1
Selección Teosófica
Ene.-Mar. 2021 No.403
EDICIÓN ESPECIAL Homenaje a la hermana Julita Ballesteros de Martínez (1938-2021)
Una vida de servicio a la Teosofía
CONTENIDO
Julita Ballesteros (in memoriam) Nota editorial Pág. 3
¿Por qué tememos a la muerte? Julia Ballesteros Pág. 4
Sesenta años de Teosofía Gabriel Burgo Suárez Pág. 9
El pensamiento teosófico Armando Motta Zapata Pág. 28
Imaginando la Teosofía para el futuro Catalina Isaza Cantor Pág. 34
¿Que quién soy yo? Silvana Freire Pág. 40
Declaración de Teresópolis Varios miembros jóvenes Pág. 41
Distribución gratuita gracias al apoyo del grupo
“Amigos de la Selección Teosófica” Puede ser uno de nuestros “amigos” consignando su aporte voluntario a la cuenta de
ahorros: N 17760197815 Banco de Colombia Nit de la ST: 860013541-1
2
Selección Teosófica
Sociedad Teosófica Colombiana
Carrera 6 No.56-40, Bogotá, Colombia
Teléfono 310 45 19, Cel. 310-2741969
E-mail: [email protected]
Agente Presidencial: Armando Motta
Editora: Rosita Catalina Isaza Cantor
Página Web:
www.teosofiaencolombia.com
Los tres objetos de la Sociedad Teosófica son:
Formar un núcleo de la Fraternidad Universal de la Humanidad, sin
distinciones de raza, credo, sexo, casta o color.
Fomentar el estudio comparativo de Religiones, Filosofías y Ciencias.
Investigar las leyes inexplicadas de la Naturaleza y los poderes latentes en
el hombre. Libertad de Pensamiento
En razón de que la Sociedad Teosófica se ha esparcido ampliamente por todo el
mundo, y cuenta en su seno con miembros de todas las religiones que no renuncian a los
dogmas peculiares, enseñanzas y creencias de sus respectivas fes, se ha considerado
conveniente recalcar que no hay ninguna doctrina u opinión, enseñada o sostenida por
quienquiera, que sea en algún modo obligatoria para cualquier miembro de la Sociedad,
ninguna que cualquier miembro no esté en libertad de aceptar o rechazar. La aceptación de
sus tres Objetos es la única condición para hacerse miembro.
Ningún instructor o escritor, de H.P. Blavatsky para abajo, tiene ninguna autoridad
para imponer sus enseñanzas u opiniones a los miembros. Todo miembro tiene igualmente el
derecho de seguir cualquier escuela de pensamiento, pero no tiene ningún derecho para forzar
a nadie en la escogencia. Ni un candidato para cualquier cargo, ni ningún elector, puede ser
declarado inelegible para ejercer o para votar debido a cualquier opinión que sostenga, o
porque sea miembro de cualquier escuela de pensamiento. Las opiniones o creencias ni
confieren privilegios ni imponen castigos.
Los miembros del Consejo General piden encarecidamente a todo miembro de la
Sociedad Teosófica, que sustente, defienda y actúe sobre la base de estos principios
fundamentales de la Sociedad, y también ejerza con energía su derecho de libertad de
pensamiento y de expresión, dentro de los límites de cortesía y consideración hacia los
demás.
Aclaración:
Los artículos publicados en este número representan las ideas de sus autores. La
Revista Selección Teosófica no se responsabiliza por lo que allí se expresa.
3
JULITA BALLESTEROS (IN MEMORIAM) Nota editorial
l pasado 7 de enero, un día
después de cumplir 83 años, la
hermana Julia Ballesteros de
Martínez dejó su cuerpo físico
en la ciudad de Bogotá. Julita, como
solíamos llamarla con cariño todos
los que tuvimos el gusto de
conocerla, nació y creció en el seno
de una familia teosófica. Fue una
incansable trabajadora que a muchos
inspiró con su ejemplo. A lo largo de
su vida, junto con su esposo Antonio
Martínez, trabajó por la causa
teosófica con entrega, amor,
convicción y ahínco.
Como lo recordábamos hace apenas
un par de meses (17 de enero de
2021) en un homenaje realizado por
la Federación Teosófica
Interamericana1 en su memoria,
Julita no solamente inspiró a muchos
a través de su trabajo por la Sociedad
Teosófica, sino también a través de
sus otras facetas. Julita fue una
virtuosa cantante y apasionada
difusora de las artes en todas sus
dimensiones; activista, hasta el final
1 El homenaje puede verse en el siguiente
enlace de YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=tg-
5cySYLoA
de sus días, por causas nobles como
la protección de la naturaleza, el
vegetarianismo, entre otras; una
madre, amiga, compañera más allá de
los límites de su propio núcleo
familiar… En fin, una mujer integral
y luchadora que siempre mostró y
contagió pasión por la vida.
Hoy queremos rendir homenaje a la
memoria de nuestra querida hermana
Julita dedicándole el presente número
de nuestra Selección Teosófica. Hay
en él un artículo escrito hace un par
de años por la propia Julita en el que
nos brinda profundas y bellas
reflexiones sobre el significado de la
muerte, esa ―‗brisa de amanecer‖,
como ella misma dice, ―que se lleva
consigo los antiguos ropajes que no
nos dejaban caminar, ni danzar, ni
volar‖ porque ese ―algo que muere
puede renacer en formas más
elevadas de expresión‖.
Julita, gracias por tu entrega, por tu
presencia en nuestras vidas. Ahora
vuela libre, alto, pura y brillante
como la esencia de la que todos
somos parte. ◙
E
4
¿POR QUÉ TEMEMOS A LA MUERTE? Julia ballesteros de Martínez (1938-2021)
(Artículo publicado inicialmente en Selección Teosófica #396, abril-junio 2019)
ay en la conciencia colectiva
de la humanidad una enorme
fuerza que nos impulsa hacia
conservar y retener todo lo
que creemos que es nuestro: el
cuerpo físico, los bienes materiales,
la empresa en que trabajamos, la casa
en que vivimos, el dinero, la comida,
la ropa, la pareja, la familia, el
apellido, las amistades, la salud, la
energía, el reconocimiento, la estima,
las apariencias, lo que llamamos
―amor‖, los conocimientos, los
estudios, la profesión, el nivel social.
En fin, todo aquello que no somos ni
nos pertenece, pero que, a través del
tiempo en que vivimos sobre la
tierra, lo creemos ―nuestro‖. Por
ello, al sentir cercana la muerte,
lloramos y nos afligimos por la
pérdida de aquello que ni somos, ni
nos pertenece.
El que aspira a ser Teósofo, a través
del estudio, la reflexión, la auto-
observación, la meditación, el
compartir en su Logia, el escuchar a
los demás, va tomando conciencia de
cuál es su Verdadero Ser. De forma
natural, se va sintiendo cada vez
menos atado por las cosas, por las
ilusiones, por las fantasías; se va
desprendiendo tanto de las cosas
físicas como de los apegos
emocionales y las creencias
intelectuales y también naturalmente
el temor a la muerte, va dejando de
existir para él. Con eso van cayendo
las máscaras que tanto nos apretaron
y nos obligaban a sostener la pesada
carga de las apariencias.
Comenzamos, entonces, una nueva
etapa de la existencia en la cual
viviremos con alas renovadas y la
muerte la vemos como esa ―brisa de
amanecer‖ que se lleva consigo los
antiguos pesados ropajes que no nos
dejaban caminar, ni danzar, ni nadar,
ni volar. Y, con certeza, a la llegada
del Ángel de la Muerte lo
acogeremos con la felicidad y la
gratitud con que recibimos al Ángel
del Nacimiento, al Ángel de la
Guarda, al Ángel de la Familia, a los
Ángeles de la Relación, a los Devas
de las plantas, de los árboles, de toda
la Naturaleza, a los Devas de los
lugares sagrados, del hogar, de todas
las Artes.
Se cuenta que Juan Sebastián Bach,
ya anciano, era motivo de burla y
H
5
aislamiento por parte del vulgo
ignorante. En su vejez quedó
totalmente ciego y a la hora de su
muerte, su esposa Ana Magdalena
recogió una rosa del jardín y se la
puso enfrente. Como un milagro,
Bach vio la rosa y no solo captó su
aroma, sino que, siendo ciego
físicamente, la vio en toda su
magnífica belleza. Bach murió en
pobreza, vivió esclavizado por la
nobleza y los prelados, trabajando
incesantemente.
Pero, indudablemente, su Alma
Espiritual era la que ―veía‖, ―oía‖ y
expresaba las más excelsas
composiciones musicales que han
influenciado a través de los tiempos a
todos los seres que tenemos
sensibilidad hacia la música. Su
música muestra la más alta devoción,
la más pura belleza. Un ser así,
puede percibir la esencia de una rosa
en el momento trascendental de la
muerte, aunque lleve muchos años
―ciego‖ físicamente, porque ha
trascendido la ilusión de la
existencia.
Podemos darnos cuenta de que en
todo momento algo está muriendo,
no solo en lo físico, sino en todos los
planos, y si prestamos atención, ese
algo que muere puede renacer en
formas más elevadas de expresión:
cada célula de nuestro cuerpo físico,
en su maravillosa perfección, está
muriendo en tiempos rítmicos y
dando lugar al nacimiento de una
nueva célula. Así mismo, cada
palpitar del corazón va dando lugar a
un nuevo palpitar. Repito, si
prestamos atención lograremos que,
por ejemplo, un dolor en cualquier
parte de nuestro cuerpo sea la entrada
de energía pránica, sanadora y así
cure o al menos alivie la causa del
dolor.
Así mismo, una gran aflicción de
hoy, por ejemplo, la pérdida o el
rompimiento con alguien que
considerábamos indispensable para
nuestro corazón, nuestro equilibrio y
confort espiritual, va a darnos
mañana la magnífica oportunidad de
romper cadenas de dependencias y
ser libres de los ―amores‖
apasionados y locos, de madurar y
lograr dar amor con discernimiento y
entrar en la corriente de la Sabiduría.
Igualmente, la búsqueda sincera de
Verdad va llevando al pensamiento
por etapas cada vez más altas, en las
que la Verdad va brillando con
mayor claridad y así se va muriendo
la ignorancia para renacer en
conocimiento superior. Los Seres
que han logrado ese gran
acercamiento a la Verdad,
comprenden, no critican, saben
6
perdonar, saben amar a los que no
piensan ni actúan como ellos.
En el ―Folleto Teosófico‖ de Abril de
2019 que nos envían desde Chile,
encontré en el artículo de J.
Krishnamurti (Lector Pingüino, II
parte) un apropiado símil de lo que
construye el ser humano para
―protegerse‖. Dice así: ―Una alberca
estancada al pie de un río profundo
que lleno de vigor y vitalidad, pasa
velozmente de largo‖. Y luego:
―Decimos que nuestra ―existencia de
alberca‖ está bien y hemos inventado
una filosofía para justificarla, hemos
desarrollado teorías sociales,
políticas, económicas y religiosas,
persiguiendo así un sentido de
permanencia‖.
Pero en lo más profundo de nuestro
Ser vamos recordando que la
impermanencia, lo temporal, el
devenir, conlleva el alimento que
nutre al Alma Espiritual como un
factor que le permite avanzar a la
plenitud de su sabiduría y su
expresión. Por ello es que los Seres
más avanzados nos inquieren a que
vivamos en el ―Eterno Presente‖ y
revisemos cuidadosamente cada
experiencia en el momento que
ocurre, observándola, examinando lo
que sentimos, dejando morir el
pasado y también retirando
aprensiones sobre el futuro.
Y un futuro seguro que no podemos
evadir es lo que llamamos la muerte.
Si la vemos de esta manera, la muerte
de nuestra personalidad, comenzando
por el cuerpo físico, es otro proceso
de transformación y si nos
preparamos en todos los procesos de
transformación que se nos presentan
en la existencia, desde la niñez hasta
la vejez, al llegar a esta última etapa
de la muerte total de todos los
componentes de la personalidad,
podremos ser tan hábiles, que la
muerte se experimente como algo
bello, maravilloso, feliz.
Cuando reflexionamos sobre la
intemporalidad del ser humano como
persona, con sus componentes físico,
emocional y mental y, cuando a la
vez logramos percibir algo de esa
infinitud, magnificencia e
indescriptible belleza de la
Naturaleza Interna, del Absoluto que
mora en nosotros, es entonces
cuando, lo que llamamos muerte no
nos produce temor, más bien, al
contrario, nos produce una inmensa
sensación de paz.
En la obra de Schubert, La doncella y
la muerte se expresa con gran belleza
en su primera parte el sentimiento de
7
angustia de la personalidad que,
aferrada a sí misma e ignorante de su
Verdadero Ser, ve acercarse su final
y lo repudia ignorando la Verdad. Y
luego, en la segunda parte, que
pareciera la mismísima voz del
Ángel de la Muerte, la manifestación
de inmensa Paz del Ángel, que acoge
la criatura en sus poderosos y tiernos
brazos proporcionándole alivio y
verdadero descanso.
Así mismo, en el Requiem Alemán de
Brahms, basado en frases bíblicas, se
proclama a través de coros y orquesta
de una música bellísima, una
inmensa confianza en que la muerte
de los hombres, en cualquier
condición que sea, con o sin
creencias, pertenecientes a cualquier
raza, casta sexo o color, conlleva una
liberación y adviene la recogida de
las mieses de una cosecha después
del arduo trabajo, de sacrificios y
dolores que se convierten en
sabiduría y felicidad.
Y ahora que hemos visto cómo la
muerte no es otra cosa que un paso
hacia nueva vida, que todo renace,
que realmente no existe lo que en
nuestra estrecha mente llamamos
muerte, que desde una pequeñísima
célula hasta todo un ser humano
completo con sus elementos físico,
emocional y mental, es parte de
cadenas evolutivas que no cesan
jamás, dejando que la Vida se
renueve una y otra vez, ¿cómo
podemos encarar nuestra muerte?
¿Seguiremos siendo inconscientes
esclavos de las antipatías, los
rencores, las venganzas, los chismes,
la maledicencia y todos esos venenos
que al Alma Espiritual doblegan y
enferman, que la dejan estancada,
adormilada? O, por el contrario,
¿nos rebelaremos ante la ignorancia y
seremos los fieles servidores de la
Luz que hemos vislumbrado?
No importa la edad ni cualquier
circunstancia en la que nos hallemos,
tan solo importa que la Luz haya
penetrado por alguna rendija de
nuestra cárcel de ignorancia y
egocentrismo. Sabemos que estamos
sembrando permanentemente, pero
ahora, a pesar de muchas
equivocaciones que son inevitables,
siempre la Luz penetrará cada vez
más y más. Así, al presentir la
cosecha y con anhelo de compartirla,
dejaremos las pequeñeces del ego
para abrirle paso a la grandeza del
Ego Espiritual.
Si logramos percibir algo de esa
grandeza del Ego Espiritual, nuestra
personalidad o pequeño yo irá
8
dejando su soberbia y poco a poco se
doblegará ante El Ser y lo reconocerá
en sí mismo y en todos los demás.
De esta forma la muerte, tanto la
propia como la de nuestros seres
cercanos, será comprendida y vivida
como un evento natural y sereno de
la Vida. ◙
¡Oh, amigo! Espera en Él durante tu vida, conoce durante tu vida, comprende durante tu vida, pues en la vida está tu liberación.
Si no desatas tus ligaduras durante la vida, ¿qué esperanza de liberación tendrás en la muerte?
Creer que el alma se unirá a Él sólo porque haya abandonado el cuerpo, es una idea absurda.
Si lo hallamos ahora, lo hallaremos luego. De lo contrario, permaneceremos en la ciudad de la muerte.
Si te unes a Él en el presente, lo estarás en la Eternidad.
Báñate en la Verdad; conoce al Maestro Verdadero; ten fe en su Nombre.
Lo que nos socorre es el Espíritu de búsqueda constante; soy esclavo de ese Espíritu.
Kabir, místico y poeta indio del siglo XV
9
SESENTA AÑOS DE TEOSOFÍA Gabriel Burgos Suárez M ST en Colombia.
Artículo publicado en dos partes en ´The Theosophist´ en enero y febrero de 2021
Traducción al inglés de Idarmis Rodríguez
n esta charla quiero mostrarles
lo que significa toda una vida
de Teosofía que posiblemente
algunos de ustedes recorrerán
en el futuro. Lo que en mí ha pasado
puede también pasarles a muchos de
ustedes, porque, aunque las cosas
continúan siendo exactamente las
mismas en el mundo externo, la
Teosofía hace que la vida se vea y
comprenda de manera
completamente diferente. Es una
diferencia que enriquece
enormemente todos los momentos de
la vida.
Para esto, tengo que remontarme a la
época anterior a mi llegada a la
Sociedad Teosófica (ST), inclusive a
los tiempos lejanos de mi infancia y
de mi niñez. Nací en Colombia, he
vivido siempre en Bogotá, y de
manera natural, por el entorno, nací
dentro de la Iglesia Católica Romana.
¿Por qué católico? Fue lo más
natural del mundo. Mis padres, que
eran muy amorosos, lo mismo que
los padres de todos ustedes, buscan
lo mejor para los hijos. Entonces, de
acuerdo a lo que consideran que es
mejor, nos introducen en las ideas
religiosas que consideran verdaderas. La manera de ver la vida a través de
una Iglesia demuestra la
espiritualidad en los seres humanos.
Mis padres nunca se preguntaron por
qué eran católicos. Seguramente los
abuelos, bisabuelos y antepasados,
fueron católicos sin cuestionar nunca
esas ideas. Dentro de esa Iglesia, y
dentro de esa familia católica, me
empecé a formar.
Cuando llegó la edad del colegio —
en esa época no había guardería ni
kindergarten— entraba uno ya al
primer curso de los cinco
preparatorios, en donde una de las
clases obligatorias era la religión. Se
estudiaba a través de un catecismo de
un sacerdote español, Gaspar Astete.
Ese catecismo era en forma de
preguntas y respuestas que había que
aprender de memoria desde el primer
curso de la Primaria y durante esos
cinco años. Eso se repetía de tal
manera que ese catecismo lo
sabíamos todos los muchachos de
memoria. Allí no había posibilidad
de libertad de pensamiento. Había
E
10
que repetir y creer lo que se decía en
ese catecismo.
Creo que los sacerdotes de esa época
lo hacían de muy buena fe. Habían
llegado siendo unos jovencitos a un
seminario donde se inculcaba
obligatoriamente las ideas religiosas
a los muchachos, y cuando se
ordenaban sacerdotes daban la
enseñanza aprendida. Era una
formación de absoluto obedecimiento
a lo que se decía allí. Eso era
importantísimo.
¿Qué pasa con una mente de un chico
en esas condiciones? Su mente se
condiciona y se cristaliza, y ve todas
las cosas en el mundo a través de
unos juicios previos, o prejuicios,
que se forman y que van a conducir
su vida en general. La mayoría de
los seres humanos no se preguntan
por qué pertenecen a una religión. Si
los padres son judíos, los hijos son
judíos; si están en el islam, seguirán
las enseñanzas del islam, y lo mismo
en todas las demás religiones. Eso
no permite ver al mundo sino a través
de una sola visión; no pueden ver lo
que ven los otros.
En el colegio de primaria y después
en la secundaria, en el Colegio
Mayor de Nuestra Señora del
Rosario, se continuaba esa educación
de religión hasta el tercer año del
bachillerato. En el cuarto año había
una materia que se llamaba
"Apologética". Por primera vez me
encontré con la palabra "Teosofía".
Esta clase consistía en demostrar que
la Verdad solamente estaba en la
Iglesia Católica Romana. ¡Fuera de
la Iglesia no hay salvación! Los
estudios en relación con todo lo
demás: iglesias, filosofías, etc., eran
para demostrar que estaban
equivocados.
Escuché, y me tocó estudiar, en esa
Apologética, algo de esas filosofías,
y se hablaba de la "Teosofía". ¿Qué
era la Teosofía para los muchachos
de cuarto año de bachillerato? ¡Era
la puerta para el infierno! La
Teosofía era peligrosa, "por favor no
se acerquen a esos libros; esa
Sociedad fue fundada por dos viejas
locas de mala conducta", que eran
Annie Besant y Madame H. P.
Blavatsky (HPB). Esto no es cierto
porque ni siquiera las conectan
correctamente en la época de la
fundación, puesto que la Sra. Annie
Besant llegó a la ST muchísimo
tiempo después de la fundación.
Yo tenía que llegar de alguna manera
a la ST. No hay casualidades, y por
lo tanto, se presentaron causas. La
primera fue porque mis padres,
11
cuando se casaron, alquilaron una
casa que era vecina a la de los padres
de mi esposa, y la llegada a la ST
tiene mucha relación con ella.
Estando en época de mis estudios, la
mamá de un amigo que pertenecía a
la ST, me invitó muchas veces al
grupo juvenil de estudio de la ST.
Ya que previamente en mí se había
formado un criterio dogmático en
relación con la ST — un prejuicio, un
temor, si pudiéramos decir, de
acercamiento-, le di las gracias
muchas veces, porque no fue una vez
que me invitó, sino muchas, y no
llegué a la Sociedad.
Pasó un tiempo. En la familia de mi
esposa había amistad con una señora
mayor que pertenecía a la ST. Ella
pertenecía a una familia
conservadoramente católica,
ultraconservadora. Esta señora era la
oveja negra de su familia. Era "la
Teósofa". A veces hablaba con mi
esposa de estos temas, pero nunca se
le había puesto mucha atención.
Pero ya cuando fuimos nosotros una
pareja de recién casados, ella nos
visitaba con frecuencia y nos hablaba
de la ST, y nos invitó; tampoco le
pusimos atención a eso. Ya ven
ustedes como una presentación
equivocada y maliciosamente
presentada hace que una persona que
puede encontrar ideas de amplitud en
temas religiosos pueda encontrarse
con que algo lo repele y no pueda
aceptarse.
Pasó el tiempo, y les cuento que mi
esposa, Cecilita, con una familia
también de formación dogmática
católica, tenía una gran libertad de
pensamiento, a diferencia mía que
era muy estrecha de pensamiento. La
mamá de ella era la mujer más
extraordinaria, buena y generosa que
he conocido y fue mi madrina de
bautismo. Ella murió antes de que
nosotros llegáramos a ser novios.
Cecilita se educó en un colegio de
una educadora alemana, la señora
Alice Block, que vino a Colombia y
formó un colegio extraordinario. En
ese colegio había varias chicas
judías, y Cecilita veía que esas chicas
eran exactamente iguales a las
cristianas. La única diferencia que
tenían era que a la hora de ir a la
clase de religión ellas tenían recreo.
Por lo tanto, le parecía que esto era
muy interesante. Pero Cecilita se dio
cuenta de que no hay diferencia entre
una cristiana y una judía, y eso fue
buena influencia para su amplitud de
pensamiento.
Nosotros, Cecilia y yo, entonces
novios, a veces poníamos sobre el
12
tapete el tema de la religión e
indudablemente teníamos en
ocasiones diferencias, aunque no
mayores, porque, aunque se hablaba,
por ejemplo, de lo que puede pasar
después de la muerte, no era para
nosotros motivo de conflicto.
Pero se presentó algo que fue
realmente fundamental. ¿Por qué
llega una persona a la Sociedad
Teosófica? Muchos caminos hay
para llegar a ella. Puede ser que
alguien le habla de lo que es la ST y
le llama la atención; puede haber
curiosidad. Para otros puede ser un
folleto que encontró casualmente. El
motivo para llegar a la ST en mi caso
fue diferente. Mi suegro era una
persona supremamente disciplinada.
Era un artista, pianista, profesor de
piano y canto y, dentro de su
disciplina, tenía horarios que cumplía
estrictamente. Comía a las seis de la
tarde, a las siete estaba ya en su
cama, y a las tres de la mañana se
levantaba, hacía gimnasia, leía,
estudiaba hasta las siete de la
mañana, cuando se sentaba al piano.
Eso era fundamental.
El primer año de casados, Cecilita y
yo vivimos en la casa de mi mamá, y
en el segundo año en la casa del
padre de Cecilita. Por lo tanto, yo
disfrutaba todos los días de un
concierto a las siete de la mañana;
era una maravilla. El siempre
empezaba con su autor favorito —
Beethoven. Siempre tocaba alguna
sonata de Beethoven en una forma
extraordinaria, y seguía después con
otros autores. Total, que para mí fue
algo muy hermoso, muy bello,
participar de esto. Él era diabético, y
su diabetes se estaba haciendo cada
vez más grave, a tal punto que vivía
con remedios para sus dolores y
molestias y murió a causa de esa
diabetes tan adelantada.
Se cerró la casa de él, que era
inmensa, donde tenía dos pianos,
entre otras cosas. Uno que era para
uso de los alumnos, y otro piano de
cola muy lindo que no permitía que
nadie tocara sino él. Ese era un
piano para sus interpretaciones nada
más. Las cosas que había en la casa
hubo que distribuirlas entre los cinco
hermanos para poder arrendarla.
Dentro de lo que llegó a la casa de su
hija Cecilita estaba el piano de cola.
Aclaro que ella estudiaba y tocaba el
piano como aficionada que era, pero
nunca con la maestría de su papá.
Pero empezó a presentarse un
fenómeno, y yo nunca he tenido, ni
he participado, de otro fenómeno
sino de éste inicial. A las tres de la
mañana Cecilita sentía que su papá le
13
decía: "Despiértate, que tenemos que
ir a la clase de piano." Yo nunca oí
nada, eso era una voz interior para
ella, pero sí sentía a las tres de la
mañana, como si hubiera puesto el
despertador, un corrientazo, y nos
levantábamos los dos, íbamos al
estudio y ella empezaba a tocar; y él
inclusive le decía algunas cosas — la
corregía — y ella de pronto decía
―Bueno, es que esos garabatitos que
tiene la partitura . . .‖ y él la corregía:
―¡Nada de eso! Esas son signaturas
de compas.‖ Bueno, nos reíamos y
demás, y estábamos así hasta las
cinco de la mañana.
Nunca se lo contamos a nadie. ¡Eso
era una cosa entre Cecilita y yo!
Pero un día de esos, ella se sentó al
piano y empezó a tocar una sonata de
Beethoven en una forma
extraordinaria; ¡era el papá el que
estaba tocando, no era ella! Ella
continuó tocando hasta que se dio
cuenta y se asustó; entonces paró,
cerró la tapa del piano y dijo: "Papá,
¡no puedo permitir que tú me tomes
con tu mente para esto! Se asustó
ella muchísimo y ya no quiso volver
entonces los siguientes días a la cita
de la madrugada. Pero, ¿qué paso?
¿Cómo podíamos nosotros quedarnos
con esa inquietud?
Entonces ella llamó a su amiga de la
Sociedad Teosófica, le contó lo que
estaba pasando, y ella le dijo: "Mira,
yo no sé cómo solucionar esto, no sé
lo que está pasando, pero sí sé quién
puede ayudarte. Es el director de la
ST en Colombia —don Walter
Ballesteros—.‖ ―¿Podemos conseguir
una cita?" "Sí, claro, ¡por supuesto!"
Llamó ella a Don Walter e
inmediatamente nos acogió. Él era
una persona sumamente cordial,
servicial, amable con todo el mundo,
siempre buscando servir, ayudar,
resolver el problema. Allí estaba él,
siempre con esa amabilidad. Nunca
se negó a eso.
Fuimos a la casa de Don Walter, nos
recibió en su estudio, y cuando oyó
lo que estaba sucediendo, nos dijo:
"Miren, lo que pasa es que, debido a
las drogas que estaba tomando, el
padre de Cecilia no se ha dado cuenta
de que está muerto. Entonces hay
que hacerle ver eso para que siga su
camino. Cuando una persona muere
debe desentenderse del mundo físico
y seguir adelante. La vida sigue,
continúa."
Eso fue un gran impacto para
nosotros. Lo que nos habían dicho
del Cielo y del Infierno no era como
habíamos creído. Teníamos la idea
de que cuando una persona se muere,
14
se va con sus alas y con las manos
puestas devocionalmente, a un Cielo
donde va a vivir eternamente feliz
más allá de las nubes. Según la
Teosofía el ser querido que ha
muerto y no tiene conocimientos de
la vida después de la muerte, sigue
teniendo la misma confusión que
tenía antes. Dimos la gracias a Don
Walter, y por la noche estuvimos
preparados para cuando al papá de
Cecilita llegara a las tres de la
mañana.
Entonces, en vez de pararnos,
Cecilita le dijo: "Papá, mira, tú ya
moriste, ya no tienes nada que hacer
aquí y tienes que seguir." Decir eso,
y fue quedarse ella absolutamente
tiesa, rígida, como si fuera un
cadáver. El susto que yo me metí fue
terrible. Yo había oído que se le
pone un espejo en la nariz a la
persona a ver si hay respiración; puse
el espejo, y sí, estaba respirando.
Ella estaba en esas condiciones, y me
dirigí al papá. Como habíamos sido
las familias amigas desde mi niñez,
yo lo llamaba por su nombre, y le
dije: "Luis, por favor, le está
haciendo daño a Cecilia; déjela, siga
Ud. su camino, pero no se interponga
en la vida de ella." Cuando le dije
eso, fue cuando Cecilita se despertó.
Volvimos a la casa de Don Walter y
nos dijo: "Lamento mucho no
haberles explicado o haber previsto
que esto pudiera pasar. Entonces hay
que seguir ayudándolo. Él debe
seguir su paso y continuar las cosas."
Pero ya se había presentado a
nosotros una profunda inquietud por
saber, por conocer. Ya no podíamos
ser como esos corderitos que maneja
un pastor y los lleva a donde quiera.
En donde se dice: "No pienses, deja
que yo piense por ti. Tú tienes que
hacer lo que yo te digo." Que es lo
que ha pasado con los cursos de
religión. Pensamos entonces que
había que entender y conocer esto.
No se puede vivir en la ignorancia,
esperando fantasías para después.
Preguntamos a Don Walter que si
había algún sitio donde pudiéramos
estudiar, algún sitio de reunión, y él
nos dijo: "Sí, aquí tenemos los
grupos que se llaman "Logias". La
Logia es un sitio para estudio, donde
miembros de la Sociedad Teosófica
se reúnen periódicamente, toman un
tema, un punto, un libro, una charla,
un folleto para estudiar y cambiar
opiniones. Entonces le preguntamos
a él si había algún encuentro de
Logia próximo, y dijo: "Sí,
precisamente mañana hay una en tal
parte . . .", y fuimos allá. Estaban
hablando de unas cosas rarísimas,
15
que no entendimos nada Cecilita y
yo, y nos quedamos más confundidos
de lo que estábamos antes.
Entonces volvimos a donde Don
Walter y le preguntamos: "¿Usted
dirige alguna Logia?" y él dijo: "Sí,
yo dirijo una Logia los martes por la
noche." Era la Logia Maitreya. ¡Qué
maravilla! ¡Qué diferencia! Fue
algo asombroso; Don Walter, con
una claridad infinita mostraba las
cosas más difíciles y complicadas.
Nos mostró cosas que nos parecía de
nunca acabar. Nos mostró cosas
maravillosas para el estudio.
Entonces empezamos a ir allí.
Naturalmente, íbamos como oyentes;
¿qué podríamos nosotros aportar a
una Logia siendo ignorantes de los
temas que estaban explicando?
Éramos oyentes como los
principiantes en la escuela de
Pitágoras. Tenían primero que
escuchar para poder después hablar;
es algo muy sabio. Don Walter,
entonces, seguía esos parámetros.
Claro, que él permitía preguntas, y
muchas veces, inclusive procuraba
sacar algo, a través de esas preguntas.
Fuimos nosotros, entonces,
avanzando poco a poco en nuestros
estudios.
Para nosotros esas reuniones de
Logia eran motivo de ansiedad.
Contábamos los días y las horas para
llegar a la Logia que dirigía Don
Walter Ballesteros. Qué maravilla,
entonces, empezar a conocer tantas
cosas bellas y hermosas que de otra
manera no hubiéramos podido lograr.
Nunca, sin encontrar a la ST, las
hubiéramos hallado. Le preguntamos
a él por dónde podríamos empezar
para estudiar en la casa. Nos
recomendó algún libro, y era tal el
interés que Cecilita y yo no
comíamos al tiempo, sino por turnos.
Uno comía mientras el otro leía, y
después nos cambiábamos.
Empezamos, por ejemplo, a hablar
sobre la naturaleza del hombre. Nos
empezaron a hablar de que el hombre
no solamente tenía un cuerpo físico y
una naturaleza espiritual, sino que
tenía varios cuerpos. Había un
cuerpo que se llamaba "astral" con
emociones y otro "mental", y
decíamos: "¿Bueno, esto cómo es?
¿cuántos cuerpos tenemos? Esto es
como una cebolla que vamos pelando
para ver cuántos cuerpos tenemos.
Así empezamos y continuamos el
estudio con Don Walter.
Afortunadamente para Cecilita y para
mí, el compartir ideas fue
maravilloso. Cecilita y yo nos
16
entendimos sumamente bien, toda la
vida. Fue una vida de absoluta paz,
armonía y comprensión. Como
teníamos ideas afines, entonces para
el estudio también teníamos ese
compartir gozoso.
Pasó el tiempo, y les cuento que mi
esposa, Cecilita, con una familia
también de formación dogmática
católica, tenía una gran libertad de
pensamiento, a diferencia mía que
era muy estrecho de pensamiento.
La mamá de ella era la mujer más
extraordinaria, buena y generosa que
he conocido, y fue mi madrina de
bautismo. Ella murió antes de que
nosotros llegáramos a ser novios.
Cecilita se educó en un colegio de
una educadora alemana, la señora
Alice Block, que vino a Colombia y
formó un colegio extraordinario en el
que había varias chicas judías, y
Cecilita veía que esas chicas eran
exactamente iguales a las cristianas.
La única diferencia que tenían es que
a la hora de ir a la clase de religión
ellas tenían recreo. Por lo tanto, le
parecía que esto era muy interesante.
Pero ella se dio cuenta que no hay
diferencia entre una cristiana y una
judía, y eso le sirvió para que tuviera
una mente muy amplia, lo cual fue
buena influencia para su amplitud de
pensamiento.
Cuando éramos novios, Cecilia y yo,
a veces, poníamos sobre el tapete el
tema de la religión e indudablemente
teníamos diferencias, aunque no
mayores porque, generalmente,
aunque se hablaba, por ejemplo, de lo
que puede pasar después de la
muerte, no era para nosotros motivo
de conflicto.
Pero se presentó algo que fue
realmente fundamental. ¿Por qué
llega una persona a la Sociedad
Teosófica? Muchos caminos hay
para llegar a ella. Puede ser que
alguien habla de lo que es la ST y
esto llama la atención; puede haber
curiosidad. Para otros puede ser un
folleto que encuentran casualmente.
El motivo para llegar a la ST en mi
caso fue diferente. Mi suegro era una
persona supremamente disciplinada.
Era un artista, pianista, profesor de
piano y canto y, dentro de su
disciplina, tenía horarios que cumplía
estrictamente. Comía a las seis de la
tarde, a las siete estaba ya en su
cama, y a las tres de la mañana se
levantaba, hacía gimnasia, leía,
estudiaba hasta las siete de la
mañana, cuando se sentaba al piano.
Eso era fundamental.
El primer año de casados, Cecilita y
yo vivimos en la casa de mi mamá, y
en el segundo año en la casa del
17
padre de Cecilita. Por tanto, yo
disfrutaba todos los días de un
concierto a las siete de la mañana;
era una maravilla. Él siempre
empezaba con su compositor favorito
— Beethoven. Siempre tocaba
alguna sonata de Beethoven en una
forma extraordinaria, y seguía
después con otros autores. Total, que
eso para mí fue algo muy hermoso;
fue muy bello participar de esto. Él
era diabético y su diabetes se estaba
haciendo cada vez más grave, a tal
punto que vivía con remedios para
sus dolores y molestias y murió a
causa de esa diabetes tan avanzada.
Se cerró la casa de él, que era
inmensa, donde él tenía dos pianos,
entre otras cosas. Uno que era para
los alumnos, y otro piano de cola
muy lindo que no permitía que nadie
tocara sino él. Ese era un piano para
sus interpretaciones nada más. La
casa entonces hubo que distribuirla.
No había quien la pudiera cuidar y
entonces Cecilita y sus hermanos
dijeron, "Bueno, vamos a repartir las
cosas para arrendar la casa. Dentro
de las cosas que llegaron a la casa de
su hija, Cecilita, fue el piano de cola.
Ella estudiaba en el piano, pero era
una aficionada, no era una pianista.
Ella tenía que poner las partituras,
que eran sencillas, y las tocaba, pero
nunca como su papá.
Pero empezó a presentarse un
fenómeno, y yo nunca he tenido, ni
he participado, de otro fenómeno
sino de este inicial. A las tres de la
mañana Cecilita sentía que su papá le
decía: "Despiértate, que tenemos que
ir a la clase de piano." Yo nunca oí
nada, eso era una voz interior para
ella, pero sí sentía a las tres de la
mañana, como si hubiera puesto el
despertador, un corrientazo, y nos
levantábamos los dos, íbamos al
estudio y ella empezaba a tocar; y él
inclusive le decía algunas cosas — la
corregía — y ella de pronto decía
―Bueno, es que esos garabatitos que
tiene la partitura . . .‖ y él, ―¡Nada de
eso! Esos son signaturas de compás‖,
y la corregía. Bueno, nos reíamos y
demás, y estábamos así hasta las
cinco de la mañana.
Nunca se lo contamos a nadie, eso
era una cosa entre Cecilita y yo.
Pero un día de esos, ella se sentó al
piano y empezó a tocar una sonata de
Beethoven en una forma
extraordinaria; ¡era el papá el que
estaba tocando, no era ella! Y ella
empezó a tocar hasta que se dio
cuenta y se asustó, y entonces paró,
cerró la tapa del piano y dijo: "Papá,
¡no puedo permitir que tú me tomes
con tu mente para esto!‖ Se asustó
ella muchísimo y ya no quiso volver,
los siguientes días, a la cita de la
18
madrugada. Pero, ¿qué paso?, ¿cómo
podíamos nosotros quedarnos con esa
inquietud?
Entonces ella llamó a su amiga de la
Sociedad Teosófica y le contó lo que
estaba pasando, y ella le dijo: "Mira,
yo no sé cómo solucionar esto, no sé
lo que está pasando, pero sí sé quién
puede ayudarte. Es el director de la
ST en Colombia, don Walter
Ballesteros. ―¿Podemos conseguir
una cita?" "Sí, claro, ¡por supuesto!‖
Llamó ella a don Walter e
inmediatamente nos acogió. Él era
una persona sumamente cordial,
servicial, amable con todo el mundo,
siempre buscando servir, ayudar,
resolver el problema. Allí estaba él,
siempre con esa amabilidad. Nunca
se negó a eso.
Fuimos a la casa de don Walter, nos
recibió en su estudio, y cuando oyó
lo que estaba sucediendo, nos dijo:
"Miren, lo que pasa es que, debido a
las drogas que estaba tomando, el
padre de Cecilia no se ha dado cuenta
de que está muerto. Entonces hay
que hacerle ver eso para que siga su
camino. Cuando una persona muere
debe desentenderse del mundo físico
y seguir adelante. La vida sigue,
continúa."
Eso fue un gran impacto para
nosotros. Lo que nos habían dicho
del Cielo y del Infierno no era como
habíamos creído. Teníamos la idea
de que cuando una persona se muere,
se va con sus alas y con las manos
puestas devocionalmente a un Cielo
donde va a vivir eternamente feliz,
más allá de las nubes. Según la
Teosofía, el ser querido que ha
muerto y no tiene conocimientos de
la vida después de la muerte, sigue
teniendo la misma confusión que
tenía antes. Dimos las gracias a don
Walter, y por la noche estuvimos
preparados para cuando el papá de
Cecilita llegara a las tres de la
mañana.
Entonces, en vez de pararnos,
Cecilita le dijo: "Papá, mira, tú ya
moriste, ya no tienes nada que hacer
aquí y tienes que seguir." Al decir
eso, ella se puso absolutamente
rígida, como si fuera un cadáver. El
susto que yo me metí fue terrible.
Yo había oído que se le pone un
espejo en la nariz a la persona a ver
si hay respiración; puse el espejo, y
sí, estaba respirando. Ella estaba en
esas condiciones, y me dirigí al papá.
Como habíamos sido las familias
amigas desde mi niñez, yo lo llamaba
por su nombre, y le dije: "Luis, por
favor, le está haciendo daño a
Cecilia; déjela, siga Ud. su camino,
19
pero no se interponga en la vida de
ella." Cuando le dije eso, Cecilita se
despertó.
Volvimos a la casa de Don Walter y
nos dijo: "Lamento mucho no
haberles explicado o haber previsto
que esto pudiera pasar. Entonces hay
que seguir ayudándolo. Él debe
seguir su paso y continuar las cosas."
Pero ya se había presentado a
nosotros una profunda inquietud por
saber, por conocer. Ya no podíamos
ser como esos corderitos que maneja
un pastor y los lleva a donde quiera,
a los que les dicen: "No pienses, deja
que yo piense por ti. Tú tienes que
hacer lo que yo te digo‖, que es lo
que ha pasado con los cursos de
religión. Pensamos entonces que
había que entender y conocer esto.
No se puede vivir en la ignorancia,
esperando fantasías para después.
Preguntamos a don Walter si había
algún sitio donde pudiéramos
estudiar, algún sitio de reunión, y él
nos dijo: "Sí, aquí tenemos los
grupos que se llaman "Logias". La
Logia es un sitio para estudio, donde
miembros de la Sociedad Teosófica
se reúnen periódicamente, toman un
tema, un punto, un libro, una charla,
un folleto para estudiar y cambiar
opiniones. Entonces le preguntamos
a él si había algún encuentro de
Logia próximo, y dijo: "Sí,
precisamente mañana hay una en tal
parte…", y fuimos allá. Estaban
hablando de unas cosas rarísimas de
las que Cecilita y yo no entendimos
nada, y nos quedamos más
confundidos de lo que estábamos
antes.
Entonces volvimos a donde don
Walter y le preguntamos: "¿Ud.
dirige alguna Logia?" y él dijo: "Sí,
yo dirijo una Logia los martes por la
noche." Era la Logia Maitreya. ¡Qué
maravilla! ¡Qué diferencia! Fue algo
asombroso: don Walter, con una
claridad infinita mostraba las cosas
más difíciles y complicadas. Nos
mostró cosas que nos parecía de
nunca acabar. Nos mostró cosas
maravillosas para el estudio.
Entonces empezamos a ir allí.
Naturalmente, íbamos como oyentes;
¿qué podríamos nosotros aportar a
una Logia siendo ignorantes de los
temas que estaban explicando?
Éramos oyentes como los
principiantes en la escuela de
Pitágoras. Tenían primero que
escuchar para poder después hablar;
es algo muy sabio. Don Walter,
entonces, seguía esos parámetros.
Claro, que él permitía preguntas, y
muchas veces, inclusive procuraba
sacar algo, a través de esas preguntas.
20
Fuimos nosotros, entonces,
avanzando poco a poco en nuestros
estudios.
Para nosotros esas reuniones de
Logia eran motivo de ansiedad.
Contábamos los días y las horas para
llegar a la Logia que dirigía Don
Walter Ballesteros. Qué maravilla,
entonces, empezar a conocer tantas
cosas bellas y hermosas que de otra
manera no hubiéramos podido lograr.
Nunca, sin encontrar a la ST, las
hubiéramos hallado. Le preguntamos
a él por dónde podríamos empezar
para estudiar en la casa. Nos
recomendó algún libro, y era tal el
interés que Cecilita y yo no
comíamos al tiempo, sino por turnos.
Uno comía mientras el otro leía, y
después nos cambiábamos.
Empezamos, por ejemplo, a hablar
sobre la naturaleza del hombre. Nos
empezaron a hablar de que el hombre
no solamente tenía un cuerpo físico y
una naturaleza espiritual, sino que
tenía varios cuerpos. Había un
cuerpo que se llamaba "astral", con
emociones, y otro "mental", y
decíamos: "¿Bueno, esto cómo es?,
¿cuántos cuerpos tenemos? Esto es
como una cebolla que vamos pelando
para ver cuántos cuerpos tenemos.
Así empezamos y continuamos el
estudio con don Walter.
Afortunadamente para Cecilita y para
mí, el compartir ideas fue
maravilloso. Cecilita y yo nos
entendimos sumamente bien, toda la
vida. Fue una vida de absoluta paz,
armonía y comprensión. Como
teníamos ideas afines, entonces para
el estudio también teníamos ese
compartir gozoso.
Mi esposa, Cecilita, estuvo
comprometida toda su vida con la
Teosofía, lo mismo que yo lo estoy
ahora. Y si estaba yo entusiasmado
en esa época con el estudio en la
Logia de Bogotá, hoy lo estoy
todavía más. Estar en la Logia, con
amigos del alma, es algo que me
llena. Poder compartir ideas,
descubrir cosas, abrirnos a las puertas
del misterio, porque todos los días
hay cosas por aprender. Muchos
pueden creer, bueno, yo ya sé algo de
karma, de reencarnación, de la vida
después de la muerte, ¿para qué más?
¡No! Todos los días hay cosas por
descubrir; es algo maravilloso.
El mundo es de una belleza y
amplitud tan gigantesca, no
solamente en el aspecto físico,
cósmico, que estudia la Teosofía
también, sino en los mundos internos
que rigen esas cosas. En el mundo
21
del pensamiento a través de los libros
en donde, por ejemplo, encontramos
los enigmas que aparecen en los
libros sagrados. Leer esos libros con
la clave teosófica es sumamente
iluminador. Leerlos en una forma
corriente, al pié de la letra, nos dicen
muy poco, y a veces nos
confundimos y seguimos caminos
equivocados; pero si existe esa clave,
si la comprendemos y aplicamos,
entonces nosotros descubrimos cómo
son las cosas.
Quisiera poner el ejemplo de un mito
que se encuentra en la Biblia. Pero,
¿qué nos dirá un cristiano si le
decimos que en la Biblia existen
mitos? Seguramente que rechazará
la idea. Nos va a decir "¿Cómo que
mitos? Lo que dice la Biblia es la
verdad, es cierto, allí está escrito".
Sin embargo hay, entre muchos
otros, un mito importantísimo al
comienzo de la Biblia, en el Génesis.
Allí encontramos el mito del paraíso
terrenal.
Hay una pareja, Adán y Eva, que no
tiene ningún conocimiento. Viven en
un paraíso de los animalitos, porque
su razón no se ha desarrollado. En el
mito hay un árbol que produce frutos,
y el que los come va a distinguir
entre el bien y el mal. Ese árbol no
existe, es un mito, es un símbolo,
como es también un símbolo la
serpiente tentadora que les dice:
"Coman de ese fruto, y ustedes se
harán sabios semejantes a Dios."
Pero son tentados ― aunque, en su
ignorancia, no pueden discernir entre
lo qué está bien y lo qué está mal ―
comen el fruto, cometiendo así un
pecado tan grave que son expulsados
del paraíso.
Para la mente que inquiere, que
busca, eso aparece como un enigma,
porque se dice que, por el pecado de
Adán y Eva, que fue el comer de un
fruto, todos sus hijos, a través de
generaciones de miles y millones de
años, vivimos en un mundo de
pecado y confusión. No puede ser
así. Si según el relato ellos
cometieron algún pecado ― aunque
yo creo que comerse una fruta no es
un pecado ― ¿cómo es posible que
millones de seres descendientes de
Adán y Eva, que posiblemente ni
siquiera estaban todavía en la mente
divina, tengan que pagar las
consecuencias de ese horrible pecado
que cometió esa pareja? Si así fuera,
sería completamente injusto. Pero
Dios es Justicia perfecta y Sabiduría
y Amor infinitos. El mundo en el
cual vivimos y nos desarrollamos
tiene un propósito grandioso que nos
conduce a una meta maravillosa.
22
De acuerdo con algunas de esas
religiones que se llaman paganas tras
el símbolo hay raudales de sabiduría.
La Teosofía, con su luz, es la clave
que desentraña el misterio del
símbolo haciéndonos ver la sabiduría
que encierra.
Ese Adán, esa Eva, esa humanidad de
los primeros tiempos, no peca. Un
animal que mata nunca lo hace por
hacer daño a otro, por vengarse, o
por lograr ventajas. Su naturaleza le
dice "tienes hambre", y mata
buscando saciar su necesidad
inmediata, nada más.
Ese ser primitivo obra como un
animalito. Pero si más adelante
conoce que hay que respetar la vida
de otro, y mata, entonces sí comete
un pecado. Es un proceso de
razonamiento en el que el ser
humano empieza a ver las cosas de
una manera diferente, empieza a ver
que es responsable de sus actos. Ese
ser ha despertado. Pero "despertar al
ser" quiere decir que tiene que
enfrentarse con la vida, luchar para
decidir entre lo que es bueno y lo que
es malo, y obrar en consecuencia.
Hay una lucha, en la cual estamos
nosotros y en la cual tenemos que
vencer.
Con nuestro estudio teosófico
empezamos a aprender muchas cosas
importantes. Una de ellas es que hay
prioridades para los individuos. Si
para un individuo lo prioritario es lo
material, vive para lo material
durante una y muchas vidas, pero
jamás se sentirá pleno, satisfecho y
feliz. Ha buscado la felicidad en lo
externo, pero esa felicidad pasajera
se le escapa. Pero si encuentra que
hay algo superior, eso se hace
prioritario. Sí vivimos unos pocos o
muchos años ― 60, 70, 80 ― y
muere el cuerpo, continuamos
viviendo como almas, que son reflejo
del espíritu inmortal. ¿Qué es más
importante, eso que vive, envejece,
se enferma, y muere, o aquello que es
inmortal y eterno?
Llegará el momento en nuestros
estudios en nuestra Logia teosófica
en que nos digan algo que al oírlo por
primera vez nos puede sacudir ―
"Tú no tienes alma.‖ Pero
inmediatamente se nos aclara: ―Eres
un alma que utiliza cuerpos, para el
desarrollo de tu naturaleza
espiritual." Eso cambia
completamente nuestra visión del
objeto de la vida
Cecilita y yo encontramos que
nuestra Logia era prioritaria y
afortunadamente nunca hemos tenido
23
un problema con mis hijos ni con mis
nietos en cuanto a esa prioridad.
Ellos saben que primero están estas
cosas de los padres y los abuelos.
Primero está su alimento espiritual
que encuentran en la Logia que un
cumpleaños, que un paseo, que
cualquier otra cosa; más bien
acomodan esas circunstancias
ocasionales a las prioridades de los
abuelos teósofos. Si hay, por
ejemplo, un cumpleaños en un día de
la Logia, pues se puede celebrar ese
cumpleaños al día siguiente, no hay
problema. Pero también ellos saben
que nosotros siempre les respetamos
sus gustos y sus ideas. Jamás les
exigimos que deben seguir por este o
aquel camino, cada uno debe seguir
su camino, el que le indica su
naturaleza interior.
Encontramos que trabajar en la Logia
o en la Sociedad Teosófica es un
gusto, un placer. Estudiando alguna
vez a Confucio hallé un pensamiento
fundamental en que nos dice él: "Si
escoges un trabajo que te gusta,
nunca tendrás que trabajar.‖ Es
cierto, porque el trabajo gozoso no es
una carga, es un placer.
Vimos que hay muchas
oportunidades para servir.
Indudablemente que hay gente
necesitada económica, emocional o
físicamente; y si uno es un teósofo
debe estar listo a ayudar. Pero
¿quién puede llevar estas ideas
teosóficas a los necesitados de ellas,
como una vez lo estuvimos nosotros?
Si nosotros no sabemos nada de esto,
nada podremos decir. Si nuestras
ideas son confusas, no podremos
transmitir sino confusión. Tenemos
que estudiar y prepararnos para que
podamos hablar de las Leyes de la
Naturaleza, de la Ley del karma, de
la vida después de la muerte y otras
cosas así. Hay que estudiar,
comprender, discernir, ver qué es lo
más útil, ya que el trabajo de la ST es
fundamentalmente llevar a las almas
inquietas las ideas teosóficas,
despertar almas. En ese trabajo
gozoso he estado yo toda mi vida.
Otra cosa que aprendí es que se
pueden convertir las desventajas en
ventajas. Por ejemplo: la sede
internacional de la ST actualmente, y
casi desde el principio, está en
Chennai, India. Fue fundada en los
Estados Unidos, en la ciudad de
Nueva York, se trabajó allí en el
idioma inglés, y en la India, el
idioma culto es el inglés, además de
ser el segundo idioma oficial después
del hindi. Entonces la literatura
viene en inglés. Eso podría ser una
desventaja para quienes no
comprenden el inglés. Los que
24
hablan inglés encuentran
inmediatamente todo esto hecho.
Pero muchas veces, el tener todo
hecho puede ser una desventaja;
posiblemente se lee a la carrera. Pero
si hay que traducir, entonces hay que
ver todo el texto con sumo cuidado
para su transcripción, en nuestro caso
al español. ¿Quién lo hace? Ese
trabajo lo hacía Don Walter
Ballesteros de una forma
extraordinaria. Pero Don Walter
falleció, ya no está con nosotros.
Entonces vi que uno de mis trabajos
podría ser traducir del inglés
artículos, revistas, e inclusive libros.
¡Cuánto me ha servido hacer esto! El
que más aprende es el que más se
compromete, y es un placer hacerlo.
El primer libro que traduje fue
Ciencia y Ocultismo de un teósofo
científico, un químico, académico,
catedrático en una universidad donde
la facultad de química estaba en la
India, el Dr. I. K. Taimni, que ha
escrito muchos libros. Resolví
traducir el libro editado en Adyar en
1980. Desde entonces yo he seguido
en ese trabajo y eso me ha servido
mucho ― una desventaja que se
convirtió en ventaja. Muchos
podrían preguntar: "Bueno, pero ¿yo
qué puedo hacer para servir en la ST?
Cada uno, de acuerdo con sus
aptitudes, puede buscar un trabajo
por sí mismo. Muchos lo hacen y
ayudan entonces en ese sentido.
Ya hace muchos años, en una Logia
teosófica en Bogotá, una joven que
era miembro me dijo: "Hermano
Gabriel, ― aquí nos hemos
acostumbrado a decirnos 'hermanos',
no porque esta sea una organización
de hermanos cristianos o algo así,
sino para tener presente la
fraternidad, que ciertamente somos
hijos del mismo Padre Divino ―
¿por qué no hace un curso de
Teosofía?" Y les respondí: "Voy a
hacerlo." Realmente yo tenía
facilidad para diseñarlo y mostrarlo a
las personas.
Entonces, con Cecilita, nos pusimos
en el trabajo. No existía Internet en
esa época y, para ayudarnos, yo sabía
muy bien que si hay varios sentidos
puestos en algo, el estudiante graba
mejor las cosas. No es lo mismo que
sea simplemente oyendo, sino
también viendo. Así diseñamos
gráficas en cartulina para el curso de
Teosofía. Hacer gráficas, cuadros
sinópticos, etc., nos ayudó también
muchísimo en nuestro estudio
personal. Algunas de esas láminas
permanecen enmarcadas en la sede
de la ST en Bogotá, y a veces se usan
para estudios. Hoy, con Internet, con
25
PowerPoint, se facilita enormemente
todo eso. En esa época no se podía
hacer.
Nació el curso, y se empezó a dictar
anualmente en Semana Santa, jueves,
viernes y sábado santos en las
mañanas, alcanzando una duración
de 12 a 14 horas en total, y que hoy
dictan también otros miembros de la
Sociedad que se han preparado para
eso. De ese curso salió el libro
publicado en 2018 con el título
Aproximación a la Teosofía. El libro
es algo pensado durante mucho
tiempo, aunque naturalmente, muy
resumido, pero que pretende
despertar inquietudes. He buscado
que no sea una información
simplemente, sino que haya también
inspiración a través de lo que allí se
dice, puesto que llegar al corazón es
más importante que llegar a la mente.
Para llegar a la mente de quien nos
escucha, hay que estudiar; si no
estudiamos, ¿qué es lo que podemos
transmitir? Hay que conocer y, por
lo tanto, hay que trabajar en ese
campo. Pero no podemos quedarnos
simplemente en el campo de la mente
y del estudio; hay que llegar a vivir
esa teosofía. Lo que más mueve al
oyente es lo que trasmitimos a su
corazón a través de nuestras
vivencias. Cada uno de esos
postulados que se presentan allí
implica un modo de vivir con un
enfoque diferente, lleno de
entusiasmo, de optimismo, porque la
vida es bella y el propósito del vivir
es feliz y majestuoso.
Alguna persona puede preguntar tal
vez: "¿Para qué me sirve a mí la
Teosofía?" Bueno, eso es una
pregunta que cada uno tiene que
responder por sí mismo. Si la
persona piensa que viniendo aquí se
va a preparar muy bien para hacer
negocios, se irá defraudado. Aquí no
va a encontrar eso. Si viene a la ST
creyendo que va a despertar poderes,
se va a volver clarividente, puede ver
pensamientos de otros, puede
escuchar lo que está en la mente de
alguno, saber el porvenir, ¡qué
maravilla!, pues está llamando a la
puerta equivocada. Tampoco lo va a
encontrar aquí.
Es cierto que esos poderes existen y
que se pueden despertar, pero deben
despertarse a su debido tiempo. Si
esos poderes se despiertan antes de
que haya un profundo desarrollo
ético y moral, habrá la tendencia de
utilizar eso en beneficio propio y en
deterioro de otros; por lo tanto, la ST
no ofrece eso. Eso llegará cuando
hayamos establecido en nosotros las
condiciones adecuadas.
26
¿Para qué sirve la ST, o para qué
buscarla? Nuestro ideal lo tuvimos
muy claro mi esposa y yo, inclusive
antes de llegar a la ST: fue la paz ―
vivir una vida de paz. Resolvimos
que nuestro matrimonio no podía ser
como muchos de los corrientes. Ella
le tenía mucho miedo al matrimonio,
porque en su familia, viendo el
matrimonio de sus tías y tíos, no
encontraba ninguno feliz ― algunos
en medio de conflictos tremendos, y
en otros simplemente una costumbre;
ya estamos acostumbrados, sigamos
viviendo en esa forma. Nosotros no
queríamos eso.
Queremos paz, y paz significa un
cambio total en todos los niveles:
físico, emocional y mental,
iluminados por una vida espiritual.
Si hay angustias, estrés, miedos a lo
que vendrá después, miedo a la
muerte y a tantas otras cosas que la
mayoría de las veces la gente está
viviendo siempre, no puede haber
paz. Paz significa armonía, vivir
ideales en conjunto mirando hacia la
misma estrella, pero respetando y
siguiendo cada cual su propio
camino. Esa paz he podido verla en
alguna medida aquí en la ST, pero los
miembros somos seres humanos y a
veces hay conflictos entre nosotros,
pero con una diferencia: nosotros
vemos eso y tratamos de cambiarlo.
Ser miembros de la ST no significa
que somos seres perfectos.
Buscamos la verdad,
perfeccionarnos, y eso es una tarea
de todos los días, de todas las horas,
y de todos los minutos. Esa paz no
puede venir de afuera sino es una
manifestación de lo que llevamos
dentro.
¿Quién no quiere la paz? Todos
buscamos la paz. Cuando hay
elecciones estamos buscando alguien
que acabe con las guerras, con las
guerrillas, con los conflictos de toda
clase, y votamos por el político de
turno que nos ofrece soluciones para
todo; nos defrauda cuando ejerce el
poder porque no cumple lo que ha
prometido y tampoco nos trae la paz.
Buscamos otro que también nos
defrauda, y ponemos nuestras
esperanzas en otro que va a
establecer la paz por decreto o por la
fuerza desde afuera: el dictador, el
militar, el demócrata, el monarca. La
paz externa es importante, y un país
en paz es maravilloso. Pero la
verdadera paz, para cada uno de
nosotros los seres humanos, debe
venir del ser espiritual que habita en
lo más profundo de todo ser, y que es
esencialmente paz, sabiduría, belleza,
virtud y amor. Hay que buscar esa
fuerza y ese poder en nuestro interior
27
más íntimo, la única parte en donde
podemos encontrarlos.
Eso ha sido una constante en mi
hogar. Desde cuando esa pareja era
joven, cuando se hizo madura y llegó
a la vejez, y aún después, cuando mi
esposa dejó el mundo físico, pues
para mi ella está presente a todo
instante; los cuerpos envejecen, pero
la mente y el alma siguen jóvenes, y
seguimos nosotros con esa idea que
se ha reflejado en el hogar de los
hijos y de los nietos. Y espero que se
refleje en mis queridos hermanos de
estudio y amigos de la Sociedad
Teosófica.
Quiero terminar con una idea de un
ilustre miembro de la ST que fue
Presidente internacional de ella por
muchos años, el Sr C. Jinarâjadâsa.
Dice allí:
Hay muchas alegrías que nos
esperan, y una de las mayores es
saber que no somos simplemente
gentes ordinarias que sufren y
padecen, sino seres que podemos
hacer de nuestro mundo algo
bello para nosotros y bello para
los demás. Una vez hayamos
creado cualquier belleza, queda
como parte del universo perfecto.
La mayor alegría es dar algo,
crear algo que sabemos que es
glorioso y bello. Podrá parecer
que se desvanece en el espacio,
pero vive en la eternidad. Así
pues, una sensación de paz, de
fuerza, de alegría, puede llegar a
todos nosotros; si, tal como
nosotros estamos ahora, nos
dirigimos hacia adentro un
momento y creamos alguna cosa
bella perfecta. Entonces termina
el karma. (El Teósofo, vol. 52,
febrero de 1931). ◙
Para poner el mundo en orden, primero debemos poner la nación en orden; para poner la nación en orden, primero debemos poner la familia en orden; para poner en orden la familia, primero debemos cultivar nuestra vida personal, primero debemos poner orden en nuestros corazones.
Confucio
28
EL PENSAMIENTO TEOSÓFICO Armando Motta Zapata, Agente Presidencial de la ST en Colombia.
Coordinador de la Escuela Brahma Vidya de la ST en Colombia.
las diferentes religiones se
les debe entender o
comprender a través de un
estudio comparado cuyo común
denominador debe ser buscar la
VERDAD REAL. Esto nos lleva a
analizarlas a través de la búsqueda de
lo esencial, es decir lo COMÚN a
todas ellas, con el fin de encontrar lo
que nos UNE. La tónica de esta
búsqueda debe ser la del RESPETO a
ellas por el camino que sigue cada
una y por su mensaje. El origen de
las religiones deriva del
conocimiento divino y éstas
constituyen los diversos caminos a
través de los cuales el hombre
continuamente busca a Dios; es decir,
el anhelo del Hombre por Dios. Y en
esto se fundamenta lo que es una
RELIGIÓN: ―en el perpetuo anhelo
del espíritu Humano por el Divino‖.
Debido a que tenemos diferentes
tipos de mentalidad, diferentes
necesidades, diferentes formas de
proceder y diferentes etapas de
evolución; es necesaria la variedad
de religiones. La Verdad es siempre
la misma, pero hay diferentes
maneras de expresarla. Todas estas
religiones merecen respeto cuando se
comprende la inmanencia de Dios en
todas las cosas y en todas partes, y la
solidaridad de todo cuanto existe y
vive. Por eso, cada religión tiene su
mensaje peculiar. Todas ofrecen un
parámetro en la búsqueda de la
Verdad: ―lo importante no son las
observancias ni los detalles, sino los
fundamentos‖. Todas dan guía al
hombre para su vida moral y para el
desarrollo de sus cualidades
espirituales. Y cada una señala a sus
fieles un sendero hacia la
Transparencia o unión con lo Divino,
o el nombre que se le dé. Los
nombres no importan, lo que importa
son las ideas.
El elemento común que se encuentra
en las diferentes religiones es el
FUNDAMENTO; es decir, todas
guían al hombre en su vida espiritual
y le muestran un camino para la
común – unión (comunión) con lo
divino. La VERDAD se puede
encontrar en la experiencia religiosa.
Por esta razón el cristiano, católico,
judío, budista, hinduista, musulmán,
etc., puede ser TEÓSOFO.
De acuerdo con este pensamiento es
conveniente revisar los propósitos de
A
29
las religiones del mundo buscando la
nota dominante en cada una y la
cultura que las acompaña. Por
ejemplo, los cristianos han dado la
nota del individualismo y del auto
sacrificio por amor. Para los judíos
es la rectitud que significa
obediencia a la ley divina y moral.
El islamismo fue fundamentado por
el camino de la resignación, es decir
la aceptación de los destinos que los
hombres tienen que encarar: de esta
manera el musulmán aprende a
buscar la Realidad y la unión con lo
Divino. La sabiduría y la
comprensión son la doctrina del
budismo y han inspirado a la mayoría
de los pueblos de la raza mongólica,
como también a las gentes de India a
buscar la Realidad por el camino del
recto conocimiento, de la recta
comprensión y del recto
pensamiento. Para los parsis de
India su doctrina principal fue la de
la pureza; la Realidad debe ser
buscada por el camino del corazón y
de la mente puros, por medio de
‗buenos pensamientos, buenas
palabras, y buenas acciones.‘ En la
doctrina griega, a través de la
belleza de la forma y la belleza del
pensamiento. En el caso del
confucianismo y el pueblo chino se
trata de la actividad, la Realidad
debe verse en el mundo externo de la
acción por medio de la autocultura
que conduce al desarrollo del ‗ser
superior‘. A los seguidores del tao, o
el camino, se les enseña a vivir
humildemente, sin ambición, y sin
interferencia oficiosa con el prójimo;
es una doctrina de sosiego y
simplicidad. La visión de los
egipcios estaba unida a la ciencia y
enseñó la realización a través del
conocimiento del mundo físico como una expresión de la divinidad.
La religión hindú enseñó la
inmanencia de Dios y la
solidaridad del hombre. En Roma,
por su parte, la Verdad se
identificaba con la Ley.
Las religiones no son antagónicas,
todas tienen una base común. Por
este motivo, desde mi punto de vista,
no se puede decir que no sea mejor
no tener religión o no pertenecer a
una o varias. Ningún hombre puede
juzgar la necesidad interna de otro.
No podemos ser jueces de la
experiencia del alma de nuestro
prójimo, por lo cual hay muchas y
diferentes experiencias de fe, que
influyen sobre cada evolución
espiritual. Todas las religiones
forman el clima mental a través del
cual sus miembros ganan la
experiencia que necesitan en su
estado de desarrollo. Todas las
religiones (serias) son buenas y de
todas hemos de aprender que las
30
similitudes y sus diferencias son
importantes.
Pienso que definir la Teosofía es
restringir a pocas palabras un
vastísimo campo ilimitado de
conocimiento, experiencia y
realización. La palabra implica un
conocimiento tanto histórico como
práctico, pero etimológicamente es
―SABIDURIA DE DIOS‖ o más bien
de los ―DIOSES‖. Ser Teósofo es
entrar en el sendero del aprendizaje,
del conocimiento y estudio de la
verdad real, con el fin de librarnos
del único pecado del hombre: la
ignorancia. Con la ―SABIDURIA
DE LOS DIOSES‖ realizo mi
sendero veraz, arriba de la conciencia
mental, emocional y física, logrando
mi manifestación a través del
desarrollo de mi conciencia hasta el
infinito por medio del Plan Divino (la
evolución).
La Teosofía es la ciencia que busca y
estudia la VERDAD en sus
manifestaciones externas
(perceptibles por nuestros sentidos) y
las invisibles. No busca las que
aparentan ser verdaderas a nuestra
imaginación. La Teosofía se ocupa
esencialmente de la VIDA que habita
en las formas, de su desarrollo y
perfeccionamiento hacia el ideal
divino. el hombre, el animal, el
vegetal, el mineral y el elemental;
luchan por expresar el ideal de
belleza y perfección que vive en su
interior, este proceso es largo y su
nombre es EVOLUCION
(envolvimiento/desenvolvimiento).
Así, la vida que anima diversas
formas, crece hasta alcanzar su ideal
de perfección. En este proceso nada
queda excluido, porque la obra de la
Realidad Manifestada no está
terminada si sólo unos pocos
alcanzan este ideal de perfección.
Todas sus criaturas tienen que ser
perfectas y se nos darán las mejores
condiciones para que la Vida logre su
objetivo.
Paralelamente a la ley de evolución,
el Plan Divino es regido también por
leyes ocultas como la ley de causa y
efecto, la ley del deber y la ley del
crecimiento espiritual. Así, vemos
que no existe el premio ni el castigo,
sino una justa compensación de
nuestras obras; es decir, que una
JUSTICIA PERFECTA gobierna el
Mundo: ―Los frutos dan fe de que es
el árbol y el árbol es conocido por la
bondad de sus frutos.‖
De acuerdo con lo anterior podemos
decir con certeza que no hay seres
privilegiados, sino seres que están
terminando su peregrinaje por la vida
y otros están comenzando. Por eso el
31
mayor homenaje que se le puede
rendir a esta VERDAD es vivir esa
VERDAD que debemos vivir con la
ansiedad, el entusiasmo, el ardor, el
espíritu de sacrificio y la voluntad
inquebrantable: como el Hombre que
anhela las riquezas dedica todos los
momentos de su vida a ese objetivo.
La perspectiva de la vida que da la
―Sabiduría de los Dioses‖ es muy
amplia, debido al conocimiento que
nos brinda el estar dentro de esta
sabiduría. Las limitaciones que nos
da la naturaleza, la forma física
(género-raza-conceptos religiosos-
clases sociales), no se verían como
tales sin el conocimiento que nos da
la Teosofía. Ésta nos permite
entender que nadie puede estar
debidamente en su lugar que le
corresponde en el mundo, a menos
que comprenda que la Teosofía es la
ciencia que busca y estudia la
VERDAD en sus manifestaciones
externas e invisibles.
La Fraternidad Universal nos enseña
que los verdaderos intereses de todos
son idénticos entre sí, que nosotros
somos UNO solo y no podemos
evolucionar nosotros mismos sin
auxiliar a los demás con el
pensamiento y la acción, pues somos
todos parte de esta evolución.
El teósofo reconoce esta Fraternidad
Universal como un hecho definido
que se cumple científicamente como
todos los demás hechos de la
naturaleza y lo siente como
absolutamente cierto. Por lo tanto, su
actitud hacia los demás, hacia todos
los que lo rodean es siempre de
constante ayuda, tolerancia, caridad.
El teósofo se torna más comprensivo
con la naturaleza del hombre para
poder tener un amor positivo hacia la
humanidad. Por este motivo no
impone sus opiniones a los demás y
evita argüir.
La Teosofía es una doctrina que nos
presenta (en cuanto podamos
conocerlos) a Dios y el hombre y sus
relaciones entre ellos, es decir; las
Leyes de la Evolución. Después nos
instruye a regular nuestra vida de
conformidad con ellas, con sentido
común. Este Sentido Común nos da
un criterio mediante el cual podemos
juzgar nuestras acciones y
pensamientos: ―ayudar a la evolución
o retardarla‖.
Esta forma de instrucción nos acorta
penas y sufrimientos, ya que nos
hace ver claramente que ninguna
dificultad inmerecida puede caerle a
ningún ser humano. Cualquier
dificultad tiene por causa una deuda
en que hemos incurrido y cada una
32
de estas dificultades representa una
oportunidad para nuestra evolución,
porque de los errores del pasado
conseguimos el bien en lugar del
mal. La Teosofía nos capacita para
ver las cosas por encima, verlas
como realmente son, no verlas desde
abajo como se les ve con limitada
visión.
Al comprender lo anterior podríamos
afirmar que el estudiante de Teosofía
debería diferenciarse por aprender a
dominar sus ilusiones y prejuicios,
tratar de ver las cosas en forma clara,
hacer el bien por el bien mismo,
ayudar a sus semejantes, ser feliz
permanentemente, tener un
inquebrantable valor en las
dificultades y estar siempre listo, ser
tolerante, buscar siempre el bien a fin
de ayudar a incrementarlo, ayudar a
todos los seres, tomar la vida con
seriedad. Lo anterior se da porque
comprende que cada uno de nosotros
tiene mucho que hacer en este mundo
y no hay tiempo que perder y
siempre está del lado del pensar más
elevado y no del inferior.
La Teosofía nos dice también, que
con el poder del pensamiento
podemos hacer gran daño o gran
bien. Demuestra que nadie vive sólo
para sí mismo y que cada
pensamiento actúa sobre los demás.
Las vibraciones que surgen de la
mente y naturaleza del hombre se
reproducen en la mente y naturaleza
de otros seres humanos, siendo
fuente de buena o mala salud mental
y emocional para todos aquellos con
quienes se ponen en contacto. Este
poder de pensamiento puede
emplearse conscientemente para el
bien, ya que los seres humanos
pueden poner en movimiento
corrientes que llevan salud mental y
consuelo a tanto amigo que sufre,
con lo que se nos abre todo un
mundo de servicio y utilidad.
Nadie que conozca el poder del
pensamiento puede dudar de su
resultado, por más que no sea visible
inmediatamente. El teósofo tiene la
absoluta ausencia de impaciencia
porque sabe que todo es para
mejorar. No puede tener ningún
temor sobre su salvación, porque
sabe que no hay nada de que tenga
que SALVARSE el hombre sino de
su único pecado, la ignorancia. La
Teosofía lo hace optimista, porque
conoce que todo mal es temporal por
ser opuesto a la irresistible corriente
de la evolución, y porque todo bien
debe necesariamente persistir, ya que
la omnipotencia está tras él. Nadie
puede ser más activo que él en
laborar por el triunfo del bien y la
desaparición del mal y, sin embargo,
33
está libre de ese sentimiento de
impotencia y desamparo que tan a
menudo oprime a los que se
esfuerzan por ayudar a sus
semejantes, por lo cual no tiene
ansiedad.
La Teosofía nos abre una vida de
alegría porque nos enseña que el
hombre evoluciona, su simpatía y
compasión se incrementan; nos hace
más sensitivos a los errores,
sufrimiento y tristeza del mundo. Al
mismo tiempo, nos permite ir viendo
en forma más clara la causa de ese
sufrir y comprender perfectamente
que todas las cosas trabajan para el
bien final del todo. El teósofo se
olvida por completo de sí mismo y
vive para los demás, pues se sabe
parte del gran PLAN. ◙
El primer punto que debemos tener en cuenta es que el control sobre nuestra naturaleza emocional solo puede adquirirse en circunstancias de las que generalmente buscamos escapar. Es solo en condiciones de estrés y tensión que podemos adquirir ese dominio consciente sobre nuestra naturaleza inferior, que es un requisito previo para el verdadero desarrollo espiritual
I. K. Taimni
34
IMAGINANDO LA TEOSOFÍA PARA EL FUTURO Catalina Isaza Cantor, MST en Colombia.
Texto basado en una charla breve dada el 21/09/2020 en el Primer Encuentro
Online de Jóvenes Teósofos.
Residente en Adyar y colaboradora en el colegio teosófico
Adyar Theosophical Academy (ATA, India).
uando vi el tema "Imaginando
la teosofía para el futuro‖, dos
cosas vinieron a mi mente: el
poder de la palabra ‗imaginar‘ y el
significado de ‗teosofía‘. Imaginar
es el acto de crear o reproducir
mentalmente utilizando el poder de
la mente; la imaginación es una de
las facultades más avanzadas del ser
humano. Entonces, lo que estamos
haciendo acá es un esfuerzo
fundamental por crear mentalmente,
usando el poder del pensamiento,
una imagen del futuro de la teosofía.
Esto me lleva al segundo punto, el
significado de ‗teosofía. La teosofía
o sabiduría divina, Brahma Vidya,
tiene un carácter eterno y primordial,
no cambia. Pero las formas de
acercarnos a ella, de difundirla sí
pueden y deben hacerlo.
Así que de lo que realmente
podemos hablar acá es de cómo
imaginamos el futuro de la Sociedad
Teosófica (ST) o el movimiento
teosófico como vehículo de difusión
de esta sabiduría divina. La ST,
compuesta por miembros alrededor
del mundo, es también un organismo
vivo que necesita actualizarse y
renovarse. La ST es uno de los
vehículos a través del cual se difunde
la sabiduría divina (claramente no es
el único). En tanto que
manifestación externa, pasa por
ciclos y procesos. Hagamos una
analogía con el cuerpo humano, el
vehículo de nuestro ser espiritual,
para entender mejor lo anterior. De
acuerdo con los científicos, el cuerpo
humano se reemplaza
completamente a sí mismo, con un
nuevo conjunto de células, cada siete
a diez años. El cuerpo se está
renovando, adaptando, creciendo,
pero el espíritu, su esencia es la
misma a lo largo de toda nuestra
existencia. Lo mismo podemos decir
de la teosofía-sociedad teosófica.
Sobre como imagino el futuro de la
ST, quiero compartir con ustedes tres
puntos que considero útiles para
mantener viva la llama del
movimiento teosófico:
C
35
1. Recordar el principio de
libertad de pensamiento:
Esta es una de las características más
hermosas de la ST. Desde su
fundación, los Maestros advirtieron
sobre dos cosas en las que no se
debería caer: el egoísmo, que impide
la Fraternidad Universal, y el
dogmatismo, contrario a una mente
abierta. Pero, ¿qué es una mente
abierta? Una mente abierta es
aquella que examina cualquier
postulado o afirmación y va a fondo
en la investigación y en la
indagación, como diría
Krishnamurti. Sólo a través de una
mente realmente abierta y con
discernimiento, se puede mantener la
verdadera libertad de pensamiento.
Y nosotros, como estudiantes de
teosofía, no podemos olvidar eso.
Annie Besant dice que cualquier
institución que haya existido durante
muchos años corre el peligro de
cristalizarse y que esto puede ocurrir
cuando el dogma prevalece sobre el
libre pensamiento y añade:
En todas partes, en nuestra influencia
sobre el mundo y nuestra influencia
sobre nuestros jóvenes miembros,
debemos recordar que la vida de la
sociedad depende de que permanezca
como una sociedad en la que el
pensamiento sea totalmente libre, y se
fomente el debate franco. Hay que
estimular la expresión del pensamiento
nuevo, la expresión abierta de cualquier
idea nueva2.
Por ese motivo, espacios como estos
son de inmensa utilidad. Mantener
viva la libertad de pensamiento
también va de la mano los objetivos
de la ST. Una mente abierta nos
permite ir a fondo en el examen de
las diferentes religiones, ciencias,
filosofías. Ser conscientes, gracias a
un examen cuidadoso y ponderado,
nos lleva a realizar de forma
práctica, esa unidad en medio de la
diversidad. Esto nos hace más
inclusivos y considerados con la
visión del otro.
Acá quiero referirme a la
Declaración de Teresópolis3 y
destacar que ésta apunta a esa
libertad de pensamiento dentro de un
espíritu concienzudo y fraternal, algo
2 El futuro de la Sociedad teosófica, charla
pública pronunciada en Adyar durante la
Convención de diciembre de 1930. 3 Entre el 20 y el 26 de enero de 2020,
durante la 39ª Escuela de Verano en Brasil,
un grupo de jóvenes adultos se reunió en
Teresópolis (Brasil) con el objetivo de
debatir sobre el pasado, el presente y el
futuro del movimiento juvenil y de la
Sociedad Teosófica. De ese encuentro nació
la "Declaración de Teresópolis", que
contiene siete propuestas de la juventud a la
Sociedad Teosófica del siglo XXI. Ver el
documento completo al final de esta edición
de la revista (pg. 41).
36
de vital importancia para el futuro de
la ST. Tomemos como ejemplos
algunos apartes de la Declaración:
• Profundizar en la conexión entre
las ideas teosóficas y la ST del siglo
XXI
• Construir puentes entre las ideas
teosóficas y las afirmaciones
científicas de nuestros tiempos (yo
añadiría las artes también).
• Buscar posibilidades de
colaboración con organizaciones que
tengan propuestas similares.
• Ayudar a ampliar los horizontes
de la perspectiva teosófica,
estudiando con respeto tradiciones
que fueron poco abordadas en
nuestra historia.
Cuando existe un ambiente fraternal,
se hace fácil aceptar que nuestro
punto de vista sobre algo no es
necesariamente concluyente. Por lo
tanto, hay una relación entre
fraternidad y libertad de
pensamiento. La teosofía debe
presentarse como un desafío a la
investigación y a la crítica
inteligente, un individuo con una
mente amplia y un corazón fraternal
posee la posibilidad de cambiar él
mismo drásticamente y, por lo tanto,
inspirar en su entorno. Cuando
logramos esto, nos volvemos agentes
transformadores.
De hecho, se afirma que la ST se
formó para ayudar a dar un ímpetu
evolutivo a la humanidad, un ímpetu
que podría resultar en un cambio
muy real, incluso aunque fuera para
un pequeño número de individuos.
Esto me lleva a algo que tiene que
ver con la posibilidad de ir más allá
del mero movimiento teosófico y
generar un impacto mayor que haga
que más individuos se formen dentro
de los verdaderos ideales teosóficos.
2. La necesidad de una educación
teosófica:
Una de las ideas principales de
Annie Besant acerca de la educación
es el hecho de que la formación del
buen ciudadano debe iniciarse en los
días de la escuela y debe continuar
hasta la universidad, porque es
durante la infancia y juventud que se
moldea el carácter. Del mismo
modo, María Montessori tenía ideas
puntuales acerca de la importancia
de una educación apropiada para los
niños. Ambas miraban al niño desde
un punto de vista holístico que tenía
en cuenta la reencarnación y que nos
muestra que el niño tiene su carácter
y CONSCIENCIA listo para
funcionar cuando nace y que trae
ciertas tendencias. De modo, pues,
que los primeros años son
fundamentales y el niño ha de recibir
37
la estimulación apropiada durante
ese período.
Actualmente trabajo en la Academia
Teosófica de Adyar (ATA), un
centro de educación transformativo
fundado por la ST y una institución
hermana del Colegio Golden Link
(Eslabón Dorado) de Filipinas. Su
objetivo es impartir una educación
guiada por los principios de la
sabiduría divina, una educación
teosófica:
La principal preocupación de ATA será
el desarrollo de un carácter correcto, y la
integración de valores fundamentales
como la empatía sensibilidad, así como
una actitud de cuidado del medio
ambiente y la sociedad, para convertirse
en un instrumento activo para hacer lo
que lo que es correcto. Se hará hincapié
en el desarrollo de habilidades para la
vida, como la confianza en sí mismo, las
relaciones efectivas, la resolución de
conflictos, habilidades de comunicación,
habilidades de pensamiento crítico4.
Educar a partir de los principios
teosóficos es una forma de mantener
viva la llama de la teosofía. Más allá
de que la ST crezca o no en número
de miembros debido a esta cercanía
con los ideales teosóficos, acá lo
fundamental es que quienes los
reciban, sean capaces de ser ellos
4 adyartheoacademy.in/educational-
philosophy
mismos ese cambio, ese impulso que
el movimiento teosófico está
llamado a ejercer, que vivan a la luz
de esos ideales y principios toda su
vida e inspiren a través de su vida y
de su ejemplo a quienes lo rodean.
Usualmente hablamos de atacar los
problemas sociales y de que la ST
debe ser pionera en ello. Una
manera de atacar la raíz del
problema es con una educación
teosófica. Algunos puntos acerca de
lo que puede ser una educación
teosófica se presentan a
continuación:
• Una educación sin competencia ni
comparación sino cooperación,
fraternidad. Esto quiere decir, una
educación que lleve a la creación de
una fraternidad que sea practicada en
la vida diaria.
• Una educación sin temor,
amenazas, violencia o castigos: ―A
los niños se les debe enseñar sobre
todo la autosuficiencia, el amor por
todos los seres humanos, el
altruismo, la caridad mutua y, más
que cualquier otra cosa, a pensar y
razonar por sí mismos"5.
Recordemos que las faltas de un
niño, en su mayor parte, pueden ser
cambiadas si sus mayores cultivan as
5 H. P. Blavatsky, La Clave de la Teosofía,
Sección 13, "Teosofía y Educación"
38
virtudes opuestas y les muestran
respeto y confianza.
• Una educación para lo ETERNO,
no para lo efímero, en la que se
entienda la verdadera naturaleza del
ser y el propósito mayor de
evolución y no simplemente de
supervivencia o éxito material. Los
niños son individuos que nacen entre
nosotros después de innumerables
nacimientos anteriores en la Tierra,
con experiencias recogidas a través
de muchas vidas forjadas en ellos
como facultades y poderes, con
caracteres que son la memoria
encarnada de su pasado, con una
receptividad limitada y condicionada
por ese pasado que determina su
respuesta a impresiones externas.
Todo su futuro al nacer está
determinado en gran medida por las
influencias que se ejercen sobre ellos
durante sus primeros años. Los niños
ya tienen su carácter y una
CONCIENCIA lista para funcionar
siempre que reciban los estímulos
adecuados. (Montessori)
Por esto, imagino para la teosofía y
la ST un futuro en el que un tipo de
educación como esta sea la regla y
no la excepción (que es lo que ocurre
actualmente). Imagino iniciativas
similares en cada lugar del mundo en
que haya un centro teosófico y un
verdadero interés por la
transformación personal y el trabajo
por el despertar de la humanidad y
por hacer de la fraternidad un hecho
viviente. Todos aquellos que estén
interesados, están invitados a leer
sobre ATA, a visitar su página web y
considerar la posibilidad de hacer
trabajo voluntario en esta institución
y por qué no, llevar la semilla de un
centro de educación transformativo
teosófico a sus lugares de origen. Se
dice que la mejor manera de enseñar
es con el ejemplo. Puesto que todos
podemos ser maestros de todos en
este camino, debemos empezar por
aplicar los principios de la teosofía
en nuestra propia vida. Esto me
lleva al tercer punto:
3. La aplicación práctica de las
enseñanzas teosóficas en nuestra
vida diaria:
Hay una falsa noción entre la gente
de que la teosofía es, en su mayoría,
un tipo de estudio intelectual
anticuado. En realidad, no hay nada
tan práctico, actual e intrincado en la
vida cotidiana como la teosofía. La
teosofía es la ciencia de la auto-
transformación y esto es algo que
nosotros, como miembros, tenemos
que ser capaces de transmitir y
mostrar a las nuevas generaciones.
39
Imagino, pues, un movimiento
teosófico en el que cada estudiante
de teosofía se convierta en centro de
transformación y de luz, agente de
cambio y de servicio altruista dentro
de los alcances de sus posibilidades.
De la calidad del esfuerzo y el
trabajo personal depende la calidad
del trabajo colectivo. Somos un
organismo vivo compuesto por
muchos individuos.
Conclusión
Para concluir quiero mencionar lo
siguiente:
1. Los Maestros dijeron: mientras
exista incluso un grupo pequeño de
teósofos reales, la institución está a
salvo y las enseñanzas también. Es
nuestra tarea también ser ejemplos
vivos de esa transformación, para
inspirar y ser real canales de
transformación.
2. Cuando el movimiento teosófico
comenzó, estaba a la vanguardia.
Así que es nuestro reto hacer que la
teosofía sea lo más relevante posible
para nuestra juventud y las futuras
generaciones.
3. Nuestro principal objetivo debería
ser hacer que la teosofía sea
accesible a todas las personas,
encontrar nuevas formas de
expresión para conectar y sincronizar
con los tiempos contemporáneos.
Imagino un Movimiento Teosófico
tan vibrante e inspirador como sea
posible. Hay un inmenso océano de
sabiduría que no puede ser privilegio
de unos pocos. Que el océano de la
teosofía impregne tantas almas como
sea posible. ◙
¿Qué tan lejos de aquí al Cielo?
No muy lejos, no muy lejos amigo mío: Un solo paso hacia adentro,
Todos tus viajes se acabarán. .
Angelus Silesius, poeta y místico alemán
40
¿QUE QUIÉN SOY YO? Silvana Freire, poeta
Miembro de la Rama Hespérida (Madrid, España)
oy el campo soy la hormiga
el fruto y la semilla
el mar la tortuga la red y la
horquilla
soy el asno y la viña
el fuego y la ceniza
soy la voz el sonido el ojo y la vista
soy éste dedo éste diente y la rodilla
soy el viento y la campana
el reloj y la cerilla
un pétalo la espina y la ortiga
soy espiga soy comida
el dolor y la sonrisa
una lágrima una estampida
soy la trampa y soy salida
soy el trapo soy la escoba
ésta mesa ésta silla
soy relámpago soy guarida
la piedra la montaña arándano y
saliva
soy un pie soy la tierra
la humedad y la higuera
soy aire soy oído soy abeja y
colmena
soy la noche soy la vela
soy oscuridad encendida
¿Que quién soy yo?
Soy lo que no era
y lo que aún no ha nacido
soy vida que renazco cada día
el manifiesto el presente
soy el arte soy la nada
soy un cero un instante
soy un átomo
de cualquier modo
por no decirte...
Yo, Soy el Todo. ◙
S
41
DECLARACIÓN DE TERESÓPOLIS Siete propuestas de los jóvenes para la Sociedad Teosófica
en el siglo XXI
Enero de 2020, Teresópolis (Brasil).
n la historia de la Sociedad
Teosófica, se ha dado gran
valor a la juventud como forma
de asegurar la continuidad del
trabajo. Aunque la continuidad es
esencial, los jóvenes también llevan
consigo un gran potencial de cambio.
En el siglo XXI, en el que la
Sociedad Teosófica debe hacer frente
a los desafíos propios de una nueva
era, adaptarse a los nuevos contextos
no es sólo una estrategia de
supervivencia, sino también una
responsabilidad constante para
aquellos que buscan compartir las
enseñanzas sobre lo divino. Con
respeto y gratitud por todo el trabajo
que se ha hecho y se sigue haciendo,
el presente documento describe
propuestas de carácter dialógico y
constructivo.
Del 20 al 26 de enero de 2020,
durante la XXXIX Escuela Teosófica
de Veranode la ST en Brasil, un
grupo de jóvenes adultos se reunió en
Teresópolis (RJ) con el propósito de
discutir el pasado, el presente y el
futuro del movimiento juvenil y de la
Sociedad Teosófica. Las
proposiciones que siguen describen
una actitud y algunas intenciones, y
son el resultado de este momento de
reflexión que busca contribuir al
diálogo para la construcción de una
Sociedad Teosófica más preparada
para llegar con vigor al siglo XXII.
1- Profundizar la conexión entre
los ideales teosóficos y la sociedad
del siglo XXI. Para ello, reflexionar
sobre las formas de aplicar en la
práctica los fundamentos teóricos del
movimiento teosófico. Esta reflexión
incluye las formas en que los valores
teosóficos pueden expresarse en
temas relevantes para la sociedad,
como la ecología, la salud mental, la
desigualdad social, los derechos
humanos, la democracia, el
colonialismo, la xenofobia, el
racismo, el machismo, la
homolesbotransfobia y otras formas
de opresión.
2- Crear puentes entre las ideas
teosóficas y los pensamientos
filosóficos y científicos de nuestro
tiempo, en áreas como la filosofía, la
epistemología, la antropología, la
sociología, la educación, la
E
42
psicología, la ciencia de la religión,
la ciencia política, la historia, la
arqueología, las artes, las ciencias
naturales, etc. En estos casos, es
necesario estudiar en profundidad y/o
dialogar con especialistas en cada
materia. La intención, en este
contexto, no sería colonizar estos
conocimientos con el saber teosófico,
sino lo contrario: permitir que estos
conocimientos ayuden a la tradición
teosófica a adaptarse al siglo XXI, y
evitar que nuestros discursos incurran
en lugares comunes.
3- Como forma de hacer eco a una
iniciativa del Presidente
Internacional Tim Boyd, buscar
posibilidades de acercamiento con
otras organizaciones con
propuestas similares, incluso con
aquellas que comparten el mismo
tronco filosófico, para cooperar y
fortalecer el trabajo en beneficio de
todos los seres. Para ello, es
importante salvaguardar la identidad
y la autonomía de la Sociedad
Teosófica y de otras instituciones en
un espíritu de colaboración y no de
fusión. Esperamos que las
enemistades históricas que puedan
existir desaparezcan cuando ya no
tengan sentido.
4- Ayudar en la ampliación de los
horizontes de la perspectiva
teosófica por medio del estudio
respetuoso de tradiciones poco
abordadas en la Sociedad Teosófica,
como las tradiciones de los pueblos
originarios de América, África y
Oceanía, reconociendo la legitimidad
de las diferentes expresiones de la
sabiduría divina. En este contexto, es
importante un enfoque inclusivo que
respete el lugar de habla de los
practicantes en el que se evite una
perspectiva colonizadora y se ahonde
en nuestra capacidad de escucha.
5- Mantener la vigilancia y la
reflexión constantes para que el
trabajo ético de autotransformación
no se confunda con algún tipo de
moralismo vacío o que reproduzca
prejuicios. Es importante percibir y
cuestionar nuestros
condicionamientos socio-histórico-
culturales como parte de nuestra
autotransformación.
6- Pensando en la oxigenación
constante del TS y en la preparación
de la institución para el futuro,
alentar a los jóvenes adultos a
participar institucionalmente, ya
sea con funciones locales o
nacionales. Para ello, se puede
reservar un puesto en los consejos de
administración para los jóvenes
adultos, a fin de garantizar su
43
presencia en las decisiones
institucionales.
7- Fomentar la participación de los
jóvenes como productores de
contenidos, con la propuesta de
impulsar nuevos frentes de
investigación y fomentar el diálogo
entre generaciones que busque
formas constructivas de tratar el
desacuerdo.◙
__________________________________
Participantes:
Rafael Marques de Albuquerque, Logia
Florianópolis (Florianópolis - SC).
Raquel Campanate de Azevedo, G.E.T. Juiz de
Fora (Juiz de Fora - MG)
Giovanni Fierro Alvarado, Logia Spinoza
(Bogotá - Colombia)
Yan Domene Bessani, G.E.T Lúmen (Londrina -
PR)
Guilherme Fortunato Bitencourt, G.E.T. Dhyana
(Capão da Canoa - RS)
Charles Angelo Boeira, Logia Jehoshua (Caxias
do Sul - RS)
Carlos Eduardo Souza da Cunha, Logia Paraná
(Curitiba - PR)
Arthur de Resende Graça Gomes, Logia Alvorada
(Brasilia - DF)
Nancy Gauer Groff, Logia Jehoshua (Caxias do
Sul - RS)
Ananda Winter Marques, Logia Alvorada
(Brasilia - DF)
Ana Cristina da Silva Moura, Logia Perseverancia
(Río de Janeiro - RJ)
Rafael Nascimento, Logia Unicidade (Cataguases
- MG)
Renata de Almeida Neves, simpatizante (Río de
Janeiro - RJ)
Dafne Pires Pinto, Logia Jinarajadasa (Río de
Janeiro - RJ)
Gabriela Ziegler Saraiva, Logia Alvorada
(Brasilia - DF)
Tiphany Loredo de Souza, Logia Jehoshua
(Caxias do Sul - RS)
De dondequiera que provengamos en el mundo, los crecientes desafíos que enfrentamos hoy nos hablan de una necesidad de sanación, de una conciencia que no divide, sino que puede unificar. Dondequiera que veamos venir el sufrimiento al mundo, si es a manos de alguien que reclama la Teosofía, eso no es Teosofía. No es algo que divide o separa. La "gran herejía de la separatividad" es lo que estamos aquí para tratar, primero dentro de nosotros mismos, luego puede ser comunicada externamente. Pero hasta que no se aborde de hecho, nuestros esfuerzos serán, en el mejor de los casos, superficiales.
Tim Boyd, Una Teosofía para el futuro
44
La SOCIEDAD TEOSÓFICA está compuesta por estudiantes que pertenecen o no a
cualquiera de las religiones existentes en el mundo. Están unidos por su aprobación a los
objetivos de la Sociedad, por su deseo de deponer los antagonismos religiosos y congregar a
los hombres de buena voluntad, cualesquiera que sean sus opiniones religiosas, y por su
deseo de estudiar las verdades de las religiones y participar a los demás estudiantes los
resultados de sus estudios.
El vínculo que los une no es la profesión de una fe común, sino la común investigación y
aspiración por la verdad.
Sostienen que la Verdad debe buscarse mediante el estudio, la reflexión, la pureza de vida y
la devoción a elevados ideales. Consideran que el precio de la Verdad debe ser el resultado
del esfuerzo para obtener y no un dogma impuesto por autoridad. Consideran que la fe
debería ser el resultado del estudio o intuición interior y no su antecedente, que debe
descansar sobre el conocimiento y no sobre la aseveración. Extiende su tolerancia hacia
todos, aun a los intolerantes, no como privilegio que se abrogan, sino como deber que
cumplen, esforzándose por disipar la ignorancia más bien que condenarla.
En cada religión ven una expresión de la Sabiduría Divina, prefiriendo su estudio a su
condenación y su práctica a su proselitismo. Su consigna es la Paz; su aspiración, la
Verdad.
La TEOSOFÍA es el cuerpo de verdades que constituye la base de todas las religiones y que
no puede pretenderse que sea posesión exclusiva de una de ellas. Ofrece una filosofía que
hace la vida inteligible y demuestra que la justicia y el amor guían su evolución. Coloca a la
muerte en su legítimo lugar, como un incidente que se repite en la vida sin fin, abriendo el
paso a una existencia más plena y radiante. La Teosofía restituye al mundo la Ciencia del
Espíritu, enseñando al hombre que él mismo es un Espíritu y que la mente y el cuerpo son
sus servidores. Ella ilumina las Escrituras y las doctrinas de las religiones, revelando su
significación oculta, justificándolas ante la razón, como siempre se han justificado ante los
ojos de la intuición.
Los miembros de la Sociedad Teosófica estudian estas verdades y los Teósofos se esfuerzan
en vivirlas. Todo aquel que esté dispuesto a estudiar, a ser tolerante, a tener miras elevadas
y a trabajar con perseverancia, será bienvenido como miembro y dependerá del mismo
miembro llegar a ser un verdadero TEÓSOFO.
Top Related