Juan Schilling
Reporteros en tiempos de catástrofe
Ediciones Medio a Medio
Dedicatoria
A Cory, la reportera
Explicación
Por lo general, es innecesaria cualquier explicación de una dedicatoria, ya que se trata de un espacio enteramente libre y subjetivo que incluso puede no existir. Sin embargo, esta dedicatoria, significativa para los objetivos del texto, nos obliga a decir lo siguiente.
Cory, Corina Garrido Fuentealba, Directora de Radio Espacios, es recordada no solo por haber sido el soporte de toda la actividad de su radio comunitaria, sino también como reportera. Ella andaba siempre con su grabadora de casetes, sacándole declaraciones a todo el mundo.
Esforzada como era, asistía con frecuencia a las reuniones del Concejo Municipal de Concepción, siguiendo con atención todas las decisiones que ahí se tomaban y que, para bien o para mal, afectan a la ciudad.
No exagero al decir que ella tenía lo que hay que tener para ser un buen reportero o reportera. No me refiero a cualidades de superhéroe sino a esa característica extraordinaria de la paciencia y la perseverancia, porque no siempre las reuniones del Concejo Municipal son entretenidas, la mayoría de las veces no lo son y, sin embargo, ahí estaba ella haciendo el trabajo que había que hacer. Su fuerte vocación de comunicadora la hizo convertir su oficio de reportera no remunerada en instrumento para controlar a quienes ejercen el poder político en el ámbito local.
Falta nos hace que estuviera ahora entre nosotros, para investigar temas escandalosos como las excesivas horas extraordinarias que han cobrado un reducido grupo de funcionarios predilectos de la Alcaldía de Concepción o la desaparición de la carpeta del Edificio Alto Río de la Dirección de Obras Municipales o cuando el sumario instruido para ocultar lo ocurrido, se cierra sin resultados.
Cory fomentó el desarrollo de reporteros en su radio a través de talleres dictados por estudiantes de periodismo, dirigidos especialmente a los más jóvenes, gestionando diversos financiamientos a través de proyectos, con este objetivo.
Su desaparición el 27 de abril de 2010, víctima de un cáncer fulminante que creemos fue agravado por las consecuencias del 27F, ha dejado un vacío el cual esperamos que los jóvenes a quienes ella ayudó a formar, con el tiempo lograrán llenar.
Reporteros en tiempos de catástrofe
Introducción
La base de este texto fue preparada como una ponencia para un seminario organizado por el Centro de Alumnos de Periodismo de la Universidad de Concepción. El seminario no llegó a realizarse, pero quedó un texto que me pareció oportuno desarrollar un poco más y compartir estas ideas no solo con estudiantes universitarios, sino también con reporteros ciudadanos que han asumido la tarea de informar a sus comunidades desde medios propios de las organizaciones sociales.
El texto original hablaba de tiempos de crisis, pero como tengo la sensación que las más de 6 décadas vividas han sido un solo gran período de crisis, he preferido usar la palabra catástrofe y sus sinónimos, para referirme a esas coyunturas más o menos cortas donde todo está en juego, a veces hasta la vida de muchos y por cierto también la de los propios reporteros.
El trabajo de los comunicadores se desarrollará muy intensamente en tiempos de desastre, por lo
cual en todas las Escuelas de Periodismo debiera existir una advertencia cómo las que aparecen en los paquetes de cigarrillos, es decir en algún lugar destacado de su escuela debiera haber un letrero que diga: “Reportear es una actividad peligrosa para la salud de quien la realice”. También valdría la pena poner alguna advertencia similar en los muros tapizados de afiches de los medios comunitarios que a pesar de su permanente falta de recursos se esfuerzan por hacer periodismo informativo.
Sin duda, cualquier advertencia sería tan inútil como la de los cigarrillos y estoy seguro que no desanimaría a ninguno de ustedes y probablemente le agregaría ese gustito amargo de la adrenalina que los jóvenes tanto apetecen. Yo mismo que estudié periodismo después de los treinta, es decir ya era de los no tan jóvenes, creo haber soñado con cubrir alguna buena guerra como las de entonces. Nada de eso ocurrió porque me gradué cuando tenía casi cuarenta, y según Arturo Pérez-‐Reverte: “a partir de los cuarenta, en este oficio te vuelves condenadamente viejo” (1). De hecho, Pérez-‐Reverte, consecuente con sus dichos. abandonó el oficio de reportero a los 44
años y de ahí en adelante se dedicó exclusivamente a la literatura.
En el año 2010, sangriento Año del Tigre para los chinos, hubo 373 catástrofes (2) naturales importantes, más de una diaria, con un saldo de 296.800 muertos lo que lo convierte en uno de los años más terribles en este aspecto. Las cifras son tan altas que uno tiende a desconfiar de ellas porque suenan increíbles, sin embargo la fuente parece ser completamente fiable, se trata de un estudio realizado por la Universidad Católica de Lovaina, entidad fundada en 1425. Pero estas cifras globales son solo una fría estadística, el trabajo del reportero es revelar las incontables historias que hay en cada uno de estos desastres.
Al contar alguna de estas historias debemos identificar por su nombre a los protagonistas, aunque sean personas sencillas como nosotros y su identidad no parezca relevante, por eso me pareció muy extraño leer un texto de Ernest Hemingway sobre el terremoto de Japón de 1923 que comienza así:
Este relato carece de nombres.
Los personajes son un reportero y una joven reportera, una bella muchacha con quimono japonés y su madre (3)
Al leer el texto completo entendí que el reportero tenía razón. La madre de la bella muchacha con quimono japonés había establecido la condición de que no se mencionaran los nombres, para responder a sus preguntas. Es posible encontrar personas que tengan pudor de ser nombradas y es correcto respetar su deseo, además esto había sido un compromiso contraído y el reportero Hemingway debía honrarlo, tal como lo hizo. Al visitar Dichato a los pocos días del 27F nos encontramos con una forma parecida de pudor: los dichatinos no querían ser fotografiados y tuvimos que respetar su deseo, aunque nuestras cámaras no entendieran porque no retratábamos personas y solo fotografiábamos la desolación de un pueblo arrasado por el mar. Si me permiten seguir mostrando cifras duras, diré que en 2010 los periodistas muertos por ejercer este oficio llegaron a 101 según el Instituto Internacional de la Prensa (IPI) con lo que 2010 se
convierte en el segundo año más sangriento para el gremio. 2009 con 110 periodistas muertos ha sido el peor desde que el IPI empezó a llevar esta trágica contabilidad a principios de los noventa (4).
Y, como el mundo no para de girar, en los primeros meses de este año 2011 ya han ocurrido tragedias inmensas como el terremoto, tsunami y crisis nuclear de Japón, lo que reafirma nuestra convicción de seguir adelante en este tema. Para poder sacar conclusiones útiles para el trabajo comunicacional, revisaremos algunas situaciones límite y el papel que jugaron en ellas ciertos reporteros.
Debo advertirles que en el breve texto que viene a continuación encontrarán muchas citas, para justificarlo usaré una cita de Ryszard Kapuscinski el reportero más grande del siglo XX:
Como soy un gran partidario de las citas, creo muy digna de atención la observación de Walter Benjamin de que el libro de las citas sería el más perfecto de los libros. (…) Al citar importantes y fascinantes reflexiones de otros no sólo enriquecemos nuestro texto sino que también lo dotamos
de plasticidad. Gracias a las citas nuestro libro se convierte en una especie de obra colectiva. (5)
Se trata justamente de eso y también de cierta modestia que nos lleva a no intentar decir con nuestras palabras lo que algunos maestros ya han dicho. También esperamos que éstas sirvan de incentivo a los lectores para acercarse a los textos citados y a sus autores de quienes tenemos mucho que aprender.
El Incendio de la Termoeléctrica de Tacoa
En Venezuela, el domingo 19 de diciembre de 1982 sucedió un hecho que me impactó mucho justo en el momento que había empezado a estudiar periodismo. Este fue un incendio en la Central Termoeléctrica de Tacoa en la localidad de Arrecifes en el Litoral Central relativamente cerca de Caracas. Allí murieron 154 personas según la información oficial, aunque la cifra real puede ser mayor, fenómeno matemático que ocurre con frecuencia y que en este caso es legítimo suponer porque muchos curiosos se acercaron a ver el incendio que se encontraba “bajo control” según la empresa y las autoridades civiles y militares. Yo
mismo me encontraba en otro punto del litoral desde donde se podía observar un humo negro como de un millón de neumáticos ardiendo. Sin embargo, no corría riesgo alguno porque estaba a varios kilómetros de distancia y no tuve intenciones de acercarme.
“Todo está controlado” informó el mayor de bomberos Mario Francisco Vegas. Se levantaron las medidas de seguridad, se suspendieron las labores de evacuación de la población y el escenario se llenó de curiosos, vecinos del sector, obreros portuarios, marginales, indocumentados, bañistas atraídos por la densa columna de humo negro que se elevaba frente al mar Caribe, quienes trataban de acercarse incluso más allá de donde lo permitía el calor de las llamas, escudriñando los escombros con esa mezcla de ingenuidad y candor que caracteriza a los seres humanos inocentes. (6)
Ese es el relato que hace el periodista chileno Miroslav Popic en su tesis para graduarse de periodista en Venezuela, aunque en Chile ya había
sido director del diario Puro Chile. Esta tesis fue publicada con el título “Morir en Tacoa”.
Lo cierto es que justamente cuando estaba todo bajo control se produjo un boilover. Por ebullición del agua que contiene un tanque de petróleo, cada litro de agua se transforma en mil seiscientos litros de vapor, la presión aumenta y Bummm. Así voló el tanque Nº 9. Ahí fallecieron 10 periodistas y trabajadores de la información (camarógrafos, fotógrafos y choferes de diversos medios), el Presidente de la República Luis Herrera Campins dijo consternado “esto hay que investigarlo realmente a fondo” se formó una comisión investigadora que incluyó a bomberos, detectives, policías, militares y autoridades políticas, pero no incluyó a ningún periodista, a pesar de los reiterados reclamos del Colegio de Periodistas de Venezuela y del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de ese país.
Gilberto Alcalá, Presidente del Colegio de Periodistas de Venezuela, declaró: Es obligante para el Colegio la integración en esa comisión porque ha aportado una gran cuota de vidas humanas en la
tragedia, y porque nosotros, como periodistas, estamos obligados a buscar la verdad. Para tal efecto debemos utilizar todos los instrumentos técnicos y científicos posibles, pues nuestro único compromiso es con la verdad, con el pueblo y con la historia. (7)
Afortunadamente, no todos los periodistas que estaban en Tacoa entregaron su vida. Miriam Morillo, una periodista de Últimas Noticias sobrevivió al incendio y pudo contar su experiencia a Miro Popic: … la única forma de subir era por una cuerda. “No tengas miedo, nosotros te ayudamos a subir”, le dijeron los bomberos. En esos momentos –recuerda Miriam– desistí de la idea. Veía el tanque del que salían muy pocas llamas, pero sí una densa capa de humo negro, además el calor era insoportable. Todos se burlaron de mí y me llamaron cobarde. Bajé entonces con Domingo, el chofer, y cuando lo hacíamos el viento empezó a silbar. Parecía que una tempestad se iba a desatar de un momento
a otro. “bajemos rápido -‐le dije a Domingo-‐ parece que esto fuera a estallar”. Al llegar a los camiones cisterna, el teniente que dejara momentos antes comenzó a reírse al ver que no había subido. Le dije que él podía darme la información que necesitaba y accedió, mientras llamó a otro bombero para que nos preparara unos sandwichs. Libreta en mano comencé a anotar. De repente el teniente lanzó un grito: ”¡Corran que ahí viene!” Cielo y tierra se estremecieron y al volver la vista atrás quedé paralizada. El fuego lo cubría todo, no se veía un solo ser humano, parecía que hasta el cielo también se hubiera vuelto en llamas. Entonces no hubo más que muerte. Tacoa se transformó en volcán, en terremoto, en Hiroshima, en un castigo alucinante, en napalm, en devastación y ruina más que en cien guerras, en impotencia y rabia, en tormento y tristeza, en lástima y perdón, en fin en la cosa más terrible de la tierra y de los cielos, en la que el único alivio fue morir abrazados entre las llamas... (8)
Este testimonio sirve para destacar algo que se necesita en nuestro oficio y que es la intuición que parece ser más abundante en el cerebro femenino, pero que no está ausente en el masculino, solo que hay que aprender a escucharla.
A Miriam Morillo la favoreció el hecho de ser mujer no solo por la intuición, ella no tuvo miedo de tener miedo y no le importó mucho que otros pensaran que era cobarde, pero un reportero varón quizás se hubiera trepado al tanque de la muerte, desoyendo la voz del sentido común, para no ser objeto de burlas por haber retrocedido ante el peligro. Es decir haría lo que los demás esperan de él.
Esto no quiere decir que las mujeres estén a salvo en este oficio, de hecho entre las 10 víctimas fatales del gremio se encuentra María Adela Russa de Fernández periodista de Venezolana de Televisión que cubría las fuentes políticas, pero ese día estaba de guardia y le tocó ir a Tacoa, le tocó morir en Tacoa.
Para cerrar este episodio, hay que decir que la Comisión Investigadora se demoró un año en entregar un resumen de su informe final en el cual
no se aclara nada, sobre todo en cuanto a las responsabilidades de la empresa “C. A. La Electricidad de Caracas” y en realidad dicha comisión nunca se planteó llevar hasta las últimas consecuencias el compromiso presidencial de que había que investigar realmente a fondo.
No es casual que hable de algo tan remoto. He tomado a propósito un hecho lejano geográficamente y en el tiempo porque resulta más fácil sacar de él algunas conclusiones las cuales podemos generalizar sin que nadie se sienta tan directamente aludido.
Todo bajo control
Cuando escuchemos que todo está bajo control cuidemos nuestras vidas, esas son las palabras mágicas para calmar a la población. A la autoridad le interesa mucho más llevar tranquilidad a la gente que informarla verazmente.
Aquí hay un punto de tensión que siempre diferenciará a la autoridad de los periodistas. Para la autoridad la información genera determinados efectos sobre la población y su preocupación pasa primero por mantener a los afectados en calma, aunque para eso, casi siempre, tenga que
mantener la información acallada. De hecho la autoridad cuida con mucho celo la confidencialidad de la información con la cual toma sus decisiones e incluso muchas decisiones que afectan la vida de las personas jamás son comunicadas. Esta táctica para lograr la tranquilidad de los habitantes es muy errónea y, por supuesto no logra su objetivo, sin embargo la autoridad insiste en tomar ese camino en Chile, en Venezuela o en Japón y siempre los hechos son más porfiados. Además es absurdo creer que es posible estar tranquilo en medio de una catástrofe. Nuestro organismo libera adrenalina, nuestro ritmo cardiaco se acelera y todo eso ayuda a que seamos capaces de responder mejor a los requerimientos de la emergencia, lo que sería dañino es que se desate el pánico y el descontrol. La información es la razón de ser de nuestro oficio y no es obligación nuestra que la población mantenga la calma, sino que esté bien informada. Por supuesto, no se trata de generar pánico, pero si las cosas están mal, es mejor saberlo en forma exacta, para poder actuar correctamente.
Investigar a fondo
Vamos a investigar a fondo también es otra frase de la que debemos desconfiar por instinto, a la autoridad no le interesa investigar porque por lo general protege los intereses de las empresas involucradas o a veces trata de esconder los errores de sus propios funcionarios de alta investidura (los de baja pueden pagar los platos rotos). La autoridad prefiere ocultar la basura debajo de la alfombra.
De esta tensión surge lo que se llaman filtraciones y que tantos nos gustan a todos. Creo que la mayoría somos hinchas de las filtraciones por lo cual se ha hecho tan popular WikiLeaks. Por su parte, la autoridad se esfuerza, a veces con recursos ilegales, para que las cosas no se conozcan. Es bastante común que se desaparezcan documentos en los juzgados y oficinas públicas. En Concepción se encuentra desaparecida de la Dirección de Obras Municipales una carpeta con información clave sobre el edificio Alto Río, el único que se derrumbó completamente el mismo 27 de febrero de 2010, provocando la muerte de 8 personas y el sumario interno realizado por
funcionarios subordinados a la autoridad municipal terminó sin arrojar luces sobre la desaparición de esos documentos clave. Pero ya me estoy metiendo en problemas que es justo lo que no quería…
El Caracazo Mejor volvamos a Venezuela para ilustrar este lugar común, el todo bajo control, en que cae con frecuencia la autoridad, el 27 de febrero de 1989, cuando aún vivía en Venezuela, sucedió lo que se conoce como “El Caracazo”. El 16 de febrero, el presidente Carlos Andrés Pérez había anunciado una serie de medidas de ajuste económico para refinanciar la deuda externa a través del Fondo Monetario Internacional, FMI. El 27 se inició el ajuste: subió bruscamente el precio de la gasolina, con lo cual también subió el precio de los pasajes y como si alguien hubiera dado una orden todo se paralizó y comenzó una increíble ola de saqueos, en la tarde de ese día, la situación ya era de caos total, porque hasta la Policía Metropolitana que estaba en huelga se entusiasmó saqueando. Esa noche, por cadena nacional apareció el Ministro del Interior leyendo un comunicado que decía que
la situación era de calma y todo estaba bajo control. No recuerdo sus palabras exactas, pero estoy seguro que debe haber empleado la consabida fórmula de todo bajo control. Un par de minutos después, el Ministro se puso verde y empezó a sufrir un yeyo (así se dice en Venezuela a los desmayos) y salió de pantalla, sin haber terminado de leer el comunicado. La cámara permaneció largo tiempo enfocada sobre el sillón vacío acompañado solamente por los símbolos de la república entregando un mensaje totalmente opuesto al que quiso dar el Ministro: Venezuela se encontraba sin gobierno en ese momento. Desconfiemos al escuchar que todo está bajo control. Pongámonos alertas y vamos a investigar qué es lo que la autoridad trata de ocultar, en un esfuerzo inútil, porque casi siempre la verdad termina desbordándose desnuda y de cuerpo entero, dejando en ridículo a quienes intentan cubrirla y esconderla tras un biombo de palabras. Tsunamis falsos y verdaderos Es inevitable referirnos también a lo que ha sucedido en nuestro país. Comparemos algunos
aspectos de lo sucedido durante el falso tsunami de 2008 y el verdadero del 27F. En el falso tsunami, la autoridad salió a desmentir el rumor en forma muy tardía y poco eficiente, como a las 2 de la mañana, es decir mucho después que Talcahuano, San Pedro y gran parte de Concepción habían sido evacuados espontáneamente y en medio de un gran caos vehicular que dejó una víctima fatal, una vecina de Lomas Coloradas que intentando huir sufrió un infarto y falleció. Los medios de comunicación fueron bastante cautelosos, ninguno alarmó a la población, pero tampoco desmintieron el rumor tempranamente.
En el verdadero, desgraciadamente sucedió todo lo contrario. El Intendente Toha salió prontamente a desmentir la posibilidad de tsunami, lo cual fue transmitido por Radio Bío-‐Bío, y si nosotros en las radios comunitarias hubiésemos estado en condiciones de transmitir también hubiéramos hecho lo mismo. En momentos como esos nadie filtra ni cuestiona las afirmaciones de la autoridad, aunque el rigor periodístico debiera llevarnos a hacerlo, sobre todo cuando el sentido común nos dice que es mejor que la gente se aleje de la costa
y se refugie en zonas altas, después de un terremoto de los grandes.
En las horas siguientes al terremoto y tsunami la presidenta Bachelet era vista y escuchada por la televisión en todo el mundo, pero no en las zonas afectadas por el terremoto, donde no había energía eléctrica, los receptores de TV a pilas no están masificados en Chile. Si hubiera habido un sistema de radiodifusión estatal de alcance nacional podríamos haberla escuchado. Si esto hubiera sido útil o no, es otro tema.
Investigar a fondo Así como el presidente Herrera Campins de Venezuela prometió investigar a fondo el incendio de Tacoa y no logró llegar a ninguna conclusión útil, es usual que después de una crisis exista una investigación realizada desde la autoridad ya sea ésta política o judicial. Desgraciadamente, también es usual que no se alcance ningún resultado. Sin embargo, los reporteros debiéramos considerar los informes de esas investigaciones como fuentes importantes. No hay que subvalorar esta fuente. Los informes leídos con cuidado y entre líneas pueden arrojar información valiosa. Mentir es un
arte muy complicado y la verdad puede escaparse de la red de mentiras que suele tejer una comisión. En el caso del falso tsunami hubo una investigación judicial que buscaba culpables de lo que sucedió. Entre otros se trató de responsabilizar a Radio Espontánea de la Costa de Boca Sur Viejo, la cual no estaba al aire y quienes podrían haber transmitido en ese momento estaban arrancando, pero todo terminó con la conclusión de que el rumor había partido de la Base Naval de Isla Quiriquina. Ahí se detuvo la investigación, porque quienes la realizaban se declararon incompetentes para investigar a los marinos. Desgraciadamente, solo se buscaban responsables y se perdió una oportunidad de haber sacado conclusiones que podrían haber sido útiles el 27F.
Aquí la autoridad parece haber creído en una especie de teoría de la conspiración, pero al revés, ya que en todas las teorías de la conspiración los que podrían confabularse son quienes tienen acceso a distintas formas de poder, en este caso se sospechaba que alguien lanzó el rumor para crear caos con oscuros propósitos.
Volviendo al Caracazo, el 27F venezolano, COFAVIC (Comité de Familiares de Víctimas) ha documentado 470 casos de muertos y desaparecidos durante los sucesos posteriores sobre todo durante el 1 y el 23 de marzo de 1989, período en que el gobierno decretó la suspensión de garantías constitucionales. Las víctimas que no obtuvieron justicia de los tribunales venezolanos recurrieron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos instancia que investigó y emitió una sentencia en la que se reconoce lo que sigue:
… los sucesos de febrero y marzo de 1989, según cifras oficiales, dejaron un saldo de 276 muertos, numerosos lesionados, varios desaparecidos y cuantiosas pérdidas materiales. Esa cifra inicial fue desvirtuada por la posterior aparición de fosas comunes. La abrumadora mayoría de las muertes fue ocasionada por disparos indiscriminados realizados por agentes del Estado venezolano o fueron el resultado de ejecuciones extrajudiciales… (9)
En una sentencia anterior de la misma corte se decía:
… el control de la situación se encomendó a fuerzas militares, para lo cual se trajeron
del interior del país, aproximadamente nueve mil efectivos. Dichas fuerzas militares estaban integradas por jóvenes de 17 y 18 años reclutados en febrero de 1989. De declaraciones de altos oficiales del Ejército, de Exministros de Estado y del Expresidente de la República, se desprende que las fuerzas armadas no estaban preparadas para asumir el control del orden público y los jóvenes que se enviaron, por su juventud e inexperiencia, constituían un peligro para la vida e integridad física de las personas… dichos jóvenes fueron equipados con armas de asalto (FAL o Fusil Automático Ligero, 7.62mm) para controlar la población civil y vehículos blindados AMX-13. (10)
Estos sucesos criminales sucedieron a principios de la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez quien no alcanzó a culminar su período, destituido por ladrón, o mejor dicho por malversación de fondos públicos, y no por los crímenes del Caracazo.
Esto nos muestra la necesidad de realizar investigaciones independientes en las que los reporteros deberíamos jugar un papel importante. En el caso del incendio de la termoeléctrica de Tacoa. El Colegio de Periodistas de Venezuela
denunció las debilidades de la investigación gubernamental, pero no hubo una investigación paralela a la oficial, salvo la del citado libro “Morir en Tacoa”.
Los medios comunitarios y las catástrofes En los medios comunitarios se tiende a asumir responsabilidades de solidaridad y ayuda a la comunidad por sobre su rol informativo, esto se debe a la débil presencia de periodistas en los mismos, aunque hay algunos y también hay estudiantes de periodismo haciendo pasantías y trabajo voluntario. Durante la gran inundación que afectó a Concepción en 2007, la cual dejó al sector Nonguén literalmente bajo el agua, Radio Nonguén que se encuentra ubicada en una zona alta no sufrió daños por el agua y sirvió como centro de coordinación entre las autoridades y la comunidad, también fue lugar de acopio y distribución de mediaguas, carbón, parafina, alimentos y ropa. Por supuesto la radio informaba de todo esto, pero más como un servicio a los vecinos que como un trabajo periodístico.
El Año del Tigre empezó en Concepción con una emergencia que, ahora nos parece pequeña en la perspectiva de lo que vino después, me refiero al incendio de la Vega Monumental muy cercana a Radio Lorenzo Arenas, por lo cual dicha radio informó ampliamente del suceso y realizó entrevistas a los afectados quienes en su mayoría piensan que fue intencional, sin embargo aquí no hubo ninguna investigación especial, salvo lo que normalmente hace bomberos y la policía en un incendio, también hace falta ahí una investigación periodística independiente. Quizás ésta no se realizó primero porque era verano y después por el terremoto. Pero también porque el periodismo investigativo requiere muchísimo trabajo.
El 27F Radio Lorenzo Arenas sufrió la pérdida de la mayoría de los vidrios y todos los equipos quedaron en el suelo. En ese momento, la radio estaba sin energía eléctrica como todo Concepción y no salió al aire, sin embargo en los días siguientes se pudo organizar una reunión con autoridades y organizaciones vecinales del sector, se consiguió ayuda que consistía en almuerzos calientes entregados por JUNAEB los cuales se distribuían a los vecinos en las instalaciones de la radio.
El trabajo periodístico debió esperar hasta cuando volvió la energía y se probó el transmisor que se había caído y abollado, pero seguía funcionando, la antena no se había caído y se encontraba en buen estado. El trabajo informativo consistió principalmente en abrir los micrófonos para recoger los relatos de los vecinos que tenían necesidad de hablar, de comunicar lo que habían vivido, sus miedos y dolores. En fin, también fue un trabajo periodístico poco convencional.
En este sector, el de las radios comunitarias y el de la comunicación ciudadana, está instalado el desafío de hacer más y mejor periodismo y estoy convencido que el aporte que están haciendo los estudiantes de periodismo a través de sus prácticas y su trabajo voluntario será fundamental para lograrlo.
Catástrofes y pobreza Es fácil pensar que en una situación de catástrofe todos sufren por igual, sean estos ricos o pobres, sin embargo, esto no es real. Los pobres están siempre más desprotegidos. Los ricos que son afectados tienen mejores posibilidades de reconstruirse si han conservado la vida. Los pobres
e incluso la clase media necesitan ayuda para salir adelante y los Estados hace tiempo se han empequeñecido y no tienen la capacidad ni la voluntad de ayudar en la medida que se requiere, lo que coloca a estos sectores en una grave situación de desventaja. Por esto al reportear es muy importante tener una posición previa. En el caso de los medios comunitarios, ésta toma de posición respecto a lo que vamos a reportear debiera coincidir con la que Kapuscinski define como su mirada:
Me identifico con los «humillados y ofendidos», entre ellos me encuentro a mi mismo. Y deseo que mi voz sirva para hablar de sus intereses. Es que siempre olvidamos que vivimos en un mundo de gente hambrienta, descalza, enferma, sin perspectiva alguna. Europa, Estados Unidos y un corto etcétera no son más que islotes de relativo bienestar. A mi en cambio me interesa ese mundo que tiene vetado el acceso a la mesa puesta y llena de manjares. Lo tiene vetado ahora y lo seguirá teniendo en el futuro. La vida de esta gente, su pobreza, su humillación y su
frustración es lo que me llega más hondo… Por eso mi mirada es un tanto distinta … Sólo puedo pensar en que tres cuartas partes de la humanidad llevan una existencia tan miserable que lo único que les interesa es qué comerán al día siguiente, cuando se despierten sin divisar ninguna perspectiva de mejora. Esta es mi mirada. (11)
La voz local es la voz de los que saben Cuando ocurre algo anormal en una localidad apartada, que son muy numerosas en nuestra geografía, las autoridades, con el complejo de paternidad que tienen, y la concepción de que esos ciudadanos que habitan en un lugar alejado de Santiago o de alguna ciudad importante son seres demasiado simples para resolver alguna situación complicada, suelen acercarse en esos momentos y llevar palabras tranquilizadoras y tratan por todos los medios de dar la sensación de que no hay nada para preocuparse que ellos saben perfectamente lo que pasa y además cuentan con expertos e instrumental científico para respaldar lo que afirmen.
Nunca la autoridad se acerca a dialogar, a escuchar para conocer exactamente lo que sucede y poner los recursos del Estado a disposición de los ciudadanos.
En Chaitén, en mayo de 2008 un enjambre sísmico de no menos de 200 temblores en un par de días llevó al Intendente de la Región de los Lagos, Sergio Galilea, y al Director Regional de Onemi hasta esa localidad.
Conocemos lo que ahí sucedió por el relato realizado por Bernardo Riquelme Director de radio Chaitén y del canal de televisión local, en el Seminario Periodismo y Gestión de Riesgo de Catástrofes organizado por el Colegio de Periodistas de Concepción en julio de 2008, en esa ciudad. Según Bernardo Riquelme, el Intendente dijo sobre los sismos que alarmaban a la población: Se trata de movimientos tectónicos y se descarta completamente su origen volcánico, el día martes van a llegar los equipos para hacer mediciones y se
quedará con ustedes el Jefe Regional de Onemi para evaluar esto. Y ahora vamos a ver como está lo de la sequía…
Terminada la reunión con las autoridades el señor Riquelme va tomarse un café a casa de su suegra y mientras se lo prepara tienen un diálogo más o menos así:
- Bernardo, estos temblores parece que son del volcán.
- No suegra, yo vengo de una reunión con las autoridades y se descarta completamente que esto sea volcánico. Este es un asunto tectónico, de las placas que se mueven, usted sabe.
- Mira Bernardo, en las Termas de El Amarillo el agua está muy caliente, dicen que sale agua hirviendo como para cocer huevos y eso no es normal. Tiene que ser el volcán.
Bernardo Riquelme le respondió que si tenía razón tendrían que nombrarla Directora Nacional de ONEMI, y la discusión entre suegra y yerno quedó zanjada hasta que horas más tarde empezó a caer en forma persistente una fina ceniza que cubría todo como si estuviera nevando. No hubo cambios
en la dirección de ONEMI en esa ocasión. Carmen Fernández renunció 12 días después del 27F. Los reporteros debemos saber escuchar las palabras sabias de quienes viven en el lugar, que conocen lo normal y lo anormal en su entorno y que como cualquier persona saben relacionar variables y sacar conclusiones mucho mejor que los expertos, si estos vienen de lejos. Las autoridades confían más en los expertos y nosotros, que hemos aprendido a no creer en las autoridades, confiamos más en los que saben.
El Archivo Las catástrofes, sobre todo cuando dejan pérdidas humanas, son recordadas en su aniversario. El 27 de febrero de este año estuve en Dichato encendiendo una vela cerca del mar y estoy seguro que ese rito se seguirá repitiendo por muchos años. Ésta es una vieja costumbre que no tiene fecha de inicio, pero tengo a mano un librito publicado en Concepción en 1885 con motivo de la conmemoración de los 50 años del devastador terremoto del 20 de febrero de 1835 (12). Me
refiero a La Ciudad Mártir de Horacio Lara Marchant. No es extraña la idea de este autor penquista ya que todos los periódicos acostumbraban a poner en sus ediciones del 20 de febrero un recordatorio de la gigantesca destrucción. Entonces resulta muy obvia la necesidad de guardar todos los materiales que poseemos sobre un hecho de esta naturaleza y valernos de la tecnología disponible para tenerlos organizados para su utilización más eficaz. Crear un buen archivo de lo que hemos reporteado y los materiales reunidos es una obligación.
Editores vs reporteros Entre un editor-‐in-‐chief y sus reporteros destacados en el sitio de una catástrofe puede existir un serio punto de tensión. Tomaremos el ejemplo de una vieja revolución que ya cumplió un siglo y el relato de ese extraño escritor cuyo nombre pudo ser B. Traven, quien cuenta en su texto “Aperitivo Insólito para el General Villa” lo que sigue:
Hubo un tiempo en que creí seriamente poder llegar a ser un gran corresponsal extranjero, si se me daba una oportunidad. Escribí, por lo tanto, una elegante carta, en finísimo papel a cierto diario importante de mi tierra, detallando mis grandes habilidades y mi vastísima experiencia, para terminar solicitando, con mucha modestia, la chamba que tanto ansiaba. El editor, sin duda un hombre muy ocupado, aunque muy amable, contestó como sigue: “Mándeme reportaje sangriento, bien jugoso, al rojo vivo y si posible referente a algún episodio en que el matasiete Pancho Villa tenga el papel principal. Pero tiene que ser sensacional, candente, incendiario.” (13)
Nuestro prospecto de reportero realizó la pega y envió su texto que el creía y cualquier lector también, que cumplía con todas las directrices de su editor, sin embargo recibió la siguiente respuesta: “Su reportaje no tiene interés para nuestros lectores. Le falta jugo, sangre, y no es
movido. Peor todavía, Pancho ni siquiera toma parte activa en él. Por mi larga experiencia como editor le sugiero olvidarse de llegar a ser corresponsal extranjero. De usted atentamente, El Editor.” Seguí el honrado consejo de ese editor y me olvidé completamente de llegar a ser corresponsal extranjero para un periódico americano, y creo que esta es la razón por la cual todavía conservo mi cabeza sobre los hombros, siendo que Pancho tiempo ha que fue a su último descanso sin la suya. (14)
Este texto lo leí por primera vez en el libro “México en Cien Crónicas” donde aparecía junto a otros de insignes reporteros como John Reed y Egon Erwin Kisch y lo tomé por un hecho real, más tarde le seguí la pista al breve y sabroso texto y descubrí que originalmente aparecía en la “Canasta de Cuentos Mexicanos” de Traven, bajo el título de “Corresponsal extranjero” lo que me hizo pensar que se trataría de una narración de ficción. Esta preocupación mía haría suicidarse de la risa a Hunter S. Thompson el padre del periodismo
gonzo que justamente no se enrolla tratando de distinguir la ficción de la realidad.
A quienes no hayan leído el texto mencionado les diré que la sangre goteaba y salpicaba y si hubiéramos podido medirla ascendería a algunas decenas de litros, sin embargo no fue suficiente para su editor-‐in-‐chief. Lo que importa saber es que podríamos toparnos con un editor vampiro que quiera sangre de manera insaciable. Si necesitan la pega y tienen buen estómago, denle sangre, total en una guerra y hasta en una pequeña revuelta la sangre no escasea, pero tengan cuidado de que no sea la propia.
En los medios comunitarios y ciudadanos no debería presentarse este punto de tensión, porque estos son espacios de libertad en el cual el trabajo de los reporteros es ampliamente respetado. Lo que debiera suceder en todo medio de comunicación que quiera merecer ese nombre.
Operación masacre El año 1956, en Argentina, los periodistas Enriqueta Muñiz y Rodolfo Walsh realizaron una investigación a fondo (pero de verdad a fondo) de
una masacre increíble, el fusilamiento de un grupo de civiles durante un fallido levantamiento militar peronista, lo increíble no es el fusilamiento arbitrario de civiles, sino el hecho que varios fusilados quedaron con vida, unos heridos, otros ilesos los sobrevivientes lograron escapar. Una historia de novela que dio origen al texto de Walsh “Operación Masacre” donde nos cuenta lo que sigue: Esa es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen la mano, pero que después se me va arrugando día a día en un bolsillo porque la paseo por todo Buenos Aires y nadie me la quiere publicar, y casi ni enterarse. Es que uno llega a creer en las novelas policiales que ha leído o escrito, y piensa que una historia así, con un muerto que habla, se la van a pelear en las redacciones, piensa que está corriendo una carrera contra el tiempo, que en cualquier momento un diario grande va a mandar una docena de reporteros y fotógrafos como en las películas. En cambio se encuentra con un multitudinario esquive de bulto. …
Así que ambulo por suburbios cada vez más remotos del periodismo, hasta que al fin recalo en un sótano de Leandro Alem donde se hace una hojita gremial y encuentro un hombre que se anima. Temblando y sudando, porque él tampoco es un héroe de película, sino simplemente un hombre que se anima, y eso es más que un héroe de película. Y la historia sale, es un tremolar de hojitas amarillas en los kioscos, sale sin firma, mal diagramada, con los títulos cambiados, pero sale. La miro con cariño mientras se esfuma en diez millares de manos anónimas. (15)
Con este testimonio queda claro lo que puede hacer un pequeño medio sindical –una “hojita gremial”, como dice Walsh– cuando los grandes medios renuncian a su papel de informar. En el Chile de los ochenta hubo miles de hojitas barriales, boletines les llamábamos, que informaban sin censura, lo que otros medios tenían que callar. Hoy en democracia, los medios ciudadanos continúan teniendo que jugar un papel importante colocando en su agenda los temas que
los grandes medios comerciales han decidido ignorar. Carta Abierta a la Junta Militar (Argentina) El rol del reportero en tiempos difíciles es expresado por Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar del 24 de marzo de 1977:
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles. (16)
Lo duro es que esta lúcida conclusión se convirtió en su testamento de reportero porque al día siguiente de ser conocida Rodolfo Walsh fue ametrallado en las calles de Buenos Aires y su cadáver jamás fue encontrado. Solo puedo agregar, que aunque este texto hubiera querido mantenerse alejado de los problemas, como planteamos en broma en algún
momento, jamás lo hubiera logrado. Los reporteros siempre terminan metiéndose entre las patas de los caballos. No hay otra forma de hacerlo y, parafraseando a Walsh, así es el violento oficio de reportear.
Notas 1.-‐ Pérez Reverte, Arturo, Territorio Comanche. 2.-‐ Guha-‐Sapir, Debarati, Disasters in numbers 2010, CRED, Catholic University of Louvain, Brussels (Belgium) 24/01/2011, Geneva. 3.-‐ Hemingway, Ernest, Enviado Especial, El terremoto del Japón, Barcelona, Editorial Planeta, 1967. 4.-‐ http://www.freemedia.at/publications/world-‐press-‐freedom-‐review/singleview/article//as-‐press-‐freedom-‐is-‐buffeted-‐across-‐the-‐globe-‐the-‐killing-‐of-‐journalists-‐spreads.html 5.-‐ Kapuscinski, Ryszard, El mundo de hoy, Autorretrato de un reportero, Barcelona, Editorial Anagrama, 2007. 6.-‐ Popic´, Miroslav, Morir en Tacoa, Reportaje a una noticia y a los que mueren por ella, Caracas, Ernesto Carmona Editor, 1984. 7.-‐ Id. 8.-‐ Id. 9.-‐ Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del Caracazo Vs. Venezuela, Sentencia de 29 de Agosto de 2002. 10.-‐ Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso del Caracazo Vs. Venezuela, Sentencia de 11de noviembre de 1999 (Fondo). 11.-‐ id. 5.
1
12.-‐ Lara Marchant, Horacio, La Ciudad Mártir, Concepción, Ediciones La Ciudad municipalidad de Concepción. 1998. 13.-‐ Traven, B, y otros México en cien crónicas. Aperitivo insólito para el general Villa. 14.-‐ Traven, B, Canasta de cuentos mexicanos, Corresponsal extranjero. 15.-‐ Walsh, Roberto, Operación Masacre, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 16.-‐ Walsh, Roberto, El violento oficio de escribir, obra periodística (1953 – 1977) Carta abierta a la Junta Militar, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1972.
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