REFLEXIÓN FINAL CURSO DOCENTE – PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS
MARIO BUSTAMANTE OSORIO
Especialista en gerencia educativa
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA
CURSO EVALUACIÓN CON CARÁCTER DIAGNÓSTICA FORMATIVA
SAN BENITO - MEDELLÍN
2017
EXPECTATIVAS, APRENDIZAJES Y PROPÓSITOS…
La necesidad de tener que realizar un curso de formación por no haber superado la evaluación de
carácter formativo a través de un vídeo, me tenía indignado; además por que debía utilizar parte de
mis propios recursos para ello, a sabiendas de que ya había pagado un pin. Me sentí como si mi
formación profesional no sirviera de nada. Además de eso, la tramitología que hubo que hacer para
poder quedar inscrito fue demasiado engorrosa.
Recuerdo que el primer día que nos reunieron en el auditorio de la Universidad San Buenaventura,
todos mis colegas comentábamos lo mismo “cómo es posible que nos pongan en estas”, “dónde
quedan los años de experiencia que llevamos (algunos con más de 8 años sin poder ascender)”,
entre otros comentarios que en algunos de los casos se salían de tono. Luego, para acabar de ajustar,
nos manifiestan que, para poder superar el curso, debíamos entregar un producto; el cual era un
proyecto que se pudiera ejecutar en las diversas Instituciones Educativas de las cuales hacemos
parte; lo que generó aún más preocupación en mí y mayor enojo entre mis compañeros; sin
embargo, al escuchar las argumentaciones por parte de la coordinadora del curso, la señora Catalina
Zuluaga, quien nos aclaraba el objeto de entregar un proyecto pedagógico y los beneficios
personales e institucionales que tendría, tuvimos un parte de tranquilidad y asumimos (aunque un
poco resignados) la responsabilidad de sacar adelante el trabajo propuesto.
A partir de allí en adelante, todo fue un proceso de aprendizaje, retroalimentación, construcción y
evaluación de nuestra praxis pedagógica, a medida que transcurrían las clases, me daba cuenta de
la importancia y productividad de los contenidos que estábamos tratando, además porque la
competencia, experiencia y calidad humana de los docentes facilitadores del curso fue fundamental
para el desarrollo del mismo.
Pude contar con la fortuna de compartir con los cuatro docentes encargados de los diversos
módulos (a diferencia de otros de mis compañeros que realizaron todo el curso con el/la mismo/a)
de los días sábados; cada uno desde su conocimiento desenvolvió su curso de una forma coherente
y convincente respecto a la especificidad de los contenidos.
La profesora Gladis Pérez, curso de análisis de la práctica pedagógica. Docente que a su vez
cumplía las funciones de asesora del proyecto que, con su metodología organizada, desde una
reflexión inicial (muy pertinentes para la temática a trabajar en cada clase), hasta la profundización
y desarrollo del propósito planteado, aportó y esclareció de una forma puntual, pertinente,
conceptual y metodológica los fundamentos necesarios para el buen desarrollo de las fases del
proyecto. En el anexo 1. Imágenes clase Análisis. Algunas de las imágenes de clase.
El profesor Edgar Arias, curso de praxis pedagógica. Un completo docente teórico, con un
argumento muy amplio y preciso, a quien en alguna ocasión llamé de forma muy respetuosa, claro
está: “bibliografía andante”. Su apasionamiento respecto a la práctica docente me llevó a revisarme,
autocriticarme y analizar mi quehacer como docente (ver anexo 2. Relato de mi praxis), aspectos
que, aunque en ocasiones aplicaba, no eran tan relevantes a la hora de planear y ejecutar el
currículum, pero que a partir de ahora serán el “pan de cada día”, tanto a nivel personal, pero
principalmente, profesional. Ver Anexo 3. Imágenes clase Praxis
La profesora Yolima Henao, curso contextos educativos. A quien debo agradecer por brindarme la
oportunidad de que, en cada clase, me sintiera más seguro de lo que estaba realizando, pues no
hubo sábado en el que no participara, como interventor o como expositor. Las diversas temáticas
trabajas en clase permitieron fortalecer el contenido del proyecto. (ver anexo 4. Trabajos de
contexto). La docente, aunque no fue mi asesora directa en el proyecto, me guío en ese proceso de
socialización, permitiéndome participar en uno de los encuentros programados (Ver anexo 5.
encuentro: Medellín – Cartagena), espacio que pude compartir al mismo tiempo con el docente
Duber, quien me brindó unas recomendaciones muy puntuales, una vez finalizada mi intervención.
La coordinadora del curso, Catalina Zuluaga. Agradecimiento especial y mayor admiración por su
disponibilidad, transparencia y tenacidad durante el desarrollo del curso, fundamentalmente a la
hora de revisar, asesorar y evaluar cada uno de los proyectos. Durante todos los momentos en los
que tuve la oportunidad de “aprovecharme” de su tiempo, estuvo muy receptiva y dispuesta a darme
las orientaciones necesarias respecto a mis inquietudes y preocupaciones.
Al realizar la socialización en mi Institución con los estudiantes (ver anexo 6. Socialización
proyecto), me di cuenta que me queda más que una responsabilidad, unas actividades, unos retos
que debo desarrollar para lograr posicionar la Educación Física como área fundamental en los
procesos de formación integral de los estudiantes, tema principal de mi proyecto pedagógico,
además seguir demostrando y demostrándome que la Educación Física debe ser transformada y
transformadora.
Para finalizar, agradecer a la universidad San Buenaventura por la forma en que planeó y distribuyó
todo el proceso de formación respecto al curso, me voy convencido de que lo que nos brindaron,
más que ser una propuesta de ascenso exigida por parte del ministerio de educación, es un programa
que fue pensado en fortalecer y mejorar nuestras prácticas docentes y cumplió a cabalidad todo lo
planteado. Me llevo la enorme satisfacción de haber enriquecido mi formación constante e
interminable como docente; siento que, más que “perder” mi tiempo los días sábados asistiendo a
cada uno de los módulos, gané en conocimiento, pasión por la vocación de ¡Ser Maestro!; de igual
forma manifiesto, que este curso no debería ser el producto de un proceso injusto para ascenso,
además de ineficaz y subjetivo (a mi parecer), sino un regalo que el Ministerio debería darle a todos
los docentes del país por su maravillosa, ardua y tan menospreciada labor.
¡Muchas Gracias!
ANEXOS
anexo 1. Imágenes clase Análisis (volver al documento)
El trabajo principal de este módulo fue la elaboración del proyecto pedagógico.
Anexo 2. Relato de mi praxis (volver al documento)
DESCUBRIENDO CAMINOS
En mi niñez, uno de los juegos favoritos que tenía era “La escuelita”; en el que construía mis
propias historias de escuela, mis propias planillas para evaluar a mis “alumnos”, quienes se
convertían luego en mis profesores, papel que cumplían mis amiguitos y familiares (primos),
coincidencialmente, mi rol de maestro era el de educador físico; ignorando que sería algún día mi
formación profesional y mi sustento de vida. Sin embargo, para poder llegar a ella, tuve que superar
muchas barreras; exploré otras alternativas que no llenaron mis expectativas por diversas
circunstancias; sin embargo seguía intentando llegar al alma Mater con el fin de iniciar una carrera
profesional que me llenara de orgullo y al mismo tiempo a mis padres; pero ninguna de ellas tenía
que ver en ese momento con la pedagogía. Hasta que en la cuarta ocasión tuve una aproximación,
puesto que la Educación física fue mi segunda opción y fui aceptado. Cierto día, recibí una llamada
por parte de la Universidad de Antioquia (lo que me sorprendió inmediatamente), en la cual me
informaban que había sido admitido, pero para poder ingresar debía trasladarme a las Instalaciones
del Urabá Antioqueño, por lo que decidí desistir de la propuesta y respondí “muchas gracias, yo
vuelvo y me presento”. ¡Y así fue!, volví y presenté el examen de admisión, pero en esta ocasión
mi primera opción era Licenciatura en Educación Física.
Cierto día, a sabiendas de que un domingo cualquiera salían los resultados, entusiasmado corrí
donde mis vecinos a revisar el periódico, con la esperanza de ver ahí escrito mi número de
documento, pero con el miedo de volver a “fracasar”, lentamente fui explorando un listado que
parecía interminable y que a medida que avanzaba y no me encontraba, aumentaba cada vez más
mi angustia por sentirme dentro de la universidad, era tanta mi ansiedad que no me di cuenta que
el listado estaba en orden numérico de menor a mayor; mi único objetivo era encontrar el tan
anhelado 15514… (número de mi documento de identificación). Después de un corto pero eterno
rato, logré encontrarme, la felicidad no cabía dentro de mí; saltaba, corría, gritaba, cual niño con
su mejor juguete, cual perro que escucha el sonido de su collar cuando sabe que lo van a sacar a
pasear. Corrí con lágrimas en mis ojos a mostrarles a mis padres que había salido en la prensa, “me
sentía casi famoso”, los abracé y les di gracias, pues su paciencia y apoyo habían alcanzado sus
frutos. ¡Ya era un universitario!
Pero como algunas cosas en la vida no tienen felicidad completa, ese mismo día casi arruino mi
ingreso a la universidad y la vida de mis padres. Llegada la noche me fui a celebrar, pues no podía
dejar pasar tan maravilloso acontecimiento sin contarles a mis amigos al son de unos “buenos”
tragos y una buena rumba. Me sentía tan feliz, que a uno de ellos le pedí prestada su moto para dar
una vuelta por el pueblo y contarle a quien me encontrara en el camino que iba a entrar a la “U”;
pero después de 5 minutos de recorrido mi tranquilidad terminó, al tratar de coger una curva y al
no tener mis cinco sentidos en su furor, no logré ver el Renault 4 que venía por su carril y dándome
un fuerte golpe, me elevó hasta un poste que detuvo el “vuelo”, me sentí tan impactado que no tuve
tiempo de quejarme y darme cuenta de las lesiones que sufrí, solo me paré de inmediato sin saber
que me había pasado, lo único que me preocupaba era la moto de mi amigo y lo que me costaría
repararla. A causa de ese accidente tuve que permanecer un mes y medio con un pierna enyesada
y la cara hinchada, me tocó asistir a la inducción de la universidad en ese estado, pero aun así ¡lo
disfruté!, pues ya me sentía orgullosamente universitario.
Mis días en la universidad fueron maravillosos, llenos de aprendizajes y experiencias constantes e
inolvidables, cada día que pasaba me enamoraba más de mi carrera – Licenciatura en Educación
Física -, aquella que en alguna ocasión pensé utilizar como “trampolín” para trasladarme a otra que
hiciera sentir aún más orgullosos a mis padres, pues no veían a su hijo mayor como profesor, sino
como un doctor o un ingeniero; sin embargo y sin darme cuenta ya había trascurrido más de la
mitad del tiempo de duración de la carrera y no sentía ningún deseo de cambiarme y mucho menos
desistir como lo había hecho en otras ocasiones. Comencé a sentir el reto personal de terminar de
la mejor manera y demostrar que podría lograr transformar vidas con mis enseñanzas.
Al iniciar mis prácticas en el quinto semestre, -práctica de observación, mas no de intervención-,
pude visualizar que iba a tener la responsabilidad de enseñar una de las áreas de mayor preferencia
por los estudiantes; luego en el sexto semestre, poder tener la oportunidad de dar mi primera clase
como “docente” (aún estudiante), pude corroborar mi teoría, sería profesor de una las mejores
asignaturas que puede tener un currículo institucional, ¡Educación Física! De ahí en adelante, mis
experiencias de clase fueron aumentando y a su vez el surgimiento de un imaginario daba vueltas
en mi cabeza: debo transformar la Educación Física y hacer que sea transformadora. Cuando hablo
de imaginario estoy haciendo referencia a aquello que se crea en nuestra mente, a esas
representaciones e invenciones que hacemos respecto a algo, determinaciones sociales y procesos
de creación en nuestro propio mundo, tal y como lo manifiesta Castoriadis (1997).
Una vez terminada mi preparación formativa universitaria de pregrado, tuve la fortuna de
emplearme de inmediato en una Institución Educativa de carácter privado, y fue allí donde comencé
mi proceso intencional de transformar la percepción de la Educación Física. Inicié haciendo un
análisis de lo que pensaban mis alumnos con relación al área, y me di cuenta, que no ha cambiado
mucho respecto a lo que yo pensaba cuando me encontraba en el colegio y lo que piensan hoy día
la mayoría de los educandos (acá hago referencia a aquellos estudiantes que llegan por primera vez
a tener clase de parte mía), “Educación física es la materia que sirve para jugar, para salir del salón,
en la que se hace ejercicio, no se hace evaluación, una de las más fáciles”. Es decir, que para la
comunidad educativa, educación física es aquella asignatura de distracción y exclusivamente
práctica. No hay una concepción clara de que pueden abordasen contenidos teóricos que son el
fundamento para complementarse con lo práctico. Es por ello que mi práctica docente se ha
fundamentado en lograr cambiar esa percepción, puesto que tiene tanta o mayor importancia que
las demás asignaturas de un plan de estudios.
Valoración de la Educación Física – REPRESENTACIONES SOCIALES
El área de Educación Física, no debe limitarse exclusivamente a la ejecución práctica de
determinados contenidos, sino que su explicación previa desde lo teórico es fundamental para la
comprensión de los mismos. Quizá es por ese estigma de que la Educación Física solo es estar en
un espacio (que en muchos casos es demasiado limitado), jugando, corriendo detrás de un balón,
“sudando”; que esta área fundamental ha perdido en muchos casos la importancia que debería tener,
puesto que es considerada por muchos estudiantes, padres de familia, docentes de otras asignaturas
y directivos, como el área que no debería “perderse” por su simplicidad.
Esas representaciones1 que tiene la comunidad educativa de que el área de Educación Física debe
ser netamente práctica, ha generado dentro de los contextos institucionales de los docentes de
Educación Física, un sin número de dificultades con las cuales debe lidiar constantemente, como
por ejemplo, comentarios tales como: “profe usted da mucha teoría”, “¿es que Educación Física se
estudia?”, “colega, vos sí trabajás muy bueno, ¡todo el tiempo jugando!”, “profe!, ¿cómo es posible
que mi hijo pierda Educación Física?” “no digo nada que mi hijo pierda matemáticas, ¿pero
Educación Física? ¡descarado!”, “educación física como es de fácil”… entre otros tipos de
declaraciones que en muchos de los casos son ofensivas para el profesional que tuvo que estudiar
el mismo o quizá mucho más tiempo que varios de sus colegas, para tratar de que sus educandos
reciban lo mejor de sus enseñanzas.
Estas situaciones han llevado a muchas instituciones educativas en cabeza de sus directivos, a
determinar la intensidad horaria de la Educación Física de acuerdo a sus conveniencias e
intencionalidades, llevándolas a establecer que la cantidad de horas pertinentes para su desarrollo
depende en muchos de los casos de las demás asignaturas, de la metodología utilizada por el
profesional del área, de las temáticas contempladas en los planes de área, de la cantidad de
asignaturas exigidas por el estado e incluso por la pretensión misma de cada establecimiento de
responder a unos resultados externos que “miden la calidad de la Educación”, sin tener en cuenta
la formación integral que cada estudiante puede obtener desde la misma Educación Física y de la
que tanto se exige desde los diversos modelos pedagógicos y ordenanzas nacionales e
internacionales; partiendo de la prevención de enfermedades: cardiovasculares, obesidad, estrés,
entre otras, la prevención y mitigación del sedentarismo, el consumo de sustancias psicoactivas, el
alcohol; la prevención de riesgos psicosociales, hasta llegar al uso adecuado del tiempo libre, desde
1 “Las representaciones sociales hacen referencia a un tipo específico de conocimiento que juega un papel
crucial sobre cómo la gente piensa y organiza su vida cotidiana: el conocimiento del sentido común. Constituyen
sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y
normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa”. (Araya, 2002)
la recreación, la práctica deportiva y la práctica de unos buenos hábitos de higiene, sexuales y de
vida saludables, que permitan mejorar la calidad de vida de los y las estudiantes de la ciudad de
Medellín y de todo el todo el país; más aún cuando la Educación Física está declarada por el
Ministerio de Educación Nacional como área fundamental y de obligatoria enseñanza. Ley General
de Educación 1994. Art. 14 literal b y Art. 23.
Lograr modificar las representaciones sociales de una comunidad no es tarea fácil (tal vez ni se
logre), se requiere de un proceso extenso, bien sustentado y demostrado. Para ello es fundamental
tener apropiación sobre lo que se pretende modificar y sentirse plenamente convencido de lo que
se quiere lograr, pero también, es necesario arriesgarse y enfrentarse argumentativamente a esas
percepciones. Este ha sido mi mayor propósito desde que soy docente del área y considero que he
logrado buenos resultados; gracias a las estrategias planteadas, entre las cuales se encuentran la
participación en la elaboración de un plan de área diverso, completo y acorde al contexto
institucional, el diseño de talleres y evaluaciones teóricas que complementan la práctica, la
elaboración de una página web donde se ponen de manifiesto a través de diversas publicaciones la
importancia de la actividad física, el aprovechamiento del tiempo libre, el cuidado y preservación
de la salud, entre otras temáticas de suma importancia para toda la comunidad educativa, la
evaluación constante que realizan los estudiantes respecto a contenidos y metodologías, el uso
permanente de las herramientas tecnológicas y otras estrategias que permiten la constante
transformación de la educación física.
Para concluir deseo manifestar que lo recibido en el curso docente me ha permitido incluir entre
esas estrategias una que a mi parecer es fundamental y no aplicaba dentro de mi praxis pedagógica
y es la de autoevaluarme, pues consideraba que lo que realizaba estaba bien, sin saber si era lo
mejor, lo necesario, lo correcto o lo que verdaderamente hará que logre completamente mi
propósito “mejorar el estatus de la Educación Física, posicionarla como área fundamental en la
formación integral de los estudiantes del Instituto Técnico Industrial Pascual Bravo – ITIPB”.
FIN
BIBLIOGRAFÍA
Castoriadis, C. (1997). El Imaginario Social Instituyente. Zona Erógena.
Peña, N. M., & Echeverri, L. G. (2005). Imaginarios del joven colombiano ante la clase de
educación física. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, 1-28.
Colombia. Ministerio de Educación Nacional. (s.f.). Serie Lineamientos Curriculares.
Umaña, S. A. (2002). Las representaciones sociales: Ejes teóricos para su discusión. cuaderno de
ciencias sociales 127 - Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), 1-84.
Anexo 3. Imágenes clase Praxis (volver al documento)
Anexo 4. Trabajos de contexto (volver al documento)
ENFOQUE HISTÓRICO HERMENEÚTICO
PEDAGOGÍA CRÍTICA
Anexo 5. Encuentro: Medellín – Cartagena (volver al documento)
Para ver y escuchar la presentación completa dar clic en el siguiente enlace:
http://web.usbmed.edu.co/usbmed/CURSO_DOCENTE/ENCUENTRO_13_MAYO_2017.wmv
Anexo 6. Socialización proyecto (volver al documento)
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