El libre arbitrismo | Desconocido | Es libre, | Argumenta que su acción depende de él,
después de haber cotejado dos o más posibilidades de actuar; que se decide por una en
forma libre y de acuerdo con su conciencia moral inclinándose por lo bueno y dejando de
lado lo malo o decidiéndose por lo malo y dejando de lado lo bueno. La doctrina del libre
arbitrio o libre albedrío es indeterminista. |
El fatalismo | Desconocido | No es libre | Expresa que la conducta humana está orientada
por fuerzas de carácter extraterrestre, trascendentes (los astros, por ejemplo) que dirigen
nuestras decisiones de modo que, lo que tiene que suceder sucede, lo que tiene que
cumplirse se cumple, no pudiendo el hombre hacer nada para evitarlo porque no goza de
libertad en sus actos |
El determinismo | Desconocido | No es libre | Afirma que el hombre en sus decisiones se
halla determinado a obrar bien o mal por causas ya no trascendentes sino, inmanentes,
terrenas, diferenciándose por esto del fatalismo porque las causales de sus actos pueden
sustentarse científicamente. Puede haber un determinismo físico-geográfico, un
determinismo biológico, psicológico, social, a los que el hombre no puede eludir en forma
alguna, aunque tenga la ilusión de obrar libremente por ignorar las causales que lo
determinan |
El bergsonismo | Henri Bergson | No es libre en los momentos de su aparición, pero, va
siendo cada vez más libre con el acontecer histórico. | Afirma que hombre no es libre en
los momentos de su aparición, pero, va siendo cada vez más libre con el acontecer
histórico. De ese modo ante la pregunta: ¿es el hombre libre? Debe responderse NO o SÍ,
con sentido dialéctico que, en su caso, es idealista-espiritualista pues la razón de ese
proceso evolutivo es metafísica. |
El existencialismo | Jean Paul Sartre | Es libre, | Afirma que el hombre está condenado a
ser libre, o como ya dijimos, es un esclavo de su libertad. Aunque quisiera dejar de ser
libre no lo podría; no es libre de dejar de ser libre. |
La fenomenología | Edmundo Husserl, | SÍ es libre, menos frente a los valores ante los
cuales NO es libre. | En principio se alinea con el libre arbitrismo, pero, hay momentos en
que, por ejemplo, con AloysMüler nos dice: cuando el hombre ha llegado a aprehender,
captar un valor, se halla “determinado” a realizarlo, no puede dejar de cumplirlo aduciendo
libertad alguna. |
El materialismo dialéctico | no conocido | No es libre. | Explica que el hombre
inicialmente no es libre y se hace más y más libre gracias al avance de las ciencias y no
de una “evolución creadora”. El hombre marcha, como decía Engels, “del reino de la
necesidad a la libertad” y reemplaza el término determinado, por el de “condicionado”,
porque la determinación impera en el campo físico y se atenúa en el campo humano.
Teoría de la libertad en el hombre
Después de haber demostrado que la virtud depende de nosotros, es preciso tratar del
libre albedrío y explicar lo que es el acto libre y voluntario, porque tratándose de la virtud, el
libre albedrío es el punto verdaderamente esencial. La palabra voluntario designa,
absolutamente hablando, todo lo que hacemos sin vernos precisados por una necesidad
cualquiera. Pero esta definición exige quizá que se la aclare por medio de algunas explicaciones.
El móvil que nos hace obrar es en general el apetito. Pueden distinguirse tres especies de
apetitos: el deseo, la cólera y la voluntad. Indaguemos en primer lugar si la acción a que nos
obliga el deseo es voluntaria o involuntaria. No es posible que sea involuntaria. ¿Por qué? ¿Y
de dónde nace esto? Todo lo que hacemos que no proceda de nuestra libre voluntad, sólo lo
hacemos por una necesidad que nos domina; y en todo lo que se hace por necesidad,
advertimos un cierto dolor como su resultado. El placer, por lo contrario, es una consecuencia
de lo que hacemos movidos por el deseo. Así, pues, las cosas que se hacen por el deseo no
pueden ser involuntarias, por lo menos en este sentido, y antes bien son ciertamente
voluntarias. Es cierto que a esta teoría podría oponerse la que se ha ideado para explicar la
intemperancia: «nadie, se dice, hace el mal por mero gusto sabiendo que es el mal, y por lo
tanto, el intemperante incapaz de dominarse, sabiendo que lo que hace es malo, no por eso se
abstiene de hacerlo, y es porque sigue el impulso de su deseo. No obra con una voluntad libre
y se ve arrastrado por una necesidad fatal.» Refutaremos esta objeción con el mismo
razonamiento sentado más arriba. [27] No, el acto que provoca el deseo no es un acto
necesario, porque el placer es el resultado del deseo, y lo que se hace por placer jamás nace de
una necesidad inevitable. también se puede probar de otra manera, que el hombre estragado
obra con plena voluntad, porque al parecer no puede negarse que los hombres injustos son
injustos voluntariamente; es así que los hombres estragados son injustos y cometen una
injusticia; luego el hombre corrompido que no es dueño de sí mismo, comete voluntariamente
los actos de intemperancia que ejecuta.