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¿PUEDE LA MUJER PREDICAR? La Iglesia de Dios de la Fé de Jesús Tomo: XI, No. 526

Por: Germán Romero

MINISTERIO DE LA MUJER EN LA IGLESIA.

¿Puede la mujer predicar? ¿Es bueno seguir el legalismo y las tradiciones? Muchos se hacen esa pregunta, y hay muchas personas en desacuerdo con que la mujer predique o tenga algún ministerio; para empezar también les haría una pregunta, ¿Por qué no puede predicar una mujer? Tanto la prédica como cualquier ministerio no es dado por capricho humano, sino que es dado por el Espíritu Santo a quien Él quiera darlo. Por más que alguien se afane en lograr un ministerio por propia voluntad jamás podrá lograrlo, si no es por voluntad de Dios; ahora bien, si Dios le da algún ministerio a una mujer, ¿quién se atreverá a estorbar lo que El Señor quiere hacer? Leemos en (1 Corintios 12:11) “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”. Esto es a la iglesia, la cual está conformada de muchos miembros en donde todos y todas formamos parte de un solo cuerpo y de la cual Jesucristo es la cabeza. (1 Corintios 12:12) “Porque, así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.” Y en el verso 13 “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”. Entonces vemos que, de acuerdo con las Escrituras, la palabra iglesia no solo se refiere a los varones, sino que las mujeres también son parte de la iglesia y por lo tanto del cuerpo y así como en el cuerpo humano, cada miembro tiene su función en la iglesia cada miembro tiene una función, según el don que el Espíritu le dé a cada uno. (1 Corintios 12:14) “Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos” verso 15; “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?” verso 16 “Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?” verso 17 “Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?” Y si le dijésemos a la mujer porque eres mujer no eres parte del cuerpo y si no eres parte del cuerpo no eres parte de la iglesia, entonces el

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cuerpo de Cristo no estaría completo pues le harían falta miembros. Pero vemos que Dios no hace acepción de personas sean hombres o mujeres todos somos parte de un solo cuerpo. (1 Corintios 12:18) “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.” Verso 19 “Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?” verso 20 “Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.” Ahora bien, aclarado el lugar que tiene la mujer en el cuerpo de Cristo, esto es en la iglesia; veamos a quien son dados los dones espirituales que son los ministerios individuales para provecho de la iglesia. (1 Corintios 12:7) “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”. Verso 8; “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;” verso 9; “a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.” Verso 10; “A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.” Verso 11; “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Aquí el apóstol Pablo nos dice que los dones se reparten según la voluntad del Espíritu Santo que en todos es el mismo, entonces comprendemos que es a quien quiere darlos sea mujer o sea hombre siendo parte de un solo cuerpo. (1 Corintios 12:18) “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso”. Verso 19; “Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?” Verso 20; “Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo”. Dios es el que conforma el cuerpo según el puro afecto de Su voluntad, para perfeccionarlo a la manera de alcanzar la estatura del varón perfecto que es Cristo y no el hombre. (Efesios 4:11) “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,” (4:12) “a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. En ningún momento la Palabra dice que solo los varones pueden pararse tras un pulpito para dar a conocer el evangelio de Jesucristo, sino más bien dice que todo el cuerpo -y esto incluye a la mujer- debe predicar las buenas nuevas a las naciones. La mujer es y ha sido parte fundamental de la iglesia de todos los tiempos, dejemos ya los rudimentos, que son las tradiciones de los hombres, estas son la ley que fue dada a un pueblo por su manera de vivir y sus costumbres, ya no estamos bajo el yugo de la ley ahora vivimos bajo la Gracia que es don

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gratuito por parte del Señor hacia cada uno de los y las que creemos en El. (Efesios 2:8) “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;” Verso 9; “no por obras, para que nadie se gloríe.” Porque para Cristo no hay diferencia entre hombre y mujer, y si para El no hay diferencia ¿porque vamos nosotros a diferenciar entre hombre y mujer espiritualmente? (Gálatas 3:27-28) “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Aún más, en el antiguo testamento vemos una profecía donde todos trabajaríamos por igual en las obras de Dios, hombres y mujeres. (Joel 2:28-29) “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.” Entonces vemos que el mismo Espíritu sería derramado por igual a hombres y mujeres. Ahora la pregunta sería, ¿porque no pueden predicar las mujeres? Y la respuesta es; claro que si pueden según la Palabra de Dios.

Legalismo, religión, tradición. Ahora bien, habrá algunos que se cuelguen de lo que dice Pablo en (1 Timoteo 2:11-12) “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.” Pero recordemos que aquí Pablo hablaba a un pueblo en donde no se le permitía a la mujer entrar a una sinagoga, sino que la costumbre era que la mujer escuchara desde afuera de la misma, y en ocasiones la mujer en vez de poner atención a lo que se predicaba, se dedicaba a platicar distrayéndose de las enseñanzas, a esto es a lo que se refería Pablo con respecto a las mujeres, entonces repetimos que se debe dejar atrás las tradiciones de los hombres, que son los rudimentos de la vieja enseñanza y actualizarnos a las necesidades de la iglesia de hoy día, y esto se aplica también para (1 Corintios 14:33-35) entonces entendemos la frase de que; si quieren aprender algo que pregunten en casa a sus maridos, esto es porque la mujer no tenía acceso al interior de la sinagoga o iglesia primitiva, sino que escuchaba desde afuera y no podía ni siquiera preguntar nada. Entonces el varón le resolvía sus dudas en casa. "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracia. Mirad que nadie os engañe por

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medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Colosenses 2:6-8). Hablaba a los mismos judíos tradicionalistas. Entonces ¿por qué continuar con las tradiciones ya obsoletas para los cristianos?; además Pablo hace hincapié al decir no permito a la mujer… no dice el Señor no lo permite si no que hace énfasis al decir yo no permito según su pensamiento, y el pensar de esa época, en él es conocido que a veces daba su opinión personal a la gente como vemos en los siguientes versículos. (1 Corintios 7:6-7) “Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.” Y también en (1 Corintios 7:12) “Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.” 1=digo “por vía de concesión”; 2= yo digo “no el Señor”; 3= “no permito (yo) a la mujer”. Entonces vemos el mismo patrón en Pablo al expresar su propia opinión. Pablo era dado a expresar sus pensamientos, pero cuidando de hacerlos notar, para no confundir, así que como lo comenté antes; el tiempo de los legalismos y las tradiciones quedaron atrás, esto es; si en verdad creemos en el propósito que vino a cumplir Jesús (2 Corintios 3:14-18) “Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado .Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” Jesús mismo rompió los legalismos judíos como vemos en (Juan 13:6-9) “Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.” La esposa o las hijas tienen el deber de lavar al padre la cara, las manos y los pies. Pero el judío varón no puede exigir esto a otro varón, ni siquiera de un esclavo judío; solamente de un esclavo no judío. De ahí la importancia de la acción y actitud de Jesús, y la explicación, por lo menos parcial, de la reacción de Pedro.

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Por una mujer Jesús llego a los gentiles. Y rompe nuevamente con la tradición (Marcos 7:26-29) “La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.” ¿Entonces es lícito seguir con las tradiciones humanas contraviniendo los ejemplos de Jesús? Nuestra sociedad enfrenta muchos problemas, muchos de ellos están relacionados con roles sexuales y distinciones. Estos problemas también son problemas en la iglesia. Los extremos en nuestra sociedad crean temor sobre el deterioro de las estructuras familiares u otros cambios que puedan ocurrir. El estímulo de las mujeres en el ministerio no viene de estos extremos y no debería contribuir a estos temores. Tener a mujeres en el ministerio no solamente liberará las energías de la Iglesia para la proclamación del evangelio, sino también tener a mujeres en papeles del ministerio ayudará a la iglesia tratar de una manera más honesta y completa que antes el significado de ser un hombre y el significado ser una mujer. El ministerio de la iglesia es una tarea enorme y muchas veces difícil. Los dones y las habilidades de las mujeres se necesitan tanto como las de los hombres. Las mujeres se toparán con los mismos problemas que los hombres, pero la Iglesia no puede darse el lujo de levantar obstáculos adicionales que inhibirían su ministerio. Es tiempo de dejar que el Espíritu de Dios trabaje por medio de todo el pueblo de Dios, incluyendo a las mujeres. Disfrutar la libertad del Espíritu no solamente significará que las mujeres pueden ministrar, pero que el pueblo de Dios también permitirá que se les ministre por parte de todos aquellos que son llamados por Dios y son dotados por Dios.