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  • LOS PLANTEAMIENTOS DE LOCKE COMO ANTECEDENTES DELMODELO PROTECCIONISTA

  • INTRODUCCIN

    Es evidente que en el extenso periodo de tiempo que transcurre entre los siglosIV a.C. y XVII d.C. existen aportaciones relevantes desde muy distintos mbitosrespecto a la manera en que los nios son percibidos, o en la que son entendidas lasrelaciones que han de tener con sus padres y con los otros miembros de la sociedad (decul ha de ser la posicin que se les ha de reconocer tanto en el mbito de la familiacuanto en el ms amplio de la sociedad). No obstante, y aceptando la necesaria falta deprecisin que a este respecto me obliga el propsito de la presente investigacin, creoque es con los planteamientos de John Locke cuando se puede clara y definitivamenteapreciar el siguiente cambio trascendentalmente significativo en las concepcionestericas, y en las consiguientes aplicaciones prcticas, que atienden a las cuestionesrelacionadas con el tratamiento jurdico debido a los nios.

    As, aunque es claro que los planteamientos de Platn y Aristteles no semantuvieron intactos con el transcurso del tiempo y que incluso se puede afirmar que noexisti una autntica continuidad de esos planteamientos en las posteriorescontribuciones tericas y en la realidad que los nios vivieron, s es posible sealar queesas contribuciones y esa realidad siguieron marcadas en sus lneas maestras por la granfuerza de los planteamientos de los dos autores griegos. Su tremendo impulso todava sepoda apreciar en la teora y en la prctica de la Inglaterra del siglo XVII, los niosseguan siendo considerados seres imperfectos, completamente sometidos al control y

    As, se puede entender la afirmacin que realiza Tucker en su estudio de la situacin de los niosmenores de siete aos en la Inglaterra de los dos siglos anteriores a Locke: ...conviene subrayar que loshombres y mujeres de comienzos de la Edad Moderna, en la medida en que pensaban en los nios lohacan en trminos jerrquicos. Los nios se hallaban en lo ms bajo de la escala social. Raras veces separaban a pensar que eran seres humanos. Y eso a pesar de que le mismo Tucker reconozca que, debidoprincipalmente a la influencia del cristianismo, la concepcin del nio como ser inocente tambin sehabra paso en la mentalidad social y, en cierto sentido, se les valoraba. Pues: Si bien los nios sehallaban en lo ms bajo de esta escala, exista una verdadera ambivalencia con respecto a ellos. (...) Estaambigedad se extenda a la consideracin de los nios como buenos o malos y a su inclusin o exclusinde la sociedad de los adultos. Teniendo por modelo a Cristo nio, cmo era posible que los nios nofueran inocentes? Carecan de deseo sexual; no conocan el mal a la manera de los adultos. La SagradaEscritura deca que es preciso hacerse nio para entrar en el Reino de los Cielos.... Despus seala: Esevidente que los nios estaban cobrando la importancia suficiente como para que se escribiera acerca deellos. (...) El primer libro ingls [que no, como bien seala Tucker, el primero europeo] sobre pediatra sepublic en 1545. Su autor, el mdico Thomas Phayre.... Y, finalmente, advierte del cambio que seproduca a principios del siglo XVII, sealando como en el perodo de los siglos que estudia: ...es unaconstante la conviccin de que hay que inculcar a los nios el respeto y el sometimiento a los padres. Si sepuede discernir un cambio es en el mbito de los cuidados fisicos donde se observa. Se atribuye mayor

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  • voluntad de sus padres. Todava estaba presente la concepcin del nio como simplepropiedad de los padres (en este aspecto la influencia del Estagirita fue mucho mayorque la del Ateniense pues las relaciones familiares adquirieron una importanciapreeminente, siendo el hio concebido antes como parte de la familia que como parte dela sociedad)2. Sin embargo, toda esa concepcin terica fue definitivamente arrumbadagracias tambin a la significativa aportacin de Locke. En realidad, casi hasta resulta

    valor al nio y se pone mayor empeo en complacerle atendiendo a su bienestar fsico y procurando sufelicidad. Va en aumento el nmero de nios a los que se reconoce su carcter de seres humanos conproblemas de desarrollo diferentes de los propios de los adultos.... (En Tucker, M. S.: El nio comoprincipio y fin: la infancia en la Inglaterra de los siglos XV y XVI, en deMause, Lloyd (ed): Historia dela infancia, versin espaola de Mara Dolores Lpez Martnez, col. Alianza Universidad, AlianzaEditorial, Madrid, 1994, pgs. 257; 258; 262 y 285).2 As, en el mismo estudio de Tucker antes citado, podemos ver el siguiente pasaje que, pese a estar enprincipio referido a la disciplina en la educacin, ya haba advertido ...la disciplina tal como semanifestaba en la educacin (...) hace ver las actitudes predominantes en el trato de los nios; y es que sibien la educacin formal estaba reservada a las clases altas de la sociedad, la extensin de lasconsideraciones que aqu realiza Tucker parece claro que abarcara a la generalidad de los nios: La basede la disciplina educativa era el adagio bblico: Prescinde del castigo y malcriars al nio. Aprincipios del siglo XV este adagio se convirti en el proverbio Quien no usa de la vara odia a suhijo, que perdur en admoniciones posteriores, como Con ms amor y temor castiga el padre al hijoms querido. Desde el punto de vista psicolgico, los padres reconocan que la aceptacin de suautoridad dependa de que se inculcara respeto y reverencia hacia ellos y hacia el sistema jerrquico.Esperaban una obediencia basada en la aceptacin racional del carcter natural de su posicin en elsistema jerrquico en que elreyeraelpalerpatriaeparasupueblo,delamismamaneraqueunpadretenapotestadsobresuesposaysushijos.Legalmente,lasmujeresyloshijossehallabanenunaposicinsubordinada;eranmerascosasdelascualesseusaracomoelpadrejuzgaraoportuno. Poco importabaque la obediencia se lograra a travs del amor y el afecto y no a trvs del dolor y el temor mediante lafrecuente administracin de palizas; legalmente el padre tena derecho a hacerlo. Es posible que algunospadres se complacieran en pegar a esposas e hijos y en pensar en la vieja mxima: Al igual que unaespuela aguzada hace correr al caballo, una vara hace aprender al nio (1475). (En Tucker, M. S.: Elni como principio y fin: la infancia en la Inglaterra de los siglos XV y XVI, cit., pg. 277. Elsubrayado es mo).

    En este mismo sentido resulta muy revelador el estudio que realiza Helmholz, sobre la violenciadomstica entre padres e hijos en Inglaterra entre los aos 1400 y 1640, a travs del anlisis de cientos deactas de los tribunales espirituales (spiritual courls, los tribunales de la Iglesia, que eran los que demanera principal se encargaban de la jurisdiccin relativa a las cuestiones que afectaban al Derecho defamilia). Lo que ms me interesa resaltar aqu de ese estudio de Helmholz es, primero, y de maneraprincipal, que, pese a que se pudiesen encontrar normas legales, y acciones de los tribunales, queapuntasen a la defensa de derechos de los nios, en realidad tanto el Derecho como la accin de lostribunales encargados de conocer de los asuntos relacionados con la familia, no suponan ningnantecedente de lo que sera un sistema de proteccin legal de los menores, pues, incluso limitaciones alpoder parental que existan en el Derecho cannico, no eran puestas en prctica por los tribunales de laIglesia; sino que ese Derecho y la accin de esos tribunales tenan como objetivo fundamental mantener laautoridad parental sobre los hijos. Autoridad que no se consideraba que pudiese ser vulnerada tanto porlas acciones de los padres cuanto por las acciones ofensivas de los hijos hacia sus padres; por lo que,consecuentemente, deban hacer actos pblicos que permitiesen restablecer dicha autoridad. Y, segundo,que al menos en la Inglaterra de esos siglos no exista una concepcin de la familia como lugar deprivacidad en el que las relaciones entre sus miembros no fuesen objeto de intervencin pblica; pues porlo menos los tribunales eclesisticos s tenan reconocida esa capacidad (y no slo para los casos demaltrato a los padres). (Vase este estudio en Helmholz, R. H.: And were there childrens rights inearly modern England? The canon law and intra-family violence in England, l400-l640, en TheInternational Journal of Children s Rights, nm. 1, 1993, pgs. 23-32).

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  • natural que fuese un autor tan crtico con el denominado principio de autoridad3 el quese encargase de encabezar el rechazo a es tradicional y comnmente aceptadaconcepcin cuyos orgenes hemos podido apreciar nada menos que en autores tansignificativos como son Platn y Aristteles.

    Como despus veremos el pensamiento de Locke en relacin con los niosresulta consistente y adquiere pleno sentido dentro del conjunto de la obra del filsofoingls. De esta manera, es necesario constatar que la superacin que hace del que aqu seha denominado como modelo platnico-aristotlico no responde a un ataque directo almismo, sino que su definitivo rechazo es, en principio, el efecto indirecto de unapolmica en el mbito filosfico-poltico. Robert Filmer al escribir su obra msinfluyente: Patriarca. O el poder natural de los reyes, pretendi realizar una defensa dela monarqua absoluta comparando el poder poltico del monarca con el poder paternaldel padre de familia, para lo cual se sirvi de la vieja construccin terica queconsideraba al nio (como haba de considerarse a los sbditos) como un ser carente delibertad natural, carente de cualquier derecho, sometido al padre de forma que ste erasu dueo absoluto (como deba de serlo el monarca de los sbditos) con toda la potestadsobre l, sin ms lmite que la de su propia voluntad. Por eso Filmer en el siglo XVIItodava fue capaz de recomponer el antiguo modelo de relaciones padres-hijos queAristteles configurara en el que el nio no dejaba de tener la consideracin de una merapropiedad del padre, al que deba una completa obediencia y respeto, y en el que alpadre se le reconoca todo el poder sobre su hijo, incluido el de quitarle la vida, que a l,y no al propio nio, perteneca4.

    Locke, considerado tambin el padre del liberalismo moderno, dirigir susataques en filosofia poltica contra las teoras absolutistas, dedicando su Primer Tratado

    Como acertadamente seala Quick: ...Pocos pensadores [como Locke] han tenido nunca tan pocorespeto por la tradicin y la autoridad. (En Quick, H.: Prefacio, Biografia y Crtica, en Locke, John:Pensamientos acerca de la educacin, traduccin y notas por D. Barns, Editorial Humanitas, Barcelona,1982, pg. LIX). Es interesante observar cmo pese a esa reconstruccin del poder paterno del Estagirita, sin embargo, la

    pretensin de Filmer, que era poltica, supona, precisamente, el rechazo de una concepcin del poderpoltico que poda remontarse tambin a Aristteles. As lo hace Spitz, quien seala como para la defensadel absolutismo ilimitado que Filmer pretenda se hizo necesario rechazar el aristotelismo (continuado porSanto Toms) que converta al rey en el instrumento y no en el creador de la ley y la justicia; concepcinque conduca a la creencia de que el pueblo poda controlar de alguna manera las acciones del rey, eincluso justificar- como ya haba hecho Santo Toms- un posible derecho de resistencia, en su caso. Deesta manera, la solucin por la que opt Filmer fue por la equiparacin del poder del rey a la del padre;segn Spitz la nica teora que ha existido en la filosofa poltica que es autnticamente patriarcal, con unpatriarcalismo legal, de la autoridad poltica. (Vase as en Spitz, Jean-Fabien: Ltat et la famille, enDroits. Revuefranais de thorie juridique, nm. 16: ltat / 2, 1992, pgs. 64-65).

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  • sobre el Gobierno Civil a rebatir los argumentos presentados por Filmer en su Patriarcaque en aquellos momentos gozaba de gran predicamento y se haba convrtido en unlibro fundamental para el partido absolutista5, y su Segundo Tratado sobre el GobiernoCivil a defender sus propios argumentos sobre el origen y constitucin de un modelo deEstado que sera el de la monarqua liberal parlamentaria. Por eso, al tratar de mostrar lafalsedad de los argumentos presentados por Filmer, refuta aqul que serva de principalfundamento tanto a su propia construccin de teora poltica, cuanto a la que se podraconsiderar como propia del denomiando modelo platnico-aristotlico en lasrelaciones paterno-fihifales, en la que se basa. As, construye a su vez, una nueva teoraque tanto en el modelo poltico, cuanto respecto a la forma de entender a los nios y susrelaciones con sus padres, sigue todava estando en gran medida vigente en laactualidad6.

    De esta manera, Locke dirigir su ataque al propio centro de la teora de Filmeral propugnar que los hombres nacen libres e iguales en derechos. Y si debido a lavulnerabilidad e incapacidad que caracteriza a la infancia, el nio no puede ejercer esalibertad ni considerarse en un estado de igualdad con sus padres (y el resto de losadultos), sin embargo, hay que entender que se es su destino. Y, de igual forma, darLocke tambin el paso fundamental al traducir esa idea en derechos de los nios: losnios nacen con los derechos que les han de permitir el desarrollo suficiente y adecuadode sus capacidades que les ha de convertir en adultos libres e iguales ante la ley. Lasociedad en su conjunto, y en particular los padres, han de reconocer y respetar esos

    En este seniido, seala Gambra en su Estudio Preliminar: La dificil posicin de Carlos II no estaba en680 necesitada slo de recursos econmicos para su lucha con el Parlamento, sino de un fundamentoterico que calase estrtos profundos de la mentalidad ambiental. Este no pudo ser otro que elpatriarcalismo de Filmer, mucho ms oportuno en el momento -por paradjico que parezca- que suconcepcin bodiniana del poder absoluto. As -bien imprevisiblemente para su autor y pese a la mediocreelaboracin de la obra- El Patriarca de Filmer se convierte en la teora oficial de la monarqua inglesadurante los dos ltimos Estuardos, al igual que los Ensayos sobre el Gobierno Civil de Locke lo sernpara la nueva monarqua parlamentaria de Guillermo de Orange, tras la expulsin de Jacobo II en 1688.(En Gambra, Rafael: Estudio Preliminar, en La polmica Filmer-Locke sobre la obediencia poltica,estudio preliminar de Rafael Gambra; texto, traduccin y notas de Carmela Gutirrez de Gambra, col.clsicos polticos, lnstituio de Estudios Polticos, Madrid, 1966, pgs. XXIII-XXIV).6 Seala, en este sentido, Tarcov: Lbs Dos Tratados se presentan como un ataque, y una alternativa, alpatriarcalismo de Sir Robert Filmer, una doctrina poltica explcitamente basada en una ciertacomprensin de la relacin entre padres e hijos. (...) El Segundo tratado no slo se limita a plantear lapropia doctrina posiiva de Locke, independientemente de su tediosa refutacin de Filmer en el Primertratado (...) Por el contrario, muchos de los temas cruciales del Segundo tratado y los enfoques que Locketiene acerca de ellos, son parte fundamental de su refutacin de Filmer. Y despus, en el mismo sentido:Las necesidades propias de la polmica de Locke contra Filmer fueron las que lo llevaron a ofrecer unanlisis de la familia y de los derechos y deberes de padres e hijos. (En Tarcov, Nathan: Locke y la

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  • derechos; y, as, el poder paternal tiene en esos derechos su lmite y a la vez el contenidoque le da sentido, por lo que su principal funcin ser cuidar y proteger a! vulnerable eincapaz nio a fin de que ste pueda conseguir su adecuado desarrollo.

    Este reconocimiento de derechos de los nios supone el punto de inflexin apartir del cual se ha de entender definitivamente superada la concepcin que hedenominado como platnico-aristotlica, y comienza la concepcin que se denominaproteccionismo7. Por eso resulta de gran inters detenernos en el pensamiento de Lockey observar como con l se establecen las bases de esa amplia corriente del pensamientofilosfico-jurdico que se puede englobar bajo la amplia denominacin deproteccionismo y que ha imperado a la hora de ofrecer soluciones a las cuestiones queen relacin con los menores se han ido planteando en el mundo occidental desdeentonces.

    educacin para la libertad, traduccin de Cristina Pia, col. Temas, Grupo Editor Latinoamericano,Buenos Aires, Argentina, 1991, pgs. 12 y 21). En este sentido resultan de inters las indicaciones que realiza Cohen: primero al sealar explcitamentea Locke en el comienzo del proteccionismo, y segundo al sealar indirectamente la superacin de lo quesupona una parte esencial de la concepcin propia del modelo que he denominado como platnicoaristotlico. As, por una parte, Cohen determina que es en el pensamiento de Locke en donde yapodemos ver claramente articulada la ideologa proteccionista (aunque, evidentemente, sta haya tenidoun necesario desarrollo en los tres siglos transcurridos desde entonces). Y, tambin nos ofrece, basndoseen el prrafo 56 del Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil de Locke, un esquema en cinco puntos delo que seria el ideario bsico del proteccionismo y que, consiguientemente, se encuentra ya en Locke. Deesos cinco puntos el que ms me interesa ahora es el primero, en el que Cohen expresamente seala quelos nios ya no son simple propiedad. Lo que significa, segn lo expone, que si bien los nios pueden serconsiderados como propiedad de Dios, se rechaza su posible consideracin como propiedad de sus padres(y habra que aadir que tambin de la comunidad, aunque su manifestacin no sea entonces el intersprincipal de Locke); y, para nosotros, que se rechaza una parte esencial de esa concepcin que he venidodenominando como platnico-aristotlica.

    Los otro cuatro puntos que seala Cohen seran: que los nios tienen sus propios futuros; que losnios carecen de capacidades humanas, pero no de la humanidad; que la debilidad de los nios es unafuente de la autoridad parental, que a su vez es una fuente de la obligacin parental; y que los padrespueden conocer y hacer lo que es lo mejor para los nios. Pero todas estas cuestiones sern desarrolladaen su momento. (Vase esta exposicin de Cohen en Cohen, Howard: Equal rights for children,Littlefield, Adams & Co., Totowa, N.J., 1980, pgs. 5-7).

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  • 1 LA CONCEPCIN DEL NIO

    1. El nio como ser imperfecto.

    Quizs sea en la concepcin del nio donde ms puntos de conexin existe entrelos planteamientos de Locke y los planteamientos que seran propios de un modeloplatnico-aristotlico, en cuanto que el nio se concibe como un ser imperfecto queslo alcanzar la perfeccin en la adultez. As seala explcitamente en su SegundoTratado sobre el Gobierno Civil: Adn fue creado en un estado perfecto; su cuerpo ysu alma estaban en completa posesin de sus facultades fisicas y mentales. Y as, desdeel primer instante de su existencia, fue capaz de valerse por s mismo y de preservarse ygobernar sus acciones segn los dictados de la ley de la razn que Dios habaimplantado en l. A partir de Adn, el mundo ha sido poblado por sus descendientes, loscuales nacen, sin excepcin, dbiles y desamparados, sin conocimiento o entendimiento.Ms, a fin de remediar los defectos de este estado imperfecto hasta que el crecimiento yla edad fueran mejorndolo y llegaran a eliminar dichos defectos por completo..

    Considerar que el nio es un ser imperfecto necesariamente hace que el enfoquevaya dirigido hacia el futuro adulto, lo que se pretende es alcanzar un desarrolloconcreto de las cualidades de la persona. Si el enfoque est en el futuro, lascaractersticas que son valoradas de manera positiva son las que son propias de laadultez, la niez es una simple etapa que hay que superar y que sirve para prepararsepara el futuro9, pero no hay cualidades del nio que sean positivas de por s, slo losern en la medida en que sirvan para poder desarrollar mejor las cualidades del futuroadulto (por ejemplo, si se considera positiva la curiosidad natural del nio es porque lamisma permite que el nio pueda aprender mucho ms fcilmente todos los

    8 En Locke, John: Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, Traduccin, prlogo y notas de CarlosMellizo, col. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid, 1998, cit., pg. 78. Tambin puede verse enel mismo sentido en Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, en Pensamientossobre la educacin, Traduccin La Lectura y Rafael Lasaleta, Prlogo de Mariano Fernndez Enguita,col. akal bolsillo, Akal, Madrid, 1986, pgs. 113-114 y 135.

    Y como bien seala Archard, la caracterstica fundamental para Locke ser el desarrollo adecuado de larazn. Por lo que la niez, en la que se parte de la ausencia de cualquier conocimiento, se convierte en unestado de imperfeccin, del que se ir saliendo paulatinamente, segn se vaya adquiriendo conocimientosy desarrollando la razn, hasta llegar al estado de perfeccin que slo se alcanza con la adultez. Es decir,que el nio, necesariamente, se considera como un ser humano imperfecto en relacin con su propioestado adulto, en el que alcanzar la perfeccin. (Vase en este sentido en Archard, David: Children:Rights andchildhood, Routledge, London and NewYork, 1993, pg. 2).

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  • conocimientos, y asimile mejor todos los valores que se considera que son necesariosque posea cuando sea adulto).

    Esa es la concepcin puramente platnico-aristotlica y que se siguereproduciendo n los planteamientos de Locke. As aunque en la exposicin de susplanteamientos Locke pone especial inters en destacar la relevancia que ha de tener elque en la educacin (y hay que entender aqu educacin en un sentido amplio comoformacin del carcter del nio) se atienda a las peculiaridades propias del nio (ya queuna vez sealados los objetivos generales de la educacin la nica forma de conseguirhacerlos efectivos es centrar la atencin en las distintas peculiaridades queparticularizan el carcter de cada nio), en realidad, sigue en la tradicional concepcinde valorar al, nio solo en cuanto futuro adulto. Recordemos que tambin Platndestcaba la importancia que tena averiguar, desde la primera infanci, cules eran lastendencias que particularizaban los distintos caracteres, disponiendo que los niosjugasen libremente y fuesen observados discretamente por las inspectoras de juegos a finde observar cual era el carcter y las tendencias concretas de cada nio, para as poderdedicarlo a aquello a lo que su naturaleza le abocaba y corregir sus defectos o fomentarsus virtudes. Y es que en ambos casos se concibe la infancia como un estado deimperfeccin y formacin, el nio como un ser humano imperfecto que slo podralcanzar la perfeccin en la adultez si se ha formado adecuadament en sus anterioresetapas evolutivas. Por eso, esa insistencia de Locke de atender continuamente a laspeculiaridades de cada nio no puede entenderse como un traslado del enfoque de laatencin del inters del ser humano como adulto a la del ser humano tambin en cuantonio. Ser con Rousseau con quien se empezar a entender que hay que conocer al niono slo para conseguir formar mejor al futuro adulto, sino tambin porque el nio tienesu propio valor. La perfeccin no ser algo que slo se pueda predicar de la adultez, sino

    As, se puede observar tambin cuando Tarcov expone: . . .Dado el nfasis que pone Locke en laimportancia de remediar los defectos individuales, su reconocimiento de los lmites de la maleabilidad deltemperamento individual y su nfasis en manejar a los nios apelando sus propias inclinaciones, laindividualidad es crucial.... (En Tarcov, Nathan: Locke y la educacin para la libertad, cit., pg. 101). Con esta misma interpretacin, seala Fernndez Enguita en su Prlogo a los Pensamientos sobre laeducacin de Locke: Locke sugiere tambin prestar la mxima atencin a la naturaleza particular delnio (...) Pero los continuos llamamientos a la autoridad, a negar la libertad del nio, o la afirmacin deque su mente es como papel en blanco, o cera, sobre la que se puede imprimir lo que se quiera,desmienten una interpretacin amplia de la recomendacin de adaptarse a su naturaleza peculiar. Talnaturaleza parece ser considerada, ms que algo a respetar y desarrollar, como una serie de desgraciadasespecificidades de las que hay que partir para llegar a una meta fijada de antemano.... (En FernndezEnguita, Mariano: Prlogo, en Locke, John: Pensamientos sobre la educacin, cit., pgs. 17-18).

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  • que para Rousseau janto el nio como el adolescnte, o como el adulto, tienen suspropios y peculiares perfecciones.

    2. La concepcin de Locke sobre las imperfecciones propias del nio. Doscuestiones sobre las posibles tendencias connaturales.

    Fsicamente es vulnerable y dbil porque su cuerpo, todava no formado, carecede la consistencia suficiente como para poder responder adecuadamente a las amenazasexternas que suponen los posibles accidentes o enfermedades que afectaranperjudicialmente a su formacin o salud. Sin embargo, los planteamientos educativos deLocke respecto a la formacin fisica del cuerpo del nio, suponen que si bien el nio esun ser dbil, la nica manera de conseguir formar un cuerpo robusto y sano esfortalecindolo desde el principio a travs de un riguroso mtodo de disciplina. Elcuerpo del nio todava est en formacin, y sta se ha de ir haciendo paraacostumbrarlo a todo, a fin de que despus nada le afecte. As, habr de hacerse al fro,no debindose cubrir demasiado ni en invierno ni en verano, se le har la cama dediferentes modos con el fin de que en su momento pueda dormir en cualquier otro sitio,etc. Como el propio Locke seala, el principio que rige en todas sus consideracionessobre la salud: quiz pueda ser formulado en una sla regla, a saber: que los caballerosdeben tratar a sus hijos como los honrados agricultores o los colonos a los suyos.Aunque, a m me parecera ms adecuada con sus planteamientos la que se podradeducir de la conjuncin de dos frases que seala a lo largo de sus consideraciones sobrela salud, al tratar temas tan concretos como los vestidos o las bebidas: Nuestroscuerpos sufrirn todo lo que desde el comienzo estn acostumbrados a sufrir; y: Laprincipal cosa a que se debe atender en la educacin de los nios es a los hbitos que seles haga contraer en un principio2.

    Moral e intelectualmente el nio es vulnerable y dbil porque no tiene losconocimientos ni los valores suficientes para actuar con sensatez y moralidad, as como

    12 Vanse estas citas en Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pgs. 35,36 y 53 (sus consideraciones Sobre la salud se entienden en las pginas 35-63). En el mismo sentido, ycon mayor alcance, al apuntar tambin a la fortaleza del espritu, sealar despus con contundencia: Espreciso que los nios sean endurecidos para todos los sufrimientos, sobre todo para los del cuerpo. Nodeben ser sensibles sino para los que despiertan en un corazn bien nacido, la vergenza y un vivosentimiento del honor. (Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pg.155).

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  • porque tampoco puede defenderse adecuadamente del error y de la interiorizacin devalores inmorales. El nio no tiene suficientemente desarrollada la razn para que stale pueda servir de gua3 y siendo la razn para Locke la nica que ha de servir de guaal hombre; esa imposibilidad del nio de participar de la razn y de conocer losmandatos de la razn universal, de la ley natural, hacen que sea igualmente imposibleque sus actos puedan ser sensatos o morales. Por eso, la mejor forma de conseguir que elnio desarrolle adecuadamente sus cualidades, hasta el momento en que pueda guiar suvida con su propia razn, es a travs de los hbitos que desde la primera infancia hayque inculcarles. En esto, Locke se mostrar riguroso: El mal no es tener deseosapropiados a los gastos [sic., por gustos] y a las ideas de cada edad; el mal es no sabersometer estos deseos a las reglas y a las restricciones de la razn. La diferencia noconsiste en tener o no tener pasiones, sino en poder o no gobernarse; contrariarse en susatisfaccin. El que no haya contrado el hbito de someter su voluntad a la razn de losdems cuando era joven, hallar gran trabajo en someterse a su propia razn cuandotenga edd de hacer uso de ella4. Y despus, en el mismo sentido: Como el amor des mismo es el gua [de] las primeras acciones ms que la razn o la reflexin, no esextrao que los nios se aparten excesivamente de las reglas exactas del bien y del mal:es que estas reglas no pueden ser en el espritu sino el fruto de una razn desenvuelta yde una meditacin reflexiva. Mientras ms expuestos estn los nios a equivocarse eneste punto [en respetar las leyes de la justicia], ms importa vigilarlos cuidadosamente.Observad y rectificad las menores faltas que cometn en relacin con esta gran virtudsocial, y esto en las cosas ms insignificantes, tanto para instruir su ignorancia comopara prevenir los malos hbitos5.

    13 Lo cual es compatible con el planteamiento de Locke, al que despus me referir, conforme al cual eldesarrollo graduar de la razn del nio ha de servir para que, debidamente guiada, sea muy til en suproceso educativo.

    Aunque es esa falta de desarrollo de la razn el principal problema que para Locke afecta al nio,tambin seala otras deficiencias intelectuales propias de los nios en diferentes momentos. As se puedesealar, por ejemplo, que en su dlsertacin sobre la enseanza del latn (pero que, en realidad, va ms allde esa simple enseanza), afirme que: El aturdimiento, la distraccin, la iconstancia y la movilidad delpensamiento, he qu los defectos naturales de la infancia. (En Locke, John: Algunos pensamientosconcernientes a la educacin, cit., pg. 225).14 En Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pg. 68.15 En Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pg. 150.

    La importancia de adquirir buenos hbitos, y alejar a los nios de los perniciosos, es resaltada ennumerosas ocasiones por Locke. As, por ejemplo, al sealar: Lo que nunca me esforzar lo bastante enhacer comprender, en efecto, es que lo mismo en las circunstancias ms insignificantes como en las msgraves, la cuestin esencial, iba a decir la nica, es el considerar que influjo ejercer sobre su espritu laaccin del nio, qu hbito tiende probablemente a engendrar, si le convendr este hbito cuando seamayor, y dnde le conducir ms tarde si se favorece su desenvolvimiento.

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  • En este punto, la concepcin de Locke se conecta con sus planteamientosepistmicos. Locke, tambin fundador del empirismo, considera que todo conocimientotiene su origen en las relaciones que la persona establece con el exterior, el primervehculo por el que necesariamente han de entrar las ideas en la mente humana es atravs de sus sentidos, y, as, slo reconoce dos fuentes de conocimiento: los propiossentidos y las acciones que la propia mente realice16. Lo que supone este planteamientoes, pues, que antes de que el nio percibiese ninguna sensacin a travs de sus sentidosno posea idea alguna7 es la famosa concepcin de Locke de la mente del nio comotabula rasa, segn la cual el nio no tiene ideas innatas, su mente cuando nace es comoun papel en blanco, sobre el cul las sensaciones y su propio razonamiento van a irimprimiendo ideas y, as, formando su entendimiento: Todas las ideas vienen de lasensacin o de la reflexin. Supongamos, entonces, que la mente sea, como se dice, unpapel en blanco, limpio de toda inscripcin, sin ninguna idea. Cmo llega a tenerlas?(...) A esto contesto con una sola palabra, de la experiencia: he all el fundamento detodo nuestro saber, y de all es donde en ltima instancia se deriva. Las observacionesque hacemos acerca de los objetos sensibles externos, o acerca de las operacionesinternas de nuestra mente, que percibimos, y sobre las cuales reflexionamos nosotrosmismos, es lo que provee a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar.

    Adems la creacin de hbitos, para bien o para mal, parece inevitable por lo que la importanciade estar atento a todas las actividades del nio se incremente. As, al hablar de los juguetes, sealarLocke: Todo lo que el nio hace deja una impresin en su tierna naturaleza, y por ella contrae unadisposicin para el bien o para el mal; nada de lo que tiene tal influjo debe ser olvidado.

    Siendo tambin, en este sentido, interesante observar como llega a reconocerles un papelfundamental incluso en relacin con la razn, dado que no siempre se consulta sta para actuar: . .. loshbitos, en efecto, actan con ms constancia y ms facilidad que la razn, la cual, cuando ms necesidadtenemos de ella, raras veces es consultada y ms raras veces obedecida. (En Locke, John: Algunospensamientos concernientes a la educacin, cit., pgs. 146, 183 y 151).16 As, seala Locke: Inicialmente los sentidos dan entrada a ideas particulares y llenan el receptculohasta entonces vaco, y la mente, familiarizndose poco a poco con algunas de esas ideas, las aloja en lamemoria y les da nombres. Despus, procediendo ms adelante, la mente las abstrae, y poco a pocoaprende el uso de los nombres generales. De este modo, la mente llega a surtirse de ideas y de lenguaje,los materiales propios para ejercitar su facultad discursiva, y el uso de razn aparece a diario ms visible,a medida que esos materiales, que la ocupan, aumentan. (En Locke, John: Ensayo sobre el entendimientohumano, traduccin de Edmundo OGorman, Fondo de Cultura Econmica, Colombia, 1994, pgs. 28-29).17 La negacin de la existencia de ideas innatas, y de principios innatos, tanto especulativos comoprcticos, es expuesta por Locke, principalmente, como es sabido, en el Libro 1 de su Ensayo sobre elentendimiento humano, titulado De las nociones innatas; y cuyos captulos II, III, y IV, llevan,respectivamente, los significativos ttulos de No hay principios innatos en la mente, No hay principiosprcticos innatos, y Otras consideraciones relativas a los principios.

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  • stas son las dos fuentes del conocimiento de donde dimanan todas las ideas quetenemos o que podamos naturalmente tener8.

    Sin embargo, hay que entender bien esta teora de Locke, pues afirmaciones tantajantes como la que acabo de citar puede llevar a considerar que para Locke no existenada connatural al ser humano, que no existe lo que hoy podramos denominar ningunainformacin gentica (exceptuando la que hace que el hombre sea hombre, que sedesarrollen todas las peculiaridades que como tal le caracterizan9), pero eso no escierto. Ya que si bien Locke considera que el hombre nace carente de ideas, tambinadmite en distintos pasajes de su obra que existen en las personas ciertas tendenciasnaturales, caractersticas connaturales propias de cada persona. As, por ejemplo, sealaen un interesante pasaje, en el que trata sobre la forma de ensear hbitos a los niosmediante acciones-prctica antes que mediante reglas-teora: Yo hara otra observacinque se me ocurre ahora. Por este mtodo comprobaremos si lo que se le exige al nioest a su lcance y est adaptado de algn modo a su genio y constitucin natural,porque debe tenerse esto muy en cuenta en una educacin recta. No debemos esperarcambiar su temperamento original, ni hacer pensativos y graves a los que son alegres, nianimados a los que son melanclicos Dios ha estampado ciertos caracteres en el espritude los hombres, que, como los defectos de su cuerpo, pueden ser ligeramenteenmendados; pero que no se podran reformar y cambiar enteramente en caracterescontrarios. Por consiguiente, todo el que tiene nios a su cargo debe estudiar concuidado su naturaleza y sus aptitudes; reconocer por frecuentes experiencias el gironatural de su espritu; observar, en fin, su fondo natural, cmo pueden desenvolverse yqu son capaces de hacer. Deben considerar lo que les falta, y si son capaces deadquirirlo por su trabajo, de apropirselo mediante la prctica, si son dignos deprocurarlo. En muchos casos, en efecto, todo lo que podemos hacer, todo lo que

    8 En Locke, John: Ensayo sobre el entendimiento humano, cit., pg. 83.19 Es claro que Locke con su negacin de principios innatos en la mente humana, no niega en ningnmmento que el hombre tenga ciertas facultades que le son innatas. Pues son precisamente stas las que,entre otras cosas, permiten que se forme la mente humana con la incorporacin a ella de las ideas. As, sepuede ver desde el mismo inicio de rechazo de la teora de que existen principios innatos en el hombre:Es opinin establecida entre algunos hombres, que hay en el entendimiento ciertos principios innatos;ciertas nociones primarias (otvco. cvvocu), caracteres, .como impresos en la mente del hombre, que elalma recibe en su primer ser y que trae al mundo con ella. Bastara, para convencer al desprejuiciadolector de la falsedad de semejante suposicin, limitarme a mostrar (como espero hacerlo en las siguientespartes de esta obra) de qu modo los hombres, con el solo empleo de sus facultades naturales, puedenalcanzar todo el conocimiento que poseen sin la ayuda de ninguna impresin innata, y pueden llegar a lacerteza sin tales nociones o principios innatos. (En Locke, John: Ensayo sobre el entendimiento humano,cit., pgs. 2 1-22).

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  • podemos intentar, es sacar el mayor partido posible de los dones de la naturaleza,prevenir los vicios y las faltas a que est ms inclinada tal constitucin, yproporcionarles todas las ventajas de que sea capaz. Todo temperamento natural debeser llevado tan lejos como sea posible; pero intentar sustituirlo por otro sera en vano;todo lo que se le agregue como aadido ser torpe, y tendr siempre el aire desgraciadode la violencia y de la afectacin20.

    Este prrafo parece casar mal con otros planteamientos de Locke. Sobre todo condos de sus ideas bsicas: la mente del nio como tbula rasa, como papel en blanco, yla constitucin de la personalidad adecuada a travs de la educacin, que es capaz dehacer lo que son del noventa por ciento de los hombres. Es decir, que parecencontraponerse en sus planteamientos la defensa de la existencia de ciertas caractersticasconnaturales de la persona que determinan en una gran medida cul va a ser el carcterde la persona, con la consideracin de la mente del nio como un receptculo vaco quedebe ser convenientemente llenado a travs de la educacin, principalmente con lacreacin de los hbitos apropiados.

    No obstante, es posible conciliar estas ideas, al menos en sus concepcionestericas. Por una parte, Locke, con su negacin de la existencia de ideas innatas, y, porconsiguiente, de principios innatos, lo que niega es la posibilidad de que exista unconocimiento innato en la persona21 todos los conocimientos que la persona adquiere, yconforme a los que va actuar, son, pues, adquiridos. De esta manera se entiende elcarcter primordial de la educacin en la formacin de la persona, pues la adquisicin delos conocimientos y hbitos adecuados de la persona sern los que irn conformando supersonalidad. Y por otra parte, con la defensa de la existencia de caractersticas

    20 En Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pgs. 89-90.21 Esa relacin entre ideas y conocimiento se puede determinar a partir de las propias definiciones delautor: ...desde ahora debo excusarme con mi lector por el frecuente uso de la palabra idea que encontraren el Tratado que va a continuacin. Siendo este trmino el que, segn creo, sirve mejor para mentar loque es el objeto del entendimiento cuando un hombre piensa, lo he empleado para expresar lo que seentiende por fantasma, nocin, especie, o aquello que sea en que se ocupa la mente cuando piensa. Y:El conocimiento es la percepcin del acuerdo o desacuerdo de dos ideas. Me parece, pues, que elconocimiento no es sino la percepcin de la conexin y acuerdo, o del desacuerdo y repugnancia entrecualesquiera de nuestras ideas. En eso consiste exclusivamente. Donde haya semejante percepcin, hayconocimiento; donde no la haya, entonces, aunque podamos imaginar, columbrar o creer, siempre nosquedaremos cortos en cuanto al conocimiento. Porque cuando conocemos que lo blanco no es lo negro,qu otra cosa percibimos sino que esas dos ideas no estn de acuerdo? Cuando estamos completamenteconvencidos de la demostracin de que los tres ngulos de un tringulo son iguales a dos rectos, qu otracosa percibimos sino que la igualdad de dos ngulos rectos conviene necesariamente y es inseparable delos tres ngulos de un tringulo?. (En Locke, John: 2nsayo sobre el entendimiento humano, cit., pgs. 21y 523).

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  • connaturales de la persona, lo que afirma es la existencia de ciertas tendencias en todaslas personas y en cada persona en particlar; y, en este sentido, se sealan los lmitesque dificilmente se pdrn superar con la educaci22. Es decir, por utilizar un ejemplocercano a los planteamientos de Locke: si bien se puede decir que no existe la ideainnata de Dios en la mente humana23, por lo que no podemos tener desde el nacimientoel conocimiento de la existencia de un ser como Dios, sin embargo, si se puede afirmarque es una caracterstica connatural al ser humano la capacidad de adquirir eseconocimiento de Dios24 y, finalmente, es posible atender a las caractersticas de lanaturalza de cada persona para saber tanto cmo guiar correctamente su inters en esabsqueda (no se ha de dirigir de la misma manera un carcter indolente que unotendente al misticismo), cuanto en saber hasta dnde va a poder llegar en ese pretendidoconocimiento (no podr ser igual el de una persona con sus capacidades mentalesatrofiadas, que el de una prsona que pueda realizar un buen uso de sus facultadesmentales)25.

    22 Esta distincin, y compatibilidad, de conceptos en los planteamientos de Locke creo que se puedeapreciar claramente, al menos en lo que respecta a la que hay entre la inexistencia de ideas innatas con laexistencia de tendencias connaturales a todas las personas, en. el siguiente pasaje, encuadrado,precisamente, en su argumentacin para negar la existencia de principios prcticos innatos: Lanaturaleza, lo confieso, ha sembrado en el hombre un deseo de felicidad y una aversin a la desgracia.stos, ciertamente, son principios prcticos innatos, que, como corresponde a los principios prcticos,continan operando constantemente e influyen sin cesar en todas nuestras acciones. Pueden observarse entodas las personas y en todas las edades de un modo fijo y universal; pero se trata de inclinaciones delapetito por el bien, no se trata de impresiones de la verdad en el entendimiento. No niego que hayatendencias naturales impresas en las mentes de los hombres, y que desde el momento mismo en que haysentido y percepcin, algunas cosas les son gratas y otras son mal recibidas; algunas a que se inclian,otras a las que huyen. Pero esto en nada favorece a la doctrina de los caracteres innatos en la mente, queseran los principios del conocimiento para gobernar nuestro obrar. Tan lejos est esto de confirmar lastales impresiones naturales en el entendimiento, que lo dicho resulta ser un argumento en contra, porque sihubiera caracteres ciertos impresos por la naturaleza en el entendimiento, como principios delconocimiento, no podramos menos de percibirlos operando constantemente en nosotros e influyendo ennuestro conocimiento, del mismo modo que percibimos a esos otros operando en la voluntad y en elapetito, sin que jams dejen de ser los resortes y los motivos constantes de todas nuestras acciones, a lacuales perpetuamente sentimos que nos impelen con fuerza. (En Locke, John: Ensaya sobre elentendimiento humano, cit., pg. 42).

    n el mismo sentido se puede sealar la observacin de Tarcov: La tabula rasa se aplica demanera absoluta slo al conocimiento, no a las habilidades, temperamentos o deseos. (En Tarcov,Nathan: Locke y la educacin para la libertad, cit., pg. 133; tambin puede verse, en este sentido,Archard, David: Children: Rights and childhood, cit., pgs. 4-5).23 As, resaltando la importancia de la negacin, seala explcitamente: La idea de Dios no es innata. Sialguna idea puede suponerse innata, la idea de Dios, entre todas y por muchas razones, debe aceptarsecomo tal.... (En Locke, John: Ensayo sobre el entendimiento humano, cit., pg. 63).24 Vase as en Locke, John: Ensayo sobre el entendimiento humano, cit., pg. 62L25 Vase a este respecto en Locke, John: Ensayo sobre el ntendimiento humano, cit., pgs. 69-70; y enLocke, Jhn: Sobre el empleo del entendimiento, en Pensamientos sobre la educacin, cit., pgs. 280-281 3l3

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  • En relacin con esta defensa de la existencia de tendencias connaturales de laspersonas me interesa resaltar aqu dos aspectos concretos.

    El primero se refiere a la posible existencia en los planteamientos de Locke de laidea del pecado original26. Locke se muestra, en su obra, muy preocupado por losasuntos religiosos, y ms concretamente por la salvacin del alma. Recordemos quehasta en su debate poltico gran parte de la refutacin que hace a los argumentos deFilmer en el Primer Tratado sobre el Gobierno Civil se basa en una diferenteinterpretacin de los textos sagrados; y que, como despus veremos con ms detalle, elcambio fundamental en la concepcin de las relaciones padres-hijos, y en elreconocimiento que a ese respecto hace de los derechos de los nios, tienen tambin unfundamento principalmente religioso. No obstante, pese a toda esa importancia decisivaque la justificacin religiosa tiene en los planteamientos de Locke, ste no hace hincapien el pecado original a la hora de establecer cul ha de ser el trato que se ha de dispensara los nios. As, aunque acepta la existencia del pecado original, no le da unaimportancia decisiva a la hora de ofrecer argumentos para controlar y dirigir la voluntaddel nio; bien sea porque no considere que esa mcula en el alma de la persona tenga lasuficiente fuerza como para dirigir sus tendencias al mal27, o bien sea porque considere

    26 La ambigedad que antes vimos que sealaba Tucker respecto a al concepcin del nio en los siglosXV y XVI, se sigue manteniendo en el siglo XVII. Siendo as significativos dos pasajes que cita lilicksobre autores ingleses de ese siglo. El primero es de la obra de Robert Cleaver y John Dod A Godly Formof Household Government, de 1621, que deca: El nio que est en la cuna es voluntarioso y est llenode aficiones; y aunque su cuerpo sea pequeo, tiene un corazn perverso y est enteramente inclinado almal... (...) cambiamos y nos hacemos buenos no por nacimiento sino por la educacin.... Y el segundo esun pasaje de la obra de John Earle Microcosmography, de 1628, que deca: Un nio es un hombre encaracteres pequeos, el mejor ejemplar de Adn antes de que conociera a Eva o probara la manzana... Sualma es an un papel en blanco no emborronado con observaciones del mundo... no conoce el mal....

    En todo caso, es interesante observar en el acertado comentario de lllick a esas dos concepciones,que la respuesta en ambos casos pasaba por la proteccin del nio contra l mismo o contra la accin deterceros. As, centrndose en la educacin comenta lllick, respecto al primero de los pasajes antes citados:...la educacin era necesariamente para proteger al nio e impedir su autodestruccin...; y, respecto alsegundo: Una vez ms, el antdoto de la influencia corruptora del mundo era la educacin. (Vansecitas, y comentarios de lilick, en lllick, Joseph E.: La crianza de los nios en Inglaterra y Amrica delNorte en el siglo XVIII, en deMause, Lloyd (ed): Historia de la infancia, cit., pgs. 356-357).27 En este sentido, puede resultar de inters observar como Locke entiende que no puede encontrarse en elmenor de siete aos la voluntad rebelde contra la voluntad, y las rdenes, del padre, merecedora delcastigo corporal. Sino que, ms bien: Durante los siete primeros aos, en efecto, cules son los vicios deque puede hacerse culpable a un nio, sino la mentira o algn rasgo de malicia? (ili-nature). Cuando havuelto a caer muchas veces en estas faltas, a pesar de la prohibicin formal de su padre, es cuando debe elnio ser castigado por su obstinacin, y merece ser golpeado. Si todas las disposiciones viciosas del nioson, desde el comienzo, tratadas como deben serlo.... O, en el mismo sentido, al tratar sobre ladisposicin a la crueldad en los nios, seale, en un prrafo que no sera extrao a Rousseau, que lacrueldad que se puede apreciar en los nios no es en realidad natural sino adquirida del ejemplo y de lasociedad, siendo la verdadera naturaleza del hombre bondadosa y compasiva con los dems.

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  • que ese control y dominio ya quedan suficientemente justificados tanto por que la faltade razn del nio le impide conocer el bien y actuar en consecuencia, cuanto por quepara Locke las tendencias naturales sin el control de la razn lo que nos hacen esalejarnos de la consecucin de la virtud28. En este sentido, resulta interesante observar

    Es decir, que para Locke en la naturaleza de las personas podemos encontrar cualidades positivasque ayudan a su buen desarrollo, as como temperamentos con tendencias a determinados vicios que slouna buena educacin puede corregir y, as, dirigir su buen desarrollo. De esta manera, seala Locke, poruna parte, que: La curiosidad en los nios (...) no es sino el apetito de conocimiento, y por consiguiente,debe ser estimulada, no solamente como un buen signo, sino como el gran instrumento que haproporcionado la naturaleza para remediar la ignorancia con que nacemos, y sin ese espritu deinvestigacin seramos criaturas torpes e intiles. Y, por otra parte: a medida que crece [el nio], espreciso observar las tendencias particulares de su naturaleza; porque si su temperamento le inclinase msde lo que convendra en un sentido o en otro, fuera del camino recto de la virtud, debis intervenir yaplicar los remedios apropiados. Entre los hijos de Adn hay pocos, en efecto, que sean bastantefavorecidos para no haber nacido con alguna tendencia que predomine en su temperamento, y es obra dela educacin destruirla o equilibrarla. (En Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a laeducacin, cit., pgs. 118, 169 y 193; y vase en pgs. 165-167 el pasaje respecto a la consideracin dela disposicin a la cruldad no como natural sino adquirida. En todo caso conviene advertir de que,conforme a lo expuesto por Tarcov, en los planteamientos de Locke sobre la crueldad en los nios existeuna aparente contradiccin que se resolvera admitiendo que el enfoque de Locke es que la insensibilidadal sufrimiento de los dems que algunos exhiben, es una propensin natural, pero que el placer concretoen el sufrimiento de los dems es artificial, si bien enseado apelando al orgullo natural. En Tarcov,Nathan: Locke y la educacin para la libertad, cit., pg. 196; el mismo asunto lo trata en pgs. 158-159).28 Vase en este sentido en Locke, John: Ensayo sobre el entendimiento humano, cit., pg. 50; y en Locke,John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pgs. 76.

    A este respecto, es interesante observar tambin como Locke reconoce en el nio un deseo muyfuerte de dominio prcticamente desde el nacimiento, y lo desglosa en dos tendencias: el deseo deimponer en los dems su voluntad y el deseo de propiedad y posesin sobre las cosas, sealando lanecesidad de extirparlos y producir hbitos adecuados a un hombre bueno y digno: ahora digo que amanotra cosa ms todava [ms que la libertad], y es la dominacin, y este es el primitivo origen de muchoshbitos viciosos que son ordinarios y naturales. Este amor del poder y de la dominacin se muestra muypronto y en estas dos cosas: 1. Vemos al nio, casi tan pronto como nace (estoy seguro de que muchoantes de que pueda hablar), gritar, hacerse impertinente, intratable y malhumorado por la razn nica dequerer hacer su voluntad. Qi.iieren someter a los dems a sus deseos (...) 2. Otra cosa en que muestran suamor al dominio, es en su deseo de tener cosas que les pertenezcan; aman la propiedad y la posesin,recrendose en el poder que prece darles y para tener el derecho de disponer de esas cosas a su antojo.(...) el que piensa que estas dos races de casi toda la injusticia y la lucha que perturban la vida humana,no deben extirparse pronto e introducir hbitos contrarios, olvida la poca adecuada para echar loscimientos de un hombre bueno y digno.

    Pero, en realidad, en los planteamientos de Locke esas dos tendencias no son consideradasprecisamente como nocivas para los adultos. Por lo que se ha de entender que son nocivas slo enausencia de una razn adecuada que las sepa controlar y dirigir. Y que es eso lo que hae que recomiendeque se extirpen en el nio; aunque, en este sentido, hubiese sido ms correcto decir que se debenencauzar por sus educadores.

    Para Tarcov, sin embargo, la forma de solucionar la aparente paradoja de esta crtica a lapropiedad y la defensa que de la misma hace en otras partes de su obra, sera entendiendo que puede serque aquello a lo que Locke aqu se opone no sea el deseo de la propiedad como tal sino el deseo de poseercorno una forma de poder sobre los otros. En los Dos tratados, despus de todo, se preocupa no slo dedfender la propiedad del gobierno arbitrario sino de negar que la propiedad le d al hombre poder sobrela vida de otros hombres. De manera que aqu, en los Pensamientos, Locke habla del poder que lapropiedad parece dar; pero habla sin especificar el derecho que da a-disponer de las cosas como a uno leplazca.

    Tambin en este sentido, Gambra expone una posible forma de enfocar esta cuestin al sealar laconfianza de Locke en la recta razn natural del hombre. As, dentro de una argumentacin ms ampliasobre la crtica que se puede hacer a los planteamientos de Locke en relacin la prevalencia de las

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  • cmo en un pasaje en el que critica la creacin de hbitos contrarios a los adecuados, acausa de la indulgencia de los padres, seale tambin el peligro que ello supone alestarse actuando errneamente en la que se considera como la edad de la inocencia29.Lo que supone que para Locke esta inocencia antes que un carcter positivo que se hade preservar, idea que desarrollarn otros autores, lo que significa es una cualidad propiade la imperfeccin del nio, motivada por sus todava no desarrolladas cualidades. Deesta manera, esa edad supone un periodo trascendental, en la que, como ya se hasealado, se crean los hbitos que sern propios de cada persona en su vida futura; porlo que resulta necesario aprovecharla para inculcar los hbitos pertinentes30.

    mayoras sobre las minoras, seala Gambra: ...Este mismo supuesto implcito de la recta naturalezaracional del hombre es el mismo que previamente sirvi a Locke para deducir un Estado liberal del mismopacto social que haba llevado a Hobbes a admitir el absolutismo de un Leviathan todo poderoso, remedionico a la lucha universal. El hombre, segn este supuesto que ms tarde desarrollar Rousseau, no haceal entrar en sociedad ms que confirmar sus impulsos justos y benficos que le proporcionan as una vidade superior racionalidad y bondad.

    Como sealar con ms detenimiento en el captulo dedicado a Rousseau, es cierto que ste fuequiz el principal defensor de la naturaleza buena del hombre. Y as, en relacin con la concepcin delpecado original, que tuvo un peso importante para otros muchos autores en el establecimiento de ese tratoque se ha de dispensar a los nios, al considerar que conforme a ella habra que entender que el nio habade ser considerado malo por naturaleza, que sus tendencias naturales eran inmorales, y, por consiguiente,que tales tendencias haban de ser corregidas; Rousseau, sin embargo, la criticar contundentemente aldefender con ardor, y hacer base de sus planteamientos, precisamente, esa idea de la bondad natural delhombre. Pero, en todo caso, creo que es acertada la afirmacin que realiza Tarcov al sealar: ...Sin duda[Locke] no comparta el enfoque rousseauniano de la bondad de la naturaleza, y la educacin que pens,en consecuencia, no era negativa, sino abierta y decididamente formativa.... De esta manera secomprende afirmaciones como la de Illick, para l Locke Mantena una posicin intermedia entre losdefensores de la inocencia infantil y los que consideraban que el nio era un ser malvado. (Vanse lasreferencias de las citas de esta nota en Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a laeducacin, cit., pg. 143; en Tarcov, Nathan: Locke y/a educacin para la libertad, cit., pg. 161 y 135;en Gambra, Rafael: Estudio Preliminar, cit., pgs. XXXIV-XXXV; y en lIlick, Joseph E.: La crianzade los nios en Inglaterra y Amrica del Norte en el siglo XVIII, cit., pg. 359).

    En todo caso, las conclusiones que sealo en el texto vienen a coincidir con lo apuntado porautores como Spellman y Archard. (Vase as en Spellman, W. M.: John Locke, col. British 1-listory inPerspective, St. Martins Press, New York, 1997, pgs. 80-81; y en Archard, David: Children. Rights andchildhood, cit., pg. 5).29 Vase en este sentido en Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pgs.66-67.30 En este mismo sentido, se muestra explcito Locke en la seccin XI de su tratado Algunospensamientos concernientes a la educacin, que lleva el significativo ttulo de Sobre los diferentestemperamentos del nio, sealando no slo la importancia de los diferentes temperamentos de todas laspersonas desde el nacimiento, sino tambin la necesidad de atender tempranamente a ellos si se quierecorregir sus tendencias a la adquisicin de los vicios a los que sean ms proclives, y conseguir, as, lacorrecta educacin del nio: . . Comenzad, por consiguiente, desde muy temprano a observar eltemperamento de vuestro hijo; y esto cuando est ms abandonado a s mismo en sus juegos y cuando secrea lejos de vuestra vista. Indagad cules son sus pasiones dominantes, sus gustos favoritos; si es fiero odulce, atrevido o tmido, compasivo o cruel, abierto o reservado, etc. En efecto, segn que difieran susinclinaciones, debern diferir tambin vuestros mtodos, y vuestra autoridad debe, en cierto modo,ajustarse a estas inclinaciones para influir de diferentes maneras en su espritu. (...) Se pueden, sinembargo, corregir a fuerza de arte y encauzarlas hacia el bien. Pero hagis lo que hagis, tened laseguridad de que el espritu se inclinar siempre del lado hacia el cual le incline la naturalezaprimitivamente; y si observis atentamente el carcter del nio en las primeras acciones de la vida, podris

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  • El segundo aspecto se refiere a que si bien Locke acepta que existen tendenciasconnaturales, no les reconoce, en todo caso, la fuerza suficiente como para determinarde manera significativa el carcter y el comportamiento de la persona. Locke es claro aliniciar su tratado sobre la educacin: Reconozco que algunos hombres tienen unacostitucin corporal y espiritual tan vigorosa y tan bien modelada por la naturaleza, queapenas necesitan del auxilio de los dems; desde su cuna son arrastrados por la fuerza desu genio natural a todo lb que es excelente, y por privilegio de su feliz constitucin sonaptos para las empresas admirables. Pero los ejemplos de este gnero son muy escasos, ypienso que puede afirmarse que de todos los hombres con que tropezamos, nueve partesde diez son lo que son, buenos o malos, tiles o intiles, por la educacin que hanrecibido. Esta es, la causa de la gran diferencia entre los hombres. Las menores y msinsensibles impresines que recibimos en nuestra ms tierna infancia tienenconsecuencias muy importantes y duraderas31. Es decir, que lo que prima en laformacin de la persona es la educacin que reciba y no las tendencias que deba a laNaturaleza. Esas tendencias naturales habr que tenerlas en cuenta, como antessealaba, a fin de saber como hacer ms efectiva la educacin que ha de recibir el nio;pero lo que prima, lo que en ltima instancia es definitivo en la formacin del carcterde la persona, es la educacin que reciba. Tambin, si se prefiere ver en su concepcin

    luego adivinar de qu lado se inclinan.sus pensamientos, cules son sus puntos de vista.... (En Locke,John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pg. 142).31 En Locke, John: Algunos pensamientos concernientes a la educacin, cit., pgs. 31-32.

    Idea que tiene su complemento cuando expone: Si es verdad lo que hemos dicho al comienzo deeste discurso, como es indudable que lo es; a saber: que las diferencias que se encuentran en lascostumbres y las aptitudes de los hombres, son debidas a su educacin ms que a ninguna otra cosa;debemos deducir que ha de ,ponerse gran cuidado en formar el espritu de los nios y darles aquellapreparacin temprana que influir en el resto de su vida; porque cuando obren bien o mal, a su educacinse dirigir el elogio o la censura; y cuando cometan alguna falta, se les aplicar el dicho vulgar de que esconsecuencia de su educacin.As como en otros prrafos sobre la prctica y el hbito, de su trabajo Sobre el empleo delentendimiento, en los que seala: Las facultades y potencias con las que nacemos nos capacitan casi paracualquier cosa, y por lo menos nos pueden conducir mucho ms lejos de lo que podramos imaginar, peroslo el ejercicio de esas facultades nos proporciona la capacidad y la habilidad y nos conduce a laperfeccin. (...) Con la mente sucede lo mismo que con el cuerpo: gracias a la prctica ha llegado a ser loque es; y hasta la mayor parte de las excelencias que se consideran como dones naturales, tras un examenms atento resultan ser el producto del ejercicio, que mediante la repeticin de las acciones las ha elevadohasta esas alturas. (...) No niego, que con frecuencia la disposicin natural pueda dar el primer impulso,pero con l un hombre nunca llega demasiado lejos, si no lo acompaa de prctica y ejercicio; slo laprctica lleva a la perfeccin las potencias de la mente y del cuerpo. (...) Y puesto que los defectos ydebilidades del entendimiento de los hombres, as como de sus otras facultades, se deben a la falta de unuso correcto de sus propias mentes, me siento tentado a pensar que aunque el fallo se achaquegeneralmente a la naturaleza, alegando con frecuencia una falta de talento, el culpable es la ausencia de unejercicio apropiado que permita mejorar tales facultades. (En Locke, John: Algunos pensamientosconcernientes a la educacin, cit., pgs. 65-66; y en Locke, John: Sobre el empleo del entendimiento,cit., pgs. 286-288).

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  • filosfico-empirista, se entiende que ser con las sensaciones que perciba del mundoexterior y con la propias ideas que forme a travs del uso de sus facultades mentalescomo se ir conformando la persona, y, finalmente, se llegue a formar su definitivapersonalidad, con todas las virtudes que puedan adornar su carcter y con laculminacin de una razn que le sirva de gua adecuada en su actuacin (y, as, actuandoconforme a la razn universal, conseguir la felicidad en esta vida y asegurarse la de lavida ultraterrena). En definitiva, aunque se acepte la existencia de ciertas tendenciasnaturales, el nio es, en realidad, concebido como ese papel en blanco al que seequiparaba su mente, como esa arcilla moldeable de la que hablaba en sus Pensamientossobre la educacin32.

    Finalmente, pues, todas estas consideraciones hacen que se conciba al nio comoun ser al que necesariamente hay que cuidar y proteger para que no reciba las influenciasnocivas externas que le perjudicaran su cuerpo, entendimiento y alma; para que no sedeje llevar por las tendencias naturales que le alejaran de la consecucin de la virtud33

    32 De ah la importancia de evitar los perjuicios que se le puedan inculcar desde la primera infancia. As,seala Locke al exponer cul es el camino por el que los hombres pueden llegar a adquirir unos principiosque consideran innatos: ...quienes se esmeran (segn corre la frase) en inculcar en sus hijos los buenosprincipios (y pocos son los que no tienen buen acopio de tales principios, en los que ellos mismos creen),infunden en el incauto y todava desprejuiciado entendimiento (pues el papel en blanco es apto pararecibir cualquier impresin) esas doctrinas que quieren que retengan y profesen. Tales doctrinas,enseadas a los nios desde que tienen algn entendimiento, y confirmadas a medida que crecen en edad,ya por declarada profesin, ya por tcito asentimiento de todos con quienes tienen trato, o, por lo menos,de quienes respetan por su sabidura, por sus conocimientos y por su piedad, y que jams toleran que sehable de tales proposiciones de ninguna otra manera que no sea como base y cimiento en que apoyan sureligin o sus buenas costumbres, llegan, de ese modo, a gozar la reputacin de ser verdades innatas,incuestionables y de suyo evidentes.

    Tambin en este sentido, sealar despus: Con toda evidencia se es el caso [aceptar bajopalabra los principios que les han sido inculcados] de todos los nios y gente moza; y el hbito, msfuerte que la naturaleza, pocas veces deja de impulsarlos a adorar como divino cuanto los haacostumbrado a acatar en sus mentes y a aceptar con sus entendimientos.... (En Locke, John: Ensayosobre el entendimiento humano, cit., pgs. 57 y 58).

    Pero, conforme a lo antes sealado, no todas las tendencias naturales alejaran, para Locke, al nio de laconsecucin de la virtud. Por eso me parecen equivocadas interpretaciones como la de Monroe o la deMallinson que enfocan slo la dimensin correctora. As, destaca Monroe: Aqu tambin la base de laeducacin es la disciplina. La virtud debe obtenerse por la formacin de buenos hbitos, por medio de unalarga disciplina de los deseos. Cuan errneo es clasificar a Locke con Rousseau se ve en ste el msfundamental de todos sus principios educativos. Es verdad que el proceso debe hacerse tan agradable alnio cuanto sea posible, y debe evitarse una gran severidad, especialmente en el castigo corporal; pero elsecreto de toda educacin es dominar el deseo natural y los instintos contrarindoles y formando el hbitode su dominio, y no siguindoles implcitamente, como hacen los naturalistas.... Y, despus, en el mismosentido: En cierto sentido, Locke es el fundador del movimiento naturalista de la educacin, porque enmuchos aspectos Rousseau confiesa espontneamente que se deben a l; aunque, como ya se ha observadoanteriormente, hubo desacuerdos fundamentales en el punto ms vital, puesto que Locke sostena que elverdadero propsito de la educacin era corregir, por medio de la disciplina, y poner bajo la direccin dela razn y de la autoridad las tendencias naturales del nio....

    Y Mallinson, por su parte, seala: se seala claramente la tarea primordial del preceptor: ha develar incesantemente por su discpulo con el fin de estorbarle que siga su tendencia natural. Aqu hay una

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  • y para que, a la vez, aprenda los conocimientos y asimile los valores adecuados, ascorno forme su razn y el resto de sus cualidades de forma apropiada. En definitiva, conese cuidado y proteccin se ha de garantizar un completo control y direccin de toda sucrianza y educacin, de sus acciones y pensamientos, a fin de que se pueda formaradecuadamente conforme a los criterios preestablecidos que se consideran necesariospara que de adulto pueda actuar y pensar por s mismo de manera adecuada (conforme alos dictados de la recta razn). Es en este sentido, conforme a esta forma de argumentar,por lo que se considera que se ha de someter su voluntad, a fin de que finalmente latenga propia, y se ha de someter su libertad, a fin de que finalmente pueda ejercerla.Solo de esta manera se puede conseguir aprovechar adecuadamente laetapa formativaqe se supone que es la infancia, y, superando sus imperfecciones, llegar a la perfeccincon la formacin del pretendido adulto.

    notoria diferencia entre las ideas de Locke y las de Rousseau. Para Rousseau todo es bueno en su estadonatural, yes el contacto con los hombres el que corrompe. Para Locke, el nio en su estado natural sehalla en un estado primitivo que no conviene en modo alguno a la vida de sociedad. En su estado naturalel nio es tosco en sus modales, desdeoso, burln, excesivamente inclinado a censurar y a condenar, ydotado de un espritu de contradiccin nefasto. El contacto ordinario con los hmbres slo consigue ennueve de diez casos, acentuar dichas.tendencias en vez de reprimirlas. E incluso mitigndolas la sociedadse presta un mal servicio. Hay que eliminarlas. (En Monroe, Paul: Historia de la pedagoga, tomo II,trad. Mara de Maeztu, col. De Ciencia yEducacin, Ediciones de la Lectura, , Madrid, 1905, pgs. 236-237 y 245-246; y en Mallinson, Vemon: Joh Locke, en Chteau, Jean (dir) Los grandes pedagogos:Platn, Vives, Coinenio, Locke,..., cit., pg. 132).

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  • II LAS RELACIONES ENTRE PADRES E HIJOS

    Como ya apunt en la Introduccin, el tema de las relaciones entre los padres ylos hijos resulta para Locke de necesaria dilucidacin ante el planteamiento de Filmer deintentar fundamentar el poder poltico del monarca absoluto en el poder paternal que elmonarca tena derecho a ejercer sobre sus sbditos.

    1. La concepcin de Filmer.

    El estudio del planteamiento de Filmer en este punto resulta relevante porque enellos se mantiene, respecto a las relaciones paterno-filiales, la estructura conceptual delmodelo que denomin como platnico-aristotlico (el padre tiene un poder absolutosobre su hijo, puede incluso decidir sobre su vida o su muerte, y, por su parte, el nio,carece de cualquier derecho, debindole completa obediencia y respeto a suprogenitor)34 as como porque es en relacin con la reaccin de Locke a losplanteamientos de Filmer que podemos referir el surgimiento de los planteamientosproteccionistas y el abandono de esa concepcin propia del modelo platnico-aristotlico.

    Cuatro aspectos me interesan destacar de esta concepcin de Filmer.El primero est relacionado con la comprensin de que el poder que ejerca Adn

    sobre sus hijos era un poder que el mismo Dios le haba concedido. Para Filmer con ellose fundamentaba el origen divino de la forma de gobierno monrquica, pero, a la vez, yde la misma manera, fundamentaba la forma de poder que el padre deba ejercer sobresus hijos. Por lo que tambin esa forma que describa de las relaciones que se deban darentre los padres y sus hijos, haban de considerarse inmutables en tanto en cuanto era elmismo Dios el que as las haba establecido. As, seala Filmer, basndose en palabrasde Belarmino, a quien critica para apoyar su propia teora: En estas palabras tenemosuna evidente confesin de que la creacin hizo al hombre prncipe de su posteridad. Y,

    Conexin que puede sealarse a pesar de que el planteamiento de Filmer tenga una finalidadesencialmente poltica, y su argumentacin est basada fundamentalmente en los textos sagrados judaicosy cristianos. En todo caso, puede ser conveniente recordar la trascendencia que el pensamiento de Platn yAristteles tuvo, fundamentalmente tras la recuperacin que del mismo hicieron para el mundo cristianoSan Agustn y santo Toms de Aquino respectivamente, en todo el pensamiento occidental, y tambin, porconsiguiente, en el filosfico-poltico y en la propia interpretacin de la Biblia, siendo, adems, Filmer ungran admirador y estudioso de la obra de Aristteles.

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  • ciertamente, no slo Adn, sino los sucesivos patriarcas tuvieron, por derecho depaternidad, autoridad real sobre sus hijos35.

    Segundo, esa concepcin lleva hasta sus ltimas consecuencias la tradicionalcomparacin entre el poder del monarca con sus sbditos y el del padre con sus hijos.Existe para Filmer una completa identificacin entre el poder poltico y el poderpaternal, de forma tal que parece incorrecto hablar de dos tipos de poderes distintos; esel mismo poder, el que dio Dios a Adn respecto a sus hijos36. Y ese mismo poder es elque transmiti Adn a su heredero para que gobernarse al resto de l familia. Por eso loque se considera el poder poltico no es, en realidad, ms que el poder paternal que elmonarca ha recibido en herencia de ascendiente en ascendiente hasta llegar a Adn, y enltimo trmino, al mandato explcito de Dios. Idea que viene bien reflejada en loexpuesto por Filmer en el mismo pasaje citado para el punto anterior: ...no slo Adn,sino los sucesivos patriarcas tuvieron, por derecho de paternidad, autoridad real sobresus hijos. (...) as como Adn era seor de sus propios hijos, as sus hijos, sometidos al, tenan mando y poder sobre sus propios hijos; pero conservando la subordinacin alprimer padre, que es supremo seor de los hijos de sus hijos en todas las generaciones,como gran patriarca de su pueblo. No veo, pues, cmo los hijos de Adn o de cualquierotro hombre pueden estar libres de la subordinacin a sus padres: y siendo esta sumisinde ls hijos la fuente de la autoridad real por disposicin del mismo Dios, se sigue queel poder civil no slo en trminos generales es de divina institucin, sino que tambin loes en su asignacin especfica a los primeros padres...37.

    Tercero, el poder que ejerce Adn como padre y gobernante, lo ejerce comocabeza de familia. Eso incluye que el mismo poder lo ejerce sobre Eva como madre desus. hijos. As en la transmisin que de ese poder hace al heredero transmite no slo elpoder de gobernar sobre sus propios descendientes, sino tambin su poder como cabezade familia. Por consiguiente, el heredero tiene el poder sobre todos los miembros de sufamilia, tambin su mujer, sus hermanos, sobrinos, etc. Slo en cuanto conceda la

    En Filmer, Robert: Patriarca o el poder natural de los reyes, en La polmica Filmer-Locke sobre laobediencia poltica, cit., pg. 8.

    En este mismo sentido, seala Tarcov: Para Filmer, sin embargo, el poder paterno y el poltico no sonmeramente similares o anlogos o estn relacionados en su desarrollo cronolgico; son simplemente uno yel mismo. La nica sujecin del hombre es a su propio padre, pero el rey es el padre de uno. Filmer lograeste admirable resultado combinando el principio bsico del poder paterno como tal, con su herencia atravs de la primogenitura y la descendencia humana universal de un solo hombre reveladas por lasEscrituras. (En Tarcov, Nathan: Locke y la educacin para la libertad, cit., pg. 23).

    En Filmer, Robert: Patriarca o el poder natural de los reyes, cit., pg. 8.

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  • posibilidad a un miembro de su familia de formar una familia distinta, y esto se realice,se podr empezar a hablar de otro cabeza de familia, con poder poltico-paternal sobresu propia familia. As, observamos como Filmer seala: Para confirmar este derechonatural del poder real encontramos en el declogo que la ley que ordena la obediencia a

    los reyes se expresa en los trminos Honrars a tu padre, como si todo poder residieseoriginariamente en el padre. Si la obediencia a los padres es impuesta de modoinmediato por una ley natural.. ,,38

    Cuarto, aunque la principal preocupacin de Filmer sea justificar el poderabsoluto del monarca sobre sus sbditos, est claro, al basarlo en el poder de los padressobre los hijos y confundir as el poder paternal con el poltico, que la forma de poderque el padre ejerce sobre sus hijos es, para este autor, el de una completa y totalsumisin de los hijos a sus padres.

    Este poder, concedido por Dios, siguiendo a Filmer no podra cuestionarse,aunque, de hecho, tampoco parece que crea que fuese a ser cuestionado en tanto encuanto es en l en el que compara el poder absoluto de los monarcas, y no al revs, loque muestra que cree encontrar en sus lectores una mayor comprensin y aceptacin sihace esa comparacin, que stos compartirn con l sin grandes problemas esa visindel poder paternal sobre sus hijos39.

    Ese poder de los padres que propugna Filmer supone un poder tan absoluto sobrelos hijos como lo podran tener sobre cualquier otra propiedad suya; el padre tiene podersobre su persona y su voluntad hasta los ltimos extremos, pudiendo decidir sobre suvida o su muerte si as fuese necesario. Desde el punto de vista del nio, pues supone lanegacin absoluta de cualquier derecho, lo nico que tienen son obligaciones, quepodran resumirse en los conceptos de sumisin y respeto al padre, y que vienen asignificar una anulacin absoluta de su propia personalidad y una obediencia sin fisurasa la voluntad y deseos del padre, que para Filmer slo habra de concluir por explcito

    38 En Filmer, Robert: Patriarca o el poder natural de los reyes, cit., pg. 16. Tambin nos muestra esta idea Gambra al sealar como precisamente esa conexin con la mentalidad

    predominante supona una ventaja para los argumentos de Filmer; como supuso un importante obstculopara Locke cuando, casi medio siglo despus (el Patriarca que fue escrito hacia 1640 no fue publicadohasta 1680), rebatira esas argumentaciones: ...Filmer, en cambio, mezcla a este concepto absoluto ysagrado del poder [en referencia a la concepcin bodiana de la soberana] otra nocin, no slocomprensible para la conciencia de su poca, sino arraigada en sus ms profundos estratos mentales: lafundamentacin patriarcal de ese poder, en general, la estructura patriarcalista del orden social.... Y: Healudido ya a cmo Locke reconoce, sin duda, en la idea patriarcalista el principal obstculo a laconcepcin contractual de la sociedad y del poder, y que por ello mismo dedica al libro de Filmer, a pesar

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  • deseo del padre40. As, aunque Filmer seale una serie de acciones que entiende quetodo monarca-padre realizar a favor de sus sbditos-hijos, como alimentarles, vestirles,instruirles y protegerles41 no hay que entender esto, en ningn caso, como unreconocimiento de derechos de los sbditos-hijos, o deberes de los monarcas-padres. Lasumisin total de los primeros a los ltimos es puesta de manifiesto en multitud deocasiones (y es que, de hecho, era para justificar ese poder absoluto para el que escribisu tratado), por ejemplo, al sealar: Este seoro que Adn, por propia autoridad, tenasobre el mundo entero, y que por derecho heredado de l disfrutaron los patriarcas, fuetan extenso y tan amplio como el dominio ms absoluto de cualquier monarca de lacreacin. (...) Estos actos de juzgar los crmenes capitales, hacer la guerra y acordar lapaz son las principales caractersticas de soberana que se encuentran en todomonarca42. Y, as, podemos observar esa pretendida armonizacin entre la voluntadsuprema del padre-monarca sobre los hijos-sbditos con ese fin al que deben atender lamonarqua, cuando Filmer, al argumentar en contra del sometimiento del poder real alas leyes positivas, seala: ...porque como el poder real procede de la ley de Dios, nohay ley inferior que lo limite. El padre de familia gobierna por la nica ley de suvoluntad y no por las leyes y voluntades de sus hijos y servidores. No existe nacin quepermita a los hijos ninguna accin ni remedio cuando son injustamente gobernados; y,no obstante, todo padre est obligado por la ley de la naturaleza a hacer cuanto puedapor la preservacin de su familia; pero an ms obligado est el rey por la misma ley de

    de su mediocridad, el primero de sus Ensayos polticos.... (En Gambra, Rafael: Estudio Preliminar,cit., pgs. XVIII-XIX y XXXV). Esta ltima idea se aprecia cuando Filmer, al comentar crticamente a Surez, seala: ...Aqu tendra yoderecho a pedir que el jesuita nos enseara cmo y cundo se emancipan los hijos. Ciertamente, no es porvirtud de la ley natural. En mi opinin, es slo por condescendencia de los padres, que, cuando sus hijostienen edad y discernimiento suficientes para aligerar a sus padres de una parte de la paternalresponsabilidad, depositan gustosos en ellos una parte de su paternal autoridad.... (En Filmer, Robert:Patriarca o el poder natural de los reyes, cit., pg. 25).41 En este sentido escribir Filmer: Si comparamos los derechos naturales de un padre con los de un rey,encontraremos que son una misma cosa, sin ninguna diferencia entre ellos ms que en su latitud oextensin: como el padre sobre una familia, as el rey extiende su solicitud sobre muchas familias parapreservar, alimentar, vestir, instruir y defender a toda la comunidad. Sus guerras y su paz, sus tribunalesde justicia y todos sus actos de soberana tienden slo a preservar y distribuir entre todos sus subordinadosy padres de familia de rango inferior, y entre los hijos de los mismos, sus derechos y privilegios; de modoque todos los deberes de un rey se resumen en una universal solicitud paternal hacia su pueblo. Y en otropasaje en que comenta crticamente las doctrinas de Surez, encontramos la siguiente afirmacin: ...y esdeber de un padre el proveer tanto al bien comn de sus hijos como al particular. (En Filmer, Robert:Patriarca o el poder natural de los reyes, cit., pgs. 16 y 27).42 En Filmer, Robert: Patriarca o el poder natural de los reyes, cit., pgs. 8-9. Tambin puede verse eneste sentido en pgs. 23, y en 25-26.

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  • la naturaleza a mantener este principio fundamental: que la salud del reino es su primeraley43.

    2. La concepcin de Locke. La crtica a Filmer.

    La crtica que hace Locke a la teora de Filmer podemos observarla respecto a loscuatro aspectos en que sta ha sido considerada. De esta manera podremos analizar ycomprender su propia concepcin respecto a la determinacin de los criterios que han deregular las relaciones entre los padres y los hijos.

    a) El posible origen divino del poder monrquico.

    Respecto a esta cuestin, Locke niega que la monarqua tenga un origen divino.Reinterpreta los textos sagrados, y seala las omisiones y malas interpretaciones de lasque Filmer se serva para fundamentar sus teoras preconcebidas44. Filmer aqu, como encualquiera de los otros puntos, encuentra en los textos sagrados ni ms ni menos que loque buscaba, sin que para ello repare en interpretar lo que realmente dicen los textos; laimagen de Locke comparando la accin de Filmer con los textos con la que elmitolgico bandido griego Procusto haca con sus vctimas es muy grfica45. ParaLocke, Dios no seala a los hombres una forma de gobierno concreta, sino que les da lalibertad para que puedan elegir la que consideren ms conveniente. As, negandoexpresamente las palabras de Filmer, seala: ...yo no veo cmo la creacin de Adn,que no fue otra cosa sino el recibir el ser inmediatamente de la omnipotencia y de lamano de Dios, le dio soberana sobre cosa alguna; ni comprendo, por consiguiente,cmo la suposicin de una libertad natural es una negacin de la creacin de Adn (...)

    En Filmer, Robert: Patriarca o el poder natural de los reyes, cit., pg. 53. Locke es claro al sealar la falta de argumentos en los escritos de Filmer para sostener ese origen divinode la monarqua absoluta: Siendo la soberana de Adn lo que sirve a nuestro autor como base segurapara edificar su poderosa monarqua absoluta, yo esperaba que, en el Patriarca, esta suposicin principalfuera probada con toda la evidencia argumental que tan fundamental tesis requera (...) Pero en todo eltratado muy poco he podido encontrar que vaya en tal sentido; la cosa se da por supuesta sin pruebas.(En Locke, John: Primer Libro sobre el Gobierno, en La polmica Filmer-Locke sobre la obedienciapoltica, cit., pg. III. Locke seguir justificando su crtica sobre la falta de esos argumentos en losescritos de Filmer en las pginas siguientes). Locke lo hace en relacin con la mutilacin que hace Filmer del final del cuarto mandamiento de lastablas de Moisds, pero la crtica sera generalizable. Vase as en Locke, John: Primer Libro sobre elGobierno, cit., pg. 163.

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  • yo no encuentro dificultad en suponer la libertad de la humanidad, aunque siempre hecredo en la creacin de Adn46.

    Locke muestra as su preocupacin por deslegitimar el origen divino de lamonarqua, sin embargo no est interesado en deslegitimar el origen divino del poderdel padre sobre los hijos, sino que, contrariamente, comparte con Filmer la creencia enel origen divino del poder paternal (si bien Locke, como indico en el tercer punto,resalta que ese poder es paternal, abarcando tanto al padre cuanto a la madre). As,podemos observarlo en afirmaciones como: ...de ello se deduce que Honra a tu padre ya tu madre no puede significar una absoluta sujecin a un poder soberano, sino algodistinto. Por consiguiente, el derecho que los padres tienen por naturaleza y que les hasido confirmado por el quinto mandamiento no puede ser aquel dominio poltico quenuestro autor quiere derivar de l; porque el que es soberano en una sociedad civil puedeeximir a cualquiera de sus sbditos de toda obediencia poltica hacia cualquier otrociudadano. Pero qu ley de un magistrado puede dar a un hijo libertad de no h