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Año 7 - Número 5 Setiembre - Octubre 2014Boletín (Cent. Aten. Farm.) ISSN 2221-4259

Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas.

CONTENIDO

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Recomendaciones para el uso demedicamentos en verano

Efectos del modelo de AtenciónFarmacéutica en la adherencia

a medicamentos y controlglicémico en pacientes

con diabetes mellitus de tipo 2

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El verano es una estación en la que las personas que toman medicamentos deben tener especial cuidado para evitar que las altas temperaturas, los viajes y la relajación en las pautas de administración influyan en la efectividad y seguridad de sus tratamientos. No en vano, las olas de calor (cuando se producen de forma continuada temperaturas de 40 grados) no solo afectan a las personas, sino también a los medicamentos, que pueden provocar problemas añadidos a los pacientes si no se conservan en buen estado, especialmente en personas que presentan factores de riesgo (mayores, pacientes crónicos, niños). Lo mismo ocurre si no se conservan de forma adecuada los medicamentos durante los distintos desplazamientos vacacionales.

Uso del medicamentoRespecto a la administración de los medicamentos, es muy importante tomar los fármacos de pie o sentado (no acostado) y en algunos casos, como en el del ibuprofeno, se debe mantener la posición erguida durante varios minutos. Asimismo, las grageas y cápsulas deben tomarse acompañadas de abundante cantidad de agua (un vaso y no solo unos sorbos) y los comprimidos efervescentes y los polvos deben tomarse inmediatamente después de que se hayan disuelto en medio vaso de agua. No se deben tomar medicamentos que se sospeche que han sufrido algún tipo de deterioro ni que hayan sido manipulados y antes (y después) de administrar un medicamento hay que lavarse las manos, especialmente en los casos de aplicación externa, y también debe lavarse la zona afectada.

Conservación del medicamentoEn materia de conservación es necesario respetar las condiciones que figuren en el envase: entre +2 y +8°C (frigorífico), medicamentos de conservación a una temperatura inferior a 25 o a 30°C y a temperatura ambiente cuando no haya menciones específicas al respecto.

Es importante saber que los medicamentos tienen que conservarse siempre en lugares limpios, frescos y secos. La cocina y el baño (lugares donde es muy habitual guardar los fármacos) no son lugares apropiados para conservar los medicamentos, ya que son estancias donde se suelen producir cambios bruscos de humedad y temperatura. Unas malas condiciones de

conservación pueden convertir los medicamentos en ineficaces y añadir riesgo de efectos indeseados, por eso también hay que mantener los fármacos dentro del envase original, protegidos de la luz, y en caso de usar pastilleros, conviene recortar los blíster para mantener las pastillas protegidas e identificadas.

Viajes y medicamentosAl viajar en verano también es todavía más importante extremar las condiciones de conservación de los medicamentos y transportarlos de manera que no sufran deterioro. Los medicamentos que tengan que conservarse en frigorífico deben ser transportados en condiciones que respeten la cadena de frío (embalaje isotérmico refrigerado con acumuladores de frío), pero sin provocar la congelación del producto y deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frio. Los medicamentos que tengan que conser-varse a una temperatura inferior a 25 o a 30°C, igual que los medicamentos a conservar a temperatura ambiente, no deben ser expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros, guanteras o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol. Se aconseja, como medida de prudencia, transportarlos en un embalaje isotérmico no refrigerado. No obstante, rebasar puntualmente estas temperaturas, hasta 40°C, no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad de estos medicamentos, ya que suelen presentar un límite superior de tolerancia.

Recomendaciones para el uso demedicamentos en verano

En caso de viajar en avión, los medicamentos se deben llevar en el bolso de mano. No deben ser transportados en la bodega, donde se coloca el equipaje facturado, pues soporta muy bajas temperaturas en el aire o muy altas en la pista. Algunas formas farmacéuticas (supositorios, óvulos, cremas, …) son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor, sino la forma farmacéutica, por lo que todo medicamento cuya apariencia exterior esté visiblemente modificada no debe ser utilizado. Las formas líquidas (jarabes y suspensiones) tienen una estabilidad más limitada que las sólidas y son más sensibles a temperaturas elevadas. Se pueden conservar en frio y se deben mantener siempre limpios el frasco, el tapón y el dispositivo dosificador.

En los viajes también es conveniente identificar los medicamentos por el principio activo, ya que es la denominación universal, por lo que es muy útil en los viajes al extranjero y es básico para evitar duplicidades e interacciones.

Cumplimiento y adherencia terapéuticaAunque en verano es fácil relajar los hábitos, con los tratamientos farmacológicos no hay que relajarse. El paciente debe seguir de forma precisa las instrucciones que le hayan dado su médico o farmacéutico para cada medicamento: dosis, frecuencia y duración del tratamiento. En caso de olvido no hay que duplicar una dosis. Como norma general se aconseja que si han transcurrido más de dos horas desde la hora prevista de administración de un medicamento con posología de:• Una o dos veces al día: se debe tomar el fármaco lo antes posible siempre que la siguiente dosis no sea en unas pocas horas.• Tres o cuatro veces al día: no se debe tomar la dosis olvidada, sino esperar a la siguiente dosis.

En ambos casos debe continuar posteriormente con el horario habitual.

La duración de los tratamientos debe respetarse aunque se perciba mejoría. No obstante, hay que consultar al médico o al farmacéutico si se nota algún efecto adverso. Por otra parte, la adherencia terapéutica implica tanto el cumplimiento del tratamiento farmacológico prescrito como el cumplimiento de las recomendaciones dadas por el profesional sanitario sobre los hábitos o estilo de vida. Para el control de algunas enfermedades las medidas higiénico-sanitarias son tan importantes como la medicación y también hay que recordar que la prescripción médica y la indicación farmacéutica son siempre individuales para cada persona.

Ola de calorCuando los termómetros rondan los 40 grados, los medicamentos, si son utilizados correctamente, no se consideran desencadenantes de problemas de salud asociados al exceso de calor. Sin embargo, en función de su mecanismo de acción, determinados fármacos pueden alterar la adaptación del organismo a las elevadas temperaturas, lo que unido a factores de riesgo como la edad, las patologías crónicas o un uso inadecuado pueden incrementar los efectos negativos de las altas temperaturas.

Algunos medicamentos con los que hay que extremar las precauciones en ola de calor son:• Los fármacos diuréticos, que pueden facilitar aún más la pérdida de líquidos.• Los tranquilizantes y antidepresivos, que pueden impedir la pérdida de calor del organismo.• Los medicamentos que agravan los efectos del calor como, por ejemplo, los antihipertensivos, que hacen bajar la presión arterial.

Por otro lado es importante evitar la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, que pueden perjudicar el riñón en caso de deshidratación. Y en caso de fiebre evitar la toma de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación.En todo caso, los pacientes, ante cualquier duda sobre sus tratamientos deben consultar siempre a su médico para que, en caso de que sea necesario, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas.

Por último, para paliar los efectos del exceso de calor en el organismo, es muy útil seguir una serie de medidas higiénico-dietéticas, que van desde la ingesta de líquidos (no alcohol o bebidas azucaradas o con cafeína) sin tener sed hasta el uso de ropa ligera y holgada, pasando por el consumo de frutas y verduras y no exponerse al sol en exceso en las horas centrales del día. Además, conviene reconocer los síntomas del golpe de calor, que se caracteriza por reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones. El golpe de calor puede o no asociarse al ejercicio, siendo frecuente en adultos jóvenes y sanos que hacen ejercicio con temperaturas o humedades ambientales muy superiores a las normales.

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Boletín Centro de Atención FarmacéuticaAño 7 - Número 5 Setiembre - Octubre

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El verano es una estación en la que las personas que toman medicamentos deben tener especial cuidado para evitar que las altas temperaturas, los viajes y la relajación en las pautas de administración influyan en la efectividad y seguridad de sus tratamientos. No en vano, las olas de calor (cuando se producen de forma continuada temperaturas de 40 grados) no solo afectan a las personas, sino también a los medicamentos, que pueden provocar problemas añadidos a los pacientes si no se conservan en buen estado, especialmente en personas que presentan factores de riesgo (mayores, pacientes crónicos, niños). Lo mismo ocurre si no se conservan de forma adecuada los medicamentos durante los distintos desplazamientos vacacionales.

Uso del medicamentoRespecto a la administración de los medicamentos, es muy importante tomar los fármacos de pie o sentado (no acostado) y en algunos casos, como en el del ibuprofeno, se debe mantener la posición erguida durante varios minutos. Asimismo, las grageas y cápsulas deben tomarse acompañadas de abundante cantidad de agua (un vaso y no solo unos sorbos) y los comprimidos efervescentes y los polvos deben tomarse inmediatamente después de que se hayan disuelto en medio vaso de agua. No se deben tomar medicamentos que se sospeche que han sufrido algún tipo de deterioro ni que hayan sido manipulados y antes (y después) de administrar un medicamento hay que lavarse las manos, especialmente en los casos de aplicación externa, y también debe lavarse la zona afectada.

Conservación del medicamentoEn materia de conservación es necesario respetar las condiciones que figuren en el envase: entre +2 y +8°C (frigorífico), medicamentos de conservación a una temperatura inferior a 25 o a 30°C y a temperatura ambiente cuando no haya menciones específicas al respecto.

Es importante saber que los medicamentos tienen que conservarse siempre en lugares limpios, frescos y secos. La cocina y el baño (lugares donde es muy habitual guardar los fármacos) no son lugares apropiados para conservar los medicamentos, ya que son estancias donde se suelen producir cambios bruscos de humedad y temperatura. Unas malas condiciones de

conservación pueden convertir los medicamentos en ineficaces y añadir riesgo de efectos indeseados, por eso también hay que mantener los fármacos dentro del envase original, protegidos de la luz, y en caso de usar pastilleros, conviene recortar los blíster para mantener las pastillas protegidas e identificadas.

Viajes y medicamentosAl viajar en verano también es todavía más importante extremar las condiciones de conservación de los medicamentos y transportarlos de manera que no sufran deterioro. Los medicamentos que tengan que conservarse en frigorífico deben ser transportados en condiciones que respeten la cadena de frío (embalaje isotérmico refrigerado con acumuladores de frío), pero sin provocar la congelación del producto y deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frio. Los medicamentos que tengan que conser-varse a una temperatura inferior a 25 o a 30°C, igual que los medicamentos a conservar a temperatura ambiente, no deben ser expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros, guanteras o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol. Se aconseja, como medida de prudencia, transportarlos en un embalaje isotérmico no refrigerado. No obstante, rebasar puntualmente estas temperaturas, hasta 40°C, no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad de estos medicamentos, ya que suelen presentar un límite superior de tolerancia.

En caso de viajar en avión, los medicamentos se deben llevar en el bolso de mano. No deben ser transportados en la bodega, donde se coloca el equipaje facturado, pues soporta muy bajas temperaturas en el aire o muy altas en la pista. Algunas formas farmacéuticas (supositorios, óvulos, cremas, …) son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor, sino la forma farmacéutica, por lo que todo medicamento cuya apariencia exterior esté visiblemente modificada no debe ser utilizado. Las formas líquidas (jarabes y suspensiones) tienen una estabilidad más limitada que las sólidas y son más sensibles a temperaturas elevadas. Se pueden conservar en frio y se deben mantener siempre limpios el frasco, el tapón y el dispositivo dosificador.

En los viajes también es conveniente identificar los medicamentos por el principio activo, ya que es la denominación universal, por lo que es muy útil en los viajes al extranjero y es básico para evitar duplicidades e interacciones.

Cumplimiento y adherencia terapéuticaAunque en verano es fácil relajar los hábitos, con los tratamientos farmacológicos no hay que relajarse. El paciente debe seguir de forma precisa las instrucciones que le hayan dado su médico o farmacéutico para cada medicamento: dosis, frecuencia y duración del tratamiento. En caso de olvido no hay que duplicar una dosis. Como norma general se aconseja que si han transcurrido más de dos horas desde la hora prevista de administración de un medicamento con posología de:• Una o dos veces al día: se debe tomar el fármaco lo antes posible siempre que la siguiente dosis no sea en unas pocas horas.• Tres o cuatro veces al día: no se debe tomar la dosis olvidada, sino esperar a la siguiente dosis.

En ambos casos debe continuar posteriormente con el horario habitual.

La duración de los tratamientos debe respetarse aunque se perciba mejoría. No obstante, hay que consultar al médico o al farmacéutico si se nota algún efecto adverso. Por otra parte, la adherencia terapéutica implica tanto el cumplimiento del tratamiento farmacológico prescrito como el cumplimiento de las recomendaciones dadas por el profesional sanitario sobre los hábitos o estilo de vida. Para el control de algunas enfermedades las medidas higiénico-sanitarias son tan importantes como la medicación y también hay que recordar que la prescripción médica y la indicación farmacéutica son siempre individuales para cada persona.

Ola de calorCuando los termómetros rondan los 40 grados, los medicamentos, si son utilizados correctamente, no se consideran desencadenantes de problemas de salud asociados al exceso de calor. Sin embargo, en función de su mecanismo de acción, determinados fármacos pueden alterar la adaptación del organismo a las elevadas temperaturas, lo que unido a factores de riesgo como la edad, las patologías crónicas o un uso inadecuado pueden incrementar los efectos negativos de las altas temperaturas.

Algunos medicamentos con los que hay que extremar las precauciones en ola de calor son:• Los fármacos diuréticos, que pueden facilitar aún más la pérdida de líquidos.• Los tranquilizantes y antidepresivos, que pueden impedir la pérdida de calor del organismo.• Los medicamentos que agravan los efectos del calor como, por ejemplo, los antihipertensivos, que hacen bajar la presión arterial.

Por otro lado es importante evitar la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, que pueden perjudicar el riñón en caso de deshidratación. Y en caso de fiebre evitar la toma de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación.En todo caso, los pacientes, ante cualquier duda sobre sus tratamientos deben consultar siempre a su médico para que, en caso de que sea necesario, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas.

Por último, para paliar los efectos del exceso de calor en el organismo, es muy útil seguir una serie de medidas higiénico-dietéticas, que van desde la ingesta de líquidos (no alcohol o bebidas azucaradas o con cafeína) sin tener sed hasta el uso de ropa ligera y holgada, pasando por el consumo de frutas y verduras y no exponerse al sol en exceso en las horas centrales del día. Además, conviene reconocer los síntomas del golpe de calor, que se caracteriza por reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones. El golpe de calor puede o no asociarse al ejercicio, siendo frecuente en adultos jóvenes y sanos que hacen ejercicio con temperaturas o humedades ambientales muy superiores a las normales.

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El verano es una estación en la que las personas que toman medicamentos deben tener especial cuidado para evitar que las altas temperaturas, los viajes y la relajación en las pautas de administración influyan en la efectividad y seguridad de sus tratamientos. No en vano, las olas de calor (cuando se producen de forma continuada temperaturas de 40 grados) no solo afectan a las personas, sino también a los medicamentos, que pueden provocar problemas añadidos a los pacientes si no se conservan en buen estado, especialmente en personas que presentan factores de riesgo (mayores, pacientes crónicos, niños). Lo mismo ocurre si no se conservan de forma adecuada los medicamentos durante los distintos desplazamientos vacacionales.

Uso del medicamentoRespecto a la administración de los medicamentos, es muy importante tomar los fármacos de pie o sentado (no acostado) y en algunos casos, como en el del ibuprofeno, se debe mantener la posición erguida durante varios minutos. Asimismo, las grageas y cápsulas deben tomarse acompañadas de abundante cantidad de agua (un vaso y no solo unos sorbos) y los comprimidos efervescentes y los polvos deben tomarse inmediatamente después de que se hayan disuelto en medio vaso de agua. No se deben tomar medicamentos que se sospeche que han sufrido algún tipo de deterioro ni que hayan sido manipulados y antes (y después) de administrar un medicamento hay que lavarse las manos, especialmente en los casos de aplicación externa, y también debe lavarse la zona afectada.

Conservación del medicamentoEn materia de conservación es necesario respetar las condiciones que figuren en el envase: entre +2 y +8°C (frigorífico), medicamentos de conservación a una temperatura inferior a 25 o a 30°C y a temperatura ambiente cuando no haya menciones específicas al respecto.

Es importante saber que los medicamentos tienen que conservarse siempre en lugares limpios, frescos y secos. La cocina y el baño (lugares donde es muy habitual guardar los fármacos) no son lugares apropiados para conservar los medicamentos, ya que son estancias donde se suelen producir cambios bruscos de humedad y temperatura. Unas malas condiciones de

conservación pueden convertir los medicamentos en ineficaces y añadir riesgo de efectos indeseados, por eso también hay que mantener los fármacos dentro del envase original, protegidos de la luz, y en caso de usar pastilleros, conviene recortar los blíster para mantener las pastillas protegidas e identificadas.

Viajes y medicamentosAl viajar en verano también es todavía más importante extremar las condiciones de conservación de los medicamentos y transportarlos de manera que no sufran deterioro. Los medicamentos que tengan que conservarse en frigorífico deben ser transportados en condiciones que respeten la cadena de frío (embalaje isotérmico refrigerado con acumuladores de frío), pero sin provocar la congelación del producto y deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frio. Los medicamentos que tengan que conser-varse a una temperatura inferior a 25 o a 30°C, igual que los medicamentos a conservar a temperatura ambiente, no deben ser expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros, guanteras o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol. Se aconseja, como medida de prudencia, transportarlos en un embalaje isotérmico no refrigerado. No obstante, rebasar puntualmente estas temperaturas, hasta 40°C, no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad de estos medicamentos, ya que suelen presentar un límite superior de tolerancia.

Año 7 - Número 5 Setiembre - Octubre

En caso de viajar en avión, los medicamentos se deben llevar en el bolso de mano. No deben ser transportados en la bodega, donde se coloca el equipaje facturado, pues soporta muy bajas temperaturas en el aire o muy altas en la pista. Algunas formas farmacéuticas (supositorios, óvulos, cremas, …) son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor, sino la forma farmacéutica, por lo que todo medicamento cuya apariencia exterior esté visiblemente modificada no debe ser utilizado. Las formas líquidas (jarabes y suspensiones) tienen una estabilidad más limitada que las sólidas y son más sensibles a temperaturas elevadas. Se pueden conservar en frio y se deben mantener siempre limpios el frasco, el tapón y el dispositivo dosificador.

En los viajes también es conveniente identificar los medicamentos por el principio activo, ya que es la denominación universal, por lo que es muy útil en los viajes al extranjero y es básico para evitar duplicidades e interacciones.

Cumplimiento y adherencia terapéuticaAunque en verano es fácil relajar los hábitos, con los tratamientos farmacológicos no hay que relajarse. El paciente debe seguir de forma precisa las instrucciones que le hayan dado su médico o farmacéutico para cada medicamento: dosis, frecuencia y duración del tratamiento. En caso de olvido no hay que duplicar una dosis. Como norma general se aconseja que si han transcurrido más de dos horas desde la hora prevista de administración de un medicamento con posología de:• Una o dos veces al día: se debe tomar el fármaco lo antes posible siempre que la siguiente dosis no sea en unas pocas horas.• Tres o cuatro veces al día: no se debe tomar la dosis olvidada, sino esperar a la siguiente dosis.

En ambos casos debe continuar posteriormente con el horario habitual.

La duración de los tratamientos debe respetarse aunque se perciba mejoría. No obstante, hay que consultar al médico o al farmacéutico si se nota algún efecto adverso. Por otra parte, la adherencia terapéutica implica tanto el cumplimiento del tratamiento farmacológico prescrito como el cumplimiento de las recomendaciones dadas por el profesional sanitario sobre los hábitos o estilo de vida. Para el control de algunas enfermedades las medidas higiénico-sanitarias son tan importantes como la medicación y también hay que recordar que la prescripción médica y la indicación farmacéutica son siempre individuales para cada persona.

Ola de calorCuando los termómetros rondan los 40 grados, los medicamentos, si son utilizados correctamente, no se consideran desencadenantes de problemas de salud asociados al exceso de calor. Sin embargo, en función de su mecanismo de acción, determinados fármacos pueden alterar la adaptación del organismo a las elevadas temperaturas, lo que unido a factores de riesgo como la edad, las patologías crónicas o un uso inadecuado pueden incrementar los efectos negativos de las altas temperaturas.

Algunos medicamentos con los que hay que extremar las precauciones en ola de calor son:• Los fármacos diuréticos, que pueden facilitar aún más la pérdida de líquidos.• Los tranquilizantes y antidepresivos, que pueden impedir la pérdida de calor del organismo.• Los medicamentos que agravan los efectos del calor como, por ejemplo, los antihipertensivos, que hacen bajar la presión arterial.

Por otro lado es importante evitar la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, que pueden perjudicar el riñón en caso de deshidratación. Y en caso de fiebre evitar la toma de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación.En todo caso, los pacientes, ante cualquier duda sobre sus tratamientos deben consultar siempre a su médico para que, en caso de que sea necesario, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas.

Por último, para paliar los efectos del exceso de calor en el organismo, es muy útil seguir una serie de medidas higiénico-dietéticas, que van desde la ingesta de líquidos (no alcohol o bebidas azucaradas o con cafeína) sin tener sed hasta el uso de ropa ligera y holgada, pasando por el consumo de frutas y verduras y no exponerse al sol en exceso en las horas centrales del día. Además, conviene reconocer los síntomas del golpe de calor, que se caracteriza por reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones. El golpe de calor puede o no asociarse al ejercicio, siendo frecuente en adultos jóvenes y sanos que hacen ejercicio con temperaturas o humedades ambientales muy superiores a las normales.

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El verano es una estación en la que las personas que toman medicamentos deben tener especial cuidado para evitar que las altas temperaturas, los viajes y la relajación en las pautas de administración influyan en la efectividad y seguridad de sus tratamientos. No en vano, las olas de calor (cuando se producen de forma continuada temperaturas de 40 grados) no solo afectan a las personas, sino también a los medicamentos, que pueden provocar problemas añadidos a los pacientes si no se conservan en buen estado, especialmente en personas que presentan factores de riesgo (mayores, pacientes crónicos, niños). Lo mismo ocurre si no se conservan de forma adecuada los medicamentos durante los distintos desplazamientos vacacionales.

Uso del medicamentoRespecto a la administración de los medicamentos, es muy importante tomar los fármacos de pie o sentado (no acostado) y en algunos casos, como en el del ibuprofeno, se debe mantener la posición erguida durante varios minutos. Asimismo, las grageas y cápsulas deben tomarse acompañadas de abundante cantidad de agua (un vaso y no solo unos sorbos) y los comprimidos efervescentes y los polvos deben tomarse inmediatamente después de que se hayan disuelto en medio vaso de agua. No se deben tomar medicamentos que se sospeche que han sufrido algún tipo de deterioro ni que hayan sido manipulados y antes (y después) de administrar un medicamento hay que lavarse las manos, especialmente en los casos de aplicación externa, y también debe lavarse la zona afectada.

Conservación del medicamentoEn materia de conservación es necesario respetar las condiciones que figuren en el envase: entre +2 y +8°C (frigorífico), medicamentos de conservación a una temperatura inferior a 25 o a 30°C y a temperatura ambiente cuando no haya menciones específicas al respecto.

Es importante saber que los medicamentos tienen que conservarse siempre en lugares limpios, frescos y secos. La cocina y el baño (lugares donde es muy habitual guardar los fármacos) no son lugares apropiados para conservar los medicamentos, ya que son estancias donde se suelen producir cambios bruscos de humedad y temperatura. Unas malas condiciones de

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conservación pueden convertir los medicamentos en ineficaces y añadir riesgo de efectos indeseados, por eso también hay que mantener los fármacos dentro del envase original, protegidos de la luz, y en caso de usar pastilleros, conviene recortar los blíster para mantener las pastillas protegidas e identificadas.

Viajes y medicamentosAl viajar en verano también es todavía más importante extremar las condiciones de conservación de los medicamentos y transportarlos de manera que no sufran deterioro. Los medicamentos que tengan que conservarse en frigorífico deben ser transportados en condiciones que respeten la cadena de frío (embalaje isotérmico refrigerado con acumuladores de frío), pero sin provocar la congelación del producto y deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frio. Los medicamentos que tengan que conser-varse a una temperatura inferior a 25 o a 30°C, igual que los medicamentos a conservar a temperatura ambiente, no deben ser expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros, guanteras o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol. Se aconseja, como medida de prudencia, transportarlos en un embalaje isotérmico no refrigerado. No obstante, rebasar puntualmente estas temperaturas, hasta 40°C, no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad de estos medicamentos, ya que suelen presentar un límite superior de tolerancia.

Año 7 - Número 5 Setiembre - Octubre

En caso de viajar en avión, los medicamentos se deben llevar en el bolso de mano. No deben ser transportados en la bodega, donde se coloca el equipaje facturado, pues soporta muy bajas temperaturas en el aire o muy altas en la pista. Algunas formas farmacéuticas (supositorios, óvulos, cremas, …) son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor, sino la forma farmacéutica, por lo que todo medicamento cuya apariencia exterior esté visiblemente modificada no debe ser utilizado. Las formas líquidas (jarabes y suspensiones) tienen una estabilidad más limitada que las sólidas y son más sensibles a temperaturas elevadas. Se pueden conservar en frio y se deben mantener siempre limpios el frasco, el tapón y el dispositivo dosificador.

En los viajes también es conveniente identificar los medicamentos por el principio activo, ya que es la denominación universal, por lo que es muy útil en los viajes al extranjero y es básico para evitar duplicidades e interacciones.

Cumplimiento y adherencia terapéuticaAunque en verano es fácil relajar los hábitos, con los tratamientos farmacológicos no hay que relajarse. El paciente debe seguir de forma precisa las instrucciones que le hayan dado su médico o farmacéutico para cada medicamento: dosis, frecuencia y duración del tratamiento. En caso de olvido no hay que duplicar una dosis. Como norma general se aconseja que si han transcurrido más de dos horas desde la hora prevista de administración de un medicamento con posología de:• Una o dos veces al día: se debe tomar el fármaco lo antes posible siempre que la siguiente dosis no sea en unas pocas horas.• Tres o cuatro veces al día: no se debe tomar la dosis olvidada, sino esperar a la siguiente dosis.

En ambos casos debe continuar posteriormente con el horario habitual.

La duración de los tratamientos debe respetarse aunque se perciba mejoría. No obstante, hay que consultar al médico o al farmacéutico si se nota algún efecto adverso. Por otra parte, la adherencia terapéutica implica tanto el cumplimiento del tratamiento farmacológico prescrito como el cumplimiento de las recomendaciones dadas por el profesional sanitario sobre los hábitos o estilo de vida. Para el control de algunas enfermedades las medidas higiénico-sanitarias son tan importantes como la medicación y también hay que recordar que la prescripción médica y la indicación farmacéutica son siempre individuales para cada persona.

Ola de calorCuando los termómetros rondan los 40 grados, los medicamentos, si son utilizados correctamente, no se consideran desencadenantes de problemas de salud asociados al exceso de calor. Sin embargo, en función de su mecanismo de acción, determinados fármacos pueden alterar la adaptación del organismo a las elevadas temperaturas, lo que unido a factores de riesgo como la edad, las patologías crónicas o un uso inadecuado pueden incrementar los efectos negativos de las altas temperaturas.

Algunos medicamentos con los que hay que extremar las precauciones en ola de calor son:• Los fármacos diuréticos, que pueden facilitar aún más la pérdida de líquidos.• Los tranquilizantes y antidepresivos, que pueden impedir la pérdida de calor del organismo.• Los medicamentos que agravan los efectos del calor como, por ejemplo, los antihipertensivos, que hacen bajar la presión arterial.

Por otro lado es importante evitar la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, que pueden perjudicar el riñón en caso de deshidratación. Y en caso de fiebre evitar la toma de paracetamol debido a su ineficacia para tratar la insolación.En todo caso, los pacientes, ante cualquier duda sobre sus tratamientos deben consultar siempre a su médico para que, en caso de que sea necesario, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas.

Por último, para paliar los efectos del exceso de calor en el organismo, es muy útil seguir una serie de medidas higiénico-dietéticas, que van desde la ingesta de líquidos (no alcohol o bebidas azucaradas o con cafeína) sin tener sed hasta el uso de ropa ligera y holgada, pasando por el consumo de frutas y verduras y no exponerse al sol en exceso en las horas centrales del día. Además, conviene reconocer los síntomas del golpe de calor, que se caracteriza por reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones. El golpe de calor puede o no asociarse al ejercicio, siendo frecuente en adultos jóvenes y sanos que hacen ejercicio con temperaturas o humedades ambientales muy superiores a las normales.

Fuente: https://www.interempresas.net/Farmacia/Articulos/143387-Sefac-publica-unas-recomendaciones-para-el-uso-de-medicamenteos-en-verano.html

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Año 7 - Número 5 Setiembre - Octubre

Efectos del modelo de Atención Farmacéutica en laadherencia a medicamentos y control glicémico en

pacientes con diabetes mellitus de tipo 2

AntecedentesLa diabetes mellitus es una enfermedad crónica de por vida que requiere la autogestión. La modificación del estilo de vida y adherencia a los medicamentos antidiabéticos son los principales factores determinantes del éxito terapéutico en el tratamiento de la diabetes.

ObjetivoEvaluar los efectos de un modelo de Atención Farmacéutica (AF) en la adherencia a la medicación y los niveles de glucemia de las personas con diabetes mellitus tipo 2.

Pacientes y métodosUn total de 241 personas con diabetes mellitus tipo 2 fueron reclutados de un hospital docente en Malasia y se asignaron al azar para un grupo control (n = 121) o grupo intervención (n = 120). Los participantes en el grupo de intervención recibieron AF de un farmacéutico con experiencia, mientras que los del grupo de control se les proporcionó el servicio de farmacia estándar. La adherencia al tratamiento se evaluó mediante el Malaysian Medication Adherence Scalemedicación y los niveles de glucemia (valores de hemoglobina glucosilada y la glucemia en ayunas) de los participantes se obtuvieron al inicio del estudio y después de 4, 8 y 12 meses.

ResultadosAl inicio del estudio, no hubo diferencias significativas en los datos demográficos, adherencia a la medicación, y los niveles de glucemia entre los participantes en los grupos de control y de intervención.

Sin embargo, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en la glucemia en ayunas y los valores de hemoglobina glicosilada entre los grupos en el mes 4, 8 y 12 después de la prestación de AF. La adherencia al tratamiento también se asoció significativamente con la provisión de AF, con una proporción mayor en el grupo de intervención que en el grupo control lograrlo (75,0% frente a 58,7%; P = 0,007).

ConclusiónLa provisión de AF tiene efectos positivos sobre la adherencia a la medicación, así como el control de la glucemia de las personas con diabetes tipo 2. Por lo tanto, el modelo de AF utilizado en este estudio debe ser replicado en otros centros de atención de la salud en beneficio de más pacientes con diabetes tipo 2.

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El Boletín del Centro de Atención Farmacéutica (CAF) es una publicación bimestral de difusión libre en formato electrónico, dirigido a los profesionales de salud con el objetivo de difundir información y

contribuir con la implementación y desarrollo de la Atención Farmacéutica.

Boletín del CAFDirector General: QF César Amaro Suárez

Directora Ejecutiva de DAUM: QF Elvira Rojas TorresResponsable del Equipo de Atención Farmacéutica: QF Aldo Álvarez Risco

Coordinación: QF Zhenia Solis Tarazona, QF Esha Matos ValerioRedacción: Equipo de Atención Farmacéutica - DIGEMID

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AntecedentesLa diabetes mellitus es una enfermedad crónica de por vida que requiere la autogestión. La modificación del estilo de vida y adherencia a los medicamentos antidiabéticos son los principales factores determinantes del éxito terapéutico en el tratamiento de la diabetes.

ObjetivoEvaluar los efectos de un modelo de Atención Farmacéutica (AF) en la adherencia a la medicación y los niveles de glucemia de las personas con diabetes mellitus tipo 2.

Pacientes y métodosUn total de 241 personas con diabetes mellitus tipo 2 fueron reclutados de un hospital docente en Malasia y se asignaron al azar para un grupo control (n = 121) o grupo intervención (n = 120). Los participantes en el grupo de intervención recibieron AF de un farmacéutico con experiencia, mientras que los del grupo de control se les proporcionó el servicio de farmacia estándar. La adherencia al tratamiento se evaluó mediante el Malaysian Medication Adherence Scalemedicación y los niveles de glucemia (valores de hemoglobina glucosilada y la glucemia en ayunas) de los participantes se obtuvieron al inicio del estudio y después de 4, 8 y 12 meses.

ResultadosAl inicio del estudio, no hubo diferencias significativas en los datos demográficos, adherencia a la medicación, y los niveles de glucemia entre los participantes en los grupos de control y de intervención.

Sin embargo, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en la glucemia en ayunas y los valores de hemoglobina glicosilada entre los grupos en el mes 4, 8 y 12 después de la prestación de AF. La adherencia al tratamiento también se asoció significativamente con la provisión de AF, con una proporción mayor en el grupo de intervención que en el grupo control lograrlo (75,0% frente a 58,7%; P = 0,007).

ConclusiónLa provisión de AF tiene efectos positivos sobre la adherencia a la medicación, así como el control de la glucemia de las personas con diabetes tipo 2. Por lo tanto, el modelo de AF utilizado en este estudio debe ser replicado en otros centros de atención de la salud en beneficio de más pacientes con diabetes tipo 2.

Fuente: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4159395/pdf/ppa-8-1185.pdf

Año 7 - Número 5 Setiembre - Octubre