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E S TÉ TIC A D EL S U E Ñ O *

Glauber Rocha

E l peor enemigo del arte revolucionario es su medio

cridad. Delante de la evolución sutil de los conceptos

reformistas de la ideología revolucionaria imperial ista,

el artista debe ofrecer respuestas revolucionarias capa

ce s de no aceptar, en ninguna hipótesis, lasevasivas

propuestas. Y, lo que es másdifíci l , exige una precisa

identificación de lo que es arfe revolucionario útil al

activismo político, de lo que es arte revolucionario

lanzado a laapertura de nuevas d iscusiones, de lo que

es arte revolucionario por la izquierda e instrumentado

po r laderecha.

E n el primer caso, yo cito, como hombre de cine, el

f i lme de Fernando So lanas , argentino, La hora de los

hornos. Es un típico panfleto de informaciones, agita

ción y polémica, util izado actualmente envarias partes

de l mundo poractivistas políticos.

E n el segundo caso, tengo algunos fi lmes del Cine-

ma Novo brasileño, entre loscuales seencuentran mis

propios fi lmes.

Y porúlt imo, laobra deJ o rge Lu is Borges .

Esta clasificación revela las contradicciones de un

arte que expresa a supropio contemporáneo. Una obra

de arfe revolucionario debería no sólo actuar de modo

inmediatamente político, como también promover la

especulación fi losófica, creando unaestética del eterno

movimiento humano rumbo a su integración cósmica.

La existencia discontinua deeste arfe revolucionario en

el Tercer Mundo se debe fundamentalmente a las repre

siones del racional ismo.

La ruptura con los racional ismos co lonizadores es la

única sa l ida .

Las vanguardias del pensamiento no pueden de-

dicarse más a la tarea inútil de responder a la razón

opresiva con la razón revolucionaria. La revolución es

la antirrazón quecomun ica lastensiones y las rebeliones del más irracional de todos los fenómenos que es

la pobreza.

Ninguna estadística puede informar ladimensión de

la pobreza.

La pobreza es la carga autodestructiva máxima de

cada hombre y repercute psíquicamente de tal forma

que este pobre seconvierte en un animal de dos cabe

zas. Una es fatalista y sumisa , la razón que lo explota

c omo esclavo. La otra, en la medida en que el pobre

no puede explicar el absurdo de su propia pobreza, es

naturalmente mística. La razón dominadora cal if ica el

misticismo de i r racional ismo y lo reprime a balazos.

Para ella, todo lo que es irracional debe ser destruido,

sea la mística rel igios a, sea lamística política.

La revolución como posesión del hombre que lanza

su vida rumbo a unaidea es el másalto ánimo del mis

t ic ismo. Las revoluciones fracasan cuando esta pose

sión no estotal, cuando el hombre rebelde no se l ibera

completamente de la razón opresiva, cuando loss ignos

de la lucha no seproducen a un nivel deemoción esti

mulante y reveladora, cuando - todavía ac cionando por

la razón burg ues a- método e ideología seconfunden a

tal punto que paralizan las trans ac cio nes de la lucha. En

la medida en que ladesrrazón plantea lasrevo luciones,

la razón planea la represión.

Las revo luciones se hacen en la imprevis ib i l idad de

la práctica histórica que es la cabala del encuentro de

las fuerzas irracionales de lasmasas pobres.

La toma política del poder no impl ica el éxito revo

lucionario.

H ay que tocar, por comun ión , el punto vital de la

pobreza que es su misticismo. Este misticismo es el

único lenguaje quetrasciende el esquema racional de

opresión. La revolución es unamagia porque es el im-

previsto dentro de la razón dominadora. Debe ser una

imposib i l idad decomprensión para larazón dominado

ra, de tal forma queel la misma se niegue y se devore

ante su imposib i l idad decomprender.

E l irracionalismo l iberador es el arma másfuertedel

revo lucionario . Y la liberación, incluso en los encuen-

tros de la violencia provocada por el sistema, significa

siempre negar la violencia en nombre de una comuni-

dad fundada por el sentido del amor ilimitado entre loshombres.

E ste amor nada tiene que vercon el humanismo tra

dic ional , s ímbo lo de la buena conciencia dominadora.

Las raíces indias y negras delpueblo latinoamerica

no deben ser comprend idas como la única fuerza de-

sarro l lada deeste continente. Nuestras clases media y

burguesa son caricaturas decadentes de las soc iedades

colonizadoras.

46 Glauber RochaIdel hambre al sueño

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L a cultura popular no es lo que se l lama técnicamen-

te folclore, sino el lenguaje popular de la permanente

rebelión histórica.

E l encuentro de los revolucionarios desl igados de la

razón burguesa con las estructuras más significativas

de esta cultura popular será laprimera configuración de

un nuevo signo revolucionario.

E l sueño es el único derecho que no se puede pro-

hibir. La Estética del hambre era la medida de mi com -

prensión racional de la pobreza en 1965.

H oy me niego a hablar de cualquier estética. La ple-

na vivencia no puede sujetarse a conceptos filosóficos.

E l arte revolucionario debe ser una magia capaz de em

brujar al hombre a tal punto que él no soporte más vivir

en esta realidad absurda.

Borges , superando esta realidad, escribió las más

l iberadoras irrealidades de nuestro tiempo.

Su Estética es la del Sueño. Pa r a mí, es una i lumina-

ción espiritual que contribuye a dilatar mi sensib i l idad

afroindia en la dirección de los mitos originales de mi

raza. Esta raza, pobre y aparentemente sin destino, ela-

bora en la mística su momento de libertad.

L os dioses afro indios negaron la mística colonizado-

ra del cato l ic ismo, que es brujería de la represión y de

la redención de los ricos.

N o justifico ni expl ico mi sueño, porque él nace de

una intimidad cada vez mayor con el tema de mis fil-

mes, sentido natural de mi vida .

* C onferencia leída en Columbia University - New York, Enero. 1971. Publicada en español porla revista La Caja. n° 4, juno-juliode 1993, y reproducida porKilómetro 111, n° 2, septiembre

de 2001.

E n lapresentación oral, Glauber Rocha introdujoel textoEstética del sueño con las siguientes

palabras: "E n el "Seminario del Tercer Mundo ", realizado en Genova, Italia, 1965, presenté en

relación con el Cinema Novo brasileño, Estética delhambre. Esta comunicación situaba al artista

del Tercer Mundo frentealas potencias colonizadoras: sólo una estética de la violencia podría

integrar un s ignificado revolucionario en nuestras luchas de liberación. Decía que nuestra pobre-

za era comprendida pero nunca sentida por los observadores coloniales. 1968 fue el año de las

rebeliones de la juventud. E l mayo francés aconteció en elmomento en que los estudiantes e

intelectuales brasileños manifestaoan enBrasil su protesta contra el régimen mlitar de 1964.

Terra em Transe. 1966, un manifiesto práctico de la Estética del hambre, sufrió en el Brasil críti-

cas intolerantes de derecha yde los grupos sectarios de izquierda. Entre la represión interna y

la repercusión internacional aprendí la mejor lección: e l artista debe mantener su libertad frente

a cualquier circunstancia. Solamente así estaremos libres de un tipomuy original de empobre-

cimiento: la oficialización que los países subdesarrollados acostumbran realizar de sus mejores

artistas. Este congreso en Columbia es otra oportunidad que tengo para desarrollar algunas ideas

con respecto a artey revolución.

El tema de la pobreza está ligado a esto. Las ciencias sociales informan estadísticas ypermiteninterpretaciones sobre la pobreza. Las conclusiones de los informes de los sistemas capitalistas

enfrentan al hombre pobre como objetoque debe ser alimentado. E n los países socialistas, ob-

servamos la permanente polémica entre los profetas de la revolución totaly los burócratas que

tratanal hombre como objetoa ser masificado. La mayoría de los profetas de la revolución total

está compuesta por artistas. Son personas que tienen una aproximación más sensitiva ymenos

intelectual a las masas pobres. Arte revolucionario fue la palabra de orden enel Tercer Mundo

en los años 60 ycontinuará siéndolo en esta década. Creo, entonces, que la transformación de

muchas condiciones políticas ymentales exige un desarrollo continuo de los conceptos de arte

revolucionario. Primeridadque muchas veces se confunde con los manifiestos ideológicos".

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