50 Alma
Por: Manuela Muñoz Mamá de Guadalupe
De antemano agradezco la oportunidad que nos ofrecen como familia, para representar a las miles de personas que han sido tocadas por la magia de las manos de todos los que integran el equipo humano que hace posible que a diario sean tangibles cientos de milagros.
En este hospital yo como madre. recuperé la fe. Tras largas y duras batallas, cada uno de ustedes me comprobó que la esperanza tenía que seguir tan viva como mi hija.
Yo, Manuela Muñoz, Gabriel Ramírez mi esposo, Guadalupe y Salomón Ramírez Muñoz nuestros hijos, les debemos la felicidad, la tranquilidad y la paz, porque ustedes, haciendo justicia a la promesa de ser un hospital con alma, redimieron con creces cada lágrima, cada suspiro, cada momento de tristeza y desesperación... Y, como a nosotros, también por muchas familias han logrado interceder para devolvernos la luz de la vida de nuestra pequeña Lupe y la de cientos de niños que han sido tocados por su magia.
Lupe
51Hospital Pablo Tobón Uribe
Pese al diagnóstico de hiperinsuli-nismo de nuestra pequeña Lupe, las múltiples cirugías a las que se ha so-metido y la falta de investigación so-bre su enfermedad en Medellín, esta familia ha sobrellevado esta prueba con toda confianza, aceptando la vo-luntad de Dios y dejando en sus ma-nos la difícil situación frente al es-tado de salud de nuestro milagrito. 7 meses de hospitalización no lograron vencer a esta niña que, con una son-risa, nos ha mostrado que desde su nacimiento, ha estado rodeada de ángeles como ustedes.
Medios de comunicación han referenciado a nuestra niña como ejemplo de lucha, valentía y fe... y ahora yo pienso, entonces, es el Hospital Pablo Tobón el escenario donde todo esto fue posible? Que todos lo sepan, porque mi sonrisa tiene nombre y se la debo a este lugar en el que confié mi tesoro más preciado y me lo devolvieron cuando
por encima de cualquier pronóstico, cumplieron con ponerle al alma a cada procedimiento al que fue sometida.
Hoy es Lupe la que representa cientos de historias y milagros, pero basta con recorrer cada espacio de este lugar, para entender que aquí hay magia y que cada uno de los que trabajan en este lugar, aceptaron con amor la misión de cambiar vidas y hacer milagros desde la pasión y la entrega con la que laboran en este mágico espacio.
Gracias por tener claro lo que es el alma, gracias por devolvernos la esperanza y mil veces gracias por seguir creciendo para continuar con esta maravillosa misión de salvar vidas, entregarnos su corazón y hacer posible lo que para tantos es imposible.
Dios nos eligió y nos bendijo con esta historia y decidió que fuera en este lugar donde nos aferráramos a la confianza de saber que sí era posible seguir luchando para ver crecer a nuestra amada niña.
Mil veces Gracias Hospital Pablo Tobón.
Familia Ramirez Muñoz.
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