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31-7-2015 Ciudad Segura: Estrategias y acciones básicas para la prevención
Talleres para
transformar
vidas
Paulina Yunuén Guzmán Linares MORELIA, MICHOACÁN, MÉXICO
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Descripción del proyecto El proyecto a desarrollarse consistiría en dar talleres culturales, deportivos, de oficios, de salud, de
habilidades para la resolución del conflicto y resiliencia, para niños y jóvenes afectados por la
situación de violencia que se vivió en su localidad originada por el narcotráfico en Michoacán, con
tiroteos, cuerpos descuartizados y amenazas, es decir un ambiente tenso, ya que además los
grupos delictivos controlaban incluso los horarios en que la gente podía salir y los precios de los
alimentos, lo que llevó a muchos niños y jóvenes a normalizar la violencia, a ver al narcotráfico
como una fuente de empleo, y a vivir con miedo. A pesar de que de los 113 municipios que
conforman el estado fueron pocos los que no vivieron algún incidente violento a consecuencia del
fenómeno del narcotráfico, la región cuyos daños fueron más conocidos fue Tierra Caliente; por
ello, se iniciaría el proyecto en algunos municipios de esta zona, que serían seleccionados después
de realizar el diagnóstico de seguridad, aunque se podría anticipar que algunos de los municipios
que estarían presentes serían Apatzingán, Aguililla, La Huacana y Buenavista.
El objetivo de estos talleres sería ayudar a los niños y jóvenes a sobreponerse de la situación
adversa en la que vivieron, a través de herramientas y estrategias para esto, así como también se
busca que al estar en un entorno violento no repitan patrones, contando con habilidades para la
resolución de conflictos y con la enseñanza de un oficio, que en un futuro podrían ver como una
fuente de empleo. Igualmente, los talleres de salud prevendrían el alcoholismo y la drogadicción.
Los beneficios de las actividades artísticas y deportivas fomentaran en ellos valores como el
compañerismo, la amistad, la tolerancia y el respeto, además de que se generará una sana
convivencia, logrando canalizar sus emociones. A su vez, se contaría con un medio para fomentar
la cohesión comunitaria, y la solidaridad.
A continuación se muestra la planificación del proyecto Talleres para transformar vidas, bajo el
método de las 5 etapas de una estrategia de prevención del crimen y la violencia.
Planificación de la etapa 1 Establecimiento de las bases
1. Establecer una base de apoyo
En este primer paso, se convocaría a una reunión integrada por personas con interés en la
prevención de la violencia e inseguridad. Para ello, por un lado se invitaría a actores clave y
reconocidos en la comunidad en la que se quiere trabajar, por ejemplo, los encargados del orden o
jefes de manzana, colonos; también se requeriría la participación de organizaciones de la sociedad
civil afines y ciudadanos reconocidos por su preocupación en la materia; además de instituciones
gubernamentales como el Consejo Ciudadano Central para el caso de Apatzingán, la Secretaría de
Educación del Estado, gobiernos municipales. También, si ya se sabe que se quieren organizar
talleres extracurriculares en diversos temas para niños violentados se buscaría a madres y padres
de familia, e instructores deportivos, culturales, psicólogos expertos en mediación del conflicto y
resiliencia. En esta primera charla, se dará una introducción al tema de la prevención del crimen y
la violencia, puesto que quizá algunos de los involucrados no conozcan a fondo todo lo que se
puede hacer para prevenir.
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La idea de este grupo inicial es que sea heterogéneo para que cada uno pueda aportar opiniones
desde su trinchera, y expandir los horizontes de los presentes. También, un objetivo de esta
reunión sería denotar el empoderamiento que puede asumir la comunidad, como un actor
indispensable y agente de cambio.
Una vez que se lleve a cabo esta reunión, se podría perfilar el líder del proyecto.
2. Conformar un equipo de prevención
El equipo de prevención sería pequeño, y su elección sería democrática, ya que se elegirían por los
participantes del proyecto en asambleas. No obstante, estos individuos deberán contar con el
tiempo necesario para coordinar el proyecto, y ser responsables y comprometidos. El equipo
incorporaría a líderes comunitarios, representantes de instituciones gubernamentales encargadas
de la seguridad, organizaciones de la sociedad civil, madres de familia, actores/expertos clave
dependiendo del tema. El líder de este equipo tendría que tener la habilidad de trabajar
colaborativamente, motivar al equipo, ser perseverante y paciente. Serían alrededor de 5
integrantes, y se realizaría una firma simbólica de la conformación de este equipo, para garantizar
un mayor compromiso evitando la rotación de personas de manera constante, además de que se
cuidaría la equidad de género con la incorporación de mujeres y hombres. También, se definirían
roles, destacando la importancia dela comunicación constante con la comunidad, y de la
documentación de sus actividades. Una vez que se integrara, se decidiría cómo se tomarían las
decisiones, buscando llegar a un consenso. En este equipo se realizarían actividades de
integración, para fomentar lazos de confianza y cohesión, así como se les brindarían
capacitaciones en temas diversos, como mediación de conflictos o prevención de la violencia, para
garantizar que todos estén en la misma línea, porque puede ocurrir que algunos no crean en la
prevención, o en que ésta tenga un impacto en la violencia.
A los integrantes de este equipo de prevención no se les asignaría un sueldo, estaría conformado
de voluntarios. No obstante, se buscaría gestionar recursos para gastos personales ocasionados
por el proyecto, como un apoyo para gasolina, transportación o alimentos. Al no ofrecer un
sueldo, se corre el riesgo de que las personas no se sientan comprometidas con el proyecto, por
ello, se busca una persona responsable e interesada en la prevención de delito, que no vea su
participación en el equipo como un trabajo, sino como una manera de contribuir por el bienestar
de su comunidad.
3. Diseñar el proceso de movilización
Para involucrar a la comunidad y poder movilizarla se necesita una comunicación constante, que
se dará mediante reuniones agendadas mensuales o bimestrales, dependiendo de los resultados.
Se utilizarían las redes sociales para ir mostrando lo que se está haciendo, y para sumar
voluntarios al proyecto, ya sean funcionarios del gobierno local o ciudadanos.
A la comunidad, se le haría saber los objetivos, la importancia de su participación, haciéndoles ver
que ellos son un motor para el cambio, y que sus opiniones y percepciones son tomadas en
cuenta. También se les invitará a las actividades que se desarrollen, para que expresen sus ideas y
sean un actor activo.
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4. Diseñar la estrategia de comunicación
Lo que se querrá comunicar serán los beneficios de vivir en una comunidad segura, así como los
avances y ventajas del proyecto, tales como favorecer la sana convivencia y la resiliencia de los
niños y jóvenes, colaborar en su formación integral, evitar que la violencia se siga reproduciendo
por el ambiente en el que crecen estos niños y jóvenes. También se difundiría el monitoreo y
resultados que ha tenido el proyecto y se permitiría dar a conocer los testimonios de algunos
beneficiados de programas de prevención de la violencia, y los participantes. Para difundir la
información se utilizarán varios medios, como folletos en su versión impresa y electrónica, a
manera de un boletín mensual. Asimismo, se colocarían algunos carteles y habría reuniones o
encuentros formales. El periódico, radio y televisión podrían ser útiles pero dependería del
presupuesto del proyecto. Adicionalmente, el proyecto puede contar con una página de internet, y
redes sociales, en las que también podrá subirse un informe, garantizando la transparencia del
proyecto, y buscando interactuar con la comunidad.
5. Estimar qué recursos serán necesarios y garantizar los compromisos
Para este rubro se realizará un presupuesto contemplando los gastos que ocasiona el proyecto, e
identificando las necesidades del mismo. Con base en ellos, se crearía un equipo de gestión y
recaudación de fondos, y se bajarían fondos tanto del gobierno u organismos internacionales y del
sector privado. Incluso si fuera necesario se usarían otras estrategias como eventos o cenas para
recaudar fondos. También, se buscarían patrocinadores que pudieran aportar en especie o hacer
donativos, creando incluso alianzas, por ejemplo con las escuelas que brinden carreras
profesionales artísticas, deportivas o en psicología, para que sus alumnos puedan hacer su servicio
social y profesional colaborando en el proyecto.
6. Administrar el proceso
Para este paso se desarrollaría un cronograma de trabajo bajo el siguiente esquema, desarrollado
en algún software como Excel o GanttProject:
Actividad Responsable Semana 1 Semana 2 Semana 3 Semana 4
-Reunión inicial Juan Pérez -Formación del equipo Perla Olivares -Encuestas Tatiana Paz
Para hacer las reuniones concisas, se contaría con una agenda del día, dada a conocer con
antelación, y se haría una minuta de la reunión, en la que se anotarían las tareas pendientes de
cada miembro del equipo, así como se establecería una fecha límite. También se documentarían
las actividades a desarrollar con su presupuesto, los involucrados, el resultado, etc.
Dependiendo del conocimiento y relación las tecnologías del equipo, se podrían apoyar de google
drive para editar y compartir documentos como calendarios, y cronogramas.
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Planificación de la etapa 2 Diagnóstico de seguridad comunitaria
7. Identificar los problemas de violencia y seguridad en el área
Se realizaría un listado de los datos que sea necesario conocer, así como las posibles fuentes de
información respectivamente. Un dato básico indispensable sería la incidencia delictiva, para la
cual podríamos apoyarnos en las cifras municipales que maneja el Secretariado Ejecutivo del
Sistema de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del Estado. Además se tendría
el objetivo de tener la información con el mayor desglose, pudiendo identificar geográficamente
las características del delito, delincuente y víctima. Los datos de incidencia delictiva se convertirían
en tasas por cada 100 mil habitantes, ya que esto expresa mejor la situación que los números
netos. Otra fuente de información sería la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, ya que
podría brindarnos información policial, y número, motivo y colonia de origen de las llamadas al C4
(Centro de Comunicaciones, Cómputo, Control y Comando). Aunado a lo anterior, se recurriría a
Encuestas publicadas como la ENVIPE, puesto que la cifra de delitos no denunciados es alta.
También, se podría solicitar al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia los reportes que
tienen de violencia juvenil o doméstica para los municipios seleccionados. Incluso, dependiendo
del presupuesto, se podría levantar una encuesta propia para determinar los principales
problemas de la violencia y el crimen que afectan a la gente, incluidos el alcoholismo, la
drogadicción y el bullying. Para la mayoría de las dependencias, la información se solicitaría a
través de reuniones y oficios, así como con las entidades de transparencia. Asimismo, se
realizarían entrevistas a profundidad y grupos de enfoque, que aportaran datos cualitativos del
fenómeno, puesto que la percepción juega un papel muy importante en materia de inseguridad.
8. Analizar las características físicas del área
Para este punto se recabaría información social, económica, cultural, demográfica, de diseño
ambiental, de movilidad, de cohesión social, vivienda, salud, educación, etc., con la intención de
comprender las causas del delito. Dependiendo del presupuesto, se vería la posibilidad de levantar
encuestas, realizar observación participante y grupos de enfoque, en los municipios seleccionados
conociendo el impacto que el fenómeno de la inseguridad ha dejado.
9. Identificar qué acciones se han llevado a cabo para la prevención de la violencia en la
comunidad, y quiénes son los actores que han participado
Para este paso, se investigaría con el gobierno local qué programas se han desarrollado en materia
de prevención del delito en los municipios seleccionados, igualmente se consultaría al gobierno
estatal, a través de portal de transparencia, para conocer qué programas se han realizado, en qué
municipio, su duración y su evaluación. Adicionalmente, se preguntaría a los miembros de la
comunidad si saben de algún proyecto de esta índole, y quién los ha brindado. También, se
buscaría a asociaciones civiles del municipio afines, para ver qué han hecho, y qué experiencia han
tenido.
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10 Difundir los resultados del diagnóstico
Para dar a conocer los resultados del diagnóstico se haría un foro público invitando a la
comunidad, gobierno, instituciones educativas, posibles patrocinadores y medios de
comunicación. En el foro se presentarían los hallazgos más relevantes en un par de diapositivas
presentadas por el equipo de prevención. Además, sería un espacio de interacción entre los
diversos actores, pudiendo aclarar sus dudas o inquietudes. También, se haría un documento
escrito impreso y electrónico que se les proporcionaría a los invitados, por si desean profundizar
en algún tema. Se podría organizar sesiones informativas para cada actor clave, sin embargo, si los
actores están juntos podría aprovecharse para que conocieran el sentir de los otros respecto al
tema, creando un espacio para el intercambio de ideas y encontrar soluciones.
11. Identificar, analizar y decidir cuáles son los problemas más importantes (priorizar)
Después de conocer los principales problemas de violencia y seguridad en el área, así como las
características de ésta, y los proyectos ya desarrollados en materia de prevención, se haría una
lista de los delitos con mayores tasas de incidencia, contrastándolo con los delitos que más
preocupan a la población o que los hacen sentir más inseguros. Para decidir qué hacer, sería útil la
matriz que viene en el módulo considerando: volumen, tasa, riesgo, cambios en la tasa de
incidencia, temor y preocupación, impacto y posibilidad de reducción; incorporando además la
existencia de proyectos o programas que ya se enfocan a colaborar en la disminución de esos
delitos. Adicionalmente, si los datos recabados previamente arrojan a ciertas zonas como focos
rojos por la alta incidencia de determinado delito en esa zona, o por la procedencia de la mayoría
de los delincuentes de ese barrio, se les daría prioridad. Esta priorización permitiría ver si el
proyecto que se quiere desarrollar cubre algunos de los problemas prioritarios o no, logrando
enriquecerlo.
12. Conducir el análisis de las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas (SWOT)
Para el análisis FODA se reunirá el equipo de prevención, ya que con los pasos realizados
anteriormente ya sabría a qué se está enfrentando y en qué se tiene que mejorar. Para ello se
auxiliarían de preguntas sobre las ventajas que tiene el equipo, las dificultades que percibe, las
carencias que tiene, tanto de factores internos como externos, relacionadas a alianzas
estratégicas, financiamiento, apoyo del gobierno y la comunidad, perfiles socioeconómicos y
culturales del área en el que se quiere trabajar, experiencia del equipo, por mencionar algunas.
Con base en este análisis, se tomarían decisiones sobre cómo fortalecer las debilidades y
disminuir las amenazas, mantener las fortalezas y trabajar en las áreas de oportunidad.
Conclusión Esta fase del proyecto, te hace dimensionar todo lo que implica desarrollar la base para una
estrategia de prevención, puesto que al planificar cada paso, te das cuenta de todo el trabajo
físico, intelectual y económico que implica, y de los obstáculos que podrías enfrentar. Al ir
ideando lo que se tendría qué hacer, te hace más lógica las 5 etapas que se nos proporcionaron en
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el módulo. Este ejercicio me facilitó vislumbrar lo importante que es partir de un diagnóstico para
tener un panorama actual y confiable de lo que está ocurriendo, puesto que a veces se parte de
supuestos, y sin un punto de partida confiable será difícil ver si el proyecto está dando resultados,
ya que no se podría hacer una comparación entre el antes y después de la estrategia.
Pensando en la viabilidad de desarrollar los pasos tal cual, reflexioné sobre los retos que se
tendrían que enfrentar en estas etapas puesto que visualizas que muchas cosas no dependen de ti
ni de una sola persona o entidad, y que puede que fracases intentando conseguir algo, por
ejemplo, los datos estadísticos sobre incidencia delictiva a nivel de desglose de colonia, o una
georreferenciación del delito, o perfil del delincuente y la víctima, y muchas veces no es porque no
se tenga esta información, sino porque es de carácter clasificado, además, el proceso de recabar la
información es tardado, y levantar encuestas e implementar otros métodos de investigación
también. Aunado a esto, en ocasiones no se cuenta con la voluntad y el compromiso que requiere
un proyecto de los miembros del equipo, o no es aceptado por la comunidad, lo que dificulta e
incluso imposibilita su ejecución.
También, la poca capacitación en la gestión de fondos puede hacer flaquear a la estrategia, y a
veces no es porque no existan estos recursos sino porque no se sabe “bajarlos”.
Planificación de la etapa 3 Formulación de la estrategia
13. Seleccionar los problemas prioritarios y agruparlos en áreas focales
Después de priorizar los problemas que arrojó el diagnóstico, se agruparían en áreas focales, de
acuerdo a temas comunes, por ejemplo, si se detectó el alcoholismo juvenil y la pertenencia a
pandillas, se incluirían en el área focal de violencia juvenil. Como no se puede abarcarlo todo ya
que los recursos humanos y materiales son limitados, se seleccionarían 4 áreas focales como
máximo, basados en la dimensión del o los problemas que agrupa. Por ejemplo, abordar: violencia
doméstica, violencia en las escuelas, diseño urbano y violencia juvenil.
14. Identificar a los posibles socios locales para cada área correspondiente
En este paso se convocaría a una reunión con los interesados en el proyecto, mostrándoles en un
diagrama las áreas focales, para realizar una lluvia de ideas donde señalen a los socios potenciales
que ellos conocen para cada área, utilizando si es posible su capital social. Para lo anterior,
también se indagaría en actores locales interesados, mostrándoles los beneficios que podrían
tener de ser socios; por ejemplo, para una empresa que comercialice útiles escolares les
interesaría la prevención de la violencia escolar, igualmente, las escuelas serían grandes aliadas
para los talleres, puesto que en este espacio los niños y jóvenes pasan gran parte de su día. En
este ejercicio se irían formalizando los apoyos, y se vería en qué áreas harían falta. Igualmente, se
buscaría que los medios de comunicación fueran socios de este proyecto, puesto que ellos
contribuyen de manera significativa en la percepción de los ciudadanos.
15. Identificar las posibles soluciones y seleccionar las más adecuadas
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Para determinar el nivel de intervención se vería cómo pueden aportar el barrio, el municipio, el
estado y la federación, según cada área focal. Para el proyecto, sería indispensable la participación
del barrio, ya que éste puede ayudar facilitando espacios para la realización de los talleres al igual
que el municipio, o con la limpieza los lugares que se consigan para dar los talleres. Asimismo, el
estado puede colaborar consiguiendo a los instructores necesarios, incluso financiando proyectos
que sean resultado del taller de oficios. También, se revisarían las mejores prácticas nacionales e
internacionales, así como los resultados de dichos proyectos, ya que estudiando esto, quizá se
viera que ha fallado en otros proyectos similares para no cometer los mismos errores.
Mediante un foro convocado por el equipo de prevención, invitando a la comunidad, los actores
involucrados expresarían las ideas de cómo resolver los problemas de las áreas focales, viendo la
viabilidad de cada alternativa de solución expresada. En este ejercicio, se contaría con expertos en
la materia, con ciudadanos, padres y madres de familia, jóvenes, representantes de organizaciones
civiles, maestros, sacerdotes o predicadores religiosos y autoridades gubernamentales. La
pluralidad de actores permitiría tener un mayor número de soluciones para cada problema,
logrando ver cada área focal desde distintas perspectivas. Posteriormente, el mismo grupo
participaría analizando cada solución que se presentó, viendo sus pros y contras, y las dificultades
o retos que tendrían que enfrentar de tomar dicha solución. Sumando a esto, se tendrían en
mente los recursos disponibles, para determinar la capacidad de incidencia en cada solución y la
efectividad que tendrían. Del mismo modo, el hecho de que sea un foro abierto abona a la
transparencia de la toma de decisiones y favorece el consenso y la discusión. Además, si la
comunidad participa, y está de acuerdo con la solución elegida, es más fácil que se apropien de
ella y se comprometan con el proyecto.
Utilizando el diagnóstico previamente hecho se podría determinar quiénes serían los beneficiarios,
también considerando los factores de riesgo. Para el proyecto Talleres para Transformar vidas, se
había determinado previamente que los beneficiarios serían aquellos niños y jóvenes que se
encuentran en los municipios de Michoacán más afectados por violencia y el crimen producto del
narcotráfico, puesto que por su situación necesitan atención. También, se considerarían los
factores de riesgo identificados en el diagnóstico elaborado. Además ese ejercicio permitiría
corroborar si realmente el proyecto planteado es la mejor solución planteada al problema con los
recursos humanos y materiales disponibles.
16. Obtener apoyo para los programas seleccionados
Gracias al proceso que se ha manejado en los pasos anteriores, donde se ha fomentado el diálogo
entre varios actores, escuchando y retroalimentando opiniones de diversa índole, incorporando a
la comunidad y al gobierno local, y analizando las posibles soluciones, sería probable que hubiera
un consenso. En este punto ya se podría analizar la viabilidad de la implementación de los Talleres
para Transformar vidas como una alternativa que atiende a un grupo específico afectado por la
violencia de su zona geográfica, sabiendo si se cuenta con el apoyo de los padres y madres de
familia. Incluso, se vería si se pueden integrar acciones que complementen el objetivo de este
proyecto, es decir, dar talleres también a los padres; realizar rescate de espacios públicos ya sea
realizando talleres en estos lugares, para que los niños y jóvenes recuperen la confianza y se
apropien del lugar; vigilar el acceso de los jóvenes al alcohol; hacer a las escuelas lugares seguros a
través del diseño urbano y crear un protocolo de actuación para los casos de bullying validado por
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un comité de padres de familia, autoridades educativas gubernamentales, organizaciones de la
sociedad civil orientadas a educación y maestros; fundar un observatorio ciudadano de seguridad
y gobernanza urbana municipal, por mencionar algunos.
17. Elaborar planes de proyectos para implementar soluciones
Los talleres propuestos serían un proyecto para aliviar el trauma de los niños y jóvenes de los
principales municipios afectados por el narcotráfico en Michoacán. Sin embargo, las otras acciones
enunciadas en el paso anterior, formarían el programa que tendría el objetivo antes mencionado.
Para cada uno de los proyectos se tendrían que enunciar las actividades a realizar, incluyendo el
periodo en el que se desarrollarían, el o los responsables de esa tarea, el costo, los recursos que se
utilizarán y los socios o alianzas estratégicas formadas.
En este paso se establecerían los objetivos, las actividades a realizar para cada objetivo, el
responsable, evaluando las capacidades y habilidades, para que de ser necesario se busque una
capacitación o se contrate el servicio de un especialista para determinada actividad. Igualmente,
se elaborará un cronograma, para ir midiendo el avance de cada actividad, siendo conscientes de
que la fecha se puede ajustar. Aunado a esto, se identificarán los insumos que son necesarios,
tanto financieros como de personal, y se elaborará un presupuesto del proyecto por cada
actividad a realizar, contemplando la evaluación del mismo. Igualmente, el plan tendría el
monitoreo de la ejecución del proyecto para poder lograr los objetivos planteados.
18. Desarrollar un marco lógico para su estrategia
Para la realización del marco lógico, el equipo de prevención se reuniría e idearía este marco con
ayuda de diagramas y apoyos visuales como fotografías para ilustrar el plan de trabajo,
principalmente los recursos y las actividades, mostrando también los resultados esperados,
denotando el producto, los resultados y el impacto. Lo anterior abarcaría una temporalidad del
corto, mediano y largo plazo, y el marco lógico sería útil para visualizar la estrategia y para
conseguir financiamiento. Este marco ilustraría la relación entre lo que se tiene, lo que se quiere
hacer y lo que se espera conseguir con estas acciones. Posteriormente, se enseñaría a los actores
participantes en este programa y a la comunidad en general, para tener su retroalimentación y ver
si se tienen que hacer ajustes porque no son claras las relaciones entre los elementos plasmados.
Conclusión La formulación de la estrategia es una etapa que requiere una gran participación de la comunidad
y los actores involucrados puesto que se busca llegar a un consenso en la toma de decisiones.
Asimismo, para cada problema hay varias soluciones, y en ocasiones es difícil determinar cuál es la
mejor solución, puesto que deben considerarse varios factores, como la viabilidad de cada
alternativa de solución dependiendo de los recursos disponibles.
En la práctica podría resultar complejo obtener un consenso sobre la solución que se escogerá
para el problema, ya que cada actor representa intereses distintos. Además, este proceso puede
resultar tardado porque se requiere priorizar.
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Planificación de la etapa 4 Gestión del proyecto
19. Asegurar los recursos para una adecuada gestión del proyecto
Para que el proyecto tenga una gestión adecuada, se aprovecharía el conocimiento o las áreas de
especialización del equipo de prevención, así como de los socios, y de la comunidad. Si el
presupuesto lo permite, se contaría con un administrador para el proyecto, o se le pediría asesoría
a uno sobre estrategias y administración en general. Igualmente, el equipo de prevención recibiría
capacitaciones en administración y desarrollo de proyectos para que estén preparados para los
retos que implica el proyecto. Asimismo, el equipo de prevención convocaría a reuniones para
presentar una rendición de cuentas, donde la comunidad quede enterada de en qué se están
gastando los recursos del proyecto.
20. Presentar el plan, documentar el proceso y difundir la información
Después de que los socios hayan revisado el plan propuesto, el equipo de prevención convocará a
una reunión con la comunidad para presentarle el plan y recibir retroalimentación del mismo,
considerando las observaciones, comentarios y sugerencias de la comunidad, y dado que la
participación de la comunidad es fundamental en el desarrollo del proyecto, se buscaría crear un
diálogo entre el equipo de prevención y los socios, y la comunidad, donde todos los actores
puedan expresar sus opiniones, argumentarlas y debatirlas para llegar a realizar el plan de trabajo
que mejor se ajuste al proyecto. Este paso podría ser tardado, por lo difícil que puede ser llegar a
un consenso.
No obstante, el proyecto de Talleres para transformar vidas aborda una preocupación de la
comunidad al interesarse por la situación de los niños y jóvenes de la localidad, por lo que sería
sencillo que aceptaran el proyecto con facilidad.
Una vez que se realice este proceso de retroalimentación y ajustes al plan de acción, se debería ir
verificando su seguimiento y documentando este proceso. En cada reunión se tomaría una minuta
y lista de asistencia de los presentes, así mismo, el equipo de prevención tendría una bitácora de
actividades, describiendo la fecha y principales actividades realizadas. Igualmente, se guardaría
evidencia del trabajo que se ha hecho para conformar un archivo, por ejemplo fotos de los
talleres, boletines y publicidad de los talleres, encuestas realizadas, informes del equipo de
prevención, diagrama que muestre el avance del proyecto, testimonios y datos de los niños y
jóvenes que tomarían el taller. La información anterior se guardaría de manera física y digitalizada,
quedando al resguardo del equipo de prevención.
Para mantener la confianza de los actores participantes del proyecto, así como para reafirmar su
compromiso, se buscaría difundir los avances de cada fase del proyecto, para que la comunidad
vea que sí se está trabajando y cumpliendo con los objetivos fijados. Por ello, se realizarán
evaluaciones periódicas al desarrollo del proyecto, para poder difundir los logros y mejorar las
áreas de oportunidad. También, se buscaría que otros municipios conocieran el proyecto y se
pudiera replicar.
21. Conseguir apoyo para el plan
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A lo largo del desarrollo del plan se incentivaría la participación de la comunidad para consolidar
su apoyo, ya que es un actor fundamental en el proyecto. Para lograr lo anterior se realizarían
consultas a la comunidad como a los principales actores locales, tratando de llegar a un consenso
en la toma de decisiones, ponderando los distintos intereses, bajo un enfoque de “ganar-ganar”.
Autoridades gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, comités de padres de familia,
líderes religiosos y autoridades educativas, estarían invitadas en las distintas fases del plan; se
tendría una comunicación constante entre los socios, creando espacios para que puedan
retroalimentar el proyecto, sin perder de vista los objetivos planteados y la situación plasmada en
el diagnóstico de seguridad.
Planificación de la etapa 5 Monitoreo y evaluación del plan de acción
22. Asegurar de haber incluido el monitoreo y la evaluación
Cada fase del proyecto estaría acompañada del monitoreo constante, ya que sería una acción
clave para percatarse de lo que está funcionando y de lo que no, para poder hacer las
adecuaciones necesarias para el óptimo desarrollo del proyecto. El encargado del monitoreo sería
el administrador del proyecto o en su defecto se le asignaría esta tarea a un integrante del equipo
de prevención. Adicionalmente, la estrategia estaría sometida a una evaluación, analizando el
valor de cada intervención realizada. Esta evaluación se efectuaría por una persona externa al
proyecto, procurando la imparcialidad y objetividad, para esto se podría formar un comité
evaluador, integrado por algún investigador o profesor experto en temas afines a la prevención de
la violencia y la delincuencia y/o gestión de proyectos.
Para este paso se retomarían los resultados del diagnóstico previamente realizado, que serían los
datos que sentarían un punto de partida, para poder comparar el movimiento en el trascurso del
tiempo.
23. Asegurar de que las metas y los objetivos del proyecto estén definidos de forma clara y
correcta
Para asegurar que el proyecto tenga metas y objetivos claros, el equipo de prevención se
encargaría de que se enuncie cada meta, y para cada meta una serie de objetivos específicos,
basándose en qué se quiere lograr y cuándo. Las metas serían amplias y los objetivos tendrían una
fecha límite. Por ejemplo, una meta del proyecto sería reducir el efecto de la violencia producto
del narcotráfico en los niños de la localidad; un objetivo específico correspondiente sería reducir
en un 15% el bullying en las escuelas de educación primaria en un año. Un objetivo del proyecto
también podría ser que a los tres meses de arranque, ya se estén dando al menos 5 talleres, y para
este objetivo algunos productos serían que en el primer mes ya se tengan asegurados a los
instructores, que en el segundo mes ya se cuente con el material didáctico necesario para
desarrollar las actividades de los talleres, así como los espacios físicos para las clases y la lista de
los interesados.
24. Identificar medios para evaluar su programa y la forma en que ejecutó los proyectos
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En este paso el equipo de prevención establecería los indicadores de desempeño de los productos
que se elaborarían en el paso anterior, para probar que el producto indicado se ha llevado a cabo,
para evaluar si se ha logrado satisfactoriamente el producto proyectado o no. Por ejemplo, uno de
los productos del proyecto sería: instructores que informan a niños y jóvenes sobre las
consecuencias del consumo de alcohol y drogas; y uno de sus indicadores de desempeño sería el
número de folletos informativos sobre el alcoholismo y drogadicción entregados. Otro ejemplo de
un producto sería: poner en marcha el taller sobre resiliencia; su indicador de desempeño podría
ser el número de niños y jóvenes que han tomado este curso.
Otro aspecto relevante en este paso es la manera en la que se va a juzgar el impacto que ha tenido
el proyecto, a través de indicadores. El equipo de prevención haría una propuesta de estos
indicadores, llegando a un consenso con los socios y actores participantes, enfatizando en que
para mejorar algo hay que medirlo. Por la naturaleza del proyecto un indicador sería el nivel de
participación de niños en los talleres brindados.
Adicionalmente, se contaría con indicadores de desempeño sobre el compromiso de los socios a
través de una lista de asistencia a reuniones.
25. Establecer un marco de evaluación y aplicarlo
Para este paso, el equipo de prevención establecería un marco lógico para monitorear de una manera coherente lo que se está haciendo en el proyecto. Para lograr lo anterior, se diseñaría un esquema visual apropiado, que permitiría relacionar de manera clara los indicadores. Primero, el equipo de prevención seleccionaría un diseño de evaluación, considerando el costo que tendría y el nivel de conocimientos especializados que requeriría, es decir, valorando los recursos humanos y materiales disponibles, así como los pros y contras de cada uno. En primera instancia, el método de evaluación propuesto podría ser un seguimiento a los cambios en la comunidad, puesto que tiene la ventaja de documentar todos los cambios obtenidos, sin embargo, no se podría saber a ciencia cierta si el cambio se debe a la estrategia implementada o a otro proyecto. No obstante, este reto se podría enfrentar con los métodos para recopilar información que se seleccionen, para este proyecto se utilizarían cuestionarios y encuestas de entrada y de salida, es decir, antes y después de tomar los talleres, también se realizarían entrevistas en la comunidad, grupos de enfoque tanto con los participantes directos del proyecto como a sus familias y miembros de la comunidad.
La evaluación de impacto se realizaría enfocándose en los cambios que han ocurrido en las condiciones de vida de los beneficiarios, midiendo no solo los resultados e impactos que el proyecto quería tener de acuerdo a los objetivos, si no también aquellos resultados que no se esperaban y que pueden ser positivos o negativos. La evaluación resultará crucial para tomar decisiones acertadas sobre el proyecto.
Algunos ejemplos de elementos que se evaluarían son:
El 75% de los niños y jóvenes que han participado en los talleres han disminuido
considerablemente su miedo a estar en espacios públicos.
El 100% de los niños y jóvenes que asisten a los talleres conoce estrategias de resolución de conflictos.
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El 30% de las familias de los participantes en los talleres ha mejorado su percepción de la prevención de la violencia.
El 80% de los asistentes a los talleres ha resuelto sus conflictos escolares y familiares de manera pacífica.
El 100% de las escuelas conoce e implementa el protocolo de actuación elaborado para los casos de bullying.
El 85% de los niños y jóvenes involucrados en los talleres se sienten anímicamente mejor. El 25% de los jóvenes de la comunidad tiene habilidades para desempeñar un oficio.
Decremento de un 40% en el consumo de alcohol entre los jóvenes participantes.
Conclusión La gestión del proyecto es una etapa que requiere mucha energía y trabajo en equipo, y que
permite ir viendo con qué apoyos se cuenta. También, resulta fundamental aprovechar las
habilidades y especialidades del capital humano que integra el proyecto para el desarrollo del
mismo. En esta fase, los conocimientos en administración y gestión de proyectos son muy
importantes para el buen funcionamiento de las actividades a realizar, sin embargo, no es menos
importante el empeño, voluntad y compromiso del equipo de prevención y los socios para
implementar el proyecto. Asimismo, puede ser que el proyecto no esté teniendo la aceptación
esperada, por lo que resulta crucial hacer un monitoreo constante, para poder realizar los cambios
pertinentes en la estrategia, así como una evaluación que permita medir los cambios en las
condiciones de vida de la comunidad a partir del proyecto. No obstante, saber con certeza si los
cambios se deben exclusivamente a la estrategia puede resultar complicado, así como ser
objetivos a la hora de establecer los indicadores. Para lo anterior, el diagnóstico inicial es
indispensable al asentar una línea base, pudiendo comparar el antes y después en la calidad de
vida de los niños y jóvenes.