciones, su fu-
sión formal en un todo único, con organismos
superiores e inferiores de dirección, con la
subordinación de la minoría a la mayoría, con
resoluciones prácticas, obligatorias para todos los
miembros del Partido. Sin estas condiciones, el
Partido no podría formar un todo único y organi-
zado, capaz de ejercer la dirección sistemática y
organizada de la lucha obrera (Stalin. 1977: 105).
Así que Lenin de ninguna manera habló de la
innecesaria existencia del Partido de la clase
obrera, para de nuevo salir a pintar las calles con
las mismas proclamas, no, Lenin hacía referencia
a las tareas que ahora tenemos son culturales,
son las de dirigir la experiencia política que puede
y deba ser llevada a la práctica. O se malogran
todas las conquistas políticas del poder Soviético
o se colocan los cimientos económicos para ellas.
Esos cimientos ahora no existen. Y es a colocarlos
precisamente a lo que debemos aplicar con nues-
tros esfuerzos […] la tarea de elevar el nivel cultu-
ral [...] incumbe a la instrucción política . Enton-
ces, ¿Vilá Blanco, quién se encargó de dicha ins-
trucción, sino los miembros del Partido Comunis-
ta (Bolchevique) de la URSS?
Ante la situación en la que se encuentra, la nece-
sidad material de los trabajadores, la misma his-
toria reclama la necesidad de un Partido, un par-
tido capaz de organizar y dirigir la lucha por el
socialismo. Una estructura que responda al cen-
tralismo democrático. Una estructura que sea
capaz de dotar a la lucha de clases la estrategia
para poder dotar al movimiento obrero y popular
que parta de un análisis científico de la realidad.
Una estructura clasista que no pacte con la bur-
guesía. Se requiere de un Partido Comunista y no,
de nombre únicamente.
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1 Mertens, P., ¿El fin de la clase obrera?, en Revista Comunista Internacional, 2012, recuperado de http://www.iccr.gr/site/es/issue3/the-end-of-the-working-class.html [15 de Marzo de 2013] 2 Belu, E., “La crisis económica capitalista internacio-nal – La posición de Grecia –- Las evaluaciones del KKE, 2010, recuperado en http://www.iccr.gr/site/es/issue1/the-international-economic-crisis-and-the-position-of-greece-the-theses-of-kke.html [3 de marzo de 2013] 3 Las cursivas son parte del quien realiza el presente texto. 4 Véase: Gogol, E. “Hegel, Marx, Lenin y la Revolución en el pensamiento y la pasión de Raya Dunayevskaya” en Dialéctica. Puebla, México, Nueva Época, 2011, p. 79. 5 Un movimiento que surge en un momento concreto durante el proceso electoral que se está llevando a cabo en México para elegir quién será el nuevo sujeto utilizado por su burguesía para oprimir y explotar al proletariado junto a las demás capas trabajadoras. De la espontaneidad ha surgido el “yo soy 132”. Ya está en las calles, después a dónde ir, qué hacer para aca-bar con este sistema de barbarie. No hay a donde ir, no hay un horizonte definido. ¿Acaso su horizonte son la “democratización de los medios de comunicación”? Si es así, no es sorprenderse que cada uno de los par-tidos electoreros aplauden el nacimiento de dicho movimiento espontaneo de jóvenes artos de que Te-levisa esté al frente de los medios masivos de comuni-cación. Entonces estimados paladines de la justicia sigan en un su ingenuo intento de encontrar al nuevo sujeto trascendental. Más sorprendente resulta, que a un año del surgimiento del movimiento “Yosoy132”, la burguesía mexicana representada por todos los parti-dos electorales se hayan puesto de acuerdo para
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cumplir con la “democratización de los medios de comunicación” que tanto pedía la “juventud mexica-na”. 6 Véase: Vilá, B. D. “La dirección política revolucionaria en el proceso de construcción de alternativas emanci-padores: “consejos de un ausente” en Marx y el mar-xismo crítico en el siglo XXI. D.F, México, Colección miradas del centauro, 2011, p. 192-193. 7 Véase: Vilá, B. D. “La dirección política revolucionaria en el proceso de construcción de alternativas emanci-padores: “consejos de un ausente” en Marx y el mar-xismo crítico en el siglo XXI. D.F, México, Colección miradas del centauro, 2011, p. 198-199. 8 Véase: Lenin. “Los bolcheviques deben de tomar el poder” (Carta al CC y a los Comités de Petrogrado y Moscú del POSD (b) de Rusia) en Entre dos revolucio-nes. Moscú. Progreso. 1981, p. 186.
“LAS IRRESISTIBLES” RESURRECCIONES DE LENIN
ALDO SCARPA El día de ayer tuve la oportunidad de escuchar
por radio la lectura de un artículo de Goytisolo sobre la política europea en torno a la inmigra-ción. No he podido confirmar si se trata de algu-nos de los escritores españoles con este apellido. Sea quien sea el contenido del artículo expresaba la dignidad que muchos de estos intelectuales del viejo continente han demostrado en reiteradas ocasiones. En el texto Goytisolo se pregunta si Europa optará por el camino de las “luces o del apagón”. También se pregunta si el Partido Socia-lista Español, llegado al gobierno como medio para cerrar el paso a la derecha, frustrará (¿una vez más?, ¿sólo los socialistas españoles?, pre-guntamos nosotros) la esperanza y la confianza de su pueblo (y del mundo).
Escuchar las opiniones de Goytisolo no pudo menos que disparar nuestra reflexión. Es inevita-
ble que la experiencia provoque en el hombre esa actividad esencialmente humana que es la generalización teórica. Europa se “derechiza”, en ocasiones con giros aparentes hacia la izquierda (que no subestimamos en absoluto en tanto al-ternativa al fascismo o a las tendencias fascistoi-des), pero sin torcer sustancialmente su desarro-llo capitalista constante, inalterado, que la conso-lida como bloque imperialista voraz y agresivo. ¿Una perogrullada mi afirmación?; sin duda que sí. Sin embargo, se me ocurre que es propio de seres humanos que combaten incansablemente por la desenajenación del hombre explorar los nexos de las decisiones de la política cotidiana con los procesos profundos del desarrollo social, con los fenómenos culturales, con la experiencia histórica, etc.
La analogía, que no el traslado mecánico de experiencias y procesos, es un precioso medio de conocimiento. ¿Acaso son nuevas las conductas políticas de partidos socialistas europeos como las adoptadas recientemente en torno al grave asunto de la inmigración? ¿acaso este tipo de partidos no golpearon las esperanzas de los tra-bajadores y los pueblos en otras circunstancias y en otros graves momentos de la política interna-cional?¿es acaso la primera vez que los socialistas europeos se encuentran embretados por la polí-tica imperialista de sus clases dirigentes?¿acaso es casual, ingenuo, espontáneo, original culpabili-zar a los inmigrantes y a los pobres por la crisis económica?¿no le alcanzó a Europa la experien-cia del nazismo para aprender lo que significa y a donde puede conducir la xenofobia?. Pero no; peor aún todavía se encuentran “socialistas” (y disculpen por las comillas) que encuentran en las resoluciones europeas sobre inmigración aspec-tos de una política “progresista”. Quizás tan “progresistas” como cuando muchos “socialistas” europeos decidieron plegarse a “sus” burguesías y a “sus” monopolios para defender “sus” nacio-nes. Claro está, tales políticas “progresistas” con-tribuyeron a hundir a la humanidad en una gue-rra mundial.
Lenin y el leninismo han sido decretados muertos y enterrados, están proscriptos. Segu-ramente porque el revolucionario ruso condenó a aquellos “socialistas” por sus servicios a las bur-guesías imperialistas de sus países y, peor aún, por demostrar que existía otra política posible ante el poder de los monopolios. Ahora bien, ¿tal proscripción no estará relacionada con los inten-tos nada desinteresados por impedirnos com-prender el significado de los actuales procesos
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políticos internacionales, por inhabilitarnos para advertir a tiempo los peligros que entrañan los procesos sociales, políticos, culturales de la polí-tica mundial contemporánea?.
Sin embargo, los hombres no podemos dejar de pensar, abstraer, aprender. Las medidas “pro-gresistas” de algunos partidos socialistas euro-peos suponen el mismo “progresismo” que llevó a otros “socialistas” hace casi cien años a defen-der a “sus” burguesías y a “sus” naciones. Las consecuencias de estos progresismos ya las co-noció la humanidad.
A uno le viene a la memoria aquello de que en la historia las cosas ocurren dos veces… ¿Hacia dónde van algunos “socialistas” europeos con sus miedos y concesiones a los monopolios?¿es que se contentarán con ser por la perpetuidad de los tiempos la alternativa menos mala a los grupos más agresivos del poder financiero internacional o alguna vez pondrán manos a la obra en la tarea de construir una sociedad diferente al capitalis-mo, precisamente socialista, aunque cometan errores en la tarea?¿o seguirán juzgando desde su inmaculada pose democrática los intentos revolucionarios que protagonizan otros?¿por cuantas décadas más seguirán jugando al progre-sismo mientras el sistema continúa reproducien-do (y en ningún lugar como en las sociedades de capitalismo desarrollado) el hombre capitalista, el hombre mercancía, el hombre consumidor, el hombre enajenado, el individuo deshumanizado capaz de servir como instrumento dócil, simple materia prima de las empresas más oscuras, co-mo a las que nos referimos?.
Trascendentes cuestiones políticas como las aquí tratadas sacan a luz “viejas” nuevas discu-siones escondidas bajo la alfombra. Problemas teóricos fundamentales para quienes quieran superar el orden capitalista se desprecian con desdén en nombre de un pragmatismo absolu-tamente extraño al pensamiento de izquierda. Y esto en ocasiones se justifica bajo el pretexto de evitar el dogmatismo pero cayendo en una espe-cie de dogmatismo de la práctica, de lo posible, por el cual la política deviene sucesión de res-puestas o maniobras políticas, puro movimiento que no construye nada nuevo tras su suceder, práctica política que no supone movimientos concretos, inmediatos, parciales pero que en su concreción son portadores de elementos genera-les que prefiguran una realidad futura; es decir, no se dirigen a la construcción de una nueva he-gemonía.
No existe verdadera política de izquierda con perspectivas sin teoría de izquierda. La izquierda debe plantearse y replantearse los problemas teóricos fundamentales que hacen a su práctica política. Lo primero que la izquierda tiene que resolver en la actualidad, nos parece, es si man-tiene su objetivo de superar el capitalismo o si, por el contrario, se ha resignado a “mejorar el capitalismo”, a construir un “capitalismo más humano” por medio de reformas. Sí; se trata de la misma vieja discusión que resurgirá siempre renovada en tanto vivamos bajo el capitalismo (hecho que de por sí señala cual es la única op-ción que puede, y debe, adoptar la izquierda). En segundo lugar. Establecido el objetivo de suprimir el modo de producción capitalista, el problema no es si esto se realizará por la vía armada, transi-tando a través de los caminos de la democracia liberal, etc.; eso dependerá de muchos factores (la historia de cada país, las características de las distintas regiones, las condiciones internaciona-les, los momentos económicos, políticos, ideoló-gicos del capitalismo, etc.).
El problema político real que deben enfrentar las fuerzas revolucionarias es si construyen una nueva hegemonía para alcanzar el poder (utili-zando el acceso al gobierno también en este sen-tido) y/o si tomado el poder se convierte en cata-lizador de una nueva hegemonía, obrero-popular, en construcción que evite el retroceso. Desde este punto de vista el proceso de cambios en la esfera económica es sustancial, mas lo político, ideológico, cultural cumple un papel de lo más activo a partir del carácter determinante en últi-ma instancia de aquella esfera. Todo economi-cismo es inconducente, adquiera el rostro refor-mista o izquierdista, no hace más que reproducir el mundo del capitalismo. Nuestra gran tarea histórica exige desarrollar las fuerzas productivas en tanto condición imprescindible de la nueva sociedad y, simultáneamente, formar un hombre que no sea objeto sino sujeto ante estas fuerzas por él creadas. No nos aproximamos al socialismo en tanto subsista la alienación del hombre.
En este sentido, retomo dos afirmaciones que hice en párrafos anteriores. Uno; que Europa no se ha desviado un centímetro de su desarrollo capitalista. Aseveración que se comprueba en la situación que presenta el hombre Europeo en los dos momentos que convierten al ser humano en un ser vivo cualitativamente diferente a los otros seres vivos que habitan el planeta: el trabajo, en tanto actividad esencialmente humana, y el espi-ritual.
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En el terreno del trabajo, de sus condiciones de vida, nadie puede negar seriamente la explo-tación del trabajo asalariado, más aún, quizás un estudio de la tasa de plusvalía, de la relación en-tre la inversión en capital variable y el plustrabajo apropiado por el capitalista, demuestre un in-cremento de la explotación del trabajador con el crecimiento de la productividad del trabajo en el marco de los avances científicos-tecnológicos en Europa (y, en general , en el primer mundo). La vulgarización de las palabras y las ideas (expre-sión también de la dominación ideológica) puede conducir a pensar que un aumento de los recur-sos y bienes materiales a los que puede acceder el obrero y ciertas mejoras en sus condiciones laborales implican la desaparición de la explota-ción y la pobreza. Pero no; como es sabido la explotación subsiste en tanto una clase social se apropie gratuitamente de una parte del trabajo de otra clase. Y la pobreza es un fenómeno histó-rico y social, relativo, no se determina en térmi-nos absolutos. Por ejemplo, no se trata de com-parar como viven los trabajadores europeos en relación a los trabajadores del mundo subdesa-rrollado para concluir que en Europa no hay po-breza; la cuestión fundamental es comparar co-mo viven los trabajadores europeos en relación con la burguesía europea, con su capacidad de acumulación de capital. En este sentido, el pro-ductor de la rica Europa occidental continúa siendo un trabajador explotado y enajenado, un hombre enajenado respecto de su trabajo, del producto de su trabajo y de los otros hombres.
Y esto nos conduce directamente al momento espiritual de la vida del hombre. En el capitalismo la alienación del trabajador en su trabajo se con-vierte en alienación de toda la vida del hombre. Cuando uno escucha o lee noticias, recibe infor-mación sobre acontecimientos o estudios sobre la situación de la vida en Europa no encuentra el hombre libre, conciente, que se afirma y realiza en su trabajo, solidario con sus semejantes (más allá de las naturales excepciones de militantes por distintas causas sociales), no; encontramos al hombre enajenado. Y esto es así, a pesar de los altos niveles de consumo existentes, pues la ena-jenación no es el producto de la escasez o la abundancia de bienes materiales, sino de deter-minadas relaciones sociales entre los hombres. Relaciones que en Europa Occidental han sido intocadas. Entonces, la enajenación puede estar presente en un contexto de miseria absoluta del trabajador, como en la Europa del siglo XIX; o puede subsistir y exacerbarse en el marco de la
“abundancia material”, del vaciamiento de la humanidad del trabajador mediante la sustitu-ción irracional de su vida espiritual por la cosa devenida sujeto que lo determina, el hombre como objeto de su consumo; como ocurre en el capitalismo actual. Sobre esta enajenación del hombre también puede promoverse las peores empresas, en tales condiciones humanas habría que buscar también la base social, amplia y sólida desgraciadamente, que sustenta medidas políti-cas como las adoptadas en torno a la inmigración.
Es decir, encontramos en Europa el capitalis-mo; erguido, firme y con buena salud (más allá de sus crisis cíclicas). Están presentes los dos funda-mentos básicos de su existencia: el constante incremento de la plusvalía y, como su consecuen-cia inevitable, la deshumanización del hombre o el hombre devenido objeto y el objeto devenido sujeto (baste recordar, precisamente, la irrestric-ta libertad de tránsito de capitales y mercancías y las restricciones o prohibiciones al tránsito de los hombres).
En la segunda afirmación decíamos que Euro-pa se ha reconstruido como bloque imperialista. O sea, la unión europea no es, en lo fundamental, integración solidaria de pueblos; sino el intento de crear un nuevo gran estado imperial (intento plagado de dificultades, por ejemplo por las con-tradicciones entre los capitales nacionales y entre los propios estados, que cuestionan y generan incertidumbre sobre la posibilidad de alcanzar dicho objetivo). Si se analiza este proceso de uni-dad se desnuda la ingenuidad y la falta de origi-nalidad de las teorizaciones que pulularon a fines del siglo pasado sobre la crisis de los estados nacionales bajo el capitalismo.
Dos hechos refutan una vez más estas previ-siones: uno, las propias dificultades que encuen-tra este proceso tras más de medio siglo de ini-ciado y que derivan de que si bien desde una lógica abstracta el capital tiende a concentrarse como capital trasnacional, en la vida real este desarrollo convive conflictivamente con la exis-tencia de estados e intereses nacionales que im-piden la concreción hasta sus últimas consecuen-cias de esta tendencia en un mundo capitalista; la unión de los capitales a nivel internacional que garantice la paz mundial (la función política que ha cumplido esta teoría ha sido crear la esperan-za ilusoria en los trabajadores y los pueblos de que es posible la paz mundial en el capitalismo monopolista). Dos, y confirmando lo anterior, si la unidad europea llegara hasta sus últimas con-secuencias no resultaría de ello la crisis de los
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estados nacionales sino, por el contrario, su for-talecimiento: la creación de un nuevo y poderosí-simo estado imperial cuya función sería competir con mayores posibilidades de éxito por el domi-nio del mundo. No es inoportuno recordar aquí las advertencias que hace más de cien años plan-teara el liberal Hobson al reflexionar sobre la perspectiva de la creación de una Federación Europea, los Estados Unidos de Europa, etc., que lejos de extender los beneficios de su civilización al mundo entrañaba el peligro de crear un parasi-tismo occidental.
No nos detendremos aquí sobre el significado económico y político del proteccionismo europeo o que papel cumplen los capitales del viejo mun-do que andan por el mundo ; es claro que en ningún caso se trata del deseo de compartir con nuestros pueblos el progreso ni regalarnos los beneficios de su “civilización”, como acostum-braban afirmar eufemísticamente los políticos imperialista en el pasado. Basta decir que las políticas inmigratorias adoptadas y la xenofobia en la que se sustentan, ejemplos en el pasado sobran, no son más que otras tantas expresiones del carácter imperialista del bloque europeo.
Sin embargo, el llegar a estas conclusiones no es el problema. El problema estriba en que esta es la situación de países (en particular, europeos occidentales, que son la locomotora del proceso integracionista), donde en el último medio siglo gobernaron en reiterados períodos partidos polí-ticos que se autoproclaman de izquierda y socia-listas. ¿Puede afirmarse con seriedad que en Eu-ropa Occidental avanzó sustancialmente la cons-trucción de una nueva hegemonía ético-política a partir de la organización y la acción conciente de los grupos subalternos? O, por el contrario, ¿las clases dirigentes reelaboraron su hegemonía para reconquistar el consenso en parte resquebrajado tras la 2º Guerra Mundial integrando, absorbien-do, a estos partidos como elementos de su he-gemonía y diluyendo todo bloque social y político alternativo?. Sólo una pregunta más, ¿esta políti-ca inmigratoria expresa los intereses de los traba-jadores y los pueblos europeos o los intereses del gran capital imperialista europeo? Los partidos socialistas europeos gobernaron en este medio siglo promoviendo en ocasiones la justicia social y adoptando medidas de carácter democrático, pero nunca arriesgaron políticas que fueran más allá de lo que el gran capital po-día aceptar, no se proponen cuestionar la esencia misma del orden capitalista y por lo tanto no pueden liberar al trabajador de la explotación ni a
los pueblos del mundo de la expoliación imperia-lista de sus naciones, a pesar de repetirse en la proclamación de buenas intenciones.
Estas corrientes políticas fracasaron y fracasa-rán hundiendo al movimiento obrero y a sus pueblos en la atmósfera del liberalismo burgués, obligándolos a repetir siempre las mismas frus-trantes experiencias, cual disco de pasta rayado, e impidiéndoles aprender. Quizás sea necesario estudiar hasta que punto esta concepción política sea causante, sin subestimar el papel de la dere-cha y en algunos países de fascismo, del apoliti-cismo (por ejemplo, el pasotismo) y el escepti-cismo que campea en Europa, precisamente donde estas experiencias políticas se desarrolla-ron.
¿Por qué lo de las “resurrecciones” del calvo revolucionario ruso?. Porque la experiencia polí-tica y acontecimientos como los aquí comentados confirman una y otra vez la validez de sus ense-ñanzas por más que se lo declare muerto y se lo condene al olvido. Su concepción se confirmó ayer y se confirma hoy. en la victoria, con el triun-fo de la revolución socialista como única respues-ta obrera a la guerra promovida por los monopo-lios imperialistas y al pensamiento antidialéctico y la política de concesiones hasta la traición de la II Internacional. En la derrota, cuando se intentó reflotar las viejas concepciones de la II Interna-cional y se proclamó el advenimiento del paraíso prometido: tras la caída del primer intento de construir el socialismo no desapareció la domina-ción imperialista sobre los pueblos subdesarro-llados ni se consolidó la paz en el mundo, la ex-plotación de los trabajadores y la pobreza de nuestros pueblos es lo que caracteriza al mundo actual, el capitalismo globalizado vacía de conte-nido la democracia y en el tercer mundo apare-cen aquí y allá protestas contra este orden donde junto a la búsqueda de caminos para alcanzar la liberación nacional, cual siameses inseparables de la época del imperialismo, rebrota la perspec-tiva socialista.
El capitalismo no se desarrolló ni se desarro-llará más allá de la fase imperialista y la única alternativa es la revolución socialista, que transi-tará por las vías más variadas y que no es tarea que se resuelva en una jornada, pero que supone la construcción de una nueva hegemonía y el poder obrero. Cualquiera de las revolucio-nes socialistas del siglo XX promovió un nivel de actividad conciente y creadora de los trabajado-res y los grupos subalternos y nutrió de más en-señanzas al movimiento obrero internacional que
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todos los gobiernos socialistas de la Europa Occi-dental. No es casual que Gramsci dijera de “ilich” que era el más importante continuador de la filosofía de la praxis (el marxismo).
Pero la izquierda no ha logrado aún recuperar, reencontrarse con su elaboración teórica genui-na, nutrir de ideología propia su práctica política. Por esta razón le cuesta tanto ser portadora de una nueva cultura. De esta manera ve reducida su capacidad de difundir y educar a nivel de grandes masas, además de la importantísima tarea de conseguir votos, una nueva concepción del mundo, del hombre, de la vida.
¿Por qué ocurre esto? Habría que abocarse a encontrar estas respuestas no como un problema estrictamente teórico, sino esencialmente prácti-co. Me atrevo a señalar dos importantes proce-sos que me parecen insoslayables. El primero, la crisis y derrota de los intentos de construir el socialismo, los errores (y horrores) cometidos fueron muchos y graves. Si bien ningún intento de construir un nuevo orden social es un proceso lineal ni está exento de dificultades y derrotas, estos retrocesos caracterizan una época y rever-tirlos no es cuestión de voluntarismos y consig-nas. El otro proceso, la capacidad del capitalismo para utilizar su crisis revirtiéndola y pasar a la ofensiva en las últimas décadas del siglo pasado mediante el neoliberalismo en tanto reestructu-ración económico-social reaccionaria y también en tanto concepción de la vida y del hombre, un verdadero atentado a la cultura; y el postmoder-nismo, que merecería toda nuestra atención en cuanto canalización del descontento y el incon-formismo por los senderos más reaccionarios, una verdadera subversión contra lo más avanza-do del pensamiento filosófico (retorno al neokan-tismo, el solipsismo, el relativismo, el escepticis-mo) y como antagonista del pensamiento bur-gués pero precisamente de los aspectos revolu-cionarios de la ideología burguesa, es decir de los elementos cuyo heredero histórico, sobre nuevas bases filosóficas y con un nuevo contenido de clase, es el proletariado (así, por ejemplo, la críti-ca de la razón no por su concepción mistificada y unilateral sino en contraposición con la irraciona-lidad; o la proclamación de la crisis de la idea de progreso, en tanto esta idea es un criterio básico de toda concepción revolucionaria).
Montevideo, 30 de junio de 2008 El Dorado.
Por: Tlacuhilo
Existen muchas leyendas acerca del paraíso lla-
mado “EL DORADO”, pues cuando llegaron las
primeras expediciones de Europeos a nuestras
tierras ese era su primer y único interés, el oro,
metal tan valioso para ellos, que hasta matarían
por el, o mejor dicho, mataron por el, por tener
cada vez mas y mas de esa adorable joya, pues en
palabras del mismo Cortez cuando le preguntaba
a un indio de Veracruz, ¿Dónde encontramos mas
de esto? (refiriéndose al oro) porque nosotros
estamos enfermos, y solo con esto nos curaría-
mos. Y precisamente, estaban enfermos, pero lo
que no es cierto es que su cura fuera tenerlo,
pues al contrario, entre mas tenían, mas querían,
es decir su enfermedad aumentaba, esa enfer-
medad que se llama ABARICIA, SOBERBIA, es
mas, los siete pecados capitales, a los cuales ellos
mismos les pusieron nombre que tanto miedo les
tenían que la mejor forma de evitarlos, era tener-
los y expresarlos ellos mismos, pues sabido esta
que todas sus acciones fueron guiadas por estos
siete pecados.
Entonces la noticia de que los “visitantes” (co-
mo se les tenia hasta esos momentos) venían en
busca de ese elemento tan codiciado se rego por
las ciudades del Anahuac, así mismo como el
mito de que existía una ciudad hecha de puro
oro, donde sus calzadas tenían adoquines de oro,
donde las columnas que sostenían los techares
de palma las habían labrado de oro, y al entrar en
los teocallis se encontraban con metates, molca-
jetes, figuras religiosas y todo lo que se pudiera
utilizar o portar hechos de oro, incluso se creía
que el agua de las fuentes hechas de oro era do-
rada, pues hasta ahí llegaba la imaginación, o mas
bien, la avaricia de los “visitantes”, de tal forma
que cuando llegaban a un pueblo lo primero que
preguntaban era ¿Dónde queda el dorado? A lo
que los habitantes respondían, hacia el centro, o
hacia el sur, o hacia el norte, según donde se
ubicara el centro de Toltecayotl más cercano,
pues por ejemplo los Totonacos se referían al
Tajín, los mixtecos a lo que hoy es Monte Albán,
los mayas a Tikal, Yaxilan o Chichen itza, etc. Pues
para los anahuacas en general esos eran sus do-
rados.
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De tal forma que entre mas avanzaban los inva-
sores, el dorado que ellos buscaban quedaba mas
y mas lejos, pues a cada ciudad que llegaban se
topaban con que si, era hermosa, sorprendente,
pero no cubierta de oro, es mas el oro solo se
veía en joyas o utensilios personales, pertene-
cientes a cualquier persona, no solamente al tlah-
toani, sino cualquiera portaba oro, pues insisti-
mos, no tenia un valor mas que usarlo para “ver-
se bien”.
Así pues surgieron también leyendas como las
del tesoro de Moctezuma, donde se decía que los
guardianes de Moctezuma, los Nahuales, se ha-
bían llevado el tesoro hacia el Popocatépetl, para
mantenerlo lejos de los españoles, pues se ha-
blaba de joyas pertenecientes a la “realeza” me-
xica, como coronas, collares, anillos, etc., enton-
ces cuando algunos españoles se atrevían a bus-
car el tesoro, jamás se volvía a saber de ellos,
pues los Nahuales se los comían vivos, y los res-
tos los aventaban al cráter, por lo que nadie sabe
a ciencia cierta cual es el tesoro de Moctezuma y
quienes son sus guardianes, ya que nadie ha so-
brevivido para contarlo.
De hecho hasta Walt Disney hizo su propia pelí-
cula acerca del dorado, donde se muestra clara-
mente toda la intención de tergiversar la historia
verdadera, de mostrar la avaricia en nuestros
pueblos, y poner como héroes a lo gallegos, pero
en fin así ha sido contada la historia desde hache
500 años, y los que la hemos escuchado nos que-
damos a veces con esos cuentos, y nos olvidamos
de lo que verdaderamente paso, o por lo menos
hasta que escuchamos versiones diferentes, que
se acercan cada vez mas a la verdadera historia
que reclama ser desempolvada de la suciedad de
la mentira, y entonces cuando escuchamos que
los indígenas hablan del dorado refiriendo a Xo-
chicalco, a Tetzcotzinco, Teotihuacán etc., nos
damos cuenta que el tesoro no es oro, o plata
como el la Europa medieval o en los estados uni-
dos actuales, no, el tesoro de nuestros pueblos
esta en su filosofía, en sus tradiciones, en el tol-
tecayotl, ahí, en el corazón ardiente de cada indí-
gena sediento de reconstruir lo viejo Huehuetzi, y
entonces el tesoro que aún siguen resguardando
los Nahuales de Moctezuma no es oro o joyas, no
es precisamente eso, y por hoy quizá nos habrán
robado centenares de joyas, habrán destruido
nuestros centros de estudio y quemado nuestros
amoxtles, pero el corazón sigue libre, el pensa-
miento aunque un poco engañado busca su ver-
dadero origen y su próximo futuro, por lo tanto
es preciso en contra nuestro dorado, nuestro
tesoro, desenterrarlo, es hora que los nahuales lo
entreguen a su pueblo, y la palabra de Cuauhté-
moc se haga valer, enarbolando la bandera roja,
con la oz y el mazo, ardiendo en un solo grito
¡¡¡¡MEXICA TIAHUI, MEXICA TIAHUI, ANAHUACA
TIAHUI, TIAHUI, TIAHUI, TIAHUI!!!!
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