TIEMPO Y SOCIEDAD
Revista de Historia y Humanidades
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Nm 19: Abril-Julio 2015
19
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Directora General: Isabel Lpez Fernndez. Director de Contenidos: Miguel Menndez Mndez.
Director de Comunicacin y Community Manager: Pablo Folgueira Lombardero.
Consejo Editorial:
Javier Bayn Iglesias (Licenciado en Historia); Miguel ngel Domnguez Prez
(Licenciado en Historia); Miguel Menndez Mndez (Licenciado en Historia. DEA en Historia Moderna); Serafn Bodeln Garca (Catedrtico. Doctor en Filosofa y Letras, Seccin Filologa
Clsica); Mauricio Daz Rodrguez (Licenciado en Historia); Pablo Folgueira Lombardero (Licenciado en Historia. DEA en Arqueologa)
Tiempo y Sociedad. Revista de Historia y Humanidades Editora: Isabel Lpez Fernndez
Portada y Logotipo: Jos Manuel Muoz Fernndez ISSN: 1989-6883
Tiempo y Sociedad no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores en sus artculos, que sern responsabilidad exclusiva de dichos autores.
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Oppidum Noega 2015
NDEX
Editorial.3
Artculos:
Cultos romanos en Asturias antigua, por Narciso Santos Yanguas.5
Sobre un pasaje de Livio (Liv. 34, 9, 3): la instalacin de colonos cesarianos
en Emporiae y el papel de Domicio Calvino, por Luis Amela Valverde.58
Relato oral: Herramienta para la Historia Econmica y Social, por Fabrizio
Lorusso..75
Herramientas TIC para la enseanza del concepto tiempo en Historia, por
Hazel C. Flores Hole.88
Recensiones bibliogrficas y Essay Review.130
Fe de erratas..160
EDITORIAL
En plena primavera todo el equipo de Tiempo y Sociedad se alegra de
poder presentar el que ya es nuestro nmero diecinueve. En l, tenemos el placer
de presentar cuatro artculos de tanta variedad como calidad:
En primer lugar, Narciso Santos Yanguas se acerca a los cultos romanos
que se desarrollaron en Asturias durante la Antigedad.
Despus, Luis Amela Valverde se sirve de un pasaje de Tito Livio para
explicar el asentamiento de colonos en Emporiae.
En tercer lugar, Fabrizio Larusso nos explica cmo la Historia oral puede
ser muy til para llevar a cabo el estudio de la Historia social y econmica.
Por ltimo, Hazel C. Flores Hole nos habla de las herramientas
tecnolgicas de las que nos podemos servir para llevar a cabo la enseanza del
concepto de tiempo en Historia.
Este nmero adems se completa con nuestra habitual seccin de reseas
bibliogrficas y tambin con una fe de erratas.
Tiempo y sociedad Cultos Romanos.... Nm. 19, 2015, pp. 5-57 ISSN: 1989-6883
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CULTOS ROMANOS EN ASTURIAS ANTIGUA
Narciso Santos Yanguas1
Introduccin
Si partimos del hecho de que en ningn momento se producira una desaparicin
absoluta de los elementos propios de la religiosidad indgena ni de los cultos y
ceremonias tradicionales que la acompaaban hemos de coincidir en que las poblaciones
astures aadiran a sus creencias y cultos los correspondientes a la religin romana2; por
otro lado no es posible olvidar el matiz estatal de sta, lo que se traducira en
manifestaciones de carcter oficial presididas por los magistrados (representantes de la
administracin central, provincial y municipal), de forma que los cultos romanos pueden
ser considerados como una de las ramas de la administracin pblica romana.
No es de extraar, por tanto, que en dicho contexto los panteones de dioses
romanos ms representativos se correspondan con los de las divinidades y cultos de los
centros urbanos ms destacados, como son los casos, entre otros, de Asturica Augusta3 y
de Lucus Augusti4; en el fondo ser esta religin de tipo poltico y estatal la que el Estado
romano, a pesar de dejar libertad para las prcticas indgenas, tratara de introducir en el
marco de las poblaciones y comunidades astures anexionadas junto al resto de los
1 Catedrtico de Historia Antigua. Universidad de Oviedo.
2 Es ms, de acuerdo con un principio de utilidad prctica, se llegara a utilizar el culto a los dioses
indgenas como si en realidad fueran romanos. Cf. J. Alvar, El cambio necesario: religin clsica e innovacin en los albores de la era, Del Coliseo al Vaticano: claves del cristianismo primitivo, Madrid 2005, pp.15 ss. 3 J.Mangas, Dioses y cultos en Asturica Augusta antes de su cristianizacin, I Congreso Internacional
sobre Astorga romana, Astorga 1986, pp.55 ss. 4 A. Blanco Freijeiro, El panten romano de Lucus Augusti, Actas del bimilenario de Lugo, Lugo 1977,
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elementos propios de su organizacin5.
Ante todo hemos de tener en cuenta que la religiosidad romana no se hallaba
organizada de acuerdo con unas creencias bsicas elementales ni tampoco contaba con
una moral definida, sino que su carcter se desprenda de la necesidad de disponer de
una religin nacional, poltica, elaborada por los historiadores y escritores ms
representativos de la primera parte del Imperio (los que se congregaron en torno a la
proteccin ejercida por Mecenas) y manifestndose al mismo tiempo como un valor
caracterstico de los ciudadanos romanos6.
De cualquier forma en el suelo de los astures se halla perfectamente constatado el
sincretismo de las divinidades romanas con las indgenas, mientras que en otras
ocasiones encontramos documentada la presencia de dioses romanos que no seran
objeto de asimilacin en ningn momento; de esta manera la religiosidad romana se
convertira con el paso de los aos en un elemento ideolgico al ser aceptada por parte
de las gentes romanizadas, en cuyo caso el culto dirigido al emperador y a los miembros
de la familia imperial desempeara un papel fundamental7.
Como consecuencia de ello los dioses oficiales romanos incluiran la trada
capitolina (Jpiter, Juno y Minerva), la dea Roma y el emperador, aadindose
igualmente a l el grupo de divinidades imperiales asociadas; a travs de esta clase de
cultos se haca manifiesto el poder supremo del Estado romano y, al tratarse de
pp.107 ss. 5 J. Mangas, Religin indgena y religin romana en Asturias durante el Imperio romano, Oviedo 1983.
6 J. P. Davies, Romes Religious History: Livy, Tacitus and Ammianus Marcellinus on their Gods, Cambridge
2004. Sobre estos aspectos remitimos igualmente a la seleccin bibliogrfica final. 7 J. Beaujeu, "Cultes locaux et cultes dEmpire dans les provinces dOccident aux trois sicles de notre re",
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divinidades polticas, los poderes pblicos apoyaran no solo su existencia sino tambin
su expansin.
En este sentido las condiciones particulares de cada una de las circunscripciones
administrativas romanas (provincias, conventus iuridici y centros urbanos...)
condicionaran el mayor o menor arraigo de uno u otro de estos dioses oficiales y sus
correspondientes cultos8: por ejemplo Jpiter iba a ser venerado en algunas regiones
como una divinidad celeste, y a consecuencia de ello hallamos explicacin a su
asimilacin y sincretismo con los dioses indgenas de carcter uranio9, vinculndose
tanto a los cultos relacionados con los astros como con los montes.
1. La religin romana
Partimos del principio de que la religin romana es la religin de los ciudadanos
romanos10; esto significa que el grado de integracin de las poblaciones hispanas (la astur
en nuestro caso) en los parmetros propios de la religiosidad romana vendr marcado
por el nivel de ciudadana alcanzado11.
Adems, la totalidad de los actos que formaban parte de la vida diaria de un
ciudadano en Roma se encontraba imbuida de lo divino, es decir que, de una u otra
Assimilatiuon et rsistence la culture grco-romaine dans le monde ancien, Pars-Bucarest 1976, pp.433 ss. 8 Ver, por ejemplo, P. Le Roux, I.O.M.Municipalis: dieux et cits en Occident sous le Haut-Empire,
Religio deorum, Sabadell 1993, pp.405 ss. 9 F. Peeters, "Le culte de Jupiter en Espagne daprs les inscriptions", RBPh 17 (1938) 157 ss.
10 Se entienden as las palabras de Cicern (En defensa de Flaco 28.29: Cada pueblo tiene su religin;
nosotros la nuestra). 11 Junto a ello no podemos olvidar otra realidad histrica evidente: la religiosidad que aporta Roma a las
comunidades ibricas es una religiosidad greco-romana.
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forma, se hallaban bajo la proteccin de los dioses12; y este modelo de concepcin
religiosa lo extendera la administracin romana a todas las provincias del Imperio,
manifestndose sus efectos de manera ms evidente en los territorios occidentales del
mismo13.
De esta manera desde el amanecer hasta la puesta del sol, incluidos los juegos y
espectculos de carcter pblico, todas las actividades se hallaban dedicadas a alguna de
las divinidades integrantes del panten romano, que era tanto como decir la nmina
oficial de los dioses; en este mbito de actuacin se mova el conjunto de los grupos de la
sociedad romana, incluidos los gladiad
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