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U.N.LU. DPTO. DE CIENCIAS SOCIALES
TALLER DE LECTURA Y COMPRENSIN DE TEXTOS - 2014
FLORENCIA BERNHARDT
LUCA NATALE
ANDRS BUISN
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ndice
Primera Parte: Comunicacin. Lectura acadmica. El resumen.
1er encuentro.. 4
Comunicacin Competencias .. 4
Funciones del lenguaje 11
2do encuentro .. 14
Operaciones de lectura de imgenes, textos y paratextos 14
La lectura acadmica . 24
3er encuentro.. 29
Resumen 29
Ejercicios de integracin 37
Segunda Parte: Gneros discursivos. Tipos y recursos textuales. La explicacin
1er encuentro 45
Estilo . 45
Gneros . 50
2do encuentro 53
Explicacin 53
Narracin 61
Descripcin 66
3er encuentro. 68
La escritura acadmica La escritura acadmica 68
Recursos 72
Explicacin y argumentacin . 81
3
Ejercicios de integracin.. 83
Tercera Parte: Argumentacin. Polifona. Confrontacin de textos.
1er encuentro. 96
Problema .. 96
Hiptesis y problema ... 98
Argumentacin e intertextualidad 101
2do encuentro . 110
Razonamiento deductivo ... 110
Razonamiento inductivo . 113
Razonamiento dialctico 118
3er encuentro..122
El nexo causal como argumento . 122
La descripcin .. 127
Ejercicios de integracin133
4
Primera Parte: Comunicacin. Lectura acadmica. El resumen
Encuentro 1- Comunicacin, competencias, funciones del lenguaje
Para comenzar las actividades le solicitamos que lea el texto que se presenta a continuacin
del escritor Jos Saramago. La finalidad de este ejercicio es la de prepararnos para leer y
conversar sobre las lecturas, en particular, sobre los significados y las formas de la lengua
que se presentan aqu.
A medida que lea, trate de ir sealando o subrayando elementos que le resulten
importantes o significativos. Estos elementos pueden ser ideas o reflexiones, palabras,
prrafos, nombres, lugares, acciones, sentimientos, etc. Tambin trate de identificar de
qu habla el texto principalmente y cul es la finalidad que el texto tiene. Luego de realizada
la actividad de lectura, de manera grupal, comentaremos estos aspectos.
Texto 1
Discurso de aceptacin del Premio Nobel 1998 Jos Saramago
De cmo los personajes se convirtieron en maestros y el autor en su aprendiz
El hombre ms sabio que he conocido en toda mi vida no saba leer ni escribir. A las cuatro
de la madrugada, cuando la promesa de un nuevo da an vena por tierras de Francia, se
levantaba del catre y sala al campo, llevando hasta el pasto la media docena de cerdas de
cuya fertilidad se alimentaban l y la mujer. Vivan de esta escasez mis abuelos maternos,
de la pequea cra de cerdos que despus del desmame eran vendidos a los vecinos de
nuestra aldea de Azinhaga, en la provincia del Ribatejo. Se llamaban Jernimo Melrinho y
Josefa Caixinha esos abuelos, y eran analfabetos uno y otro. En el invierno, cuando el fro
de la noche apretaba hasta el punto de que el agua de los cntaros se helaba dentro de la
casa, recogan de las pocilgas a los lechones ms dbiles y se los llevaban a la cama. Debajo
de las mantas speras, el calor de los humanos libraba a los animalillos de una muerte cierta.
Aunque fuera gente de buen carcter, no era por primores de alma compasiva por lo que
los dos viejos procedan as: lo que les preocupaba, sin sentimentalismos ni retricas, era
proteger su pan de cada da, con la naturalidad de quien, para mantener la vida, no aprendi
a pensar mucho ms de lo que es indispensable. Ayud muchas veces a ste mi abuelo
Jernimo en sus andanzas de pastor, cav muchas veces la tierra del huerto anejo a la casa
y cort lea para la lumbre, muchas veces, dando vueltas y vueltas a la gran rueda de hierro
que accionaba la bomba, hice subir agua del pozo comunitario y la transport al hombro,
muchas veces, a escondidas de los guardas de las cosechas, fui con mi abuela, tambin de
madrugada, pertrechados de rastrillo, pao y cuerda, a recoger en los rastrojos la paja
suelta que despus habra de servir para lecho del ganado. Y algunas veces, en noches
calientes de verano, despus de la cena, mi abuelo me deca: "Jos, hoy vamos a dormir los
dos debajo de la higuera". Haba otras dos higueras, pero aqulla, ciertamente por ser la
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mayor, por ser la ms antigua, por ser la de siempre, era, para todas las personas de la casa,
la higuera. Ms o menos por antonomasia, palabra erudita que slo muchos aos despus
acabara conociendo y sabiendo lo que significaba. En medio de la paz nocturna, entre las
ramas altas del rbol, una estrella se me apareca, y despus, lentamente, se esconda
detrs de una hoja, y, mirando en otra direccin, tal como un ro corriendo en silencio por
el cielo cncavo, surga la claridad traslcida de la Va Lctea, el camino de Santiago, como
todava le llambamos en la aldea. Mientras el sueo llegaba, la noche se poblaba con las
historias y los sucesos que mi abuelo iba contando: leyendas, apariciones, asombros,
episodios singulares, muertes antiguas, escaramuzas de palo y piedra, palabras de
antepasados, un incansable rumor de memorias que me mantena despierto, al mismo
tiempo que suavemente me acunaba. Nunca supe si l se callaba cuando descubra que me
haba dormido, o si segua hablando para no dejar a medias la respuesta a la pregunta que
invariablemente le haca en las pausas ms demoradas que l, calculadamente, introduca
en el relato: "Y despus?" Tal vez repitiese las historias para s mismo, quiz para no
olvidarlas, quiz para enriquecerlas con peripecias nuevas. En aquella edad ma y en aquel
tiempo de todos nosotros, no ser necesario decir que yo imaginaba que mi abuelo
Jernimo era seor de toda la ciencia del mundo. Cuando, con la primera luz de la maana,
el canto de los pjaros me despertaba, l ya no estaba all, se haba ido al campo con sus
animales, dejndome dormir. Entonces me levantaba, doblaba la manta, y, descalzo (en la
aldea anduve siempre descalzo hasta los catorce aos), todava con pajas enredadas en el
pelo, pasaba de la parte cultivada del huerto a la otra, donde se encontraban las pocilgas,
al lado de la casa. Mi abuela, ya en pie desde antes que mi abuelo, me pona delante un
tazn de caf con trozos de pan y me preguntaba si haba dormido bien. Si le contaba algn
mal sueo nacido de las historias del abuelo, ella siempre me tranquilizaba: "No hagas caso,
en sueos no hay firmeza". Pensaba entonces que mi abuela, aunque tambin fuese una
mujer muy sabia, no alcanzaba las alturas de mi abuelo, se que, tumbado debajo de la
higuera, con el nieto Jos al lado, era capaz de poner el universo en movimiento apenas con
dos palabras. Muchos aos despus, cuando mi abuelo ya se haba ido de este mundo y yo
era un hombre hecho, llegu a comprender que la abuela, tambin ella, crea en los sueos.
Otra cosa no podra significar que, estando sentada una noche, ante la puerta de su pobre
casa, donde entonces viva sola, mirando las estrellas mayores y menores de encima de su
cabeza, hubiese dicho estas palabras: "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de
morir". No dijo miedo de morir, dijo pena de morir, como si la vida de pesadilla y continuo
trabajo que haba sido la suya, en aquel momento casi final, estuviese recibiendo la gracia
de una suprema y ltima despedida, el consuelo de la belleza revelada. Estaba sentada a la
puerta de una casa, como no creo que haya habido alguna otra en el mundo, porque en ella
vivi gente capaz de dormir con cerdos como si fuesen sus propios hijos, gente que tena
pena de irse de la vida slo porque el mundo era bonito, gente, y se fue mi abuelo
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Jernimo, pastor y contador de historias, que, al presentir que la muerte vena a buscarlo,
se despidi de los rboles de su huerto uno por uno, abrazndolos y llorando porque saba
que no los volvera a ver. Muchos aos despus, escribiendo por primera vez sobre ste mi
abuelo Jernimo y sta mi abuela Josefa (me ha faltado decir que ella haba sido, segn
cuantos la conocieron de joven, de una belleza inusual), tuve conciencia de que estaba
transformando las personas comunes que haban sido en personajes literarios y que sa
era, probablemente, la manera de no olvidarlos, dibujando y volviendo a dibujar sus rostros
con el lpiz siempre cambiante del recuerdo, coloreando e iluminando la monotona de un
cotidiano opaco y sin horizontes, como quien va recreando sobre el inestable mapa de la
memoria, la irrealidad sobrenatural del pas en que decidi pasar a vivir. La misma actitud
de espritu que, despus de haber evocado la fascinante y enigmtica figura de un cierto
bisabuelo berebere, me llevara a describir ms o menos en estos trminos un viejo retrato
(hoy ya con casi ochenta aos) donde mis padres aparecen. "Estn los dos de pie, bellos y
jvenes, de frente ante el fotgrafo, mostrando en el rostro una expresin de solemne
gravedad que es tal vez temor delante de la cmara, en el instante en que el objetivo va a
fijar de uno y del otro la imagen que nunca ms volvern a tener, porque el da siguiente
ser implacablemente otro da. Mi madre apoya el codo derecho en una alta columna y
sostiene en la mano izquierda, cada a lo largo del cuerpo, una flor. Mi padre pasa el brazo
por la espalda de mi madre y su mano callosa aparece sobre el hombro de ella como un ala.
Ambos pisan tmidos una alfombra floreada. La tela que sirve de fondo postizo al retrato
muestra unas difusas e incongruentes arquitecturas neoclsicas". Y terminaba: "Tendra
que llegar el da en que contara estas cosas. Nada de esto tiene importancia a no ser para
m. Un abuelo berebere, llegando del norte de frica, otro abuelo pastor de cerdos, una
abuela maravillosamente bella, unos padres graves y hermosos, una flor en un retrato qu
otra genealoga puede importarme? En qu mejor rbol me apoyara?" Escrib estas
palabras hace casi treinta aos sin otra intencin que no fuese reconstituir y registrar
instantes de la vida de las personas que me engendraron y que estuvieron ms cerca de m,
pensando que no necesitara explicar nada ms para que se supiese de dnde vengo y de
qu materiales se hizo la persona que comenc siendo y sta en que poco a poco me he
convertido. Ahora descubro que estaba equivocado, la biologa no determina todo y en
cuanto a la gentica, muy misteriosos habrn sido sus caminos para haber dado una vuelta
tan larga. A mi rbol genealgico (perdneseme la presuncin de designarlo as, siendo tan
menguada la sustancia de su savia) no le faltaban slo algunas de aquellas ramas que el
tiempo y los sucesivos encuentros de la vida van desgajando del tronco central. Tambin le
faltaba quien ayudase a sus races a penetrar hasta las capas subterrneas ms profundas,
quien apurase la consistencia y el sabor de sus frutos, quien ampliase y robusteciese su copa
para hacer de ella abrigo de aves migratorias y amparo de nidos. Al pintar a mis padres y a
mis abuelos con tintas de literatura, transformndolos de las simples personas de carne y
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hueso que haban sido, en personajes nuevamente y de otro modo constructores de mi
vida, estaba, sin darme cuenta, trazando el camino por donde los personajes que habra de
inventar, los otros, los efectivamente literarios, fabricaran y traeran los materiales y las
herramientas que, finalmente, en lo bueno y en lo menos bueno, en lo bastante y en lo
insuficiente, en lo ganado y en lo perdido, en aquello que es defecto pero tambin en
aquello que es exceso, acabaran haciendo de m la persona en que hoy me reconozco:
creador de esos personajes y al mismo tiempo criatura de ellos. En cierto sentido se podra
decir que, letra a letra, palabra a palabra, pgina a pgina, libro a libro, he venido,
sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que cre. Considero que
sin ellos no sera la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser ms
que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron
pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no lleg a ser.
Cuando se lee un texto con la intencin de comprenderlo, es importante y se sugiere tener
en cuenta los elementos que el texto mismo proporciona en cuanto a lo que dice y en
cuanto a la forma en que lo dice, pero tambin se debe atender a la situacin que rodea al
texto, que llamaremos contexto, por ejemplo la poca y la cultura en la que el texto se
escribi pueden aportar elementos significativos as como tambin la poca o la cultura de
la que habla el texto.
Es decir, debemos contemplar una serie de convenciones internas manifiestas en los textos
que afectan a los procesos de la comprensin de la lectura y, tambin, hay que contemplar
el hecho de que los intercambios comunicativos se realizan bajo condiciones concretas de
comunicacin que afectan y hasta determinan la lectura de los textos, tanto a nivel histrico
o cultural como a nivel personal.
Todo texto es un mensaje, como tal, est emitido por una instancia emisora, el emisor,
quien dirige un mensaje a un receptor o destinatario. Para que la comunicacin entre el
emisor y el receptor sea posible se requiere de la presencia de otros elementos, un contexto
de referencia del mensaje, un canal fsico y conexin psicolgica que garanticen los vnculos
entre emisor y receptor y un cdigo o una serie de cdigos que compartan o sean factibles
de comprenderse. La generalidad de los cdigos de este curso es de carcter lingstico,
cultural e ideolgico.
Los participantes de una situacin comunicativa debern tener en cuenta una serie de
factores para adecuarse a dicha situacin, como son el rol que cumplen en esa situacin,
los conocimientos del tema del discurso, el nivel o grado de formalidad del mensaje, el
medio en que est inscripto, es decir, si se trata de discursos orales o escritos, y tambin el
cdigo del mensaje. Justamente, esta nocin es una de las ms complejas a la hora de
elaborar y descifrar mensajes.
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Entendemos por cdigo un conjunto de saberes, conocimientos o competencias que los
hablantes de una lengua poseen con relacin a los objetos o temas de esa lengua y de la
cultura generada en torno a ella. Esto significa que las personas tenemos una acumulacin
diferente de conocimientos y saberes especficos, por lo que hablar de competencias es
tambin hablar de diferencias en la adquisicin de bienes simblicos y culturales.
El proceso de adquisicin de las competencias de una lengua, de una cultura, de una
ideologa, es permanente en la vida de las personas; se incrementan las competencias en
virtud de las prcticas que se realizan en torno de una actividad. Especficamente, en la
universidad, se requiere de una serie de competencias para la lectura y comprensin de
textos llamados acadmicos o cientficos. Estos textos suelen presentar grados de dificultad
ms complejos que los textos habituales o frecuentes de la vida cotidiana, sus primeras
lecturas suelen poner en evidencia diferentes tipos de dificultades u obstculos de lectura.
Otros textos, muy interesantes y que pueden despertarnos la curiosidad, son los literarios,
como se ver ms adelante.
Lea y resuelva los siguientes ejercicios
Ejercicio 1
En los textos que se presentan a continuacin de las consignas, trate de explicar
brevemente la situacin comunicativa que mencionamos arriba:
1. a quin/es se dirige ( o quines son los participantes involucrados en el
mensaje),
2. cul es el tema principal del mensaje (de qu se habla),
3. cul es el canal por el que se emite la comunicacin (va o medio fsico que
permite la comunicacin),
4. cul es la situacin comunicativa o contexto (caractersticas personales e
histrico-culturales del acontecimiento),
5. cules son los elementos o cdigos lingsticos que permiten identificar el
tipo de mensaje (clases o estilos del lenguaje como formales, cotidianos,
cientficos, etc.),
6. qu conocimientos o saberes culturales o ideolgicos especficos exige el
mensaje para su correcta decodificacin (conocimientos de los participantes,
afirmaciones, formas de pensamiento que se deben entender),
7. cul es, a su entender, la relacin o vnculo entre los participantes del
mensaje y las intenciones de los participantes para escribir/leer este texto.
Una vez acordados los puntos anteriores le solicitamos que vuelque las ideas en el cuadro
que se presenta:
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Tex
tos
Emisor Receptor Tema y
contexto
Canal-
soporte
Tipos de
lenguaje
Conocimientos Relacin o
vnculo
1
2
Texto 2
Mi querida lectora: indudablemente usted est pasando por momentos difciles, pero no
son tan trgicos como los pinta en su carta. La soledad y el aislamiento a que usted se ha
retirado agrandan los hechos y muchos detalles casi insignificantes en realidad le parecen
a usted monstruosos. No es usted la nica esposa del mundo que padece de ese mal; los
celos en primer lugar y la intolerancia despus. Para que exista la felicidad es necesario que
los esposos se toleren mutuamente, pues es imposible pretender que dos personas opinen
y procedan exactamente igual. Adems su esposo es muy joven, de su misma edad, y a eso
se debe su carcter impulsivo que tanto la fastidia a usted. Tenga paciencia con l y cuando
lo vea nervioso y enojado procure tranquilizarlo con suavidad o variando la conversacin
que motiv su fastidio. Nada bueno sacar enojndose usted tambin, pues terminarn
arrojndose los platos a la cabeza como Trifn y Sisebuta. Y esto no sera nada comparado
con otras consecuencias que puede traerle su intolerancia. Es cosa sabida que la mayora
de los hombres al casarse no se resignan a perder su libertad y les gusta hacer sus salidas
solos al club o con otros amigos Hgase la ciega y sorda para muchas cosas y piense que
slo se debe a los pocos aos y que pronto cambiar; ese es el nico medio de conquistar
la felicidad En cuanto a lo que usted pensaba, no se le ocurra hacerlo. Esa ida a la casa de
su madre lo estropeara todo y para siempre, pues su marido no se la perdonara nunca.
Procure tranquilizarse y darle a su casa el aspecto de hogar confortable donde su marido
encuentre paz y cario.
Revista Para Ti, agosto de 1933. (Fragmento)
10
Texto 3
Cap. 3. La educacin del nio samoano
Los cumpleaos tienen en Samoa poca importancia. En cambio, para el nacimiento de una
criatura de elevado origen celbrase una gran fiesta y se hacen muchos regalos. El primer
hijo debe nacer siempre en la aldea de la madre, y si sta se ha ido a vivir a la de su esposo,
debe volver a su casa para tal ocasin. Desde varios meses antes del nacimiento del nio
los parientes del padre traen regalos de comida para la futura madre, mientras las parientas
de sta estn ocupadas haciendo telas de corteza de un blanco puro para las ropas de la
criatura y tejiendo docenas de delgadas esteras de pndano que forman el canastillo. La
futura madre vuelve a su casa cargada de presentes alimenticios, y al regresar junto al
esposo su familia la provee del equivalente exacto en esteras y tela de corteza, en calidad
de regalo para los familiares de su marido. En el instante del nacimiento, la madre o
hermana del padre deben estar presentes para atender al recin nacido, mientras que la
comadrona y los parientes de la madre atienden a la parturienta. No hay reserva en torno
a un nacimiento. Las normas convencionales dictan que la madre no debe retorcerse, gritar,
ni prorrumpir en invectivas contra la presencia en la casa de veinte a treinta personas que
se quedarn sentadas all durante toda la noche si es necesario entre risas, bromas y juegos.
La comadrona corta el cordn umbilical con un cuchillo de bamb nuevo; todos esperan
ansiosamente que el cordn caiga, siendo ello seal para un banquete. Si el nio es del sexo
femenino, el cordn se entierra debajo de una morera de papel (rbol del cual se hace la
tela de corteza) a fin de asegurar que crezca y sea laboriosa en las tareas domsticas; si es
varn, el cordn es arrojado al mar a fin de que sea un diestro pescador, o enterrado debajo
de una planta de taro con el objeto de tornarlo laborioso en la agricultura. Luego los
visitantes se retiran, la madre se levanta, se ocupa en sus quehaceres diarios y el nuevo nio
cesa de suscitar tanto inters. Se olvida el da y hasta el mes en que naci. Sus primeros
pasos o su primera palabra son notados sin comentarios efusivos, sin ceremonias. Ha
perdido toda importancia ceremonial y no la recobrar hasta despus de la pubertad; en la
mayora de las aldeas samoanas una muchacha ser ignorada desde el punto de vista
ceremonial, hasta que se case.
() Desde el nacimiento hasta la edad de cuatro o cinco aos la educacin de los nios es
muy simple. Deben ser educados en familia, lo que se hace ms difcil por la indiferencia
habitual hacia las actividades de los nios muy pequeos. Deben aprender a sentarse o
arrastrarse dentro de la casa y a no ponerse de pie, salvo que ello sea absolutamente
necesario; a no dirigirse de pie a un adulto; eludir el sol; no enredar las hebras del tejedor;
no desparramar el coco que ha sido abierto para secarlo; mantener sus escasas ropas
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posteroinferiores por lo menos, nominalmente sujetas a sus personas; tratar el fuego y los
cuchillos con adecuada cautela; no tocar la fuente o taza de kava si su padre es jefe; no
arrastrarse cerca del lugar donde duerme. stas son en realidad tan slo una serie de
prohibiciones reforzadas por ocasionales bofetones, una cantidad de gritos exasperados y
palabras ineficaces ()
Margaret Mead (1993). Adolescencia, sexo y cultura en Samoa. Barcelona: Planeta.
(Fragmento)
Hacia la dcada del 60 el lingista Roman Jakobson propuso un esquema de comunicacin
que se divulg notablemente. Este modelo tan conocido, ubica seis factores o elementos
constitutivos de la comunicacin que no pueden estar ausentes: el emisor o los emisores
(quien o quienes es el responsable del mensaje), el destinatario del mensaje (a quien est
dirigido, sea real o ficticio, singular o mltiple), el referente u objeto del mensaje (aquello
de lo que se habla), el mensaje que es el texto o contenido propiamente dicho, el canal
fsico y la conexin psicolgica entre emisor y destinatario y por ltimo el cdigo lingstico,
si bien en un mensaje intervienen diferentes clases de cdigos. Estos elementos acabamos
de verlos en los ejercicios que realizaron, para avanzar sobre la importancia que tienen en
la comunicacin vamos a profundizar su funcionamiento.
Una vez establecidos los elementos que integran el modelo de comunicacin, Jakobson
establece el uso lingstico o los usos de la lengua en situaciones de comunicaciones a travs
de las funciones del lenguaje: emotiva para el emisor, apelativa para el receptor o
destinatario, referencial para el objeto o referente, potica para el mensaje, ftica para el
canal y contacto y, por ltimo, metalingstica para los cdigos.
No debemos dejar de considerar la situacin comunicativa que determina las formas de
relacin entre los participantes de la comunicacin. Cada persona desarrolla a lo largo de
su vida una serie de habilidades y estrategia para llevar a cabo las diferentes situaciones
comunicativas, son las competencias comunicativas que se relacionan con las lingsticas, o
habilidades y estrategias lingsticas que los individuos tienen.
Estas competencias nos permiten conocer el rol de los hablantes, tambin el manejo de las
situaciones temporales y espaciales y los niveles de formalidad de cada situacin
comunicativa, es decir, nos ubican en trminos de sujeto, espacio, tiempo y situacin
comunicativa.
Ejercicio 2: identifique los elementos de la comunicacin ms destacados de los textos ya
vistos. Anote ejemplos en los casilleros:
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Texto 1 Texto 2 Texto 3
Emisor
Destinatario
Referente
Mensaje
Canal y conexin
Cdigos
Ejercicio 3: identifique las funciones del lenguaje ms destacadas de los textos analizados
y vuelque los resultados en los casilleros del cuadro:
Texto 1 Texto 2 Texto 3
Emotiva
Apelativa
Referencial
Potica
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Ftica
Metalingstica
Ejercicio 4
La propuesta que le hacemos solicita que elija una de las tres posibilidades que abajo se
mencionan. Ud. debe redactar una carta, un discurso de homenaje o un informe. Antes de
redactar es recomendable que haga un esquema o borrador de los contenidos que quiere
volcar en el texto y de pensar en qu situacin comunicativa se desarrollar su texto para
adecuar el lenguaje a la situacin apropiada. Tambin le pedimos que una vez seleccionado
el tema realice una bsqueda de informacin relacionada con su tema, por ejemplo, puede
buscar informacin sobre la cultura adolescente (qu hacen, qu programas o pelculas
prefieren, cmo se divierten, cmo se relacionan, etc.), sobre los conflictos de pareja
(violencia de gnero, crecimiento laboral o educativo en las mujeres y sus incidencias en el
matrimonio, etc.), o puede indagar sobre los antepasados, preguntar a los mayores qu
ideas tienen sobre algn tema, leer en diarios o revistas cules son las preocupaciones ms
importantes que los afectan, etc. La consigna, entonces, es la de escribir uno de los puntos
que se mencionan abajo. La extensin de una carilla. La actividad completa es domiciliaria.
Las consignas son:
1- redactar una carta sobre un conflicto matrimonial o de pareja,
2- escribir un discurso que ser dicho en una reunin familiar en la que se har un
homenaje a los mayores,
3- elaborar un breve informe sobre las caractersticas de la cultura adolescente.
Debe utilizar los estilos de lenguaje que se utilizaron en los textos modelo (discurso de
homenaje, carta o informe) u otro similar.Luego de redactado el texto, debe de revisarlo
para mejorarlo, por ejemplo, en cuanto a la ortografa, puntuacin, formulacin de
oraciones o prrafos, vocabulario. Revise la situacin comunicativa y aplique uno de los
cuadros que realiz como ejercicio de control de la calidad de su produccin. Estos textos
sern ledos en el encuentro siguiente.
14
Encuentro 2- Operaciones de lectura
Para comenzar las actividades le solicitamos que observe las imgenes y lea los
textos que figuran a continuacin. La finalidad de este ejercicio es la de recuperar
conocimientos ya construidos en torno de uno de los ejes temticos que se abordan
en este libro.
En primer lugar, observe el conjunto de imgenes y textos, de manera general y
luego, detngase en cada unidad. Anote en la lnea de puntos qu le sugieren. Una
vez hecho esto, discuta con su grupo sobre las preguntas que se realizan ms
adelante.
Texto 4
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Texto 5
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Texto 6
Cancin para Carito
(Fragmento)
Len Gieco
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Sentado solo en un banco en la ciudad
con tu mirada recordando el litoral
tu suerte quiso estar partida
mitad verdad mitad mentira
como esperanza de los pobres prometida
Andando solo bajo la llovizna gris
fingiendo duro que tu vida fue de aqu
Por qu cambiaste un mar de gente
por donde gobierna la flor
mir que el ro nunca regal el color
Carito, suelta tu pena
se haga diamante tu lgrima
entre mis cuerdas
Carito, suelta tu piedra
para volar como el zorzal
en primavera
En Buenos Aires los zapatos son modernos
pero no lucen como en la plaza de un pueblo
Deja que tu luz chiquitita
hable en secreto a la cancin
para que te ilumine un poco ms el sol.
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Texto 7
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Ejercicio 1
Para discutir entre todos:
1. Cul es el tema comn de los textos e imgenes presentados?
2. Responden todas estas expresiones a un mismo fenmeno social o pueden
establecerse algunas diferencias entre los hechos reflejados en ellas? Cules?
3. Qu relaciones existen entre los hechos a los que se hace alusin en los textos
y la historia argentina?
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4. Por ltimo, traten de establecer en qu tipo de materiales de lectura (libros,
diarios, manuales escolares, artculos de investigacin) podran aparecer
insertos los textos1 ledos? A qu pblicos se dirigen? Fundamenten.
Ejercicio 2
A partir de lo conversado con el grupo, redacte de manera individual un texto breve, entre
10 y 15 lneas, que recupere la informacin tratada y que pueda funcionar como una
explicacin dirigida a un joven de unos 15 aos.
Ejercicio 3
1. Lea los siguientes textos. Complete las lneas de puntos con ttulos o subttulos
(segn corresponda) que recuperen la idea central de cada fragmento. Tenga en
cuenta que el ttulo debe guardar relacin con el estilo general del texto.
2. Anote qu elementos de cada texto tuvo en cuenta para decidir el ttulo o
subttulo ms adecuado.
Texto 8
..
En los ltimos aos, se ha producido un incremento en la movilidad de las personas. Segn
algunos especialistas, el siglo XXI ser caracterizado como el siglo de las migraciones. Por
migracin entendemos los desplazamientos de personas que tienen como intencin un
cambio de residencia desde un lugar a otro de destino, atravesando algn lmite geogrfico
que generalmente es una divisin poltico-administrativa (Ruiz Garca, 2002: 13). Este
fenmeno implica un desplazamiento o movimiento espacial que tiene como objetivo
buscar mejores oportunidades de vida de los individuos, ya sea porque en su lugar de origen
o de establecimiento actual no existen tales oportunidades o porque no satisfacen todos
sus criterios personales.
Texto 9
..
Uno de los principales factores de cambio que dio lugar a la transicin desde la Argentina
tradicional a la moderna fue la inmigracin. Y sin ella no es posible comprender la Argentina
1 Si bien las imgenes fijas (fotos, ilustraciones, pinturas) o en movimiento (dibujo animado, pelcula) y los grficos no se expresan a travs del lenguaje verbal, en un sentido amplio pueden ser entendidos como textos, ya que todas estas expresiones conllevan un mensaje, tienen un significado.
19
contempornea. No hubo otro perodo en el que la proporcin de extranjeros en edad
adulta haya sido tan significativo; por ms de setenta aos, el 60% de la poblacin de la
Capital Federal y casi el 30% en las provincias de Buenos Aires, Crdoba y Santa Fe, eran
inmigrantes. La europeizacin del pas y la modificacin del carcter nacional, tan anhelados
por la generacin del ochenta, la elite poltica del momento, se tradujo en una poltica
inmigratoria abierta.
..
Hasta 1880, a travs de las polticas de poblamiento, se intent promover la agricultura, la
ganadera y la red de transportes, para luego industrializar el pas. Dentro de la
heterogeneidad de la corriente inmigratoria, casi la mitad provena de Italia, especialmente
del sur, y una tercera parte de Espaa.
Luego de 1880, comenz la segunda etapa. A partir de aqu se busc mano de obra para
una produccin agrcologanadera masiva, pero pocos inmigrantes lograron ser
propietarios. Ante el fracaso del plan de adjudicacin de tierras en propiedad, el inmigrante
se transform en arrendatario o pen y busc asilo en los centros urbanos. As, las polticas
de poblamiento fracasaron. Igualmente, al ser la inmigracin mayoritariamente masculina,
se ocup de actividades rurales, favoreciendo el desarrollo de una economa agrcola que
permiti que el pas se convirtiera en el principal exportador de trigo en el mundo cuando,
hasta 1870, la Argentina lo importaba.
..
Como consecuencia del proceso inmigratorio, la estructura social argentina se volvi ms
compleja, a la vez que con el aumento de los sectores medios y populares, se produjeron
cambios en la cultura poltica. Si bien creci el nmero de industriales y comerciantes, la
clase alta se cerr frente al inmigrante, reteniendo la riqueza y el prestigio (basado en la
antigedad y los antepasados) y el poder polticoeconmico asociado a la propiedad de
la tierra.
La estructura de clases de entonces puede ser dividida en cuatro segmentos. El primero
estaba representado por la clase alta o aristocrtica, la cual hasta 1914 represent al uno
por ciento de la poblacin. La siguiente era la alta clase media que, aunque prspera, era
duea de escaso prestigio social. La baja clase media no posea fuerza econmica ni poder
20
social, pero vislumbraba alguna posibilidad de ascenso. Finalmente, la clase baja, que
representaba a los dos tercios de la poblacin, ocupaba la base de la pirmide social.
El tipo argentino, en tanto, fue cambiando. La clase dominante, estaba compuesta por
ganaderos, estancieros, comerciantes, abogados y polticos. Las clases medias iban
fragundose con la inmigracin a travs de su participacin en la economa y en el proceso
de aculturacin modernizante. Las clases bajas, distribuidas a lo largo y a lo ancho de todo
el territorio, recordaban la dualidad del pas. Para gobernar la Argentina moderna fue
preciso incorporar a los inmigrantes, sin resquebrajar la integridad nacional.
Poblacin. Tomado de Poblacin. En Gua del Estado.
http://www.argentina.gob.ar/pais/poblacion/49-inmigraci%C3%B3n.php
1. Relea el ltimo apartado, el que figura justo aqu arriba y piense cul de los
siguientes tipos de esquemas puede resultar ms til para graficar la
informacin que en l se provee. Justifique su respuesta.
2. Una vez determinado el grfico ms adecuado, confeccione un esquema que le
permita incluir los datos de manera clara y rpidamente aprehensible.
Grfico 1
Grfico 2
21
Grfico 3
Grfico 4
Ejercicio 4
1. En el inicio de esta gua se encuentra el cuadro que sigue. Ahora, se presenta
junto con un texto que explica con lenguaje verbal una sntesis de la informacin
22
provista por las cifras. Lea ambas expresiones; preste atencin a las relaciones
que se establecen entre una y otra. Se recuperan en el texto verbal todos los
datos censales? Se privilegian unos en lugar de otros? Explique qu es lo que
ocurre.
El cuadro 1 muestra, en valores absolutos y porcentuales, la relacin entre poblacin total
y extranjera a lo largo de todos los censos nacionales. Los valores absolutos ilustran la
magnitud y variacin de los volmenes (entre 1869 y 1914 la cantidad de extranjeros se
multiplic once veces: de 210.000 pas a 2.300.000), en tanto que los valores porcentuales
muestran dos procesos distintos. En primer lugar, se observan las variaciones en el
porcentaje de extranjeros sobre la poblacin total, destacndose los mximos de 25% y 29%
en 1895 y 1914 respectivamente, as como el descenso sostenido a partir de esa fecha,
hasta llegar al 4,2% en 2001. En segundo lugar, las cifras revelan la incidencia de los diversos
orgenes continentales de los extranjeros. En los casi 150 aos cubiertos por los censos
nacionales de poblacin, los extranjeros provenientes de pases limtrofes (Bolivia, Brasil,
Chile, Paraguay y Uruguay) representaron de manera constante entre el 2% y el 2,9% del
total de la poblacin residente en el pas, en tanto que los extranjeros no limtrofes
(principalmente de ultramar) registraron grandes variaciones: desde el 27,3% hasta el 1,6%.
Tomado de Mara Ins Pacecca y Corina Courtis. Inmigracin contempornea en Argentina:
dinmicas y polticas. CEPAL - Serie Poblacin y desarrollo N 84.
23
2. A partir de los datos del siguiente grfico, redacte un texto verbal que presente
la misma informacin.
Tomado de Roxana Maurizio (2006). Migraciones internacionales en Argentina: un
anlisis de sus determinantes y de su relacin con el mercado de trabajo.
Documento realizado en el marco del proyecto Migraciones Internacionales y
Desarrollo: el caso de Amrica Latina, CEPAL-BID, 2006. Disponible en
www.mininterior.gov.ar/...prv25/Migraciones_Argentina_Maurizio.pdf
Ejercicio 5
1. Busque en diversas fuentes de informacin confiable (manuales, sitios de
internet con autor o sitios oficiales) informacin sobre algunos de los siguientes
temas:
a. Causas de los procesos migratorios
b. Tipos de migraciones
2. Comparta los textos encontrados con un grupo de dos o tres compaeros. En
equipo, preparen un esquema de informacin para realizar una exposicin oral
sobre el tema elegido. Acompaen la exposicin con un soporte grfico, como
una lmina o un powerpoint.
24
Para leer y reflexionar
La lectura acadmica
Entre las tareas que debe llevar adelante un estudiante universitario, la lectura es,
probablemente, la ms frecuente. Es a travs de esta actividad que los alumnos pueden
ampliar, sistematizar y profundizar los contenidos desarrollados en las clases dictadas por
los profesores. Constituye asimismo la base de la escritura de los distintos textos que se
solicitan en las materias: parciales, monografas, informes, ya que todo escrito que circula
en el mbito universitario parte de la lectura de fuentes bibliogrficas que pueden servir
como marco terico, como punto de partida de las propias elaboraciones sobre un tema, o
simplemente como material de estudio para un examen.
Pero la lectura no es una tarea sencilla. Suele ofrecer dificultades a los estudiantes,
especialmente a aquellos que inician su trnsito por los estudios superiores. Esto ocurre por
razones de diversa ndole, que se vinculan, por ejemplo, con sus experiencias previas y el
bagaje de conocimientos que han podido construir hasta ese momento. Adems, es
necesario sealar que los textos que circulan en el mbito acadmico presentan rasgos
especficos que los distinguen de los que se leen en niveles educativos previos. Esto hace
que en el momento de ingresar a la universidad, los alumnos no hayan desarrollado todava
todas las habilidades de lectura y comprensin necesarias para su abordaje.
Cmo abordar la lectura de los gneros cientfico-acadmicos
Las dificultades que se les plantean a los estudiantes a la hora de abordar la bibliografa de
las distintas materias hacen necesario poner en juego una serie de estrategias para
resolverlas. En lo que sigue, se exponen algunas de las actividades que desarrollan los
lectores ya entrenados que, de algn modo, pueden servir como modelo para aquellos que
an no logran leer de un modo eficaz.
Lectura exploratoria
Un lector experto inicia el proceso de lectura a partir del momento en que se plantea
resolver un problema mediante la consulta de un material impreso, cuando tiene un
objetivo concreto: averiguar un dato antes de realizar un viaje, entretenerse con una novela
durante sus vacaciones, estudiar para un examen. En funcin de esa necesidad, comienza
la bsqueda de la fuente ms apropiada, que puede realizarse en Internet, en una
biblioteca, o en una librera. Para la seleccin de los textos, recurre a una serie de elementos
25
que facilitan su tarea. Parte, por ejemplo, de buscar en los estantes de una librera el tipo
de obras que all se venden. As, puede encontrarse con anaqueles con ttulos como Novela
latinoamericana o Teatro argentino, que remiten a textos literarios, y otros como
Historia medieval o Economa poltica, en los que hallar obras de consulta.
Cuando busca un libro con material terico, el lector entrenado ubica la seccin de la
biblioteca o librera y rastrea los ttulos de los libros. Esto que le permite anticipar el tema
central que la obra desarrolla. Tambin tiene en cuenta los nombres de los autores, para
saber si se trata de una obra escrita por una autoridad en un campo de estudios o, en el
caso de aquellos que tienen los conocimientos suficientes para hacerlo, anticipar la
perspectiva terica en la que se encuadra el estudio a partir del reconocimiento de los
autores que adhieren a ella.
Despus de que ha preseleccionado, por ejemplo, dos o tres libros sobre un tema, un lector
experto revisa, adems del ttulo otros elementos que componen el paratexto2: lee la
contratapa, revisa con cuidado el ndice general -el que resume el contenido de los distintos
captulos del libro- y presta especial atencin a otro tipo de ndices que suelen aparecer en
obras destinadas a especialistas: los temticos -que presentan en orden alfabtico los temas
que se abordan y el nmero de las pginas en que son tratados- y los de autores citados -
que permiten saber de antemano con qu fuentes bibliogrficas se manej el autor, con
qu otros autores dialoga, las relaciones que ha establecido con representantes de otras
lneas tericas-.
Una rpida pasada por las pginas del libro le permitir tambin anticipar la manera en que
est organizada la obra, el tipo de datos que se han incluido, si el tratamiento que se le ha
dado al tema es novedoso o se trata simplemente de una reedicin de aportes ya hechos
por el autor en publicaciones anteriores, y otras cuestiones que el lector buscar en funcin
de sus objetivos de lectura.
Otro elemento del paratexto que suele ser frecuentemente consultado por los lectores que
recurren a textos especializados es la introduccin. En ella, generalmente se explicita el
encuadre general de la obra, se aclaran algunos conceptos centrales, se plantean los
objetivos y se presenta una sntesis de los distintos captulos, lo que ayuda a tener una visin
global del contenido.
2 Se denomina paratexto a los elementos que acompaan el texto: ttulos, subttulos, notas al pie, ndices, contratapas, ilustraciones, etc. Su funcin es favorecer la comprensin.
26
Mientras realiza todas estas tareas, un lector experto va rescatando de su memoria lo que
ya sabe sobre el tema, el autor y la obra que est hojeando. Vincula los que ve en el ndice
con otros textos que ha ledo para poder decidir si elige el texto como fuente.
Este tipo de procesos difieren de aquellos que realizan los lectores inexpertos que, en
general, no tienen que enfrentar la tarea de seleccionar los textos; recurren a la bibliografa
sugerida por los profesores que suele circular en forma de fotocopias. Este tipo de soporte
no ofrece todos los recursos que tienen los libros, aunque resuelve la bsqueda y agiliza la
consulta. Las fotocopias no incluyen, en la mayora de los casos, el ndice de la obra
completa, ni su introduccin, por lo que los estudiantes no tienen la posibilidad de leer otras
partes del libro, o de ver en la seccin Bibliografa qu otros textos podran ayudarlo a
profundizar el tema que debe estudiar.
Ms all de estas limitaciones de los textos fotocopiados, para la lectura de los captulos o
artculos pueden seguirse algunas pautas que ayudan a comprender. Es importante, por
ejemplo, prestar especial atencin a la introduccin. En esta parte, que puede o no estar
marcada por un subttulo, se explicita en una posicin destacada, generalmente en el
comienzo mismo, el tema general que se tratar y los objetivos que el autor persigue.
Muchas veces, se plantea un interrogante que expresa la problemtica que se abordar.
Estos elementos constituyen una gua de lectura, marcan el camino que se debe seguir para
tener una idea global de lo que se expresar en lo que sigue.
Lectura detallada o relectura
Una vez que se ha realizado una primera lectura exploratoria del texto, es necesario leer el
texto en forma detallada. Esto implica releer el texto prrafo a prrafo, para poder realizar
distintas tareas que generalmente se realizan de modo simultneo, como
establecer relaciones entre las ideas de cada prrafo para observar de qu modo
avanza la informacin;
identificar las ideas principales de cada prrafo;
realizar marcas sobre el texto o escribir notas en los mrgenes para poder luego
recomponer el contenido;
reconocer la posicin del autor.
El avance de la informacin
Para poder llevar adelante las actividades mencionadas, tal vez convenga comenzar
observando cmo se van conectando entre s las ideas del texto.
27
Otro aspecto a tener en cuenta durante la lectura en detalle, es atender a determinados
recursos que se usan en los textos y que sirven para estructurar la informacin. Uno de
estos recursos son los organizadores textuales, como los siguientes: en primer lugar, en
segundo lugar; por ltimo, entre otros.
Asimismo, es conveniente observar de qu manera el autor coopera con sus lectores para
que ellos logren comprender sus ideas con ms precisin, para lo que se suelen usar las
reformulaciones. Ellas estn encabezadas por marcadores como en otras palabras y
plantendolo de otra forma. Los conectores lgicos, de causa y consecuencia (por esto, en
consecuencia) son tambin elementos que le permiten al autor explicitar las relaciones que
va estableciendo.
Identificacin de las ideas principales. El subrayado y las notas en el margen
A medida que se van leyendo los prrafos para observar de qu manera se despliegan las
ideas que el autor quiere desarrollar, es conveniente releerlos para ir estableciendo la idea
principal de cada uno de ellos. Se puede, si aparece expresada de modo sinttico,
subrayarla, o escribirla en el margen. As, se puede ir armando un esquema provisorio del
contenido que se confirmar, de ser necesario, con una nueva relectura.
Para poder realizar esta tarea, como ya se dijo, es conveniente prestar atencin al inicio de
cada prrafo, ya que muchas veces aparece all una idea que sintetiza lo que a continuacin
se expande, se ampla a travs de reformulaciones y ejemplos.
Otra actividad necesaria a la hora de determinar las ideas principales de un texto es leer
con cuidado la conclusin. En esta parte, los autores suelen presentar una sntesis del
desarrollo y establecen lo que para ellos es lo ms importante. Esta idea est en muchos
casos marcada a travs de distintos recursos discursivos. Por ejemplo, si el autor ha partido
en la introduccin de un interrogante, suele retomarlo en el cierre para responderlo.
Reconocer la posicin del autor
Los gneros cientfico-acadmicos parten siempre de la lectura de textos escritos
previamente. Sus autores pueden tomar de ellos pensamientos que les resultan tiles para
desplegar su propia posicin y validarla, a modo de citas de autoridad, o tambin para
refutarlos e instalar despus su punto de vista personal. La diferencia entre ambos tipos de
citas suele estar marcada a travs de algn recurso discursivo, sin embargo, muchos
estudiantes no logran distinguir las diferentes perspectivas presentadas en un texto.
28
Reelaboracin de la lectura
El proceso de lectura, que se inicia en el momento en que se tiene la necesidad de resolver
una situacin, no termina en el momento en que se ha terminado de subrayar el texto o de
recomponer el esquema de ideas que el autor ha desarrollado. Esto ltimo implicara
quedarse con una primera mirada del texto, o apuntar a un tipo de lectura ms bien
memorstica o que al menos no da cuenta de procesos ms complejos de apropiacin del
texto.
Los textos acadmicos requieren una reelaboracin de lo ledo, cuyo grado depender del
objetivo inicial. Un estudiante que recin inicia sus estudios superiores estar ms cerca de
leer para resumir un texto y compararlo con las ideas de otros autores para rendir un
parcial, mientras que un lector especializado, lee con una perspectiva ms crtica y puede ir
en su comprensin mucho ms all de lo que se explicita. Sea cual fuere el caso, todo lector
debe partir de una lectura cuidadosa de lo que se plantea en una fuente. Para esto, muchos
estudiantes recurren a la elaboracin de cuadros sinpticos, o esquemas de contenido que
pueden asumir diferentes diseos. A partir de ellos, se pueden redactar resmenes que
recojan lo ms importante y que puedan servir como insumos en el momento de resolver
una tarea de escritura o de preparacin de un parcial. El prximo encuentro tiene como
tema central la elaboracin de resmenes.
29
Encuentro 3. Resumen
Como ya anticipamos, en este encuentro se trata la redaccin de resmenes. Antes de
iniciar formalmente con las actividades, converse con sus compaeros sobre las siguientes
cuestiones:
1. Qu es un resumen?
2. Para qu sirve? En qu situaciones se resume?
3. Cmo se hace?
4. Qu estrategias previas es necesario implementar?
Un resumen es una versin abreviada de un texto que debe poder funcionar de manera
independiente de la fuente original. Esto significa que quien lo lea debe poder comprender
de manera clara el contenido que el autor del texto original quiso transmitir, aunque no lo
haya ledo previamente o lo haya hecho mucho tiempo atrs. Un resumen no resulta de la
copia de los subrayados ni de las anotaciones al margen, sino que debe reunir todas las
caractersticas de un escrito bien redactado, que muestre las relaciones entre las ideas
expresadas en el primer texto. En los resmenes acadmicos se deben hacer referencias al
autor que escribi el texto original, es decir delegando la voz y mencionando la fuente.
Pueden incluirse tambin algunas citas textuales, especialmente cuando se da una
definicin polmica. Por otra parte, es conveniente colocar en el margen superior izquierdo
la referencia bibliogrfica del libro de donde se tom el texto, para que pueda identificarse
rpidamente cuando sea necesario.
Ejercicio 1
1. Lea el siguiente texto de manera completa. Luego, conteste las preguntas que
figuran a continuacin.
Texto 10
En Argentina, luego de la Independencia (1810), el fomento de la inmigracin devino una
poltica de Estado prioritaria para poblar los territorios pampeanos, despoblados luego de
sucesivas expediciones militares que doblegaron, dispersaron o aniquilaron a los pueblos
indgenas que los habitaban. Como en otros pases de Amrica Latina, las lites esperaban
que la inmigracin de europeos promoviera el desarrollo econmico y social por dos vas:
mediante el incremento de la produccin agrcola y ganadera, y a travs de la gestacin de
una masa de poblacin con hbitos de disciplina y trabajo acordes a las necesidades
ciudadanas de una repblica democrtica. Estas aspiraciones, regidas por la vinculacin
entre poblacin y desarrollo, fueron vertidas en la Constitucin Nacional de 1853 y en la
primera ley nacional sobre Inmigracin y Colonizacin (Ley 817 de 1876). Ambas piezas
conformaron las bases del amplio marco regulatorio que encuadr la inmigracin masiva
30
ocurrida entre 1880 y 1930. Bajo su amparo ingresaron al pas, y en un perodo
relativamente breve, los grandes flujos de ultramar que modificaron radicalmente las
caractersticas econmicas, sociales, polticas y demogrficas de la Argentina de aquel
tiempo. []
A partir de mediados del siglo XX, Argentina perdi relevancia como destino prioritario para
los inmigrantes intercontinentales, especialmente los europeos. Sin embargo, no dej de
ser un lugar de destino de los inmigrantes intracontinentales (principalmente bolivianos,
paraguayos, chilenos, uruguayos y peruanos), aun cuando sus proporciones sobre el total
de la poblacin siempre hayan sido menores que las de la inmigracin extrarregional.
Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, Europa sufra graves crisis de exceso de
mano de obra, desabastecimiento e inestabilidad poltica, por lo que muchos de los
gobiernos locales promovieron activamente la emigracin. Argentina, que estuvo entre los
principales destinos de los emigrantes europeos, recibi las oleadas ms numerosas de
migrantes de ultramar entre 1890 y 1910, cuando el pas se estaba posicionando
exitosamente en el mercado mundial como gran agroexportador y proveedor de materias
primas muchas de las cuales luego volvan en las manufacturas importadas. Para el
enorme crecimiento de las exportaciones agrcolas fue de suma relevancia la disponibilidad
de mano de obra inmigrante. A su vez, la expansin de la actividad agropecuaria dinamiz
otros sectores de la economa, en los que tambin se ubicaron los inmigrantes.
Hacia 1930 el esquema agroexportador empez a mostrar sus fisuras. A principios de la
dcada de 1940, ya en otro contexto internacional, Argentina comenz una poltica de
promocin de la industrializacin y sustitucin de importaciones manufacturadas por
productos de fabricacin nacional. Buena parte de la migracin interna rural-urbana de las
dcadas de 1940 y 1950 estuvo vinculada a este proceso, que a su vez dej puestos de
trabajo vacantes en las provincias. Si bien la produccin industrial y manufacturera
aument, en trminos generales no hubo importantes inversiones de capital en los
procesos de trabajo, que continuaron siendo intensivos en la utilizacin de mano de obra.
Las industrias menos tecnologizadas dieron empleo a trabajadores inmigrantes esta vez
provenientes de los pases vecinos, quienes a menudo se insertaron en actividades
sensibles a la abundancia de mano de obra barata, generando as su propia demanda; tal
fue el caso de la construccin y del trabajo domstico (Marshall y Orlansky, 1982 y 1983).
Es cierto que, desde 1970 en adelante, Argentina atraves una serie de crisis econmicas y
polticas que repercutieron sobre el tejido social, a menudo desgarrndolo. Estas crisis
incidieron en la inmigracin proveniente de pases vecinos (vase el cuadro 3 en el captulo
IV), desacelerndola parcialmente durante la dcada de 1980. Desde el punto de vista
econmico, los procesos migratorios estn ligados a diferenciales socioeconmicos entre el
lugar de origen y el de destino.
31
Pero incluso en perodos de escaso crecimiento, la percepcin de estos diferenciales se
mantuvo: para los migrantes de los pases vecinos, Argentina se perfil como un mercado
de trabajo de acceso relativamente fcil y rpido. As, en muchos casos, la cadena migratoria
pareciera haber hecho hincapi en una lgica de acumulacin y diversificacin basada en el
aprovechamiento de los recursos de mano de obra familiares: una parte para el trabajo
reproductivo de la unidad domstica, una parte para el mercado de trabajo local (en el pas
de origen), y otra para el mercado de trabajo en Argentina (Baln, 1990; Dandler y
Medeiros, 1991).
La dinmica dominante hasta principios del siglo XX, de migracin regional combinada con
migracin europea, no excluy otros orgenes nacionales. En la dcada de 1960 comenzaron
a llegar a la ciudad de Buenos Aires contingentes acotados de inmigrantes asiticos
coreanos y chinos (primero de la provincia de Taiwn y luego de China continental) , que
conformaron colectividades con cifras inferiores a las 40.000 personas. Asimismo, durante
la dcada de 1990 arrib un nmero reducido de inmigrantes de Europa central y oriental
(no ms de 10.000 personas), atrado por un rgimen de tratamiento especial que les
facilitaba la residencia temporaria. El pas tambin recibi una pequea cantidad de
peticionantes de refugio, provenientes de lugares bien dispares: Amrica Latina
(principalmente Per, Cuba y Colombia), Europa del Este, frica y Asia. Por otra parte, al
menos desde 1960, la Argentina puede considerarse, a su vez, un pas de emigracin.
Mara Ins Pacecca y Corina Courtis. Inmigracin contempornea en Argentina: dinmicas
y polticas. CEPAL - Serie Poblacin y desarrollo N 84.
2. Cul es el tema general del texto ledo? Formlelo como un ttulo. Qu
elementos lo ayudaron a identificarlo?
3. Preste atencin al contenido de los distintos prrafos. Se refleja el tema general
en su organizacin? En qu aspecto? Qu componentes pueden servir para
identificar la organizacin general del texto?
4. Qu tipo de esquema de los presentados en el encuentro anterior adoptara
para graficar el texto ledo? Por qu?
5. Lea uno a uno los prrafos que componen el texto. Al margen de cada uno de
ellos, anote una oracin en la que se indique qu ocurri, quines participaron
en los hechos y cundo. Si observa que sera preferible otro tipo de organizacin
oracional, cambie el esquema propuesto. La idea es que cada una de las
oraciones d cuenta de la idea principal de cada prrafo. Si los prrafos son
extensos, puede redactar ms de una oracin, pero busque siempre ser sinttico
y evitar los detalles innecesarios.
32
6. Discuta con sus compaeros las oraciones construidas, observando si realmente
reflejan las ideas centrales del texto.
7. Tomando como base las anotaciones y lo conversado con sus compaeros,
redacte un resumen, entendido como un nuevo texto coherente y
adecuadamente organizado, con partes conectadas entre s que presenta la
informacin de manera abreviada, pero rescatando lo esencial. Trate de evitar
copiar segmentos del texto; procure que el resumen resultante sea una
reformulacin de la fuente original.
Ejercicio 2
1. Lea el texto que sigue de manera completa.
2. A medida que lee, subraye las ideas que le parecen centrales. Averige adems
el significado de las palabras que no conoce y datos sobre los hechos que se
mencionan y que usted no conoce, en los casos en los que note que son cruciales
para comprender el texto. Luego, responda las preguntas que se incluyen al final.
Texto 11
1. _____________________________________
1.1. Perodo 1816-1930
Hasta el surgimiento como nacin independiente, la poltica lingstica en nuestro suelo
haba sido necesariamente la de la corona espaola [], como lo prueba la Real Cdula de
Aranjuez de 1770, en la que Carlos III orden la castellanizacin absoluta y la eliminacin de
las lenguas indgenas en toda la Amrica hispana, aunque con xito relativo. Como
sabemos, la Asamblea del ao 1813, germen del futuro Estado nacional, redact sus
conclusiones no solo en castellano sino tambin en tres lenguas aborgenes, y se tradujo
asimismo a lenguas indgenas la declaracin de la Independencia de 1816. Pero en la
Constitucin de 1853 que, con modificaciones, nos rige hasta hoy, no se incluy una sola
palabra acerca de la cuestin lingstica.
La oficialidad del castellano se tomaba como un hecho natural, y no se conceba una
intervencin humana en esa obra de la naturaleza. La representacin sociolingstica de la
Argentina, pas monolinge no reflejaba, sin embargo, una evidencia. Si bien podramos
pensar que en 1853, es decir, cuarenta aos despus de la Asamblea de 1813, el castellano
ya se haba impuesto en todo el territorio, hay hechos contradicen esa presuncin, como la
publicacin de la Gramtica y diccionario de la lengua pampa, de Juan Manuel de Rosas
33
(1825), la creacin de escuelas de comunidades inmigrantes en las que no o apenas se
enseaba el castellano y la persistente vitalidad de varias lenguas indgenas hasta hoy.
A la luz de estos hechos, la falta de mencin de la lengua oficial debemos explicarla por
otras razones: los constituyentes de 1853 no consideraron necesario incluir en el texto la
representacin sociolingstica de que la lengua de la Argentina es el espaol porque
seguramente consideraban que no podan ser ciudadanos ni determinar el destino de la
nacin los indios ni los inmigrantes, sino nicamente quienes hablaban castellano: los
criollos. Como escribimos Elvira Arnoux y yo en otro lugar (1999:9), debemos considerar
las representaciones del lenguaje no solo como esquemas orientadores socialmente
compartidos de la percepcin y evaluacin de las distintos fenmenos lingsticos sino
tambin como diseos ms o menos complejos del universo social que los discursos sobre
el lenguaje construyen, aunque hablen solo del lenguaje. Podra aadir que tambin el
silencio acerca de lenguas realmente existentes es una forma de representacin
sociolingstica y, por lo tanto, una representacin de la realidad social.
La situacin lingstica cambi con la inmigracin masiva, que dio real origen a polticas
lingsticas. En efecto, durante la primera mitad del siglo XIX los intelectuales argentinos y
latinoamericanos se haban preocupado por separarse de Espaa, a la que consideraban
decadente y retrgrada, lo cual se tradujo en el terreno de las lenguas en cuestiones como
la modernizacin del espaol (Juan B. Alberdi propona afrancesar la lengua (Varela, 1999:
24-27) y en propuestas de reformas ortogrficas, como las de Andrs Bello y Domingo
Faustino Sarmiento, para adecuar la grafa a la pronunciacin americana del espaol y
democratizar as la enseanza (Arnoux, 2001: 196). Pero en la segunda mitad del siglo XIX,
finalizadas las guerras intestinas entre caudillos, el proyecto agroexportador de la clase
dirigente argentina llev no solo a ampliar la frontera interior mediante la llamada guerra
contra el indio, que tuvo lugar principalmente entre 1830 y 1880, sino tambin a dos
proyectos polticos sucesivos y contrapuestos (Di Tullio, 2003) alrededor de la inmigracin:
el de europeizar la estructura demogrfica del pas, que inclua el educar al soberano
como manera de integrar a los inmigrantes a la vida activa de la nacin; y el de
deseuropeizar a los inmigrantes mediante una poltica educativa y lingstica de corte
nacionalista, destinada a inhibir la enseanza en las lenguas inmigratorias y a estandarizar
el espaol en la variedad castiza. En esta nacionalizacin, la castellanizacin desempeaba
un papel central; se la logr principalmente a travs del aparato escolar, promovido por la
creacin del Consejo Nacional de Educacin en 1881, el primer Congreso Pedaggico de
1882 y la Ley de Educacin Comn de 1884, que exiga la enseanza de la lengua nacional.
Esta poltica de la llamada Generacin del Ochenta fue exitosa: ya hacia 1920 la mayora de
los inmigrantes llegados entre 1880 a 1914, con los italianos como contingente principal,
34
haban sido castellanizados.
Pero una poltica lingstica no solo se puede leer en las leyes que se aprueban y se
reglamentan, sino tambin en las que se rechazan. Cuando hacia 1890 el proyecto
econmico sufri su primer gran revs, una parte de los hombres de la Generacin del
Ochenta se volc hacia lo que se llam el nacionalismo excluyente, dotado de un buen grado
de racismo y xenofobia. En ese marco, en 1894 el diputado Indalecio Gmez present su
Proyecto de Ley relativo a la Enseanza de Idioma Nacional, que exiga que En las escuelas
de la Repblica Argentina la enseanza se dar en idioma nacional exclusivamente en las
escuelas de la capital y territorios nacionales, cualesquiera sean el origen de su fundacin y
sus fines, ya funcionen independientemente, ya anexas a institutos de grado superior. El
Parlamento termin rechazando el proyecto; en las argumentaciones en su contra se
manifestaba el temor de que esa ley podra detener la inmigracin (cf. Vzquez Villanueva,
2005).
No podemos describir aqu todas las alternativas que se sucedieron en la poltica escolar y
en las polticas lingsticas destinadas a la escuela entre 1880 y 1930; ngela Di Tullio (2003:
171ss.) las divide en tres etapas: 1880-1907, 1908-1912 y 1912-1930, que identifica,
respectivamente, con el optimismo pedaggico y el desarrollo del sistema escolar, la
educacin patritica nacionalista y la recuperacin de la eficacia pedaggica con
innovaciones metodolgicas y curriculares. Durante el primer perodo se tendi a integrar
al inmigrante y la enseanza de la lengua tena un fin prctico: la adquisicin lo ms rpida
posible de la lengua oral. En la educacin patritica, en torno al Centenario, la lengua
adquiri un nuevo valor: se convirti esencialmente en uno de los pilares de la nacionalidad.
Luego, en el tercer perodo, la orientacin nacionalista persisti, pero el aumento masivo
de la poblacin hizo pasar a un primer plano los problemas metodolgico-didcticos. Toda
esta evolucin estuvo, por supuesto, entrecruzada con conflictos poltico-ideolgicos: la
inmigracin no era la esperada de europeos del norte, sino del sur y del este europeos; a
menudo, los inmigrantes traan consigo ideologas que cuestionaban el orden conservador;
algunos de ellos eran muy refractarios al disciplinamiento y a la integracin cultural, lo cual
explica las medidas tomadas por el Consejo Nacional de Educacin especialmente contra
escuelas italianas y judas.
Ricardo Rojas incluso lleg a considerar que las escuelas privadas eran inmorales y
antiargentinas, pues eran en nuestro pas uno de los factores activos de disolucin
nacional (1909:123). Esta perniciosa influencia de los inmigrantes se vuelca como
ideologa lingstica en el purismo, segn el cual los inmigrantes bastardean el espaol con
su cocoliche y otras desviaciones que hay que extirpar enrgicamente para volver a
imponer el espaol castizo, una discusin que se prolongar durante dcadas. Esto no
significa que se desestimase la enseanza de las lenguas extranjeras; pero en el mbito
pblico quedaban restringidas a la escuela media, a la que por lo comn asistan nicamente
35
los sectores medios y altos de la sociedad. Tambin debemos destacar que desde 1904 el
Estado comenz a formar a sus propios profesores de lenguas extranjeras mediante la
creacin de profesorados especficos.
En sntesis, entre 1816 y 1930, es decir, entre la declaracin de la independencia y el final
de la inmigracin masiva, las preocupaciones poltico-lingsticas estn centradas
sucesivamente en la independencia de Espaa, la castellanizacin de los inmigrantes, la
pureza del espaol y el mejoramiento de la enseanza. Las lenguas aborgenes
prcticamente no se mencionan y las lenguas extranjeras aparecen de dos maneras: a los
sectores medios y altos se las ensea en la escuela secundaria pblica (en muy pocos casos,
en escuelas primarias) junto con las lenguas clsicas, mientras que frente a las escuelas
primarias privadas de comunidades de inmigrantes se van adoptando distintas posiciones
segn las etapas y las comunidades de que se trate.
1.2. Perodo 1930-1983
El perodo entre la primera y la ltima interrupcin del orden democrtico, es decir, entre
1930 y 1983, por ahora no tiene la densidad de estudios poltico-lingsticos que le
corresponde, segn veremos ms adelante. Entre los aspectos estudiados se puede sealar
la continuidad de la discusin entre la reafirmacin de la variedad argentina del espaol
frente al espaol acadmico. Algunos hitos de esta discusin se manifiestan en el Instituto
de Filologa Hispnica de la Facultad de Filosofa y Letras de la UBA, creado en 1923, que el
espaol Amado Alonso dirigi de 1927 a 1946, perodo a lo largo del cual pas de la crtica
a la variedad rioplatense al reconocimiento del importante papel de la Argentina frente a la
lengua espaola sobre todo a partir de la instalacin del franquismo en Espaa; en la
Academia Argentina de Letras (1931), que por lo comn adopt una posicin purista; en la
clebre polmica entre Jorge Luis Borges, defensor de la variedad argentina, y Amrico
Castro, quien pensaba que la inmigracin haba arruinado el idioma; y las diferentes
posiciones del peronismo, que pas de la encendida hispanofilia inicial al fomento de la
variedad argentina del espaol en el segundo Plan Quinquenal, en consonancia con una
posicin ms nacionalista. Tambin formaron parte de este perodo leyes poltico-
lingsticas como la primera Ley de Radiodifusin y la primera versin de la Ley del Nombre.
Pero temo que en nuestros estudios haya un aspecto olvidado. Cuando hablamos del cese
de la inmigracin masiva en 1930 nos referimos siempre a la inmigracin europea, la cual
le dio un carcter especial a nuestro pas y al Uruguay. Efectivamente, luego disminuy la
proporcin de poblacin extranjera, y desde 1947 lo hizo en forma sistemtica: en 1914 los
extranjeros representaban casi la tercera parte de la poblacin y hacia 1991 slo constituan
el 5 por ciento (Giusti-Calvelo, 2002:2). Pero lo que se suele pasar por alto es que desde
1947 lo que aumenta es la proporcin de inmigrantes de pases limtrofes; en su mayor
parte, paraguayos, bolivianos y chilenos. As, en 1914 los inmigrantes oriundos de pases
36
limtrofes eran el 8,6 % de la inmigracin total, pero en 1991 llegaban al 50.2 % (INDEC,
1993), y mientras que en 1914 casi la mitad del milln de extranjeros residentes en el pas
eran italianos, y el 20 %, espaoles, en 1991 estas cifras se haban reducido al 20 y 13.8 %,
respectivamente; en cambio, los paraguayos constituan el 16.1 %, los chilenos, el 15.7 % y
los bolivianos, el 9.4 %. No hay todava, por lo que s, un estudio del impacto lingstico de
esta inmigracin ni una poltica lingstica que la incluya, salvo diferendos ocasionales,
como el que tuvo lugar hace unos aos entre la Provincia de La Pampa y los menonitas de
origen paraguayo afincados en la localidad pampeana de Guatrach, a quienes el gobierno
provincial les exigi que introdujeran el castellano en la escuela, o, indirectamente, las
propuestas de educacin intercultural bilinge o el proyecto de escuelas plurilinges de la
Ciudad de Buenos Aires; indirectamente, porque no estn diseados especficamente para
inmigrantes alglotas.
Tomado de Roberto Bein. Polticas lingsticas en Argentina. Legislacin y promocin de
lenguas. Disponible en :http://www.linguasur.org.ar
1. Qu trata el texto? Desde qu perspectiva se aborda la cuestin de la inmigracin?
2. Proponga un ttulo y colquelo en la lnea de puntos que figura al inicio. El ttulo debe
recuperar el tema general del texto, por lo que debe abarcar lo que se trata en los
dos apartados que lo componen.
3. Una vez ledo el texto completo, redacte una brevsima sntesis, de no ms de cinco
lneas en las que se consigne el contenido general. Por ejemplo puede comenzar as:
El texto presenta los cambios que
4. Siguiendo los pasos indicados en el ejercicio anterior, redacte un resumen del texto.
Revselo con sus compaeros y con el docente.
Bibliografa
Bein, R. Polticas lingsticas en Argentina. Legislacin y promocin de lenguas. En Linguasur. Legislacin y polticas lingsticas. Disponible en: http://www.linguasur.org.ar Fecha de consulta: 17/10/2013 Jakobson, R. (1985) Lingstica y potica en Ensayos de lingstica general. Barcelona: Planeta Agostini. Maurizio, R. (2006). Migraciones internacionales en Argentina: un anlisis de sus determinantes y de su relacin con el mercado de trabajo. Documento realizado en el marco del proyecto Migraciones Internacionales y Desarrollo: el caso de Amrica Latina, CEPAL-BID, 2006. Disponible Pacecca, M.I. y Courtis, C. (2008). Inmigracin contempornea en Argentina: dinmicas y polticas. En CEPAL - Serie Poblacin y desarrollo N 84. Disponible en http://www.cepal.org/publicaciones/xml/9/34569/lcl2928-P.pdf Fecha de consulta: 17/10/2013.
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Ejercicios de integracin
Consignas:
Lea los siguientes textos y determine:
1. a quin/es se dirige (participantes involucrados en el mensaje),
2. cul es el tema principal del mensaje (de qu se habla),
3. cul es el canal por el que se emite la comunicacin (va o medio),
4. cul es la situacin comunicativa o contexto (caractersticas personales e histrico-
culturales del acontecimiento),
5. cules son los elementos o cdigos lingsticos que permiten identificar el tipo de
mensaje (clases o estilos del lenguaje),
6. qu conocimientos o saberes culturales o ideolgicos especficos exige el mensaje
para su correcta decodificacin (temas, afirmaciones, formas de pensamiento que
se deben entender),
7. cul es, a su entender, la relacin o vnculo entre los participantes del mensaje y las
intenciones de los participantes para escribir/leer este texto,
8. redacte un texto de 15 pgina en el que explique las actividades que realiz y una
conclusin final sobre su anlisis.
Texto 1
24 de octubre de 1967
Compaeros:
Con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable prdida para la causa de los pueblos
que luchan por su liberacin. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con
todos aquellos que, en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la
injusticia, la miseria y la explotacin. Nos sentimos hermanados con todos los que con valenta y
decisin enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las
oligarquas aptridas apuntaladas por militares tteres del Pentgono mantienen a los pueblos
oprimidos.
Hoy ha cado en esa lucha, como un hroe, la figura joven ms extraordinaria que ha dado la
revolucin en Latinoamrica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.
Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizs el mejor: un ejemplo de
conducta, desprendimiento, espritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda conviccin en la
justicia de la causa que abraz, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categora de
hroe y mrtir.
He ledo algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del peronismo. Nada ms
absurdo. Suponiendo que fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, qu
edad tena entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, particip del golpe que derroc al gobierno
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popular de Hiplito Yrigoyen. Yo tambin en ese momento fui utilizado por la oligarqua. Lo
importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. Vaya si el Che los enmend!
En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno popular de Jacobo Arbenz ante la
prepotente intervencin armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a la cancillera
para que le solucionaran la difcil situacin que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue
as como sali hacia Mxico.
Su vida, su epopeya, es el ejemplo ms puro en que se deben mirar nuestros jvenes, los jvenes
de toda Amrica Latina.
No faltarn quienes pretendan empalidecer su figura: el imperialismo, temeroso del enorme
prestigio que ya haba ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de
nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino,
solapadamente, est en campaa de desprestigio. No nos debe sorprender, ya que siempre se ha
caracterizado por marchar a contramano del proceso histrico nacional. Siempre ha estado en
contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.
La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamrica son un hecho
irreversible. El actual equilibrio ser roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin
revolucin las resistencias de las oligarquas y de los monopolios inversionistas del imperialismo.
Las revoluciones socialistas se tienen que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello
que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre s todos los movimientos nacionales, en
la misma forma en que son solidarios entre s los usufructuarios del privilegio. La mayora de los
gobiernos de Amrica Latina no van a resolver los problemas nacionales sencillamente porque no
responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias
verbales basten. Es necesario entrar a la accin revolucionaria, con base organizativa, con un
programa estratgico y tcticas que hagan viable la concrecin de la revolucin. Y esta tarea, la
deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha ser dura, pero el triunfo definitivo ser
de los pueblos.
Ellos tendrn la fuerza material circunstancialmente superior a las nuestras, pero nosotros
contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la conviccin en la justicia de la causa que
abrazamos y la razn histrica que nos asiste.
El peronismo, consecuente con su tradicin y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y
Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante
Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en accin empuando las armas en pos del
triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamrica.
Juan Domingo Pern
Pern, J.D. (1967). Carta al movimiento Peronista por la muerte del Che Guevara. En
www.archivoperonista.com. Disponible en internet en
http://archivoperonista.com/documentos/declaraciones/1967/mensaje-peron-sobre-muerte-
ernesto-che-guevara/. Fecha de consulta: 8/12/2013
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Texto 2
Quino. Susanita. En El mundo de Mafalda. Disponible en http://mafalda.dreamers.com/. Fecha de
consulta: 8/12/2013.
40
Texto 3
Discurso pronunciado por Nelson Mandela3 frente al Congreso de los Estados Unidos el 26 de junio
de 1990
()Hemos llegado a Washington en el Distrito de Columbia, y a estas cmaras sagradas del Congreso
de Estados Unidos, no aspirando a la grandeza, sino como una partcula de un pueblo que sabemos
noble y heroico, que se multiplica, permanentemente, y se regocija con la esperanza, sabiendo que
su humanidad se reafirmar y ampliar y por la comunin abierta y sin restricciones con las naciones
del mundo.
Nuestras aspiraciones
Hemos venido para contarles, y a travs de ustedes a su pueblo, igualmente noble y heroico, sobre
los problemas y dificultades, las esperanzas y aspiraciones del pueblo del que venimos. Entendemos
que vuestra amable y conmovedora invitacin para que hablramos aqu deriva de un deseo de
transmitir un mensaje a nuestro pueblo, y de acuerdo a sus propsitos humanos, de darle la
oportunidad de decir lo que quiere, y cmo quiere que sea su relacin con ustedes.
Nuestro pueblo demanda democracia. Nuestro pas, que sigue sangrando y sufriendo, necesita la
democracia. Reclama que la ley establezca que la libertad de hablar de la libertad constituye la
esencia misma de la legalidad y lo que hace a la legitimidad del orden constitucional.
Est sediento por llegar a una situacin en la que los que tienen derecho a llevar armas -como las
fuerzas de seguridad nacional y del orden pblico- no las usen contra los ciudadanos, simplemente
porque stos afirman que la igualdad, la libertad y la bsqueda de la felicidad son los derechos
humanos fundamentales que no slo son inalienables, sino que deben defenderse con las armas, si
es necesario.
Visualizamos y luchamos por un futuro en que todos, sin distincin de raza, color, credo o sexo,
tengan derecho a votar y ser votados en todos los rganos del Estado. Estamos comprometidos en
una lucha para garantizar que los derechos de cada individuo estn garantizados y protegidos a
travs de una constitucin democrtica, el imperio de la ley, un proyecto de ley arraigado en los
derechos que deben ser aplicados por un poder judicial independiente, as como por un sistema
poltico multipartidario.
Sr. Presidente:
Somos realmente conscientes del hecho de que estamos frente a una institucin histrica para cuya
creacin e integridad muchos hombres y mujeres perdieron la vida en la guerra de independencia,
3El 10 de mayo de 1994, Nelson Mandela jur como primer presidente negro de la historia de Sudfrica al ser consagrado en las primeras elecciones presidenciales realizadas mediante el sufragio universal. El lder sudafricano, acusado de sabotaje por el rgimen del apartheid en 1964, estuvo en cautiverio durante 27 aos hasta su liberacin, producida en febrero de 1990. Transcribimos a continuacin un discurso pronunciado ante la sesin conjunta de ambas cmaras del Congreso de Estados Unidos el 26 de junio de 1990, pocos meses despus de su liberacin.
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la Guerra Civil y la guerra contra el nazismo y el fascismo. La historia misma exige que nos dirijamos
a ustedes con respeto, franqueza y sin disimulos.
Creemos firmemente en lo que hemos dicho sobre los acuerdos polticos que queremos lograr en
nuestro pas. Se trata de algo por lo que muchos de nosotros fuimos a la crcel, y por lo que muchos
otros han muerto en prisiones, en la horca, en nuestras ciudades y pueblos de los pases del sur de
frica. Pero es algo por lo que nuestros representantes polticos fueron incluso asesinados en pases
que se encuentran tan lejas de Sudfrica como Francia.
Por desgracia, nuestra gente sigue muriendo hoy en da, vctima de agentes armados del Estado que
todava estn decididos a empuar las armas contra la idea misma de una democracia no racial.
Pero esta es la perspectiva que creemos vuestro Congreso se sentir feliz de apoyar y fomentar, con
el enorme peso de su prestigio y autoridad como un representante eminente de la prctica
democrtica.
Objetivos econmicos
Negarles a los pueblos sus derechos humanos es cuestionar su propia humanidad. Imponerles una
vida de miseria, hambre y privaciones es deshumanizarlos. Pero tal ha sido el destino terrible de
todas las personas negras en nuestro pas bajo el sistema del apartheid. Hay que ver para creer el
grado de privaciones que sufren millones de personas. El dao se hace ms intolerable por la
opulencia de nuestros compatriotas blancos y la distorsin deliberada de la economa para
alimentar esa opulencia.
El proceso de reconstruccin de la sociedad sudafricana supondr tambin necesariamente la
transformacin de su economa. Necesitamos una economa fuerte y pujante. Se requiere una
economa que sea capaz de atender las necesidades de toda la gente de nuestro pas, que pueda
proporcionar alimentos, viviendas, educacin, servicios de salud, seguridad social y todo lo que hace
humana la vida humana, que hace la vida ms alegre y no un largo encuentro con la desesperanza
y la desesperacin.
Creemos que dada la estructura de la economa del apartheid de Sudfrica y las enormes
necesidades apremiantes de la poblacin, el gobierno democrtico deber intervenir
inevitablemente en esta economa a travs del parlamento elegido. Hemos planteado a la
comunidad empresarial de nuestro pas que la necesidad de un sector pblico constituye uno de los
elementos de una estrategia multifactica de desarrollo econmico y la reestructuracin que tiene
que ser considerada por todos nosotros, incluido el sector privado.
El ANC4 no tiene ninguna posicin ideolgica que implique que ste debe adoptar una poltica de
nacionalizacin. Pero el ANC tambin considera que no existe en la economa sudafricana ningn
mecanismo auto regulador que pueda asegurar, por s solo, el crecimiento con equidad.
Al mismo tiempo, consideramos que es un hecho que el sector privado es un motor de crecimiento
y desarrollo fundamental para el xito de la economa mixta, que esperamos ver en el futuro de
Sudfrica. Estamos, por lo tanto, comprometidos a crear una economa en la que la gente de
negocios, tanto de origen sudafricano como extranjero, tenga confianza en la seguridad
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