Hermanas Misioneras de Cristo
Señor Dios, Padre Celestial, Tu Hijo Jesucristo nos dijo: "La
mies es abundante, pero los obreros pocos. Pedid al
dueño de la mies que envíe obreros a su mies".
Animados por estas enseñanzas, te pedimos que envíes a
tu Iglesia, numerosas y santas vocaciones para el
sacerdocio, la vida religiosa, y al apostolado laical.
Consérvales fieles en su ministerio hasta el fin; y
concédeles, por tu Espíritu Santo, un gran amor a Dios y a
los hermanos, para que en su ministerio y en su vida
busquen solamente tu gloria.
Especialmente te pedimos que mandes muchas y buenas
vocaciones.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ROSARIO
VOCACIONAL
Hermanas Misioneras de Cristo
Hermanas Misioneras de Cristo
Oración a la Virgen por las Vocaciones
María, humilde sierva del Altísimo,
el Hijo que engendraste te ha hecho sierva de la
humanidad.
Tu vida ha sido un servicio humilde y generoso:
has sido sierva de la Palabra cuando el Ángel
te anunció el proyecto divino de la salvación.
Has sido sierva del Hijo, dándole la vida
y permaneciendo abierta al misterio.
Has sido sierva de la Redención,
permaneciendo valientemente al pie de la Cruz,
junto al Siervo y Cordero sufriente,
que se inmolaba por nuestro amor.
Has sido sierva de la Iglesia, el día de Pentecostés
y con tu intercesión continúas generándola en cada
creyente,
también en estos tiempos nuestros, difíciles y
atormentados.
A Ti, joven Hija de Israel,
que has conocido la turbación del corazón joven
ante la propuesta del Eterno,
Hermanas Misioneras de Cristo
Misterios luminosos (jueves)
1. El bautismo de Jesús en el Jordán: Oremos para que
todos los cristianos vivamos la vocación a la santidad,
como fruto de nuestro Bautismo.
2. Las bodas de Caná: Pidamos a María para que los
esposos vivan fielmente su vocación matrimonial y hagan
de su hogar una Iglesia doméstica.
3. La predicación de Jesús y la llamada a la conversión:
Oremos para que no falten en la Iglesia sacerdotes, que
prediquen el Evangelio y administren el Sacramento del
perdón.
4. La transfiguración del Señor: Pidamos por la vida
contemplativa y para que todo los cristianos descubramos
en la oración la belleza del seguimiento de Jesús.
5. La institución de la Eucaristía en la última Cena:
Oremos por la santidad de los sacerdotes, para que imiten
en su vida lo que realizan en la Eucaristía.
Hermanas Misioneras de Cristo
Estrella de la mañana
Salud de los enfermos
Refugio de los pecadores
Consuelo de los afligidos
Auxilio de los cristianos
Reina de los Ángeles
Reina de los Patriarcas
Reina de los Profetas
Reinas de los Apóstoles
Reina de los Mártires
Reina de los Confesores
Reina de las Vírgenes
Reina de todos los Santos
Reina concebida sin pecado original
Reina elevada al cielo
Reina del Santo Rosario
Reina de la familia
Reina de la paz
Hermanas Misioneras de Cristo
Misterios gloriosos (miércoles y domingos)
1. La resurrección de Jesucristo: Pidamos a la virgen que los sacerdotes y las personas consagradas, con su alegría y esperanza den testimonio de Cristo resucitado.
2. La Ascensión del Señor al cielo: Oremos para que los jóvenes de hoy busquen el sentido de la vida y la verdadera felicidad que es Dios revelado en Jesucristo.
3. La venida del Espíritu Santo: Pidamos a la Virgen que cuide de los que se preparan en los seminarios para ser apóstoles de su Hijo, y reciban con abundancia los dones del Espíritu Santo.
4. La Asunción de maría en cuero y alma a los cielos: Roguemos a María que los sacerdotes y las personas consagradas, vivan con fidelidad y gozo la castidad consagrada.
5. La coronación de maría como Reina de todo lo creado: Pidamos a María para que todos los cristianos laicos, sacerdotes y vida consagrada colaboremos en la construcción del Reino de dios, cada cual según nuestra vocación.
PASTORAL VOCACIONAL
Nuestra misión consiste como religiosas dar
a conocer a todos los jóvenes el don de Dios.
Así es la historia de una vocación: hecho
ordinario que se hacen extraordinaria porque
Dios, por medio de ellas, muestra su designio
y su amor.
Pocas cosas son tan difíciles de contar como
la historia de la propia vocación. Quizás se
debe a que, en una vocación, hechos de lo
más normales y ordinarios -una
conversación, una visita a la capilla, el
ejemplo de alguien a quien se admira ,se
convierten en extraordinarios porque, a
través de ellos, Dios llama. Son "campanadas
de Dios".
HERMANAS MISIONERAS DE HERMANAS MISIONERAS DE HERMANAS MISIONERAS DE HERMANAS MISIONERAS DE
CRISTOCRISTOCRISTOCRISTO....
ORACION POR LAS VOCACIONES
Dios, Padre y Pastor
de todos los hombres,
Tú quieres que no falten hoy día,
hombres y mujeres de fe,
que consagren sus vidas
al servicio del evangelio
y al cuidado de la Iglesia.
Haz que tu Espíritu Santo
ilumine los corazones,
y fortalezca las voluntades de tus fieles,
para que, acogiendo tu llamado,
lleguen a ser los Sacerdotes y Diáconos,
Religiosos, Religiosas y Consagrados
que tu Pueblo necesita.
La cosecha es abundante, y los operarios
pocos.
PASTORAL VOCACIONAL
Dirección Avenida Europa nº2. Vall de Uxó Castellón ,
C.P.12600. Teléfono 964-69-00-98
Fax 964-69-00-98
http://[email protected]
Las campanadas de Dios
a la vocación
VIDA RELIGIOSA
Cómo nace y se consolida una vocación?
La vocación a la vida religiosa es una forma de realizar la vocación cristiana. Está abierta a todos, pero no todos son llamados. ¿Cuándo y en qué condiciones un joven cristiano puede sentirse llamado a ser religioso en la Iglesia? ¿Cuáles son los elementos de una vocación a la vida religiosa?
Una decidida opción por Jesucristo
"Caminando por la orilla del mar de Galilea
vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro,
y su hermano Andrés, echando las redes en
el mar, pues eran pescadores. Y les dijo:
veníos conmigo y os haré pescadores de
hombres. Ellos, al instante, dejando las
redes, lo siguieron" (Mt 4, 18-22).
Jesús llama y quien es llamado responde con el seguimiento. La vocación de los apóstoles es modelo para todos los que quieren seguir a Jesús. La vocación no nace del idealismo o la generosidad juvenil, nace de la fe. Es respuesta a una llamada previa que Jesús nos dirige. Es Él quien toma siempre la iniciativa y no nosotros. Él se hace siempre el encontradizo: pasa, mira, llama... el discípulo escucha, obedece y se pone a seguirle.
No te decides a ser religioso/a simplemente porque quieres entregarte a pacificar la sociedad, infundirle esperanza o trabajar por la justicia. Te haces religioso ante todo por Jesucristo. Descubres por la fe que Jesucristo es el primer valor de tu vida, y quieres que, poco a poco, este descubrimiento te vaya conquistando por dentro hasta que de verdad Jesucristo sea lo más importante en tu escala de valores. Has decidido seguirlo. Y seguirlo significa quererlo con toda el alma y prestarle nuestro corazón y nuestro cuerpo, nuestras cualidades y gustos, nuestra salud y nuestros estudios, nuestro interés y nuestro tiempo pleno, a fin de que a través de nosotros, este Jesucristo que vive hoy pueda seguir su tarea de liberar y de salvar a la gente. Entre nosotros nadie que no haya descubierto a Jesucristo y que no haya sido atraído fuertemente por su Persona y su tarea está llamado a la vida religiosa. Quien haya hecho este descubrimiento puede seguir preguntándose por la vocación.
La consagración religiosa
Seguir a Jesús, ser discípulo suyo, significa responder a su llamada a vivir con Él y como Él. Vincularse incondicionalmente a su persona, hacerse con Él compañero de camino, identificarse con su estilo de vida: su virginidad, su obediencia y su pobreza y compartir su mismo destino en plena fidelidad y disponibilidad a las exigencias que implica esta vocación. Seguir a Jesús supone también colaborar en su misma misión, el proyecto del Reino.
El religioso es el cristiano que intenta vivir la consagración del bautismo —es decir, su condición de hijo de Dios y de ciudadano del Reino— en toda su radicalidad, llevando hasta sus últimas consecuencias las exigencias implícitas del bautismo.
La fe en Cristo, en su llamada, le lleva a cogerlo como Persona y como Palabra, dejarse «poseer» por Él y ponerse a su entera disposición. La
consagración religiosa es un misterio entrañable del amor de Dios. Dios se da en Jesús, plenamente, al que llama. Y el consagrado le responde amándole con todo el corazón, es decir, con toda su vida; le da su ser en profundidad. Pero una persona sólo se entrega realmente cuando se entrega por amor y cuando entrega su amor. El amor es el primer don, la raíz y principio de todos los demás dones. Y el amor total sólo se expresa con el don total de sí mismo. Por eso la consagración religiosa es consagración de amor. Con las características propias del amor verdadero: la totalidad en la entrega, la exclusividad en la persona amada y el desinterés absoluto en servirle.
Entrega y amor que se concretan en vivir con Él y como Él, asumiendo su mismo estilo de vida, los "consejos evangélicos". Son un camino nuevo para el que quiera estrenarlo; una vida nueva para el que quiera embarcarse en ella; una verdad nueva para el que quiera
caminar a su luz. No son muchos, apenas tres. Se resumen en ser pobre como Él, célibe como Él y obediente como Él. Sus consejos los enseña con su vida. No habla de la pobreza como teoría, sino que invita a vivir pobre. No habla del celibato como una utopía, sino que invita a amar con amor universal y a darse por el Reino. No habla de obediencia como un plan de acción, sino que pide ser coherente con el proyecto de Dios y llevarlo a cabo hasta las últimas consecuencias.
Los consejos evangélicos son radicales, exigentes, desconcertantes, son una aventura que sólo se entiende viviéndola. Son expresión de amor, amor total, consagrado, la expresión máxima del amor total. Son donación plena de la persona, de lo que la persona es y de lo que la persona tiene: dedicación absoluta e inmediata al amor y al servicio de Dios. Sin el amor a Cristo, los consejos evangélicos no tienen sentido, ya que los votos son la expresión del amor personal a Cristo.
Esta convivencia con Cristo se traduce y expresa en convivencia externa con los hermanos, en la vida fraterna. Esta fraternidad va generando unas relaciones basadas en el servicio, y en la entrega; creando así una vida de familia que se traduce también en la acción apostólica.
Hermanas Misioneras de Cristo
ROSARIO VOCACIONAL
Misterios gozosos (lunes y sábados)
1. La Encarnación del Hijo de Dios: Pidamos a la Virgen
que los jóvenes estén abiertos a la llamada de Dios y
dispuestos a decirle sí, como Ella.
2. La visitación de María a su prima Isabel: Oremos para
que las personas consagradas sean signos de Jesucristo y
Evangelio vivo en el servicio y amor al prójimo.
3. El nacimiento de Jesús en Belén: Oremos para que
Jesús siga naciendo hoy en el corazón de los fieles, por la
palabra y el testimonio de los sacerdotes.
4. La presentación del Niño Jesús en el tempo: Pidamos
para que los padres acojan como un regalo de Dios la
posible vocación sacerdotal o consagrada de sus hijos.
5. El Niños Jesús perdido y hallado en el templo: Oremos
a Dios , por intercesión de la Virgen, para que los
seminaristas sean fieles a su vocación y se formen bien.
Hermanas Misioneras de Cristo
dirijan su mirada con confianza los jóvenes del tercer
milenio.
Hazlos capaces de aceptar la invitación de tu Hijo
a hacer de la vida un don total para la gloria de Dios.
Hazles comprender que servir a Dios satisface el corazón,
y que sólo en el servicio de Dios y de su Reino
nos realizamos según el divino proyecto
y la vida llega a ser himno de gloria a la Santísima Trinidad
Amén".
Hermanas Misioneras de Cristo
Misterios dolorosos (martes y viernes)
1. La oración de Jesús en el huerto de los olivos:
Pidamos para que busquemos siempre en nuestras vidas
las voluntad de Dios con generosidad y fortaleza.
2. La flagelación del Señor: Pidamos por las personas
consagradas que sufren persecución por ser fieles testigos
de Jesús en la Palabra y en las obras.
3. La coronación de espinas: Oremos para que
descubramos el rostro doliente de Cristo en los pobres y
necesitados y haya jóvenes que consagren la vida a su
servicio.
4. Jesús con la cruz a cuestas: Pidamos para que los
jóvenes de hoy escuchen la llamada de Jesús a tomar la
cruz de cada día y a seguirle.
5. La muerte de Cristo en la cruz: Oremos para que Dios
conceda una buena ancianidad y una santa muerte, a
cuantos han entregado su vida al servicio del Evangelio.
Hermanas Misioneras de Cristo
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R/ Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R/ Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R/ Ten piedad de nosotros
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
(R) Ruega por nosotros.
Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones para
que, los que hemos conocido por el anuncio del ángel la
Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Muerte,
lleguemos a la gloria de la Resurrección. Por Cristo
Nuestro Señor. Amén
Hermanas Misioneras de Cristo
Letanías de Nuestra Señora
Señor, ten piedad. (R)
Cristo, ten piedad. (R)
Señor, ten piedad. (R)
Cristo óyenos. (R)
Cristo, escúchanos. (R)
Dios Padre celestial. (R) Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo
Dios Espíritu Santo
Trinidad Santa, un solo Dios.
Santa María,
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Vírgenes
Madre de Cristo
Madre de la Iglesia
Madre de la divina gracia
Madre purísima
Madre castísima
Madre y Virgen
Madre Santa
Madre inmaculada
Hermanas Misioneras de Cristo
Madre amable
Madre admirable
Madre del buen consejo
Madre del Creador
Madre del Salvador
Virgen prudentísima
Virgen digan de veneración
Virgen digna de alabanza
Virgen poderosa
Virgen fiel
Ideal de santidad
Trono de sabiduría
Causa de nuestra alegría
Templo del Espíritu Santo
Honor de los pueblos
Modelo de entrega a Dios
Rosa escogida
Torre de David
Torre de marfil
Casa de oro
Arca de la Nueva alianza
Puerta del cielo
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