Curso Avanzado de Formación Docente mediada por
las Tecnologías de Información y Comunicación LibresRuta 1 - Unidad 3
La Evaluación de la Educación mediada por las TICL
REFLEXIÓN.
LA EVALUACIÓN EN LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJEY LA REALIDAD DE LAS TICL EN DICHOS PROCESOS.
Gestora del Conocimiento: Participante:Miriam Herrera Brito Minerva Bueno
Dinamizadora: Sección 3Vanessa Rivero Pepe
Caracas, Mayo 2015
REFLEXIÓN.
LA EVALUACIÓN EN LA ENSEÑANZA-APRENDIZAJEY LA REALIDAD DE LAS TICL EN DICHOS PROCESOS.
En la actualidad estamos viviendo una época de reajuste a todo nivel, por lo cual las
IES, no quedan exentas a este fenómeno de modernización, en función de generar el
conocimiento enmarcado en valores, en conjunto con la promoción de profesionales con una
adecuada preparación y un alto nivel de competencias, que les permita responder a las
demandas de la sociedad, de manera efectiva y eficaz, reforzando así el desarrollo social,
cultural, económico y político de los países. Para lograr tales fines es necesario estar
revisando y reflexionando sobre la ejecución de la práctica académica, repensando la
dinámica del aula.
La evaluación, como parte de las actividades cotidianas dentro del aula adquiere
relevancia cuando se concientiza su papel en las instituciones educativas. En tal sentido,
dentro del marco reflexivo, surgen las siguientes preguntas para estudiar la evaluación como
fenómeno:
¿Qué es la evaluación?
¿Cómo se práctica actualmente?
¿Cómo interactúan profesor y estudiante en este proceso?
¿Cumple las expectativas de los actores participantes y de la sociedad?
¿Se puede mejorar el proceso evaluativo?
¿Cómo intervienen las TIC en la evaluación?
Tradicionalmente, la evaluación se ha venido aplicando casi con exclusividad al
rendimiento de los alumnos, a los contenidos referidos a conceptos, hechos, principios, etc.,
adquiridos por ellos en los procesos de enseñanza. Primordialmente se relaciona con el
papel de verificar los logros por parte del aprendiz, en función de otorgar una calificación. En
la mayoría de los casos, se práctica como un mal necesario para dar cumplimiento a lo
establecido en la normativa legal, visto como una “rendición de cuentas”, que mide la
retención de información.
La mayoría de los estudiantes ven a las evaluaciones como los enemigos o moustros del
alma mater, y es considerada como una actividad académica amenazante, que separa los
aprendizajes de la evaluación. De esta manera se constituye un elemento de dominación
docente para la intimidación y opresión del estudiante, trayendo como consecuencia la
sumisión y sometimiento estudiantil.
Pero la evaluación, desde la funcionalidad, debe ir mucho más allá de emitir un juicio
valorativo y constituirse en un proceso continuo que se desarrolla a lo largo del proceso
educativo, tomando distancia de una acción terminada que corresponde a los resultados
obtenidos por los estudiantes. Sus alcances indicarán desde los avances de los estudiantes
con respecto a la adquisición del conocimiento hasta las dificultades experimentadas y las
actitudes manifestadas durante el proceso de aprendizaje.
La práctica científica de la evaluación consiste en obtener evidencias (información
objetiva de índole cuantitativo y cualitativo) de modo sistemático para delinear alternativas de
decisión que orientan y elaboran el aprendizaje. Para conseguir tales fines, la evaluación se
puede valer de las estrategias didácticas, dado que conforman propuestas metodológicas
que se vinculan directamente con la acción formativa de la evaluación, enfocadas en
diferentes instancias de intervención, que permiten recabar y contrastar la información sobre
los logros de aprendizaje de los educandos.
En correspondencia con lo antes mencionado, y en virtud de que la formación que
demandan los educandos actuales se relaciona con sus propios ritmos y metodologías más
afines, me resulta impensable que el modelo evaluativo se mantenga como un coto cerrado
demarcado exclusivamente por el profesor, sin la participación de los estudiantes. Esta
circunstancia refuerza el carácter protagónico del docente y el rol de sujeto pasivo por parte
del aprendiz. Esto implica que, necesariamente, la evaluación requiere estar adaptada a las
dinámicas educativas y, por lo tanto, a su vez, a las propuestas modernas de evaluación. En
tal sentido, resulta fundamental considerar la cuarta generación de evaluación, básicamente
de índole constructivista, que emerge ante la crisis de las tres generaciones anteriores, y que
se sustenta en el proceso interactivo de negociación, donde participan los actores directos
involucrados en la estructuración e implementación del plan evaluativo.
Asimismo, la evaluación, a la luz de la cuarta generación, se gesta y ejecuta como un
proceso implícito en la construcción del conocimiento sustentado en la motivación de
aprender, en la acción y la reflexión. La propuesta evaluativa, bajo este enfoque, se debe
configurar como una serie de oportunidades para que el estudiante medite, cuestione,
reelabore el conocimiento y lo manifieste de múltiples formas, en virtud de que los actores del
proceso edifiquen y convaliden los aprendizajes, lo cual permitirá perfilar las competencias
personales y profesionales de los educandos, además de la conformación de un individuo
integral.
Entonces, la evaluación debe ser una experiencia compartida entre los estudiantes y
docentes. Es importante establecer los mecanismos y tiempos de evaluación de forma
consensuada. Asimismo, se debe gestar de forma continua y participativa. De todo ello, se
deduce que lo ideal es lo que resulta de combinar la heteroevaluación, autoevaluación y
coevaluación. Estos representan momentos de reflexión de los aprendizajes de forma
individual, en el caso de la autoevaluación, y con otros (pares y docente) en los restantes
mencionados.
Por otro lado, cabe destacar que en el desempeño de los educandos inciden distintos
factores, tales como: la motivación, las condiciones y los medios disponibles, los tiempos con
los que se cuenta y los contextos donde se interactúa. Estos factores requieren ser conside-
rados en el proceso evaluativo, dado que estaríamos desligando de la realidad las acciones
de los educandos.
En consecuencia, la evaluación conforma una vía para reflexionar sobre las experien-
cias vividas, inferir conclusiones, analizar y perfeccionar la metodología empleada para la au-
togestión de su aprendizaje, además de la reafirmación de los conocimientos adquiridos.
De todo lo antes señalado, y de acuerdo a lo que esbozan los modelos que dan
fundamento a la cuarta generación de la evaluación (evaluación iluminativa, respondiente,
democrática y negociada), se observa el mejor soporte que, por naturaleza, debería tener la
evaluación.
Esta realidad propicia una redefinición de los roles del educador y del educando. Se
proyecta al profesor como un facilitador o tutor, dejando a un lado su perfil de orador de
estrado, que busca convertirse en un inductor de saberes, que incentive el interés y
motivación del alumnado con respecto al objeto de estudio, conduciendo al estudiante a
consumar el aprendizaje. El educando se perfila como un constructor de su propio
conocimiento, alejándose del papel de receptor de información, siendo autodidacta.
Imagen tomada de Internet (no se dispone de fuente)
En ese contexto, tanto profesores como estudiantes se configuran como socios de
aprendizaje, donde ambos participantes actúan como sujetos pensantes, reflexivos, críticos,
creativos, sociales, expresivos, emotivos, participativos, únicos, que comparten y además
tienen la capacidad de construir sus propios significados, siendo actores cognoscitivos
polifacéticos que pueden dar vida a corrientes teóricas pero de forma ecléctica.
Imagen tomada de:
http://4.bp.blogspot.com/-gKUtBe3urZ8/VQm1DQBsg2I/AAAAAAAACQw/3dklOAt8YdQ/
s1600/16032015_javiertouron.jpg
Pero, a pesar de las proyecciones, éstas básicamente no se terminan de concretar,
debido a que los actores no están debidamente preparados para asumir cabal y
conscientemente estos nuevos roles.
Por un lado, a muchos docentes les cuesta asumir este rol de facilitador, porque
conceptualizan que el aprendizaje y el conocimiento sólo les pertenecen a ellos, por
naturaleza, y que en ellos se concentra el poder de aprender de los alumnos. Por otro lado,
puede ser un acto de repetición de patrones, donde ellos enseñan de la misma forma como
les enseñaron.
Con respecto a los estudiantes, fundamentalmente les cuesta ejercer su rol autodidacta
debido a dos factores: (1) al estudiante no se le ha capacitado (en ningún nivel educativo) a
autogestionar su aprendizaje. (2) el educando no confía en sus capacidades humanas para
construir y producir conocimientos.
Los estudiantes, al subestimar su propia capacidad para asumir el proceso de
aprendizaje y evaluación, le otorga al docente el poder para imponer su criterio dentro del
aula, gestándose un falso control en el salón de clase. Entonces, el profesor elige los
contenidos a evaluar, selecciona las actividades y recursos didácticos. Igualmente, decide si
los conocimientos invocados son los que corresponden y si las actividades encomendadas
fueron elaboradas correctamente. Se usa la evaluación para seleccionar, excluir, promover o
graduar.
Entonces, para que el rol del docente y estudiante evolucione positivamente, es decir,
el primero pase a ser democrático y el segundo emancipado, se requiere un replanteamiento
de la práctica académica. Lo antes referido conlleva a un proceso de modernización de la
dinámica educativa, enmarcado en un plan organizado de gestión, orientado al aprendizaje
significativo, que permita la construcción de conocimientos por diversos caminos (distintos
métodos y medios), donde se promueva la indagación, la formulación y la reformulación de
problemas y soluciones. Todo ello, bajo un ambiente didáctico negociado entre docente y
estudiante, y en una enseñanza centrada en aprender, porque en estos tiempos de la
sociedad del conocimiento tenemos que las nuevas tecnologías nos brindan un libre y
variado acceso a los saberes, vinculándonos a tod@s con un recurso educativo de forma
inevitable.
En las TIC encontramos un conocimiento ingente y en continuo crecimiento, podemos
localizar, disponer y crear contenidos (en el sentido amplio: recursos, actividades…) a partir
de conceptos que se desean desarrollar, optando por un aprendizaje continuo basado en la
adquisición y desarrollo de competencias.
Sin embargo, las nuevas tecnologías resultan eficientes cuando se usan con
conciencia, bajo determinadas condiciones de planificación, estructuración, gerencia y
evaluación. Para ello, se debe recurrir al diseño instruccional tecnológico, dado que implica
una propuesta metodológica en donde se articulan los contenidos, la tecnología, la
pedagogía y la comunicación para el estudio.
Los recursos de la web (hipertextos, imágenes, animaciones, audio y video) permiten
experiencias de aprendizaje significativo bajo una estimulación multisensorial y
comunicacional muy particular. Esta situación se materializa en una amplia gama de
aplicaciones digitalizadas, entre las que se destacan los simuladores virtuales, los códigos
QR, los foros de discusión, chat, videoconferencias, podcast, cuestionarios interactivos,
juegos electrónicos serios, entre otros. Estos recursos, bajo la coordinación y administración
de un diseño instruccional tecnológico, pueden aprovecharse al máximo en la resignificación
de patrones de pensamiento y aprendizaje, debido a las formas dinámicas, vivenciales y
significativas que proporcionan las aplicaciones informáticas didácticas frente a la
organización de contenidos de manera eficiente y encauzada en aprender a aprender.
Imagen de:
https://gesvin.files.wordpress.com/2015/04/tecnologc3adauniversidadinnovandocamino-presentacic3b3n-
bloggesvin.jpg
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bueno, M (2015). Evaluación ¿proceso dinámico o inerte?... he allí el dilema. Disponible en: http://minervabueno.blogspot.com/2015/04/valuacion-proceso-dinamico-o-inertehe.html [Consulta: 2015, mayo 18]
Bueno, M (2015). Evaluación y sus efectos: ¿abusamos o nos transformamos?. Disponible en: http://minervabueno.blogspot.com/2015/05/con-relacion-la-practica.html [Consulta: 2015, mayo 18]
Bueno, M (2015). Mis consideraciones sobre la evaluación trasnformadora. Disponible en: http://minervabueno.blogspot.com/2015/05/mis-consideraciones-sobre-la-evaluacion.html [Consulta: 2015, mayo 18]
Romero, G (2015). Tecnología en la Universidad – Innovado el Camino / Presentación. Disponible en: https://gesvin.wordpress.com/2015/04/22/tecnologia-en-la-universidad-innovando-el-camino-presentacion [Consulta: 2015, mayo 18]
Tourón, J (2015). Pensadores críticos ¿Quiénes son?. Disponible en: http://www.javiertouron.es/2015/03/pensadores-creativos-quienes-son.html [Consulta: 2015, mayo 18]
Top Related