PREMIO BLAS DE OTERO DE POESIA 2009UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
Muerte y levitacin de la ballena
Coleccin Las OfrendasEscuela de Estudios Literarios
Universidad del Valle
PREMIO BLAS DE OTERO DE POESIA 2009UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
Muerte y levitacin de la ballena
Rmulo Bustos Aguirre
Santiago de Cali, septiembre de 2011
Rector Universidad del ValleIvn Enrique Ramos CaldernDecano Facultad de HumanidadesDaro Henao RestrepoDirector Escuela de Estudios LiterariosJuan Julin Jimnez PimentelDirector Programa Licenciatura en LiteraturaHctor Fabio Martnez
Coleccin Las Ofrendas
Director: Julin Malatesta
Consejo editorial:
Julin Malatesta
Fabio Martnez
Cristina Valcke
Muerte y levitacin de la ballena
Rmulo Bustos Aguirre
Escuela de Estudios Literarios
Universidad del Valle
E-mail: [email protected]
ISBN: 978-958-670-929-3
Ilustracin de cartula:
Pedro Alcntara Herrn
Fotografa: Mnika Herrn
Diseo, diagramacin e impresin:
Unidad de Artes Grficas,
Facultad de Humanidades,
Universidad del Valle,
Cali - Colombia
Prohibida la reproduccin total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propsito, sin la autorizacin escrita del autor.
Contenido
Prlogo: Cuando muere y levita una ballena 11
I
Cuento 19Observacin hecha desde el hemisferio izquierdo del cerebro 20Alien 21Del cangrejo ermitao 22Euclidiano 23De moscas y de almas 25El jugador 27Para Wittgenstein 28Sombrero de ahogado 29Msicas 30Para una sola cuerda 32Mandarinas 34Quizs se trate solo de jugar con las palabras como un malabarista 35Juegos de lenguaje 36Breve tratado de acstica general 37Poiesis 38
II
El no-rostro 41Potica I 42Tropismos 43Muerte y levitacin de la ballena 44Pentecostal 47Cenzontle 48Ceremonias 49Escrito en una hoja 50El fulgor 51
Suf 52Medusa 53Epifana 54Escalera 55Potica II 56Episodio con jazmn 57Uroboros 58Evocando a G. Bateson 59Ilmites 60Aspersin ritual de la luz 61La casa 63
a mi padreen Shantineketn
Cuando muere y levita una ballena
Lo que ms seduce de la poesa de Rmulo Bustos es la manera sabia como imagina y piensa a la vez, como construye de manera racional sus raptos de fuga del mundo cotidiano para crear una verdad esttica, una verdad comprobable en el reino del todo puede ser y ocurrir en un mundo real y alucinado.
En ese mundo, entonces, muere y levita una ballena con la misma naturalidad con la que Dios juega a los dados o el poema se escribe a s mismo con cicatrices, pues slo le basta con poner sobre el papel la memoria de una herida.
De la poesa reciente que se escribe en Colombia la suya es la que ms tiene, creo, un gobierno de lo onrico y de lo cotidiano, en un entrevero de religiosidad y paganismo, como si la primera instancia, la soada, fuera de la misma materia de los rituales solemnes, y la segunda, la cotidiana, le abriera fisuras a las ceremonias desde el paganismo del da.
Teniendo tratos con lo fantstico, Bustos siempre encuentra el asidero en lo que con pompa llamamos la realidad. No es la fantasa como fuga, sino como ampliacin de un mundo bullicioso y contradictorio, sereno y pugnaz a un mismo tiempo.
Gracias a la seduccin de un lenguaje de alta precisin, en un juego en el que no sabemos si la flecha da en el blanco o el blanco en la flecha, como dicen que lo logran algunos arqueros orientales, sus poemas atrapan nuestros sentidos, al mismo tiempo
12 Rmulo Bustos Aguirre
que lo hacen la inteligencia del cerebro y la inteligencia del corazn.
Por sus versos cruzan arcngeles y carniceros, cangrejos ermitaos, ballenas y mulos, una casa imaginaria, el sombrero hurfano de un ahogado, un hombre que atraviesa la niez llevando en sus manos una jaula, una mosca cuyo ojo le recuerda a Dios, mientras crece un rbol que los nios convierten en caballo de palo, en un rbol de los relinchos.
Una palenquera, una vendedora de frutas de Cartagena de Indias abre la boca ancha/ y su pregn llena la calle/ Los nios miran los pies descalzos sobre la tierra/ buscando las races de este rbol/ en cuya copa maduran todos los frutos.
Me digo: sin duda, la vendedora de frutas tropicales est mejor pintada en las palabras de Bustos que en tantos cuadros costumbristas de su tierra. Y entonces recuerdo el buen dibujante que es tambin este poeta caribeo.
Como un buen mstico sin idolatras, Rmulo Bustos logra ver a Dios en cualquier objeto, hasta puede que solo se trate de un animal marino que en un discreto humor recorre sus palabras, y que tambin reaparece cuando trata los temas ms sacros.
Es un amante de la teologa y de las grandes preguntas propias de un monje sin hbito, si hbito se llama una tnica y no esas ganas de bailar ritmos al menor estmulo de una banda de pueblo.
Aunque es un poeta religioso, a su manera, no todo en su poesa es un acto de fe. Tambin tiene que pastorear sus dudas ontolgicas.
13Muerte y levitacin de la ballena
En este, su ms reciente libro, Muerte y levitacin de la ballena, publicado inicialmente en Espaa, hay un despliegue de saberes que huyen de la simple erudicin, para adentrarse en un cmulo de esencias, que desacralizan lo aceptado.
As, de tal manera, usa su estilete para preguntarse por la existencia de Dios: Es probable que Dios no exista/ Esto en realidad carece de importancia/ Ms interesante es saber/ que existe el hemisferio derecho del cerebro/ cuya funcin es soarlo.
Coloquial y metafrico rara vez, Bustos ha ido construyendo la casa de su poesa con los ms variados materiales provenientes de la voz de un ventero, de la observacin de las moscas, de una cruza bizarra entre un ngel y un mandril, todo esto envuelto en una msica que le es suya, muy suya, como los ritmos de un palenque o los lejanos trombones de los barcos que festejan su regreso del mar.
El sentido mtico que tiene de la infancia, ese que nos recuerda con Huizinga que el juego es anterior a la cultura, conduce a Rmulo Bustos Aguirre a afirmaciones tan claras y asertivas como esta: El rbol fantasmal que irradiaba en la cola del traspatio y la capa de juegos que hered de mi hermana mayor, son en realidad los hechos ms notables de mi vida.
Quin sabe en qu recodo de su trasiego vital haya perdido la capa real, la capa de raso o de seda. Quin sabe qu lugar en la nada tenga ahora su rbol fantasma ni a qu lugar del vaco se haya incorporado su traspatio, pero lo cierto es que esas tres instancias animistas rbol, traspatio y capa, siguen presentes en sus versos, como recordando el Peter-panismo de su memoria.
14 Rmulo Bustos Aguirre
Como en su poema titulado: Quizs se trate solo de jugar con las palabras como un malabarista, la poesa en su caso y en su visin orgnica trata de inventar una segunda inocencia. A mi juicio que lo logra, creando un clima nico y refrescante en el mbito de nuestra poesa.
Juan Manuel Roca
de lo que hay que callarhay que balbucir claramente
R.B.A.
I
19Muerte y levitacin de la ballena
Cuento
Me pregunto: Por qu escribo poesa?Y desde algn lugar del misterioso bosque (de ese otro cuento que en vano estoy tratando de escribir en este poema) responde el lobomoviendo socrtico la peluda cola: Para conocerte mejor
20 Rmulo Bustos Aguirre
Observacin hecha desde el hemisferio izquierdo del cerebro
Es probable que Dios no exista
Esto en realidad carece de importancia
Ms interesante es saber que existe el hemisferio derecho del cerebro cuya funcin es soarlo
21Muerte y levitacin de la ballena
Alien
La lagartija adherida al techo con sus ventosas Su inescrutable mirada resbalando sobre los seres u objetos Su larga lengua que no sabe atrapando la pequea mosca. Su larga y eficaz lengua que s sabe Las extraas cosas miradas por la lagartija Entre otras t, recostado a la pared, mirndola inescrutable El tejido misterioso enhebrado por esas dos miradas que no se ven La invisible visin que contiene ambas miradas y que tampoco las ve
22 Rmulo Bustos Aguirre
Del cangrejo ermitao
Rara costumbre la del cangrejo ermitao
Se le va la vida buscando caparazones de otros moluscos, latas, recipientes vacostoda suerte de objetos cncavos abandonados por sus antiguos huspedes para instalarse en ellos
Es posible que todo se deba a una compulsin turstica por la novedad
O a un sndrome de inestabilidad casi metafsica
O a simple ejercicio peripattico de quien tiene demasiadas patas que ejercitar
O habr algo ms de fondo en todo esto?
Quizs convenga preguntar al secreto cangrejo ermitao que habita en cada uno de nosotros
Ese que, sin duda, acaba de escribir este poema
23Muerte y levitacin de la ballena
Euclidiano
a Lzaro, a Estebanmirando un filme de Kim Ki Duk
El ngulo de visin del ser humano se ubica en el rango de los 180Los otros 180 corresponden al dominio de su /sombra
Caso cerrado. Crculo concluso
En realidad, no es tan simple la cosa. Veamos:
Est la sombra visibleMas, y el dominio de la sombra invisible?Porque toda sombra tiene su propia sombrabien advierten Juarroz o Luis Vidales
Y el dominio fronterizo del espejo que se divierte duplicando los espacios e invirtiendo a su modelo?
Por otra parte, visto desde la ptica de la sombra /visible t eres la verdadera sombra visible
Adems, correspondientes a los distintos ngulos /de visin de tus numerosos yoes, fragmentos de yoes y otros fantasmas que te habitan habr infinitas circunferencias-mundos
24 Rmulo Bustos Aguirre
con sus respectivos 180 al sol /180 a la sombray sus consecuentes subdominios de sombras /invisibles y sombras-espejos
Todo esto, sin duda, parece un mal sueo de /Euclides
En todo caso cuando Euclides despierteel monstruo seguir all
25Muerte y levitacin de la ballena
De moscas y de almas
Resultan curiosas las bolsas de plstico alargadas y transparentesque con frecuencia cuelgan en algunos kioscos de ventas de frutas y variedades de dulces caseros
Exticas frutas digo sonriendo al ventero
Son los mejores espantamoscas que existen seala l y, mientras ondea un mugroso trapo contra las ms osadas trata de explicarme el asunto
Dicho en otras palabras, la mecnica del espantamoscas es la siguiente:
Al acercarse la mosca a la bolsa, el agua funciona como lupa invertida o espejo deformante el cual magnifica su tamao hasta la desmesura Entonces la mosca huye aterrada de s misma
As huye el alma de sus propios terrores como mosca que lleva el diabloanoto, divertido
De modo sorpresivo interviene la monstruosa mosca que se ha posado en el hombro del ventero:
O, de modo singularen movimiento inverso a la mosca, el alma es irresistiblemente atrada, fascinada ante sus terrores y en ellos se diluye o petrifica, que alguna diferencia
26 Rmulo Bustos Aguirre
va de la estructura de ADN de la Mosca domstica o de la Ceratitis capilata al ser humano...
El ventero, ocupado en la venta de un par de almojbanas, no se da por enterado
Yo prefiero hacer mutis por el foro como alma que lleva el diablo
27Muerte y levitacin de la ballena
El jugador
Se sabe que en el caso de Dios estamos ante un incorregible jugador de dadosEso aclara la paradoja extrema del misterio cristianoen que Dios se apuesta a s mismo contra s mismoY pierde
28 Rmulo Bustos Aguirre
Para Wittgenstein
al Rey Ricardo El silencio no quiere ser dicho El silencio de ninguna manera puede ser dichoPero acaso el silencio quisiera ser dichoPero acaso el silencio pudiera ser dichoAcaso lo dicho es ya silencio O el silencio calla disfrazado en el bullicio
Acaso el poema: todas las anteriores
29Muerte y levitacin de la ballena
Sombrero de ahogado
Hay un frgil borde entre las cosasAlgo movedizo las aleja o de modo inconcebible /las acerca Al ngel y el mandril, por ejemploAlgo las puede hacer girar sobre espejeantesinesperados ejes chocar o entrelazarsey entonces salta la piedra del colibrel fuego es el agua, el zamuro un fasto mensajero Ese nudo luminoso u oscuro, ese punto ciego sobre el que a veces, como quien camina /sobre el aguame sostengo, me yergoen el que a veces, como en este instante, naufrago /me hundo Estas palabras podran ser mi sombrero /de ahogado
30 Rmulo Bustos Aguirre
Msicas
a amaury de dios, que lo sabe
Has visto alguna vez esas parejas de bailarines /extticossuspendidos en la msica fuerte que emerge /de los pick-ups de barriadatan juntos y como clavados unos en otros que parece que se estuvieran amando de pie?
Cada cual gira en su propia rbita planetariaCada uno cree que el otro gira en la suya Y as cada uno imagina ser el centro de s mismo /y del otro
En esos instantes los amantesIgnoran la ley de la libre cada de los cuerpos
Si el uno fuera el solo centro del otro, todo el otro caera sobre el uno y en el desapareceraSi el otro fuera el solo centro del uno, todo el uno caera sobre el otro y en l desaparecera
Sin embargo, no sucede asPorque el centro no est en ninguno de ellos No es menos falso que cada uno sea su propio /centro
El centro est en otra parte Los verdaderos amantes son los que han sabido /entender esto
31Muerte y levitacin de la ballena
Y sobre todoque la msica que los sostiene tambin proviene de esa otra parte
32 Rmulo Bustos Aguirre
Para una sola cuerda
Lo primero es hallar el punto de luz hasta llegar /al ojopues, es ya sabido que el ojo y la luz son los extremos de una misma cuerdaPero, y la cuerda?De modo que lo primero es hallar la cuerdaMala cosa sera buscarla en casa de ahorcado o entre el alboroto de nios que juegan a la cuerda Tampoco es asunto de trazarla, como quisiera /el gemetra siempre parado sobre el centro de su circunferenciaEl asunto pudiera ser ms obvio: buscar bajo los pies, bajo las diestras zapatillas /de funmbulos porque acaso hemos hecho cosa distinta que equilibrio sobre el vaco?All debera estar la cuerda dice cuerdamente el engaoso sentido comn Pero acaso el asunto sea menos obvio, ms natural:ensoar el punto de luzluego la cuerda del punto de luzluego el ojo de la luzluego el sueo del ojo de la luzluego el soante del sueo de la luz, luego la mano ensoada por el sueo de la luzla mano que funda el otro sueo, el de la escritura de la luz
33Muerte y levitacin de la ballena
Ahora a un extremo de la cuerda est el ensoador y en el otro el soantea ambos extremos de la cuerda concuerdan el ensoador y el soante
Ahora ya no es necesaria la cuerdani mucho menos la teora de las cuerdas /o supercuerdas
Ahora hay que comenzar a escribir el poemaAhora hay que habitar en el poema
34 Rmulo Bustos Aguirre
Mandarinas
a Jos David
Sostengo semillas de mandarinas en el cuenco /de la mano Leves, diminutasLas voy masticando una por una
Cierro los ojosPor un instante germina en m el esplendor /dorado de la fruta
Leves poderosas
Quizs dentro de algunos aos me deshaga /en un numeroso bosque
Las semillas sobrantes las arrojo a sbitos pjaros que revolotean /en una ventana inesperadamente abierta por la escritura
As, adems, habr canciones en el bosque
35Muerte y levitacin de la ballena
Quizs se trate solo de jugar con las palabras como un malabarista
Pero sucede acasoque ese malabarista se ha sumergido a tal gradoen los lbiles objetos de ese juegoque no advierte que su cada ocurri ya alguna vez
O ms posible aunel malabarista y el pblico sabenque han cado y simulan
Mas eso hara parte del juego
Se trataentonces, de jugar el no juego de enhebrar los ojos de medusa del espejo Y as el desierto pueda cruzar por el ojo de la agujaO el blanco del ojo atravesar la flecha
Se tratade inventar una segunda inocencia
36 Rmulo Bustos Aguirre
Juegos de lenguaje
Tanto es arriba como es abajo
Viejo principio consignado en la Tbula esmeraldinay aun ms atrs, es decir, despus, siempre...
En el principio estaba el NombreAntes del principio estaba el No-nombre
La nostalgia es ante todo nostalgia del NombreDe all todas las palabras
El exilio es ante todo exilio del No-nombreDe all todos los silencios
El No-nombre est al comienzoEl No-nombre est al final
Juegos de lenguaje dira cierto WittgensteinEl uno, es decir, el otro Wittgenstein
37Muerte y levitacin de la ballena
Breve tratado de acstica general
El sonido tiene un odo interior
El odo tiene un sonido interior
El sonido inventa su propia casa
La casa del sonido crece escuchndose a s misma siguiendo el trazado de un latido que desde siempre /la habita
Casa y habitante. Habitante y casa
El uno existe para escuchar El otro para ser escuchadoLos dos para callar
Jaula-pjaro, yo, eco lejano que urde trampas en la maleza del lenguajepara atrapar su sonido
38 Rmulo Bustos Aguirre
Poiesis
El ndice de la mano izquierda se desliza en el diccionario hasta la altura de la palabra montaa
La mano derecha ya fatigada de tareasdecide tomarla por un pjaroy busca una jaula y la introduce en ella
La montaa comienza a entonar un canto dulce /y pesado un canto de montaa
El nio cierra el diccionarioy, en visible esfuerzo, sosteniendo con ambas manos la jaula, exclama:mira, madre, un pjaro-montaa puedo quedrmelo? S, hijo, dice, como al descuido sonreda, la madre mientras recoge algo de tierra suelta y algunas /hojas hmedas
que empiezan a caer sobre la baldosa
II
41Muerte y levitacin de la ballena
El no-rostro
Entonces dijo: Djame ver tu gloria(xodo, 33-18)
Mas sus plegarias no fueron atendidas
Podrs ver mis espaldas, pero mi rostro no lo vers
Refiere el cronista del enigmtico pasaje que Dios
pone al suplicante en un lugar cercano, /en la estrechez entre dos rocasMientras pasa, casi rozndole, lo cubre /con su mano que solo al final retirapara que pueda contemplar la infinita gloria /de su espalda
Esta epifana del No-rostro
encierra el lmite y la posibilidad de toda mstica
Misericordia de la divinidad que se niega al elegido
Su indecible esplendor lo devastara
42 Rmulo Bustos Aguirre
Potica I
La cicatriz es la que escribe
T solo pones la herida
La cicatriz es la que escribe
Es anterior a ti y a toda oscura sangre
Extraos labios hablantes, callantes balbuceantesdesde el primer cielo de los orgenes
43Muerte y levitacin de la ballena
Tropismos
Dicen que el girasol es una flor que oraporque vuelve siempre su rostro hacia el esplendor
Girante oracin de numerosos ptalos
Tambin he escuchado que algunas vecesel alma cegada por su propia luz como en espejocrea una flor inversa: la girasombra
Y entonces toda ella gira inmersa en ofuscacin
Girasol... girasombra... girasol...
La una est arriba, la otra est abajoLas dos se confunden, las dos se rechazan, Las dos son reales, las dos son irrealesLas dos son la nada, las dos son el infinito
Girasombra...girasol...girasombra
CiertamenteMisteriosa es la flora del esprituExtraos los tropismos de la imaginacin
44 Rmulo Bustos Aguirre
Muerte y levitacin de la ballena
En pausado sueo veo caer la ballena
230 toneladas de carroa o alimento cayendo230 mundos de gravedad empujando hacia abajo 230 infinitas toneladas de vrtigomecidas, en cmara lenta, por imperceptibles corrientes ocenicas
Inmensa, poderosamente muerta, la ballena
Pareciera que su cada suscitara el abismo en que est cayendo
Como el gran mulo de Lezama va cayendo /en el abismo la ballenaComo Lezama mismo ornamentado con la majestad de todas sus grosuras /va cayendo
A los 20 niveles de profundidad la ballena /ha perdido ya sus dos aletas
Eficaces mandbulas lo atestiguan
Seres sin ojos la miran caer Seres sin bocas raen su densa carne
Muchos aos tomar el proceso de descarnamiento /total de la ballena hasta que al fin alcance su ms recndita blancura
45Muerte y levitacin de la ballena
Me digo en el sueo
Pero, en realidad cae, est cayendo la ballena?
Cmo saber con certidumbre si un cuerpo est /cayendo sobre el mundoo si es el mundo el que est elevandose-cayendo /sobre dicho cuerpo?
Este inusual tipo de preguntas ya lo han afrontado /algunos estudiosos de la nueva fsica
Menos extraeza produce tal pregunta si las cosas ocurren en un pausado sueo
Terrible, blanca ballenalbil rastro de espuma cayente, mustrame tu no /visible belleza
Invoco sonmbuloY por un instante la puedo ver detenida en su cada suspendida, palpitanteelevndose como asombrosa flor del abismo, en el vasto esplendor del vaco
Pero, en realidad, levita, est levitando /la ballena?Esto casi equivale a preguntarse, rayando los /umbrales del lugar comn Cmo saber con certidumbre cul es el verdadero /sueo
46 Rmulo Bustos Aguirre
el sueo del soante o la vigilia del vigilante?
Tal vez todo se funde en el poder germinal de las imgenes /como asegura Bachelard
Es decir, el sueo vigilante, es decir, la vigilia soante
Es decir, en fin ese misterioso lugar donde tambin la ballena pudiera vernos caer o ascender en pausado sueo
47Muerte y levitacin de la ballena
Pentecostal
Hablar en todas las lenguas y en ninguna En el festejo del silencioBabel se contrae en su pura negacin
48 Rmulo Bustos Aguirre
Cenzontle
a Samuel Serrano
Pjaro numeroso el Cenzontle
Ahora es una violinaDespus un azulejo, un muchacho que silba /un sangretoro, un turpial
De cuatrocientos cantos habla la etimologa /nhuatl
Pero, a veces, pareciera cansarse /de ser tntos pjaros y ensaya un misterioso silencio
Todo su adentro calla como si se escuchara a s mismo callando como si descubriera que en su silencio habita otro /pjaro que cantasuspendido en su ramaje interior
Es, quizs, entonces, ms cenzontle el cenzontle
49Muerte y levitacin de la ballena
Ceremonias
a Leonor y Naizara Escribo la receta mientras la mujervierte luz a mi amiga del cuencode sus manos
Fina harina, nueces finamente picadasDerramar lo hmedo sobre lo seco amasar otra vez el mundo Es una receta a base de uvas pasas y canelaque hemos descubierto en la bitcora de cocina
Bello el rostro de mi amiga recortado en el ngulo inferior de la ventanaSucedida de luz
Mientras todo esto ocurretambin ocurre en secreto el pequeo jardn /de verdolagas
50 Rmulo Bustos Aguirre
Escrito en una hoja
La hoja seca del almendro largamente cada
Leve fsil, leyenda del paisaje
En la sintaxis de sus nervadurasse asoman el bosque, su enigmalos puntos supensivos del hacha
el silencioso escribiente
51Muerte y levitacin de la ballena
El fulgor El fulgor hace parte de la vida secreta de la sombra Hay raz haca abajo y raz hacia arriba. Esto lo saben los jardineros y, escasamente, algunos pocos telogos. Est demostrado que no solo las plantas poseen fototropismo positivo, tambin ciertas zonas del alma. De hecho de ciertos msticos se ha dicho que llegaron a desarrollar, sobre el rea de la coronilla minsculas, casi invisibles, radculas caelum
El fulgor es la sombra cuando una mirada pura la mira
52 Rmulo Bustos Aguirre
Suf
Como un perro que intilmente intenta morder su cola giro en sentido inverso del movimiento de los astros para alcanzar mi sombra
Slo ellapuede darme noticias de mi luz
53Muerte y levitacin de la ballena
Medusa
Durante mucho tiempo solo viv para apartar su mirada
Por el envs de las palabras segua sus movimientos adivinaba su sombra. Luego, por alguna secreta decisin de mi alma sucumb a su calcinado reino y el mundo se hizo de huesos y de piedras
En cierta ocasin, por azar, la contemplacin de las complicadas nervaduras de las hojas de una planta (seguramente no clasificada por Linneo en su minucioso Systema naturae) me situ, de repente en las afueras del laberinto que sin cesar repeta muchas veces la misma habitacin, gruta, columnata o pasadizo en que me hallara, segn el dictado de las cambiantes nubes interiores
Ahora, puedo mirarla a los ojos sin pavor, casi con piedad, mientras cada da observo crecer lo que a ella le es negado ver: el lento resplandor que ha ido ascendiendo desde el fondo airado de sus pupilas
Creo que estoy presenciando el nacimiento de un ngel
54 Rmulo Bustos Aguirre
Epifana
Hay una luz que emerge del envs de la hoja
Luz germinada, verde verdad de la hoja
La otra luzslo ocasin para este segundo nacimiento
55Muerte y levitacin de la ballena
Escalera
Perfecciona el arte de no mirarhasta que el blanco sea la blancura
Cierra bien la puerta para que, al fin, el huspedse abra al visitante
Construye clavo a clavo una escaleraY ya concluidadesciende por ellay a medida que bajes ve deshaciendo con esmero cada peldao
Que slo quede su fulgor ciegosu no lugar en el aire
Esto podra ser suficiente
56 Rmulo Bustos Aguirre
Potica II
a M. Salas
Qu impulso hace al colibrdetenerse en el aire la cuerda floja del airetrazar con el pico una flor en el airey en esa flor de aire sostener su vuelo?
57Muerte y levitacin de la ballena
Episodio con jazmn
a R. M. a la blancura de sus silencios
Blanco mandala trazado segn las leves simetras del olor
El fulgor de su centro
La abejaque revuela y se detiene en el aireconoce el secretoy en su zumbido nos lo calla
58 Rmulo Bustos Aguirre
Uroboros
Siempre ha estado ahAun cuando pareciera no estar o estar en otra parte
Es el esperador
Todo su ser es esperaResplandor de espera Temor y temblor de espera
A ti corresponde construir la torre, horadar el abismo
Eres el esperado
Esperador y esperado
Entre los dos llamea un ngel
El ngel porta tres agujasy una pieza de tela muy fina
Con la primera aguja teje con la segunda destejecon la tercera anuda
Esperado y esperador: doble rostro de la Nada
59Muerte y levitacin de la ballena
Evocando a G. Bateson
La delicada estructura formada por un nio que juega un cangrejo agazapado en su hueco y el tercer ptalo de la indecible voz de un crisantemo en el jarrn sobre el aparador. O la configurada por las sutiles redes de relaciones entre ese mismo nio, el vuelo sbito de un pjaro toche emergido entre los matorrales y la blan-cura de ese mismo ptalo. O la formada por el nio antpodas, al otro lado del espejo o del ocano, una estrella de mar y un apagado asteroide de la constela-cin de Orin cuya imagen espectral an seguiremos viendo muchos aos ms tarde, cuando ya no existan el nio, el crisantemo o el pensativo cangrejo ni la mano que traza esta pgina
Todo eso en el preciso instante en que la frgil envol-tura de la flor de tu adentro acontece
El azaroso, firme tejido que sostiene lo real por ti soado
60 Rmulo Bustos Aguirre
Ilmites
En alguna fase de su galopelas cuatro patas del animal estn en el aire
Por un instante la rosa de los vientos abre su centro florece en sus cuatro ptalos y los cuatro territorios del caballo estn suspendidos por hilos de plata
En ese mnimo instante el animal es un pjaro
61Muerte y levitacin de la ballena
Aspersin ritual de la luz Que enmudezca su resplandor
Que sea inaudible su oleaje
Como la opacidad o el enigma que rodea
un muro recin edificado
del que an no se sabe su destino
de habitacin o crcel
Que se oville a los pies del transente
Que cubra con un pao todas las lmparas
y oscuramente se convierta en un pjaro
Y cante
Que selle los infinitos espejos
As, ciego
desposedo de todas las imgenes
acaso encuentres el camino de regreso a casa
62 Rmulo Bustos Aguirre
El mensajero
Ardes ciego detrs del muro
Tu voz, sin embargoParecen circuir finas gacelas, muy lentos animales de aire
Aguas de espejo caen desde ninguna partehasta ninguna parte
Tu voz, sin embargo
Ceguedad blanca
63Muerte y levitacin de la ballena
La casa
Ahora vamos a techar la casaAhora vamos a sellar o abrir su ltimo lmite Hemos cavado con firmeza sus cimientos y levantado sus cuatro costados como costillares minuciosos de un arca Hemos empotrado y claveteado cada una de sus puertas y ventanasy diestramente apuntalado la viga maestra
Todo esto lo hemos hecho siguiendo las ocultas simetras y el latido de los astros
Ahora te aguarda como su husped
Pero acaso no ha sido siempre el husped la primera piedra de la casael punto invisible desde el cual crecen sus orillas y muros?
Acaso no es la casa slo la forma vaca, reverso deseante, del husped?
Ahora ests en el centro de la casa
Y hacia cualquier lugar de la casa que dirijas tus pasosese lugar ser el centro de la casa
Ahora lo sabes, empiezas a saberlo podrs desbordarte
64 Rmulo Bustos Aguirre
o contraerte hasta el pequeo hueco de tu ombligoo caer, en vrtigo de cielo, sobre la palma de tu mano
Ahora habitas en el centro de ti
Y podrs desplazarte por tus doce puntos cardinales Y la casa ir contigo leve de objetos y memoria
Solo t Solo la casa como fluido caracol
La casafijada, abierta a tu serSombra, deriva, resplandor de ti mismo
La imaginaria casa
Este libro se termin de imprimir en el mes de septiembre de 2011 en la Unidad de Artes Grficas,
Facultad de HumanidadesUniversidad del Valle
Cali - Colombia
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