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PRODUCCIÓN SOSTENIBLE DE JITOMATE (Lycopersicon esculentum Mill.) EN
INVERNADERO CON EL EMPLEO DE MICROORGANISMOS BENÉFICOS
Arturo Durán Prado31*, Andrés Vásquez Hernández31, Isaac Meneses Márquez31, Rigoberto
Zetina Lezama31, Gerardo Armando Aguado Santacruz32 y Blanca Moreno Gómez32
Resumen
El trabajo se desarrolló en el Campo Experimental Cotaxtla del INIFAP, durante el
período de octubre de 2011 a febrero de 2012. Los objetivos fueron reducir la
fertilización química en 50%, complementada con biofertilizantes inoculados a la
semilla, a base de hongos micorrízicos y cepas bacterianas, así como la inclusión de
dos productos comerciales de INIFAP a base de Pseudomonas y Glomus
intraradices. Como cultivo de prueba se utilizó el híbrido de jitomate Torero F1. Se
evaluaron 16 tratamientos, de los cuales 14 de ellos fueron cepas de
microorganismos combinados con fertilización química al 50% de la dosis 160-80-
120 kg/ha de N, P2O5 y K2O, más el testigo absoluto y testigo con fertilización química
tradicional. Se determinó el potencial de rendimiento de fruto y se identificó la
mejor cepa micorrizica con la mayor producción de 112.1 t/ha acumulada en nueve
cortes de frutos que se obtuvo con el tratamiento a base de Micorriza INIFAP más
50% de fertilización química (80-40-60 kg/ha de N, P2O5 y K2O), le siguió el
tratamiento testigo tradicional (160-80-120 kg/ha de N, P2O5 y K2O) con 109.7 t/ha;
ambos tratamientos superaron al testigo absoluto en 27.9 y 25.2%, respectivamente.
Con el empleo de estos microorganismos micorrizicos y bacterianos se obtienen al
menos 84.6 t/ha y se reduce hasta en 50% el costo de la fertilización química.
31INIFAP. Campo Experimental Cotaxtla. Km. 34.5 Carretera Fed. Veracruz-Córdoba, Medellín de Bravo, Ver., México. 32 NIFAP. Campo Experimental Bajío. Km 6 Carretera Celaya-San Miguel de Allende, Gto., Méx. *[email protected]
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Palabras clave: jitomate, Glomus sp, Pseudomona sp, Azospirillum sp,
productividad
Introducción
La producción de jitomate en México en 2016 fue de 1´347,424 toneladas obtenidas
en 22,108 ha con un rendimiento promedio de 60.947 t/ha, mientras que, en el
estado de Veracruz el jitomate figura entre los de mayor valor comercial sobre otros
cultivos básicos de ciclo corto. La superficie cosechada de jitomate Lycopersicon
esculentum en el año 2016, fue de 971 ha en las que se obtuvo una producción de
22,713 toneladas de fruto fresco con un rendimiento promedio de 23.391 t/ha (SIAP,
2016), la mayoría bajo el sistema de producción de cielo abierto. Existen cuatro tipos
de agricultura protegida: 1) Invernaderos que son estructuras altas fijas, con
materiales y acondicionamiento climático y tecnología avanzada; 2) Casa o malla
sombra son estructuras altas cubiertas con mallas o tela tejida de plásticos
entramados, que sirven como cubierta protectora, 3) Macrotunel, son estructuras
altas semicirculares de perfil, cubiertas por malla sombra o polietileno y 4)
Microtunel, son estructuras bajas, similares a las del macrotunel, pero por su
tamaño, no permiten labores al interior (SAGARPA, 2016). Los productores de
jitomate pueden mejorar sus ingresos al realizar la producción en agricultura
protegida en invernadero o en casa sombra, de esta manera el productor disminuirá
la incidencia de plagas y enfermedades, así como el daño por fuertes vientos
“nortes” con velocidades de hasta 100 kph en toda la región costera del estado de
Veracruz, además se mejorará la humedad del suelo con un sistema de riego por
goteo y acolchado plástico y será más eficiente el uso del agua. Los biofertilizantes,
también conocidos como bioinoculantes, inoculantes microbianos o inoculantes
del suelo, son productos agrobiotecnológicos que contienen microorganismos
vivos o latentes (bacterias u hongos, solos o combinados) y que son agregados a los
cultivos agrícolas para estimular su crecimiento y productividad (Aguado, 2012). La
producción hortícola en invernadero ha tenido una creciente expansión en México,
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debido a que tiene ventajas no solo en las demandas de los consumidores, sino por
la alta productividad obtenida. El 54% de la superficie cultivada en México bajo
agricultura protegida se cultiva con jitomate, seguido por pepino y chile con 15.90%
y 15.45% respectivamente (SAGARPA, 2016).
Díaz et. al. (2013) señalan que las plantas de chile pimiento (cv. 'Valeria') inoculadas
con hongos micorrizicos arbusculares (HMA) tuvieron incrementos en el índice de
clorofila, contenido foliar de N, P, Fe y Zn y colonización micorrízica, comparados con
plantas no inoculadas; así también los frutos de plantas no inoculadas alcanzaron el
grado dos, mientras que con el HMA alcanzaron el grado uno, con un incremento
de peso del 30%. La inoculación con el HMA representa un manejo biotecnológico
que puede ser adicionado dentro de las prácticas de producción hortícola en
invernadero.
Dada la importancia ecológica y económica de los HMA, en Cuba y otros países, se
han dado pasos acelerados para poner en práctica su uso como biofertilizante.
Estudios llevados a cabo por (Rodríguez et al., 2004) reportan un efecto positivo de
la inoculación sobre las plántulas de tomate con respecto a los testigos, expresado
en los indicadores agronómicos y fúngicos estudiados, como son altura, biomasa
fresca y seca (aérea, radical y total) y la actividad específica radical de quitinasa, β-
1,3-glucanasa y fenilalanina amonio liasa (PAL). Además, (Lionin y Medina, 2002)
evaluaron el efecto de diferentes relaciones de nutrientes con N, P y K, y la
inoculación con dos cepas de HMA (Glomus clarum y Glomus fasciculatum) como
fuentes de nutrientes aplicadas solas o combinadas, sobre los incrementos del
rendimiento de tomate; así mismo (Hernández y Chailloux, 2004), encontraron que
el mejor comportamiento en la fase de semillero se obtuvo con la inoculación de las
cepas G. fasciculatum, Azospirillum brasiliense, Azotobacter chroococum, G.
mosseae + Pseudomonas fluorescens y G. mosseae + Azospirillum brasilense.
Además, en la fase de campo se observó que el rendimiento y sus componentes se
beneficiaron con la aplicación de niveles óptimos de fertilizantes, mientras que para
los tratamientos inoculados los mayores valores correspondieron a G. mosseae, G.
mosseae más Pseudomonas fluorescens y G. mosseae más Azospirillum brasilense
en complemento al 50% de la fertilización nitrogenada. Los HMA y su coinoculación
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con las bacterias rizosféricas influyeron de manera positiva en la absorción de
nitrógeno y fósforo.
(Álvarez et al., 2008), evaluaron diferentes niveles de nitrógeno en tomate, con dosis
fijas de fósforo y potasio e inoculación con hongos micorrízicos, un testigo con
micorrizas sin fertilizantes y un control absoluto; encontraron respuesta positiva a la
fertilización nitrogenada, observando un mejor comportamiento con el 75% del
nitrógeno combinado con hongos micorrízicos, con un índice de eficiencia
agronómica de 550.3, 354.6 y 495.9 de N, P2O5 y K2O, respectivamente, por lo que se
corroboró el aumento de la eficiencia en la nutrición al emplear este tipo de hongos.
El mayor rendimiento se obtuvo con la fertilización química al 75% (150-240-125) con
la inoculación de micorriza arbuscular, obteniendo 42.2 t/ha, mientras que los
tratamientos fertilizados con NPK y el control (testigo) alcanzaron 31.3 y 13 t/ha,
respectivamente. Hernández et al., 2018, encontraron diferencias significativas en
altura con la cepa FA-56 de Pseudomona putida sobre el testigo en el cultivo de
pimiento morrón. También en cultivos como Ipomea batatas, al inocular con
Pseudomonas y otras especies de Azospirillum y Azotobacter, obtuvieron
incrementos en la altura de planta comparados con las plantas sin inocular (Pérez-
Pazos y Sánchez-López, 2017). Mientras que (Sánchez et al., 2014), al evaluar cepas
de rizobacterias promotoras de crecimiento vegetal en el cultivo de Lactuca sativa
evidenciaron que incrementaron de manera significativa (P <0.05) el desarrollo de
las plantas. utilizando las cepas de Pseudomonas flurecens FR1, Pseudomonas sp.
FR2 y UVLO27.
Los objetivos de este trabajo fueron: a) determinar el potencial de rendimiento de
jitomate con la aplicación de microorganismos micorrizicos y bacterianos como
sustituto del 50 % de la fertilización química y b) evaluar el efecto que los
microorganismos micorrizicos o bacterianos combinados con fertilización química
reducida en 50% tienen sobre el rendimiento de fruto, en condiciones de
invernadero, acolchado plástico y riego por goteo.
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Materiales y métodos
El trabajo se llevó a cabo en el Campo Experimental Cotaxtla perteneciente al
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en
Medellín de Bravo, Veracruz; la ubicación geográfica es de 18° 56’ 06” de latitud norte
y 96° 11’ 32” longitud oeste, a una altitud de 14 msnm. La temperatura media anual
es de 25°C, con 21.8°C y 31.8°C la mínima y máxima respectivamente. La
precipitación media anual es de 1,350 mm (García, 1988).
En un invernadero de 360 m2 se construyeron camas de 1.20 m de ancho y se puso
acolchado plástico bicolor (blanco/negro) con el color blanco hacia arriba de la
cama. La semilla se sembró en charolas de plástico de 200 cavidades colocando dos
semillas por cavidad y se inoculó con un gramo de las cepas a evaluar por hoyo a 2
cm de profundidad. Al trasplante, la distancia entre plantas fue de 0.5 m y entre
hileras de 0.6 m con una longitud de parcela experimental de 2 m. Se sembraron
dos plantas por mata y a los 15 días después de la siembra se realizó un aclareo para
dejar una planta. El manejo agronómico del cultivo se describe en (Durán et al.,
2013).
Se evaluaron 16 tratamientos (Cuadro 1), en un diseño de bloques completos al azar
con tres repeticiones. La fecha de siembra fue 11 de octubre de 2011, la semilla se
sembró en charolas de plástico de 200 cavidades colocando dos semillas de
jitomate Torero F1 por cavidad y se inoculó con un gramo de la cepa a evaluar a dos
centímetros de profundidad, posteriormente se regó para llegar a capacidad de
campo cada tercer día según las condiciones de temperatura que prevalecieron
dentro del invernadero. Se usó la fórmula de fertilización química 100% (160-80-120
kg/ha de N, P2O5 y K2O, respectivamente). Las fuentes de fertilización fueron: urea
(46.0% de N), fosfato diamónico (18-46-00 N, P2O5 y K2O) y cloruro de potasio (60%
K2O) aplicada cada semana a partir de los siete días después de la siembra. Antes de
la siembra se inoculó la semilla con los microorganismos según la dosis
recomendada por el INIFAP.
Variables cuantificadas: a) Altura de planta a los 7, 30, 45 y 60 días después de la
siembra (DDS), b) Diámetro de tallo (mm) con un vernier digital marca Acutec a los
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siete y 45 DDS, c). Peso fresco (g) y seco (g) de planta, a los 30, 45 y 60 DDS, d) Peso
fresco y seco (g) de raíz a los 45 y 60 DDS, e) Peso fresco y seco (g) de tallo solo a los
60 DDS, f) lectura de contenido de clorofila en hojas con el SPAD 502 Chlorophyll
meter marca Minolta a los 30, 45 y 60 DDS, g) Peso de fruto (kg) y se transformó a
toneladas por hectárea. La cosecha inició a partir de los 118 DDS, realizándose un
total de nueve cortes. El análisis estadístico se hizo con el programa SAS versión 9.2,
se realizaron también las pruebas de comparación de medias de Tukey (α=0.05).
Cuadro 1. Tratamientos evaluados en el cultivo de jitomate en condiciones de invernadero. Ciclo agrícola O-I 2011.
N° Tratamiento
Cepa microbiana + Fertilización Química (% FQ de N-P-K) 1 Testigo absoluto (sin cepa) 0% (00-00-00) 2 Testigo tradicional (sin cepa) 100% (160-80-120) 3 Micorriza INIFAP 50% (80-40-60) 4 Pseudomonas 2010 INIFAP 50% (80-40-60) 5 Azospirillum sp. + FQ 50% 50% (80-40-60) 6 Ranhella aquatilis 50% (80-40-60) 7 Pseudomona putida 50% (80-40-60) 8 Herbaspirillum sp. 50% (80-40-60) 9 Bacillus cereus 50% (80-40-60) 10 Pseudomonas sp. 50% (80-40-60) 11 Cepa 4 G. mosseae (Durango) 50% (80-40-60) 12 Cepa 23 G. mosseae (Estado de México) 50% (80-40-60) 13 Cepa 34 G. intraradices (Michoacán) 50% (80-40-60) 14 Cepa 37 G. intraradices (Sonora) 50% (80-40-60) 15 Cepa 76 G. glomerulatum (Chiapas) 50% (80-40-60) 16 Cepa 82 G. intraradices (Quintana Roo) 50% (80-40-60)
Resultados y discusión
En el Cuadro 2 se presentan los resultados obtenidos para la variable altura de
planta (cm). En esta variable el análisis de varianza detectó diferencias altamente
significativas (α=0.01) a los 45 días DDS, excepto en la última medición de los 60 DDS,
en donde no hubo diferencia estadística entre tratamientos. A los 45 DDS, la
máxima altura se logró con el tratamiento 11 con la cepa 4 G. mosseae (Durango)
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con 35.2 cm, como segunda mayor altura se ubica el tratamiento 10 con la cepa
Pseudomonas sp. con 34.6 cm, la altura más baja la tuvo el tratamiento 1 Testigo
absoluto con 22.4 cm. Hernández et al. (2018) encontraron que en la altura de planta
hubo diferencias significativas en esta variable con la cepa FA-56 de Pseudomosa
putida sobre el testigo sin inocular en el cultivo de pimiento morrón.
Cuadro 2. Altura de planta de jitomate (cm) Torero F1, en diferentes días después de la siembra (DDS). C. E. Cotaxtla, Ver. Ciclo agrícola O-I 2011.
Tratamiento DDS
45 60 1. Testigo absoluto (00-00-00) 22.462 c 22.46 a 2. Fertilización tradicional (100% F. Q.) 25.92 abc 19.46 a 3. Micorriza INIFAP + 50% F. Q. 31.06 abc 24.20 a 4. Pseudomonas cepa 2010 INIFAP + 50% F. Q. 26.79 abc 22.06 a 5. Azospirillum sp. + 50% F. Q. 25.59 bc 23.43 a 6. Ranhella aquatilis + 50% F. Q. 31.46 abc 24.40 a 7. Pseudomona putida + 50% F. Q. 30.59 abc 24.93 a 8. Herbaspirillum sp. + 50% F. Q. 31.27 abc 24.33 a 9. Bacillus cereus + 50% F. Q. 31.66 abc 24.33 a 10. Pseudomonas sp. + 50% F. Q. 34.69 ab 22.46 a 11. Cepa 4 G. mosseae (Durango) + 50% F. Q. 35.26 a 21.46 a 12. Cepa 23 G. mosseae (Edo. México) + 50% F. Q. 26.99 abc 20.78 a 13. Cepa 34 G. intraradices (Michoacán) + 50% F. Q. 30.39 abc 22.33 a 14. Cepa 37 G. intraradices (Sonora) + 50% .F. Q. 30.35 abc 19.53 a 15. Cepa 76 G. glomerulatum (Chiapas) + 50% F. Q. 30.79 abc 21.53 a 16 Cepa 82 G. intraradices (Q. Roo) + 50% F. Q. 26.66 abc 21.73 a C. V. (%) 14.46 24.83 Media 29.50 22.46 ANOVA ** N.S.
Diámetro de tallo (mm). A los 45 DDS el análisis de varianza detectó diferencias
altamente significativas (α=0.01) entre tratamientos, el máximo diámetro de tallo en
esta etapa se logró con el tratamiento 13, cepa 34 de G. intraradices (Michoacán)
con 3.42 mm, le siguió el tratamiento 10, con la cepa Pseudomonas sp. con 3.28 mm,
el menor diámetro del tallo registrado en esta etapa fue el del tratamiento 9, cepa
Bacillus cereus, con 2.49 mm, aunque el testigo fue estadísticamente igual con 2.55
mm. Juárez et al. (2012), reportan que diámetro de tallo de planta, fue la única
característica donde el testigo (18.1 mm) fue mejor (P≤ 0.05) en comparación con los
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genotipos evaluados. Mientras que Sánchez et al. (2014), al evaluar cepas de
rizobacterias promotoras de crecimiento vegetal en el cultivo de Lactuca sativa
evidenciaron que incrementaron de manera significativa (P <0.05) el desarrollo de
las plantas, utilizando las cepas de Pseudomonas flurecens FR1, Pseudomonas sp.
FR2 y UVLO27.
Peso seco (PS) de planta. En el análisis de varianza no se detectaron diferencias
estadísticas entre tratamientos a los 30 y 60 DDS, pero detectó diferencias
altamente significativas (α=0.01) entre tratamientos a los 45 DDS; en esta fecha, el
máximo peso seco de planta se logró con el tratamiento 11, cepa 4 de G. mosseae
(Durango) con 0.65 g, seguido por el tratamiento 7, cepa Pseudomona putida con
0.60 g, el peso seco de planta más bajo se registró en el tratamiento 5, cepa
Azospirillum sp con 0.28 g (Cuadro 3).
Cuadro 3. Peso seco de planta de jitomate Torero F1, en diferentes DDS. C. E. Cotaxtla, Ver. Ciclo agrícola O-I 2011.
Tratamiento Peso seco (PS) g
30 45 60 1. Testigo absoluto (00-00-00) 0.27 a 0.34 ab 1.39 a 2. Fertilización tradicional (100% F. Q.) 0.40 a 0.39 ab 1.23 a 3. Micorriza INIFAP + 50% F. Q. 0.69 a 0.48 ab 1.49 a 4. Pseudomonas cepa 2010 INIFAP + 50% F. Q. 0.30 a 0.32 ab 1.64 a 5. Azospirillum sp. + 50% F. Q. 0.35 a 0.28 b 1.36 a 6. Ranhella aquatilis + 50% F. Q. 0.38 a 0.53 ab 1.21 a 7. Pseudomona putida + 50% F. Q. 0.44 a 0.60 ab 2.19 a 8. Herbaspirillum sp. + 50% F. Q. 0.37 a 0.50 ab 1.31 a 9. Bacillus cereus + 50% F. Q. 0.29 a 0.55 ab 1.19 a 10. Pseudomonas sp. + 50% F. Q. 0.40 a 0.60 ab 1.57 a 11. Cepa 4 G. mosseae (Durango) + 50% F. Q. 0.33 a 0.65 a 1.30 a 12. Cepa 23 G. mosseae (Edo. México) + 50% F. Q. 0.38 a 0.33 ab 1.130 a 13. Cepa 34 G. intraradices (Michoacán) + 50% F. Q. 0.33 a 0.51 ab 1.46 a 14. Cepa 37 G. intraradices (Sonora) + 50% F. Q. 0.34 a 0.49 ab 1.27 a 15. Cepa 76 G. glomerulatum (Chiapas) + 50% F. Q. 0.26 a 0.56 ab 1.39 a 16 Cepa 82 G. intraradices (Q. Roo) + 50% F. Q. 0.33 a 0.29 b 1.39 a C. V. (%) 62.70 33.43 48.30 Media 0.37 0.46 1.41 ANOVA N.S. ** N.S.
196
Peso seco (PS) de raíz (g). A los 45 DDS se detectaron diferencias significativas
(α=0.05) entre tratamientos, el tratamiento con el mayor peso de raíz fue el 11, cepa
4 G. mosseae (Durango) con 0.93 g, en segundo sitio estuvo el tratamiento 15, cepa
76 de G. glomerulatum (Chiapas) con 0.64 g, el tratamiento con el menor peso seco
de raíz fue el tratamiento seis con la cepa Ranhella aquatilis con 0.27 g (Cuadro 4).
Cuadro 4. Peso seco (PS) (g) de raíz de planta de jitomate Torero F1, en diferentes días después de la siembra (DDS). C. E. Cotaxtla, Ver. Ciclo agrícola O-I 2011.
Tratamiento Peso seco (g) 45 60
1. Testigo absoluto (00-00-00) 0.33 ab 0.64 a 2. Fertilización tradicional (100% F. Q.) 0.49 b 0.73 a 3. Micorriza INIFAP + 50% F. Q. 0.50 ab 0.86 a 4. Pseudomonas cepa 2010 INIFAP + 50% F. Q. 0.278 b 0.89 a 5. Azospirillum sp. + 50% F. Q. 0.31 ab 0.70 a 6. Ranhella aquatilis + 50% F. Q. 0.27 b 0.48 a 7. Pseudomona putida + 50% F. Q. 0.45 ab 0.70 a 8. Herbaspirillum sp. + 50% F. Q. 0.50 ab 0.53 a 9. Bacillus cereus + 50% F. Q. 0.38 ab 0.66 a 10. Pseudomonas sp. + 50% F. Q. 0.61 ab 0.72 a 11. Cepa 4 G. mosseae (Durango) + 50% F. Q. 0.93 a 0.73 a 12. Cepa 23 G. mosseae (Edo. México) + 50% F. Q. 0.33 ab 0.50 a 13. Cepa 34 G. intraradices (Michoacán) + 50% F. Q. 0.55 ab 1.06 a 14. Cepa 37 G. intraradices (Sonora) + 50% F. Q. 0.36 ab 0.64 a 15. Cepa 76 G. glomerulatum (Chiapas) + 50% F. Q. 0.64 ab 0.67 a 16 Cepa 82 G. intraradices (Q. Roo) + 50% F. Q. 0.27 b 0.85 a C. V. (%) 61.39 46.23 Media 0.45 0.71 ANOVA * N.S.
Hernández et al. (2018), encontraron diferencias significativas entre la incorporación
de microcápsulas y suspensión líquida de Pseudomonas putida en la variable de
materia seca, comparado con el testigo sin aplicar en cultivo de pimiento morrón
en invernadero. Pérez-Pazos y Sánchez- López (2017), detectaron incrementos en la
variable peso seco radicular de Ipomea batatas con la inoculación de las bacterias
seleccionadas de Pseudomonas, Azospirillum y Azotobacter, respecto a las plantas
sin inocular. En el cultivo de Lactuca sativa se encontró en invernadero que las
cepas de Pseudomonas fluorecens FR1, Pseudomonas sp. FR2 y UVLO27
197
incrementaron de manera significativa (P≤ 0.05) la biomasa y el desarrollo de las
plantas.
Peso seco (PS) de tallo (g). En esta variable no se detectaron diferencias estadísticas
entre tratamientos, el máximo peso seco de tallo se logró con el tratamiento 10 con
Pseudomonas sp. con 0.74 g, seguido por el tratamiento 4 con la cepa Pseudomona
cepa 2010 INIFAP con 0.74 g, El peso seco de tallo más bajo registrado fue con el
tratamiento 2 con la fertilización tradicional (100%) con 0.57 g.
Unidades de clorofila (Lectura de SPAD). Se detectaron diferencias significativas
(α=0.05) entre tratamientos a los 45 DDS. El mayor promedio de lectura registrado
fue con el tratamiento 9, cepa Bacillus cereus con 34.90 unidades de clorofila,
seguido por el tratamiento 3 con Micorriza INIFAP con 33.02 unidades, el
tratamiento con menor cantidad de unidades de clorofila fue el 13, cepa 34 G.
intraradices (Michoacán) con 23.17 unidades.
Rendimiento total de fruto (t/ha). Para el rendimiento total acumulado de nueve
cortes, el análisis de varianza no detectó diferencias estadísticas entre tratamientos,
el mayor rendimiento se obtuvo con el tratamiento 3, inoculado con Micorriza
INIFAP + 50% de FQ con 112.1 t/ha, seguido por el tratamiento 2, con fertilización
tradicional 100% con 109.7 t/ha; el tratamiento 16 empleando la cepa 34 G.
intraradices (Michoacán) + 50% de FQ, tuvo el menor rendimiento con 84.6 t/ha,
produciendo 3.5% menos que el tratamiento 1 (testigo absoluto) que produjo 87.6
t/ha, mismo que fue superado por el Tratamiento 3 (Micorriza INIFAP + 50% de FQ)
y Tratamiento 2 (Fertilización 100%) en 27.9% y 25.2%, respectivamente. Los
resultados del presente trabajo indican que la biofertilización del cultivo de jitomate
con el 50% de la fertilización química (80-40-60 kg/ha de N-P-K respectivamente)
representa una opción real, ecológica y potencial para disminuir los costos de
producción, al reducir el uso de insumos costosos como son los fertilizantes
químicos. Colateralmente se disminuye de manera importante la contaminación
del ambiente y se obtiene una mayor producción en comparación con el uso
fertilizantes químicos al 100% (160-80-120 kg/ha de N-P-K, respectivamente). En la
búsqueda de desarrollar un paquete amigable con el ambiente, la biofertilizacion a
198
través del tiempo permite incrementar la actividad biológica en el suelo y poco a
poco lograr la recuperación en suelos degradados.
Conclusiones
1. La mayor producción acumulada de nueve cortes de jitomate se logró con el
tratamiento a base de Micorriza INIFAP + fertilización química al 50% (112.1 t/ha),
superando en 27.9% al tratamiento testigo absoluto (sin biofertilizantes y sin
fertilización química).
2. En el centro de Veracruz en condiciones de invernadero, es factible obtener una
producción de jitomate de al menos 84.6 t/ha, con el empleo de microorganismos
micorrizicos o bacterianos, el cual permite reducir en 50% la fertilización química
y contribuye a disminuir el costo de producción por este concepto.
3. Se estima que con el empleo de estos microorganismos micorrizicos y
bacterianos pueden superarse los rendimientos unitarios del jitomate registrados
a nivel nacional y en el estado de Veracruz que son de 76.94 y 23.30 t/ha,
respectivamente.
Agradecimientos
Esta publicación ha sido realizada gracias al apoyo económico recibido por parte de
la SAGARPA, a través de los proyectos: “Promoción y transferencia de tecnología
para el uso de biofertilizantes: Actividad cultivos alternativos”; y “Evaluación de
cepas bacterianas potenciales en tomate, como parte del programa de soporte
(SAGARPA-SDR) del componente Investigación, Validación y Transferencia de
Tecnología 2009”.
199
Literatura citada
Aguado Santacruz, G. A. 2012. Uso de microorganismos como biofertilizantes. En:
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