Gato GordoMira lo que se avecina a
la vuelta de la esqui-na viene Diego rumbean-do, con la luna en las pupi-las y su traje agua marina van restos de contraban-do, y dónde más no cabe un alma allí mete a darse caña poseído por el ritmo ragatanga y el dj que lo co-noce toca el himno de las doce, para Diego la canción más deseada, y la baila, y la goza, y la canta. Aserejé ja de je de jebe tu de jebere seibiu-nouva majavi
an de bugui an de güi-
didípi Asere-jé ja de je de jebe tu de je-bere seibiu-nouva ajavi
an de bugui an de güi-
didípi Aserejé ja de je de jebe tu de jebere
seibiunouva ajavi
an de bugui an de güi-didípi. No es cosa
de brujería que lo en-cuentre to los días
por donde voy caminan-do. Diego tiene chule-
ría y ese punto de alegría raftafari afrogitano y dón-de más no cabe un alma allí mete a darse caña po-seído por el ritmo ragatan-ga y el dj que lo cono-
ce toca el
Ga
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pre
ca
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ie.
Aclaración pública
La Dirección de la revista quiere informar que nuestro medio de comunicación NUNCA ha trabajado ni trabajará como una de las “sociedades espejo” que usa la Universidad Andés Bello para lucrar con sus alumnos y por consecuencia incumplir la ley, como in-formó la investigación de la Cámara de Diputados.
Por lo tanto desmentimos los rumores surgidos la semana pasada respecto a este punto, que nos involucraba directamente con el encubrimiento del lucro en los planteles universitarios.
Gato Gordo
Gato Gordo
Claudio decía que no le gustaban las fotografías.
La mamá de
Click
ESCRITOR SIN EXPERIENCIA
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Dos “me gusta” y a la papa.
Yapo, inventemos palabras nuevas.
Gato Gordo
Como yo no estoy ni comprometido ni casa-do, ni nada y usted no está ni comprometida ni casada ni nada ¿por qué no charlar un ra-tito?, eh, para no sen-tirnos tan solos. Ah. Como ando también, libre solterito con apu-ro y sin suerte y usted,
también libre solterita, agraciada y sin nadie ¿por qué no pasear un poquito?, eh, deba-jo este cielo tan lindo.
Busco compañera y yo le ofrezco, digo, yo no sé si usted querrá, compartir las horas de mi vida juntos ya no habrá más soledad.
Leopoldo Dante Tévez
Solterito
Punto de vista ●
Desde el punto de vista cotidiano, sí, me gusta.
Desde el orgánico se me hace saludable
que así sea.
Para la religión es pecaminoso, y para mis padres, silencioso.
Cuando te vi desde el punto de vista real comprendí un poco más
de racionalidad, pero cuando aprendí de la teoría supe que ya había escritos sobre
nosotros.
Sí, me gusta. Desde el punto de vista cotidiano. No es atracción sino complicidad.
Es entusiasmo
MISTER MANDARINO
Gato Gordo
Esta semana se apunta a quienes forzaron y no evi-taron una de las matanzas de nuestra historia, estos son el Presidente de Chile en 1969, Eduardo Frei Mon-talva, y al ministro del Interior Edmundo Pérez Zu-jovic, los cuales habrían dado la orden de desalojar Pampa Irigoin, en Puerto Montt, después que un gru-po de pobladores se tomaron un terreno en ese lugar. Esto con el fin de obtener una expropiación legal por demostrar que la tierra no estaba siendo usada.
En un comienzo la toma fue pacífica y bien organi-zada por partes de los puertomontinos, pero tras días de distante espera, Carabineros ingresó al terreno violentamente, después de que llegase la orden desde Santiago.
Carabineros ingresó a la toma, y el enfrentamiento con los pobladores dejó como resultado la muerte de diez pobladores, entre ellos un menor de 9 meses pro-ducto del uso de gases lacrimógenos.
En defintiva un hecho que no solo dejó un saldo de 10 muer- tos en el Sur, sino que también motivó el ase- si-nato en 1971 de Pérez Zujovic como represalia por su actuar opresivo.
Matanza
Gato Gordo
El comunismo empieza por casa.
Quinta Normal. Chile. 2012
A suerte mía no soy usuaria del famoso Transantiago y tran-sito en micros interur-banas, a la antigua, con chóferes que pa-ran en cualquier lado, que pagan boletos, responden a pregun-tas estúpidas y espe-ran que la señora de trasero enorme suba con tranquilidad; ha-cen tantas cosas a la vez estos sujetos, que desconcierta mi pen-sar. En mis oídos The Doors y de fondo Ar-jona; un
clima de lluvia y desde la calle olor a fritura. Mientras observaba a este súper héroe entre la congestión, noté que uno de los tornillos de su cabeza estaba por salir, con el fin de ayu-dar busqué en mi car-tera un destornillador, ¡rayos! andaba con la cartera pequeña y solo encontré un tenedor, me acerqué con cau-tela...
De los pa-sajeros his-toria, del
chofer una sonrisa.
Viaje a casa RIZEDERISA
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Gato Gordo
“Creo que hay que saber escuchar a los estudiantes y yo prefiero mil veces ver a los secundarios levantar-se por la mala educación que nos condena a la des-igualdad y la injusticia, que verlos indiferentes a lo que ocurre en nuestro país.
Llegó el momento de en-frentar la verdad y no solo hacer discursos e inaugu-raciones, porque tal como está, el sistema educacional chileno se ha convertido en una máquina de desigual-dades, por lo que llegó la hora de hacer cirugía ma-yor”.
Sebastían Piñera.
3 de Junio de 2006
Usuario. ContraseñaUn paso hacia la deshumanización.InicioHistorias recientes primeroTrabajo de espíaConvertirse en la vecina metiche."amigos"Tururú.- Hola- Ahora no.Perfil. 3 notificaciones.- Me importa un huevo.¿Qué estás pensando?déjame en paz.Solicitudes de amistad.Pendientes.de nuevo "amigos"Ser parte de esto.No vivir. Derrochar.Salir a caminar.Salir a vivir.Me gusta.Ya no me gusta.
Déjate caer
CA
TA
LIN
A P
IAN
OLA
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Gato Gordo
Me dejó recorrerla completa, pero no me
dijo su nombre. Me enseñó la
planificación de su entrepierna, pero nunca
habló de más. Me explicó
dónde termina su placer y comienza el trabajo.
Fue pedagógica y descriptiva,
pero nunca comentó cómo volvería a su casa.
Llevamos años en el mismo proceso,
pero todavía no he visto más allá del maquillaje y
sus lentes de contacto. Dice
que esta semana se jubilará, y aún no logro
sacarle una sonrisa verdadera.
Dice
ESC
RIT
OR
SIN
EX
PE
RIE
NC
IA
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Gato Gordo
Si las letras se han puesto de acuerdo en tu cabeza, y tu mano las ha considerado, envía tus escritos a [email protected]
Si yo caigo, caes tú, Lucksic.
Eres mucho más sutil cuando estás sin ropa.
Y si Gaddaffi no...eso, tú cachaí.
Y llega el momento en la vida de todo hom-bre en que se da cuenta de que no está pen-
sando en nada.
LA L
UCH
A D
E CL
ASE
S